Metodologia 1-2-3-4
Metodologia 1-2-3-4
Metodologia 1-2-3-4
Profesor Autor:
Titulaciones Semestre
Bibliografía ..................................................................................................................... 28
Nota. Este compendio fue diseñado con base al libro de “Nociones Básicas de Trabajo Social” del Autor “Tomas
Fernández García”,” Laura Ponce De León Romero”. Primea Edición. Editorial Ediciones Académicas, S.A.,2014
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Resultado de aprendizaje de la asignatura
Introducción
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Tema 1. Naturaleza y fundamentos del Trabajo Social
Edita dejó Perú hace cuatro meses con la idea de poder trabajar en el servicio doméstico
en España. En su país no tenía porvenir. Su familia decidió invertir los ahorros de toda
una vida para pagarle el billete de avión. Esta decisión le iba a permitir disponer de un
salario para enviar dinero y mantener a su familia que está pasando por una situación
económica difícil. Vino como turista, pero se quedó en España con la idea de conseguir
permiso de residencia y un contrato de trabajo. De momento no lo ha conseguido, ni
dispone del dinero suficiente para volverse a su país. Ha alquilado una habitación en el
centro de Madrid por la que paga 200 euros al mes. Trabaja diez horas diarias limpiando
varias casas de lunes a viernes. Solamente descansa los fines de semana, que aprovecha
para dormir porque llega muy cansada debido a su estado de gestación. Está muy
preocupada porque al mes de llegar, descubrió que estaba embarazada de su pareja, que
se encuentra en Perú. Para ella fue un duro golpe encontrarse sola en un país
desconocido, sabiendo que cuando su estado de gestación avance será complicado
seguir trabajando, y que cuando su hijo nazca será difícil compaginar el trabajo con el
cuidado del bebé. Siente que ha traicionado a su familia, quien ha confiado en ella para
salir adelante. Aunque intenta disimular su embarazo con ropa ancha, sabe que perderá
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el trabajo. De hecho, la dueña de una de las casas en las que limpia se dio cuenta de su
situación, comentándole que no viniera más porque no quería tener problemas. Edita está
desolada, apenas tiene amigas en las que apoyarse porque no conoce a nadie, y sus
compañeras de piso no son latinoamericanas, son polacas y no las entiende. Acude a la
trabajadora social de Cáritas en busca de apoyo. No sabe qué hacer.
Casos como el que se ha descrito, suelen ser atendidos por los/as trabajadores/as
sociales. A lo largo del ciclo vital, la persona se enfrenta a innumerables situaciones de
necesidad o de crisis pasajeras o permanentes que tiene que ir superando. Para
resolverlas se suelen buscar apoyos en los entornos más inmediatos: la familia, los
amigos, conocidos..., pero ¿adónde acudir cuando estos no son suficientes o no están
cerca, como es el caso de Edita? El trabajador social se enfrenta cotidianamente a
numerosos problemas que pueden provocar en el usuario un desequilibro económico (la
pérdida de empleo), social (exclusión), psicológico (tristeza, desolación), físico
(enfermedades)o cultural (diferencias culturales entre países). La realidad que atienden
es amplia porque abarca todas las dimensiones biopsicosociales de la persona.
De esta definición se pueden extraer los tres elementos básicos donde se apoya la
intervención profesional:
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3. La relación de comprensión entre usuario y profesional para facilitar la adaptación y
superación de las problemáticas planteadas.
Los trabajadores sociales buscan ser útiles y deben mostrarse humildes en lo que
respecta a su profesión. No desempeñan una función providencial, sino simplemente la
de un profesional que establece una relación de apoyo. Intenta plantearse nuevos
desafíos para mejorar la situación del usuario y su calidad de vida.
Las claves de la profesión estuvieron en sus inicios enfocadas hacia el estudio del caso,
siguiendo un proceso minucioso de análisis, como intento de explicar una situación
concreta para programar una actuación profesional meditada. Esta afirmación se recoge
en la definición que Bray y Tuerlinckx hicieron en el año 1966:
El Trabajo Social estará constituido por los procesos que conducen hacia el diagnóstico
social y pretenden diseñar un plan de tratamiento. Pueden ser divididos en dos: uno, la
recogida de la información o evidencia, y otro, el diseño de las inferencias o deducciones
a partir de la información acumulada. La reunión de datos se consigue a través de
entrevistas conversaciones del trabajador social con el usuario, su familia u otras posibles
fuentes y puntos de vista. Una vez almacenados los datos y contrastada la información,
se llega a una interpretación de los mismos, obteniéndose un diagnóstico social previo al
establecimiento de un plan de acción.
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desarrollo personal y social de las personas, teniendo en cuenta el contexto institucional-
burocrático que envuelve la labor del trabajador social. La actividad profesional es un
proceso de apoyo sistematizado que lleva implícito el asesoramiento, donde subyace la
relación interpersonal entre usuario y profesional como un fenómeno complejo, variante,
dinámico, sistémico y evolutivo, fundamentado en la propia naturaleza de las personas.
Por lo tanto, la relación de ayuda pasa a convertirse en una relación de apoyo profesional,
abandonando las connotaciones caritativas o benéficas del pasado.
La base del Trabajo Social reside en la denominada relación de apoyo. Sus fundamentos
teóricos se encuentran en autores como Carl Rogers, que con su obra titulada “Terapia
centrada en el cliente”, se convirtió en uno de los máximos representantes para la
consolidación del Trabajo Social, entendiéndolo como el producto generado a partir de la
interacción entre personas, es decir, entre profesional y usuario. Este autor la define desde
una concepción utilitaria del proceso: “la relación de apoyo es aquella en la que uno de
los participantes intenta hacer surgir en una o ambas partes una mejor apreciación de sus
recursos latentes y un uso funcional de los mismos (Rogers, 1972:)”.
Otros autores como Compton y Galaway (1975) definen la relación de apoyo como “una
relación en la que se expresa una preocupación real por entender a los otros,
caracterizada por el compromiso, la obligación, la aceptación, la empatía, la autenticidad,
la claridad, y por tener un propósito conocido y aceptado por ambas partes”. Esta
interacción otorga autoridad y poder a las personas para trabajar en la resolución de sus
problemas, utilizando sus conocimientos y habilidades.
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Para conocer la naturaleza de la profesión algunos autores han analizado el objeto y el
sujeto en la intervención. En los siguientes epígrafes se intentará clarificar estos dos
conceptos y la relación existente entre ambos.
Fuente: Imagen obtenida del libro de Fundamentos del Trabajo Social (2009)
Cuando la persona descubre, como sucede en algunos casos, que no pue de satisfacer
sus necesidades o dominar sus problemas por sí sola, ni con la ayuda de las personas
más cercanas, suele solicitar el apoyo de una institución social para superar los obstáculos
que entorpecen la buena marcha de su vida personal, familiar o social, solicitando la
intermediación del trabajador social, que por su formación académica y experiencia
profesional está capacitado para comprender la naturaleza de los problemas individuales
y sociales, en una interacción recíproca de dos elementos fundamentales que son
necesarios para la intervención social: la persona y el trabajador social.
Desde los Servicios Sociales la población usuaria no puede tratarse como un simple
objeto de intervención, sino que debe convertirse además en sujeto de conocimiento,
siendo el principal artífice de su propio cambio con el asesoramiento del profesional
(García Roca, 1995: 44). Este rol activo que recupera y define al sujeto, tiene hondas
repercusiones. Supone, en el ámbito científico, admitir al usuario como agente constructor
y receptor de conocimiento, y que el principal objeto de estudio es una persona con
habilidades y no el hombre cosa (Cáceres, Cívicos, Hernández y Puyol, 2009). El profesor
García Castilla (en Fernández, de Lorenzo y Vázquez, 2012: 495) reconoce también al
sujeto “como ser con conocimientos, sobre todo experienciales, con capacidad de
aprendizaje y de investigación”. En el campo profesional, todas estas aportaciones
suponen admitir que el/la usuario/a tiene capacidad de autoayuda, puede incluso
proporcionar apoyo a los que le rodean, y decidir por sí mismo su futuro con
autodeterminación.
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su proyecto vital. El trabajador social desarrolla su labor con y para el usuario, pero nunca
en vez de él, al que se hace partícipe y responsable en todo momento de sus necesidades
y problemas, los cuales deberán ser analizados y modificados conjuntamente si desea
mejorar su bienestar.
El Trabajo Social cree en la capacidad que tiene cada persona para liberarse de sus
angustias o preocupaciones, con la finalidad de apoyarles a superar por sí mismos los
lastres económicos, sociales, físicos, emocionales o culturales que puedan dificultar su
bienestar y la capacidad de promoción y crecimiento personal. El usuario no es un mero
consumidor de servicios, quiere y desea ser el propio constructor de su futuro, solicitando
asesoramiento profesional para conseguirlo.
Sin embargo, para López-Cabanas y Chacón (2001: 18) “en Trabajo Social el sujeto de
conocimiento no solamente está constituido por la persona usuaria. La relación de actores
o agentes que coproducen conocimiento, de una u otra manera, está formada por
investigadores profesionales, docentes y educadores informales, ciudadanos en general,
políticos y técnicos. A ellos hay que añadir los medios de comunicación social, los
movimientos sociales y asociaciones, los grupos de interesados y/o afectados, las élites
y grupos con poder, las personas clave con influencia o relevancia social, la opinión
pública y la Administración pública”.
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Esta incorporación de otros sujetos como agentes activos constructores del conocimiento
es beneficiosa. La riqueza de un área del saber tiene mucho que ver con su capacidad de
asimilación de las aportaciones plurales y diversas de numerosos recursos humanos. El
conocimiento no deja de ser una gran construcción social, en la que deben participar
todos. La democratización del saber pasa no solo por difundir y extender el conocimiento
al mayor número posible de consumidores, sino sobre todo por la invitación a la
producción y al compromiso creativo. Significa la superación de viejas concepciones
jerárquicas y de la apropiación por parte de una élite del conocimiento social. Esa
capacitación es, por cierto, uno de los fines más deseados. Para la UNESCO, una de las
principales metas de la intervención social es “mejorar la capacidad endógena
(empowerment) de sus actores para favorecer la formulación, evaluación y gestión de las
políticas sociales (López-Cabanas y Chacón, 2001, 19-20)”.
Siguiendo las premisas de estos autores, además del usuario se debe incorporar como
sujeto de acción al trabajador social y a los profesionales relacionados, porque todos
contribuyen con sus aportaciones al conocimiento general en el cual participan como
sujetos activos y participativos.
También se puede entender como la categoría que hace referencia a lo que se construye
a partir de la práctica, sea productiva, profesional o social. Sería el núcleo sobre el cual
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una profesión o un sujeto van construyendo su propia identidad. Constituye la materia de
estudio como disciplina y el espacio de interés y acción, ya que con la propia actividad
profesional va implementando su cuerpo de conocimiento.
Si tenemos en cuenta el objeto de las Ciencias Sociales, se puede decir que sería todo
aquello que puede ser observado y estudiado. Por ejemplo; los comportamientos de las
personas dentro de un contexto teórico del que a su vez también forman parte. El objeto
del conocimiento “no es sólo la sociedad, sino todo el conjunto de relaciones,
interacciones, actuaciones e influencias de los hombres entre sí y con la sociedad
institucional, la cultura y la naturaleza (Sierra Bravo, 1984:55)”.
Una de las características del objeto en Trabajo Social, es que este no puede ser definido
o aislado para ser estudiado objetivamente, sino que lo observado se ve alterado por el
observador, donde los sentimientos, ideologías, experiencias, intereses, entre otros,
influyen sobre la realidad estudiada.
Por otra parte, el Trabajo Social puede ser entendido como respuesta a una serie limitada
de carencias que no cubren otros sistemas. En este sentido, el objeto podría ser el estudio
de las necesidades de las personas, que afectan directa o indirectamente y con carácter
universal al conjunto de los ciudadanos, y que tienen una vinculación íntima con la calidad
de vida y el bienestar.
Por eso, para algunos autores el objeto de investigación y de acción del Trabajo Social es
la persona, analizada desde una visión individual, familiar, grupa lo comunitaria. Es el
sujeto, el ser humano individual, grupal o colectivo que en interacción con el medio vive
una situación determinada.
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Tema 3: Relación entre Objeto y Sujeto en Trabajo Social
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entorno mediante la generación de nuevos conocimientos, que tienen lugar durante la
relación interpersonal entre usuario/a y profesional, y que buscan el proceso
emancipatorio de la persona en el que se invierte el conocimiento de su propia realidad.
El profesional deberá tener en cuenta también que su participación influye en la
determinación de esa realidad dentro de un marco normativo, a considerar durante el
análisis del caso, para poder guiar este proceso dentro de un contexto social más amplio
donde el trabajador social se debería colocar como experto asesor y orientador.
Será la aparición del profesional la que combine la subjetividad de las vivencias
personales del usuario con la objetividad institucional con la que el profesional trabaja
utilizando el lenguaje, la comunicación y la interacción para orientar al usuario en la
búsqueda de su propio beneficio en un contexto espacio-temporal determinado. En este
sentido, sujeto y objeto están relacionados, siendo en numerosas ocasiones difícilmente
deslindarles. Ambos trabajan conjuntamente y están influenciados mutuamente, por lo
que el sujeto de conocimiento se puede convertir también en el objeto de la intervención.
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Entendiendo el Trabajo Social como ciencia, en el año 1949 Swithun Bowers (Bray, 1966)
realizó la definición del concepto de casework como la “ciencia de las relaciones humanas
y la habilidad en el cultivo de las mismas, que se emplean para poner en juego las
potencialidades del individuo y de los recursos de la comunidad con objeto de provocar
una mejor adaptación del cliente a su medio ambiente o a una parte de él”.
