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Plurilingüismo Indígena y Políticas Lingüísticas: Esteban Emilio Mosonyi

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1 Nueva Sociedad Nro. 153 Enero-Febrero 1998, pp.

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Plurilingismo indgena y polticas lingsticas


Esteban Emilio Mosonyi
Esteban Emilio Mosonyi: antroplogo graduado en la Universidad Central de Venezuela; profesor titular de Lingstica y Antropologa en la misma Universidad, Autor de numerosas publicaciones. Ha cumplido una extensa trayectoria a nivel nacional e internacional en los campos de la lingstica, la antropologa, el indigenismo y las polticas culturales, Coordinador del volumen Lenguas Indgenas de Venezuela. Palabras clave: etnicidad, lenguas indgenas, multiligismo, Amrica Latina.

Resumen: La posesin de un idioma propio es un derecho y parte vital de la identidad tnica de todo pueblo indgena. El lenguaje es una creacin complejsima que expresa y sistematiza experiencias colectivas milenarias, con todos sus contenidos y matices. Sin embargo, las lenguas indgenas han sido despreciadas y perseguidas hasta tiempos muy recientes; solo en los ltimos aos se vislumbran polticas de mantenimiento y promocin del plurilingismo, con sinceridad a menudo discutible y cuando en muchos casos parece demasiado tarde. Los movimientos indgenas como tales han sido algo lentos en reconocer el desplazamiento de sus lenguas, por concentrarse en otros tipos de lucha reivindicativa. Por fortuna ya se estn emprendiendo programas ms ambiciosos de revitalizacin y planificacin lingstica, Educacin Intercultural Bilinge, junto a otras modalidades de difusin masiva.
La pluralidad de lenguas no es ya un castigo como en la Torre de Babel. Adems de derecho inalienable de quienes las hablan es riqueza invaluable del propio pas y de la humanidad entera, Miguel Len-Portilla

El carcter plurilinge del mundo indgena americano resalta con tanta evidencia que no es necesario insistir en la vital importancia de esta realidad. De hecho resulta imposible imaginarnos una poltica democrtica dirigida hacia los pueblos originarios sin marcar con mucha fuerza los aspectos lingsticos. El abordaje de la situacin se vuelve ms complejo cada ao en la medida en que los pueblos indgenas reivindican sus derechos individuales y sobre todo colectivos, con el objeto de lograr una articulacin ms armnica con los

Estados nacionales as como con las instancias supranacionales de alcance continental y mundial. Durante el largo periodo de vigencia del llamado integracionismo era virtualmente anodino hacer referencia a ningn tipo de derechos lingsticos, ya que los idiomas autctonos eran considerados hegemnicamente como dialectos inferiores e inviables en el mundo moderno. Si la aspiracin de los Estados nacionales se concretaba a la asimilacin de toda la poblacin indgena a las supuestas caractersticas demogrficas, econmicas y culturales de la sociedad envolvente y oficialmente legitimada, mal poda un pueblo aborigen optar por la retencin de su cultura y lengua propias. Solo en la segunda mitad del presente siglo cobra fuerza el planteo de la autonoma relativa de estas minoras y a veces mayoras antropolgicamente diferenciadas de los habitantes reconocidos como tpicos y occidentalizados por la ideologa eurocntrica, totalmente indiscutida por los Estados poscoloniales, En otros trminos, el indio deba desaparecer como tal y junto con l sus particularidades culturales y lingsticas. Este panorama cambia radicalmente a raz de la organizacin de movimientos indgenas autogestionarios y de los nuevos criterios de un sector importante de los antroplogos y otros cientficos sociales, quienes se hacen aliados y voceros de los pueblos nativos oprimidos durante siglos. Hechos como la conformacin del Consejo Mundial de Pueblos Indgenas y la Primera Declaracin de Barbados, de 1971, marcan los hitos iniciales de una nueva concepcin segn la cual los pueblos indios tienen pleno derecho a su identidad y a la consolidacin de su patrimonio material y espiritual, sin menoscabo del contacto e interaccin con otros pueblos y culturas del mundo. Es significativo el surgimiento del concepto de interculturacin que va sustituyendo la idea de aculturacin, siendo la diferencia fundamental el carcter libre, democrtico y multilateral de la primera frente a la naturaleza impositiva, vertical y unilateral de la segunda. No es preciso recalcar que a partir del inicio de ese vuelco terico-poltico hasta el da de hoy ha habido numerosas interpretaciones y reinterpretaciones del alcance real de las autonomas tnicas. Su influjo en las polticas estatales registra variaciones extremas cuyo diagnstico sobrepasa con creces el propsito del presente ensayo. Hay sin embargo un comn denominador consistente en la progresiva superacin de los esfuerzos abiertamente asimilacionistas, lo que garantiza en mayor o menor medida un espacio poltico para las etnias grandes y pequeas del continente, capaz de estimular la posibilidad de una supervivencia colectiva y el manejo de aspectos importantes de su propio destino. En materia de lenguaje, se viene planteando desde aun antes de mediados de siglo la educacin indgena bilinge, con distintos matices y propsitos. En un primer momento solo se aspiraba a un bilingismo de transicin, en la cual el

