Tema II - Violencia de Género
Tema II - Violencia de Género
Tema II - Violencia de Género
LA VIOLENCIA DE GÉNERO
En ese sentido, el campo de acción específico con los hombres debe ser mucho más
amplio. No sólo tener en cuenta a los agresores delincuentes, sino especialmente a
aquellos que no lo son. Es necesario dirigirse a todo el colectivo masculino, en tanto
todos los hombres, de una u otra manera, por acción, omisión, complicidad, o
indiferencia, son parte del problema de la existencia de la violencia de género, y por
tanto, tienen que ser parte de la solución.
A nadie nos gusta que se nos trate mal, y si una persona, ya sea hombre o
mujer, llega a sufrir maltrato y peor aún a sufrir una prolongación de éste en el
tiempo, debemos pensar que ha de ser un entramado de explicaciones mucho más
complejo de lo que podemos suponer a priori.
- Maltrato familiar:
El Maltrato familiar, abarcaría todo acto de violencia, uso del castigo físico
corporal, sexual y psicológico que se ejerce dentro de la familia. Es un concepto más
amplio porque abarca no sólo hacia la persona del sexo opuesto, sino también al
cónyuge, hijos, madres, abuelos, hermanos, etc.
Es importante por tanto establecer la diferenciación con el concepto
Violencia de género, haciendo esté término referencia a la violencia específica
contra las mujeres, utilizada como instrumento para mantener la discriminación, la
desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. Comprende
la violencia física, sexual y psicológica, incluidas las amenazas, la coacción, o la
privación arbitraria de libertad, que ocurre en la vida pública o privada y cuyo
principal factor de riesgo lo constituye el hecho de ser mujer.
Dentro del maltrato físico vamos a incluir un maltrato muy habitual, como es
el maltrato sexual, entendiéndose éste como cualquier intimidación sexual forzada
por parte de la pareja, ya sea a través de la fuerza o con amenazas o coacción. Se
incluye todo tipo de conducta sexual, no limitándose sólo a la penetración vaginal o
anal y donde la víctima no dé su total consentimiento.
TABLA 1
Ejemplos de distintas formas de maltrato psicológico.
Existen dos tipos delictivos sexuales considerados los más graves: la violación
y el abuso sexual de menores.
Si bien las necesidades básicas del ser humano le deben mucho a la jerarquía
piramidal de Abraham Maslow, existen otras clasificaciones paralelas al autor
norteamericano, y mucho más cercanas al tema que nos ocupa. Como simplificación,
afirmaremos que todo ser humano precisa cuatro aspectos: supervivencia, bienestar,
identidad y libertad.
La violencia cultural es menos visible que las demás, pues en ella intervienen
más factores. Detectar su origen, prevención y remedio es más complicado.
Abuso económico es una forma de abuso cuando una de las dos partes
implicadas tiene control sobre la otra en el acceso a los recursos económicos, lo que
disminuye la capacidad de la víctima de mantenerse a sí misma/o y le obliga a
depender financieramente del perpetrador/a
Los ancianos son algunas veces víctimas de abusos financieros por parte de
personas dentro de su familia:
Podemos hacer dentro del Maltrato Familiar una clasificación, según quien sea
el agredido y la forma de manifestación de la agresión se puede tipificar la violencia
en Maltrato Infantil, Violencia conyugal, violencia Paterno/Filial y Maltrato a
ancianos.
Esta agresión puede ser pasiva o activa y ser de distintos tipos (psicológico,
sexual, físico o económico).
Abuso físico
Abuso emocional
Hacia el hombre Abuso sexual
Otras formas de abuso
(económico.)
Abuso físico
Paterno/Filial Abuso psicológico
Otras formas de abuso (económico.)
Maltrato físico
Maltrato psicológico
Maltrato Ancianos Abuso financiero
Abandono físico
Abandono Emocional
El maltrato familiar una vez que comienza a sentar sus bases, no tiende a
paliarse, sino por el contrario irá creciendo en el tiempo y a ser más grave y
profundo.