Posteriormente otros autores como Tomás Fernández (1992) han definido el Trabajo
Social como “una disciplina científica, metódicamente ordenada y formada que constituye
una rama del saber de las ciencias sociales porque contribuye a incrementar el
funcionamiento individual y social de las personas y a potenciar sus conocimientos y
habilidades para alcanzar su bienestar social”. Otros autores también lo han concebido en
este sentido definiéndolo como una ciencia social y humana (De la Red, 1993; Celedón,
2011) o una ciencia técnica (García y Melián, 1993). Como ciencia dispone de unos
contenidos sistemáticos y coherentes obtenidos de forma científica, usando métodos que
dan lugar a resultados contrastados; utilizando unas actitudes profesionales determinadas
y un código ético para promover el progreso mediante el estudio y la investigación.
Como ciencia intenta conocer cuáles son las causas-efectos de los problemas sociales y
su incidencia sobre las personas, los grupos y comunidades. No obstante, su objetivo
general es conocer los factores que propician el bienestar, el crecimiento humano y la
autonomía para buscar soluciones pragmáticas que emancipen y proporcionen bienestar
duradero a la población, incentiven la justicia, mejoren la cohesión social, y reduzcan el
malestar y la desigualdad estructural. El Trabajo Social intenta que el conocimiento llegue
a la población y que esta pueda participar activamente en la producción de un cambio que
está orientado hacia la auténtica democracia política, económica, cultural y social
(Hernández, 2009), para lograr el bienestar económico y social de los seres humanos.
Las principales características del Trabajo Social como disciplina científica están basadas
en las siguientes premisas (Celedón, 2011: 269):
— El Trabajo Social es ciencia cuando se convierte en conocimiento (conceptos y
teorías) producido por científicos sociales.
— Su carácter científico está avalado por el estudio de un objeto propio de la
investigación, en este caso las necesidades.
— Se requiere un método sistemático para la resolución de problemas y conflictos.
— En el quehacer diario del trabajador social se establece un diálogo constante con
la práctica, la investigación aplicada, el conocimiento científico y la investigación básica.
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Teniendo en cuenta los elementos docentes el Trabajo Social también se podría definir
como una disciplina académica, es decir, como un ámbito de conocimiento con una
tradición investigadora (Soydan, 2004) que estudia las dimensiones sociales de las
necesidades humanas, las variables micro y macrosociales que inciden en la génesis de
la calidad de vida, el bienestar humano y los problemas de la sociedad. También investiga
los efectos socia- les de las crisis y los tratamientos, recursos, medidas o soluciones
sociales más efectivos, incluyendo la capacitación, el empoderamiento, la participación,
la construcción de tejido social y la democratización plena (Hernández, 2009).
Como disciplina académica, Soydan (2004) recuerda que esta depende de las decisiones
políticas y educativas adoptadas en cada país. En España la evolución como disciplina.
científica no ha experimentado el mismo recorrido que otras ciencias, porque inicialmente
ha estado ligada a la intervención y no a la generación e implementación del conocimiento.
Con la entrada en vigor en el curso 2010/2011de los Grados en Trabajo Social, como
titulación superior, se enfrenta a un nuevo reto docente y académico que incidirá en su
consolidación científica.
Considerando el Trabajo Social como una profesión, puede definirse como un proceso de
movilización de diversos recursos personales e institucionales con el objetivo de
transformar la realidad social del usuario, asegurando como ciudadano sus derechos
sociales para conseguir un mayor bienestar social (Fernández y Ponce de León, 2011).
En definitiva, se trata de una profesión que desde la unidad de visión y de acción aplica
el conocimiento científico en la intervención integral, desde los ámbitos micro y
macrosocial. La prevención, la asistencia y la rehabilitación aspira a mejorar las
condiciones de vida y el bienestar de la población, utilizando de forma científica las
medidas, recursos o soluciones más efectivas, promoviendo las redes sociales, la
capacitación, el empoderamiento, la participación, la cohesión social y la democracia más
amplia posible (Hernández,2009: 134-135).
En lo que se refiere a su actuación profesional, la finalidad es la calidad de vida, la salud
integral y el bienestar (Conde, 2009), pero también alcanzar mayores cotas de vida digna
para la población, potenciando las fortalezas y capacidades y derribando para ello las
barreras (mentales, sociales, económicas, culturales...) que impiden o dificultan el
deseable desarrollo integral de las personas en su propio medio y el disfrute de la vida en
sociedad. Para la Federación Internacional de Trabajo Social (FITS) lo que se busca “son
cambios sociales en la sociedad en general, y en las formas individuales de desarrollo
dentro de la misma (Conde, 2009: 286-287)”.
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Como actividad profesional, el Trabajo Social dispone de un cuerpo de conocimientos, un
reconocimiento de su servicio, un sistema remunerado, un código deontológico, unos
valores, una vocación, autonomía y una responsabilidad en su actuación. En resumen, se
podría decir que el Trabajo Social como profesión:
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un apoyo sistematizado, metódico y técnico, distanciado de la acción caritativa puntual y
espontánea. La práctica profesional va a estar dotada de un diagnóstico, o lo que es lo
mismo, de una descripción y estudio sistemático de casos y de las necesidades que
plantea cada usuario/a, constituyéndose como una ciencia social (Fernández 2011: 34).
Consideración individualizada
Este principio está relacionado con la distintividad de cada persona, que se constituye
como única e irrepetible. La esencia de la intervención individual en Trabajo Social reside
en la interpretación que cada persona hace de su problemática. Esta dimensión individual
se incorpora a un marco social determinado, que constituye la peculiaridad de cada caso,
pudiendo definirse según Fernández (2011:46) “como uno de los principios fundamentales
del Trabajo
Social que supone el reconocimiento del valor único de la persona, dotándola de su propia
consideración moral”. Este principio está unido a la identidad personal, a su idiosincrasia
y al reconocimiento de la variabilidad individual que marcan su carácter único y
diferenciador a través de rasgos diferentes de personalidad, capacidades, actitudes,
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aptitudes, historias distintas de vida, vivencias dispares, que guían la evolución y el
desarrollo de cada persona. El/la trabajador/a social tratará de comprender a cada
usuario/a individualmente y su entorno, así como los elementos que afectan a su
conducta.
Cada usuario manifiesta un comportamiento diferente en función de sus vivencias, su
historia y el contexto social en el que está inmerso. Desde esta afirmación parece que no
tiene sentido intentar etiquetar las necesidades ni las disparidades de situaciones por las
que atraviesa cada persona a lo largo de la vida, porque estas son únicas para cada
persona y momento histórico. Este planteamiento permite tratar al usuario de manera
individualizada, intentando entender su realidad, donde el profesional tratará de analizar
el funcionamiento individual, para entender qué es lo que está fallando, el porqué, y lo
más importante buscar soluciones a sus necesidades y problemas.
La actuación profesional debe analizar las peculiaridades de cada caso y entender los
sentimientos más arraigados ante la aparición de una problemática concreta. Ser
minucioso en la búsqueda de información es una manera de asegurar el cumplimiento de
este principio. La recopilación de la información se debe realizar desde el entendimiento,
el respeto y la flexibilidad. Cada persona debe sentirse escuchada y apoyada desde su
particularidad.
Este principio está vinculado directamente con el anterior, porque los dos se
complementan. Aceptar al usuario supone entenderle, es decir, supone aceptar a la
persona como es, independientemente de sus características o diferencias con respecto
a las demás.
En algunas ocasiones el/la trabajador/a social se puede sentir incapaz de atender a una
persona o de aceptarla como usuario/a por motivos políticos, religiosos, personales...
Cuando esto ocurre, la mejor opción es derivar el caso, porque de lo contrario no podría
cumplir con este principio, y la efectividad profesional se podría ver afectada. El
profesional es también una persona y puede estar influenciado por sus propias vivencias.
Es positivo que el/la trabajador/a social reconozca sus limitaciones y las de los/as
usuarios/as para garantizar la efectividad de la intervención.
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No enjuiciamiento del usuario
Continuando con el discurso anterior, se podría decir que este principio trata de asegurar
que el profesional no vaya a ejercer ningún juicio de valor sobre el/la usuario/a basado en
la expresión de prejuicios, opiniones personales o apreciaciones sesgadas.
Durante el transcurso del caso, se pueden producir valoraciones profesionales, pero estas
estarán fundamentadas sobre directrices institucionales consensuadas, construidas para
el beneficio de los/as usuarios/as, pero nunca basadas en apreciaciones discriminatorias
de exclusión y coacción. La trabajadora social deberá seguir las directrices asignadas por
la institución en la que trabaja, que puede orientar las valoraciones profesionales
respetando unos objetivos y propósitos concretos. Como profesional, y para respetar este
principio, deberá estar libre de prejuicios, tratando de ser objetivo y metódico en todo el
proceso.
La autodeterminación
Este principio se puede definir “como la capacidad que tiene la persona para decidir
libremente sobre su propio destino”. Está directamente ligado a uno de os objetivos
profesionales, el empoderamiento de los/as usuarios/as, es decir, posibilitarles las
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herramientas necesarias para solucionar por sí mismos sus problemas y para que puedan
decidir libremente sin presiones.
Cada persona dirige su destino, eligiendo el camino que considera más idóneo en cada
momento. En algunas ocasiones, la vida puede poner a las personas en situaciones
difíciles ante las cuales se bloquean, sintiéndose incapaces de tomar decisiones. En estos
momentos es cuando se suele acudir a un profesional para que les asesore sobre las
posibles alternativas disponibles, asumiendo que la responsabilidad final de la decisión
siempre recae en el propio usuario. El profesional será la persona formada y competente
que le impulse en el desarrollo de sus propias capacidades, movilizando los recursos
sociales como apoyo técnico. También debe facilitar al usuario toda la información
necesaria con una actitud colaboradora y orientadora, dejando un margen de flexibilidad
en la decisión final que este adopte.
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Confidencialidad
Muchos de los dilemas éticos a los que hace frente el profesional están relacionados
precisamente con esta cuestión. Por ejemplo; si una usuaria amenaza con el suicidio
mientras comenta que esta información es confidencial..., ¿se debería avisar a sus
familiares? Si un usuario dice que tiene VIH..., ¿se debería notificar este hecho en la
reunión de equipo para conseguir el acceso a un centro residencial con mayor rapidez?,
¿este dato debería ponerse en el informe para facilitar el ingreso en una residencia? Ante
estas situaciones, el profesional aparte de aplicar los modelos de resolución de conflictos
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éticos que se estudiarán en el siguiente capítulo, deberá guiar-se por el sentido común y
las intuiciones para determinar lo más apropiado a cada situación (por ejemplo; solicitar
permiso al usuario para usar una determinada información y, si se duda, preguntar a otros
trabajadores sociales, o llamar al colegio profesional, o comentarlo con el supervisor, etc.).
Si existe duda en alguna cuestión ética lo mejor es preguntar qué se ha hecho en
ocasiones parecidas anteriores, pero lo que nunca debe hacerse es violar este principio.
Fuente: Obtenida de Principios Básicos del Trabajo Social de la Asamblea General de la Federación Internacional
(2018).
El objetivo puede definirse como el destino final que se pretende conseguir con las
acciones profesionales emprendidas y que lleva implícito una intencionalidad. Son en
definitiva los fines o resultados que se anhelan conseguir después de la intervención.
No se deben confundir los fines con los medios. Informar, asesorar, orientar y apoyar
serán los fines fundamentales de la profesión, y para conseguirlos se utilizará la
comunicación, la planificación, la formación..., que serán los medios para desempeñar el
trabajo.
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Algunos autores ordenan los objetivos en un marco general, destinado a conseguir el
pleno desarrollo de las personas y su bienestar social (Conde, 2009). Otros autores lo
enlazan con una lucha por crear una sociedad más justa en la que prime la justicia social,
la equidad y la igualdad de oportunidades. En este sentido, la Asociación Internacional de
Escuelas de Trabajo Social (AIETS/EASSW) añade otros fines a los expuestos; que las
personas se comprometan en la defensa de asuntos internacionales, nacionales, locales,
y/o regionales; conseguir la formulación e implementación de políticas coherentes con los
principios éticos de la profesión, y lograr cambios en aquellas condiciones estructurales
que mantienen a las personas en condiciones marginales o de vulnerabilidad social.
El Instituto Nacional de Trabajo Social, Nacional Institute for Social Work (1992), establece
los objetivos distinguiéndolos entre Trabajo Social directo, que implica un contacto directo
o físico con el/la usuario/a, y el Trabajo Social indirecto, que no lo requiere, pero cuyas
funciones son igualmente importantes porque a la larga también repercuten en el
bienestar del ciudadano. El primero tiene como objetivos la evaluación, la prestación de
servicios prácticos, el consejo, asesoramiento, la mediación y la supervisión. En el
segundo, se realizan tareas de planificación, gestión, formación, preparación de personal
y prevención.
A través de estas aportaciones se podría decir que el Trabajo Social intenta mejorar la
calidad de vida de los ciudadanos mediante la satisfacción de sus necesidades, o
resolviendo sus problemas para incrementar su bienestar social, donde la salud, la
educación, el empleo, o la vivienda son algunos de los ejes fundamentales. El trabajador
social tiene el compromiso de movilizar los recursos necesarios para salvaguardar una
vida digna donde las necesidades más básicas deben estar cubiertas y atendidas. Pero
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esta finalidad no solamente se centra en la movilización de recursos, sino que además
dota de protagonismo al destinatario de la misma. Lo que se pretende es conseguir que
la persona sea capaz de realizar su propio cambio en la búsqueda de su bienestar,
centrándose en su liberación como persona capacitada para tomar sus decisiones y evitar
la dependencia de su entorno.
La creación del Grado en Trabajo Social, y la incorporación de las exigencias del nuevo
Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), motivó la elaboración del Libro Blanco
para la nueva titulación, como referente a seguir por todas las universidades españolas.
En este documento se recopilaron las competencias generales y específicas que debían
desarrollar los egresados en Trabajo Social.
