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Cuadernillo de Nivelación Lengua 2024 - AT

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Instituto técnico privado ingeniero

Anacleto Tobar

CUADERNILLO DE LENGUA
PARA 1° AÑO

Período de nivelación 2024

Nivel secundario

1
¡Bienvenidos!
Alumnos les doy la bienvenida al cursillo de nivelación. Sabemos que hay muchas cosas que los inquietan y alegran
al mismo tiempo: nuevos y viejos amigos, nuevas responsabilidades.
Inician una etapa de la vida marcada por el ingreso a otro nivel educativo, “la
Secundaria”, que por ser justamente “otro”, tiene características distintas: “otros”
contenidos, “otros” modos de trabajar, “otros” tiempos de clase y de recreos, “otras”
reglas, “otras” expectativas, “otros” docentes que, además de ser “otros”, son muchos…
Por todo esto es que quisimos buscar un buen modo de acompañarlos en este nuevo
proceso que aquí comienza…
En este cuadernillo encontrarán material teórico para que puedan leer y estudiar, además de actividades para que puedan
volcar dichos conocimientos. Estas serán explicadas y realizadas en el cursillo de manera presencial; y otras, deberán
resolverlas en casa. ¡Es muy importante que asistan al cursillo!
Los espero para encontrarnos y transitar juntos ésta nueva etapa ¡Hasta pronto!

Criterios de evaluación:

A continuación, les dejo lo que se tendrá en cuenta al momento de evaluarlos, es decir que uds deben:
Leer en voz alta y de manera fluida.
Comprender e interpretar los textos leídos.
Reconocer y clasificar semánticamente sustantivos, adjetivos y verbos.
Analizar sintácticamente oraciones simples.
Usar correcto las reglas de acentuación.
Producir textos de acuerdo a la especie literaria explicada.
Ser prolijos, tener buena caligrafía y buena ortografía.

2
¡Comenzamos!
El valor de la palabra

“Las palabras dan vida, hacen nacer las cosas"

“La palabra es el resultado de un proceso complejo donde a lo largo de muchísimos años las
sociedades fueron desarrollándose hasta lograr la conquista del lenguaje. Tener lenguaje verbal, es decir,
que involucre sonidos escritos y/o hablados utilizando la voz es exclusivo de los seres humanos. Por eso,
podemos decir que la palabra es la herramienta que nos permite establecer vínculos con otros seres
humanos y nos vuelve seres sociales. Con ella, se puede construir y destruir, halagar, ofender, sanar y herir.
Es potente y poderosa”.
Un profesor le pidió a un grupo de niños y niñas de un país llamado Antioquía que explicaran con sus
palabras qué significaban algunos conceptos. Estas fueron dos de sus respuestas:
Universo: “es la casa de las estrellas “(Carlos Gómez, 12 años)
Agua: “transparencia que se puede tomar” (Tatiana Ramírez, 7 años)

Los signos de puntuación

 La lengua española es diversa y cada país se habla de distintas maneras. Sin embargo, en términos
generales podemos decir que cuenta con los siguientes signos de puntuación:

Punto (.) coma (,) punto y coma (;) dos


puntos (:) puntos suspensivos (…)
Signos de interrogación (¿?)
Signos de exclamación (¡!)
Raya (-) comillas (“”)
Paréntesis () corchetes []

 Su uso correcto permite expresarnos con claridad y evitar interpretaciones diferentes de un mismo texto.
 Aprendamos a usar los signos de puntuación para cambiar el contenido de los mensajes.
Se cuenta que un señor, por ignorancia o por malicia, dejó al morir el siguiente testamento sin signos de
puntuación:
“Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará
la cuenta al sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo”
➢ ¿Cómo resuelve cada uno el misterio?
➢ El juez también pudo incorporar otra interpretación ¿cuál es?

3
Más ejercicios:

Perdón imposible que cumpla su condena.


