Unidad I Introduccion Contextualizacion y Conceptualizacion de La Psicologia Del Aprendizaje 1
Unidad I Introduccion Contextualizacion y Conceptualizacion de La Psicologia Del Aprendizaje 1
Unidad I Introduccion Contextualizacion y Conceptualizacion de La Psicologia Del Aprendizaje 1
UNIDAD 1
2. Aprendizaje explícito
El aprendizaje explícito se caracteriza porque el aprendiz tiene intención de aprender y es
consciente de qué aprende.
Por ejemplo, este tipo de aprendizaje nos permite adquirir información sobre personas, lugares
y objetos. Es por eso que esta forma de aprender exige de atención sostenida y selectiva del
área más evolucionada de nuestro cerebro, es decir, requiere la activación de los lóbulos
prefrontales.
3. Aprendizaje asociativo
Este es un proceso por el cual un individuo aprende la asociación entre dos estímulos o un
estímulo y un comportamiento. Uno de los grandes teóricos de este tipo de aprendizaje fue Iván
Pavlov, que dedicó parte de su vida al estudio del condicionamiento clásico, un tipo de aprendizaje
asociativo.
9. Aprendizaje observacional
Este tipo de aprendizaje también se conoce como aprendizaje vicario, por imitación o modelado, y se basa
en una situación social en la que al menos participan dos individuos: el modelo (la persona de la que se
aprende) y el sujeto que realiza la observación de dicha conducta, y la aprende.
Segunda etapa:
incompetencia consciente
Tercera etapa:
competencia consciente
Cuarta etapa:
competencia consciente
Primera etapa: incompetencia inconsciente
Es el estado en el que nos encontramos cuando no sabemos algo y no somos
conscientes de que no lo sabemos.La mayoría de las veces ocurre esto porque
esa habilidad, que desconocemos que no sabemos, no la necesitamos.
Ej. 1: Hemos aprendido el idioma, pero necesitamos pensar cada palabra cómo se
conjuga, qué vocabulario usar.
Ej. 2: Somos capaces de montar en bicicleta, dar pedaladas, pero tenemos que ser
conscientes en la presión que hacemos en los pedales, nuestra mirada es de corto
alcance para supervisar nuestros movimientos, nos cuesta hablar al mismo tiempo.
Cuarta etapa: competencia inconsciente
Ej., por medio de la enseñanza de la lectura se consigue que casi todos los niños aprendan a
leer, pero las distintas disposiciones cognitivas innatas se parecieran al medirse los niveles de
eficiencia o velocidad lectora, y lo que en principio era una diferencia inexistente (no podría
medirse ya que los niños no sabían leer) se manifestará después del proceso de aprendizaje.
Maduración
Los términos desarrollo y maduración se usan como sinónimos para referirse a las
etapas por las que atraviesa la forma, la función y la conducta de los individuos, desde
la concepción hasta la madurez. Así pues, la maduración es un proceso
estrechamente relacionado con el desarrollo y crecimiento.
No se trata del espacio geográfico sino del espacio que contiene todo lo que le
afecta al sujeto, esté o no en su espacio físico. Es decir que se trata del ambiente
de la persona tal como lo percibe subjetivamente, su campo.
De acuerdo con la teoría de Lewin, el
comportamiento humano depende de dos
factores:
1. El comportamiento humano se deriva de la totalidad de los eventos presentes en
determinadas situaciones. Eventos que están en su ambiente.
2. Estos eventos tienen el carácter de un campo dinámico de fuerzas; en donde cada hecho
se interrelaciona de modo dinámico con los demás para influir o dejarse influenciar por ellos.
Este campo dinámico ocasiona el denominado campo psicológico de cada persona: patrón
organizado de las percepciones de un individuo, que adapta su manera de ver y percibir las
cosas al ambiente que lo rodea.
