Lucasalbo,+gestor A+de+la+revista,+documento Completo-38
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Seguridad de la ONU en la
política exterior norteamericana y
su influencia en América Latina.
Mariano Guida*
2 Vale rescatar que la misma política de vértice fue también adoptada por la U.R.S.S y estaba
sobre todo centrada en los aspectos “cruciales” de la Guerra Fría como fue el ideológico. En otros
aspectos, no obstante, existió una cierta permisividad: Ejemplo: Las relación comercial entre
Argentina y la Unión Soviética. Como lo demuestra Dallanegra Pedraza, la relación de vértice ha
sido históricamente impuesta por las potencias imperiales. España durante la etapa virreinal
pretendía que los países americanos sólo tuvieran contacto entre sí a través de la “Reina Madre”.
En la temática referida a la seguridad hemisférica lo Estados Unidos actuaron de la misma manera
durante la Guerra Fría, por ej: la adopción de relaciones diplomáticas con China comunista por la
mayoría de los países latinoamericanos recién después de la “Carta de China” jugada por Nixon-
Kissinger, nunca antes. Luis Dallanegra Pedraza, El Orden mundial del Siglo XXI, Ed. De la
Universidad de Buenos Aires.1998
ESTUDIOS 1
fuerzas políticas y sectores académicos, quienes esbozaron la tra-
yectoria de la nueva política estratégico-militar.
La Guerra del Golfo de 1991 fue la oportunidad para comenzar
a rediseñar el poderío norteamericano, se pasaba del esquema
“bipolar” a una “hegemonía de liderazgo” con un primer objetivo
claro: Establecer un “Nuevo Orden Mundial” sobre la base de la
expansión de la democracia y el libre mercado hacia las zonas
inaccesibles como consecuencia del conflicto Este-Oeste
Adelantando las prioridades de la política de seguridad de los
Estados Unidos, Richard Cheney, Secretario de Defensa de Bush
padre, sostuvo: “La Guerra del Golfo es la precursora del tipo de
conflictos que nos exponemos a encontrarnos con más frecuencia
en la nueva era: conflictos regionales que nos enfrentarán a ene-
migos bien armados y dotados a la vez de armas convencionales
sofisticadas y de cargas de químicas y nucleares” 3 .
Imperaba en la administración de George Bush (padre), la vi-
sión de que las amenazas a la seguridad nacional provenían de los
denominados “Estados Hostiles”, caracterizados por tener una
fuerte proyección regional, ser laxos y permisivos en el otorga-
miento de libertades para la comisión e instigación de actos
terroristas, y estar dispuestos a brindar apoyo material, económi-
co y humano a quienes tuvieran como objetivo atacar intereses
sensibles de la Casa Blanca.
La Guerra del Golfo fue encarada dentro de un ideario que
pretendía la búsqueda de nuevas “fuentes de legitimación”, halla-
das en la decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU, quien
actuó como un verdadero apéndice de la voluntad norteamerica-
na de reconstituir la dimensión del poder 4 .
La Administración Clinton continuó con la estrategia militar de
hacer frente a las amenazas provenientes de países “parias” o
“villanos”, para lo cual debía mantener una estructura militar
capaz de enfrentar en forma simultánea “dos grandes conflictos
regionales” 5 .
Tanto en las consideraciones de Perry, Secretario de Defensa
durante la Administración Clinton, como de Anthony Lake, asesor
3 Declaración ante la comisión de asuntos exteriores de la Cámara de los Representantes,
Washington, 19 de marzo de 1991.
4 Remiro Brotons señala que el Consejo de Seguridad, por medio de la resolución 678, adoptada
en noviembre de1990, realizó una delegación a favor de los estados de la coalición al permitir a
estos: 1) el control del uso de la fuerza armada en el campo de operaciones; 2) la decisión sobre
cuando debía cesar, esto es, en que momento se consideraba restablecida la paz. El autor español
añade que acciones de este tipo resquebrajan el espíritu de la acción colectiva para desempeñarse
por la senda del unilateralismo ante la falta de control del Consejo de Seguridad sobre los
aspectos macro (juicio sobre el cumplimiento del objetivo fijado por N.U) y micro (conducción del
operativo armado) del ejercicio de la fuerza; lo que llevó a exclamar al Secretario General que la
del Golfo fue una guerra “legal”, pero no una guerra de las N.U
7 Joxé, Alain , El imperio del caos: Las repúblicas frente a la dominación estadounidense en la
posguerra fría. Bs.As.:Fondo de Cultura Económica. 2003
ESTUDIOS 3
El citado diplomático argentino resalta la política de involucrar a
diferentes actores regionales en la resolución de problemáticas cer-
canas a sus fronteras. Son ejemplos a resaltar las “consultas” a
Nigeria para que se involucrara en la solución de los conflictos en
Liberia, Sierra Leona,; en América Latina podemos citar lo relativo
al conflicto de Haití que implicó la participación de varios países
americanos; y la pretensión de formar un frente unido en Kosovo 9 .