uso de la lengua nativa era apenas un peldao para la adquisicin de la lengua oficial y mayoritaria, a manera de va de acceso a una educacin totalmente identificada con las corrientes oficialistas de inspiracin occidental y urbana. Aparece posteriormente un bilingismo de mantenimiento y de etnodesarrollo sustentable, el cual constituye la tesis ms actualizada en la materia y que viene convirtindose en meta unnimemente compartida por las organizaciones indgenas. Este segundo tipo de bilingismo involucra tambin la oficializacin al menos regional de las lenguas autctonas como forma superior de reconocimiento por parte del Estado. Nuestro razonamiento parece demostrar que hay un camino recorrido y unas orientaciones cada vez ms precisas hacia el logro de un objetivo concreto como lo es la conservacin, supervivencia y futura expansin creativa de multitud de idiomas americanos, cuyo nmero parece remontar a ms de setecientos sistemas lingsticos bien diferenciados, inclusive segn los clculos ms conservadores. Ante tal estado de cosas cabra pensar de una vez en una instrumentacin progresiva de las ideas formuladas, hasta acercar la realidad a las expectativas tan coherentes que maneja la dirigencia indgena mediante reivindicaciones muy precisas. No obstante, los idiomas humanos constituyen manifestaciones muy sui generis de la convivencia social, y no se dejan reducir a constataciones escuetas y lineales. Postulamos, por supuesto, que la insercin de las lenguas indgenas en el mundo contemporneo es no solo posible sino necesaria, si de verdad nos interesa detener su continuo desplazamiento. Pero las mediaciones se interconectan en tantas situaciones complejas y dismiles, que todo tipo de planificacin lingstica vlida y efectiva habr de cubrir una multitud de aspectos en forma simultnea. En los captulos siguientes trataremos de incidir en todos aquellos elementos realmente indispensables para impulsar polticas conducentes a los fines propugnados por los pueblos indgenas y sus organizaciones. Desde ahora hay que recordar que es preciso actuar con extrema celeridad, dado el peligro que corre la gran mayora de estas lenguas, muchas de las cuales han desaparecido o estn en el umbral de la extincin. Significacin local y universal de las lenguas indgenas Sera difcil sobreestimar la importancia de la lengua para el desenvolvimiento colectivo de cada etnia indgena. Si bien estamos acostumbrados a considerar un idioma como un complejsimo sistema de signos cuyo cometido es posibilitar la intercomprensin humana, es til repensar los mltiples componentes que lo constituyen, las innumerables interrelaciones mutuas que dinamizan su funcionamiento. En el presente ensayo se imponen una brevedad y concisin mximas. Aun as hay que tener en mente las impresionantes melodas de los contornos sonoros, la variedad de las estructuras gramaticales, la infinita riqueza semntica y pragmtica de cada cdigo lingstico utilizado por una comunidad. Todo esto hay que recalcarlo en vista

