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APE Febrero 2024

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Actividades APE febrero 2024 Me fijé en el lugar y cerré el volumen.

Inmediatamente lo abrí. En vano busqué la figura del ancla,


hoja tras hoja. Para ocultar mi desconcierto, le dije:
–Se trata de una versión de la Escritura en alguna
El libro de arena lengua indostánica, ¿no es verdad?
–No –me replicó.
Luego bajó la voz como para confiarme un secreto:
…thy rope of sands… –Lo adquirí en un pueblo de la llanura, a cambio de
George Herbert (1593-1623) unas rupias y de la Biblia. Su poseedor no sabía leer.
Sospecho que en el Libro de los Libros vio un amuleto. Era
La línea consta de un número infinito de puntos; el de la casta más baja; la gente no podía pisar su sombra, sin
plano, de un número infinito de líneas; el volumen, de un contaminación. Me dijo que su libro se llamaba el Libro de
número infinito de planos; el hipervolumen, de un número Arena, porque ni el libro ni la arena tienen ni principio ni
infinito de volúmenes… No, decididamente no es este, fin.
more geométrico, el mejor modo de iniciar mi relato. Me pidió que buscara la primera hoja.
Afirmar que es verídico es ahora una convención de todo Apoyé la mano izquierda sobre la portada y abrí
relato fantástico; el mío, sin embargo, es verídico. con el dedo pulgar casi pegado al índice. Todo fue inútil:
Yo vivo solo, en un cuarto piso de la calle siempre se interponían varias hojas entre la portada y la
Belgrano. Hará unos meses, al atardecer, oí un golpe en la mano. Era como si brotaran del libro.
puerta. Abrí y entró un desconocido. Era un hombre alto, de –Ahora busque el final.
rasgos desdibujados. Acaso mi miopía los vio así. Todo su También fracasé; apenas logré balbucear con una
aspecto era de pobreza decente. Estaba de gris y traía una voz que no era la mía:
valija gris en la mano. En seguida sentí que era extranjero. –Esto no puede ser.
Al principio lo creí viejo; luego advertí que me había Siempre en voz baja el vendedor de biblias me dijo:
engañado su escaso pelo rubio, casi blanco, a la manera –No puede ser, pero es. El número de páginas de
escandinava. En el curso de nuestra conversación, que no este libro es exactamente infinito. Ninguna es la primera;
duraría una hora, supe que procedía de las Orcadas. ninguna la última. No sé por qué están numeradas de ese
Le señalé una silla. El hombre tardó un rato en modo arbitrario. Acaso para dar a entender que los términos
hablar. Exhalaba melancolía, como yo ahora. de una serie infinita admiten cualquier número.
–Vendo biblias –me dijo. Después, como si pensara en voz alta:
No sin pedantería le contesté: –Si el espacio es infinito estamos en cualquier
–En esta casa hay algunas biblias inglesas, incluso punto del espacio. Si el tiempo es infinito estamos en
la primera, la de John Wiclif. Tengo asimismo la de cualquier punto del tiempo.
Cipriano de Valera, la de Lutero, que literariamente es la Sus consideraciones me irritaron. Le pregunté:
peor, y un ejemplar latino de la Vulgata. Como usted ve, no –¿Usted es religioso, sin duda?
son precisamente biblias lo que me falta. –Sí, soy presbiteriano. Mi conciencia está clara.
Al cabo de un silencio me contestó: Estoy seguro de no haber estafado al nativo cuando le di la
–No solo vendo biblias. Puedo mostrarle un libro Palabra del Señor a trueque de su libro diabólico.
sagrado que tal vez le interese. Lo adquirí en los confines Le aseguré que nada tenía que reprocharse, y le
de Bikanir. pregunté si estaba de paso por estas tierras. Me respondió
Abrió la valija y lo dejó sobre la mesa. Era un que dentro de unos días pensaba regresar a su patria. Fue
volumen en octavo, encuadernado en tela. Sin duda había entonces cuando supe que era escocés, de las islas Orcadas.
pasado por muchas manos. Lo examiné; su inusitado peso Le dije que a Escocia yo la quería personalmente por el
me sorprendió. En el lomo decía Holy Writ y abajo amor de Stevenson y de Hume.
Bombay. –Y de Robbie Burns –corrigió.
–Será del siglo diecinueve –observé. Mientras hablábamos yo seguía explorando el libro
–No sé. No lo he sabido nunca –fue la respuesta. infinito. Con falsa indiferencia le pregunté:
Lo abrí al azar. Los caracteres me eran extraños. –¿Usted se propone ofrecer este curioso
Las páginas, que me parecieron gastadas y de pobre espécimen al Museo Británico?
tipografía, estaban impresas a dos columnas a la manera de –No. Se lo ofrezco a usted –me replicó, y fijó una