Así pues, ese campo psicológico es el espacio vital constituido por la persona y su ambiente psicológico (Kurt
Lewin, “Principles of Topological Psychology”, 1936). El ambiente psicológico o de comportamiento es lo que la
persona percibe e interpreta del ambiente externo; aún más, es el ambiente relacionado con sus necesidades
reales. Los objetos, las personas o las situaciones pueden adquirir fuerza en el ambiente psicológico y determinar
un campo dinámico de fuerzas psicológicas. La fuerza es positiva cuando los objetos, las personas o las situaciones
pueden satisfacer las necesidades del individuo, y es negativa cuando pueden causar algún daño o perjuicio. Los
objetos, las personas o las situaciones cargadas de fuerza positiva tienden a atraer al individuo, en tanto que los de
fuerza negativa tienden a causarle repulsión y alejamiento.
La atracción es una fuerza o vector que se dirige hacia el objeto, hacia la persona o hacia la
situación, en tanto que la repulsión es la fuerza o vector que impulsa a alejarse, intentando escapar del
objeto, de la persona o de la situación. Un vector tiende siempre a producir un “movimiento” en cualquier
dirección. Cuando dos o más vectores actúan al mismo tiempo sobre una persona, el movimiento es una
resultante de fuerzas. En algunas oportunidades, el movimiento producido por los vectores puede ser contenido
por una barrera. En general, el movimiento puede ser de acercamiento o de alejamiento.
En esta ecuación, la persona (P) está determinada por las características genéticas y por las
características adquiridas mediante el aprendizaje a través del contacto con el ambiente.
La teoría de campo explica por qué cada individuo puede percibir e interpretar de manera diferente un
mismo objeto, situación o persona.
Tomando la teoría de campo de la física, Kurt Lewin estableció dos condiciones básicas
para su teoría de campo. La primera es que la conducta ha de deducirse de una
totalidad de hechos coexistentes (Fernández, 1993). La segunda dice que esos hechos
coexistentes tienen el carácter de un “campo dinámico”, el estado de cada una de las
partes del campo depende de todas las otras.
Un campo, en física, es una zona del espacio en donde existen propiedades
representadas por magnitudes físicas (temperaturas, fuerzas, etc.). Lewin usó el
concepto físico de “campo de fuerzas” (Lewin, 1988) en su teoría de campo para explicar
los factores ambientales que influyen en la conducta humana.
El comportamiento, en su opinión, no depende ni del pasado ni del futuro sino de los
hechos y acontecimientos actuales y de cómo los percibe el sujeto. Los hechos están
interconectados y constituyen un campo de fuerzas dinámico que podemos denominar
espacio vital.
Por tanto, el espacio vital o campo psicológico de fuerzas vendría a ser el entorno que
engloba a la persona y su percepción de la realidad próxima. Se trata, en definitiva, de un espacio
subjetivo, propio, que recoge la forma en la que miramos el mundo, con nuestras aspiraciones,
posibilidades, miedos, experiencias y expectativas. Además, este campo cuenta con algunos límites,
establecidos especialmente por las características físicas y sociales del entorno.
Como en un campo de fuerzas, todas las partes se afectan entre sí. Para
comprender nuestro comportamiento hay que tener en cuenta todas las variables que
están interviniendo en tiempo real en él: tanto a nivel individual como a nivel grupal.
Además, estos elementos no pueden analizarse de forma aislada, sino que hay que
centrarse en estudiar sus interacciones para tener una visión holística de lo que ocurre.
Para explicarlo, Lewin (1988) introdujo tres variables que consideraba fundamentales.
Estas son las siguientes:
● La fuerza: La fuerza es la causa de las acciones, la motivación. Cuando existe una necesidad, se
produce una fuerza o un campo de fuerzas, lo que lleva a que se produzca una actividad. Estas
actividades tienen una valencia que puede ser positiva o negativa. A su vez la valencia de las
actividades dirigen fuerzas hacia otras actividades (positivas) o contra ellas (negativas). La
conducta resultante responde a la mezcla psicológica de diferentes fuerzas.
● La tensión: La tensión es la diferencia entre las metas propuestas y el estado actual de la persona.
La tensión es interna y nos empuja a llevar a cabo la intención.
● La necesidad: Es aquello que inicia las tensiones motivadoras. Cuando existe una necesidad física o
psicológica en el individuo, se despierta un estado interior de tensión. Este estado de tensión hace
que el sistema, en este caso la persona, se altere para intentar restablecer el estado inicial y
satisfacer la necesidad.
