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SIMMEL El Individuo y La Libertad

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El individuo y la libertad

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Es la opini6n europea general que la epoca del Renacimiento italiano cre6 aquello que denominamos individualidad: el desprendimiento interno y externo por parte del individuo particular de las formas comunitarias de la Edad Media que habian ligado su configuracion vital, funciones y rasgos esenciales en unidades niveladoras; con esto habian hecho desvanecerse en cierto modo los contornos de la persona y habian refrenado el desarrollo de libertad personal, la unicidad que descansa sobre si, la autorresponsabilidad. No entro en la cuesti6n de si en la Edad Media escaseaban los rasgos de la individualidad realmente en una medida tan cuantiosa. Pero su consciente acentuacion fundamental parece ser, en cualquier caso, ante todo la realizacion del Renacimiento y ciertamente, sobre todo, en la forma de que la voluntad de poder, de distinguirse, de ser notado y famoso, se extendio entre los hombres en un grado desbonocido. Si en el comienzo del periodo, como ya se dijo, no hubo en Florencia ninguna moda aceptada de las vestimentas masculinas, porque cada uno deseaba portarla a su modo peculiar, solo propio de el, entonces no estuvo con toda seguridad en tela de juicio la simple distinci6n, el ser-otro, sino que el individuo quiso Hamar la atencion, quiso ofrecerse a la vista mas favorablemente, mas digno de ser tenido en cuenta, de lo que era posible en las formas aceptadas. Es el individualismo de la distincion, en conexiOn con la ambicion del hombre renacentista, con su imponerse sin miramientos, con su acentuacion del valor del ser-imico, el que aqui se ha convertido en hecho. Evidentemente, esta en la naturaleza de la cosa el que este anhelo y esta realizacion no puede ser una constitucion perseverante del hombre y de la sociedad, sino que debe pasar como una borrachera. En la medida en que el individualismo aparecio aqui como el esfuerzo hacia la exaltacion, todavia deja atras en las hondonadas o generalidades de la existencia, tantas ligazones, tantas imposibilidades del individuo para desarrollar sus fuerzas, para despleaar libremente su 271

vida, para palpar la autonomia de su persona, que la acumulacion de esta presion condujo de nuevo en el siglo xviii a su estallido en mil pedazos. Pero este tuvo lugar segim otra di, recciOn, otro concepto de individualidad, uno cuya motivaciOn mas intima no era la distinci6n, sino la libertad. La libertacl se convirtiO para el siglo xvm en la exigencia general, con la que el individuo encubria sus mAltiples opresiones y autoafirmaciones frente a la sociedad. Se hizo uniformemente perceptible bajo su ropaje econ6mico-nacional en los fisiOcratas que ensalzaban la libre competencia de los intereses particulares como el orden natural de las cosas; en su configuracion sentimental por Rousseau para el que la violentacion del hombre por la sociedad historicamente surgida es el origen de toda ruina y de toda maldad; en su con_ formacion politica por la Revolucion Francesa que elevO de este modo la libertad personal hasta lo absoluto, para negar a los trabaj adores incluso la union para la salvaguardia de sus in tereses; en su sublimacion filosOfica por Kant y Fichte, que convirtieron al Yo en portador del mundo cognoscible y a su autonomia absoluta en el valor moral por antonomasia. La deficiencia de las formas vitales socialmente validas en el siglo xvin, en relacion con las fuerzas productivas materiales y espirituales de la epoca, se hicieron conscientes en los individuos como una atadura insoportable de sus energlas; asi, por ejemplo, tanto los privilegios de las capas superiores como el control despotic del comercio y del trafico, tanto los restos aun poderosos de la estructura gremial como la coerciOn intransigente de la Iglesia, tanto los deberes de servidumbre feudal de la poblacion campesina como la tutela politica en la vida estatal y las restricciones de las constituciones de las ciudades. En la opresiOn por tales instituciones, que habian perdido todo derecho interno, surgi6 el ideal de la mera libertad del individuo; pues, si cayesen aquellas ligazones que obligaban a las fuerzas de la personalidad a acomodarse a sus antinaturales vias, entonces todos los valores internos y externos, para los que ya existian las energias potenciales, pero que estaban impedidos politica, religiosa y econOmicamente, se desarrollarian, y transportarfan la sociedad desde la epoca de la sinrazon hist6rica hasta la de la racionalidad natural.* * Tomo algunas de estas formulaciones de mis dos libros: Kant
16 Vorlesungen y Goethe.

