Frankl, Viktor - Psicoterapia PDF
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JERI
RESUMEN Se revisan algunos aspectos de la biografa y obra de Viktor E. Frankl (1905-1997), creador de la logoterapia, corriente psicolgica que se apoya en una concepcin antropolgica que considera al ser humano como un ser bio-psico-socio-espiritual, al que lo motiva una frrea voluntad de encontrar sentido a su existencia.
SUMMARY Some aspects of the biography and work of Viktor E. Frankl (1905-1997) were reviewed. This psychiatrist was the author of the logotherapy, a psychological current based in an anthropological conception that considers the man as a bio-psycho-sociospiritual being motivated by a strong will to find the sense of his existence.
PALABRAS-CLAVE : Viktor E. Frankl, logoterapia, voluntad de sentido. : Viktor E. Frankl, logotherapy, will of meaning. KEY WORDS
Los decenios iniciales del siglo XX fueron escenario de la ciclnica renovacin de los cnones dominantes en las ciencias y las artes, renovacin que fue guiada por estupendos creadores de la talla de Freud, Einstein, T.S. Eliot o Picasso, por citar algunos nombres1. Esa poca marc tambin el establecimiento de la psicoterapia moderna, fruto del esfuerzo independiente de numerosos pensadores, entre los que sobresali Viktor E. Frankl, padre de la logoterapia.
1.
La persona
Viktor Emil Frankl naci en Viena el 26 de marzo de 1905 en el seno de una acomodada familia juda. Pas una niez y adolescencia tranquilas, pese a haber transcurrido durante el convulso periodo de la Primera Guerra Mundial. Siendo todava un joven estudiante de medicina, Frankl envi a Sigmund Freud un artculo concerniente a la mmica de la afirmacin y negacin que -para sorpresa de aqul- fue
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publicado en la prestigiosa Internationale Zeitschrift fr Psychoanalyse. Este hecho propici su ingreso al movimiento psicoanaltico, del cual se alejara poco tiempo despus, insatisfecho por el nfasis que Freud y sus seguidores otorgaban al inconsciente en el gobierno de la conducta humana. Su ansia por conocer propuestas distintas lo llev a trabar amistad con Alfred Adler, quien acoge con beneplcito su concurso, invitndolo como expositor en el Tercer Congreso Internacional de Psicologa Individual en Dsseldorf (1926). En dicho evento, Frankl ley una ponencia en la que ya mostraba cierto distanciamiento de los presupuestos adlerianos, aunque no de modo palmario, deslizando aspectos relativos a la responsabilidad personal, temas que desarrollara extensamente dentro del marco de la logoterapia. Por aquel entonces, los diarios noticiaron el aumento de actos vandlicos, depresiones e intentos de suicidio entre la juventud vienesa. Sensibilizado con tal cuestin, Frankl propuso abrir centros de escucha en lugares donde se concentrara gran cantidad de jvenes. El propio Adler, Oswald Schwarz y Rudolf Allers, entre otros integrantes de la escuela adleriana apoyaron a Frankl y se abocaron a esta tarea, consiguiendo que al cabo de unos meses la prensa informara que la tasa de suicidios haba disminuido considerablemente, siendo esta iniciativa copiada en otras ciudades europeas. En 1930, Frankl se gradu como mdico en la Escuela de Medicina de la Universidad de Viena, ingresando a trabajar a la clnica psiquitrica de dicha casa de estudios. Posteriormente, en 1936, se especializ en Neurologa y Psiquiatra 2. La invasin de Austria por parte de las tropas nazis y el consiguiente estallido de la Segunda Guerra Mundial, sembr el
