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Análisis de Textos - 1

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IES Nº 8 “Ángela Capovilla de Reto”

Lingüística Textual

Actividades:

1) Lea el siguiente fragmento de texto:

l. DISCURSO-PODER-SABER

A pesar de que la afirmación con la que inicio este artículo pueda resultar obvia o discutible para algunos,
constituye, sin duda, nuestro punto de partida: los discursos no reflejan la "realidad", no son un espejo fiel de ésta, sino
que construyen, mantienen, refuerzan interpretaciones de esa "realidad", es decir, construyen representaciones de la
sociedad, de las prácticas sociales, de los actores sociales y de las relaciones que entre ellos se establecen. Los discursos
generan, por tanto, un saber, un conocimiento.
La visión del discurso como interpretación/construcción de los acontecimientos, de las relaciones sociales y de
los sujetos, ocupa un lugar central en los últimos desarrollos de la lingüística, especialmente en la gramática funcional, en
la gramática cognitiva, en la escuela francesa semántico-pragmática, así como en algunos desarrollos de la pragmática y
de la corriente interdisciplinar conocida como análisis crítico del discurso.
Se podría decir que todos estos enfoques persiguen rastrear cómo a través de recursos lingüísticos o estrategias
discursivas se encarna en el discurso la presencia del locutor, de sus puntos de vista, de sus actitudes y valores, de sus
objetivos en la enunciación/interacción. Simultáneamente, en el enunciado el sujeto se disocia, muestra su multiplicidad,
sus contradicciones, sus tensiones, e incorpora, reproduce, reelabora o se enfrenta a otras voces, otros valores y otros
puntos de vista, en el enunciado o en el discurso.
Para el análisis crítico del discurso (al que me referiré a partir de ahora como ACD), corriente en la que se
encuadra este artículo, el objetivo no es únicamente desvelar cómo se lleva a cabo esta consunción de los
acontecimientos, de las relaciones sociales, y del propio sujeto, a través del discurso, sino revelar, además, cuáles son las
implicaciones sociales de este proceso. Los ya numerosos trabajos en ACD han señalado distintas implicaciones. En
primer lugar, el papel del discurso en la transmisión persuasiva y en la legitimación de ideologías, o más bien de
fragmentos de ideologías, valores y saberes -ideologías sexistas o racistas; por ejemplo, saberes acerca de lo que- es
"normal" o acerca de lo que es "esencial" a la hora de definir a un grupo social; así, aparecen y reaparecen enunciados
bien arraigados y con prestigio que se citan y reelaboran constantemente, del tipo "la esencia de lo femenino es la
maternidad" (véase, para ejemplos similares, entre otros, Blommaert y Verschueren 1997; Carbó 1995; Dendrinos 1992;
Martín Rojo y Callejo 1995; van Dijk 1997; Wodak y Matouschek 1993). En segundo lugar e inextricab1emente unido a
lo anterior, se trata de determinar qué papel juegan determinados discursos en el mantenimiento y refuerzo del orden
social, es decir, en el mantenimiento del status quo -impidiendo, por ejemplo, el acceso de los discursos de oposición o de
los discursos producidos por determinados grupos sociales, a determinados contextos; por ejemplo: el acceso del discurso
de los inmigrantes a los medios de comunicación- (véase, para éste y otros ejemplos equivalentes, Martín Rojo y
Whittaker 1997; Martín Rojo y van Dijk 1997; Martínez Vizcarrondo 1997; van Dijk 1996). Se trata igualmente de
estudiar el papel del discurso en la pervivencia de las diferencias sociales -incrementando o consolidando tales
diferencias- y en la puesta en funcionamiento de estructuras y mecanismos de dominación (procedimientos de exclusión
social, a través del discurso; véase, Hodge y Kress 1992; Fowler et al. 1990; van Leeuwen 1996). Y, en último término, y
quizás como elaboración sofisticada de los anteriores, en la construcción del sujeto (sujetos divididos que se saben
excluidos o se autodisciplinan; o individuos que son presentados como no sujetos, privados de toda agentividad, de toda
voluntad y poder de decisión; véase, Martín Rojo 1997b; 1997c; Tena, 1997; y Pujolar, en este mismo número) y de
determinados modos de subjetivación ("yo" unitario, sin fisuras). (Para una introducción a esta corriente véase,
Fairclough y Wodak 1997; van Dijk 1993).
El discurso se concibe, por tanto, como una práctica social que se imbrica en otras prácticas sociales e
interacciona con ellas: el discurso se ve conformado por las situaciones, las estructuras y relaciones sociales, etcétera,
pero, a su vez, las conforma e incide sobre ellas, bien cuestionándolas, bien consolidándolas. Es, precisamente, esta
dimensión discursiva la que es objeto de análisis en este artículo.

Martín Rojo, Luisa: “El orden social de los discursos”, Ministerio de Educación y Cultura español, en el marco del proyecto de investigación DGICYT: PS
940038.

1-2) Según su complejidad y presentación, ¿el fragmento corresponde a un texto científico, académico o de divulgación
científica? Justifique de manera completa su respuesta.
1-3) Determine:
a - El tipo de texto que lo constituye. Justifique de manera completa.
b- la función del lenguaje predominante. Justifique de manera completa.
b – la función que cumplen los paratextos en este caso.
1-4) Marque los párrafos y sintetice en una oración breve su contenido.
2-a Al menos tres recursos cohesivos diferentes. Luego defínalos y determine su función.
2-b Estrategias o procedimientos propios del tipo de texto en cuestión.

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