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Las Sombras de Rafael Chirbes La Memoria

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RieY

Revista lnternacional
Cuadernos de los Estud¡os Vascos

Koadernoak Eusko lkaskuntzen


Naz¡oarteko Ald¡zkar¡a

Gahiers Revue lnternationale


des Etudes Basques

Notebooks lnternational Journal


on Basque Studies
Director: Ficha bibliográfica recomendada
Aingeru ZABALA URIARTE. Univ de Deusto. Bilbao
Literaturas ibéricas y memona historEa !"ta-
Jose Olaz¡regi ed. Donostia : Eusko l"¿s¡:.fi:?
Subdirector: 2017.
Juan GARN,4ENDIA LARRAÑAGA. EuSKo IKaSKUntZa. Donostia
Cont¡ene: ponencias y comuntc¿ctones
presentadas en el /. Sernlnario lntemafj(f-a
Consejo de Redacción: sobre la memor¡a histórica de la GueÍd Cí,i a'
Cristina BAYONA SÁEZ. Un¡v. Pública de Navarra. Dpto. Gestión de las líteraturas ibéricas organizadas por E-sa;
Empresas- lruña lkaskuntza y Etxepare Euskal lnsütutua e.
Félix CALVO GÓN/EZ. Univ de Deusto. Facultad de CC. PP y Sociotogía
Donostia-San Sebastián el día 13 de JUI'o oe
Bilbao
2077.

Juan José GOIRIENA DE GANDARIAS Y DE GANDARIAS. Univ. det País 246 p. : il; 24 cm. (RIEV. Cuademos : 8
Vasco. Fac. l\,rled¡cina y Odontología. Leioa ISBN: 978-84-8419-226-A

Jul¡o HERRERO RO|ERO. Dip. Foral de Álava. SeM de Urbanismo,


Arquitectura y lvled¡o Ambiente. Gasteiz Eusko Ikaskuntza Sociedad de Estud¡os Vas -,§.
su agradecimiento a los autores que han @labs-d I
Daniel INNERARIry GRAU. Univ. de Zaragoza. Facultad de Filosofía y este volumen y de acuerdo con su tradic¡ón. r*= -Éq§
lefras. Zara4oza sus criterios y opiniones, sin que ello signifqre cx 7Ú¿
en partrcular cualquiera de ellos.
Carmen IRIONDO GABILONDO. Univ. del País Vasco. Fac. de Ciencias.
Leioa Eusko lkaskunüak bere eskerrona adierai nahr c€ 3€ lEr l,mnu" 9" i 3ñ'I
N/arté LAFOURCADE. Univ de Pau et des Pays de I'Adour. Fac. honetan parte hartu duten autore guzt¡ei, eta oh cs 5Sr 3-a.á¿4q1.¡":!6'e
Pluridisciplinar. Baiona
gisa hauen denen erizpideak errespetauen drtu. ve =
duelar¡k esan nahi bereziki horiekin bat datoreni¡_
Rosa l\4jren PAGOLA PEIRIRENA. Univ de Deusto. Fac. de Filosofía y
Letras. Bilbao Eusko lkaskuntza Société d'Études Basques rel],wE €
auteurs qui ont collaboré á ce volume et, selon I
l\.4ertxe de RENOBALES SCHEIFLER. Univ del País Vasco. Fac. de trad¡t¡on, respecte toutes leurs opinions. Cela ne sgl'É
Farmacia. Dpto. de Bioquímica y Biología l\,4olecular. Gaste¡z pas pour autant qu'elle assume l'une d'entre eux e4
paticulieI
.luan Antonio RUBIO-ARDANAZ. Univ. de Extremadura. Cáceres

Los aftículos contenidos en esta revista están indeÉoc


Coordinador: en; ISOC (Centro de Ciencias Sociales, CSIC):
-,osé Angel ORIVAZABAL. Eusko lkaskuntza. Donostia http://bddoc.csic.es:8080; Dialnet:
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Con el patrocinio de: Diputación Foral de Alava,
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IKASI(UNTZA

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ISBN: 978'84-8419-226-8. Depósito Legat: SS-15O6/2O11


Fotocomposición: IPAR, S.L.
.,,,fr Ha! r 'nk ;tt+ú lmpres¡ón: l\.4ichelena Aftes cráficas (Astigaraga)
RIEV Cuadernos, A, 7-246, 2OI!
ISBN: 978-84-8479-226-a

Summary

OLAZIREGI, Mari Jose


A modo de breve presentación
hl¡¡cüp
nESAn,Jmr Ranon
Ibnqrcién y éfica de la memoria 18
hEER,lrkicüt
i¡len¡orirs asimétricas. La Guerra Civil
y Ia glrerilla antiftanquista en la litera-
tula de expresión castellana dentro del
contexto ilÉrico 2A
OLAZIREGI, Mari Jose;
OTAEGI, Lourdes
La representación del bombardeo de
Gernika en la literatura vasca 40
VILAVEDRA, Dolores
Guerra Civil y literatura gallega 62
PLA, )Gvier
La inquebrantable fidelidad a lo real.
Novela y guerra en Cataluña 78
OLEZA, Joan
Ficción, historla y novela. La tragedia
del puerto de Alicante 104

GomunicaG¡ones
ARROITA, lzaro
Memoria e identidad en la obra de
Atxaga y Saizarbitoria t26
INAL, Benjamin
Bernardo Aüaga y el, 'caso Echevaría'.
Conflictos, tabúes e intereses econó-
micos 740
MONTERO, Francesc
La memoria de los "vencedores venci-
dos" en Cataluña. Manuel Brunet y la
"tercera vía" del grupo de Destrno 154
NUCKOLS, Anthony
La novela contemporánea como instru-
mento de duelo. Lossimso/es crbgos de
Alberto Méndez 1_80

SANTAMARíA, Sara
"Las sombras" de Rafael Chirbes. La
memoria de vencidos y vencedores en
La buena letra y Los disparos de/
cazador 200
SOUTO, Luz
La expropiación de la memoria. Flcciones
sobre los niños robados durante el fran-
quismo y la dictadura argentina 278
Autores 236
Analytic Summary 243
"Las sombras" de
Rafael Chirbes.
La memoria de vencidos Y
venceclores ert La btrcna letta x
Los disparos del cazadot
(Rafael Chirbes and his
"Ghosts". Losers and Victors'
Memory in La buena /etra and Los
disparos del cazador)

Santamaría, Sara
Universitat de Valéncia.
Facultat de Geografia i H¡stór¡a' Av. Blasco lbáñe228.
4601-O Valéncia
sara.santamaria@uv.es

BIBLID IISBN: 978-84-8419- 226-8 (2077); 2OO-2771


Santamaría, S.: "Las sombras" de Rafael Ch¡rbes. La memoria de vencidos y vencedores en La buena letra y.

"Sabías que, a tu muerte, lo pasado se an¡quilaría cont¡go.