terror entre los judos, quienes se vieron obligados a abandonar su pas. En virtud de sus contactos, Frankl logr conseguir la visa para emigrar a los Estados Unidos de Norteamrica pero dicha fortuna no alcanz a sus padres, por lo que dej sin efecto su viaje. Pese a la vecindad de un futuro lgubre e incierto, en los albores de 1942, contrajo matrimonio con su prometida de muchos aos, Tilly. La dicha, empero, fue efmera; a fines de ese ao, Frankl y su familia fueron detenidos y trasladados a diferentes campos de concentracin junto con cientos de miles de judos. All Frankl sufri el despojo de sus pertenencias, la anulacin de sus seas de identidad consistente en la asignacin de un nmero (el suyo fue 119104), y el confinamiento en srdidas barracas. Mucha tinta ha corrido denunciando las atrocidades perpetradas en Auschwitz, Dachau, Buchenwald, etc. En su momento, valindose de finas observaciones psicolgicas, Frankl esboz la particular dinmica establecida entre seres humanos conscientes de su existencia precaria, descubriendo que incluso en ese infierno, podan darse actos desprendidos, enaltecedores, en suma, humanitarios, como cuando relat las visitas que les hacan algunos hombres a los barracones, contagiando de esperanza a los que la haban perdido o regalando el ltimo trozo de pan con el que contaban. Puede que fueran pocos en nmero, -escribi Franklpero ofrecan pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la ltima de las libertades humanas -la eleccin de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias- para decidir su propio camino 3. Luego de tres penosos aos, Frankl fue liberado en 1945, pero su felicidad se vio ensombrecida al enterarse de que su
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esposa, padres y hermano no pudieron resistir la dura prueba. Decidi retornar a Viena y fue nombrado jefe del departamento de Neurologa de la policlnica de esa ciudad. En 1946, sali a la luz su obra ms celebrada y considerada por muchos un verdadero clsico: Ein Psycholog erlebt das Konzentrationslager (versin alemana de El hombre en busca de sentido). Posterior a este volumen, Frankl escribi una treintena de libros, traducidos a ms de 20 idiomas como La presencia ignorada de Dios , Psicoanlisis y existencialismo, entre otros. En Estados Unidos, Gordon Allport salud la aparicin de la logoterapia como una de las contribuciones fundamentales a la psicoterapia. Las universidades de Harvard, Stanford, Pittsburgh y Dallas lo invitaron como profesor y conferenciante, siendo, asimismo, investido de mltiples distinciones por sociedades acadmicas del orbe. Sin embargo, esto no conllev una modificacin sustancial en su estilo de vida, dedicndose a la docencia y consulta privada en su Viena natal. Frankl falleci el 2 de setiembre de 1997 como consecuencia de una falla cardaca, a los 92 aos de edad.
te tcita, debe ser considerado como un problema verdaderamente humano. Por tanto, el hecho de poner sobre el tapete el problema del sentido de la vida no debe interpretarse nunca, en modo alguno, como sntoma o expresin de algo enfermizo, patolgico o anormal en el hombre; lejos de ello, es la verdadera expresin del ser humano de por s, de lo que hay de verdaderamente humano, de ms humano, en el hombre. La tendencia al aumento del vaco existencial no est circunscrita al mbito viens, puesto que el fenmeno se repite en Oriente y Occidente; en sociedades opulentas y menos desarrolladas; en jvenes y adultos; en sistemas democrticos y totalitarios. Frankl5 explica as la gnesis de este problema: (...) contrariamente al animal, el hombre carece de instintos que le digan lo que tiene que hacer y, a diferencia de los hombres del pasado, el hombre actual ya no tiene tradiciones que le digan lo que debe ser, parece que muchas veces ya no sabe tampoco lo que quiere en el fondo. Y entonces slo quiere lo que los dems hacen (conformismo), o bien, slo hacer lo que los otros quieren, lo que quieren de l (totalitarismo). No son el conformismo ni el totalitarismo, sin embargo, las nicas manifestaciones que acentan el vaco existencial. Frankl considera que con el advenimiento de la automatizacin en la vida laboral, las personas disponen de mayor tiempo libre, lo que debera ser considerado como muy positivo, pero cuando no se consigue sacar el mximo provecho personal de esas horas, entonces la sensacin de vaco se incrementa, producindose lo que atinadamente Chiappo llama un ocio infecundo6. Hay, de otro lado, los individuos que con su dedicacin exclusiva al trabajo (los modernos workaholics),
2.