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➢ Valorar las necesidades y opciones posibles para orientar una estrategia de
intervención.
➢ Capacidad para planificar, implementar, revisar y evaluar la práctica del Trabajo
Social con personas, familias, grupos, organizaciones, comunidades y con otros
profesionales.
➢ Responder a situaciones de crisis valorando la urgencia de las situaciones,
planificando y desarrollando acciones para hacer frente a las mismas y revisando sus
resultados.
➢ Interactuar con personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades para
conseguir cambios, promocionar el desarrollo de los mismos y mejorar las condiciones de
vida a través de la utilización de los métodos y modelos de Trabajo Social, haciendo un
seguimiento con regularidad de los cambios que se producen al objeto de preparar la
finalización de la intervención.
➢ Preparar, producir, implementar y evaluar los planes de intervención con el sistema
cliente y los colegas profesionales negociando el suministro de servicios que deben ser
empleados y revisando la eficacia de los planes de intervención con las personas
implicadas con el objeto de adaptarlos a las necesidades y circunstancias cambiantes.
➢ Apoyar el desarrollo de redes para hacer frente a las necesidades y trabajar a favor
de los resultados planificados examinando con las personas las redes de apoyo a las que
puedan acceder y desarrollar.
➢ Promover el crecimiento, desarrollo e independencia de las personas identificando
las oportunidades para formar y crear grupos, utilizando la programación y las dinámicas
de grupos para el crecimiento individual y el fortalecimiento de las habilidades de relación
interpersonal.
➢ Trabajar con los comportamientos que representen un riesgo para el sistema
cliente identificando y evaluando las situaciones y circunstancias que configuran dicho
comportamiento y elaborando estrategias de modificación de los mismos.
➢ Analizar y sistematizar la información que proporciona el trabajo cotidiano como
soporte para revisar y mejorar las estrategias profesionales que deben dar respuesta a
las situaciones sociales emergentes.
➢ Utilizar la mediación como estrategia de intervención destinada a la resolución
alternativa de conflictos.
➢ Diseñar, implementar y evaluar proyectos de intervención social.
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➢ Capacidad para apoyar a las personas para que sean capaces de manifestar las
necesidades, puntos de vista y circunstancias.
➢ Defender a las personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades y actuar
en su nombre si la situación lo requiere.
➢ Preparar y participar en las reuniones de toma de decisiones al objeto de defender
mejor los intereses de las personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades.
➢ Capacidad para actuar en la resolución de las situaciones de riesgo con las
personas, así como para las propias y la de los colegas de la profesión.
➢ Establecer y actuar en la resolución de situaciones de riesgo previa identificación y
definición de la naturaleza del mismo.
➢ Establecer, minimizar y gestionar el riesgo hacia uno mismo y los colegas a través
de la planificación, revisión y seguimiento de acciones para limitar el estrés y el riesgo.
➢ Capacidad para administrar y ser responsable, con supervisión y apoyo, de la
propia práctica dentro de la organización.
➢ Administrar y ser responsable de su propio trabajo asignando prioridades,
cumpliendo con las obligaciones profesionales y evaluando la eficacia del propio
programa de trabajo.
➢ Contribuir a la administración de recursos y servicios colaborando con los
procedimientos implicados en su obtención, supervisando su eficacia y asegurando su
calidad.
➢ Gestionar, presentar y compartir historias e informes sociales manteniéndolos
completos, fieles, accesibles y actualizados como garantía en la toma de decisiones y
valoraciones profesionales.
➢ Trabajar de manera eficaz dentro de sistemas, redes y equipo interdisciplinares y
“multiorganizacionales”, con el propósito de colaborar en el establecimiento de fines,
objetivos y tiempo de duración de los mismos contribuyendo igualmente a abordar de
manera constructiva los posibles de desacuerdos existentes.
➢ Gestionar y dirigir entidades de bienestar social.
➢ Capacidad para demostrar competencia profesional en el ejercicio del Trabajo
Social.
➢ Investigar, analizar, evaluar y utilizar el conocimiento actual de las mejores
prácticas del Trabajo Social para revisar y actualizar los propios conocimientos sobre los
marcos de trabajo.
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➢ Trabajar dentro de estándares acordados para el ejercicio del Trabajo Social y
asegurar el propio desarrollo profesional utilizando el asertividad profesional para justificar
las propias decisiones, reflexionando críticamente sobre las mismas y utilizando la
supervisión como medio de responder a las necesidades de desarrollo profesional.
➢ Gestionar conflictos, dilemas y problemas éticos complejos identificando los
mismos, diseñando estrategias de superación y reflexionando sobre sus resultados.
➢ Contribuir a la promoción de las mejores prácticas del Trabajo Social participando
en el desarrollo y análisis de las políticas que se implementan
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Bibliografía
Fernández García, T., & Ponce De León Romero, L. (2014). Nociones Básicas de
Trabajo Social. Ediciones Académicas, S.A.
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TRABAJO SOCIAL EN LÍNEA
Profesor Autor:
Titulaciones Semestre
Contenido
Unidad 2: Metodologías Integradas, Métodos Integrados Concienciación Básico y
Único. ....................................................................................................................... 2
Bibliografía .............................................................................................................. 35
Nota. Este compendio fue diseñado con base al libro de “Nociones Básicas de Trabajo Social” del Autor “Tomas
Fernández García”,” Laura Ponce De León Romero”. Primea Edición. Editorial Ediciones Académicas, S.A.,2014
1
Unidad 2: Metodologías Integradas, Métodos Integrados
Concienciación Básico y Único.
Introducción
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Tema 1. Metodologías de Intervención en Trabajo Social
Partimos aquí del presupuesto de que el trabajo social (TS) utiliza en su actividad uno
o varios métodos y que éstos pueden explicitarse, describirse, analizarse tanto desde
el punto de vista de la práctica como de la teoría.
Estas dos corrientes de pensamiento que no podemos desarrollar aquí, a pesar del
riesgo evidente de presentar tan sólo una caricatura deformada de ambas tiene en
común el hecho de negar que exista un método de trabajo social que pueda ser
descrito y estudiado desde un punto de vista práctico y teórico.
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acción, tanto del trabajador social como del usuario, y las contradicciones y los
innumerables conflictos que existen en la práctica social.
No obstante, hay que añadir que estas dos corrientes aportaron al trabajo social un
cuestionamiento rico en repercusiones positivas, obligaron a los trabajadores sociales
a preocuparse y a interrogarse acerca de su práctica, a analizar su estatus y su rol, a
asomarse a sus contradicciones y a delimitar mejor las dificultades y la complejidad
de su profesión.
Creemos que el trabajo social solamente puede enriquecerse bajo la triple influencia
de estas dos corrientes y del aprendizaje de la metodología, no como líneas opuestas
que se excluyen recíprocamente, sino como enfoques diversos de una misma realidad
en que cada uno encuentra su significado complementando a los demás.
Durante el periodo de 1930 a 1956; una gran parte de los países de América Latina,
se ven en la necesidad de tener una institución educativa que forme trabajadores
sociales especializados en el estudio para la atención de los problemas y las
necesidades sociales; es en este marco de las Ciencias Sociales, Metodología para
la investigación e intervención en Trabajo Social, cuando en las instituciones de
educación media superior nace Trabajo Social como una disciplina del nivel técnico
con carácter eminentemente práctico. En este proceso de desarrollo de la disciplina
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se van perfilando los primeros Campos y Áreas de Intervención Profesional; siendo
las primeras la Salud, la Jurídica y la Asistencia al Niño y a la Familia; posteriormente
se incorporan la Educación, el Bienestar del Personal, la Vivienda, la Salud Mental, el
Sector Rural; y en la medida en que América Latina, se va perfeccionando la Política
Pública; surge la Política Social, como un campo y área fundamental de intervención,
sobre todo en la etapa del Estado, convirtiéndose al igual que el llamado “tercer
sector” como un nicho potencial de intervención para los trabajadores sociales;
creándose en las instituciones públicas y privadas, así como en los organismos de la
sociedad civil, plazas temporales para trabajadores sociales, donde estos aplican sus
funciones de formación disciplinar:
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En esta lógica del desarrollo profesional; Trabajo Social es definido por la International
Federation of Social Workers (IFSW); como una profesión basada en Metodología
para investigación e intervención en Trabajo Social y una disciplina académica que
promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social, y el fortalecimiento y la
liberación de las personas. Los principios de la justicia social, los derechos humanos,
la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad son fundamentales para el
Trabajo Social. Respaldada por las teorías del Trabajo Social, las ciencias sociales,
las humanidades y los conocimientos indígenas, el Trabajo Social involucra a las
personas y las estructuras para hacer frente a desafíos de la vida y aumentar el
bienestar (IFSW, 2016). Para otros; es una disciplina que, mediante su metodología
de intervención, contribuye al conocimiento y a la transformación de los procesos
sociales, para incidir en la participación de los sujetos y en el desarrollo social (ENTS,
2016).
De ambas definiciones; podemos decir, que Trabajo Social es una disciplina de las
ciencias sociales que a través del uso del método científico no solamente conoce los
problemas y necesidades sociales que tienen los diversos sujetos sociales a nivel
individual, grupal y colectivo; sino que también a través de diversas estrategias de
programación elabora propuestas de atención a dichos problemas y necesidades,
promoviendo la organización y participación social. En esta dinámica del conocimiento
y la intervención organizada; la investigación social adquiere una función específica,
ya que por un lado los profesionales de esta disciplina, no solamente profundizan en
el conocimiento teórico y metodológico de los problemas sociales; sino también,
intervienen en estos mismos a través de estrategias y acciones acertadas; al conocer
las causas y actuar en correspondencia mediante la programación social. En este
aspecto la investigación como parte fundamental del proceso de intervención social,
es concebida como un proceso de investigación – acción y de aproximación a la
realidad-
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propósito de producir un impacto determinado; actividades que se apoyan en
referentes teórico-metodológicos y técnicas de acción, cuya intencionalidad está dada
por el marco ideológico, político o filosófico de quien realiza esas acciones. Por otra
parte, Hernández (1991), caracteriza la intervención, como el conjunto de acciones y
principios metodológicos que dan respuesta a determinados problemas y
necesidades no resueltas en la sociedad, que presentan y enfrentan las personas, y
que sin duda son las condiciones necesarias para que se dé el cambio, o en su caso,
la estabilización del cambio alcanzado.
• Caracterización de la Situación
• La Planeación
• La Programación
• La Ejecución
• La Supervisión
• La Evaluación
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La caracterización de la situación; constituye el diagnóstico de las necesidades
prioritarias; representa una síntesis del proceso anteriormente dado y de la situación
del objeto en su estado actual; es la explicación cuantitativa y cualitativa del fenómeno
y su viabilidad de solución.
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Bajo esta perspectiva, de intervención y su metodología, Carballeda (2013), expone
que, a todo proceso de intervención, se le asigna un momento teórico y un momento
analítico; sobre todo dentro del campo de la disciplina de Trabajo Social, ya que es
propia de la práctica profesional. Esta característica muestra la singularidad del
quehacer del profesional de Trabajo Social; ya que no sólo investiga, comprende y
explica los problemas sociales desde un punto de vista teórico, sino también razona
de forma depurada en cada una de las partes que integran el todo como problema;
situación que le permite la construcción de alternativas que contribuyan al cambio y
la transformación de los problemas y la realidad.
En este sentido, desde el punto de vista de lo social; Carballeda (2013), señala que
la intervención como proceso implica el desarrollo de un conjunto de acciones
relacionadas que permiten transformar situaciones complejas; y que como resultado
concreto, la intervención constituye un proceso de análisis constante de situaciones
y componentes; que la intervención se origina a partir de la demanda, la cual puede
ser institucional o espontánea, ya sea por la falta de responsabilidad de las
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instituciones; sobre todo de las instituciones públicas para satisfacer las necesidades
y problemáticas; o en su caso las instituciones de la sociedad civil, que mediante la
organización buscan los mecanismos que den respuesta a sus demandas; a través
de la movilización de los recursos humanos o mediante acciones de promoción social
en estrecha coordinación con el sector público y privado. No obstante, de que ya esté
asignada la intervención en los propios discursos valorativos de la profesión o
disciplina que la está llevando a la práctica.
Carballeda (2013), comenta que Trabajo Social tiene un campo de acción y una labor
definida, con marcos conceptuales propios que forman un espacio de saber en las
Ciencias Sociales. Con base en ello, define la intervención como Proceso
Epistemológico, Momento Analítico, Momento Teórico, Escuchar Analizar Ejecutar La
intervención, Momentos de Acciones, Destrucción de Categorías. Mientras para
Martín Castro Guzmán (2013) es una trama de interacción entre sujetos, grupos y
organizaciones en diferentes espacios de conflictividad, puja y tensión; hilvanada por
un conjunto de instituciones de protección, asistencia y solidaridad que persiguen la
cohesión social.
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4. Supervisar
5. Evaluar
6. Sistematizar
7. Diseñar un Modelo de Intervención.
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o mapa, el proceso metodológico realizado en esa práctica profesional; por ello, el
Modelo es fundamental, en su diseño, descripción operacional y conceptual.
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responsables del proyecto: autoridades institucionales, coordinadores y
personal operativo, cuya actividad de supervisión debe ser planteada en dos
momentos: Interna; hacia dentro; es decir, entre los propios participantes y
coordinadores, con una vigilancia mutua en el desarrollo de tareas para el
cumplimiento de las actividades; y Externa, por personal competente de las
instituciones que colaboran en el proyecto, con instrumentos confiables y
estrategias pedagógicas oportunas que permitan realizar cambios en los
momentos oportunos.
