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Ana 2013-2018 PDF

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S3.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE CUMPLIR CON LOS DEBERES Y LAS RESPONSABILIDADES EN LOS ESPACIOS
PÚBLICOS?

Propósito: elaboran un mural respecto al asunto público elegido

1. Mediante la técnica de lluvia de ideas responde la siguiente pregunta: ¿qué me gusta y qué no me gusta de mi cole,
barrio o mi país? Dialogamos en torno a las respuestas.
2. Mediante la técnica de lluvia de ideas respondemos ¿a quién pertenece el espacio público? ¿Cuántos de los problemas
que se producen en estos espacios se generan por nosotros mismos? ¿Respetamos las normas en el espacio público?
3. Desarrollamos y entendemos conceptos relacionados con el espacio público: conflicto, violencia y seguridad ciudadana:
Los conflictos en los que nos involucramos permanentemente deberían ser resueltos por nosotros mismos, con y sin
ayuda, por ser una dinámica que forma parte de la convivencia. En cambio, la violencia puede ser sinónimo de agresión
o daño, tanto físico, verbal como psicológico. Si un conflicto no se llega a resolver, puede pasar a convertirse en
violencia. Asimismo, pone énfasis en que la seguridad ciudadana es un conjunto de acciones que desarrollan el Estado
y la sociedad para asegurar la convivencia pacífica, el uso adecuado del espacio público y el respeto a la vida e
integridad de los ciudadanos. Por ello, sus acciones no solo se dirigen a la represión del crimen, sino también a la toma
de medidas dirigidas a la prevención del delito, ya que combaten los factores causantes de la violencia.
4. Analizamos los datos contenidos en las fuentes 1 y 2. Luego responden la siguiente pregunta: ¿qué problema revela
esta información? Anotamos las ideas más importantes en la pizarra.
5. En equipos de trabajo, analizamos el árbol de problemas de la inseguridad, la violencia y delito en el Perú (página
85) que se encuentra en el siguiente enlace web:
https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/2861838/PLAN%20NACIONAL%20DE%20SEGURIDAD%20CIUDAD
ANA%202013-2018.pdf

En este esquema se destaca el problema central: altos niveles de violencia y delincuencia, las causas que los producen y
sus efectos.
Terminado el análisis del árbol de problemas, responden las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es el problema central? ¿Cuáles son las principales causas?
- ¿Qué efectos ocasiona este problema? ¿Cuáles son las consecuencias?
- De acuerdo con la información, ¿de qué manera creen que los ciudadanos están cumpliendo sus deberes y
responsabilidades respecto a este problema? ¿Estarán cumpliendo las autoridades con sus funciones?, ¿por qué lo
creen así o por qué piensan que no?
- ¿Qué alternativas propondrían como equipo para mejorar ello?

6. Elegimos un asunto publico Recopilar información con relación al asunto público elegido por el aula.

7. Visualiza el video Con secundaria completa: ¡sí la haces!, en Cusco, que se encuentra en el siguiente enlace web:
https://www.youtube.com/watch?v=yeQO_fdFz_g. Luego, responde las siguientes preguntas:

- ¿Cuál es el objetivo de los murales en este caso?


- ¿Qué mensaje transmiten?
- ¿Consideran que logran impactar en los jóvenes? ¿Por qué?
- ¿Qué objetivo creen que se debería conseguir con el mural respecto al asunto público elegido?

8. En equipos desarrollen las siguientes acciones:


- Proponen el objetivo del mural que elaborará en conjunto todo el salón y lo escriben en una cartulina.
- En una puesta en común, un representante de cada equipo expone el objetivo que han definido, luego en consenso
redactan el objetivo principal del mural que elaborarán.
- Eligen la pared en la que trabajarán el mural.

