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CotuaMuñoz F - 2009 - QuebradaSantaElenaMemoriaComuna8

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4.

Reseñas históricas barriales

“Entre la Quebrada Santa Elena y


el Cerro Pan de Azúcar”

Memoria histórica de la comuna 8


“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8
4. Reseñas históricas barriales

“Entre la Quebrada Santa Elena y


el Cerro Pan de Azúcar”
Memoria histórica de la comuna 8

Frederick Cotuá Muñoz


Diego Andrés Ríos Agudelo
Investigadores
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

ALCALDÍA DE MEDELLÍN

Alonso Salazar Jaramillo


Alcalde de Medellín

Jorge Humberto Melguizo Posada


Secretario de Cultura Ciudadana

María Rosa Machado Charry


Subsecretaria de Metrocultura

Herman Montoya
Coordinador Memoria y Patrimonio

Carolina Rendón Castaño


Interventora

Frederick Cotuá Muñoz


Diego Andrés Ríos Arango
Investigadores

Leonardo Jiménez García


Fotografía

Yurilena Velásquez López


Diseño y diagramación

Cartilla publicada como resultado del Contrato Nº 4600010168 de 2008, ejecutado por la Corporación
Progreso y Paz La Libertad – CORPROPALI, con dineros públicos priorizados por las y los ciudadanos de
la comuna 8 – Villa Hermosa, con recursos del Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo
de la Alcaldía de Medellín

Esta publicación es utilizada con fines educativos y su distribución es gratuita,


Ley 23 de 1982, artículo 32

Medellín, Noviembre de 2008


4. Reseñas históricas barriales

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN
1 PROCESO DE INVESTIGACIÓN Y METODOLOGÍA 9
1.1 Principios orientadores ............................................................................................. 10
1.2 Estrategias e instrumentos......................................................................................... 11
1.3 Actividades comunitarias........................................................................................... 11
1.4 Resultados................................................................................................................. 12
2 CONTEXTO COMUNA 8 13
2.1 Barrios y Sectores...................................................................................................... 14
2.2 Población y Caracterización......................................................................................... 15
2.3 La Organización Social y Comunitaria.......................................................................... 19
3 REFERENTES TERRITORIALES HISTÓRICOS Y PATRIMONIALES 21
3.1 Maravillas de la naturaleza que nos definen ............................................................... 22
3.2 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: La religiosidad en la comuna....... 25
3.3 Del Tranvía la puntica y del Metro ni el pegao: La comuna 8 y su sistema de transporte. 27
3.4 Hitos históricos de la comuna 8.................................................................................. 30
3.5 Bienes de Interés Patrimonial: Un tesoro por descubrir ............................................... 35
4 RESEÑAS HISTÓRICAS BARRIALES 41
4.1 Villa Hermosa, un barrio bien pensado ....................................................................... 42
4.2 La Mansión, un vecino silencioso ............................................................................... 44
4.3 San Miguel, nucleo de la salud .................................................................................. 45
4.4 La Ladera, nuevo centro de la cultura y el conocimiento ............................................. 46
4.5 Batallón Girardot, el barrio de los soldados ................................................................ 48
4.6 Llanaditas, la última frontera ..................................................................................... 49
4.7 Los Mangos, zona de recreo convertida en barrio ....................................................... 51
4.8 Enciso, el más antiguo de los barrios ......................................................................... 53
4.9 Sucre, el centro para los estudios superiores .............................................................. 55
4.10 El Pinal , una alusión a lo que se perdío ...................................................................... 57
4.11 Trece de Noviembre, la fecha del triunfo .................................................................... 59
4.12 La Libertad, un sueño que se puede lograr ................................................................ 61
4.13 Villatina, un barrio que no se deja vencer por la tragedia ............................................ 63
4.14 San Antonio, el barrio que no es donde lo pintan ....................................................... 65
4.15 Las Estancias, un barrio nuevo muy viejo ................................................................... 66
4.16 Villa Turbay, fruto del oportunismo político ................................................................. 68
4.17 La Sierra, al final de la montaña ................................................................................ 70
4.18 Villa Lilliam, un barrio curado de espantos y maldiciones ............................................. 72
5 BIBLIOGRAFÍA 75
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8
4. Reseñas históricas barriales

INTRODUCCIÓN

ntroducció
Para la mayor parte de la ciudadanía, hablar de comunas es re-
ferirse a lugares marginados, deprimidos, populares y violentos.
Pocos entienden esta denominación como una simple división
administrativa, que la municipalidad requiere para coordinar su
accionar al interior de la zona urbana. En consecuencia, aunque
todos habitamos una comuna, en Medellín pareciera que las co-
munas fueran tres: la nororiental, que tuvo su apogeo mediático
a finales de los ochentas y comienzos de los noventas; la trece,
que saltó a la fama a raíz de la “Operación Orión” en 2001; y la
ocho, tristemente célebre en los últimos años por el afamado do-
cumental “La Sierra”, y numerosos escándalos con relación a los
procesos de reinserción de las AUC en la ciudad.

Esta sectorización por comunas, en la práctica solo le incumbe


a la administración municipal, a los líderes comunitarios, y a los
medios de comunicación. A los primeros porque estructura la bu-
rocracia para atender adecuadamente a las necesidades del terri-
torio; a los segundos porque circunscribe su accionar a un espacio
en el que el estado los puede comprender; y a los medios porque
les permite informar, de forma abstracta, lo que pasa en un terri-
torio, sin comprometerse con él.

El ciudadano común y corriente no vive en una comuna. Vive en


un barrio. Un pedazo de tierra donde los vecinos se conocen,
muchos crecieron juntos, fueron a las mismas escuelas, jugaron en
las mismas canchas, asistían a las mismas iglesias, y compraron en
las mismas tiendas. Se saben el nombre de su barrio, quienes son
recién llegados y quienes están allí antes que ellos, puede que no
tengan datos de historia, que no sepan ya porque ciertos lugares
se llaman como se llaman, pero con toda seguridad cuentan con
recuerdos, felices o tristes, de sus transitar por esas calles, can-
chas y casas.
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

ntroducció
Hablar de la comuna 8, es para la mayoría una idea difusa, pero
hablar de Villa Hermosa, Enciso, Las Estancias, Villatina, Sucre, El
Pinal, Trece de Noviembre, San Miguel, La Mansión, La Libertad,
La Sierra, Llanaditas, Villa Turbay, Villa Lilliam, San Antonio, La
Ladera y Los Mangos, es hablar de la vida cotidiana de 140.000
personas. Algunos de estos barrios se acercan al siglo de vida, y
muchos de sus referentes territoriales lo han sido hasta por tres-
cientos años; los mismos que detenta la ciudad.

El Cerro Pan de Azúcar y La Quebrada Santa Elena delimitan este


territorio, conocido desde la década de 1980 como Comuna 8;
una jurisdicción arbitraria que históricamente ha estado fragmen-
tada por las características geográficas del territorio. A partir de
estos dos referentes, hemos retomado la reflexión sobre la me-
moria histórica de sus habitantes, tarea que no se agota con este
proyecto, por el contrario, reivindica la necesidad de adelantar de
manera continua, espacios de encuentro para el diálogo cultural y
la reflexión histórica, que favorezca la conciencia del devenir de
nuestras comunidades.

Esta publicación retoma el camino iniciado por el concurso “His-


toria de mi barrio”, realizado por primera vez en 1986, y en el
que algunos de los barrios de la comuna participaron, como es el
caso de Villa Hermosa, San Miguel – La Mansión, Enciso, Villati-
na, Las Estancias, Villa Lilliam parte alta y La Sierra; Esperamos
que este trabajo motive a las comunidades a seguir escribiendo sus
recuerdos, y podamos en un futuro cercano, contar con toda una
colección de memoria cultural de la comuna 8, en la que pueda
abordarse en toda su extensión, la historia de cada barrio, que
como veremos más adelante, es mucho más amplia de lo que ex-
presan la mayor parte de escritos recientes sobre la conformación
de la ciudad.

Agradecemos a los líderes comunitarios, organizaciones, y perso-


nas que participaron en este proyecto, y sin los cuales habría sido
imposible obtener un buen resultado.
4. Reseñas históricas barriales

1
PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Y METODOLOGÍA
1.1 Principios orientadores
1.2 Estrategias e instrumentos
1.3 Actividades comunitarias
1.4 Resultados
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

1.1 Principios orientadores


Medellín es una ciudad que se debate entre el ayer, el hoy y
el mañana, en muchas ocasiones sin encontrar los puentes
que unan lo que consideramos desarrollo. A lo largo del
siglo pasado, padeció un crecimiento irregular, generado
por olas migratorias de diferente índole (la industrializa-
ción, la violencia partidista o el desplazamiento forzado),
que rompen con un “normal” desarrollo de ciudad, en lo
social, lo político y lo cultural. La comuna 8 no es ajena a
estos procesos, por el contrario, es uno de los sectores de
Medellín en donde mejor puede apreciarse el desarrollo de
historias superpuestas, que rompieron con toda posibilidad El proceso de Memoria Histórica de la comu-
de creación de memorias colectivas, que generaran lazos na 8, es ante todo un proceso participativo.
de unión entre sus pobladores. Los fenómenos de violencia No se trata de una retahíla de elucubraciones
que en las dos últimas décadas a soportado no son producto personales de académico sobre un territorio
del azar; sino una respuesta a lógicas de desarrollo contra- a lo largo de un tiempo determinado. Es una
rias y ha la invisibilización como actores del desarrollo en reconstrucción colectiva de los hechos que
que se sumieron los sectores populares. constituyen el banco de recuerdos de una po-
blación, y que conjuntamente consideran han
La Comuna 8, conserva la evidencia del desarrollo de la incidido en su vida cotidiana. Así mismo, es
ciudad desde que tan solo era una Villa, e incluso, cuen- una identificación y reflexión, sobre el pro-
ta con señas del devenir del hombre prehispánico, pero el ceso de transformación del entorno, y una
sueño de la modernidad, ha generado que cada nueva épo- proyección de los imaginarios a futuro que la
ca quisiera ocultar sus antecedentes, sin darse cuenta del comuna tiene.
perjuicio que esto conlleva socialmente. Cada individuo de
nuestro territorio, de acuerdo a su experiencia de vida, va Es importante entonces, reconocer el apor-
construyendo un mundo que nada tiene que ver con el de te que a este trabajo hace cada persona de la
su vecino, y aunque a primera vista creamos que vivimos en comuna. Todos tienen una experiencia vital
el mismo tiempo y espacio, cada vez estamos más lejanos, que compartir, y entre todos han descubier-
porque los recuerdos se han individualizado al punto de to como sus vidas se entrelazan en diferen-
contar con memorias dispersas en un mismo entorno. tes momentos y circunstancias. La historia,
en este proceso, se abordó de manera lúdica,
Algunos voluntariamente dejan atrás sus recuerdos y sus vivida, como el transcurso de la existencia, y
vínculos, otros los han dejado forzosamente, y ahora sus re- no como un sumario de hechos desastrosos o
cuerdos no coinciden con su territorio, y este es para ellos afortunados, sin ninguna relevancia en nues-
un extraño; otros tienen un gran apego por su entorno, tro presente.
pero ven en sus vecinos a invasores desconsiderados que
acaban con sus recuerdos de un pasado mas amable; otros La Memoria es presente, no pasado, es cons-
se creyeron dueños del espacio, y trazaron límites entre truida desde su incidencia en nuestro día a día,
barrios, entre cuadras, y fragmentaron la unidad barrial de tiene sentido si nos integra a otros, si genera
padres y abuelos. Hoy es imprescindible la reconstrucción vínculos, si potencia nuestras capacidades, si
de ese entorno, resignificar los referentes, juntar recuerdos constituye referentes de unidad. Este es un
y fortalecer la identidad cultural con nuestro territorio y proceso que comienza, que solo con un actuar
nuestros vecinos, como única posibilidad para tejer un fu- permanente y continuado, puede generar el
turo a la medida de nuestros sueños. desarrollo cultural de la comuna 8.

10
1. Proceso de
4. investigación y metodología
Reseñas históricas barriales

1.2 Estrategias e Instrumentos


Para la realización de este proyecto de investigación histórica de la Comuna 8, se utilizaron diferentes estrategias
e instrumentos, que permitieran subsanar los efectos de la poca disponibilidad de tiempo y recursos, dispuestos
contractualmente. Se acudió a una combinación de estrategias de recolección de información, directa e indirec-
ta, que favorezca la construcción de un relato unificado, conciso y concreto, que responda a los intereses de la
comunidad.

La información recogida por fuentes primarias y secundarias, se registró en fichas bibliográficas, que permitie-
ron la clasificación de la información, de forma temática, territorial y temporal. Las entrevistas y sesiones de
trabajo fueron grabadas y transcritas, las imágenes suministradas fueron escaneadas y clasificadas, y se contó con
registro fotográfico en las actividades realizadas.

La principal estrategia para fomentar la participación, fue la invitación abierta y la difusión de actividades, con-
vocando directamente a personas claves, identificadas previamente con la ayuda de líderes comunitarios de los
diferentes barrios y organizaciones sociales.

Los talleres y tertulias fueron un instrumento para la construcción colectiva de los hitos históricos de la comuna,
y la visualización de resultados obtenidos en la extensa revisión bibliográfica realizada por el equipo.

1.3 Actividades Comunitarias


La comunidad participó en la cons-
trucción de este producto, a través de
tres tipos de actividades: las Tertulias,
los Talleres de la Memoria, y las Ca-
minatas de la Memoria.

Tertulias: Se realizaron dos tertulias,


una de ellas en el barrio Las Estancias
y la otra en el barrio La Libertad, los
días 28 de agosto y 25 de septiembre
respectivamente. A cada actividad
asistieron en promedio 20 personas,
con las que se dialogó de forma es-
pontánea, sobre sus recuerdos en tor-
no a la conformación y poblamiento del barrio, sus experiencias organizativas, y los acontecimientos que dejaron
huella en cada uno. Cada actividad tuvo una duración de 2 horas, que fueron insuficientes para compartir la gran
cantidad de experiencias dignas de compartir.

Talleres de Memoria Histórica: Igual que las tertulias, se realizaron dos talleres en Las Estancias y en La Libertad,
los días 30 de agosto y 27 de septiembre. En ellos se adelantaron trabajos dinámicos para articular los recuerdos
de todos, y construir conjuntamente, los acontecimientos más relevantes en el proceso de conformación de la
comuna. Sirvieron para establecer comparativos sobre los estilos de vida, de acuerdo a diferentes épocas, y com-
partir las prácticas cotidianas en diferentes momentos de la vida de los asistentes.
11
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

Caminatas de la Memoria: El 6 de septiembre y el 4 de y brindara a la comunidad estrategias e instrumentos


octubre, se realizaron los recorridos por la comuna, para dinamizar el debate cultural, alrededor de los te-
para identificar los referentes trabajados en los talle- mas históricos y de memoria. Los talleres, tertulias y
res, y para ambientar los recuerdos abordados en las recorridos, constituyeron una guía metodológica de
tertulias. La primera caminata inició en la Parroquia gran utilidad para los asistentes, que en adelante con-
Nuestra Señora de los Dolores de las Estancias y con- tarán con un modelo de instrumentos para la recolec-
tinuó por toda la Calle 52 hasta el puente de la Toma. ción de información histórica.
A lo largo del trayecto se identificaron unos puntos
estratégicos, que sirvieron como estaciones para des- También se contribuyó a la sensibilización de los habi-
cansar y reflexionar sobre los significados colectivos tantes, frente a su papel en el mundo y su relación con
que tienen algunos espacios de la comuna, por ser re- los otros, así como la importancia de adelantar de for-
ferentes territoriales en su proceso de conformación; ma permanente, trabajos para la recuperación y forta-
estos lugares fueron por ejemplo el primer colegio de lecimiento de la memoria cultural en las comunidades.
las Estancias (frente a la iglesia) donde también fun- Un buen indicador de este impacto, es el hecho que
cionó un teatro, y que actualmente es un deposito de el equipo de investigación del proyecto ha sido con-
materiales, la escuela Miguel de Aguinaga, el Molino, sultado para la realización de actividades en torno a la
el sector de la Estrechura, la Institución Educativa Fé-memoria cultural de la comuna, como la producción
lix Henao Botero, la antigua Planta de Energía, el Sec- de un documental, y una edición del periódico Visión
tor del Hoyo de Ña Rafaela y el mismo Puente de la 8. Así mismo, después del cierre de la recolección de
Toma. información para este trabajo, nuevos actores sociales
se acercaron a compartir sus experiencias y testimo-
El segundo recorrido partió de la sede Social la Liber- nios, algunos de los cuales no lograron ser analizados
tad, para llegar a la Normal Superior de Medellín en adecuadamente, por los tiempos contractuales.
La Ladera. Pero la programación tuvo que ser modifi-
cada por la fuerte lluvia, que impidió realizar adecua- Fue de gran importancia la participación de personas
damente el recorrido. En lugar de caminar, se contrató de todas las edades, pues favoreció el diálogo cultural
un bus para hacer el recorrido hasta el barrio Enciso, intergeneracional, indispensable en la construcción de
donde esperaban algunos habitantes para compartir memorias colectivas. Así mismo, la participación de
experiencias e información sobre la conformación de habitantes de diferentes barrios y sectores de la co-
este sector de la comuna. El recorrido en el bus, per- muna, facilitó la identificación de referentes culturales
mitió divisar algunos lugares referentes en la comuna, de nivel barrial y nivel comunal, que permitieron con-
como la Escuela Fe y Alegría, el sector de Manzanares servar el enfoque comunal del trabajo, y que evitó la
y la Quebrada Chorro Hondo. En Enciso se realizó una concentración en unos cuantos barrios.
pequeña tertulia, que permitió conocer aspectos im-
portantes sobre los barrios conformados alrededor del Por último, fue muy positiva la triangulación de infor-
camino de la Cuesta. mación obtenida por documentos historicistas, registro
de prensa, y archivos institucionales, con los recuerdos
y experiencias de la población. Algunos conocimientos
1.4 Resultados se consolidaron, y otros se desvirtuaron, a la luz de la
interpretación colectiva de la información.
Son varios los logros obtenidos durante este proceso,
más aún, si consideramos el poco tiempo para la reali-
Queda abierto el camino, para la realización de nuevos
zación de actividades de encuentro comunitario.
trabajos, que profundicen en la memoria barrial, en las
memorias sectoriales e institucionales, y en el fortale-
Un primer resultado significativo del proyecto, fue ha-
cimiento de la memoria cultural.
cer de éste un proceso formativo, que favoreciera el
reconocimiento y valoración de los saberes populares,

12
4. Reseñas históricas barriales

2
CONTEXTO COMUNA 8
2.1 Barrios y Sectores
2.2 Población y Caracterización
2.3 La Organización Social y Comunitaria
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

2.1. Barrios y Sectores


La comuna 8 hace parte de la Zona Centro Oriental de la Ciudad de Medellín. Limita al oriente con el Corregi-
miento de Santa Elena, al sur con la comuna 9 (Buenos Aires), al occidente con la comuna 10 (La Candelaria) y
al noroccidente con la comuna 3 (Manrique).

El Decreto 346 de 2000 actualizó sus límites y conformación barrial, según el cual, la Comuna 8 tiene un área
de 577,7497 Hectáreas, distribuidas en 18 barrios así:

CODIGO NOMBRE DE BARRIO CODIGO NOMBRE DE BARRIO


801 Villa Hermosa 810 El Pinal
802 La Mansión 811 Trece De Noviembre
803 San Miguel 812 La Libertad
804 La Ladera 813 Villatina
805 Batallón Girardot 814 San Antonio
806 Llanaditas 815 Las Estancias
807 Los Mangos 816 Villa Turbay
808 Enciso 817 La Sierra
809 Sucre 819 Villa Lilliam

De acuerdo al Plan de Ordenamiento Territorial, la co- acuerdo a la denominación del barrio (Batallón Girar-
muna participa en el Sistema de Centralidades con tres dot y Las Estancias), y otros cuentan hasta con cuatro o
de nivel barrial, ubicadas en Villa Hermosa, Enciso y cinco juntas dentro de su territorio, como es el caso de
Las Estancias, y está articulada a la Centralidad Zonal Los Mangos, San Antonio y Villatina. Lo más gracioso
de Buenos Aires. de esta situación, es que existen juntas con el nombre
de un barrio, pero se encuentran totalmente insertas
Sin embargo, esta distribución de barrios, poco co- en el territorio de otro, de acuerdo a la concepción del
incide con el imaginario que los habitantes tienen, lo Departamento Administrativo de Planeación, como
que da lugar a una enredada distribución de barrios y sucede con los barrios Llanaditas y San Antonio.
sectores, de difícil comprensión, en especial para los
acartonados técnicos que conocen los barrios a través Para completar esta intrincada situación, existen ba-
de los mapas cartográficos, pero nunca han recorrido rrios que fueron reconocidos por algún tiempo, y pos-
el territorio. Un ejemplo claro de las dificultades exis- teriormente sacados del mapa, como Santa Lucía, al
tentes en la comprensión de los barrios y sectores, nos que le correspondió el código 0818, pero por estar
lo ofrece la distribución del territorio que hacen las mal graficado fue excluido del último decreto, o el ba-
Juntas de Acción Comunal (JAC). rrio La Toma, al que todos reconocen, y hasta la señali-
zación de tránsito indica por que vías se llega a él, pero
La comuna 8 cuenta con 30 JAC, casi el doble de los nunca fue delimitado por planeación, ni le fue asignado
barrios reconocidos por el Decreto 346 de 2000, sin código de identificación.
embargo algunos barrios no cuentan con Junta de
14
4. Reseñas
2. Contexto
históricascomuna
barriales
8

El crecimiento poblacional de la comuna nos obliga a identificar como barrios, aún cuando planea-
ción no los identifique como tales, sectores como Colinas de Enciso (en territorio de Los Mangos),
Alcázares de Sucre (en la Ladera), Golondrinas (en Llanaditas), Santa Lucía y Las Mirlas (en Las Es-
tancias), Pinar del Cerro (en La Libertad), y Sol de Oriente (en Villatina), y también a reflexionar
que tratamiento debemos darle a una cantidad considerable de Asentamientos, en muchos casos de
población desplazada, que se han conformado en los últimos quince años, como Altos de La Torre,
El Pacífico, Unión de Cristo, Esfuerzos de Paz I, Esfuerzos de Paz II, La Esperanza, Las Torres y
Pinares de Oriente.

