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2014-2017 Poemas Inéditos

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DAMIÁN NICOLÁS LÓPEZ DALLARA

EL POETA Y EL
LABERINTO

08/04/2017
De la Providencia
Propósito

Entonces recibí la bendición del llanto


que me apartó del retorcido asolamiento.
La letanía se apartó por un momento
Y dio paso al dolor, fiel al lamento.

Así supe que no había vivido en vano.

***

Consciencia

No hay poema más útil que aquel cuyos versos


Han logrado excomulgar de sus esencias
A la primera persona y con ella a sus ambiciones vanidosas.

Será una guía para las generaciones del futuro.

El sujeto que despierta mentalmente, de inmediato


Descartará lo frívolo y entonces permanece
Atento a los detalles reveladores
Que la Mente Única señala.

Entonces los miedos de lo mundano


Se dispersan en el Todo; Y las pretensiones abren
Paso al Sabio que siempre debimos haber sido.

En ese estado de Consciencia


Dios y el hombre se niegan a sí mismos
Para que la emoción sea gobernada por las pequeñas cosas.

En las pequeñas cosas y en el momento dado


Se leerán los libros cuyas letras no conforman las palabras:
Eso es Revelación Divina

Cuando ingresamos en este estado de Consciencia


Descubrimos las cosas que siempre habíamos amado:
El Planeta es asimismo Padre e Hijo
Para que no se enturbien los sentidos magnificados
Y las cosas naturales se puedan apreciar infinitamente más.

Se reconoce al Creador en la soberbia belleza del ahora


En este punto los temores se disipan para que así
Pierda importancia la estructura conocida

Puesto que ingresamos en una anarquía benévola y solidaria


Si todos estuviéramos preparados para esto:
¿Qué más se necesitaría en el Planeta?
¡Moremos en la ausencia de palabras que esclavizan al espíritu!

***

Ocaso (6 versos)

Narcisistas de morondanga
Observándose ndo en el estanque de sus obras
¿Habrá algún remordimiento en sus memorias?
O solamente un oportuno silencio en su juzgar.
Aquí la única verdad será la historia…

O la certeza de que el alma se nos va.

***

Grandiosa oscuridad

Grandiosa oscuridad
Que a través de esporádicos murmullos
Nos revelas los secretos de la casa

Grandiosa oscuridad, que mediante la tortura


de rumiantes pensamientos vas purgando los pecados
perpetrados en los minutos de vigilia.

Grandiosa oscuridad que nos cuentas


sobre el sacrificio de unos padres
por su recién nacido.

Grandiosa oscuridad, en donde nuestra culpa


aprende a programar un método posible para que
se equilibren el bien y el mal en la consciencia

Grandiosa oscuridad:
Donde el azar se vuelve inválido…
Y la voluntad de Dios mengua

***

Que tiene el Señor que a veces

Que tiene el Señor que a veces


Suele completar las carencias de mi alma
Con trocitos espontáneos de alegría
Aunque yo no hubiera meditado en la Parábola

Que tiene el Señor que a veces


Pareciera no importarle lo predicado en Mateo
Y en benignas coincidencias
Remienda el dolor de algunos
A pesar de que no ayudan al mendigo con limosnas

¿Qué tiene Usted, mi Señor, que a veces?


Camino por esta vida como pájaro en las nubes
Aunque me haya comportado como víbora traidora

Acaso Sus celestiales cofradías


son desinteresados presidentes
A quienes les preocupó únicamente
Que repare yo la herida
Para subsidiarme con suertes

Qué tiene el Señor que a veces


Pareciera dedicado
A crear momentos malos
En la suerte del creyente

O acaso Él me entregase un día


Y al siguiente me quitase
Con el fin de que valore
Las dádivas que ofrecía

¿Dios participa en el Cosmos,


La gravedad o en el clima?
Quizás haya otra doctrina
-debiera ser enseñada-
Si el ateo y el creyente
Sus almas unificaran.

Decimos que es coincidencia


Mas en nuestro corazón sabemos
Que la elegancia del hecho
Debió de ser diseñada
Por la mente de un Maestro.

***

Sembradío

La semilla del maltrato


expandió en el alma pura
sus raíces

Aprendí a quererte
con la sencilla
aceptación
de la vicisitud apalabrada
bajo el romanticismo de la noche
tormesina

En tu andar generoso
advertí la manifestación
de un cariño
nigromante

***

Muertos, Mudos o dormidos (15 versos)

Ya nadie dice nada de los muertos en combate


Se olvida fácilmente aquello que no se ha construido
sobre sólidos cimientos, son cosas inecuánimes
Como para completar estas muy bien tratadas hojas
Que ya habrán versado antes de tragedias fondas
Y asilaron los Dalíes de las almas que peleaban
Por una vida más honesta.

Las letras de una mujer desconocida pronunciaron


Una agradable resonancia en la voz de su inconsciencia
La fantasía de tener charlas contigo no fue ciencia
Para oír a los niños que revolotearon en el patio bello.

Temí por cosas catedráticas que ya no sucederían


Un alma nueva pasó a la casa que antes tú ocupaste
Su ateísmo al templo pidió permiso para unirse
A través de los años decisivos que para Dios se erigirían.

***

GPS a Dios (12 versos)

Quién podría prestarme un GPS que me enseñe


en precisas coordenadas celestiales
dónde Dios duerme sus siestas omniscientes:
Y así entonces yo pudiera despertarle
para pedirle que despeje mi camino de Azazeles.
Quién podría prestarme un GPS
para que flechitas celestiales señalaren
Nubecitas que llevaren hacia huertos celestiales
donde Dios sus milagros ofreciere:
Pues a Él parecería no importarle
que el silencio omnipresente me informare
de tu amor en una Eternidad lejana.

***

El Prócer

Robaste la pequeña felicidad lograda


cuando pretendiste saber de los asuntos que
Dios reservó para los indulgentes.
La injusticia disolvió el corazón manso
con una anotación que fulminó el resentimiento.
Así desearía clavarse en este asiento
y escribir palabras que rearmaran su larguísima aventura.
No coincidieron las rimas en la oda
que versaba la tragedia de su arte;
La estrofa tomo cuerpo estandarte
en toda gloria que acarició ese hombre.

***

Vi a Dios tenderle su mano

Vi a Dios tenderle su mano al mentiroso elocuente


para que escale peldaños (de un salto, súbitamente);
En cambio vi al noble penando para conseguir un techo.
¿Por qué socorren los ángeles al necio, bruto y tirano?
Si el más ducho se ha quedado al antojo de la suerte.

¿Dios no supervisa acaso cómo ejercita la mano


de Su justicia en los pueblos? Y si la injusticia Él viese:
¿De brazos queda cruzado? Mientras el tirano explota
las manos del esposado; Y regala la cosecha
a la casa más pudiente.
¿Dios no estará equivocado cuando imparte Su justicia?
Dando sufrir al esclavo y en cambio desparramando
talento en el delincuente.

Presenciar la tiranía y no poder hacer nada;


el horror por la miseria, la inequidad en las masas
y las promesas quebradas: la vida diagramó así

el corazón del sensible y el porvenir del pensante .

Timorata Magdalena

Ay quien pudiera besarte


-Timorata Magdalena-,
Bien mantuviste secreto
la penuria de tus claustros
por amor al Dios hebreo.

Tus manitos transpiradas,


tus lágrimas en lo oscuro
esbozaron para un mundo
veinte siglos más humano
si ya ha sido preferible
que una piedra te golpease
antes que cerrar los ojos
en vez de castigar al Diablo.

¡Ay quién pudiera besarte!


-timorata Magdalena-.
Si se pudieran borrar
esos años de tu historia
yo volvería en el tiempo
y te impediría amar
a ese Dios de los Hebreos
Que puso muerte al refrán.

***
Soy (48 versos)

Herencia de mis antepasados sujetó tímidas


necesidades de ajusticiar al homicidio de mis ídolos:
A ellos los sostuve muchos años
sobre un altar de arena inconsistente.
Soy como el océano hastiado en invernal solsticio
creando olas de amor y de amargura.

Presencias que me han amado no consuelan su injusticia;


ya no vienen hasta mí los invisibles
que me dieron una tregua.

Soy como la tormenta criminal que escucha al trueno


y luego rinde sublime tributo
lineal y caligráfico.

Pequeña agua de tormenta regó el dolor sembrado


en la casa de mi alma.
Y le di sol y le di sombra
a una margarita detractora.

Yo soy como el campestre que regala a quien lo aprecia


mágicas brisas perfumadas a la hora del ocaso.
A la hora del descanso recordé los dardos
que ayer mataron a un gorrión tras otro.

Soy como la cumbre o como el valle


que encuadra cada una de sus flores
en el centro de una postal maravillosa
pródiga en conceptos todopoderosos.

Sentí nostalgias de mi madre igual que hubiera muerto.


Y una gota de agua dulce trasladé hasta el analgésico Leteo.
Yo soy el Universo que reserva el lugar justo
a cada sol... Y a cada Tierra.

Los temporales sentimientos de amor y de amargura


aquí jamás me llegan.
Viajó en el tiempo el temor a equivocarme.
Soy el crepitante sol que engaña a los terrestres
con la perfecta imagen que le concedió la Providencia.
Así me entretuve en el país de los temblores
cuando la autenticidad opípara
tomó la rienda de mi voz y mis palabras.

Yo soy como el esclavo que refugiado en el mental soneto...


Tramó el ajedrez de su justicia.
A mí y al injurioso nos separan diez peldaños.
Nacimos separados por la mitad de un continente.

Yo soy como el telar que deshilacha con cada miligramo de su tinta


aquellas expresiones enemigas
que obstruyeron el flujo de sus venas.

El está bien y el no hace falta dejó sin entusiasmo


a la carga de mi pluma.
Yo soy como el encarcelado deseoso de las calles
que ha limado de a un barrote...
Por cada punto que sentencia.

***

Una pequeña luz en la obscuridad (12 versos)

Los Dioses me situaron en un entrevero de avatares


En mi oscuridad reinaba lo caótico;
Busqué la paz en los momentos de silencio:
La enfermedad superpobló el organismo diezmado.

Jesucristo ya nunca más deseó para mí las cosas buenas;


Resultó que el tesoro prometido por los Dioses fue un engaño:
Ni siquiera un sólido poema obtuve del martirio.

La equivocación me pateó con una coz el pecho,


(Articulaciones faciales se tensaron)
No era digno de las cosas que aspiraba
Ni de resurrección, cura ninguna o resilencia.
Y el mea culpa me subordinó a ajena s voluntades.
***

SOL (10 versos)

Quiero que mis alas se abran lo suficiente

como para poder mirar todos los pueblos desde el cielo morfo.

Pero que el batir de ese despliegue no me alce

por encima de las nubes veteadas.

Surcando casualmente los átomos de hidrógeno

Prolongaré aquel prócer planeamiento

hasta el friolento cielo de la noche aún enmascarada.

Giraré hacia las estrellas las pupilas heredadas

tinturadas del color del Universo.

Mi alma se teñirá con el coraje de los vuelos.

***

Dios, la muerte y el niño

Las balas que Dios me disparó son


reiterativas causadoras de mis desalientos.
Dolores rebuscados… Ánimos exiliados a la fuerza
me remataron por la causa de la depresión indetectable.

A presión la enfermedad de los que quiero


inyectó por ósmosis auditiva perdedoras palabras
en un ventrículo de mi ser.
Parecidas a un soplo de la muerte
se quedaron tras mis ojos inclemencias de los seres
que debieron resguardarme.

Perdí en aquel disparo tanta sangre que de mi alma


ya no pude rescatar ninguna frase verdadera.
Visiones arbitrarias guiaron hasta aquel acantilado
a los caballos que llevaron el carruaje de mi niño.

La celenitud fue el enemigo nacido de los restos de la guerra.


Ya van a ser diez años en este cautiverio.
Mi enemigo retiene mi obediencia acercándome a la boca
dulces manjares que no acaba de darme.

Obstinados silogismos gobiernan en mi vida;


A mi Señor un día me planté para enfrentarlo:
Pasan delante mío la muerte y el orgullo;
Ansiedades creó mi mente y yo no pude defenderlo...
Murió mi crío un día cuando mis teorías de la vida
le dejaron desertando de sus sueños inocentes.

Deseando quedó mi niño una casa que yo no pude darle


Se aliviana su tormento cuando mis errores reconozco.
Hades y mi orgullo son lo mismo en ese caso:
Retienen a mi crío enjaulado por mis hábitos pretéritos.
Ahora que conozco los trucos de la muerte
Dios dejó de dispararme…
Y que mi crío se desangre enteramente.

***

La burla de Dios

Implanta en las consciencias la idea de igualdad;


Mas a conveniencia reparte privilegios en
sus lacayos acomplejados, quienes hallan gusto
En la instrucción
Violentando en su ignorancia a las masas pobres.

***

La fe de ti

El reconocimiento de una fe fue el artífice infinito


De un cómodo insomnio que me mantuvo dedicado
A la evocación de sus palabras bajo aquella noche cordial:
Igual que el río sentiría una afable tromba de agua dulce

Sentí la impregnación de un cariño ilimitado, que pasó


Atravesando por mis poros en una ósmosis de Amor Santo.
Te amé con el instinto primate y la intuición iluminada
Creí en ti antes que los astros se alinearan para sembrar

Sobre este mundo la semilla de aquel encuentro pontificio;


La fe de ti me sostenía en un maremoto de olas homicidas
Que redentoramente me curtió en una sapiencia sacrificada
Y así los demás usufructuaran la sangre de Jesucristo que derramé.

SOL

Quiero que mis alas se abran lo suficiente


como para poder mirar todos los pueblos desde el cielo morfo.
Pero que el batir de ese despliegue no me alce
por encima de las nubes veteadas.

Surcando casualmente los átomos de hidrógeno


Prolongaré aquel prócer planeamiento
hasta el friolento cielo de la noche aún enmascarada.
Giraré hacia las estrellas las pupilas heredadas
tinturadas del color del Universo.
Mi alma se teñirá con el coraje de los vuelos.
***
Somos actores representando

Somos actores representando


libretos improvisados
en un escenario vastísimo.

Unos con otros interactuamos


y así un buen día leeremos
en un libro ajenísimo
el papel que Dios nos reservaba...
Para representarnos a nosotros mismos.

Cuando me enamoro olvido de repente


los deseos de seguir actuando tanto.
Y mi ser va borrando del cuaderno
que entorpecía mi memoria
las líneas destinadas
para el próximo escenario.

El libreto que interpretaba


hace un momento
se diluyó mágicamente
en esos ojos claros.

Y así regreso a casa de inmediato.

Somos improvisadores de las vidas


que quisimos vivir en un momento desdichado.

Al enamorarme voy quemando


todos los guiones que mi vanidad representaba...
En la hoguera misericordiosa de sus ojos claros.
Ella es blanca y suave.
Y quita con sus manos blancas
al demonio que me había
usurpado mucho tiempo.
Somos actores que juegan
con los libretos de la esperanza
interactuando unos con otros
en un teatro vastísimo

En el milagro de mis letras


vislumbro el rastro de Ariadna
que ella me dio con su mirada...
Y así ya intuyo donde estaban
Los pasadizos libradores.

Somos actores
que escriben sus propios actos
en este anfiteatro vastísimo.

Degüello

Rummenigge (poemas)

La Troya de tus Cabellos

Invoco a los muertos


Para que Homero entre en mi alma
Así podría repetir una Ilíada infinita
Con cada parte de tu historia.

A las mares de mi Esparta


Arribaron las canoas
Que trajeron tus miradas
Como el ancho Pacífico igual de azules.

Profanaron sensualmente
El Templo de mi Apolo
Como griegos saqueadores
La noble espada de los príncipes
Ni siquiera cortó un mechón de tus cabellos.

Quisiera que estos versos


Engendrasen tu cintura
Para que mi pluma la borrase
Con prosaicas intenciones.

La espada del gran Héctor


Mataría una por una
Las griegas retinas que arribaron
A la playa de mi Esparta.

Y que tu cálido aliento


Retrocediera de mi playa
Cual hicieron las griegas carabelas
Intimidadas por ardientes rosas de paja.

Tu ser se esconderá
Entre las rimas de mis versos
Con metáforas del caballo de madera.

Que toda esparta levante sus espadas


Y asesine a los ejércitos
Que tus manos han sembrado
En la playa de en mi Esparta.

Dnld, 2009
***

Cuando sepa bien tu nombre

A Mireya

Cuando sepa bien tu nombre serás el dedicando de mis notas


Mi corazón descansará en aquella playa que no
suma caracolas de incertidumbre.
Cuando sepa bien tu nombre podré escribir completos mis te quieros
Sabiendo que de ahora en adelante Dios oirá mejor a mis plegarias
Resucitaré al Planeta en la espera de oír de nuevo tus vocales

Cuando supe tu nombre ya no estuve tan perdido


Y un alivio curioso me tocó el alma

Te fuiste y me quedó el amor despertado por tu existencia


***

Estigias (8 versos)

Seré capaz de llenar estos renglones aunque


no con frases de amor ni más te quieros;
La crisálida se metamorfoseó en un ser más invulnerable…
Y se extinguieron las caritas que revolotearon cual estigias.

El ardor que sentí se apagó justo antes de que vuelvas.


Como un pase de magia un súbito olvido
Disolvió todo a ti lo referente:
Y se desanclaron de tu cariz mis esperas.

Dnld, 5/09/2015

***

Hoy no fue un día perfecto

Hoy no fue un día perfecto:


Dios me azotó el alma con una latigada de desprecios

Hoy no se terminó un día perfecto:


La tortura china de cortes con Gilette ha maltratado
A aquel niñito crucificado

Hoy no fue un día perfecto:


Me faltó desde temprano el aire que respiro
Y una estampida de avatares

Pasó sobre el tejado.

Hoy no fue un día perfecto:


Siguió ausente el amor que perseguía
Dnld

19 de julio

En la etapa que estoy viviendo

Mi vida gira alrededor de tu recuerdo:

Repasando las palabras que dije

Fertilizo los insomnios de mis noches.

Por curiosidad a veces pienso

qué estarás haciendo en este instante.

Pero no me preocupa: aposté todo a esperarte.

Y pensar que todo lo que busqué fue para recordarte menos:

Quise taparte con nuevas voces… estuve a punto de morir para olvidarte

Y que enterraran conmigo las imágenes perfectas de tu imagen.

En mi soledad viví una dieta de recuerdos


Entonces algo me desinfecté de tus palabras
¡Se detuvo el replicando de tus voces!
Cuando le pedí a Dios por tu mudez imposible

No quiero imaginar de nuevo que eres mía


El destino que nos envuelve será siempre
otra imposibilidad de amarnos.
No quiero imaginar de nuevo que eres mía:
Con la tuya… volverán otras presencias.