Dependía de ti, únicamente de ti, salvarlo de/ desastre,,
Juan Goytisolo, Señas de ¡dent¡dad, L966

1. lntroducción
En las últimas décadas el interés por Ia guerra civil española y el franquismo ha
dado lugar en la literatura española a un creciente protagonismo de los y las tes-
tigos de aquellos acontecimientos traumáticos. En gran parte de las novelas
publicadas en los últimos años, Ios testigos son por excelencia las víctimas repu-
blicanas de la guerra civil y la postguerra, cuya memoria silenciada habría impe-
dido a la sociedad española el acceso hasta la fecha a "la verdad" de lo ocurri-
do1. En general, estas novelas presentan una reflexión exigua en torno a los
límites de la memoria para dar cuenta del pasado, así como sobre el concepto
de verdad y el significado que el binomio memoria/olvido ha tomado en la esfera
pública. Rafael Chirbes elaboró, a principios de la década de los noventa, una
visión más compleja sobre los problemas que entraña el acto del recuerdo. El
objetivo de este texto es analizar dos novelas del escritor valenciano -La buena
letra (1992) y Los disparos del cazador (1994)- en las que dicha cuestión se
expresa de forma más fehaciente, atendiendo a los significados que.en ellas se
concede a la memoria y al olvido, así como a las concepciones del pasado que
se desprenden de ellas.
Desde Ia perspectiva de un realismo de carácter político y con la voluntad
manifiesta de alejarse del experimento literario, Rafael chirbes ha prestado aten-
ción a lo largo de toda su producción literaria a las trampas del recuerdo, sin poner
por ello la literatura al servicio de la propaganda. En su ensayo "últ¡ma novela",

1. Esta idea, en exceso simplificadora, está contenida en novelas como La voz dormida (2002), de
Dulce.chacón, Mala gente que cam¡na (2006) y operación Gtadio (2olí-), de Benjamín prado o E/
corazón helado (2OO7), de Almudena Grandes.

Rev. int. estud. vascos. Cuad., 8,2077,20O-2Il


Santamaría,S.:,.Lassombras,,deRafaelCh¡rbes.LamemoriadeVencidosyvencedoresenLabuenaletray...

Sobresuexperienciaescrituraria,Chirbesdec|arabalamotivaciónúltimaqueleel paso del


. i:uiá ¿1, el acto de escribir es la defensa ante
conduce a la escritura
tiempodelolvidoinexorableques¡gueaésteúltimo.Elolvidoes,portanto,alos
con respecto a los
republicanos'
ojos de este autor, no sólo la dejáción oficial
mámoria, sino el olvido inmanente, que llega tras
como en muchas novelas de la
Unamuerteentendidacomoinjusticiaqueatodosnosafecta'FrenteaSUmuer-
un dique mejor
te y la de aquellos qr" .o'npu'tieron su vida' Chirbes no encuentra
que la escritura:
[C]uandopasodelrecuerdodemiprop¡amuertealrecuerdodemisamigosmuertos(...)
la necesidad de con-
La idea de qr" yo rni"o sigo el curso inexorable me va imponiendo
pronto será la misma nada
tarlos a ellos, o" r.",tutá'-p""oazos de ellos' y del yo que muy
de nuestra infancia y juventud, de nuestras ilusiones
que ellos. Me asatá el recuerdo
rotasy,der"p"nt",n"""titoemprenderelesfuezoderepararenlamedidadelopos¡-
pronto se cometerá también
y la que muy
ble la injust¡cia que los ha arrebatado a ellos
conmigo2.

Aestavoluntaddedejarconstanciadesímismoseaúnaeldeseodecons-
nos
truir un mensaje qr" ." o[ongu al de los políticos "cuyas palabras cínicas
,,el con
enseñan,,, según el uuür, roiro oe la historia como si fuera su superficie3".
la escritura aquello que salve retazos de
esa voluntad política chirbes busca en
sin posibilidad de contar o a quienes'
su pasado y dar voz a los que se fueron
perdido toda esperanza'
según dice, aún están pero han
Entoncesseapoderademílaurgenciadelevantaralgocontratodoeso,aunquenoSea
másqueunfrágildiquedefolios'Algoquemesalve'quesalveretazosdecuantohevi-
parte la h¡storia que com-
posibilidad de contar de
vido, pedazos oe quienes se fueron sin
ya han perdido toda esperanza' de mí' que
partieron conmigo, de quienes aún están pero
uro y no sé cómo expresarlo, y sufro y tampoco sé compadecera'
Deestamanera,podemosdecirqueenelorigendelaexperiencialiteraria
porítica, sino ra amargura. Ese
de chirbes no sóro se rraila una decidida voruntad
que ér mismo emprende contra su propia
sentrmiento tiene que r", ton ra crítica
generación,unageneraciónqueensuslibrosesculpabledetraiciónyeSace-
chadaporlaCulpa.EnocasionesChirbesserefierealahistoriacomoelrelatoofi-
cialydominantefrentealqueselevantanlasmemoriasprivadas'narracionesque

,,uttima pe-rcival (ed.), Escritores ante el espeio' Estud¡o de la


2. cHIRBES, Rafael. novela,,, en Anthony
iiáiiili i¡t"i"r¡a. earcelána : Lumán, 1ee7' pp' 2s3'2e1
(pp' 2e3'2e 4)'

3.lbídem.,,YesanecesidadsehacemásimperiosacuandoVeolatelevisión,escucholaradio,leolos
y que reconstruyen permanente-
que nos envuelven avasalladores
Deriódicos, oigo todos ro" lJr,guajás vidas
mente, desde el abismo o" i""óél;rá
qr" nosotros y los que nos precedieron -los ecos de cuyas que me
h"ro, u¡í¡Oo, nasta'la calle pff lá que camino y hasta la barra del bar en la
hemos captadG- V
y los gritos de quie-
ietevisión y, tós aolausos de los concursos
apoyo llegan las risas de l"r piáÉr"Ár. o" ensenándonos et.forro de la h¡sto-
de po/íticos'
nes ven los part¡dos de tutú,5i Vjr. patabras cínicas /os
quienes se
su.rp"#;l;#;,ál"iiio,. i¡¡nt¡"ndo. y veo la intima desesperación de
r¡a como si tuera
cru)án conmigo en ta calte" ' (El énfasis es nuestro)'

4. lbídem.

Rev. ¡nt. estud. vascos. Cuad., 8,2011"200-277


Santamaría, S.: "Las sombras" de Rafael Chirbes. La memoria de venc¡dos y vencedores e n La buena letra y...

tienen la capacidad de preguntar otras cosas, de señalar otros hitos diferentes a


los marcados por la historiografías.
En 1992, reivindicando quizás la tradición memorialística, chirbes publicó
La buena letra y; dos años más tarde, Los dr'sparos del cazador. Dos breves nove-
las que dieron voz, respectivamente, a los vencidos de la guerra y a los vencedo-
res del régimen que Ia siguió. En aquel momento unos y otros habían comenza-
do a desaparecer, y con ellos una forma de ver el pasado. En este sentido, ambas
novelas constituyen las dos caras de una misma moneda. En ellas se aborda no
la guerra civil y la posguerra, sino la huella persistente que ambas han dejado en
los recuerdos de los que vivieron esa época6. Tanto una como otra colocan en el
origen del relato el testimonio, una tendencia que entrado el siglo XXI vendría a
imponerse después entre los escritores de la memoria. Literatos como Juan
Marsé y Antonio Muñoz Molina habían publicado por entonces varias novelas en
las que se reflexionaba sobre la memoria de la guerra y el franquismo; si te dicen
que caí (México 7973), La muchacha de las bragas de oro (1-97g), lJn día votve-
ré (1982), Beatus llle (1986) y El Jinete polaco (1-gg1_) entre otras; pero en ellas
la memoria recibía un tratamiento sensiblemente diferente al que le otorgará
chirbes. M¡entras en aquellas la imposibilidad de conocer el pasado con certeza
a través de la memoria -e incluso- de la investigación, sembraba dudas sobre la
capacidad de testigos e investigadores para discernir lo ocurrido en el pasado, en
las suyas chirbes emprende una reivindicación del testimonio como forma de
conocer, en última instancia, que algo tuvo lugarT. sin desatender las trampas de
la memoria este autor reflexiona en torno a la experiencia vivida y transmitida en
dos novelas que, escritas en primera persona, y a modo de ,,memorias,,, se diri_
gen a los miembros de una generación posterior. La importancia que chirbes otor-
ga a la experiencia y a su transmisión se manifiesta en el protagonismo de los tes-
tigos y sus recuerdos por encima del relato de los grandes acontecimientos
históricos.