El vaco existencial
Un aspecto que en su momento despert la curiosidad de Frankl fue el significativo nmero de pacientes que acudan a su consulta, llevando problemas concernientes a un sentimiento de carencia de sentido en sus vidas. Meditando sobre tal problemtica, Frankl concluy que el terapeuta no deba interpretar esas lamentaciones como un sntoma morboso, enmascarador de una neurosis de ncleo sexual o atribuible a sentimientos de inferioridad. El problema del sentido de la vida, seala Frankl4, ya se plantee de un modo expreso o de una manera simplemen-
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copan todas sus horas del da con citas y proyectos, entregados a una febril y desmesurada actividad, tratando de ese modo cubrir su sensacin de vaco interno. Ahora bien, al condensarse la frustracin existencial en sntomas neurticos, estamos frente a una neurosis nogena (noos proviene del griego y puede traducirse por espritu). El cuadro descrito por Frankl no es una neurosis psicgena en sentido estricto, puesto que los sntomas vivenciados por el individuo surgen de una combinacin de sentimientos de falta de significado y conflictos de valores. La relevancia de este descubrimiento ha sido refrendado por varias investigaciones de corte psicomtrico que han empleado tests para medir el vaco existencial, comprobando que cerca de 20% de las neurosis son nogenas 7. Estos resultados son tomados con mesura por Frankl, quien previene de caer en generalizaciones fciles, ya que as como no toda frustracin existencial debe tornarse necesariamente una neurosis nogena, tampoco toda neurosis nogena nace del abatimiento y la desesperanza. Frankl distingue dos formas de neurosis nogenas: la neurosis de desocupacin y la neurosis dominical. La primera est vinculada con el flagelo creciente del paro laboral forzoso, que mella la estima y el nimo del desocupado, volcndolo hacia la apata. Este estado aparece como sntoma neurtico cuando la persona convierte al desempleo en una excusa para justificar sus fracasos, eximindose de emprender nuevos retos. Por el contrario, el tipo no neurtico percibe dicha situacin como una contingencia pasajera, entiende que el no ejercicio de su profesin no determina que su vida carezca de sentido, y en consecuencia, evita desesperarse, buscando alternativas sanas en qu ocupar su tiempo.
La desocupacin de los jubilados es, asimismo, otro caldo de cultivo para la neurosis. La tendencia a reducir cada vez ms el tiempo de servicios, genera que las personas que han trabajado gran parte de sus vidas, dejan de tener -a veces de un da para otro- una ocupacin permanente, abrindose ante ellos un sistema social ambiguo, donde el rol que deben cumplir se torna impreciso, causando en algunos, efectos deletreos en su salud fsica y psicolgica. Aunque lastimosamente cunde en nuestra poca una exaltacin desmesurada de la juventud y todo lo que ello rodea, el jubilado no debe experimentar ese periodo como traumtico; ms bien, partiendo de la idea de que el trabajo no es solamente una actividad remunerada, puede retomar pasatiempos y aficiones que no pudo disfrutar en su debido tiempo, adems de seguir cultivando el contacto social con su familia y coetneos. En tanto, la neurosis dominical o de los fines de semana se expresa en los individuos que acostumbran dedicar todo su tiempo a la actividad laboral. Cabe mencionar, sin embargo, que Frankl le concede al trabajo un papel fundamental en tanto es el campo donde el hombre encuentra la posibilidad de crecer y realizarse dentro del marco de los valores creativos, permitindole fortalecer los vnculos con su comunidad. Su fustigamiento apunta, en todo caso, a la clase de trabajo que subroga realizaciones trascendentes, concentrndose en un afn desmedido por el lucro y la acumulacin de poder. No es extrao que quienes obran de esta manera, evadan el quedarse a solas consigo mismos, siendo lo normal que concurran los fines de semana a centros de diversin con el propsito de que el bullicio y el movimiento ahoguen sus pensamientos. Finalmente, Frankl ha precisado otros cuadros aparte de la neurosis nogena,
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que han sido recogidos por Kriz8, y que son: (...) 2) neurosis somatgenas, que responden a causas fsicas con efectos en el dominio psquico; 3) enfermedades psicosomticas, que son de desencadenamiento psquico pero se acompaan de noxas fsicas; 4) neurosis reactivas, que de igual modo son soportadas en comn por la psique y el cuerpo, y cuyos sntomas principales, a diferencia de lo que ocurre en el caso de las enfermedades psicosomticas, son de naturaleza psquica, y 5) neurosis psicgenas, que son de causacin psquica (pero que tambin pueden tener efectos fsicos).