Otra vez veré a tus manos sujetar manos ajenas.

30 de Septiembre, 23hs
***

Aconteció

Miré al cielo y allí había una estrella;


Se tapó con la noche planetaria.
Amaneció y aún la noche era:

La estrella ya no estaba.

***

Cuando me miras

En tus ojos veo la duración de mi amor en esta vida

Quiero pasar tiempo a tu lado


Borrarnos mutuamente los amores que no han sido.
Necesito a tu lado más momentos:
Saber qué es lo que sientes al mirarnos…
Decirte el mucho bien que ahora respiro.

Te necesito como un niño necesita el pan de leche…


Como la música del lienzo del silencio;
Como el pensamiento requiere la paz para idearse.

***

Hace más de un día (6 versos) fijarse si esta dos veces


Hace más de un día
que se te nombra entre silencios
Hace más de un día
que ninguna mujer se convierte en tu existencia.
Hace más de un día que la gardenia
ya no abre pimpollos de tu cara.
Pensé en tu imagen y se me fundió el alma
Pensé en tu nombre y tuve una saudade

Te quise tapar con nuevas voces… estuve a punto de morir para olvidarte
Y que enterraran conmigo las imágenes perfectas de tu cara.
En mi soledad viví una dieta de recuerdos
Entonces algo me desinfecté de tus palabras
¡Se detuvo el replicando de tus voces!
Se murieron avideces por tu cara…
Cuando le pedí a Dios por tu mudez imposible

Un día sin ti
es la futilidad de la existencia
Sin ti soy una moraleja que no le llega
a ningún niño
Un día sin ti quita el color a cada cosa;
Y todo se contempla con mucha más tristeza.
Un día sin ti empequeñece las estrellas.
El mundo sonreía a cada instante cuando tú estabas ahí.
¿Se desmoronarán los castillos erigidos
sobre la ilusión que te tiene como la única integrante?

No quiero imaginar de nuevo que eres mía


El destino que nos envuelve será siempre
otra imposibilidad de amarnos.
No quiero imaginar de nuevo que eres mía:
Con la tuya… volverán otras presencias.

Otra vez veré a tus manos sujetar manos ajenas.


***

El arbolito de los sueños (14 versos)

Llegó el otoño y una a una se cayeron las hojitas


que hacían grandes copas en el árbol de los sueños:
Vi de pronto caerse cada hojita que creció en
el árbol de los sueños… en un condado llamado
Soledades.
Por más que resistía cayó por fin la última hojita
Desprendida en el invierno inevitable de aquel pueblo:
Vino una ventisca y deshojó del arbolito de mis sueños
de golpe y al unísono cada rama y cada hojita.

Desprendió unánimemente todas las hojitas


aquella ráfaga de viento soplada por el Diablo;
hizo estragos aquella ráfaga de brisa,
triste y solitario quedó desamparado
el arbolito de los sueños

mostrando su esqueleto triste y flaco.

Dnld,
domingo 10 de mayo, 2015

Los lienzos despoblados

Un cuaderno entero no sería espacio en blanco suficiente


como para apuntalar todos los te amo que he pensado
cuando tu imagen rubicunda completaba
los lienzos despoblados de la soledad:

Pinté con tus lunares el camino de mis labios,


Con tus piernas las raíces de mi médula secreta;
Pinté con tus pupilas una estancia sempiterna
Para que descansara en ella mi ánimo machuco.
En un cuaderno en blanco no cabría
La copiosidad de te he extrañado que he soltado entrelazados a un suspiro herido;
Cuando en el medio del altiplano escarbé en los confines de la remembranza
Buscando tus voces para un cándido acompañamiento:

Escribí sobre tu cabello anaranjado, de tus pecas y tus manos;


Te incluí en mis rezos con un nombre que equivoqué.
Dediqué miles de días a un tributo que versaba
la sufrida pasión por ti sentida.

Aconteció

Miré al cielo y allí había una estrella;


Se tapó con la noche planetaria.
Amaneció y aún la noche era:

La estrella ya no estaba.

Pangea de mi mundo

¡Déjame hacer un mundo con tus rasgos!


Que la ciudad muere de pena sin tus pecas
Dibujaré un Mapamundi con un roce de tus manos
¡Y maparé Argentinas con tus muecas!

Hilaré veinte 8 miles con lunares de tus brazos


Y con la simetría de tu cara trazaré dos hemisferios
Serás la Pangea de mi Tierra
Marcaré un suntuoso continente con tus pelos
Serás en mi mundo la Pangea

6 de abril 2015
Dnld
Desde la cofa de mis días (12 versos)

Desde la cofa de mis días atisbé tus ojos claros


Ellos navegaron describiendo transparencias en tu Espíritu.
Grité ¡Tierra! en mi alma cuando la decorosa población de tus miradas
confesó que me quisiste.

Un nuevo Continente para mí fueron tus ojos


Orillé la carabela en tu timidez ruborizante
¡Se llenaron las bodegas con tus pecas y pestañas!
Pisoteó los tablones de la popa el andar simpático
de tu postura grácil.

Los colores del ocaso celaron tu piel y tus cabellos vivos.


Y tu voz se fusionó con el sonido de
las caracolas que imitaban a los mares.

Dnld, 22 de mayo de 2015


Tu espalda de reloj de arena (13 versos)

Me costaron tanta espera estos momentos


Retomo hoy a mi vida en donde la había yo dejado hace 8 años
Vuelvo a tu expectación y a la mía,
temblándonos el alma mutuamente.
Rezaré una plegaria a los espectros con tu forma
que veré en los azulejos y las demás nomenclaturas
Que tú no fueran.
Rejuveneceremos efusiones en el regocijo de nuestras desideratas
Me infartarán los innumerables
parecidos que te traigan en el tiempo.
Con la iniciativa de un síncope presenciaré los
espejismos que te acercaban:
Tu espalda de reloj de arena.

dnld, 2015
Intenté un verso en que cupiera (17 versos)

Intenté un verso en que cupiera


la hermosura del mutismo tuyo:
Pero aquellos núcleos silábicos estropeaban
la perfección del silencio apreciado en
aquel vocabulario esplendente.

Intenté un verso en que cupiera


el encantamiento primoroso de la
trasparencia con la que me impregnaron tus miradas:
Pero la opacidad de mis grafemas enturbiaba
la perfección de aquel cariz cristalino.

Intenté un verso en que cupieran


los aleluyas coreados en tus entrecruces:
Mas el sacrílego desliz azulado de la pluma
fue tachando esos instantes con un asesinato
irreverente.

Por primera vez las deidades envidiaron el laicismo


humano al que nos llevó lo transitorio.

Dnld, 12 de septiembre
Ahogado en la inmensidad de tu ausencia

En el artilugio de la diócesis
Tu ausencia consiguió que cualquier cosa
me ataque: que cualquier cosa me duela.

Quedé náufrago en los mares de tu ausencia:


La desesperación me hizo construir una balsa imaginativa con tu nombre
Y por más de un año nadé entre los meridianos del saudade.

En los mares de tu ausencia quedé náufrago:


La sensual oleada de tus voces me hizo remar sin astrolabio
Hasta un laberinto de espejismos
Y en cada rincón yo vi tu imagen.

En los mares de tu ausencia he naufragado… Y una noche:


¡Me invadió el ejército deseado de tus caras!

Llegué prisionero hasta la Normandía de mis sueños


Nada ni nadie te pudo despegar de los idilios forjados
Y por propia voluntad me encadené a la memoria de tus mañanas.
Como antaño

Que tus miradas incipientes me increparen como antaño:


Sal a buscar un cruce nuestro cada miércoles y jueves
por temer a que te olvide.
Y ven a buscarme como antaño.

Salúdame al paso con tus holas…


Y hazme vulnerable como antaño.
Sostenme la existencia con tus ojos;
Veme para que descubra así
la verdad en tus pupilas.
Que tu respiración sea mi brújula
Otórgame el perdón con tu apostura…
Y lidérame la vida como antaño.
No te pierdas otra vez

No te vayas esta vez mi queridísima Mireya,


Que yo pinto hermosos cuadros y te haré lindos
retratos si te quedas.
No te pierdas otra vez mi queridísima Mireya
Que si te quedas esta vez le ofreceré
un sacrificio de ruiseñores a los Reyes.
No te vayas esta vez, queridísima Mireya,
Que la vida sin ti por el fuego del
Infierno está inspirada.

8 años sin tenerte ya han sido suficientes


como para que se quede solventada toda tentación
que todavía
Dios a mí no me ha cobrado.
No te vayas todavía mi amadísima Mireya
que sin ti le faltan ripias a mi mundo versado.
Quédate conmigo y ven al Tormes
alumbrado por las constelaciones y
los fascículos lunares.

No te pierdas otra vez mi queridísima Mireya


Que la vida que no te tuvo a ti es un campamento regado
por el rocío de la equivocación infinita.

Dnld, 26 de junio de 2015

Oxímorons

Añoranzas de la imaginación inverosímil


continúan arremetiendo contra el intempestivo horario
de otra madrugada invernal
Rodeándome de oxímorons
-ilógicas ecuaciones para aquellas inservibles epístolas-
Que condujeron a mis letras hacia el Puerto de la Futilidad:

Despiadadas disquisiciones
que despedazan lentamente a un
cálido Universo de ensueños
Cuya composición eras tú. Amargura dulce.
Reaprendiendo también a ser un hombre
las lágrimas secas me ahogarán en una sequedad lacrimosa
Llegarás hasta mí para ser la enfermedad que cura, la cura que me enferma.

Llegaré al sitio en donde estabas,


Seré feliz con tu presencia sola:
Me mortificará tu ausencia acompañada

por la suya.

Enero 2017
En el desamorío de ti (15 versos)

En el desamorío de ti las cosas de la vida se salpican con desgracias.


Las rivalidades con el prójimo son la usual moneda de intercambio de los días

Y ellas se conceptualizan como errores.


Sesos e inteligencias coexisten en
mi mundo
relacionándose con apatía.
En la vida sin ti se busca la perfección del pensamiento
rizando erosivas realidades… hasta que uno
se da cuenta que no existe.

Si despierto y me acosa el reconocimiento de tu imagen


Me doy cuenta que la empresa de olvidarte no ha servido;
Y puedo notar cómo me alejo de los sueños que involuntariamente te criaron;
Resucito alejándome de todo lo que hacía por quererte hasta hace poco.

Al marcharte también tú se marchó el ripio innecesario que me


acostumbré a poner en todo.

2 de marzo, 2017
Dnld
Te fuiste y me quedó el amor despertado por tu existencia
(24 versos)

De niñito custodié el firmamento en una noche despejada;


Y siempre recordaba el fulgor de la primera estrella contemplada;
Pero hoy, casi anciano, me doy cuenta de que en la oscuridad
de sus espacios, en el cielo puede haber muchas estrellas aún guardadas.

Pensaba que en los mares solamente había una perla que crecía;
Y que si uno bien buscaba a su perla algún día encontraría.
Hoy me he dado cuenta que altamar puede traer hasta la playa
muchas perlas como aquella y tenerlas guardadas en su arena.

No hace mucho, cuando niño, yo pensaba que Perséfone


guardaba solamente una rosa para darme en primavera.
Hoy recorro los campos y me pierdo contemplando
la amarilla infinitud de colza, girasol y crisantemos.

Al vislumbrar el primer atardecer creí que Apolo


me había preparado en una tarde con esmero su regalo;
Hoy que he madurado entendí la generosidad del horizonte…
Y antes de la noche me sumerjo cada día en increíbles resplandores.

Sin embargo busqué encontrar una porción de lo primero


en las magnificencias de cada cosa que yo veo:
El esplendor de su mirar no lo encontré en otras miradas;
Ni la largura de sus pasos la encontré de nuevo en la noche ciudadana.

Los arrumacos de sus voces yo no vi en ninguna cosa que escuchaba;


Ni la blancura de sus manos me rozó en otras manos sujetadas.
Somos moribundos al perder a un ruiseñor que nos cantaba:
Uno va buscando en el amor las cosas del amor que nos faltaba.

Dnld
1 de abril, 2017

Vulnerabilidad impotente
Amarte ha sido la felicidad de platónicos momentos
entrelazada a una pena
de ilusión resquebrajada
Vulnerabilidad imponente perpetuándose en lo efímero…
O la eterna impotencia de desconocerte.

Es muerte y vida que van juntos


Amor tan indestructible como herido;
“Creatividad continua”, apatía que mengua.
Es la fuerza que me guía a ser más próspero:

O el desvanecimiento suicida.

31 de enero, 2017
Desde ti

Desde ti la madrugada es más mi compañera;


Desde ti admiro si está baja la persiana,
Desde ti la admiro cuando la ventana estará abierta.

Desde ti soy más león por dentro que por fuera.


Desde ti a veces me doy cuenta en lo equivocado
que estaban los conceptos del amor que pude haber pensado
cuando aún tú no estabas en mí.

***

Con un te quiero tuyo (24 versos)

Si me dices te quiero en mi vida soy crisálida


Me atareo en metamorfosis yuxtapuestas
Sometiendo por fin a un lifting mis memorias
Para que así mi pasado se hermosee.
Con un te quiero tuyo por siempre mi color
serán tus ojos de un verde inquieto tinturados.

Si me dices te quiero las imágenes enmarañadas al insomnio


dejarán de ser un plan tan solo mío.
Si me dices te quiero
En mi vida ya no habrá más suposiciones…
Y te devolveré el favor con mil te amos.

Si me dices te quiero
Asisto a una celebración que Dios imparte;
Un te quiero tuyo es un nepente que limpia para
siempre nuestras sábanas tendidas.
Con un te quiero tuyo son trofeo
Cicatrices y artrodesis.
Un te quiero tuyo demuele en mis laberintos
las paredes.
Con un te quiero tuyo arcoíris seré en la granizada;
Perla resiliente y asertiva
Que la expectativa de ti consiguió al embellecer
la arena consternada en mis entrañas.

Damián Nicolás López Dallara


4 de noviembre, 2014

***

Desde mañana amaneceré contigo

Desde mañana amaneceré contigo


Se estará cumpliendo un sueño
en el que tú y yo participamos
Contemplaré cara a cara
la temperatura emocionante
de tus ojos color turquesa
En el hogareño ritual de tus cafés matutinos
te acompañaré con la manzanilla pendiente
Tu olor ya no será un imaginado
Y tus susurros en polaco
le cantarán un tango al alma mía

llenando a mis espermas


con tu efervescencia grácil

Desde mañana amaneceré contigo


Oiré tus joviales buenos días
en un idioma diferente
Desde mañana atardeceré contigo:
Saborearemos el té de una complicidad
basada en el romance
Desde mañana me dormiré contigo:
Acurrucándome en tu aura
nos enseñaremos un idioma nuevo

y me acostumbraré a un acento
hasta hoy no pronunciado.
***

3 haikus para el Sr. Otoño

Minerales pasivos, reposan;


Nevada inminente aguardando
Otoño que viene

El hojaje amarronado
Poblando cada rincón
Por tres meses

Suburbanidad tormesina, helándose


En manifestación atómica
De grados nuevos.

***

Volví a mi vida sin ti

Volví a mi vida inmerso en un querer de ti,


en una extrañeza sometida por todos los rincones
que han visto a nuestro amor madurado

Vino contigo un San Valentín que duró más


de siete días… y cuya ortodoxia aún se desconoce
Fue entonces que pasé por unos meses
Con el alma viviendo en un intríngulis recóndito
Volví a mi vida sin ti: y no tan curiosamente
mi ajado corazón hoy agradece
una resilente inmunidad que antes no tuvo
para no enfermarse con los viejos desamores.

Volví a mi vida sin ti: en toda la Helmántica


carecía tu presencia… Y mi Tormes manso
de ahora en más estará un poco más seco.
Volví a mi vida sin ti: en la cama vacía
estoy un poco más despierto por las noches.
Tu arrullo en polaco ya no pinta las paredes.

Volví a mi vida sin ti: las horas se pasaron


en el efusivo conteo de cada caricia recordada
Volví a mi vida queriendo viajar lejos
La ciudad ya no tiene la alegría que tus ojos le añadieron
El espíritu abandonó a los monumentos y esculturas
Que cuando te vieron contigo han conversado:
Mis ojos ya no vieron a la ciudad más avivada
Los metros caminados olfatean el rastro de tus huellas

Los brazos que a lo loco me buscaban se esfumaron


Las bañeras a las 6 de mañana han sido el lecho diario
para que nuestro aprecio se eleve copulando con palabras mágicas
Echaré de menos a las ilustraciones sobre los azulejos
que explicaban tus palabras mejor que el castellano

***

¡Toda la noche para amarte!

Luego de pasar toda esta noche a merced


del amor que me ha provocado tu presencia,
teniendo un pensamiento de cualquier otra mujer
el vacío que hoy experimento ha de aterrarme

¡Toda esta noche para amarte!

En medio de la oscuridad sentía injusto


a este amor que me arrebató violentamente el sueño;
Y de repente en el insomnio he descubierto
que flotaba el curador aliento de cada una de tus sílabas

Y allí La Biblia de tus cálidos principios


me quitó de golpe el frío de un febrero
ya aclimatizado a las nevadas viles
Y jugueteé con tus imágenes… hasta que el erotismo
me impregnó los huesos.
¡Toda una noche para amarte!

Se interrumpió la cama cómoda


con cuatro o cinco paseos pequeñitos
por los pasillos ateridos de esta madrugada muda,

Quien se sintió más que patética


cuando notó tu desaparición al lado mío.

***

Por amarte

Por amarte hoy he sentido


que la jornada entera ha sido en vano
Igual que serán todas las jornadas venideras.

Por amarte hoy he sentido


que las estrellas de los cielos
ya nunca más habrán brillado.

Y que la alegría es más difícil de a uno solo.

Por amarte hoy me termino por dar cuenta


que se pueden extrañar los acentos de un idioma
incomprensible.

Y que una charla en un idioma que no entiendo


pudo llenar tanto como la eyaculación que se derrama
en el vientre de la amada.

Por amarte hoy me di cuenta


que puedo ver mil máscaras de Rimmel
sin sentirme apasionado.

Por amarte hoy acabo convencido


que una foto… no es lo mismo que un recuerdo.

Y que los vinos que antaño he cultivado


ya nunca más serán salubres.
30 de marzo 2013

***

En esta tarde turbia

¡Vuelve a hablarme, Creador de odas perfectas!


Que una mancha obscura hace equilibrio en la punta del tejado:
En esta tarde turbia quiero salir a Salamanca y encontrarme una vez más
con tus piropos protectores,
para así oír nuevamente tus palabras húmedas;
La fuente del Agua Santa hoy está llena… Y cada uno de estos versos
encuadra prontamente en aquella horma poética;
Entre tanto y tanto que los árboles helmáticos
vigilarán la ciudad nublada y triste;

¡Rescátame de esta pena! Que la esperanza de tus ojos cristalinos


aún no se ha dado por vencida: que hoy me muero esperando reiterar
el tacto sedoso de tu pomposidad femínea;
Esta tarde turbia quiero perseguir tus pasos rápidos de nuevo…
Y contemplar tu altura noble.