5. Chirbes se refiere a menudo a la "h¡storia ofic¡al" para designar no tanto a la historiografía (entendi-
da como el conjunto de la producción de losy las historiadoras) sino a las políticas de lá memoria. por
otra parte, para este autor la carencia de una tradición memorialíst¡ca en España se ha debido a la fal-
ta de una sociedad civil fuerte y cu¡ta. Véase Rafael CHIRBES: "De qué memoria hablamos". En: por
cuenta propia, Leery escr¡bir. Barcelona: Anagrama, 2070. pp.227-25O (236 p.).
6. Si tenemos en cuenta la importancia que en España se viene otorgando a las víctimas y a los testi-
gos, especialmente desde el año 2000, en que se constituyó la primera Asociación para la
Recuperación de la l\y'emoria Histórica, podríamos decir que estas dos novelas conceden un lugar prin-
cipal a los test¡gos y su experiencia como forma de conocer el pasado y contienen así rasgos que pre-
valecerán en obras literarias poster¡ores sobre el mismo tema.
7. Chirbes concede a la memor¡a, en la línea de Paul Ricoeur, una función matricial respecto de la h¡s-
toria. Escribía Ricoeur: "no tenemos nada mejor que la memoria para signiflcar que algo tuvo lugar,
sucedió ocurnó antes de que declaremos que nos acordamos de ello,,. véaée paul nlcorul, La memo-
r¡a, la h¡stor¡a, el olvido,l\,4adrid, Trota, 2003, p. 41y ss. sobre esta cuest¡ón véase también pedro RUIZ
TORRES: "Los discursos de Ia memoria histórica en España", en Julio Aróstegui y sergio Gálvez
(coords.), Generac¡onesy memor¡a de ta represión franquista: un balance de los-mov¡m¡entos por
la
memor¡a. Valencia: Pubticacions de la Un¡vers¡tat de Valéncia, 2Ol.L, pp.39-75 (pp. 64-65).

Rev int. estud. vascos. Cuad., A,20fI,2OO-277


y vencedores en La buena letra y...
Santamaría, S,: "Las sombras" de Rafael Chirbes. La memoria de venc¡dos

gentes, sino de los gestos que hacían esas


Quiero hablar de cómo la memoria no de esas
gentes -levantar la bandera, tocarse la cabeza con una gorra de miliciano, esgrimir un
arma o levantar el puño, constru¡r una tr¡nchera o morir-, no se me transmitió con los
genes, con el cuerpo que mis padres me dieron, y ni siquiera con los primeros restrego-
nes de estropajo empapado en agua yjabón de lagarto que el niño que fui recibió en el
interior de un balde de metal blanco ribeteado de rojo en los bordes'

La recuperación de esas imágenes fue, para mí, para muchas personas de mi edad, más
que el fruto de una herencia, el resultado de una voluntariosa excavación, porque en las
casas de los vencidos el silencio se había apoderado de todo y, en las de los vencedores,
el ruido impedía oír casi nadaS.

El lugar principal que chirbes concede a los testigos, especialmente en


estas dos novelas, está v¡nculado sin duda con su identidad personal y familiar,
pero también con su ident¡dad política y nacional. Chirbes ha manifestado la emo-
ción sin igual que le produce la contemplación de imágenes de la ll República y
ha reflexionado sobre el significado central que la guerra de España tiene para é[;
que Sin embargo' no la vivió. La percepción de la guerra como una ruptura con el
pasado de la república, y de su propia experiencia vivida como quiebra de la trans-
misión de los recuerdos a que condujo dicho acontecimiento, influirá notable-
mente en su obra.
Para algunos -entre los que me encuentro-, la emoción que transm¡ten esas imágenes
es más intensa que otras (...) Sólo algunas fotografías captadas durante los años de la
Revolución Rusa parecen animar en mí ese mismo pulso emotivo. A veces me he pre-
guntado por qué. zQué guarda la guerra de España incluso para quienes no la vivimos?
cQué guarda la guerra de España para mí? Porque -pese a que a veces pueda parecer lo
contrar¡o esas imágenes no formaron parte de mi infanc¡a. Ni siquiera su recuerdo re-
flejado en las miradas como aquéllos, me fue transmitido, sino prec¡samente lo contra-
rio. Es verdad que, en mi pueblo, aún quedaban hombres vestidos y peinados como
aquellos, hombres delgados vestidos con chaquetas irregulares, pero jamás levantaron el
puño aquellos hombres frente a mÍ (yo no vería puños levantados hasta muchos años
más tarde y ya era gente vest¡da de dist¡nta manera que los levantaba)s'

2. La buena Ietra
La buena /etra es la narración por escrito de una madre, Ana, a Su h¡o. Ésta rela-
ta la miseria vivida tras la guerra, junto a su marido republicano y su hlja mayor,
así como la relación que mantuvieron con el hermano de su marido (Antonio)
encarcelado y condenado a muerte por su condición republicana, que tras salir de
la cárcel se convertirá en un arribista cercano al régimen. Ana explica a su hijo la
importancia que tiene para ella la casa donde vive y que éste ahora le insta a ven-

g. CHIRBES, Rafael, ,,Madr¡d, 1938" en Et novet¡sta perpteio. Barcelona: AnagÍama, 2002. pp.105-109
(1Ub p.).
9. lbídem, pp. 105-106.

Rev. int. estud. vascos. Cuad., A,2077,200'217


Santamaría, S.: ' Las sombras' de Rafael Chirbes. La memoria de vencidos y vencedores en La buena letra y...

