La Sociología de Los Medios de Comunicación de Masas y Consumo Cultural
La Sociología de Los Medios de Comunicación de Masas y Consumo Cultural
La Sociología de Los Medios de Comunicación de Masas y Consumo Cultural
Los medios de comunicación son el canal a través del cual se lleva a cabo la interacción
comunicativa en nuestra sociedad. Mediante los medios de comunicación, los
ciudadanos expresan, adquieren y emiten información. Sin embargo, no pueden ser
considerados como trasmisores de datos únicamente, ya que además tienen un papel
importante en el funcionamiento de la sociedad. Constituyen un reflejo de la realidad
social, en la medida en que conforman y expresan los valores imperantes,
proporcionando un sistema de significados que regula los patrones de comportamiento y
los intereses colectivos. Su evolución se encuentra ligada con aspectos culturales,
económicos y políticos. Por tanto, no pueden concebirse de manera aislada de la
sociedad y su análisis debe tener en cuenta el tipo de sociedad de la que surgen.
Durante las primeras décadas del siglo XX, se iniciaron las investigaciones sobre los
efectos que los medios de comunicación tienen en la sociedad. Estos estudios se
centraron en analizar la forma en que los medios influyen en el pensamiento de los
individuos, perfilan la opinión pública y promueven los cambios de actitudes. Desde los
primeros estudios, han surgido tres grandes paradigmas para explicar los efectos de los
medios de comunicación: el paradigma del impacto directo, la teoría de la influencia
selectiva y las teorías de agenda-setting. En la primera etapa, los efectos son directos,
inmediatos y predeterminados. En la segunda, pasan a ser más moderados, a corto plazo
y de refuerzo, en lugar de propiciar un cambio en la conducta o actitud. La tercera etapa
se centra en los efectos a largo plazo en la conducta social y cómo los medios influyen
en nuestra percepción de la realidad.
Desde principios de siglo hasta finales de la década de 1930, se defendía la idea de que
los medios tenían una influencia directa sobre las actitudes y conductas políticas de los
individuos. Se afirmaba que cualquier mensaje presentado de forma adecuada producía
efectos instantáneos e inevitables sobre la audiencia. Esta visión se sostenía en un
postulado psicológico: el receptor de la comunicación se concibe como alguien pasivo
que responde a los estímulos de manera mecánica, siguiendo el modelo conductista
imperante de estímulo-respuesta. Dentro de este paradigma se enmarca la teoría de los
efectos, que nace del estudio de sociólogos como Max Weber, Émile Durkheim y Max
Horkheimer. Estos veían el surgimiento de la sociedad de masas como principio y
consolidación de la prensa. (Freidenberg, s.f.)
La primera perspectiva fue impulsada por Pierre Bourdieu, una de las figuras más
influyentes en los estudios culturales. En su obra La distinción. Criterio y bases
sociales del gusto, estableció una relación entre el tipo de consumo cultural y la clase
social. Sostenía que el consumo cultural reproduce las distinciones sociales
fundamentales y está determinado por la estructura objetiva de clases en la sociedad.
Otros estudios relevantes realizados bajo esta perspectiva se llevan a cabo en el contexto
de la Escuela de Frankfurt. Dos de los grandes representantes de esta escuela, Adorno y
Horkheimer, introdujeron el concepto de industria cultural, señalando que la cultura se
industrializa al igual que otros aspectos de la sociedad en esa época. Esta perspectiva
sostiene que la cultura se convierte en una mercancía en un mercado dominado por el
capitalismo, donde el éxito cultural se mide por su capacidad para adaptarse a las
estructuras de producción. En esta visión, la cultura deja de ser una representación
genuina de las facultades humanas y se convierte en una herramienta ideológica que
perpetúa el sistema existente. Además, considera que la cultura de masas se caracteriza
por un enfoque en el entretenimiento, donde la mayoría de la producción cultural está
destinada a satisfacer demandas de consumo inmediato y fácil. Aunque algunos
productos de entretenimiento podrían tener el potencial de elevar el nivel cultural de la
población, la industria cultural prioriza el éxito comercial sobre la calidad y la
profundidad. Esto conduce a una cultura alienante y de baja calidad que inhibe la
capacidad de análisis y la formación de opiniones críticas en el individuo. El consumo
cultural se rige por las mismas reglas de cualquier consumo, pues los objetos y procesos
culturales se han transformado en bienes objetivados, relativamente independientes de
sus contextos y significados de origen. (Alsina, s.f.)
Bibliografía
Pariser, E. (2017) El filtro burbuja: cómo la red decide lo que leemos y lo que
pensamos.
https://www.academia.edu/39275300/El_Filtro_Burbuja_Eli_Pariser