Háblame de nuevo con tus susurros empapados en Revlon color rosa;


Que cada minuto de silencio es un azote más a mi alma triste.
¡Tócame de nuevo con tus manitos de escritora!
Que ansío ver a tus imperfecciones con las mías comulgando.

***

Me he acostumbrado tanto a oírte

Me he acostumbrado tanto a oírte


Que cuando callas de repente
A mi alma le robasen un pedazo
Me he acostumbrado tanto a oírte
Que cuando callas de repente
En la ciudad se mueren los rosales.

Me he acostumbrado tanto a oírte


Que cuando callas de repente
Siento que de súbito anochece sin más amaneres por venir

Me he acostumbrado tanto a oír tu voz


Que cuando te silencias de repente
Es como si en la noche se apagaran las estrellas de la Bóveda.

Me he acostumbrado tanto a oírte


Que cuando callas de repente
Siento que se ha muerto alguien que amo.

Me he acostumbrado tanto a oírte


Que cuando callas de repente
Pareciera que los árboles encojen

Me he acostumbrado tanto a oírte


Que cuando callas de repente
Pareciera que en el libro de mi historia
Las páginas más largas se borrasen

Me he acostumbrado tanto a oírte


Que cuando callas de repente
Sobreviene un toque de Midas misterioso
Que opaca el color del arcoíris.

***

Me di cuenta que te fui perteneciendo

Me di cuenta que te fui perteneciendo


Cuando el perfume de todos los rosales
Me recordaba únicamente a las seis letras de tu nombre.
Me di cuenta que te fui perteneciendo
Cuando a mi alegría le faltaba tu alegría…
Y Papini demandaba tus lecturas.

Cuando la melodía de aquel tango no se había completado


Con la letra que te nombra ni con tu parecer de geniecilla.
Te fui perteneciendo al darme cuenta que en los bares
Se presentaba únicamente tu silueta ausente;
Cuando el gorrión cantó sin tu paráfrasis,
Cuando cada retrato intentaba ser tu cara:
Me di cuenta que te fui perteneciendo.

Cuando no pude recordar otras sonrisas más que tuyas.


Cuando el camino solitario aclamaba tu presencia;
Cuando a la Luna le hizo falta tu palabra;
Cuando la Vía Láctea necesitó de tu silencio:
Entonces me di cuenta que te fui perteneciendo.

***

Decepción

Hoy miré mis manos, las encontré arrugadas y vacías;


La línea del profético destino se encimaba
a la del amor espurio.
Las promesas pasadas echaron fétidos alientos
El ecosistema que antes fue un mundo de hadas
Hoy son putrefacciones: ya no me esforzaré
Por curar el agua envenenada

La decepción gobernó todas las tierras de mi corte


Cogí poquitas cosas y a la buena de los dioses me dispuse:
Lo poco o mucho que mantuvo mi petate se escurrió
A través de la arpillera que tejieron los momentos;
Los caminos que me llevan a otros reinos
Son muy largos como para que mi aguante los encare.
¿Quién soy yo?: No más un niño muerto.
***

Fui feliz por un segundo

Fui feliz por un segundo


cuando tuve piedra libre
para soñar con mi propósito.

En la ceremonia cíclica
del desencantamiento ardido
tan solo la palabra del futuro
dirá en qué puedo poner mis esperanzas.

Los oasis se esfumaron


cuando el sol abrazó mi piel de nuevo:
en medio del desierto las palabras sagradas
no valieron la moneda que los dioses prometieron;
Ni el socorro implorado disipó mi vergüenza.

Con mensa felicidad reconocí las cositas


que me hubieron seguido en el camino
Sin embargo anhelé humanas compañías:

Mimaré la carátula de un libro dedicado.

***

Entreteextraños

Entreteextraños, pueblo a pueblo el camino fue pasando;


Fui a los pueblos y volví por la ruta vaporosa entreteextraños.

Entreteextraños, un pastor bajo la sombra en la pared del cementerio


Aisladas golondrinas garabateando cursivas en el cielo entreteextraños
Entreteextraños, volaron las palomas de la Iglesia vacía
La brisa escribió una poesía con tu alma entreteextraños

Entreteextraños la calle sin arcenes oía el primer verso


De la oda compuesta con tu risa entreteextraños

Entreteextraños un ave abandonó el estanque manso


Tu nombre fue un nostálgico tañido entreteextraños

***

Sin contarte nada

Para qué abro los párpados


luego de una noche de soñarte…
sin contarte nada iré dejando
que mis sueños te acerquen poco a poco.

Para qué tiendo la cama


Si la confabulación de tu cariño
Jamás me dará esas mimosas -Buenas noches-
En susurros.

Para qué me he preocupado


En dormir toda la noche:
Si en mis tímpanos jamás resonaran
Las 4 sílabas de tus alegres -Que descanses-.

Para qué conozco la belleza de esta Tierra


Si tu visita jamás rendirá honor a esa sapiencia…
Y los lugares más románticos del Tormes
Se desperdiciaran en mis olvidos.

Para qué me paro firme


Sobre el credo del milagro:
Dios jamás verá abrazarnos bajo el Cielo.
Y ya no puedo enamorarte sin querer…
Porque te quiero.
***

Hoy nada más hace ocho días

Hoy hace ocho días que la luz de mi mundo


Era una incierta y vulgar cacofonía
Que fabricaba los mañanas de mi mundo
Con la misma acentuación amorfológica

Hoy hace ocho días que mi mundo era un planeta


Empantanado por las sombras deslucientes
El abanico infinito de la esperanza en lo posible
Que regía los asuntos de la caprichosa coincidencia

Hoy nada más hace tres días,


(en un milagro que diagramaron los Sucesos)
coincidió lo que ofrecía… con la oportunidad para entregarlo.
Benignos guerreros y contiendas hicieron que luchara
En una temperada lid de sentimientos

Con un giro de la gracia divina cambió toda la heráldica…


Pulimentando así el color mar de mi bandera.

26 de abril de 2013

***

Con la ilusión de nuevos erotismos

Antes enlodado
con el veneno
del desamorío
La magnificencia
lavó la memoria
del corazón sangrado.

Con un aliento deleitoso


secaron las palabras
el rojo aún escurriendo
La belleza por último
volvió a vestirle el alma
con la ilusión
de nuevos erotismos.

***

La somnolencia herida por un recodo insano de mi historia

Te quiero en el simbolismo de las apasionadas instantáneas


que se impregnan con tu nombre;
Te quiero en la búsqueda de los momentos
que me otorgaron el confort de tus recuerdos:

En el acaloramiento de otros cuerpos, en el elixir de los rosales.

En aquellos instantes que te renacen en mi pecho…


Para que colmes a mi alma es que te quiero.

La vida sin ti es un asolamiento adondequiera.


Te quiero en la elegancia del silencio que me otorgas:
En las horas de los días,
en la somnolencia herida por un recodo insano de mi historia.

Por el acompañamiento que me ha hecho tu deseo auxiliador

es que te quiero.

***
En el creativo nosocomio de la vida en tu ausencia

Cuando los astros lo han dispuesto


te llegaron las noticias que esperaron
Veintitantos días en el creativo nosocomio
de la vida en tu ausencia

Me di tardía cuenta cuánto cuesta


sobrellevar la carga de este amor que los ismos maniataron
hasta la negación demérita del orgullo erosivo
Igual al imperioso tanque en la ceremoniosa Chinchibarra
Llenado día a día con las inexorables aguas de mi Tormes

Ése soy yo: y tú, mi amor, eres el río


Que se ha metido en mí y me colma
Para rebalsarme por los poros.

***

Poema a Carmen

¡Malvenida crueldad del Universo!


Puesta en marcha por la imagen de una amada
Quien un mediodía ha sido poseída por la rabia
De algún algo… que en otro tiempo habrá malentendido.

En su cuerpo no vio la centena que habitada


Mas ese aprecio lo obligó toda una década a esperarla
Sin embargo el maltrato arrastrado vetó todas las puertas
Tras las cuales se encontraban los cálidos consuelos
De los poemas delgaditos que sus manos de escritora hayan parido

Ella tiene ahora un costoso designio ambivalente


(Querido y odiado en ambos tiempos y al unísono)
Será la fuente que perdure a través de los otoños
Mientras el temor permanece en su escondrijo

Desde su tierra navegó a Ítaca diariamente


Con la fe puesta en que allí la encontraría:
La Providencia se lo renegó día tras día;
El dolor se convirtió en la terca fuente

Que no lo destruyó ni subsanaba.


Poemas desde 2014 a 2017
Haiku para la alborada

Gorgojeo, (cielo límpido)


La alborada tardía
Sobre bosques difuntos

***

ALARIDO

Como un cobarde se oyó la


vibración de su garganta
No pudo girar mirada,
llantos opresores y malditos
Tres o cuatro minotauros acorralaron
el adiós del erudito

Tembló el alarido que arrastraba


sus verdades.

***
***

Agonía

¡Ábrance las persianas!


Que las moscan
Disfruten de mi azúcar
¡Basta ya de torpe usanza!
Y centrémonos en los moribundos

En las camas apestadas


De los hospitales
Serán cadáveres respirando

Ensayan
El pronto escenario
Del velorio.

***

Retoño (15 versos)

Si fuera cierto que un vaso de vino por escrito


Se llevara para siempre los momentos de la vida
dejando en ese espacio la negrura irremediable
del vocablo ahora olvidado:
Pues mi vida ha mutilado
amaneceres de florales y vendimias,
En su lugar el tiempo ha perdonado los recuerdos lastimeros.
Preferiría morirme o matarme antes que escribir sobre tu cara.
La dejo dentro mío, como vino, fresca y blanca….
Me dejaría morir antes que escribir sobre tus ojos.
Dejo en algún recodo de mi mente un cofre intocable
En donde encerraré para mí y mis soledades
La lejana imagen de tu boca muda, de tu mirar inquisitivo….
Tu perfume de La Renta, tus loas penetrantes.

***

***

Procesionaria (10 versos)

Me extradité de la procesionaria
en una mañana por marzo remitida:
Me dejé envolver por tus dicciones
y
entonces fui crisálida de letras.
Buceé mientras te oía en la erótica
Metamorfosis del ser yo.
Me distraje en tus miradas y anhelé tu piel a punto.
Tus manos… me desplegaron de aquel capullo espeso
formalizado por tus verbos seguros
(en derredor de mi entelequia).

Poemas
Consolaciones para mi desarraigo

Ecos

20 de Julio

Otros caminos hicieron


Que me acerque hasta tu aura.
En el sitio del pescador ausente
Apeé de mi potro para verte.

Recordé antiguos helados corazones,


En el verso encontré alivio de mi pena
Y un pañuelo intelectual de fina seda
Me detuvo el lagrimal cuando salía.

Ante la maravilla que miraba


Postré mi mole en reverencia:
Ecosistemas básicos miré sin indulgencia
En la curadora lejanía de mi amada.

Coincidencias oportunas recuperan


La fina fe que mi alma metafísica
Había abandonado.
En la rivera tormesina
Comulgué con Dios
Mientras el ocaso iba naciendo.

Sin ninguna piel tu sangre turbia


Se movía tal cual el flujo líquido del fuego
Sometido a las gravedades del vacío;
Y en la contemplación de tu vientre curvilíneo
Navegué absorto a la deriva
Por más de media luna que menguaba.

Conmovedoras tropas
Se movían ágilmente
En el seno del cardumen.

Las brazas que inmolaron


A los gobiernos de mi Troya
Se enfriaron de inmediato
Cuando tu mística cadera
Se dirigió a la ceremonia
Del anochecer inevitable.

***

Dos Lados Asimétricos

27 de Julio

Sintió en algún momento


La llegada de su amada.
Dos golpes di a su puerta
Silencio hiriente su respuesta
A mi primer llamada.

En mi segunda comunión
Sentí el desdén feroz de su palabra.
Padecí en los últimos crepúsculos
La erosiva ceremonia de la espera.

Pero al llegar a la ciudad, al partir


En dos lados asimétricos mi angustia…
La desilusión se torno verso.

***

Sin razón

Observa la tormenta
Que no le deja inspiraciones.
Deseos de su cama,
Exigencias de la métrica:
Le invade una pelea
Que ya tiene muchos años.
Y busca un nuevo verso
Que le mate por la espalda.

Ese hombre trató de mesurar a sus pasiones;


Molestias que no debieran existir le acongojaron.
Encuentra el verso si se otorga unos momentos
Para observar el torbellino que se encrespa.

Una escalera formaron sus pasiones.


Rara inspección hizo que pisara fuertemente
Sobre cada una de ellas,
Para subir hasta la cumbre.

Haraposos versos culminaron el soneto


Con una rima nacida en el arroyo:
Avergonzadas oraciones
Le armaron la escalera.
Y acabó viendo una Tormenta.

***

El cuarto animal

Puntos luminosos, cansados días, poemas reciclados;


La tristeza pareciera un único armamento para el arte.
Fuera de mí mismo está la vida que en mi adentro.
Nunca pude encontrar en los libros sapiensales.

Veloces segregaciones provocaron niñatas moralejas


-Manantiales de insistencias me hirieron por una sola parte-,
Mis soledades son las fauces del leviatán que no conozco;
No quise sentir la piel del simio que me había sido concedida
En mi trigésimo día octavo del mes ocho.

La escamosa piel del renacuajo


No me inspira los mismos pensamientos
Que me habían conmovido
Hace trece días continuados.
Guerreras estrofas batallaron sin métrica ni rima
Al aliento imaginario de aquel triunvirato de feroces
Que conspiraban en contra de mis sueños frente mío…
Y por fin me descubrí sintiendo como ellos

Y escarbando comunes tierras


Busqué anticuadas sanaciones;
Di con el Grial que yo ya había
Descubierto una mañana...
O una noche.

Busqué mitologías para anotar en mis cuadernos,


Así al fin me rescataban del demonio...
Y eludir así la feroz desaparición de los griales
Que petrificaron el cuerpo de mi espíritu.

Y mi niño no halló lugar que lo cobije


Ni consuelo que lo calme…
Ni pude inventar literaturas
Que consiguieran el oído de mi tribu.

***

El Otro

La festividad de las truchas


Coronó la tarde
Con su sincronicidad manifestada.

Observaciones que no quiero fueron mías


Correcciones lastimaron a ese feto
Que en mi vientre se incubaba

En el arroyo tormesino
Escribí un verso de memoria.
Soy guiado por el dios de los lamentos
Soy esclavo de ese diablo...
Que no deja de enseñarme
Su faz por un momento.
Cayó en un bache oscuro
El verso vespertino.
Y ya no quise decir más vulgaridades.
E intenté fallidos juegos de palabras
Cuando el ogro en mi garganta
Me apuró para que hable.

Probé dejar la rima tal cual me la dictó


Ese invisible hombre que a veces me acompaña
En los soleados senderos que conducen a tu seno.
Pensé en terceros que mi prosa aún no adjetiva
Pensé también en ella...
Y pensé también en la voz de los sin rostro.

Vulgar me suena
El escribir de una mujer que no me quiso
Ya se internó en la carne que me arma
La Diosa de los cabellos homicidas.
De una súbita caricia incineraron a mi niño

Y me enojó el no poder
Aniquilarte de un plumazo.
Y me enojé....
Al notar que mis versos auspiciaban
El último deseo de su risa.

***

S.O. eseS

Con mis dos dolores y un remedio


Dejé mi hogar hoy a la tarde
Y busqué tus afluentes.
Corrientes riverinas
Me esperaban donde siempre.

El sol atardeciendo
Me facilitó la pena ambigua;
Dancé con ella en la pasionaria fundición
Del más íntimo deseo.

Me aterró la realidad que me circunda


Pero igual preferiría refugiarme
En esquizofrénicos lugares
Que me rescaten de a momentos.

Y una noche
La rebuscada ventana
Me demostró que vivía en una farsa:
Pero igual yo me quedé en la Esquizofrenia.
Pues me gustaban los socorros que me daba.

Indefinido

El río Tormes se hundió


En las corrientes de otro río...
Forzados versos, repentinos gritos:
Busqué ahora el referente
Para que mi verso cuestionado
Fuera auténtico.

Un gran planeta eclipsa mis estrofas


El río aparece cuando el cuerpo negro
Sigue paso por su órbita pagana
En busca de otro otoño
Que aplaque sus calores, sus glorias…
Y fracasos.

Imágenes del torrente tormesino


Se negaron a poblar mi cuaderno vespertino.
Y mi primer dolor aún no desea despedirse.

No quise nombrarla en un verso urgente


Que sólo busca vanidades mas ajea
La esencia que se esconde en el diptongo.

Podré decir que un timador hay escondido


En algún rincón indetectable de mi casa
Cuando voy a verla hay alguien que me ata
La puerta se me cierra de un golpazo…
Y queda rota la faz de mi garganta.

Justo cuando pensé ir a rescatarla


El río Tormes no me dejó curada la sutura…
Que se abrió una tarde de hace un año.

Felicidades se incorporan en mi seno:


¿Quién seré? Si no una aparición
Que ni se queda... ni se marcha.

***

El librepensador

Madrugada

El hombre que pensaba a su instinto no le concedía libertades


-El librepensador que pretendía prosa y versos nuevos-;
Buscó alguna santidad en quien poner sus esperanzas
-El librepensador pensaba para dar amor a sus iguales-.

Los puntos cardinales de la brújula marítima nocturna


Dios más que las nubes se los negó a su mirada taciturna;
El librepensador notó sin gracia que alguna de sus obras
Eran entretejidos vaivenes de musas extranjeras.

La luna simuló en el cielo negro el crepúsculo segundo,


-El libre pensador ya imaginaba teatros somnolientos-;
Marrones pieles de un muñeco lo distrajeron de su Sino,
-El librepensador esperaba que la luna descendiera-.

La luna creciente huyó con las estrellas a otra parte.


La lista de tareas ya no estaba, en cambio había escrito
Una carta para el Dios que rige el destino de los vivos.
Y junto con el alba se oyó el estruendo de la pólvora.

***

Resistencia

La Resistencia quiso incinerar


a la ciudad inexpugnable;
Allí guerrearon pocas horas
el bueno con el malo…

El homo sapiens buscó su identidad


en una roca de montaña;
Y al no encontrar un solo espejo…
La Resistencia depuso el armamento.

Cuando la luna conquistó al fin el cenit,


El pensador se quedó en el medio de la ruina;
La luna cruzó de punta a punta
El espeso firmamento;
El librepensador se quedó en vela;
Y peleó a muerte por su fe con el Demonio.

