Geografía (Guia)
Geografía (Guia)
Geografía (Guia)
BIOLOGÍA
Propósito
El estudiante será capaz de aplicar los principios metodológicos de la Geografía en la construcción e interpretación de la realidad, a partir
de la valoración que realice del impacto de las transformaciones que lleva a cabo el ser humano en el espacio geográfico, el
aprovechamiento de los recursos naturales así como los factores socioeconómicos y políticos a diferentes escalas.
Definición de Geografía
La geografía es la ciencia que estudia y describe la Tierra y
señala las características y la localización de los sistemas y
elementos que aparecen en su superficie. Es decir que la
geografía es la ciencia social encargada de la descripción y
representación gráfica del planeta Tierra. Se interesa por sus paisajes, territorios,
lugares, regiones, poblaciones y los modos en que todos estos elementos se interrelacionan. Su
nombre proviene del griego gea, “tierra”, y graphos, “escritura”.
Se trata de una de las ciencias sociales más antiguas, pues hay estudios que mencionan que éste nació
en la Grecia Antigua gracias a la obra de Eratóstenes (276-194 a. C.) y del también historiador
Heródoto (484-420 a. C.), quienes se interesaron particularmente por el estudio de las distintas
regiones de la superficie terrestre conocida por su cultura, así como de las poblaciones que las
habitaban. Desde entonces hasta hoy, mucho ha cambiado en el modo de comprender nuestro
planeta, pero aún existen cuatro principales tradiciones históricas de investigación geográfica
provenientes de la antigüedad:
Por esta razon, la geografía a menudo se considera la “disciplina mundial” , es decir el “puente” entre
las ciencias naturales y las ciencias humanas.
La sociedad y la naturaleza están en continua y recíproca relación. Los seres humanos realizan
actividades que afectan la naturaleza y, a su vez, la naturaleza afecta a las sociedades humanas de
muy diversas maneras. De esa relación entre elementos naturales y seres humanos surge el concepto
de espacio geográfico.
Asi, estudiar el espacio geográfico significa considerar todos esos elementos en su conjunto; por tal
motivo la Geografía es conocida como la ciencia integradora del espacio. Entonces identificamos a la
geografía como una ciencia que localiza, porque ubica los hechos y fenómenos en el espacio y en el
tiempo. Ésta es una ciencia de síntesis, pues su objeto de
estudio lo constituyen los espacios y los fenómenos físicos,
los espacios biológicos y los fenómenos humanos; por tanto,
no sólo es una ciencia social o física o natural, sino que
sintetiza las tres para explicar las interrelaciones espaciales y
temporales. Es una ciencia interdisciplinaria, porque
requiere de la información que generan las ciencias
naturales y las ciencias sociales para poder explicar las
dimensiones espacio-temporales existentes entre las
sociedades y la naturaleza.
Ramas de la Geografía
La geografía es una de las ciencias sociales de mayor aplicación en los distintos campos
de desarrollo del mundo. Se utiliza tanto en la acumulación de saberes para comprender qué
dinámicas están en marcha en el mundo actual, como en la identificación y resolución
de problemas específicos entre el ser humano y el planeta en el que habita. Además, es un punto
importante de contacto entre las Ciencias sociales y las llamadas Ciencias exactas. Es decir que su
campo del saber incorpora herramientas y conocimientos que ninguna otra ciencia social siquiera
contempla. Esta disciplina se divide, a su vez, en dos grandes ramas: geografía general y geografía
regional.
Geografia general
La geografía general estudia las diferencias y los cambios de características, localizaciones de los
fenómenos geográficos y sus relaciones con el entorno natural y la acción con el ser humano. Se suele
subdividir en dos grandes ramas: la geografía física y la geografía humana
Geografia regional
La geografía regional o como geografía corológica estudia los sistemas o complejos geográficos como
los territorios y los paisajes. Se sitúa como una parte de la geografía y en algunos casos se considera
similar a la geografía general, ya que también ésta trabaja a nivel sistémico y analítico.
Recursos Geograficos
El ser humano por sí mismo no puede abarcar toda la dimensión de su entorno en un momento dado,
es decir, nuestra vista solo puede captar un perímetro reducido. Para poder llegar a explorar la
superficie del planeta, ha sido necesario desarrollar modelos y representaciones gráficas. Gracias a los
recursos geográficos y el avance de los recursos tecnológicos se ha logrado un desarrollo amplio que
permite conocer con más detalle la superficie terrestre. Cuando se habla de recursos geográficos nos
referimos a todas aquellas técnicas, información, equipos y materiales que permiten representar y
describir la superficie terrestre. Así, son muchos los recursos tecnológicos para el análisis
geográfico que hay hoy en día y la mayoría han evolucionado mucho desde que se inventaron. Éstos
son usados por el ser humano para conocer cómo es la superficie del planeta y hacer un análisis de ella.
