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2018 ALEGRIA COMPLETA Exhortacion Apostolica Espanol
2018 ALEGRIA COMPLETA Exhortacion Apostolica Espanol
2018 ALEGRIA COMPLETA Exhortacion Apostolica Espanol
+T H O M A S J. O L M S T E D
O B I S P O D E P H O EN I X
“Les pido que se comporten como dignos seguidores
del Evangelio de Cristo. De esta manera, sea que yo
vaya a verlos o que oiga hablar de ustedes estando
ausente, sabré que perseveran en un mismo espíritu,
luchando de común acuerdo y con un solo corazón por
la fe del Evangelio, y sin dejarse intimidar para nada
por los adversarios. Este es un signo cierto de que ellos
van a la ruina, y ustedes a la salvación. Esto procede
de Dios, que les ha concedido a ustedes la gracia, no
solamente de creer en Cristo, sino también de sufrir por
él, sosteniendo la misma lucha en la que ustedes me han
visto empeñado y ahora saben que sigo sosteniendo. Si
la exhortación en nombre de Cristo tiene algún valor, si
algo vale el consuelo que brota del amor o la comunión
en el Espíritu, o la ternura y la compasión, les ruego que
hagan perfecta mi alegría, permaneciendo bien unidos.
Tengan un mismo amor, un mismo corazón, un mismo
pensamiento”.
FILIPE NS E S 1:27-2: 2
Alegría Completa - Exhortación Apostólica a los Esposos y Esposas, Madres
y Padres de la Diócesis de Phoenix.
www.dphx.org
“S A G R A D A FA M I L I A“
POR RUTH STRICKLIN
THOMAS J. OLMSTED
OBISPO DE PHOENIX
La familia es donde sentimos las más
profundas alegrías, así como el más
profundo dolor.
I . I N T R O D U C C I ÓN
7
esposos y esposas, madres y padres de la Diócesis de
Phoenix. En estos últimos cincuenta años, incontables
fieles han de seguro alcanzado la meta de sus
vidas—la salvación eterna. Y el crédito es de la rica
misericordia de Dios, de los dedicados sacerdotes
y religiosos que han servido nuestra Diócesis tan
bien, y de ustedes las muchas familias fieles que
han vivido—y continúan viviendo—su vocación con
generosidad, e incluso a veces, heroísmo.
8
teman. Hay gran esperanza en Jesucristo quien ha
prevalecido ante el mundo. Si ese lugar de dolor es
donde se encuentran hoy, les serviría leer el capítulo
cuatro primero, sobre el sufrimiento, el pecado y la
sanación.
9
9. Un poco de teología. La teología es la contemplación
del misterio de Dios, la verdad que Él nos revela
sobre Sí mismo. San Juan Pablo II, en 1981 en su
magnífica exhortación a la familia cristiana, La misión
de la familia cristiana en el mundo actual nos recordó
que “la familia tiene la misión de custodiar, revelar y
comunicar el amor”, y por tanto convertirse en “re-
flejo vivo y participación real del amor de Dios”.2 En
la familia, esposo y esposa—y los niños que Dios les
dé—son una imagen viva o ícono del misterio de la
Santísima Trinidad.
10
debe crecer, como destacamento de la misión de la
Iglesia militante en la tierra, en unión y al servicio de
su parroquia. “Para esto, también la pequeña Iglesia
doméstica, como la gran Iglesia, tiene necesidad de
ser evangelizada continua e intensamente. De ahí
deriva su deber de educación permanente en la fe…
La familia, al igual que la Iglesia, debe ser un espacio
donde el Evangelio es transmitido y desde donde
éste se irradia…la futura evangelización depende en
gran parte de la Iglesia doméstica”.4
11
14. Satanás, el enemigo de Dios y de toda Su creación,
está profundamente consciente del papel central
de la familia en el plan de Dios y de su irremplaz-
able papel como imagen de la Trinidad. No debe
sorprendernos, por eso, que el líder de los ángeles
malignos ataque agresivamente a la familia con toda
su astucia y recursos. San Pablo nos aseguró que es
Satanás quien está detrás de las grandes batallas que
enfrentamos, “nuestra lucha no es contra enemigos
de carne y sangre, sino contra los Principados y
Potestades, contra los Soberanos de este mundo de
tinieblas, contra los espíritus del mal que habitan en
el espacio” (Efesios 6:12).