der10. Su objetivo es transmitir sus recuerdos del pasado a su hijo, ahora que su
muerte se acerca. En el acto de narrar, tanto Ana como el narrador de Los dtspa-
ros del cazador se definen, se justifican y se otorgan sentido en el presente; qui-
záspor ello derrochan autocompasión y melancolía. En ambos se percibe un fuer-
te anhelo biográfico, una búsqueda ¡ncesante en sus recuerdos de su mismidad,
a través del paso del tiempo. Ana se confronta en su relato con su cuñada, la
mujer de Antonio, una mujer situada en una posición social superior, cuya letra
dará lugar al título de la novela. Define así su identidad por contraposición a lo
que aquélla mujer representó en su vida. Chirbes configura su novela a través de
una marcada distinción entre las clases a las que pertenecen los protagonistas
del relato y realiza, a su vez, una fuerte crítica a la burguesía letrada y a su moral.
"La buena letra es el disfraz de las mentiras" dice Ana, y se refiere con ello
a la narración oficial elaborada por aquellos que ostentan el poder. La buena letra
es la forma que adquiere el relato dominante. Frente a é1, Chirbes construye aquí
otra narración sobre el pasado español, que se contrapone con la visión que se
habría popularizado durante la transición. Desde mediados de los años sesenta,
el régimen dejó de referirse a la guerra civil como "cruzada" para dar paso a una
interpretación del conflicto, igualmente dualista, que concebía la guerra como una
"tragedia colect¡va"11. Ese relato se fundamentó en el reparto de responsabilida-
des entre "dos Españas" culpables y permitió más tarde una visión de la transi-
ción como superación de la guerra y como vehículo para acceder al progreso y Ia
modernidadl2. Con esa interpretación la generación recién llegada al poder habría
echado, a ojos de este escritor, la última palada sobre las voces de los muertos.
Frente a ese d¡scurso Chirbes decide dar voz a Ana, miembro de la generación
anterior, para denunciarlo. Jorge Herralde, editor de Chirbes, ha señalado que
ésta es una novela "tan incrustada en su autor como una víscera13". Efectiva-
mente, en esta novela, llevado el dramatismo,lavoz de su personaje coincide qui-
zá más que en ninguna otra con la de su autor.
La protagonista se entiende a sí misma -y a los demás- como un conti
nuum que fluye en el tiempo, y su desgracia como una especie de destino del que
es incapaz de librarse. Por ello apela a su hijo, con afán de que sea éste quien la

10. Esta preocupación de Chirbes en torno al espacio y el hogar fam¡liar será una constante en las obras
del escritor valenciano y culmina en su novela Cremator¡o (2007), en la que se denunc¡a la especula-
ción inmobiliaria llevada a cabo en la costa levantina desde el franquismo hasta nuestros días.
11. IVIORADIELLOS, Enrique. 1939, Losmltosde laguerra civí" Barcelona: Península,2OO4;pp.25-3L.
72. En relación con esto, Sebastián Balfour y Allejandro Quiroga han señalado cómo, tras la llegada al
gobierno del PSOE en 7982|a legitimación de la nación española, si ll¡en no careció de apelaciones al
pasado y la historia, se fundamentó sobre todo en la proyección hacia el futuro. La nación se art¡culó
de esa forma como un proyecto colectivo de modernización y europeización más que como una comu-
nidad histórica con un pasado ancestral. Véase BALFOUR, Sebastián y Alejandro Quiroga, "España, la
visión de la izquierda". En: España Reinventada: nacíón e ¡dentidad desde Ia Transición, Barcelona:
Península, 2OO7 ; pp. 136-180.
l-3- HERRALDE, Jorge" "Rafael Chirbes: la voz de Ia verdad". Eni Por orden alfabét¡co. Escritores, ed¡-
tores, amlgos, Barcelona: Anagrama, 2006; pp. 77-85.

Rev int. estud. vascos. Cuad., 8,207L,2OO-277


Santamaría, S.: "Las sombras" de Rafael Chirbes. La memoria de venc¡dos yvencedores en La buena letra y.'.

redima de su pasado. Desde las primeras páginas del relato, cuando Ana se des-
cribe siendo niña, todo parece anunclar la guerra y las desgracias que habían de
venir despuéS14. Por el contrario, la vejez se muestra en esta novela, así como en
la que analizaremos a continuación, como el camino inexorable que enfrenta a los
narradgres COn una muerte Cada vez máS Cercana. Por ello, podemos deCir que
el testigo es para Rafael Chirbes, fundamentalmente, aquél que en el tramo final
de su vida recuerda.
No consigo completar los huecos que el tiempo ha ido dejando en la ciudad. camino
hasta que emp¡eza a oscurecer y entonces apago aún más la luz del sol muriente y dejo
la ciudad en penumbra, tal y como permanece en mis recuerdos de aquellos años tris-
tes, en los que sin embargo teníamos el bálsamo de la juventud, que era un aceite que
todo lo engrasaba, que amortiguaba los gritos de dentro y, con frecuencia, los deformaba
y los volvía risas15.

Pese a que Ana es parcialmente consciente de los límites de su recuerdo,


la memoria en esta novela representa un acto de justicia. La memoria es el
recuerdo de los republicanos y republicanas que habrían sido traicionados en la
transición. La posición del lectores la del h¡o a quien van dirigidas esas palabras,
que no sabemos a ciencia cierta Si tienen lugar únicamente en el pensamiento de
Ana o si ésta llegará a ponerlas por escrito. La utilización de la primera persona y
el tono de confidencia favorecen la implicación afectiva del lector respecto al
narrador. En relación con esta cuestión, la hispanista Catherine Orsini-Saillet con-
s¡dera que hay una instancia narrativa superior, un "auteur impliqué" que' como
origen de la enunciación, serviría para distanciarse de la figura que narra. Esta ins-
tan6ia narrativa estaría presente especialmente en Los disparos del cazador, pero
también en La buena letra, y a través de ella tendría lugar el pacto de |ecturalo.
A mi modo de ver, en este caso, a diferencia de lo que ocurre en Los disparos del
cazador, Chirbes no favorece el distanciamiento respecto al narrador y su nostal-
gia, en tanto que no ofrece un espacio real para una multitud de voces, como lo

14. Ana lnterpreta su vida desde su flnal. No pretende en ningún caso, a diferencia de la actitud que
toman los y las historiadoras, devolverle al pasado su contingencia, y sin embargo recuerda sabiendo
lo que ocurrió después. Según las palabras de Ana: "Del mismo modo que un huevo lleva encerrado un
polio ya desde el principio, las actitudes de la gente llevan dentro lo que van a acabar siendo, e inclu-
so en srs rasgos más generosos puede adivinarse el embrión de sus defectos peores." CHIRBES,
Rafael. La buena tetra, Barcelona: Anagrama, Compactos, 2OOg (2OO2);34 p. En adelante clto por
esta edición, excepto cuando se especifique lo contrario.
15. lbídem, 23 p.

16. "La claire dissonance entre l'axiolog¡e du personnage-narrateur, celle du lecteur et éventuellement
de I'auteur renvoie á la presénce d'une autorlté narrative supérieure - que I'on pourrait appeler " l'au-
teur impl¡qué " qui évalue un narrateur non f¡able et son discours ; c'est avec cette f¡gure auctoriale
que se noue le contrat de lecture qui invite á une pr¡se de distance, eu égard aux propos de Carlos. On
peut alors se demander si le récit d'Ana, bien que reposant sur un autre systéme de valeurs, n'est pas
tout aussi tendanc¡eux et, á sa faEon, manipulateur, pu¡squ'il adopte exactement la méme contruction
narrative et que la narratrice n'est pas infaillible." ORSINI-SAILLEI, Catherine. "Les enjeux de Ia rééla-
boration mémor¡elle dans deux romans de Rafael Ch¡rbes: "La buena /etra et Los disparos del cazador".
En: Nicole FOURTANÉ y Michéle GUIRAUD (Eds.), Les reélaborations de la mémoire dans le monde luso-
hispaníque, vol 1. Nancy: Presses Unviersita¡res de Nancy,2009, pp.289-300 (297 p.)-

Rev. ¡nt. estud. vascos. Cuad., A,2071,200-277


Santamafía, S.: "Las sombras" de Rafael Chirbes. La memoria de vencidos y vencedores en La buen a letra y..

hará en su siguiente novela. La voz de Ana -como testigo y supervlviente- es ape-


nas la única legitimada, lo cual, por otra parte, suscita las sospechas del lector.
La voz de su h¡o, que conocemos a través de los pensamientos de su madre, es
desacreditada por su ignorancia del pasado y su intento de ultraje. Ana narra la
historia de los vencidos y, como ocurre en otras novelas sobre la memoria, la his-
toria familiar se constituye como trasposición de la historia nacionallT.
Todo había sido doloroso e inútil. Veía otra vez a tu tío, pálido detrás de las rejas, y sus
ojos oscuros cuando nos agradecía los miserables boniatos, y aquel med¡odía en que vol-
vió a casa y gritó desde Ia puerta que había llegado el afilador. Esos recuerdos eran como
ladrillos de la casa que nos habíamos esfoaado en construir y que, ahora, de repente, se
desmoronaba dejándonos otra vez a la intemper¡e. El sufrimiento no nos había enseñado
nada18.

Quizás por ello el relato esté marcado por la presencia de los muertos a
los que Chirbes dedica la novela con la siguiente cita: "a mis sombras". Las som-
bras son aquellos que habiendo fallecido no encuentran descanso. Son los que
no pueden ya testimoniar; no han encontrado consuelo en la muerte, sino que
vagan entre los recuerdos de los vivos. Los recuerdos llegan en esta historia de
derrota y desolación conjurados por el olor de la madreselva y Ana, ante la trai-
ción sufrida, despliega compasión por sí misma. La protagonista está condena-
da desde el día de su boda a ser "una sombra en vlda", a compartir el destino
de los que murieron en vano sin ser honrados. Por eso la melancolía se adueña
de sus palabras.
Era un cajón que contenía papeles, recortes, fotografías. M¡entras yo se lo acercaba a la
cama, me habló por vez primera de los viejos tiempos, y a mí me pasó por la cabeza aque-
lla pr¡mera carta que nos envió desde Ia cárcel. "Qué tiempos más bon¡tos, cuando está-
bamos todos juntos y nos reíamos y no nos faltaba lo indispensable", recordé. Supe que iba
a irse pronto y que, cuando se fuera, ya no me quedaría nada de aquel pasado. Sombrasle.

El olvido, que es para Chirbes inherente al paso del tiempo, es presentado


en La buena letra como desconsuelo. Es en este punto donde podemos decir que
esta novela participa de una retórica nostálgica que será habitual en novelas
sobre la guerra escritas veinte años más tarde2o.
A veces me paraba a pensar qué deprisa nos habíamos olvidado de todo. También pen-
saba que, en cuanto las cosas se quedaban atrás, dejaban de ser verdad o ment¡ra y se
convertían sólo en confusos restos a merced de la memoria. No había nada que salvar.
El tiempo lo deshacía todo, lo convertía en polvo, y luego soplaba el viento que se llevaba
ese polvo21.

17. lbídem.
18. CHIRBES, La buena letra,727p.
19. lbídem, 14 p.
20. Así ocurre, por ejemplo, en las ya citadas: La voz dormida (2OO2) , de Dulce Chacón, Mala gente
que cam¡na (2006), de Benjamín Prado, o en El corazón helado (2OO7), de Almudena Grandes.
27. lbídem, 774 p.

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¡-
Santamaría, S.: "Las sombras" de Rafael Chirbes. La memoria de vencidos y vencedores e n La buena letra v.

Relevante es sin embargo aquello que ya no está en Ia novela porque su


autor decidió suprimirlo a partir de su segunda edición, en el año 2oo2. Rafael
chirbes decidió, una década después de la redacción de La buena letra, supri-
m¡r el último capítulo en el que Ana se reencuentra con su nuera. En ese pasa-
je las dos mujeres, pese a la distancia que aún las separa, parecen haberse
reconciliado en la vejez22. La circularidad del libro se conseguía en aquella ver-
sión a través de un fragmento que, como el primero, estaba escrito en cursiva y
subrayaba el presente narrativo de la acción. En ambos capítulos la centralidad
del personaje de Ia cuñada resulta inqu¡etante, en tanto que Ana se define a sí
misma desde el primer al último capítulo en su oposición a ella. "Ella" será el
apelativo con el cual identifique a su nuera. El último pasaje del libro concedía
al paso del tiempo una capacidad redentora de la que su autor renegará con con-
tundencia años más tarde. chirbes explicaba así su decisión en el prólogo de Ia
nueva edición:
SI cuando escribí La buena letra no acababa de sentirme cómodo con esa idea de jus-
ticia del tiempo que parecÍa surgir del libro, hoy, diez años más tarde, me parece una fi-
losofia inaceptable, por engañosa. El paso de una década ha venido a cerciorarme de que
no es misión del tiempo corregir injusticias, s¡no más bien hacerlas más profundas. por
eso quiero librar al lector de la falacia de esa esperanzay dejarlo compartiendo con la
protagonista Ana su propia rebeldía y desesperación, que al cabo, son también las del
autor23.

El devenir, la traición y Ia culpa son temas que atraviesan la obra de Rafael


chirbes; detrás de esos problemas existenciales hay siempre de fondo, pese a lo
que pueda parecer, una interpretación del pasado de España. La decisión que
toma chirbes de suprimir ese último capítulo diez años más tarde tiene que ver
posiblemente con un cambio en su interpretación de la historia de España y fun-
damentalmente de la transición. Ese acontecimiento planea siempre en sus nove-
las, al igual que la guerra civil, incluso cuando no es referido. si en Mimoun, su
primera novela, la presencia de la transición se sugería a través de los miedos y
turbaciones del protagonista en un Marruecos que era espejo de la España de la
que el personaje huía, la interpretación de chirbes sobre la transición como trai-
ción a la causa republicana y como pacto de silencio se hace cadavezmás explí-
cita en sus siguientes novelas. Mientras que en L9g2, cuando se publicó por pri-
mera vez La buena /etra, asistíamos en España al tercer mandato socialista de
Felipe González, a la altura del año 2oo2, fecha de la segunda edición, el presi-
dente del gobierno José María Aznar hacía dos años que había revalidado su
gobierno en las urnas y la condena del franquismo no estaba en su agenda. En el
contexto de un gobierno conservador cuyas políticas del pasado trataron de resu-
citar las glorias del imperio español y vincularlas con la nueva democracia, y ante
la dejadez mostrada por los anteriores gobiernos socialistas con respecto al pasa-

22" CHIRBES, Rafael. La buena letra,l\4adr¡d, Debate, 1992.


23. CHIRBES, Rafael. La buena letra, Barcelona, Anagrama, compactos, 2oog (2oo2) Lo p.

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-/

Santamaría, S,: "Las sombras" de Rafael Chiibes. La memoria de vencidos y vencedores en La buena letra y..

do republicano, Chirbes reacciona contra aquella idea que en su novela otorgaba


al tiempo la capacidad de redimir y cerrar las heridas. Cabe preguntarse si Chirbes
eliminó con aquél último pasaje la filosofía consoladora que desprendía el libro.
Al suprimir el último capítulo el relato termina con Ana, que en su soledad inter-
pela al lector a través de su hijo. Chirbes ha manifestado por escrito que la deses-
peración y la rebeldía de Ana eran también las suyas. Quizás la autocompasión
que Ana vierte hacia sí misma haya restado fuerza a su rebeldía, pero en todo
caso aquella supresión conserva su sentido en el contexto actual. La buena letra
termina, en su última versión, con estas palabras:
No podía evitar que me diesen envidia los que se fueron al principio, los que no tuv¡eron
tiempo de ver cuál iba a ser el destino de todos nosotros. Porque yo he resistido, me he
cansado en la lucha, y he llegado a saber que tanto esfuezo no ha servido para nada.
Ahora espero2a.

Como hemos visto, la concepción que posee Chirbes de la memoria aúna


el deseo existencial de permanecer y el de hacer justicia con las víctimas. El olvi-
do va aquí de la mano del desconsuelo de los republicanos ante el poco recono-
cimiento que la democracia por la que lucharon les ha otorgado. En esa opera-
ción reivindicativa Chirbes ofrece, a pesar suyo, una imagen excesivamente
complaciente de aquéllos, ya que la nostalgia que caracteriza otras muchas nove-
las sobre la guerra civil atraviesa también este relato2s. Esa filosofía -consolado-
ra precisamente por su "desconsuelo"- desaparece, sin embargo, cuando en un
ejercicio de empatía, similar al que realizan los historiadores con su objeto de
estudio, Chirbes adopta la perspectiva de los vencedores.

3. El cazador cazado
En Los dlsparos del cazador (7994), novela que forma parte de un mismo proyec-
to de indagación, Chirbes logra una mayor complejidad en la reflexión sobre la
memoria y el recuerdo26. En esta novela desaparece el desconsuelo quizás porque l
el narrador, como ha señalado l,arraz Elorriaga, posee una gran autonomía res-

24. lbídem, p. 156.


25. Ante las acusaciones a Ch¡rbes de que sus novelas no dejan lugar para la esperanza éste respon-
de: "(...)mars mo¡, je ne suis ni curé n¡ pol¡üc¡en. Qui seraisJ'e pour pofter un drapeau, d¡cter des lois,
une morale ? Vas-y, toi ! (...)lJn romancier raconte le monde tel qu'¡l est, avec sa matiére á lu¡, les maté-
riauxqu'il s'est forgés." Véase: LAVAL, Martine, "Entrevista a Rafael Chirbes", Telerama, no 3092, t7
abril de 2009.1 En línea. Consultado en abril de 2011 lhttp://wvwv.telerama.frll¡vre/rafael-chirbes-si-je-
n-ecris-pas-je-ne-vo¡s-rien-je-su¡s -vide,4L7 7 7 .phpl
26. )uan Rodríguez s¡túa esta novela dentro de una nueva tendencia hacia la introspección, vinculada
con la proliferación en la novela de los años noventa de narradores homodiegéticos, que en la estela
de las novelas que a med¡ados de los años sesenta reacc¡onaron frente al objet¡v¡smo, atenúan ahora i
la característica disgregación del individuo en favor de la reconstrucción del mismo a través de la memo-
r¡a. "[E]l recuerdo constituye una búsqueda de la propia ¡dent¡dad, de una coherenc¡a perdida o de unas
razones de la propia ex¡stencia." Véase: RODRÍGUEZ, Juan. "l\4emoria y voz narrativa". En: Cuadernos
hispanoamer¡canos, no 579, 1998. pp. +g-58 (p. 51).

Rev. int. estud. vascos. Cuad., 8, 20LL,200-277


Santamaría, S.: " Las sombras" de Rafael Chirbes. La memoria de vencidos y vencedores e n La buena letra y...

pecto del aufocT. chirbes denota haber realizado un gran esfuerzo para ponerse
en la piel de un personaje como carlos císcar (el narrador-protagonista) y tratarlo
empero con respeto. Más aún cuando según sus propias palabras "los vencedores
constituían la clase social que él odiaba"28. carlos císcar es un arribista que ha
logrado subir en la escala social y ha creado un emporio empresarial al amparo del
régimen. Este personaje se casó con Eva Romeu, h¡a del empresario para el que
tanto él -criado del hermano enfermo de Eva- como su padre trabajaban. pese a
la oposición de ambas familias el matrimonio císcar logra amasar una gran fortu-
na. En su vejez carlos escribe unas memorias como respuesta al diario encontra-
do de su hijo, en las que hace repaso a su vida familiar, un fracaso frente al éxito
alcanzado con diferentes mujeres y en el mundo de los negocios.
Al igual que la familia paterna de La buena /etra, los Císcar y los Romeu
viven en Misent, pueblo imaginario situado en la costa levantina donde se desa-
rrollarán varias de las historias de chirbes. En Los disparos del cazador se narra
una doble traición, la de Carlos Císcar a su padre, contable republicano, y la de
su h¡o Manuel, representante de la generación que dirigió la transición, respecto
al propio Carlos Císcar. En esta novela, como en la anterior, hay una reflexión en
torno al papel jugado por las diferentes generaciones en el pasado español, pero
aquí tiene cabida también la tercera generación a través de la figura del nieto de
Carlos, Roberto. En soledad, con la única compañía de su criado Ramón, Carlos
císcar escribe en las noches las palabras que lee el lector. En esta ocasión la
memoria está en el origen de la novela, pero mientras para Ana era su fuente de
identidad, para carlos císcar los recuerdos se convierten en un lastre pesado que
hace presentes los momentos más dolorosos y sus peores hazañas. El recuerdo
trae conslgo una memoria culpable y por eso el protagonista anhela un recuerdo
"puro", "objetivo", aislado del entramado que le da significación.
En mis cada vez más espaciados viajes a Misent, aún me siento en la butaca de cuero
que fue mi preferida y ¡e pido a Ramón que Ievante ¡as persianas y me lleno de recuer-
dos que busco que sean objetos peffectos, cristales exentos de la densidad envolvente
de la memoria. Y me pregunto por qué no puede haber recuerdos sin memoria2e.

La memoria es para él un enemigo imbatible que le impide tener la con-


ciencia tranquila. En gran medida el olvido es la condición que carlos císcar
anhela.
se lo escuché dec¡r en una ocasión a mi suegro: "uno se pasa la primera mitad de la vida
vistiéndose, y la segunda desnudándose". Ahora entiendo lo que quería decir, y sé que uno
no se desnuda fác¡i ni ordenadamente, sino que lo hace con brusquedad, dejándose ji-
rones sobre el cuerpo. A esos pedazos que se nos enredan entre las piernas y nos ¡mpi-

27. LARRAZ Elorriaga, Fernando: "Los dlsparos del cazador, de Rafael Chirbes, radiografía moral del
franquismo", Sarna: revista de lletres, no. 23,2OO9, pp. 183-190.
28. JACOBS, Helmut. c.: "Entrev¡sta con Rafael chirbes" lberoameicana. América Latina, España,
Poftugal: Ensayos sobre letras, h¡stor¡a y sociedad, vol. 23, no 73-76,1999, pp. ta2-L97, (p. 187).
29. CHIRBES, Rafael, Los d/sparos del cazador, Barcelona: Anagrama, L994;2b p.

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Santamaría, S.: "Las sombras" de Rafael Ch¡rbes. La memor¡a de vencidos y vencedores en La buena letra y..

den caminar con libertad en la segunda parte de nuestra vida los llamamos memoria. La
desnudez deseada sería el olvido3o.