El objetivo de los recursos geográficos es poder construir aproximaciones teóricas o modelos que
representen de la forma más precisa posible la realidad física de la superficie del planeta Tierra. Son
muchos los recursos geográficos que ha desarrollado el ser humano para la colonización y exploración
de los espacios terrestres. Algunos de ellos son:
Planos
Croquis
Mapas
Los mapas representan de forma bidimensional la superficie de la Tierra, o solo una parte de ella,
sobre una superficie plana siguiendo una escala determinada. En ellos se compensa la curvatura del
planeta Tierra usando proyecciones cartográficas que ajustan a dos dimensiones las proporciones de
las masas acuáticas y terrestres que se encuentran en un espacio curvo. En los mapas es común
encontrar otros recursos geográficos como puntos, líneas y círculos imaginarios.
Coordenadas geográficas
Las coordenadas geográficas son un sistema de referencia que permite ubicar cualquier punto sobre la
superficie de la Tierra en el plano vertical (altitud) y horizontal (latitud y longitud). Para ello, se ha
desarrollado una red de referencia con líneas tanto horizontales como verticales. Las verticales se
llaman meridianos y las horizontales paralelos.
Fotografía aérea
Son fotografías tomadas desde aviones (ahora también desde drones). Se trata de una gran
herramienta para la geografía porque permite el diseño de mapas muy detallados, que se aproximan
muchísimo a la realidad de la zona que se ha estudiado.
GPS y satélites
Este sistema se basa en un conjunto de satélites que se encuentran orbitando el planeta Tierra. Estos
están conectados con equipos GPS portátiles que se encuentran en la superficie terrestre. Son
recursos geográficos que a parte de dar una mayor resolución de la superficie terrestres, sirven para
aportar datos de temperatura, presión atmosféricas, etc., gracias a los sensores que contienen.
Brújula
Es un instrumento que sirve para orientarse y en ella se representan las cuatro coordenadas
geográficas principales (norte, sur, este y oeste). La brújula contiene una aguja imantada que señala el
norte magnético terrestre. El funcionamiento está basado en el magnetismo terrestre, cuando la
aguja señala el sur magnético este corresponde al norte
geográfico.
Introducción
El sistema Solar
Nuestro sistema solar forma parte de la Nube Interestelar Local, dentro de la Burbuja Local del brazo
de Orión, ubicada a unos 28.000 años luz del centro brillante de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Se
calcula que se haya formado hace 4568 millones de años, como consecuencia del colapso de una nube
molecular en, dando origen a un Disco circunestelar o protoplanetario, es decir, un conjunto
desordenado de materia rodeando al Sol en forma de anillos. De allí se habrían constituido los
distintos planetas y objetos astronómicos de nuestro vecindario espacial. Los objetos del Sistema
solar, como en otros sistemas planetarios, se mantienen en una órbita elíptica alrededor del astro más
grande y, por lo tanto, de mayor gravedad del sistema. En nuestro caso, claro, se
trata del Sol, una estrella tipo-G de 1.392.000 kilómetros de diámetro total, que
contiene el 99,86% de la masa total del Sistema Solar.
Mercurio
Venus
Tierra
Es el planeta más denso de todo el sistema solar, y el quinto más grande en proporciones. La Tierra tiene un
núcleo de hierro y níquel cuyos movimientos internos generan una potente
magnetósfera, y a la vez una atmósfera no demasiado densa, compuesta en un 78 % por
nitrógeno, en un 21 % por oxígeno y el resto son otras sustancias como el argón, el
dióxido de carbono, el ozono y el vapor de agua. Gracias a la retención calórica de la
atmósfera, el planeta tiene un clima benigno y estable. La Tierra tiene un único satélite
natural, la Luna
Marte
Es un planeta más pequeño que la Tierra, pero comparte con estas numerosas características físicas,
además de un período de rotación y ciclos orbitales semejantes. Marte tiene una atmósfera liviana
(100 veces menos densa que la terrestre), compuesta mayormente por dióxido de carbono (CO2), y
una superficie árida y arenosa, repleta de dunas que mueven los vientos
marcianos. Sin embargo, este planeta desértico tiene densas acumulaciones
de hielo en sus casquetes polares, lo suficientemente grandes como para
inundar el planeta entero bajo 11 metros de agua, si es que estos hielos
pudieran derretirse.
