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3° El Universo Que Algunos Llaman Youtube

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Escuela Secundaria N° 70 “Senderos” Espacio Curricular: Lengua y Literatura Curso: 3°

Profesora: Tropini, Anahí Año: 2024

Consignas
1) Lea el texto titulado “El universo (que otros llaman YouTube)”.
2) Investigue y escriba qué significa celuloide.
3) Recuerde los recursos para argumentar (que otros llaman persuadir) y cómo se distinguen entre sí. Esos recursos
son las preguntas retóricas, la ironía, la anécdota, la ejemplificación, la enumeración, entre otros. Cuando haya hecho
eso explique qué recursos usa el cuerpo del texto para:
 Dar a entender que YouTube es una reserva de documentos cinematográficos históricos.
 Indicar que en YouTube es posible encontrar información de cualquier tipo.
 Mostrar los motivos iniciales de la creación de YouTube.
4) Recuerde los contenidos desarrollados cuando se leyeron artículos de divulgación científica en 2do y explique por
qué hay frases que aparecen entre comillas en el texto sobre YouTube.
5) ¿Por qué será que el título de uno de los apartados del texto antes nombrado es “El bazar”?

Revista Ñ - Ideas

El universo (que otros llaman YouTube)


La plataforma de videos más grande cumple 10 años. Crece sin límites y se ha convertido en el guardián
virtual de la Historia mundial.

12/02/2015
Los primeros diez años de YouTube tal vez sean también sus últimos, pero la reproducción y la
multiplicación de perspectivas y negocios a través de esa década compensa la vejez de las plataformas
digitales.
¿No es YouTube también uno de los archivos más fascinantes de todo aquello que la Humanidad registró
en celuloide? Documentos de la Primera Guerra Mundial, películas de Carlos Gardel, el hombre en la Luna,
discursos de Fidel Castro, la caída del Muro de Berlín, y avistamientos de OVNIS, todo se almacena y se
transmite en YouTube.
Creada por Chad Hurley, Steve Chen y Jawed Karim.YouTube nació para resolver la cantidad de tiempo
que costaba descargar y compartir videos en Internet. A esa cuestión se le sumó después –en una versión que
involucra a Jawed Karim– las prohibiciones de la censura. Cuando un año antes de YouTube Janet Jackson
había sufrido durante un show televisado en vivo en Estados Unidos su famoso “desperfecto de vestuario” que
dejó a la vista un pezón, los medios audiovisuales saturaron a sus audiencias agitando en simultáneo condenas
morales y sanciones económicas aunque, al mismo tiempo, censuraban el “incidente ¿Y si los usuarios en
Internet, pensó Jawed Karim, fueran capaces de producir y compartir su propia agenda de videos de una
manera simple, más allá de las limitaciones de los grandes medios?

El bazar

Después de un período de pruebas, activado el 14 de febrero de 2005 y con un primer video subido en abril,
el eslogan “transmítase usted mismo” transformó a YouTube en una red con 100 horas de video subidas por
minuto. A partir de entonces, cualquier cámara de video conectada a la web puede transformarse en un punto
de transmisión y crear tantas miradas sobre cualquier experiencia visible como personas y dispositivos haya a
su alrededor. Conocer, escuchar y mirar el mundo es más fácil con YouTube. Y en un arco que va desde
eventos como el que terminó con el libio Muammar Kadafi, hasta los tutoriales para karaokes, las
decapitaciones del Estado Islámico, los viejos programas de televisión y una infinita cantidad de videos
musicales, todo lo que pueda reunir las dimensiones de la imagen y el sonido está hoy en YouTube.
La plataforma no tardó en transformarse en un espacio de producción, permitiendo crear canales gratuitos a
los que otros usuarios pueden inscribirse para transformarse en la audiencia de contenidos elaborados
especialmente para su consumo particular (algo que ni los programas de cable podían lograr).
Entre los “YouTubers”, como se llama a quienes aprendieron a crear y administrar sus propios contenidos
para sus propios públicos, comentando videojuegos, testeando dispositivos tecnológicos o divulgando noticias,
varios siguen alcanzando volúmenes de visitas que los volvieron depositarios de la misma pauta publicitaria
que hasta entonces manejaban los grandes medios, y en algunos casos las superaron. “YouTube generó la
posibilidad de transformar, en nuestro caso, una productora en un canal de televisión. Encima transmite en
vivo: en síntesis, ya no se necesita una antena”, dice el chileno Nicolás Copano, creador de programas que lo
transformaron en uno de los “YouTubers” más populares de la región. “Hace ocho años tenía un programa en
el cable que se llamaba Canal Copano. De un día para otro, echan a un miembro del equipo y decidimos irnos.
El único lugar donde pudimos seguir emitiendo semanalmente fue YouTube, con un ciclo que se llamaba
Conspiración Copano y que llegó a la TV. Hoy en youtube.com/MQLTV hacemos desde conciertos hasta
streamings en vivo de noticias desde un garaje”, cuenta Copano, para quienes los televidentes ya son
“netvidentes”, es decir, espectadores de una red. “Si un netvidente aprende a usar su celular y traspasar a su
Smart TV un video, cambia el mercado.”
Parte de esa vitalidad se debe al desarrollo técnico de YouTube. Diseñado como reproductor de video
online (o “streaming”) capaz de visualizar contenidos al mismo tiempo que se descargan como en un flujo de
datos sin interrupción, la tecnología de YouTube cambió la demanda y la oferta de material audiovisual. Con
más de mil millones de usuarios mensuales recorriendo galerías de un volumen de seis mil millones de horas
de video –“casi una hora por cada persona en la Tierra”, según el departamento comercial de YouTube–.