2.2. Población y Caracterización


El crecimiento de Medellín fue lento hasta finales del siglo XIX y principios del XX, su proceso
de poblamiento se inició en los sectores cercanos a quebradas, que brindaban el abastecimiento de
agua a sus moradores, y cerca a los caminos que comunicaban a la pequeña Villa de la Candelaria
con otros pueblos vecinos; es por ello que la línea primera de expansión de la ciudad se trazó ha-
cia el oriente, dirección en que se encuentran dos referentes estratégicos fundamentales para su
proceso de formación histórica, a saber: el Camino de Cieza y la quebrada Santa Elena, que dan
cuenta de la estrecha relación que guarda la zona centro oriental de la ciudad con la conformación
urbana de Medellín.
A mediados del siglo XIX se comienza a construir lo
que tal vez sería el primer barrio de la ciudad, el Ba-
rrio Oriente en donde se asentaron algunas fincas alre-
dedor de los caminos de Guarne y Rionegro, que tenía
sus vías de acceso por Enciso y la Toma1. La importan-
cia de estos caminos estaba dado por la conexión que
establecían entre los valles del Aburra y de San Nicolás,
y la comunicación que permitían con distintos sitios de
las cordilleras central y oriental, así como con los ejes
hidrográficos de los ríos Magdalena y Nus.

El primero de estos caminos antiguos era de peña ta-


jada, y su construcción se la debemos a los indígenas
que habitaron este territorio antes de la llegada de los
españoles, como se encuentra en las referencias de los
cronistas de indias, en especial de Cieza de León. El
segundo camino fue ordenado e impulsado por Juan
Antonio Mon y Velarde a finales del siglo XVIII, y fue
fundamental en los albores de la República.

Además de constituir rutas de integración con los mu-


nicipios vecinos del oriente, estos caminos abren el
área de expansión urbana, no solo para fincas de recreo
o vivienda sino a espacios de infraestructura de apoyo
a lo educativo, el saneamiento y lo militar entre otros.
Estos caminos son el de Medellín-Guarne o Camino de Cieza, que ascendía por el Cerro Pan de Azúcar
pasando por la Laguna de Guarne , y el camino Medellín-Rionegro, que subía por la margen izquierda de la
quebrada Santa Elena (hoy calle 52) hasta llegar al alto del mismo nombre para descender a Sajonia.

15
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

Es el caso por ejemplo de construcciones como la Casa de


Mendigos, en La Ladera, fundada por el municipio desde
1891 y el Colegio de San José en el campo de El Morro,
entre otros2.

Por otra parte, la quebrada Santa Elena desde los inicios del
proceso de poblamiento de Medellín, se estableció como
un eje determinante alrededor del cual la ciudad se desa-
rrolló y se estratificó la ciudad, dividiéndose inicialmente
en dos secciones: Quebrada Arriba y Quebrada Abajo, y
posteriormente surgió una fracción media de la Quebra-
da.

La primera iba desde Junín hasta la cabecera de la quebrada


en la Toma, la segunda desde Junín hasta la desembocadura
de aquella en el rio Medellín y la tercera se consolidó en Respecto a la infraestructura que se constru-
el Paseo La Playa, entre el Puente de Hierro y el de Junín, yó para el desarrollo urbanístico de la ciudad,
zona más aristocrática y de arquitectura europeizante, de gracias a las aguas de la quebrada Santa Elena,
lo que se conserva hoy una que otra ceiba y la casaquin- están: la Empresa de Energía Eléctrica funda-
ta de la familia Barrientos3 , hoy sala de lectura infantil de da hacia 1895 en el sector de Las Perlas y La
Comfenalco en La Playa. Planta de Tratamiento de Aguas para el acue-
ducto de gran parte de la ciudad en la Toma.
La parte urbana más grande en extensión era Quebrada
Arriba, de conformación poco uniforme. La parte alta se Para principios del siglo pasado, es delegada
distinguía por lo popular; en el sector de la Toma por ejem- a la Sociedad de Mejoras Públicas -SMP- la
plo existieron cantinas como Campo Alegre y Barcelona, regulación del crecimiento de la ciudad y la
que a finales del siglo XIX eran sitio de reunión de poetas decoración de esta. Así, con referencia en mo-
y bohemios. En esta parte, la más empinada, había casi- delos estadounidenses y europeos se empieza
tas humildes pertenecientes a personas de escasos recur- a diseñar la ciudad, desde enclaves obreros
sos, pequeños talleres, negocios y carpinterías, al parecer, cercanos a las fábricas, modelo que siguieron
constituía el paraje más pintoresco que tenía la Villa de la otras urbanizaciones de carácter popular, bajo
Candelaria 4. la denominación común de barrios obreros,
en medio del proceso de industrialización que
La quebrada Santa Elena marca pues, un referente cultu- estaba viviendo el Medellín de la época.6
ral en la memoria colectiva de la comunidad de esa época.
“Como el arroyo Santa Elena tenía entonces triple caudal Los barrios de la comuna 8 surgen entonces,
de aguas que el actual, corría a nivel del camino … sus ave- en su mayoría como resultado de la inmigra-
nidas en épocas de lluvia se desbordaban sobre casas y sem- ción de gran cantidad de población rural, por
brados y en tiempos normales sus aguas eran el obligado la búsqueda de mejores condiciones de vida,
baño de los vecinos, especialmente en los hondos charcos dadas las alternativas de empleo que ofrecía el
de La Toma, El Resbaladero, La Bodega, Las Pizas, El Gua- desarrollo industrial de la época; o por el des-
yabito, el Charco de Miguel Villa y el del Morrito” 5 plazamiento causado por la violencia biparti-
2. Municipio de Medellín-secretaria de educación y cultura-personería de Medellín. Convenio 008 de 2000. Proyecto de
dista de mediados del siglo XX, que se vivió
reconstrucción del tejido social en once barrios de Medellín con altos índices de violencia. Marzo de 2002. Reconocimiento
barrial producto 4. Segunda parte documento 2. Pág. 11.
de manera contundente en las áreas rurales
3. Botero Herrera, Fernando. Medellín 1890-1950. Historia Urbana y Juegos de Intereses. Editorial Universidad de An-
tioquia. 1996. pág. 298
del país y aumentó en las ciudades capitales
4. Carlos J. Escobar G. Medellín hace 60 años: lo que debe saber el niño. Medellín Granamérica, 1946.
5. Betancur Agapito. La ciudad. Medellín en el 5 centenario de su fundación. Medellín. Bedout, 1925. Pág. 23.
los cinturones de pobreza.
6. Municipio de Medellín-Secretaria de Educación y Cultura-personería de Medellín. Convenio 008 de 2000. Óp. Cit.
Pág. 10.

16
4. Reseñas
2. Contexto
históricascomuna
barriales
8

En términos generales, podríamos identificar varios ciclos de inmigracio-


nes de población que se asentaron en la zona centro oriental de la ciudad
de Medellín, y determinaron el proceso de formación urbana de la ciudad,

´s
y el proceso de poblamiento de la hoy llamada comuna 8 7.

A principios de siglo, en la década de los 20’s y 30’s, se da una migración


campesina principalmente del oriente antioqueño generada por diversos

0
factores, entre ellos la crisis minera y la depresión económica en el oriente
antioqueño, especialmente en la agricultura. A su vez, Medellín constituía

2
un atractivo para esta población migrante debido a las expectativas de cre-
cimiento que venía insinuando. Esta población en buena parte es acogida
por la zona centroriental”8.

De igual manera, para los años 30’s era ya muy clara la formación de un

40
área central de poblamiento y de barrios residenciales en toda la parte
oriental de la ciudad, que se comunicaban con el centro por una red de
tranvía. Se empieza ya a vislumbrar un panorama urbano que va acompa-

´s
ñado de una serie de requerimientos y adecuaciones, como nuevas formas
de transporte, ampliación y adecuación de vías, la creación o ampliación de
los servicios públicos, entre otros proyectos de obra pública.

La densificación del sector centro oriental comienza a apreciarse en los


años 40’s y 50’s, que corresponde a un nuevo periodo de migraciones ace-
leradas, estimuladas en parte por el proceso de industrialización. En este
proceso de ocupación del espacio intervienen urbanizadores privados y
loteadores piratas, que aprovechan las migraciones de tipo interno y exter-
5
no. Los primeros pobladores del sector de San Antonio, que inicia su pro-
ceso de poblamiento en el año de 1945, relatan que la mayoría de la gente
0
venía de pueblos por la ambición de trabajar en fábricas. Es en esta época
en la que se consolidan los barrios que hoy son tradicionales en la comuna,
como Enciso, Sucre, Las Estancias, Villa Hermosa y La Mansión.
´s30´s
Es a partir de la década de los 40’s que comienzan a surgir asentamientos
ilegales en la zona centro oriental de Medellín, con particular fuerza en la
comuna 8. La mayoría de estos se dan por la vía de la urbanización pirata
o la invasión, y se hace común hallar una clara relación entre personajes,
como dueños de fincas o políticos, que lotean un terreno ilegalmente y
promueven invasiones para ganar electores, casi todas ubicadas en áreas
periféricas que dan origen a diferentes barrios que hoy componen el te-
rritorio de la 8.

Las urbanizaciones piratas se constituyen entonces para los primeros po-


bladores de escasos recursos en una alternativa visible para acceder a un
espacio donde vivir, incrementándose la ocupación ilegal del espacio en la
década de los 50’s y 60’s, bien por la vía del loteo o por la vía de invasión
de terreno. 7. Márquez Valderrama, Fulvia. La Comuna 8 de la Zona 3 de Medellín: Aspectos de su Proceso de Poblamiento y Actores So-
ciales para Acercarse a las Conflictividades y las Dinámicas Juveniles. Universidad de Antioquia. Medellín 1998. Págs. 61-66
8. Naranjo Giraldo, Gloria. Medellín en Zonas. Corporación Región. Medellín. 1992. Pág. 115

17
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

Igualmente en la década de los 70’s y 80’s se registran con más fuerza los sectores de invasión, en la parte alta de
la comuna se presentan lo que los pobladores denominan “sectores” para diferenciarlos de los barrios ya consti-
tuidos y legalizados en la década pasada por parte del Estado a través del Instituto de Crédito Territorial - ICT,
Corvide y Corvisol. Algunos de estos sectores son: Las Letras, El Edén, 13 de Noviembre, La Primavera, y Go-
londrinas, muchos de los cuales fueron comenzaron su rehabilitación por medio del PRIMED en su fase I, pero
que desafortunadamente no continuaron por el cierre de este programa.

Los terrenos que hoy ocupa el 13 de noviembre, por ejemplo, eran propiedad del colegio San José, de Corvide
y de los hermanos Zapata, quienes los remataron y originaron la construcción de ranchos, cuando estos estaban
destinados a construir el Parque Pan de Azúcar. Esta invasión se consolida luego de que sus habitantes con ayuda
de otros sectores como El Pinal, La Arenera, Llanaditas, Isaac Gaviria, impiden su desalojo en 1981. Entre los
años 1985 y 1986 comienza el reconocimiento legal por parte de la administración municipal, y se inician obras
de infraestructura, dotación de servicios públicos, la legalización y titulación de predios.

Villatina, Las Estancias, La Sierra, Villa Turbay y Santa Lucia, sufrieron


la multiplicación de asentamientos en su territorio durante los 80’s y
90’s, lo que ha hecho suponer que son barrios recientes, sin embargo
es significativo el hecho que la parroquia Nuestra Señora de los Dolores
en Las Estancias, que en un prin-
cipio atendía todos estos sectores,
fue constituida simultáneamente
con las parroquias de Enciso y
Villa Hermosa, constituyendo los
primeros poblados barriales de la
comuna.

En los 90 continúan los procesos


de invasión, que al igual que en
décadas anteriores tienen como
principales causas las migraciones
campesinas de poblaciones afecta-
das por la violencia. Hoy encon-
tramos asentamientos nuevos, en
un alto porcentaje de comunida-
des desplazadas, que migraron en
los últimos quince años, como resultado de la agudización del conflicto
armado en algunas regiones del departamento, y encontraron refugio en
las laderas de Medellín como forma de proteger sus vidas. En este tipo
de asentamientos predominan materiales desechables para levantar sus
casas, no poseen servicios públicos y muchos de ellos aún cocinan con
leña.

18
4. Reseñas
2. Contexto
históricascomuna
barriales
8

La delimitación de cada barrio de la comuna 2.3. La Organización Social y


8, está claramente identificado y definido por
decreto, pero cuando pasamos de la cartogra- Comunitaria
fía a la realidad, nos encontramos que este te-
rritorio con dieciocho barrios, está definido y La Comuna 8 es rica en formas organizativas; grupos de
delimitado por sus pobladores, de una manera toda índole existen en cada uno de los barrios y sectores
muy diferente a la asumida a nivel municipal, que la conforman, y muchos de ellos han logrado el re-
y los diferentes hechos e historias que los han conocimiento municipal y nacional. Esta dinámica no es
determinado siguen vigentes. nueva, y a lo largo de la historia han existido experiencias
organizativas preponderantes, que por diferentes circuns-
Finalmente es importante mencionar, que tancias han sido discontinuas, afectando el desarrollo de la
los 18 barrios actualmente reconocidos por comuna.
planeación, son insuficientes para describir
la gama de relaciones vecinales que los habi- Entre los años treinta y sesenta, el modelo de participación
tantes tienen con el territorio, y que identi- ciudadana en el desarrollo se sus barrios, fueron los cen-
fican como barrio, en gran medida porque el tros cívicos, una especie de réplica de la Sociedad de Mejo-
crecimiento poblacional exponencial, debido ras Públicas, que tenían como objetivo adelantar proyectos
principalmente a las migraciones, hace que los de arreglos de calles, edificación de puentes, construcción
asentamientos recientes construyan una iden- de alcantarillado, mejoramiento de escuelas, arborización
tidad en contraposición al barrio receptor y y paisajismo, entre otras. Fueron los antecesores de las Jun-
viceversa, generando que los barrios sean cada tas de Acción Comunal.
vez más pequeños territorialmente. Asimis-
mo, existen inconsistencias en la delimitación Algunos de los Centros Cívicos de los que se tiene cuenta,
de los barrios tal y como la concibe el Depar- dentro del territorio que actualmente es la comuna 8, son:
tamento de Planeación Municipal, en relación el Centro Cívico de Praga, con sede en la Casa Praga en
a los imaginarios comunitarios y en algunos Enciso; el Centro Cívico José María Córdova, con jurisdic-
casos a los referentes históricos de los pobla- ción en Las Estancias, San Antonio, Villa Lilliam y Villatina,
dores. el Centro Cívico de Villa Hermosa. Estos mismos Centros
Cívicos dinamizaron la creación de las Juntas de Acción
Comunal, a partir de 1959.

Otras organizaciones preponderantes en el proceso de con-


formación de la Comuna, son las Asociaciones de Caridad,
que a lo largo y ancho del territorio han adelantado obras
de beneficencia y progreso para los barrios de la comuna.
La Sociedad de San Vicente de Paúl, por ejemplo, cuenta
con 5 Conferencias de Caridad en la Comuna 8: La Sa-
grada Familia en Villa Hermosa, María Auxiliadora en Las
Estancias, Niño Jesús de Praga en Enciso, San Policarpo
en Sucre, y Santa Ana en Villa Hermosa. De éstas, María
Auxiliadora, Niño Jesús de Praga, y Santa Ana, adminis-
tran viviendas en comodato. La más antigua es Santa Ana
fundada en 1890, seguida de María Auxiliadora, fundada
en 1931. Entre sus principales actividades se encuentran la
repartición de mercados y almuerzos, auxilios para salud,
apoyo para educación, y bonos para arrendamientos.

19
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

También las comunidades religiosas han hecho su aporte al crecimiento de la


comuna. Barrios como San Miguel, se han construido alrededor de las comuni-
dades religiosas de las Hermanas de la Presentación y los Padres Eudistas, quie-
nes además de los servicios religiosos, han implementado servicios educativos
y de salud. En Sucre, los Hermanos Cristianos concentraron su esfuerzo en el
Colegio de San José, ahora heredado al ITM, primera institución de educación
superior con asiento en la comuna. En Las Mirlas, sector de Las Estancias, las
Hermanas Vicentinas han promovido la educación, y la vivienda.

Las Juntas de Acción Comunal, ocupan un lu-


gar preponderante en los procesos de organiza-
ción social y comunitaria. Actualmente existen
34 Juntas, congregadas en Asocomunal, que
recuperan paso a paso, el territorio perdido en
los años ochentas y noventas, cuando su ino-
perancia, o mejor dicho, la exclusiva atención
a los temas de obras civiles, olvidando otras
dimensiones del desarrollo comunal, dio paso
al surgimiento de organizaciones comunitarias
sin ánimo de lucro, dedicadas a temas sociales,
deportivos y culturales principalmente.

Muchas organizaciones sociales han actuado en


la comuna, entre las que se destacan la Fundación Golondrinas, Solidaridad por
Colombia, y Fe y Alegría, que por más de veinte años, han mantenido sus obras
de asistencia social en los barrios Llanaditas, Trece de Noviembre y el Pinal,
respectivamente.

Actualmente participan más de 130 organizaciones comunitarias en el pro-


grama de Planeación y Presupuesto Participativo, como muestra de la gran
fecundidad organizativa de la comuna. El reto ahora, es lograr la articulación
de estas entidades comunitarias, sin protagonismos ni egoísmos, para que el
desarrollo social, económico y cultural de la comuna sea el horizonte de tra-
bajo de todos.

20
4. Reseñas históricas barriales

3
REFERENTES TERRITORIALES
HISTÓRICOS Y PATRIMONIALES
3.1 Maravillas de la naturaleza que nos definen
3.2 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo:
La religiosidad en la comuna
3.3 Del tranvía la puntica y del Metro ni el pegao:
La comuna 8 y su sitema de transporte
3.4 Hitos históricos de la comuna 8:
Hechos y lugares que nos marcaron
3.5 Bienes de Interés Patrimonial:
Un tesoro por descubrir
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

3.1 Maravillas de la naturaleza que nos definen


La comuna 8 cuenta con dos ecosistemas estratégicos de gran importancia, no solo para la comuna, sino también
para toda la ciudad: El Cerro Pan de Azúcar, y la Quebrada Santa Elena. Entre estos dos productos de la natu-
raleza, y a veces a sus expensas, la comuna se ha consolidado como la conocemos hoy. Con toda seguridad, en
la actualidad no gozan del esplendor de antaño, cuando los poetas de la naciente ciudad trepaban las laderas del
cerro para desde sus alturas componerle odas a la villa, y los muchachos acudían a las aguas de la quebrada para
disfrutar de sus cristalinas y refrescantes aguas. Pero con la misma seguridad, quienes hoy son vecinos de estas
maravillas naturales, tienen la conciencia para trabajar por su recuperación y conservación, para que las nuevas
generaciones disfruten de una comuna definida por su potencial ambiental.

El Cerro Pan de Azúcar,


símbolo de la diversidad

El Cerro Pan de Azúcar esta ubicado en el Centroriente


de Medellín, vertiente norte de la quebrada Santa Ele-
na. Tiene una altura de 2.138 msnm y una extensión de
105,43 hectáreas. En sus laderas se asientan numero-
sos barrios: al occidente el barrio Trece de Noviembre
8 (sectores El Plan, Pacifico y Altos de La Torre), y el
barrio Llanaditas (sector Golondrinas), al suroccidente
Villatina (Sectores Sol de Oriente, Pinares de Oriente
y La Esperanza) y San Antonio (Sectores Esfuerzos de
Paz I y II, y Las Torres). La cuenca alta de la quebrada
Chorro Hondo corre por el norte del cerro; y desde las tierras frías del oriente. A partir de esta ruta de
el oriente descienden encajonadas las aguas frías de la comunicación, se fueron conformando los primeros
quebrada La Castro. barrios de la comuna 8.

El Cerro Pan de Azúcar conoció el fondo del Valle de Es un privilegio para todos sus visitantes poder con-
Aburrá, antes que la ciudad se instalara allí. Su posición
templar la ciudad desde el aire, aunque siempre pisan-
privilegiada le permitió ver crecer la ‘Bella Villa’ a ori-
do tierra firme, tal y como ocurre en la cima del cerro.
llas de la quebrada Santa Elena convirtiéndose en testi-
Extendiendo la mirada hacia el horizonte, se aprecia
go silencioso del crecimiento urbano de la ciudad. gran parte del Valle de Aburrá, desde Itagüí y Envigado
al sur, hasta el remate norte del valle en el imponente
A mediados del siglo XVII, este cerro adquirió una im- Cerro Quitasol. En los días con una atmosfera libre de
portancia como guía para los viajeros que se moviliza- nubes se puede divisar hacia el suroeste el Cerro Bravo
ban por un antiguo camino conocido como el Camino en Fredonia.
de Piedras Blancas, Cieza de León o Nare, y que en
tiempos prehispánicos llegaba hasta el Río de la Mag- El Cerro Pan de Azúcar siempre ha sido pobre en co-
dalena. Este hermoso camino, construido en piedra bertura vegetal, por tres razones. La primera: los fuer-
por los indígenas mucho antes de la conquista espa- tes procesos de erosión natural que son la constante
ñola, fue uno de los primeros contactos de la ciudad en sus pendientes laderas; la segunda: sus suelos son
con la región, y permitió que el cerro, desde joven, pobres en nutrientes; y la tercera y más lamentable:
fuera un importante referente geográfico, asociado a la inconsciencia de muchas personas que extraen los
22
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales

pocos recursos naturales del cerro. Uribe Ángel dice en Recuerdos de un Viaje de Medellín a Bogotá (1863),
que la tierra al norte de la quebrada Santa Elena era “bermeja, ferruginosa, rocallosa, con vegetación uniforme
y excesivamente pobre”. Más de ciento cincuenta años después, estas condiciones son agravadas por el pobla-
miento inmisericorde de que son objeto sus laderas. Entre las especies vegetales existentes, predomina el pino,
pero además encontramos árboles de noro, yarumo, ciprés, acacia japonesa, chucho, uvito de monte, nigüito,
guayabos, arrayanes, y pasto cola de zorro, entre otros.

También es poca la presencia de aves que habitan en el Pan de Azúcar, debido a la escasa cobertura vegetal que
lo protege. A pesar de esto, en sus cercanías aun se conserva una especie que solo se encuentra en nuestro país y
es la guacharaca o pava de monte.

Esta pobreza vegetal y animal no opaca la imponencia del cerro más alto de la ciudad, por el contrario, plantea
nuevos retos para su conservación y aprovechamiento como espacio de encuentro y disfrute pasivo, al ser la
puerta de acceso al Parque Regional Arví.

A los pies del cerro habita un mosaico de familias provenientes de lugares remotos, debido el desplazamiento
forzado, y el cerro los ha acogido generosamente, a pesar de sus limitaciones naturales, pues la ciudad no tiene
más espacio para ellos. De esta manera el Pan de Azúcar posee un valor simbólico, como evidencia directa de la
diversidad cultural de nuestra socie-
dad, porque primero fue anfitrión de
antiguas comunidades indígenas, mu-
chos años después, en la época de la
colonia, fue lugar de paso de los via-
jeros; mas tarde fue un referente para
las comunidades campesinas vecinas,
y actualmente recibe y recibe nuevos
huéspedes, muchos de comunidades
negras y algunos cuantos indígenas,
que fueron desplazados de diferentes
partes del departamento y el país.