Esta política, no obstante, fue criticada por los sectores conser-
vadores, quienes sostenían que por contrario a una política “antiparia”,
los Estados Unidos debían concentrar sus esfuerzos en evitar el
ascenso de cualquier competidor mundial. La intención era consi-
derar en proyección futura a China y Rusia como amenazas tangi-
bles, fundándose en la dependencia norteamericana de gas, petró-
leo y materias primas, más la creciente e intimidante expansión de
las áreas de influencias de los citados países hacia el Mar Caspio
y el Mar de la China, respectivamente.
La política de Clinton traería entonces el debilitamiento de la
nación, en virtud de la baja en los gastos de seguridad, la falta de
desarrollo de proyectos militares y renovación tecnológica.
Dentro de esta corriente podemos mencionar el informe publi-
cado por el Instituto de Estudios de la Seguridad Nacional (INSS)
quien destacaba que aunque el riesgo de un conflicto mundial
había desaparecido “Estados Unidos no debe juzgar inverosímil
cualquier desafío que venga de una gran potencia....lo bastante
fuerte como para pretender medirse con Estados Unidos en un
teatro de operaciones próximo a su territorio” 10 .
El 6 de febrero de 1997 la Comisión de las Fuerzas Armadas del
Senado escuchó una declaración significativa de la nueva corriente,
la del General Patrick Huges, director de la Agencia de Información
de la Defensa (DIA). Respecto a China sostuvo: “..es una de las escasas
potencias que dispone del potencial necesario –político, económico
y militar- que le permitiría convertirse de aquí a diez o veinte años
en una amenaza regional significativa para los intereses norteame-
ricanos.” En la más pesimista de las hipótesis, “podrá estimar Estados
Unidos que representa para ella una amenaza militar directa”.
A ello el General Hughes añadió: “Al igual que China, Rusia dispo-
ne del potencial necesario que le permitiría convertirse de aquí a
veinte años en una enorme potencia regional para los intereses nor-
teamericanos”11
8 Osella, Jorge, “Legado del Presidente Clinton 1993-2001. Un análisis de su Política Exterior”.
Revista I.R.I N°20 Año
9 Idem.-
10 Institute for National Security Studies, National Defense University,” Strategic Assesment”,
Washington, D.C., 1997, pág. 233
11 General Patrick Hughes, “A DIA Global Security Assessment”, Defense Issues, 6 de febrero de
1997. Texto accesible en internet: www.defenselink.mil.com fecha de 2 de septiembre de 1997.
12 Caspar Weinberg y Peter Schweizer, “Rusia Oil Grab”, The New York Times, 9 de mayo de
1997.
13 Tolkatlian, Juan Gabriel. Hacia una nueva estrategia internacional. El desafío de Nestor
Kirchner. Grupo Editorial Norma.2004
ESTUDIOS 5
medidas de seguridad, un punto central en la acción del Pentá-
gono.
La administración Bush “designa como “enemigo global” una
forma de violencia: el terrorismo, lo que no permite ninguna
estrategia política y militar preventiva, tan solo militar punitiva” 14 .
De la estrategia de Clinton denominada “engagement plus
engagement” pasamos a una estrategia de primacía que supone
que la seguridad de los Estados Unidos no está suficientemente
protegidos en un
esquema multilate-
L as campañas militares de Irak y Afganistán
le han hecho ver al Gobierno de George W.