Al igual que en La buena letra, en esta novela tiene gran importancia la sim-
bología que rodea a Ia casa familiar. Carlos construyó una casa de lujo en el lugar
que su cuñado le había indicado que era el más hermoso y trató de preservar allí
a su familia de los negocios y de la vida que llevaba en Madrid. Esa casa que fue
para él símbolo del éxito se ha convertido en un espacio cuyos recuerdos le fus-
tigan. Ese lugar es el símbolo de la traición: la cometida por Carlos Císcar hacia
su padre, la de su propia esposa, que ante las infidelidades del protagonista bus-
ca refugio en un amigo de la familia, y la de su h¡o. Su padre nunca le perdonó
que se casara con el único objetivo de conseguir una posición social que sólo se
sostendría en el centro de los engranajes del régimen. Carlos Císcar no quería ser
un perdedor y se justifica mostrándose como una víctima de una derrota hereda-
da que no quería compartir:
Mi padre no viene nunca a la casa de la Punta Negra. Sé que la ha visto levantarse, que
ha segu¡do las obras desde lejos, por más que haya camb¡ado el recorrido de sus paseos
vespertinos para no tener que pasar junto a Ia construcción. La presencia de la casa le
hace daño a la vista como se lo hacía la luz del comedor cuando en la inmed¡ata posguerra
le pedía a mi madre que la apagase y se quedaba en un rincón a oscuras: no es capaz
de sentirla como una reparación, sino como una prolongación de su derrota, ahora con-
vert¡da en vergüenza. A mí me duele la sordera en que lo ha instalado su tozudez3l.

Chirbes, desde el respeto a su personaje, realiza una fuerte crítica a la


doble moral del régimen que predicaba una actitud beata y cristiana, cuando sus
dirigentes, con discreción, practicaban otra cosa. Carlos Císcar no tiene remordi-
miento alguno por sus constantes aventuras amorosas ya que considera que
cumplió con su deber en el ámbito familiar al proporcionar a sus hijos y esposa
una vida cómoda e inocente respecto a los orígenes de su bienestar. Estas memo-
rias son un constante intento de justificación, pero también una confesión de la
culpa, ya que "las sombras" tampoco a él le dejan dormir tranquilo. Los recuer-
dos, las fotografías y los cuadros son testigos de lo ocurrido y le producen dolor.
No hay -pese a todo- arrepent¡miento sino victimismo32. Carlos Císcar se pre-
senta como un hombre consecuente con su forma de pensar, frente a su hljo
envuelto en la contradicción que despliega la relación entre su ideología y su cla-
se. Manuel, a cuyas palabras responde este diario, no sale tampoco bien parado
en la novela, ya que representa a esa burguesía de izquierdas que habría traicio-
nado la revolución por seguir enriqueciéndose, eso sí, al amparo del ecologismo

30. lbídem, 93 p.
31. lbídem, 76 p.
32. "No soportaba n¡ la luz ni Ia oscuridad. En ambos casos los recuerdos se movían ¡ibremente y me
reclamaban los m¡nutos perd¡dos, los gestos interrumpidos. Me cubrí la cara con la almohada y me asal-
tó la imagen de mi padre sentado a oscuras en el comedor, y era como s¡ mi dolor fuese herencia del
suyo, como lo es la forma de mis manos o la distribución del pelo en mi cabeza". CHIRBES, Los dlspa-
ros del cazador, !29 p.

Rev. int. estud. vascos. Cuad., 8,2071,2O0-2t7


Santamaría, S.: "Las sombras" de Rafael Chirbes. La memoria de vencidos y vencedores en La buena letra y...

y las buenas intenciones33. No es baladí que carlos císcar se enriquec¡era funda-


mentalmente como constructor y su hijo, con el que no hay reconciliación posi-
ble, ejeza la profesión de arquitecto. El conflicto generacional va de Ia mano de
una concepción de la historia en términos de clase y del franquismo como régi-
men entrelazado con el sistema capitalista, de ahí que el descalabro de la gene-
ración de "los h¡os" se vincule con la traición a los ideales revolucionarios de su
juventud en su apuesta por la socialdemocracia biempensante. chirbes concedía
espacio así a la voz del Manuel, reflejada en las memorias de su padre:
Mientras regresábamos a casa en automóvrl, me dúo: "No estoy d¡spuesto a que un idiota
tire lo que yo he ganado con el esfueao de muchos años. Ten en cuenta que todo lo que
sabes, incluidos ese Lenin y ese Mao, lo has aprendido grac¡as a mi trabajo". En todas
las ocasiones, la recriminación de que los demás hemos despilfanado lo que él ha ama-
sado. Y yo no creo que se refiera exactamente a dinero, sino a todo un proyecto, a una
manera de entender la vida que, claro está, necesita del dinero para sostenerse, y Jul¡a
despilfarró su proyecto agonizando estúp¡damente sobre una duna y yo con mi militancia
comunista de juventud y con un matrimon¡o condenado al fracaso, como acaba de de-
mostrarse (...)s4.

En relación con la muerte de su h¡a, en un viaje a Marruecos, el narrador


reflexiona sobre la imposibilidad de soportar la ausencla cuando no hay una lápi-
da. La necesidad de enterrar dignamente a los muertos aparecía también en el
relato de Ana, quien sólo tras un largo periplo había conseguido enterrar con cier-
ta dignidad a su marido muchos años después de su muerte. como último agra-
vio, en su caso, cuando pudo pagar una lápida los escultores confundieron las
fechas del nacimiento y defunción de su marido. como veíamos antes, también
en esta novela la muerte y la vejez son tratados desde el punto de vista de una
preocupación existencial. Si Ana se definía por oposición a su cuñada, carlos
císcar lo hace frente a Ramón, su criado. Ramón tiene con él una relación simi-
lar a la que en su juventud tuvo carlos císcar con Manolo, el hermano inválido de
Eva. Sin ayuda de Ramón, el narrador se siente ahora incapacitado. para él la
vejez es un proceso de extrañamiento y de pérdida. No sólo hay una pérdida de
facultades, -le duele fundamentalmente la pérdida de sus destrezas seductoras
y sexuales, que le identificaban* así como la imposibilidad de acceder a ciertos
lugares de su propia casa.
si durante gran parte de la lectura podemos pensar que "el cazador" hubie-
ra sido un título más acertado para la novela, a medida que avanza el relato ten-
demos a identificar el título con la actitud vital del personaje en sus relaciones
amorosas y en su vida profesional. sin embargo, sólo hacia el final de la novela
chirbes nos proporciona la clave para comprender el título en toda su complejl-
dad. "Los disparos del cazador" adquieren diversos significados durante la nove-
la, pero parecen finalmente referirse a algo que está más allá de ella, que tiene

33. Éste es un tema recurrente en otras novelas del autor, como En la lucha f¡nat (tggL), La caída de
Madr¡d (2OOO) o Cremator¡o (2OO7).
34. lbídem, pp. 105 y 106.