una biblia. El texto era apretado y estaba ordenado en suma elevada.
versículos. En el ángulo superior de las páginas había cifras Le respondí, con toda verdad, que esa suma era
arábigas. Me llamó la atención que la página par llevara el inaccesible para mí y me quedé pensando. Al cabo de
número (digamos) 40.514 y la impar, la siguiente, 999. La unos pocos minutos había urdido mi plan.
volví; el dorso estaba numerado con ocho cifras. Llevaba –Le propongo un canje –le dije–. Usted obtuvo
una pequeña ilustración, como es de uso en los este volumen por unas rupias y por la Escritura
diccionarios: un ancla dibujada a la pluma, como por la Sagrada; yo le ofrezco el monto de mi jubilación, que
torpe mano de un niño. acabo de cobrar, y la Biblia de Wiclif en letra gótica. La
Fue entonces que el desconocido me dijo: heredé de mis padres.
–Mírela bien. Ya no la verá nunca más. –A black letter Wiclif –murmuró.
Había una amenaza en la afirmación, pero no en la Fui a mi dormitorio y le traje el dinero y el libro.
voz. Volvió las hojas y estudió la carátula con fervor de
bibliófilo. Actividad
–Trato hecho –me dijo.
Me asombró que no regateara. Solo después Tras una primera lectura del texto:
comprendería que había entrado en mi casa con la decisión
de vender el libro. No contó los billetes, y los guardó. a) Elegir diez palabras que no entiendas, buscarlas en el
Hablamos de la India, de las Orcadas y de los jarls diccionario y anotar sus significados. Total 10p
noruegos que las rigieron. Era de noche cuando el hombre
se fue. No he vuelto a verlo ni sé su nombre. b) Formular cinco preguntas que serán compartidas
Pensé guardar el Libro de Arena en el hueco que oralmente con todo el grupo.
había dejado el Wiclif, pero opté al fin por esconderlo
detrás de unos volúmenes descabalados de Las mil y una
noches.
Me acosté y no dormí. A las tres o cuatro de la c) c1) Escribir un resumen del texto, de un máximo de
mañana prendí la luz. Busqué el libro imposible, y volví las 50 palabras. Deberá tener por lo menos tres
hojas. En una de ellas vi grabada una máscara. El ángulo oraciones. 6p
llevaba una cifra, ya no sé cuál, elevada a la novena c2) Convertir la parte del texto en la que se
potencia. encuentra discurso referido directo (señalada en
No mostré a nadie mi tesoro. A la dicha de poseerlo negrita) a discurso referido indirecto. 4p
se agregó el temor de que lo robaran, y después el recelo de
que no fuera verdaderamente infinito. Esas dos inquietudes Total 10p
agravaron mi ya vieja misantropía. Me quedaban unos
amigos; dejé de verlos. Prisionero del Libro, casi no me
asomaba a la calle. Examiné con una lupa el gastado lomo y d) Analizar sintácticamente los siguientes
las tapas, y rechacé la posibilidad de algún artificio. enunciados :
Comprobé que las pequeñas ilustraciones distaban dos mil
páginas una de otra.
Las fui anotando en una libreta alfabética, que no – El libro de arena 1p
tardé en llenar. Nunca se repitieron. De noche, en los
escasos intervalos que me concedía el insomnio, soñaba con – Vendo Biblias. 2p
el libro.
Declinaba el verano, y comprendí que el libro era – Fui al dormitorio y le traje el dinero y el libro. 3p
monstruoso. De nada me sirvió considerar que no menos
monstruoso era yo, que lo percibía con ojos y lo palpaba
con diez dedos con uñas. Sentí que era un objeto de Ordena las siguientes palabras para formar una oración que
pesadilla, una cosa obscena que infamaba y corrompía la responda al siguiente análisis:
realidad.
Pensé en el fuego, pero temí que la combustión de sujeto + objeto indirecto + verbo + objeto directo + objeto
un libro infinito fuera parejamente infinita y sofocara de indirecto
humo al planeta.
Recordé haber leído que el mejor lugar para ocultar
una hoja es un bosque. Antes de jubilarme trabajaba en la personaje forastero libro el al le un extraño ofreció 4p
Biblioteca Nacional, que guarda novecientos mil libros; sé
que a mano derecha del vestíbulo una escalera curva se Total 10p
hunde en el sótano, donde están los periódicos y los mapas.
Aproveché un descuido de los empleados para perder el
Libro de Arena en uno de los húmedos anaqueles. Traté de e) Separar en sílabas, señalar la sílaba tónica, clasificar
no fijarme a qué altura ni a qué distancia de la puerta. según su acentuación y explicar por qué llevan o no tilde las
Siento un poco de alivio, pero no quiero ni pasar siguientes palabras del penúltimo párrafo: vestíbulo, traté,
por la calle México. qué, ocultar, novecientos, mil, sé, húmedos, están, trabajaba