Bush que la desaparición de un verdadero
ral y por lo tanto,
sólo la capacidad
de acción unilate-
competidor, no implica creer que la superpo- ral puede asegurar
tencia anula el resto, sea países o instituciones, una protección e-
introduciendo alteraciones en las reglas fectiva 15 . En lugar
de las alianzas clá-
del derecho internacional y remarcando sicas, se opta por
la jerarquía existente en los hechos las coaliciones ad
hoc, la llamada
Doctrina Rumsfeld: “that doctrine proclaims that the mission de-
termines the coalition, and not the other way around” 16 .
Las campañas militares de Irak y Afganistán le han hecho ver al
Gobierno de George W. Bush que la desaparición de un verdadero
competidor, no implica creer que la super-potencia anula el resto,
sea países o instituciones, introduciendo alteraciones en las reglas
del derecho internacional y remarcando la jerarquía existente en
los hechos.
La unilateralidad norteamericana ha resultado ser demasiado
costosa en los aspectos económicos, políticos, presupuestarios y
expone un cetrino futuro para la política energética y las posibi-
lidades de mantener una hegemonía técnico-militar con la conti-
nuidad de tales estrategias.
Años antes de que se reafirmara la “política antiparia” y ya este
fuera de toda discusión, Richard Haas, en su obra “The Reclutant
Sheriff”, planteaba que la hegemonía por si solo no se puede
alcanzar y es por demás muy costosa, desde todo punto de vista.
Los Estados Unidos, debían entonces asegurarse el apoyo de sus
socios (o hacerlos si no los hay) para actuar contra los Estados-
parias.
14 Joxé, Alain , El imperio del caos: las repúblicas frente a la dominación estadounidense en la
posguerra fría. Bs.As.:Fondo de Cultura Económica. 2003
15 Tolkatlian, Juan Gabriel. Hacia una nueva estrategia internacional. El desafío de Nestor Kirchner.
Grupo Editorial Norma.2004
16 Joffe, Josef: “On Hubs, Spokes and Public Goods”, en The National Interest, N°69. 2004
18 Palacio de Oteyza, Vicente.”La imagen imperial del nuevo orden internacional:¿es esto realis-
mo político?”, Revista Cidob d’Afers Internacionals, 64.pag.5
ESTUDIOS 7
la conclusión de que la unipolaridad debía ser aprovechada para
construir una estructura de relaciones uni-multipolares.
De acuerdo con ello, en lugar de afianzar un sistema basado en
la jerarquía, anulando el resto con la imposición de un poder
imperial, debía tomarse en consideración que los recursos mate-
riales no eran ilimitados y la percepción negativa de los aliados
iba en franco aumento.
En consecuencia, era necesario pasar de un sistema de imposi-
ción a otro de liderazgo hegemónico.
Samuel Huntington remarca que el hecho de que haya una
superpotencia no debe hacernos creer que el mundo sea unipolar.
Se debe reconocer entonces que hay un sistema híbrido, uni-
multipolar formado por la super-potencia y varias potencias re-
gionales: “La solución de los problemas internacionales requiere
la actuación de la única superpotencia pero siempre en combina-
ción con otros Estados” 19 .
Huntington observa que un primer paso hacia un posible siste-
ma “multilateral” puede ser el cambio de la política de seguridad,
depositando en las potencias regionales la responsabilidad de
neutralizar las amenazas.
Esta “retirada” permitiría trazar lazos de cooperación en lo
concerniente a la Seguridad y el Terrorismo, manteniendo el
control de las áreas estratégicas por medio de las potencias regio-
nales, quienes estarían encargadas de “administrar” las posibles
amenazas y vulnerabilidades que designe el Hegemón.
De este modo, nos encontraríamos con una política que se
dirige a establecer un nuevo marco “civilizatorio”, un “universa-
lismo moral”, que vira desde el continuo desgaste norteamerica-
no, producido por el permanente estado de guerra, hacia el apro-
vechamiento de los “Estados Pivots” para el mantenimiento del
pretendido orden internacional, por medio de un sistema basado
en la prevención y el mantenimiento del equilibrio.
20 Roberto Russell y Juan Gabriel Tokatlian “De la autonomía antagónica a la autonomía relacional:
Una mirada teórica desde el Cono Sur”, POSTData.