12
tivos ataques que poco tiempo atrás hubiesen sido
inimaginables.6
I I . L A N AT U R A L E Z A D E L A FA M I L I A :
U N J A R D ÍN , N O U N A J U N G L A
13
su puerta trasera y salieron a ver el “jardín”. Con lo
que se encontraron fue con un área desmarañada,
llena de mala hierba, árboles mal crecidos, telarañas
y hojas secas por montón. Era el retrato del descuido.
14
22. Regresemos a lo básico de la humanidad. Cada uno
de nosotros, hechos a imagen de Dios, existimos de-
bido al encuentro de un espermatozoide y un óvulo.
Veintitrés cromosomas de mamá y veintitrés de papá
forman inmediatamente eso llamado “persona”.
Esta persona luego se implanta en el vientre de su
madre, y ahí se gesta, crece, siente, e incluso emp-
ieza a aprender. No es que la persona sea solo ma-
teria. Como afirma el CCC (#366), “La Iglesia enseña
que cada alma espiritual es directamente creada por
Dios—no es "producida" por los padres—, y que es
inmortal”. El alma no es el resultado de la evolución
material, tampoco es de alguna manera “producida”
al unirse un espermatozoide con un óvulo, es “creada
inmediatamente por Dios”. Al unir un alma espiritual
con el material biológico proveído por el padre y la
madre, Dios trae a un nuevo ser humano a la existen-
cia.
15
24. Por ponerlo de la forma sobria en que lo dijo un abo-
gado de casos familiares, “Al nacer un niño, la madre
está usualmente cerca. La pregunta es ¿Dónde está
el padre?”8 La naturaleza de la familia, en la que cada
ser humano es vulnerablemente concebido, nacido,
y criado, muestra claramente la necesidad de algo
más que solamente una paternidad y una maternidad
biológica; necesita una segunda realidad paralela
para su protección, realidad que habla de nuestra
dignidad como personas, y que hoy, para manten-
erse, requiere la voz y el esfuerzo tenaz de la Iglesia:
esta realidad es el matrimonio.
16
la sociedad”. La sociedad es el cuerpo viviente, del
cual su parte viva más pequeña es la familia. No debe
sorprendernos que, en sociedades donde la familia
florece, también avanza el bien común. Un cuerpo
con la mayoría de sus células en funcionamiento es
un cuerpo fuerte, con un sistema inmunológico listo
para los peligros del mundo. Un cuerpo con células
débiles y vulnerables es un cuerpo en decadencia.
17
monio que, bien vivido, se derrama sobre los niños, la
familia extendida, y toda la comunidad en su entorno.
Las palabras del rito matrimonial católico expresan
bellamente cuatro cualidades del amor marital: libre,
total, fiel y fructífero.
18
la historia de la creación encontrada en Génesis 1,
leemos:
19
atrás a pesar de los inevitables retos que acompañan
al amor en un mundo caído.
36. La segunda respuesta habla de la fidelidad: ¿Estáis
decididos a amaros y respetaros mutuamente,
siguiendo el modo de vida propio del Matrimonio,
durante toda la vida? El hombre y la mujer, cada uno,
responden, “Sí estoy decidido”.
20
esterilización quirúrgica por motivos de anticoncep-
ción.
39. Esto nos lleva a la tercera pregunta. El sacerdote
o diácono pregunta ¿Estáis dispuestos a recibir de
Dios, responsable y amorosamente los hijos y a
educarlos según la ley de Cristo y de Su Iglesia? “Sí,
estoy dispuesto”, responden el hombre y la mujer.