No es verdad.
No lo sabía.
La extraña conducta de César:
César entró sobre la cabeza llevaba el casco en los pies las sandalias en la mano la fiel espada …
- Pensá en otros ejemplos de conversaciones cotidianas donde el uso de los signos de puntuación
pueda modificar todo el sentido del texto. Escribilos en la carpeta y compartilos con tus compañeros

Comprensión de texto

 Lee el siguiente texto:

El mosquito no le temía al león, un día se acercó y lo desafió.


El mosquito hizo sonar un zumbido y cayó sobre el león.
El mosquito lo picó alrededor de la nariz, donde no tiene pelo.
El mosquito vio que el león empezó a arañarse con sus propias garras y se dio por
ganador.
El mosquito hizo sonar de nuevo su zumbido y, sin darse cuenta, se enredó en una
tela de araña.
El mosquito se lamentaba porque no podía ser que él, que había vencido al más
poderoso, muriera en manos de un insignificante animal, la araña.

1. ¿Qué observas en la redacción de las oraciones de este texto?


2. Redáctalas nuevamente en forma correcta.
3. Cambia el orden en que están expresados el sujeto y el predicado.
4. Deja tácito al sujeto.
5. Transforma las oraciones bimembres en unimembres.
6. Agrega cualidades para caracterizar a cada uno de los personajes, de este modo podrás incorporar
modificadores del núcleo del sujeto.

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Clases de palabras

SUSTANTIVOS  son palabras que se usan para nombrar objetos, personas o ideas.

Existen terminaciones o sufijos especiales que, agregados a los sustantivos de base,


modifican su significado inicial: los aumentativos (de oreja orejota), los diminutivos (oreja
 orejita), los despectivos (gente  gentuza).

ADJETIVOS  son palabras que agregan información acerca de los sustantivos para

caracterizarlos. Los adjetivos concuerdan con el sustantivo al cual caracterizan en género y


número.
ADJETIVOS CALIFICATIVOS  Expresan características del sustantivo  Carpeta
prolija

NUMERALES CARDINALES  Un chico – dos chicas


ORDINALES  Primer banco – segundo piso
MÚLTIPOS  Habitación doble
PARTITIVOS Medio chocolate
DISTRIBUTIVOS  Cada alumno – ambos cursos
Sendas imágenes.

GENTILICIOS  industria colombiana

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ARTÍCULOS  son palabras variables que aparecen antes que los sustantivos,

anticipando el género (femenino y masculino) y el número (singular y plural).

Artículos Definidos Artículos Indefinidos


Son los que identifican el referente del Son los que no identifican el referente del
sustantivo. sustantivo, sino que delimitan
EL, LA, LAS, LO, LOS aproximadamente su cantidad.
UN, UNA, UNAS, UNOS

VERBOS  son palabras que expresan acciones (actividades, movimientos), estados


(situaciones estables como ser, tener, parecer) y procesos (desarrollos, cambios de estado
como nacer, madurar). Pueden ser:

Conjugados No conjugados/ Verboides

Son aquellos verbos que tienen persona, Son aquellos verbos que no están
número, tiempo y modo. conjugados y por lo tanto no presentan
Por ejemplo: AMAMOS  AM / AMOS persona, número, tiempo y modo.
 “AMOS” es la desinencia del verbo e Los verboides presentan tres formas:
indica que el mismo:  Infinitivos  terminan en ar, er, ir
 Persona: Nosotros  Participios  terminan en ado, ido
 Número: 1° persona del plural.  Gerundios  terminan en ando,
 Tiempo: Presente iendo
 Modo: Indicativo
Ejemplos: amar – amado- amando

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 Lee atentamente el siguiente texto:

La casa B… en Camden Hill

Catherine Crowe

La casa que habitaba el matrimonio B… en Camden-Hill no tenía nada de particular, salvo su gran
número de habitaciones, todas ellas igualmente confortables.
El señor y la señora B… la habían alquilado por un precio razonable a un hombre de negocios de
Temple, con la intención de convertirla en una pensión, donde pudieran alojarse modestos funcionarios o
empleados de la vecindad.
Al principio, gracias a sus económicas tarifas, el negocio prosperó, pero un buen día un joven empleado
llamado Rose se marchó bruscamente alegando que su habitación estaba embrujada.
Los esposos B… jamás habían ocupado aquella habitación, una sala espaciosa que daba al jardín. De
este modo, antes de volverla a alquilar, decidieron comprobar por sí mismos lo que ocurría en ella.
Desde la primera noche debieron reconocer que Rose no había mentido.
Entre la una y las dos de la madrugada, la señora B… fue despertada por un extraño ruido, “como el de
un enorme gato haciéndose la manicura sobre el parquet”.
Casi al mismo tiempo, su marido también se despertó y los dos escucharon en silencio cómo el extraño
ruido aumentaba, y luego disminuía en intensidad, como si su misterioso autor se acercara y alejara
alternativamente de la cama.
Al fin, el señor B… no pudo más y gritó:
-¿Quién eres y qué haces aquí?
El ruido cesó, pero un segundo después fue arrastrado violentamente los cubrecamas y las sábanas.
La señora B… encendió el mechero y alumbró una vela que guardaba cerca de sí. En la habitación no
había nada insólito, sin embargo, no hubo manera de encontrar las sábanas y los cubrecamas.
Se levantaron, cerraron la habitación con llave y se fueron a pasar el resto de la noche en su dormitorio.
A la mañana siguiente, volvieron a la habitación de Rose y encontraron las sábanas y los cubrecamas
hechos un ovillo encima de la cama; los cubrecamas, de gruesa lana, estaban intactos, pero las sábanas estaban
completamente hechas jirones.
La señora B… se negó a repetir la experiencia, pero su esposo se obstinó en ello y a la noche siguiente
volvió a instalarse en la habitación embrujada.
Esta vez mantuvo una linterna encendida en la cabecera de la cama.
Tardó mucho en dormirse, pero cuando empezaba a vencerlo el sueño, fue sobresaltado por el mismo
ruido de la noche anterior.
El señor B… se incorporó y vio a la luz de la lamparilla a un viejecito de aspecto miserable,
escasamente vestido, de pie en el centro de la habitación. Llevaba un curioso casquete de piel de gato y
contemplaba al durmiente con manifiesta desconfianza.
Pese a estar bastante asustado, el señor B… preguntó al misterioso intruso cuáles eran sus intenciones.
Por toda respuesta, éste empezó a resoplar como un gato encolerizado e intentó agarrar las sábanas.
Entonces el señor B… se dio cuenta de que sus manos descarnadas eran extraordinariamente largas y
que terminaban en desmesuradas uñas.
Por casualidad el señor B… había puesto a su alcance una caña de junco, la tomó y con ella intentó
pegarle al visitante nocturno.
No encontró resistencia alguna y el junco atravesó el cuerpo del viejecito como si fuera de humo.
Entonces el fantasma retrocedió, profiriendo gestos de amenaza; hundiéndose en la pared, despareció.
La noche terminó tranquilamente.
Los esposos B… sacaron los muebles de la habitación y la cerraron. El fantasma no truncó la paz de
ninguna de las otras habitaciones.
Pero aproximadamente dos años más tarde el matrimonio B… habló del extraño suceso a uno de sus
primos, un marino de Kingston, que había venido a visitarles.
El marinero era un hombre robusto y de un sólido sentido común; por cortesía no quiso poner en duda
las afirmaciones de sus primos, pero decidió pasar la noche en la habitación embrujada.

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Con este fin, la amueblaron con una pequeña cama de campo, una mesita de luz y una silla, y colocaron
una lámpara encendida en la consola de la chimenea.
El marinero tardó muy poco en dormirse pues no creía en historias de fantasmas.
Había cerrado su habitación con llave e incluso había asegurado la puerta con un sólido cerrojo
provisional.
Entre la una y las dos de la madrugada, fue despertado por una fuerte sacudida en su cama y vio al
viejecito del casquete de piel de gato que le observaba encolerizado.
Cuando el marino se disponía a levantarse, el fantasma retrocedió, resoplando como un gato furioso, y
desapareció. Luego se oyeron muchos golpes de gran violencia contra o dentro de los muros y un enorme
trozo de yeso se desprendió del techo. Pero el espectro no volvió a aparecer.
Poco después los esposos B… se marcharon de Londres para establecerse en Kingston y no se supo más
de la casa de Camden-Hill.

