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Diversos Métodos de Apologética - Ayuda

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Diversos Métodos

Apologética Clásica

La apologética clásica ha sido conocida como el método de dos pasos. El primer paso, es demostrar
la existencia de Dios mediante las pruebas teístas tradicionales (los diversos argumentos
cosmológicos, los argumentos del diseño, los ontológicos, etc.). Este método se apoya en la
posibilidad de la teología natural —la habilidad que tiene el razonamiento para demostrar la
existencia de Dios. Este primer paso no demuestra que el cristianismo sea cierto, sino el
monoteísmo. El Segundo paso es demostrar la veracidad del cristianismo al presentar, por
ejemplo, (aunque no necesariamente de esta manera exacta), que los milagros son posibles, la
Biblia es confiable, Jesús afirmó y demostró que Él era Dios, etc. Se conoce como el método
“clásico” porque ha sido el método clásico y tradicional utilizado a través de los tiempos. Entre
algunos defensores se encuentran Agustín, Anselmo, Tomás de Aquino, William Paley, integrantes
de la Universidad de Princeton tales como B. B. Warfield, Norman Geisler y R. C. Sproul (entre
muchos otros). Algunos libros clásicos de apologética son: “Christian Apologetics” (La Apologética
Cristiana) de Norman Geisler y No tengo suficiente fe para ser ateo de Frank Turek y Norman
Geisler.
Apologética Evidencial

Los apologistas evidenciales no pretenden demostrar que Dios existe. Algunos lo hacen porque no
creen que la teología natural sea posible; otros piensan que simplemente es mucho más fácil
empezar con la defensa bíblica. Van directamente a las evidencias para demostrar que el
cristianismo es verdadero a partir de campos como la historia y la arqueología. Para ellos, esto
evita los argumentos y las objeciones filosóficas difíciles. La gente, comúnmente, es más propensa
a entender la historia y cosas por el estilo. La idea es; si podemos demostrar que la Biblia es
confiable y que Jesús fue resucitado de entre los muertos, entonces una persona razonable se
convencerá de que el cristianismo es verdadero. Eso incluiría la existencia de Dios. Entre los
defensores de esta perspectiva se encuentran Joseph Butler, Josh McDowell, Gary Habermas y
Michael Licona, entre otros. Algunas de las obras de la apologética evidencial son The Case for the
Resurrection of Jesus (La defensa de la resurrección de Jesús) de Gary Habermas y Michael
Licona, y Nueva Evidencia que demanda un veredicto de Josh McDowell.
Apologética Presuposicional

La apologética presuposicional es directamente contraria a la apologética clásica, ya que sus


seguidores rechazan la idea de que podemos razonar en cuanto a la existencia de Dios. Los
apologistas presuposicionalistas argumentan que debemos presuponer la verdad del cristianismo
y demostrar que todas las demás cosmovisiones (y religiones) son falsas. Los presuposicionalistas
llegan al punto de concluir que uno no puede razonar del todo (ni dar cuenta de su capacidad para
razonar) sin el cristianismo ser verdadero. Ellos afirman que debemos argumentar de manera
trascendental, al demostrar que la racionalidad en sí presupone la veracidad del cristianismo y que
cualquier cosmovisión ajena a él, fracasa. El conocido presuposicionalista Greg Bahnsen dijo en
su debate con R. C. Sproul que él no podía saber que su auto estuviera en el estacionamiento de
la playa, sin presuponer la existencia del Dios Trino. En un debate que mantuve con un
presuposicionalista, fui desafiado a explicar cómo podía saber que el árbol está fuera de mi ventana
sin presuponer la veracidad del cristianismo. Los que apoyan este método alegan que debemos
defender el cristianismo en base a la imposibilidad de lo contrario. En otras palabras, debido a que
se ha comprobado que las demás cosmovisiones y religiones son falsas, el cristianismo debe ser
verdadero. Los defensores de este método son Cornelius Van Til, Greg Bahnsen, Gordon Clark,
John Frame y K. Scott Oliphant. Algunas obras de la apologética presuposicional son “Christian
Apologetics” (La apologética cristiana) de Cornelius Van Til y “Presuppositional Apologetics: Stated
and Defended” (La apologética presuposicional: afirmada y defendida) de Greg Bahnsen.
Caso Apologético Acumulativo

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Algunos apologistas afirman que debemos tomar lo mejor de todos estos métodos y utilizar el
enfoque del caso apologético acumulativo. Es decir, debemos tomar los mejores argumentos de
cada método y usarlos enfocándonos en la idea principal. Paul Feinberg toma esta postura en “Five
Views on Apologetics” (Cinco perspectivas de la apologética). Este es un buen libro para buscar
más información sobre esta perspectiva.

La superioridad de la apologética clásica

Con este breve resumen, uno puede preguntarse, ¿qué método es mejor?, o ¿por qué no utilizar el
caso apologético acumulativo y tomamos lo bueno de cada modelo? Ahora, estaré argumentando
sobre la superioridad del método clásico.

En primer lugar, la Biblia dice que podemos conocer acerca de Dios por medio de la naturaleza.
Pablo, en Romanos 1:19-20 dice:

“1:18 Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres
que detienen con injusticia la verdad; 1:19 porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues
Dios se lo manifestó. 1:20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen
claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas
hechas”
Por lo tanto, no solo podemos conocer que Dios existe por medio de la naturaleza, sino que también
podemos tener una idea de cómo es Él. Si Dios puede darse a conocer por medio de la naturaleza,
entonces existe la posibilidad de que tal conocimiento se pueda usar en forma de un argumento
lógico. La única pregunta que nos queda es, “¿Estos argumentos son sólidos?” Bueno, esa ya es
otra pregunta, pero al menos, desde el punto de vista bíblico, parecen ser posibles. Por lo tanto,
resulta difícil ver cómo alguien puede alegar que la Biblia no enseña la teología natural.