Byron, quien recre en sus obras emociones contrapuestas, se quiere explicar como la caracterstica oscilacin del humor de alguien aquejado de una enfermedad maniaco-depresiva. Por eso, en rigor, Frankl3 contrasta la voluntad de sentido con la voluntad de placer del psicoanlisis y la voluntad de poder de la escuela adleriana, sealando que la primera fuerza motivadora del ser humano es la pugna por hallar sentido a su existencia. La tarea de hallar sentido a la vida es un proceso complejo que se demuestra en su doble dimensin, subjetiva y relativa. Es subjetiva porque no existe un sentido general aplicable a todos los seres humanos, al contrario, para cada persona, la vida tiene un sentido diferente. Es relativa puesto que est ntimamente relacionada con la individualidad del hombre y su situacin determinada, nica e irrepetible. En ese contexto, la conciencia humana juega un papel central, ya que cuenta con la facultad de revelar el sentido subyacente en cada caso y armonizar los principios ticos universales con cada situacin concreta. Concomitante con este problema, se debe tener presente el carcter finito de la vida, que exige del individuo no dilapidar el tiempo lamentndose por las condiciones en que le toc nacer, pues recusar elementos incmodos de su destino, presupondra anular su propia personalidad, convirtindolo en alguien totalmente diferente. Lo ms sensato sera desplegar, por un lado, su responsabilidad para sacar mayor provecho de la finitud de la vida, en la medida que las decisiones que tome sern irrevocables y definitivas, y por otro, su libertad para encaminar sus decisiones en un sentido personal. Ntese la coincidencia con lo que Martin Heidegger escribi sobre la existencia inautntica, donde prima la falsa curiosidad, la
3.
La voluntad de sentido
De acuerdo a la parfrasis de Crumbaugh (citado por Frankl7): La voluntad de sentido postulada por Frankl puede ser entendida en trminos de la ley de organizacin perceptual de la psicologa de la Gestalt. De hecho Frankl la relaciona con la percepcin: la voluntad de percibir, de adjudicar sentido al ambiente, de interpretar, de organizar los estmulos para construir totalidades llenas de sentido. Los psiclogos de la Gestalt consideran que esta tendencia organizadora es una propiedad innata de la mente. Tiene valor de supervivencia, pues, cuanto ms amplio es el espectro de los estmulos que pueden ser comprendidos e interrelacionados, tanto mayor es la oportunidad de manipulacin adaptativa. Si bien la voluntad de sentido puede ser homologable con una clase especial de percepcin, Frankl hace hincapi en que el ser humano no se propone encontrar un sentido vital con el objetivo de estabilizar su gestalt, interpretacin que cae dentro del psicologismo, y en algunos casos del psicopatologismo como cuando, por poner un caso, el registro potico de un
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charlatanera y la ambigedad, y la existencia autntica, caracterizada por la conciencia de la muerte que genera que el individuo asuma con lucidez y responsabilidad su existencia9. El tema de los valores tambin fue abordado por Frankl, mencionando que si bien stos no reemplazan el significado individual que cada uno debe buscar, comportan una norma que se ha mantenido a lo largo de la humanidad, sirviendo como gua al hombre para conocer con mayor probabilidad el significado cabal de cada suceso que se le presente. Frankl distingue tres posibles categoras valorativas a las que el hombre se orienta constantemente durante su existencia: los valores creativos, que se realizan cuando la persona, independientemente de la faceta que le haya tocado desarrollar, cumple con sus deberes en orden a su conciencia; los valores vivenciales, a los que se llega cada vez que el individuo aguza su sensibilidad, permitindole extasiarse ante una puesta de sol o una obra de arte; y por ltimo, los valores actitudinales, que se cumplen al tomar una actitud valiente frente a un hecho doloroso e inevitable. Esto ltimo es una idea desconcertante porque significa que la vida del hombre no se colma solamente creando y gozando, sino tambin sufriendo4. Hay que entender que el sufrimiento es indesligable de las situaciones de la vida, pero que no representa un obstculo sino la manera que tiene el hombre de elevarse por encima de su dolor y madurar espiritualmente.
