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PROYECTOS2019

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PROYECTOS SIIP - CONVOCATORIA 2019

CAPTURA DEL ESTADO, MOVIMIENTOS Y ORGANIZACIONES POPULARES Y


CONSTRUCCIÓN DE HEGEMONÍAS EN ARGENTINA Y AMÉRICA LATINA.

DIRECTOR: AMELIA BARREDA

CO DIRECTOR. RUBÉN MELLADO

TIPO DE PROYECTO: I

1 - DESCRIPCION DEL PROYECTO

- Estado actual de conocimientos sobre el tema (Indicar bibliografía)

Este proyecto es parte de la línea de investigación que venimos desarrollando hace una
década pero, específicamente, lo presentamos como la segunda parte del proyecto
presentado en el 2016 puesto que nos interesa remarcar las transformaciones operadas
en el contexto que han impactado la lógica de funcionamiento tanto del Estado como
de los movimientos populares, afectando la interpretación de los procesos actuales
latinoamericanos con énfasis en Argentina.

Desde hace ya 9 años en nuestros proyectos de investigación1 venimos indagando


sobre las formas que ha adoptado el ejercicio de la política y sus mutaciones en

1
Los siguientes proyectos han sido desarrollados con el auspicio de la Secretaria de
Ciencia y Técnica de la UNCuyo:
-2011-2013 La fuerza de los hechos y los límites de la teoría. Categorías, formas y prácticas
políticas en América Latina en las últimas décadas, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales-UNCuyo,
dirigido por la Mgter. Amelia Barreda, (SeCTyP/UNCu, 2011-2013, cód. 06/F282). Res. 2737/11-CS.
-2013-2015: Hegemonía, Contrahegemonía o ¿Poshegemonía?, Análisis y Debates en torno a
formas y prácticas políticas en América Latina de la última década, Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales-UNCuyo dirigido por la Mgter. Amelia Barreda (SeCTyP/UNCu, 2013-2015, cód. 06/F326). Res.
4540/13-CS
-2016-2019: Política, Estado y movimientos populares en el capitalismo tardío. Hegemonía-
Poshegemonía en Argentina. Director: Amelia barreda -Co director: Patricia Gorri Tipo de proyecto: I
Cód. 06/F365
América Latina anclados en el contexto de las profundas transformaciones ocurridas en
los últimos años en las que emergieron sujetos largamente silenciados en tanto

naciones y culturas sometidas en algunos casos, en otros, excluidos del sistema formal
de trabajo. Estos/as sujetos/sujetas desarrollaron nuevas prácticas políticas y de
organización de la lucha y resistencia que pusieron en jaque, además de la
institucionalidad vigente, la capacidad analítica de las teorías políticas y sociales.

En este contexto que va desde la crisis del consenso neoliberal a fines de los años ´90 y
la reconfiguración del mapa político regional hasta nuestros días, los movimientos y
organizaciones sociales devinieron en objeto de estudio por excelencia en relación a la
democracia y el Estado. En referencia a la denominada irrupción plebeya todo el
espacio de lo público se vio conmovido desde abajo. La multiplicación de las luchas y
resistencias a lo largo y ancho de la región fueron un aliciente para la revisión del locus
epistemológico desde el cual las ciencias sociales latinoamericanas interpretaban estos
fenómenos. En cierta medida tal como lo proponen las Epistemologías del Sur la teoría
política del Norte de carácter monóglota, no alcanza a explicar las prácticas emergentes
del Sur, desde las cuales surge un nuevo conocimiento político sustentando en el hacer
de los movimientos (Santos, 2006). En nuestros abordajes hemos intentando captar los
profundos cambios en el modo de ejercicio de la política y los/las sujetos/as que los
encarnan (a lo que nos hemos referido con el concepto de “politicidad”); en este
sentido desde un primer momento recurrimos a las categorías gramscianas
hegemonía-contrahegemonía para interpretar estas transformaciones, como así
también retomamos la noción contemporánea de poshegemonía que justamente trata
de entender las fugas de la política, aquello que no se enmarca en los canales e
instituciones tradicionales y que sin embargo expresa el tenor actual de aquello que
llamamos política y sobre todo en clave emancipatoria: movimientos de base,
organizaciones populares, territoriales, etc. Por tanto la discusión poder-contrapoder
que se liga casi exclusivamente a la conquista del Estado es intervenida con otras
categorías tales como habitus, afecto, multitud que expresan otras “causas” de la
potencia política que no se inscriben en las instituciones demo-representativas clásicas.

