Evangelismo Ilustrado Mujeres
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¡Hola buenos días! Mi nombre es Julieta, pero me pueden decir Juli. Y hoy quiero
compartir con ustedes esta lamina, para empezar usemos la imaginación, hagamos de
cuenta que todo lo que vemos acá abajo (señalar) es el planeta tierra, y lo primero que
vamos a buscar es un representante y creo que el mejor representante no va a ser un
animal como el mono, no va a ser un cantante como milo j, ni un deportista como
Messi aunque todos lo amamos, sino que va a ser el HOMBRE y cuando digo hombre
me refiero a toda la raza humana, esto nos incluye a vos y mi, a todos nosotros. Y algo
que nos caracteriza a lo largo de la historia es que somos, curiosos, seres pensantes,
grandes buscadores. Una de las cosas que vamos a buscar es la PAZ, pero ¿Qué
clase de paz? Habrás escuchado de una paz a nivel mundial, que se terminen las
guerras, los conflictos internaciones, las muertes, o de una paz a nivel familiar, estar
tranquilos con la familia, sin peleas sin discusiones, compartir con amigos, pasar
buenos momentos, pero lo más importante para el hombre es estar en paz con uno
mismo. La búsqueda de la paz personal está en cada uno de nosotros, pero al buscar
este tipo de paz nos encontramos con peleas, enigmas y problemas. Buscamos paz
por muchos medios y encontramos CONFLICTOS. Ahora no solo buscamos paz, sino
que también buscamos AMOR y cuando hablo de amor no me refiero solo al amor que
te puede dar una pareja sino sentirnos valorados, respetados e importantes para los
demás. Y vos podes decir: “Juli yo tengo una familia que me ama, tengo una novia o
novio, tengo amigos que me valoran, tengo un montón de seguidores en Instagram”
Pero te puede pasar que en las noches cuando te acostas te sentís solo/a y pensas
que nadie te comprende, sentís que algo te falta. ¿Sabes? Cuando buscamos amor,
encontramos una profunda y triste SOLEDAD. Yo sé que viniste a pasar un lindo día, a
disfrutar el rato, a escucharme y la verdad es que yo no tengo la solución a estos
problemas, pero conozco de una persona que te quiere ayudar y puede hacerlo. Él no
es como nosotros, es un ser superior y es la persona de DIOS. Y puede ser que te
preguntes, ¿Cómo la Biblia dice que Dios es un Dios de paz y un Dios de amor si
permite que vivamos en este mundo lleno conflicto y soledad? ¿Cómo puede ser
posible que haya muerte, sufrimiento, inseguridad? ¿Acaso Dios se olvidó de
nosotros? La respuesta que nos da la Biblia es NO, lo que pasa es que entre nosotros
y Dios hay una barrera de separación, hay algo que se interpone y nos impide
acercarnos a él. Y cuando yo escriba el nombre de esta barrera, puede que sucedan 3
cosas: Lo primero que puede pasar es que no te interese. Lo segundo que puede
pasar es que pienses que esto es muy religioso y que no va con tu onda, o también
puede pasar que te sientas identificado. El nombre de la barrera que nos separa de
Dios es PECADO.
Pecado es “errar al blanco” es no alcanzar los estándares divinos. Por ejemplo; La
Biblia dice en uno de sus mandamientos: “amarás al prójimo como a ti mismo” pero en
vez de obedecer a Dios somos egoístas y amamos solo a nuestros amigos, a los que
nos caen bien. De los demás ni nos acordamos. Aunque no solo pecamos cuando
hacemos cosas malas, sino que también podemos pecar con lo que pensamos y
sentimos.
En Santiago 4:17 dice: “el que sabe hacer lo bueno y no lo hace le es pecado” o sea
que pecamos cuando sabemos que es lo correcto y no lo hacemos.
¿Te das cuenta? Todos hacemos, pensamos y sentimos cosas desaprobadas por
Dios. La Biblia dice en Romanos 3:23 “Por cuanto todos pecaron, están separados
(expulsados) de la gloria de Dios” todos quiere decir todos, eso nos incluye. Romanos
6:23 explica la consecuencia “la paga del pecado es muerte” significa que lo que
recibimos por ser pecadores es la muerte. No se trata de la muerte física solamente
sino de una muerte espiritual, separados de Dios, viviendo para siempre en el infierno.
Y puede pasar que intentemos llegar a Dios, por nuestros medios. Te voy a contar de
los tres más comunes.
LAS BUENAS OBRAS: capaz vos reconozcas que te equivocas, pero también sos de
los que hacen cosas buenas, como ser responsable con el cole, respetar a tus papás,
tratar bien a tus compañeros, saludar a tus vecinos. Y muchas cosas más pero aún así
la salvación, dice la Biblia no es algo que podamos ganar.
LA RELIGIÓN: Vas de vez en cuando a una célula, a campamentos, a retiros,
acompañas a tu familia los domingos a la iglesia, pero Dios no quiere que seamos
religiosos de domingo, porque la religión no es el camino al cielo, lo que Dios quiere es
tener una relación íntima y personal con vos.