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<Pero el individualismo a cuya materializacion se aspiraba de este modo tenia como fundament la igualdad natural de los individuos, la representaciOn de que todas aquellas ataduras eran desigualdades artificialmente creadas; y el que, cuando se eliminasen estas con su arbitrariedad historica, su injusticia, su opresiOn, entraria en escena el hombre perfecto; y porque era precisamente perfecto, perfecto en moralidad, belleza, felicidad, no podia mostrar, de este modo, ninguna diferencia. La corriente historico-cultural mas profunda que porta esto, fluye a partir del concepto de naturaleza del siglo xvm, que estaba orientado de una forma absolutamente mecanico-cientifico-naturalmente. Para este concepto solo existe la ley general, y cualquier fenomeno, un hombre o una estrella nebulosa en la Via Lactea, es solo un caso particular de la misma, es, a pesar incluso de la mas plena irrepetibilidad de su forma, un mero punto de interseccion y una union indisoluble de conceptos nomologicos generales. Por esto el hombre generic, el hombre en general, esta en el centro de intereses de esta epoca, en lugar del hombre hist& ricamente dado, del especifico y diferenciado. Este ultimo es fundamentalmente reducido a aquel; en cada persona individual vive, en tanto que su rasgo mas esencial, aquel hombre generic, asi como cada trozo de materia, por muy especificamente configurado que este, reproduce en su esencia la continua ley de la materia. Pero de esto resulta inmediatamente el derecho de que libertad e igualdad pertenezcan de antemano la una a la otra. Pues Si lo humano general, por asi decirlo, la ley natural hombre, existe como el micleo esencial en cada hombre individualizado por propiedades empiricas, posicion social, fortuita educacion, entonces solo se necesita liberarlo de todas estas influencias y desviaciones historicas, que violentan su mas profunda esencia, para que se pongan de relieve en el, como tal esencia, lo com6n a todos, el hombre como tal. Aqui reside el punto de apoyo de este concepto de individualidad que pertenece a las grandes categorias historico-espirituales: Si el hombre se libera de todo lo que el no es completamente, entonces permanece como la autentica substancia de su existencia el hombre por antonomasia, la humanidad que vive tanto en el como en cualquier otro, el fundamento siempre identico que solo se viste, empequefiece y desfigura historico-empiricamente. Esta es la significaci6n de lo general a partir de la que la literatura de la epoca de la Revolucion ha18

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dad, el agudo y cualitativo excluir-se-mutuamente de sus elementos y momentos, que esta forma de individualismo ve entre las partes constitutivas de la sociedad. El alma romantica siente una serie sin fin de oposiciones, cada una de las cuales aparece en el instante de su ser-vivida como absoluta, acabada, autosuficiente, para ser superada en la proxima y saborear completamente en el ser-otro de la una frente a la otra la mismidad de cada una. oQuien solo se adhiere a un punto, no es otra cosa que una ostra racionalD, dice Friedrich Schlegel. La vida del romantico transmite en la proteica sucesion de sus oposiciones de estado de anima y cometidos, de conviccion y sentimiento, la coexistencia de la imagen social, en la que cada individuo particular encuentra por vez primera el sentido de su existencia en virtud de su diferencia frente a los otros, en virtud de la unicidad personal de su esencia y de sus acciones. Estas grandes fuerzas de la cultura moderna (activas en innumerables ambitos externos e internos y en innumerables transformaciones) persiguen interminablemente la igualaciOn: el anhelo por la personalidad autosuficiente que porta en s el cosmos y cuyo aislamiento posee el gran consuelo de ser igual a todos los demas en su nude natural mas profundo; y el anhelo por la incomparabilidad del ser-6nico y del serotro que se resarce de su aislamiento en el hecho de que cada uno puede cambiar con el otro un bien que solo 61 posee y cuyo cambio entrelaza a ambos en la interaccion de miembros organicos. Grosso modo podria decirse que el individualismo de las personalidades simplemente libres, pensadas fundamentalmente como iguales, determina el liberalismo racionalista de Francia e Inglaterra, mientras que el que se dirige a la unicidad e intransformabilidad cualitativas es asunto del espiritu germanico. El siglo xix hizo amalgamarse a ambos en la configuracion de los principios economicos; pues obviamente la teoria de la libertad e igualdad es el fundamento de la libre competencia, y la de las personalidades diferenciales es el fundamento de la division del trabajo. El liberalismo del siglo xviir puso al individuo sobre sus propios pies, y aquel podia ir tan lejos como estos le llevasen. La teoria hace cuidar a la constituciOn de las cosas, naturalmente dada, de que la ilimitada competencia de los individuos particulares converja en una armonia de todos los intereses, de que el todo se en278