Jupiter
Júpiter es el primero de los planetas exteriores, es decir, de aquellos que están más allá del cinturón de
asteroides del sistema solar. Se trata de un gigantesco planeta gaseoso, superado
en volumen únicamente por el Sol. A diferencia de los planetas interiores,
Júpiter no tiene una superficie definida, sino que es una bola compuesta de
hidrógeno (87 %), helio (13 %). Todos estos gases están alrededor de un
núcleo rocoso cubierto por una capa profunda de hidrógeno metálico
en estado líquido.
Saturno
Saturno es un gigante gaseoso, que tiene la forma de una esfera achatada en los polos. Se trata de un
planeta muy poco denso (es menos denso que el agua) y con una baja gravedad relativa, compuesto
principalmente por hidrógeno (96 %) y helio (3 %), además de escasos rastros de metano, vapor de
agua y amoníaco. Se desconoce si tiene un núcleo líquido o rocoso de hidrógeno metálico debajo de
los 30.000 kilómetros exteriores de su atmósfera. Saturno tiene múltiples satélites naturales.
Urano
Su atmósfera es la más fría del sistema solar, con una temperatura promedio
de -224 °C. Dicha atmósfera está compuesta por hidrógeno y helio, pero
también por vapor de agua, amoníaco, metano y trazas de hidrocarburos.
Además, el interior del planeta está compuesto por un manto de hielos de
varias capas y un corazón de roca congelada, pero incluso así se trata de un
planeta muy poco denso y muy poco masivo en comparación con los demás.
Neptuno
Neptuno tiene un pequeño núcleo de roca recubierto por una costra congelada, todo
sumergido en una atmósfera gruesa y densa de nubes de hidrógeno, helio, agua y metano. La atmósfera es tan
densa que alcanza presiones casi 100.000 veces mayores que las experimentadas en la Tierra, y su temperatura
promedio es de -218 °C. Neptuno es un planeta mucho más dinámico de lo que pareciera, con una atmósfera
repleta de tormentas y vientos de alrededor de 2200 kilómetros por hora, separada en bandas de nubes y
provista de una coloración azul derivada del metano.
El sol
El Sol es la estrella más cercana al planeta Tierra, ubicada a 149,6 millones de kilómetros de
distancia. Todos los planetas del Sistema Solar orbitan a su alrededor a distintas distancias, atraídos
por su gigantesca gravedad, así como los cometas y asteroides que conocemos. Comúnmente se
conoce al Sol con el nombre de Astro Rey, el tamaño del Sol es tal,
que representa el 99% de toda la masa del Sistema Solar, equivalente a
unas 743 veces la masa total de todos y cada uno los planetas combinados
del mismo, y unas 330.000 veces la masa de nuestro planeta. Su diámetro es
de 1,4 millones de kilómetros, por lo que constituye el objeto más grande y
más brillante del cielo terrestre. Por eso su presencia marca la diferencia
entre el día y la noche.
Debido a su emisión continua de radiaciones electromagnéticas, entre ellas la luz perceptible por nuestros
ojos, el Sol brinda calor e iluminación a nuestro planeta, haciendo la vida posible tal y como la conocemos. Su
luz permite la fotosíntesis, sin la cual la atmósfera no contendría los niveles de oxígeno que necesitamos, ni la
vida vegetal para sostener las distintas cadenas tróficas. Por otro lado, su calor mantiene el clima estable,
permite la existencia de agua líquida y da energía a los distintos ciclos climáticos. Por último, la gravedad solar
mantiene a los planetas orbitando a su alrededor, entre ellos la Tierra. Sin él no habría día y noche, no
habría estaciones, y la Tierra seguramente sería un planeta frío y muerto, como son muchos de los
planetas exteriores.
La luna
Es el único satélite natural que gira alrededor de la Tierra a una distancia de 385 mil kilómetros
aproximadamente. Es el quinto satélite más grande del Sistema Solar. Tarda 28 días terrestres en dar
la vuelta alrededor del
planeta (movimiento de traslación) y en
girar sobre su propio eje (movimiento de
rotación) por lo que siempre se ve la misma
cara lunar desde la Tierra. La Luna es un
cuerpo celeste rocoso. Su diámetro es de
3.474 kilómetros (un cuarto del diámetro del planeta Tierra) y se caracteriza por tener una superficie
con cráteres profundos y altos sistemas montañosos. Está compuesta, en su mayoría, por oxígeno,
silicio, calcio, magnesio y aluminio.