 Luego de la lectura del cuento “La casa B… en Camden Hill”, realiza las siguientes actividades:

1. ¿Qué tipo de cuento es este? Justifica tu respuesta considerando los conceptos teóricos explicados.
2. ¿Cuál es el negocio del matrimonio B…? ¿Cuál es el problema que se les presenta?
3. ¿Qué deciden hacer el señor y la señora B…?
4. ¿Qué sucede la noche siguiente cuando el señor B… decide repetir la experiencia?
5. ¿En qué circunstancias aparece el fantasma? Menciona cuándo se presenta y ante quiénes.
6. Explica qué sensaciones produce y qué actitud toma cada personaje ante la aparición del fantasma.
7. Reescribe el siguiente fragmento reemplazando las palabras subrayadas por sinónimos o frases
equivalentes:

Al principio, gracias a sus precios económicos, el negocio prosperó, pero un buen


día un empleado joven llamado Rose se marchó bruscamente asegurando que su habitación
estaba embrujada.

1. ¿Dónde sucede esta historia? ¿Cómo está caracterizado ese lugar? ¿Presenta algún rasgo inquietante?
2. ¿Qué detalles contribuyen a crear un clima de suspenso antes de cada aparición del fantasma?
3. ¿Cómo está caracterizado este personaje?
4. Imaginen y respondan: ¿Quién será el fantasma que visita la casa de Camden Hill? ¿Por qué tendrá esa
apariencia? ¿A qué se deben sus reacciones cuando alguien ocupa esa habitación?

El cuento de terror: características

Los cuentos de terror narran historias que producen sensaciones de miedo, inquietud y desconcierto
en el lector. Los hechos se desarrollan en ambientes tenebrosos, donde suele ocurrir un acontecimiento
inesperado. A veces este suceso tiene una explicación lógica: se trataba de un sueño, un plan de venganza
por parte de un personaje o de un castigo, etc. En otras ocasiones, los hechos terroríficos no tienen una
explicación lógica sino sobrenatural e incluyen la presencia de criaturas extraordinarias como fantasmas,
momias, vampiros, etc.
En los cuentos de terror, la descripción del ambiente donde ocurren los hechos es un recurso

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fundamental, ya que contribuye a crear una atmósfera inquietante. Algunos escenarios típicos de los relatos
de terror son antiguos castillos, bosques tenebrosos, cementerios o casas abandonadas, lugares aislados o
solitarios, donde los personajes son víctimas de un suceso inesperado que suele poner en riesgo su vida. Por
lo general, la acción ocurre en horas de la noche y la presencia de extraños personajes y la descripción de sus
rasgos contribuyen a generar miedo y suspenso.

Gramática y normativa

1. De la siguiente oración extrae un sustantivo propio, un sustantivo abstracto y dos concretos.

La pareja la había rentado por un precio razonable a un hombre de negocios de


Temple, con la intención de convertirla en una pensión, donde pudieran alojarse
funcionarios o empleados de la vecindad.

2. Completa los espacios en blanco con adjetivos calificativos apropiados.

El …………………ruido cesó, pero un segundo después, las sábanas …………….


fueron arrancadas violentamente de la cama. La señora B… encendió una ………….
vela que guardaba cerca de sí. En el ……………………. cuarto no había nada, sin
embargo, no encontraron las sábanas. El señor y la señora B… estaban

…………………………….

3. Reescribe el siguiente fragmento del cuento empleando los verbos en tiempo presente:

La señora B… se negó a repetir la experiencia, pero su esposo, obstinado, volvió a


instalarse en la habitación embrujada. Esta vez mantuvo una linterna encendida en
la cabecera de la cama.