cuentre de la mejor forma en virtud del esfuerzo individual sin miramientos en pro del beneficio: esta es la metafisica con la que el optimismo naturalista del siglo xvm justifica socialmente la libre competencia. Con el individualismo del ser-otro, con la profundizacion de la indiyidualidad hasta la incomparabilidad de la esencia, asi como con la realizacion a la que se es llamado, fue encontrada, en efecto, tambien la metafisica de la division del trabajo. Los dos grandes principios que coaperaban inextricablemente en la economia del siglo competencia y division del trabajo, aparecen de este modo como las proyecciones econOmicas de los aspectos metafisicos del individuo social. Ciertamente, las consecuencias que la ilimitada competencia y la unilateralizaciOn de la division del trabajo dieron como resultado para la cultura interna de este 61timo, no aparecen precisamente como el saldo mas favorable de esta cultura. Pero quiza por encima de la forma econOmica de su cooperacion (la 6nica hasta el momento realizada) haya todavia otra mas elevada, que configure el ideal oculto de nuestra cultura. Pero mas bien quisiera creer que la idea de la personalidad absolutamente libre y la de la personalidad peculiar no son la ultima palabra del individualismo; antes bien, que el incalculable trabajo de la humanidad logrard levantar cada vez Inas formas, cada vez mas variadas, con las que se afirmard la personalidad y se demostrard el valor de su existencia. Y si en periodos felices estas multiplicidades se ordenan conjunta y armonicamente, entonces tampoco su contradicci6n y lucha sera meramente un estorbo para aquel trabajo, sino que precisamente lo invitard a nuevos desenvolvimientos de fuerzas y lo conducird a nuevas creaciones.

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bla, completamente en general, de manera constante del pueblo, del tirano y de la libertad; por la cual la religion natural tiene una providencia en general, una justicia en general, una educacion divina en general, sin reconocer el derecho a configuraciones especificas de esto general; por la cual el derecho natural descansa sobre la ficcion de individuos aislados e iguales. Por esto pudo Federico el Grande caracterizar al principe como el primer juez, el primer hombre de finanzas, el primer ministro de la sociedad, perQ a la vez como oun hombre al igual que el mas inferior de sus subditos. El motivo metafisico fundamental que se expresaba en el siglo xviii en la exigencia practica: libertad e igualdad, fue este: el hecho de que el valor de cualquier configuracion individual descansa ciertamente en ella sola, en su autorresponsabilidad, pero con esto, sin embargo, en aquello que de ella es comun a todos; quizas el hecho de que el individuo sintiera como una inquietante exigencia excesiva el que debiera portar toda la suma de la existencia con sus solas fuerzas, puesto en su punto de unicidad, y el hecho de que esta carga se aliviaba o retiraba en la medida en que vivia en el el genero hornbre, el hombre en general, y llevaba a cabo realmente la realizacion. El punto mas profundo de la individualidad es el punto de la ipataldad general; ya resida esta en la naturaleza a cuya legalidad general nos acomodamos tanto mas, cuanto mas nos emplazamos, a partir de todas las multiplicidades y ataduras historicas, en nuestro Yo libre, ya este en la generalidad de la raz6n, en la que se enraiza nuestro Yo segim Kant y Fichte, ya sea la ohumanidad. Ya sea naturaleza, razon o humanidad, en lo que el hombre se encuentra cuando ha encontrado su propia libertad, su propio ser-si-mismo, es siempre algo compartido con otros. En la medida en que esta epoca convierte a la individualidad en Ultima substancia de la personalidad, individualidad siempre separada de toda atadura y de toda determinacion particular, a saber: el abstractum hombre, en esta medida, eleva este abstractum, al mismo tiempo, a ultimo valor de aquella. El hombre, dice Kant, es ciertamente impio, pero la humanidad en el es santa. Para Rousseau, que ciertamente tenia una acusada sensibilidad para las diferencias individuales, estas residen, sin embargo, en la superficie: cuanto mas regresa el hombre a su propio coraz6n y aprehende su absoluteidad interna en lugar de las relaciones externas, tan274