La Luna no brilla con luz propia, sino que refleja la luz que recibe del Sol y por eso puede ser vista
desde la Tierra y se la puede apreciar en sus diferentes instancias o “fases”. Estas fases se producen
por las variaciones de la posición de la Luna respecto al astro luminoso y a la Tierra, que generan
mayor o menor sombra en el satélite. El ciclo completo que engloba todas las fases de la Luna es de 29
días, 12 horas y 44 minutos, también denominado “mes lunar”.
Las fases de la Luna
Las fases lunares o fases de la Luna son los cambios aparentes de la porción visible de la Luna,
dependiendo de qué tan iluminada esté por su posición respecto a la Tierra y el Sol. No se trata de
cambios reales en la naturaleza de nuestro único satélite, sino de su posición relativa y su iluminación,
permitiéndonos así observar más o menos de su superficie a simple vista. A cada posición, así, damos
el nombre de una fase:
Luna nueva. Se produce cuando la Luna está más cerca del Sol, su parte iluminada no es visible
desde la Tierra y por eso resulta casi imperceptible desde el planeta.
Cuarto creciente. Se produce cuando la mitad de la Luna está iluminada: el lado derecho se ve
iluminado desde el hemisferio norte y el lado izquierdo se ve iluminado desde el hemisferio sur.
Ocurre luego de la Luna nueva y es posible observarla por la tarde y en la primera mitad de la
noche.
Luna llena. Se produce cuando el satélite está más distante del Sol y una de sus caras se
ilumina de manera total, por lo que la Luna se ve completa desde la Tierra, durante toda la
noche.
Cuarto menguante. Se produce cuando se ve la mitad de la Luna iluminada, pero de manera
decreciente (a diferencia de la Luna creciente) y, la mitad visible varía según el hemisferio
terrestre desde el que se la observe. Es posible verla en la madrugada y por la mañana.
Movimientos de la Luna
La traslación. Es el movimiento del satélite alrededor de la Tierra, que tarda 28 días, es decir,
un mes aproximadamente. Además, realiza el movimiento de traslación alrededor del Sol.
La rotación. Es el giro del satélite sobre su propio eje y en sentido hacia el este que realiza
también en 28 días.
La fuerza gravitatoria de la Luna ejerce influencia sobre las mareas en la Tierra. Cuando ambos astros
se encuentran a una distancia cercana, parte de la masa de agua terrestre que está de cara a la Luna,
es atraída por ella y el flujo de agua terrestre se acrecienta. El Sol también ejerce influencia en las
mareas debido a su fuerza gravitatoria, pero con menor intensidad debido a su distancia de la Tierra.
Las mareas no varían siempre en el mismo horario, sino que dependen de las fases de la luna y de su
alineación con el Sol. Pueden ser:
Mareas vivas. Son aquellas mareas altas que se generan con la Luna nueva, en la que el satélite
y el Sol se alinean, fusionando ambas fuerzas gravitatorias.
Mareas muertas. Son aquellas mareas pequeñas que se generan durante las fases de la Luna
creciente y menguante.
El Ecuador
Los Meridianos
Los meridianos son líneas imaginarias que van de polo a polo alrededor de la Tierra. El meridiano más
importante es el meridiano de Greenwich, que atraviesa la ciudad de Greenwich, en Londres, y es
utilizado como punto de referencia para medir la longitud geográfica. La longitud geográfica se mide
en grados hacia el este o hacia el oeste del meridiano de Greenwich, que se toma como punto de
partida. Los valores de longitud varían de -180° a +180°, abarcando toda la circunferencia terrestre.
Son círculos imaginarios que delimitan las regiones polares de la Tierra. El Círculo Polar Ártico se
encuentra a aproximadamente 66,5 grados de latitud norte, mientras que el Círculo Polar Antártico se
encuentra a la misma latitud pero en el hemisferio sur.
El Círculo Polar Antártico se encuentra a aproximadamente 66,5 grados de latitud sur. Este círculo
marca el punto más al sur en el que el sol se puede ver parcial o completamente durante el solsticio de
verano en el hemisferio sur. El Polo Sur, por otro lado, es el punto
más al sur de la Tierra. Este punto se encuentra exactamente en el
eje de rotación de la Tierra y no está marcado por ninguna línea
imaginaria en particular.