• En la fase de evaluación; se realizan acciones que permiten comparar, de
acuerdo, con uno o varios patrones o normas previamente establecidos las
correspondencias y divergencias entre las distintas fases del proceso
metodológico de intervención; es decir, en la fase de investigación y la fase de
programación; durante la fase de elaboración de la programación, como dentro
de la fase de ejecución y operación del proyecto; y al finalizar el desarrollo de
las fases del proceso de intervención. Por ejemplo, los recursos que se estima
pueden ser utilizados por el proyecto y los resultados esperados del mismo,
con el propósito de determinar si dicho proyecto se adecua o no a los fines u
objetivos perseguidos y permita la mejor asignación de recursos disponibles.
• La sistematización, permite ordenar las experiencias vividas; lo acontecido
desde el diseño, elaboración, gestión, ejecución y evaluación de un proyecto.
Este proceso inicia desde que se construye un proyecto de intervención y no
una vez que finalizó la última actividad práctica; su recuperación teórica se da
desde la primera fase de la intervención, o sea la investigación y concluye con
la evaluación. Es importante acotar que la participación de los diversos actores
involucrados en el proceso de sistematización, juega un papel fundamental
para la recuperación teórica de la experiencia. Este carácter participativo, se
basa en la reconstrucción e interpretación de las experiencias prácticas
realizadas, donde los participantes reconstruyen en forma colectiva su
experiencia, efectúan una interpretación de los sucesos vividos, recolectando
por escrito el conjunto de tareas y actividades en las que participaron en la
realidad social demandante de manera práctica.
• En el diseño de Modelos de Intervención; como última fase del proceso
metodológico de intervención; el profesional de la disciplina de Trabajo Social,
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retomando la recuperación teórica y metodología de la experiencia vivida,
diseñará un modelo de intervención; es decir, construirá una representación
intelectual simplificada y esquemática de la respuesta como solución al
problema planteado. En este proceso de construcción del Modelo;
seleccionará los elementos más relevantes y las interrelaciones que faciliten
su lectura y comprensión, sobre todo, con la finalidad de llevarlo al espacio de
la práctica social.
En el marco del proceso de intervención; las acciones que realiza el profesional de
esta disciplina, se enfocan a la promoción del hombre y la movilización de recursos
humanos e institucionales, mediante la participación de la población, las instituciones
públicas, privadas y sociales en programas y proyectos para la mejora continua de
los niveles de vida de los individuos, grupos y comunidades, generando procesos de
participación y organización de los sujetos sociales. En este sentido, se puede
acentuar que el Trabajo Social como una disciplina de las Ciencias Sociales indaga y
conoce los problemas sociales para incidir en ellos a través de procesos de
investigación; para dicho fin el trabajador social deberá plantearse tres propósitos de
los más comunes en toda investigación social, como señala Babbie (2000); explorar,
describir y explicar los problemas sociales; para estos propósitos deberá profundizar
en los estudios y niveles de la investigación.
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Tema 2. Elaboración de la Metodología
La metodología del trabajo social no surgió de la nada, sino que se elaboró a partir de
la acumulación y la sistematización de experiencias prácticas, y a partir de los aportes
de las diferentes ciencias humanas en pleno progreso (psicología, sociología,
psicosociología y, más recientemente, geografía, economía y antropología). Este
esfuerzo de sistematización, con la elaboración conceptual que de ella se desprende,
fue especialmente importante en los Estados Unidos desde la segunda década de
este siglo, y se manifestó en Francia en el período de los años treinta-cuarenta y luego
hacia los años cincuenta con las formaciones en el case work.
Del mismo modo, una reciente publicación de Laurence Schulman efectúa un análisis
detallado y exhaustivo de las diversas variables que intervienen en el proceso de
ayuda. Igualmente, en Canadá y los Estados Unidos, los artículos publicados sobre
la intervención a corto plazo, la intervención en situación de crisis, el uso del contrato
escrito con el usuario, etc., son producto de la experimentación de nuevas formas de
trabajo analizadas y sistematizadas por una investigación aplicada al Trabajo Social.
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quehacer de los trabajadores sociales. Existen, en cambio, investigaciones sobre la
clientela de los trabajadores sociales sobre las características de las diversas
profesiones sociales, así como numerosos estudios de necesidades, estudios del
medio, etc., realizados en el marco de los diferentes servicios empleadores. Pero no
se ha efectuado. que sepamos ninguna investigación sobre los medios y las técnicas
del trabajo social. Parecería que las profesiones sociales en Francia se encastillan en
sistematizar su experiencia práctica mediante la utilización exclusiva, o casi, de la
gestión pragmática, entresacando lo que "anda" de lo que no da los resultados
esperados. De este modo, entre las raras publicaciones sobre el trabajo social,
predominan netamente los informes de experiencias, y son excepcionales los textos
que se refieren a la metodología.
En América Latina existen numerosas obras que exponen el trabajo social como una
ciencia que utiliza el "método científico" de investigación-acción como base
metodológica. La misma tendencia se abre paso en Francia bajo otra forma en el
marco de los estudios universitarios en ciencias sociales aplicadas. Se trata, en
efecto, de una tendencia reciente, ya que la mayor parte de nuestros mayores habían
definido el trabajo social, ya sea por sus intenciones declaradas, ya sea como arte.
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Sin entrar en consideraciones filosóficas para justificar la visión del trabajo social
como arte o como ciencia, debemos precisar que lo situamos mucho más cerca del
arte que de la ciencia. Pero afirmar que la práctica del trabajo social es un arte, con
todo lo que ello comporta de creación, de experiencia única, de habilidad, no significa
negar, sin embargo, la necesidad inevitable de aprender y de saber. Cuántos años de
estudio, de ejercicio, de concentración y de esfuerzos no le son acaso necesarios al
músico para llegar a ser un virtuoso, al pintor para producir por fin una tela que
exprese todas sus capacidades creativas Como dice Henry Maltier: Creo que, a
nosotros, los asistentes sociales, nos faltaba sin duda para realizar, para innovar, para
crear, ese poco de locura. Pero para poder utilizar con suma prudencia ese poco de
locura ¡cuánto debe aprender el artista! No puede dejar nada al azar. Su imaginación
puede ir siempre más lejos, pero dentro de los límites estrictos que le fijan las fuerzas:
gravedad, resistencia de los materiales, etc. Fuerzas que no puede sujetar y dominar
si no las conoce perfectamente. ¿No estará allí el secreto de toda creación? En la
estrecha combinación entre un dominio perfecto de su oficio y una curiosidad
imaginativa algo desbordada, algo utópica.
Definiciones
El método en Trabajo Social es, en efecto, la manera cómo actúa el trabajador social
desde su primer encuentro con el usuario hasta que finaliza su acción con éste. El
método se puede dividir fácilmente en diversas fases, con fines de estudio y de
profundización, pero la aproximación al Trabajo Social que proponemos aquí trata de
enlazar cada acto profesional de naturaleza diferente y cada etapa del método con el
fin de darle a la acción del trabajador social coherencia y continuidad.
La metodología es "la parte de una ciencia que estudia los métodos a los cuales ella
recurre", y aunque consideramos el Trabajo Social más como un arte que como una
ciencia, emplearemos la palabra "metodología" en esa acepción del término. La
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metodología nos permite así delimitar y estudiar la o las "maneras de actuar" en
Trabajo Social, la forma de proceder según un determinado orden y siguiendo ciertos
principios, es decir el(los) método(s).
Nuestra manera de actuar debe estar de acuerdo con los fines que perseguimos. [...]
Gandhi se expresó al respecto de una manera admirable: "Los medios se asemejan
a la semilla, el fin se asemeja al árbol, y existe la misma relación inviolable entre los
medios y el fin que entre la semilla y el árbol..."
Hasta hace muy poco, los métodos de Trabajo Social se definían según la dimensión
del usuario con la cual tenía relación el trabajador social.
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Tema 3. Dos Modelos Enfrentados
A. El modelo médico. -
Este modelo de tratamiento social con fuerte influjo médico se modificó por influencia
de las corrientes psicoanalíticas y psicoterapéuticas posteriores, sin perder sin
embargo sus principales características. La palabra "tratamiento" fue reemplazada
por "terapia", y se habla de terapia social, de socio terapia, de psicoterapia, de terapia
de apoyo, etcétera.
En su libro Social Case Work, Bray nos explican que existen dos formas de
tratamiento social:
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Este modelo médico-psico-terapéutico adoptaba términos que reforzaban aún más el
modelo cuando se hablaba de los objetivos del tratamiento. Estos objetivos se
definían como curativos, preventivos y promocionales. Los tratamientos "curativos" es
dirigida a las personas en situación de "enfermedad social" ya declarada, se trataba
de curar una situación de hecho. Los tratamientos "preventivos" se utilizaban cuando
existía una situación de riesgo de enfermedad —o de degradación— y se trataba de
proceder a "rastreos precoces". Los objetivos "promocionales", que acompañaron
siempre a los otros dos, se originan probablemente en las comentes de educación
popular y de educación sanitaria (higiene, dietética, etc.), y su pertenencia al modelo
médico nos parece menos evidente.
B. El modelo de intervención
En la base de este nuevo modelo, está la concepción del rol del trabajador social
como "agente de cambio" (cambios personales o individuales, cambios familiares,
cambios sociales). El objetivo de cambio reemplaza a los objetivos curativos,
preventivos y promocionales del modelo médico. *
Otros términos se inscriben también en este nuevo modelo: para ejercer su papel de
agentes de cambio, los trabajadores sociales llevan a cabo "intervenciones". Hablar
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de intervención equivale a "querer actuar"; intervenir en un asunto quiere decir "tomar
parte voluntariamente, hacerse mediador, interponer su autoridad".
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Tema 4. Algunos conceptos claves en la metodología de
intervención
Así, el concepto de cambio expresa una modificación que puede ser tanto brusca,
rápida, y aun inesperada, como progresiva, inscribiéndose en una evolución lenta que
se denomina, entonces, desarrollo.
Por otra parte, el manejo de este concepto nos aporta una herramienta útil de
medición y de evaluación. En efecto, podrá hacerse entonces en términos de
medición del cambio —de las variaciones y de las modificaciones— entre la situación
de partida y la situación existente al finalizar la intervención del trabajador social. Pero
también aquí la utilización se torna ardua, pues sólo se puede medir la transformación
con los mismos puntos de referencia, antes y después, es decir, habiendo
determinado previamente las variables susceptibles de ser modificadas o cambiadas.
A ello se añade "la dificultad suplementaria y apremiante de tener a la vez un aspecto
subjetivo y un aspecto objetivo": si bien es relativamente fácil mensurar la
transformación de elementos objetivos u observables en la situación de la persona
(mudanza, separación de la pareja, asistencia de hijos a la escuela, concurrencia
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asidua al trabajo, o sus contrarios), es en cambio mucho más difícil medir los cambios
subjetivos vinculados a la manera como el usuario percibe y vive, él mismo, su
situación.
Nada hay más poderoso que las fuerzas que incitan habitualmente a las personas a
cambiar.
Las personas son incitadas a cambiar por diferentes fuerzas motoras. Una de ellas
actúa cuando quieren o desean algo, mejor o diferente de lo que son. Otra, cuando
temen perder algo a lo que están apegadas profundamente- [o aun cuando] se
encuentran en una situación o en circunstancias que les son suficientemente
inhabituales como para que les parezca que está en juego su integridad física o
psicológica.
Descubrir la motivación del usuario para cambiar constituye, entonces, una clave
esencial para el trabajador social en su intervención; el nivel de malestar que el
usuario siente en su situación actual y el grado de esperanza de alcanzar un cambio
satisfactorio son datos esenciales y dinámicos en el proyecto de intervención.
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En contrapartida, señalar los frenos y las resistencias al cambio, tanto individuales
como colectivos, es también importante, puesto a la situación de cambio implica
inevitablemente tensiones, sentimientos ambivalentes u hostiles, conflictos, etc.
"Cambio significa movimiento, y movimiento, fricción. Sólo en el vacío, cambio y
movimiento podrían producirse sin la rudeza y el ardor del conflicto."
Que este conflicto se produzca a nivel social, a nivel individual (psíquico) o a nivel de
relación (entre dos o varias personas), siempre está presente en toda situación de
cambio entre las fuerzas que impelen al cambio y las que lo resisten.
C. Concepto de contradicción
Lo que precede nos lleva a considerar otro concepto clave de la práctica social: el de
contradicción. La mayoría de nosotros hemos sido educados de tal manera que
disociamos constantemente cada cosa de su contrario y sólo vemos el mundo en
términos de dicotomía: separamos la vida de la muerte, lo que es hermoso de lo que
es feo, lo que es bueno de lo que es malo, etc. Pero, de hecho, desde el nacimiento
morimos un poco cada día, lo que consideramos hermoso lo es sólo porque existe lo
feo para poder compararlo, lo que es bueno para mí es malo para algún otro, etc. El
concepto de contradicción nos lleva a considerar todo lo que nos rodea como
indisolublemente ligado a su contrario; a percibir cada acontecimiento en su relación
contradictoria entre lo positivo y lo negativo, lo bueno y lo malo, etc. Esta manera de
ver nos permite también aprehender las situaciones en toda su complejidad y
dinamismo.
Un ejemplo trivial puede ilustrar estas afirmaciones: una familia se muda; situación de
cambio corriente tanto en la vida cotidiana como en la práctica del trabajo social. Si
se considera esa mudanza utilizando el concepto de contradicción, veremos que la
familia en cuestión tiene más espacio, más comodidad, el alquiler es prácticamente
el mismo; pero veremos también que los viajes del domicilio al lugar de trabajo son
más largos y más caros, que los niños debieron cambiar de colegio, que las relaciones
con los vecinos, los comerciantes, se cortaron, que los hábitos de vida cambiaron,
etc. Afinando nuestro análisis, encontraremos que lo que es positivo para un miembro
de la familia lo es menos para otro, lo que es bueno para el conjunto no lo es para
cada una de las partes, etcétera.