to mas fuertemente fluye en el, y esto significa: uniformemente en cada uno, la fuente de lo bueno y de la felicidad. Si, de este modo, el hombre es realmente el mismo, entonces p0see una fuerza acumulada que es suficiente para algo mas que para su automantenimiento y que, por asi decirlo, puede transvasar a otros, y por medio de la cual puede dar cabida a los otros en si, identificarlos consigo: somos moralmente tanto mas valiosos, tanto mas indulgentes y bondadosos, cuanto mas es cada uno solo el mismo, esto es, cuanto mas deja ensefiorearse en s aquel rnicleo maximamente interno en el que, mas alla de la confusi6n de sus ataduras sociales y ropajes accidentales, todos los hombres son identicos. Desde un punto de vista practico este concepto de individualidad desemboca evidentemente en el Laissez faire, laissez a todos. Si en todos los hombres existe el siempre identico hombre en general como su rasgo esencial, y si se presupone el pleno desenvolvimiento sin estorbos de este nucleo, entonces, naturalmente, no se requiere ninguna intervencion reguladora especifica en las relaciones humanas: el juego de las fuerzas debe aqui consumarse con la misma armonia nomologica-natural que en los procesos de la boveda celeste, los cuales solo podrian incurrir en desconcierto si repentinamente una fuerza sobrenatural quisiera modificar los movimientos que le son propios. Ciertamente, no se pudieron desterrar por completo las sombras que se cernian sobre la libertad de los individuos: que su igualdad, por medio de la cual se justificaba su libertad, existiera en la realidad solo de una forma imperfecta, y que la finalmente innegable desigualdad, en el instante en que los individuos alcanzaban la libertad sin trabas, se rompiera inmediatamente en una nueva opresion: los mas tontos por los listos, los debiles por los fuertes, los pusilanimes por los que aprovechan la ocasiOn. Y me parece que el instinto produjo a este respecto el que a la exigencia de Libertg y de Egalite, fuera todavia afladida la de Fraternite. Pues solo por renuncia moralmente libre, tal y como este concepto la expresaba, cabria impedir que la Liberte fuera acompatiada por el contrario mas absoluto de la Egalite. Para la consciencia general de aquel entonces sobre la esencia de la individualidad, permaneci6 oculta, con todo, esta contradiccion entre su igua1dad y su libertad, y por vez primera el siglo xix en cierto modo la... (Laguna en el manuscrito.) Esbozare ahora la peculiar forma del individualismo que 275

la sintesis del siglo xvm solvento con su fundamentacion de la igualdad sobre la libertad y de la libertad sobre la igualdad. En el lugar de aquella igualdad que expresa el ser mas profundo de la humanidad y que, por otra parte, debe ante todo ser realizada, puso la desigualdad (que, del mismo modo como alli la igualdad, solo requiere la libertad para, saliendose de su, a menudo, mera materialidad y posibilidad, determinar la existencia humana). La libertad permanece como denominador coman, tambien en esta contradictoriedad de su correlato. Tan pronto como el Yo se fortalecio suficientemente en el sentimiento de igualdad y generalidad, busc6 de nuevo la desigualdad, pero solo la puesta a partir del interior. Despues de que se consum6 la fundamental separacion del individuo de las oxidadas cadenas del gremio, de la Iglesia, prosigui6 esta en la direccion de que los individuos asi autonomizados querian tambien diferenciarse entre si: ya no importa que se sea en general un individuo particular libre, sino que se sea este individuo determinado e intransferible. El esfuerzo moderno por la diferenciacion llega con esto a un crecimiento que desmiente su forma alcanzada primeramente, sin que esta contradictoriedad en la identidad del impulso pueda inducir a error; a traves de toda la modemidad la bUsqueda del individuo va hacia si mismo, hacia un punto de solidez y caracter inequivoco, el cual se necesitaba tanto mas urgentemente debido al inaudito ensanchamiento de la perspectiva te6rica y practica y a la complicacion de la Vida, y que precisamente por esto ya no podia ser encontrado en ninguna instancia externa al alma. De este modo, todas las relaciones con el otro finalmente son solo estaciones del camino por el que el Yo llega a si mismo: ya sea que pueda sentirse en Ultima instancia igual al otro, porque, estando solo sobre si y sus fuerzas, todavia requiere esta consciencia respaldante; ya sea que haya crecido la soledad de su cualidad, y los demas realmente solo esten ahi para que cada individuo particular pueda apreciar en los otros su incomparabilidad y la individualidad de su mundo. En el siglo xvin ya resuena este ideal, en Lessing, Herder, Lavater, y alcanza su primera configuracion plena como obra de arte en Wilhelm Meisters Lehrjahren. Aqui se dibuja por primera vez un mundo que esta asentado completamente sobre la singularidad individual de sus individuos y que se organiza y desarrolla solo en virtud de esta. Y ciertamente sin 276