4. Busca en el diccionario el significado de la palabra “obstinado” y luego elabora con ella una
oración.

5. De acuerdo a las reglas de acentuación, completa los siguientes conceptos:

 Las palabras agudas se acentúan en la ………… sílaba y llevan tilde


cuando terminan en ………… Da tres ejemplos.
 Las palabras graves se acentúan en ………………………. sílaba y y llevan
tilde cuando no terminan en ………………………….. Escribe tres ejemplos.
 Las palabras esdrújulas se acentúan en la ………………………….. sílaba y
llevan tilde ………………….. Da tres ejemplos.

6. Analiza sintácticamente las siguientes oraciones.

a. La casa del matrimonio B… tenía muchas habitaciones.

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b. Cerraron con llave y fueron a su dormitorio.

c. El fantasma retrocedió, se hundió en la pared y desapareció.

d. El marinero, un hombre robusto y racional, pasó la noche en el cuarto embrujado.

e. Poco después, los esposos B… marcharon a Kingston.

 Lee atentamente el siguiente cuento y luego realiza las actividades.

Atrapado
Mario M. Méndez

Cuando el padre de Agustín llegó a Toranzo esperaba encontrar a su hijo muy enojado, y por eso,
además de un buen regalo, se había preparado para recibir muchas recriminaciones o, peor aún, ese silencio
furioso que el chico solía usar, y que a él tanto le dolía. Sin embargo, Agustín estaba feliz. Feliz como nunca,
y acompañado de un cachorrito blanco, su nueva adquisición.
–Desde que encontró al cachorrito es otro chico –le dijo el abuelo Ramón al padre de Agustín, que se
rió, contento con el comentario.
Y era cierto, hasta la risa de Agustín era distinta.
Agustín se había aburrido todos y cada uno de los días de su visita a Toranzo. Con su larga experiencia
de hijo único de padres separados, tenía muy claro que el divorcio de los viejos a veces le significaba algunas
ventajas, y otras veces unos cuantos problemas. Y que los problemas, lamentablemente, se amontonaban en
las vacaciones. Tanto su padre como su madre tenían compromisos de trabajo, y el exceso de tiempo libre de
su hijo casi adolescente les complicaba la vida. Si por ellos hubiera sido, Agustín no podía dejar de pensarlo,
el colegio tendría que durar todo el año. La casa de los abuelos, entonces, era una solución posible. Posible,
pero tremendamente aburrida. Y su padre, una vez más, había apelado a la intolerable solución: lo había
llevado a Toranzo, el pueblo de los abuelos, y allí lo había dejado, con la promesa de que al término de una
semana lo iría a buscar, para completar lo que quedaba de enero en Mar del Plata, donde un tío tenía
departamento. Pero ya habían pasado diez días, del padre no había noticias y Agustín ya no lo podía soportar.
Sus abuelos lo trataban muy bien, por supuesto, pero él ya tenía 14 años y que la abuela le cocinara sus postres
favoritos, o que el abuelo de vez en cuando lo llevara hasta algún campo vecino, en la chata vieja que usaba
para repartir garrafas, no le alcanzaba. Enero avanzaba con una lentitud exasperante, y él no había conseguido
hacer amistad con ningún chico ni chica de su edad, sencillamente porque en todo el pueblo no había ni uno.
Los abuelos no tenían televisión por cable ni mucho menos computadora, así que se la pasaba dando vueltas
en bicicleta, desde la estación antigua hasta la ruta, una en una punta y otra en la otra punta del pueblo, pero
ambas muy cerca de la casa, tan cerca como lo estaba todo en Toranzo, que era un pueblo de apenas diez
cuadras. A la noche del undécimo día sonó el teléfono y Agustín corrió a atenderlo. Tenía que ser su padre,
anunciándole que vendría, al fin, a buscarlo. A rescatarlo. Era él, sí. Se deshacía en disculpas, le explicaba que
habían aparecido unos problemas en la oficina, le contaba no sabía bien qué cosas de la aduana o algo así, y le
prometía que sin falta iría el fin de semana, que tuviera paciencia. Era lunes: faltaban cuatro días, por lo
menos. Y si el padre cumplía, y llegaba al pueblo el viernes, seguramente el sábado se querría quedar, para no
ofender a los abuelos.