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Viendo cada cosa en su dualidad se comienza a descubrir un sentido y a saber a qué
atenerse. Son las contradicciones, y el efecto recíproco de sus tensiones constantes,
las que constituyen el terreno propicio a la creatividad. Desde que aceptamos el
concepto de contradicción, comenzamos a percibir cada problema como un conjunto
cuyo sentido es dialéctico. Admitimos entonces que para cada positivo existe un
negativo. Es lo que Bohr llama la complementariedad, lo que significa que el juego de
fuerzas aparentemente conflictivas o efectivamente contrarias constituye la verdadera
armonía de la naturaleza.
Pero ese mismo hecho iluminado por el concepto de contradicción nos muestra que
la madre descarga sus tensiones internas mediante el gesto agresivo hacia su hijo;
en cambio, este percibe el gesto de su madre como profundamente destructivo, que
pone en peligro su integridad física y psíquica. Para la madre, su descarga generará
probablemente sentimientos intensos de culpabilidad y conductas reparadoras del
tipo compra de golosinas, sobrealimentación, mimos, etc. Para el niño, los
sentimientos de destrucción pueden originar una más clara noción de los límites y de
las prohibiciones, y permitirle, en lo sucesivo, ajustar su comportamiento a éstos. A
este juego de fuerzas contradictorias se agregan las fuerzas de orden externo o
sociales, propias de una sociedad dada en un tiempo determinado; nos hallamos,
entonces, con que el castigo corporal de los niños es un hecho real admitido y
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aceptado por las normas sociales, pero en el marco de ciertos límites en cuanto a la
edad del niño, la repetición de los hechos, el grado de las eventuales heridas, etc.
más o menos flexibles o más o menos definidos. Pero también nos encontramos con
que ese hecho social será delimitado, aprobado o reprobado por el contorno, de
manera muy diferente según la pertenencia a una determinada clase social o a
diversas culturas. Lo que se admite en un cierto medio social no será admitido en
otro.
D. Concepto de interdependencia
Los diversos trabajos de psicología social de Kurt Lewin y sus colaboradores nos
dejaron una rica materia conceptual que puede utilizarse en el campo del Trabajo
Social. Y más particularmente aquello que concierne a la noción de campo social y
de interdependencia.
Éste significa que, entre los individuos y su contorno, entre diferentes individuos y el
medio social, entre los diversos grupos en un mismo campo social, etc., existen
relaciones e influencias recíprocas. "Se comprende mejor cuál es la naturaleza de un
conjunto dinámico" utilizando este concepto de interdependencia.
Se dice a menudo que un conjunto es algo "más" que las partes que lo componen.
Un conjunto sólo puede ser estudiado y definido sobre la base de la interdependencia
de las partes que comprende. Se debe admitir simplemente que un conjunto tiene
propiedades diferentes de las que tienen sus partes.
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El concepto de interdependencia relaciones e influencias recíprocas entre las diversas
partes de un conjunto resulta especial mente útil en Trabajo Social para analizar la
vida de los grupos y del grupo familiar. Nos permite también considerar a las
personas, no ya como entidades autónomas, independientes, atomizadas, sino como
unidades en relación de interdependencia con otros individuos en el seno de múltiples
grupos de pertenencia (familia, vecindad, amigos, trabajo, etc.) y en el seno de un
contorno social dado. Así, nuestro trabajo con un grupo tendrá en cuenta no
solamente las interrelaciones entre los diversos miembros del grupo, sino también los
lazos de cada individuo con otros grupos a los cuales pertenece y las relaciones del
grupo en su conjunto con otros grupos y con instituciones del campo en que ejerce
sus actividades.
E. El equilibrio dinámico
Una proporción muy grande de pedidos que llegan a los trabajadores sociales se debe
a una ruptura del equilibrio en la situación del usuario.
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separación de la pareja, incorporación o partida de un miembro del grupo, cese de la
vida activa, jubilación, etc.); modificación de la relación de fuerzas en el seno de la
familia o del grupo (alianza de los hijos contra los padres, alianza padre-hija contra la
madre, de los miembros de un grupo contra el líder o el trabajador social, etc.); o bien
modificación de la relación de fuerzas entre diferentes grupos, entre un grupo e
instituciones sociales, etcétera.
Pero, una vez obtenido ese nuevo equilibrio, nuevas situaciones de ruptura del
equilibrio provocarán de nuevo el cambio y la búsqueda de un nuevo equilibrio, y esto
hasta el infinito, en una dinámica constante a la que están sometidos todos los seres
humanos. En esta movilidad se inscribe el camino que usuario y trabajador social
deberán recorrer juntos; se trata de un camino corto y parcial, que no engloba todas
las situaciones de cambio que vivirán el uno y el otro, sino solamente algunas.
Hemos desarrollado algunos conceptos que se utilizan en Trabajo Social y que están
ligados más particularmente al modelo de intervención. No pretendemos enumerarlos
en forma exhaustiva, sino más bien exponer aquellos que nos han parecido los más
operativos (directamente utilizables en nuestra intervención). Creemos que son
esenciales tres ideas y queremos destacarlas:
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Tema 5. Fases de la Metodología de Intervención en Orden Lógico
A pesar de esta movilidad y 'de las variables que van a condicionar su acción, el
trabajador social sigue una secuencia metódica cuyas diferentes fases son
reconocibles y pueden separarse con líneas de estudio y de análisis, cuyas diferentes
fases son reconocibles y pueden separarse con líneas de estudio y de análisis. Ahora
bien, en la práctica misma, estas fases se confunden, se encabalgan y aparecen
simultáneamente, como veremos más adelante. De hecho, la operación de separar y
delimitar cada fase del método es, a pesar de su carácter artificial, útil para un objetivo
de formación y para un objetivo de sistematización de la práctica. Esta
sistematización, esta elaboración a partir de experiencias prácticas específicas, nos
permite hallar los puntos comunes entre situaciones disímiles, encontrar lo general
partiendo de lo particular. Nos permite también considerar nuestro trabajo ya no como
un conjunto de actos aislados, cada uno de ellos único en su especie, sino como una
sucesión lógica y coherente de acciones imbricadas que tienden hacia un fin.
Las fases del método fueron descritas a menudo como: análisis de la situación,
diagnóstico y tratamiento. Algunos autores añaden evaluación y fin del tratamiento.
Esas tres fases corresponden, en la práctica, a las etapas del comienzo, medio y fin
de la intervención; en cada uno de esos momentos se insiste más en: el análisis de
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lo que sucede, la elaboración de una opinión profesional y la puesta en práctica de un
plan de tratamiento a corto, mediano y largo plazo. Aunque esta división se ha
establecido en el marco del modelo médico del que hablábamos antes, el que
proponemos nosotros no difiere de él fundamentalmente.
Análisis de la situación
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El análisis de situación se realiza a partir de dos ejes interdependientes: por una parte,
el análisis global del sector de intervención (sector geográfico o territorio, organismo
empleador, instituciones); por otra parte, la solicitud o el problema en cuestión.
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La elaboración del proyecto de intervención que acabamos de describir corresponde
al trabajador social; los proyectos del usuario existen y pueden no corresponderse
con los de aquél. Igualmente, el proyecto del organismo empleador puede no ser
idéntico al del trabajador social o al del usuario. La confrontación de esos diferentes
proyectos, su reajuste y la búsqueda de una base de acuerdo desembocan en un
proyecto común y en la elaboración del contrato entre el trabajador social, el usuario
y el organismo empleador.
Finalización de la acción
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EL PROCESO DE INTERVENCIÓN EN ORDEN CRONOLÓGICO
Durante una entrevista, el trabajador social recibe una solicitud, la evalúa y elabora
hipótesis, utiliza diversas formas de intervención según esas hipótesis (clarificación,
apoyo, información, persuasión, etc.), recoge datos significativos, los ordena en un
intento de comprensión, evalúa la situación en función de los nuevos datos, modifica
su percepción inicial del pedido, elabora y propone un plan de trabajo, lo confronta
con el del usuario, da fin al encuentro. Luego reflexiona, trata de comprender lo que
ha sucedido y de prever lo que hará en el próximo encuentro, etcétera.
En una sola entrevista, cualquiera sea su duración, podemos encontrar, en forma casi
simultánea, todas las fases de la metodología descritas antes en orden lógico.
Igualmente, cuando se trata de la reunión de un grupo, encontramos elementos de
cada una de las etapas precedentemente mencionadas.
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puede no ser idéntico al del trabajador social o al del usuario. La confrontación de
esos diferentes proyectos, su reajuste y la búsqueda de una base de acuerdo
desembocan en un proyecto común y en la elaboración del contrato entre el trabajador
social, el usuario y el organismo empleador.
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Bibliografía
Fernández García, T., & Ponce De León Romero, L. (2014). Nociones Básicas de
Trabajo Social. Ediciones Académicas, S.A.
35
TRABAJO SOCIAL EN LÍNEA
Profesor Autor:
Titulaciones Semestre
Contenido
Unidad 3: Modelos de Intervención actual: Metodología del Trabajo Social .............. 2
Bibliografía .............................................................................................................. 26
Nota. Este compendio fue diseñado con base al libro de “Nociones Básicas de Trabajo Social” del Autor
“Tomas Fernández García”,” Laura Ponce De León Romero”. Primea Edición. Editorial Ediciones
Académicas, S.A.,2014
1
Unidad 3: Modelos de Intervención actual: Metodología del Trabajo
Social
Introducción
2
Tema 1. MODELOS DE GESTIÓN DE CASO
El modelo más utilizado por los trabajadores sociales es el denominado Casa Managemet,
cuya traducción literal es “manejo o gestión de caso “Sus raíces hay que buscarlas en el
binomio necesidad, recursos, entendiendo como recurso el procedimiento o medio para
satisfacer una necesidad o varias necesidades, ya sea por medios externos o internos,
con la intención de buscar el fortalecimiento de la persona, o lo que se denomina también
empowermet. El modelo permite entender los problemas o gestionar recursos externos,
pero también la fortaleza interna (Bauld y col, 2000).
Este modelo no solamente está basado en la gestión de recursos, sino que además se
completa con una intervención más completa, que puede estar enfocada a aspectos
personales, familiares y sociales, donde las tareas burocráticas se complementan con
tareas de diagnóstico para valorar las necesidades que plantea cada usuario y elegir los
factores sobre los que intervenir para mejorar su calidad de vida (Tanner,2005).Los
elementos básicos en los que se sustenta el modelo se podría resumir en los
siguientes:
3
• La planificación de los recursos sociales que mejor se adapten a cada caso.
• La búsqueda de la eficacia, eficiencia y efectividad de los servicios y recursos
asignados.
• La potenciación de las capacidades de la persona
4
Tema 2. MODELO CENTRADO EN LA TAREA
Sus orígenes se remontan a la práctica norteamericana del Trabajo Social con casos,
concretamente cuando algunos autores, como Reid y Epstein (1972) observaron que
poner un plazo temporal limitado para la realización de tareas y el cumplimiento de
objetivos, hacía que los usuarios estuvieran más motivados por la realización de sus
compromisos.
La práctica centrada en la tarea está relacionada con la teoría del aprendizaje y con los
modelos de solución de problemas. Este modelo fue el primero que describió un metido
para apoyar a las personas a solucionar sus dificultades a corto plazo (Reid y Estein)
1972), preguntándose ambos (trabajador social y usuario) que, cuando, dónde, quien,
porqué, cómo y cuándo, con el objetivo de delimitar lo que quería conseguir-
Este modelo ha supuesto una gran aportación al Trabajo Social porque el usuario adquiere
una función activa, decidiendo el mismo cuáles pueden ser sus objetivos, además de
planificar junto con el profesional las tareas y los tiempos para lograrlos. Se caracteriza
por una corresponsabilidad mutua, por un trabajo conjunto, por las adquisiciones de
compromisos y por las necesidades de evaluación de los logros conseguidos después de
la finalización del calendario de actividades. El modelo tiene cinco fases definidas (Doel
2009):
5
b) Problemas de adicción detectados por los profesionales, pero no por el usuario
c) Detallar cada problema identificando, preguntándose qué es lo primero que hará
para superarlo o qué está haciendo para que la situación no empeore.
d) Seleccionar un problema concreto que se quiera resolver.
• Fase de acuerdo de objetivos y metas. Acuerdo por escrito. El trabajador social
y el usuario seleccionan el problema, las metas, el tiempo límite y el compromiso
de contacto, que deberá estar por escrito para recordarlo en el futuro y afianzar el
compromiso.
• Fase de planificación e implementación de las tareas. Revisión continua y
negociación entre ambos servicios de las metas propuestas.
• Fase de finalización. La fecha de finalización tiene que estar consensuada desde
el inicio, el usuario debe saber que sus compromisos tienen fecha de caducidad y
que la intervención se acaba el plazo estipulado para conseguir los logros. No se
debería modificar esta fecha, salvo en el caso de que fuera necesario, donde podría
hacer una renegociación periódica.
El modelo está directamente conectado con la búsqueda del empoderamiento del usuario,
y la creencia de que por sí mismo puede afrontar sus dificultades, utilizando sus fortalezas,
habilidades y aprendiendo nuevas formas de superar las adversidades. El modelo se
distancia de los clínicos, que tienden a ver a la persona como un paciente y no como la
solución misma del problema. Suele estar formado por cinco elementos básicos según Du
Ranquet (1996):
6
Tema 3. MODELO SISTÉMICO - ECOLÓGICO
En Trabajo Social se puede distinguir dos apartados teóricos dentro de este modelo: La
Teoría General del Sistema (modelo sistémico) y la Teoría Ecológica (modelo ecológico)
En los contenidos de las teorías anteriores se describen los sistemas como un conjunto
de elementos en constante interacción donde los estados de los elementos influyen los
unos con los otros. Desde el modelo sistémico la persona esta inserta en un sistema
interdependiente, en el que todas las partes dependen una de la otra y donde los cambios
experimentados en una parte repercuten en todo el sistema y viceversa. Por este motivo
es interesante analizar la estructura del sistema que en la familia suele presentar los
siguientes subsistemas a considerar en la practica
7
→ Subsistema conyugal/parental(pareja/padre). Compuesto por la pareja inicial
que desea compartir necesidades e interés, lo que dará frutos a nuevas
interacciones. Cuando la pareja tiene hijos sería el subsistema parental, que
normalmente coincide con el anterior, y fruto de ello se establece la comunicación
entre el padre y la madre.