Introducción
Estructura de la Tierra
La masa terrestre está integrada por un conjunto diverso de elementos químicos. Los elementos más
abundantes son el hierro (32,1%), oxígeno (30,1%), silicio (15,1%), magnesio (13,9%), azufre (2,9%),
níquel (1,8%), calcio (1,5%) y aluminio (1,4%), dejando un 1,2% para el resto de los elementos . El
planeta está compuesto por capas concéntricas de materia que se extienden hacia el núcleo desde la
superficie. Dichas capas son:
Litósfera. Se extiende desde la superficie hasta unos 60 kilómetros hacia adentro, siendo la
capa menos densa de todas y la única que podemos visitar con medios físicos concretos. Es allí
donde están las placas tectónicas, por ejemplo. La litósfera se divide a su vez en dos capas
distintas:
o Corteza. Va de los 0 a los 35 kilómetros de profundidad, siendo la capa en donde está
ubicada la vida, constituida principalmente de silicatos sólidos.
o Manto superior. Va de los 35 a los 60 kilómetros de profundidad, y está compuesta
mayormente por rocas peridotíticas,
sumamente básicas, de las cuales podrían
provenir los basaltos.
Manto terrestre. El manto de la Tierra va desde los 35
kilómetros de profundidad, hasta los 2890, es decir,
hasta la parte externa del núcleo. Es la capa más
ancha de la estructura interna de la Tierra, rica en
silicatos, magnesio y hierro, todo en estado
semisólido y de viscosidad variable. Dentro del manto
se halla el manto interior y también la astenósfera.
o Astenósfera. Una capa de baja viscosidad que
comprende la zona superior del manto
terrestre, conformada por materiales silicatados en estado sólido y semifundido o
fundido parcialmente. Las placas tectónicas se mueven por encima de la astenósfera.
Esta capa va desde los 100 hasta los 700 kilómetros de profundidad.
Núcleo. El núcleo terrestre es el “corazón” del planeta, y está compuesto mayormente por
metales ferromagnéticos (hierro y níquel), divididos en dos etapas:
o Núcleo externo. Extendiéndose desde los 2890 kilómetros de profundidad hasta los
5100, esta capa líquida de metal sumamente viscoso descansa sobre el núcleo interno y
comprende mayormente hierro, con trazas de elementos más livianos.
o Núcleo interno. El verdadero centro de la Tierra es un núcleo de metal sólido, que gira
con una velocidad angular ligeramente superior al resto del planeta, y que es
responsable de la generación de su magnetósfera. Posee un radio de aproximadamente
1255 kilómetros
La corteza terrestre es la capa más superficial del planeta Tierra, es la más externa, delgada y reciente
de las capas de la Tierra. Sobre ella habitamos los seres vivos, incluso aquellos que se adentran en las
más profundas capas del suelo. La corteza terrestre forma parte, junto al manto terrestre y el núcleo
terrestre, de la llamada geósfera, que es la parte sólida del planeta. La corteza se extiende desde la
superficie hasta los 35 kilómetros promedio de profundidad. La profundidad se toma en promedio ya
que varía dependiendo de si se trata de:
Corteza oceánica. Cubre el 55% de la superficie del planeta, ubicada a miles de metros de
profundidad bajo el océano, y es más delgada que la continental (con un espesor de 5 km en el
fondo oceánico).
Corteza continental. De naturaleza heterogénea,
dado que está formada por rocas de distintos
orígenes, siendo los minerales más abundantes el
cuarzo, los feldespatos
En la historia geológica del planeta, la primera corteza terrestre se
formó hace 4400 a 4550 millones de años. Desde entonces sus
volúmenes han ido aumentando con el tiempo. A medida que las
condiciones terrestres se estabilizaban y el planeta se enfriaba,
nuevas capas de corteza fueron emergiendo hasta ocupar un volumen considerable hace 2500 millones de
años, en gran medida gracias a dos eventos geológicos mayores: uno hace 2500-2700 millones de años atrás, y
otro 1700-1900 millones de años atrás. Sin embargo, la corteza terrestre se está formando constantemente.
Para ello, porciones de ella se hunden en el manto (subducción) para fundirse en el magma líquido
subterráneo, mientras que otras porciones nuevas emergen en los centros de expansión de la corteza
oceánica.