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Otro día más de encierro. Agustín tenía ganas de llorar, pero se la aguantó. Se sentía atrapado, y sabía
que no había salida. Para sacarse la bronca les avisó a los abuelos que se iría a pedalear un rato. No hacía falta
que le pidieran que tuviera cuidado: en Toranzo no había tránsito, no había robos, no había nada. Pedaleó
hasta el final del pueblo y enfiló hacia un montecito de eucaliptos, del otro lado de la ruta. Allí donde se
levantaba la única casa más o menos interesante de la zona, la única que tenía una tapia que la circundaba, la
única con un jardín delantero –ahora cubierto de yuyos –que seguramente había sido hermoso. Según decían
sus abuelos, había pertenecido a un gobernador, y nadie sabía por qué la habían abandonado. Estaba vacía
desde hacía años, y los portones de la entrada, vencidos por el tiempo, dejaban pasar a cualquiera. En Toranzo
no había ni siquiera cuentos de aparecidos: nadie decía que la casa estuviera embrujada, nadie le tenía miedo a
sus altos paredones, a ninguno de los pocos habitantes del pueblito se le había ocurrido jamás que esa casa
pudiera albergar más que mugre, comadrejas o cuises, y no mucho más. Pero Agustín era de la ciudad, y había
visto suficientes películas de terror como para meterse así como así, a oscuras, en una casona abandonada. Por
muy aburrido que estuviera, no se atrevería a entrar, salvo que alguien, como en ese preciso momento ocurría,
lo llamara. –Pibe –oyó que le decían –. Pibe, vení, ayudame. Agustín bajó de la bici y se acercó, despacio. No
tenía linterna, pero como había luna llena se veía bastante. El que le hablaba era un hombre viejo, de barba
canosa. Estaba sentado en el piso del antiguo jardín, y se agarraba una pierna. –Vos sos el nieto de Ramón,
¿no? Agustín asintió. Si era el único chico en Toranzo, seguro que el viejo tenía que haberlo visto con su
abuelo. –Se me escapó un cachorrito que tengo, y se metió acá. Lo entré a buscar por miedo a que se lo coman
las ratas, y me enganché la pata en un pozo. Vení, no tengas miedo. Agustín ya había empezado a acercarse,
pero curiosamente ese “no tengas miedo”, lo detuvo. No había tenido ningún miedo hasta ese momento, pero
en cuanto el viejo lo mencionó, un escalofrío le corrió por la espalda. –Voy a casa a buscar al abuelo –
improvisó –. Venimos con la chata. El viejo se quejó de dolor. –Vení ahora, pibe. Ayudame a sacar la pierna,
que me duele. Agustín dudó. Pensó que debía entrar y ayudar al viejo, pero en ese instante una nube tapó la
luz de la luna y el miedo pudo más. Salió corriendo, agarró la bici y ya pedaleando le gritó al hombre que
enseguida volvía, con el abuelo Ramón. Un rato después, mientras arrancaba la chata, el abuelo se rascaba la
cabeza, confundido. No acertaba a adivinar quién podía ser el vecino accidentado. En un instante estuvieron
en la casona y bajaron, pero no encontraron a nadie. –Se habrá liberado solo, pobre hombre –le reprochó el
abuelo-. Mirá que dejarlo ahí tirado, m’hijo. Agustín bajó la cabeza, avergonzado. Al otro día buscaría al
accidentado para pedirle disculpas. Al menos la aventura le había dejado algo que hacer. Pero al día siguiente,
por más que buscó y pedaleó por todos lados, no pudo encontrar a nadie que se pareciera al viejo de la casona.
Nadie rengueaba. Nadie, ni en la panadería ni en el bar, donde preguntó con timidez, conocía a un viejo de
barba que tuviera un cachorro. Agustín, vagamente, empezó a sentirse preocupado. A la noche, después de la
cena, otra vez pidió permiso y montó en la bicicleta. Esta vez llevaba una linterna, por las dudas. Pedaleó
directo hasta la casona, que en esa noche nublada se presentaba más oscura, un poco más atemorizante. Dejó
la bicicleta apoyada en el paredón, encendió la linterna y entró al jardín, esquivando los yuyos y las ortigas.
No sabía muy bien por qué lo hacía, pero le
parecía que tenía algo así como el deber de atravesar los portones y meterse en el yuyal, era como una
manera de disculparse con el pobre viejo accidentado que había dejado abandonado. Caminó unos cuantos
pasos hacia la galería delantera, y estaba pensando en si se metería o no dentro de la casa cuando se sobresaltó
con el ruido de algún bicho que pasó corriendo y de inmediato decidió que no, que era mejor irse. En ese
momento oyó un breve ladrido y se dio vuelta: a unos pasos había un cachorrito, que se quejaba. Agustín se
agachó a ver qué le pasaba, y lo vio medio atrapado en un pozo. Lo levantó con cuidado, le sacudió el polvo
que parecía tener pegado y lo dejó en el piso, para ver si el animal podía caminar bien. Entonces oyó que
alguien pedaleaba en su bicicleta. –¡Eh! –gritó, soltando al cachorro –¡Mi bici! La bicicleta parecía alejarse.
Agustín corrió hacia los portones y cuando ya llegaba, metió el pie en un agujero y cayó. Gritó de dolor. Se
había doblado el tobillo y no podía destrabarse. La bicicleta, como si el ciclista que la había robado lo hubiera
visto todo, regresó. Un chico de su edad asomó la cara. –Vení, pibe, ayudame –dijo Agustín, pero su propia
voz le sonó rara, como cascada. –¿Qué le pasó, señor? –le preguntó el chico de la bicicleta. Agustín sintió que
el miedo le subía por la garganta. ¿“Señor”? ¿Cómo que “Señor”? –Vení pibe –repitió, cada vez más asustado
de su voz, de su irreconocible voz –, no tengas miedo. El chico retrocedió. Pero no parecía que tuviera miedo,
no. Al contrario, mientras se alejaba en la bicicleta lentamente, sonreía con toda la boca. El cachorro pasó
rápido al lado de Agustín, de ese viejo que era ahora Agustín, ahí atrapado, y corrió detrás de la bicicleta,
hasta que ambos, el perro y el chico, se perdieron de vista.