***

Varados Navíos

Indignado voy gastando


Las galerías de mi encierro.
Timoratos actos no lograron
De Dios el favor ganado.
Y en esta hoja voy buscando
Describir al que me mata poco a poco
En una sanguinaria ceremonia
Que dura lo que dura una estacada.

Traicionero refugio descubriste


En la caverna de los dos costados;
A placer me heriste sin reparos;
Penaré cada vez que te recuerde.

Y la vergüenza le volvió impotente.


El espeso paso de las horas
No consiguió aislar aquel engendro
Que en mi vientre fecundaste.

El poeta me acompaña desde niño;


Siamés acompañante que consuela
A mí mismo, al amigo, y a la amada
En el ojo mísero de este torbellino.

Ancestrales voces le inspiraron una lágrima…


Demoníacos personajes le incitaron
Pretender decir más de lo avistado.
Varados navíos construyeron el poema.

Y mis deseos se intercambian.

***

Reparos

Otra vez Dios te sorprendió


Devorando la sangre creativa
Que no fluctuó en mi pecho nunca.
Pero que tu vicio codició.

Parece no haber nada


Que impidiera al hostigante
Gozar de míseros provechos
Que terceros idolatran.

Mas es mi pecho el manantial


Del que brotan nuevas aguas;
Soportó criollamente el aprovecho
De su prole criminal.

Pareciera ahora mi seno,


-En la majestuosa ceremonia
Del fuego septentrional-,
Ciudad en ruinas crepitando.

Y asesino cristianismos
Que me ahogaron la palabra;
Y que mi vil vocabulario
No repare en extensiones.

Y subsidiarle la muerte impiadosa


A la letra de tu trágica garganta,
Con el noble filo enmudecido
De mis letras manuscritas.

Puercos en celo me han criado;


Crecí entre ciénagas de fuego.
Sin haber sentido nunca
El haber de mi conquista.

Encrespados océanos de odios


Me han bañado en esta tarde
Que ya los soles orientales abandonan;
Y la cursiva los volvió una mar en calma.

Largo arte ha sido el homicidio de tu cara.


He nacido con el verso atravesado
En el útero de mis posibles creaciones.
Para saber sobrellevar la carga que me hunde.

***

Templanza

Empezó a oírse la voz del no hablaba;


Miró su cárcel, murmuradas voces
Halló en el derredor de su escondrijo;
Injusticias y escrúpulos vio que se mezclaban.
Escribe el verso que no ajusticia nada;
Ese hombre llora la muerte de sus padres.
Quedaron en su alma los restos de aquel niño;
En una supurada resumióse la víspera pasada.

Indescriptibles sentimientos le inspirare


Hablar de aquel lamento que se suma
A la desgarradora y trágica mañana
Que buscó la sanación de sus dolores.

Maltratos de la mente, inspiraciones ultrajadas,


En una triste hoja se van viendo a menudo;
Desprecio hacia la vida siente el hombre que no llora,
Y ya no me quedé con corresponsal ni con amada.

Y sentirás así la furia que en los bosques


De la represión que se va multiplicando
Cual si fuera un Asterión en el recuerdo
De otros vivos que inocentes le mirasen.

Difícilmente puede el hombre su descargo


Resumir bien en dos versos rimados.
El impulso que le habló con las verdades
De a muy poco se fue domesticando.

Y no domina el que a la ley le pone vida


La igualdad entre su pluma y lo que hizo.
Eufémicas palabras se escaparon de su boca;
Que buscaron destronarme de mi silla.

En el verso que se expresa cabalmente


El desamor o la tragedia hayan templanza.
Un verso yo escribí con la sangre de mis manos
Para que mi desahogo no me mate.

***

El héroe y el Cautivo
Anticipado verdugo siguió todas tus huellas
Entre penumbras que mediaban a la noche.
En el oscuro ir y venir de pareceres y dolores,
El infante que buscaba la verdad halló una tregua.

No sin sufrimiento se descubren un buen día


Ocultas armas que templaron la mesura.
Entre reaccionarios escribe su verso el combatiente,
Halla calma mirando lo ocurrido en sus adentros.

Y se alegró de haber notado


la causa de Sus guerras.
Temió a que sus visionarias
se perdiesen…

Y así buscando el verso


interpretó el valiente la batalla.
Aún con el sin nombre
reinando en sus adentros.
Él es quien desde la herida
crea al verso o a la prosa.

***

Minotauro

Comienza a irse
el intangible sol;
Encuentra a un hombre
en laberínticos pensares.
En invisibles Minotauros
se halla convertido
su recuerdo de amor
inconquistado.

El hombre
que alguna vez engrandecía
los códigos divinos;
Es ahora una inmutable mole
de odios infundados;
Su pecho, alguna vez,
no tuvo Minotauros.
Ahora...
Ariadna ya no ovilla
la madeja salvadora.

Hoy únicamente
en el pausado vaivén
de su respiración siamesa,
encuentra razones
para seguir marchando día a día.
Y se alivia en grande…
Si la mata de un plumazo.

Ariadna se enredó
en la misma seda salvadora.
Ya hace años que no puede
escarpar del calabozo.
El toro embístela
con su cornamenta fulgurante.

Mientras te observaba

Madrugada

El dolor lo invadió
En medio de su sueño.
Presumidos lápices
Cursionaron sus sentires.

Muesca tensa demostró


la comisura de su boca.

Recuerdos
De romances inconclusos
Asoció su mente al juego
De apócrifas palabras.

Solamente le idea vengadora


De que en algún mañana
Te encontrarás con este verso.
Y entenderás rápidamente
Que mis ojos te observaban.
***

Marea y resaca

De punta a punta
El toro la atraviesa.

En su seno...
Ya no viven deseos ni pasiones.
Inerte se quedó en su último suspiro.
Y Teseo llora por la cornada victoriosa.

¡Oh, Salvador! deja de llorar


Que el día aún tiene remedio
En la milenaria fuente
De las letras manuscritas.
Allí te veré santificando
Al creador de nuestro encierro;
Tu pluma contará furiosa la batalla.

No busques las armas increadas,


Esta escalera podrá
Llevarte hasta la letra
Que se ha escrito antes que nada.

Y de la primer mayúscula
Al punto que remata la oración
La Resistencia se irá difuminando.

***

Incierto

Madrugada

Antiguos versos se reescriben


En el cielo de la noche.

Su cara ya no luce como antes;


En la despreciada marea de la noche,
Soy yo mismo que va luchando en contra
De aquella visión que me desgarra.

Muy corta fue la cita


En la entrada de alguna galería:
Duró pocos minutos,
A pesar de mi insistencia;
Dudé también de mi presencia
Cuando pensé ir tras el triunfo.

Vivencias reemplazadas,
Afectos inconclusos.
Y no sé en esta realidad
De ningún nombre verdadero.

Y ya no nota el cautivado
Su patria… En ningún punto.

Negación de realidades se repite


En los adentros desterrados.
Y quisiera que el Señor
Repartiera una limosna de milagros.

***

Al Poeta

Más saberes, odio irrefrenable.


Oportunidades perdidas llegaron a la mente.
Una piedra de tu mano golpeó mi ciudadela;
Y la dejó temblando sin reparos.

Felicidades sembró el regreso mío;


Tu encuentro provocó dolientes llamaradas;
Pareciera tu bienvenida un repugnante dardo
Que en mi pecho atinó con puntual táctica.

Intenté templar la punta de tus dianas


Que a mi corazón todavía están sangrando.

Debajo de la tierra quedaron sepultadas


todas las voces que pertenecieron a otros vivos.
Me quedé sentado extraditando pareceres.
Y no encontré el verso que te mate.

***

Doce Agostos en un Año

Doce agostos me acompañaste adonde quiera


Te callaste en el momento que mi oído quiso oírte.
Todavía la sádica costumbre de tu cuerpo
Revive vergonzosa y lentamente esta insanía.

Quisiera finalmente que murieras en el útero


Que doce años atrás te había fecundado.
Mis sintaxis son nuevos armamentos desangrados
Y combaten a tus fuerzas con el lápiz negro.

La costumbre de tu cuerpo entre mis manos


Ha sido para mí el grave encuentro con la muerte.
Y te veo susurrando nuevas citas
Allí, donde la luz del sol nunca te encuentra.

Espurios fantasmas han resucitado en esta aldea


Cuando acostumbré mi mente a tu cuerpo depredado.
Fue la estólida juventud necia quien en mí engendró
Tu inerte feto en el vientre de la memoria infecunda.

***

Pensamientos Mamíferos

Sentimientos de ira sentiré


cada vez que me mire en un espejo
y no te vea.

Terceros corazones provocaron dentro mío


La temerosa sed del homicidio.
Grandes odios, perdidas inútiles...
La tuya me ha dejado viviendo en un infierno,
que se va multiplicando por orgullosos ayeres;
Ya lejanos, antes intensivos.

Cada vez que seas recordado y no te tenga


Sabré que he sido un tonto por haberte asesinado.
¡Ojalá no hubiera sido en vano el homicidio!

Fue este inmenso temor a perder mis libertades


lo que forzó este ruin soborno
al Dios de la frivolidad
con el sacrificio de tu imagen.

La rápida mañana
nos sorprendió a los dos
en una misma cama.
Y el vocero comunicó
con antipática sonrisa
el indulto de mi suerte.

Mas por error prometí sacrificarte.


El terror suplantó a la lógica mundana;
Recuerdos de la gloria
entorpecen el presente.
Y a Dios le ofrecí lo que más quise.

Pensé también por un instante


renunciar a mi promesa:
Pues sospeché la falsa magia
del milagro comandante.

Y de golpe atiné que lo casual…


Sostenía el cuchillo que sangraba.

***

Una herida que las cursivas aún no sanan

Mis manuscritas aún no curan la honda herida,


Ni se esfuma la mañana que pasé entre tanta gente.
A mi puerta aún no toca la mano que me salve.
Indecisos silogismos anoté en aquella papeleta.
Pretendí forzar la rima para que tu cara se disuelva;
Poco a poco, cada letra dedicada la va desintegrando.
Grandiosas guillotinas decapitan el cuerpo de mis versos.
Iracundos amaneceres despuntaron en la casa del exilio.

Simbólicos rituales lo acercaron a su tierra;


Jamás leí tu prosa, tu puño es traicionero.
Parecen tus sentencias desvalidas de coraje.
Aunque resaltan entre aquellos de tu misma especie.

Forzosas doctrinas de mis antepasados me rogaron


Que matara a mis hijos con un solo estacazo
Del reprimido hierro de las mediocridades,
Que ahora, ya están navegando en agotables superficies.

Urgentes, mis manos precipitaron a su sangre


Encima de la hoja inmaculada que un minuto antes
Con delicada y fina prosa se esmeraba en dedicarte
El recuerdo de mis tardes por la ciudad de Argos.

***

Paradoja

Mis queridos son insanos, dejaron en mi pecho


Prolongado llanto que las horas no detienen.
El Malo detuvo mi pregunta, pues él quiso
Rituales paganos alrededor de su gobierno.

El Malo me persigue, me suplica… Me reprime;


Y cuando lo nombro las migajas de un alivio
Se instalan en el nido de las traiciones y la angustia
Y mi pecho respira profundas bocanadas invernales.

Paradójicos cantares rescataron inusuales beatitudes…


Reconocer que el Malo nos gobierna antes que el Bueno
Es el primer paso que promete liberarnos del encierro;
Pero sigue reprimido en la caverna este grito indescriptible.

Aliviados versos quisieron culminar mi último cuarteto;


En otro rostro vio a su amada el criollo que pelea;
Dio forma a su verso la voz del Malo que escuchaba...
Honraron esta estrofa simulados sacrificios.
Karma

Quiso el verso llenar con las palabras


Que mataran a ese minotauro
Se dislocó la hombría cuando
Probó mil versos manuscritos.

Escafandra oscura le cubrió la piel del rostro


La hipocresía tachó la pluma de aquel zurdo
Afectos intocables le acompañaron ese día
Mientras lamentó criminalidades en su estirpe.

Se murió miles de veces en un día;


Aquel zurdo no puede aunque lo intenta
Matar traidores cristianismo que lo ahogan:
Una vez más probará el endecasílabo.

El amor no le llegó aunque había cumplido con su parte;


A los dioses reclamó el incumplimiento del contrato;
En el ocaso próximo jornales dolores le acompañan
Como para que no olvide su mortandad inevitable.

Juglares rimas mitigaron angustiosas la epopeya


Y recordando viejos maestros que a su tiempo
No significaron grandes enseñanzas…
Dolor inexpugnable le genera su patria potestad.

Lacrimales poesías lloró en el papel inmaculado


Asfixiado quedó el caminador al que su tierra no protege
Y su llanto ya no pudo retener más un instante…
Prefirió perder el trono y que reinaren los silencios.

¿Cansaré a los que me oyen contándoles trivialidades?


No se termina el verso, tampoco la discordia…
Mentiras y exigencias corrompieron las aguas de su cáliz.
Mentía cuando dijo que la quiso.

Sin miedo ni ansiedad que lo atormente


Miró los fríos ojos de su sangre
Confianzas abusivas perpetraron ese ánimo
Mas un dolor crucificó su letra zurda.

Inolvidables riñas fatigaron a su alma


Busca otro grial que aunque sea le compense
Putrefactas aguas que hoy está bebiendo
En rituales de su tierra esperó hallar su nepente.

***

En busca de la santidad

Aguardando la señal de los dioses que idolatra


Quedó aquel hombre en la noche vacía de su luna
Quiso remediar errores con un truco de magia,
Mas el peso de la piedra le impedía aquella obra.

Intentos de su prosa y de su verso


El criollo escribía ante ese inhumano amigo
Que no tiene tacto ni sentidos…

Refugio de las penas que su prole le inspiró


Es ese nuevo amigo sin ojos y sin bocas.
A él le cuenta su amargura, sus nostalgias
El poeta que se quedó oyendo el suspiro.

El poeta que no tiene tierra ni tampoco tiene santo


Busca profundas intensiones en los otros;
Grandes prestidigitaciones que pertenecen a otra prole
Ese hombre quiso incorporar a su alma cotidiana
Para que ya no le temieran.

Entre paquidermos y limitaciones


Propias de la palabra humana
Quien fue libre en otra época
Espera el consuelo que no llega.

Jactancioso estuvo el virtuoso por un rato


Luego que culminó la magia de las letras
“Manuscritos y únicos amigos”, lo llamó
El tímido poeta del alma tormentosa.

Don divino que otros vivos no poseen


La veloz pluma ganó la competencia
Entre dioses y demonios que dominan
La luz del sol, la noche, el mar y las estrellas.

Satisfecho quedó el hombre de letras al acabar este poema.


No importaron el dolor de su homicida prole
Y le tembló la diestra por el ansia de escribir
Este poema manuscrito mientras su santo se iba yendo.

***

El panal

Las paredes de este laberinto


Las formaron bárbaras palabras
Que no quise oír de boca alguna.

Con fatídicos besos


Aquellos trogloditas
Crearon poco a poco
Los barrotes de mi encierro;
Cual insecto constructor
Que va dejando su saliva.

Un panal de letras
Se formó alrededor mío,
Es de noche y me lamenta
La lejanía de mi santa.

Los primates mayores


Pasaron la posta de sus armas
A quien le corresponde mi tortura.

Hace años que raspo las paredes


Que me negaron libertades
E indignado yo camino día a día
Por los pasillos de mi reclusión.

Sin querer la ofensa de mis pares


Rescato en este verso
A un toro que me embiste rato a rato.

Asocié todos los ruidos


Con el gemido de este toro.

La Envidia me ha dejado su mordida.


Y el miedo a la cornada troglodita
Un tatuaje que parece me acompaña
A cualquier reino…

Y se prodiga mi vergüenza.

***

La mano en alto

Sólo tú puedes
Entender la intimidad
Que sostienen estos versos
Reflejando mi victoria perecedera.

Le quitas al ingenuo la esperanza


De un mundo que no albergue galerías.
Como tú existen
Mil animales oscuros
Que en su exterior
Lucen las formas de los dioses,
Apolo, Eros y Psique
Mas en tu esencia jamás luces
Una sola gota de nepente.

La cultura del prosaico


Codició aquella rosa negra
Que se abrió en el ocaso con el rayo paralelo
Que puede adquirir hermosura en su corona
Mas su aroma es siempre fétido.

Y le regocija el saberse omnipotente


Ante lo que el devenir pueda jugarle.
Harás lo que tú quieras
Mas tu ofensa es memoriosa.

En el anochecer aquel humano


Miró a Dios gesticulando un guiño:
Como para advertir al minotauro
De un poder que sólo lleva el elegido.
***

[Ángeles y Santos]

El toro obstaculiza la poética corriente


Que saldrá de mis gargantas.
Embravecida mar en calma
Si es que acabo de mirarle.

Esperé largo rato ayer anoche


A que el toro se escondiese
En un recodo inofensivo
Y que yo pudiera salir de mi escondrijo
A matar las venenosas cascabeles
Que me sirvieran de comida antes del sueño.

El veneno de la víbora que yo pude matar


Me sirvió para que el toro se amansara.

En hiriente compromiso
Quedaron mis presentes enredados
Cuando pedí a los dioses,
[Ángeles y santos]
Despertar en la morada
Contraída por el genio.

Femeninas lágrimas escupe para afuera


El lagrimal que no contiene sentimientos.
Migajas de lo pájaros comí por dos semanas
Debido a mi necesidad de no pedirte nada;
Pero a medias mis hambres se calmaron
Cuando probé, cuando comí… Y al fin morí.

Ese toro embravecido temió ver a los hombres;


Y nada compensa ya la muerte de mi niño.
No existe doncella ni príncipe… ni niño ni plumazo
En esta corte que hace rato me llamaba.

Increíbles afectos entorpecieron su trabajo


Salieron de su pluma los versos, temblorosos …
Y ese toro lo encuerna cual si fuese una corrida,
Y ese toro le clava en una vértebra
La veteada cornamenta.

Rápidos cuernos le clavó en sus ojos color piel


Y le cegó en la mañana para toda la jornada
Rápidos cuernos soportó criollamente en cada ojo…
Y ese toro no puede renunciar a su estacada.

Tu cara nada la disuelve.


Tampoco el paseo de los días
Borró de mi cuello estremecido
La erótica cornada que me mata.

Pisé nuevas palabras,


Pisé nuevos galpones:
Y las noticias inmediatas me llegaron
De otras tierras… y otros horizontes.

Y desde aquí lo pude ver:


La corte izó bandera
En sus dos torres iguales.
Sensibilidades buscó entre sus entrañas el poeta
Que hace más de dos semanas esperaba la comida
Proveniente de los dioses
[Ángeles y santos]

***

La Galería sobre las arenas

Guerra de tintas negras


libró el verso que se inicia.

