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Actividades Diagnóstica Sexto
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¿JAGUAR O LEOPARDO?
Los jaguares y los leopardos son tan parecidos que es difícil distinguirlos. Sin embargo, los jaguares son en general más
grandes que los leopardos. Tienen cuerpo muscular robusto, cabeza ancha, piernas cortas y macizas, y grandes zarpas.
Las manchas del jaguar forman anillos circulares con un punto en el centro. A estos patrones se les llama rosetas.
Las manchas de los leopardos son más chicas y no tienen el punto central. Los jaguares son los terceros felinos del mundo,
en tamaño. Sólo los leones y los tigres son más grandes que ellos. El jaguar macho pesa entre 120 y 200 libras (de 54 a
90 kg), mientras la hembra por lo común pesa entre 80 y 100 libras (de 36 a 45 kg). Su cuerpo puede llegar a medir más
de 7 pies (2 metros) de la nariz a la cola. El leopardo es el miembro más pequeño de la familia de “grandes felinos”: gatos
que rugen y no ronronean. Los leopardos pueden pesar entre 65 y 180 libras (de 29 a 82 kg). Su longitud varía entre 5 y 7
pies (de 1,5 a 2 metros). En general, los machos son dos veces más grandes que las hembras.
Tanto los jaguares como los leopardos tienen cachorros que parecen negros al nacer. En vez de la piel amarilla de los
adultos, la de ellos es café negruzca, con manchas negras. El pelaje de manchas doradas de los jaguares y leopardos
adultos les ayuda a confundirse con su entorno. Cuando brilla el sol a través de pastizales y hojas, produce un patrón
moteado de oscuridad y luz, semejante al que se ve en el pelaje de los grandes felinos. Esto ayuda a los gatos a ocultarse,
tanto de depredadores como de su presa.
El leopardo y el jaguar tienen largos bigotes que les permiten sentir su camino mientras andan al acecho de la presa en la
oscuridad. El blando acojinado de sus patas y la piel que tienen entre los dedos de los pies l es ayudan a caminar con
agilidad entre ramitas y hojas. Pueden recoger sus garras mortales dentro de bolsitas especiales de las patas, para
conservarlas afiladas.
La cola, tanto del jaguar como del leopardo, es larga y gruesa, y esto les ayuda a conservar el equilibrio cuando se
abalanzan sobre la presa. Estas prácticas colas son blancas por abajo, y eso ayuda a los cachorros pequeñitos a seguir a
su madre a través de la espesura de la maleza.
2. Según el texto, los jaguares y los leopardos se pueden confundir con el entorno, gracias a su
A. peso y tamaño.
B. pelaje de manchas doradas.
C. piel y su cola larga.
D. cuerpo grande y robusto.
7. En el texto, el personaje que cumple un papel protagónico, es decir, el personaje alrededor del cual giran los hechos, es
A. Francisca.
B. Ana.
C. María.
D. Antonio.
10. Del título “Iasá y el camino del arcoíris” se puede deducir que el texto trata sobre
A. la historia de una princesa y un demonio.
B. las aventuras de un joven enamorado.
C. la manera como se originó el arcoíris.
D. las luchas de una joven por llegar al cielo.
12. De la expresión “Cuenta una antigua leyenda del Brasil” podemos afirmar que la historia de Iasá
A. está ocurriendo en este momento.
B. ocurrió en una época lejana.
C. ocurrirá más adelante.
D. ocurrió recientemente.
13. La expresión “finalmente”, que se anota en el quinto párrafo del texto sirve para
A. mostrar lo último que hizo el demonio.
B. contar lo último que le sucedió a Iasá.
C. resumir lo que pasó en la historia.
D. explicar lo que le aconteció a Tupá.
EL ASNO
Un día, un buen hombre de esos que son el hazmerreír de los demás, marchaba al mercado llevando tras de sí un asno
atado mediante una sencilla cuerda alrededor del cuello del animal. Un ladrón, muy práctico en el arte de robar, lo vio y
decidió quitarle el borrico. Se lo dijo a uno de sus amigos, que le preguntó:
- Pero ¿cómo harás para que el hombre no se dé cuenta?
- ¡Sígueme y verás!
Se acercó entonces por detrás al hombre, y muy suavemente quitó la cuerda del cuello del asno y se la puso él mismo, sin
que el dueño se diera cuenta del cambio, yendo como una bestia de carga, mientras su compañero se marchaba con el
asno robado.
Cuando el ladrón se aseguró de que el borrico se encontraba ya lejos, se detuvo bruscamente en su marcha, y el hombre
sin volverse, comenzó a tirar de él. Pero al sentir resistencia, se dio la vuelta decidido a pegarle al animal, y vio en lugar
del asno al ladrón sujeto por la cuerda.
Ante la sorpresa, se quedó un rato sin poder hablar, y al final, dijo:
- ¿Qué cosa eres tú?
- Soy tu asno, ¡oh dueño mío! Mi historia es asombrosa. Has de saber que yo fui en mi juventud un pícaro entregado a toda
clase de vicios.
Un día, entré borracho en casa de mi madre, quien al verme me regañó mucho y quiso echarme del lugar. Pero yo, estando
como estaba, llegué hasta pegarle. Ella, indignada, me maldijo, y el efecto de su maldición, fue que yo cambié al momento
de forma y me convertí en un borrico.
Entonces, tú, ¡oh dueño mío!, me compraste en el mercado de los asnos, y me has conservado durante todo este tiempo
y te has servido de mí como animal de carga, y me has azotado cuando me negaba a marchar dirigiéndome una serie de
palabras que no me atrevería a repetirte. Mientras yo, no podía ni siquiera quejarme, pues no me era posible hablar. En
fin, hoy mi pobre madre me ha debido recordar de buena voluntad y la piedad ha debido entrar en su corazón implorando
para mí misericordia. No dudo que ha sido el efecto de esa misericordia el que hace que tú me veas como mi primitiva
forma humana.
Al oír estas palabras, el pobre hombre exclamó:
- ¡Oh, perdóname por los agravios recibidos de mí, y olvida los malos tratos que te haya hecho sufrir al ignorar estas cosas!
Después de decir esto, se apresuró a quitar del cuello del ladrón la cuerda y se fue muy arrepentido a su casa en donde
no pudo dormir en toda la noche de tanto remordimiento y pesar que tenía. Pasados unos días, el pobre hombre fue al
mercado de los asnos a comprar otro borrico y ¡cuál sería su sorpresa al encontrar al muchacho bajo el aspecto de animal
de carga!
Y dijo para sí, indudablemente ese bribón ha debido cometer un nuevo delito. Y acercándose al asno que se había puesto
a rebuznar al conocerle se inclinó sobre su oreja y le gritó con todas sus fuerzas: “¡Oh sinvergüenza incorregible, otra vez
debiste golpear a tu madre para verte convertido en un asno! Mas no, ¡no seré yo el que te compre otra vez!”
Y furioso, le dio con un palo que llevaba y marchó a comprar otro asno, asegurándose antes de que su padre y su madre
lo fueran también.
14. Según lo ocurrido al dueño del asno, la historia transcurre de la siguiente manera:
A. Va caminando con su asno, este se convierte en una persona y queda libre.
B. Se encuentra con la madre del ladrón, lo convierte en asno y termina feliz.
C. Se encuentra paseando con su asno, engaña al ladrón quien termina arrepentido.
D. Va al mercado con su asno, es engañado por el ladrón y termina creyendo el engaño.