Una de las derivas lógicas en nuestros análisis, ha resaltado la existencia de algunos


elementos teórico-políticos que actúan en la conceptualización del poder y la política
que fungen como corset, al tiempo que impiden incorporar como sujetos políticos de
peso todos aquellos que hacen política en los límites del “Estado Ampliado” pero por
fuera de los canales formales de la política. (Proyecto de Investigación SeCTyP 2011-
2013, 2013-2015, 2016-2019). Ahora bien, parados en 2019, el desarrollo de estas
politicidades estudiadas en los marcos de la sociedad civil latinoamericana -indisociable
ésta de las disputas en la esfera de la sociedad política- coloca al Estado como una
problemática teórica persistente y como instancia de articulación práctica de lo social
por excelencia.

a- Estado, centro de análisis contemporáneos

El origen histórico del aparato estatal expresa la lógica de la hegemonía moderna


capitalista y la mercantilización de las naciones que se fundamenta a su vez en la
teorización iluminista del poder político. Bien cabria ser situada desde América Latina
la noción de colonialidad como un elemento constitutivo de dominación que impone el
nuevo patrón de poder mundial que nos configura como países dependientes. Aníbal
Quijano dirá de la colonialidad moderna que “en el proceso de constitución histórica de
América, todas las formas de control y de explotación del trabajo y de control de la
producción-apropiación-distribución de productos, fueron articuladas alrededor de la
relación capital-salario y del mercado mundial” (Quijano, 2000: 247).

Para pensar el Estado en Nuestra América, tratándose de una región comprendida


como un problema teórico (Osorio, 2008) y una totalidad epistémica en permanente
conflictividad histórica, resultan necesarias las reflexiones respecto de la articulación
de lo social y lo político; para ello la idea de hegemonía -presente en Lenin como
antecedente directo de la lectura gramsciana a la que aquí referimos-, pensada en
términos de conducción política de un conjunto social y un tipo de dirección
ideológico-cultural de un grupo social, fundamentalmente una clase, realiza un aporte
central a estos fines. La construcción de hegemonía orbita el proceso de lucha societal y
resistencias latinoamericanas, en tanto es una relación social que atraviesa distintas
dimensiones: parte de una base material ligada a la posición de las clases en la
estructura y se realiza en las superestructuras a través de una concepción del mundo.
Esta visión encarna la mirada general y expresa los intereses del grupo dirigente pero
de forma universalizada, al mismo tiempo es plasmada de formas diversas en el sentido
común, en las prácticas cotidianas y -en el momento de mayor desarrollo- en un tipo
particular de Estado (Gramsci, 1984: 208).

En Gramsci las lecturas sobre el aparato estatal están cargadas de complejidad al


tiempo que realizan una apertura de la ciencia de lo político hacia la contingencia
histórica y la conflictividad social manifiesta en los marcos del capitalismo global.
Gramsci entiende que el Estado no es del uso exclusivo de la fuerza de coerción, ni la
pura organización de una clase dirigente con supremacía sobre los sectores
subordinados, sino que éste requiere de mecanismos e instituciones de legitimación
por los cuales se concreta el consenso de los sectores subalternos. Concretamente, su
propuesta teórico-política intenta conjugar en el “Estado integral”, tanto dictadura
como hegemonía, es decir sociedad civil y sociedad política, a partir de lo cual esta
última representa el momento de la fuerza y la primera, la instancia del consenso
(Fontana, 2000: 34). En la medida que se dé una mayor articulación de la estructura
que compone la sociedad civil, mayor será el sentido de legitimación y consenso que
harán aparecer al Estado como “elemento ético”, y menos coercitivo será su aspecto.