→ Subsistema fraternal(hermanos). Compuesto por las interacciones entre los
hermanos: aprenden a cooperar, compartir, negociar, convivir y competir.
→ Subsistema paterno-filial. Este compuesto por las interacciones entre padres e
hijos
Esta estructura organiza las funciones de sus integrantes con respecto a una jerarquía y
roles asignados, lo que permite que la familia pueda cumplir con las necesidades de su
ciclo vital, adaptándose a los cambios evolutivos / Minuchin y Fishman,1984)
Para formular su modelo, integro las ideas procedentes de la teoría ecológica y de la teoría
de campo de Kart Lewin (1951). El modelo ecológico de Bronfenbrenner (1087) organiza
los contenidos supra sistémicos mediante una disposición seria de estructuras
concéntricas que interaccionan entre sí desde los siguientes niveles:
8
→ Macrosistema, incluye las ideologías, reglas, tradiciones, mitos, valores y
costumbres de una cultura particular. Las culturas difieren unas de otras y permiten
articular diferentes maneras de organizar los elementos que marcan el desarrollo y
las pautas de vida de las personas (los matrimonios concertados, reciprocidad
familiar, la igualdad, la democracia, la casta, la justicia social, solidaridad).
→ Crono sistema. Subyace en cada uno de los sistemas anteriores. Consiste en
incorporar los eventos históricos que marcan y que deciden cambios graduales de
la sociedad (los atentados terroristas, los cambios de legislatura, los desastres
naturales, loa accidentes nucleares) Son eventos que marcan el destino de muchas
personas y que no se caracterizan por su indiferencia.
El rol del trabajador social en el modelo sistémico-ecológico estará dirigido a reforzar los
apoyos sociales disponibles: persona, familias, grupos, u otros entornos, con la finalidad
de mejorar la autoestima, autoconfianza, autonomía y en definitiva la calidad de vida del
usuario, Reforzar el entorno de la persona, movilizar los recursos que existen en su al
rededor pueden constituirse como un elemento que garanticen la inclusión y la generación
de nuevas alternativas y oportunidades sociales, enriqueciendo así el suprasistema del
usuario, En este sentido, las redes sociales están relacionadas con del entrenamiento de
nuevas habilidades y la generación de nuevos aprendizajes provocados por una
estimulación en los sistemas de apoyo del usuario. En este sentido, las redes sociales
están relacionadas con el entrenamiento de nuevas habilidades y la generación de nuevos
aprendizajes provocados por una estimulación en los sistemas de apoyo del usuario.
9
Tema 4. MODELOS PSICODINÁMICO
Nuevos conceptos comenzaron aparecer en el argot profesional, como los de ello, yo,
superyó, el inconsciente o la transferencia, entre otros muchos.
10
→ YO, EGO O EL ADULTO. Representa la responsabilidad que adquiere la persona
madura y desarrollada, que toma sus propias decisiones y a la que no es necesario
dirigir en lo que tiene que, o debe, hacer. Esta figura es la mediadora entre las dos
fuerzas antagónicas generadas por las otras dos (ello y superyó). El ego maneja
las relaciones con las personas y con las c osas externas a nosotros; son ideas
pragmáticas que permiten controlar, comprender y manipular el entorno.
→ SUPERYO, SUPEREGO O EL PADRE. Representa las normas, es decir, aquello
que debe realizarse y que está establecido. Es una fuerza controlada y obediente
que puede entrar en contradicción con la impulsividad del “ello”. Esta figura admite
la incorporación de factores interpersonales y sociales para medir los aspectos más
intrapsíquicos e impulsivos del “ello”. En algunas ocasiones se puede aliar con el
“ego”, para poder controlar los impulsos derivados del “ello. Elabora los principios
generales que gobiernan al “ego”.
También puede aparecer contradicciones entre estas tres figuras mentales, originando
tenciones y conflictos internos, Por lo general, el ego y el superyó constantemente tratan
e intentan controlar los impulsos del ello, del niño. Para controlar las tensiones derivadas
de los conflictos entre estas tres figuras, las personas suelen utilizar diferentes
mecanismos de defensa (Payne 2005)
En la práctica del Trabajo Social se debe reforzar la habilidad de la persona para que
pueda entender y equilibrar estos impulsos internos. Sin embargo, estas contradicciones
también pueden aparecer cuando las estructuras mentales 8ego, yo y superyó)
interactúan con las de otras personas. El análisis transaccional permite determinar cómo
se realiza estas interacciones. La finalidad de la intervención será facilitar el desarrollo de
la personalidad del usuario, favoreciendo el autoconocimiento de sus experiencias
traumáticas del pasado. Se pretende hacer consciente el material reprimido doloroso para
generar alternativas más funcionales de superación. A través de la relación interpersonal
creada entre el usuario y el trabajador social, la persona toma conciencia de su pasado y
de las repercusiones de este en el presente. Esta relación tendrá sus bases en la
comprensión y discusión de la situación que interfiere en la vida de la persona, Se desea
que la persona reflexione sobre lo vivido, comprenda y asimile su situación, La tarea del
trabajador social será analizar la historia psicogénica, principalmente traumas, vivencias
dolorosas, defensas y tendencias y propiciar su ajuste social (Fernández y Ponce de León
2012):
11
1. Recuperación súbita del hecho sepultado en el olvido (transferencia)
2. Entender y superar el dolor que haya podido causar al usuario (insight)
3. Fortalecer el Yo, aprendiendo a regular y controlar las emociones
(empoderamiento).
Esta línea teórica ha recibido críticas porque no puede ser fácilmente probada por
procedimientos científicos convencionales, por la carencia de autodeterminación en sus
premisas y por la tendencia a culpabilizar a los usuarios de su situación, convirtiéndolos
en pacientes pasivos. Desde el Trabajo Social los principales aportes de esta teoría han
sido la elaboración de un diagnóstico y tratamiento pormenorizado para facilitar el
desarrollo de las capacidades y habilidades del usuario, siendo este el principal artífice de
su propio empoderamiento mostrándose como persona autónoma y responsable con
capacidad para resolver sus propios problemática (Fernández y Ponce de Lenin 2012).
12
Tema 5. MODELO COGNITIVO - CONDUCTUAL
La idea base de este modelo es que las conductas se aprenden, pero también puede
desaprenderse y, además, las personas disponen de habilidad para incorporar otras
nuevas. Los usuarios pueden aprender a lo largo de toda la vida. Basándose en esta
premisa se desarrollaron las Teorías del aprendizaje, pero no fue hasta mediados del siglo
pasado cuando los profesionales comenzaron a considerar los factores cognitivo-
conductuales en su intervención (Howe, 2009). Si el Trabajo Social apoya a las personas
para enfrentarse a un cambio en su comportamiento, parece lógico que en esos
momentos se tuvieran en consideración los aportes de modificación de conducta
procedente de la psicología. El enfoque conductual básicamente trata de estudiar cómo
se aprende una conducta, como se mantiene y como podría eliminarse. En el trabajo
Social tiene sus orígenes en los aportes de los aportes de los psicólogos conductistas
experimentales Thomas (1067 y 1971) en Reino Unido fueron los primeros intérpretes de
la literatura psicológica del Trabajo Social (Payne 2001) Dentro de este modelo se
explican las tres formas básicas del aprendizaje:
13
• Condicionamiento operante (Skinner 1938) Está basado en el estudio de las
consecuencias que siguen a una conducta y dispone de cuatro alternativas de
aprendizaje:
- Cuando las consecuencias que siguen a una conducta son agradables las
personas tienden a repetirla (premio)
- Cuando son desagradables tienden a no realizar esa conducta (castigo)
- En ocasiones una conducta puede dar lugar a la retirada de algo que nos gusta,
por lo a que se tendera a no repetir esa conducta (coste de repuesta)
- En otras ocasiones realizar una conducta puede suponer evitar algo desagradable,
por lo que se tendera a repetir esa conducta (evitación)
• Aprendizaje vicario. Bandura (1982) determino que las conductas también se
aprenden por imitación. Es decir, un niño puede aprender a pegar a sus
compañeros imitando el modelo de los videojuegos violentos con los que suelen
jugar. Este tipo de aprendizaje envuelve cotidianamente a las personas, que
aprenden patrones nuevos de comportamiento imitando aquello con lo que
conviven: amigos, padres, profesores, medios de comunicación, videojuegos,
internet…
14
Según Hernández y Cívicos’’’ (2011), las principales teorías del modelo cognitivo
podrían resumirse en:
De los autores mencionados, Beck (1989) explico los pensamientos en función de una
triada cognitiva negativa, es decir, a partir del análisis de las creencias negativas
generadas por el usuario sobre si mismo, el mundo y el futuro. Ellis (1962) propuso un
análisis de las creencias utilizando el esquema A.B.C: el análisis de los antecedentes (A),
seguido de la creencia o pensamiento que se deriva de él (B) y por ultimo las
consecuencias (C) que se originan tras la unión de los dos elementos anteriores; por
ejemplo, se produce la muerte súbita de un bebe(A), la madre piensa que es una inútil,
que es una mala madre y que su hijo ha muerto por su culpa (B), esto origina una
depresión (C). Este ejemplo advierte como profesionales de la importancia de estar
pendiente de los pensamientos de las personas ya que influyen directamente sobre su
calidad de vida y la forma de afrontar las vicisitudes a lo largo de la existencia.
Para una mayor comprensión del modelo, se presentan cuáles son las principales
distorsiones que deberían detectar el profesional para tratarla con objetividad,
confrontándolas con la realidad. El modelo cognitivo ayuda a reorganizar y cambiar los
pensamientos, creencias y sentimientos negativos por otros más positivos y realistas
(Howe 2009).
15
Tema 6. MODELO HUMANÍSTA, FENOMENOLÓGICO Y EXISTENCIAL
Carkhuff y Berenson (1977) exponen las características que un trabajador social debe
reunir si aplica este modelo: honestidad, sinceridad, cordialidad, respeto aceptación,
comprensión y empatía. Las corrientes humanistas tienen como objetivo que la persona
se haga responsable de su destino eligiendo las opciones que crea más conveniente para
mejorar su situación.
16
El Existencialismo se centra en indagar en el sentido de la vida de los usuarios, en cómo
estos tienen enfocada su existencia, que esperan de ella, y cuáles son sus motivaciones,
o los motivos por los cuales afronta el día a día. Cuando una persona atraviesa por un
momento delicado, un conflicto o una crisis, su sentido existencial puede ser negativo. La
desesperanza, la frustración, el desánimo o la impotencia van mirando el sentido positivo
de la existencia, tornándose oscura y triste. En estas ocasiones el apoyo profesional que
ofrecen los trabajadores sociales para resolver la crisis ofrece una posibilidad de cambiar
su situación y el sentido de su existencia. Cuando la persona se siente apoyada,
escuchada, acompañada es cuando puede comenzar a redirigir su vida hacia aquello con
lo que poder ser un poco más feliz. Esta idea fue recogida por Krill(1978)en Existencial
Social Work.
La Fenomenología tiene sus referentes en las teorías desarrolladas por Heidegger (1968),
Jaspers (1933) y Husserl (1995). Estas también se enlazan con el Interaccionismo
simbólico de Mead (1934) y Blumer (1969), es decir, con la idea de que las personas crean
símbolos a través del lenguaje, lo que les permite entenderse y relacionarse con el mundo
que les rodea. De estas interacciones mutuas surge el desarrollo y la socialización de la
persona. La función del Trabajo Social, según este modelo, sería la de enfatizar en el
estudio de las características exclusivas, intransferibles y únicas de la persona, así como
sus interpretaciones, buscando orientar estas últimas hacia su inclusión social y hacia la
compresión de los hechos y su incorporación eficaz en el entramado social.
17
configurando la existencia y resultan imprescindibles para entender las dificultades de una
manera holística y pragmática, lo que permite al usuario entenderse así mismo, entender
lo que ha vivido y meditar sobre cómo quiere vivir a partir de ahora, para buscar soluciones
a sus problemas.
18
Tema 7. MODELO DE INTERVENCIÓN EN CRISIS
Para poder comprender este modelo previamente se debe definir qué se entiende por
crisis, porque a lo largo de la vida todas las personas seguramente atravesarán por
alguna. El termino proviene del vocablo griego “Krinein”, que significa “escindir”, “separar”,
que se podría definir como un conjunto de cambios que sobrevienen de manera
inesperada causando una situación de inestabilidad en la persona que la padece.
Du Raquet (1996) la define “como el estado de conocimiento de una persona que sufre o
ha sufrido un shock”. Sobreviene cuando el estrés actúa sobre un sistema y requiere un
cambio que se sitúa fuera del repertorio habitual de repuestas. Son puntos en la vida de
las personas que se precipitan azarosamente y que causan cierta conmoción y
desequilibrio, lo que puede provocar una reacción emocional fuerte que deriva en serias
repercusiones para la salud de la persona afectada.
La intervención en crisis está basada en los estudios de Reid y Shyne (1969) y Reid y
Esstein (1972). El modelo de crisis incorpora elementos de otros modelos como el
centrado en la tarea, el cognitivo- conductual e incluso de la perspectiva psicodinámica,
pero estos tienen unas connotaciones metodológicas distintas cuando se emplean para
solucionar una crisis, ya que el profesional deberá responder con inmediatez, efectividad
y eficacia, lo que permitirá acortar rápidamente las consecuencias adversas de la crisis,
pero restaría rigor al diagnóstico.