1p cada una, 10p en total


Trabajo adecuación curricular
1- Lee con atención el texto. Coloca
las palabras en sus lugares
Celebración de la fantasía
correspondientes.
Fue a la entrada del pueblo de
Ollantaytambo, cerca del Cuzco. Yo 2p cada una
______ había desprendido de un grupo
de turistas y estaba solo, mirando de
lejos las ruinas de piedra, cuando un niño 2-
del lugar, enclenque, haraposo, se acercó a- ¿Qué estaba haciendo el
a pedirme que le regalara una personaje? 1p
______________. No podía darle la
lapicera que tenía, porque la estaba
b- ¿Qué le pidió el niño? 1p
usando en no sé qué aburridas c- ¿Qué le ofreció el personaje al
anotaciones, pero le ofrecí dibujarle un niño? 1p
______________ en la mano. d- ¿Qué querían todos los niños? 1p
Súbitamente, se corrió la voz. De e- La palabra “desamparadito”
buenas a primeras me encontré rodeado significa
de un enjambre de niños que exigían, a
grito pelado, que yo les dibujara bichos -pequeño extraterrestre
en sus manitas cuarteadas de mugre y
frío, pieles de cuero quemado: había
-niño pobre
quien quería un cóndor y quien una -animalito 1p
serpiente, otros preferían ____________
o lechuzas, y no faltaban los que pedían f- ¿Qué tenía el “desamparadito” en
un fantasma o un dragón. la muñeca? 1p
Y entonces, en medio de aquel g- ¿Es verdad o es mentira lo que
alboroto, un desamparadito que no dice el niño al final? ¿Por qué? 2p
alzaba más de un metro del suelo, me h- Separa en sílabas las siguientes
mostró un reloj dibujado con tinta negra
en su muñeca:
palabras: pregunté – faltaban –
-Me lo mandó un tío mío, que vive en dragón – aquel 1p
Lima -dijo. i- Señala cuáles de estas palabras
-¿Y ___________ bien? -le pregunté. son sustantivos y cuáles son verbos:
-Atrasa un poco -reconoció. pedían – reloj – mandó – tinta 1p

lapicera – loritos - me – cerdito –


anda

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