El Estado es en Gramsci una formación social inserta en la dinámica de la lucha general


de las clases sociales, sin embargo su distinción entre dictadura -dominio- y hegemonía
-dirección moral e intelectual-, aporta a la determinación clasista del Estado, la “forma”
y el método (hegemónico) indispensable para el ejercicio del poder.

b- Estado como una relación social

Es largo el debate respecto de los esencialismos y las características de los Estados en


términos generales, sin embargo en la tradición crítica latinoamericana el pensamiento
gramsciano que aquí retomamos, redunda en interpretaciones definidas de lo estatal.
Hay un recurso permanente en las ciencias sociales a repensar la formación histórica
pasada y presente de los Estados modernos desde una perspectiva crítica del Estado en
relación con lo social. Por caso, si analizamos la lectura del boliviano Rene Zavaleta
Mercado, notamos la recurrencia de la idea de “ecuación social” planteada en Gramsci
como acepción del “bloque histórico” esto es: las formas de vinculación de la sociedad
y el Estado, ante lo cual Zavaleta Mercado dirá:

El análisis mismo del Estado como aparato y ultimidad clasista, sugiere la


forma de su relación con la sociedad civil. Por razones propias de cada
caso, hay ecuaciones en las que la sociedad es más robusta y activa que el
Estado, ecuaciones donde el Estado parece preexistir y dominar sobre la
sociedad al menos durante periodos terminados, y sistemas donde hay
una relación de conformidad o ajuste (Zavaleta Mercado, 1990: 177).

Pero ¿cómo es que se operativiza ese tipo de vinculación de lo estatal con lo social? El
intelectual ingles Bob Jessop (2017) propone que el Estado es en última instancia un
tipo de relación social. Jessop sostiene el análisis sobre la forma estatal a partir de una
aproximación estratégico-relacional propuesta en seis partes:

(1) el ejercicio del poder del Estado (2) la condensación mediada


institucional y discursivamente (una reflexión y una refracción) (3) un
equilibrio de fuerzas que es variable, (4) y que busca influir en las formas,
los propósitos y el contenido de la organización institucional, de la política
y de las políticas (5) en coyunturas específicas, marcadas por una mezcla
igualmente variable de oportunidades y restricciones, (6) ellas mismas
vinculadas a un entorno natural y social más amplio (Jessop, 2017: 97).
Partir del punto de vista relacional para comprender las dimensiones del Estado nos
remite necesariamente a Gramsci y al conjunto de debates que autores como Rene
Zavaleta Mercado (1991), Álvaro García Linera (2003, 2010, 2016), y el mismo Jessop
(2017) entre tantos otros han sostenido en relación a la lógica de funcionamiento
estatal del estado latinoamericano. Este último autor que aquí retomamos, argumenta
que existe un conjunto de dimensiones del Estado que lo conforman y permiten
entender, en un presente globalizado como el nuestro, la lógica de su accionar.

El Estado, dirán Mabel Thwaites Rey y Hernán Ouviña (2012), aún sigue siendo un nudo
insoslayable para la articulación política, inclusive advirtiendo la densidad de desafíos
que implican la construcción de poder desde abajo y desde el Estado por parte de las
clases subalternas. Todo el periodo de constitución de la historia imperial a escala
global, ha distribuido con eficacia los roles a asumir en el escenario del poderío
norteamericano y europeo. En todos y cada uno de los territorios del despojo, América
Latina por vía de sus representantes, ha encarnado una actuación de reparto
fundamental en este trágico largometraje. Desde la militarización del conflicto social,
las dictaduras militares y la instalación del neoliberalismo en el continente, los pueblos
casi sin interrupciones se han volcado a la subsistencia y la pelea en los márgenes; a las
orillas del aparato estatal, del mercado y de las constelaciones de la sociedad civil que
solo advierten la precariedad de las condiciones de vida como un dato paisajístico de la
situación de dependencia latinoamericana. Sin embargo, tal como lo propone Atilio
Boron (2012), desde el 1 de enero de 1994 cuando el Ejercito Zapatista de Liberación
Nacional desacomoda la estabilidad de la desigualdad capitalista, pasando por la
victoria de Hugo Chávez en 1998, el Foro Social Mundial de Porto Alegre en 2001, hasta
llegar a las presidencias de Lula da Silva, Néstor Kirchner, Tabaré Vásquez, Evo Morales,
Rafael Correa, Fernando Lugo, etc., Nuestra América es testigo de un sostenido ascenso
de la lucha de masas en la región.