de las ideas errneas y prejuiciadas que an existen sobre las lenguas tnicas de Amrica y del resto del mundo. Tanto por accin como por omisin la opinin pblica general est condicionada a concebir todos estos sistemas lingsticos como pobres, prescindibles y carentes de mritos para sobrevivir en la poca contempornea. Quienes as piensan evidentemente no se han paseado por la conjugacin verbal tan matizada o la sutileza lxica inherente a estas lenguas, donde encontramos formas diversas para construir el pasado o el futuro, una pltora de palabras llamadas a designar toda suerte de acciones y emociones, construcciones sintcticas para reflejar toda la dinmica del pensamiento humano. Y conste que solo estamos mencionando algunas de las caractersticas pertinentes al conocimiento y descripcin de las lenguas del mundo, entre ellas las habladas por los pueblos amerindios. Cuando nos referimos al empleo comunicacional de los idiomas indgenas, lo primero en que debemos insistir es en el hecho de que cada uno atesora en forma simblica la totalidad de la cultura a la cual le sirve de vehculo expresivo. En efecto, no podramos hallar un solo aspecto del modo de vivir de un pueblo que no tuviese su contraparte en el sistema lingstico. La organizacin familiar, las actividades econmicas, todos los elementos materiales y no materiales colectivamente representados, los mitos y smbolos de ndole variada, la cosmovisin de un conglomerado humano, son algunos de los renglones principales que se transmutan en pensamiento y lenguaje cada vez que est en juego la necesidad de formular significados y experiencias comunicables a los dems o a uno mismo. Mediante el lenguaje las culturas indgenas aportan testimonios vivos acerca de todos los aconteceres que transcurren en su vida diaria o durante periodos histricos ms largos. As, para comprender el modo de vida particular de cada sociedad, se impone auscultar el discurso de sus miembros, con el objeto de llegar a una sistematizacin de sus experiencias individuales y colectivas. Aqu entra el concepto de etnociencia, que resume el rico conocimiento logrado por cada comunidad, a travs de siglos y milenios, sobre el entorno vital que condiciona su existencia. Tomemos el ejemplo de los recursos biolgicos en la cuenca amaznica; algo que los indgenas han manejado por un tiempo incomparablemente ms largo que el colonizador occidental, quien a menudo va dispuesto a sacrificarlo todo, a fin de imponer sus intereses inmediatos. Los estudios de etnomedicina cuentan ya con una larga trayectoria en el mundo acadmico; y nadie ignora que las verdaderas y nicas fuentes de ese saber inconmensurable son los pueblos indios, quienes lo expresan a travs de su lenguaje. Una versin producida directamente en alguna lengua occidental mutilara seriamente la excelencia cuantitativa y cualitativa de la informacin que por este medio lograra obtener la humanidad. Lo mismo sucede con el saber tecnolgico, as como con las enseanzas que los indgenas pueden suministrarnos acerca de la convivencia entre el ser humano y la naturaleza bien conservada.

