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Psicología Cognitivo Conductual

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Facultad de Medicina Humana

Programa de Estudio de Psicología

PSICOLOGÍA COGNITIVO CONDUCTUAL


El enfoque cognitivo-conductual considera que los comportamientos se aprenden de
diversas maneras. Mediante la propia experiencia, la observación de los demás, procesos
de condicionamiento clásico u operante, el lenguaje verbal y no verbal… todas las
personas durante toda su vida desarrollan aprendizajes que se incorporan a la vida de la
persona y que pueden ser problemáticos o funcionales.
Considera que las personas nacemos con una herencia y un determinado temperamento,
con los cuales comienza a interactuar con su entorno, aprendiendo pautas de
comportamiento, tanto beneficiosas como perjudiciales para sí mismo y/ o para los demás.
El término conducta se entiende en un sentido amplio, abarcando conductas visibles, así
como pensamientos, sentimientos y emociones. Es en la interacción familiar temprana y
en el intercambio social y cultural posterior, donde se produce el proceso de adquisición
de nuestra manera habitual de pensar, sentir y actuar.
Abordamos este enfoque cognitivo-conductual aplicando a cada dificultad los modelos
que explican cómo cambia el comportamiento general. Para ello, es necesario conocer en
profundidad cuál es el comportamiento problemático, en qué situaciones sucede, con qué
frecuencia e intensidad ocurre, etc.
Analizarlo después en términos de sus antecedentes, sus consecuentes, su historia general
de aprendizaje, sus condiciones biológicas y su entorno social.
Las técnicas cognitivo-conductuales van dirigidas pues a tratar de cambiar estos
comportamientos problemáticos, aumentando unos y disminuyendo otros, creando
nuevos comportamientos, ayudando a relativizar o mejorar otros, y un largo etcétera,
buscando siempre el objetivo de que la persona adapte eficazmente sus comportamientos
a su entorno y sea feliz.
Todo aprendizaje ocurre siempre en un individuo que trae consigo una determinada
constitución genética y una historia personal y única. Esto explica que ante una misma
situación cada persona reaccione de manera diferente.
El enfoque cognitivo-conductual investiga cómo aprendemos, es decir los principios que
explican el aprendizaje, tanto de comportamientos deseables como perjudiciales. El qué
aprendemos, es algo que depende de la constitución genética y, fundamentalmente, de las
experiencias de vida particular e intransferible de cada persona.

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La Psicología Cognitiva es una corriente psicológica que se relaciona con el movimiento cognitivo
y la etapa precientífica de la psicología de la siguiente manera:

 Movimiento cognitivo: Es una corriente psicológica importante que se vincula con la


filosofía, las neurociencias y la cibernética.

 Psicología cognitiva: Es la rama de la psicología que estudia los procesos mentales que
intervienen en la capacidad de pensar, razonar, resolver problemas y asimilar nuevos
conocimientos.

 Etapa precientífica de la psicología: Se refiere a toda la psicología que se practicó hasta


el año 1879.
La psicología cognitiva surgió como una alternativa a la concepción conductista de la mente, que
la consideraba como una caja negra inaccesible. El cognitivismo clásico se inició en 1956,
basándose en la analogía entre el cerebro y la computadora, y considerando que ambos
procesan información de forma similar.

Los estudios darwinianos sobre la evolución de las especies y los de la fisiología experimental de
fines del siglo XIX, auspiciaron, junto con la filosofía materialista, la aparición de formas de
pensamiento más avanzado con respecto a las ciencias humanas.