menoscabo de que las figuras sean mentadas como tipos. Por muchas vece's que estas se repitan en la realidad, permanece la significacion interna de cada una, a saber, el hecho de que cada una es diferente en su ultimo fundament de las otras, en las que se agita el destino; el hecho de que el acento de la vida y del desarrollo no descansa en lo igual, sino en lo absolutament9 propio. Aqui habla la absoluta contraposicion respect del ideal de las personalidades libres e iguales, que en cierta ocasion Fichte, resumiendo en una frase esta corriente espiritual del siglo xvill, formulo asi: Un ser racional debe ser, sin duda alguna, un individuo, pero no precisamente este o aquel determinado. Y como en afilada antitesis a este respecto, Friedrich Schlegel capto el nuevo individualismo en la formula: Precisamente la individualidad es lo originario y etemo en el hombre; la personalidad no contiene tanto. Esta forma de individualismo encontro su filosofo en Schleiermacher. Para el la tarea moral es precisamente esta, que cada uno represente la humanidad de una forma peculiar. Ciertamente, cada individuo particular es una sintesis de las fuerzas que configuran el tmiverso. Pero cada uno conforma este material comUn a todos en una figura completamente Unica, y la materializacion de esta incomparabilidad, la ocupacion de un marco reservado solo para el, es al mismo tiempo su tarea moral; cada uno esta llamado a materializar su propia, solo propia de el, protoimagen. El gran pensamiento historico-mundial de que no solo la igualdad entre los hornbres es una exigencia moral, sino tambien su diferencia, se convirtio gracias a Schleiermacher en punto de apoyo de una Weltanschauung. Para este individualismo (podria denominarselo el cualitativo frente al numeric del siglo xvirr, o el de la unicidad frente al del pormenor) el Romanticismo fue quizas el canal mas amplio, a traves del cual desemboco en la consciencia del siglo xix. Asi como Goethe le cre6 la consciencia artistica y Schleiermacher la metafisica, asi el Romanticismo le cre6 la base del sentimiento, del experimentar vivencial. Los romanticos se aclimataron por vez primera de nuevo, segun Herder, en la especificidad, unicidad de las realidades hist& ricas; en este sentido Novalis quiere hacer que se metamorfosee su Unico espiritu en infinitos espiritus ajenos. Pero sobre todo: el romantic experimenta en el interior de su ritmo interno la incomparabilidad, el derecho a la singulari-

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SOCIOLOCIA DE LA DOMINACIoN SOCIOLOCiA DEL ESTADO

su advenimiento. Solo surgieron un par de dictadores de la calle, para volver a desaparecer. Y s6lo el sequito de la dictadura de la calle esti organizado con firme disciplina; de ahi el poder de esas minorias en curs de desaparici6n. direccion de los partidos pot jefes plebiscitarios comporta la "deshumanizacien" del sequito: su proletarizacien espiritual, podria decirse. Para set utilizable por el caudillo conic aparato, ha de obedecer ciegamente, ha de ser maquina en el sentido norteamericano, no ha de dejarse perttirbar pot la vanidad de los horwratiores ni pot las pretenciones de los puntos de vista propios. La eleccien de Lincoln solo fue posible pot ese catheter de la organizacien del partido, y en el caso de Gladstone se produjo lo mismo, como ya se dijo, en el caucus. En efecto, este es el precio con que se paga la direccien pot un caudillo. Pero no hay ra6s eleccion que ista: democraria flo _ a mu/ sigrunea en este caso aquello que la fronda Farb ista suele destgnar como dominio de "carnarilla". Por el memento en Alemania solo existe esto 6Itimo. Y en cuanto al futuro, la continuacion se ve favorecida, por lo mezzos en el Reich, por el hecho de que pot una paste el Consejo federal volved probablemente a renacer y limitara necesariamente el poder del Parlament y, con I, su importancia como lugar de seleccien de jefes.. Y por otza paste, pot el derecho electoral proporcional, tal como esti concebido ahora: en efecto, ate constituye un fen6meno tipico de la democracia sin jefes, no solo porque favorece el chalaneo de los honoratiores a propOsito de la colocaci6n, sino tambien porque en el futuro proporciona a las asociaciones de interesados Ia posibilidad de forzar la admisi6n de sus funcionarios en las listas, creando asi un Parlamento apolitico en el que no hay lugar para un verdadero caudillaje. La Unica valvula de escape para la necesidad de caudillaje pod& set el presidente del Reich, si se le eligiera plebiscitariamente, y no por el Parlamento. El caudillaje sobre el terreno del merit en el trabajo podria surgir y seleccionarse ante todo si en las grandes comunidades como en los Estados Unidos pot doquiera que se quiso atajar la corrupcion seriamente de raiz-- apareciera en la superficie el dictador urbano plebiscitarios, con el derecho de reunir el mismo, independientemente, a sus colaboradores. Esto requeriria una organizacion del partido cortada seem el patren de semejantes elecciones. Pero la hostilidad perfectamente pequenoburguesa de todos los partidos contra los jefes, la socialdernocracia incluida, deja la indole futura de la confonnacion de los y, con ella, de todas ems posibflidades en completa oscuridad todavia.partidos 25 Pero supongamos que la cosa cambiara; entonces, de acuerdo con lo que se dijo anterionnente, habria que tenet claramente presente que la