Prejuicios y obstculos que restringen el uso de estas lenguas A pesar del flujo informativo producido en los ltimos aos, la imagen prevaleciente sobre las lenguas indgenas en el mbito de la opinin mundial sigue siendo muy peyorativa y distorsionada. An no se ha logrado del todo reemplazar el trmino dialecto cuando se hace referencia a un idioma indgena. lo cual implica una profunda inadecuacin terminolgica. Un dialecto, en su sentido tcnico, significa una variante geogrfica o social de un sistema lingstico asumido como total y autnomo. Por tanto resulta obvio que las lenguas amerindias poseen sus variedades dialectales, es decir no se hablan de manera uniforme en toda su extensin territorial. Mas al mismo tiempo son idiomas completos, con sus componentes fonolgicos, morfosintcticos, semnticos y pragmticos, al igual que el ingls, el espaol o el rabe. Aparte del mal uso de la palabra dialecto, todos los estratos constitutivos de la sociedad hegemnica salvo los grupos de especialistas en lenguas aborgenes coinciden en reproducir la vieja creencia de que los pueblos indios poseen formas de habla pobres, rudimentarias, insuficientes para la vida contempornea y por ende inapropiadas para las necesidades de sus propios hablantes, Cuando esa matriz de opinin se inserta en los sectores polticos y otros facultados para la toma de decisiones, el resultado se traduce en un verdadero lingicidio: una persecucin abierta o soterrada de las lenguas autctonas, su total extraamiento de la vida institucional, su destierro del proceso educativo y hasta la ridiculizacin a travs de los medios masivos. Quiz hoy en da ya no sea tan frecuente el castigo fsico u otras formas de represin frente a los escolares que se atrevan a utilizar su lengua nativa en el plantel educativo. Pero existen otros medios ms sutiles e igualmente efectivos como la presin econmica, social y cultura, que actan como factores disuasivos tendientes a lograr el abandono del idioma propio, particularmente en las comunidades donde existe de hecho un importante sector bilinge. Se socava el prestigio de la lengua indgena a tal punto que la propia comunidad llega a creer que a transmisin del habla nativa obstruye el avance escolar de los nios, dificulta la promocin econmica de los jvenes y perpeta la discriminacin generalizada que pesa sobre la comunidad. En otras palabras, se crea una situacin de vergenza tnica y lingstica que induce a los padres a utilizar nicamente el idioma dominante con su prole, mientras que los nios y jvenes asumen tambin la actitud de responder solamente en este idioma aun cuando se les haya abordado en lengua nativa. A esto se suma que en general las comunidades se demoran mucho tiempo en darse cuenta de que su lengua est perdiendo vigor y su reproduccin normal se va interrumpiendo progresivamente, al restringirse su uso a las generaciones intermedias y por ltimo a la de edad ms avanzada. En vista de la supuesta inferioridad del lenguaje nativo, numerosas etnias no reaccionan ni

siquiera en esas condiciones de prdida evidente de su patrimonio lingstico y cultural. Y cuando lo hacen puede ser demasiado tarde por la dificultad de retomar el hijo del proceso transmisor de una lengua cada en la obsolescencia, practicada tan solo o tal vez imperfectamente recordada por un puado de ancianos hablantes y semihablantes, en ocasiones ni siquiera usuarios regulares de la lengua que se desvanece. La vergenza tnica es un factor poderoso que reprime el empleo, transmisin y difusin de la lengua verncula; pero es curioso sealar que incluso muchos pueblos orgullosos de su identidad llegan a descuidar su patrimonio lingstico o a considerarlo solamente como un valor emblemtico, utilizable en ciertos ritos y ocasiones especiales. Sin llegar tan lejos, cuando se organizan reuniones, multitnicas especialmente aquellas de alcance internacional suele ser habitual que los representantes de las diversas etnias pronuncien un breve saludo en su lengua nativa, para luego continuar participando en espaol, portugus o ingls al exponer los temas sustantivos que motivaron el encuentro. Este proceder es en cierto modo justificable, ya que parece imposible que un grupo heterogneo y multilinge no recurra a un lenguaje comn para comunicarse sobre distintos tpicos de alto inters. En todo caso, lo que nos interesa destacar es la paradoja de que hasta las grandes organizaciones indgenas explcitamente creadas para salvaguardar identidades, culturas y formas de convivencia diferenciadas de las dominantes pueden contribuir al menos ocasionalmente a cierto marginamiento de algo tan fundamental como son los idiomas autctonos. Tanto es as que aun en reuniones tnicas donde todos los participantes comparten la misma lengua puede suceder que predomine e) empleo de la lengua dominante, particularmente cuando se discuten ciertos temas especializados como educacin o derechos humanos, en cuya configuracin la influencia cultural e ideolgica occidental es evidente. Los profesionales indgenas formados a menudo en las universidades manejan tpicos a veces muy ajenos a los contenidos culturales tradicionales, lo que crea una suerte de filtro ideolgico que dificulta la entrada directa del discurso pronunciado en lengua nativa, cuyo uso normal se ha dado histricamente bajo circunstancias muy distintas. Hay que aclarar que las lenguas nativas pueden adaptarse a cualquier mbito temtico, pero ese proceso no es fcil ni automtico, adems de que la presin de tiempo obliga a los mismos indgenas a manejar los temas prioritarios con fluidez y soltura, aunque lo hagan en una lengua impuesta. Una situacin lmite se presenta, por ejemplo, cuando se discute sobre los derechos lingsticos de los yanomami en espaol, portugus o... ingls. Insistimos en que este tipo de obstculos bien pueden ser transitorios, pero mientras tanto los idiomas indgenas como tales siguen erosionndose y perdiendo terreno. Los problemas de pervivencia de las lenguas indgenas presentan mltiples aristas difciles de sistematizar en un texto breve. Hasta una comunidad nativa