21
clave en su educación, que requiere su prestación
a obedecer su autoridad legítima. La palabra “obe-
decer” viene del latín “escuchar”—y ustedes están
equipados de manera única, solo por el hecho de ser
sus padres, para enseñar a sus hijos a escuchar. Ellos
reciben de ustedes las primeras y más importantes
señales sobre lo que es sabio o tonto, digno o indig-
no, pecaminoso o benéfico, hermoso, bueno y malo.
22
verdadera. Los padres han de enseñar a los hijos a
subordinar las dimensiones ‘materiales e instintivas a
las interiores y espirituales’”.12
45. Educar es un término en latín que significa “dirigir”.
Los padres de familia tienen el llamado—y por la
naturaleza de su relación con sus hijos, tienen una
habilidad única—para sacar a sus hijos del ensimis-
mamiento hacia la felicidad del autodominio y la
capacidad de hacer de sí mismos un regalo de amor
para los demás. Los padres y madres “son maestros
porque son padres”. Y aun cuando ustedes delegan
en parte su responsabilidad educativa a maestros
capaces y profesionales y a las escuelas, su papel
como los educadores primarios de sus hijos perman-
ece, especialmente en las áreas de la fe, la virtud y la
oración.
23
y después con una convivencia con amigos y famili-
ares, todos comiendo y participando en actividades
agradables.
I I I . L A M I S I ÓN D E C A D A F A M I L I A
CRISTIANA
48. Habiendo visto ya la naturaleza de la familia, el matri-
monio y el amor conyugal, podemos ver ahora la mis-
ión de la familia. Cuando se vive la vida familiar de
acuerdo con la dignidad inherente a sí misma, dicha
dignidad sana y evangeliza de nuevo el Cuerpo de
Cristo para que la luz de Cristo pueda brillar sobre
todas las gentes. Esto, de nuevo, es porque la familia
refleja el amor de la Santísima Trinidad: “la familia
recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el
amor”14—el amor de la Trinidad y el amor de Cristo
para la Iglesia.
24
49. Esta misión se lleva a cabo por los padres siendo
padres, por las madres siendo madres, por los hijos
siendo hijos y por las hijas siendo hijas. San Juan Pab-
lo II no dijo, “Familias, compórtense como puedan” o
“Familias, esfuércense en hacerse familia.” Más bien,
dijo, “Familias, conviértanse en lo que verdadera-
mente son”, es decir: Familias, dejen que su natu-
raleza como comunión de amor crezca, se desarrolle,
madure y sobresalga al mundo con una generosidad
de vida y alegría. Vivir de una manera “digna de la
vocación que han recibido” (Ef. 4:1) depende primero
de aceptar el llamado de Dios.
25
por vida es simplemente muy difícil. Como su pas-
tor, les recuerdo el mensaje del ángel a María, cuya
misión única en la historia sonó imposible cuando la
escuchó, “nada es imposible con Dios” (Lc. 1:37).
26
El amor sexual casto se niega a hacer cualquier cosa
que sea lujuriosa; la pareja casta puede vivir maravil-
losamente su relación sexual.
27
Apertura a la nueva vida
58. Me alegra la enseñanza paternal de Papa San Pablo
VI en su carta sobre La Vida Humana (Humanae Vitae)
de 1968, donde con valor y proféticamente elevó la
dignidad del esposo, la esposa y los hijos de acuerdo
con el diseño amoroso de Dios. Esta encíclica, publi-
cada un año antes de nuestra fundación como dióce-
sis, es tan relevante hoy como siempre.
28
Dios, en la historia del mundo; un alma destinada a
la vida eterna. Sus propios corazones crecerán en la
virtud, en la capacidad de amar, lo cual es el verdade-
ro sentido de sus vidas.
29
63. Debo mencionar aquí el sufrimiento de la infertilidad
temporal o permanente. Esta cruz se encuentra entre
las más pesadas de cargar para una pareja y la tent-
ación de usar la tecnología ilícita para tener un hijo,
tal como la fecundación in vitro, puede ser intensa.