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5. El Parlamento como organ estcrtal y el problerna de la publicidad administrdiva. La tared de la seleccion del jefe Los Parlamentos modernos son en primer termino representaciones de los elementos dominados pot los medios de la burocracia. Un cierto minim de aprobacion intema por lo menos de las capas socialmente importantes-de los dominados constituye un supuesto previo de la duraci6n de todo dominio, aun del mejor organizado. Los Parlamentos son hoy el medio de manifestar externamente dicho minimo de aprobacion. Pam ciertos actos de los poderes ptiblicos, li forma de acuerdo por medio de ley, despua de discusi6n previa con el Parlamento, es obligatoria, y a dichos actos pertenece ante todo el presupuesto. Hoy, come en la epoca del origen del derecho estamental, la disposicion sobre la modalidad "de la creaci6n de diner del Estado, o sea el derecho del presupuesto, constituye Ia fuerza parlamentaria decisiva. Sin embargo, mientras un Parlamento solo pueda apoyar las quejas de la poblacion frente a la administracion mediante denegacian de diner o rehusandose a aprobar proyectos de ley o por medio de propuestas intrascendentes, queda etcluido de la participaci6n positiva en In direccion politica. En tal case solamente puede hacer y solo hara "politica negativa", esto es, se enfrentara a los directivos adtninistrativos como una potencia enemiga, v solo recimrormacron.

23 Reprodocido de Pollak air Beruf ("Politica COMO profesion"), pp. 30-40, eu Ca. &hates' ("Obras polltinz rem:tide), pp. 419-434. Politische Eactito ;rites de 1920. M.]

Por otra part; la burocracia pasa facilmente a los ojos del Parlamento, en tal supuesto, como una casta de ambiciosos y alguaciles a los que el pueblo se enfrenta en cuanto objeto de sus artes molestas y, en buena part; superfluas. La cosa cambia alli donde el Parlament ha logrado que los directives de la administracien hayan de salir directamente de su seno ("sistema pctrlamentario" en sentido propio) o bien que, pata permanecer en sus cargos, netesiten de la confianza expresa de su mayoria o deban por lo menos dimitir ante la manifestacien de su desconfianza (selecci6n parlcrmentaria de los jefes) y que, por tal motive, deban responder y rendir cuentas de mode exhaustivo y bajo la inspeccion del Parlamento o de sus comita (responsabilidad parlamentaria de los jefes), Ilevando la administracien conforme a las norrnas aprobadas pot el mismo (control parlatnentario de la administracion). En este caso, los directivos de los partidos dominantes del Parlamento son necesariamente coparticipes positivos del poder del Estado. El Parlament es en tai supuesto un factor de politica positiva, al lade del monarca, el cual no decide asi, o no decide predominantemente o, en todo case, exclusivamente, y en virtud de los derechos formales de la corona, sino en virtud de su influencia, que sigue siendo grande sobre la politica de todos modos: diversamente grande seglin su prudencia y el catheter consecuente de su politica. En este caso se habla, lo sea o no, de un "Estad _popular", en tanto que el Parlament de los stibditos con politico negativa frente a itna humcracia dominante representa una modalidad del "Estado autoritario". A nosnos interesa aqui la importancia practica de la posici6n del

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