Lewin afirma que la teoría del campo determina cuáles son las conductas posibles y cuáles las
imposibles de cada sujeto. El conocimiento del espacio vital nos permite predecir razonablemente
qué hará la persona. Toda la conducta o, por lo menos, toda conducta intencional, es motivada: la
impulsan tensiones, la mueven fuerzas, la dirigen valencias y tiene metas.
Las motivaciones
Kurt Lewin (1997) afirma que nuestras acciones se pueden explicar a partir de un hecho:
percibimos caminos y medios particulares para descargar determinadas tensiones. Nos atraen
aquellas las actividades que vemos como medios para liberar tensión. Para Kurt, este tipo de
actividades tendrían una valencia positiva y por lo tanto experimentaríamos una fuerza que nos
impulsa a realizarlas. Otras actividades tendrían el efecto opuesto: aumentarían la tensión y por lo
tanto tendrían un efecto repulsivo.
Para entender mejor esto vamos a hablar de una necesidad que todos tenemos: la necesidad
de reconocimiento. Cuando esa necesidad surge, se va a despertar una motivación por conseguir
reconocimiento en algún ámbito que nos interese. Tal motivación tendrá una valencia positiva que
nos llevaría a actuar con el fin de conseguir reconocimiento.
Se despertará una tensión entre la situación actual y la necesidad de conseguir el
reconocimiento. Todo ello nos va a llevar a pensar posibles acciones para conseguir el
reconocimiento y, dependiendo de en qué campo queramos ser reconocidos, llevaremos a cabo la
acción que consideremos que nos aporte posibilidades de conseguir dicho reconocimiento.
CLASES DE APRENDIZAJE SEGÚN KURT LEWIN
Los principales aportes teóricos del científico social Kurt Lewin al aprendizaje
fundamentados en el proceso pedagógico y la investigación- acción, a nivel del
contexto social y educativo. Para ello, se configuró una arquitectura discursiva
cimentada en cuatro pilares fundamentales:
1) El grupo operativo de aprendizaje y el aprendizaje grupal en el contexto
educativo.
2) Importancia de la teoría del campo en el aprendizaje.
3) La Investigación Acción, en el devenir histórico, y
4) Las reflexiones finales, donde se tejen significados sobre la necesidad de
transformar los espacios vitales de lo humano, como lo es la institución
educativa y comunitaria.
1- El grupo operativo de aprendizaje y el aprendizaje grupal en el contexto
educativo.
El psicólogo social Kurt Lewin inicia sus trabajos en el campo grupal a partir
de 1934 siendo sus aportes más emblemáticos la consolidación de las técnicas
de laboratorio social y la Investigación acción. Al respecto, Mora (2006), señala
que la conceptualización de lo grupal en su devenir histórico ha tenido diversas
variantes, por ejemplo, en el movimiento de la Escuela Nueva no se elabora una
conceptualización de lo grupal, el interés se centra exclusivamente en el trabajo
grupal como forma de organización social. De igual manera, en la Pedagogía
Liberadora e Institucional, incluidas en el Movimiento Autogestionario de
concepción humanista predomina un enfoque social, donde el grupo constituye
un medio de emancipación, reivindicación, y búsqueda de ideales
democráticos.
Por su parte, Castellanos (1999), distingue varias propuestas grupales sustentadas por la Teoría de Grupos Operativos y
la pedagogía de orientación marxista, inspiradas en importantes concepciones psicológicas, dentro de la cual está la
Concepción Operativa de Grupos; además del Psicoanálisis, el Enfoque Histórico Cultural y la Teoría de la Actividad
También es importante resaltar, lo dicho por Rodríguez (1998), quien destaca que en el contexto educativo se ubica la
Didáctica Crítica, la cual rescata para el proceso de enseñanza- aprendizaje el carácter social de producción del conocimiento
posibilitando la obtención de información, de experiencias, la confrontación de estilos de aprendizaje, entre otros, para
procesar y articular en una síntesis grupal enriquecedora para todos y cada uno de los miembros del grupo. Basado en las
aseveraciones anteriores, se considera a un grupo, como un conjunto finito de personas, que están en movimiento e
interactúan entre sí, durante un tiempo y ámbito afín, articulados por un motivo que conduce a la satisfacción de ciertas
metas, mediante la realización de una tarea.
En otras palabras, el grupo constituye una integración o categorización compartida, sujeto y vía de aprendizaje, de
desarrollo que converge en alguna tarea, que los lleva a interactuar, comunicarse, abordar una problemática, llevar a cabo
una actividad y movilizarse conjuntamente, para cumplir funciones (emocionales o instrumentales), solucionar un problema,
satisfacer necesidades comunes y transformar en alguna medida la realidad. En este sentido, Adamson (2000), menciona en
su teoría la subjetividad, el aprendizaje y el grupo operativo como medio potencializador y transformador de la realidad. La
subjetividad es vista como proceso de internalización de objetos y relaciones, reconstrucción de la realidad externa, del
sistema vincular en el que el sujeto emerge a través del aprendizaje como mayéutica grupal y, donde cada uno elabora su
propio saber, rescata la experiencia junto a ese saber y experiencia del otro, y aprehende en grupo configurado por la tarea y
la mutua representación interna.
2- Importancia de la teoría del campo en el aprendizaje
Para el año de 1936 del siglo XX, Kurt Lewin en su teoría topológica de la personalidad utilizó un modelo matemático
para explicar el campo psicológico de la persona y empleó el concepto de campo, extraído de la física, para analizar y
comprender la conducta humana. El campo psicológico lo constituye la totalidad de hechos coexistentes e interdependientes.
Los individuos existen en un campo psicológico de fuerzas que determina su conducta. Este componente psicológico circunda
a cada individuo y se llama espacio vital (life space), que es un espacio subjetivo o diferenciado, que está referido a la forma
en como cada individuo percibe el mundo, sus metas, sus esperanzas, sus miedos y sus experiencias pasadas. Pero además de
tener el campo componentes subjetivos, tiene también aspectos objetivos como las condiciones ambientales físicas y
sociales, que actúan limitando el campo psicológico. La percepción social (manera particular como el individuo interpreta las
acciones, las intenciones de los otros individuos y las situaciones de la vida) encauzan el comportamiento. Por ejemplo,
refiere Lewin (1948; citado por Diéguez, 2002; p.35), las personas que viajan en un tren, tienen objetivos diferentes, destinos
distintos y el paisaje tiene diversas significaciones para ellos. Si no hay cambios en el campo psicológico, no habrá cambios en
la conducta de las personas y viceversa. El comportamiento humano debe ser visto en su totalidad y no puede ser analizado
por partes. El fundamento del dinamismo conductual se encuentra en las necesidades y la relación existente entre el
individuo y los objetos, es el punto de partida dinámico de la conducta. Después de Lewin se sabe que la asociación como tal
no tiene efecto de activación o fuerza motivante. Una iniciativa es apropiada por un individuo, cuando la persona se ha
comprometido en ella. Para los sujetos alcanzar el fin que se han propuesto, adquiere una importancia personal, ya sea por
prestigio o incentivo intrínseco.
Existe una tendencia en los individuos a no abandonar lo que le interesa personalmente y en lo que está
comprometida su propia iniciativa o tendencia a su desarrollo. Sobre la fijación de metas y objetivos, depende en gran
medida de las normas del grupo. De las experiencias realizadas en la reeducación de alcohólicos y delincuentes, Lewin y sus
colaboradores encontraron que resultaba menos complejo modificar hábitos sociales en un pequeño grupo tratado como
un todo, que haciéndolo con individuos aislados.
La conducta es para Kurt Lewin el resultado de los procesos que se dan en la vida de los grupos. Asimismo un
liderazgo autoritario, democrático o laissez-faire, determina el desempeño del grupo. Este extraordinario científico social
descubrió tres variedades de conflicto conductual que generan frustración. El conflicto acercamiento evitación, el
acercamiento-acercamiento y evitación-evitación. El primero ocurre cuando el objetivo es deseado e indeseado al mismo
tiempo. En el conflicto acercamiento-acercamiento se desean realizar dos objetivos que son mutuamente incompatibles. El
conflicto evitación-evitación, se presenta cuando las consecuencias previstas, son ambas indeseables y llevan a la tentativa
de abandonar el campo. Respectivamente, las tensiones o necesidades, proceden de conflictos internos y de frustraciones
sufridas al perseguir objetivos que actúan como fuerzas motivadoras. Estas fuerzas orientan a la persona hacia acciones que
alivien o reduzcan necesidades. En tal sentido, Lewin (1935), sostiene que del nivel de necesidades, funcionamiento y
autodesarrollo surgen fenómenos de saturación, los cuales tienden a producir traslaciones a actividades similares (cuasi-
necesidades).
Las motivaciones pueden influir en el presente, por lo que se hace necesario analizar cómo se dan en
ese momento actuante, en relación con la persona y con el contexto social. De allí surgen elementos
prácticos a tener en cuenta para la acción comunitaria, por ejemplo: el de mantener objetivos al
alcance de las personas, con el propósito de reducir la frustración, es decir mantener un nivel realista
de aspiraciones evitando las soluciones fantasiosas o apoyando a las personas a alcanzar objetivos
que razonablemente se encuentren a su alcance o puedan materializarse sin obstáculo alguno. Para
Lewin (ob.cit), la teoría de campo, como todo enfoque científico de la psicología, es conductista, si esto
significa proveer definiciones operacionales (síntomas verificables) para los conceptos utilizados.
Muchos psicólogos, particularmente aquellos que seguían la teoría del reflejo condicionado,
confundieron este requisito de definiciones operacionales con la exigencia de eliminar las
descripciones psicológicas. Insistían en definir los estímulos superficialmente, en función de la física.
Una de las características básicas de la teoría de campo en psicología, es el requisito de que el campo
que influye sobre un individuo se suscriba no en términos fisicalistas objetivos, sino de la manera en
que éste existe para la persona en ese momento.
Así por ejemplo un maestro nunca tendrá éxito al impartir la orientación correcta a un niño, si no
aprende a comprender el mundo psicológico en el que ese niño vive. Por tanto, describir
objetivamente una situación en psicología significa en realidad describir esa situación como una
totalidad de aquellos hechos, y solo de aquellos, que configuran el campo de ese individuo.
Sustituir el mundo del sujeto por el mundo del maestro, del físico o de cualquier otro no significa
ser objetivo, sino estar equivocado. Sigue argumentando Lewin (ob.cit), que una de las tareas
básicas de la psicología es encontrar los constructos científicos que permitan la representación
adecuada de las constelaciones psicológicas de manera que pueda así deducirse la conducta
del individuo. Esto no debilita la exigencia de definiciones operacionales de los términos usados
en psicología, pero destaca el derecho y la necesidad
3- La investigación-acción: antecedentes, métodos e intencionalidades Antecedentes
Históricos.
Que el término Investigación Acción, existe desde hace mucho tiempo, pero es a Kurt Lewin a
quien se le atribuye la paternidad y patria potestad del mismo. De profesión psicólogo e
investigador centrado en la psicología experimental y de la forma, trabaja en Alemania hasta que
emigra a los Estados Unidos de Norteamérica en 1933. Este cambio repentino le va a llevar a
interesarse por los fenómenos sociales, y piensa que una forma de aproximarse a ellos es
interviniendo en la vida de los hombres y sus relaciones sociales. Así es como Lewin pondrá la
investigación al servicio de la acción política, económica y militante de la época, ya que quiere
avanzar en el sentido de una ciencia práctica. Entre sus investigaciones dos merecen ser
tomadas en cuenta, ya que de ellas van a desprenderse las bases esenciales que sostienen hoy
en día el concepto de Investigación Acción
La primera, hace referencia a los tres climas de autoridad, de donde saldrán las técnicas y conceptos
fundamentales de la dinámica de grupo. Tras su muerte, los discípulos: Benne, Bradford y Lippitt
ponen en funcionamiento el Training Group. Sobre la segunda investigación, la misma se orientó
hacia el cambio de hábitos alimentarios de los americanos y a estudiar la situación de precariedad de
ciertos alimentos debido a la guerra, lo que obliga a replantearse en los ciudadanos el
aprovechamiento de vísceras (corazón, hígado e intestinos), que no se comían en tiempos de paz;
para ello, había que cambiar los hábitos alimentarios de los americanos. Llevar a cabo este tipo de
investigación, implicaba desarrollar un conjunto de roles en el investigador, por un lado tenía que
situarse como observador, analizador y diagnosticador (estudiar el comportamiento que las amas de
casa tenían con respecto a la compra de diversos productos, detectando múltiples contradicciones).