21 Idem
22 Luis Dallanegra Pedraza, El Orden mundial del Siglo XXI, Ed. De la Universidad de Buenos
Aires.1998
ESTUDIOS 9
Como podemos comprobarlo, la designación de un Estado-procónsul,
fragmenta y debilita los intereses comunes. El propósito de elabo-
rar una agenda que permita afrontar las problemáticas conjuntas e
influya en el contexto, se verá confrontando con la determinación
política del Hegemón que centrará las relaciones con la periferia en
la “crucialidad” trazada por el eje de la Seguridad y el Terrorismo.
Las temáticas propias pasarían a ocupar un segundo lugar y peor
aún, pueden verse inmiscuidas en la creciente securitización de las
problemáticas sociales, económicas y ambientales.
Un viejo juego de
imponer problemas, de
E l “Estado Pívot” no busca lo
relacional, no controla los procesos
ni externos ni internos, no fortalece su
conducir las políticas hacia
un vértice que controle
el tiempo y decisión de
base de poder, por contrario, es las temáticas sensibles.
receptor del mismo En lo concerniente a
esta problemática es pre-
ciso destacar el análisis
de Joseph Tulchin 24 , quien en el estudio de la relación Estados
Unidos – Latinoamérica post 11-S, encuentra como uno de los
puntos centrales de la discusión, la pretensión norteamericana de
impregnar toda la agenda de la cooperación hemisférica en térmi-
nos de su propia agenda relativa al terrorismo.
El proceso de Reforma del Consejo de Seguridad de la ONU,
presenta dos grupos de actores bien diferenciados, por un lado:
Los “Estados Pívots” (Brasil, India, Alemania, Japón, etc), y por el
otro: las “Potencias Continentales Secundarias”( Ej.: Italia, Corea
del Sur, Egipto, México, Argentina, Nueva Zelanda).
En lo que concierne al “Estado Pívot”, éste se transforma
fundamentalmente en un receptor de poder. Aún cuando crea
acrecentar poder sobre sí mismo debido a su jerarquización en la
relación intra-periférica, no estará sino reafirmando su condición
periférica y dependiente del Hegemón.
Pensando que por su nueva “posición” puede presionar a la
Superpotencia para obtener resultados positivos en la atención de
sus intereses, en puridad, no confronta, no desarrolla más poder
sobre sí mismo (una de las percepciones que debe estar presente
en toda política autonómica), no genera políticas propias ni equi-
librios, sino que busca el “poder remunerativo” del Hegemón para
cumplir los objetivos y metas de éste, aún cuando crea cumplir las
propias. Lo que conduce a una visión miope de la relación de
dependencia.
El “Estado Pívot” no busca lo relacional, no controla los proce-
E S T U D I O S 11
En lo que concierne al grupo de los países que podemos
denominar como: “Potencias Continentales Secundarias” encon-
traremos tres tipos de políticas posibles:
-La primera es aquella que consiste en brindar apoyo al “Estado
elegido” por los Estados Unidos, que en definitiva significa dar su
voto positivo a la Reforma del Consejo de Seguridad y a la política
exterior norteamericana;
-Otra alternativa puede ser una política dirigida de manera
conjunta hacia el “Hegemón” y el “Pivot”, siempre actuando
tanto en apoyo a la Reforma como a sus contenidos ideológicos
basales. En el caso de la política dirigida hacia el Hegemón, el
objetivo es la seducción, mostrar la predisposición para cumplir
los “mandatos”, ser un socio confiable y aceptar el rol que se le
pretende atribuir.
Respecto al “Estado Pívot”, la política a adoptar es sinónimo de
competencia. Promoviendo esencialmente la consolidación de
relaciones horizontales intra-bloques 26 , que permitan el estableci-
miento de otro polo de poder.
Ante esto no podemos sino avizorar un creciente clima de
tensión y desequilibrios regionales, que extremarán las políticas
locales. Lo que llevará a experimentar un empeoramiento de las
relaciones multilaterales, la conformación de diversos polos de
competencia y la erosión de los procesos de integración y coope-
ración regional;
-La tercera política posible es ejercer una acción contraria en su
amplio sentido, no formando parte del juego anti-autonómico del
divide e impera, sino trazando líneas que refuercen las relaciones
horizontales con el fin de contrarrestar los fundamentos legitimadores
de la Reforma.