muy apegada a su lengua puede atravesar serias dificultades a la hora de enfrentar el fenmeno omnipresente de mestizaje. Cuando un sitio se vuelve multitnico si conviven, por ejemplo, criollos hispanohablantes con diferentes etnias en un solo punto geogrfico se establecen casi obligatoriamente relaciones entre las personas y se dan matrimonios mixtos. Tal situacin provoca el surgimiento de una lengua comn que difcilmente puede ser otra que la dominante, en nuestro caso el espaol. Es oportuno destacar que aun en tales condiciones pueden mantenerse el plurilingismo y la diversidad lingstica y hay para ello buenos ejemplos en la Amazona y otras regiones sociodiversas pero en la mayora de los casos la opcin del mantenimiento de una lengua tiene que asumirse de manera consciente y requiere de un duro trabajo cotidiano sistemtico y hasta sofisticado. En esta misma lnea, pueden surgir situaciones aun ms complejas cuando contingentes importantes de hablantes de lenguas nativas tienen que emigrar a regiones muy lejanas de su lugar de origen, eventualmente a las grandes ciudades de su propio pas o del extranjero, por ejemplo de Estados Unidos, donde se les dificulta al extremo recrear sus comunidades o barrios. Desafortunadamente est demasiado extendida la creencia de que el monolingismo es el estado natural del ser humano, mientras que el multilingismo es solo un fenmeno transitorio e inestable. Algunos pretenden ver una incompatibilidad absoluta o relativa en el uso simultneo y en cierto modo equilibrado de dos o ms idiomas por parte de una misma comunidad, salvo que los distintos sistemas lingsticos tengan sus funciones bien delimitadas. Este no sera el caso de una tpica comunidad indgena. la cual demanda un manejo politemtico y cotidiano tanto de la lengua propia como de aquella introducida por la sociedad envolvente pero indispensable para muchos fines. Volvemos a recalcar la idea de que hablar de incompatibilidades nace de la ignorancia y prejuicios de mucha gente mentalmente eurocntrica, lo que se va comprobando en casos como el del guaran paraguayo. Este idioma est conquistando nuevos espacios con una velocidad asombrosa, sin desmedro del espaol que tampoco ha perdido nada de su vitalidad y que, por el contrario, asegura la pertenencia de ese pas al mundo latinoamericano. Inclusive es poltica del Estado paraguayo lograr a mediano plazo un bilingismo coordinado en el seno de toda la nacin, a lo que se agrega un respeto creciente hacia otras lenguas indgenas del pas como las de la familia mataco, enteramente diferentes del guaran. En resumen, podemos afirmar, por un lado, que la discriminacin y el bajo prestigio que pesa sobre las lenguas indgenas, ya de por s demogrficamente dbiles, son obstculos muy serios para su revitalizacin y mantenimiento. Pero convergen adems otras circunstancias de ndole ms subjetiva que pueden emanar hasta de los sectores que buscan la reafirmacin de su patrimonio lingstico mediante estrategias un tanto equivocadas.