En 1879, Wundt creó el primer laboratorio de psicología científica. Mediante la introspección, y


un estudio histórico, logró crear una base a partir de la cual abordar la psicología desde un punto
de vista conductual. Hay que destacar que Wundt no pertenece a la escuela conductista, por ser
anterior a esta.
La Psicología conductista tiene su origen en 1913 de la mano de J. B. Watson, quien fue un
psicólogo que tenía una gran influencia en esta época, al momento de escribir el artículo que se
conocerá como “El Manifiesto Conductista”, el título de este artículo era “Psychology as the
behaviorist views it”. Esta obra se vio influida por la filosofía naturalista, por Darwin y
la evolución, así como por el trabajo del fisiólogo ruso Iván Pávlov. Watson consideraba la
psicología una ciencia natural y con una importante aplicación social. Esta obra destacó en su
momento porque abogaba por un estudio objetivo de la conducta, ya que para Watson la
psicología se tenía que estudiar como la física o la química, es decir, había que estudiar la
psicología desde fuera, sin método introspectivo. En esta obra Watson hizo mucho énfasis en el
ambiente, es decir, le da mucha importancia a la sociedad para hablar del comportamiento del
individuo. Watson se basó en la conducta observable como el objeto de estudio de la psicología,
más específicamente las conexiones entre los estímulos y respuestas que dan lugar al
comportamiento.12

Desarrollo

Con el tiempo, surgieron dos grandes tipos de variantes conductuales que complejizaron el
enfoque: una radical y una metodológica o mediacional. La primera de ellas (desarrollada por B.
F. Skinner13) se centró en las relaciones funcionales que establecen los organismos con su
ambiente en relación con la ley del efecto, es decir, en la manera como las consecuencias de lo
que hacemos regula la emisión de la conducta futura (conducta operante). La segunda
(desarrollada por Hull y Tolman entre otros), sobre la base de los reflejos condicionados introdujo
un factor (o variable) interviniente que podía ser neurofisiológica o mental, según el caso.

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A mediados de los años cincuenta, las deserciones y reacomodaciones de influyentes


conductistas como G. A. Miller, J. Bruner y C. Pribram, y, entre otras cosas, la apertura de Ch.
Osgood a la psicolingüística, produjeron una grave escisión que culminó en el desgaje de la
llamada psicología cognitiva, lo que se agudizó con la crítica del lingüista Noam Chomsky al
libro Conducta verbal de Skinner (una réplica de K. MacCorquodale a Chomsky desvirtúa dicha
crítica).
Ya en los 80 hay una eclosión aún más impresionante de técnicas que, bajo el membrete de
conductuales, conductual-cognitivas, cognitivo-conductuales y contextuales, se hacen
indispensables para trabajar problemas diversos.
Paralelamente, han emergido gran cantidad de variantes teóricas conductuales que hasta el
presente siguen en vigencia abordando el comportamiento complejo, el lenguaje y la
personalidad de diversas maneras, ciñéndose a coordenadas científicas.

Aplicaciones
Los trabajos de investigación sobre los principios del aprendizaje son el marco de referencia
sobre el cual se han desarrollado múltiples tecnologías de ingeniería del comportamiento, como
la Terapia de Conducta, la Modificación de conducta, el Análisis Conductual Aplicado, e inclusive
algunas formas heterodoxas que incorporan otras nociones teóricas y filosóficas (las terapias
conductual-cognitivas y las cognitivo-conductuales).
Gracias a ellas resulta posible el tratamiento de una inmensa variedad de problemas en los
campos clínico, educativo, comunitario y organizacional, la salud, el deporte, las emergencias,
la gerontología y la psicopatología, entre otros, con unos índices de eficacia razonablemente
altos. Cabe destacar que los sujetos de intervención pueden ser tanto individuos y parejas, como
grupos sociales y familiares.

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Bases filosóficas de la terapia racional emotivo conductual

El psicólogo Albert Ellis, creador de la terapia racional emotivo conductual (TREC), antecesora de
la terapia cognitiva, reconoce en su escrito “Práctica de la terapia racional emotiva” como sus
principales bases filosóficas, tanto a representantes de la filosofía estoica (Epícteto y Marco
Aurelio), como también a autores de gran importancia en el desarrollo de la filosofía de la ciencia
(Kant, Popper y Russell). Estos últimos le dieron un enfoque racional, lógico y,
fundamentalmente, arrojaron luz sobre la importancia de corroborar la validez de la hipótesis
que la TREC asumió sobre el sufrimiento humano y sus causas.

Quizás llegado a este punto, cabría señalar que la terapia racional emotiva conductual tenía
como uno de sus objetivos, en palabras de Albert Ellis, “producir un cambio profundo en la
filosofía personal del paciente”. Es decir, que las y los pacientes lograran adoptar una filosofía
personal racional, no solamente cuestionar algunos pensamientos problemáticos.

Para Ellis, dentro de la teoría del cambio terapéutico no alcanza con un cambio inferencial, si
éste no incluye un cambio filosófico profundo. Citando al autor, “cuando una persona efectúa un
cambio filosófico en B (creencias) según el modelo ABC, suele ser capaz de corregir
espontáneamente sus inferencias distorsionadas de la realidad”. Este objetivo muestra el lugar
que tenía la filosofía dentro de las problemáticas de los pacientes para estos autores. Albert Ellis
consideraba que una filosofía personal significaba una forma racional de pensar basada en la
flexibilidad, la autoaceptación, la aceptación de los demás, la aceptación de la incertidumbre, el
compromiso y la asunción de riesgos. Cualidades que son los sellos distintivos de una filosofía
de vida adaptativa.

Bases filosóficas de la terapia cognitiva de Aaron Beck

Dentro de la terapia cognitivo conductual, los autores denominados racionalistas o cognitivos


“puros”, es decir, aquellos que apostaban al cambio de pensamiento como forma de cambiar las
respuestas emocionales aparejadas, utilizaron las bases filosóficas propuestas por Epícteto. De
esta manera, la razón, los juicios, las interpretaciones y los pensamientos pasan al centro de la

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escena de las terapias cognitivas, diseñando para ello una serie de intervenciones dirigidas al
cambio cognitivo, así como también todo un repertorio conceptual para explicar la cognición y
su papel en el malestar emocional. Dicho repertorio constaba de conceptos como: creencias,
esquemas, sesgos, distorsiones cognitivas, entre otros.
Cabe destacar que la influencia de la filosofía griega no fue sólo a nivel de la conceptualización
de cómo se origina el malestar emocional, sino a nivel técnico también. Es decir, en cómo
intervenir sobre él. De esta forma, se incorporó el “método o diálogo socrático” dentro de la
terapia cognitiva. Aún hoy esta técnica se utiliza como forma de cuestionar creencias irracionales
o pensamientos desadaptados, sorprendentemente casi sin ninguna alteración de cómo lo
realizaba el fundador de la filosofía: Sócrates. Esto nos revela que la influencia filosófica fue aún
mayor que sólo el estoicismo, incluyendo gran parte de todo el pensamiento griego.

Tanto Albert Ellis como luego Aaron Beck, guiaron sus investigaciones sobre distintas
problemáticas en el campo de la psicopatología humana, influenciados fuertemente por el
pensamiento de la filosofía antigua. Particularmente, los estoicos. Pero tomando la rigurosidad
aportada por el pensamiento de filósofos de la ciencia, y sometiendo a prueba sus hipótesis,
fueron construyendo un conjunto de intervenciones novedosas para lograr modificar la manera
de pensar de los pacientes, construyendo así un modelo depurado de trabajo que pudiera ser
útil a cualquier psicoterapeuta.
Qué es la terapia cognitivo-conductual
La corriente cognitivo-conductual es un conjunto de teorías y técnicas que establecen un sistema
psicoterapéutico. Por tanto, la terapia cognitivo-conductual es una forma de psicoterapia.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) se basa en la relación entre pensamientos, emociones,
sensaciones físicas y comportamientos. Todas estas áreas están interconectadas y ejercen
influencia entre ellas. Por ejemplo: te encuentras ante la situación de haber suspendido un
examen. Puedes pensar:
1. "He suspendido porque soy tonto. Nunca aprobaré"
2. "He suspendido un examen. Tendré que esforzarme más la próxima vez."
 Después del pensamiento 1 seguramente vendrá una emoción de tristeza, frustración y
resignación. Dicho pensamiento y emociones conducirán a un estado de desmotivación
y desgana. Desde ese estado, la acción, seguramente, será no estudiar. Como
consecuencia, es probable que se vuelva a repetir la situación otra vez. En cambio,
después del pensamiento 2 puede venir una emoción de cierta tristeza pero aceptación
y esperanza. Dicho pensamiento y emociones conducirán a un estado de motivación y
voluntad de esfuerzo. Ese estado empuja a la acción de estudiar, consecuentemente, la
probabilidad de aprobar el siguiente examen será mayor.
Otro ejemplo puede ser el de una persona que se cree incapaz de correr 10 kilómetros. La
conducta puede ser no hacerlo o puede ser intentarlo. En caso de intentarlo y conseguirlo, el
cambio de conducta repercutirá en la consideración del pensamiento.
Con los anteriores ejemplos podemos ver que, ante una misma situación, el pensamiento, el
estado emocional y la conducta son diferentes y se influyen entre ellos.
La terapia cognitivo-conductual interviene a nivel cognitivo, es decir, en los pensamientos, y
también en la conducta, es decir, en las acciones que se realizan. Consiste en cambiar la forma
de pensar, sustituir los pensamientos basados en creencias irracionales y distorsiones cognitivas
por pensamientos más objetivos y adaptativos. Así como transformar los comportamientos
menos útiles en conductas beneficiosas. La terapia cognitivo-conductual se centra en el presente
y en el futuro inmediato, no suele indagar en el pasado.

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El uso de la psicoterapia cognitivo-conductual ha crecido mucho como sistema terapéutico en el


ejercicio de la psicología y la psiquiatría. Actualmente, las intervenciones cognitivo-
conductuales tienen una gran aceptación y su efectividad ha sido reconocida por estudios
empíricos y por autores como Albert Ellis y Aroon Beck. Sus procedimientos y técnicas han sido
investigados con rigurosos métodos experimentales, por tanto es una terapia científica. Su base
científica no asegura el éxito absoluto, pero garantiza su eficacia en general.
¿Para qué sirve la terapia cognitivo-conductual?
En primer lugar es una forma de intervención psicológica, pero se puede aplicar en muchos
ámbitos y para diferentes problemáticas. Se ha demostrado que la terapia cognitivo-conductual
es útil tratando los siguientes trastornos psicológicos:
 Trastornos de ansiedad
 Trastornos depresivos
 Trastornos afectivos
 Fobias
 Trastornos de la conducta alimentaria
 Trastorno obsesivo compulsivo
 Trastorno de estrés posttraumático
 Trastornos de consumo de sustancias
 Trastornos del sueño
 Trastornos sexuales
Además, también es útil para personas sin un diagnostico de salud mental, pues ayuda a
gestionar mejor las situaciones estresantes de la vida, como podrían ser:
 Crisis vitales
 Problemas de pareja
 Malestar emocional
 Dificultades escolares o laborales
 Falta de habilidades sociales

Bibliografía
 Belanger, J. (1978). Imágenes y realidades del conductismo. Oviedo: Universidad de
Oviedo.
 Campos, L. (1973). Diccionario de psicología del aprendizaje. México: Editorial Ciencia
de la Conducta.
 Kantor, J. R. (1963/1991). La evolución científica de la psicología. México: Trillas.
 Martin, G. y Pear, J. (1999). Modificación de conducta: Qué es y cómo aplicarla. Madrid:
Prentice-Hall.
 Pantoja, L. (1986). La autorregulación científica de la conducta: Teoría y técnicas
aplicadas a la terapia y educación. Bilbao: Universidad de Deusto.
 Pérez-Álvarez, M. (1996). La psicoterapia desde el punto de vista conductista. Madrid:
Biblioteca Nueva.
 Skinner, B. F. (1974/1977). Sobre el conductismo. Barcelona: Fontanella.
 Staats, Arthur (1997). Conducta y personalidad. Conductismo psicológico. España,
Desclée de Brouwer.
 Watson, J. B. (1924/1961). El conductismo. Buenos Aires: Paidós.

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