Pero este intento de tomar para sí la decisión a la
vida causa un mayor daño, es intrínsecamente malo y
no deberá usarse. Esto viola la dignidad equivalente
que tiene el hijo con sus padres, quien como ellos es
siempre un don y no un medio para un fin; tampoco
es un “producto” para comprar. Recomiendo atenta-
mente la NaproTecnología, desarrollada en el Institu-
to Pablo VI como una manera licita de aumentar las
posibilidades naturales de concebir y asegurar que la
naturaleza del niño como un don, sea respetada.
30
Dones particulares de la madre a la familia
66. Consideremos primero el amor de esposa y de
madre. Los esposos y los hijos necesitan los dones
únicos femeninos que solo pueden venir de la perso-
na quien es esposa y madre en la familia.
67. Las escrituras, de muchas maneras, reconocen la di-
vinidad del amor maternal. En la profecía de Isaías, el
amor de Dios se compara con el de la madre cuando
el Señor dice, “Como un hijo a quien consuela su
madre, así yo los consolaré a ustedes” (Is. 66:13).
31
la Santísima Trinidad, la sabiduría del amor femeni-
no es un testigo esencial en la vida familiar. Como
dice Proverbios, “no rechaces las advertencias de tu
madre; serán una hermosa corona par tu cabeza; un
collar para tu cuello” (Prov. 1:8-9).
32
do que el de ser la primera en formar y criar la mente,
el corazón y el alma de sus hijos.
33
76. Como proveedores principales (si no singulares) del
ingreso que necesitan para mantener sus familias,
cargan con el peso que libera a sus esposas para es-
tar presentes con ustedes y sus hijos, especialmente
cuando son pequeños. Los sacrificios que requieren
hacerse de una casa más grande, de un vehículo
extra o las vacaciones, son nada en comparación con
el don precioso de que los hijos tengan a su mamá
con ellos en el hogar. Hagan todo lo posible para
lograr esta posibilidad o caminar en esta dirección en
dialogo cercano con su esposa. Algunos de ustedes,
yo lo sé, sacrifican mucho más que lujos. Les aplau-
do. Oren por mí que como su padre espiritual pueda
alcanzar su propio nivel de sacrificio por los hijos
que Dios me ha encomendado. Algunos de ustedes,
esposos, sufren por desempleo o un trabajo inseguro
en este momento. Confíen en Dios: busquen amistad
con hombres que pueden caminar junto a ustedes, y
tomen los pasos necesarios para proveer, aunque sea
por un tiempo, con un trabajo fuera del campo al que
normalmente se dedican. Cuenten con mis oraciones.
34
vienen, de no ser así, entonces, y con seguridad, en
el cielo. Otras amenazas, que ustedes conocen mejor
que yo, son su responsabilidad, junto con el ánimo
positivo hacia las experiencias nuevas y sanas, opor-
tunidades de desafío con la caridad, servicio, trabajo
y aun animando riesgos para el desarrollo personal.
Todo esto es el impacto profundo de un padre.
35
pronunciamiento autoritativo de su bondad para que
vivan seguros como hijos queridos, sin intentar buscar
su sentido definitivo en las cosas del mundo. Cuando
una hija es afirmada en lo bueno, bello y precioso por
ustedes—el hombre más importante en su vida—ella
quedará segura y preparada para decir no a los falsos
halagos del mundo que tan seguido fracasa en ver su
verdadera dignidad, importancia y valor.
36
de forma intencional en la fe, para que participen en
la misión de "proteger, revelar y comunicar amor".23
Por supuesto, para participar en esta misión, sus hijos
primero deben haber conocido y experimentado
ese amor ellos mismos. Esto sucederá a través de la
oración, la liturgia, los sacramentos, la catequesis, los
retiros y las tradiciones familiares.
37
horizonte y una dirección decisiva".24 ¿Han tenido un
encuentro con Jesús? ¿Están sus hijos convencidos
de que han encontrado a Jesucristo personalmente?
38
palabras de un obispo fiel cuando vio la gran oración
de esta santa: "no es posible que el hijo de estas lágri-
mas perezca".27 No solo no pereció, San Agustín se
convirtió en uno de los Doctores de la Iglesia. Además
de las oraciones de ustedes, para sus hijos también son
invaluables su amor y apoyo perdurables. Su enseñan-
za, sin embargo, probablemente tendrá que venir
de alguna otra persona una vez que sean adultos. Se
cuenta que su obispo, San Ambrosio, le dijo a Santa
Mónica: "Habla menos a Agustín sobre Dios y más a
Dios sobre Agustín".