La corteza terrestre dista de ser estática. Las placas que la componen se hallan flotando sobre el
manto, compuesto por materiales pastosos sometidos a enormes presiones. Por lo tanto, se produce
un desplazamiento lento de la corteza, lo cual es conocido como la dinámica tectónica. Así, las
distintas porciones de la corteza se rozan y chocan, ejerciendo presión la una sobre la otra y dando pie
a la creación de las montañas, a medida que la corteza se pliega y abulta. De esta manera
el relieve depende en gran parte del movimiento de la corteza.
Similarmente, pueden también generarse depresiones o fallas tectónicas, cuando una placa se
sumerge por debajo de la otra, licuificándose y aumentando la presión interna del magma por salir. Así
es como surgen los volcanes. Dichos movimientos de la corteza terrestre dan origen, además, a
los sismos y temblores, ya que el roce entre las placas tectónicas produce ondas sísmicas que se
transmiten hacia la superficie, a veces con efectos devastadores. Del mismo modo, originan la deriva
continental, que es el movimiento de las masas continentales a lo largo del tiempo.
El relieve continental
Relieve oceanico
Se habla de relieve oceánico o relieve sumergido para referirse a las distintas formas que adquiere el
lecho submarino, es decir, la porción de la litósfera o corteza terrestre que se encuentra cubierta por
los mares y océanos. La porción sumergida de la litósfera ocupa alrededor del 70% de la superficie
total del planeta, y al hallarse aislada por las aguas de los
factores erosivos como el viento o la lluvia, es mucho menos
variada en cuanto a relieve que su versión continental. Poseen
distintos márgenes de actividad volcánica, que arrojan materiales
terrestres y modifican el suelo submarino, dando origen a veces
a islas volcánicas. Por lo demás, están sometidas a fuerzas erosivas
mucho más benévolas que en la superficie, de modo que sus
cambios dependen de la actividad sísmica y tectónica
principalmente. Aunque el relieve oceánico tiende a ser mucho más
uniforme y homogéneo que su contraparte emergida, presenta formas
comunes y reconocibles, como son las siguientes:
Las placas tectónicas se desplazan sobre la Astenósfera, la porción fluida del manto terrestre. Se
mueven a velocidades diferentes, generalmente lentas, pero constantes, de modo tal que resultan
imperceptibles, excepto cuando colisionan con otras y entonces percibimos las ondas sísmicas del
impacto. Dichos movimientos se deben a factores que aún no están demasiado claros, pero que
podrían tener que ver con la rotación terrestre, con el desplazamiento del magma cálido hacia arriba y
el frío hacia el fondo, o incluso a las diferencias en las fuerzas gravitacionales y de densidad de la
corteza planetaria. Eventualmente, las placas tectónicas chocan entre sí en sus límites, donde
usualmente se producen las llamadas “fallas tectónicas” u otros fenómenos geológicos semejantes.
Por ejemplo:
Los temblores y terremotos. Tienen que ver con las ondas generadas por el rozamiento de las
placas y su transmisión a través de distintas capas de materiales.
Las formaciones montañosas. Se deben a pliegues y distorsiones de las placas tectónicas, al
ejercer resistencia unas contra otras de manera frontal, impidiendo su desplazamiento y
forzando una deformación.
Los volcanes. Se deben a la subducción de una placa tectónica por debajo de otra, o sea, a que
una se introduzca por debajo de la otra, penetrando en el manto y por lo tanto entrando en
contacto con el magma hirviente, cuyo exceso de roca líquida se expulsará luego en forma
de erupciones.
Las placas tectonicas están en constante movimiento y en algunas veces, através de las fisuras y
fracturas que la sepraran, se liberan materiales y gases que originan los volcanes. La inestabilidad de la
corteza terrestre también causa los sismos.
Vulcanismo
Sismicidad
Los desplazamientos de las placas tectonicas y las erupciones volcanicas ocasionan movimientos
bruscos en la corteza terrestre, llamados sismos Las fuerzas de un sismo se pueden medir con un
instrumento- el sismográfo- que proporciona la magnitud del movimiento, en una unidad de medida
conocida como grados Ritchter. Existe en el interior de la corteza en donde se origina el sismo se llama
foco y al lugar de la superficie que se encuentra por encima del foco se le conoce como «epicentro».
Cuándo se producen sismos intensos en el fondo marino provocan el movimiento repentino de
grandes masas de agua o tsunamis.