logos es un vocablo griego equivalente a sentido o significado) apunta al tratamiento de neurosis nogenas, y asimismo de fobias, manas u obsesiones, cuadros que tienen como trasfondo la prdida de la voluntad de sentido. En la literatura especializada se puede advertir el empleo indistinto de los trminos logoterapia y anlisis existencial para referirse a la tcnica creada por Frankl, empero, l mismo ha precisado que son las dos caras de una nica teora, y que mientras la primera es un mtodo psicoteraputico, la segunda representa la orientacin antropolgica de investigacin10. La logoterapia -dice Fizzotti- ha visto como una de sus tareas principales la necesidad de hacer comprender al paciente todas las posibilidades concretas de significado que estn contenidas en su existencia. Pero deja al enfermo la realizacin de tales posibilidades, y, por tanto, se concibe ms bien como una ayuda para la bsqueda de tal significado existencial2. Como es natural, la logoterapia difiere de otras propuestas teraputicas en su abordaje, mas no en la presencia de una relacin fundamentada en normas esenciales como son el respeto y la responsabilidad y que, huelga decirlo, deben nimbar toda psicoterapia. El logoterapeuta, por medio del dilogo socrtico, debe coadyuvar con interrogantes agudas, a veces punzantes, a que el paciente tome plena conciencia de las reas conflictivas de su personalidad, se atreva a reconocerlas y se haga responsable de sus acciones. Una vez superada esta etapa inicial, el logoterapeuta debe asumir un papel menos adversativo y ms de gua, tratando de reanimar los recursos internos aletargados del paciente, encareciendo las situaciones y metas futuras en las que ste va a estar motivado en trabajar para alcanzarlas.
4.
La logoterapia
Muchos autores suelen caracterizar la logoterapia como la tercera escuela vienesa de psicoterapia, ubicndola junto al psicoanlisis y a la psicologa individual. La logoterapia (conviene manifestar que
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Frankl insiste en que la logoterapia no debe ser tomada como un sustituto de otras terapias, sino como un complemento de ellas, de modo que su misin sea procurar en el paciente la bsqueda personal de lo que es su existencia. Este halo de apertura adems se ve reforzado por la actitud de cooperacin con otras escuelas, hacindose patentes en los casos en que se ha combinado exitosamente la logoterapia con terapias farmacolgicas, hipnticas, de grupo y de relajamiento, entre otras. Subraya que es menester no sucumbir a posturas extremistas, tendientes a convertir a la logoterapia en una panacea, actitud que disiente por completo del pensamiento de Frankl, quien ms bien propugna una logoterapia que se reformule continuamente y reconozca sus limitaciones. La logoterapia sirve tambin para tratar perturbaciones psicosomticas as como disfunciones sexuales con base psicgena, para las cuales Frankl ha ideado dos tcnicas especficas: la derreflexin y la intencin paradjica. El objetivo de la primera es activar la capacidad de autotrascendencia del ser humano, conducindolo a la bsqueda de un sentido hacia algo o alguien, distinto de s mismo. La tarea de la segunda es vehicular la capacidad de autodistanciamiento por la cual el hombre puede distanciarse no slo del mundo, sino de s mismo11. La derreflexin resulta ser muy til en problemas relacionados con el deglutir, hablar, escribir, pensar y dormir. Su efectividad se asienta en hacerle ver al paciente que su problema puede ser contrarrestado si vuelca su atencin hacia un tema u objetivo distinto del que lo aqueja. Ilustrativa de esta tcnica es el abordaje de los pacientes con insomnio, quienes despus de la primera noche que
pasan en vela, quedan excesivamente sensibles y pendientes de la tarea de dormir, con lo cual bloquean su sueo. Esta intencin forzada va a propiciar el efecto contrario que se quiere solucionar, por lo que el terapeuta debe recomendarle que focalice su mente en otras cosas. La intencin paradjica, por otra parte, sirve en cuadros de fobias, compulsiones y obsesiones en los que prevalece una ansiedad anticipatoria. Apoyado en su vasta experiencia clnica, Frankl repar en que muchos de sus clientes vivenciaban esta ansiedad al momento de pensar en las reacciones que les iban a sobrevenir (por ejemplo, tartamudeo en pblico). Contrario a lo esperado, Frankl los animaba a desear firmemente sufrir aquello que tanto temen, remplazando de este modo el miedo de expectacin y propiciando el rompimiento del crculo vicioso. Si bien parece sencillo, Frankl llam la atencin sobre un componente esencial que no deba pasarse por alto para conseguir la anhelada recuperacin: el sentido del humor. Este talante festivo, aparentemente ftil o extrao al encuadre teraputico, es invocado por Frankl en la medida que slo un paciente con nimo dispuesto a rerse de s mismo, va a poder lograr el distanciamiento necesario entre l y su sntoma. Hay que mencionar, finalmente, que el empleo y xito de ambas tcnicas cuenta con copiosa casustica, documentada en varios libros y artculos cientficos7-11.