c- Resistencias y persistencias de las luchas sociales

El debate político de las resistencias sociales a partir del auge neoliberal en América
Latina, se ha estructurado en torno de las dinámicas de exclusión social y
desapropiación económica que la faceta de la economía financiarizada repuso en la
región; de hecho a la mirada del clivaje Estado vs. Mercado se le suma el requerimiento
de su debida actualización. Desde la crisis que devino al modelo neoliberal a finales de
los años 90, se articuló en América Latina el orillo de una discusión teórico-política en
relación a la tensión hegemonismo-autonomismo: Estado vs. movimientos
contrahegemónicos o Estado y su articulación/reconfiguración con los movimientos
sociales (tal como lo hemos abordado antes) De la misma manera que la escalada de
impugnación social (CINAL)2 a la política-económica de los noventa se expandió, las

2
posturas y referencias sociales de cara al aparato del Estado, engordaron los tratados
teóricos que las ciencias sociales latinoamericanas destinaban al nuevo fenómeno de
fuerte politización de los sectores subalternos y las relaciones cotidianas:

El debate entre autonomismo y hegemonismo ha sido posiblemente el


debate político más álgido del cambio de época y sus reverberaciones
teóricas tuvieron y no dejan de tener relevancia. Frente al carácter
radicalmente antiestatal de la postura autonomista –bosquejada más
arriba–, otros intelectuales […] defienden la oportunidad histórica que
supone el proyecto hegemónico nacional-popular, del que los llamados
gobiernos “progresistas” son expresión, y la pertinencia de la disputa
estratégica del Estado para los proyectos de emancipación (Modonesi e
Iglesias, 2016: 108)

De algún modo expresan la tensión entre hegemonía – poshegemonía que


planteáramos anteriormente para abordar los procesos sociopolíticos actuales como el
eje que organiza la discusión sobre la política contemporánea, sin echar por la borda la
importancia del Estado ni considerar a los movimientos populares como los “nuevos
sujetos emancipadores”. El campo de esta tensión que constituye nuestro núcleo
problemático –esto es la capacidad del Estado para legitimar intereses de sectores
dominantes o en su defecto expresar demandas de las clases subalternas-¿? se
configura entonces a partir de la noción gramsciana de hegemonía.

La reflexión de Gramsci sobre hegemonía surgió de revisar la derrota que habían


sufrido los consejos de fábrica como proto gobierno de los trabajadores y allí comenzó
a indagar sobre la fuerza de los aspectos no solo coercitivos sino también consensuales
de la dominación. La procuración no girará en torno del consenso en sí mismo sino del
modo en cómo los que dominan logran el consenso “activo” de los dominados. Esto
llevó a Gramsci a revisar la dimensión cultural de la dominación y los mecanismos de
subjetivación política, a las que consideraba una práctica de constitución de una
voluntad nacional-popular que devenía Estado a través de lo que denominaba guerra
de posiciones.

Hemos recorrido en proyectos de investigación anteriores la irrupción de gobiernos


populares donde la lógica de la construcción política, en parte desde arriba, se ha
entrecruzado con las demandas sociales desde abajo en una tensión permanente de
ida y vuelta, casi como una singularidad propia latinoamericana; en cierta medida
nuestras sociedades han propiciado Estados con tensiones más potentes, “donde el

“Ciclo de impugnación al neoliberalismo en America Latina” (CINAL) es la conceptualización


que usan algunos teóricos latinoamericanos para referirse al proceso sociopolitico que prologo el
ascenso de gobiernos de corte progresistas en la region (Twhaites Rey y Ouviña, 2019)
momento vertical y el momento horizontal de la política llegan a cierto punto de
integración y equilibrio” (Gaudichaud, 2010: 22). En este caso nos proponemos
continuar con esa línea pero prestando atención al retroceso general de las
democracias latinoamericanas y a la captura del Estado por parte de grupos
economicos concentrados en la actual coyuntura.

• ¿Quiénes constituyen hoy las clases dominantes que usurpan el Estado?