La Quebrada Santa Elena,


fuente de vida y energía

Llamada Aná por los indígenas, Aguasal por los españoles,


y posteriormente conocida como Quebrada Santa Elena, densidad poblacional propia de los zonas mar-
nace como una larga trenza en corregimiento del mismo ginadas de una ciudad que no para de crecer,
nombre, vereda El Cerro, y atraviesa con su fluido eterno urbanizada a partir de construcciones piratas,
la corta historia de Medellín, para ligar estrechamente el que besan su cauce en barrios como Ocho de
proceso de desarrollo urbanístico de la ciudad. Su corrien- Marzo, Juan Pablo II, Barrios de Jesús, Santa
te, que desciende -aun antes de que existiera la ciudad- por Lucía, Las Estancias, Caicedo o La Toma, don-
entre impresionantes cañones que forman las laderas cen- de no importan las amenazas de deslizamien-
tro orientales del Valle de Aburrá, llega a la vereda de Me- tos de tierras o desbordes de la quebrada, sino
dia Luna y continua su marcha por la montaña hasta los ba- tener un techo para vivir.
rrios altos de las comunas 8 y 9, donde se encuentra con la
23
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

Después del Barrio Caicedo la quebrada


continúa cubierta hacia el centro de la
ciudad, desde el Teatro Pablo Tobón Uri- la bocatoma del primer acueducto de la ciudad, que tomaba las
be, bajo las avenidas La Playa, Primero aguas en un lugar cercano a este punto, y las transportaba hasta
de Mayo y De Greiff, hasta desembocar el parque Berrío. El puente de “La Toma”, fue inicialmente de
al río Medellín en un sector aledaño a la madera, y en algún momento estuvo techado. En el siglo XIX
Plaza Minorista. Algunos de los principa- fue uno de los primeros en construirse en mampostería. Tam-
les afluentes de la quebrada Santa Elena se bién fue conocido como el puente de “Campo Alegre. Más arriba
ubican en territorio de la comuna 8, donde de Las Estancias, en el paraje Bocaná, existió otro puente de ma-
encontramos, por ejemplo: La Chiquero, dera con techo de tejas, del cual hay muy poca evidencia, pero
La Borrachera, La Ñato -también cono- que hizo parte del camino real a Rionegro, ordenado construir
cida como Santa Lucía o La Cascada-, La por don Juan Antonio Mon y Velarde en 1788.
Sapero, La Mica, La Castro, San Antonio,
La Gallinaza -también conocida como La La contaminación del cauce, intensificada por los procesos de
Cañería o La Loquita-, La Planta -llamada modernización, industrialización y urbanización no planificados
también La Arenera-, Chorro Hondo, La a futuro, convirtieron la corriente en una cloaca abierta que negó
Pativilca, La Aguadita y La Loca que tam- sus usos, funciones, y significados, como patrimonio ambiental
bién se conoce como La Mansión. de la ciudad. Por lo cual fue intervenida con diversos materia-
les y formas de ordenamiento y control de su cauce, desde los
La quebrada Santa Elena a lo largo de su vallados de piedra como incipiente canalización -que marcaría
recorrido e historia ha sido atravesada por las orillas y evitaría inundaciones- hasta su posterior cobertura
diferentes puentes. En la comuna 8 en- entre 1924 y 1947, cuando fue completamente asimilada por
contramos por ejemplo el de “La Toma”, las entrañas de la ciudad, para transformarla en corriente sub-
uno de los más antiguos de Medellín y ca- terránea, y ser negada incluso como paisaje, pues la cobertura
mino obligado para la ciudad de Rionegro asfáltica la transformó en una avenida para el tráfico vehicular,
en los siglos pasados. Debe su nombre a y su existencia como hecho urbano pasa desapercibida para la
ciudad.

Pero la comuna 8 la conserva presente, y sabe que Mede-


llín debe su existencia a esta fuente de agua. En sus orillas
acamparon los conquistadores en 1541, cuando Jerónimo
Luis Tejelo a órdenes del Mariscal Robledo, exploró el Va-
lle llamado por ellos de San Bartolomé a causa del día que
lo descubrieron. Bajo el ángulo formado por la quebrada La
Palencia al desembocar en la Santa Elena, se fundó el Sitio
de Aná, erigido en Villa de Nuestra Señora de la Candelaria
de Medellín en 1675, por Real Cédula concedida por la rei-
na Doña María Ana de Austria. De la quebrada Santa Elena
tomó la ciudad el recurso para los primeros acueductos y
gracias a ella se encendieron las primeras bombillas eléctricas
en 1898, cuando entró en operación la Planta Eléctrica “Go-
bernador Bonifacio Vélez”. Años más tarde contribuyó con
la industrialización antioqueña, cuando acueducto y planta
eléctrica surtieron a coltefábrica de agua y energía para su
producción. Por algún tiempo, la ciudad pareció olvidar a su
principal fuente de vida, pero hoy, revive el interés por su
protección y cuidado.
24
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales

3.2 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo:


La religiosidad en la comuna
Coherente con la historia de la religión en el país y prácticamente en toda América Latina, la comuna 8 es un
territorio marcado por la devoción Católica, y tan solo en las dos últimas décadas, se ha dado la apertura a nue-
vas confesiones religiosas, principalmente Pentecostales, Evangélicos y Testigos de Jehová. Es por esto, que en
la mayor parte de los barrios, se cuenta como referencia de consolidación del mismo, la erección de templos y
capillas que posteriormente adquirieron la categoría de parroquias.

A finales del siglo XIX, cuando Medellín era apenas un


poblado que no contaba con más de 30.000 habitantes,
incluyendo las fracciones desde Prado hasta Hato Viejo
(Bello), la ciudad contaba con dos parroquias: La Ca-
tedral (La Candelaria) y la Veracruz. Para la época, los
territorios que hoy conforman la comuna 8, también El surgimiento de cada parroquia se convierte en una
se encontraban fraccionados como jurisdicción de estas evidencia contundente, para determinar los periodos
dos parroquias, como se puede confirmar en el plano de consolidación de cada uno de los barrios de la co-
de 1906,9 elaborado por Isidoro Silva, Joaquín Pinillos muna. Villa Hermosa, Enciso y Las Estancias constitu-
y Carlos Arturo Longas. Los alrededores del Camino yen los primeros centros religiosos, por tanto no es
de Rionegro (Calle 52, La Toma, Las Estancias) perte- coincidencia que el Plan de Ordenamiento Territorial
necían a la primera, y los alrededores del Camino de – POT, haya identificado estos barrios como las cen-
Guarne (Calle 58 Enciso) hacia el norte (La Ladera) y tralidades urbanas de la comuna, por el contrario, rati-
hacia el occidente (Villanueva) correspondían a la se- fica la influencia que ha tenido y tiene la religión en la
gunda. construcción de comunidad.

Conforme crece la población de la ciudad, se constitu- Pero además de la labor pastoral y de evangelización
yen nuevas parroquias, que fraccionan la jurisdicción propias de estas instituciones, la comunidad recuerda
de una anterior, de tal forma, el nuevo templo consti- épocas más y menos agradables, en relación a la ges-
tuye la elevación de estatus de un caserío, que adquiere tión de los respectivos párrocos, de acuerdo al impulso
la categoría de barrio, por lo cual muchos habitantes que cada uno imprimió a la realización de diferentes
de la comuna, guardan con especial cariño el recuerdo obras y acciones en pro del desarrollo y crecimiento
de la construcción de su parroquia. de su sector. De tal manera que mientras ubican a al-
gunos en lugares de recordación perenne, a otros los
Algunos de los habitantes de barrios como Villa Her- condenan al olvido.
mosa, Enciso o Las Estancias, recuerdan como su pri-
mera parroquia el Templo del Sufragio en Boston, y Entre los sacerdotes fundadores de parroquias, están:
así mismo enaltecen la labor de algún sacerdote que el padre Luis E. Zuluaga, que promovió la construc-
promovió la construcción de la nueva parroquia a me- ción del templo dedicado a la Virgen del Carmen, y
diados del siglo XX. que por voluntad del obispo Joaquín García Benítez
fue consagrado a La Sagrada Familia; el padre José de
Pero esta misma historia se repite años más tarde, y en
barrios como Villatina, El Pinal, La Sierra y Llanadi-
tas, recuerdan con entusiasmo que antes pertenecían a
las parroquias de Nuestra Señora de los Dolores y del
Niño Jesús de Praga.
9. Plano topográfico de Medellín, 1906. Primer Directorio General de Medellín. Colección de Mapas
Comisión Asesora para la Cultura del Concejo de Medellín. 1993.
25
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

la Cruz Duque Bernal, que puso la primera piedra, y luego de un año de ausencia por haber sido asignado a la
parroquia de La Estrella, volvió para concluir el templo dedicado al Divino Niño y a Santa Lucía, iglesia conocida
como Niño Jesús de Praga; y el padre José Miguel Agudelo, que promovió la construcción de la iglesia de San
Miguel Arcángel. Todas estas obras fueron realizadas en la década de los cuarenta.

El padre Joaquín Campuzano es gratamente recordado en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, por su
labor en la década de los 60’s. La comunidad recuerda los bazares de San Isidro que organizaba, y con los cuales
pudo construirse el templo, así como por el impulso que brindó para el establecimiento del bachillerato en el
barrio, el cual desafortunadamente no prosperó, después del traslado del sacerdote.

En la parroquia de Santa María de La Sierra, una de las más recientes de la comuna, el padre Humberto Arboleda
fue una institución, porque además de ser el primer párroco, asumió la mediación del conflicto urbano entre
bandas, combos y milicias, que existían en el sector. Pero su labor social comenzó en la Parroquia de Las Estan-
cias, en la cual ejerció como padre auxiliar antes de fraccionarse la parroquia de La Sierra, y donde dinamizó los
primeros intentos de concertación entre grupos armados, a través del Consejo Comunitario Caicedo.

Claro que también, han existido algunos –pocos afortunadamente- que han forjado el rechazo de la comuni-
dad, pero de estos no hablaremos para no atentar contra su dignidad. Baste con decir, que entre las causas de
su desaprobación, se encuentra el poco apoyo a los grupos parroquiales, la forma huraña de reprender durante
la confesión, o por perseguir y atacar a líderes sociales, tildándolos de comunistas o ateos. Existió uno en Las
Estancias a principios de los setentas, que cerraba las puertas del templo, para que quienes llegaran tarde no
participaran de la misa.
En total, la comuna cuenta con trece parroquias:

1. Sagrada Familia, en el barrio Villa Hermosa.


2. Niño Jesús de Praga, en el barrio Enciso.
3. Nuestra Señora de los Dolores, en el barrio Las Estancias.
4. San Miguel Arcángel, en el barrio San Miguel.
5. San Policarpo, en el barrio Sucre.
6. Nuestra Señora de Torcoroma, en el barrio Villatina.
7. Hermano Francisco, en el barrio El Pinal.
8. San Francisco de Asís, en el sector de La Planta.
9. Natividad de Nuestra Señora, en el barrio Llanaditas.
10. Beato Federico Ozanam, en el sector Colinas de Enciso.
11. Santa María de La Sierra, en el barrio La Sierra.
12. Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, en el sector Pinar del Cerro.

Esta última parroquia se encuentra actualmente cerrada, a la espera de un


nuevo párroco.

26
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales

En los últimos veinticinco años, el surgimiento y consolidación de comunida-


des religiosas diferentes a la católica ha sido exponencial, lo cual como es de
suponerse, generó conflictos, en especial para la religión dominante, que por
diversos medios ha combatido los nuevos credos.

La Iglesia Pentecostal Unidad de Colombia, es una de las confesiones religiosas


con mayor historia en la comuna 8. Desde los años 80’s se encuentra en Los
Mangos (sector Julio Rincón), y en el barrio San Antonio, constituyéndose en
una comunidad significativa para la comuna 8.

Actualmente, las iglesias cristianas superan en cantidad a las parroquias cató-


10. Botero Gómez, Fabio. Historia del Transporte Pú-
licas, existiendo hasta una Iglesia Wesleyana en el barrio Trece de Noviembre, blico de Medellín 1980 – 1990. Secretaría de Educa-
ción y Cultura de Medellín. Primera Edición 1998.
cerca al sector de El Plan, donde termina la ruta de Cootrasmallat. 11. El trolley a Los Ángeles existió hasta la década de
1940-1950, y beneficiaba a los habitantes del barrio
San Miguel, el de La Toma llegaba hasta el Puente del
mismo nombre, y tuvo una duración efímera entre
1929 e inicios de la década siguiente.

3.3 Del Tranvía la puntica y del Metro ni el pegao:


La comuna 8 y su sistema de transporte.
Dice Fabio Botero Gómez10que el tranvía, se constituyó y estructuró como red básica del transporte de pasajeros
urbanos entre los barrios residenciales y el centro, y que el sistema de buses urbanos surgió de modo “parasi-
tario” y “en paralelo” con las rutas de este. Pero del Tranvía, a la comuna solo le correspondió un pedacito de la
Línea “Sucre”, que entró en operación hasta su terminal en la Carrera 35 con Calle 57, en 1922, y dejó de funcio-
nar en la década de 1930. También existieron dos rutas de buses de tracción eléctrica o “Trolleys”, uno al barrio
Los Ángeles (Calle 59 Cuba x Carrera 40) y otro al barrio La Toma (Calle 52 x Carrera 32), 11
que besaban nuestra
comuna, y desde entonces evidenciaba la exclusión que vivía este territorio del sistema de transporte urbano.
Por lo tanto, el transporte en la comuna 8 surgió de forma paralela al tranvía pero no en paralelo a sus rutas.

27
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

Es comprensible entonces, que el medio de transporte por excelencia de la comuna 8 sean los buses, que inicial-
mente eran lo que conocemos como camiones de escalera o chivas, aunque más pequeños que los actuales. Este
servicio se prestaba por iniciativa casi individual, y solo en la década de 1930 – 1940, se comenzaron a constituir
como empresas.

Para 1969, las rutas consolidadas en el territorio que hoy constituye la comuna 8 eran seis: Villa Hermosa (Ruta
9A), La Mansión - Gaitán (9B), Los Ángeles - San Miguel (10), Enciso (11), Sucre (12) y La Toma – Cayzedo
(13). Las rutas que mayor cantidad de personas transportaban eran las de La Toma y Sucre, lo que demuestra la
cantidad de población existente en las áreas servidas por estas rutas. (Ver cuadro). La Flota la Toma tenía en 1962
veintitrés (23) vehículos y en 1969 treinta y cinco (35), y la de Sucre pasó de veintitrés (23) a veintiséis (26)
vehículos en el mismo periodo. Las demás conservaron su flotilla y en el caso de Villa Hermosa y La Mansión,
disminuyeron un poco. En todos los casos, estas rutas de buses fueron ampliando sus recorridos en la medida que
la infraestructura vial lo permitía, pero la topografía del territorio hace que este tipo de transporte encuentre
limitaciones.

ESTRUCTURA DEL TRANSPORTE POR BUSES URBANOS EN MEDELLÍN – 1969


Ruta Área servida Hab. Máximo pers. Empresa Buses
Nombre Número (Ha) en hora pico
Villa Hermosa 9A 150 31.800 960 Trans. Villa 20
Hermosa
La Mansión- 9B 180 38.160 990 Trans. Villa 16
Gaitán Hermosa
Los Ángeles 10 50 27.750 640 Trans. Villa 10
Hermosa
Enciso 11 80 48.000 768 Copatra 14
Sucre 12 50 16.250 1.260 Copatra 26
La Toma- 13 120 80.280 1.464 Copatra 35
Cayzedo
630 242.240 6.082 12
1
Fuente: Historia del Transporte Público de Medellín 1980 – 1990. Págs. 40 – 41.

De la misma forma como las rutas de buses surgieron


cubriendo el vacío del sistema municipal de transporte
por Tranvía Eléctrico, el transporte colectivo informal
por medio de microbuses y camionetas adaptadas para
pasajeros, apareció como una alternativa para el des-
plazamiento urbano en una ciudad cuya población au-
mentaba más rápido que la capacidad de su sistema de
transporte, y que además se asentaba en encumbradas
colinas, a donde los buses existentes no lograban lle-
gar. En la Comuna 8, barrios como Llanaditas, Trece
de Noviembre, El Pinal, Villatina y La Sierra, contaron
con flotas de colectivos desde la década de 1980, y solo
hasta finales de los años 90’s, se consolidaron como
nuevas empresas de transporte.

28
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales

Pero el crecimiento continúa, y aunque la comuna cuenta con siete empresas transportadoras con quince (15)
rutas, en sectores aún más altos que los ya expuestos, se han abierto paso nuevas iniciativas de transporte infor-
mal colectivo, que satisfacen una demanda permanente de desplazamiento que el sistema de transporte urbano
de la ciudad no logra satisfacer. Así mismo hay sectores de la comuna que reclaman atención en este sentido,
como es el caso de Las Mirlas, que no cuenta con ninguna atención en transporte público.

EMPRESAS TRANSPORTADORAS, RUTAS Y BARRIOS DE COBERTURA


Empresas de Rutas de buses Rutas colectivos Barrios
transporte
Copatra 090 Enciso, El Pinal
091 Sucre
093 Las Estancias, Villa Liliam
094 Las Estancias, Santa Lucia
095 San Antonio, Villatina
Flota Nueva Villa 080 Villa Hermosa, La Mansión
081 Villa Hermosa-Derecho
082 Villa Hermosa-Los Ángeles
Cootransmallat 105 Llanaditas
106 Trece de Noviembre
Cotransi 103 Villa Turbay, la Sierra
Cotransvi 107 San Antonio, Villatina
Cotracovi 085 Villa Hermosa
Cootranspinal 087 Enciso, El Pinal, Sol de
Oriente
088 Enciso, El Pinal, Sol de
Oriente
Fuente: Plan de Desarrollo Local Comuna 8 / 2008 – 2018.

Actualmente cuenta la ciudad con un plan de


movilidad, en el que se estudian diferentes
iniciativas para satisfacer las demandas de una
metrópoli como Medellín, pero tristemente,
la comuna 8 sigue invisible para este sistema.
El Metro en sus inicios proyectaba continuar
la línea B hasta Buenos Aires, el POT propone
un Sistema de Transporte de Mediana Capaci-
dad (Tipo Metroplús) paralelo a la Quebrada
Santa Elena, algunos políticos han hablado de
Metrocables, y la última iniciativa es un tran-
vía eléctrico llamado Translohr, pero que las
primeras ideas trazan por Ayacucho. En con-
secuencia, aunque el POT destina el corredor
de la Quebrada Santa Elena para el Sistema de
Transporte, trazado estratégico que beneficia
a las comunas 8 y 9, parece que una parte de la
sociedad y del poder local, insiste en no dejar
que el Sistema de Transporte Masivo de Me-
dellín, impacte positivamente a la comuna 8
– Villa Hermosa.
29
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

3.4 Hitos históricos de la Comuna 8:


hechos y lugares que nos marcaron
Son muchos los acontecimientos con algún grado de significación para los habitantes de la comuna 8, algunos de
los cuales retomamos, debido al impacto colectivo que generaron. Los recordamos a manera de miscelánea, sin
seguir un orden cronológico, y sin clasificarlos de ninguna manera, pues cada uno tiene una gran incidencia en
territorios y poblaciones diferentes de la comuna y la ciudad.

La Ladera: Cincuenta y tres años de Cárcel

Al oriente de Medellín se alza un sector que siempre ha sido conocido por sus pobladores con el nombre de
La Ladera. Al parecer para el siglo XIX era un campo apto para el pastoreo; era poca la población que allí se
asentaba. Paulatinamente a principios del siglo XX este sector fue poblado por inmigrantes de otras partes del
departamento que llegaban a Medellín en búsqueda de oportunidades, incluso por los propios medellinenses
excluidos del centro de la ciudad, donde veían un lugar de asentamiento.

Para comienzos de siglo eran pocas las construcciones que existían en aquel sector, entre las que se puede contar
un antiguo caserón denominado edificio o Casa de La Ladera, que construyó para su familia, el señor Ricardo
Rodríguez, uno de los primeros pobladores de la zona.

Esta edificación, bien distinta a lo que fue como centro carcelario, sirvió de convento y cuartel mucho antes de
ser un reclusorio. Es para 1921 que comienza a construirse, con recursos de los gobiernos departamental y na-
cional, la edificación para el presidio, que llamaron Cárcel Celular de Varones, y posteriormente Cárcel Distrital
de Medellín La Ladera.
Su arquitecto, el belga Agus-
tín Goovaerts, fue contrata-
do por la administración, y
logró imprimir en su obra
arquitectónica, un aire exó-
tico que no gustó mucho a
los sectores sociales de la
época, apasionados conser-
vadores y fervientes cató-
licos. A pesar de los incon-
venientes presentados y las
oposiciones de los diferen-
tes sectores de la comuni-
dad, La Ladera comenzó a
funcionar dos años después,
en noviembre de 1923,
cuando el edificio se hallaba
aún inconcluso.
Cotesía Visión 8
El Gobierno Departamental nunca le dio continuidad al proyecto, y con el
pasar del tiempo, el crecimiento de la población reclusa, y el abandono estatal
para la terminación de la obra, se acentuaron problemas como la inseguridad,
30
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales

el hacinamiento y la indisciplina. Aunque la cárcel tenía capacidad para 800 presos, el hacinamiento llegó a supe-
rar el 400% de internos para la época de su clausura. Se presentaron fugas que no dejaron de ser sensacionales,
y la indisciplina interna era una constante, por lo que se veían constantes riñas, heridos y muertos dentro del
plantel. Los castigos eran ejemplares, y entre los habitantes de la comuna, se comenta que en el sector conocido
como “La Guyana”, enterraban a los presos hasta la nuca, por días enteros, y en ocasiones hasta morían.

Estas situaciones se mantuvieron a lo largo de los 53 años en que estuvo en funcionamiento la cárcel. En la última
década de existencia de la cárcel, fue notorio el completo deterioro del edificio carcelario, por lo que se hizo
constante la incertidumbre por un posible derrumbamiento de buena parte del plantel carcelario.

Hubo entonces, necesidad de esperar hasta principios de 1976 para que los más de cuatro mil presos que alber-
gaba La Ladera fueran trasladados a la nueva cárcel en Machado, “Bellavista”. Para tal fin se realizó un operativo
conjunto,
12
la noche del viernes 30 de enero al amanecer del sábado 31, a cargo del comandante del Batallón Gi-
rardot en el que además de la IV Brigada y la policía, participaron agentes del F-2, del DAS, de la Defensa Civil,
y personal de la Dirección de Prisiones, entre otros.

