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Ensayo Final Emilio Sánchez

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Ensayo explorando el material, los

casos y todo lo desarrollado en clase

Criminalística
Abog. Jorge Amaya Arita

Emilio Sanchez 202210060200


Introducción

La criminología y la criminalística son disciplinas esenciales en la comprensión y el


manejo del comportamiento criminal y la investigación de delitos. Este manual ofrece
una visión detallada de las teorías y conceptos fundamentales que han moldeado estas
ciencias a lo largo de la historia. Desde las primeras ideas pre-positivistas hasta las
corrientes más modernas, se examinan las bases teóricas y las aplicaciones prácticas que
sustentan el trabajo en estos campos.
Desarrollo

Periodo Pre-Positivista

El estudio del comportamiento criminal tiene sus orígenes en el periodo pre-positivista,


donde las explicaciones del delito se basaban en la moralidad y la religión. Filósofos como
Aristóteles y Santo Tomás de Aquino asociaban el crimen con la falta de virtud o la
manifestación del pecado. En este contexto, se creía que factores como la pobreza y la
miseria predisponían a las personas a cometer delitos. Estas primeras reflexiones fueron
cruciales para el desarrollo posterior de teorías más formales que buscaban entender y
explicar el comportamiento delictivo de manera más científica.

Durante este periodo, la administración de la justicia era principalmente punitiva, sin un


análisis profundo de las circunstancias individuales del delincuente. El enfoque estaba en
restaurar el orden moral de la sociedad a través del castigo, visto como un medio para
disuadir el crimen y mantener la cohesión social. Este enfoque predominó hasta la llegada
de las teorías racionales y científicas que emergieron en los siglos siguientes.

Escuelas Criminológicas

Con el avance del pensamiento filosófico y la Ilustración, surgieron las primeras escuelas
criminológicas que intentaron sistematizar el estudio del crimen. La Escuela Clásica, que
surgió en el siglo XVIII, introdujo un enfoque racionalista al estudio del delito. Los
defensores de esta escuela, como Montesquieu y Beccaria, argumentaban que los seres
humanos son seres racionales con la capacidad de elegir entre el bien y el mal. Según esta
perspectiva, el crimen es una elección consciente y, por lo tanto, el castigo debe ser
proporcional al delito cometido para ser efectivo como disuasión.

En el siglo XIX, la Escuela Positivista Italiana presentó un enfoque completamente


diferente, sugiriendo que el comportamiento criminal está influenciado por factores
biológicos, psicológicos y sociales. Figuras como Cesare Lombroso propusieron la idea
de que algunos individuos tienen predisposiciones innatas hacia el crimen, basadas en
características físicas y genéticas. Aunque las teorías de Lombroso han sido cuestionadas
y, en muchos casos, refutadas, su enfoque científico estableció las bases para el desarrollo
de la criminología moderna, donde el estudio del delincuente se realiza a través de
métodos empíricos y científicos.
La Escuela Positivista también promovió un cambio en la manera de tratar a los
delincuentes, sugiriendo que, en lugar de simplemente castigarlos, se debería trabajar en
su rehabilitación y reintegración en la sociedad. Este enfoque sentó las bases para
sistemas penales más humanitarios y para la creación de programas de prevención del
crimen, centrados en la identificación y el tratamiento de factores de riesgo.

La criminalística es la disciplina que se encarga de aplicar métodos científicos para la


investigación de hechos delictivos. Su objetivo principal es la obtención de pruebas y su
análisis con el fin de identificar al autor de un crimen y esclarecer las circunstancias en
las que ocurrió el hecho. A lo largo de los años, esta ciencia ha desarrollado técnicas como
la inspección de la escena del crimen, la fotografía forense, la planimetría y el análisis
biológico, que son esenciales para la recopilación y presentación de pruebas en un
tribunal.

El desarrollo de la criminalística ha sido profundamente influenciado por las teorías y


conceptos filosóficos que buscan explicar la conducta criminal y las estructuras de la
justicia. La ciencia forense moderna se apoya en estas bases filosóficas para interpretar y
aplicar los métodos técnicos en el contexto de la investigación criminal.

Influencia de los Filósofos en la Criminología

La criminología, que es el estudio del crimen como fenómeno social, ha sido moldeada
por las ideas de varios filósofos a lo largo de la historia. Estas ideas han sentado las bases
para la comprensión del delito desde una perspectiva moral, social y biológica.

Aristóteles fue uno de los primeros filósofos en reflexionar sobre la justicia y el


comportamiento humano. Sus ideas sobre la virtud y la ética influyeron en la concepción
del delito como una desviación de la conducta virtuosa. Según Aristóteles, la justicia es
una virtud, y el crimen es un acto que rompe el equilibrio moral y social.

Santo Tomás de Aquino, en su obra "Summa Theologica", vinculó el delito con el pecado,
considerando que los actos criminales eran transgresiones no solo contra la ley humana,
sino también contra la ley divina. Esta concepción influyó en la visión medieval del
crimen y la justicia, donde el castigo era visto como un medio para restaurar el orden
moral.
Durante la Ilustración, Montesquieu y Rousseau introdujeron ideas que transformaron la
comprensión del delito y la justicia. Montesquieu, en "El espíritu de las leyes", argumentó
que las leyes debían reflejar la estructura social y política de una nación, mientras que
Rousseau en "El contrato social" defendía que las leyes son el resultado de un acuerdo
colectivo, donde la voluntad general debe prevalecer. Estas ideas sentaron las bases para
la Escuela Clásica de criminología, que ve el crimen como una infracción de la ley
racional que debe ser castigada de manera proporcional.