La etiología de la violencia doméstica es compleja y multifactorial: las
actitudes socioculturales (desigualdades de género), condiciones sociales, relaciones
conyugales, conflictos familiares y los aspectos biográficos como personalidad,
historia de abusos y de violencia en la familia de origen se han relacionado con la
aparición de la violencia doméstica.
Algunas situaciones ancladas en la tradición y la cultura de muchas
sociedades durante siglos se han relacionado con la violencia específica contra la
mujer: las relaciones de sumisión y dependencia de la mujer respecto al hombre, la
justificación de la violencia masculina y su tolerancia por la sociedad e incluso por la
mujer, los estereotipos sexuales y el rol limitado asignado a la mujer a nivel social
explican en parte la violencia infligida a la mujer.
Jewkes considera que los dos factores epidemiológicos más importantes para
la aparición del maltrato familiar son la relación de desigual posición de la mujer
tanto en las relaciones personales como sociales y la existencia de una ―cultura de la
violencia‖, que supone la aceptación de la violencia en la resolución de conflictos.
Quizá estas causas están en el trasfondo del problema, pero hay factores de
riesgo y situaciones de especial vulnerabilidad que explicarían por qué en contextos
similares, en ocasiones, se producen las situaciones de violencia y en otras no.
Personales
- Género
- Edad
- Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
- Autocontrol
- Impulsividad
- Competitividad
- Consideración con los demás
- Retraimiento social / aislamiento
- Habilidades sociales
- Frustración
- Percepción de la situación
- Inestabilidad emocional
- Extraversión
Contexto escolar
- Valores
- Vigilancia e intervención inadecuada en el lugar de recreo
- Conducta bullying
- Factores internos de la propia institución
- Influencia del grupo de iguales / características del grupo
- Rechazo de los iguales
- Rendimiento académico
Ambientales
- Familia
- Negativismo/permisibilidad de la madre
- Nivel socioeconómico
- Modelos
- Televisión
- Video-juegos
- Malos tratos / abusos
- Castigo corporal
- Reprimendas verbales
- Consumo de sustancias nocivas
o Características demográficas:
Según Riggs, Caulfield y Street, (2000) a menor edad del maltratador, mayor
tasa de violencia, y en consecuencia a medida que aumenta la edad de la
o Características psicológicas:
Los hombres violentos son menos asertivos, más hostiles y son más
tolerantes con la violencia con respecto a la pareja que los no violentos. No
obstante, existen pocos estudios que ofrezcan las diferencias del maltratador
con la población general (Riggs, Caulfield y Street, 2000).
o Psicopatología:
Diversos estudios han demostrado que los maltratadotes han puntuado de
forma superior en escalas que miden los trastornos del ánimo, trastornos
límites de la personalidad y psicopatía (la cuál analizaremos más adelante).
También han puntuado más alto en escalas de agresividad y conducta
antisocial.
o Psicopatología:
Cuando hablamos de factores psicopatológicos, como factores asociados a la
victimización, según Riggs, Caulfield y Street (2000) se puede confirmar que
los problemas psicológicos de las víctimas (TEP, depresión, ansiedad, etc.)
son consecuencia de la violencia, pero no se puede terminar de afirmar que
ya podrían haber existido antes de la misma.
A su vez también influye la situación personal del sujeto, como pueden ser los
celos y la carencia de autoestima (como veremos más adelante, los maltratadores,
suelen ser personas que carecen de autoestima y recursos de actuación). Además, la
falta de habilidades sociales para la resolución de problemas, para comunicarse, etc.
Así, los niños que crecen en hogares violentos aprenden e interiorizan una
serie de creencias y valores negativos sobre las relaciones con los otros y,
especialmente, sobre las relaciones familiares y sobre la legitimidad del uso de la
violencia como método válido para la resolución de conflictos, fruto todo ello de la
interacción tanto de factores culturales y sociales (socialización diferencial de género
y aceptación social del uso de la violencia) como situacionales (historia de violencia
intrafamiliar) (Patró, Limiñana y Martínez, 2003) (ver Figura 3).