Misión de la familia hacia los miembros de la familia
extendida, los amigos, la Iglesia y la sociedad
89. Conforme ustedes cuidan de cada uno de los miem-
bros de su familia durante los altibajos de la vida, dan
testimonio de Cristo ante el mundo. Esto sucede de
forma natural cuando reciben hijos con amor incondi-
cional. Y esto sucede de manera extraordinaria y
particularmente hermosa cuando las familias dan tes-
timonio al amor aceptando a niños con necesidades
especiales de cualquier tipo o, si Dios los llama a
ello, abriendo su hogar a niños que requieren hoga-
res temporales o a ser adoptados, quienes también
necesitan amor y cuidado.
39
cuerda, “los abuelos tienen una capacidad para com-
prender las situaciones más difíciles: una gran destre-
za—y cuando oran por estas situaciones, su oración
es fuerte. Es poderosa”. Este es verdaderamente
un tesoro para la familia. Cuando se requiere darles
atención especial a los ancianos, la familia tiene el
reto de ofrecer más en servicio y cuidado. Esta tam-
bién es una gran lección e incluso una fuente de paz
para los jóvenes, especialmente si conlleva dar cuida-
do espiritual y afecto hasta que el Señor llame a su
ser querido a casa. Esto continúa en la oración y los
ritos fúnebres ofrecidos por el difunto.
91. Más allá del círculo familiar, los vecinos, los amigos,
los solteros y aquellos que viven en soledad, todos
ellos pueden ser servidos conforme la familia ejerce
el don tan necesario de la hospitalidad y da, en el
entorno único y privilegiado del hogar, testimonio a
la caridad y al respeto que provienen de una familia
centrada en Dios. En la medida en que se pueda,
extiendan su bienvenida hacia aquellos a su alrede-
dor que necesiten esta acogida. La hospitalidad en la
iglesia doméstica es un verdadero frente en la Nueva
Evangelización de nuestros contemporáneos.
40
formas. ¡Es natural en la Iglesia que los discípulos
sean llamados a ser apóstoles! Sus matrimonios y
sus familias son fuertes en este momento por una
razón—y esa razón puede ser para ayudar a otros en
ese camino hacia la santidad, como misioneros para
otras parejas y matrimonios.28
I V . S U F R I M I E N T O , P E C A D O Y S A N A C I ÓN
41
que anhelan un hijo, pero no pueden tener un hijo
biológico. Los miembros de la familia sienten un due-
lo profundo cuando un niño o un padre es llamado
prematuramente a casa.
42
98. Hoy en día, casi todas las familias viven en un mundo
de extrema actividad, donde innumerables activi-
dades, incluso las buenas y saludables, extinguen la
energía y el tiempo y dejan a las familias agotadas
y desconectadas. La legítima necesidad de proveer
materialmente a la familia es, para algunos de ust-
edes, otra fuente de sufrimiento. Cada vez más, las
madres se ven casi obligadas a pasar más tiempo
fuera del hogar para ayudar a mantener a la familia.
El agotamiento puede llevar a que sea difícil no solo
estar físicamente presente sino también emocio-
nalmente disponible para la familia. Especialmente
los padres solteros pueden encontrarse a sí mismos
drenados hasta los límites de su capacidad emocio-
nal, física y material. Las familias militares luchan con
ausencias prolongadas y largos períodos de ansiedad
y soledad.
43
mundo se pierde por falta de dulzura y amabilidad.
