Leyendas Del Norte Argentino
Leyendas Del Norte Argentino
Leyendas Del Norte Argentino
El duende
Se dice que es un niño que murió sin ser bautizado o un niño malo que
golpeó a su madre. Es muy pequeño, lleva un sombrero grande y llora como
una criatura. Tiene una mano de hierro y otra de lana, cuando se acerca a
alguien le pregunta si con cuál mano desea ser golpeado. Algunos dicen
que, sin importar la elección, el duende golpeará siempre con la de hierro.
Otros, en cambio, aseguran que los desprevenidos eligen la de lana y que es
ésta la que en realidad más duele.
Posee unos ojos muy malignos y dientes muy agudos. Suele aparecer a la hora de la siesta
o en la noche en los cañadones o quebradas. Tiene predilección para con
los niños de corta edad, aunque también golpea sin piedad a los mayores.
En la zona de los Valles Calchaquíes existen dos historias muy curiosas con
respecto al duende:
Una cuenta que un arqueólogo, internándose en el cerro a horas de la siesta
escuchó el llanto de un niño. Al acercarse vio un párvulo en cuclillas y con
la cabeza gacha. Cuando le preguntó si qué le sucedía, el niño alzó su
maligno rostro y mostrando sus agudísimos dientes al tiempo que sonreía, le dijo:
- Tatita, mírame los dientes...
El "gringo" salió corriendo tan veloz como las piernas le daban y nunca regresó.
La otra historia, narrada por Lucindo Mamaní, de Tafí del Valle, cuenta que se vió al duende
conversando en un zanjón con un niño que estaba a su cuidado (actualmente un prominente
médico). Al acercarse don Lucindo, el duende -llamado "enano del zanjón" por los
lugareños- salió huyendo.
El duende
Se dice que es un niño que murió sin ser bautizado o un niño malo que
golpeó a su madre. Es muy pequeño, lleva un sombrero grande y llora como
una criatura. Tiene una mano de hierro y otra de lana, cuando se acerca a
alguien le pregunta si con cuál mano desea ser golpeado. Algunos dicen
que, sin importar la elección, el duende golpeará siempre con la de hierro.
Otros, en cambio, aseguran que los desprevenidos eligen la de lana y que es
ésta la que en realidad más duele.
Posee unos ojos muy malignos y dientes muy agudos. Suele aparecer a la hora de la siesta
o en la noche en los cañadones o quebradas. Tiene predilección para con
los niños de corta edad, aunque también golpea sin piedad a los mayores.
En la zona de los Valles Calchaquíes existen dos historias muy curiosas con
respecto al duende:
Una cuenta que un arqueólogo, internándose en el cerro a horas de la siesta
escuchó el llanto de un niño. Al acercarse vio un párvulo en cuclillas y con
la cabeza gacha. Cuando le preguntó si qué le sucedía, el niño alzó su
maligno rostro y mostrando sus agudísimos dientes al tiempo que sonreía, le dijo:
- Tatita, mírame los dientes...
El "gringo" salió corriendo tan veloz como las piernas le daban y nunca regresó.
La otra historia, narrada por Lucindo Mamaní, de Tafí del Valle, cuenta que se vió al duende
conversando en un zanjón con un niño que estaba a su cuidado (actualmente un prominente
médico). Al acercarse don Lucindo, el duende -llamado "enano del zanjón" por los
lugareños- salió huyendo.
Este relato se relaciona con la leyenda de los Pueblos Azucareros del Norte
Argentino, que cuenta sobre un pacto entre los dueños de los ingenios y el Diablo,
en el cual se comprometían a entregar un peón anualmente a cambio de
prosperidad y riqueza. Quien salía a buscar ese peón era El Familiar, un enorme
perro negro como la muerte y feroz como todo el mal del mundo. Sus ojos
desprendían llamaradas de fuego y sus garras tenían la fuerza de mil hombres,
también arrastraba unas largas cadenas. Poseía un hambre que sólo se saciaba con
el peón prometido. En caso de no cumplir la cuota, el mismo patrón podía acabar
devorado.
Los dueños tenían en la fábrica un cuarto oculto donde vivía el Familiar. Allí
enviaban a la gente a buscar herramientas; pero ninguno de los que entraba volvía
a salir.
Cuando algún trabajador encontraba la muerte, se decía que había sido el
Familiar que andaba con hambre y que el año sería más provechoso para el dueño.
También este perro se tragaba a los trabajadores que hacían discordia.
Si el propietario del ingenio moría sin pasar el secreto el Familiar moría de
hambre y desaparecía llevándose la fortuna y dejando a la familia maldita.
No hay manera de matar al Familiar, pero se puede escapar de él, llevando un
rosario colgando y una cruz.
LEYENDA MEXICANA
Durante los primeros años del México Colonial existió una mujer indígena de gran belleza
que se enamoró locamente de un español y con quien tuvo tres hijos. A pesar de ello este
caballero nunca la desposó y sólo la visitaba en limitadas ocasiones; años más tarde, por así
convenirle a sus intereses el español contrajo nupcias con una mujer española. Cuando la mujer
indígena se enteró de la traición, enloqueció de rabia y celos a tal grado que asesinó a sus tres
hijos ahogándolos en un río, al darse cuenta de lo que había hecho, llena de un gran dolor se
suicidó también. Desde entonces, su alma no ha tenido descanso y todas las noches vaga por las
calles solitarias o cerca de los ríos buscando a sus hijos y llorando por su muerte, lanzando
gritos y gemidos capaces de horrorizar a todo el que la escuche. Todavía hoy, si se presta un
poco de atención, durante algunas noches es posible escuchar su terrible lamento “Ay mis hijos”
que repite desde que los asesinó; hay incluso quienes afirman haberse sentido atraídos por la
visión de una hermosa mujer solitaria vestida de blanco caminando en medio de la noche.
La llorona es quizá una de las leyendas más antiguas y conocidas en México, y extendidas
al resto de América Latina desde luego tiene tantas versiones como se puedan imaginar: hay
quienes afirman que era la antigua diosa azteca Cihuacóatl, otra versión indica que pudo
haber sido la célebre Malinche o Doña Marina, de quien hablaremos más adelante; hay otros,
sin embargo, que la ubican como una mujer de gran belleza que existió durante la época del
México colonial.
Pero ¿quién es esta misteriosa y al mismo tiempo aterradora mujer? Aunque el origen
varia, a grandes rasgos La Llorona es el alma en pena de una hermosa mujer vestida de blanco
que todas las noches vaga por las calles o a las orillas de los ríos, lamentándose por la pérdida
de sus hijos, su belleza ejerce una gran atracción en todos los hombres y sus gemidos y
lamentos aterrorizan a todo el que la escucha.
Es muy posible que esta leyenda haya tenido su origen en la antigua cultura azteca, donde
se creía en las Cihuateteo, que no eran otra cosa más que los espíritus de las mujeres
muertas durante el parto y a quienes se les honraba por haber perdido la batalla que
representaba el dar a luz; los antiguos pobladores de México Tenochtitlan creían que podían
encontrar a estos espíritus llorando por sus hijos en los cruces de los caminos. Es muy común
que las Cihuateteo estén profundamente relacionadas con la diosa Cihuacóatl (a quién ya
hemos mencionado) quién, dentro de la mitología azteca, fue la primera mujer en dar a luz y
por lo tanto se convirtió en la diosa protectora de los partos y de las mujeres que morían al
parir.
Cuenta la leyenda que por las noches, deambula un mujer que aparentemente esta vestida
de color blanco en su gran mayoría, la mayor parte del tiempo es vista por un hombre, y la ven
desorientada y preocupada, cuentan, que si la ignoras ella misma se va hacia ti diciendo que
esta perdida y les ruega que la lleven a su hogar; en caso de que la persona se negase a llevarla
la mujer lo observara con rencor y lo dejara irse, a los pocos días aparece en la casa del
hombre una imagen de esta mujer, volviéndolo loco al tiempo, al tiempo esta figura se convierte
en obsesión , pero en caso de que sucediera lo contrario, la mujer abordara el automóvil
diciendo que su familia esta preocupada y que la esperan a la brevedad; la mujer da
indicaciones que únicamente confundirán al chofer, cuando éste está a punto de rendirse la
dama, se baja del auto y le dice que su casa esta a unos metros y huye.
Cuenta la leyenda que por las noches, deambula un mujer que aparentemente esta vestida
de color blanco en su gran mayoría, la mayor parte del tiempo es vista por un hombre, y la ven
desorientada y preocupada, cuentan, que si la ignoras ella misma se va hacia ti diciendo que
esta perdida y les ruega que la lleven a su hogar; en caso de que la persona se negase a llevarla
la mujer lo observara con rencor y lo dejara irse, a los pocos días aparece en la casa del
hombre una imagen de esta mujer, volviéndolo loco al tiempo, al tiempo esta figura se convierte
en obsesión , pero en caso de que sucediera lo contrario, la mujer abordara el automóvil
diciendo que su familia esta preocupada y que la esperan a la brevedad; la mujer da
indicaciones que únicamente confundirán al chofer, cuando éste está a punto de rendirse la
dama, se baja del auto y le dice que su casa esta a unos metros y huye.