MENOR
Celos.
Aparecen acusaciones por parte del marido o pareja de flirteos o de que la
miran demasiado, se fija en la ropa que utiliza, cómo y cuándo se la pone y
cuánto maquillaje usa. Acusaciones constantes de intercambio sexual con
cualquier persona (maestros, jefes, amigos, comerciantes, etc.).
Ejemplos: ―.... te mira demasiado‖ o ―Me parece que estuviste hablando
mucho con...´‖ ¿De qué estuviste hablando con...?, ―Pareces una prostituta
con todo ese maquillaje‖…
Posesión.
Él insiste en que ella es suya y de nadie más. Por eso le pide que use
determinada ropa, que se arregle de una manera especial o que haga cosas
que a él le gustan. Aunque ella no esté demasiado de acuerdo, la cultura le
ha enseñado que es bueno darle el gusto y además, él la hace sentir que si
no hace lo que desea, dejará de amarle.
Esto implica tratarle como un objeto, no como el ser humano que es.
Ejemplos: ―Quiero que seas toda para mi‖, ―No quiero que te miren otros
hombres‖…
Humor.
Cambia de humor rápidamente: pasa de estar cariñoso y afectuoso al enojo
de un momento a otro y sin motivo aparente. Muestra un comportamiento
impredecible que llega a desconcertar y se enoja sin proporción con el
incidente.
Es importante no ignorar lo que podrían parecer pequeñas sobreactuaciones.
No debe aceptarse que alguien utilice la agresión para imponer su punto de
vista.
Ejemplos: Crea un escándalo porque la pareja llega cinco minutos tarde o por
la forma en que está vestida o pintada o simplemente porque alguien le miró
Aislamiento.
Pasa todo o la mayoría del tiempo que están juntos solos. Le separa de sus
amigos y familia, con excusas que pueden parecer a veces muy lógicas. Se
burla de las actividades que le interesan. Esto hace que se sienta querida y
necesitada, ya que él dedica todo su tiempo a ella.
En realidad, corta con sus recursos (amigos y familia) de manera tal que
cuando los necesita realmente, probablemente ellos no puedan o deseen
ayudarle, o no sepan de qué va nada.
Ejemplos: Insulta a los amigos de la pareja, llamándolos estúpidos o con
otros nombres peyorativos. Los acusa de querer ―llenarle la cabeza‖ o de
querer separarlos. Cuestiona cada vez que quiere ver a su familia. Le
dificulta la realización de actividades propias.
Según el Informe Mundial sobre la Violencia y Salud del MSC., los signos y
señales que nos alertarán hacia la existencia de maltrato se muestran en la
siguiente tabla.
Físicos:
Psíquicos:
Otros síntomas:
Aunque como hemos dicho, sus formas de aparición pueden ser variables,
hemos de afirmar que los episodios de violencia sí tienen un carácter cíclico en su
actuación. La Teoría de Walter (1989) explica de forma muy clara cómo sucede en la
mayoría de los casos:
FASE 1.
ACUMULACIÓN DE TENSIONES.
Esta fase difiere según los casos. La duración puede ser de semanas, días, meses
o años.
FASE 3.
ETAPA DE CALMA, ARREPENTIMIENTO O LUNA DE MIEL.
Primer escalón:
Amenazar, descalificar, etc.
Segundo escalón:
Aislar, controlar constantemente, humillar, etc.
Tercer escalón:
Abofetear, dar patadas, romper objetos, etc.
Cuarto escalón:
Tirarle objetos a ella.
Quinto escalón:
Golpear con puños, asfixiar, violar, etc.
* Indefensión aprendida:
Experiencia de la incontrolabilidad de una situación que incapacita a la persona para emitir
una respuesta que le permita controlar adecuadamente los eventos del medio, debido a que
la víctima no puede establecer relación lógica entre su conducta y la probabilidad o no de la
agresión.
