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Cerletti - La Enseñanza de La Filosofía en Perspectiva
Cerletti - La Enseñanza de La Filosofía en Perspectiva
Cerletti - La Enseñanza de La Filosofía en Perspectiva
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terés público aconteció en determinado tiempo y lugar, algo para
lo cual se dispondrá en adelante de documentación probatoria.
Esta compilación resulta a veces tan amorfa, digo, porque el modo
en que los trabajos tienden a agruparse no responde a otro criterio
que no sea el del orden alfabético de los autores y la tarea de edi-
ción que la soporta suele ser decididamente pobre o hasta inexis-
tente. Debido a la misma razón, muchos de estos libros o
compendios están condenados de antemano al olvido, y pasarán a
cubrirse de polvo en los ~aqueles de alguna perdida biblioteca o
a dormir en un negocio de libros usados a la espera de ser reven-
didos o intercambiados por migajas.
En contraposición a este fenómeno, a menudo también apa-
recen en escena honrosas excepciones. Tal es el caso, quisiera su-
gerir, de la reciente publicación de Editorial Eudeba, La enseñanza
de la filosofía en perspectiva (2009). De modo similar a aquellos
trabajos, la presente publicación se trata, por supuesto, de un tra-
bajo compilatorio, la cual reúne, como su nombre lo indica, nada
menos que un total de 45 ensayos sobre la enseñanza de la filosofía
y problemas afines, escritos por los participantes de las últimas
"Jornadas sobre Enseñanza de la Filosofía. Coloquio Internacional"
y de los investigadores del "Programa para el Mejoramiento de la
Enseñanza de la Filosofía" (Instituto de Filosofía, Facultad de Fi-
losofía y Letras, Universidad de Buenos Arres), que tiene a su cargo
la organización de dicho encuentro académico. Sin embargo, a di-
ferencia de aquellos extensos y desordenados compendios tan poco
atractivos para el lector, La enseñanza de la filosofía en perspectiva
se trata de un texto correctamente editado, rigurosamente orga-
nizado, de ágil lectura y en el que, no obstante la pluralidad de
aportes que lo integran, se observa un destacable cuidado de estilo
y un compromiso común con la claridad y coherencia argumen-
tativas.
¿Constituye por tal motivo el texto tan sólo una agradable sor-
presa? Nada de eso. La mayor parte de los ensayistas que escriben
aquí son prestigiosos académicos provenientes de importantes uni-
versidades latinoamericanas (fundamentalmente de Argentina,
pero también los hay de Uruguay, Brasil y Chile) y basta con re-
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pasar el índice general para descubrir que aquello que tenemos
entre manos bien puede valer la pena. Además, el solo hecho de
que se trate de una selección de ensayos que fueron confecciona-
dos en un lapso prudencial de cuatro años (2004-2007), lapso du-
rante el cual cada uno de los autores contó con la inmejorable
oportunidad, garantizada por las Jornadas, de revisar sus propues-
tas a la luz de las observaciones que fueran formulándole sus co-
legas, nos obliga a considerar el texto con la seriedad que no podría
demandar de nuestra parte cualquier otro producto advenedizo o
surgido de la mera casualidad.
Como correctamente lo resalta Alejandro Cerletti en su Pre-
sentación, este libro es hijo de un cambio de paradigma orquestado
en las últimas décadas sobre la manera de concebir la enseñanza
de la filosofía. No hace mucho tiempo, la tarea de enseñar filosofía
era percibida "como una actividad cuyos problemas se reducían
sólo a cuestiones didácticas o quedaban librados a la espontaneidad
docente de especialistas puestos a dar clases" (9). Hoy, en cambio,
sin haber abandonado su estatuto de 'problema práctico' que re-
quiere de soluciones concretas y siempre vinculadas a los contex-
tos específicos en los que se articulará, la tarea de enseñar filosofía
ha pasado a ser tematizada como un verdadero problema filosófico
del que se derivan consecuencias teóricas por demás significativas.
De esta manera, así como en otro momento la pregunta '¿qué es
filosofía?' dejó de constituir una mera inquietud del neófito diri-
gida a interpelar al especialista, para transformarse -puesto en pa-
labras que el mismo Cerletti emplea en uno de los ensayos
recogidos por el presente volumen -en "un tema propio y funda-
mental de la filosofía misma" (82), hace ya tiempo qué la pregunta
'¿qué implica enseñar filosofía?' viene dejando de constituir una
mera inquietud del profesor urgido de herramientas prácticas y
metodológicas para enfrentar a sus alumnds y ha pasado a trans-
formarse en una auténtica pregunta filosófica cuyo abordaje está
siendo decididamente encarado mediante la ayuda del arsenal te-
orético que sólo la filosofía, en cualquiera de sus corrientes o dis-
ciplinas específicas, se halla en condiciones de proveer.
