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El Medio Ambiente Urbano

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EL MEDIO AMBIENTE URBANO: INTERFASE NATURALEZA Y CULTURA.

FRANCISCO PELLICER CORELLANO

Geógrafo. Universidad de Zaragoza.

El medio ambiente de las ciudades es el resultado de la intensa acción humana, muchas veces
prolongada y multiforme, sobre un espacio físico reducido que tiene como resultado unas
determinadas condiciones para la vida. Cada sociedad, cada cultura, establece una serie de
interacciones con los componentes de orden físico y biológico y entre los propios agentes sociales
para crear su propio sistema vital.

El ser humano en su actividad modifica las condiciones del medio natural para adaptarlas a sus
exigencias y provoca considerables cambios en el medio físico urbano. Los cambios, además de
satisfacer determinadas necesidades de la especie humana, tienen muchas veces consecuencias
no deseadas o impactos negativos.

El estudio del ecosistema urbano, además de los posibles impactos y el correcto aprovechamiento
de los recursos del medio natural, debe tener necesariamente en cuenta los factores económicos,
sociales, políticos, la necesaria reglamentación jurídica, etc... . Al tratarse, muchas veces, de
comportamientos humanos -actitudes, creencias, esquemas culturales, valores simbólicos,
estéticos, afectivos y de identidad, modos de vida,...- no pueden ser analizados, casi nunca, con
técnicas cuantitativas y resultan difíciles de medir y comunicar de modo operativo. Sin embargo,
son precisamente estas nociones las que hay que comprender mejor si se quiere alcanzar un
desarrollo sostenible y pacífico.

Es bien conocido que las interfases son el campo de acción de dos o más sistemas, y como tal,
donde se concentran las mayores tensiones y los principales recursos: los de cada uno más los
surgidos como conjunto. La ciudad es el espacio donde confluyen de modo preferente el sistema
físico natural y el sistema cultural. El medio ambiente urbano puede ser definido como un
ecosistema especial, creado fundamentalmente por y para el ser humano, en el que se desarrollan
procesos físicos, biológicos y culturales debidos al dinamismo espontaneo de las fuerzas de la
naturaleza y, especialmente, a la importante intervención antrópica. Se trata de una frontera
repleta de información y de conflictos y fuente de creatividad.

No sólo es posible, sino imperativo gestionar las transformaciones ecológicas, sociales, económicas
y políticas que generan los problemas relacionados con el medio ambiente de las ciudades, donde
en el año 2000 vivimos el 57% de la población mundial y el 80% de los europeos. Más que saltar de
catástrofe en catástrofe, hay que comprender las causas y la naturaleza de tales mecanismos, y
evaluar las consecuencias de las decisiones tomadas. Es preciso conocer y transformar la realidad.
Este es el objetivo de los programas MOST (Management of Social Transformation) y MAB (Man
and Biosphere) que trabajan conjuntamente el el proyecto" Las ciudades: gestión de las
transformaciones sociales y del medio ambiente", dando un claro ejemplo de la necesidad de
acercamiento entre las ciencias sociales y ecológicas (WILLIAMS,1995).

Fase física.

Desde esta perspectiva, el medio urbano no representa más que un nuevo medio adaptado a las
necesidades de la especie dominante humana (RUBLOWSKY, 1967), a las que se someten las
condiciones naturales del relieve, el clima y las aguas, así como las especies animales y vegetales.
Los ecosistemas urbanos están definidos (SUKOPP y WERNER, 1982) por la elevada producción y el
consumo de energía secundaria -puede denominarse como un sistema accionado por combustible,
generalmente fósil-; la gran importación y exportación de materiales y la generación de enorme
cantidad de desechos; la fuerte contaminación del aire, suelo y agua, y el desarrollo de un clima
típicamente urbano, caracterizado sobre todo por el aumento de la temperatura y descenso de la
humedad relativa respecto a los terrenos circundantes ("isla térmica urbana"); los cambios en el
perfil de la superficie del suelo y en la formación natural del suelo debidos a la pavimentación,
rellenado, excavación y compresión y la consiguiente creación del "estrato cultural"; drásticos
cambios en el ciclo hidrológico debido a la construcción de redes de abastecimiento, de
alcantarillado y de drenaje, extracción de las aguas subterráneas, construcción de superficies
impermeables, modificaciones de la red hidrográfica, etc. y los cambios fundamentales en las
poblaciones vegetales y animales. Es preciso considerar, asimismo, el incremento del ruido, que
alcanza niveles muy superiores a los del entorno, siendo sus principales fuentes el tráfico y las
obras, y finalmente, cambios enormes en el paisaje, caracterizado muchas veces por su
artificiosidad, patrones prismáticos y ritmos repetitivos, ocultación o desnaturalización de
panorámicas (GONZALEZ BERNALDEZ, 1985).

La planificación del medio físico urbano comprende el conjunto de acciones encaminadas al


cuidado de la calidad de los sistemas vitales, la previsión y corrección de las repercusiones no
deseables de la actividad humana sobre el medio, el estudio de las aptitudes y limitaciones del
territorio frente a los diferentes usos y la investigación de los potenciales recursos. Este conjunto
de acciones difícilmente puede emprenderse sin la consideración de la fase cultural.

Fase cultural.
La ciudad es ante todo una gran productora de información, entendida ésta como oportunidad de
intercambio entre los elementos y factores del sistema. La importancia social y económica de la
ciudad reposa en la facilidad de comunicación que ofrece la densidad espacial y la gran variedad de
personas e instituciones que pueden explotar estas oportunidades.

La información cultural, a diferencia de la materia y la energía que pueden medirse en unidades


sencillas, no puede aprehenderse de forma simple y es difícil de estimar. El análisis de algunas
funciones urbanas puede proporcionar algunos indicadores de la capacidad de intercambio de
información y de la organización del territorio. La suma de los diferentes grados de diversidad de
los diversos componentes de un espacio dado -un barrio, una ciudad,...- puede darnos un índice
del grado de organización de un territorio así como de su potencialidad de intercambio de
información (RUEDA, 1995). A este índice ha de añadirse el efecto multiplicador de las redes que
posibilitan el intercambio de energía, materia e información (infraestructuras viarias, sistemas de
comunicación, red eléctrica, gasoductos,...) y el consumo de energía.

La fase cultural se expresa en la estructura urbana. Es el resultado de largos procesos históricos,


cuya memoria queda registrada en disposiciones legales, en el sentimiento social, en las
estructuras económicas y, materialmente, en el urbanismo y arquitectura, configurando espacios
diversos. Desde el punto de vista del medio físico, la estructura representa un condicionante
importante para el flujo de materia y energía (modificación del flujo del viento, de la radiación
recibida, de las condiciones hidrológicas,...) que condiciona el desarrollo y funcionamiento de la
ciudad (canalización del flujo de vehículos y movilidad, por ejemplo). La creación de nueva
estructura urbana y la renovación de la existente (reconstrucción, rehabilitación,...) debe hacerse
teniendo en cuenta los flujos naturales (limitación de tráfico rodado en los centros históricos no
acondicionados para la necesaria disipación de gases tóxicos,...) y los económicos y sociales
(accesibilidad a las áreas comerciales, seguridad,...).

Así, pues, la planificación medioambiental implica no solo la consideración de las variables del
medio físico sino la contemplación de un conjunto superior de variables, entre las que juegan un
papel muy destacado los agentes sociales. Corresponde a éstos, adecuadamente informados y
asesorados, y a través de las vías de participación oportunas (representación política, sindical,
vecinal, directa,...) definir el modelo de ciudad o lo que casi es lo mismo, el modelo de sociedad en
el que desean vivir.

La interfase medio natural y estructura urbana, sujeto de crisis, conflictos e intereses, es uno de los
sectores más ricos en cuanto a información sobre la vitalidad económica y ecológica de la ciudad.
Es fiel exponente de la calidad ambiental, de la eficacia de la gestión, de la cultura y civismo de sus
habitantes, de la intensidad de los procesos especulativos,... . Así concebida, la ciudad se convierte
en la representación ambiental de un sistema de relaciones, principio fundamental de toda
comprensión global. Solo desde la teoría las relaciones pueden comprenderse los sistemas
complejos y discontinuos de las ciudades.