Los movimientos de la corteza terrestre no se perciben con la misma intensidad en los limites de las
placas tectonicas que en lugares mas alejados, por ello se pueden distinguir zonas sismicas, donde los
simos son frecuentes, y asisimicas en las que no ocurren estros movimientos.
La hidroesfera es el agua que se encuentra en la superficie de nuestro planeta, es decir, los mares,
océanos, ríos, polos, glaciares, pantanos y lagos que cubren la superficie de la tierra. Durante la vida de
la tierra no siempre ha sido así, de hecho, no fue hasta que las erupciones volcánicas lanzaron gran
cantidad de vapor en el aire que, se condensó y provocó unas intestas lluvias durante miles de años
que la tierra no se vio inundada por el agua.
El caso es que, a día de hoy, el agua ocupa 360 millones de kilómetros cuadrados de la superficie
terrestre mientras que la tierra solo ocupa 148. Esto significa que en nuestro planeta hay más de 1.400
kilómetros cúbicos de agua
Aguas Oceánicas
Las corrientes marinas: se desplazan por acción del viento, siguiendo su dirección y contando
con mayor o menor movimiento según la fuerza de dichos vientos. Además, el famoso efecto
Coriolis (determinado por el sentido de rotación de la Tierra), establece que las corrientes
marinas giren en hacia la derecho en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el sur.
Las olas: principales elementos constituyentes de las corrientes marinas, las olas dan vida a las
aguas que llegan a las costas, las cuales sufren la constante erosión que la fuerza de las olas
genera al moldear las superficies terrestres costeras
Las mareas: provocadas por la fuerza de gravedad de la Luna y el Sol, las mareas marcan los
ritmos de subida y bajada de las aguas oceánicas que bañan las costas, playas y acantilados de
las regiones costeras de todo el mundo.
Dado que cubren la mayor parte de la superficie de nuestro planeta (71%) y se comunican entre sí,
los océanos son un rasgo distintivo de la Tierra, el “planeta azul”. En los océanos se originó
la vida y todavía existe el mayor porcentaje de biodiversidad conocido, lo cual constituye una fuente
de alimento y recursos para el hombre, así como de actividades recreativas. Por otro lado, esta
enorme masa de agua cumple un rol esencial en los ciclos climáticos del planeta, manteniendo
su temperatura estable a través del ciclo hídrico y de las corrientes marinas.
Aguas Continentales
Las aguas continentales son todas aquellas masas de agua en estado líquido que se encuentran en las
regiones continentales del planeta. Generalmente, las aguas continentales están constituidas
por agua dulce y su presencia en la biosfera es constante. El origen de las aguas continentales es
diverso, formándose en ocasiones como consecuencia de precipitaciones en forma de lluvia, granizo o
nieve; o bien debido a la presencia y afloramiento de aguas subterráneas. Y algunas de sus
caracteristicas son:
Los cuerpos de agua dulce que constituyen las aguas continentales suelen ubicarse en regiones
alejadas de las zonas costeras, dando lugar a formaciones interiores de agua.
La presencia de dichas aguas está condicionada a las propiedades y condiciones de fenómenos
como las inundaciones, las lluvias, nevadas y desborde de ríos o subidas del nivel del mar; ya
que estos fenómenos son los responsables de suministrar a las aguas continentales un volumen
determinado de agua.
Las aguas continentales pueden existir de forma permanente, estacional o incluso
intermitente.
Las aguas continentales se distinguen por presentar una cantidad considerablemente menor de sales
disueltas, en contraste con las aguas oceánicas, además, se manifiestan en diversas formas y regiones
en las zonas emergidas de los continentes
Ríos
Estos forman corrientes superficiales que circulan por un cauce y con un caudal (cantidad de materia
que es transportada por unidad de tiempo y en cierta
dirección) continuo, generalmente durante todo el año.
Esta agua tiene su origen del deshielo, de la lluvia o
incluso de los manantiales.
Lagos
Glaciares
Estos se relacionan directamente con aquellas regiones con una considerable altitud, por lo tanto, se
puede decir que son cuerpos de hielo permanente que se ubican en las altas montañas, aunque
también, se les puede encontrar en zonas polares.
Se distinguen por encontrarse por debajo de la superficie del suelo, su formación se da gracias al
escurrimiento por el subsuelo del agua de la superficie. Otras vías de su formación pueden darse por la
actividad volcánica, dado que suele desprenderse humedad en el proceso.
