Descargue como PDF, TXT o lea en línea desde Scribd
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4
LA NUEVA ESCUELA MEXICANA
Secretaría de Educación Pública. (2019). La Nueva Escuela Mexicana: principios y
orientaciones pedagógicas. Subsecretaría Educación Media Superior. pp. 17 – 24. IV. Orientaciones pedagógicas de la NEM. La NEM promueve en esta fase inicial, orientaciones generales que potencien la reflexión, diseño y puesta en práctica de acciones en dos niveles: la gestión y la práctica educativa en el día a día. El propósito es que maestras y maestros cuenten con orientaciones que les permitan poner en práctica la NEM, en un primer momento. 1. Gestión escolar participativa y democrática. La NEM impulsa una gestión escolar democrática, participativa y abierta que implique el comportamiento efectivo de todos sus miembros y de la comunidad. Promueve nuevas formas de interacción entre los distintos actores educativos: entre docentes, de estos con los directivos, la participación de la comunidad y de las madres y los padres de familia, así como del personal administrativo. Reconoce que la escuela y su gestión es un campo de relación y disputa de diversos intereses (educativos, profesionales e incluso personales), lo cual permite transformar las acciones que despliegan los actores educativos, al asumir nuestras diferencias. La gestión escolar se orienta desde el trabajo colaborativo –con la finalidad de generar comunidades de aprendizaje–, poniendo las condiciones para el diálogo, y en las que se propicie el aprendizaje de las y los estudiantes. En este sentido, el trabajo colaborativo sugiere: estar atento a los cambios que la dinámica escolar cotidiana impone a la práctica docente: mantenerse alerta a las acciones –propias y de los otros–, cuestionarse permanentemente y ponderar nuevas rutas de acción relativas a los principios de la NEM; potenciar la autoridad y responsabilidad del docente desde el acompañamiento y en su práctica; promover variadas formas de participación que pueden realizarse entre la escuela y la comunidad, con lo cual se fomente un mayor arraigo a la vida local; comentar, compartir y valorar las opiniones, experiencias y sugerencias de la comunidad escolar permanentemente.
2. La práctica educativa en el día a día.
El docente es actor fundamental para el logro de aprendizajes de niñas, niños y adolescentes, por lo que basa su labor en la realidad de su salón de clase; reconoce su incidencia en el ámbito local y comunitario, y está al tanto de los principales temas y debates que conciernen a su práctica. Para la Nueva Escuela Mexicana la labor docente del día a día se fundamenta en los siguientes principios orientadores: El derecho de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes a la educación significa que son sujetos activos en el desarrollo de sus potencialidades. El interés, la actividad, la detección de necesidades y las potencialidades de las y los estudiantes, así como los desafíos de su contexto y de la humanidad en su conjunto, son ejes reguladores de la actividad en el salón de clases. Niñas, niños, adolescentes y jóvenes son considerados en igualdad de capacidades y disposiciones para aprender, con especial atención a aquellos que provienen de contextos en situación de vulnerabilidad. Atención a la diversidad cultural, lingüística, de género, de aprendizaje, de grupos sociales. Promoción del trabajo colaborativo a partir de la participación de las y los estudiantes en las actividades que fomenten la cultura física, el apoyo emocional, el desarrollo intelectual, y una cultura de paz, aspectos propicios del ser humano. Organización y uso de información, estrategias, recursos, materiales para enriquecer las actividades escolares y promover diversas experiencias de aprendizaje. Coherencia entre los valores y las propuestas, los objetivos y las estrategias, el discurso y la práctica, el contenido y la forma, en que se ejerce la función docente y directiva. Vinculación con la comunidad inmediata para enriquecer la labor de la escuela, los procesos formativos, y revitalizar el lazo social. Estos principios tienen distintos ámbitos de orientación para las maestras y los maestros. En esta fase incluimos cuatro que son centrales para el desarrollo de la práctica cotidiana: a) Diagnóstico del grupo, b) Organización del contenido, c) Selección de las estrategias y d) Evaluación. a) Diagnóstico del grupo. Parte fundamental de la práctica docente es considerar información sobre su ambiente inmediato, es decir, su salón de clase, con la intención de organizar el tratamiento de contenidos y que sirva como punto de referencia en el curso. Los datos que se obtengan por medio de distintas fuentes, pueden ser de utilidad para el trabajo en el Programa Escolar de Mejora Continua. Bajo la lógica de que la NEM se trabaja con el supuesto de promover las potencialidades; identifique de las y los estudiantes: logros obtenidos en el nivel o grado de estudios previos; intereses y cambios de ellos; habilidades, disposiciones, aspiraciones y capacidades que les han sido reconocidas por sus maestros, por sus pares, por sus padres, o que ellas y ellos mismos reconocen; trabajos escolares, productos de actividades, producciones escritas, fotos, etc.; evaluaciones, valoraciones, realizadas a lo largo del curso; contexto y composición familiar: actividades de apoyo, actividades extraescolares. b) Organización de los contenidos. Maestras y maestros tienen el saber indispensable para repensar y modelar las estrategias que pondrán en juego en el salón de clase. En este sentido, se espera que, con la experiencia construida, aborda críticamente la planeación en el contexto escolar. Algunos