La aplicación del modelo exige al profesional ciertas habilidades, entre ellas la capacidad
de respuesta inmediata o la rapidez para tomar decisiones, debido a que en ocasiones no
19
se dispone de mucho tiempo. El tratamiento ofrecido desde el modelo tiene un efecto
preventivo eficaz y útil y además se deben tener en cuenta las siguientes características:
• Son situaciones límite en el tiempo y exigen una repuesta urgente que conlleva
gestionar con rapidez las variables y recursos asociados a la crisis.
• El periodo estimado de superación de la crisis es más o menos de 6 semanas, a
partir de ahí, si no se ha producido una mejoría, la persona puede tener graves
problemas.
• La percepción de la crisis influye en su evolución. Se debe prestar atención al
suceso que ha provocado la crisis y la interpretación que ha realizado el afectado,
que en algunos casos puede agravar las consecuencias, También es necesario
analizar si este tipo de crisis se ha vivido anteriormente y que tipo de repuesta se
dio en el pasado.
• La situación de crisis también lleva implícito el potencial de recuperación.
Según Janes y Gililand(2001) existen dos tipos de crisis; las de maduración asociada a la
propia evolución del ciclo vital, y las accidentales u ocasionales, que son acontecimientos
trágicos e inesperados. Para su intervención Caplan (1965) estableció cuatro fases:
• El enfoque del profesional es más directo, más concreto y está orientado hacia
unos objetivos predefinidos.
• Toma especial relevancia el carácter subjetivo de los acontecimientos cogniciones
y apreciaciones personales.
• Se debe llegar a un dominio rápido y eficaz de la situación (“aquí y ahora”)
• Enfatiza el carácter positivo de superación de las personas y la capacidad para
desarrollar nuevas actitudes y competencias.
20
• No se puede aplicar las fases del método tradicional, ya que la intervención está
dirigida por la premura, la urgencia y su correspondiente limitación en el tiempo.
21
Tema 8. MODELO CRÍTICO-RADICAL
Una parte importante de los problemas que atienden los trabajadores sociales tiene sus
raíces en causas estructurales que pueden originar situaciones de vulnerabilidad y
exclusión social, debido a la carencia de distribución equitativa de los recursos. Por eso
es motivo la solución a veces no reside en la individualidad de cada persona, sino en el
contexto estructural que la rodea: el capitalismo, la globalización, la opresión, la
discriminación, etc.
Las perspectivas radicales en Trabajo Social derivan de las teorías marxistas, que tuvieron
su influencia especialmente en tiempos de dificultad económica, como la Gran Depresión
de 1930, o el compromiso de reforma social entre los años sesenta y setenta del pasado
siglo. Pero también existen otros movimientos originados en una segunda etapa, como
los movimientos sociales relacionados con la defensa de los derechos de la mujer, la
opresión de determinados grupos raciales o los factores que conciernen a la defensa de
los servicios de bienestar entre otros (Payne 2005). Originariamente las ideas del modelo
estuvieron basadas en el socialismo y colectivismo, pero en la actualidad devienen otras
tendencias enlazadas con el feminismo, los procesos anti opresivos, la defensa del medio
ambiente, los derechos humanos o el empoderamiento de la población, entre otras.
Algunos autores como Bakunin, Marx, Galper o Freire intentaron explicar estas
contradicciones que originan, desigualdad, opresión y pobreza, para buscar alternativas
a la mismas, Esta filosofía fue aplicada al Trabajo Social por autores como Bod Pease
(2009), Lagan (2002), Lee (1973) o Fook (1993), que han tratado de ofrecer repuestas a
como los modelos dominantes de desarrollo afectan a la calidad de vida de los
ciudadanos, qué consecuencias tiene el actual modelo capitalista, que repercusiones
tienen las posturas machistas o los procesos discriminatorios para la vida de miles de
personas, como se puede cambiar la opresión, la exclusión social o el deterioro
medioambiental… Este modelo incluye planeamientos de origen marxistas, feministas y
antidiscriminatorios, enlazados con el modelo de empoderamiento o potencialización del
desarrollo de oportunidades y capacidades en la persona, en los grupos o en el desarrollo
comunitario.
Desde este planteamiento se asume que la desigualdad existe por una mala redistribución
de la riqueza, lo que limita estructuralmente las posibilidades de desarrollo de
22
determinados ciudadanos o comunidades que no tienen las mismas oportunidades, por
motivos económicos, sociales, raciales o sexistas
Webb (1981) encuentra cuatro puntos en común entre las teorías radicales y el
Trabajo Social:
El modelo radical pretende concienciar y potenciar a la población para que entienda sus
problemas desde una crítica a las estructuras vigentes, desvelando las causas profundas
de la desigualdad, encontrando mecanismos de participación y reorganización ciudadana
para que pueda ser erradicadas. Existen algunas tendencias en Trabajo Social que
podrían resumir las claves del modelo radical:
23
• Enfoque Problematizador de Paulo Freire. Está basado en un modelo educativo
que trata de estudiar la realidad social con un análisis crítico para favorecer
procesos de transformación social, Este planteamiento tiene como objetivos tomar
conciencia de la situación y diseñar el proceso que permita superarla. No pretende
buscar la adaptación de las personas a una estructura, sino cambiarla desde la
crítica y reflexión social.
• Perspectiva Feminista. Intenta explicar y responder a la opresión que padecen
las mujeres en el mundo, Indaga en la configuración de los roles sociales en
relación con las políticas sociales y los sistemas de bienestar.
• Perspectiva Antidiscriminatoria y sensibilidad cultural y étnica. Surge a raíz
de los conflictos étnicos que comienzan en los años ochenta, pero actualmente los
conflictos globales y movimientos sociales han ampliado el campo profesional para
ofrecer repuesta a la diversidad cultural y étnica que caracterizan a las poblaciones.
Esta perspectiva combate la discriminación institucional representando los
intereses de los distintos colectivos, promueve repuesta que den solución a la
diversidad cultural e intenta erradicar los procesos discriminatorios.
• Perspectiva de Empoderamiento de la Población. Está basada en la eficacia de
la movilización grupal para promover la solidaridad y la conciencia de la situación
para solucionar por sí mismo sus problemas
24
El Trabajo Social radical, históricamente ha sido el precursor del crítico, cuya práctica
contemporánea ofrece un análisis distintivo de los temas sociales, que ayuda a los
trabajadores sociales a pensar creativamente acerca de su propia práctica y a responder
con invención a las preocupaciones de una realidad compleja, pero también opresiva que
no apoya la liberación de las personas, grupos y comunidades.
25
Bibliografía
Fernández García, T., & Ponce De León Romero, L. (2014). Nociones Básicas de
Trabajo Social. Ediciones Académicas, S.A.
26
TRABAJO SOCIAL EN LÍNEA
Profesor Autor:
Titulaciones Semestre
Contenidos
Unidad 4. Áreas de Intervención del Trabajador Social .................................................... 2
Bibliografía ..................................................................................................................... 24
Nota. Este compendio fue diseñado con base al libro de “Nociones Básicas de Trabajo Social” del Autor “Tomas
Fernández García”,” Laura Ponce De León Romero”. Primea Edición. Editorial Ediciones Académicas, S.A.,2014
1
Unidad 4. Áreas de Intervención del Trabajador Social
Introducción
2
Tema 1. Niveles de Intervención
Trabajo Social con Casos. - Este es un proceso sistematizado para intervenir a nivel
individual o familiar en una realidad concreta, en el que se ponen a disposición los
recursos necesarios con una relación de apoyo en base a los derechos sociales. Este
nivel de intervención se rige por los principios de: Individualización, aceptación,
autodeterminación, no enjuiciamiento, respeto y confidencialidad, remarcando que sus
objetivos persiguen la Capacitación, Integración en el Medio Social, Accesibilidad y el
Empoderamiento.
• Individualización
• Aceptación
• Autodeterminación
• No enjuiciamiento
• Respeto
• Confidencialidad
• Capacitación
• Integración en el medio social
• Accesibilidad
• Empoderamiento
Etapas en el diagnóstico:
3
• Datos demanda (necesidad-problema, grado relevancia, historial soluciones
previas, expectativas, motivo de la demanda)
• Recursos disponibles, análisis de requisitos, periodicidad, coordinación.
• Comunidad (ubicación-características geográficas, equipamientos-
infraestructuras, sistemas protección social, líneas de intervención, participación
ciudadana)
2. Valoración Técnica
• Pronóstico, predicción de los acontecimientos futuros
• Juicio Técnico, conclusión
Trabajo Social con Grupos, Pretende implicar a los componentes de un grupo para que
participen activamente en sus procesos de cambio, sea a nivel grupal como a nivel
personal. A su vez, persigue el trato de problemas sociales mediante la convivencia
grupal.
• Respeto-aceptación
• Autodeterminación
• Individualización
• No juzgar
Objetivos:
• Sentido responsabilidad
• Desarrollo personal
• Relaciones sociales
• Provisión de recursos
• Prevención de problemas
4
Elementos a tener en cuenta a la hora de formar un grupo: nivel de homogeneidad o
heterogeneidad, edad, sexo, tamaño del grupo, duración, nivel educativo, cultural, social,
contenido trabajo grupal)
Las fases a seguir para configurar el proceso metodológico serían las mismas que en el
método básico, la diferencia estribaría en que a nivel comunitario se desarrolla un plan,
programa o proyecto, con algunas diferencias, habría que conocer la realidad comunitaria,
estudiando algunas variables:
5
FUNCIONES DEL TRABAJADOR SOCIAL
Juana es una mujer de 78 años. Se mantiene en forma, acude con sus amigas al Centro
de Mayore para su clase de gimnasia, dos veces en la semana, Una de ellas le ha
comentado que está utilizando el servicio de Teleasistencia porque es útil si vive sola. No
se ha casado ni tiene hijos. Los familiares viven fuera de la ciudad. Le da miedo caerse
en el domicilio por lo que acude al trabajador social del centro del barrio para informarse
sobre el servicio que le comento su amiga.
Se ha comenzado con este ejemplo, porque la información disponible puede servir para
introducir la temática que se abordará en los siguientes epígrafes. En el caso de Juana,
se dan algunas de las necesidades más frecuentes que afectan al sector de las personas
mayores, la soledad y la dependencia. Estas problemáticas pueden ser abordadas por los
trabajadores sociales desde diferentes ámbitos de intervención, por ejemplo; desde los
Servicios Sociales de Atención Primaria con el Servicio de Ayuda a Domicilio y la
Teleasistencia dentro del programa de familia y Convivencia; desde los Servicios
Sectoriales con el Centro de Mayores y desde el Tercer Sector o entidades no lucrativas
que atiende las necesidades médicas puntuales con la movilización de voluntarios. Detrás
de todos los ámbitos existe un trabajador social que coordina las actividades y que vela
6
por la mejoría de la calidad de vida de Juana, intentando atender sus principales
necesidades.
Después de este ejemplo se podría entender la diferencia entre sector y ámbito, el primero
se refiere a los sectores de población con los que se puede trabajar, es decir, personas
mayores, infancia, adolescentes, jóvenes, personas con dependencias, caso de maltrato,
desempleados, personas sin hogar, reclusos, familias, o cualquier ciudadano que en un
momento dado pueda encontrarse en una situación de exclusión, vulnerabilidad o crisis…
Estos sectores comparten una serie de necesidades comunes, necesitando una
intervención concreta. Por ámbitos, se puede entender los espacios profesionales que
requiere la presencia de un trabajador social para cubrir las necesidades de los
ciudadanos (García y Meneses, 2009).
7
FUNCION GERENCIAL: Se desarrolla cuando el trabajador social tiene
responsabilidades en la planificación de centros, organización, dirección y control
de programas sociales y servicios sociales.
FUNCION DE INVESTIGACIÓN: Proceso metodológico para descubrir, describir,
interpretar, explicar y valorar una realidad, a través de un trabajo sistemático de
recogida de datos, estableciendo de hipótesis y verificación de las mismas,
empleando para ello técnicas profesionales y científicas a fin de contextualizar una
adecuada intervención y la acción social planificada-
FUNCION DE COORDINACION: Determinar mediante la metodología apropiada
las actuaciones de un grupo de profesionales una línea de intervención social y
objetivos comunes con relación a un grupo poblacional comunidad o caso concreto-
8
Tema 2: Principales Áreas de Intervención
1. ÁREA DE SALUD:
Uno de los objetivos del Trabajo Social es la mejora del bienestar de los ciudadanos, por
lo que deberían considerarse como fundamentales los factores biopsicosociales para
garantizar una mejor calidad de vida como afirma la Organización Mundial de la Salud.
Las enfermedades pueden tener unos componentes orgánicos, pero también social. La
vinculación de la medicina y el trabajo social es evidente ya que habas ciencias están
entrelazadas porque en numerosas ocasiones deben movilizarse recursos sanitarios y
sociales para facilitar el bienestar de los usuarios. Es decir, coordinar la intervención
desde un equipo interdisciplinario que planifique los recursos socio-sanitario con el
paciente y su familia.
9
y coordinación con los Centros de Salud. La presencia del Trabajador Social en los
hospitales es muy variable, pero si la hay, suele estar asociada al servicio de
atención a los pacientes, como el servicio de geriatría y el servicio de bienestar
social sociales.
Los trabajadores sociales suelen estar integrados a las siguientes arreas; Centros de
Salud o Servicio de Atención Primaria de Salud, Servicios de Atención Socio-Sanitario
Domiciliaria a enfermos con patologías crónicas y terminales, Hospitales Generales,
Servicio de Urgencia, Servicios de >Atención al paciente, Unidades de Trabajo Social,
Servicio de Geriatría, Hospitales de Maternidad, Hospitales Sociosanitario (A pacientes
crónicos y terminales; unidades de cuidados paliativos) Servicio de Salud Mental. Servicio
de prevención, diagnóstico y tratamiento) A las drogodependencias, comunidades
terapéuticas, centro de rehabilitación y de reinserción social y laboral. Dentro del tercer
sector, existe un amplio abanico de asociaciones y organizaciones sin ánimo de lucro que
trabajan con las personas que sufren enfermedades diversas y con su familia, por
ejemplos enfermos con Alzheimer, enfermos de cáncer, SIDA.