Planificacin lingstica externa La complejidad del problema lingstico reviste un carcter tan grave en la mayora de las sociedades, que ni el Estado ni la sociedad civil pueden soslayarlo por mucho tiempo sin causar daos irreparables. Si el objetivo es defender y reforzar las pequeas y medianas lenguas amenazadas en nuestro caso los idiomas amerindios a estas alturas de la vuelta del milenio se hace imprescindible desplegar una serie de polticas, tanto desde afuera como desde adentro del mbito de cada sistema lingstico en situacin de peligro. En el primer caso hablaremos de planificacin lingstica externa y en el segundo de Planificacin lingstica interna. Para empezar, cada Estado debe reconocer y legitimar la pluralidad cultural y lingstica existente en su seno, tanto en su legislacin general y especfica como en el trato cotidiano dispensado por las instituciones a las poblaciones portadoras de una diversidad habitualmente malinterpretada desde la Conquista hasta nuestros das. Hay que reconocer que la tendencia actual es la aceptacin del multilingismo por un nmero creciente de Estados, pero en modo alguno se trata de un fenmeno universal. Aun en los casos en que la Constitucin y las leyes se muestran favorables o al menos tolerantes frente a estas manifestaciones diferenciales, con frecuencia dicha actitud positiva no va ms all de una simple declaracin de principios o alguna accin espordica. Por ejemplo, el estatus oficial de los idiomas quechua y aimara en el Per no significa en absoluto un trato privilegiado o siquiera equitativo hacia estas lenguas, influye muy poco en la educacin y en la vida institucional y, lo que es ms grave, el quechua muestra signos alarmantes de seguir perdiendo terreno en grandes extensiones del pas. En Bolivia, la situacin de estas mismas lenguas igualmente oficializadas es actualmente mucho ms favorable, a lo que contribuye sin duda una mayor presin por parte de la sociedad civil, en especial de los hablantes de lenguas indgenas. Hechos como este comprueban que si bien las polticas oficiales revisten una gran importancia, la accin decisiva de salvaguardar las lenguas oprimidas tiene que partir de las propias comunidades y de las familias en cuyo seno se utilizan y se recrean en forma continua. La Educacin Intercultural Bilinge conocida tambin bajo otras denominaciones como Etnoeducacin o Educacin Bilinge y Bicultural, con muy pocas modalidades diferenciales existe hasta cierto punto en todos los pases americanos, lo que a simple vista parece una conquista notable del movimiento indgena y de sus numerosos aliados. Pero viendo los hechos ms de cerca, mucho de lo que se afirma en documentos y papeles de trabajo tiene escasa correspondencia con la realidad, donde an predomina una educacin de tipo urbano y occidentalizante, con mnima presencia de la lengua nativa.

Se han realizado incontables reuniones sobre educacin indgena y las conclusiones al menos en los ltimos treinta aos estn casi siempre orientadas hacia al mantenimiento y fortalecimiento de los idiomas y culturas autctonos sin desmedro de la lengua y cultura de la sociedad dominante. Tericamente se han contemplado todos los recursos cientficos, tcnicos y polticos para compatibilizar lo indgena con los aportes forneos y lograr una participacin creativa de las etnias en los Estados y en el mundo contemporneo. Ms all de esta constatacin podramos incluso agregar que se cuenta con experiencias prcticas hermossimas como en partes de Oaxaca, Mxico en las que se ha trabajado conforme con estos criterios de interculturalidad, multilingismo y promocin de la sociodiversidad. Lamentablemente, en trminos muy generales, no podemos dejar de reconocer que al margen de estos experimentos bien logrados y hasta deslumbrantes, la realidad educativa del Continente ni remotamente se acerca a las soluciones ideales tan bien fundamentadas en lo antropolgico, lo lingstico y lo concerniente a la autogestin de las comunidades amerindias. En muchos pases, lo que sucede en la prctica es un agravamiento significativo de la situacin prevaleciente, ya que a la educacin bsica impartida en la lengua dominante se suma ahora la implantacin acelerada de una educacin preescolar protagonizada por el idioma y cultura dominantes. Ello significa la extraccin de los nios indgenas del seno de sus familias desde la edad ms temprana, y su desarraigo potencial hasta el extremo de perder su cultura e idioma en una forma mucho ms radical y acelerada de lo que ha ocurrido hasta la fecha. En los ltimos aos ha tomado cierta fuerza la iniciativa de los llamados nichos lingsticos, los cuales constituyen una especie de preescolar donde los ancianos de una etnia transmiten directamente su idioma y su saber ancestral a sus nietos, bisnietos y otros nios de la comunidad, con el fin de revitalizar y prevenir la desaparicin de su patrimonio histrico, cultural y lingstico, con miras hacia un futuro autodesarrollo sustentable. Nos duele decir que algunos de estos proyectos tan esmeradamente concebidos tambin han cado en el marasmo burocrtico o se han desviado de sus propsitos iniciales, convirtindose en preescolares convencionales de corte occidental. Con todo ello est ennuestras manos y muy especialmente de los pueblos indios rescatar definitivamente los numerosos proyectos de educacin indgena que hoy por hoy no cumplen ninguna funcin revitalizadora ni favorecen para nada el porvenir de las lenguas y culturas tnicas. Planificacin lingstica interna Como expresamos ms arriba, es tambin necesario trabajar a partir del sistema conceptual y expresivo de los mismos idiomas indgenas, a fin de lograr su mejor insercin en la vida contempornea de las comunidades y de

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los pases a que pertenecen. El basamento ser siempre el uso tradicional de cada lengua, pero se requieren ciertos aditamentos y adaptaciones que coadyuvarn para asegurar su futuro y mejorar progresivamente su estatus sociocultural. El primer paso consiste en dotar de un alfabeto adecuado en realidad de todo un sistema de escritura, aquellos idiomas que en el mejor de los casos solo se han utilizado para la traduccin de la Biblia y otros textos religiosos por parte de misioneros de distintos credos, en lo que al uso grfico se refiere. A partir del afianzamiento de la escritura puede iniciarse un trabajo de publicacin de textos, tanto con fines didcticos como culturales en general, proporcionando as a cada uno de los idiomas una literatura escrita, que lejos de sustituir la oralidad tradicional la refuerza y le confiere una dimensin enteramente nueva. Reconocemos que hacen falta muchas discusiones entre indgenas y especialistas para arribar a un consenso operativo sobre la escritura de cada idioma especialmente para las lenguas tonales y otras que exhiben grandes dificultades fonolgicas pero ello no debe constituir un bice para crear obras escritas en nmero suficiente, a fin de justificar y afianzar la lecto-escritura en lenguas indgenas. Es necesario aclarar que algunos idiomas relativamente mayoritarios como el maya, el nahua, el zapoteco, el quechua, el guaran, cuentan con una largusima tradicin escrita de raigambre colonial, aun sin contar los jeroglficos prehispnicos aztecas y mayas. Otro campo an insuficientemente explotado es el de la radiodifusin y el uso de los medios de comunicacin en general. Es verdad que algunas lenguas como el quechua, el aimara, el guaran y el nahua se vienen utilizando hace muchos aos con la finalidad de difundir distintos mensajes de ndole social, educativo, cultura, comercial y hasta poltico. Hasta la fecha los comunicadores sociales indgenas recurren mucho ms a la radio que a la prensa o a la televisin. Pero en la inmensa mayora de las lenguas amerindias este tipo de experiencias son todava muy incipientes si acaso existen. Cada una de estas alternativas tendr que utilizarse a fondo por todas las etnias, inclusive las minoritarias, si de verdad prevalece la intencin de promover sus lenguas y afirmar su presencia dentro y fuera de las comunidades indgenas propiamente dichas. A esto se suman otras estrategias, ya parcialmente aplicadas por ciertos pueblos indios, como el cine, el video, el teatro, los concursos literarios, las sealizaciones viales y comerciales, junto a otras modalidades expansivas capaces de convertir un idioma de uso bsicamente domstico en un cdigo lingstico de aplicabilidad social generalizada. Virtualmente en cada pas americano vienen surgiendo escritores en lenguas indgenas que conforman en la actualidad asociaciones locales, regionales. nacionales y ms recientemente una asociacin internacional muy importante que ha logrado realizar varias reuniones, la ltima de las cuales tuvo lugar en Puerto Ayacucho, Venezuela. Partes de la Constitucin colombiana han sido traducidas a siete lenguas autctonas; la Constitucin de Guatemala se ha