Los presos fueron sacados a los patios en grupos de a 100, luego fueron divididos en grupos de 25 y fueron diri-
gidos hasta la guardia, donde luego eran llevados a los vehículos. Cuando había un numero de 14 ó 15 vehículos
salían en caravana, vigilado cada vehículo por más de diez hombres armados de metralletas y fusiles, y un cordón
de soldados13
cubrió 12 kilómetros a lado y lado del camino para evitar que se cumplieran los rumores de fugas
colectivas.

Las Letras de Coltejer, atractivo turístico

ER
de la comuna.

Este patrimonio de Medellín, que por casi 50 años en-


cendió cada noche sus luces verdes y rojas a todo el Valle
de Aburrá, ha sido uno de los referentes de ciudad más
emblemáticos de la cultura paisa, y símbolo del pasado
EJ
desarrollo industrial de la ciudad. Las gigantescas letras
de Coltejer fueron encendidas por primera vez el 14 de
marzo de 1954, en una de las laderas orientales aledañas
al Cerro Pan de Azúcar en el sector de Llanaditas, y en
aquel entonces su visibilidad era total, desde cualquier
lugar de Medellín.
LT

La empresa que se encargó de administrar este monumen-


to fue Colneón, firma experta en este tipo de anuncios,
y el operario encargado de la instalación de las placas de
metal, fue Julio César Muñoz, quien con su esposa María
de los Ángeles Mira Flórez, mas conocida como “Maru-
CO

ja” y sus 8 hijos, inauguraron una casita ubica debajo de


la letra R, y se encargaron de encender cada noche, el
emblemático letrero. Don Julio murió en 1980, y desde
entonces, su hijo Jorge Alirio Muñoz, se encarga del cui-
dado de la estructura de lata, y con su esposa Berta, vive
en la misma casita debajo de la R. 12. El Colombiano. Medellín. Domingo 1 de febrero de 1976. Año LXIV. Nº 20977. p. 25.
13. El Colombiano. Medellín. Sábado 31 de enero de 1976. Año LXIV. Nº 20976. p. 12.
31
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

Cuando se inauguró el letrero, los Muñoz vendieron tenían buena iluminación, pues que no las volviéramos
23 cajas de gaseosa y 10 de cerveza. Todos lo querían a prender”
conocer, y por mucho tiempo, la gente de los barrios
cercanos subían los domingos y festivos, a tardear a las Según Berta, hoy en día, tanto Alirio como ella, so-
letras, siendo el principal atractivo turístico de la ciu- lamente se responsabilizan del terreno, porque de
dad. Aunque este letrero no fue el primero que existió, las letras ya no hay nada que cuidar pues únicamen-
si es el que mayor duración tuvo. te quedaron las latas de éstas, ya que Coltejer recogió
los transformadores que generaban la luz. La empresa
Desde hace 8 años, más o menos, las letras de Coltejer quiere acabar con lo que queda de este monumento, el
no encienden sus luces a la ciudad, debido al deterioro cual ya se encuentra deteriorado y el terreno pretende
de su sistema eléctrico que no fue reparado nunca más, ser vendido. “La nueva administración de Coltejer vio
y con los años terminó por anularse completamente. que era demasiado el gasto que tenía que hacer para re-
“Como no volvieron a mandar a nadie para que estu- componer las letras como estaban, por eso decidieron
viera pendiente de la parte eléctrica de las letras, eso retirarlas, aunque no se sabe cuándo, ya que demanda
se fue acabando, hasta que nos dijeron que, como no más egresos que ganancias”

El día que el Cerro se nos vino encima

El domingo 27 de septiembre de 1987, a eso de las 2:30 de la tarde, en una de las laderas del Cerro Pan de Azú-
car, más de 15.000 metros cúbicos de tierra, se alzaron y sepultaron un sector de Villatina, entre la carrera 17
y la 15, y entre la calle 56C y la conducción del acueducto de empresas públicas a la zona de Aranjuez. La parte
afectada comprendía aproximadamente 96 viviendas, de las cuales el 40% eran construcciones tipo tugurio y el
resto en material.

Se dice que cuando la gran masa de tierra se desprendió del morro, se oyó un ruido sordo, como el paso rasante
de una cuadrilla de aviones, y al mirar hacia el cerro, solo se vio una tremenda avalancha de tierra que arrasaba
con piedras, palos, casas
y hasta gente. En cues-
tión de segundos solo
quedó una gran mancha
amarilla, como un pelón
enorme en la imponente
montaña. Después fue el
caos total, un silencio de
sepulcro continuo, luego
los gritos desesperados
que salían de lo que se
supone, eran casas que
quedaron convertidas en
un impresionante arrume
de cosas.

Desplazamiento de tierra,
barrio La Sierra
32
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales

Gente de los barrios vecinos se dirigieron al lugar, pero con temor de que se
presentara otra avalancha. Aun así, los voluntarios lograron sacar cadáveres y
lesionados. Los primeros eran dejados en una zona despejada mientras que los
otros, los heridos, eran bajados hasta determinado sitio, donde eran recibidos y
trasladados a centros asistenciales. Más tarde llegaron los bomberos, la defensa
civil, la cruz roja, el ejército, la policía, los grupos de scout, entre otros orga-
nismos de seguridad y emergencias.

El martes 29 de septiembre, en el Coliseo Cubierto Iván de Bedout, se rea-


lizaba el sepelio colectivo de 85 víctimas, en una ceremonia presidida por el
cardenal Alfonso López Trujillo, quien pidió a la sociedad volcar su solidaridad
con los pobres que están obligados a vivir en las condiciones más precarias de
habitación. 40 cuerpos fueron llevados al cementerio universal el resto fue
sepultado de acuerdo a las labores de rescate en la que participaron cerca de
500 personas.

Cabe señalar que, a las autoridades municipales, entre ellas Corvide, se les
había puesto en conocimiento de los peligros que corría el sector por riesgo de
deslizamiento, ya que en 1982 una tragedia similar había ocurrido en la zona
dejando dos niños desaparecidos y 15 familias damnificadas. Lo peor fue que
después de prometerles solución para el problema de la vivienda, tuvieron que
volver a vivir en el mismo sitio, después de tres días de resguardo en la caseta
de la acción comunal y 15 días de alojamiento en la cruz roja.

La Masacre de Villatina,
una herida incurable

La masacre de Villatina fue perpetuada la noche del do-


mingo 15 de noviembre de 1992, cerca de las 8:40 de
la noche, por un grupo de hombres que posteriormen-
te fueron identificados como efectivos de las fuerzas de
seguridad del Estado (Policía Nacional, Sijín -Meval,
F-2). Estos llegaron en tres automóviles Mazda y Ren-
ault de colores gris, rojo y blanco, hasta la tienda mixta
La Cebada, en la esquina de la calle 54 con carrera 17,
portando armas de largo alcance mientras gritaban a
los jóvenes que había en el lugar que se tendieran en
el piso; una vez allí, les dispararon varias ráfagas. En
el acto criminal fueron muertos 9 jóvenes, solo dos
mayores de edad, seis de ellos hacían parte del grupo
juvenil parroquial constructores de futuro y los demás
componían un equipo de fútbol que participaba en las
olimpiadas deportivas de la comuna.

33
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

De manera inmediata fallecieron Johnny Al-


berto Vallejo Restrepo, de 15 años, Oscar An-
drés Ortiz Toro, de 17 años, Ricardo Alexan-
der Hernández, de 17 años, Marlon Alberto
Álvarez de 17 años, Mauricio Antonio Ramí-
rez Higuita, de 22 años y Johnny Alexander
Cardona Ramírez, de 17 años. En la acera del
frente, junto a otra pequeña tienda, fueron
también abaleados: Ángel Alberto Barón Mi-
randa, de 16 años, y Nelson Duván Flórez Vi-
lla, de 18 años. A su lado se encontraba la niña
Johana Mazo Ramírez, de 9 años, a quien sus Cuando la Quebrada Santa Elena
padres habían enviado a hacer un mandado; se enfurece
quien también cayó víctima de los disparos,
sin siquiera tener oportunidad de correr pues Desde siempre, la quebrada Santa Elena ha sido famosa por
tenía una piernita enyesada. sus agresivas crecientes, que desde la conquista española,
obligó al mariscal Robledo y sus tropas, buscar tierras altas
Este hecho, imborrable de la memoria de los para esquivar las aguas de ella.
habitantes de Villatina, ha pasado a la historia
como otro episodio atroz de la violencia que Cuenta Manuel Uribe Ángel (1863), que el camino que
ha vivido la comuna 8 durante años, pero a conducía a Rionegro unas veces ascendía por la margen de-
diferencia de la gran mayoría de casos, este, recha y otras por la izquierda de la quebrada, lo que hacía
no quedó en la impunidad y el 29 de julio de que en cada borrasca, la ruta se desmoronara y obstruyera,
1998, el estado colombiano reconoció públi- tornándose intransitable. Por esa época, hubo una crecien-
camente su responsabilidad por los sucesos te que derribó más de 25 viviendas en los alrededores de
ocurridos, y se emprendió un proceso de re- La Toma.
paración a las víctimas y sus familiares.
“La Furia e impetuosidad de las crecidas se explica solo por
Para la reparación colectiva y la recuperación el modo imprudente y poco meditado con que se ha hecho
de la memoria histórica, el estado construyó la tala en la parte superior” 14
un centro de salud en el barrio de Villatina, e
inauguró en julio de 2004 un parque monu- Pero de todas las crecidas registradas, la comunidad recuer-
mento en el Parque del Periodista en honor da con especial cuidado, una ocurrida a finales de los años
a los Niños de Villatina, y allí se fijaron pla- sesenta, y que cobró la vida de dos personas de la comuna.
cas conmemorativas y de reconocimiento de
la responsabilidad estatal frente a los hechos Siendo las 7:45 p.m del miércoles 19 de abril de 1967 el
ocurridos. caudal de las aguas de la quebrada Santa Elena comenzó a
crecer, media hora después de que sobre la ciudad se hubie-
Pero la reparación no cura la herida dejada ra desatado un torrencial aguacero. Después de contenerse
por la muerte de estos inocentes, y cada día en algunos tramos del lecho, las aguas de la quebrada se
sus familiares y amigos, los recuerdan, y un salieron de su cauce y se precipitaron sobre las viviendas
dolor profundo oprime sus pechos, por todo de todo el sector de influencia de la quebrada, es decir a
lo que no fue. los dos lados de sus riveras. En la comuna 8, los sectores
afectados fueron, La Toma, La Planta pero en mayor medi-
da la parte alta de Las Estancias que fueron inundados en su
totalidad por el furioso desbordamiento.
14. Uribe Ángel, Manuel. Recuerdos de un viaje de Medellín a Bogotá. Editorial Universi-
dad de Antioquia. Tercera Edición. Medellín. 2007. P. 32

34
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales

La alarma fue general en todo el vecindario. La situación se


tornó grave ante la destrucción de viviendas enteras, cuyos
enseres eran arrastrados por las aguas, a tiempo que otras
eran evacuadas apresuradamente. Se observó como la co- de quinientas personas colaboraron en estas
rriente se llevaba camas, escaparates, baúles, máquinas de labores, de las cuales por lo menos 200 eran
coser y otros utensilios domésticos, además de numerosos mujeres.
objetos personales, que las familias damnificadas, a pesar
del esfuerzo de las autoridades y de las comisiones de sal- A la media noche, la tragedia se conocía en
vamento, no pudieron arrebatar a las aguas. todo el territorio nacional. De muchas ciu-
dades, principalmente de la capital indagaban
Cerca de la media noche las aguas de la quebrada empeza- por datos completos o parciales para darse
ron a bajar, dejando ver en forma más precisa el resultado cuenta del alcance del siniestro. Aun así, con
de la tragedia. La presión de la creciente fue reduciéndose, toda la labor de censo de damnificados y la
y se dio comienzo a la labor de remoción de escombros. investigación para establecer el monto de las
Hileras de viviendas destruidas por completo, mientras pérdidas que afectaron el sector, las autori-
que otras apenas podían sostenerse débilmente, y mostra- dades manifestaron la imposibilidad de dar a
ban signos de falseamiento, razón por la que las familias conocer de inmediato un balance de lo ocu-
no se atrevían a estar en ellas, y comenzaron a alojarse en rrido, ya que las perdidas eran de gran consi-
las viviendas de otros sectores aledaños al desastre, que no deración y cualquier cálculo que se hiciera a
habían sido alcanzadas por el desbordamiento. Otras fami- la ligera, resultaría corto ante la realidad de la
lias se ofrecieron a cuidar los niños y poner sus viviendas a destrucción que se registró.
disposición de los ancianos.
Al cabo de dos días, las fuentes oficiales in-
En el lugar de la tragedia se hicieron presente el entonces formaron que de acuerdo a los censos corres-
alcalde de la ciudad, doctor Jaime Tobón Villegas, acompa- pondientes, los damnificados eran 550 perso-
ñado de algunos de sus secretarios, lo mismo que de los co- nas, que conformaban 80 familias. Hubo dos
mandantes del Ejército y de la Policía, unidades de la Cruz personas muertas y cinco más desaparecidas.
Roja, cuerpo de Bomberos, miembros de la Defensa Civil Los cuerpos sin vida de las víctimas fatales
y funcionarios de varias instituciones de asistencia pública, se encontraron a la altura de la estación de
como médicos y enfermeras de diferentes hospitales de la policía de Polpalito, a unos 50 kilómetros de
ciudad, así como personas de los barrios aledaños que co- Medellín en el vecino municipio de Barbosa,
laboraron en las labores de rescate y salvamento. Un total y correspondían a María Virgelina Palacio de
38 años de edad, y Rosa Emilia Henao, de 52;
ambas mujeres residentes del sector de San-
ta Lucía, Las Estancias. Las cinco personas
desaparecidas fueron Eunice Henao Galeano,
menor de edad, Clara Ospina Barrientos, Ma-
ruja Soto, Fabio Moreno y Ana Vanegas

El 23 de noviembre de 1988, las quebradas


Santa Elena y La Loca, se salieron nuevamen-
te de sus cauces, generando grandes pérdida
materiales y centenares de damnificados en
toda la comuna, pero afortunadamente no se
presentaron víctimas fatales.

35
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

La Mano de Dios en lenguas de fuego

El incendio de uno de los asentamientos de desplazados mas grandes de la parte


centroriental de la ciudad, ocurrió el 6 de marzo de 2003 aproximadamente a
las 5:30 de la tarde y se prolongó por más de tres horas en casi 6 cuadras del
sector, ardiendo mas de 500 viviendas pertenecientes a los barrios La Mano de
Dios, El Pinal, y La Libertad.

Una fuerte explosión puso en alerta los barrios de la parte alta de la comuna 8;
una columna de humo negro se expandió por el cielo y el sonido de las sirenas
fue consecuente con las especulaciones: un incendio de grandes proporciones,
consumía una de las laderas de la ciudad. Este nefasto atardecer se hizo más rojo
que de costumbre, y el calor de las llamas abrasó en segundos el sector, que por
las construcciones en madera, cartón y otros materiales altamente inflamables,
ayudaron con el viento a propagar el fuego. Los habitantes del lugar lo atribu-
yeron a la explosión de un cilindro de gas.

Por lo menos 3.000 personas resultaron damnificadas, entre estas, 1.800 niños.
Afortunadamente no se reportaron víctimas fatales y solo 9 personas resultaron
heridas. Las amenazantes llamas, obligaron a los vecinos de los barrios aledaños
a sacar mangueras para mojar terrazas y muros, y así evitar una posible propa-
gación. En El Pinal y La Libertad, parte alta y baja, decenas de familias sacaron
los enseres a las calles para evitar perderlo todo.

La mayoría de los habitantes del sector eran desplazados de diferentes lugares,


muchos de Antioquia y Chocó, que habían llegado a la ciudad, víctimas del
terror ejercido por grupos paramilitares y guerrilleros en las rurales zonas de
origen.Ya en la urbe, quienes trabajaban, se desempeñaban en oficios informa-
les y bajo condiciones laborales muy precarias, pero una inmensa cantidad no
tenían empleo y vivían en las condiciones mas indignas de existencia.

Al día siguiente de producirse el incendio, él mismo presidente de la repúbli-


ca les prometió a los damnificados viviendas dignas y gratis. Sin embargo las
casas entregadas por el proyecto de vivienda de interés social “Mano de Dios”,
conocido como Nuevo Amanecer, en el corregimiento de Altavista, presentó
serias deficiencias, y la Contraloría pudo establecer que parte del dinero no fue
justificado. A esto se le agrega el sobrecosto de la misma, que fue cargado a los
integrantes de la comunidad, quienes debieron pagar mediante un préstamo
realizado por Empresas Públicas de Medellín, que aún hoy es cobrado a través
de la factura de servicios públicos, generando que gran parte de ellos esté atra-
sado y con los servicios suspendidos.

36
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales

Una Avioneta siniestrada convertida en


trofeo

El día 24 de marzo de 1995 después de haber sido víctimas fueron recogidas por las autoridades. De ba-
tanqueada con doce galones de gasolina, despegó a las jada se encontraron con una romería muy numerosa a
6:15 de la mañana la avioneta Cessna 206 de matrícu- la que recomendaban que no había a que ir, pues ya no
la HK 1930-P desde el aeropuerto Olaya Herrera de había nada que ver. La gente sin embargo seguía. “cual-
Medellín hacia El Bagre Antioquia, con Jaime Hernán- quier cosa que se pueda vender kiliada la bajamos”, y
dez de piloto y Tomás Zuluaga de copiloto; después de en efecto el trasteo de artefactos que dejó el avión lue-
efectuado el despegue la aeronave no volvió a repor- go de chocar y arder contra unos pinos, empezó a ser
tarse, por lo que se declaró en emergencia y aproxima- realizado.
damente 4 horas más tarde fue localizada totalmente
destruida e incendiada en el Cerro Pan de Azúcar. Entre estos, el fuselaje de la cola quedó completo, y
unos muchachos de Llanaditas decidieron bajarlo como
Hacia esta hora fue dada la noticia por la radio, y se trofeo a su barrio. Loma abajo se fue yendo la cola,
emprendieron las labores de rescate, con las que las con la identificación de la nave y su alerón intacto. Por
autoridades recuperaron los restos de los dos cadáve- detrás venía otro grupo de muchachos que rescataron
res calcinados, y la comunidad de los barrios aledaños, de entre los restos, el segundo premio: las aspas re-
unos pedazos de chatarra que quedaron del monomo- torcidas y parcialmente quemadas de la avioneta. En
tor. medio de una paradójica gritería, comenzaron a llegar
triunfantes a sus barrios como en una procesión, con
La bandera de una carrera no programada ente los ba- un extraño santo de lata blanca, mostrando orgullosos
rrios de Llanaditas, la parte alta de Villatina y el Trece el valioso regalo, que por obra de la mala suerte para
de Noviembre, se bajó después de las diez de la maña- las víctimas y de la buena para esos cazadores de latón,
na. Salieron los primeros muchachos rumbo al cerro, había caído esa mañana del cielo. Los restos que las
detrás salieron los niños, las niñas los señores y las se- personas rescataron del siniestro fueron exhibidos du-
ñoras, entre las que iba una en avanzado estado de em- rante días de casa en casa, en las terrazas y antejardines
barazo; después la concurrencia comenzó a aumentar. por todo el Trece de Noviembre, Llanaditas y Villatina
Iban todos pensando en mirar el gesto de terror de las como muestra de la grandiosa labor de los curiosos.
víctimas, imaginando que solo era llegar al
alto, pero cuando pasaban los helicópte-
ros de rescate y no los sentían aterrizar
se daban cuenta que estaban más lejos
de lo que creían.

Los muchachos de Villatina llegaban al cerro


por la ladera sur, los de Llanaditas por el
costado norte. Ambas delegaciones que se
miraban con cierto recelo se tenían que en-
contrar en la subida del último huevo, como se
llaman las tres pequeñas colinas a las que se accede con
mucho esfuerzo y cuidado. Dos bomberos de la esta-
ción del Salvador, habían llegado desde muy temprano
a colaborar con el rescate, y se regresaron cuando las

37
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

Violencias de todos los tipos y colores

La Comuna 8 es un territorio que ha padecido la violencia


y el conflicto armado, desde todas las orillas. Milicias gue- El BCN nace en 2001 bajo el mando de Die-
rrilleras, combos, bandas, galladas, y paramilitarismo, se go Fernando Murillo Bejarano, conocido en
han deleitado atormentando la convivencia de una mayoría el mundo del narcotráfico como “Don Berna”
silenciosa, y en ocasiones cómplice de todos estos grupos. o “Adolfo Paz”, como una organización con-
trainsurgente de carácter netamente urbano,
Se tiene información que en Villatina existió uno de los con el objetivo de Subordinar o aniquilar a las
Campamentos de Paz que el M-19 organizó a mediados de milicias de las FARC, el ELN, a los Comandos
los ochentas, y después surgieron con fuerza, grupos de Armados del Pueblo (CAP) y a las Milicias 6
orientación de izquierda, de los cuales uno de los más afa- y 7 de noviembre en la comuna 8; enfrentar
mados fueron las milicias 6 y 7 de noviembre, impulsada a las temidas bandas de Frank y Los Triana, y
por el ELN y posteriormente por la Corriente de Renova- contratar y controlar a las otras bandas pre-
ción Socialista. sentes en la ciudad; enfrentar militarmente,
con el apoyo de hombres de otros bloques
Sin embargo, muchos de estos procesos armados de orien- de las AUC, al Bloque Metro, que se resistía
tación “ideológica”, degeneraron en un sinfín de bandas y a abandonar los territorios que había copado
combos, al servicio del narcotráfico, que posteriormente antes.
fueron cooptados por el paramilitarismo, actualmente en
proceso de reinserción a la civilidad, a través de la negocia- El BCN retomó las experiencias de los ante-
ción nacional de las Autodefensas Unidas de Colombia. riores movimientos armados ilegales que tu-
vieron presencia en la ciudad. Asimiló los re-
Para muchos habitantes de la comuna, la tranquilidad ha sultados de todas las guerras y negociaciones
vuelto a sentirse, en especial a partir de la reinserción de adelantadas por ellos. Luego, apeló a las redes
las autodefensas, sin embargo para la mayoría, el Bloque mafiosas de las oficinas del narcotráfico, para
Cacique Nutibara (BCN) solo fue visible en el proceso de hacerse con el monopolio de la fuerza y la
reinserción, pues antes, solo identificaban los combos de coerción, en aquellos territorios donde había
sus sectores, y en muchos casos eran aceptados como los milicias o bandas. En poco tiempo sus hom-
protectores del barrio. Se hablaba de los de arriba, o los bres se adueñaron de los mercados de segu-
de abajo, los del morro, los de tal o pascual, pero nunca de ridad, “protegían” las actividades relacionadas
una estructura militar tan grande como las Autodefensas con la economía ilegal a la vez que invertían
Unidas de Colombia. en negocios legales, susceptibles al control
del crimen organizado como las apuestas, y
Sin embargo, es la comuna 8 uno de los territorios con se insertaron en la vida cotidiana de las co-
mayor población reinsertada de este grupo paramilitar. Ac- munidades, como un agente de regulación y
tualmente, muchos eluden el temas de los actores armados contención política.
que ha tenido la comuna, pero paradójicamente, aborda el
tema de la reinserción del BCN, con entusiasmo y en oca- A través del desarrollo de múltiples guerras y
siones, con actitud enaltecedora. de complejas negociaciones, las redes mafio-
sas existentes en la ciudad de Medellín triun-
faron sobre los reductos milicianos y empeza-
ron a controlar barrios que otrora sirvieron
de base social a las milicias. Los casos más so-
bresalientes son la Comuna 8, especialmente

38
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales

el barrio La Sierra; la Comuna 13, Moravia, El Picacho; los corregimientos San


Cristóbal y San Antonio de Prado, y los municipios del Valle de Aburrá aledaños
a Medellín como Bello, Itagüí y Envigado. El BCN también captó a algunas ban-
das y les puso reglas del juego. A otras, como La Terraza, las aniquiló matando
a todos sus miembros.