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Justamente, lo que hace cada uno de los ensayos reunidos_ en
La enseñanza de la filosofía en perspectiva es recoger esta misma
pregunta para intentar responderla desde una dimensión diferente,
vinculada a su vez a la tradición filosófica en la que haya decidido
afincarse su autor. El libro, como he dicho, se compone de 45 en-
sayos agrupados en secciones, respondiendo cada sección a una
determinada dimensión en particular. ·
La primera sección, denominada Perspectivas históricas,
agrupa trabajos de D. Cohen, S. G. Di Camilla, S. Magnavacca, S.
Manzo y C. T. Mársico sobre cómo debería encararse la enseñanza
de los filósofos y corrientes filosóficas que se sucedieron a lo largo
de la historia y cuya omisión podría traer aparejado el peligro que
vaticinara Santayana al anunciar, en su famoso epigrama, que todo
aquél que ignore la historia de la filosofía estará francamente con-
denado a repetirla. Como bien acota Diana Cohen en "Spinoza:
tan distante, tan cercano", "si una de las más elevadas aspiraciones
de la filosofía es comprendernos a nosotros mismos y al mundo en
que vivimos, esta tarea, al fin de cuentas, será profundamente en-
riquecida si nos volvemos y atendemos a todo lo que nos pueden
enseñar todavía los filósofos clásicos" (20). Pero a~emás de remar-
car la necesidad de volver a los clásicos, lo que hacen también al-
gunos de los autores que escriben en la presente sección, como Di
Camilla o Magnavacca, es indagar qué elementos o propiedades
característicos del modo de hacer filosofía en el pasado, tales como
los que caracterizaron a la dialéctica aristotélica practicada en el
Liceo o a la estructura institucional bajo la cual se organizó la uni-
versidad medieval, merecerían todavía ser recuperados en la ac-
tualidad sin perder vigencia o utilidad práctica.
La segunda sección, titulada Perspectivas de profesores y maes-
tros, recopila ensayos de S. Abad, A. Cerletti, J. M. Nesprías y V.
Waksman sobre el carácter que tiñe al vínculo formativo que se es-
tablece entre el maestro y sus alumnos -los actores principales del
proceso educativo -y del que ciertamente no están ausentes dimen-
siones políticas, éticas e ideológicas. De acuerdo a lo que se infiere
de estos trabajos, el mayor o menor nivel de igualdad o el mayor o
menor nivel de asimetría con el que se conciba este vínculo entre
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actores, al igual que el mayor o menor nivel de participación que
se le otorgue al alumno en la construcción del saber filosófico,
muestra indubitable del compromiso democrático que manifieste
un docente en el aula, poseen implicancias profundas a la hora de
comprender qué tipo de práctica filosófica será capaz de plasmarse
en la realidad: si una práctica crítica y desnaturalizadora del orden
social o una práctica conformista y normalizadora.
En Perspectivas institucionales I y II, las secciones tercera y
cuarta, encontramos trabajos de A. B. Bonilla, C. S. Donda, E. T.
José, R. E. Ortín, A. Ranovsky, M. Berttolini, I. González Briz, E.
Speyer y P. Vicari sobre ciertos pormenores que rodean a la ense-
ñanza de la filosofía en la educación media y superior, tanto en
medios académicos como extra-académicos (aquí, por ejemplo,
una mención especial merecen las reflexiones de C. S. Donda en
tomo al Programa Universidad en la Cárcel llevado adelante por
la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional
de Córdoba).
En Perspectivas de género (sección quinta) vemos propuestas
de M. L. Femenías para una enseñanza no sexista de la filosofía;
un poderoso intento emprendido por parte de la chilena O. Grau
Duhart para entender y suprimir los dispositivos falocéntricos de
producción y transmisión del conocimiento; un análisis de cómo
la escuela se empeña en moverse pendularmente entre dos extre-
mos indeseables: el de ocultar y regular las diferencias sexuales, o
bien el de decidir abordarlas pero a partir de una norma corporal
biologicista, sexista y heteronormativa que se contrapone a la com-
prensión de la sexualidad como un espacio de subjetivación y de
placer (G. Morgade); y, finalmente, un trabajo de M. Spadaro sobre
las condiciones que debe reunir una auténtica práctica coeducativa.
En la sexta sección, titulada Perspectivas de la lógica, encon-
tramos trabajos de C. M. Arca, F. López, N. M. Buacary C. A. Oller
sobre cómo debería encararse la enseñanza de la lógica en nuestros
colegios y universidades. Coinciden la mayoría de estos autores en
la necesidad de implementar propuestas innovadoras que superen
a la lógica clásica y formalista e incorporen elementos provenien-
tes de un enfoque menos formal y más vinculado a la argumenta-
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ción ordinaria (lógica de la relevancia, lógicas paraconsistentes, é
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