La gente está hambrienta de amor porque todos
tienen tanta prisa".31
44
102. Estén alerta contra las mentiras que el "padre de las
mentiras"—quien se aprovecha de las almas heri-
das—diría con respecto a estas heridas. Él es enemi-
go nuestro, y cuando estamos heridos su voz habla
de resentimiento, furia, venganza. Esta no es la voz
de Dios ni es Su voluntad. En este caso el perdón
es clave para remediar las heridas. El perdón es un
paso importante en el proceso de sanación y nos
libera del dolor, del resentimiento y la ira que pueden
esclavizarnos cuando nos aferramos a las heridas con
excesiva fuerza. El perdón no es principalmente un
sentimiento, sino más bien una decisión, una de-
cisión de extender el amor misericordioso de Dios
hacia alguien que les ha lastimado, y en obediencia
a Jesús (Mateo 6: 14-15) Quien no solo nos enseñó
sobre el perdón, sino que nos dio un ejemplo en la
cruz. “Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen” (Lucas 23:34)
Fuerza para sufrir bien
103. Parece extraño. Hace ciento veinte años, no era
posible salvar una muela y su dolor imposible de
quitar. La esperanza de vida era dos tercios de lo
que es hoy. Físicamente, ahora sufrimos menos que
cualquier otra persona en la historia de la humanidad.
Ahora tenemos ibuprofeno y novocaína. Pero puede
ser que haya más sufrimiento familiar que en cualqui-
er otro momento en la historia de la humanidad. Esto
da como resultado una erosión gradual en la capaci-
dad de sufrir bien. Las tasas de suicidio, incluso entre
los jóvenes, son un indicio. En una época en la cual
a menudo podemos e incluso se nos anima a conde-
scender a cada deseo, se hace cada vez más difícil
soportar con valentía y tenacidad incluso el sacrificio
más pequeño que el amor requiere.
45
mundo caído. No son un escape de los sufrimientos
de la vida, pero en Cristo, están llenos de la gracia
necesaria para soportar bien el sufrimiento, incluso
con alegría.
Un futuro y una esperanza
105. Jesús tiene un plan para sus familias y Sus propósit-
os no se verán frustrados por el pecado y la trans-
gresión—si le entregan sus heridas a Él en amor y
confianza. "Porque conozco los planes que tengo
para ti, dice el Señor, planes para el bienestar y no
para el mal, planes para darte un futuro y una esper-
anza" (Jeremías 29:11)
46
desilusión, ningún dolor es desperdiciado jamás.
Cada momento de sufrimiento también puede ser un
acto de amor.
47
un ícono perfecto de la Trinidad, anímense al saber
que hay muchas maneras de ser imagen del amor de
Dios. A veces, esa imagen es La Cruz de Cristo.
48
propias vidas. Los aliento a que encuentren dicho
ejemplo en los padres de Santa Teresa de Lisieux:
Louis y Zélie Martin, los primeros santos casados de
los tiempos modernos y la única pareja casada que
ha sido canonizada junta. Su matrimonio era rico en
sufrimiento, pero aún mucho más rico en amor.
49
manteniéndose cerca de los sacramentos y sin perd-
er nunca la oportunidad de practicar la caridad con
sus vecinos y criando a sus hijos para que hicieran lo
mismo.
50
121. La generosidad de Dios no tiene límites. Con una fe
sencilla como la de Teresa y sus padres, entréguen-
selo todo a Él y permítanle que restaure la integridad
de sus familias y su matrimonio como sólo Él sabe
hacerlo.
V. F O R TA L E C I M I E N T O D E L A V I D A
FA M I L I A R
51
se trata de planificar el calendario familiar, incluso
cuando la familia está de vacaciones.
52
Confesión mensual
53
iglesia—la otra mesa, la de la cena familiar—análoga
al altar donde se comparte la Eucaristía. La comida
familiar, llevada a cabo tan bien como sea posible, es
donde ocurren encuentros reales entre padres e hijos,
entre hermanos y miembros fuera de la familia inme-
diata.
130. Esta es una de las razones por las que Satanás se
empeña en llenar nuestras vidas con otras cosas que
hacer. Entre más ocupados estemos cayendo en esta
tentación, más difícil será sentarnos a comer en famil-
ia. Los exhorto a resistir esto. Las familias necesitan
desconectarse del ritmo del mundo, estar presentes
y compartir juntas el pan. Si la cena se vuelve demasi-
ado difícil, considere hacer del desayuno la comida
familiar. Valen la pena el esfuerzo, y cualquier sacrifi-
cio que sea necesario.