Por otro lado, tiene que construir dispositivos que le permitieran validar o invalidar científicamente
algunas de las hipótesis emitidas.
Como conclusión sostuvo que el investigador debe intervenir directamente en las poblaciones
para modificar sucomportamiento, para ello buscó medios de publicidad, organizó conferencias
invitando especialistas en dietética y cocina, alentando las discusiones en grupo. Kurt Lewin
desarrolla otras investigaciones hasta que muere en 1947, y describe la Investigación Acción
como el análisis, la concreción de hechos y la conceptualización de los problemas, planificando
para ello programas de acción, la ejecución de los mismos, y una nueva evaluación de los
hechos con los que se repite otra vez la espiral cíclica. Las investigaciones Lewinianas se
encuadran dentro de un contexto político especifico, en donde las ciencias sociales estaban
integradas al aparato militar americano en la segunda guerra mundial (1939-1945 del siglo XX)
4- Reflexiones finales
Son indudables los grandes aportes teóricos que ha hecho Kurt Lewin al aprendizaje, a la dinámica
de grupo y, en especial a la investigación socioeducativa. De esta última, se desprende que, los
cambios eran más efectivos cuando los miembros de un grupo de investigación se integraban,
formando parte de las decisiones, acciones y cambios oportunos en ésta. De este modo, se abre
paso a la idea que los sujetos investigados son co-participes de las acciones sociales y no los peritos
investigadores profesionales. Aunque estas ideas de Lewin tuvieron acogida en el contexto
educativo, tiempo después fueron desplazadas por enfoques investigativos tradicionales que volvían
a separar la investigación de la acción. Sin embargo, en los años 70 del siglo XX, los Británicos John
Billiot y Lawrence Stenhouse conciben la Investigación Acción no como técnica investigativa, sino
como la traducción de las ideas educativas a la práctica más condiciones en que ésta ocurre; aquí es
evidente, que es en esta pretensión de contribuir a la mejora de la práctica socio-educativa como un
factor clave, que la diferencia de la investigación tradicional, preocupada solo por acumular
conocimientos.
Finalmente, en palabras de Rincón de Villalobos (ob.cit), la Investigación-Acción metódicamente rompe
el etnos positivista, que considera el análisis científico inaplicable a asuntos relacionados con los
valores, e incluye supuestos filosóficos sobre la naturaleza del hombre y sus relaciones con el mundo
físico y social, es indicada cuando el investigador no sólo quiere conocer una realidad o un problema
específico y su solución teórica, sino que va más allá, los problemas se resuelven en la práctica del
aula. Es fácilmente admitida, cuando va dirigida a intervenciones sociales, psicológicas y
socioeducativas, que pretenden asegurar una mejor adaptación o integración de los individuos a su
entorno y una mayor cohesión, eficacia y lucidez a las instituciones en la persecución de sus objetivos.
Asimismo, la investigación-acción en más de medio siglo de existencia, se ha enfocado básicamente
en dos vertientes: una sociológica desarrollada principalmente a partir de los trabajos de Kurt Lewin, y
Fals Borda, y otra específicamente educativa, inspirada en las ideas y prácticas de Paulo Freire, Hilda
Taba, L. Stenhouse y John Elliott. Ambas vertientes han sido ampliamente exitosas en sus
aplicaciones. La orientación sociológica, en sentido amplio, se distingue por su énfasis en el
pensamiento crítico, la concientización y el desarrollo de la capacidad emancipatoria. Este concepto y
su práctica, evolucionó en el campo de la sociología de la intervención, mediante los trabajos de
Lewin, Elliott, Jaques y su investigación socioanalítica.