9. Buscar información sobre las acciones que desarrollan los ciudadanos sobre el asunto público elegido.
Fuente 1

Tasa de denuncias de robos por 100 000 habitantes en el Perú, 2000-2012


Año 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Robos 127 128 127 142 156 164 163 146 149 168 193 218 254

Elaboración: Ministerio del Interior, sobre la base de estadística delictiva de la Policía Nacional y de población del Instituto Nacional de Estadística e Informática.
Presidencia del Consejo de Ministros. Ministerio del Interior. (2013). Plan Nacional de Seguridad Ciudadana 2013-2018, p. 154. Consulta: 12 de mayo de 2016. Recuperado de
http://www.pcm.gob.pe/wp-content/uploads/2013/08/Plan-Nacional-de-Seguridad-Ciudadana_01.pdf

Fuente 2:

El Perú es el país con mayor percepción de inseguridad en Latinoamérica


Un informe de las Naciones Unidas señala que el 50 % de encuestados tiene esa sensación. La victimización en el país es de 28,1 %.
Martín León Espinosa

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) elaboró el “Informe regional de desarrollo humano 2013-2014, seguridad
ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina”. En el documento se señala que el Perú tiene la percepción
más alta de inseguridad en el barrio, con 50 % (esto según una encuesta hecha en el país a 1 500 adultos por país).

A nuestro país le siguen Venezuela (43,7 %), El Salvador (42,5 %), Bolivia (39,8 %), República Dominicana (38,6 %) y Ecuador (38,1 %). Los
países con menos percepción de inseguridad en la región son Honduras (23,2 %) y Panamá (19,3 %).
El Perú también está a la cabeza de Latinoamérica en victimización directa, con 28,1% (la misma cifra de Ecuador). Nos siguen Bolivia (27,8
%), México (23,1 %), Uruguay (22,8 %), Argentina (21,3 %), Colombia (21 %) o Guatemala (20,9 %).

El informe del PNUD también da otros datos reveladores. Uno es que en países donde la pobreza se ha reducido considerablemente –en el
documento citan al Perú, Panamá y República Dominicana– no ha ocurrido lo mismo con el robo.
Según el informe, el PNUD también se realizó un estudio comparativo de población carcelaria (en el caso del Perú se entrevistó a 400
reclusos).
En los resultados se señala que el 24,9 % de internos entrevistados en nuestro país fueron miembros de la policía o de las Fuerzas Armadas.
Es el nivel más alto entre los países que se comparan. Los otros son El Salvador (11,6 %), México (10,1 %), Chile (6,1 %), Argentina (6 %) y
Brasil (6 %).
De acuerdo con el mismo análisis, los internos entrevistados en el Perú revelaron que el promedio del monto que robaron fue de US$ 33 200,
por encima de los otros países. Le siguen Brasil (US$ 30 200) y Chile (US$ 27 000). Respecto del promedio de las veces que robó antes
de ser detenido, en el Perú es de 8,7 %. Además, el 26 % dijo que llevaba un arma cuando cometió el delito. De este porcentaje, el 20,4 %
afirmó haberla usado.
Asimismo, el 47,4 % afirmó que cometió un delito con un arma que se la dio un amigo o un policía (respuesta de quienes compraron un arma
seis meses antes de ser detenidos). También se indagó sobre el nivel de educación de los internos. En nuestro país el 24,8 % no acabó la
primaria, el 62,9 % no pasó los nueve años de escolaridad y el 87,1 % de entrevistados no culminó el proceso escolar.

León Espinosa, M. (2013). El Perú es el país con mayor percepción de inseguridad en Latinoamérica. El Comercio. Consulta: 10 de mayo de 2016. Recuperado de
http://elcomercio.pe/politica/gobierno/peru-pais-mayor-percepcion-inseguridad-latinoamerica_1-noticia-1658293
Anexo 1 ()
Conflicto:
Hay conflicto cuando sentimos que nuestros pensamientos, sensibilidades, deseos, códigos o necesidades, además de no ser
coincidentes, son difícilmente compatibles con los de otra persona. Aunque, en realidad, lo que es incompatible no es tanto lo que
pensamos o necesitamos, sino los modos de solventar estas necesidades o de situar nuestros valores. De tal modo que, con
frecuencia, no se trata tanto de cambiar de pensamiento o necesidad, sino de transformar nuestras actuaciones o soluciones para
que podamos convivir con nuestras diferencias. Y esto conlleva mucha creatividad. Los conflictos son inherentes a las relaciones
humanas. A veces, una mirada o una palabra bastan para acoger la discrepancia, colocarla en su sitio y recomponer la relación.
Otras veces, en cambio, el atasco es mayor y se necesitan más palabras, más gestos, más paciencia, más juego de mediación
para abrirlo y sacarlo a la luz sin dañar a la relación; es más, para darle un sentido dentro de la relación.
Existe conflicto, por ejemplo, cuando una niña quiere correr por el patio durante el recreo y un grupo de niños quiere jugar al
fútbol. O cuando una profesora quiere integrar la coeducación en su materia, mientras que su compañera de Departamento
considera que su función no es esa y ambas tienen que diseñar un plan de Departamento conjunto. Volviendo a los ejemplos
anteriores, lo que está en juego es la capacidad de relacionarse y encontrar los acuerdos necesarios para compartir el patio o
trabajar conjuntamente tratando de acoger las necesidades y los deseos de todas las personas implicadas.