Rev. int. estud. vascos. Cuad., 8,2077,200-277


Santamaría, S.: "Las sombras" de Rafael Ch¡rbes. La memor¡a de venc¡dos y vencedores en La buena letra y...

que ver, una vez más, con el destinatario del relato. Si Carlos Císcar se aficiona al
deporte cinegético, sus memorias son un animal susceptible de ser cazado. La
metáfora de la caza, y los disparos del cazador, sugiere el juicio al que serán
sometidas sus memorias por parte de su nieto. Sus palabras, que denotan volun-
tad de permanecer, serán juzgadas por éste. Carlos Císcar acaba identificándose
en un ejercicio de autocompasión no con el batidor, sino con la pieza. Es decir,
los disparos del cazador hacen referencia a la interpretación que hará su nieto de
sus memorias ("que vagan, cual animales, en el paisaje nevado de estas pági-
nas") y, en última instancia, apelan al lector.
Se me ha llegado a pasar por la cabeza que debería ordenar estos papeles y guardarlos
en un sobre a nombre de Roberto, porque lo siento como una prolongación de mí mismo,
aunque en ciertos instantes me invada la sospecha de que apenas si lo conozco y ese sen-
timiento cons¡ga que me procure escaso consuelo saber que, al escrib¡r, mis palabras no
caen en un pozo, como las que pronuncia Ramón en la soledad de la buhardilla, sino que
se quedan vagando en el paisaje nevado de estas páginas igual que animales en un coto
donde muy pronto sonarán los disparos del cazador. iQuién notará entre los dedos el res-
coldo de calor de la pieza cobrada?35

Como en la versión definitiva de La buena letra, el relato acaba con una


interpelación al lector, al que se obliga a tomar partido. Los disparos del cazador
no se refieren tanto a las memorias de Carlos Císcar, sino a aquellos que las van
a juzgar. Sus recuerdos son los animales que vagan en el paisaje nevado de sus
memorias, y pronto constituirán la pieza cazada. De esta forma, Chirbes posicio-
na al lector ante un dilema moral y le concede la última palabra.

4. Epílogo
A diferencia de lo que ocurre en otras novelas sobre la memoria de la guerra civil,
Rafael Chirbes no dirige la mirada del lector hacia una interpretación unívoca del
pasado, sino que empuja a éste a la acción mediante la creación de un espacio
que deja lugar para su elección. Esta operación tiene lugar, fundamentalmente,
en Los disparos del cazador, ya que la retórica consoladora y nostálgica desapa-
rece cuando Chirbes coloca al lector -y a sí mismo- en la piel de un "vencedor"
de la guerra civil. Este ejercicio, tal y como es configurado por el escritor, resulta
poco habitual entre las novelas sobre la memoria, y da lugar a una visión del pasa-
do que huye de maniqueísmos3o. Como hemos visto, mientras la memoria de los
vencedores y sus herederos se debate en un intento constante de justificación,
cuando son los vencidos quienes recuerdan, la nostalgia por el tiempo vivido
durante la ll República resulta casi insoslayable.

35. lbídem, p. 13.


36. A este respecto, la novela de Javier Cercas, So/dados de Salam¡na (2001), en la que se contrapo-
ne la figura de un miliciano frente a la de un personaje que representa al falangista Rafael Sánchez
Mazas, requeriría un análisis aparte.

Rev. irL. estud. vascos. Cuad., 8,2OIl,2OO-277


Santamaría, S,: "Las sombras" de Rafael Chirbes. La memoria de vencidos y vencedores en La buena letra y..

En las obras que hemos analizado la cuestión del recuerdo está íntima-
mente relacionada con la transmisión de la experiencia en el ámbito privado, es
decir, con la búsqueda de la identidad familiar, que a menudo está relacionada
con una redefinición de la identidad nacional. Para Rafael Chirbes el problema de
la memoria está indefectiblemente ligado a su forma de entender el pasado espa-
ñol *como lucha de clases- así como con un anhelo de la España republicana.
No es baladí que los vencidos estén representados por una figura femenina y de
clase baja, como Ana, símbolo de una España derrotada, desprotegida y deshon-
rada, mientras los vencedores son masculinizados bajo la personalidad de un pre-
dador como Carlos Císcar, un arribista que ha escalado a las cotas más altas de
la sociedad española, mediante el engaño.
A pesar del énfasis puesto en las diferencias con respecto a otras novelas
sobre la memoria, cabe matizar que La buena letra y Los disparos del cazador,
publicadas a principios de los años noventa, participan hasta cierto punto de una
tendencia general predominante en la novela de la memoria actual, que interpre-
ta el proceso de transición como "pacto de olvido" y silenciamiento, y cuyo prin-
cipal objetivo sería poner en cuestión la idea de una transición supuestamente
modélica. Chirbes incide, sin embargo, por encima de otros aspectos, en lo que
interpreta como la traición ejercida por aquéllos que orquestaron la transición
(siempre miembros de las élites) sobre todos los que desde la base habrían lucha-
do por el advenimiento de la democracia, En todo caso, como hemos tratado de
mostraraquí, el problema de la memoria no es, en la obra de Rafael Chirbes, una
cuestión exclusivamente política. Para el escritor valenciano el olvido es inma-
nente al paso del tiempo, y la necesidad de los individuos de recordar en el pre-
sente -de dotarse de significado, coherencia y unidad, a sí mismos y al mundo
que les rodea- una cuestión existencial,

Rev. int. estud. vascos. Cuad., 8,207L,2OO-217


Santamaria, S,: "Las sombras" de Rafael Chirbes. La memoria de venc¡dos y vencedores en La buena letra y

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"L&s
El escritor valenciano Rafael Chifbes reflexionó, a,
principios de la décadar de los noventa, en sus novelas
La buena letra y,Los disparas del cazador sobre los
problemas que entraña el acto del recuerdo. A
continuación se analizan dichas novelas atendiendo a
los significados que conceden a la memoria y al
olvido,'así como::a ,las ¡deas del pasado, que,§e , '
desprenden de ellas.
Ral'¿r
Paiabl'as Clave: Testigo. Recuerdo. Guerra
española. ll República. Transmisión de experiencia.
Civil ,,i ,,
La It]{'t r

Transición a Ia democracia.
VenC('t I , ,

Los t li, ¡
Laurogeitá hamárreko hamarkadaren hasieran, Rafáel ,

Chirbes valentziar idazlea gogoetatu zen oroimen


eginuak dakarÍzan arazoez bere La buena letra eta
Los dlsparos ciel cazador eleberrietan. )arraian.
(Rafael C. .:
eleberri horiek analizalzen dira, oroimenar¡ eta
"Ghosts". --..
ahazturá r:i emaien dizkioten, esanahieta n atlrela i}r |2, Memory ir -: .
baita horielalik datozen iraganarr buruzko ic]eietan ere. dlsparos ca - :-- i
Giltza Hiüak; Lékukoa. Oroiüapena: fspainiáto Cérrá
Zibila. ll. Errepu bl ika. Esperienüia transm¡tiEea.
Demokraziarako trants¡zioa.

lécrtvain valencien Rafael Chiibes,s'est penché, au


début des années quatre-vingL-clix, sur les problémes
qu'entraine le recours au souvenir dans ses romans La
buena letra et Los disparos del cazaclor. On analyse
ensuite ces romans en tenant compte du sens qu'il
accorcle á la mémoire et á l'oubli, ainsi qu'aux idées
du passé'qui en découlent.
Mots Clés : Témoin. Souvenir. Guerre Civile espagnole.
ll"n" République. Transmission d expérience. Transition
vers la démocratie.

Santama la ,

Universita: ::=
Facultat c:
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