• ¿Cuáles son los mecanismos que utilizan para influir sobre políticas públicas?
¿son mecanismos legales o ilegales?

• ¿Cómo puede la ciudadanía contrarrestar el poder de las élites para asegurar la


satisfacción de las necesidades básicas? Cuáles son los intersticios de politicidad y
resistencia posible por debajo, por dónde circula lo que Mazzeo llama la “sociedad civil
popular”

• ¿Cómo se construye hegemonia hoy? ¿Cuáles son los sentidos del Estado y lo
Público que se imponen hoy? ¿Cuál es el rol de los medios de comunicación en la
captura del Estado?

• ¿Cuales son las consecuencias que el proceso de internacionalización del capital


ha tenido para los estados nacionales y los desafíos que esto conlleva para la
organización y la acción de los movimientos populares de América Latina?

Bibliografía Consultada

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Cairo Heriberto y Franzé Javier, Política y Cultura, Madrid, Biblioteca Nueva 2010, pp.
159 – 193

BEASLEY MURRAY, “La clave del cambio social no es la ideologia, sino los cuerpos, los
afectos y los habitos” www.eldiario.es/interferencias/Podemos-hegemonia-
afectos_6_358774144.html 20 de febrero de 2015

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JESSOP, Bob (2017) El Estado. Pasado, presente y futuro. Madrid. La Catarata (Los libros
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THWAITES REY (2010) “El Estado en debate: de transiciones y contradicciones”. En:


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ZAVALETA MERCADO (1990) El Estado en América Latina. La Paz, Los Amigos del Libro.

ZAVALETA MERCADO, R. (1983) Las masas en noviembre. La Paz, Bolivia. Editorial


Juventud

-Formulación y fundamentación del problema a investigar

Desde fines de los 90 y durante más de una década una diversidad de trabajos
académicos y manifiestos políticos afirmaba que varios países de América Latina, entre
ellos Argentina, habían logrado quebrar el sentido común neoliberal que señalaba
como un dictum que no había alternativa. Por lo tanto se planteaba que se habían
iniciado proyectos políticos fundantes del camino posneoliberal bajo diferentes
formatos aunque todos ellos pasibles de ser ubicados bajo el genérico “giro a la
izquierda”.

Sin embargo, estamos asistiendo a una nueva etapa que abruptamente ha dejado
obsoletos esos análisis, puesto que en poco tiempo y bajo las mismas reglas de la
democracia representativa, se han iniciado proyectos de restauración conservadora
que demuestran que el neoliberalismo tiene una gran vitalidad.

Las preocupaciones superestructurales, tanto políticas como académicas frente a los


pavorosos efectos de un capitalismo total o una totalidad capitalista (en el sentido de
realismo capitalista) aparecen como discursos vacíos, pura retórica, repetición de
fórmulas que van detrás de los acontecimientos. Entonces adquiere relevancia la
pregunta por si la fuente de la transformación social en sentido emancipatorio es el
poder político institucionalizado o si pasa fundamentalmente por la politicidad que
habita en múltiples espacios de la sociedad sobre todo en aquellos que van
adquiriendo organicidad.
De allí nuestro interés en poner el acento en entender la política por quienes hacen
política al ras de las necesidades concretas de los sectores populares: los líderes
barriales, de organizaciones y movimientos sociales. Entender cómo visualizan el
ejercicio de la política, el Estado y las políticas públicas, su concepción del mundo,
entre otras cuestiones; porque consideramos que no hacen política alternativa, hacen
política, entendiendo por tal toda acción tendiente a la mejor reproducción de la vida
y no sólo gestión de lo existente. Y confrontarlo a la visión de quienes hacen “la”
política por los canales tradicionales/institucionales.

La emergencia de nuevos movimientos populares en las últimas décadas, ha redefinido


el espacio público y los modos de ejercer la “ciudadanía”, así como también ha
expuesto los límites de la eficacia material y simbólica del estado. También se han
develado los mecanismos de reproducción de la política y han surgido otros modos de
representar las demandas sociales a través de formas de politicidad largamente
excluidas o consideradas como no políticas, sociales, alternativas, ubicadas en la
periferia de la política. La fuerza organizativa de ciertos movimientos sociales y
organizaciones territoriales y de base obliga a reconsiderar su lugar en la disputa por
definir qué y cómo otro mundo es posible, así como entender las articulaciones entre
el estado y los movimientos sociales.