Durante la Ilustración, Cesare Beccaria se destacó como uno de los pensadores más
influyentes en la reforma del sistema penal. En su obra "De los delitos y las penas",
Beccaria postuló varios principios clave que han perdurado en la criminología moderna:

• Proporcionalidad del castigo: El castigo debe ser proporcional al delito cometido.


La severidad del castigo no debe exceder la gravedad del crimen, ya que esto sería
injusto e ineficaz.
• Certeza del castigo: La seguridad de que un castigo seguirá a un delito es más
efectiva para prevenir el crimen que la severidad del castigo.
• Rapidez del castigo: Para ser efectiva, la pena debe seguir al delito lo más pronto
posible. Un castigo dilatado pierde su efecto disuasorio.
• Legalidad y claridad de la ley: Las leyes deben ser claras, conocidas y aplicadas
de manera uniforme. Todos deben estar sujetos a las mismas reglas y no debe
haber arbitrariedad en su aplicación.

Corrientes Filosóficas que Han Influido en la Criminología

La criminología ha sido influenciada por diversas corrientes filosóficas que han intentado
explicar las causas del comportamiento criminal y proponer respuestas adecuadas.

La Escuela Clásica, fundada en el siglo XVIII, se basó en el racionalismo y el utilitarismo.


Sus principales exponentes, como Cesare Beccaria, defendían que los seres humanos
actúan en base a un cálculo racional de placer y dolor. Según esta escuela, el delito es una
elección libre, y el castigo debe ser lo suficientemente severo para disuadir la comisión
de crímenes, pero no excesivo.

En contraposición, la Escuela Positivista surgió en el siglo XIX con un enfoque


determinista, sugiriendo que el comportamiento criminal estaba influenciado por factores
fuera del control del individuo, como las condiciones biológicas, psicológicas y sociales.
Cesare Lombroso, uno de los principales exponentes de esta escuela, postuló que ciertos
individuos estaban predispuestos al crimen debido a características físicas y genéticas,
aunque sus teorías han sido ampliamente criticadas y desmentidas.

Otra corriente importante es la Escuela de la Defensa Social, que surgió en el siglo XX.
Esta corriente se enfoca en la rehabilitación del delincuente y la prevención del delito, en
lugar de centrarse en el castigo. Aboga por un enfoque más humanitario, donde el sistema
penal debe adaptarse a las necesidades de la sociedad y del delincuente, promoviendo su
reintegración social.

Términos establecidos por la criminalística

• Herencia Atávica: Introducida por Cesare Lombroso, este concepto sugiere que
ciertos comportamientos criminales son heredados de antepasados primitivos.
Lombroso creía que algunas personas mostraban rasgos físicos y
comportamentales que los hacían propensos al crimen, una idea que ha sido
ampliamente refutada, pero que influyó en el desarrollo inicial de la criminología.
• Locura Moral: Esta teoría fue propuesta por psiquiatras del siglo XIX, quienes
creían que algunas personas cometían crímenes debido a una enfermedad mental
que afectaba su capacidad de juicio moral, pero sin presentar otros síntomas de
locura. La "locura moral" se utilizaba para explicar comportamientos antisociales
y criminales en individuos que, de otro modo, parecían racionales.
• Degeneración: Este concepto se refiere a la idea de que ciertas personas o grupos
pueden experimentar un deterioro físico, moral o social que los predispone al
crimen. En la criminología positivista, se creía que la "degeneración" podía ser un
proceso hereditario que aumentaba la predisposición de un individuo hacia el
comportamiento delictivo.
• Degenerado Moral: Similar al concepto de "locura moral", el "degenerado moral"
es una persona que, debido a su supuesta degeneración física o psicológica,
muestra una falta de control moral que lo lleva a cometer actos criminales. Este
término fue utilizado para justificar el tratamiento punitivo o correctivo de ciertos
delincuentes, basándose en la idea de que su conducta estaba determinada por una
predisposición innata.
• Loco Moral: El término "loco moral" se utilizaba para describir a individuos que,
sin estar clínicamente locos, mostraban un comportamiento criminal o antisocial
que se consideraba resultado de una deficiencia moral interna. Este concepto se
utilizaba para diferenciar entre los delincuentes considerados rehabilitables y
aquellos vistos como incurables o inherentemente peligrosos.
Conclusión

La criminalística y la criminología, aunque disciplinas distintas, están profundamente


interconectadas en su búsqueda de comprender y resolver el crimen. Desde los postulados
filosóficos de Aristóteles y Santo Tomás de Aquino hasta las teorías científicas de Cesare
Lombroso y Cesare Beccaria, estas disciplinas han evolucionado incorporando conceptos
y términos que han moldeado nuestra comprensión del comportamiento delictivo.
Términos como "herencia atávica", "locura moral" y "degeneración moral" reflejan
intentos históricos de explicar el crimen desde perspectivas biológicas y psicológicas,
mientras que los principios de Beccaria continúan siendo fundamentales en la
administración de la justicia penal. A medida que avanzamos, la criminalística sigue
adaptándose y evolucionando, integrando nuevas tecnologías y enfoques para garantizar
que la justicia se administre de manera eficaz y equitativa.

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