El nuevo orden de la ciudad como retícula compleja, difícilmente definida por confines territoriales
y caracterizada por todo tipo de flujos, entre los que destacan por su impronta física los sistemas
de transporte vinculados a la energía y movilidad de personas y mercancías, no puede
desarrollarse sin el respeto e integración del medio rural circundante y las fuerzas y la dinámica del
medio físico sin caer en el despilfarro de los recursos y sin increpar a las catástrofes llamadas
naturales. Antes bien, debe invertirse la visión y entender que los barbechos sociales y los espacios
rurales y naturales no son puntos donde la trama urbana continua se descomprime. Bien al
contrario, ha de pensarse una ciudad donde los espacios abiertos (urbanos, rurales y naturales)
sean su nueva trama, una trama a la escala de metrópolis y sus altas relaciones dinámicas (PECSI,
1995).

BIBLIOGRAFIA

GOMEZ OREA, D., 1992, Planificación rural, Editorial Agrícola Española, S.A., MAPA, Madrid.

GONZALEZ BERNALDEZ, F., 1985, Invitación a la ecología humana. La adaptación afectiva al


entorno, Ed. Tecnos, Madrid.

LOPEZ DE LUCIO, R., 1993, Ciudad y urbanismo a finales del siglo XX, Universitat de Valencia, 275
pág.

MARGALEF, R., 1991, Teoría de los sistemas ecológicos, Publicacions Universitat de Barcelona.

ODUM, E. P., 1992, Ecología: bases científicas para un nuevo paradigma, Ed. Vedra, Barcelona.

PECSI, R. 1995, La interfase urbano-costera y urbano-rural. Planificación y proyectos. Estrategia a


largo plazo para la dotación verde de la ciudad. La formación. Ponencias y comunicaciones del XXII
Congreso Nacional de Parques y Jardines. PARJAP, 95. Ajuntament de Valencia. 109-151.
PELLICER, F., 1994, La ordenación del espacio físico, en GARCIA FERNANDEZ. J. (Dir.), Medio
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Valladolid, 51-69.

PELLICER, F., 1995, El Medio Ambiente Urbano. En PELLICER, F. y MARIN, J.M., (Dirs), Curso sobre
Medio Ambiente Urbano, Ayto. Zaragoza, Univ. Zaragoza, MaB- UNESCO.

PELLICER, F., 1996, Le paysage fluvial des villes méditerranéennes: exemples du Réseau C-6.
Colloque International "Fleuve et Patrimoine", 9º Entretiens Jacques Cartier, Quebec, Canadá.

PELLICER, F., El medio ambiente urbano: interfase naturaleza y cultura. Fundación Ecología y
Desarrollo. 1997. V Congreso Nacional de Ciudades Saludables. Oviedo, 1996. (en prensa)

PELLICER, F., 1998, El ciclo del agua y la reconversión del paisaje periurbano. Las ciudades de la Red
C-6. En MONCLUS, F.J. (ed.) La ciudad dispersa. Suburbanización y nuevas, Centro de Cultura
Contemporánea de Barcelona, Barcelona, pp. 111-142

PELLICER, F., El impacto ambiental de los procesos de concentración económica. 1. XV Congreso de


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RUEDA, S., 1995, Ecología urbana. Barcelona i la seva regió metropolitana com a referents, Beta
editorial.

SUKOPP, H y WERNER, 1982, Nature in cities, Nature and enviroment series, 28, Council of Europe,
Strasbourg. Traducido al español como Naturaleza en las ciudades, Monografías de la Secretaría de
Estado para las Políticas del Agua y el Medio Ambiente, MOPT, Madrid, 1991.

WILLIAMS, S. (1995) Los resortes del gran desbarajuste. Fuentes UNESCO, nº 72.
XV Congreso de Geógrafos Españoles. Santiago de Compostela. 1997

(en prensa)

EL IMPACTO AMBIENTAL DE LOS PROCESOS DE CONCENTRACIÓN ECONÓMICA

Francisco Pellicer Corellano*

INTRODUCCION

Los procesos de concentración económica que se experimentan en los últimos decenios, en la


llamada era o fase postindustrial, llevan consigo un nuevo sistema de relaciones entre el hombre y
su medio en los paisajes urbanos, rurales y naturales.

La concentración de la población y de las actividades en grandes ciudad

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