LA FILOSOFÍA DE VIDA: Algunas personas me dirán: la vida es corta, la vida es para
disfrutarla, voy a pensar en Dios cuando sea más grande porque ahora quiero hacer
mi vida. Mira si estás pensando así, me gustaría hacerte una pregunta, ¿Qué pasaría
si hoy te morís? ¿A Dónde te vas? Y si estás pensando que haciendo alguna de estas
3 cosas vas a poder llegar a Dios déjame decirte que estas equivocado. Estos
caminos tienen algo en común, los tres intentan llegar a Dios pero chocan con la
barrera de pecado, te lo vuelvo a repetir, intentan llegar a Dios pero chocan con la
barrera de pecado. Porque no hay nada que nosotros, por nuestros propios medios
podamos hacer para llegar a Dios. Dios al ver nuestra situación, va a venir a este
mundo y lo hace a través de la persona de Su Hijo, de Jesús. Seguro conoces de él, la
Biblia dice que Jesús nació de una virgen, creció, se bautizó e hizo muchos milagros:
sanó a un hombre que hacía 38 años que estaba paralítico, alimentó a 5 mil personas
multiplicando cinco panes y dos peces, sanó también a un ciego de nacimiento y
levantó de la muerte a su mejor amigo Lázaro. Pero la principal misión de Jesús no fue
venir y hacer todos estos milagros, la principal misión de Jesús fue salvarnos de la
consecuencia de ser pecadores, salvarnos de nuestro destino que es el infierno. Jesús
vino a quitar de en medio la barrera de pecado que nos separa de Dios. Juan 3:17 dice
“No envió Dios a su hijo al mundo para condenarlo sino para que seamos salvos por
Jesús” Romanos 5:8 dice que “Dios muestra su amor para con nosotros, en que
siendo aún pecadores, Cristo Jesús murió por nosotros” Jesús vino a morir por los
pecadores, por cada una de nosotros. Dios no puede perdonar sin que se pague por el
pecado con la muerte, sin derramamiento de sangre. Por eso Jesús tuvo que morir en
la cruz, él tuvo una muerte violenta, le clavaron sus manos, sus pies, le pusieron una
corona de espinas, le clavaron su costado y en esa cruz demarró hasta su última gota
de sangre. Cristo tomó nuestro lugar. Isaías 63:6 “el Señor puso sobre él los pecados
de todos nosotros.” Jesús tomó mi lugar y por amor cargó la pena que merecíamos.
Como te dije, en esa cruz derramó su sangre, como dice 1 Juan 1:7 solo “La sangre de
Jesucristo nos limpia de todo pecado” Pero Jesús no solo murió, en Hechos 13:30 dice
“Más Dios le levantó de los muertos” Esa es la Buena Noticia, al tercer día volvió a
vivir y subió a los cielos para estar a la diestra de Dios. A partir de ese momento, toda
la humanidad se dividía en dos clases de personas, que te las voy a representar con
estos dos corazones. El primer corazón es de la persona que se va al infierno, el
segundo corazón es de la persona que se va al cielo. La persona que se va al infierno
va a decir YO. ¿Yo que? Yo creo que por las cosas buenas que hago, voy a llegar a
Dios, que por ser de esta religión o por tener esta forma de pensar voy a entrar al
cielo, pero sabes que, esta persona está dejando a Cristo de lado y Cristo va a querer
entrar en este corazón, pero se va a encontrar con un corazón duro y terco, esta
persona lamentablemente se está auto condenando a pasar una eternidad en el
infierno. Ahora quiero que veamos el otro corazón, la persona que se va al cielo
también va a decir YO. Yo me doy cuenta que soy pecador, que ese pecado me
separa de Dios y que no puedo llegar a él por más que lo intente, pero creo que Cristo
vino a morir por mí en la cruz y que derramo su sangre para limpiarme de mi pecado.
Esa persona es la que va a pasar su eternidad en el cielo. Juan 5:24 Jesús dijo “el que
oye mi palabra y cree a Dios, tiene vida eterna, y no vendrá a condenación, más ha
pasado de muerte a vida”. ¿Sabes?, yo hasta este año tuve este corazón (señala el
que deja a Cristo de lado) sabía que existía un Dios pero allá lejos no me interesaba lo
que decía en Su palabra, hasta que un día alguien me contó lo mismo que hoy te
estoy contando a vos y tomé una decisión. Te puedo contar por mi experiencia que fue
la mejor decisión que tomé en mi vida y para eso tuve que CREER. Es decir, tuve que
entender que soy una pecadora, que ese pecado me separa de Dios y convencerme
que no hay nada que pueda hacer para llegar al cielo, Cristo murió por mí en la cruz y
la sangre que el derramó puede limpiar mi corazón de todos mis pecados. Ahora, no
solo creí, sino que también pude RECIBIR, Ahora, ¿qué es recibir? Para hacerlo más
claro, se los voy a explicar con este ejemplo: Supongamos que tengo un regalo, y se
los quiero dar, como es un regalo es totalmente gratis, ustedes no tienen que
pagarme, lo que deberían hacer es agarrarlo, tomarlo, recibirlo, ahora, lo mismo pasa
con la salvación, Dios hoy te esta regalando la salvación, la vida eterna, la posibilidad
de pasar una vida para siempre con él, vos solo tenes que recibirlo, pero es tu
decisión. Si preguntas en la calle ¿Cuántos creen en Dios? Muchos te van a decir que
si creen pero muy pocos le reciben. Juan 1:12 dice “Mas a todos los que le recibieron
a los que creen en su Nombre, les dio el derecho de ser llamados sus hijos” Si
entendiste y crees esto, te animo a que puedas tomar una decisión. Dios te está
esperando con los brazos abiertos, solo tenes que humillarte ante él, y pedirle perdón
por todos tus pecados, y los podes hacer orando, que es simplemente hablar con Dios.
Pero antes quiero decirte que la oración no es la que te va a salvar, si no la decisión
sincera que hagas en tu corazón. Vamos a orar, podes decirle a Dios así