El ciclo hidrologico
El ciclo del agua (también conocido como ciclo hidrológico) es el proceso de circulación del agua en
el planeta Tierra. Durante este ciclo, el agua sufre desplazamientos y transformaciones físicas (por
acción de factores como el frío y el calor), y atraviesa los tres estados de la materia: líquido, sólido y
gaseoso. El ciclo del agua es un ciclo biogeoquímico, es decir, forma parte de los ciclos que en la
naturaleza permiten el movimiento y la
transformación de los elementos y compuestos
químicos a través de los sistemas biológicos,
geológicos y químicos de la Tierra.
La atmosfera
La atmósfera terrestre alcanza unos 10.000 km de distancia de la superficie del planeta, y alberga en
distintas capas los gases necesarios para preservar la temperatura planetaria estable y permitir el
desarrollo de la vida. Las corrientes de aire presentes en ella se encuentran estrechamente
relacionadas con la hidrósfera (el conjunto de agua planetaria), y se afectan de manera recíproca. Ésta
cumple un rol vital en la protección del planeta y por lo tanto también de la vida. Su densidad desvía o
atenúa las formas de radiación electromagnética provenientes del espacio, así como los
eventuales meteoritos y objetos que pudieran impactar con su superficie, la mayoría de los cuales se
disuelve por el roce con los gases al ingresar a ella.
El tiempo y el clima
A menudo empleamos en la vida cotidiana los términos clima y tiempo atmosférico o tiempo
meteorológico como si fueran sinónimos, cuando en realidad se trata de dos conceptos muy
diferentes. El clima es el conjunto de condiciones
meteorológicas que caracterizan a un
lugar determinado del planeta, es decir, es la tendencia
meteorológica normal de un sitio específico. En
cambio, el tiempo se refiere al estado particular de
la atmósfera (en realidad la tropósfera, su capa más
baja) en un lugar y un momento determinado.
El clima de una región se compone de diferentes elementos, es decir, valores que se registran a lo
largo del año para conocer sus patrones y el impacto que ello tiene en la percepción de la atmósfera
por los seres humanos. Estos elementos son:
La temperatura atmosférica. Se trata del grado de calor (o sea, de energía) que hay en la
atmósfera en un momento y lugar determinados. Esto depende en buena medida de la
cantidad de radiación solar.
La presión atmosférica. Se trata de la fuerza que ejerce la atmósfera sobre la superficie
terrestre, o sea, su peso: una atmósfera cargada de vapor de agua y de gotas de lluvia pesa
mucho más que una atmósfera despejada
El viento. Se trata del desplazamiento de las masas de aire como consecuencia de las
variaciones locales de la presión atmosférica.
La humedad. Se trata de la cantidad de vapor de agua presente en la atmósfera, lo cual está
directamente vinculado con el ciclo hidrológico, pero también con las condiciones topográficas
e hídricas del lugar.
La precipitación. Se trata de la cantidad, frecuencia y volumen de lluvia que hay en un lugar y
tiempo determinado.
Los factores del clima son los aspectos que determinan el clima de
un lugar, esto es, las condiciones y las variables que deciden que
dicho lugar presente uno u otro tipo climático. Estos factores son:
Tipos de climas
El sistema de Köppen se basa en que la vegetación natural tiene una clara relación con el clima, por lo
que los límites entre un clima y otro se establecieron teniendo en cuenta la distribución de la
vegetación. Los parámetros para determinar el clima de una zona son las temperaturas y
precipitaciones medias anuales y mensuales, y la estacionalidad de la precipitación. Divide los climas
del mundo en cinco grupos principales: tropical, seco, templado, continental y polar, identificados por
la primera letra en mayúscula. Cada grupo se divide en subgrupos, y cada subgrupo en tipos de clima.
Los tipos de clima se identifican con un símbolo de 2 o 3 letras.
Climas Tropicales
Ningún mes con temperaturas medias inferiores a 18 grados, y las precipitaciones anuales son
superiores a la evaporación. Son los climas de los bosques tropicales.
Climas Secos
Las precipitaciones anuales son inferiores a la evapotranspiración potencial anual. Son los climas de
las estepas y desiertos.
Climas Templados
La temperatura media del mes más frío está entre -3ºC (en algunas clasificaciones 0ºC) y 18ºC, y la del
mes más cálido supera los 10ºC. En estos climas se encuentran los bosques templados.
Climas Polares
Estos climas se caracterizan por temperaturas medias que no superan los 10ºC en ningún mes del año.
Son climas secos y siempre fríos.