principios organizadores de los contenidos son los siguientes: Interrogarse sobre las formas de organización de los contenidos en su contexto escolar. Reflexionar individual y colectivamente sobre cuáles son las formas de organización pertinentes en su comunidad escolar. Recuperar el sentido de la experimentación pedagógica desde un punto de vista lúdico, que lleve a la integración de áreas, campos de conocimiento y asignaturas. Organizar estrategias y actividades de apoyo de los padres de familia en el tratamiento de los contenidos para beneficio de la formación de las y los estudiantes. Atender los intereses, potencialidades, problemáticas, opiniones y valoraciones de las y los estudiantes. Revisar o diseñar materiales de trabajo y elegir los que juzgue pertinentes para su planeación. Considerar la información que se recaba constantemente en el diagnóstico y puede sugerir formas de organización de los contenidos. Impulsar el sentido lúdico en las actividades. c) Selección de estrategias metodológicas. El trabajo pedagógico cobra sentido al diseñar, construir, seleccionar diversas estrategias metodológicas que construyan al aprendizaje de las y los estudiantes. Algunos principios orientadores para el diseño y la selección de estrategias son los siguientes: Ponderar la experiencia docente y la reflexión sobre la práctica para el diseño y selección de estrategias metodológicas. Considerar estrategias sustentadas en metodologías activas y participativas, que dinamicen el trabajo en el aula y que favorezcan la experimentación y tengan en cuenta la perspectiva socio-afectiva. Fomentar el aprendizaje colaborativo en tanto construcción colectiva de conocimientos que llevan a cabo personas a partir de distintas fuentes de información mediante estrategias de trabajo en equipo, reflexión, intercambio de opiniones, participación, articulación de ideas de manera oral y por escrito, retroalimentación, y que tiene en la mira construir nuevos significados y edificar un saber social plural, informado, responsable y ético, que se proyecta socialmente. Promueve pausas activas; momentos insertos en la jornada escolar, dirigidos al involucramiento del movimiento corporal y la ejercitación mental de las y los estudiantes, maestras y maestros, con el fin de enfocar la atención, mantener la continuidad de la actividad, relajarse, poniendo en juego el cuerpo y los sentidos. Potenciar la autonomía en el aprendizaje de las y los estudiantes. Vincular las estrategias pertinentes al tipo de contenido que se quiere trabajar y al nivel de profundidad que se pretende lograr. Propiciar formas de interacción entre las y los estudiantes que relacionen contenido, actividades y formas de valoración, en las que se incorporen las artes y lo lúdico. Seleccionar materiales, recursos, tecnologías de la información y la comunicación, y organizar el espacio del aula, de acuerdo con los contenidos y las formas de participación que se espera de las y los estudiantes. Contextualizar las actividades en el entorno de las y los estudiantes –familia, comunidad inmediata, región– y vincular en el mismo establecimiento escolar o con otros –de la misma comunidad, de la región, del país–. d) Evaluación. La NEM entiende la evaluación como un proceso que construye información del ámbito escolar para retroalimentar y tomar decisiones orientadas a la mejora continua en distintos rubros: en las trayectorias formativas de los estudiantes, en la práctica docente, en la gestión escolar, para el conocimiento del sistema educativo. La evaluación en tanto proceso: Se realiza en temporalidades específicas y de forma continua en la práctica educativa, lo que implica periodos determinados por la vida cotidiana de la escuela y los establecidos oficialmente; Conecta acciones significativas que tiene lugar en las interacciones entre las y los estudiantes, maestras y maestros, cuerpos directivos, padres de familia; Construye saberes ligados a los rubros susceptibles de evaluación. La evaluación se construye desde la práctica en el aula y con la participación conjunta de todos los actores de la escuela: cuerpo directivo, maestras y maestros, estudiantes, con la colaboración de apoyo técnico pedagógico y supervisores, e implica la sistematización de la información de lo que acontece en el cotidiano escolar. Para orientar la evaluación en este sentido, los ámbitos en los que se construirá información, serán los siguientes: 1. Trayectorias formativas de los estudiantes. La información que se obtenga puede organizarse de la siguiente manera: estado inicial de los aprendizajes, momentos significativos observados, aprendizajes obtenidos, las habilidades, disposiciones y capacidades a potenciar. 2. Gestión escolar. Para el perfeccionamiento del Programa Escolar de Mejoramiento Continua y la toma de decisiones en los consejos escolares; para elaborar vínculos de interacción entre la escuela y la comunidad. 3. Práctica docente. Se trata de construir información que permita fortalecer y dar nuevos sentidos a la labor profesional del maestro, desde la retroalimentación de la planeación y la vivencia cotidiana, a través de la reflexión. Esta información posibilita la organización de los planes de formación continua. 4. Sistema educativo. La información de este ámbito es de utilidad para elaborar la estadística del ciclo escolar y así conocer el funcionamiento, desarrollo y estado actual del sistema educativo mexicano. Además, se requiere como insumo para la evaluación y elaboración de políticas públicas. 5. Evaluación diagnóstica. La evaluación al magisterio será diagnóstica para obtener información sobre sus áreas de oportunidad y planear la capacitación para cada uno de ellos.