54
Como cónyuges, alejarse de las tareas domésticas
y los hijos es una fuente fundamental de renovación
para su matrimonio.
55
violencia, la blasfemia, las ideologías torcidas y el ma-
terial político agresivo a menudo están disponibles
en la palma de las manos de sus hijos. Por lo tanto,
los padres deben tener cuidado al permitir que sus
hijos utilicen dispositivos electrónicos, incluidos los
teléfonos, que hoy en día son portales portátiles de la
internet. Estimados padres, es mi firme consejo que
siempre que sea posible, permitan que sus hijos sean
niños, demoren el acceso a estos dispositivos digi-
tales y luego restrinjan su uso para fomentar juegos y
conversaciones reales, así como la amistad verdadera.
135. He conocido familias que no permiten que la tele-
visión y las computadoras se coloquen en cuartos
privados, sino solo en espacios más públicos. Al-
gunos han establecido horarios específicos o una
hora límite para el uso de dispositivos portátiles.
Otras familias han decidido no permitir el acceso a
dispositivos portátiles hasta que sus hijos estén listos
para manejar, o para cuando sea necesario saber
dónde localizarlos en caso de una emergencia. To-
das estas pueden ser soluciones inteligentes. Como
padres, ustedes conocen a sus hijos mejor que nadie
y deben tomar esas decisiones a través de la oración
y el discernimiento, así como del conocimiento de
la característica adictiva de estos dispositivos, un
fenómeno bien documentado. Pero no se equivo-
quen, deben tener un plan, porque la tecnología
tiene una lógica, y la lógica es "mantenerse mirando
la pantalla". El regalo de su tiempo, que es un recur-
so no renovable, le es dado a ustedes por Dios para
una experiencia real de vida.
56
Nuestra Señora de Guadalupe, evangelizadora extraordi-
naria
57
gran altitud. Juan Diego cortó tantas como pudo, las
colocó en su prenda de vestir, llamada tilma y se fue a
ver al obispo.
58
nuestras familias es clave para ganar la batalla espir-
itual nuevamente en nuestro tiempo. Mis queridos
hijos e hijas, si aún no lo han hecho, inviten a Nuestra
Señora a vivir con ustedes a través de la consagración
de su hogar a Jesus por el Inmaculado Corazón
de Maria. Los recursos para esta consagración se
encuentran en el apéndice de esta Exhortación. Le
pido a cada familia en nuestra Diócesis que coloque
una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe en un
lugar especial, tal vez en un espacio de oración en su
hogar. Pueden hacer de ello una ocasión especial y
tal vez invitar a un sacerdote o diácono a bendecir la
imagen mientras bendice también su hogar.
59
C O N C L U S I ÓN
60
la Divina Providencia, ya había recibido a través
de ellos un gran regalo que muchos de nuestros
contemporáneos no conocen. El P. George Rutler lo
describe de esta manera: “… una mujer siendo mujer
y un hombre siendo hombre no desempeñan roles a
menos que los roles sean parte de un drama divino
de la creación. Esta creación de hombre y mujer fue
el mayor derramamiento de perfección de Dios…".
61
151. Caminamos lado a lado con muchos cuyas experien-
cias los han llevado a pensar que la naturaleza de
la familia es "una jungla, no un jardín". Por razones
conocidas solo por Cristo, Él los ha elegido, a ust-
edes a quienes Él mismo unió en matrimonio, en este
momento de la historia, para ser un ícono de Su amor
por Su Esposa, la Iglesia. Por eso cuando se sacrifican
el uno por el otro, cuando se alientan y se perdonan
mutuamente, cuando adoran al Señor juntos, cuan-
do dan la bienvenida a los niños y los educan en la
práctica de la fe católica, están ayudando a nuestra
generación escéptica a creer que un amor libre, total,
fiel y fructífero es todavía posible. De hecho, nada es
imposible para Dios; confíen en Él y den comienzo.
