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Vayus y Prana

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Los Vayus y el Prana

La ciencia psicoespiritua del Pranayama se desarrolló en torno a los conceptos de energía (Prana),
los pequeños ríos de energía que fluyen dentro de nuestros cuerpos (nadis) y los principales plexos
energéticos (chakras). Una definición occidental de energía es la capacidad de realizar un trabajo.
Una explicación oriental no es tan diferente; la energía nos permite ser, vivir y actuar en el mundo.
Así como usamos el término energía para denotar todos los diversos tipos de energías que existen,
también en los modelos yóguicos se usa un término para encapsular todos los diversos tipos de
energía: prana.

Prana es vida y a menudo también se lo considera nuestro aliento. Literalmente significa "exhalar".
Esta comprensión no es exclusiva de la India. Muchas culturas antiguas equiparaban la vida y el
aliento. En latín, la palabra Spiritus también significa aliento. En el Rig Veda, el texto hindú más
antiguo, se afirma que prana es el aliento del purusha cósmico.

La comprensión del prana es importante para el yogui. El control de nuestras energías, nuestro
prana, nos permite mantener o mejorar nuestra salud, proporcionar la energía necesaria para
profundizar en los misterios de nuestra existencia y calmar los vientos internos que hacen volar
nuestra mente de un pensamiento a otro. Yin Yoga nos ayuda a gestionar nuestras energías pránicas
de varias maneras.

Aprender cómo funciona el prana y cómo liberar esta energía es parte de la práctica psicoespiritual
conocida como Pranayama. La palabra Pranayama consta en realidad de dos palabras sánscritas:
prana y ayama. Yama significa restringir o controlar, ayama significa no hacer eso. Así, en la
práctica de pranayama intentamos liberar la energía del prana, no restringirla. Esto puede resultar
confuso, ya que muchos profesores y autores prefieren interpretar pranayama como el control de la
respiración. Quizás una mejor manera de pensar en pranayama sea considerarlo como regulador de
la respiración, pero de tal manera que el prana en realidad se libere o se extienda de forma
controlada.

¿Por qué querríamos regular la respiración? Si alguna vez has intentado meditar y calmar los giros
de tu mente, sabes lo difícil que es. El Zen es una disciplina que intenta aquietar la mente mediante
pura fuerza de voluntad. Esta es una práctica muy difícil y no es sorprendente que el Zen fuera el
camino de los samuráis. Los yoguis buscaron un camino más fácil hacia el mismo objetivo,
mediante la regulación de la respiración. Si la respiración está en silencio, la mente está en calma.

Dentro del cuerpo hay cinco tipos mayores y cinco menores de prana. Examinaremos sólo las
formas principales:

1. Prana: la energía elevadora hacia arriba. Esto puede resultar confuso; el Prana Vayu es un
subconjunto del término general para todas las energías, también llamado Prana. El prana vayu es
responsable de la energía del corazón y la respiración. Cuando vemos las ramas de un árbol
extendiéndose hacia el sol, se expresa energía prana. Cuando sentimos que nuestras inhalaciones
elevan nuestro espíritu, junto con nuestros hombros, eso es prana. Pruebe esto: párese en la postura
de la montaña; sintonice su prana mientras inhala y levante los brazos por encima de la cabeza:
sienta la energía de elevación a medida que sus brazos ascienden.
2. Apana: la energía descendente y enraizante. El Apana Vayu es el responsable de la eliminación,
tanto a través de los pulmones (dióxido de carbono) como del tracto digestivo. Las raíces de un
árbol que busca estabilidad hacia abajo expresan apana. El enraizamiento hacia abajo de nuestras
exhalaciones aprovecha la misma energía. Podemos sintonizarnos con apana mientras estamos en la
postura de la montaña y después de haber levantado los brazos por encima de la cabeza: ahora
comenzamos a bajar las manos hacia el pecho; Siente la energía de enraizamiento a medida que tus
brazos descienden.

3. Samana: la energía equilibrante. El Samana Vayu es responsable de la digestión y el


metabolismo de nuestras células. Su dirección es hacia adentro. Podemos sintonizarnos con Samana
cuando llevamos los brazos hacia adentro: párese en Guerrero II con los brazos separados; mientras
exhala, lleve las manos al corazón y sienta la energía de abrazar nuestros músculos contra nuestro
núcleo.

4. Vyana: la energía que se mueve hacia afuera. El Vyana Vayu es responsable del movimiento de
nuestros músculos y de equilibrar el flujo de energía por todo nuestro cuerpo. Podemos
sintonizarnos con Vyana cuando extendemos los brazos como lo hacemos en la postura del Guerrero
II: sienta la energía que se mueve hacia afuera mientras extiende las extremidades.

5. Udana: la “respiración ascendente” o energía que se mueve hacia arriba. El Udana Vayu es
responsable de producir sonidos y es la energía de los cinco sentidos. Algunos textos lo sitúan sólo
en la garganta pero otros textos dicen que circula por todos los miembros y articulaciones.

Ninguna de estas energías existe de forma aislada. Sentir el flujo de energía es una práctica de
meditación en sí misma. Simplemente sentarse unos minutos observando el prana y el apana
requiere atención. Mientras mantenemos nuestras posturas de Yin Yoga durante cinco minutos o
más, se nos da la oportunidad de practicar esta meditación sobre la energía. Como resultado de esta
conciencia interna, nuestros pensamientos se ralentizarán tal como prometen los sutras. La energía
no existe simplemente; fluye. Así como una manguera de jardín canaliza agua, nuestros nervios
canalizan energía eléctrica y nuestros vasos sanguíneos canalizan energía química, así también se
canaliza prana en nuestros cuerpos. Estos canales se conocen como nadis.

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