A quien me calla
van malintencionados
los dardos de esta pluma.

A ti te canto,
¡Oh, traidor que me amarraste en el silencio!
Degüellos repetidos
se prodigaron en mi mente.
Mis deseos armaron este verso
que atraerá hasta mi ventana
a los oidores de la voz
que nace frente a la escritura:
Mi verso no ganó que su presencia
se excomulgue por sí sola.

Y yo transcribo ansiosamente
la poesía que nació esta madrugada.

Voces sin cara me animaron


a prosiguientes escrituras;
Y así confundo los valores
que diferenciaban de inmediato
a los asesinos de mi estirpe.
Con gran motín se levantaron
las fuerzas que no quisieron verte.

Llameados pensamientos
produjo este silencio.
Combato al que me calla
sin gozar victoria alguna.

***

Los cuatro Estes

Tentaciones de abandono
sufrió la empresa de mi suerte;
Contradicciones se aproximan
desde los cuatro estes de mi vida.

Bajo las balacera de aquellos cañones matutinos


mi poeta me susurró las mil verdades al oído
En el post-trauma me hartaron las voces de los míos;
Sobrevivió mi héroe, y ahora pide sanaciones.

Forzada métrica, trágica rima


noté en el cuerpo de mi verso.
E intenté mejorar la poesía
presté atención a la voz de aquel poeta.

Me susurró al oído la verdad que iba buscando:


En el camino, se apearon mis oníricos intentos.

Me dijo el toro que acomete:

-No cuestan los versos,


mas duele el rebajar mi corazón
hasta la altura de tu especie.

Hiriéndome la tarde que cerraba su festejo;


El mare magnum ha dejado de servir a mis propósitos.
Increíbles ecuaciones resultan al finalizar una lectura;
Mi palabra volverá otro día a tu jardín imaginario.

***

El llanto de la prole de Minos

Preferencia bipolar me lleva errante y naufragado


por los pasadizos y arroyos de la vida.
Soledades necesarias son las tardes
cuando me acusaron de traiciones.

¿Quiénes son ustedes


que se ocultaron detrás de mi ingenios?
Amordazan el alma de mis versos
para que yo no pueda resaltar
entre las ramas de mi especie
Y conquistar así ese sexto continente
que aguarda la pisada del poeta
para que cultive la Tierra de los Versos
Y coseche en primavera
la prosa que sembró el déspota invierno.

Pasados silogismos atacaron el frente de mi verso;


luego de reflejar en un espejo blanco
las cualidades enemigas
No detecté entonces intenciones de contienda
en el campo, en el país… ni en la Ciudad de la Memoria
Y me apené bastante al enterarme
que los libros de mi esfuerzo
eran quemados por mí mismo.
Cuando el Matador apareció
miré por la ranura hacia el fondo de mi pecho.
El Toro quería comer la carne de mis niños
para que yo no pudiera levantarme.

Fatigadas cursivas rellenaron utópicos papiros;


Negación de lo trivial arrastra consigo el beneplácito;
Catedráticos deseos intentaron explayar mejor el arte;
Pero en horribles verborragias culminaron sus cuartetos.

¡Ay, dolor, angustia y carne de mi carne!


Mis hijitos no pudieron prosperar
en el mundo al que los traje.

Y yo aquí quedé tratando


de darle nueva vida a sus pechitos.
El mal ganó por varios cuerpos
en la carrera de la vida.

Frágiles huesecitos oí quebrarse


cuando el Minotauro les embistió con su corrida.
Sus cabecitas chocaron con el cuerno
que venía a topetarlos
desde un recodo ensombrecido
de esta infinita ciudad de galerías.

Y yo quedé paralizado:
Silencioso miré al Malo
escarbando con sus hachas bipolares
el tierno pecho de mis hijos
en una siniestra cirugía
que fosilizó a mis intensiones.
El toro desangró
las arterias de mis niños.

Pensar veloz es el que arruinó la mar en calma.


Parece la metáfora repetidos códigos inciertos.
Y el buscado alivio por fin halló el prosaico
cuando el Maldito rumió para su cama.
Partidor de mi alma tiene un nombre:

Minotauro
***

Endiosamiento

Me negué a la palabra
debido a que sufrí
la injusticia inmerecida
Censuré trivialidades
que el Callado ha detestado.

Acostumbrado al laberinto
escapé a la calma de los bosques
Y busqué a ese Minotauro
que Teseo no asesina.

Como una dolorosa referencia


aquí el camino se repite;
Clásicas verborragias despilfarro
Ellas representaron mi conciencia.

Y yo más aliviado que embestido


busco la rima de mi verso;
Nepente para el Héroe
es la anécdota versada.

Favor que tú no tienes


es el don de la escritura.
Pareciera el verso estaca
que asesina a los fantasmas.

Por el codiciado arte


de llamar las atenciones,
deseaste del autor
poseer las manuscritas
que no te merecías.

Futuros junios alivianan


el peso de mi herida
Pues mi fusil le atinó al pecho...
Y no me basta con la métrica ortodoxa

Sé que tu ignorancia es la causante


de tu temprano allanamiento;
Corazones ultrajaste en este juego
de las conquistas pretenciosas.

Y me siento apadrinado
por el dios de los lamentos.

***

Amplitudes

Dolorido karma revivió en aquella tarde


Buscó el verso fundado en la memoria
Enredadera de pasiones siguió con la mirada
Y sus dioses le dejaron patitieso.

Pronto Toro embistió el pecho de ese hombre


Frenó el sufrir con su historia antes versada
El juego de palabras se hizo rima demagoga
Dolores infernales… Presurosas redenciones.

Vacío amplio es el silencio de sus ídolos y dioses


Canceló visiones de nuevas cofradías;
Pero sus dioses no le delataron la salida
Y deja al albedrío del lector la trama de sus letras.

Cayó en el abismo del corazón hecho pedazos.


Y se siente desplazado por desconocidos sentimientos
Yacedor en un exótico galpón acompañante
Poco a poco se junta de las ruinas a sí mismo.

***

Quien Sabe Nadie

Gran llanto meridiano asila


el que se ahoga en soledades.
Y yo busqué la métrica prefecta,
y me estrellé en mil murallas pedregosas.
Primeros cuartetos expresaron
una vez mi inconcordancia.
Lamentadas tardes
sufrió el hombre que
[a su República]
ya nunca más divisa.

Tierras extrañas pisó el que versa


luego de la inerte despedida;
Su corazón ya no halla paz
en el refugio memorioso.

Inquietas cerraduras se encaprichan


por todos los rincones de esta casa;
Eludiendo tempestades
-ante el juego de palabras-
alcanza la otra orilla el ingenioso.

Puerta abierta que no quise cruzar


ha dejado a mi dolor
en la estela de su pena;
En la imagen intentaba
darle final al juego de palabras.

Reiteradas trabas cercenaron


el campo de las poesías increadas;
El autor incluye en esa estrofa
a la hoz llagueante del lamento.

El autor
que en otro epistolario
habló a Quien Sabe Nadie.

***

Los amantes

Parece que Neptuno empujara las mareas


para que la traidora luna corriese más aprisa
y así mi sangre transitara velozmente
todas las rutas introvertidas de mis venas.

Aprovecho el blanco fondo


de mi hoja anochecida
para rendir el culto escrito
del Maldito usurpador de mis poemas.

En una seguidilla de detalles exclusivos


quise despilfarrar mi vida entera en un único poema;
Pero me vedaron la escritura estas dos manos
que se prolongaron en una entorpecida y única falange.

Te ocultaste no sé cómo en mis entrañas;


te fue matando poco a poco
cada una de mis notas
quise redactar sobre tu cara
Y sobre la cicatriz que me tatuaste
con tus hachas criminales.

Cada una de tus letras


estará ahora en mis adentros.
Entraron cual violentos saqueadores
que buscaban la comida
después de mucho tiempo
de abstinencias y de ayunos.

¡Irónica Justicia!
Pues de todas las letras
que no te he dedicado,
te fijas más en las que te lastiman.
Pero indiferencias tuyas han sufrido
sin embargo mis versos elocuentes.

Las moralejas que me pasaron los ajenos


son todas una hipócrita doctrina
Pues yo quise aprender de tus palabras:
Y sólo gané la recompensa del reproche.
Y me sentí común entre comunes.

Ya me lastiman las leyes de este juego


que a ningún lado me conduce
mas me hiere día a día:
un puntazo en la mañana,
un raspón a media tarde;
Y se hacen mis prosas temerosas, precavidas…
Pues se sienten paranoicas.

Veo injusto el reclamo de tus voces,


que sin piedad repiten algún verso pasado.
Y de ahora en adelante
son para esta soledad arquitectónica
los textos que pertenezcan a la nada.

Y esto ya me sabe a un Tres en Línea


que nunca termina de acabarse
Y ya aliviado por esta tipografía curadora
me paré a meditar en solitario
en las tierras de una mar sin arrecifes
para arrojar así al baldío
todos esos versos que no te haya dedicado.

Y ahora que no tengo un poeta a mis servicios


no podré dictar el testimonio de mis días
Pues después de acariciarlo
se ha marchado lentamente a otra morada.
Tal vez si el infinito me atacara
yo también me marcharía hacia esa casa

Que no tiene ninguna galería.


Tres líneas de la mano

Tres Líneas
de la Mano

Del Amor

La Playa de Mi Vida (Huellas)

Antes de cumplir los veinte aniversarios,


Yo creía que en el mundo el amor era posible.
En ese entonces mi corazón se enamoraba
De todas las lecturas que leía:
Pues yo hace mucho tiempo
Creía que en los libros
Se encontraba la verdad que iba buscando.

Así una vez leí de un niño


Que venía de otro mundo;
Y me enojé con todo el que decía
Que a las rosas nunca había que escucharlas.

Leí también literaturas


Que a su tiempo me habían parecido,
Soberbias moralejas para el mundo en que vivía:
Yo sentía que sus mágicas sintaxis,
Me perdían en abismos submarinos
Y planetas fabulosos
Donde amanecía con dos soles
Y dos lunas cremita me acunaban
Cuando la luz se despedía
En su bipartida melancólica.

En la ardiente ruta de mis veinte aniversarios,


Yo me enamoraba de todos los poemas como este.
Pues hablaban de valores (que si ahora me fijase),
Yo diría que en un corazón cuerdo
No se habían inspirado.
Y entre todas las lecturas
Que he leído hasta esa época,
Leí también en una tarde
Sobre un hombre repasando
El recorrido por la playa de su vida:

Dos pares de huellas que iban juntas


Dejaban evidencia
De que Dios le acompañaba
En sus momentos más felices.

Pero en sus horas de más pena,


Notó con decepción un solo par de huellas,
Emblema de la pura soledad indivisible,
A la hora en que Dios nos pone pruebas.

¿Por qué Señor – le preguntó – ,


Has andado al lado mío solamente en alegrías?
Y en cambio me has dejado caminar en solitario,
Por la playa de mi vida
Mientras te he necesitado con urgencia.

Pero Dios le consoló


Con Su marcial sabiduría,
Pidiendo que examine nuevamente
Las arenas de su vida:

Para poder seguir andando juntos


Por la Playa de tu Vida
En los momentos más difíciles
Verás un solo par de huellas
Que demuestran apatías,
Porque yo te llevé en brazos,
Para poder seguir
En un mañana andando juntos,
Codo a codo
Por el vado de tu vida.

¿Cuántos pares de huellas iré dejando


Por la playa de mi vida?
Pues yo siento que a medida
Que mis pisadas dejan marcas
En las impredecibles y cambiantes
Costas de mi vida
La gran carga que yo arreo
Va borrando cada paso que se marca
Y en vez de un rastro va dejando
El desafiante surco que divide
En dos mitades
A la historia de mi vida.

Si a medida que camina


El Señor fuera conmigo dibujando
Una frontera que corta en dos mitades
A la playa de mi vida,
Al poco rato de haber empezado el recorrido
Yo le increparía con mi afiebrado ímpetu sobrante:
¿Por qué permites que los hombres
Respetemos tanto al malo
Y con el justo desquitemos nuestras iras?

Si el Señor fuera dejando


Sus colosales huellas al lado de las mías
(Mientras vamos codo a codo
Por la playa de mi vida),
Para en un mañana corregir a mis cuestiones,
Mostrando la evidencia
Que dejaron en la arena de mi vida
Dos pares de huellas en mis dichas
Y en mis tragedias sólo uno:
Pues yo en verdad desconfiaría…
Muchas veces enredaron mis razones
Las palabras de otros hombres.
Y desperté varado en una playa
Sin arenas, sin estrellas y sin mares.

Si el Señor caminase al lado mío


Por la playa de mi vida:
No me bastarían diez mil millas
Para reprocharle cuánto logro
Me ha quitado poco a poco
Utilizando las manos
De quienes yo una vez más quise.

Y al Señor le pediría que me explique


Por qué permite siempre
Que los hombres nos hagamos
Viejitos tan de golpe.
Y olvidemos por completo
Al niño que esperaba ansioso
La campana del recreo,
Para tener sueños un ratito
Bajo la quisquillosa sombra abanderada
Del patio del colegio.

Si el Señor dejara al lado de las mías


Sus certeras huellas imparciales
Mientras conmigo va midiendo
La distancia de la playa de mi vida,
Yo tendría en mis haberes un reproche:
E insistiría para que finalmente
(Él o alguien más me explique),
Por qué los hombres recordamos
Mucho más del otro los errores,
Y en cambio vivimos
Exagerando nuestro atino.

Y cuando ya se haya cumplido


La mitad del recorrido,
Y al volvernos vieran nuestro ojos
Una playa pisoteada que lavaron las mareas:
Le pediría que me explique
Por qué yo no he podido
Hacer algo más de lo que he hecho
Para que mis padres…
No se mueran de a poquito.

Si yo fuera capaz de mirar hacia adelante


Para ver futuras huellas en la playa de mi vida:
No me extrañaría para nada
Observar que en el perplejo día de mi muerte
Será el mío el único y triste par de huellas
Que atisbaré sobre la arena
Llevando el catafalco
Por el vado de mi vida.
Le diría que tantas injusticias y tanta indiferencia
Me hicieron preferir caminar en solitario.
Pues hasta la compañía del más Santo
Habrá finalmente rechazado
El último vestigio del orgullo que me queda.

Si en esta parte de la costa de mi vida


Dios me está llevando en brazos,
Para que a mí me resulte menos árido el camino:
Entonces le recordaría con voz firme
Que mis piernas se han acostumbrado
A caminar adoloridas,
Y aún pueden avanzar
Sobre el cañaveral y los pantanos.
Pero sí le rogaría con persuasiva disfonía
Que cortara con su mágica cizalla
Las cadenas que me atan
Al arreo que me hunde por las costas de mi vida.

Si yo hablase con Dios en un mañana


Que separan de esta fecha
Unos 20 ó 30 treinta aniversarios:
Yo dos cosas recordaría me ha dado
Para que mis fuerzas no se arredren
Si no todo es alegría:

La primera, le daría muchas gracias


Por haberme permitido
Ir andando solitario
En mis días de más pena.
Pues he aprendido a caminar entre penumbras
Cuando mi camino fue nublado por mis lágrimas.

Y finalmente, si algún día alguien me diera


La oportunidad de poder ver Sus rectos ojos,
Le agradecería en tantas veces
Como reproches yo haya hecho
El haberme permitido caminar al lado tuyo.
Y estar seguro que de ahora en más
Siempre veré cuando me vuelva
Dos pares de huellas yendo juntas...
Por la playa de mi vida.

La mar en calma

Me gustaría tener la calma de la noche;


Hoy mis horas se parecen
a un mar embravecido.

Por un tiempo las olas se sosiegan:


En estos momentos las tempestades descansaron.
Tu voz a la distancia le ha restado
importancia a la escritura.

Había olvidado las palabras


que describen la paz que nunca tuve.
Pero poseído por el recuerdo de tus ojos
me estas dictando en qué idioma
realmente se define
la mar que empieza a sosegarse.

Y este grito me entera una vez más


que aún existía en mis adentros
la calma que mis lágrimas
habían sepultado.

Todos los inviernos han perdido sus alientos.


Ahora todas las batallas han cesado;
y mis horas se parecen
al mar mirando en calma las estrellas.
Antes difícilmente se aquietaba
en las horas de la noche.
Y a mí me parecía ser una errante carabela
que se ahogaba en maremotos, olas y tormentas.

Fino brebaje criminal o salvador me has inyectado


por la vía intangible de las miradas calmas.
Y de repente se pararon todas las batallas:
Yo busco en el sol que se pone
tras el mar de mis adentros,
un noble sustantivo que haga honores a esta magia
resucitada después de haber pasado tanto tiempo:
Década, siglos… Y milenios.
Los últimos vestigios de tu rostro
se despiden del ahora.
Y dejan sembrada la semilla
de tu cuerpo y de tus manos;
Alguien ahora guía la escritura de mis manos:
antes, sólo describían la amargura.

Todos los fantasmas


se han ido reemplazando en esta tarde
por ese fuerte celo que despierta en mis entrañas
el perfecto perfume de tu boca ávida.
Y no encuentro sustantivos
para este reencarnado sentimiento.
No encuentro más palabras… no las hallo.
Y me apena que este sentimiento
no admitiera descripciones.

Pero me importa poco el no ser hombre de letras.


Pues tu presencia perenne ha logrado a la distancia
la calma de este mar embravecido.

He vuelto a estar en calma.

Primera Estrofas

Dejo a un lado mis deberes y mis distracciones,


Solamente por el placer de acordarme de tu cara.
Abandono mis preocupaciones
Y pienso en acariciarte una mañana
Después que nos amamos sin piedades y sin prisas.

Me olvido de mis miedos


y pienso que todo puede ser posible.
Encontrarte por milagro…
Y que seques mis lágrimas pasadas.

Nuestras ventanas se parecen


A espejos enfrentados.
Y escribiendo siempre aguardo
A que tu cuerpo me deslumbre.
Pero sabiendo que en tu casa no estás sola,
Asomo la cara para que tus cercanos adivinen
Aquello que no puede articular el pobre idioma.
Y te comenten algún día
Los sueños que hoy temo decirte

Si no desnudo más mis sentimientos,


no pienses que son pocos.
Sólo temo no ser tus ilusiones,
y aquí sentado... callo.

Haberte visto aniquila mis orgullos y soberbias,


Pues tu presencia me ha vuelto vulnerable.
Y ya puedo pensar en mis mañanas…
Y los tuyos.

La Feroz

Anoche me dormí pensando en que la viniente alborada


nos sorprendería semejantes a dos fieras satisfechas
Hoy me levante furioso por no verte al lado mío.
Pensé que al despertarme tú estarías
husmeando mis escritos.