La desmovilización del BCN de las A.U.C. se llevó a cabo el día 25 de noviem-


bre de 2003, en las instalaciones del Palacio de Exposiciones de Medellín, cerca
de las 7:30 de la mañana; allí alrededor de 870 combatientes dejaron las armas
y se reinsertaron a la vida civil. Este hecho fue el resultado del acuerdo firmado
el 15 de julio del mismo año entre el gobierno y las Autodefensas Unidas de
Colombia, para iniciar el desmonte total de la estructura paramilitar en Co-
lombia, objetivo que hasta hoy no se ha logrado cabalmente.

3.5 Bienes de Interés Patrimonial:



En la comuna 8, poco se ha hablado de patrimonio cul-
un tesoro por descubrir
tural, y en consecuencia, la protección y conservación
de este no ocupa los intereses de los líderes sociales. Algunos de los bienes inmuebles que son considerados
Sin embargo, poco a poco se adelanta la reflexión alre- patrimonio son:
dedor del tema, permitiendo un primer paso de iden-
tificación, que facilite en el futuro, la recuperación de Puente de la Toma
aquellos bienes y valores culturales, que poseen un es-
pecial interés para la comuna. Este paso sobre la Quebrada Santa Elena, es importan-
te por su valor histórico, arquitectónico y simbólico.
Como es lógico, los primeros elementos que se iden- Histórico por ser uno de los primeros puentes sobre
tifican como posible patrimonio de la comuna, son los la Quebrada, pues se tiene referencia de él desde el
de carácter físico o tangible, especialmente inmueble, siglo XIX. Concretamente, se atribuye su construcción
a los que se les atribuyen intereses históricos, arquitec- inicial a la orden de Juan Antonio Mon y Velarde en
tónicos y ambientales principalmente. 1788, de construir un camino hacia Rionegro. También
fue uno de los primeros, junto con el Puente de Arco,
Además del Cerro Pan de Azúcar, del que ya hemos en ser construido en mampostería, acontecimiento
hablado, y que cuenta con declaratoria como BIC del acaecido a finales del siglo XIX, cuando el Camino de
Nivel Nacional, la comuna 8 reconoce a la Quebrada Rionegro todavía seguía este trazado, lo que le brinda
Santa Elena como un ecosistema estratégico que debe importancia arquitectónica. Simbólicamente, repre-
ser considerado patrimonio de la Ciudad. En estos bie- sentó la puerta de entrada a la ciudad. Las personalida-
nes no nos detendremos, pues junto con el Parque de des que visitaban la ciudad, provenientes del oriente,
Villa Hermosa, ya se encuentran identificados en el eran esperados allí, para ser transportados en carrozas
Plan Especial de Protección Patrimonial, en el Capítu- a la plaza principal, o a donde tuviesen el recibimiento
lo de Patrimonio Ecológico y Paisajístico. protocolario. Posteriormente, cuando el camino ya no
era una vía principal, fue convertido en una zona de
Otros espacios ambientales que la comuna identifica tolerancia, aprovechando la infraestructura de bares y
como posibles bienes patrimoniales, son la Quebrada cantinas que posee a su alrededor. Actualmente es la
Chorro Hondo, y el Bosque de la Universidad de An- principal conexión entre la comuna 8 y 9, y es un refe-
tioquia en La Ladera. rente territorial indiscutible.

39
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

La Planta Eléctrica Normal Superior de Medellín

Junto al Camino se levantó la “Planta Eléctrica – Go- La Escuela Normal Nacional de Varones, como se lla-
bernador Bonifacio Vélez”, de la “Compañía de Instala- maba antiguamente, es una institución con 135 años,
ciones Eléctricas del Distrito de Medellín”, la cual fue que se encuentra en La Ladera desde la construcción
puesta en funcionamiento en la noche del sábado 7 de de su edificio sede, diseñado por el Arquitecto belga
julio de 1898, para iluminar la ciudad con ciento cin- Agustín Goovaerts, el mismo que diseñó la Cárcel de
cuenta lámparas de tubo. En honor al doctor José Ma- La Ladera y el Palacio de la Gobernación, hoy Casa de
ría Zapata, ingeniero electricista contratado para esta la Cultura Rafael Uribe Uribe. Su construcción estuvo
tarea, un grupo de amigos le obsequió una fiesta con a cargo del Ingeniero Carlos Cock Parra.
cabalgata, en el que el señor Javier Vidal, le improvisó
el siguiente cuarteto: Como edificación es importante por la categoría del
diseño y del diseñador, así como por la noble arquitec-
“Por festejar a Zapata tura escolar, que hoy merece su conservación.
que iluminó nuestra tierra,
hubo una gran cabal-gata Como institución, cuenta con una importancia histó-
que terminó en cabal-perra”15 rica incuestionable, como parte de la reforma instruc-
cionista del siglo XIX, que sobrevivió el embate de va-
La Planta generaba energía gracias a la Acequia, que rias guerras civiles, incluida la de los mil días. Además
tomaba aguas de la Quebrada Santa Elena, arriba en protagonizó en entre 1934 y 1935, acaloradas discu-
el paraje Bocaná, y atravesaba la montaña recogiendo siones políticas y religiosas, que produjeron el cierre
aguas de la Quebrada Santa Lucía y La Castro, para lue- temporal de la institución. El centro de la discusión
go precipitarse por el hoy barrio El Pinal, y dinamizar estaba en la apología de la ‘escuela laica’, adelantándo-
los cuatro generadores de General Electric, adquiridos se a la libertad de cultos, consagrada en la constitución
en Nueva York. La Planta pasó a manos privadas, des- política proclamada más de cincuenta años después.
pués nuevamente a propiedad del estado, y finalmente
hizo parte de los activos de Coltejer, impulsando las Quedan por identificar nuevas edificaciones y espacios,
labores de coltefábrica, empresa que contó con agua y que hagan de la comuna un territorio rico en bienes
energía propia, heredada de la ciudad. No hace muchos patrimoniales. Pero la tarea más difícil, es la identifica-
años sirvió como piscina para los vecinos del sector, ción del patrimonio inmaterial de la comuna, es decir,
y actualmente es un billar, parqueadero y lavadero de aquellas prácticas, representaciones, expresiones, y
autos. conocimientos teóricos y prácticos, que nos identifi-
can como comunidades.
15. Ochoa, Lisandro. Cosas Viejas de la Villa
de la Candelaria. Colección biblioteca Básica
de Medellín. Instituto Técnico Metropolita-
no. 3ª Edición: 2004.

40
4. Reseñas históricas barriales

4
RESEÑAS HISTÓRICAS
BARRIALES

4.1 Villa Hermosa, un barrio bien pensado


4.2 La Mansión, un vecino silencioso
4.3 San Miguel, núcleo de la salud
4.4 La Ladera, nuevo centro de la cultura y el conocimiento
4.5 Batallón Girardot, el barrio de los soldados
4.6 Llanaditas, la última frontera
4.7 Los Mangos, zona de recreo convertida en barrio
4.8 Enciso, el más antiguo de los barrios
4.9 Sucre, el centro para los estudios superiores
4.10 El Pinal, una alusión a lo que se perdío
4.11 Trece de Noviembre, la fecha del triunfo
4.12 La Libertad, un sueño que se puede lograr
4.13 Villatina, un barrio que no se deja vencer por la tragedia
4.14 San Antonio, el barrio que no es donde lo pintan
4.15 Las Estancias, un barrio nuevo muy viejo
4.16 Villa Turbay, fruto del oportunismo político
4.17 La Sierra, al final de la montaña
4.18 Villa Liliam, un barrio curado de espantos y maldiciones
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

Cortesía Visión 8

4.1 Villa Hermosa, un barrio bien pensa-


do

El barrio Villa Hermosa se encuentra ubicado en el sector centro


oriental de Medellín, a contados minutos del centro de la ciudad.
Limita al norte con la Quebrada el Ahorcado, que le separa del
barrio Manrique Oriental, al sur con la calle 65 (Jorge Robledo)
que delimita el barrio San Miguel, al oriente con la quebrada La
Ladera, y por el occidente limita con la carrera 41 (Mon y Velar-
de) hasta la Calle 66 (San Luis), que marca el paso al barrio La
Mansión, y con la quebrada Los Ataúdes que le separa del barrio
de Manrique Central.

Según las fuentes que existen sobre la historia de su poblamiento,


se dice que hacia el año de 1918 en los terrenos donde hoy es el
barrio, hubo grandes fincas como la de La Ladera, en el oriente,
propiedad de Don Lázaro Botero; La Granja, de Don Julio Bote-
ro, en el occidente; en la parte central, la finca Villa Hermosa, de
donde toma su nombre el barrio, propiedad de Don Carlos Vás-
quez Latorre y en el nororiente la finca de Don Jacinto Baltasar
Arango, llamada El Bárbula donde hoy se encuentra el batallón
Girardot.

El poblamiento de esta zona se dio a partir del loteo de varias


de estas fincas. Inicialmente, en el hoy denominado sector de los
filtros, donde se encuentra la planta de tratamiento de aguas, se
construyeron las primeras 8 casas de paredes y tejas de barro,
sector que en aquel entonces era llamado Curucutu y fue poblado
inicialmente por Don Alfredo Parra y Doña Ana María Hernán-
dez. Luego a mediados de los años 20’s, por la compra que hizo

42
4. Reseñas históricas barriales

Empresas Públicas de estos predios para su proyecto hídrico, los habitantes se trasladaron hacia la parte más cen-
tral del sector, a lo que eran los lotes de la finca Villa Hermosa, donde se fue consolidando un caserío de más o
menos unas 40 casas de tapia y bahareque, en las que residían casi 300 personas, entre las que podemos nombrar
a Don Eleuterio Barrientos, Tono Castaño, Juan Clímaco Vélez, Canuto Madrid, Darío Espinoza, Antonio Soto,
Martín Zapata y José Luján.

Conforme fue avanzando la urbanización del sector, se desarrollaron algunas obras de infraestructura que lo
acercaban más al perfil de barrio que hoy conocemos. Se comenzaron a abrir las primeras vías de acceso, como
la carrera 41 (Mon y Velarde) que llegaba hasta la calle 65, y la carrera 39 hasta el parque de El Obrero, antes
llamado Plaza Santander. En vista de las necesidades que fueron teniendo los fundadores de Villa Hermosa, en un
espacio que cada vez se volvía mas urbano, decidieron reunirse y formar uno de los primeros centros cívicos de
la ciudad (1946), instancia de trabajo colectivo, del que surgieron los servicios públicos para el barrio, el centro
de salud, algunas escuelas, los primeros medios de transporte, el alumbrado público, los teléfonos domiciliarios,
la construcción de la capilla y la abertura de otras calles.

En los inicios de la década del 50, el centro cívico, a partir de gestiones arduas, logró la construcción del parque
de Villa Hermosa, que fue explanado por la comunidad y por soldados del Batallón Girardot, para ser arborizado
en 1954 por trabajadores de la Sociedad de Mejoras Públicas. Continuaron abriéndose nuevas vías de acceso y
hacia 1956 se inició la comunicación con el barrio Manrique Oriental. De 1966 en adelante se fue organizando
Villa Hermosa tal como es hoy. En septiembre 19 de 1968 se le dio la personería jurídica # 175 a la Junta de
Acción Comunal.

Cortesía Visión 8

43
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

4.2 La Mansión, un vecino silencioso


El barrio La Mansión es simultáneo a Villa Hermosa, aunque con otro nombre: Majalc, que era la sigla de Manuel
J. Álvarez (1855-1925), uno de los principales urbanizadores a comienzos del siglo XX, que recibió la Medalla
Cívica en 1917. Su proceso de poblamiento comienza en la década de los 30’s, como lo muestra el mapa de 1932
elaborado por la oficina de Guillermo Palacio & Cía, reproducido por el Concejo en la Cartografía de Medellín
1790-1950. Llama la atención que en los planos de 1932 y 1938, aparece el sector con el nombre de Majalc, mas
en el mapa de 1944, no aparece referenciado, y es después de la década de los 50’s, que figura con el nombre de
La Mansión.

En los inicios de los años 40’s, su territorio lo componían unas cuantas casas, varios caminos de herradura y el
Convento de Clausura de las Hermanas Carmelitas que se fundó en 1942.

En el barrio La Mansión existió la primera fábrica de camisas Vanidad,


de mucho renombre en la ciudad, y que fue demolida hacia los años
70’s; anteriormente estaba ubicada en el mismo lote una cancha de
futbol de donde salieron muchos jugadores de importancia nacional
como Irra y Nando Echeverry. Hubo también un famoso granero don-
de se reunían los deportistas del sector: el Granero Santana de Don
Pacho Mejía.

En el barrio existió una fundación benéfica, inaugurada por los años


70’s, que dedicó su labor a la capacitación de comunidad en temas di-
versos como: culinaria, corte, confección, tejido, pintura, entre otras.
También ayudó con becas para educación básica y superior, y prestaba
herramientas y utensilios de todo tipo para las personas que querían
trabajar y no tenían con que.

En la carrera 41, hay un sector histórico y referencial, llamado Los


Sapos, ya que en la esquina hay una casa que tuvo por nombre La Fon-
da, donde hay tres sapos tallados en roca, realizados por el señor Jesús
Colorado propietario de la casa y artesano del barrio.

En La Mansión existió hasta comienzos de los 80’s la escuela eucarís-


tica, y más tarde la escuela de artes y títeres la fanfarria. Hacia abajo
esta el café “El Reposo”, lugar de encuentro y esparcimiento. En la
cuadra siguiente se encuentra la Escuela José Celestino Mutis con más
de 75 años.

La Mansión, junto con San Miguel y Los Ángeles (Comuna 10), han construido una historia común, que se evi-
dencia en que los dos primeros cuentan con una sola Junta de Acción Comunal, a diferencia de otros barrios que
tienen hasta 3 ó 4 juntas. Así mismo, San Miguel es una fracción de Los Ángeles, que solo adquirió la categoría
de barrio en la segunda mitad del siglo XX. Una razón de esta unidad barrial, puede encontrarse en la confor-
mación del primer centro cívico en 1956, tiempo desde el que la comunidad comenzó a trabajar en convites para
terminar la construcción de la iglesia, iniciar las obras de la escuela república del ecuador y de algunas casas de
familia.

44
4. Reseñas históricas barriales

4.3 San Miguel, núcleo de la salud


La parroquia San Miguel Arcángel es el centro religioso prin-
cipal del barrio, desde casi los años 40’s, cuando funcionaba en
unos terrenos donados por el señor Daniel Botero, como una
ramada de tapia donde se oficiaba la misa. Posteriormente la
parroquia se va remodelando como una capilla propiamente di-
cha, por trabajo de la comunidad en convites vecinales. El 9 de
abril de 1961 fue el primer acto efectuado como parroquia: el
bautismo de la niña Marta Lucia Muñoz González. El 3 de junio
del mismo año, se realizó el primer matrimonio, entre Luis
Alberto Muñoz y María Cecilia Arboleda. Como precursor del
templo se le considera el párroco José Miguel Agudelo, a quien
se le rinde homenaje en una placa que hay dentro de la iglesia
con fecha de 1942.

La consolidación de San Miguel como barrio, se asocia a la cons-


trucción de algunos equipamientos sociales, obras de las comu-
nidades religiosas de La Presentación, y de los padres Eudistas,
que dan dinámica a la vida comunitaria, y le dan forma como
espacio urbano. Es el caso por ejemplo de la escuela Santa Inés, que nace en la
primera mitad de los años 30’s, como iniciativa de la madre Félix Joseph de las
Hermanas de la Presentación, como un saloncito contiguo a la despensa de la
casa provincial, y un personal de 30 niñas de escasos recursos.

Poco a poco el número de alumnas fue creciendo, hasta que se hizo necesario
dos grupos de enseñanza. En 1935 se construye una edificación más amplia con
tres salones, un dispensario y un espacioso patio. Al principio se llamaba sim-
plemente “La Escuelita”, y hacia 1955 comienza a llamarse Normal Santa Inés,
bajo el impulso dado por la madre Therese de Anges, quien hizo progresar el
edificio, que alcanzó tres pisos con todas las comodidades de un centro educati-
vo. En 1962 la normal consiguió la aprobación oficial definitiva, convirtiéndose
en Colegio Santa Inés. En 1968 cambia la orientación normalista y pasa a ser
bachillerato académico.

Alrededor de 1937 se abrieron unos lavaderos públicos que fueron conocidos


como La Piscina, allí las personas lavaban la ropa y sus cuerpos pues también
habían 10 duchas y un gran estanque, que fueron clausurados en 1946. Se sabe
también del Teatro Cuba, conocido en todo el sector, por su concurrencia y
porque se podía fumar, ya que no iba la policía a realizar controles. Fue demo-
lido en la década de los 60’s para construir un edificio.

Existió la primera clínica llamada Los Ángeles, que fue demolida a mediados de
los 60, para construir una urbanización que lleva su nombre. En el año de 1959
de construye la Clínica del Rosario propiedad de las hermanas de la presenta-
ción, con el área de una manzana; funciona allí, el centro de investigaciones
medicas de Antioquia –CIMA con consultorios médicos especialistas.
45
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

4.4 La Ladera, nuevo centro de la cultura y el conocimiento


Al oriente de Medellín se alza un sector que siempre ha sido conocido por sus pobladores con el nombre de
La Ladera. Al parecer para el siglo XIX era un campo apto para el pastoreo; era poca la población que allí se
asentaba. Paulatinamente a principios del siglo XX este sector fue poblado por inmigrantes de otras partes del
departamento que llegaban a Medellín en búsqueda de oportunidades, incluso por los propios medellinenses
excluidos del centro de la ciudad, que veían en ella un lugar de asentamiento. Para comienzos de siglo eran pocas
las construcciones que existían en aquel sector, entre las cuales se puede contar un antiguo caserón denominado
edificio o Casa de La Ladera que construyó para su familia, el señor Ricardo Rodríguez, uno de los primeros
pobladores de la zona.

El desarrollo urbanístico de este barrio se dio a partir de la riqueza hídrica que en el sector había, ya que repre-
sentaba una importante fuente de suministro para la vida de sus primeros pobladores. Una primera Sociedad de
Aguas de La Ladera existió a mediados del siglo XIX, pero pasó sin mucha trascendencia. Para finales de siglo, se
conformó una nueva sociedad con diferentes dueños, pero que conservó el nombre de Sociedad de Aguas de La
Ladera. Entre sus propietarios se cuentan: Manuel J. Álvarez, Alejandro Echavarria, Ricardo Olano y Lisandro
Ochoa entre otros, hasta que el municipio poco a poco la adquirió. En 1940 se comenzó la construcción del
gran tanque de agua y se instalo en La Ladera la maquinaria necesaria para la purificación y almacenamiento de
aguas.

46
4. Reseñas históricas barriales

El resto de predios de lo que hoy es el barrio La Ladera eran man-


gas donde entrenaban los soldados del batallón Girardot. Allí se
construyó, en 1921 la Cárcel Celular de Varones, en la calle 59ª
con la carrera 35. Unos años después, los presos salían a trabajar a
la calle y se encargaban de vaciar el material en las lozas de algunas
casas aledañas; también se veían por las mañanas varias cuadrillas
que se dirigían a otras construcciones, y muchos presos que es-
taban por terminar su condena, salían a los barrios a recoger y a
repartir la ropa de la lavandería. A otros los sacaban a limpiar los
prados y a sembrar pinos alrededor de La Normal, muchos de los
que aprovechaban estas oportunidades para fugarse, viéndoseles
correr por estos predios, o esconderse en los matorrales en huida
de los operativos de captura.

En 1960 se comenzaron a construir casas de habitación para los


empleados de la cárcel, y se trasladaron algunos juzgados a este
sector, quedando parte de este con el nombre de Departamento y
el otro sector con el nombre de Los Juzgados. También hubo allí
una casona donde funcionaba un hogar de bienestar familiar.

La Normal Nacional de Varones de Medellín, constituida en 1873,


viene funcionando en el sector de la Ladera desde 1916 por orde-
nanza de la Asamblea, cuando se colocó la primera piedra del nue-
vo Edificio, diseñado por el arquitecto belga Agustín Goovaerts
y construido por el ingeniero Carlos Cock Parra. En 1931 fue
inaugurado, y en 1933 pasó a ser establecimiento del orden nacio-
nal. En 1962 siendo rector don Libardo Bedoya Céspedes, gracias
a su insistencia con los poderes centrales, se consiguió el aporte
nacional para la ampliación de la normal con un hermoso pabellón
destinado a los servicios comunes del plantel. En lo que se refiere
al local de la escuela anexa, esta fue construida por el Municipio
de Medellín en predios de La Normal, e inaugurado el 6 de mayo
de 1940, con ocasión del centenario de la muerte del General
Santander, de quien recibe el nombre.

En 2007 fue puesto en funcionamiento el Parque Biblioteca León


de Greiff, equipamiento administrado por Comfama, y que recu-
pera el territorio de la antigua cárcel, para brindarle a la comuna,
un nuevo centro para la cultura y el conocimiento.

47
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

4.5 Batallón Girardot, el barrio


de los soldados

El barrio Batallón Girardot, como bien lo expresa su


nombre es un territorio más institucional que residen-
cial dentro de la comuna 8. En este sector se encuen-
tran algunas casas fiscales, pero la gran mayoría del te-
rreno es parte de los predios del batallón.