Son muchas las funciones que los trabajadores sociales desarrollan en los sistemas de
salud según Kroeger y Luna (2002):
10
• Acompañar y orientar a las familias y las personas para que sean promotores de la
recuperación de la salud.
• Orientar al medio familiar, laboral, escolar y comunitario para la rehabilitación social
de la persona enferma.
• Estimular a que toda persona enferma pueda lograr el uso máximo de todas sus
potencialidades.
2. ÁREA DE EDUCACIÓN
Inicialmente en el área de educación la figura del trabajador social estuvo vinculada con
los centros de educación especial, pero paulatinamente se han ido incorporando a los
equipos multiprofesionales de los centros educativos garantizando el desarrollo que tiene
todas las personas a recibir una educación que asegure su desarrollo, facilitando la
igualdad de oportunidades en discriminación alguna.
La estructura del sistema educativo se inicia con la educación infantil integrada por dos
ciclos (0-3 años y de 3-6 años) La segunda etapa es la educación primaria, que
corresponde con la educación obligatoria y que hasta ahora está distribuida en inicial,
básica y bachillerato. Todas estas etapas están apoyadas por un equipo interprofesional
formado por psicólogos, pedagogos y trabajadores sociales
11
estudiantes con problemas sociales es un campo de actuación tradicional en
trabajo social muy desarrollado en el ámbito anglosajón.
• Valorar y actuar con los grupos de escolares que presentan situaciones o
comportamientos de riesgo para su desarrollo y educación.
• Proporcionar a los centros educativos orientaciones e información los recursos
sociales y comunitarios que pueden servir de apoyo a los problemas educativos
• Diseñar e implementar, junto con los profesionales educativos, programas
preventivos sociales y comunitarios, que preparen a los estudiantes para hacer
frente a las situaciones sociales de riesgo
• Facilitar los informes sociales que sean necesarios para la obtención de los
recursos sociales necesarios para los escolares y sus familias.
• Favorecer la acogida integración y participación de los alumnos con necesidades
educativas especiales o en situación de desventaja en colaboración con los tutores
y las familias.
• Participar en coordinación con el psicólogo o pedagogo en el establecimiento de
una relación fluida entre el centro y a familia.
• Participar en tareas de formación y orientación familiar
• Colaborar en los procesos de acogida y mediación social
• Participar en la elaboración y programas de seguimiento y control del absentismo
de los alumnos y en colaboración con otros servicios externos e instituciones,
desarrollar las actuaciones.
Según el Consejo General de Trabajo Social los dos ámbitos específicos en el área de
educación podrían corresponder a:
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mediación escolar y familiar centro de educación especializada para alumnos con
necesidades especiales; asociaciones en el ámbito escolar, detención y
tratamiento del absentismo escolar.
• EDUCACION NO REGLADA: escuela-taller y otras iniciativas orientadas a
compensar déficits socioeducativos servicio de atención primera infancia,
especialmente con familias que requieran soporte psicosocial.
3. ÁREA DE JUSTICIA
Existen dos ámbitos dentro de este apartado en los que la figura del trabajador social está
presente: en la Administración de Justicia, dentro de los Juzgados y Tribunales y en el
Sistema Penitenciario.
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• Juzgados de primer instancia FAMILIA. Los equipos suelen estar formados por
psicólogos y trabajadores sociales que intervienen como peritos en los procesos
de derecho de familia, especialmente los vinculados con la guarda y custodia de
los menores ante procesos de separación o ruptura, en lo que es necesario
determinar el régimen de visitas, la protección de menores, la patria potestad, etc.
El trabajador social evalúa a la familia para facilitar información al juez antes de
que emita su sentencia.
• Juzgado de menores. Se realiza en los denominados” equipos técnicos de
menores” compuesto por psicólogos, educadores y trabajadores sociales, que
atiende caso de menores de 16 años, en los que se ha cometido algún delito o falta
y el juez debe adoptar una serie de medidas para los mismos (amonestación,
servicio a la comunidad, libertad vigilada, acogimiento familiar o internamiento).
• Clínicas médico. Forenses: Trabajan con psicólogos y médicos elaborando
informes periciales sobre incapacidades, cambio de sexo, interrupciones de
embarazo).
• Instituto Anatómico Forense. No suele ser muy habituales, pero en los centros en
los que hay ejercen tareas de información, valoración y orientación.
• Juzgado de Primera Instancia e Instrucción; Asesora al juez en el ámbito civil penal.
• Juzgado de Vigilancia Penitenciaria; Los profesionales se ocupan del seguimiento
de las libertades vigiladas, de las medidas terapéuticas acordadas como
alternativas a la cárcel o el seguimiento de los servicios a la comunidad.
En los Servicios Sociales Penitenciarios, los trabajadores sociales tienen dos áreas de
trabajo, por un lado, la atención en los centros penitenciarios a los internos y las familias
y, por el otro, la atención en el exterior del régimen penitenciario (semilibertad, libertad
condicional) en las que suelen desempeñar las siguientes funciones generales (Diaz
2009: 536):
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• Apoyar y orientar a las redes familiares o sociales en las que se vaya a integrar el
penado.
• Incidir en los procesos de inserción social de los liberados en su comunidad
estableciendo líneas de actuación que permitan el acceso normalizado a los
recursos y servicios comunitarios.
• Facilitar la inserción social de los penados sometidos a medidas alternativas o
sustitutivas de la pena de prisión, desarrollando actuaciones que permitan su
acceso a servicios específicos para que inicien o continúen los programas de
tratamiento para su rehabilitación.
• Establecer, crear y mantener la adecuada estructura para dotar de contenido
metodológico la intervención y el seguimiento.
Para García y Meneses (2009: 367-368) la labor de los trabajadores sociales en el ámbito
judicial se reduce a dos funciones principales; gestionar y ofrecer servicios o recursos
sociales a la población afectada por procesos legales, y la de actuar como perito mediante
informes judiciales
4. ÁREAS DE VIVIENDA
Una de las necesidades más relevantes para dotar a las familias de cierta estabilidad
convivencial, es disponer de un empleo o de unos ingresos económicos fijos y tener un
físico donde residir, Recordemos que el artículo de la Constitución del Ecuador dice que
todo ciudadano tiene derecho de una vivienda digna y adecuada, los poderes públicos
proveerán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer
efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general
pata impedir la especulación.
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se incluye un número de viviendas sociales o con algún grado de protección, bien en
régimen de compra o de alquiler.
Desde el año 2007 con la llegada de la crisis económica a Europa existen muchas
dificultades para atender a colectivos específicos en el acceso al importante recurso de la
vivienda, porque miles de familias están perdiendo sus casas, al no poder asumir los
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pagos de la hipoteca, debido a la usencia de empleo y la pérdida de ingresos económicos
(Rodríguez 2013: 138) Los sectores mayormente vinculados a las necesidades de una
vivienda han sido tradicionalmente personas sin hogar, jóvenes con familias
desestructuradas, familias monoparentales sin recursos económicos, exreclusos,
drogodependientes, inmigrantes, personas dependientes, mayores solos, pero en este
momento se suman las familias que en situación de crisis económica sufren las
consecuencias de los desahucios.
La figura del mediador cobra especial interés y con ella los proyectos alternativos como la
Oficinas Intermediación Hipotecaria que intentan prevenir los efectos desbastadores de
los desahucios. Este proyecto presentado el Consejo General de Abogacía y el Consejo
General de Trabajo Social, para solicitar al Gobierno que prevea un sistema de
intermediación para solucionar el problema de la perdida de la vivienda. Los objetivos de
este proyecto son claros y directos; planear mediante correctores que permitan mantener
el pago de las cuotas y eviten los procesos de ejecución, negociando medidas alternativas
a las dificultades del impago para que las personas afectadas sigan conservando su
vivienda.
5. TECER SECTOR
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gestionando servicios y cubriendo las necesidades sociales que no son asumibles por la
lógica institucional de provisión publica como una forma de reducción de costes, Así el
actual contexto socio-económico somete a fuertes presiones al Tercer Sector, a que se
ve en la tesitura de dar respuesta a las crecientes necesidades sociales y generar
innovación social, en un marco de recortes presupuestarios y contención del gasto(Cabra
de Luna, 2014).
Forma parte del Tercer Sector las entidades que cumplen con los siguientes requisitos
según Ruiz Olabuénaga (2000 34.38); estar organizadas formalmente, con estructura
interna, estabilidad relativa de objetivos formales y distinción neta entre socios y no socios;
ser privadas, separadas institucionalmente de los gobiernos y <administraciones; disfrutar
de capacidad autocontrol institucional de sus propias actividades, lo que supone la
posesión estatutos propios y responsabilidad corporativa; no repartir beneficios, pues este
tipo de entidades no se crean para generarlos, ni están guiados exclusivamente por
criterio comerciales; y tener un marcado grado de participación voluntaria, es decir, de
personas que aportan tiempo sin contraprestación económica.
a) Una actividad reivindicativa creciente en relación con los fallos del Estado de
Bienestar; reivindicación de derecho y defensa de colectivos sin voz y en situación
de exclusión:
b) Una vía para promover la democracia participativa:
c) Y la gestión de servicios públicos dirigidos a los colectivos vulnerables.
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• Elaboración y coordinación de proyectos sociales de la entidad.
• Coordinación de la acción de voluntariado
• Control y seguimiento de subvenciones, cuotas y donaciones
• Presentación de concursos públicos para adquirir la gestión de dispositivos de
atención social de titularidad pública.
• Elaboración de las memorias anuales de actuación
• Evaluación de resultados
• Coordinación de los equipos interdisciplinares
• Fomentar acciones de reivindicación y movilización social
• Generar acciones de sensibilización ciudadana
• Realizar los balances económicos anuales y adaptarlos a la programación.
Según García y Meneses (2009) “el Trabajo Social participa en el espacio empresarial
desde una doble vertiente: el ejercicio privado de la profesión mediante iniciativas de
ejercicio libre de mercado o de empresas de atención social (servicios sociales privados,
consultorios…) y por medio de la denominada y cada vez más presente” Responsabilidad
Social Corporativa”. Ambos están en auge desde hace años. En la primera vertiente
estarían las empresas destinadas en un alto porcentaje, a la prestación de servicios
sociosanitarios. En este sentido, las actuales políticas, tienden a incentivar el sector
privado y empresarial en detrimento de lo público. En la segunda, se contaría con las
grandes empresas (muy pocas) que cada vez se preocupan más, no solo mejorar las
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condiciones socio. Laborales de sus empleados, sino también de mejorar la imagen de la
empresa y su repercusión en el exterior.
La figura del trabajador social no está consolidada en todas las grandes empresas
españolas, pero si está presente en algunas de ellas como Cepsa, Renfe o Telefónica,
que cuenta con este tipo de servicios.
7. DOCENCIA E INVESTIGACIÓN
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La Convergencia Europea en la Educación Superior ha cambiado el perfil académico y
profesional de los trabajadores sociales. La anhelada titulación superior que durante años
han reivindicado las antiguas Escuelas Universitarias y la propia profesión a través del
Concejo General de Trabajadores Sociales, que empezó su andadura en la mayoría de
las universidades en el curso académico 2010/11. Este suceso ha facilitado que los
trabajadores sociales se hayan equiparado académicamente a otras profesiones
vinculadas a las carreras de Educación Superior, lo que ha facilitado la movilidad de los
estudiantes, profesorado e investigadores en Europa.
Las competencias exigidas a los estudiantes, como a los profesionales del Trabajo Social,
deben responder a las nuevas urgencias que la sociedad y el mercado de trabajo
reclaman, lo que implica la exigencia de una mayor calidad en la formación en el nivel
universitario como en su formación continua.
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conocimientos, lo que está contribuyendo a una mayor sistematización e implementación
de la práctica.
Otros ámbitos que el Consejo General de Trabajadores Sociales está considerando dentro
de la profesión son el análisis de desarrollo organizacional, el asesoramiento en la
dirección de políticas de bienestar social, la atención a situaciones de catástrofes o de
emergencias, la defensa de los derechos humanos, la cooperación y solidaridad
internacional (proyectos de desarrollo), la mediación familiar, la terapia familiar, la
mediación comunitaria, el peritaje social, y el marketing social.
El marketing social es una nueva filosofía de empresa moderna que pretende impulsar el
circuito empresa-mercado, incluyendo en todos sus componentes armónicamente, es
decir, con rentabilidad. Para llevar a cabo campañas de promoción de productos en el
mercado, es necesario conocer las necesidades de la población a la que va dirigida.
Consiste en promocionar los productos adaptándolos a los requerimientos de los distintos
colectivos a los que va dirigido. Por ejemplo; la Caixa en 1985 editó una guía de
oportunidades para la juventud donde se publicaron los recursos sociales que existían en
aquellos años ´para facilitar la incorporación laboral de los jóvenes. Se realizo después
de estudiar los resultados de 500 encuestas. La Caixa tuvo en cuenta uno de los
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problemas más importantes a los que se suele enfrentar (encauzar su futuro una vez
terminados los estudios), y por eso decidió editar esta guía.
Evidentemente también se pretendía con la guía fidelizar a los chicos o intentar que estos
tuvieran una relación duradera con el banco (Rabassa,2000). Este es uno de los ejemplos
que muestra la posibilidad de que en un futuro los equipos de marketing social cuenten
con trabajadores sociales para que las empresas puedan ofrecer a sus clientes un servicio
útil y adaptado a sus necesidades y a la de la empresa.
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Bibliografía
Fernandez Garcia, T., & Ponce De Leon Romero, L. (2014). Nociones Basicas de Trabajo
Social. Ediciones Academi
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