Tal vez escribo pensando que las líneas


te obligarán pronto a mi lado.
Por primera vez confío
en que nadie me pregunte
¿Qué por qué tienen tus versos?

¿Por qué ya no pueden ser mis días y mis noches como antes?
Ya no podré levantarme después de las 6 de la mañana,
ya me costará leer los textos
que no estén escritos con tu letra,
Porque el verdadero enamorado no se siente satisfecho,
Sin haberle dedicado unos versos a su amada,
que compensen con alguna rima la ausencia de su cuerpo
tieso por las noches luego de pensarnos en un Torcal ensimismados.

Ya he hecho a un lado en mis letras manuscritas


la prosa que es gigante en descripciones…
Y a el verso que me inspira tu continua ausencia

El deseo de poseerte y de poseer tu cuerpo


no es solo un deseo mundano y terreno
Nos va enseñando que las cosas invisibles
aún tienen cabida en el mundo de los muertos.

Y mis manos y mi pluma no pueden detenerse.


Cuando desperté había pensado que tu ausencia
Era la responsable de mi furia.

Sólo ahora después de haberte copulado


con cada letra manuscrita de este texto,
Encuentro la gran satisfacción de quien logra su orgasmo
Y se abraza a su amor ya satisfecho.

Sin Importancia

No me importa mucho que mi letra sea fea,


Pero me importa que no puedas entenderla.
Por eso es que deseo, por primera vez en muchos años,
Ser mejor… ser prolijo
Y que vos no te avergüences.

No me importa mucho vivir entre fantasmas.


Me importa no llevarlos a tu vida.

Me importa poco haberte hablado


Entre dudas y temblores.
Me importa mucho…
Que vos lo hayas notado.

Me importa poco mi ignorancia;


Ya me hecho pasar muchas vergüenzas.
Me importa mucho que vos no la toleres.

Me importa poco no saber que decirle a las personas


Cuando sus palabras me terminan ofendiendo.
Me importa mucho no saber algún día defenderte.

Por primera vez en mucho tiempo,


Tengo ganas de que algunas cosas cambien.
Ahora le empecé a dar importancia a mi osamenta.
Porque quiero que me importe
Lo que tanto tiempo despreciaba.
El café de tus Descansos

Confieso en esta estrofa y en mis rimas manuscritas


Que desde hace mucho me despierto y te imagino caminando
Cuando por la ventana de mi cuarto miro hacia la calle;
Entonces adivino que el reloj marca las doce
-Tal vez las doce menos cuarto-,
Pues si tu andar ligero adorna el marco que contorna mi ventana,
Yo sé que la hora es pronta a dar las 12...
Pues abandonas por un rato a los libros
Que te sirven de techo y de meriendas.

Yo sé que más o menos a las 12 te llevas tu blancura


Hasta el café de tus descansos,
Sentada en la vereda luces tu fertilidad como a un sombrero
(Es una trampera para los que todavía sueñan con princesas)
Y esperando bajo el sol del mediodía
Aguardas a que tu reloj marque las dos...
Para ponerte bajo el techo de tus libros.

Hoy nada puedo decir yo que no sea una mentira.


Puedo intentar escribir cualquier frase que yo hubiera dicho antes
Para que mis hojas rutinarias se completen con urgencia
Pero a mitad del verso ya me quedaría en blanco
Pues la falsedad es un jinete que grita grandes "¡Arres!"
Pero al poco tramo del camino recurre sin opciones al apeo.

Puedo yo decir que tengo miedo de cruzarte


Y este último verso no admite de mí cuestionamientos.
Pues aseguro con destrozado orgullo
Que esa es la verdad que más me imita.

Ya no temo tanto a un posible cruce de miradas


Luego de haber fosilizado sobre el papel la confesión de mis dolores.
Si es que acaso yo saliese de mi casa hacia el trabajo...
Y te encontrara acompañada en el café de tus descansos.

Dilatando la el final de este poema


En una imaginaria despedida,
Mato el tiempo con pequeñas consonantes manuscritas,
(Diptongos y vocales)
Deseando ver la hora....
Y no verte en la vereda del café de tus descansos.
Derretimiento

En el inicio de mis letras, hace tiempo,


mi corazón era un planeta
de glaciares territorios.
Las lágrimas y el frío
han sido fidedigno entrenamiento
para que la pluma testifique
la hondura de mi desamor culpado.

Recuerdo aquellas noches y mañanas:


Me hartaba de palabras y eufemismos
para que mi prosa disolviera poco a poco
esa muralla que del alma me apartaba.

En el camino de mis letras


casi siempre era de noche;
pues caminaba hacia el ocaso
para que el sol nunca me espere.

Yo pensaba que si apuraba un poco más


la tenue marcha de mis pasos
alguna vez abrazaría
a ese sol que poco a poco iba muriendo
si miraba hacia el oeste de mi vida.

Pero resultó que el horizonte no era inmóvil:


Y cada minuto que pasaba
mi sol moría un poquitito más en su partida.

Y una vez que se hizo oscuro:


Pues yo quedé desamparado
sentado a un lado del camino.
Mis letras y mis rezos no habían conseguido
demorar al menos un ratito
a ese sol que se ponía
para que yo al final pueda achucharle.

Pensaba que si el sol alguna tarde


me esperaba a que lo abrace,
podría yo traerlo hasta mi mundo
y derretir con su calor las mil y un estalactitas
que me encerraban en las cuevas de mi mundo.

Cinco años me extravié


en el frío de la noche que destierra;
En la quietud esperé a que el Derviche se presente.
Y mientras tanto pensé mil versos nuevos
para hacer contacto nuevamente con mi alma.

Recordé también ideologías


que había defendido en otro tiempo.
Pero me cansé de respetar el nuevo ocaso...
Y casi muero en la noche repetida.

¿Como será escribir con mi corazón


mirando a un nuevo este?

Ahora la pasión que el nuevo sol me ofrece


me ha devuelto la esperanza que algún día
los ateridos territorios de mi mundo
-con selváticos calores-
descongelen sus montañas.

Ahora que mi mundo resucita


mis letras ya no escriben
eufemismos ni temores.
Y remo con mi pluma
en los océanos templados
de mis letras manuscritas.

Ahora me animo a ver los sitios


que los hielos ocultaban a mi vista:
Los caminos que antes me negaba
la amazónica friura de mi mundo
ahora son senderos que recorro
sin pedir permiso a nadie.

Y ya no temo a la noche que atormenta.


Pues ese sol que va naciendo
es mi brújula marítima diurna.
Súbitos glaciares derretidos
nutrieron otra vez el torrente de mi vida.
Gracias a un nuevo sol que ha despuntado...

Mirando al nuevo este de mi vida.

Mis sueños realidades

Si pudiera hacer mis sueños realidades


Ya mismo pensaría en encontrarte
De tarde o de mañana.
Que yo sea aquello que hace mucho
Tu corazón está soñando,
Como tú hiciste realidad mis sueños postergados.

De poder hacer mis sueños realidades


Te imaginaría solitaria
En los caminos que frecuento.
Y justo en el momento
En que tu memoria no lo espere,
Yo iría muy despacio
A coger ese universo
De sensualidad que es tu cintura
Y sin palabras… ¡Sin palabras!
Te esperaría lo que fuera
A que te acerques atravesando
El aire enmudecido.

Cuando te pienso ya no hay críticas ni estorbos.


Descubro que mis miedos eran tan improbables
Como las fantasías más utópicas.
Si te veo ya dejan de importar
Los desaciertos del destino.

Soñar todavía me está costando un poco.


Y quisiera que mis versos armaran la estrofa
Que en todas partes has buscado
Y el Destino te ha negado con repetidas decepciones.

Con el tiempo soñar empieza a postergarse.


Talvez esto sea demasiado realista para un verso.
Pero tú desde allí estás logrando sin quererlo
Que otra vez mi corazón recobre
Su fe en la poesía.

Cinco Caracteres

Hoy no sé si la verdad o la escritura


me darán la libertad que yo les pido.
Ojalá escribir un libro en verso
me alivie de tu ausencia.
Si es cierto que las letras manuscritas
son el conjuro que sana corazones:
ya en el acto trataría de inventar un alfabeto
rico en consonantes y vocales de mis penas.

Y entonces cada vez que la A


quedara por escrito en esta hoja,
sería parecido a que tus ojos
hubieran visto todos los dibujos
que todavía no pude regalarte.
Sería igual a que mis versos llegaran a tu oído,
y así yo sentiría que todo lo que no te había dicho
ya es un capítulo agregado a la historia de tu vida.

Si a la E tocara el turno
dejaría por escrito el dolor que es no tenerla.
Y de paso en esta letra se irían disolviendo
mis réplicas a Dios por la insolencia
que ha elegido para mí como lección
que corrigiera a mis modales.

En la entereza de la I
se irían yendo poco a poco
todas las lágrimas que no suelto
por fingir la torpe hombría.
Y en el suspendido punto
que le corona el cuerpo
como en un truco de magia
se irían quedando en esta hoja los dolores
que siento cada vez que recuerdo su hermosura.

El sombrero manuscrito de la O
sería un pequeño testamento
que le recordaría, si alguna vez ella lo viera,
los grandes sacrificios
que yo he hecho sin que ella se enterase.
Por ejemplo, mirar por la ventana a cada instante…
Esperando que ella apareciera.

Y en la curva de la final U por último yo elegiría,


que allí se bambolearan en mil idas y venidas
todas esas ilusiones de su amor
que ya están muertas;
Pero ingenuas desean su regreso:
Y no saben que estas letras
(vocales, consonantes y puntos suspensivos)
ya murieron…

En otro abecedario.

Mariposas negras y blancas

Una persona pasa por mi vida


y siembra la tristeza.
Luego se va, y otra se queda,
y deja mi cuerpo remendado.

Se va y en el mar mis adentros


navegan repentinas literaturas
y principios de justicia
ejemplificados
en unas pocas leyes.

Como una mariposa negra,


una efímera presencia
se ha posado en mi corazón
y se echa al vuelo cuando desova
la milimétrica oruga de la traición.
Que en su larga metamorfosis
abre las alas de la desingenuidad.

Y mis versos son


cada vez más verídicos
dolorosos y extendidos.
¿Qué soy yo al fin
sino una etapa representada
con silogismos egoístas de mi círculo variante?
Y la certeza de estar absolutamente solo
me amedrenta.

Cibernéticos afectos de falso nombre


Se cuelan a mi realidad cotidiana.
Atraídos por mi poesía y mis prosas
(El perfume del néctar de mi corazón).

Y una vez ya madurados mis sentires


regresé al cobijo de mis remendadores,
que sin cuidado por mi néctar
me ofrecieron hospedaje.

Y mis letras son minúsculos únicos amigos.


En nuevos rizos ellas me demuestran
la verdad que no prefiero.

Y en esta historia resumida en Ene versos,


se quedará mi corazón sin mariposas,
emanando el olor de su nepente…
Para enamorar a esta soledad vespertina.

Colisseum

Somos actores representando


libretos improvisados
En un teatro vastísimo.

En el chinchón de la vida
baraja y reparte el Sino;
Al nacer ya nos tocaron
los roles a interpretar
Somos actores analizando
guiones de la esperanza
En un teatro vastísimo.

En los crudos tinteros del hoy yerrado


nos vivirá esperando la inapelable escencia
del por aprender;

Unos con otros interactuamos:


Somos actores improvisando
el rol de nuestra desdicha;
Fracaso, sufrir y pena:
Tres resmas blancas llenadas
viviendo el día por día
En un teatro vastísimo.

Con la decepcionada tinta de la desingenuidad


sentenciaremos las tácticas de la gloria
para que sean leídas
en los libros de lo porvenir.

Congoja, drama y parodia:


Son tres libretos en blanco
que al nacer Dios nos endosa
para ir llenando los blancos
De este teatro vastísimo.

La espesura del punto y otra


jamás habrá sido vista
hasta el día que nos vamos.

Somos actores representando


sabios guiones escritos
En un teatro vastísimo.

Emigrando

Una llorada tarde decidí dejar en libertad a los gorriones


pues me mataba ver a su mamá dentro del nido.
No demoré un instante más aunque me duela
y rectifiqué ante Dios el haber de mi inconsciencia.

Mis gorriones piaron despacito


para pedirme la comida de esta tarde...
Recuerdo que al principio
Su gorgojeo me despertaba en la mañana.
Pero ahora casi no se escucha
Cuando mis pichones tienen hambre o tienen frío.
Maté de una pedrada de palabras
no hace mucho al último gorrión
Que dormía en mi casita.
Lo asfixié con ironías y con indiferencias.
¡Ay, Dios! Si ustedes vieran la tristeza que me daba
No puso demasiada resistencia...
Y no soportó mucho el martirio de mis voces.

El último gorrión que en la ventana de casita


susurró neófitos cantares
hace un tiempo que no canta ni pía.
Creo que el alpiste que le daba
lo mató por no ser el apropiado.

Lejanos intérpretes que no vi nunca


Opinaron de la voz de mis gorriones
Y a mí un llanto me mordió el alma por entero
Al pensar hasta donde pudo haber volado.

Yo había hecho un trato


con el dios de las cursivas.
Pero firmé cosas tremendas:
Tuve que restarles horas a mi sueño
para poder cumplir con mi palabra.

La promesa que me hubo dado el dios cursivo


yo no vi que del todo se cumpliera:
Tal vez él vio que aprovechaba
todos los derechos que tenía,
e interpretó que yo faltaba a mi contrato.

El canto de los gorrioncitos


que vivían en mis nidos
se fue apagando de a muy poco.
Ellos lucharon por su vida mucho tiempo
Y vivieron en la ventanita de casita
desplumados y con imposible vuelo.

Hace mucho los gorriones que vivían en casita


Cantaban a toda hora del día:
Y con su canto alegraban a todos mis queridos
Y contaminaban los cuartos de mi casa
De esperanza y alegría.
(Doy genuino testimonio).

Hoy seguro estoy que si volvieran


A la ventana de casita
Yo intentaría ser mucho más disciplinado
De lo que he sido con ellos:
También era difícil...
Pues nunca pude entender completamente
Lo que su canto trataba de decirme.

Desingenuidad

La práctica matinal de estas grafías


se fue quedando con el tiempo
bajo la sombra amarga de las hieles
Que me dejó el saberme un hombre.

A muerte Combatí en ambos ejércitos.


Y maté corazones de ambos frentes
Un poeta me ha quedado como resto
De aquella vida mía desgastada.

Del amanecer hasta el crepúsculo segundo


Mi hondo llanto desplegaba las alas indeseadas
De esta desingenuidad que ha despuntado.

La desingenuidad abrió sus alas una tarde;


Y mi niño se fue en su barco hacia otras tierras;
Me quede valorando a los muy pocos...
Y me mató el recuerdo de su risa.

El fuerte en que vivimos largo tiempo


No fue un obstáculo para la huida de mi niño:
Rompió de a golpecitos las altísimas murallas.
Y ya fue tarde cuando quise desdecirme.

Mi niño se marchó con el corazón mirando hacia otro este;


Y yo quede desamparado llorando pretéritos actuares
Mi niño huyó de las ciudades hacia el bosque legendario.
Y endioso a cualquier hombre que no venda su doctrina.

Mi niño huyó un buen día en busca de los ríos


Que calmaran la sed que le he causado.
Y no parecieron importarle los espinos, la distancia...
Y dejarme solo entre los hombres que no aman.

Una vez que estuve solo


me quede viendo por horas
el crepúsculo segundo.
Me dejó solo mi niño
Cuando quise defenderme.

Se llevó con él todas mis armas


Y mis yelmos arturianos.
Como venganza del maltrato…
Como reproche de todo
cuanto yo no pude darle.

En la amurallada casa que yo tuve a mi niño


El cielo nunca había sido azul celeste.
Algunas pocas veces
Yo pude darle estrellas de los mares.

Del Destino

Canto al Fiel Guerrero

Afina la lanza.
Resurge de tus cenizas,
Resurge de la niebla.
Tú que no tienes nombre;
Que yo te sostendré entre los fantasmas.
Mañana otra vez nos quedaremos solos.
Y el Señor será el único testigo.

Afila tu lanza que es la pluma:


Amansadora de dolores;
Mártir de la injusticia;
Contacto con lo divino.

Afila tu lanza que es la pluma.


Tu arma nos ha rescatado,
Tu arma venció a las tribus bárbaras.
Mitigando los incomprensibles karmas.
Afila tu lanza que otra vez,
Veremos a los incansables enemigos del pasado.

Con este canto de guerra te suplico:


¡Afila tu lanza que es la pluma!
Redentora de las Maldiciones;
Y curadora de la angustia.
Teseo de los Asteriones.
Afila tu lanza que es la pluma,
Y pon a tus enemigos de rodillas.
Pues otra vez mañana atacarán sin tu sorpresa.

A esta daga demos gracias:


¡Afila tu lanza que es la pluma!
Pues es la que en verdad nos hace libres.
Hazle tributo en cada hoja
Sin temer a la vergüenza.
Que poco a poco habrás matado a las Cerberos:
Es el remedio, Fiel Guerrero,
Al hechizo impertinente del Leteo.
Afina tu instrumento Fiel Guerrero,
Que los temores a la muerte
Se irán quemando en cada letra.
Prepárate para enfrentarte
A los dragones y demonios.
Con cada línea tus fuerzas se engrandecen.

¡Inclina tu lanza Fiel Guerrero!…


Y apunta al corazón de los Dragones.
Y que tu mano no tiemble ante la duda:
Pues esta daga será el arma que la venza.
Prepara tu arma fiel guerrero…
Y dales muerte a todos los Demonios;
Que en el día resucitan
Y en la noche persiguen a tu sueño.

¡Prepárate, fiel guerrero¡


Pues nada hay más que tu pluma.
Y podrás en esta noche
Enfrentar la incertidumbre de mañana.
Bebe de esta fuente fiel guerrero
(Te lo imploro).
Y pide que tu historia
Se transforme en poesía pura.
Pide a Dios que en la oscuridad
Se enciendan brillos.
Y que tus letras sean poesía pura.
Prepárate esta noche, fiel guerrero.
Pide ayuda para perdonar a tus fantasmas.

La Cruz en Llamas

Hubo quien la llamó "Pequeña Llama".


Ahora Resucita de los barros.
Para empezar a crepitar entre la paja
que espera a los pies de tu crucifixión ser incendiada.
Para quemar la cruz de tu recuerdo.

Que poco a poco las llamas contaminen con su fuego


el heno que arderá al primer contacto.
Y empieces a sudar el miedo,
Cuando tu falda empiece a humear
Y tu sexo arda también por el calor del fuego.

Me deleito en el jadeo de tu boca


mientras el fuego a tu carne sacrifica.
Yo deseaba que tu sexo fuese mío...mas ahora
me prende imaginarte con las esperanzas extraviadas.