5.
Comentarios finales
El opus frankeleano puede ser inscrito dentro de la corriente tipificada como psiquiatra existencial, vertiente psicoteraputica que tiene como principales exponentes a Ludwig Binswanger, Medard Boss, Igor Carusso y Rollo May. Esta escuela, como dicen Davison y
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Neale12, pone de relieve la imagen de un hombre dinmico, en constante evolucin hacia alguna meta. En tal sentido, su pasado no es un lastre para su realizacin personal, puesto que no lo determina, sino que es en el presente, hic et nunc, donde debe desarrollar su capacidad inherente de tomar conciencia de s y de lo que ocurre alrededor suyo, ejerciendo su capacidad para tomar decisiones y responsabilizarse de ellas. Frankl puede ser tambin considerado como un conspicuo representante de lo que Len15 denomina psiquiatra filsofo: Qu debemos entender por el trmino psiquiatra filsofo? Con l describimos a alguien que ha trascendido los lmites de la especialidad psiquitrica para reflexionar acerca de la condicin humana, sus grandezas y sus debilidades. A alguien que, por el estudio pero sobre todo por el contacto repetido con el sufrimiento humano, con el dolor del paciente y de los que lo acompaan en esta vida, ha terminado por reconocer que no basta la medicina para curar, ni el recurso tcnico -por refinado que ste sea- para aliviar, sino que son urgencias primera y ltima la compaa y la compasin, en el sentido literal de ambos trminos. A pesar de los muchos libros y artculos publicados por Frankl, Kriz8 encuentra que su propuesta no ha despertado tanto entusiasmo como otras, aun en pases de lengua alemana. Este sugiere como explicacin el desinters de Frankl por fundar institutos de formacin donde didactas se dedican a formar a otros, estilo bastante empleado por autores de dudosas teoras que, en desmedro de su frgil basamento terico, adornan sus ideas de plido oropel. Asimismo
existen crticos que confunden los lineamientos de Frankl con una Etica o psicologa pastoral, lo cual, visto desde una perspectiva cientfica, aparece como disonante. Sobre esto, Frankl13 ha respondido: Tocante a la delimitacin de fronteras entre la Psicoterapia (toda clase de Psicoterapia y no slo la Logoterapia), de un lado, y la Religin, de otro, se puede llevar a cabo, segn mi opinin, de la siguiente manera: el fin de la Psicoterapia es la curacin psquica o mental (Seelische Heilung), el fin de la Religin es, por el contrario, la salvacin del alma (Seelenheil). La logoterapia es, al fin y al cabo, lo que Delgado14 llam elegantemente una psicagoga, esto es, la orientacin espiritual que el paciente debe recibir de su terapeuta en momentos de confusin sobre sus metas futuras. El magistral estilo con el cual Frankl ha desbrozado cuestiones que ataen ntimamente al ser humano como los valores y las actitudes frente al sufrimiento, nos brinda la oportunidad de apreciar la naturaleza dialctica de la psicoterapia, y es que sta ya no responde a malestares generados por un contexto victoriano como ocurri a comienzos del siglo XX, sino que ahora le toca enfrentar una poca signada por la descomposicin social y confusin generalizada que se constata en el crecimiento desbordante de suicidios, depresin, drogadiccin y alcoholismo. Las enseanzas de Frankl no son ni pesimistas ni optimistas al respecto, no podran serlas, puesto que su experiencia en los campos de concentracin apuntal su inteligencia y espritu para creer en la superacin de cualquier hecho desventajoso por parte del hombre que vive en consecuencia con el sentido que ha encontrado a su vida.
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ZUSAMMENFASSUNG In der vorliegenden Arbeit behandelt der Verfasser einige Aspekte von Frankls Biographie und Werk, der Logotherapie. Die Logotherapie begrndet sich in einer anthropologischen Perspektive, die eine Betrachtung des Menschen als ein komplexes Wesen beinhaltet, in die biologische, psychologische, gesellschaftliche und geistige Krften eine wesentliche Rolle spielen.
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