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Práctica Bloque 12 (B4)

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Bloque 12: Normalización Democrática de España (desde 1975).

Analiza el siguiente texto y explica las opciones políticas existentes a la muerte de


Franco. (Estandar 142)

Disidencia y subversión a finales del franquismo.

“El fracaso de la dictadura franquista ante el crecimiento y la extensión del


disentimiento, a pesar de los continuados esfuerzos realizados y los variados recursos
utilizados, y pese a sus propios errores e insuficiencias, muestra, contrariamente a lo
sostenido muchas veces, la solidez del disenso, alimentado por los cambios sociales y
culturales que experimentaba la sociedad española que, por otra parte, era cada vez más
permeable a las influencias de todo tipo del entorno europeo. Ciertamente, en 1975,
«Franco murió en la cama», pero la salud política de la dictadura estaba tan deteriorada
como la salud física del dictador.”

Ysàs, Pere (2004) Disidencia y subversión: la lucha del régimen franquista por su
supervivencia, 1960‐1975. Barcelona: Crítica.

1. Análisis del texto:

Este texto es un fragmento de la obra “Disidencia y subversión: la lucha


del régimen franquista por su supervivencia, 1960-1975”, por lo que es una fuente
historiográfica (2004) y por su forma es texto argumentativo ya que expone su visión
sobre la oposición al final del franquismo. El presente texto por su tema es político
porque nos habla del final de la dictadura franquista. El autor del texto es Pere Ysàs i
Solares, nacido en Cataluña, es catedrático de Historia Contemporánea de la
Universidad Autónoma de Barcelona. El destinatario del texto es toda la población
española y sobre todo para los historiadores. Y su finalidad ese dar a conocer su visión
sobre el final del franquismo.
El disentimiento del que habla Pere Ysás en este texto se refiere a todo el
movimiento de oposición al franquismo: los partidos opositores (en especial, el PCE,
principal partido de oposición activa a la dictadura), el movimiento obrero con sus
conquistas laborales y políticas que comenzó a movilizarse en torno a las
reivindicaciones salariales y laborales aunque las huelgas estaban prohibidas; el
movimiento juvenil que dejó al descubierto cuán anacrónica había quedado la dictadura,
(estos movimientos se fueron politizando y se crearon en la clandestinidad CCOO,
UGT); el movimiento vecinal que luchaba por unas condiciones de vida dignas dejando
al descubierto los efectos de un desarrollismo que había creado barrios sin servicios
mínimos, del movimiento de la Iglesia Católica que se había ido alejando del régimen
tras el Concilio Vaticano II. El nombramiento del arzobispo Vicente Enrique y
Tarancón supuso un alejamiento de la Iglesia Católica respecto al régimen franquista;
del movimiento feminista que luchaba por quitarse de encima los viejos estereotipos
sexistas de la Sección Femenina, del movimiento gay-lésbico-trans por liberarse de los
prejuicios que tantas vidas había arruinado injustamente, de sectores del régimen
franquista que se fueron alejando de él, de personalidades independientes del mundo
cultural y académico (D. Enrique Tierno Galván, …), y un largo etc. de movimientos
sociales que forzaron el fin de la dictadura y la conquista de la Democracia.
La idea principal del texto es el final del franquismo, no sólo causado por la
muerte de Franco. En las primeras líneas del texto, el autor justifica el final del
franquismo por la creciente oposición pese a los intentos del franquismo de frenarla.
Posteriormente en las siguientes líneas habla de la otra causa por la que acaba el
franquismo, los cambio sociales y culturales de la sociedad española debido a la
influencia extranjera. A pesar de sus debilidades, todos estos movimientos, como dice al
final del texto, lograron que en 1975 el régimen estuviera tan enfermo de muerte como
su fundador.

2. ¿Qué alternativas políticas se proponían tras la muerte de Franco y quiénes


defendían cada una de ellas?

En el tardofranquismo se plantearon distintos proyectos de futuro tanto entre las


distintas familias del régimen como de la oposición política acerca de qué rumbo seguir
tras la muerte inminente del dictador. En el seno del régimen franquista, habían dos
tendencias: los aperturistas y los inmovilistas. Los inmovilistas (el bunker) no tenían
mas proyecto que el franquismo sin Franco, es decir, continuar con una dictadura como
la emprendida en 1939. En este sector estaban personajes como Carlos Arias Navarro, y
muchísimos miembros de la milicia (Jaime Miláns del Bosch, Antonio Tejero…) que en
varias ocasiones intentarían dar golpes de Estado para abortar cualquier salida
democrática. Los aperturistas eran partidarios de conducir el régimen desde la dictadura
hasta una democracia homologable a las europeas occidentales. A este grupo de los
aperturistas pertenecen el propio príncipe , luego rey Juan Carlos I, y sus hombres de
confianza: Manuel Gutiérrez Mellado, Fraga Iribarne y Adolfo Suárez. Eran partidarios
de cambiar el régimen pero desde la legalidad, derogar el régimen franquista pero sin
rupturas: de la Ley a la Ley a través de la Ley.

Por su parte, también en la oposición política, formada fundamentalmente por


unos partidos de izquierda muy atomizados (PSOE, PCE, etc.) y los de los
nacionalismos periféricos (CDC, PNV, ETA,…), por lo que habían distintos proyectos.
Por un lado, la Junta Democrática (promovida por el PCE) planteaba una ruptura
democrática consistente en la disolución inmediata de las instituciones franquistas y la
formación de un gobierno provisional que garantizase el establecimiento de estructuras
democráticas. Por otro lado, la Plataforma de Convergencia Democrática (auspiciada
por el PSOE) planteaba una ruptura pactada o reforma de las instituciones franquistas,
para que desde la legalidad se desembocara paulatinamente en el sistema democrático.
Este proyecto coincidía con el de los aperturista del régimen franquistas. Ambas
alternativas opositoras terminaron convergiendo en Coordinación Democrática
(conocida como la Platajunta). Sus objetivos eran la amnistía, la libertad política y la
convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes Finalmente, se impondría la
segunda alternativa, ya que, en julio de 1976, dimitió Arias Navarro y Juan Carlos I,
como jefe de Estado, propuso a Adolfo Suárez como Jefe del Gobierno (presidente), y a
Torcuato Fernández Miranda como Presidente de las Cortes y del Consejo del Reino.
Así se inició una transición a la democracia desde dentro del mismo régimen.
Finalmente la estrategia que se impuso en la Transición Española fue un cambio
pacífico y con consenso, aunque con sus dificultades y contradicciones.

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