La idea del Estado como condensación de luchas y conflictividades pasadas y presentes


tal como lo hemos propuesto hasta aquí, reafirma la necesidad de postular que la
estatalidad sobre todo en Nuestra América no es una expresión monolítica de la
hegemonía de las clases dominantes, antes bien, el Estado es un nudo fundamental de
las articulaciones políticas permanentes que se dan en nuestros territorios y
sociedades. Así como en Gramsci el poder es una compleja correlación de fuerzas
puestas en tensión que se dirime en una disputa política "intelectual y moral", en la
propuesta de Jessop (2017) que hemos retomado aquí, en la lectura de Thwaites Rey
(2012) y en la práctica histórica de los movimientos sociales latinoamericanos, la
cristalización de formas institucionales como nomenclaturas del Estado, se producen a
partir de las modalidades de reproducción de relaciones sociales capitalistas en cada
uno de nuestros países. Dicho de otra forma, que hoy en Argentina, Brasil, Ecuador,
Chile, etc., transitemos por un estado de movilización permanente ante el asenso de
fuerzas politicas de corte mas liberal en el poder, es probablemente el ensayo más
claro de disputa por el Estado y su direccionalidad, su funcionamiento, su legalidad, su
forma de intervención, su ausencia y su crueldad.

La cuestión de la hegemonía en una “democracia” que no es otra cosa que democracia


en el capitalismo, resulta articulada al pacto por el cual las clases subalternas renuncian
a la radicalización, a cambio de negociar las condiciones de su propia explotación. Se
hace necesario discutir hoy, el sentido de la contrahegemonía posible en los últimos 15
años de nuestra región desde la lente que propone Bob Jessop, siguiendo a Gramsci, no
solo como un agregado de identidades e intereses incluso políticamente articulados,
sino más bien como traducción de políticas efectivas, de construcción popular, cambios
económico-políticos de fondo y construcción de consentimiento y apelación
intelectual, política y moral3. Nosotros proponemos hablar esta vez de hegemonías
para expresar estos procesos.

Respecto de la politicidad que los movimientos sociales representan, arribamos aquí al


reclamo de lecturas no simplistas, ni de subestimación del proceso de gobiernos
populares latinoamericanos, ni de movimientos en resistencia y la enorme disputa
política que hemos transitado desde Chávez, el No al ALCA en 2005 hasta la llegada de
Macri a la Argentina en 2015 por marcar alguna cronología; sin embargo la tensión que
expresan las luchas democráticas en los parámetros del capitalismo y su fase neoliberal
exige que fortalezcamos los puntos donde se hace orgánica la lucha de la sociedad
política (el ámbito del dominio) y la sociedad civil, como instancia de batallas
hegemónicas, de discusión de proyectos y visiones políticas. Dicho de otra forma, en la
medida que no se reinvente la democracia o se democraticen sus procesos o en tanto
las propuestas progresistas no articulen la lucha política (el debate del Estado y su
funcionalidad) con la educación popular (la batalla ideológica) seguiremos teniendo
saldos negativos como los que vemos en el panorama regional, de ello debe dar cuenta
las ciencias sociales y la teoría política en particular.

Problema: en continuidad con la indagación en torno a las formas que ha ido


adquiriendo el ejercicio de la política en el contexto de restauración neoliberal, nos
interesa profundizar en: ¿Cómo se construye hegemonía hoy en los intersticios de la
sociedad civil y la sociedad política? y en esa línea, ¿Cuáles son los sentidos y la lógica
que asume el Estado en el despliegue de nuevos gobiernos de corte neoliberal en la
región y Argentina en particular?