En el año de 1918 se trasladó a la casona de Albania,


que quedaba en predios aledaños a lo que hoy es el
batallón, el regimiento de infantería # 9 que tenia sus
instalaciones en la quinta de don Juan Uribe, situada
entre las carreras Carabobo y Cundinamarca y las ca-
lles pichincha y Maturín, cerca al edificio del Palacio
Nacional.

En 1924 fue cambiado de guarnición y paso a la ciu-


dad de Barranquilla, para controlar el orden público
durante la huelga de las bananeras en la costa atlántica.
Pero en 1929 fue cambiado el nombre de regimien-
to por el de Batallón de Infantería Nº 10 Girardot, y
paso a ubicarse en 1932 a los terrenos que hoy cono-
cemos, que fueron comprados por la nación al señor
Lonis Arthur Rittiman, por un valor de $2.000.000,
para iniciar la construcción de su infraestructura. el
administrador de los terrenos en ese tiempo era el Sr.
Marco A. Correa.

48
4. Reseñas históricas barriales

4.6 Llanaditas, la última frontera


Los primeros pobladores venían en general de municipios antioqueños, fuese porque la violencia les forzó a
salir, fuese por la cercanía a los municipios del oriente como Guarne y Marinilla. Estos pobladores comienzan a
comprar la tierra hacia 1960 aproximadamente, las invasiones son posteriores.Ya para los años 90’s. la dinámica
poblacional de la zona expresa una tipología constructiva de corte rural, sobre todo en las casas más antiguas,
de bahareque o tapia, una sola planta, corredor adelante, en algunos casos la cocina esta por fuera, huerta casera
y lindero de piedra. Esta forma de urbanización a cambiado, mientras las antiguas construcciones estaban en el
lindero del antiguo Camino de Cieza, poco a poco han sido reemplazadas en muchas de sus parte por materiales
como ladrillo. Viene una segunda generación de casas que tienden hacia la montaña, que son hechas en material,
pero a veces conservan elementos tradicionales como la chambrana y, eventualmente, el huerto.

El barrio es para la comunidad como la representación a escala pequeña de un pueblo, motivo por el cual se
sienten orgullosos.Y no está lejos de serlo en su aspecto físico, pero también por el ambiente y dinámica pobla-
cional que se vive en él, especialmente los fines de semana, puesto que las personas bajan del campo a caballo
y traen productos para la venta como carbón, verduras, flores y productos orgánicos para las plantas, como tie-
rra de capote y musgo. En la tarde suben cargados
con artículos de primera necesidad o materiales de
construcción. Este ambiente de pueblo se vive sobre
todo en el último sector consolidado dentro de la
malla urbana de la ciudad, sobre la carrera 21 en-
tre las calles 58 y 59c. La carrera 21 que cambia de
nomenclatura más arriba a Calle 65, es la columna
vertebral de los distintos sectores, a los que se llega
por escalas y senderos. Esta vía se bifurca al norte
de Llanaditas, por la derecha continua amplia pero
destapada, siguiendo lo que fue el antiguo Camino
de Cieza hasta la parte más alta, incluyéndose el Ce-
rro Pan de Azúcar y la Laguna de Guarne y por la
izquierda se accede al sector Golondrinas, ubicado
cerca al nacimiento de la quebrada La Loca, en lími-
tes con el Batallón Girardot.

Cuando la pendiente se hace muy fuerte, el siste-


ma constructivo es diferente, el material básico es
la madera y aparecen los zancos, así como altas co-
lumnas de ladrillo y techos de lámina de zinc. Por
último las construcciones más recientes son casas
prefabricadas, situadas en la parte baja del barrio,
con ayuda de la Fundación Golondrinas, así como
una pequeña urbanización (Altos de la Villa) en la
base de las letras de Coltejer y otra llamada Villa
Mercedes. Posteriormente se entregaron soluciones
de vivienda, construidas por Comfama, que confor-
man otra pequeña urbanización.

49
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

Por estar en el borde urbano, Llanaditas ha sufrido la mul-


tiplicación de asentamientos que hoy se identifican como
nuevos barrios. A los sectores de Golondrinas, Los Tubos,
Las Letras, Altos de la Villa y Villa Mercedes, se le suman
otros como: El Faro, Altos de La Torre, y El Pacifico, que
comparte con el Trece de Noviembre.

La vida económica ofrece un panorama similar al de otros


barrios intervenidos, los oficios de construcción, las ven-
tas informales y el rebusque son la base del ingreso fami-
liar. En el barrio hay un pequeño sector de comercio con
tiendas de abarrotes, algunos bares, y discotecas. En ellas
se vende licor y se considera el punto de encuentro para
los jóvenes de los sectores de abajo y de arriba.

Dentro del territorio de Llanaditas se encuentran tam-


bién las letras de Coltejer, referente cultural que aunque
están en este momento sin luces, la comunidad espera
que vuelvan a restablecerse, pues son algo que distingue
al barrio.

Aquí conviven dos credos religiosos que tienen su iglesia


en el barrio, el católico romano y la iglesia pentecostal
unida. Frente a la primera, aparece cierta tensión invisibi-
lizada entre las generaciones, que responde posiblemente
al inusitado crecimiento del poder de las juventudes orga-
nizadas, alrededor de la iglesia pentecostal.

El impulso a la educación está encarnado en la labor de la


Fundación Golondrinas, con 25 años de trabajo en el ba-
rrio. En 2007, la Adminsitración Municipal construyó la
Institución Educativa Joaquín
Vallejo Albeláez, una institu-
ción de calidad que se con-
vierte en un nuevo referente
del barrio.

50
4. Reseñas históricas barriales

4.7 Los Mangos, zona de recreo convertida en


barrio

Este barrio fue producto de una migración ocurrida desde el oriente antioque-
ño a mediados del siglo XX, tomando auge en la época de la violencia partidista
(aproximadamente en los años 1945-1958). Cabe anotar que existe una pobla-
ción significativa que data de las décadas del setenta, ochenta y noventa, con
unas características diferentes a las de los asentamientos de épocas anteriores
(década del 50). El centro del barrio está constituido por un núcleo familiar
bastante numeroso, que procede de los pueblos cercanos del oriente (Mazo,
Guarne, San Vicente), donde se destacan los apellidos Marín, Agudelo, Henao,
Ramírez, Londoño y Grajales entre otros. El territorio que hoy compone el ba-
rrio era en épocas de arriería, una estación de descanso para quienes transpor-
taban mercancías entre la Plaza de Flórez y los pueblos del oriente cercano. Los
arrieros y silleteros subían con sus mulas por toda la calle principal, y pasaban
por Llanaditas, La Laguna y Mazo.

La historia de este barrio nos muestra una población que, siendo de bajos re-
cursos, accedió a su vivienda a través de la compra de terrenos o directamente
de casas, en una zona que típicamente había sido de recreo o de paso. Los
Mangos pertenecía al barrio Enciso, se distinguía por una casa grande de co-
rredores alrededor, y rodeada de palmas, conocida como ‘La Casa del Míster’,
por habitar en ella un matrimonio compuesto por una señora colombiana y un
señor extranjero, quien deseó construir una casa con la mejor panorámica de
la ciudad.

Según las referencias de la historia del barrio, elaborada por los miembros de
emergencias del simpad, de la que aquí se retoman algunos datos, don Miguel
Maya, otrora presidente de la Junta de Acción Comunal, dice que en el año
1942, en planeación municipal dieron la notificación de que este lugar era una
vereda, la cual fue llamada vereda los mangos. A comienzos de los años 50 no
había carretera, solo el camino de herradura, mangas y cañadas. Los alcantari-
llados eran brechas que cada dueño de las casas hacía, las aguas negras corrían al
aire libre y bajaban a la quebrada Chorro Hondo. No había ni agua, ni luz.

Al correr de los tiempos la primera casa que tuvo agua y luz fue la de Leonor
Cardona. La luz fue traída desde el barrio Enciso, y el agua cogida desde los
tubos, cerca a donde hoy es la cancha de fútbol de Los Mangos. El agua fue dis-
tribuida a los vecinos con mangueras. Arturo Burgos y Julio Burgos formaron
una comisión o Junta de Acción Comunal con la señora Leonor Cardona, y se
fueron organizando. Primero construyeron la carretera, luego el alcantarillado
y después la escuela. A la carretera le pusieron piedras y cascajo, pero cuando
llovía el agua barría con todo. Entonces hicieron los rieles y ya cuando la acción
comunal estuvo bien conformada iniciaron la escuela. También la junta pensó

51
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

Entre los pobladores no existe un conoci-


miento claro sobre los límites político-admi-
nistrativos del barrio, y suelen circunscribir
su territorio a la parte central cuyo eje es la
calle 57C. Este hecho posiblemente esta rela-
cionado con las distintas fases del poblamien-
to, a partir de las cuales han surgido nuevos
sectores y urbanizaciones con una conforma-
ción muy diferente al sector tradicional del
barrio, de tal manera, que por el mismo pai-
saje urbano los pobladores sienten las diferen-
cias entre uno y otro lugar, lo que los lleva a
configurar diversas identidades. De otra parte
los nuevos pobladores de las urbanizaciones
no se sienten identificados con el barrio, en
más tarde en la apertura de una vía principal pavimentada, cuanto lo consideran urbanísticamente infe-
la cual se realizó en los años 70’s. En la época de los ochen- rior y por lo tanto no sienten que pertenezcan
ta, ya el servicio de luz y agua fueron muy eficientes gracias a él. También hay sectores que si bien están
también a la gestión de la J.A.C. y el acompañamiento de integrados por su larga permanencia, como el
los pobladores. Todos los logros de infraestructura, confor- sector Julio Rincón, tienen en su interior un
mación y consolidación del barrio, son una labor comuni- tejido propio marcado por su historia, que es
taria emprendida desde diversos liderazgos, pero siempre posterior a la del barrio fundacional.
con una base sólida en la comunidad.
Los sectores que conforman el barrio son:
El eje central de todas las dinámicas del barrio, tanto para Los Mangos parte central, en el eje de la calle
el encuentro como para la circulación, ha sido y seguirá 57c, sector tradicional que dio origen al ba-
siendo la calle 57c por ser una calle articuladora e integra- rrio; Julio Rincón que lleva este nombre por
dora de los distintos sectores con la ciudad, y con los ba- el propietario de dicho lote y de la construc-
rrios más altos, pues por allí circulan las rutas de colectivos tora Provivienda, que fue quien vendió estos
para Llanaditas y el Trece de Noviembre. Además a su alre- lotes; Julio Rincón Segunda Etapa o sector de
dedor se han construido escenarios de integración como la El Edén, conformado en 1986 con 5 casas; Al-
placas polideportivas, los parques de recreación infantil, la tos de la Villa, urbanización ubicada entre las
sede de la acción comunal, y la escuela Niño Jesús de Praga carreras 24b y 22c con calles 57h y 57c, entre
que fue construida con el esfuerzo de todos. Varias casas el barrio Llanaditas, la urbanización Colinas
centenarias (que son orgullo de la comunidad) aún conti- de Enciso y la Parte Central de Los Mangos.
núan de pie junto al camino. Cuando se habla de orgullo Esta urbanización esta integrada por 260 ca-
de la comunidad, se debe aclarar que dentro de este barrio sas unifamiliares distribuidas en 4 manzanas y
esto es prenda de los habitantes tradicionales, pudiéndose se inició en 1990 como casas de interés so-
decir que no se sienten lo mismo, quienes llegaron de otros cial. Sector Rosvel, construido en 1989, que
sectores a habitar espacios predeterminados, construidos, se ubica en la calle 58 con carrera 24b. Lleva
que no implicaron su integración para mejorar sus condi- el nombre abreviado de Doña Aura Rosa Vé-
ción de habitación, aparte de que -quizás sin querer- están lez, quien fue la gestora ante planeación para
en un sector que les fue impuesto por una economía, o sea la venta de estos lotes, y el levantamiento de
que son personas que llegan a ocupar un espacio por el cual planos del sector.Y el sector Vélez, parte de la
no tienen ningún tipo de arraigo, ni comparten principio casa finca Las Palmas, sitio de recreo y espar-
alguno de identidad con sus anteriores pobladores. cimiento para los pobladores.

52
4. Reseñas históricas barriales

4.8 Enciso, el más antiguo de los barrios


El barrio Enciso queda al oriente de Medellín. Lleva este nombre,
según algunas historias, en honor a un español de apellido Enciso
que participó en el descubrimiento de la nueva granada. Para los
inicios del barrio, hacia el año 1918, habitaban 1.200 personas,
llegadas mayoritariamente de Guarne, de la vereda Mazo del co-
rregimiento de Santa Elena, y de otros municipios del departa-
mento de Antioquia, sobre todo del oriente.

La entrada al barrio estaba situada en la carrera 36 con la calle


de Guarne, hoy calle 58. Había una portada grande para entrar a
las fincas que constituían la mayor parte del territorio, estas eran
la del señor Ricardo Rodríguez llamada Villa Betza, la del padre
Enrique Uribe llamada Villa Rosa, la del señor Juan Peña con el
nombre de La Manga de Juan Peña, y la Casa Praga del señor Ur-
piano Acevedo. Las viviendas en aquel entonces eran de bareque
y terrón, y otras de vara en tierra como llamaban los campesinos
a los tugurios. Sus techos eran de cualquier material que les pro-
tegiera de las inclemencias del clima, siendo solo hasta 1920, que
con la llegada de los llamados tapieros, se comienzan a construir
casas más modernas de tapia y teja de barro. En 1930 comenzó
una nueva etapa para el barrio, porque llegaron a él los famosos
albañiles que emprendieron una gran labor construyendo las casas
de materiales con adobe, hierro, cemento y teja.

Para esta época las personas parecían más campesinos que de ciu-
dad, andaban descalzos y con sus peinillas a la cintura, con som-
breros aguadeños y de caña y su tradicional ruana. Los domingos
era costumbre ir a la iglesia del Sufragio a misa de 5 de la mañana,
luego, en las horas de la tarde, salían a las mangas, tendían sus rua-
nas y jugaban a los dados. Los sábados sacaban tiples y guitarras
para hacer sus parrandas; entre los músicos que más se recuerdan
estaban el cojo Abel, el Viejo Tolinche y Alfonso Álzate.

Los matrimonios siempre se celebraban los domingos en las horas


de la mañana, y las vísperas eran con grandes bailes en los corre-
dores de las casas. La música que gustaba en aquella época era el
bambuco, el pasillo y la guabina. El 6 de enero era costumbre salir
de paseo de olla a la Laguna de Guarne, o a los Pomales donde se
bailaba y toman tapetusa.

Hacia 1938, más exactamente el 22 de mayo se reunieron un gru-


po de propietarios y vecinos del barrio, bajo la acertada direc-
ción de don Bernardo Ángel, delegado oficial de la Alcaldía, para
fundar el primer Centro Cívico del barrio donde comenzaron a
surgir los primeros líderes comunitarios.
53
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

En Enciso existen varios sectores de notable


importancia en la historia de su poblamien-
to, ya que entre la década del 40 y el 50 se
construyeron gran cantidad de casas. Es el
caso por ejemplo del sector El Pueblito o La
Isla que comienza en la carrera 35 y termina
en la carrera 28. Está situada en el centro de
dos quebradas: La Chagualos que sube por
el pencal hacia el oriente, y la Coco Hondo.
Este sector se compone de varias casas típi-
camente campesinas. Las familias fundadoras
fueron los Ramírez, los Muñoz, los Sánchez,
los Jaramillo, los Osorno, los Zapata, y los
Henao entre otras. Para entrar al sector, en
aquella época tenían que meterse en la que-
brada y subir pegados de la maleza ya que no
existían escalas, ni camino apropiado. Des-
pués de que la quebrada El Chagualo cobró
la vida de las señoras Albertina, Rosita, y en
1985 Luz Elena Ríos, se hizo necesario cons-
truir dos vías de acceso adecuadas, una por la
carrera 30 a través de unas escalas que llegan
a la calle 59ª y por la calle 62, también por medio de escalas que cruzan
las quebradas por puentes peatonales

En 1940 comenzó a funcionar la escuela Julia Agudelo a donde trasla-


daron la escuelita Villa Betza. En 1943 se construyó en un nuevo lote
(carrera 28 y 29 entre calles 58 y 59) la nueva escuela y en 1946 se dio
al servicio con capacidad para 600 alumnas y con grupos hasta quinto de
primaria.

Hacia el año de 1955, fecha en que es fundada la escuela Santiago San-


tamaría en la carrera 29 con la calle 57d, se inicia un proceso de pavi-
mentación de las calles y carreras del barrio que eran hasta entonces vías
destapadas. El proyecto nace a partir de la iniciativa de la comunidad en
cabeza del Centro Cívico y con la colaboración de obras públicas. De
esta manera, se comienza a trabajar por etapas, primero fue la carrera
35 por Perú, luego llegaron hasta la carrera 32 con la 57, luego pasaron
a la calle 58 con la carrera 35, por las dos entradas principales al barrio.
Para entonces quedó faltando abrir la carrera 27 que era el límite del
barrio; aquella, hoy en día se encuentra pavimentada y con servicio de
alcantarillado.

54
4. Reseñas históricas barriales

La infraestructura educativa también fue durante años un tema de preocupación para la comunidad del barrio.
Por lo que a mediados de los años 60’s se conformó un comité comunitario, que asesorado por el doctor Héctor
Abad Gómez, secretario de educación departamental para aquel entonces, inició la gestión de un bachillerato
para el sector. De esta manera, para 1967 comienza a funcionar en la jornada de la tarde, el bachillerato que
duro 10 años en la escuela Santiago Santamaría, y posteriormente fue trasladado al barrio Buenos Aires con el
nombre de Liceo León De Greiff.

En 1968 se terminó una de las obras más importantes para los habitantes del barrio enciso: el centro de salud,
localizado en la carrera 29 con la calle 59 a cincuenta metros de la iglesia Jesús de Praga. En un terreno que anta-
ño había sido comprado por las sociedades mutuarias del barrio, el párroco de la iglesia y algunos vecinos, y que
había sido escriturado posteriormente al municipio para la realización de la obra. De igual manera se comenzó
de parte de la J.A.C, trámites para la realización de la cancha de baloncesto del barrio, que fue construida hacia
1972.

4.9 Sucre, el centro para los


estudios superiores

El barrio Sucre es fundado principalmente por per-


sonas de estrato medio y algunos sobrevivientes de la
guerra de los mil días (Antonio Ricaurte, Fernando
Yepes y Pantaleón Betancourt), entre los años 1910 y
1930, periodo en el cual, sufre un proceso de trans-
formación en el que pasa de ser casafincas dispersas en
su territorio, al caserío que constituyó propiamente el
barrio. Podría decirse que inicialmente lo que fue Villa
Hermosa, Sucre y Los Ángeles se confundieron en una
misma comunidad, luego cuando este fue cambiando
su composición socioeconómica hacia una comunidad
más popular, el grado de identificación fue mayor con
los barrios de Enciso y La Toma.

El territorio de Sucre comprende una franja que va


desde la calle 57c hasta el Hoyo De Ña Rafaela, y desde
la carrera 33 donde quedaba la Antigua Barbería hasta
la 30. Dentro de Sucre podemos encontrar sectores
muy tradicionales y diferenciados como lo es El Plan
entre la 57ª y la 57c, el sector de Ña Rafaela, aledaño a
La Toma, el sector del Colegio San José, donde actual-
mente funciona el I.T.M, y El Hueco de Corea frontera
con Boston.

Antiguamente los predios que hoy componen el ba-


rrio eran unas mangas propiedad del señor Juan Peña,
que empezaban desde lo que hoy es la calle 29 hasta
el Camino de Guarne, la parte alta era propiedad de

55
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

los Hermanos de las Escuelas Cristianas, o Hermanos mayoría de habitantes de Sucre y de otros barrios ale-
Cristianos, y por el sector que hoy es El Plan era pro- daños como Enciso, Caicedo, La Toma, y hasta Boston.
piedad del adinerado señor Rubén Laverde. Para la ur- Entre los lugares y edificaciones más antiguas de Sucre
banización del barrio como sector residencial, fue ne- se encuentran la Vieja Barbería, el Castillo de las Águi-
cesario realizar una serie de rellenos que afirmaran los las por la carrera 35 y algunas casas como la de Enri-
predios para su construcción, puesto que su geografía queta Rojas y la de doña Ligia ubicadas por la carrera
era en extremo irregular y había demasiadas fuentes de 31 con calle 57b, estructuras que aun guardan una for-
agua que hacían de la zona un terreno muy pantanoso. ma arquitectónica muy antigua de tapia, puertas altas y
Inicialmente las casas que se edificaron, eran de tapia ventanas de madera.
y teja de barro en su mayoría, pero no contaban con
acueducto, ni alcantarillado, por lo que los habitantes Todavía se recuerda que hasta Sucre subía el viejo tran-
recogían el agua de unas piletas surtidoras, que a través vía, que hacía estación en la terminal de Bolivia o Ar-
del bombeo, suministraban el agua para ser trasporta- gentina, de allí para arriba se tomaban unos carritos
da en baldes o canecas desde Enciso o desde el sector chiveros de los que fueron sus primeros conductores
del Plan, donde se encontraban estas, alimentadas por el señor Jaime Ríos, conocido también como Cepillo,
la quebrada la chocha, como hoy llaman el caño que se don Carlos Restrepo y José “Frijoles”. Entre los per-
encuentra canalizado y en algunos sectores entambo- sonajes reconocidos socialmente en la ciudad y el país
rado desde 1948. Otra opción era ir hasta la quebrada que se criaron en Sucre están la familia de los Acevedo,
Santa Elena, que se utilizaba mas como bañadero y la- fundadores de la fábrica HACEB y los Granadas que
vadero. dieron jueces, políticos, contralores y hasta embajado-
res al país.
El centro religioso que convocaba a los feligreses cató-
licos en Sucre antes de la década de 1940, fue la Parro- En 2007, la obra de los Hermanos de las Escuelas
quia del Sufragio, y después, la Iglesia del Niño Jesús Cristianas, el Colegio San José, fue adquirida por el
de Praga, ubicada en el barrio Enciso. Posteriormente Municipio de Medellín, gracias a la donación de la
se construye la capilla de San Policarpo por el sector Fundación Fraternidad Medellín, y se pone en funcio-
de Ña Rafaela. El centro educativo más antiguo del ba- namiento una sede del Instituto Tecnológico Metropo-
rrio es la Escuela Caracas, con más de 70 años, que litano – ITM, abriendo una nueva era para la comuna,
representó el centro educativo por excelencia para la la era de la formación superior.