. La orientación sociológica, en sentido amplio, se distingue por su énfasis en el pensamiento crítico, la
concientización y el desarrollo de la capacidad emancipatoria. Este concepto y su práctica, evolucionó
en el campo de la sociología de la intervención, mediante los trabajos de Lewin, Elliott, Jaques y su
investigación socioanalítica. La orientación educativa presenta una tendencia a reconocer el campo de
la investigación educacional en términos más participativos y con miras a evidenciar el origen de los
problemas, los contenidos programáticos, los métodos didácticos, los conocimientos significativos y la
comunidad de docentes, impulsándose principalmente desde las mismas universidades, sobre todo, en
Inglaterra y Australia y, desde los Centros de Investigación, En muchas partes, se ha aplicado con
formatos metodológicos semejantes, pero sin darle expresamente el nombre de Investigación-Acción,
sino otros parecidos, que hacen énfasis en la participación de los sujetos investigados. Sus tópicos de
estudio se han relacionado especialmente con las complejas actividades de la vida del aula, desde la
perspectiva de quienes intervienen en ella, a través de un proceso de reflexión cooperativa y una
orientación del análisis conjunto de medios y fines, los modos de participación, los procesos de
enseñanza-aprendizaje; todo ello, con el propósito de aumentar la eficiencia de los educadores y de
las instituciones educativas.. Por tanto, la investigación estaba centrada en ser coherente en la
práctica con determinados principios pedagógicos
Esta es fundamentalmente la dificultad que detecta Stephen Kemmis, a partir de la cual busca
junto a Wilfred Carr, y el equipo de la Universidad de Deakin en Australia, a comienzo de los años
80, una reconceptualización de la Investigación-Acción, considerando que la misma no puede
entenderse como un proceso de trasformación de las prácticas individuales del profesorado, sino
como un proceso de cambio social que se emprende colectivamente. Se puede decir, que la
Investigación Acción se dirige a transformar la práctica, tanto de sus cualidades internas como de
las condiciones en que ésta ocurre; aquí es evidente, que es en esta pretensión de contribuir a la
mejora de la práctica socio-educativa como un factor clave, que la diferencia de la investigación
tradicional, preocupada solo por acumular conocimientos. Finalmente, en palabras de Rincón de
Villalobos (ob.cit), la Investigación-Acción metódicamente rompe el etnos positivista, que
considera el análisis científico inaplicable a asuntos relacionados con los valores, e incluye
supuestos filosóficos sobre la naturaleza del hombre y sus relaciones con el mundo físico y
social, es indicada cuando el investigador no sólo quiere conocer una realidad o un problema
específico y su solución teórica, sino que va más allá, los problemas se resuelven en la práctica
del aula.
Es fácilmente admitida, cuando va dirigida a intervenciones sociales, psicológicas y socioeducativas,
que pretenden asegurar una mejor adaptación o integración de los individuos a su entorno y una
mayor cohesión, eficacia y lucidez a las instituciones en la persecución de sus objetivos. Asimismo, la
investigación-acción en más de medio siglo de existencia, se ha enfocado básicamente en dos
vertientes: una sociológica desarrollada principalmente a partir de los trabajos de Kurt Lewin, y Fals
Borda, y otra específicamente educativa, inspirada en las ideas y prácticas de Paulo Freire, Hilda
Taba, L. Stenhouse y John Elliott. Ambas vertientes han sido ampliamente exitosas en sus
aplicaciones. La orientación sociológica, en sentido amplio, se distingue por su énfasis en el
pensamiento crítico, la concientización y el desarrollo de la capacidad emancipatoria. Este concepto y
su práctica, evolucionó en el campo de la sociología de la intervención, mediante los trabajos de
Lewin, Elliott, Jaques y su investigación socioanalítica.