Me imagino que tus ojos me buscan


entre una multitud que desprecia
tu mirada temerosa y resignada al fuego.
Y tus cabellos, antes rojos naturales,
Ahora empiezan a teñirse de cenizas.

¡Cómo desearía que tu cuerpo ardiera en llamas!


Es un deseo parecido al de tu sexo.
La pasión que me negaste
ahora está depositada en mi deseo de venganza.
Y que la hoguera arda despacio;
Para que tu muerte sea dolorosa y roja:
Rojo sangre...

Y rojo fuego.
Saltando Puentes

Salto los puentes que me unen a tu nombre


empezando de nuevo el rito extenso
que me desarraiga de tu cuerpo.
En letras manuscritas construí
mi lagrimal una mañana…

Y el verso que te cita.

Fortaleza impotente buscó el verso


que se forma con todas esas caras tuyas.
Impotentes impulsos
desearon en épocas distintas
tus besos así como tu muerte.

Quejadas soledades son mis días


luego de aquella media tarde.
Aún busco el abrigo
de aquella boca tuya.

La multiplicada imagen de sus ojos claros


azotaba cada soledad después de haberle visto.
Y su fantasma se ha ido apareciendo
cada vez más helado y lacerante.

Cuando ya estoy aliviado


escribiré hasta estar seguro
que el dolor se irá temporalmente.
Sólo basta una carilla para empezar a desmembrarle;
Sólo sigo exigiéndome rapidez en la escritura
para que la tinta en el papel desintegrase
este sentimiento poderoso.
Y mi poema son ruines líneas de lamento.

Ya no creo en Borges ni en Neruda.

Como probando evoco su recuerdo


a ver si me lastima igual que al empezar estos escritos.
Y recuerdo con asombro que su cara y que sus ojos
se irán desdibujando con el tiempo.
(Dicen)

Dicen que las pérdidas con el tiempo


Se convierten en ganancias.
Esta historia no tiene para mí
Principios ni finales.

Yo no creo que hoy sea el momento


de secar mis lagrimas a lápiz....
Todavía lastima mi presente
la memoria de esos últimos segundos.
Y todo lo que había imaginado
quedará mucho tiempo
en el deseo silencioso.

Dicen que dedicarle algunas hojas


a un dolor muy profundo
mitiga la pena y se lleva nuestra angustia.
Yo desconfío que esta vez funcione.

Dicen que dedicarle unas hojas


a un dolor muy profundo
se lleva los recuerdos que nos lastimaban.
Ahora estoy creyendo que son puras teorías.
Pues veo infatigable su puntazo
para que se quede algún día en el olvido.

Aún ingenuo me vienen ilusiones


de un una próxima última mirada,
Y tal vez la oportunidad
de hacer las cosas de otro modo.

Dicen que dedicar algunas horas


de continua escritura
a una pena reciente o pasada,
mitiga el dolor y activa nuestro olvido…
Ahora la odio y odio mi tristeza.
¡Con qué facilidad se convierten en opuestos!
Las emociones que hace poco
hacían de la vida un lugar digno.

Ya le he dedicado algunos versos


sin métrica ni rima
y aún no se me borra
el recuerdo de sus bárbaras palabras.

Solamente en el alma
me queda la tristeza.
Y nada cura el karma
que ha venido desde lejos
a subyugar mis ilusiones.

Soy

Herencia de mis antepasados contuvo


tímidas necesidades de ajusticiar
al homicidio de mis ídolos:
A ellos los sostuve muchos años
sobre un altar de arena inconsistente.

Presencias que me han amado


no consuelan su injusticia;
ya no vienen hasta mí los invisibles
que me dieron una tregua.

Soy como la tormenta criminal


que escucha al trueno
y luego rinde sublime tributo
lineal y caligráfico.

Pequeña agua de tormenta


regó el dolor sembrado
en la casa de mi alma.
Y le di sol y le di sombra
a una margarita detractora.

Yo soy como la campestre tierra


que regala a quien lo aprecia
mágicas brisas perfumadas
a la hora del ocaso.

A la hora del descanso


recordé los dardos
que ayer mataron
a un gorrión tras otro.

Soy como la cumbre o como el valle


que encuadra cada una de sus flores
en el centro de una postal maravillosa
pródiga en conceptos celestiales.

Yo soy el universo
que reserva el lugar justo
a cada sol...
Y a cada Tierra.

Soy como el océano agitado


en invernal solsticio
creando olas de amor
y de amargura.

Los temporales sentimientos


de amor y de amargura
aquí jamás me llegan.
Viajó en el tiempo
el temor a equivocarme.

Soy el crepitante sol


que engaña a los terrestres
con la perfecta imagen
que le concedió la Providencia.

Así me entretuve
en el país de los temblores
cuando la autenticidad imbuscada
tomó la rienda de mi voz y mis palabras.

Yo soy como el encarcelado


deseoso de las calles
que ha limado de a un barrote...
Por cada punto que sentencia.

A mí y al injurioso
nos separan diez peldaños.
Nacimos separados
por la mitad de un continente.
Yo soy como el telar que deshilacha
con cada miligramo de su tinta
aquellas expresiones enemigas
que obstruyeron el flujo de sus venas.

El está bien y el no hace falta


dejó sin entusiasmo
a la carga de mi pluma.

Sentí nostalgias de mi madre


igual que hubiera muerto.
Y una gota de agua dulce
trasladé hasta el analgésico Leteo.

Yo soy como el esclavo


que refugiado en el mental soneto
con críticas parciales...
Tramó el ajedrez de su venganza.

El Suplicante

De ser Dios quien concede al suplicante


A Su gracia dedico esta escritura:

Pido a Dios agregue más años delante de mi vida…


Por que ya he desperdiciado muchos días,
Y moriré arrepintiéndome de lo que no he hecho por pereza.
Devolvedme la memoria de mis 17 años,
Pues a esa edad yo todavía perdonaba.

Si Dios me escucha le ruego para mí tolerancia y cortesía,


Pues la gente que me trata me reprocha la conducta
Y yo no puedo explicar en el momento lo que pienso,
Doy razones por evitar las agresiones de ambas partes.

Ruego también mucha paciencia


Por si acaso que Él me tenga reservada alguna etapa de revanchas,
Entrar en ella sin que me importen los años envejecidos,
Creo que después de tantas mareas y resacas,
No va a importarme mucho la espera de la gloria
Si era así que Él lo quisiera.
A Dios Padre pido una añadidura:
Inteligencia que me guíe en las palabras que ya uso.
Así los demás no tendrán argumentos que me ofendan,
Y de ser lo contrario a mis deseos,
Sabré qué contestarle al indignante.

Suplícote también otra vez ingenio o astucia verdadera.


Devoción, sacrificio y buen criterio.
Así sabré yo cuando arremeter contra El Impío
O cuando volver sobre mis pasos
A fin de conservar en mis adentros la Certeza
De Ti, de Tu Hijo… o de Tu Esencia.

Voces censuradas

Exageradas falacias dejé de anotar una mañana


en el reglón de aquel primer cuaderno pundonoroso.
Voces censuradas que vinieron por mi oro
Sin decencia corrompieron mi primera estrofa y mi argumento.
Somos los hombres una inerte consecuencia
De las letras heredadas que trataron de endilgarnos;
Políticos intentos usurparon mis más lindos refugios
Sirvieron a tiranos mis espadas y mis yelmos.

Errantes agonías
Padecí por aquel tomo...
Asteroide, Rosa y Niño
“mi mejor mitología”.
Lloradas prosas ha inspirado
en mis adentros
Aquel silvestre animal de pelaje angora.
Nuca pude dejar de mirar la pasión ni a la belleza
Como una rosa roja que me hablaba...
Inmensos árboles estaban
estropeando mi inocencia.

De grande vi otra vez


a ese niño muriendo en el desierto;
y allí vencí mordidas
de venenosas cascabeles.
Desde entonces:
Escribí mejor mis versos.

El Reflujo

Hoy quisiera dejar de hablar de desamores.


Que mis versos entreguen
fantasías y esperanzas.

Ojalá en esta tarde mis pensares fueran claros,


ojalá dejaran de mostrarme quejidos y amarguras.
Porque hoy deseo escribir cosas alegres
Deseo escribir que, por ejemplo, en mi infancia
Fui feliz con mis amigos.
Recordar pequeñas cosas que ahora mi memoria niega,
Recordar por ejemplo, que una vez la luna y las estrellas
me salvaron del suicidio.

Yo quisiera describir ahora para ustedes que me miran


Una vez que la felicidad me había tomado por sorpresa.
Igual que lo hace siempre la desgracia.
Yo deseo que en ustedes leyeran en mi verso
Lo feliz que he sido en el potrero.

Lo lamento, yo no puedo.
Porque ella no estará más en mi mente.
Es extraño pero cierto lo que tantas veces he escuchado.
El amor se acorta mientras vive,
Y el olvido puede durarnos para siempre.

En Mi última Estrofa

El momento que mis manos esperaban ha llegado,


Ahora ya no hay ella.

Este sentimiento que recuerdo


Haber tenido pocas veces
Dictó a mis manos el verso que esperaban,
Y dejó entonces la gloria de ser mi meta reprimida.
Que me ha hecho escribir como un poeta
Y le dio a mi vida la nobleza
Del guerrero que al rey defiende con su vida.
De haber sabido lo que sé
No hubiese actuado tan aprisa.
Hubiera permitido que las tardes y mañanas
Agiganten ese irrepetible sentimiento de dicha y de nostalgia
Dicha por haber sido elegido para un amor tan grande
Y al mismo tiempo
Nostalgia por ser de fantasía
Y saber que sólo mi mente es responsable
De todos nuestro besos y todas nuestras cópulas.
De haber sabido lo que sé
Hubiera actuado de otra forma.
Pero el arrepentimiento fue tan grande
Que al momento de elegir me ha traicionado.
La ingenua idea de un amor más indulgente.

En mi último verso se confunden


Todas mis lágrimas, mis deseos y temores
Este último verso me conforta,
Pues no tiene vanidad
Ni se jacta de ser métrico.
Sólo dudo si será lo suficiente
Y que ahogue el recuerdo de tus ojos,
En una única vocal, en una sola estrofa,
En una sola sílaba….
O en la idea de tu ida.

Nosferata

Tu convertida imagen pareciera ser un vampiro


que no me mata tan solo cuando escribo...
Y se alimenta de mis versos manuscritos.

Te prendiste a mi corazón de una mordida,


y aunque me lastimas te deseo.

Mi vientre es la contracorriente de salmones;


noviciarias imaginaciones avivaron
mis inextinguibles deseos
por verte en el ritual de los gemidos.

Y al detener mis manos la descripción de esta agonía,


me culpo cuando imagino que ciertamente
buscaste igual que yo la carne...
Y que eras tan común como cualquiera,
y que ni tú ni yo fuimos capaces de sobrevivir
sin el adictivo ambrosía que despide la perfidia.

Y entonces descubro
que fuimos sediciosos de la carne...
Y sólo eso.

Y como si fueras una única referencia de la vida,


seguiré describiendo día a día,
(por más que lea muchos Borges y muchos Principitos),
imaginaciones que me irán sugiriendo lo que eres;
¡Así!: Mordiéndome la vida...
Dándote el perdón únicamente
si te viera sediciosa de la piel y de la carne.

A oscuras eras la reina más tirana,


que sólo piensa en su corona...
y en dar perpetuidad a su prole.
Pero sin embargo te deseo...
Pues tú y yo somos comunes.

Mi verso inicial
ha sido un gran planeta en erupciones.
Ha ido tornándose más calmo,
a medida que una imaginaria pluma fuente
mudó mis secretas fantasías
de mi alma hasta la hoja.

A medida que mi letra confesó la forma que tiene


el grito sagrado del hereje,
mi verso ha ido cambiando...
Y ahora es una hermosa primavera,
que concluye apaciguando la danza del Hereje.

El Ansioso

Aunque acabo de jurarme


que no voy a hablar de ella
busco en mis adentros
un impulso que haga un verso
que me alivie de esta ausencia.

El Poeta retorna victorioso de los campos


donde mil años combatió con el Guerrero;
Los restos de su cuerpo y de su cara
todavía resucitan en un vestigio hiriente
que regresa de a momentos.

Después de unos minutos


de haber pensado en ella,
la marea embravecida le concede
una tregua a la muralla
que azotaban las olas vespertinas.
Ahora ya no hay hipocresías:
puedo hablarle a los rincones de mis miedos;
Ya nada me fuerza a escribir lo que no quiero.

No me importa si este verso


es rebuscado o elocuente.
No me importa que me juzguen
-El Ansioso ahora está muerto-.

El Ansioso asoma apenas su cabeza;


(Antes conquistaba todas las ciudades),
sin batallar ya era de antemano soberano.

Y aunque sé que ella volverá para matarme,


Me quedará por siempre un subterfugio
Pues podré intuir otra estrofa… otro poema.
Ya el ansioso es doblegado,
el Sin Prisa es el nuevo soberano.

Aquellos territorios ardieron


muchos años como Roma.
Hoy es en verdad maravilloso
la paz se ha sembrado en todas partes.

Estoy solo y el Ansioso se ha marchado,


-Espero: para siempre-.
Ya somos Uno…
Yo con el Calmado.
Sentido

Esta tregua que hace un tiempo


sólo dependía de la presencia de terceros,
hoy ha colonizado sin prisas ni piedades
todo los cotos y aristas del terreno.
He dejado de sentirme como extraño
Espero no perderme en esa selva
de los diablos y pigmeos.

Si las idas van o vuelven


ya no importa para nada.
Aquí ya no hay deseos
de agradar al semejante.

Ahora sé lo que era necesario:


solitario y distendido me enamora
-igual que hace once o doce años-,
el presente… Que “regalo” significa
(Y que me endiosa).

Avistando

A la enfermedad y a la locura
puedo contemplar
desde
la cima de este Olimpo.

Donde los temas y cuestiones se detienen


existe un prado de frescas consonantes.
Allí se recogen como flores
nuevas prosas y la nueva poesía.
Estos temas tanto me apasionan
Que temo morirme sin dejarlos por escrito,
Con métrica perfecta…
Y precisa ortografía.
Un gran amor sin ella ni ninguna
ha nacido de golpe en mis adentros.
Escribir… ¡Sólo escribir me hacía falta!
En cada verso se acaban mi vida y mis ideas.
En un punto final que mata la trama de las prosas,
O en la coma que suspende a la idea del intérprete.
Por un rato no habrá ella ni ninguna.

Al inmortalizar mis letras por escrito


regreso a la Morada de mi infancia
con un poder que pocos vivos han tenido:
La paz con el Sin Prisas… y sin ellas.

El César

La escritura me ha devuelto
Las ganas de vivir esta mañana.
Aún mi mente expone las viejas resistencias,
Que se originaron en una pesadilla del pasado.

Por ejemplo:
El deseo que estos versos
No admitan réplicas ni burlas
Hace que mi duda
Demore tantas letras manuscritas.

Sin embargo otra vez la vida me demuestra


Que el actuar aniquila los temores y fantasmas.
Pues luego de unos versos sin métrica ni rima
Ya intuyo el origen de mi karma;
Tal vez para evitarlo
Haya requerido compromiso y valentía

Hoy he decidido rechazar mis pretensiones


Esperando que nunca más
Debiera hacerlas responsables
Del fracaso que recuerdo hoy multiplicado.

Los dolores de mi cuerpo están ligados


A los muchos pensamientos que entorpecen
Mi respiración y mi presente.
Pero ya sabemos qué deberes nos atañen
Para que esta hoja nos rescate de del infierno.
Que este papel sea un emblema
De la esperanza que regresa sin apuros a la vida.

He jurado al Cielo y la mañana


Que nunca más voy a extraviarme
Del camino verdadero.
(Ya no temo a nuevos desamores).
En esta hoja y en letra manuscrita
Quedaran testificados mis deseos:
Justicia, devoción, perdón…
Y valentía.

De la Vida

Refugios Naturales

Tal vez por vergüenza ya no mire tanto al cielo.


Las nubes ya no me inspiran ninguna carabela.
Mirar al cielo hace mucho dejó de interesarme.
Pues ya no reconozco la forma de las nubes.

De vez en cuando la perfecta luna blanca


Se me incrusta en el rabillo
Y me invita a que mire las estrellas.
Entonces yo le explico que soy grande,
Y que mi amor no está en el cielo;
Mi amor esta perdido aquí en la Tierra:
Por eso es que casi nunca miro las estrellas.

Mis ojos ya no miran más allá


De los dinteles de las puertas,
Por si acaso algún día yo con ella me cruzara,
Y así no pierda otra oportunidad de enamorarme,
Por estar buscando
Inmaculadas carabelas de algodones.
Allá lejos, donde el más alto de los hombres
Nunca llega...
Ni aún con la puntita de los dedos.

Siendo franco... Ustedes no imaginan


Cuánto a mí me gustaría recostarme
Sobre el impredecible césped de la plaza,
Y tener de compañero a un guardián escarabajo:
Si yo fuera diminuto pareciera un dinosaurio,
O una máquina futura, o una bestia abominable...
Que nada más vi en mis pesadillas.

Ustedes no imaginan cómo a mí me gustaría


Recostarme en una plaza con los ojos en el cielo,
Y sentir cómo se pierden en mi última retina,
Legendarias carabelas blanquecinas;
Yo querría que expresivas lágrimas vivientes
Despidiesen a una repentina manada de caballos,
Que se adentraron de perfil en mis pupilas,
Y se esfumen poco a poco,
Sin que su paso indetectable deje huellas.

Yo quisiera que esta noche


Una gran luna anaranjada,
Pinte de púrpura las nubes camufladas
Que moran en el innominable cielo taciturno.
Y entre el negro espacio que el sol ha abandonado,
Se entrometiera una delgada nube inspiradora...
Y mi recuerdo la convertiría en la forma de tu cara.
¡Qué pena que ya no miro tanto al cielo!

Yo recuerdo cómo me gustaba


Ir a la plaza de mi barrio.
Apenas la mañana ilustraba las hamacas
Y las bancas centenarias,
Yo ya me sentaba hasta la tarde
En el arenero de mi plaza,
Y esperaba mucho tiempo
A ver formas en las nubes.
En ese tiempo adivinaba
En cada nube una figura.

Yo tenía la esperanza
De que mis trenes celestiales regresaran.
Y así Dios me señalara
Que todavía no me habían olvidado;
Pues volvieron de regreso a despedirse.

Ahora que la inesperada helada


Me ha hecho buscar refugios naturales,
Y en la desesperación suplico al cielo
Que ya no esconda a mis amigos los dragones,
He perdido esa paciencia
Que dibujaba sustantivos en las nubes.

