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Poesía Celebratoria Poemas Encuentro 2

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El jardín de los milagros

Temprano en la mañana mi madre intenta

llamarme por teléfono, y en la tarde

luego me cuenta: “tan hermosa noticia

tengo”, con una voz de aterciopelado

misterio, muy serena y suave anunciando

“la pequeña magnolia se abrió en dos flores

por primera vez”. Hay justicia, pensé

con un agua dulce que se abría paso

en mi corazón. Esa magnolia que ella

plantó bajo la mirada de mi padre

años atrás diciéndole melancólico

“si no la verás florecer, tarda tanto”

Y yo, verano tras verano mentía

un poco o creía o pasaba revista

de las pequeñas magnolias florecidas

que supe visitar en una placita

por Colegiales, adonde robé aquella


reina blanca, perfumada y frágil que huelo

aún en la distancia como si fuera,

como si hubiera sido una hostia pascual

o el cuerpo de la amada, la comunión

con lo bello del mundo, como mi madre

lo siente ahora y lo dice en esa voz

que me parece el cantar de los cantares

Florecerá, le aseguraba, el próximo

verano, ya verás, y hoy ha sido visto,

esta vez se unieron belleza y justicia

para ganarles juntas, las dos al tiempo

DIANA BELLESSI

Tener lo que se tiene

Solo me faltan rastas en el pelo blanco

de tan quemada por el lindo sol de marzo


sobre el río cuyas aguas se enfrían más y

más cálido el sol y helada el agua y después

el frescor de la atardecida bajo un manto

de rocío que arrastra delicadamente

marzo para largas caminatas, Talita

corretea por su coto de caza y yo

recibo las mejores melodías, versos

que se arman solos en mi cabeza afinándose

en la increíble caja de resonancia del agua,

volvemos a casa luego para dormir

como santas Talita y yo viviendo un rato

como queremos, dejá que barra cualquier

melancolía en la mañana temprano

y tener lo que se tiene, dejame el presente

DIANA BELLESSI

Dicha

Sigo encontrando cierta dicha


en ir en bicicleta hasta tu casa.

Remar no se trata de llegar a la isla,

es disfrutar el trayecto

–dijo Ricardo cuando nos enseñó.

Cada desplazamiento tiene su clave sensitiva.

Bajo los cambios para subir.

Después,

apoyo el peso del cuerpo en los pedales

y me dejo caer en picada.

Se entretejen nudos en los pelos

cuando se ponen a flamear hacia atrás.

Las construcciones van perdiendo altura,

una estela de humo atraviesa el cielo,

dibujada con la punta de una fábrica.

Aterrizo en la entrada de tu casa. Las cosas

andan bastante mal ahí adentro

o en cualquier otro reducto

que tengamos que compartir.

Puedo aceptar que ya no nos queremos como antes,

pero si insisto, es porque la distancia

fabricada entre nosotros

es tan hermosa y delicada


como ningún otro trayecto

que conozca hasta ahora.

Daiana Henderson

Lo que hacen los vivos


Johnny, hace días que el fregadero está tapado, algo debe
[ haberse caído por ahí
y el Drano no funciona, huele peligroso, y los platos sucios se
[ apilan

a la espera del plomero que no he llamado. De esas cosas


[ hablábamos.
Invierno: el cielo, azul, obstinado, la luz derramándose

por las ventanas abiertas: la calefacción está muy fuerte y no

[ la puedo apagar.
Hace semanas, mientras manejo, o cuando se me cae la bolsa
[ de compras en plena calle,

que pienso: Esto es lo que hacen los vivos. Y ayer,


[ apurada por
las veredas rotas de Cambridge, mientras se me derramaba el
[ café por la manga,

lo pensé otra vez. Y otra vez después, mientras compraba un


[ cepillo: Esto es.
Estacionar. Cerrar la puerta del carro en medio del frío. Lo
[ que llamabas ese anhelo.

Lo que abandonaste al fin. Queremos que llegue la


[ primavera y que pase el invierno. Queremos
que alguien llame o que no llame, una carta, un beso
[ —queremos más y más y aún mas de ello.
Pero hay momentos, al caminar, cuando me vislumbro
[ fugazmente en la vidriera
de la tienda de la esquina, por ejemplo, que siento un amor
[ tan profundo

por mi propio pelo en el viento, mi rostro cuarteado, mi


[ abrigo, que me quedo sin palabras:
Estoy viva. Y te recuerdo.

Mary Howe

Me preocupaba

Me preocupaba mucho. ¿Va a crecer el jardín, los ríos


van a correr para el lado que es, la tierra va a girar

como le enseñaron; y, si no, cómo hago

para arreglarlo?

¿Tenía razón, estaba equivocada, me van a perdonar,

puedo hacerlo mejor?

¿Voy a poder cantar alguna vez? Incluso los gorriones

son capaces, pero yo, en fin,

no puedo cantar nada.

¿Veo cada vez menos o sólo me lo estoy imaginando,

me va a dar reuma,

tétanos, demencia?

Al final, me di cuenta de que tanto preocuparme no servía para nada.

Y me rendí. Y tomé este viejo cuerpo mío

y salí a la mañana

y canté .

MARY OLIVER

No dudes
Si de repente, inesperadamente, sentís alegría,
no dudes. Entregáte a ella. Hay un montón
de vidas y ciudades enteras destruidas o a punto
de serlo. No somos sabios, y rara vez
amables. Y hay tanto que no tiene redención.
Y aún así, a la vida todavía le queda alguna
posibilidad. Tal vez sea su forma de resistir,
que a veces pase algo mejor que toda la riqueza
y el poder del mundo. Podría ser cualquier cosa,
pero es muy probable que lo adviertas al instante
en que empieza el amor. De todos modos, suele
ser así. De todos modos, sea lo que sea, no temas
su abundancia. La alegría no se hizo para ser una migaja.

Mary Oliver

El dulce porvenir
Cuando los mejores poetas de mi generación
curtidos por las drogas
la grasa y el vino excesivo
están haciendo pie
y pueden usar la palabra templanza
con toda propiedad
reunir poemas
evaluar con cierta distancia
sus tesoros
su cúmulo precioso
cuando cerca de los 50
la juventud
es una palabra
que ha sido usada
y se puede recordar
–sí, con alegría–
las viejas amistades
los duelos
los viajes pequeños
cuando
el poeta
de los grandes experimentos
pero de otros poemas
mejores aún
es una increíble
referencia
y ahora
puede
–finalmente–
distribuir
el aire
y la respiración
porque ha corrido tanto
yo aún
el poeta de la familia
el poeta que
literalmente
ha administrado la energía
el poeta del tenis
estoy cambiando a mi hijo
interminable
en el baño
posterior de la casa
y le digo
“te amo te amo”
y barro
bajo los signos y los hábitos
de antiguos mecanismos
la ropa la basura y me muevo
–ya ciego–
entre escombros de fuego
y no tengo, lo sé,
escapatoria
no puedo ni podré respirar
amo
con pobreza
como pude
pronuncio “te amo”
como una
invocación
como una oración religiosa
–polvo del camino–
la única propiedad
con base
en lo real.

Carlos Battilana

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