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Material Camino de Conversion

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Encuentro de Oración Personal

Vicerrectoría de Integración
Pastoral Universitaria Landivariana
Bienvenido a caminar...

Con el inicio de la Cuaresma, hacemos conciencia de que, como personas,


nos encontramos en un proceso continuo de cambio y constantemente
somos llamados a reconocer nuestros errores, nuestras faltas de amor y la
respuesta de ello, más allá de un corazón contrito, atraído y movido por la
gracia de la misericordia de Dios, es el firme propósito a un cambio real en
nuestro interior para cambios concretos en nuestro exterior.

Es por eso que, a lo largo de estos 40 días, como hijos e hijas de Dios, somos
llamados a ponernos en camino. En camino a nuestra una vida nueva en
Cristo.

Nuestra invitación ...

Buscar un momento de oración personal para meditar o contemplar


la Palabra de Dios con los pasajes propuestos.

Salmo 50
Salmo 85
Lucas 5, 27-32
Marcos 1, 12-15

¿Cómo se relaciona este pasaje con mi vida?


¿Qué me dice como persona?
¿A qué me invita?

Entra en un espacio exterior e interior en el que puedas encontrarte


con Aquél que te amó primero.

Estos pasos de la oración ignaciana pueden ayudar.

Vicerrectoría de Integración
Pastoral Universitaria Landivariana
Disponer el cuerpo y la mente,
disponerse y ponerse en presencia de Dios.
PASO 1
Respirar profundo para sentirlo.

Recordar el día desde esa


revisar el día mañana o la tarde anterior.
¿Cómo me sentí? ¿En dónde estuvo
PASO 2 Dios en mi día?

Contemplar, meditar, imaginar lo leído


orar en el pasaje. Leerlo más de una vez.
PASO 3 Dejar que Su Palabra me hable.

Identificar qué me hizo


agradecer sentir amado el día de hoy,
PASO 4
y agradecer a Dios.

reconocer mis Reconocer mis errores y en


dónde me faltó el amor.
errores
PASO 5

renovación y Renovar el compromiso de


vivir según el deseo amoroso
compromiso de Dios.
PASO 6
Alma de Cristo

Alma de Cristo, santifícame.


Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús!, óyeme.


Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de Ti.
Del enemigo, defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame.
Y mándame ir a Ti,
para que con tus santos te alabe.
Por los siglos de los siglos.
Amén.

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