Además, parece que muchos de los argumentos teístas son sólidos desde un punto de vista
racional. Por ejemplo, si el universo es un ser contingente y no puede dar razón de su propia
existencia, y una causa que produce un efecto no puede continuar hasta el infinito, entonces parece
que, en algún punto, debemos llegar a una causa que no sea contingente, sino necesaria. Tal causa
debe ser Dios.

Segundo, la apologética clásica comienza un paso antes de argumentar a favor de Dios; comienza
por conocer la realidad y la naturaleza de la verdad absoluta. En una era de relativismo, debemos
responder objeciones tales como: “Bueno, eso puede ser verdad para ti, pero no para mí”. Además,
la apologética clásica trata con asuntos filosóficos básicos de la metafísica (la naturaleza de la
realidad) y la epistemología (cómo conocemos la realidad) de una manera más sólida e
intencionada que en los otros métodos.

Tercero, la apologética clásica utiliza las evidencias a favor del cristianismo en un contexto teísta.
Como lo afirma Norman Geisler: “No puede haber actos de Dios a menos que haya un Dios que
pueda actuar”. Además, como ha dicho C. S. Lewis, si Dios existe, entonces no podemos rechazar
la posibilidad de los milagros. Establecer la existencia de Dios, antes de pasar a los milagros, nos
ayuda a que estos datos tengan más sentido. También, los milagros son señales de algo. No fueron
solamente maravillas; ellos demostraban o señalaban hacia algo. Por ejemplo, los milagros que
Jesús realizó demostraron quien él dijo ser. Como lo dijo Nicodemo, solamente alguien que tuviera
el poder de Dios tenía la capacidad de hacer las obras que él hizo. Finalmente, por muy tonto que
pudiera sonar, alguien podría afirmar que los eventos como el de la resurrección pudo haber sido
llevado a cabo de una forma sobrehumana, como por los extraterrestres. Sé que es ridículo, pero

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es una objeción que se debe vencer si no se ha establecido la existencia de Dios. En resumen, las
evidencias en favor de la Biblia y el cristianismo están allí, pero cobran más sentido y son más
poderosas después de haberlas colocado en un contexto teísta.

Cuarto, la apologética presuposicional tiene muchos problemas. Los mismos presuposicionalistas


admiten que su postura es circular. Sin embargo, ellos alegan que todas las perspectivas son
circulares. Por ejemplo, dicen que la noción de que no podemos evitar el razonamiento es circular,
pues cualquier intento de rechazar esa postura requeriría el uso de la razón. Sin embargo, ese no
es un problema circular, pues es básicamente innegable que razonar sea inevitable en las
discusiones o en los argumentos. Uno no usa la razón para probar la razón; sino que simplemente
está diciendo que es inevitable e innegable. Sin embargo, asumir que una postura es verdadera y
demostrarla desde esa misma postura es la definición de la circularidad. Además, alegar que
podemos demostrar que el cristianismo es verdadero en base a la imposibilidad de lo contrario es
simplemente un error. La contrariedad es una relación lógica entre dos afirmaciones. De este modo,
cuando nos referimos a las afirmaciones que son contrarias, estamos hablando de la naturaleza de
la lógica. Las afirmaciones (y únicamente las afirmaciones) son opuestas cuando ambas pueden
ser falsas, pero ninguna de las dos puede ser verdadera. Por ejemplo, las afirmaciones “El
cristianismo es verdadero” y “El ateísmo es verdadero” son opuestas ya que ambas pueden
ser lógicamente falsas. Pero, debido a que ambas pueden ser falsas, jamás podríamos probar la
verdad del cristianismo al demostrar la falsedad de sus contrarios. Además, el presunto argumento
trascendental para el cristianismo auténtico nunca ha sido articulado, menos aún, defendido.
Créeme, si existe un argumento que garantice una victoria sin importar que… yo lo quiero.
Desafortunadamente, no existe. Nadie se ha dado por vencido. A Bahnsen se le ha dado muchas
oportunidades en su debate con Sproul, pero no tuvo éxito.
Entonces, ¿por qué no tomar lo mejor de todos los métodos y utilizar el enfoque del caso
apologético acumulativo? Porque lo mejor de cada método ya es propio del modelo clásico. El
modelo clásico es más exhaustivo que los demás, coloca los milagros y las evidencias en un
contexto teísta y evita los problemas del presuposicionalismo. De este modo, la apologética clásica
es el modelo más sólido y el más completo.

Entre las obras sobre apologética se incluyen: “Faith Has Its Reasons: Integrative Approaches to
Defending the Christian Faith” (La fe tiene sus razones: enfoques integradores para defender la fe
cristiana), de Ken Boa y Robert Bowman (este es mi favorito) y “Five Views on Apologetics” (Cinco
perspectivas sobre la apologética).

J. Brian Huffling, PH.D., cuenta con una Licenciatura en Historia de la Universidad de Lee, una Licenciatura en
Apologética (con 3 especializaciones), Filosofía y Estudios Bíblicos del Seminario Evangélico del Sur (SES, por sus
siglas en inglés), y un Doctorado en Filosofía de la Religión de la misma institución. Es el Director del Programa de
Doctorado y Profesor Asociado de Filosofía y Teología en el SES. También dicta cursos en la Academia En Línea de
Apología. Anteriormente, ha enseñado en el Instituto de las Artes de Charlotte. Ha prestado servicios en la Infantería
de Marina, en la Armada y actualmente, sirve como capellán de reserva en las Fuerzas Aéreas en la Base Aérea
Maxwell. Entre sus aficiones se incluyen el golf, la astronomía casera, las artes marciales y la guitarra.

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