11
1. Responde:

A) Quién es el protagonista de esta historia?


B) ¿Dónde se encuentra y por qué?
C) ¿Está contento en ese lugar? ¿Por qué?
D) Qué característica tiene la casa ante la cual se detiene Agustín?

2. “Atrapado” es un cuento de terror. Justifica esta afirmación mencionando tres características de este
tipo de cuento.
3. ¿Con qué personaje se encuentra Agustín en la casa abandonada? ¿Qué hace ahí y por qué pide
ayuda?
4. Explica con tus palabras qué sucede al final del cuento. Señala si lo ocurrido tiene una explicación
lógica o no, y fundamenta tu respuesta.
5. De a dos vuelvan a leer el primero y último párrafo del cuento y digan qué relación se puede
establecer entre ambos.
6. ¿Quién narra los hechos en el cuento “Atrapado”? Subraya la respuesta correcta:

A) El abuelo de Agustín. B) Agustín.


C) El viejo de la casa abandonada D) Alguien que no es un personaje.

7. Subraya las opciones correctas.

 En este cuento se emplea la primera persona gramatical.


 En este cuento se emplea la tercera persona gramatical.
 El narrador sabe lo que hacen, piensan y sienten los personajes.
 El narrador sólo conoce lo que le sucede a él y los hechos en que interviene.
 No participa de la historia.
 Participa de la historia.

 El narrador

El narrador es la voz que el autor de una narración literaria crea para contar una historia. Hay tres
clases de narrador:

 El narrador protagonista: es el personaje principal de la historia y narra en primera persona


hechos que le suceden a él mismo y en los que participa.

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 El narrador testigo: es un personaje que cuenta lo que les ocurre a otros personajes. Utiliza la
primera y la tercera persona.

 El narrador omnisciente: no es un personaje ni participa de la historia que narra. Emplea la


tercera persona y sabe todo acerca de los personajes.