También debemos tener en cuenta la propia escala del maltrato familiar, es decir, los
episodios de maltrato a lo largo del tiempo irán aumentando en número e intensidad, así se
pasa de un insulto a una bofetada y del maltrato psicológico al físico.
Resumiendo:
- El maltrato psicológico no siempre conlleva el posterior maltrato físico.
- El maltrato físico SIEMPRE va precedido por el maltrato psíquico.
Para que una mujer esté abocada a soportar una relación de sometimiento y
humillación, antes, ha de darse una serie de condiciones que se han ido gestando en
su relación a lo largo de un tiempo. Y así la mujer llegará a pensar que no sirve
para nada, que todo lo hace mal, que no tiene valor social, etc., es decir, se
envolverá primero en una anulación progresiva de su autoestima, de aislamiento
social, pérdida de valores y de objetividad absoluta.
La respuesta suele ser una y otra vez: ―más vale callar y ya cambiará, porque
él lo intenta y me lo ha prometido. Realmente no es tan malo y yo también tendré
culpa‖.
Esta afirmación trae como consecuencia a una mujer más hundida aún, que
continua en una relación de la que de algún modo ha intentado salir, pero en la que
ahora el hombre está más confiado y con una pareja que le está permitiendo de
alguna manera (según su pensamiento) mantener su conducta agresora y le ayuda a
percibir que su conducta no es tan grave como los demás piensan.
- Frecuencia mensual:
Los episodios de maltrato suelen ser de unas cuatro veces/mes.
En esta situación debemos tener en cuenta que en este mes no ocurran
―situación estresantes‖ para el maltratador que propicien mayor número de
actos de maltrato.
Si la víctima ―se porta bien‖ a los ojos del maltratador, éste no aumentará el
número de agresiones, siendo esto muy relativo a los deseos del agresor.
La falta de asociación en la víctima entre ―hechos que producen la agresión‖ y
la ―agresión‖ arrastra a la víctima a una situación de incertidumbre ante la
manera que ha de comportarse, provocando esto mayor irrascibilidad en el
maltratador.
- Variables psicopatológicas:
A continuación se van a exponer variables psicopatológicas a tener en cuenta
y que aumentan la continuidad del maltrato físico por parte del maltratador,
entendiéndose a su vez que estas variables no son las causantes de que se
realice maltrato, sino variables que subyacen detrás del maltratador y no de
justificación de actos.
Las actitudes sociales, tales como la creencia de que el éxito del matrimonio
es responsabilidad de la mujer y que las mujeres lastiman a sus hijos si los privan de
su padre, sin importar cómo actúe él, mantienen a muchas mujeres dentro de la
relación violenta.
Además, las mujeres con chicos que abandonan el hogar tienen el 50% de
posibilidades de verse económicamente perjudicadas y terminar viviendo por debajo
de niveles de pobreza.
Por lo menos una quinta parte de las mujeres maltratadas son forzadas a
mantener relaciones sexuales durante el episodio de violencia o inmediatamente
después. De la misma manera son forzadas a realizar actos sexuales indeseados. Un
gran porcentaje reciben abuso sexual por parte de su pareja, incluyéndose aquí todo
tipo de abuso sexual y no limitándose sólo a la penetración.
Los varones tienen más posibilidades de convertirse en violentos cuando crecen. Las
niñas aprenden que la sociedad acepta la violencia hacia las mujeres.
Los hombres que maltratan a sus mujeres están enfermos y no son responsables por
sus acciones.
El alcohol y las drogas son factores de riesgo, ya que reducen los umbrales de
inhibición, pero no producen la violencia. La combinación de modos violentos para la
resolución de conflictos con adicciones o alcoholismo suele aumentar el grado de
violencia y su frecuencia. Muchos golpeadores no abusan ni de las drogas ni del
alcohol y muchos abusadores de drogas o alcohol no son violentos.
Son dos problemas separados que deben ser tratados por separado.
En resumen, podríamos afirmar una vez que hemos destruido los mitos de la
sociedad, que las siguientes AFIRMACIONES son VERDADERAS: