CotuaMuñoz F - 2009 - QuebradaSantaElenaMemoriaComuna8
CotuaMuñoz F - 2009 - QuebradaSantaElenaMemoriaComuna8
CotuaMuñoz F - 2009 - QuebradaSantaElenaMemoriaComuna8
ALCALDÍA DE MEDELLÍN
Herman Montoya
Coordinador Memoria y Patrimonio
Cartilla publicada como resultado del Contrato Nº 4600010168 de 2008, ejecutado por la Corporación
Progreso y Paz La Libertad – CORPROPALI, con dineros públicos priorizados por las y los ciudadanos de
la comuna 8 – Villa Hermosa, con recursos del Programa de Planeación Local y Presupuesto Participativo
de la Alcaldía de Medellín
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN
1 PROCESO DE INVESTIGACIÓN Y METODOLOGÍA 9
1.1 Principios orientadores ............................................................................................. 10
1.2 Estrategias e instrumentos......................................................................................... 11
1.3 Actividades comunitarias........................................................................................... 11
1.4 Resultados................................................................................................................. 12
2 CONTEXTO COMUNA 8 13
2.1 Barrios y Sectores...................................................................................................... 14
2.2 Población y Caracterización......................................................................................... 15
2.3 La Organización Social y Comunitaria.......................................................................... 19
3 REFERENTES TERRITORIALES HISTÓRICOS Y PATRIMONIALES 21
3.1 Maravillas de la naturaleza que nos definen ............................................................... 22
3.2 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: La religiosidad en la comuna....... 25
3.3 Del Tranvía la puntica y del Metro ni el pegao: La comuna 8 y su sistema de transporte. 27
3.4 Hitos históricos de la comuna 8.................................................................................. 30
3.5 Bienes de Interés Patrimonial: Un tesoro por descubrir ............................................... 35
4 RESEÑAS HISTÓRICAS BARRIALES 41
4.1 Villa Hermosa, un barrio bien pensado ....................................................................... 42
4.2 La Mansión, un vecino silencioso ............................................................................... 44
4.3 San Miguel, nucleo de la salud .................................................................................. 45
4.4 La Ladera, nuevo centro de la cultura y el conocimiento ............................................. 46
4.5 Batallón Girardot, el barrio de los soldados ................................................................ 48
4.6 Llanaditas, la última frontera ..................................................................................... 49
4.7 Los Mangos, zona de recreo convertida en barrio ....................................................... 51
4.8 Enciso, el más antiguo de los barrios ......................................................................... 53
4.9 Sucre, el centro para los estudios superiores .............................................................. 55
4.10 El Pinal , una alusión a lo que se perdío ...................................................................... 57
4.11 Trece de Noviembre, la fecha del triunfo .................................................................... 59
4.12 La Libertad, un sueño que se puede lograr ................................................................ 61
4.13 Villatina, un barrio que no se deja vencer por la tragedia ............................................ 63
4.14 San Antonio, el barrio que no es donde lo pintan ....................................................... 65
4.15 Las Estancias, un barrio nuevo muy viejo ................................................................... 66
4.16 Villa Turbay, fruto del oportunismo político ................................................................. 68
4.17 La Sierra, al final de la montaña ................................................................................ 70
4.18 Villa Lilliam, un barrio curado de espantos y maldiciones ............................................. 72
5 BIBLIOGRAFÍA 75
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8
4. Reseñas históricas barriales
INTRODUCCIÓN
ntroducció
Para la mayor parte de la ciudadanía, hablar de comunas es re-
ferirse a lugares marginados, deprimidos, populares y violentos.
Pocos entienden esta denominación como una simple división
administrativa, que la municipalidad requiere para coordinar su
accionar al interior de la zona urbana. En consecuencia, aunque
todos habitamos una comuna, en Medellín pareciera que las co-
munas fueran tres: la nororiental, que tuvo su apogeo mediático
a finales de los ochentas y comienzos de los noventas; la trece,
que saltó a la fama a raíz de la “Operación Orión” en 2001; y la
ocho, tristemente célebre en los últimos años por el afamado do-
cumental “La Sierra”, y numerosos escándalos con relación a los
procesos de reinserción de las AUC en la ciudad.
ntroducció
Hablar de la comuna 8, es para la mayoría una idea difusa, pero
hablar de Villa Hermosa, Enciso, Las Estancias, Villatina, Sucre, El
Pinal, Trece de Noviembre, San Miguel, La Mansión, La Libertad,
La Sierra, Llanaditas, Villa Turbay, Villa Lilliam, San Antonio, La
Ladera y Los Mangos, es hablar de la vida cotidiana de 140.000
personas. Algunos de estos barrios se acercan al siglo de vida, y
muchos de sus referentes territoriales lo han sido hasta por tres-
cientos años; los mismos que detenta la ciudad.
1
PROCESO DE INVESTIGACIÓN
Y METODOLOGÍA
1.1 Principios orientadores
1.2 Estrategias e instrumentos
1.3 Actividades comunitarias
1.4 Resultados
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8
10
1. Proceso de
4. investigación y metodología
Reseñas históricas barriales
La información recogida por fuentes primarias y secundarias, se registró en fichas bibliográficas, que permitie-
ron la clasificación de la información, de forma temática, territorial y temporal. Las entrevistas y sesiones de
trabajo fueron grabadas y transcritas, las imágenes suministradas fueron escaneadas y clasificadas, y se contó con
registro fotográfico en las actividades realizadas.
La principal estrategia para fomentar la participación, fue la invitación abierta y la difusión de actividades, con-
vocando directamente a personas claves, identificadas previamente con la ayuda de líderes comunitarios de los
diferentes barrios y organizaciones sociales.
Los talleres y tertulias fueron un instrumento para la construcción colectiva de los hitos históricos de la comuna,
y la visualización de resultados obtenidos en la extensa revisión bibliográfica realizada por el equipo.
Talleres de Memoria Histórica: Igual que las tertulias, se realizaron dos talleres en Las Estancias y en La Libertad,
los días 30 de agosto y 27 de septiembre. En ellos se adelantaron trabajos dinámicos para articular los recuerdos
de todos, y construir conjuntamente, los acontecimientos más relevantes en el proceso de conformación de la
comuna. Sirvieron para establecer comparativos sobre los estilos de vida, de acuerdo a diferentes épocas, y com-
partir las prácticas cotidianas en diferentes momentos de la vida de los asistentes.
11
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8
12
4. Reseñas históricas barriales
2
CONTEXTO COMUNA 8
2.1 Barrios y Sectores
2.2 Población y Caracterización
2.3 La Organización Social y Comunitaria
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8
El Decreto 346 de 2000 actualizó sus límites y conformación barrial, según el cual, la Comuna 8 tiene un área
de 577,7497 Hectáreas, distribuidas en 18 barrios así:
De acuerdo al Plan de Ordenamiento Territorial, la co- acuerdo a la denominación del barrio (Batallón Girar-
muna participa en el Sistema de Centralidades con tres dot y Las Estancias), y otros cuentan hasta con cuatro o
de nivel barrial, ubicadas en Villa Hermosa, Enciso y cinco juntas dentro de su territorio, como es el caso de
Las Estancias, y está articulada a la Centralidad Zonal Los Mangos, San Antonio y Villatina. Lo más gracioso
de Buenos Aires. de esta situación, es que existen juntas con el nombre
de un barrio, pero se encuentran totalmente insertas
Sin embargo, esta distribución de barrios, poco co- en el territorio de otro, de acuerdo a la concepción del
incide con el imaginario que los habitantes tienen, lo Departamento Administrativo de Planeación, como
que da lugar a una enredada distribución de barrios y sucede con los barrios Llanaditas y San Antonio.
sectores, de difícil comprensión, en especial para los
acartonados técnicos que conocen los barrios a través Para completar esta intrincada situación, existen ba-
de los mapas cartográficos, pero nunca han recorrido rrios que fueron reconocidos por algún tiempo, y pos-
el territorio. Un ejemplo claro de las dificultades exis- teriormente sacados del mapa, como Santa Lucía, al
tentes en la comprensión de los barrios y sectores, nos que le correspondió el código 0818, pero por estar
lo ofrece la distribución del territorio que hacen las mal graficado fue excluido del último decreto, o el ba-
Juntas de Acción Comunal (JAC). rrio La Toma, al que todos reconocen, y hasta la señali-
zación de tránsito indica por que vías se llega a él, pero
La comuna 8 cuenta con 30 JAC, casi el doble de los nunca fue delimitado por planeación, ni le fue asignado
barrios reconocidos por el Decreto 346 de 2000, sin código de identificación.
embargo algunos barrios no cuentan con Junta de
14
4. Reseñas
2. Contexto
históricascomuna
barriales
8
El crecimiento poblacional de la comuna nos obliga a identificar como barrios, aún cuando planea-
ción no los identifique como tales, sectores como Colinas de Enciso (en territorio de Los Mangos),
Alcázares de Sucre (en la Ladera), Golondrinas (en Llanaditas), Santa Lucía y Las Mirlas (en Las Es-
tancias), Pinar del Cerro (en La Libertad), y Sol de Oriente (en Villatina), y también a reflexionar
que tratamiento debemos darle a una cantidad considerable de Asentamientos, en muchos casos de
población desplazada, que se han conformado en los últimos quince años, como Altos de La Torre,
El Pacífico, Unión de Cristo, Esfuerzos de Paz I, Esfuerzos de Paz II, La Esperanza, Las Torres y
Pinares de Oriente.
15
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8
Por otra parte, la quebrada Santa Elena desde los inicios del
proceso de poblamiento de Medellín, se estableció como
un eje determinante alrededor del cual la ciudad se desa-
rrolló y se estratificó la ciudad, dividiéndose inicialmente
en dos secciones: Quebrada Arriba y Quebrada Abajo, y
posteriormente surgió una fracción media de la Quebra-
da.
16
4. Reseñas
2. Contexto
históricascomuna
barriales
8
´s
y el proceso de poblamiento de la hoy llamada comuna 8 7.
0
factores, entre ellos la crisis minera y la depresión económica en el oriente
antioqueño, especialmente en la agricultura. A su vez, Medellín constituía
2
un atractivo para esta población migrante debido a las expectativas de cre-
cimiento que venía insinuando. Esta población en buena parte es acogida
por la zona centroriental”8.
De igual manera, para los años 30’s era ya muy clara la formación de un
40
área central de poblamiento y de barrios residenciales en toda la parte
oriental de la ciudad, que se comunicaban con el centro por una red de
tranvía. Se empieza ya a vislumbrar un panorama urbano que va acompa-
´s
ñado de una serie de requerimientos y adecuaciones, como nuevas formas
de transporte, ampliación y adecuación de vías, la creación o ampliación de
los servicios públicos, entre otros proyectos de obra pública.
17
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8
Igualmente en la década de los 70’s y 80’s se registran con más fuerza los sectores de invasión, en la parte alta de
la comuna se presentan lo que los pobladores denominan “sectores” para diferenciarlos de los barrios ya consti-
tuidos y legalizados en la década pasada por parte del Estado a través del Instituto de Crédito Territorial - ICT,
Corvide y Corvisol. Algunos de estos sectores son: Las Letras, El Edén, 13 de Noviembre, La Primavera, y Go-
londrinas, muchos de los cuales fueron comenzaron su rehabilitación por medio del PRIMED en su fase I, pero
que desafortunadamente no continuaron por el cierre de este programa.
Los terrenos que hoy ocupa el 13 de noviembre, por ejemplo, eran propiedad del colegio San José, de Corvide
y de los hermanos Zapata, quienes los remataron y originaron la construcción de ranchos, cuando estos estaban
destinados a construir el Parque Pan de Azúcar. Esta invasión se consolida luego de que sus habitantes con ayuda
de otros sectores como El Pinal, La Arenera, Llanaditas, Isaac Gaviria, impiden su desalojo en 1981. Entre los
años 1985 y 1986 comienza el reconocimiento legal por parte de la administración municipal, y se inician obras
de infraestructura, dotación de servicios públicos, la legalización y titulación de predios.
18
4. Reseñas
2. Contexto
históricascomuna
barriales
8
19
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8
20
4. Reseñas históricas barriales
3
REFERENTES TERRITORIALES
HISTÓRICOS Y PATRIMONIALES
3.1 Maravillas de la naturaleza que nos definen
3.2 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo:
La religiosidad en la comuna
3.3 Del tranvía la puntica y del Metro ni el pegao:
La comuna 8 y su sitema de transporte
3.4 Hitos históricos de la comuna 8:
Hechos y lugares que nos marcaron
3.5 Bienes de Interés Patrimonial:
Un tesoro por descubrir
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8
El Cerro Pan de Azúcar conoció el fondo del Valle de Es un privilegio para todos sus visitantes poder con-
Aburrá, antes que la ciudad se instalara allí. Su posición
templar la ciudad desde el aire, aunque siempre pisan-
privilegiada le permitió ver crecer la ‘Bella Villa’ a ori-
do tierra firme, tal y como ocurre en la cima del cerro.
llas de la quebrada Santa Elena convirtiéndose en testi-
Extendiendo la mirada hacia el horizonte, se aprecia
go silencioso del crecimiento urbano de la ciudad. gran parte del Valle de Aburrá, desde Itagüí y Envigado
al sur, hasta el remate norte del valle en el imponente
A mediados del siglo XVII, este cerro adquirió una im- Cerro Quitasol. En los días con una atmosfera libre de
portancia como guía para los viajeros que se moviliza- nubes se puede divisar hacia el suroeste el Cerro Bravo
ban por un antiguo camino conocido como el Camino en Fredonia.
de Piedras Blancas, Cieza de León o Nare, y que en
tiempos prehispánicos llegaba hasta el Río de la Mag- El Cerro Pan de Azúcar siempre ha sido pobre en co-
dalena. Este hermoso camino, construido en piedra bertura vegetal, por tres razones. La primera: los fuer-
por los indígenas mucho antes de la conquista espa- tes procesos de erosión natural que son la constante
ñola, fue uno de los primeros contactos de la ciudad en sus pendientes laderas; la segunda: sus suelos son
con la región, y permitió que el cerro, desde joven, pobres en nutrientes; y la tercera y más lamentable:
fuera un importante referente geográfico, asociado a la inconsciencia de muchas personas que extraen los
22
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales
pocos recursos naturales del cerro. Uribe Ángel dice en Recuerdos de un Viaje de Medellín a Bogotá (1863),
que la tierra al norte de la quebrada Santa Elena era “bermeja, ferruginosa, rocallosa, con vegetación uniforme
y excesivamente pobre”. Más de ciento cincuenta años después, estas condiciones son agravadas por el pobla-
miento inmisericorde de que son objeto sus laderas. Entre las especies vegetales existentes, predomina el pino,
pero además encontramos árboles de noro, yarumo, ciprés, acacia japonesa, chucho, uvito de monte, nigüito,
guayabos, arrayanes, y pasto cola de zorro, entre otros.
También es poca la presencia de aves que habitan en el Pan de Azúcar, debido a la escasa cobertura vegetal que
lo protege. A pesar de esto, en sus cercanías aun se conserva una especie que solo se encuentra en nuestro país y
es la guacharaca o pava de monte.
Esta pobreza vegetal y animal no opaca la imponencia del cerro más alto de la ciudad, por el contrario, plantea
nuevos retos para su conservación y aprovechamiento como espacio de encuentro y disfrute pasivo, al ser la
puerta de acceso al Parque Regional Arví.
A los pies del cerro habita un mosaico de familias provenientes de lugares remotos, debido el desplazamiento
forzado, y el cerro los ha acogido generosamente, a pesar de sus limitaciones naturales, pues la ciudad no tiene
más espacio para ellos. De esta manera el Pan de Azúcar posee un valor simbólico, como evidencia directa de la
diversidad cultural de nuestra socie-
dad, porque primero fue anfitrión de
antiguas comunidades indígenas, mu-
chos años después, en la época de la
colonia, fue lugar de paso de los via-
jeros; mas tarde fue un referente para
las comunidades campesinas vecinas,
y actualmente recibe y recibe nuevos
huéspedes, muchos de comunidades
negras y algunos cuantos indígenas,
que fueron desplazados de diferentes
partes del departamento y el país.
Conforme crece la población de la ciudad, se constitu- Pero además de la labor pastoral y de evangelización
yen nuevas parroquias, que fraccionan la jurisdicción propias de estas instituciones, la comunidad recuerda
de una anterior, de tal forma, el nuevo templo consti- épocas más y menos agradables, en relación a la ges-
tuye la elevación de estatus de un caserío, que adquiere tión de los respectivos párrocos, de acuerdo al impulso
la categoría de barrio, por lo cual muchos habitantes que cada uno imprimió a la realización de diferentes
de la comuna, guardan con especial cariño el recuerdo obras y acciones en pro del desarrollo y crecimiento
de la construcción de su parroquia. de su sector. De tal manera que mientras ubican a al-
gunos en lugares de recordación perenne, a otros los
Algunos de los habitantes de barrios como Villa Her- condenan al olvido.
mosa, Enciso o Las Estancias, recuerdan como su pri-
mera parroquia el Templo del Sufragio en Boston, y Entre los sacerdotes fundadores de parroquias, están:
así mismo enaltecen la labor de algún sacerdote que el padre Luis E. Zuluaga, que promovió la construc-
promovió la construcción de la nueva parroquia a me- ción del templo dedicado a la Virgen del Carmen, y
diados del siglo XX. que por voluntad del obispo Joaquín García Benítez
fue consagrado a La Sagrada Familia; el padre José de
Pero esta misma historia se repite años más tarde, y en
barrios como Villatina, El Pinal, La Sierra y Llanadi-
tas, recuerdan con entusiasmo que antes pertenecían a
las parroquias de Nuestra Señora de los Dolores y del
Niño Jesús de Praga.
9. Plano topográfico de Medellín, 1906. Primer Directorio General de Medellín. Colección de Mapas
Comisión Asesora para la Cultura del Concejo de Medellín. 1993.
25
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8
la Cruz Duque Bernal, que puso la primera piedra, y luego de un año de ausencia por haber sido asignado a la
parroquia de La Estrella, volvió para concluir el templo dedicado al Divino Niño y a Santa Lucía, iglesia conocida
como Niño Jesús de Praga; y el padre José Miguel Agudelo, que promovió la construcción de la iglesia de San
Miguel Arcángel. Todas estas obras fueron realizadas en la década de los cuarenta.
El padre Joaquín Campuzano es gratamente recordado en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, por su
labor en la década de los 60’s. La comunidad recuerda los bazares de San Isidro que organizaba, y con los cuales
pudo construirse el templo, así como por el impulso que brindó para el establecimiento del bachillerato en el
barrio, el cual desafortunadamente no prosperó, después del traslado del sacerdote.
En la parroquia de Santa María de La Sierra, una de las más recientes de la comuna, el padre Humberto Arboleda
fue una institución, porque además de ser el primer párroco, asumió la mediación del conflicto urbano entre
bandas, combos y milicias, que existían en el sector. Pero su labor social comenzó en la Parroquia de Las Estan-
cias, en la cual ejerció como padre auxiliar antes de fraccionarse la parroquia de La Sierra, y donde dinamizó los
primeros intentos de concertación entre grupos armados, a través del Consejo Comunitario Caicedo.
Claro que también, han existido algunos –pocos afortunadamente- que han forjado el rechazo de la comuni-
dad, pero de estos no hablaremos para no atentar contra su dignidad. Baste con decir, que entre las causas de
su desaprobación, se encuentra el poco apoyo a los grupos parroquiales, la forma huraña de reprender durante
la confesión, o por perseguir y atacar a líderes sociales, tildándolos de comunistas o ateos. Existió uno en Las
Estancias a principios de los setentas, que cerraba las puertas del templo, para que quienes llegaran tarde no
participaran de la misa.
En total, la comuna cuenta con trece parroquias:
26
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales
27
“ENTRE LA QUEBRADA SANTA ELENA Y EL CERRO PAN DE AZÚCAR” MEMORIA HISTÓRICA DE LA COMUNA 8
Es comprensible entonces, que el medio de transporte por excelencia de la comuna 8 sean los buses, que inicial-
mente eran lo que conocemos como camiones de escalera o chivas, aunque más pequeños que los actuales. Este
servicio se prestaba por iniciativa casi individual, y solo en la década de 1930 – 1940, se comenzaron a constituir
como empresas.
Para 1969, las rutas consolidadas en el territorio que hoy constituye la comuna 8 eran seis: Villa Hermosa (Ruta
9A), La Mansión - Gaitán (9B), Los Ángeles - San Miguel (10), Enciso (11), Sucre (12) y La Toma – Cayzedo
(13). Las rutas que mayor cantidad de personas transportaban eran las de La Toma y Sucre, lo que demuestra la
cantidad de población existente en las áreas servidas por estas rutas. (Ver cuadro). La Flota la Toma tenía en 1962
veintitrés (23) vehículos y en 1969 treinta y cinco (35), y la de Sucre pasó de veintitrés (23) a veintiséis (26)
vehículos en el mismo periodo. Las demás conservaron su flotilla y en el caso de Villa Hermosa y La Mansión,
disminuyeron un poco. En todos los casos, estas rutas de buses fueron ampliando sus recorridos en la medida que
la infraestructura vial lo permitía, pero la topografía del territorio hace que este tipo de transporte encuentre
limitaciones.
28
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales
Pero el crecimiento continúa, y aunque la comuna cuenta con siete empresas transportadoras con quince (15)
rutas, en sectores aún más altos que los ya expuestos, se han abierto paso nuevas iniciativas de transporte infor-
mal colectivo, que satisfacen una demanda permanente de desplazamiento que el sistema de transporte urbano
de la ciudad no logra satisfacer. Así mismo hay sectores de la comuna que reclaman atención en este sentido,
como es el caso de Las Mirlas, que no cuenta con ninguna atención en transporte público.
Al oriente de Medellín se alza un sector que siempre ha sido conocido por sus pobladores con el nombre de
La Ladera. Al parecer para el siglo XIX era un campo apto para el pastoreo; era poca la población que allí se
asentaba. Paulatinamente a principios del siglo XX este sector fue poblado por inmigrantes de otras partes del
departamento que llegaban a Medellín en búsqueda de oportunidades, incluso por los propios medellinenses
excluidos del centro de la ciudad, donde veían un lugar de asentamiento.
Para comienzos de siglo eran pocas las construcciones que existían en aquel sector, entre las que se puede contar
un antiguo caserón denominado edificio o Casa de La Ladera, que construyó para su familia, el señor Ricardo
Rodríguez, uno de los primeros pobladores de la zona.
Esta edificación, bien distinta a lo que fue como centro carcelario, sirvió de convento y cuartel mucho antes de
ser un reclusorio. Es para 1921 que comienza a construirse, con recursos de los gobiernos departamental y na-
cional, la edificación para el presidio, que llamaron Cárcel Celular de Varones, y posteriormente Cárcel Distrital
de Medellín La Ladera.
Su arquitecto, el belga Agus-
tín Goovaerts, fue contrata-
do por la administración, y
logró imprimir en su obra
arquitectónica, un aire exó-
tico que no gustó mucho a
los sectores sociales de la
época, apasionados conser-
vadores y fervientes cató-
licos. A pesar de los incon-
venientes presentados y las
oposiciones de los diferen-
tes sectores de la comuni-
dad, La Ladera comenzó a
funcionar dos años después,
en noviembre de 1923,
cuando el edificio se hallaba
aún inconcluso.
Cotesía Visión 8
El Gobierno Departamental nunca le dio continuidad al proyecto, y con el
pasar del tiempo, el crecimiento de la población reclusa, y el abandono estatal
para la terminación de la obra, se acentuaron problemas como la inseguridad,
30
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales
el hacinamiento y la indisciplina. Aunque la cárcel tenía capacidad para 800 presos, el hacinamiento llegó a supe-
rar el 400% de internos para la época de su clausura. Se presentaron fugas que no dejaron de ser sensacionales,
y la indisciplina interna era una constante, por lo que se veían constantes riñas, heridos y muertos dentro del
plantel. Los castigos eran ejemplares, y entre los habitantes de la comuna, se comenta que en el sector conocido
como “La Guyana”, enterraban a los presos hasta la nuca, por días enteros, y en ocasiones hasta morían.
Estas situaciones se mantuvieron a lo largo de los 53 años en que estuvo en funcionamiento la cárcel. En la última
década de existencia de la cárcel, fue notorio el completo deterioro del edificio carcelario, por lo que se hizo
constante la incertidumbre por un posible derrumbamiento de buena parte del plantel carcelario.
Hubo entonces, necesidad de esperar hasta principios de 1976 para que los más de cuatro mil presos que alber-
gaba La Ladera fueran trasladados a la nueva cárcel en Machado, “Bellavista”. Para tal fin se realizó un operativo
conjunto,
12
la noche del viernes 30 de enero al amanecer del sábado 31, a cargo del comandante del Batallón Gi-
rardot en el que además de la IV Brigada y la policía, participaron agentes del F-2, del DAS, de la Defensa Civil,
y personal de la Dirección de Prisiones, entre otros.
Los presos fueron sacados a los patios en grupos de a 100, luego fueron divididos en grupos de 25 y fueron diri-
gidos hasta la guardia, donde luego eran llevados a los vehículos. Cuando había un numero de 14 ó 15 vehículos
salían en caravana, vigilado cada vehículo por más de diez hombres armados de metralletas y fusiles, y un cordón
de soldados13
cubrió 12 kilómetros a lado y lado del camino para evitar que se cumplieran los rumores de fugas
colectivas.
ER
de la comuna.
Cuando se inauguró el letrero, los Muñoz vendieron tenían buena iluminación, pues que no las volviéramos
23 cajas de gaseosa y 10 de cerveza. Todos lo querían a prender”
conocer, y por mucho tiempo, la gente de los barrios
cercanos subían los domingos y festivos, a tardear a las Según Berta, hoy en día, tanto Alirio como ella, so-
letras, siendo el principal atractivo turístico de la ciu- lamente se responsabilizan del terreno, porque de
dad. Aunque este letrero no fue el primero que existió, las letras ya no hay nada que cuidar pues únicamen-
si es el que mayor duración tuvo. te quedaron las latas de éstas, ya que Coltejer recogió
los transformadores que generaban la luz. La empresa
Desde hace 8 años, más o menos, las letras de Coltejer quiere acabar con lo que queda de este monumento, el
no encienden sus luces a la ciudad, debido al deterioro cual ya se encuentra deteriorado y el terreno pretende
de su sistema eléctrico que no fue reparado nunca más, ser vendido. “La nueva administración de Coltejer vio
y con los años terminó por anularse completamente. que era demasiado el gasto que tenía que hacer para re-
“Como no volvieron a mandar a nadie para que estu- componer las letras como estaban, por eso decidieron
viera pendiente de la parte eléctrica de las letras, eso retirarlas, aunque no se sabe cuándo, ya que demanda
se fue acabando, hasta que nos dijeron que, como no más egresos que ganancias”
El domingo 27 de septiembre de 1987, a eso de las 2:30 de la tarde, en una de las laderas del Cerro Pan de Azú-
car, más de 15.000 metros cúbicos de tierra, se alzaron y sepultaron un sector de Villatina, entre la carrera 17
y la 15, y entre la calle 56C y la conducción del acueducto de empresas públicas a la zona de Aranjuez. La parte
afectada comprendía aproximadamente 96 viviendas, de las cuales el 40% eran construcciones tipo tugurio y el
resto en material.
Se dice que cuando la gran masa de tierra se desprendió del morro, se oyó un ruido sordo, como el paso rasante
de una cuadrilla de aviones, y al mirar hacia el cerro, solo se vio una tremenda avalancha de tierra que arrasaba
con piedras, palos, casas
y hasta gente. En cues-
tión de segundos solo
quedó una gran mancha
amarilla, como un pelón
enorme en la imponente
montaña. Después fue el
caos total, un silencio de
sepulcro continuo, luego
los gritos desesperados
que salían de lo que se
supone, eran casas que
quedaron convertidas en
un impresionante arrume
de cosas.
Desplazamiento de tierra,
barrio La Sierra
32
3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
y patrimoniales
barriales
Gente de los barrios vecinos se dirigieron al lugar, pero con temor de que se
presentara otra avalancha. Aun así, los voluntarios lograron sacar cadáveres y
lesionados. Los primeros eran dejados en una zona despejada mientras que los
otros, los heridos, eran bajados hasta determinado sitio, donde eran recibidos y
trasladados a centros asistenciales. Más tarde llegaron los bomberos, la defensa
civil, la cruz roja, el ejército, la policía, los grupos de scout, entre otros orga-
nismos de seguridad y emergencias.
Cabe señalar que, a las autoridades municipales, entre ellas Corvide, se les
había puesto en conocimiento de los peligros que corría el sector por riesgo de
deslizamiento, ya que en 1982 una tragedia similar había ocurrido en la zona
dejando dos niños desaparecidos y 15 familias damnificadas. Lo peor fue que
después de prometerles solución para el problema de la vivienda, tuvieron que
volver a vivir en el mismo sitio, después de tres días de resguardo en la caseta
de la acción comunal y 15 días de alojamiento en la cruz roja.
La Masacre de Villatina,
una herida incurable
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3. Referentes territoriales
4. Reseñas
históricos
históricas
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Una fuerte explosión puso en alerta los barrios de la parte alta de la comuna 8;
una columna de humo negro se expandió por el cielo y el sonido de las sirenas
fue consecuente con las especulaciones: un incendio de grandes proporciones,
consumía una de las laderas de la ciudad. Este nefasto atardecer se hizo más rojo
que de costumbre, y el calor de las llamas abrasó en segundos el sector, que por
las construcciones en madera, cartón y otros materiales altamente inflamables,
ayudaron con el viento a propagar el fuego. Los habitantes del lugar lo atribu-
yeron a la explosión de un cilindro de gas.
Por lo menos 3.000 personas resultaron damnificadas, entre estas, 1.800 niños.
Afortunadamente no se reportaron víctimas fatales y solo 9 personas resultaron
heridas. Las amenazantes llamas, obligaron a los vecinos de los barrios aledaños
a sacar mangueras para mojar terrazas y muros, y así evitar una posible propa-
gación. En El Pinal y La Libertad, parte alta y baja, decenas de familias sacaron
los enseres a las calles para evitar perderlo todo.
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El día 24 de marzo de 1995 después de haber sido víctimas fueron recogidas por las autoridades. De ba-
tanqueada con doce galones de gasolina, despegó a las jada se encontraron con una romería muy numerosa a
6:15 de la mañana la avioneta Cessna 206 de matrícu- la que recomendaban que no había a que ir, pues ya no
la HK 1930-P desde el aeropuerto Olaya Herrera de había nada que ver. La gente sin embargo seguía. “cual-
Medellín hacia El Bagre Antioquia, con Jaime Hernán- quier cosa que se pueda vender kiliada la bajamos”, y
dez de piloto y Tomás Zuluaga de copiloto; después de en efecto el trasteo de artefactos que dejó el avión lue-
efectuado el despegue la aeronave no volvió a repor- go de chocar y arder contra unos pinos, empezó a ser
tarse, por lo que se declaró en emergencia y aproxima- realizado.
damente 4 horas más tarde fue localizada totalmente
destruida e incendiada en el Cerro Pan de Azúcar. Entre estos, el fuselaje de la cola quedó completo, y
unos muchachos de Llanaditas decidieron bajarlo como
Hacia esta hora fue dada la noticia por la radio, y se trofeo a su barrio. Loma abajo se fue yendo la cola,
emprendieron las labores de rescate, con las que las con la identificación de la nave y su alerón intacto. Por
autoridades recuperaron los restos de los dos cadáve- detrás venía otro grupo de muchachos que rescataron
res calcinados, y la comunidad de los barrios aledaños, de entre los restos, el segundo premio: las aspas re-
unos pedazos de chatarra que quedaron del monomo- torcidas y parcialmente quemadas de la avioneta. En
tor. medio de una paradójica gritería, comenzaron a llegar
triunfantes a sus barrios como en una procesión, con
La bandera de una carrera no programada ente los ba- un extraño santo de lata blanca, mostrando orgullosos
rrios de Llanaditas, la parte alta de Villatina y el Trece el valioso regalo, que por obra de la mala suerte para
de Noviembre, se bajó después de las diez de la maña- las víctimas y de la buena para esos cazadores de latón,
na. Salieron los primeros muchachos rumbo al cerro, había caído esa mañana del cielo. Los restos que las
detrás salieron los niños, las niñas los señores y las se- personas rescataron del siniestro fueron exhibidos du-
ñoras, entre las que iba una en avanzado estado de em- rante días de casa en casa, en las terrazas y antejardines
barazo; después la concurrencia comenzó a aumentar. por todo el Trece de Noviembre, Llanaditas y Villatina
Iban todos pensando en mirar el gesto de terror de las como muestra de la grandiosa labor de los curiosos.
víctimas, imaginando que solo era llegar al
alto, pero cuando pasaban los helicópte-
ros de rescate y no los sentían aterrizar
se daban cuenta que estaban más lejos
de lo que creían.
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3. Referentes territoriales
4. Reseñas
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Junto al Camino se levantó la “Planta Eléctrica – Go- La Escuela Normal Nacional de Varones, como se lla-
bernador Bonifacio Vélez”, de la “Compañía de Instala- maba antiguamente, es una institución con 135 años,
ciones Eléctricas del Distrito de Medellín”, la cual fue que se encuentra en La Ladera desde la construcción
puesta en funcionamiento en la noche del sábado 7 de de su edificio sede, diseñado por el Arquitecto belga
julio de 1898, para iluminar la ciudad con ciento cin- Agustín Goovaerts, el mismo que diseñó la Cárcel de
cuenta lámparas de tubo. En honor al doctor José Ma- La Ladera y el Palacio de la Gobernación, hoy Casa de
ría Zapata, ingeniero electricista contratado para esta la Cultura Rafael Uribe Uribe. Su construcción estuvo
tarea, un grupo de amigos le obsequió una fiesta con a cargo del Ingeniero Carlos Cock Parra.
cabalgata, en el que el señor Javier Vidal, le improvisó
el siguiente cuarteto: Como edificación es importante por la categoría del
diseño y del diseñador, así como por la noble arquitec-
“Por festejar a Zapata tura escolar, que hoy merece su conservación.
que iluminó nuestra tierra,
hubo una gran cabal-gata Como institución, cuenta con una importancia histó-
que terminó en cabal-perra”15 rica incuestionable, como parte de la reforma instruc-
cionista del siglo XIX, que sobrevivió el embate de va-
La Planta generaba energía gracias a la Acequia, que rias guerras civiles, incluida la de los mil días. Además
tomaba aguas de la Quebrada Santa Elena, arriba en protagonizó en entre 1934 y 1935, acaloradas discu-
el paraje Bocaná, y atravesaba la montaña recogiendo siones políticas y religiosas, que produjeron el cierre
aguas de la Quebrada Santa Lucía y La Castro, para lue- temporal de la institución. El centro de la discusión
go precipitarse por el hoy barrio El Pinal, y dinamizar estaba en la apología de la ‘escuela laica’, adelantándo-
los cuatro generadores de General Electric, adquiridos se a la libertad de cultos, consagrada en la constitución
en Nueva York. La Planta pasó a manos privadas, des- política proclamada más de cincuenta años después.
pués nuevamente a propiedad del estado, y finalmente
hizo parte de los activos de Coltejer, impulsando las Quedan por identificar nuevas edificaciones y espacios,
labores de coltefábrica, empresa que contó con agua y que hagan de la comuna un territorio rico en bienes
energía propia, heredada de la ciudad. No hace muchos patrimoniales. Pero la tarea más difícil, es la identifica-
años sirvió como piscina para los vecinos del sector, ción del patrimonio inmaterial de la comuna, es decir,
y actualmente es un billar, parqueadero y lavadero de aquellas prácticas, representaciones, expresiones, y
autos. conocimientos teóricos y prácticos, que nos identifi-
can como comunidades.
15. Ochoa, Lisandro. Cosas Viejas de la Villa
de la Candelaria. Colección biblioteca Básica
de Medellín. Instituto Técnico Metropolita-
no. 3ª Edición: 2004.
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4. Reseñas históricas barriales
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RESEÑAS HISTÓRICAS
BARRIALES
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4. Reseñas históricas barriales
Empresas Públicas de estos predios para su proyecto hídrico, los habitantes se trasladaron hacia la parte más cen-
tral del sector, a lo que eran los lotes de la finca Villa Hermosa, donde se fue consolidando un caserío de más o
menos unas 40 casas de tapia y bahareque, en las que residían casi 300 personas, entre las que podemos nombrar
a Don Eleuterio Barrientos, Tono Castaño, Juan Clímaco Vélez, Canuto Madrid, Darío Espinoza, Antonio Soto,
Martín Zapata y José Luján.
Conforme fue avanzando la urbanización del sector, se desarrollaron algunas obras de infraestructura que lo
acercaban más al perfil de barrio que hoy conocemos. Se comenzaron a abrir las primeras vías de acceso, como
la carrera 41 (Mon y Velarde) que llegaba hasta la calle 65, y la carrera 39 hasta el parque de El Obrero, antes
llamado Plaza Santander. En vista de las necesidades que fueron teniendo los fundadores de Villa Hermosa, en un
espacio que cada vez se volvía mas urbano, decidieron reunirse y formar uno de los primeros centros cívicos de
la ciudad (1946), instancia de trabajo colectivo, del que surgieron los servicios públicos para el barrio, el centro
de salud, algunas escuelas, los primeros medios de transporte, el alumbrado público, los teléfonos domiciliarios,
la construcción de la capilla y la abertura de otras calles.
En los inicios de la década del 50, el centro cívico, a partir de gestiones arduas, logró la construcción del parque
de Villa Hermosa, que fue explanado por la comunidad y por soldados del Batallón Girardot, para ser arborizado
en 1954 por trabajadores de la Sociedad de Mejoras Públicas. Continuaron abriéndose nuevas vías de acceso y
hacia 1956 se inició la comunicación con el barrio Manrique Oriental. De 1966 en adelante se fue organizando
Villa Hermosa tal como es hoy. En septiembre 19 de 1968 se le dio la personería jurídica # 175 a la Junta de
Acción Comunal.
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En los inicios de los años 40’s, su territorio lo componían unas cuantas casas, varios caminos de herradura y el
Convento de Clausura de las Hermanas Carmelitas que se fundó en 1942.
La Mansión, junto con San Miguel y Los Ángeles (Comuna 10), han construido una historia común, que se evi-
dencia en que los dos primeros cuentan con una sola Junta de Acción Comunal, a diferencia de otros barrios que
tienen hasta 3 ó 4 juntas. Así mismo, San Miguel es una fracción de Los Ángeles, que solo adquirió la categoría
de barrio en la segunda mitad del siglo XX. Una razón de esta unidad barrial, puede encontrarse en la confor-
mación del primer centro cívico en 1956, tiempo desde el que la comunidad comenzó a trabajar en convites para
terminar la construcción de la iglesia, iniciar las obras de la escuela república del ecuador y de algunas casas de
familia.
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4. Reseñas históricas barriales
Poco a poco el número de alumnas fue creciendo, hasta que se hizo necesario
dos grupos de enseñanza. En 1935 se construye una edificación más amplia con
tres salones, un dispensario y un espacioso patio. Al principio se llamaba sim-
plemente “La Escuelita”, y hacia 1955 comienza a llamarse Normal Santa Inés,
bajo el impulso dado por la madre Therese de Anges, quien hizo progresar el
edificio, que alcanzó tres pisos con todas las comodidades de un centro educati-
vo. En 1962 la normal consiguió la aprobación oficial definitiva, convirtiéndose
en Colegio Santa Inés. En 1968 cambia la orientación normalista y pasa a ser
bachillerato académico.
Existió la primera clínica llamada Los Ángeles, que fue demolida a mediados de
los 60, para construir una urbanización que lleva su nombre. En el año de 1959
de construye la Clínica del Rosario propiedad de las hermanas de la presenta-
ción, con el área de una manzana; funciona allí, el centro de investigaciones
medicas de Antioquia –CIMA con consultorios médicos especialistas.
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El desarrollo urbanístico de este barrio se dio a partir de la riqueza hídrica que en el sector había, ya que repre-
sentaba una importante fuente de suministro para la vida de sus primeros pobladores. Una primera Sociedad de
Aguas de La Ladera existió a mediados del siglo XIX, pero pasó sin mucha trascendencia. Para finales de siglo, se
conformó una nueva sociedad con diferentes dueños, pero que conservó el nombre de Sociedad de Aguas de La
Ladera. Entre sus propietarios se cuentan: Manuel J. Álvarez, Alejandro Echavarria, Ricardo Olano y Lisandro
Ochoa entre otros, hasta que el municipio poco a poco la adquirió. En 1940 se comenzó la construcción del
gran tanque de agua y se instalo en La Ladera la maquinaria necesaria para la purificación y almacenamiento de
aguas.
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4. Reseñas históricas barriales
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4. Reseñas históricas barriales
El barrio es para la comunidad como la representación a escala pequeña de un pueblo, motivo por el cual se
sienten orgullosos.Y no está lejos de serlo en su aspecto físico, pero también por el ambiente y dinámica pobla-
cional que se vive en él, especialmente los fines de semana, puesto que las personas bajan del campo a caballo
y traen productos para la venta como carbón, verduras, flores y productos orgánicos para las plantas, como tie-
rra de capote y musgo. En la tarde suben cargados
con artículos de primera necesidad o materiales de
construcción. Este ambiente de pueblo se vive sobre
todo en el último sector consolidado dentro de la
malla urbana de la ciudad, sobre la carrera 21 en-
tre las calles 58 y 59c. La carrera 21 que cambia de
nomenclatura más arriba a Calle 65, es la columna
vertebral de los distintos sectores, a los que se llega
por escalas y senderos. Esta vía se bifurca al norte
de Llanaditas, por la derecha continua amplia pero
destapada, siguiendo lo que fue el antiguo Camino
de Cieza hasta la parte más alta, incluyéndose el Ce-
rro Pan de Azúcar y la Laguna de Guarne y por la
izquierda se accede al sector Golondrinas, ubicado
cerca al nacimiento de la quebrada La Loca, en lími-
tes con el Batallón Girardot.
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4. Reseñas históricas barriales
Este barrio fue producto de una migración ocurrida desde el oriente antioque-
ño a mediados del siglo XX, tomando auge en la época de la violencia partidista
(aproximadamente en los años 1945-1958). Cabe anotar que existe una pobla-
ción significativa que data de las décadas del setenta, ochenta y noventa, con
unas características diferentes a las de los asentamientos de épocas anteriores
(década del 50). El centro del barrio está constituido por un núcleo familiar
bastante numeroso, que procede de los pueblos cercanos del oriente (Mazo,
Guarne, San Vicente), donde se destacan los apellidos Marín, Agudelo, Henao,
Ramírez, Londoño y Grajales entre otros. El territorio que hoy compone el ba-
rrio era en épocas de arriería, una estación de descanso para quienes transpor-
taban mercancías entre la Plaza de Flórez y los pueblos del oriente cercano. Los
arrieros y silleteros subían con sus mulas por toda la calle principal, y pasaban
por Llanaditas, La Laguna y Mazo.
La historia de este barrio nos muestra una población que, siendo de bajos re-
cursos, accedió a su vivienda a través de la compra de terrenos o directamente
de casas, en una zona que típicamente había sido de recreo o de paso. Los
Mangos pertenecía al barrio Enciso, se distinguía por una casa grande de co-
rredores alrededor, y rodeada de palmas, conocida como ‘La Casa del Míster’,
por habitar en ella un matrimonio compuesto por una señora colombiana y un
señor extranjero, quien deseó construir una casa con la mejor panorámica de
la ciudad.
Según las referencias de la historia del barrio, elaborada por los miembros de
emergencias del simpad, de la que aquí se retoman algunos datos, don Miguel
Maya, otrora presidente de la Junta de Acción Comunal, dice que en el año
1942, en planeación municipal dieron la notificación de que este lugar era una
vereda, la cual fue llamada vereda los mangos. A comienzos de los años 50 no
había carretera, solo el camino de herradura, mangas y cañadas. Los alcantari-
llados eran brechas que cada dueño de las casas hacía, las aguas negras corrían al
aire libre y bajaban a la quebrada Chorro Hondo. No había ni agua, ni luz.
Al correr de los tiempos la primera casa que tuvo agua y luz fue la de Leonor
Cardona. La luz fue traída desde el barrio Enciso, y el agua cogida desde los
tubos, cerca a donde hoy es la cancha de fútbol de Los Mangos. El agua fue dis-
tribuida a los vecinos con mangueras. Arturo Burgos y Julio Burgos formaron
una comisión o Junta de Acción Comunal con la señora Leonor Cardona, y se
fueron organizando. Primero construyeron la carretera, luego el alcantarillado
y después la escuela. A la carretera le pusieron piedras y cascajo, pero cuando
llovía el agua barría con todo. Entonces hicieron los rieles y ya cuando la acción
comunal estuvo bien conformada iniciaron la escuela. También la junta pensó
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4. Reseñas históricas barriales
Para esta época las personas parecían más campesinos que de ciu-
dad, andaban descalzos y con sus peinillas a la cintura, con som-
breros aguadeños y de caña y su tradicional ruana. Los domingos
era costumbre ir a la iglesia del Sufragio a misa de 5 de la mañana,
luego, en las horas de la tarde, salían a las mangas, tendían sus rua-
nas y jugaban a los dados. Los sábados sacaban tiples y guitarras
para hacer sus parrandas; entre los músicos que más se recuerdan
estaban el cojo Abel, el Viejo Tolinche y Alfonso Álzate.
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4. Reseñas históricas barriales
La infraestructura educativa también fue durante años un tema de preocupación para la comunidad del barrio.
Por lo que a mediados de los años 60’s se conformó un comité comunitario, que asesorado por el doctor Héctor
Abad Gómez, secretario de educación departamental para aquel entonces, inició la gestión de un bachillerato
para el sector. De esta manera, para 1967 comienza a funcionar en la jornada de la tarde, el bachillerato que
duro 10 años en la escuela Santiago Santamaría, y posteriormente fue trasladado al barrio Buenos Aires con el
nombre de Liceo León De Greiff.
En 1968 se terminó una de las obras más importantes para los habitantes del barrio enciso: el centro de salud,
localizado en la carrera 29 con la calle 59 a cincuenta metros de la iglesia Jesús de Praga. En un terreno que anta-
ño había sido comprado por las sociedades mutuarias del barrio, el párroco de la iglesia y algunos vecinos, y que
había sido escriturado posteriormente al municipio para la realización de la obra. De igual manera se comenzó
de parte de la J.A.C, trámites para la realización de la cancha de baloncesto del barrio, que fue construida hacia
1972.
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los Hermanos de las Escuelas Cristianas, o Hermanos mayoría de habitantes de Sucre y de otros barrios ale-
Cristianos, y por el sector que hoy es El Plan era pro- daños como Enciso, Caicedo, La Toma, y hasta Boston.
piedad del adinerado señor Rubén Laverde. Para la ur- Entre los lugares y edificaciones más antiguas de Sucre
banización del barrio como sector residencial, fue ne- se encuentran la Vieja Barbería, el Castillo de las Águi-
cesario realizar una serie de rellenos que afirmaran los las por la carrera 35 y algunas casas como la de Enri-
predios para su construcción, puesto que su geografía queta Rojas y la de doña Ligia ubicadas por la carrera
era en extremo irregular y había demasiadas fuentes de 31 con calle 57b, estructuras que aun guardan una for-
agua que hacían de la zona un terreno muy pantanoso. ma arquitectónica muy antigua de tapia, puertas altas y
Inicialmente las casas que se edificaron, eran de tapia ventanas de madera.
y teja de barro en su mayoría, pero no contaban con
acueducto, ni alcantarillado, por lo que los habitantes Todavía se recuerda que hasta Sucre subía el viejo tran-
recogían el agua de unas piletas surtidoras, que a través vía, que hacía estación en la terminal de Bolivia o Ar-
del bombeo, suministraban el agua para ser trasporta- gentina, de allí para arriba se tomaban unos carritos
da en baldes o canecas desde Enciso o desde el sector chiveros de los que fueron sus primeros conductores
del Plan, donde se encontraban estas, alimentadas por el señor Jaime Ríos, conocido también como Cepillo,
la quebrada la chocha, como hoy llaman el caño que se don Carlos Restrepo y José “Frijoles”. Entre los per-
encuentra canalizado y en algunos sectores entambo- sonajes reconocidos socialmente en la ciudad y el país
rado desde 1948. Otra opción era ir hasta la quebrada que se criaron en Sucre están la familia de los Acevedo,
Santa Elena, que se utilizaba mas como bañadero y la- fundadores de la fábrica HACEB y los Granadas que
vadero. dieron jueces, políticos, contralores y hasta embajado-
res al país.
El centro religioso que convocaba a los feligreses cató-
licos en Sucre antes de la década de 1940, fue la Parro- En 2007, la obra de los Hermanos de las Escuelas
quia del Sufragio, y después, la Iglesia del Niño Jesús Cristianas, el Colegio San José, fue adquirida por el
de Praga, ubicada en el barrio Enciso. Posteriormente Municipio de Medellín, gracias a la donación de la
se construye la capilla de San Policarpo por el sector Fundación Fraternidad Medellín, y se pone en funcio-
de Ña Rafaela. El centro educativo más antiguo del ba- namiento una sede del Instituto Tecnológico Metropo-
rrio es la Escuela Caracas, con más de 70 años, que litano – ITM, abriendo una nueva era para la comuna,
representó el centro educativo por excelencia para la la era de la formación superior.
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Respecto a los inicios de conformación barrial, se puede hacer una somera cronología de la construcción de
infraestructura, según datos de un fundador: ”hablamos que en el 50 había contrabando de luz, el agua era de
nacimiento, se hacen tuberías, no hay alcantarillado; en los 60 se abren brechas para alcantarillado, hay pavimen-
tación entre la 56ª, hasta la 54; hay legalización de servicios entre 1965 y 1966, y el afirmado entre la 24 y la 23.
¿Teléfonos? Eso fue como en el 80”.
Hasta el año 1969 al sector se le conocía como Llano Largo y Ratón Pelao cuando por petición de Lilliam Ruiz,
el 9 de octubre al ganar el reinado de belleza intercomunal, le conceden como premio cambiar el nombre del
barrio.
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4. Reseñas históricas barriales
De acuerdo a la comunidad, el barrio Trece de Noviembre se reduce al cuadrante que va por el norte desde la
Quebrada Chorro Hondo, limite con el barrio Los Mangos, hasta la entrada a las edificaciones de la Institución
Beato Domingo Iturrate en la parte sur; por el occidente desde la carrera 23, limite con el barrio El Pinal, hasta
la calle principal, entrada de los colectivos; en esta vía se ubica una zona comercial, la plazoleta (convertida en
los últimos años en una acera) y el Centro Integral Comunitario- CICO de la Fundación Solidaridad por Co-
lombia.
Los limites del sector de Isaac Gaviria son definidos hacia al norte por la quebrada Chorro Hondo y la Calle
Nueva, al sur por la carrera 18 con el sector Sol de Oriente y el Cerro Pan de Azúcar, al oriente por El Plan (ter-
minal de los colectivo), carrera 17A, y al occidente por El Pontón, al principio de la canalización de la quebrada
Chorro Hondo, en la calle 56HG con la carrera 18C. El sector del Plan, remate de la calle 56H en la parte alta
del Isaac Gaviria, ha jalonado el desarrollo del asentamiento orientado hacia el norte, el cual se da en torno a
Calle Nueva.
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Cuando se inicia el proceso de invasión del territorio, los predios que hoy
conforman el barrio eran mangas deshabitadas, donde personas de muy pocos
recursos, muchos, migrantes del campo u otros sectores de la comuna y la ciu-
dad, encontraron un terreno donde construir una casa para ellos y su familia.
En la primera etapa de su poblamiento fue un asentamiento subnormal, que no
contaba con los servicios básicos para ser habitados. Las viviendas eran ranchos
de madera, cartón y latas, forradas en plástico o cualquier otro material que
impermeabilizara el interior, con techo de fieltro, puertas y ventanas de retazos
de tela. No existían redes de acueducto, alcantarillado, luz o teléfono. Para esta
época, el agua la traían desde un tanque ubicado en la parte alta del barrio (el
antiguo tanque) a través de zanjas que las personas hacían en la tierra a cielo
abierto. Las aguas negras recorrían los caminos destapados al aire libre provo-
cando graves problemas de salubridad. Posteriormente, algunos habitantes del
barrio rompen un tubo del acueducto municipal que llevaba el agua hasta la
parte baja de la comuna, y la conducen hasta las viviendas por medio de man-
gueras. La luz la tomaban de contrabando desde la parte baja de La Planta, para
prender al menos una o dos bombillas que era la capacidad máxima del cable.
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Dentro de las celebraciones que históricamente se realizaron en el barrio La Libertad, están las festividades navi-
deñas y la semana santa. La primera era una verdadera celebración colectiva en la que participaban de diferentes
maneras todos los habitantes del barrio. En ellas se hacia natilla y buñuelos en grandes cantidades y se repartían
para todas la familias con una gran ambiente de comunidad. También se realizaba el desfile de fin de año, con la
quema del muñeco que tradicionalmente elaboran en diferentes partes, este iba acompañado de toda la familia,
que se componía de diferentes habitantes del barrio que se disfrazaban para acompañarlo, con viuda que lo llora-
ba hasta su muerte, para luego celebrar una vida nueva sin marido como viuda alegre, símbolo de despedida del
año que pasa y el nuevo que viene.
En el territorio de La Libertad existen varias familias tradicionales, entre las que sobre salen Las Casas, por su
tiempo en el barrio y el empeño comunitario que tienen sobre el barrio. Esta es una familia procedente del
suroeste antioqueño, que se instaló en el barrio con el matrimonio de doña Benilda Vázquez y don Prospero
Antonio, del que hoy existen sus hijas, las señoras Luz Dary Casas y Noelia Casas. Su vivienda, conocida como la
de Las Casas o las Benildas, constituyó un lugar de encuentro y esparcimiento para los habitantes de La Libertad.
Allí se reunían a jugar parqués las señoras, cartas los señores y hasta canicas los niños. También se hacía la famosa
gelatina de pata, de la que todos los antiguos habitantes tuvieron algo que ver, fuera por su consumo o por que
participaban en el proceso de elaboración, revolviéndola con la horqueta, que luego se chupaban los niños por
ofrecimiento de la misma Doña Benilda. Este lugar sirvió también de sede social para las celebraciones festivas
y las reuniones comunitarias.
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Los primeros pobladores del sector de San Antonio que inician su proceso de poblamiento en el año de 1945,
relatan que la mayoría de la gente venía de pueblos y otros municipios del departamento, por la ambición de
trabajar en fábricas.
La zona alta del sector de la entrada a Villatina hace parte de la memoria cultural de los habitantes, conside-
rándose como el centro del asentamiento donde se gesto el barrio San Antonio; en este sector la pendiente es
menor y permite una mejor distribución espacial de la vivienda pero la consolidación habitacional no cambia, el
predominio de la vivienda es de dos o tres pisos y algunas son todavía construidas con materiales no duraderos.
Estas predominan sobre todo en la cañada que hoy día se encuentra bastante seca, donde se ha conformado un
nuevo asentamiento de viviendas de transición, que hace parte de una invasión reciente par convertirse en un
espacio de conflicto; habitacional por su densificación y ubicación en zona de retiro de quebrada con alto grado
de pendiente; y de salubridad, por ser foco de contaminación debido al manejo de aguas negras y residuales.
Pero el barrio San Antonio que reconoce la comunidad, no es el mismo que planeación identifica en sus carto-
grafías, lo que representa una gran dificultad al momento de hablar de su historia. De acuerdo a la delimitación
municipal, San Antonio comprende los asentamientos conocidos actualmente como Las Torres, Esfuerzos de Paz
I y Esfuerzos de Paz II, y el barrio que los habitantes tienen presente en sus imaginarios, tiene como eje la carrera
13, entre las calles 52 y 55, en donde incluso se encuentra encriptado el santo, y que según la división político
administrativa de Medellín, hace parte de Villatina.
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4.15 Las Estancias, un barrio yendo de la violencia del campo. Las familias más tradicio-
nales del barrio fueron en su mayoría parientes, con algún
nuevo muy viejo
grado de consanguinidad, entre estas prevalecen apellidos
como Sánchez, Ortega, Velásquez, Díaz, Flórez, Hincapié,
Aunque la consolidación del barrio se dio a
Álvarez, González, Ruíz, Patiño y todas las combinaciones
mediados del siglo XX, este sector gozaba de
posibles entre estos.
amplio reconocimiento en los siglos anterio-
res, por estar atravesado por el Camino de
Para aproximarnos a la identidad colectiva de los habitantes
Rionegro y la quebrada Santa Elena. Incluso
de Las Estancias, es necesario tener en cuenta las peculia-
decía Manuel Uribe Ángel, que un hermoso
ridades geográficas y sociológicas de sus pobladores. Geo-
valle alto detrás del Cerro Pan de Azúcar, de-
gráficamente el barrio está ubicado entre la cordillera que
nominado las Estancias, estuvo muy habitado
separa el Valle del Aburra y el Valle de San Nicolás, en uno
en los siglos XVIII y XIX, y que hacía parte del
de los pies del Cerro Pan de Azúcar. Está rodeado de mon-
partido de la Quebrada Arriba.
tañas y solo tiene una salida hacia el centro de la ciudad, la
“principal” o calle 52. Es bordeado por la Quebrada Santa
Hacia los años 40’s, todo lo que hoy se conoce
Elena y cruzado por otras más pequeñas, como la Santa
como el barrio Las Estancias, eran unas man-
Lucía en el límite oriental, La Sapero o La Morales en el
gas. Para aquella época, la terminal de trans-
intermedio, y La Castro en el límite occidental del barrio.
porte quedaba en el Puente Blanco o Puente
Estas corrientes de agua delimitan diferentes sectores, en
de La Toma, que era una construcción estre-
los que se ubican las viviendas sin muchas manzanas defini-
cha, con barandas de cemento a los lados. De
das, por la estructura del territorio.
ahí hacia abajo todo estaba poblado con per-
sonas de muy pocos recursos. Desde el puen-
Diferentes iniciativas hicieron de las Estancias, la centra-
te blanco para arriba había una que otra casa;
lidad social y cultural que actualmente es. La Sociedad de
más o menos desde la Aguinaga hacia arriba
Damas de la Caridad de San Vicente, se fundó en Medellín
era la finca de Don Valentín Viera, que des-
en 1934, brindando asistencia económica, material y espi-
pués fue comprada por Nepomuceno Arroya-
ritual. Años más tarde, conscientes que el principal pro-
ve más conocido como Cheno Arroyave. Al-
blema era la vivienda, estudio y aprobó dedicar todos sus
gunos predios fueron loteados y vendidos por
esfuerzos en un solo barrio, lo cual fue posible cuando una
Don Ramón Villegas, otros terrenos fueron
de sus socias, la señora Ana María Escobar de Ángel, regaló
invadidos por campesinos que llegaron hu-
una finca de su propiedad en el barrio
Las Estancias.
muy sano, allí se daban clases de cerámica, corte y confección, música, danza y
culinaria; también habían juegos de billar, ajedrez y ping pong. Allí se iniciaron
muchos de los matrimonios jóvenes del sector. Donde fue la Residencia funcionó
por muchos años la Escuela Especial Las Estancias. El programa de vivienda sigue
existiendo, y todavía muchas personas identifican este sector como las casas de
las viudas, pues estas casas fueron legadas por una ex presidenta de la sociedad,
con las voluntad expresa que favorecieran a mujeres que hubiesen perdido a su
marido, y que tuvieran hijos pequeños.
La década de los sesenta fue decisiva para el rumbo del barrio y para su confi-
guración actual. En la dinámica que tuvo la zona por aquella época incidió bas-
tante el club atlético el rosario, quien reunió casi sesenta jóvenes y adultos para
la construcción de la cancha de fútbol. Primero devastaron el gran morro que
separaba Las Estancias de Villatina, y en el banqueo que quedó de este trabajo, se
trazó el campo de juego. En la esquina nororiental se encontraban los camerinos,
los sectores occidental y sur estaban cercados por una malla de dos metros para
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evitar la salida del balón; el acceso al terreno estaba en la esquina sur oriental y en el extremo oriental se en-
contraba la tribuna, seis gradas cercadas por una estructura de hierro, malla y techo de Eternit. La cancha tenia
arcos de madera con mallas, gramilla y alumbrado nocturno.
Lamentablemente con el proceso de invasión de muchos sectores aledaños, la cancha fue destruida y toda su
dotación reducida a escombros, los camerinos por su parte se convirtieron en la vivienda de un trabajador del
municipio de apellido Diosa y de su familia. El intento por iluminarla de nuevo, por parte del extinto capo Pablo
Escobar, fracasó, y solo en la última década recuperaron la iluminación.
Muchos de los barrios vecinos, se desprendieron de Las Estancias, por lo que cada vez es menor el territorio del
barrio más antiguo de este sector de la comuna. Aún hacen parte del territorio de Las Estancias, los sectores de
Santa Lucía y Las Mirlas, comunidades con una gran identidad, y que para muchos son barrios independientes.
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4. Reseñas históricas barriales
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A medida que se fue poblando el territorio se hizo necesario llevar acabo dife-
rentes acciones para su desarrollo urbanístico. Fue entonces como se inició el
trazado de calles y carreras, del que estuvo a cargo el señor Gildardo Jiménez,
vigilando que en la construcción de nuevas viviendas se respetaran las vías de
acceso peatonal.
Al comienzo nada fue fácil, y lo poco que se iba haciendo era con todo el es-
fuerzo y sacrificio de la comunidad. Para esta época el terminal de los buses
de Caicedo se encontraba a casi 15 cuadras, por lo que sus habitantes se veían
obligados a recorrer una larga distancia para llegar a sus hogares, por un camino
destapado donde se formaban grandes pantaneros cuando llovía.
Al cabo de unos meses, llego al barrio el señor Cicar Trejos Mejía por medio del
que se logró en 1984, gestionar con el municipio un contrato para el acondicio-
namiento de la carretera hasta el lugar que se conoce como centro comunitario
cristiano; así, quedaron faltando 9 cuadras para concluir la carretera que en
la actualidad esta terminada. Otro personaje importante en el desarrollo del
barrio fue el doctor Isaac Gaviria Zapata, por medio del se logró conseguir dos
transformadores para traer la luz al barrio. La ayuda que brindaron estos per-
sonajes fue incondicional, y determinante en la ocupación del sector, muestra
de ello fueron las gestiones que realizaron para conseguir fondos dirigidos al
mejoramiento del barrio.
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4. Reseñas históricas barriales
En la tarea de conseguir el agua para el barrio, inicialmente al tránsito para que comenzaran a funcionar
se formaron cuatro comités que correspondían a los 4 sec- los primeros colectivos para el barrio, como
tores que componían en aquella época La Sierra. De esta medio de comunicación indispensable con la
manera, el sector 2 condujo el agua desde el edificio de ciudad. A los dos meses la junta tenía organi-
los gringos, hasta un tanque que construyó toda la comu- zados todos los papeles necesarios para la ex-
nidad, desde donde salían las fuentes de distribución para pedición de la personería jurídica que se agili-
los hogares de ese sector. Los otros tres sectores hicieron zó con la ayuda del señor Ramón Betancur.
lo mismo pero utilizando como fuente de abastecimiento
la quebrada el pingüino. Por intermedio de estos comités y En 1994 se puso en funcionamiento el proyec-
con la ayuda del doctor Andrés Correa, se logró conseguir to “La Cascada”, que abasteció de agua pota-
una maquina que en dos meses y medio de trabajo, abrió la ble a La Sierra y Villa Turbay. En un principio,
mayoría de las calles, pese a las limitantes que representó el la presión del agua era tanta, que comenzó a
invierno de esos días. causar estragos en las viviendas, por lo que
hubo que modificar la red de abastecimiento.
En el año de 1985 cuando el barrio La Sierra contaba con
más de 180 viviendas, se vio la necesidad de conformar Durante la realización de este trabajo, falleció
una Junta de Acción Comunal aparte de la Villa Turbay, que una de las fundadoras y principales líderes de
hasta entonces había sido la instancia comunitaria que les La Sierra, la señora Rosa Elisa Zapata, quien
representaba. La primera y única Junta de Acción Comu- por muchos años presidió la Junta de Acción
nal de este barrio es constituida el 5 de diciembre de ese Comunal, y contribuyó a la construcción de
año. Lo primero que gestionó la junta, fue el permiso ante vías, senderos y escalas en todo el barrio.
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4. Reseñas históricas barriales
En 1955 se creó el Centro Cívico José María Córdova, por idea del señor Desi-
derio Zapata, que tenía un radio de acción muy amplio que incluía Villatina, Las
Estancias, San Antonio y Santa Lucía, por lo que posteriormente, por la pre-
ocupación que representaba la parte alta, se conformó la J.A.C. de Villa Lilliam
Parte Alta, que fue tildada de movimiento comunista por el párroco Samuel
Álvarez, para desacreditar sus labores. Una vez conformada, y pese a las difi-
cultades iniciales, se comenzó a trabajar sobre las principales necesidades: ca-
lles, el agua, el alcantarillado entre otras. El Centro Cívico se fue disolviendo,
siendo reemplazado totalmente por las Juntas de Acción Comunal constituidas
en cada barrio, siendo ésta, la JAC de Villa Lilliam, quien gestionó las obras de
alcantarillado, pavimentación, acueducto, alumbrado y aulas de la escuela, que
requería el barrio, recaudando fondos a través de eventos culturales.
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