62
¡Jesús, María y José, ustedes que vivieron la familia
de la forma más heroica, rueguen por nosotros!
63
Nota de la traducción sobre las citas: A menos que se aclare de otra
forma, si la fuente original en inglés tiene contraparte publicada
en español, se ofrece al lector solamente el título en español. Si el
volumen no ha sido traducido oficialmente al español, se ofrecerá
el título original en inglés para facilitar su búsqueda, pero con una
traducción aproximada del mismo. Los documentos magisteriales
se mencionan por su título oficial en latín y la primera vez que son
mencionados, con su título en español.
64
10. Gaudium et Spes, Constitucion Pastoral Sobre La Iglesia en el
Mundo Moderno, no. 50.
11. San Juan Crisóstomo. Sobre la vanagloria, la educación de los hijos
y el matrimonio.
12. Catecismo de la Iglesia Católica (CCC), no. 2223.
13. Familiaris Consortio, no. 75.
14. Familiaris Consortio, no. 17.
15. Oración Eucarística para la Reconciliación I.
16. CCC, no. 2342.
17. Gaudium et Spes, no. 50.
18. Ryan T. Anderson. The Consequences of Redefining Marriage. [Las
Consecuencias de la Redefinición del Matrimonio]. Discurso,
Salt Lake Community College. (31 de marzo, 2014).
19. Edith Stein. El Ethos de las profesiones femeninas en Ensayos sobre
la mujer, p. 44.
20. Erica Komisar, Estando ahí. Décadas de investigación “confir-
man que a mayor tiempo que una mujer le dedica a la alegría y
trabajo de los cuidados maternales de un hijo en los primeros
tres años, mayor la posibilidad que su hijo sea seguro emocio-
nalmente y sano en su vida”.
21. Bishop Thomas J. Olmsted. Firme en la brecha. (2015).
22. Werner Haug y Phillipe Warner. Las características demográficas
de grupos lingüísticos y religiosos en Suiza por la Oficina Federal
de Estadística, Neuchatel. El estudio aparece en el Volumen
2 de Estudios Poblacionales nro. 31, un libro titulado Carac-
terísticas demográficas de minorías nacionales en algunos esta-
dos europeos, editado por Werner Haug y otros, publicado por
el Director General del Concilio Europeo III, Cohesión Social,
Estrasburgo, enero 2000.
23. Familiaris Consortio, no. 17
24. Benedicto XVI. Deus Caritas Est, no. 1.
25. Papa San Pablo VI. Evangelii Nuntiandi, no. 41.
26. Esto puede incluir varios grupos pequeños de familias en una
parroquia, ejemplo: Encuentro Matrimonial, Encuentro de
Novios, Grupos de Parejas y otros apostolados.
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27. Confesiones de San Agustín. Libro 3, Capitulo 12.
28. Para asistencia al discernir sus talentos, u oportunidades de ser-
vicio a las familias, contacte a la Oficina de Catequesis Familiar y
Liderazgo Parroquial Hispano o la Oficina de Misiones Hispanas.
29. Note el contraste aquí con el mensaje del “Evangelio de la pros-
peridad” tan prevalente en nuestra cultura.
30. Gordon Rayner. Investigación por orden del ministro por aumento de
4,000 por ciento en el número de niños pidiendo cambio de sexo. The
Telegraph. (Sept. 16, 2018).
31. Reimpreso de “The Co-Worker Newsletter” Primavera/Verano
1989 y distribuido por el Concilio de Vida Familiar, Inc.
32. Para un más profundo y útil tratado de los efectos del divorcio en
la familia, ver Primal Loss: The Now-Adult Children of Divorce Speak,
editado por Leila Miller.
33. Venerable Fulton Sheen, Characters of the Passion.
34. Nicholas Healy. Discurso en el Mini sínodo sobre la familia. Phoenix
(2018).
35. Venerable Fulton Sheen, Lift Up Your Heart.
36. The Importance of Family Dinners IV. Estudio por CASA. Columbia
University (2007).
37. Papa St. Juan Pablo II, Redemptor Hominis, no. 10.
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