8. Teniendo en cuenta el concepto teórico explicado, responde: ¿Qué clase de narrador tiene el
cuento “Atrapado”? Justifica con un fragmento del texto.
9. Reescribe el siguiente fragmento del cuento empleando la primera persona gramatical, como si
Agustín narrara los hechos.

A la noche del undécimo día sonó el teléfono y Agustín corrió a atenderlo. Era su
padre, pero en vez de anunciar su llegada, le explicaba que tenía problemas en la
oficina y que tuviera paciencia hasta el fin de semana. Para sacarse la bronca les avisó
a los abuelos que se iría a pedalear un rato.

10. Reescribe las siguientes oraciones reemplazando las palabras subrayadas por sinónimos o frases
equivalentes.

Un rato después, mientras arrancaba la chata, el abuelo se rascaba la cabeza,


confundido. No acertaba a adivinar quién podía ser el vecino accidentado. En un
instante estuvieron en la casona, pero no encontraron a nadie.

Actividad:

En los siguientes textos indica cuál es la posición del narrador y cuáles son las palabras que te
permiten afirmar tal posición.

“Mi trabajo era múltiple. Vendía accesorios en el mostrador, atendía la caja,


cotejaba cada factura con la mercadería correspondiente y en los ratos libres, o en las
horas extras, el gerente me llamaba para dictarme cartas que yo tomaba
taquigráficamente, Ocho o nueve horas a ese ritmo me dejaban aturdido y fatigado.”
Mario Benedetti

“Cuando abrió la puerta encontró los papeles desparramados sobre su escritorio. Al


estudio donde guardaba todos sus secretos podía ingresarse también por un amplio
ventanal que daba a un jardín poblado de árboles milenarios y plantas perfumadas. (…)
Salió apurado y recorrió los lugares que solía frecuentar. Comenzó a interrogar a las
personas que encontró tratando de encontrar una explicación a lo sucedido”.

 En el último texto, el paréntesis con los puntos suspensivos indica que se ha omitido la complicación.
¿Te animas a escribirla?

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Gramática y normativa

1. Clasifica los siguientes sustantivos en propios, concretos o abstractos: abuelo, solución,


promesa, Agustín, gobernador, paciencia, amigo, Ramón, problemas, películas.
2. Clasifica los siguientes adjetivos en calificativos o numerales: enojado, feliz, undécimo, única,
vacía, cuatro, abandonado, catorce, atrapado, altos.
3. Indica en qué tiempo están los verbos del primer párrafo del cuento “Atrapado”.
4. Reescribe el primer párrafo del cuento empleando los verbos en tiempo presente del modo
indicativo.
5. Lee atentamente el siguiente texto y coloca la tilde a aquellas palabras que llevan acento
ortográfico.

El visitante abrio la puerta y entro. La casa estaba vacia y silenciosa. El hombre


colgo su abrigo y su sombrero en un perchero. Afuera, las ramas de los arboles
parecian manos secas. En el antiguo jardin ya no crecia el cesped, solo una mata de
yuyos descoloridos.

6. Clasifica en agudas, graves o esdrújulas las palabras que tildaste en el punto anterior.
7. Investiga por qué las palabras vacías, parecían, día, son graves si no responden a esta regla.
Menciona otros ejemplos similares a estos.
8. Analiza sintácticamente las siguientes oraciones.

a. Agustín estudia mucho todos esos días para aprobar.

b. Llovió toda la noche.

c. Después de la cena, pidió permiso y montó en la bicicleta.

d. Agustín corrió hacia los portones, metió el pie en un agujero y cayó.

e. El miedo de Agustín crecía cada vez más y le subía por la garganta.

f. El viejo desata la cuerda, alza pausadamente el balde y lo arroja, luego, al

agua.

g. ¡Mi bici!

h. Dejó la bicicleta apoyada en el paredón

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9. Producción escrita.

Lee atentamente el texto que acabas de copiar y luego escribe el final de manera que resulte un
cuento de terror.

10. Escribe un título de acuerdo a la historia que se narra en este texto.

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