56
4. Reseñas históricas barriales

4.10 El Pinal, una alusión a lo que se


perdío

El nombre del barrio hace referencia al antiguo bosque de


pinos que se encontraba en el territorio donde hoy se ubica
el barrio. Hacia 1944 estuvo habitado por 600 personas
que hacían parte 12 familias, entre las que estaban los La-
verde, González, Tabares,Yepes, López, Ruiz, Álzate, Álva-
rez, Botero, Londoño, Estrada y Rivera. Algunos poblado-
res de esta zona consideran que el origen de su barrio se
produce en torno al asentamiento de Ratón Pelao, hacia el
año 1937, que hoy presenta un desarrollo planificado, en
la parte inferior del barrio y es entrada a este, en el sector La división del barrio, según los pobladores
conocido como Las Perlas. se hace en los siguientes sectores: Las Perlas,
El Pinal de Arriba y el de Abajo, Manzanares,
La ocupación del espacio para ese entonces, estaba dado Quintas de la Playa, La Trafica y Chorro Hon-
por grandes fincas con vocación pecuaria, como fueron La do. Confrontando estos sectores con el terri-
Arboleda, propiedad de los Zapata, ubicada en la parte más torio establecido por planeación municipal
alta limitando con terrenos del municipio; la finca de los coinciden en toda su extensión, exceptuando
Uribes, de terreno pedregoso y húmedo; la de los Botero; un sector limítrofe al norte del barrio, limites
la de la familia Posada Tobón, propietarios de la empresa entre los barrios Villatina, Trece de Noviem-
Postobón; y la de los Bedout, encontrándose todavía la del bre y La Libertad, tradicionalmente llamado
escultor Oscar Rojas, entre otras. Además se presentaban La Banca que es reconocido como territorio
incipientes desarrollos urbanos como el de Las Perlas en propio tanto por El Pinal como por el Trece;
los límites del barrio Sucre e inmediato a los linderos de esta área es reconocida como Zona PRIMED,
los terrenos de los Hermanos Cristianos del Colegio San por tratarse de un sector levantado por auto-
José. Más arriba de este, se generó otro asentamiento en construcción, que fue asesorado por este ente
torno a una capilla cerca al sitio denominado La Planta, municipal.
lugar donde iniciaba la carretera principal de ascenso a Ra-
tón Pelao. El sector de Las Perlas está comprendido en-
tre las calles 52, vía a Caicedo y la 55 y pre-
Otros puntos de desarrollo que se generaron a mediados senta una tipología definida que responde a
de los 40’s fueron el sector de San Vicente, área donada viviendas de los años 40’s y 50’s; aunque aun
por la Sociedad de San Vicente de Paul, para cuatro familias hay muestras de viviendas en bahareque. El
que habían sufrido el rigor del desplazamiento forzado; el sector Ratón Pelao y Manzanares, son para la
sector del pedrero, donde para la época ya habían asentadas comunidad parte fundamental de El Pinal y se
varias familias, el sector de El Hoyo que contaba con diez ubica entre las calles 55 y la 56e, pasando por
familias, y Ratón Pelao, parte céntrica de lo que hoy es El la iglesia de San Francisco de Asís. El sector
Pinal, sitio donde se hicieron los primeros asentamientos y del Pinal Alto está comprendido entre la ca-
que era el único sector que contaba con servicios de ener- lle 56e y la carrera 23ª. La Mano de Dios fue
gía y con algún tipo de organizaciones. un sector conformado a raíz del asentamien-
to de población desplazada, reubicada por el
municipio desde 1996 en el sector La Arenera
cauce oriental. Se encontraba en límites del
barrio El Pinal y La Libertad.

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“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

Respecto a los inicios de conformación barrial, se puede hacer una somera cronología de la construcción de
infraestructura, según datos de un fundador: ”hablamos que en el 50 había contrabando de luz, el agua era de
nacimiento, se hacen tuberías, no hay alcantarillado; en los 60 se abren brechas para alcantarillado, hay pavimen-
tación entre la 56ª, hasta la 54; hay legalización de servicios entre 1965 y 1966, y el afirmado entre la 24 y la 23.
¿Teléfonos? Eso fue como en el 80”.

En general, El Pinal es habitado por gente de pocos recur-


sos económicos y es en el sector de Manzanares donde se
evidencia la mayor dinámica económica, representada en
algunas tiendas de abarrotes, misceláneas, salones de be-
lleza, billares, bares, carnicerías entre establecimientos de
toda índole. Se acepta que fueron las mujeres las que en
mayor medida contribuyeron a la construcción del barrio,
fueron ellas quienes recibieron capacitaciones del PRIMED
en sistemas de autoconstrucción, fueron ellas y lo dicen or-
gullosas quienes hicieron la mezcla para sus viviendas y vías,
aserraron materiales, figuraron el hierro, pegaron ladrillos,
especialmente las de la parte de arriba, y entre semana ha-
cían estos oficios porque los hombres estaban trabajando.
En cuanto a lo religioso, la comunidad parece comulgar con
las doctrinas católicas y pentecostales; se han mantenido
dentro de la memoria cultural un ritual católico, que con-
siste en una peregrinación o caminata nocturna desde la
iglesia San Francisco de Asís del Pinal hasta el Cerro Pan de
Azúcar. Esta celebración se realiza los jueves santos.

Frente a la historia de violencia en el barrio El Pinal, se


puede decir que no presenta hechos graves de violencia en
su formación inicial. Se reconoce la presencia de dos o tres
ladrones que aunque trabajaban juntos no eran percibidos
como una banda. La vigilancia era hecha por los carabineros
que contaban con la colaboración de la comunidad. A par-
tir de 1975 cambia algo la conformación del barrio, llega
gente nueva, pero siempre a construir. Es a comienzos de la
década de los 80, cuando se vuelven a ver casos de ladrones
en el barrio. Los pobladores hoy día caminan aparentemen-
te sin temores; los años de violencia generados entre 1990
y 1997, por la presencia de una banda llamada Los Caliches, ha quedado en el olvido, aunque se siente que está
latente dentro de los pobladores; de igual forma hubo una época en que se hizo difícil el tránsito hacia los barrios
Trece de Noviembre y La Libertad, porque la presencia de bandas demarcaba territorios, la guerra estaba decla-
rada. Dentro de los grupos que más recuerdan está el de los Méjico, que operaba en límites con La Libertad y
controlaba la circulación por este sector.

Hasta el año 1969 al sector se le conocía como Llano Largo y Ratón Pelao cuando por petición de Lilliam Ruiz,
el 9 de octubre al ganar el reinado de belleza intercomunal, le conceden como premio cambiar el nombre del
barrio.

58
4. Reseñas históricas barriales

4.11 Trece de Noviembre, la fecha del triunfo


El barrio se fundó el Trece de Noviembre de 1981 según cuenta Jairo Monsalve un poblador de la comunidad.
“Las patrullas nos tumbaban los ranchos y se nos llevaban las picas, las palas y nosotros conseguíamos más y se
iba la autoridad, volvíamos y levantábamos los ranchos. Ellos se llevaban la herramienta y no la devolvían […]
y tuvimos cinco desalojos pero no nos pudieron desalojar”. El agua era tomada del nacimiento de la arenera.
Anteriormente no existía sistema de alcantarillado, por lo que por las calles pasaban las aguas negras, hecho
que causaba serios problemas de salubridad, que con el tiempo se fueron solucionando a partir del trabajo de la
misma comunidad, que abrió brechas de canalización de aguas.

De acuerdo a la comunidad, el barrio Trece de Noviembre se reduce al cuadrante que va por el norte desde la
Quebrada Chorro Hondo, limite con el barrio Los Mangos, hasta la entrada a las edificaciones de la Institución
Beato Domingo Iturrate en la parte sur; por el occidente desde la carrera 23, limite con el barrio El Pinal, hasta
la calle principal, entrada de los colectivos; en esta vía se ubica una zona comercial, la plazoleta (convertida en
los últimos años en una acera) y el Centro Integral Comunitario- CICO de la Fundación Solidaridad por Co-
lombia.

Los limites del sector de Isaac Gaviria son definidos hacia al norte por la quebrada Chorro Hondo y la Calle
Nueva, al sur por la carrera 18 con el sector Sol de Oriente y el Cerro Pan de Azúcar, al oriente por El Plan (ter-
minal de los colectivo), carrera 17A, y al occidente por El Pontón, al principio de la canalización de la quebrada
Chorro Hondo, en la calle 56HG con la carrera 18C. El sector del Plan, remate de la calle 56H en la parte alta
del Isaac Gaviria, ha jalonado el desarrollo del asentamiento orientado hacia el norte, el cual se da en torno a
Calle Nueva.

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“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

Cuenta Myriam Rúa que “el Isaac Gaviria la mitad era


un potrero y la otra mitad un Pinal. El 3 de noviem-
bre de 1983 en la madrugada invadimos lo que era el
potrero y parcelamos 60 lotes. Como a los 4 meses ya
habían 15 ranchitos, ahí fue cuando nos iban a desalo-
jar, entonces las mujeres salimos y les dijimos que éra-
mos solas, y que necesitábamos donde tener nuestros
hijos, y pusimos banderas de Colombia en los techos y
logramos triunfar”. El nombre de este sector se puso
en honor al político liberal que les apoyo en la apropia-
ción del lugar y en la gestión de los recursos mínimos
habitacionales.

Otro sector aledaño de importancia es el llamado Tres


Esquinas en la vía principal (Carrera 23) sobre la ca-
lle 56H en la parte de abajo, allí la mayor dinámica
económica se genera en la intersección de las vías se-
cundarias vehiculares, lugares donde se presentan esta-
blecimientos comerciales, tales como tiendas, billares,
graneros, misceláneas entre otros. Lugar de encuentro
y referencia para los vecinos.

También está el sector de El Pacifico asentamiento


de invasión formado desde 1999, donde habitan más
de 100 familias desplazadas de Urabá, Taraza y otros
municipios, las cuales se encuentran organizadas de
manera autónoma, como comité de trabajo, y se auto- Para el conjunto del Trece de Noviembre y de los ba-
reconocen como sector independiente de los barrios rrios o sectores aledaños, la carrera 23 (reconocida
y sectores aledaños, aunque hace parte del Trece de como La Banca o La Acequia) es el eje articulador y
Noviembre en el límite con Llanaditas, inmediato a la punto de confluencia de las vías, el comercio, el trans-
cancha de futbol y el parque infantil Pan de Azúcar. porte público urbano y particular, dando así caracte-
Su nombre se debe a que ellos no hicieron un asenta- rísticas de dinámicas poblacionales acentuadas con la
miento violento, desde que llegaron se organizaron y infraestructura de servicios que se desarrolla a lado y
tuvieron un líder que les orientó. Existe además otro lado de la vía.
sector, incrustado en la parte suroccidental del Trece
de Noviembre y es La Primavera, adquirida por com- Como medios de subsistencia en el barrio Trece de
pra de lotes a los Hermanos Lasallistas, con casas por Noviembre y sus diferentes sectores, predominan
autoconstrucción desde comienzos de 1989, los pri- los graneros, la producción casera de alimentos y de
meros habitantes comenzaron hacer sus casas poco a otros productos de aseo como límpido y fabuloso, se
poco, con el apoyo de los vecinos del Trece y la gente encuentran también confecciones, fabricas de calza-
de Calle Nueva. do, peluquerías, restaurantes, cacharrerías, billares y
cantinas, ventas de helados y ventas ambulantes. Entre
los oficios más comunes están el trabajo doméstico, las
ventas ambulantes, los jornales temporales, los oficios
varios, el trabajo en construcción, el reciclaje y reco-
lección de basura, la mendicidad y la prostitución.

60
4. Reseñas históricas barriales

4.12 La Libertad, un sueño que se puede lograr


El barrio La Libertad inicialmente fue una de las invasiones generadas en torno
a Villatina. Su conformación data de la década de los 70’s cuando se consolida
como barrio, pero sus primeros pobladores se asientan a partir de invasio-
nes con viviendas construidas en materiales desechables ya desde finales de los
años 50’s. La Libertad se ubica desde la calle 23 bajando por Ratón Pelao hasta
la 52 y desde la quebrada la gallinaza hasta la carrera 56B.

Cuando se inicia el proceso de invasión del territorio, los predios que hoy
conforman el barrio eran mangas deshabitadas, donde personas de muy pocos
recursos, muchos, migrantes del campo u otros sectores de la comuna y la ciu-
dad, encontraron un terreno donde construir una casa para ellos y su familia.
En la primera etapa de su poblamiento fue un asentamiento subnormal, que no
contaba con los servicios básicos para ser habitados. Las viviendas eran ranchos
de madera, cartón y latas, forradas en plástico o cualquier otro material que
impermeabilizara el interior, con techo de fieltro, puertas y ventanas de retazos
de tela. No existían redes de acueducto, alcantarillado, luz o teléfono. Para esta
época, el agua la traían desde un tanque ubicado en la parte alta del barrio (el
antiguo tanque) a través de zanjas que las personas hacían en la tierra a cielo
abierto. Las aguas negras recorrían los caminos destapados al aire libre provo-
cando graves problemas de salubridad. Posteriormente, algunos habitantes del
barrio rompen un tubo del acueducto municipal que llevaba el agua hasta la
parte baja de la comuna, y la conducen hasta las viviendas por medio de man-
gueras. La luz la tomaban de contrabando desde la parte baja de La Planta, para
prender al menos una o dos bombillas que era la capacidad máxima del cable.

Hacia 1963 se conforma la primer Junta de Acción Comunal bajo la presidencia


del señor Ramón Ramírez. Ya organizada, la comunidad comienza a realizar
gestiones para el mejoramiento de viviendas y la transformación del entorno
físico; es entonces cuando reciben la ayuda de la Fundación Casitas de la Pro-
videncia, institución que emprende el proceso de legalización de predios que
lotea y asigna a cada familia los terrenos adecuados para la ubicación de las
viviendas. Desde la alcaldía municipal, comienzan a aportar materiales para
la construcción de las mismas y la pavimentación de las calles, labor que des-
empeña la misma comunidad con su mano de obra. La fundación dio paso a la
constitución de Corvide.

El nombre del barrio surge en una asamblea comunitaria reunida en el año


de 1971, convocada por la segunda Junta de Acción Comunal presidida por el
señor Raúl Valencia, fundador, como evocación al logro que habían obtenido
respecto a la consolidación del barrio, y lo que representaba esto para las auto-
ridades, con las que habían tenido numerosas dificultades para que aceptaran la
construcción de sus viviendas; Libertad de la acción represiva de la policía, que
destruía los ranchos construidos con los pocos recursos que tenían, pero que
con esfuerzo, empeño y sacrificio levantaban nuevamente.

61
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

El medio de transporte existen-


te durante muchos años fue la
ruta de Caicedo, que llegaba
por la 52 hasta La Planta en ca-
rros de escalera, desde donde
las personas tenían que subir
a pie por los caminos de barro
que comunicaban al barrio. Ya
con el transcurso de los años la
ruta fue extendiendo su cober-
tura y para inicio de los años
90’s el bus de Sucre-El Pinal
090 que llegaba hasta el sector
de manzanares en el barrio El
Pinal ubica su terminal donde
actualmente esta.

Los niños y niñas de La libertad


asistían a dos escuelas cercanas,
pues no contaba con ninguna
en su territorio. La primera que se construyó, fue la Escuela República del Perú en 1960, en el sector de La
Planta: la segunda fue la de Fe y Alegría construida alrededor de 1970 en el Pinal. Solo hasta el 2001 contó con
un el Colegio La Libertad, con cobertura en primaria y secundaria. El barrio está conformado por 2 sectores
básicamente, que son la Parte Alta o La Libertad 2 y la Parte Baja o La Libertad 1. En su interior encontramos
otros sectores como el de Ratón Pelao que comparten con el barrio El Pinal y es vía de acceso principal y el
sector de Méjico.

Dentro de las celebraciones que históricamente se realizaron en el barrio La Libertad, están las festividades navi-
deñas y la semana santa. La primera era una verdadera celebración colectiva en la que participaban de diferentes
maneras todos los habitantes del barrio. En ellas se hacia natilla y buñuelos en grandes cantidades y se repartían
para todas la familias con una gran ambiente de comunidad. También se realizaba el desfile de fin de año, con la
quema del muñeco que tradicionalmente elaboran en diferentes partes, este iba acompañado de toda la familia,
que se componía de diferentes habitantes del barrio que se disfrazaban para acompañarlo, con viuda que lo llora-
ba hasta su muerte, para luego celebrar una vida nueva sin marido como viuda alegre, símbolo de despedida del
año que pasa y el nuevo que viene.

En el territorio de La Libertad existen varias familias tradicionales, entre las que sobre salen Las Casas, por su
tiempo en el barrio y el empeño comunitario que tienen sobre el barrio. Esta es una familia procedente del
suroeste antioqueño, que se instaló en el barrio con el matrimonio de doña Benilda Vázquez y don Prospero
Antonio, del que hoy existen sus hijas, las señoras Luz Dary Casas y Noelia Casas. Su vivienda, conocida como la
de Las Casas o las Benildas, constituyó un lugar de encuentro y esparcimiento para los habitantes de La Libertad.
Allí se reunían a jugar parqués las señoras, cartas los señores y hasta canicas los niños. También se hacía la famosa
gelatina de pata, de la que todos los antiguos habitantes tuvieron algo que ver, fuera por su consumo o por que
participaban en el proceso de elaboración, revolviéndola con la horqueta, que luego se chupaban los niños por
ofrecimiento de la misma Doña Benilda. Este lugar sirvió también de sede social para las celebraciones festivas
y las reuniones comunitarias.

62
4. Reseñas históricas barriales

4.13 Villatina, un barrio que no se deja vencer por la tragedia


El barrio comienza en la desembocadura de la quebrada La Gallinaza o Cañería en la quebrada Santa Elena, en el
sector conocido como Canelones o la Estrechura, aguas arriba hasta la desembocadura de la quebrada La Castro,
y por esta hasta el limite con el barrio San Antonio; para subir hasta la acequia y por esta hasta el cruce con la
quebrada La Gallinaza.

En Villatina como en muchos otros barrios, la lucha por adaptarse a un medio


y una topografía hostil, conduce a que el espacio público este reducido a los
terrenos que la alinderan. Según el decir de los pioneros de este asentamiento,
Villatina es un barrio de planeación pirata, originado por iniciativa del urbani-
zador Cheno Arroyave en la década de los cuarenta, barrio al que se unen varias
invasiones que se desprenden del eje vial principal que conduce al cerro.

Al retomar la historia del barrio y hacer la confrontación de los planos, se apre-


cia que el desarrollo de Villatina se generó por la facilidad de acceder al sitio.
Aunque hoy es reconocido como principal punto de acceso al barrio el cruce
de la Carrera 13 con la Calle 52, sector denominado como La Entrada, por
donde ingresa el transporte urbano, comparando planos antiguos y analizando
la configuración del terreno, es muy probable que el ingreso original al barrio
fuera por Canelones o La Estrechura, como se conoce actualmente, en donde
se encuentra un santuario destinado a María Auxiliadora, manifestando la devo-
ción católica de sus habitantes. Esto explicaría porqué los habitantes contiguos
a la quebrada Santa Elena, no se identifican como parte de Villatina. Este sector
se muestra organizado, por el acabado de las fachadas y el manejo de remates
visuales, casi siempre en nichos destinados a la adoración de imágenes de culto
católico, las construcciones son en tapia, de una planta con teja de barro y ale-
ro, y a medida que se asciende al oriente, se combina este tipo constructivo con
viviendas de material de dos y tres pisos rematadas en terrazas. El trazado vial

63
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

cuando quedó como una carretera destapa-


da. Como no había sido construida por el
municipio no le pusieron nomenclatura;
más adelante fue pavimentada e iluminada
por E.P.M. A partir de un convenio entre la
Universidad de Antioquia y Corvide, en el
cual se realizó un proceso de sensibilización
frente al manejo ambiental y la importancia
de cuidar el cerro y sus áreas de influencia,
varios líderes de la zona propusieron llamar
a la carretera, el Camino de la Convivencia,
con el propósito de disminuir el grado de
violencia en la comuna 8, y crear un punto
de dialogo y encuentro neutral para los con-
flictos inter barriales del entorno del Cerro
Pan de Azúcar.
principal es en zigzag y lleva de manera inmediata al puesto
de policía y a la iglesia de Nuestra Señora de Torcoroma,
El Camino de la Convivencia es uno de los
que es un eje articulador del espacio por ser un centro don-
cambios más significativos que ha tenido el
de confluyen las tres vías de acceso a Villatina, la ruta de la
barrio en sus últimos tiempos y un hito para
Estrechura, la de La Entrada y la de La Libertad.
los vecinos de La Torre. Muy cerca del pun-
to donde termina el camino está la finca del
En la carrera 16 se encuentran la Institución Educativa San
citado Humberto, un rancho de madera con
Francisco de Asís y la Biblioteca Familia, dos de los referen-
un patio interior y una torre de dos pisos. Es
tes más importantes del barrio.
su interior un parque con arbustos, bancas y
piso con bloques de cemento. Este lugar ha
Con el paso del tiempo Villatina se superpobló, pues las
sido destinado por su dueño para reuniones
personas de pocos recursos llegaban allí porque conseguían
sociales, comunitarias y actividades de in-
lotes para invadir. En 1987 ocurrió la tragedia de Villatina,
tegración.
que consistió en una gran explosión de tierra, originada en
el Cerro Pan de Azúcar. Esta explosión de tierra, según los
geólogos fue producida por un represamiento de agua sub-
terránea. Otra versión de la comunidad, es que existía una
caleta de dinamita guardada en un llano del cerro. Cuando
esta tragedia pasó, tapo la acequia, quedando abandonada.
El agua que corría por allí la siguieron conduciendo por
una tubería gruesa. La acequia quedó convertida en un ba-
surero cubierta de tierra sobre las losas. Después, otros po-
bladores del barrio, también invasores, de los sectores de la
piedra y la torre se fueron llevando las tapas de la acequia,
dejándola destapada y peligrosa.

Un día un señor llamado Humberto Londoño decidió con-


vertir este viejo zanjón, en un camino para la zona, apro-
vechando que daba a una de las vías principales del barrio
por toda la base del cerro, y considerando la falta de acceso
carreteable al sector de La Torre. De esta manera, comenzó
en 1994 a tapar con arena y piedra la acequia, hasta 1996
64
4. Reseñas históricas barriales

4.14 San Antonio, el barrio que no es donde lo pintan


Allí donde no había más que hierba, unas cuantas personas juntaron sus esfuerzos y edificaron los primeros
ranchos y tugurios, donde ya no solo cabía uno, sino la familia entera. En territorios pantanosos donde no había
ni servicios públicos, ni carreteras, sus primeros pobladores, fueron poco a poco, construyendo el acueducto y
demás servicios públicos, en un proceso que generó las primeras formas de organización social, con la conso-
lidación de los primeros grupos o convites para el suministro del agua y la luz. Estos convites en el barrio San
Antonio, no funcionaban solo con respecto a los servicios públicos, sino que también fueron encargados de cons-
truir las primeras carreteras pavimentadas, con el fin de adquirir un mejor transporte y facilitar la comunicación
entre el barrio y la ciudad. Como en muchas otras zonas periféricas, además de la tradición religiosa propia de
la sociedad antioqueña, en el barrio hizo aparición primero la iglesia que el estado

Los primeros pobladores del sector de San Antonio que inician su proceso de poblamiento en el año de 1945,
relatan que la mayoría de la gente venía de pueblos y otros municipios del departamento, por la ambición de
trabajar en fábricas.

La zona alta del sector de la entrada a Villatina hace parte de la memoria cultural de los habitantes, conside-
rándose como el centro del asentamiento donde se gesto el barrio San Antonio; en este sector la pendiente es
menor y permite una mejor distribución espacial de la vivienda pero la consolidación habitacional no cambia, el
predominio de la vivienda es de dos o tres pisos y algunas son todavía construidas con materiales no duraderos.
Estas predominan sobre todo en la cañada que hoy día se encuentra bastante seca, donde se ha conformado un
nuevo asentamiento de viviendas de transición, que hace parte de una invasión reciente par convertirse en un
espacio de conflicto; habitacional por su densificación y ubicación en zona de retiro de quebrada con alto grado
de pendiente; y de salubridad, por ser foco de contaminación debido al manejo de aguas negras y residuales.

Pero el barrio San Antonio que reconoce la comunidad, no es el mismo que planeación identifica en sus carto-
grafías, lo que representa una gran dificultad al momento de hablar de su historia. De acuerdo a la delimitación
municipal, San Antonio comprende los asentamientos conocidos actualmente como Las Torres, Esfuerzos de Paz
I y Esfuerzos de Paz II, y el barrio que los habitantes tienen presente en sus imaginarios, tiene como eje la carrera
13, entre las calles 52 y 55, en donde incluso se encuentra encriptado el santo, y que según la división político
administrativa de Medellín, hace parte de Villatina.

65
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

4.15 Las Estancias, un barrio yendo de la violencia del campo. Las familias más tradicio-
nales del barrio fueron en su mayoría parientes, con algún
nuevo muy viejo
grado de consanguinidad, entre estas prevalecen apellidos
como Sánchez, Ortega, Velásquez, Díaz, Flórez, Hincapié,
Aunque la consolidación del barrio se dio a
Álvarez, González, Ruíz, Patiño y todas las combinaciones
mediados del siglo XX, este sector gozaba de
posibles entre estos.
amplio reconocimiento en los siglos anterio-
res, por estar atravesado por el Camino de
Para aproximarnos a la identidad colectiva de los habitantes
Rionegro y la quebrada Santa Elena. Incluso
de Las Estancias, es necesario tener en cuenta las peculia-
decía Manuel Uribe Ángel, que un hermoso
ridades geográficas y sociológicas de sus pobladores. Geo-
valle alto detrás del Cerro Pan de Azúcar, de-
gráficamente el barrio está ubicado entre la cordillera que
nominado las Estancias, estuvo muy habitado
separa el Valle del Aburra y el Valle de San Nicolás, en uno
en los siglos XVIII y XIX, y que hacía parte del
de los pies del Cerro Pan de Azúcar. Está rodeado de mon-
partido de la Quebrada Arriba.
tañas y solo tiene una salida hacia el centro de la ciudad, la
“principal” o calle 52. Es bordeado por la Quebrada Santa
Hacia los años 40’s, todo lo que hoy se conoce
Elena y cruzado por otras más pequeñas, como la Santa
como el barrio Las Estancias, eran unas man-
Lucía en el límite oriental, La Sapero o La Morales en el
gas. Para aquella época, la terminal de trans-
intermedio, y La Castro en el límite occidental del barrio.
porte quedaba en el Puente Blanco o Puente
Estas corrientes de agua delimitan diferentes sectores, en
de La Toma, que era una construcción estre-
los que se ubican las viviendas sin muchas manzanas defini-
cha, con barandas de cemento a los lados. De
das, por la estructura del territorio.
ahí hacia abajo todo estaba poblado con per-
sonas de muy pocos recursos. Desde el puen-
Diferentes iniciativas hicieron de las Estancias, la centra-
te blanco para arriba había una que otra casa;
lidad social y cultural que actualmente es. La Sociedad de
más o menos desde la Aguinaga hacia arriba
Damas de la Caridad de San Vicente, se fundó en Medellín
era la finca de Don Valentín Viera, que des-
en 1934, brindando asistencia económica, material y espi-
pués fue comprada por Nepomuceno Arroya-
ritual. Años más tarde, conscientes que el principal pro-
ve más conocido como Cheno Arroyave. Al-
blema era la vivienda, estudio y aprobó dedicar todos sus
gunos predios fueron loteados y vendidos por
esfuerzos en un solo barrio, lo cual fue posible cuando una
Don Ramón Villegas, otros terrenos fueron
de sus socias, la señora Ana María Escobar de Ángel, regaló
invadidos por campesinos que llegaron hu-
una finca de su propiedad en el barrio
Las Estancias.

Comenzó con tres obras: el Refugio


Santa Luisa de Marillac, la Residencia
Social el Rosario, y el programa de
vivienda. El refugio que contaba con
sala-cuna y guardería, así como prima-
ria para niñas, pronto se transformó
en la escuela Sor María Luisa Courbin
Courbin, escuela de una importancia
relevante para la historia del barrio ya
que generaciones completas han cur-
sado allí sus estudios primarios. La Re-
sidencia Social del Rosario recordada
simplemente como La Residencia, era
un gimnasio completo y un bailadero
4. Reseñas históricas barriales

muy sano, allí se daban clases de cerámica, corte y confección, música, danza y
culinaria; también habían juegos de billar, ajedrez y ping pong. Allí se iniciaron
muchos de los matrimonios jóvenes del sector. Donde fue la Residencia funcionó
por muchos años la Escuela Especial Las Estancias. El programa de vivienda sigue
existiendo, y todavía muchas personas identifican este sector como las casas de
las viudas, pues estas casas fueron legadas por una ex presidenta de la sociedad,
con las voluntad expresa que favorecieran a mujeres que hubiesen perdido a su
marido, y que tuvieran hijos pequeños.

Además de las obras mencionadas, construyó la Escuela Hogar a finales de los


años cincuenta, para brindar formación a las hijas de mujeres de vida licenciosa,
a quienes también favorecían en las Residencias Ávila. La Sociedad de Damas de
la Caridad entregó sus obras al Municipio, que las convirtió en escuelas, y actual-
mente se encuentran integradas en la Institución Educativa Vida para Todos.

La Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, es también una institución con


historia para el barrio. Aunque fue constituida como parroquia en 1951, junto
con las de Villa Hermosa y Enciso, la época de mayor recordación es bajo la ad-
ministración del padre Joaquín Campuzano, sacerdote de iniciativa y sensible a
los problemas comunitarios, quien organizó los populares bazares de San Isidro,
donde recolectaba entre las familias más pudientes alimentos, juguetes, dinero,
animales domésticos y todo que se pudiera vender o intercambiar entre las per-
sonas de bajos recursos. En estos bazares el padre se hacía secuestrar, difundiendo
ampliamente la noticia por los altoparlantes del templo, y se iniciaba una gran
movilización para recoger dinero con que pagar su rescate y así poder oficiar la
misa de clausura.

Posteriormente emprendió el proyecto de construcción del centro educativo de


Las Estancias, materializado en una edificación de dos pisos ubicada frente a la
iglesia, el primero con un auditorio y oficinas administrativas, el segundo con
las aulas. Durante algún tiempo funcionó allí primero y segundo de bachillera-
to, hasta que trasladaron al padre Campuzano y cerraron el colegio por falta de
dotación y acondicionamiento. A mediados de los ochenta, tras una asamblea de
la comunidad con altos funcionarios del estado, el ministerio de educación pro-
puso poner a funcionar de nuevo la institución, siempre y cuando la comunidad
entregara las escrituras a su nombre por 15 años, acuerdo que no se concretó
pues se puso la propiedad a nombre de la curia quien aparece actualmente como
la propietaria.

La década de los sesenta fue decisiva para el rumbo del barrio y para su confi-
guración actual. En la dinámica que tuvo la zona por aquella época incidió bas-
tante el club atlético el rosario, quien reunió casi sesenta jóvenes y adultos para
la construcción de la cancha de fútbol. Primero devastaron el gran morro que
separaba Las Estancias de Villatina, y en el banqueo que quedó de este trabajo, se
trazó el campo de juego. En la esquina nororiental se encontraban los camerinos,
los sectores occidental y sur estaban cercados por una malla de dos metros para

67
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

evitar la salida del balón; el acceso al terreno estaba en la esquina sur oriental y en el extremo oriental se en-
contraba la tribuna, seis gradas cercadas por una estructura de hierro, malla y techo de Eternit. La cancha tenia
arcos de madera con mallas, gramilla y alumbrado nocturno.

Lamentablemente con el proceso de invasión de muchos sectores aledaños, la cancha fue destruida y toda su
dotación reducida a escombros, los camerinos por su parte se convirtieron en la vivienda de un trabajador del
municipio de apellido Diosa y de su familia. El intento por iluminarla de nuevo, por parte del extinto capo Pablo
Escobar, fracasó, y solo en la última década recuperaron la iluminación.

Muchos de los barrios vecinos, se desprendieron de Las Estancias, por lo que cada vez es menor el territorio del
barrio más antiguo de este sector de la comuna. Aún hacen parte del territorio de Las Estancias, los sectores de
Santa Lucía y Las Mirlas, comunidades con una gran identidad, y que para muchos son barrios independientes.

En la parte alta de la ladera se encuentran unas pocas


4.16 Villa Turbay, fruto de parcelas agrícolas y algunos pinares. El resto de la la-
oportunismo político dera se encuentra ocupada por viviendas consideradas
de invasión, ya que se encuentran localizadas en sitios
El barrio Villa Turbay está ubicado en la parte alta de la no recomendados técnicamente para ser habitados.
comuna 8, y tiene un área aproximada de 10.5 Ha. Por La mayoría de las viviendas se agrupan en la parte de
el norte limita con terrenos particulares, por el orien- menor pendiente de la ladera, aunque en la parte más
te con el barrio La Sierra, por el sur y por el occidente empinada también hay varias construcciones. Algunos
con el barrio Villa Lilliam. El área tiene una cobertu- habitantes del sector llevan a cabo prácticas muy co-
ra vegetal herbaria en la mayor parte de su extensión. munes, que provocan graves deterioros a la ladera, en-
Existen banqueos desprovistos totalmente de vegeta- tre ellas están los banqueos, los apilamientos de piedra
ción. También hay zonas con predominio de platanera. como cimientos para las viviendas, la tala de vegeta-
ción y la siembra de plataneras.
Su terreno es pendiente y en algunos sectores existen
cultivos de yuca, plátano, hortalizas y plantas de jar- El barrio se inicio a partir de 1974 cuando llegaron los
dín. El barrio está dividido en 5 sectores, se presentan primeros pobladores a este territorio, aunque planea-
construcciones desordenadas sin ninguna articulación ción municipal afirma que se funda en 1979, cuando el
lógica, en el sector 1 y 3 las viviendas forman hileras a señor Guillermo Vásquez, lotea y vende la mayoría de
lado y lado de la calle principal con pequeños espacios los predios que hoy componen el barrio. Este, político
entre casa y casa; en el sector 1 en la parte alta existen liberal, se apropia de unos terrenos ajenos, realiza una
invasiones posteriores a la fundación del barrio, donde intensa publicidad en el marco de la campaña presiden-
la ubicación de las casas es irregular. En los sectores 2, cial de Turbay y ofrece terrenos baratos como solución
4 y 5 las viviendas están ubicadas casi sin delimitación de vivienda para personas de pocos recursos.
de vías, existiendo casas donde debía ser espacio para
la calle. La libertad que encontró este señor se deriva de su
mismo carácter de político, y de la falta de presencia
que tuvo la familia Arroyave para reclamar la propie-
dad de estos predios. Esta invasión lucrativa, supone
que la posesión de los predios por parte de las familias
del barrio es en su mayoría ilegal.

68
4. Reseñas históricas barriales

La parte baja del sector 1 fue intervenida por el insti-


tuto de crédito territorial desde 1976, a nivel de ad-
ministración de terrenos, mas no desde la implemen-
tación de programas de vivienda o servicios públicos.
De esta manera, los terrenos que fueron vendidos por
otro urbanizador pirata, pasaron luego a la administra-
ción del instituto, a la que habitantes del sector conti-
nuaron pagando por la propiedad del terreno. Algunos
ya han alcanzado a pagar el total y se les ha entregado
la escritura, pero es un porcentaje muy bajo.

Las viviendas más antiguas del barrio están construidas


en teja, fieltro de madera, adobes y sus pisos principal-
mente de tierra. Hoy en día el barrio se ha consolida-
do; la mayoría de las casas son de material y cuentan
con unos mínimos de habitabilidad.

Dentro de las formas de organización comunitaria con


que cuenta el barrio esta la Junta de Acción Comunal,
que existe casi desde su fundación y empezó a funcionar
a través de un coordinador en cada uno de los sectores,
desde la presidencia de la señora Inés Restrepo líder
reconocida en el barrio. Por conflictos internos entre
los líderes de cada sector, hacia 1984, cada uno decidió
conformar su propia acción comunal. Posteriormente
se volvió a unificar una sola junta para el barrio.

69
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

4.17 La Sierra, al final de la montaña


Se dice que el territorio de La Sierra fue habitado desde el año de 1972 con
trece ranchitos que conformaban un asentamiento de invasión dentro del ba-
rrio Villa Turbay. Solo hasta 1979, con la compra de unas tierras de Cheno Arro-
yave, deja de ser un sector de Villa Turbay, y se identifica como un barrio inde-
pendiente, donde se construyen inicialmente 15 ranchos más. Con el paso de
los días, otra gente del sector se fue enterando del loteo, y aprovecharon para
adquirir un terreno donde construir una vivienda propia. Así fueron llegando
más y más familias, que bautizaron el barrio con el nombre de La Sierra, ins-
pirados en la idea de que antiguamente en sus predios se aserraban las maderas
para construir las casas de otros sectores aledaños. Actualmente, otras versio-
nes dicen que su nombre proviene de las características del espacio donde se
construyó, ya que se ubica en el último alto del cerro.

A medida que se fue poblando el territorio se hizo necesario llevar acabo dife-
rentes acciones para su desarrollo urbanístico. Fue entonces como se inició el
trazado de calles y carreras, del que estuvo a cargo el señor Gildardo Jiménez,
vigilando que en la construcción de nuevas viviendas se respetaran las vías de
acceso peatonal.

Al comienzo nada fue fácil, y lo poco que se iba haciendo era con todo el es-
fuerzo y sacrificio de la comunidad. Para esta época el terminal de los buses
de Caicedo se encontraba a casi 15 cuadras, por lo que sus habitantes se veían
obligados a recorrer una larga distancia para llegar a sus hogares, por un camino
destapado donde se formaban grandes pantaneros cuando llovía.

Al cabo de unos meses, llego al barrio el señor Cicar Trejos Mejía por medio del
que se logró en 1984, gestionar con el municipio un contrato para el acondicio-
namiento de la carretera hasta el lugar que se conoce como centro comunitario
cristiano; así, quedaron faltando 9 cuadras para concluir la carretera que en
la actualidad esta terminada. Otro personaje importante en el desarrollo del
barrio fue el doctor Isaac Gaviria Zapata, por medio del se logró conseguir dos
transformadores para traer la luz al barrio. La ayuda que brindaron estos per-
sonajes fue incondicional, y determinante en la ocupación del sector, muestra
de ello fueron las gestiones que realizaron para conseguir fondos dirigidos al
mejoramiento del barrio.

70
4. Reseñas históricas barriales

En la tarea de conseguir el agua para el barrio, inicialmente al tránsito para que comenzaran a funcionar
se formaron cuatro comités que correspondían a los 4 sec- los primeros colectivos para el barrio, como
tores que componían en aquella época La Sierra. De esta medio de comunicación indispensable con la
manera, el sector 2 condujo el agua desde el edificio de ciudad. A los dos meses la junta tenía organi-
los gringos, hasta un tanque que construyó toda la comu- zados todos los papeles necesarios para la ex-
nidad, desde donde salían las fuentes de distribución para pedición de la personería jurídica que se agili-
los hogares de ese sector. Los otros tres sectores hicieron zó con la ayuda del señor Ramón Betancur.
lo mismo pero utilizando como fuente de abastecimiento
la quebrada el pingüino. Por intermedio de estos comités y En 1994 se puso en funcionamiento el proyec-
con la ayuda del doctor Andrés Correa, se logró conseguir to “La Cascada”, que abasteció de agua pota-
una maquina que en dos meses y medio de trabajo, abrió la ble a La Sierra y Villa Turbay. En un principio,
mayoría de las calles, pese a las limitantes que representó el la presión del agua era tanta, que comenzó a
invierno de esos días. causar estragos en las viviendas, por lo que
hubo que modificar la red de abastecimiento.
En el año de 1985 cuando el barrio La Sierra contaba con
más de 180 viviendas, se vio la necesidad de conformar Durante la realización de este trabajo, falleció
una Junta de Acción Comunal aparte de la Villa Turbay, que una de las fundadoras y principales líderes de
hasta entonces había sido la instancia comunitaria que les La Sierra, la señora Rosa Elisa Zapata, quien
representaba. La primera y única Junta de Acción Comu- por muchos años presidió la Junta de Acción
nal de este barrio es constituida el 5 de diciembre de ese Comunal, y contribuyó a la construcción de
año. Lo primero que gestionó la junta, fue el permiso ante vías, senderos y escalas en todo el barrio.

71
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8

4.18 Villa Lilliam, un barrio


curado de espantos y maldiciones
En los inicios del barrio había una finca muy tradicio-
Entre dos bellas quebradas de aguas cristalinas, se le- nal llamada La Cementera, propiedad de don Nepo-
vantó orgulloso el barrio Villa Lilliam, debajo de una muceno Arroyave, que a su vez era dueño de la mayoría
montaña que antaño en su cima tenia hermosos pinos de terrenos que hoy componen Villa Lilliam. Era una
grandes y fuertes que le brindaban una agradable som- finca muy grande de tapia y teja de barro, que estaba
bra a los visitantes, que con gusto pasaban las tardes al cuidado de don Jesús Manco y doña Débora Aran-
allí. La conformación del barrio data por fuentes ofi- go, con muchos jardines y árboles frutales en la que se
ciales desde 1963, aunque por versión de sus habitantes cosechaba mango, maíz, café y plátano. Tenía piscina
el barrio comenzó por el loteo de predios e invasión de y grandes establos, y se utilizaba para las vacaciones
terrenos, principalmente hacia el norte, desde la pri- como finca de recreo. Allí tenían un gran tejar donde
mer mitad de los años 50’s. Los primeros personajes se fabricaba material de construcción, que era vendi-
que vinieron a este barrio fueron don Hernán Pérez, do a los habitantes que iban poblando el barrio. Sobre
doña Julieta Gómez, doña Tiburcia, Doña Cupertina, y esta propiedad existieron varias historias. Una de ellas
la familia González (apodados los cristianos), que pue- contaba que por sus senderos rondaba el padrecito
den considerarse los fundadores. sin cabeza. Otra dice que saliendo de la finca, entre
la casa de doña Carola Bolívar y doña Bertilda existía
Por estos tiempos, la quebrada La Castro que venía de una palma donde habitaba El Sombrerón. Otra cuenta
las montañas formaba en el pie de esta, unos agradables que en una casa aledaña, la “casa de las tomateras” había
bañaderos de aguas claras y cristalinas, en una partecita un duende que perseguía los sembrados, hasta que el
estaba el llamado “Chorro” formado por una canoa que párroco de la iglesia subió a bendecir el lugar y regar
las personas habían puesto para bañarse, por lo gene- agua bendita. Hoy día esta casa donde reposa una ima-
ral a muy tempranas horas de la madrugada, cuando gen de la virgen, le pertenece a Doña Concha.
se disponían a salir para sus trabajos. Al clarear el día,
las mujeres salían a recoger el agua en esta parte de la Hasta mediados del siglo XX, Villa Lilliam era conside-
quebrada para los quehaceres domésticos, y cuando se rado uno más de los sectores de Las Estancias, barrio
dedicaban a lavar ropas, lo hacían en conjunto en sus en el que se encuentra la Parroquia y la oferta educati-
riveras. va, pues en Villa Lilliam no se contaba, con estos.

72
4. Reseñas históricas barriales

En 1955 se creó el Centro Cívico José María Córdova, por idea del señor Desi-
derio Zapata, que tenía un radio de acción muy amplio que incluía Villatina, Las
Estancias, San Antonio y Santa Lucía, por lo que posteriormente, por la pre-
ocupación que representaba la parte alta, se conformó la J.A.C. de Villa Lilliam
Parte Alta, que fue tildada de movimiento comunista por el párroco Samuel
Álvarez, para desacreditar sus labores. Una vez conformada, y pese a las difi-
cultades iniciales, se comenzó a trabajar sobre las principales necesidades: ca-
lles, el agua, el alcantarillado entre otras. El Centro Cívico se fue disolviendo,
siendo reemplazado totalmente por las Juntas de Acción Comunal constituidas
en cada barrio, siendo ésta, la JAC de Villa Lilliam, quien gestionó las obras de
alcantarillado, pavimentación, acueducto, alumbrado y aulas de la escuela, que
requería el barrio, recaudando fondos a través de eventos culturales.

El 27 de abril de 1969 se inicia la construcción de la Escuela Villa Lilliam, bajo


la coordinación de un comité de la J.A.C. de Villa Lilliam parte alta. Por más
de 10 años se trabajó para ver el proyecto terminado, con de la colaboración
de toda la comunidad que se organizaba en convites, para realizar desde los
trabajos de construcción hasta eventos donde se recogían los fondos para su
finalización, ya que los materiales necesarios fueron aportados por el munici-
pio, pero la comunidad tenía que aportar
la mano de obra y el pago de trabajadores.
Para el año de 1979 se encontraba termi-
nada la escuela pero aun en obra negra, por
lo que se continuó el trabajo comunitario
hasta mediados de los años 80’s, cuando
por fin se pudo verla embaldosada, revoca-
da y demás. Las aulas fueron designadas por
nombres de escritores como el de Gabriel
García Márquez, con el que fue denomina-
da la institución.

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