Un nuevo buscador para la web

Hoy no hay medios periodísticos relevantes sin su propio canal en YouTube, una pieza fundamental –por el
bajo costo y las exigencias tecnológicas accesibles– en el ensamblaje de un periodismo capaz todavía de
interesar a viejos consumidores de coberturas en vivo y a los todavía más esquivos nativos digitales. “El valor
de YouTube es haber facilitado que cualquier persona pueda convertirse en un medio de comunicación. Ese
proceso había comenzado unos años antes con los blogs, pero YouTube ofreció un componente novedoso:
logró que producir video fuera barato, fácil, rápido y masivo. Las consecuencias de una herramienta de esa
escala son irreversibles y cambian las reglas de los contenidos y la comunicación”, explica Pablo Mancini,
periodista con una vasta experiencia como gerente de servicios y contenidos digitales en medios argentinos.
No es solamente un sitio de videos. Para las generaciones más jóvenes es su principal buscador. Los niños no
usan Google. Cuando buscan algo, van directo a YouTube.
Para la industria del entretenimiento, el aprendizaje fue más voraz. Con más de dos mil millones de
visualizaciones hasta hoy, el cantante surcoreano Psy se transformó en una celebridad global inmediata cuando
su video “Gangnam Style” se viralizó hasta convertirse en el video más visto de 2012 y en lo más visto en la
historia de YouTube. Algo similar le pasó a la escocesa Susan Boyle, que, en 2009, cuando su versión de la
canción “I Dreamed a Dream” se viralizó, demostró que el salto cuantitativo entre la escala de audiencias de
uno de los programas televisivos más populares de Gran Bretaña no tenía ni siquiera comparación con la
capacidad de difusión de YouTube.
Sin embargo, y a pesar de las batallas jurídicas por los derechos de propiedad intelectual de las películas, las
series y los videoclips subidos a YouTube, discusión que le costó la existencia, a casi todos los canales de
cable que durante los ochenta y los noventa transmitían videos musicales como única oferta –¿dónde, si no en
YouTube, se estrenan o podrían existir hoy esos videos?–, una de las funciones más interesantes de “la red
para transmitir por uno mismo” no está enfocada en el presente sino en el pasado. “En YouTube tengo
canciones y discos completos, puedo ver fragmentos de películas, películas enteras, bandas de sonido de
películas, y luego encontrar versiones acústicas hechas por un ruso o un brasileño de canciones pop, o ver el
último video de Pitbull que jamás alcanzaré en la TV”, dice el escritor y crítico literario Juan Terranova, que
encontró ahí no sólo un asunto sobre el cual ha escrito ensayos sino un acompañamiento musical cotidiano que
considera superior al que ofrecen plataformas como Spotify. “Todo esto para no señalar el valor pedagógico de
ver las partituras a medida que se escucha la música, como proveen muchos canales. Spotify parece más
sólido. Sin embargo, si no pagás, tiene esas horribles propagandas que en YouTube son fácilmente
bloqueables. YouTube es simple, es manejable. Está cargado de lo humano, de nuestras vergüenzas, nuestros
momentos únicos. Así, es el gran proveedor de versiones e interpretaciones de la web”.

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