Violencia:
Conflicto y violencia son dos cosas diferentes, aunque se confundan con frecuencia. Hasta tal punto llega la confusión, que es
muy común oír hablar de conflicto bélico, cuando las guerras son simplemente una expresión extrema de la violencia. La violencia
no es un modo de resolver un conflicto; más bien, todo lo contrario. Cuando se impone el lenguaje de la violencia, lo que se hace
es negar el conflicto; se tapa el conflicto. Quien usa la violencia pretende negar al diferente; lo que busca es “ganar” o hacerse
valer a costa del otro o de la otra, anulándolo, infravalorándolo. La violencia, entendida de este modo, puede manifestarse de
diferentes maneras: también con el silencio, con un gesto o con una sola palabra. En este sentido, está mucho más extendida de
lo que se suele pensar. También hay violencia cuando nos callamos o nos autoanularnos por miedo al conflicto, ya que se trata de
dar valor a una idea, deseo o necesidad a costa de la propia. A veces, se intenta llegar rápidamente a un consenso para zanjar
las dificultades, sin dar el tiempo suficiente para que el juego de la relación y la búsqueda de entendimiento puedan dar realmente
sus frutos. Cuando esto pasa, es habitual que se alcance un falso consenso, que suele ser fruto de que una de las personas
implicadas haya cedido, no por convencimiento, sino por puro cansancio, o por miedo a que el conflicto derive en una guerra.
Otras veces, quien cede lo hace con la boca chica, en un “digo que sí, pero luego hago lo que me parece”, ¿o no es cierto que a la
hora de la verdad cada cual enseña a su modo cuando cierra la puerta del aula? O, en el caso de la chica adolescente, ¿no puede
pasar que ella diga que sí a todo lo que diga su madre, pero luego intente hacer lo que le parece a escondidas de esta?
En este sentido, muchos falsos consensos realmente no resuelven ningún conflicto ni favorecen la relación, sino que hacen que
el conflicto se vaya agrandando y su afrontamiento se haga cada vez más difícil.

Los conflictos y la violencia. (s. f.) Consulta: 2 de mayo de 2015. Intef. Recuperado de
http://www.ite.educacion.es/formacion/materiales/112/cd/m3/los_conflictos_y_la_violencia.html
Anexo 2 ()
Seguridad ciudadana:

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el desarrollo humano es un proceso de expansión de las libertades
efectivamente disfrutadas por las personas. Ese desarrollo no es automático. Por el contrario, está plagado de amenazas.
Precisamente por ello, el desarrollo humano debe estar indisolublemente ligado a la seguridad humana, que tiene como propósito
proteger al individuo frente a amenazas de distinta naturaleza: desastres naturales, criminalidad, enfermedades y epidemias,
hambre, pobreza extrema, dictaduras y totalitarismo.
La seguridad ciudadana es solo uno de varios componentes de la seguridad humana, aquel componente responsable de
enfrentar las amenazas violentas y delictivas contra las personas y sus bienes. La seguridad ciudadana tiene dos acepciones.
La primera, la define como la condición —objetiva y subjetiva— de encontrarse el individuo libre de violencia o amenaza de
violencia, o despojo intencional por parte de otros. El concepto de violencia denota el uso o amenaza de uso de la fuerza física o
psicológica con el fin de causar daño o doblegar la voluntad. La noción de despojo remite al acto de privar ilegítimamente de su
patrimonio a una persona física o jurídica. Aunque esta definición parecería restrictiva, en realidad, incluye a todos los delitos
contra las personas, como el homicidio, la agresión, la violación, el secuestro y la trata de personas, así como los delitos contra el
patrimonio tanto privado (robo, hurto y estafa) como público (soborno y cohecho). Incluye, además, modalidades delictivas propias
del crimen organizado, como el narcotráfico, el tráfico de armas, el lavado de activos o el comercio de bienes ilegales, que “están
muy estrechamente relacionados con la violencia y el despojo, aunque no dañen directamente a las personas o a su patrimonio”.
La segunda acepción de seguridad ciudadana la refiere como la acción destinada a proteger a los ciudadanos frente a los
hechos de violencia o despojo, lo que se persigue con una política pública, entendida como los lineamientos o cursos de acción
que definen las autoridades estatales. Esto constituye una obligación positiva del Estado derivada de sus compromisos
internacionales para garantizar los derechos fundamentales.
Desde una perspectiva de derechos humanos, el concepto de seguridad ciudadana es el más adecuado para el tratamiento de
los problemas de criminalidad y violencia, en lugar de los conceptos de seguridad pública, seguridad interior u orden público, por
cuanto tiene un enfoque centrado en la construcción de mayores niveles de ciudadanía democrática, con la persona humana y los
grupos sociales como objetivo central de las políticas, a diferencia de la seguridad del Estado o de determinado orden político. El
analista Fernando Carrión señala que la seguridad ciudadana se diferencia de la seguridad pública en que esta última se
constituye desde una perspectiva Estado-céntrica y la primera desde una concepción ciudadana en la que el Estado resulta ser
uno de varios elementos.
En los últimos años, el concepto de convivencia social se ha ligado al de seguridad ciudadana. En efecto, ambos conceptos se
basan en la promoción de la adhesión de los ciudadanos a una cultura ciudadana basada en el respeto a la ley, a los demás y a
unas normas básicas de comportamiento.
La seguridad ciudadana ha sido y es una de las principales demandas de la población peruana. A lo largo de los últimos veinte
años, su abordaje ha merecido diversos enfoques y tratamientos por parte de las autoridades, pero con escaso éxito hasta hoy. Y
es que la seguridad ciudadana es un fenómeno social complejo, multidimensional y multicausal, que debe ser abordado desde
diversos aspectos en forma simultánea.
La inseguridad, la violencia y el delito no son problemas que solo merecen respuestas de contingencia; en verdad, requieren un
tratamiento integral y holístico, de procesos de mediano y largo plazo. Los desafíos son múltiples y complejos. La seguridad
ciudadana exige tomar medidas oportunas y eficaces —en especial por parte de los decisores políticos— que permitan remover
los obstáculos de carácter estructural y cultural profundamente arraigados en los sistemas de administración del Estado. En ese
sentido, la tarea es compleja.
Con este propósito, el presente Plan Nacional de Seguridad Ciudadana 2013-2018 —en adelante, el Plan— recoge y
sistematiza los aportes no solo de las instituciones que integran el Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana (SINASEC), sino
también de la sociedad civil organizada, el sector privado y académico, especialistas y vecinos. Se han definido los siguientes seis
(6) objetivos estratégicos en el horizonte 2013-2018:
1. Disponer de un Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana articulado y fortalecido.
2. Implementar espacios públicos seguros como lugares de encuentro ciudadano.
3. Reducir los factores de riesgo social que propician comportamientos delictivos.
4. Promover la participación de los ciudadanos, la sociedad civil, el sector privado y los medios de comunicación.
5. Fortalecer a la Policía Nacional del Perú como lo requiere una institución moderna, con una gestión eficaz, eficiente y con altos
niveles de confianza ciudadana.
6. Mejorar el sistema de administración de justicia para la reducción de la delincuencia.

Presidencia del Consejo de Ministros. Ministerio del Interior. (2013). Plan Nacional de Seguridad Ciudadana 2013-2018, pp. 2, 4, 7 y 8. Consulta: 12 de mayo de 2016. Recuperado
de http://www.pcm.gob.pe/wp-content/uploads/2013/08/Plan-Nacional-de-Seguridad-Ciudadana_01.pdf

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