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TEMA B - M - Educar en Tiempos de Pande...
TEMA B - M - Educar en Tiempos de Pande...
TEMA B - M - Educar en Tiempos de Pande...
El virus COVID-19 ocasionó, a nivel mundial, cambios radicales en los ámbitos laborales,
educativos y, por supuesto, en las vidas personales de todos los seres humanos. La suspensión de la
presencialidad escolar dio un gran impulso a la incorporación de las tecnologías digitales al sistema
educativo y la condición de posibilidad para que este proyecto sea viable es la universalización del
acceso de docentes y estudiantes a equipamiento digital y conectividad de calidad. A pesar de los
avances realizados, la deuda en infraestructura digital es muy considerable y los límites que
encontraron las políticas educativas para sostener la escuela en contextos de suspensión y restricción
de la presencialidad fue consecuencia directa de la desigual distribución del equipamiento y la
conectividad entre jurisdicciones y entre docentes y estudiantes de diferentes estratos sociales, lo
cual ocasionó profundas brechas digitales que ampliaron las desigualdades educativas.
La incorporación de tecnologías digitales a los procesos de enseñanza y aprendizaje tiene un enorme
potencial para ampliar las oportunidades que niñas, niños y adolescentes desplieguen trayectorias
escolares completas, extensas y densas en aprendizajes significativos, que, una vez finalizado el
tramo de escolarización obligatorio, les permita aprender en forma autónoma lo largo de la vida,
participar activamente de la sociedad y llevar adelante una vida provechosa para sí mismo y para el
conjunto social. Sin embargo, el mejoramiento del sistema educativo a través de la mediación de las
tecnologías digitales no será inmediato ni consecuencia automática de la multiplicación de esfuerzos,
por lo cual, resulta imprescindible garantizar las condiciones para transitar fluidamente entre el
espacio presencial y digital y tender puentes entre uno y otro para ensamblarlos en una experiencia
escolar única y enriquecida.
Por un lado, se requiere que la inversión en equipamiento y conectividad sea considerada un paso
ineludible para consolidar una política digital sistémica que abarque al amplio espectro educativo
nacional; por otro lado, ampararse sólo en el ámbito del equipamiento y la conectividad resulta una
estrategia ineficiente. Entonces: ¿Cómo se resuelve la situación? Es clave introducir acciones
específicas para concretar el uso pedagógico de las tecnologías: se sabe que menos de la mitad del
conjunto de docentes utilizaron los recursos digitales que las autoridades educativas pusieron a
disposición para educar sin presencialidad, lo cual puede explicarse, en parte, por los déficits de
infraestructura digital, aunque también influyeron los repositorios y plataformas de gestión del
aprendizaje aún incipientes como así también las capacidades docentes para enseñar con TIC.
Es fundamental, además, avanzar con el diseño e implementación de lineamientos claros para
integrar el espacio educativo presencial con el remoto, a través de los repositorios y plataformas para
la gestión del aprendizaje. La concreción de trayectos digitales curriculares de aprendizaje en
profundidad implica habilitar accesos diferenciados por nivel y año de estudio en los repositorios
que, en la disposición y organización de los contenidos digitales, expresen unidades de sentido
curriculares (Rivas, 2018). En tal sentido, la consolidación de una política digital sistémica requiere
precisar la distribución de responsabilidades y tareas entre los diferentes actores y niveles de
gobierno. En materia de infraestructura digital, una de las alternativas posibles es que el nivel
nacional concrete las políticas de distribución de dispositivos digitales, mientras que las autoridades
de nivel provincial asuman las acciones orientadas a su mantenimiento y reparación.
Asimismo, las interacciones entre docentes y estudiantes y entre las y los estudiantes entre sí a través
de los encuentros sincrónicos y asincrónicos que posibilitan las aulas virtuales digitales contribuyen
a concretar la experiencia escolar basada en trayectos. La posibilidad de que las y los docentes
editen, enriquezcan y adecuen esos trayectos e incluso los diversifiquen para adaptarlos a las
particularidades de sus estudiantes es condición sin ecua non para que los incorporen a sus prácticas
de enseñanza. El seguimiento y análisis del uso efectivo que el cuerpo docente hace de los recursos
digitales en las aulas virtuales puede ser una fuente de retroalimentación permanente para ajustar los
trayectos e incorporar nuevos recursos a los repositorios.
Del análisis de los datos precedentemente expuestos se desprende que el desarrollo de una agenda
educativa digital comprende múltiples factores relacionados entre sí en forma directa y su uso
eficiente por parte de instituciones educativas, docentes y estudiantes demanda la disposición e
interacción activa de los mismos. Por lo tanto, para consolidar este tipo de agenda es imprescindible
garantizar las condiciones de infraestructura, sostener una mirada integral centrada en el uso
pedagógico de las tecnologías y asegurar mecanismos de gobierno que faciliten la articulación entre
el nivel central, las jurisdicciones subnacionales y el nivel local.
* Cardini, A., Bergamaschi, A., D´Alessandre, V. y Ollivier, A. (mayo de 2021). Educar en tiempos de pandemia. Un
nuevo impulso para la transformación del sistema educativo digital en la Argentina. Buenos Aires: CIPPEC.
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