Teniendo una correcta comprensión del contexto, la Potencia
Secundaria Regional no compite por el escaño permanente, sino
que ejerce un contra discurso, buscando fuerzas equilibradoras en
lo extra e intra-regional, con el propósito de fortalecer las redes
formales e informales, tanto gubernamentales como transnacio-
nales, y promoviendo una verdadera democratización de las ins-
tituciones internacionales.
En este punto es necesario destacar la propuesta del grupo
llamado “Unidos para el consenso”, entre los cuales se encuentran
Argentina, México, Italia y Pakistán. Esta coalición promueve su
propia Reforma del Consejo de Seguridad, proponiendo la crea-
ción de diez nuevos puestos rotativos y la posibilidad de que estos
25 Conforme a NOTIMEX en la reunión celebrada en Japón el 26 de Julio del 2005, de 53 Estados
que componen la UA, 36 apoyan el proyecto del bloque y el resto el proyecto del G4.
27 “La Reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”. Revista del Instituto de
Relaciones Internacionales U.N.L.P.. Año 4 N°6. Mayo 1994,
E S T U D I O S 13
A su vez, a fin de ganar la partida, China ha buscado apoyo en
Corea del Sur, quien había protestado enérgicamente contra las
inclinaciones militarista del gobierno japonés de Koizumu 29 , como
una suerte de “tercero interesado” en formar parte del “Club de
los Privilegiados”.
Aquí encontramos la evidencia de una clara competencia, en la
cual lejano esta el objetivo de promover la mejora de la institu-
ción para atender la problemática del mantenimiento de la paz y
seguridad internacional.
La negativa de China, no obstante, debe ser entendida a la luz
de la proyección política de la Reforma del Consejo de Seguridad
de la ONU, la cual además de “maquillar” la hegemonía norteame-
ricana a través de la institución y de convertir a ésta en un eslabón
de la política “antiparia”, en la cesión de espacios a la emergen-
cia de actores regionales, puede dar comienzo a ganar la “batalla”
para evitar el ascenso de competidores mundiales.
Conclusión
28 Al respecto sostuvo Wang Guangya, embajador chino en la ONU: “Antes de pensar en formar
parte del Consejo de Seguridad, Japón deberá obtener un consenso en su región”. “China altera
el orden asiático” Le Monde Diplomatique. Año VII. Número 74.Agosto 2005.
E S T U D I O S 15
propósito de estudiar las diferentes formulaciones relativas a la
Reforma del Consejo de Seguridad. El Grupo de Trabajo que viene
funcionando desde 1993, si bien ha permitido la concreción de un
foro de apertura y discusión, siendo la participación libre y volun-
taria, en su faz resolutiva ha estado condenado al fracaso desde
su propio nacimiento, al imponerse que sus decisiones requieren
la unanimidad. De allí que los múltiples esbozos de reforma
propuestos y debatidos carezcan de una síntesis que les permitan
convertirse en un texto único de futuro debate.
En el año 1997, las propuestas reformistas dejaban de ser las
pretensiones genuinas de modificar un esquema de poder y pasa-
ban a ser discutidas como cuestiones centrales la incorporación de
nuevos miembros permanentes. El Presidente de la Asamblea Ge-
neral, el Embajador Malayo Razali, presentó al Grupo de Trabajo
una propuesta concreta de reforma que entre las principales suge-
rencias contaba con la creación de cinco nuevos puestos perma-
nentes: dos para países “industrializados” y uno para cada una de
las grandes regiones de África, Asia y América Latina, incluido el
Caribe. Se preveía además que estas tres regiones recibieran,
respectivamente, un puesto no permanente.
No obstante las pretensiones de cambio, el Proyecto de Razali
en nada trataba las cuestiones que eran foco de divergencia en el
Grupo de trabajo y que habían sido premisas del Movimiento de
Países No Alineados en su Declaración de Yakarta de 1992.