. La orientación educativa presenta una tendencia a reconocer el campo de la investigación
educacional en términos más participativos y con miras a evidenciar el origen de los problemas, los
contenidos programáticos, los métodos didácticos, los conocimientos significativos y la comunidad de
docentes, impulsándose principalmente desde las mismas universidades, sobre todo, en Inglaterra y
Australia y, desde los Centros de Investigación, oficiales y privados, en casi todos los demás países
de mundo. En muchas partes, se ha aplicado con formatos metodológicos semejantes, pero sin darle
expresamente el nombre de Investigación-Acción, sino otros parecidos, que hacen énfasis en la
participación de los sujetos investigados. Sus tópicos de estudio se han relacionado especialmente
con las complejas actividades de la vida del aula, desde la perspectiva de quienes intervienen en
ella, a través de un proceso de reflexión cooperativa y una orientación del análisis conjunto de
medios y fines, los modos de participación, los procesos de enseñanza-aprendizaje; todo ello, con el
propósito de aumentar la eficiencia de los educadores y de las instituciones educativas.
LOS TRES ESTILOS DE
LIDERAZGO
Las investigaciones de Lewin llevaron a este pionero a describir tres tipos distintos de
liderazgo en entornos de gestión organizacional: el autoritario, que tiene un carácter
dictatorial, el democrático, en que la toma de decisiones es colectiva, y el “laissez-faire”, en que la
supervisión que lleva a cabo el líder de las tareas que ejecutan sus subordinados es mínima.
Cada uno de estos estilos de liderazgo se relaciona con patrones conductuales, dinámicas de
interacción y un entorno socioemocional distinto. Los tres tipos de líder presentan sus propias
ventajas y desventajas, y no se puede decir que ninguno sea superior en todos los aspectos; no
obstante, Lewin afirmó que el democrático es el más efectivo de los tres.
1. Autoritario
Los entornos de trabajo autoritarios se caracterizan por el hecho de que el líder monopoliza la toma
de decisiones. Es esta persona quien determina los roles de los subordinados, las técnicas y métodos
que deben seguir para completar sus tareas y las condiciones en que se desarrolla el trabajo. Se trata
de un estilo de liderazgo muy extendido en la mayor parte de organizaciones.
A pesar de las connotaciones negativas de la palabra “autoritario”, Lewin insiste en que este tipo de
líder no siempre genera un entorno socioemocional desagradable; las críticas a los empleados son
habituales, pero también lo son las alabanzas. Los líderes autoritarios también se caracterizan por
participar poco en realización de las tareas laborales en sí mismas.
Según las observaciones de Lewin, el liderazgo de estilo autoritario conlleva el riesgo de que se
produzca una “revolución” por parte de los subordinados. La probabilidad de que esto suceda será
mayor cuanto más marcado sea el carácter autoritario del líder.
2. Democrático
El estilo democrático que describió Lewin es muy distinto al liderazgo de tipo autoritario. Los líderes
que siguen este patrón no toman las decisiones solos, sino que estas surgen como resultado de un
proceso de debate colectivo; en éste el líder actúa en un rol de experto que aconseja a los
subordinados, y por supuesto puede intervenir en la decisión final si es necesario.
La mayoría de personas tienden a preferir el liderazgo de tipo democrático por encima del
autoritario y del “laissez-faire”, sobre todo cuando han tenido malas experiencias con uno de estos
estilos. Sin embargo, el liderazgo democrático conlleva cierto riesgo de que se produzca una pérdida
de eficiencia, especialmente en relación a la toma de decisiones colectiva.
3. Laissez-faire
El concepto francés “laissez-faire” se podría traducir aproximadamente como “dejar hacer”, “no
intervencionismo” o “liberalismo”, siguiendo la terminología político-económica utilizada por Lewin.
Los líderes de este tipo dejan que los subordinados tomen sus propias decisiones, aunque no
necesariamente se responsabilizan de los resultados de estas.
En general se considera que este estilo de liderazgo es el menos eficaz de los tres puesto que
puede llevar a la falta de productividad y de consistencia; es mejor tener un líder activo. No
obstante, funciona muy bien cuando los subordinados son personas capaces y con un alto
nivel de motivación y además no existe una gran necesidad de comunicación entre los
trabajadores.
MUCHAS
GRACIAS POR
SU ATENCION.