-Hipótesis de Trabajo

3
Recientemente Jessop ha sintetizado parte de sus planteos teóricos acerca del Estado en
perspectiva gramsciana que hemos citado aquí: “poner el Estado en una caja y la economía en otra, lo
cual no nos permite observar las interconexiones existentes entre ambos dominios, cuestión que nos
remite a uno de los aspectos más claros de las críticas marxiana y gramsciana: si mantenemos la
separación fetichista entre el Estado y el mercado, entonces la lucha de clases económica se producirá
dentro de los límites de la racionalidad mercantil, la rentabilidad empresarial y la competitividad
económica; y, a su vez, las luchas políticas se verán circunscritas a los límites de la competición electoral
democrático-liberal, que se ocupa de definir los intereses nacional-populares compartidos de los
ciudadanos individuales, en vez de desarrollar proyectos políticos susceptibles de unificar a las fuerzas
subalternas contra el poder social del capital. Esta separación permite que el sistema de explotación y
dominación se reproduzca cuasi automáticamente mediante la compartimentación fetichista de las
luchas económicas y políticas” (Prieto y Monedero, 2017)
El supuesto desde el que partimos es que en la coyuntura política reciente asistimos a
una reconfiguración del rol del Estado, por consiguiente un cambio en el conjunto de
las relaciones sociales, que se caracteriza por una cierta “captura” explicita del aparato
estatal por parte de sectores, grupos y alianza de clases dominantes, al tiempo que se
evidencian las limitaciones del “giro” progresista que caracterizó el inicio de los años
2000 en gran parte de América Latina.

-Objetivos

Objetivo General: Indagar las formas de ejercicio de la política y los cambios operados
desde y en el Estado en Argentina, entendidos como captura del Estado y la sociedad
civil, entendida como sociedad civil popular, en la actual dinámica sociopolítica
latinoamericana.

Objetivos particulares:

1. Indagar las transformaciones más notorias de la politicidad contemporánea que


ponen en cuestión los canales tradicionales del ejercicio del poder político (a nivel
global)

1.1. Profundizar en el triángulo estado-mercado-poder político de las


transnacionales (realismo capitalista)

2. Analizar las formas y mutaciones de ejercicio institucionalizado de la política


recientes en AL: estado-mercado, movimientos, redes.

2.1. Profundizar en cómo lo institucional se modifica y expresa en los sistemas


políticos latinoamericanos frente a la nueva dinámica global (realismo capitalista),
acentuando el carácter de “captura del Estado”.

2.2. Revisar el impacto del movimiento feminista (en su amplio arco de actuación) en
las instancias institucionalizadas de la política.

3. Analizar las formas y mutaciones de ejercicio de la política por fuera de la


institucionalidad establecida: movimientos sociales, organizaciones territoriales de
base, redes, entendidas como la sociedad civil popular.

3.1. Profundizar la lógica de funcionamiento de las organizaciones territoriales de


base: su proyección, su concepción, su estrategia, el tipo de relación efectiva con el
Estado.

3.2. Profundizar en las instancias prácticas de la politicidad emergente, entre las


cuales se vislumbran la Pedagogía de la praxis y la Economía Popular.

3.3. Analizar el impacto del movimiento feminista (en su amplio arco de expresión)
en las formas de organización y acción de los sectores subalternos de la sociedad.
-Metodología

Investigación narrativa histórica, diseño cualitativo, descripción densa con intenciones


interpretativas. (Como señalamos en el informe final del proyecto cohorte 2016/2018,
una narración histórica con intención interpretativa es, siempre, un trabajo en
proceso).

El proyecto pretende interpretar las mutaciones en el ejercicio de la política en el


contexto del capitalismo contemporáneo. En este sentido intentamos realizar el
análisis en la articulación entre procesos macrosociales y fenómenos microsociales.
Partimos de una concepción en la que la totalidad capitalista afecta y condiciona los
diferentes niveles de reproducción social; en este caso decidimos un diseño cualitativo
que se organiza, según los objetivos de la investigación y las unidades de análisis
(instancias de la administración del Estado (ejecutiva, legislativa), movimientos y
organizaciones populares, acontecimientos políticos) en análisis documental y datos
secundarios y en entrevistas y observación participante.

Recurriremos a:

- Revisión bibliográfica

- Análisis de información secundaria a través de artículos, manifiestos, proclamas,


revistas digitales, entre otros.

- Análisis de información primaria a través de entrevistas,


observación/participación.