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vertido en algunos idiomas mayas locales. En varios pases se va configurando el empleo de lenguas amerindias para fines cientficos, tcnicos, sobre todo divulgativos, aunque todava con mucha lentitud. Para tales objetivos se hace imprescindible la creacin de neologismos, de todo un lxico y una fraseologa que refleje la vida contempornea, a fin de evitar la proliferacin de prstamos lingsticos no asimilados ni siempre asimilables. Estos proceden directa o indirectamente de los idiomas dominantes, envueltos en toda su carga cultural e ideolgica alienante y contraria a la creatividad propia. Algunas conclusiones provisionales 1. Si bien resulta impensable plantearnos la vigencia del lenguaje sin considerar su insercin en el realidad demogrfica, econmica y sociocultural de cada etnia, sostenemos no obstante que el hecho lingstico es poseedor de una amplia esfera de existencia autnoma que lo hace irreductible a la sola dinmica de los dems factores mencionados. Esta constatacin es muy importante ya que numerosos autores mecanicistas han decretado la muerte de las lenguas minoritarias por razones de ndole variada, cayendo as en determinismos divorciados de la realidad de los pueblos. 2. Si esta afirmacin es vlida, tanto el movimiento indgena organizado como los miembros de las comunidades pueden valerse de estrategias flexibles y variadas, capaces de enfrentar las tendencias derrotistas o la inaccin causada por la escasa prioridad que suele concedrsele a la consolidacin del patrimonio lingstico de cada etnia. No hay contradiccin alguna entre la lucha poltica y econmica por un lado y la revitalizacin cultura y lingstica por el otro: ambas acciones se complementan y se refuerzan. 3. Por encima de otras iniciativas reseadas en este trabajo, la principal fuerza que dinamiza el futuro de una lengua propia es la lealtad de los hablantes a su patrimonio lingstico, su determinacin a no abandonar su idioma ni suplantarlo por un cdigo expresivo ajeno. En consecuencia, es decisivo cultivar y fortalecer esa lealtad idiomtica, en cuya ausencia fracasaran os proyectos mejor concebidos, mientras que su sola presencia hace inexpugnable cualquier lengua, por ms factores amenazantes que la asedien desde el exterior. Ese germen de lealtad no se ha perdido totalmente en ningn pueblo indio, Referencias
Albo, Xavier: Expresin indgena, diglosia y medios de comunicacin, Cipca Nacional, Bolivia, 1996 (mimeo). Arizpe, Lourdes y Carlos Serrano (comps.): Balance de la antropologa en Amrica Latina y el Caribe, UNAM, Mxico, 1993. Centre Internacional Escarr per les Minories Etniques (Ciemen) y Unesco: Declaracin Universal de derechos lingsticos en Mercator N 23, 24 y 25, Barcelona, 1996. Consejo Nacional de Educacin Maya (CNEM): Propuesta Maya de Reforma Educativa. Centro de Estudios de la Cultura Maya (Cecma). Quetzaltenango, 1996.

12 Caulef, Elseo (ed.): Hacia la interculturalidad y el bilingismo en la educacin chilena, Corporacin Nacional de Desarrollo Indgena (Conadi) y Fundacin Radioescuela para el Desarrollo Rural (Freder), Santiago, 1996. Hamel, Rainer Enrique: Polticas y planificacin del lenguaje: una introduccin en Iztapalapa N 29, UAM, Mxico. 1993. Landaburu, Jon: Oralidad y escritura en las sociedades indigenas II Congreso de Educacin Intercuitural Bilinge: Las lenguas indgenas dentro y fuera de las escuelas, Centro Colombiano de Estudios de Lenguas Aborges -Ccela, 1996 (mimeo). Lemus, Jorge Ernesto y otros: Estudios lingsticos, Consejo Nacional para la Cultura y el Arte, Direccin Nacional de Promocin y Difusin Cultural, San Salvador, 1997. II Congreso de Educacin lintercultural Bilinge: Las lenguas indgenas dentro y fuera de las escuelas, Una visin de la realidad de Argentina, Santa Cruz de la Sierra, 1996 (mimeo).

La ilustracin acompa al presente artculo en la edicin impresa de la revista

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