Entre los aspectos omitidos podemos encontrar:
v El derecho de veto de las cinco potencias permanentes del
Consejo de Seguridad;
v Las propuestas relativas al examen periódico de la Asamblea
General al Consejo de Seguridad en lo relativo a su estructura
y funcionamiento;
v La modificación de los métodos de trabajo del Consejo de
Seguridad y la transparencia de su labor;
v La Participación de los Estados que no son miembros en las
sesiones del Consejo de Seguridad;
v La realización de reuniones informativas organizadas por el
Presidente del Consejo de Seguridad para los Estados no miem-
bros; disponibilidad de los proyectos de resolución y de los
resúmenes de las sesiones.
v Reuniones con países que aporten contingentes de paz y otros
países contribuyentes a una misión de mantenimiento de paz;
En lo que atañe al Secretario General de Naciones Unidas, Koffi
Annan propuso la creación de un grupo de políticos y diplomáti-
cos de reconocido prestigio internacional (”Grupo de Alto Nivel”)
a quien encomendó la tarea de elaborar un informe que analizara
las amenazas y desafíos que enfrentaba la seguridad internacional
E S T U D I O S 17
nar anual relativo a las amenazas a la paz y seguridad mundial
e informar públicamente el curso de acción del mismo; la
profundización del control del Asamblea General, permitir la
publicación de resúmenes, resoluciones, estudios; la adopción
de modos de decisión por consenso;
v La implementación del derecho de veto colectivo por contrario
al actual derecho a veto individual, requiriendo para producir
efectos jurídicos un consenso de votos mínimos. Se puede
mencionar también el ejercicio de un control de la Asamblea
General de la ONU al veto ejercido en caso de violaciones
masivas de los Derechos Humanos, Genocidio, etc, a fin de
evitar la posibilidad de inacción del Organismo en caso de
violaciones flagrantes a la dignidad humana;
v Adoptar un criterio democrático en lo que concierne a la am-
pliación, en el sentido de contemplar un incremento de los
miembros no permanentes, de manera que las oportunidades
se amplían y no se reduzcan, atendiendo también a que por
cuestiones lógicas una composición demasiado numerosa, como
la propuesta de 25 miembros, puede afectar la formación del
consenso;
v La necesidad de acrecentar la coordinación con los órganos
principales de Naciones Unidas, la Corte Penal Internacional,
las agencias especializadas y con diversas organizaciones inde-
pendientes. Asimismo debe resaltarse que un esquema de in-
corporación de potencias regionales, como miembros perma-
nentes del Consejo de seguridad, debilitaría de manera osten-
sible el papel de las Organizaciones Regionales, cuya función
para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacional
debe ser primordial y fomentada por el Consejo de seguridad,
debiendo actuar éste último sólo en caso de una acción coer-
citiva y de manera subsidiaria en la atención de las problemá-
ticas regionales.
Este tipo de reformas son las permiten la apertura de oportu-
nidades y dan vida a un Organismo Internacional, el cual en lugar
de convertirse en una fuente de legitimación se transforma en un
verdadero observador del respeto y garantía de los derechos del
hombre y las naciones.
Para concluir, desde la posición latinoamericana no debemos
dejar de reconocer la existencia de una realidad social, cultural y
económica que nos obliga a diseñar redes de cooperación tanto
gubernamentales como de las sociedades civiles entre si. Nuestras
políticas deben estar centradas en el fortalecimiento de la “auto-
nomía relacional” y en la consolidación de instituciones y polí-
ticas regionales que atiendan a los condicionamientos estructu-
rales.
Bibliografía utilizada:
E S T U D I O S 19
Joffe, Josef: “On Hubs, Spokes and Public Goods”, en The National
Interest, N°69. 2004
Joxé, Alain , El imperio del caos: Las repúblicas frente a la domi-
nación estadounidense en la posguerra fría. Bs.As.:Fondo
de Cultura Económica. 2003
Osella, Jorge, “Legado del Presidente Clinton 1993-2001. Un aná-
lisis de su Política Exterior”. Revista I.R.I N°20 Año 10.
Diciembre-Mayo 2001
Palacio de Oteyza, Vicente.”La imagen imperial del nuevo orden
internacional:¿es esto realismo político?”, Revista Cidob
d’Afers Internacionals, 64.pag.5
Pedraza, Luis Dallanegra,“El Orden mundial del Siglo XXI”, Ed. De
la Universidad de Buenos Aires.1998
Roberto Russell y Juan Gabriel Tokatlian “De la autonomía anta-
gónica a la autonomía relacional: Una mirada teórica
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Tolkatlian, Juan Gabriel. “Hacia una nueva estrategia internacio-
nal. El desafío de Nestor Kirchner”.Grupo Editorial Nor-
ma.2004.
Joseph Tulchin. “América Latina en el sistema internacional”,
Agenda Internacional, Bs.As., 2:32-43. 2004