Conceptos a considerar: realismo capitalista, captura del Estado, articulación política,


hegemonías, (en sus diferentes claves), movimientos sociales/populares,
organizaciones de base, politicidades.

-Resultados esperados

- Producción de conocimientos: elaboración de documentos, artículos y reseñas


que aporten a la actualización de elementos teóricos y a una descripción más acabada
de las problemáticas referidas.

- Difusión: a) a través de la publicación de los resultados en revistas


especializadas; b) a través de la exposición de los mismos en reuniones científicas; c) a
través de la docencia universitaria en la cátedra de Teoría Política II, d) a través de
actividades de transferencia al medio sobre todo vinculadas a organizaciones de base.
- Formación de recursos humanos: el grupo de investigación debe operar como
un ámbito de formación colectiva a nivel de la docencia, la investigación y la
transferencia a la sociedad.

- Articulación con otros proyectos: la continuidad del proyecto de investigación es


el resultado de una línea de investigación ya consolidada que requiere la articulación
con otros proyectos de investigación y de extensión de la facultad así como con los
proyectos de vida de los movimientos populares.

2-TRANSFERENCIA Y BENEFICIARIOS

El objetivo del proyecto es de alcance teórico político por lo que el nivel de


transferencia será en el ámbito académico y en el ámbito político social. El proyecto
pretende producir conocimientos específicos, seleccionar documentos y elaborar
materiales que puedan ser utilizados en: a) la organización y dictado de cursos para
estudiantes y graduados universitarios con la presencia activa de miembros de los
movimientos populares; b) la definición de problemas de investigación específicos y la
definición de proyectos individuales de investigación, a realizarse bajo la forma de tesis
de licenciatura de estudiantes, becas de formación para la investigación, maestrías y
doctorados para los graduados; c) la incorporación de los resultados parciales o totales
en el programa de la asignatura Teoría Política II (4° año de la carrera de Ciencia Política
y Administración Pública), Estado, Sociedad y Política (1° año de la carrera de Ciencia
Política y Administración Pública), así como de insumos para la discusión a nivel de la
formación de las organizaciones populares d) se pretende seguir consolidando la
formación de una línea y un grupo de investigación.

3. FORMACIÓN DE RECURSOS HUMANOS

APELLIDO Y NOMBRES CARGO TIEMPO


SEMANAL

EN HORAS
INVESTIGADORES
Rubén Mellado Titular Efectivo 20
(Licenciado en Ciencia Estado, Sociedad y
Política y Administración Política (CPY AP)
Pública)

Patricia Gorri (Licenciada JTP Teoría Política II 10


en Ciencia Política y (CPY AP)
Administración Pública)
JTP Teoría Política
(TS)

Alberto Molina (Licenciado Adjunto interino 10


en Ciencia Política y concursado Estado,
Administración Pública) Sociedad y Política

Oscar Soto (Licenciado en JTP Teoría Política 10


Ciencia Política y (TS)
Administración Pública)

Cristian Jara Alumno Maestría de 4


Estudios
BECARIOS DE
Latinoamericanos
GRADO/Y POSGRADO

Julieta Reale Licenciada en 4


Ciencia Política y
GRADUADOS
Administración
Pública

Yesica Ulloa Alumna avanzada 4


Ciencia Política y
ALUMNOS DE GRADO
Administración
Pública

Paula Blodinger Alumna avanzada 4


Ciencia Política y
Administración
Pública

EQUIPAMIENTO NECESARIO PARA EL PROYECTO

- Disponible en la Unidad Ejecutora

Escritorios, sillas, computadora, impresora. Biblioteca.

- Solicitado para este proyecto

gastos de capital (equipamiento): equipamiento, licencias, bibliografía.


gastos corrientes: bienes de consumo, viajes y viáticos, difusión y o patentes, otros
gastos,
- Cronograma de Actividades

Tie

Actividades 1 1
1 2 3 4 5 6 7 8 9
0 1

Revisión bibliográfica

Análisis de información secundaria: artículos, manifiestos, proclamas, revistas digitales.

Primera síntesis

Observación participante

Elaboración entrevistas, testeo, relevamiento de información

Procesamiento y segunda síntesis

Informe final

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