Hoy que mis palabras


Se articulan sin la misma fe que hace diez años,
Y en la marcha del discurso,
Imponiendo su doctrina,
Viejos textos que he leído
Desearían que mi hablar
Fuese una copia de su teoría verosímil,
Miro hacia los cielos
Y mi corazón ya no quiere susurrarme
Que en las nubes hay figuras escondidas,
Pues se ha cansado mucho de insistirme,
Y que yo lo corresponda
Con soberbias desdeñosas.

Y temeroso de enfrentarte nuevamente,


Aún después de que ha pasado mucho tiempo,
Quizás entre las nubes encuentre
Algún recuerdo tuyo,
Y yo viva nuevamente...
Pues en tus ojos ha renacido muchas veces
El niño que se recostaba en la plaza de mi barrio,
Y en cada nube adivinaba una figura.
Como un juego de niños

Siempre he dicho que a las penas


debemos enfrentarlas con la hoja y con la pluma.
que la angustia solamente puede ser vencida
si nosotros desenredamos de a poquito
los hilos que entretejen su madeja.

Luego de otra amarga noche escribo


para que el papel me enseñe ahora
la lección que ayer no pude
aprenderme de memoria.

Pues siempre salteo


en los manuales del dolor vivido
la teoría que me hubiera sido imprescindible
para que en próximas partidas de palabras
nadie pueda hacerme trampas
sin temor a que lo vea.

Mi hoja siempre es una gran alternativa;


un privado ambrosía que me cura,
y tiene el código de la complicidad,
que a mí tanto me falta cuando estoy ante terceros
para confesar mis ideales…
pues ya tengo miedo al plagio que traiciona.

Una a una mis ideas completan


con inerte manuscrita,
los párrafos en blanco todavía sin cubrirse.
me dictan al oído palabras que yo ignoro,
palabras repetidas, o palabras que no riman.

Quiero hacer notar


que algunas cosas me molestan.
Pero mi corazón adoctrinado
se escuda en el silencio.

Pisar otra vez alguna calle


sin sentir nuevas vergüenzas.
Y que el texto que me falta
para acabar este poema
se llenase de palabras…
Sin yo hacer esfuerzo alguno.

Yo quisiera escribir este poema


como si el día de ayer no haya existido;
Y así los afectos que he perdido
aún querrían leer mis manuscritos.
Ya no deseo decir más suposiciones.
desearía encontrarme todo el tiempo
con verdades en mi boca.

Desearía no tomarme la vida tan enserio;


así nunca más lastimaría a mis queridos.

Y de repente aparecen negaciones,


-cuestiones de la vida-,
Que no me hacía falta contestarlas.
Ideas y utopías y mil suposiciones;
me nacen en el pecho y me piden que las cuente.
Me nace, por ejemplo, (y aquí yo me detengo):

“Si en un mañana yo pudiera


otra vez ver la vida como un juego
que se acaba el día que morimos”.

Si el Señor me concediese
que mi vida volviera a ser un juego,
yo ahora nunca más me dejaría
perder tantas partidas,
únicamente porque me da pena
el poco entendimiento.

Y a mi niño dejaría de exigirle aquellas cosas


que yo sé no puede darme.
Así yo ganaría en esta mano
(que pareciera ser irrelevante),
muchos años más de vida:
Pues si todos nos fijásemos un poco
podríamos notar que nuestro niño sufre mucho
y envejece muy de golpe
cada vez que el padre le molesta
con cuestiones moralistas.
(Estas cosas no son inteligentes).

Si en un mañana pudiera yo otra vez


ver la vida como un juego que termina
en el día en que morimos:
Pues ya mismo empezaría a recorrer
los países donde alguna vez yo haya vivido;
Entonces buscaría la palabra y el perdón
De quienes mi soberbia en un tiempo ha lastimado.

Y así yo ganaría
–Si el Señor no se ofendiera demasiado-
el derecho a reclamar en el día de mi muerte
la entrada al Paraíso…
Pues habré tenido méritos de sobra.
Si yo pudiera ver la vida de nuevo como un juego
que termina el día en que morimos:
No me pelearía nunca más con mis amigos
por defender el psicoanálisis;
Y me tomaría en cambio un tiempo largo
para practicar caligrafía y pensar cada palabra…
Que yo debo que decir al otro día.

Entonces si en mi barrio alguien viniera a preguntarme


qué me pasa, porqué tanta tristeza…
Yo en seguida podría desahogarme de mis penas
contando al menos un relato
de aquella mujer que no he tenido.
¿Cómo puede alguien saber completo el verso
que nace y muere en nuestro pecho?

Desearía que la gente que vive al lado mío


entendiese que la vida debiera ser tomada
de cuando en cuando un poco como en juego.
Y así tal vez luego de alguna discusión inesperada,
quien no sea propietario de la última palabra
felicite a su adversario en muestra de respeto.
Y cada diferencia de ideales
finalice con las manos estrechadas.

Si yo pudiera otra vez en el futuro


ver la vida como un juego de niños:
Recurriendo a la nobleza dejaría sin palabras
a quienes buscan mi discordia.
Pues no me importaría demasiado
ser un poco más inteligente
si con eso yo frenara
los discursos de dobles intenciones.

Aunque dudo mucho que aquellos jugadores


que participan en esta competencia
(que se finaliza el día en que nos vamos de este mundo),
entiendan de inmediato que no vale la pena
hilar palabras al discurso...
Para que la vanidad salga ganando.

Apreciaría mucho más a mis defectos,


y con toda la nobleza
que yo pudiera tener en esta vida
los defendería con grandes argumentos
que enternezcan el corazón y los oídos
de mis posibles detractores.

Entonces yo daría media vuelta


y mientras me persigue el ambiente silencioso
andaría muy tranquilo y sin tener que preocuparme;
pues daría por ganada esas partidas
que tienen pocas reglas
para las palabras que se usan.

Y si otra vez me levantara


con muchas ganas de morirme…
Ser sincero.
Y no escribir en un cuaderno de bitácora
que la vida merece ser vivida.
Después de todo…
en el papel se quedan las lágrimas escritas.
¿Acaso no es la poesía una tristeza
que se apura hacia afuera de nosotros
en busca de la hoja?

Si en un mañana pudiera yo otra vez


ver la vida como un juego
que se acaba en el día que morimos:
Revisaría más seguido el diccionario
y buscaría más sinónimos
para mi vocabulario repetido,
por si acaso mis letras te aburrieran,
yo tendría mil sinónimos para definir un sustantivo.

De yo volver a ver la vida como un juego


que se acaba en el día que morimos,
me preocuparía más por darle a ustedes
versos nuevos…
En vez de corregir tanto los ya escritos.

Y así de paso dejaría


-por al menos un momento-
todos los anonimatos;
Pues aunque el cristianismo
me recomiende ser modesto
en verdad quisiera por lo menos
un ratito a la semana,
un minuto o una hora,
que la gloria me durase…
O reconocimiento por todo lo que escribo.
(Yo sé que vale un poco).

Hoy la guerra ha terminado


pero papá no volvió con la bandera:
Ya no tengo quien me lea los cuentos a la noche;
Y si otra vez naciera:
No tendría quien me enseñe
a pedalear en bicicleta.

Si yo otra vez naciera viviría en este mundo


como si fuera un leterno jugar a la rayuela.
Los hombre malos enterraron a papá
bajo una cruz que tenía mil estrellas.
Y un cajón que suena (si alguien lo golpea)
igual a los tambores...

Que tocaban en la guerra.

Destiempos

Desde aquí comienzo a recordar


(con un poco de gracia)
Mis últimos asesinatos perpetrados.
Mientras no encuentro
ningún pensamiento verdadero.

Mas puedo yo decir,


(si quisiéramos a la verdad acercarnos por un rato),
que esta vida no es ni por un asomo chiquitito
lo que habíamos pensado
al cumplir 14 ó 15 aniversarios.

Podría yo decir, como un ejemplo de verdades,


Que temo en grande a los cometas sorpresivos.
Pues me dejarían sin oportunidad de redimirme
Ante todas las injusticias que perpetro.
A veces pienso yo a qué cosas
más pronto llanto podría dedicarles,
si del cielo viniera un repentino cometa
y nos arrebatara lo poquito que nos queda
de destino por delante de nosotros.
Por empezar recordaría en un instante
todas las cosas malas que yo hice.

Hasta cierto punto me reprocharía


(con lo poco que me queda de consciencia)
porqué mi orgullo ha tratado de humillar
algún día a los amores que yo tuve…

A mi padre perdón le pediría


por haberme hecho de calle.
Y el industrial terminaría
si pudiera despertarme en un agosto
de hace doce o trece años
(Muy bien no lo recuerdo).

Si un cometa asesino
viniera desde el cielo a liberarnos
Yo me quedaría sin haber estrenado
aquél pantaloncito
que mi madre quería que me ponga.
Pero de seguro a ella tanto perdón
yo no le pediría.
Pues sé que al fin me entiende todo.

Si un cometa viniera desde el otro lado


del larguísimo éter
para llevarse a los justos
y a los que a mí me hicieron daño:
Yo no sé muy bien de qué lado quedaría
Cuando el Alcalde nos leyera
todas las sentencias.
Pues muchas veces he mentido,
he sido perezoso...
Y he punzado el corazón de de mis queridos.

Si un Cometa sorpresivo
viniera desde el cielo a liberarnos,
del cálido verano, del sufrido invierno...
En un segundo yo me acordaría
de todas las cosas que no hice.
Yo me quedaría sin haber besado
los labios que mas quiero.

Pero hoy se avalanchan todas juntas


las verdades que he callado en otro tiempo
(de mi vientre hasta la gran muralla
que mis labios han formado).
Y finalmente mi boca es una cárcel obediente
que asila las palabras que en otro momento
mis decencias reprimieron.

Para las palabras que hemos reprimido


Prisión oscura y húmeda
Es la boca que he cerrado en otro tiempo;
Por celebrar para la nada
El hipócrita ritual de la decencia.

Y en una habitación que se decora


Con los dorados reflejos moribundos,
De la regada luz artificial que va cayendo
De una momificada araña de bronce
Amarilla y con bordados de colores,
Se olvidan los recientes juramentos
Que hicimos ante el mismo Dios,
Por temer que un inesperado cometa se nos lleve
El corto destino que nos queda por delante.

La línea de la vida

Hoy me desperté entre los recuerdos


que todavía no han sido destronados
del planeta en donde vivo.
Y pienso en todos los poemas que todavía
no le he dedicado.

Sedicioso de aventuras yo no paro de mirar hacia la calle


que me está invitando osadamente hasta la vida
-Así: cierta y peligrosa-,
y me separa de ella el cristal de mi ventana.

Podrán decir de mí que soy un tonto


pero aún sobrevive un nostálgico vestigio de esperanzas
-que también de paso sea dicho: me están aniquilando-,
de asomar apenas mi nariz por la ventana
y feliz de mí verte allí esperando para hablarme.

Y perdónenme si les parezco ser un tonto,


pero es que todavía creo tercamente
que al enamorado le suceden cosas increíbles.

Mi vida en verdad ha sido un poco dura


desde que a pesar de mí vuelvo a vestirte por las noches.
Y me pierdo tontamente en acertijos
que rayan los cielos de mi mundo,
escritos con todas las palabras que evitaron pronunciarte.

Una vieja idea está tocando a la puerta de mi mundo


(como si fuera el que regresa al hogar después de mucho tiempo),
arrepentido y escuchando únicamente
el mismo golpeteo del zapato en las aceras,
marcando el solitario y lento paso de las horas:
Después de haber perdido en inútiles apuestas
y en unas pocas manos que siempre se recuerdan,
todo la suerte inexplicable con la que venimos al Planeta.

Y pienso de repente en la trama de viejas


y fantásticas lecturas: ¿No serán todas las fábulas
de los gnomos y los elfos una inexplicable tempestad
de ideas que se calma en el amanecer de la escritura?

Yo quería escribir como los dioses… Yo quería.


Que los corazones que más quiero leyeran mi poema.
Y encontraran en la estrofa que encabeza su estructura
un verso principal que a los hombre y mujeres atrapara
desde su primer vocal capital… O consonante.

¡Ah, Dios!... Mi niño está muriendo.


Mi corazón fue en el pasado un cálido planeta.
Y tenía las puertas más enormes
que jamás hubiera visto.

En él vivía toda mi familia, pues las puertas de mi mundo


siempre estaban de par en par abiertas.
Y si algún desconocido venía a visitarme
le apartaba para él un completo continente,
-Europa, por ejemplo-,
y yo se lo confiaba para que no se sienta incómodo,
todo el tiempo que durara su visita.

Así desatendía todos mis quehaceres


para que mi huésped no se sienta en soledades.
Entonces preparaba un gigantesco juego de rayuela,
e íbamos saltando desde España hacia el cielo imaginario
que se acaba en los Urales…
Y así por todo el entero continente.

Yo hacía todo esto para que mi huésped


no se sienta en soledades.
En ese mundo yo vivía con los míos…
Y había espacio para todo el que quisiera.

Recuerdo que en mi mundo yo siempre estaba preparando


las mejores tierras… Por si algún día arribaba mi princesa;
Y entonces ella pueda construir allí su reino.
¡Ay… Si vieran cómo estoy perdiendo el tiempo!
Pues en soberbios rituales cotidianos
yo malgasto horas y horas,
En vez de limpiar la alfombra roja
del palacio tan soñado que ella pisa.

Ahora que mi mundo es un planeta


que se ha helado de a poquito,
yo derrito un poco el hielo con lágrimas amargas.
Así también fueron cambiando
las aguas de los mares de mi mundo…
Cuando todavía me paraba en tierra firme.

Hace mucho tiempo mi corazón era un refugio


para todo el que quisiera recordar que en esta vida
aún queda lugar para la magia.
Ahora que mi corazón es un planeta
que se ha enfriado poco a poco,
la idea del invierno me ha enseñado
a defender mis territorios
de los aborrecidos fantasmas que me invento.

Hoy es un día en que el sol está nublado


Y me recuerdan las palabras
a mis primeros cuadernos del colegio:
Me voy así hasta mis primeros cumpleaños,
y veo los regalos que me hacían mis queridos.

Recuerdo cómo les quitaba los fraternos envoltorios:


muy despacio... Y con miedo a que se rompan.
Desplegaba con marcial esmero las equinas del paquete;
Así de paso en próximas cajitas de zapatos,
en amistosas fechas donde mis seres más queridos
celebraban su modesto aniversario,
yo pícaramente repetía el envoltorio,
cuando todos se habían olvidado por completo
de la fiesta en que lo había recibido.

A veces mis agasajados pensarían:


“¡Con qué dedicación armó este niño mi regalo!”
Y yo en verdad no me sentía un miserable.
Pues cuando en mi mundo todavía festejaba reuniones
dos o tres vísperas antes del día ya fijado,
era ley que nos regía a todos los vivientes
(soberanos, pueblos y vasallos),
considerar el contenido del paquete, la intensión
con que se había hecho el regalo…
Antes que fijarnos en cuánto nos habría costado la envoltura.

También era un alivio…


pues no tenía que visitar ninguna tienda,
ni pensar de qué color podría más gustarle a mis queridos,
el envoltorio de una antigua pluma fuente…
Que yo quería regalarles hace mucho.

Según el tamaño del paquete que me daban


yo ya me estaba imaginando qué podría haber sido ese regalo…
Y también según quién me lo diese:
yo ya meditaba, con mis siete u ocho años,
cuánto podría terminar gustándome el obsequio.

Si venía, por ejemplo, del lado de mis padres


yo sabía que era algo que hace mucho les pedía.

Ahora que mi corazón es un planeta


que se ha enfriado poco a poco,
y en sus océanos navegan sínicos témpanos helados,
ya ha dejado de importarme demasiado, poco o algo
el papel del que se envuelven finamente los obsequios.
Lo malo es que ahora ni me fijo si arrugo o no arrugo
el envoltorio para abrirlo, ni tampoco de quien viene:
Pues ahora que mi mundo es un planeta
-que se ha helado de a poquito-,
me da igual si es o no mi cumpleaños
con tal de recibir un agasajo.
(Y de paso saber que aún le importo a alguien).

Cuando mi mundo aún era templado,


yo recuerdo con gran pena,
que guardaba en una caja de zapatos
pequeños amuletos que me harían recordar
felicidades o tristezas.

Allí guardaba insignias, emblemas y semblantes.


Por ejemplo, diminutas banderitas
que había rescatado del incendio en cada país
que alguna vez he conquistado.

Y por supuesto: también allí guardé las cartas


de mis reinas más queridas.

Juguetes yo guardaba de recuerdo,


por si alguna vez otro comarca me pedía testimonio
de los años más felices de mi historia.

También me he refugiado muchas tardes


dentro de mis cajas de zapatos: Eso había hecho
si invasores de otros mundos que venían por mis tierras,
me dejaban fatigado después de la batalla.

Mi planeta se fue helando de a poquito


cada vez que el invierno despiadado
vencía con nevadas poderosas
a las fuerzas de todos mis ejércitos.

Y así después de muchos años,


-si bien yo siempre había imaginado lo contrario-,
¡Se acabaron todas las raciones!
Y otras tropas acamparon en la noche de mi mundo.
(Sabrá Dios su procedencia).

Los ejércitos inciertos aceptaron servir a mis propósitos.


Pero igual yo mucho no confiaba:
Le temía a las revueltas o motines…
Pues a cambio de su espada
siempre andaban exigiendo que les diera
lujosos aposentos
Y títulos que aún no merecían.

Recuerdo que cuando mi corazón


Aún era una Tierra de templadas tardes,
yo no escribía nada que no fuera perfecto.
Y pensaba mucho cada verso de mi estrofa.

Mientras mi corazón aún era cálido


pensé mucho antes de hablar o dar consejos…
pues detestaba a las palabras que sobraban.

Mas ahora que mi corazón es un planeta


que se ha enfriado de a poquito,
francamente no me importa demasiado
rellenar mis poesías con palabras que no rimen mucho.

Cuando mi corazón aún era un mundo


que no se había enfriado
a mí no me importaba casi nada lo que había sido cierto.
Y mis deseos se fundaban en los sueños que aún eran posibles.

Hace un tiempo mi corazón también ardía


como un crepúsculo de lava
que al paso devoraba con paciencia,
los campos de maíz desprevenido.
Hoy hasta me avergüenza recordar
las fantasías que he tenido por las noches.

En un tiempo yo ordenaba con esmero


a todos los países de mi mundo:
Y a sus pueblos yo cebaba con bondades,
para que así nunca hubiera guerras
por hambre ni por terrenos.

Y yo me quedaba despierto hasta muy tarde


(Se los juro)
regalándole caviar a los niños desnutridos;
Y les daba consuelo a los ancianos de mi mundo...
Pues habían malgastado de a poquito, uno por uno,
los días de la adolescencia incautivable.

Hectáreas de esperanzas repartía


para que después de la cosecha los obreros fabricasen
sobre el campo su morada.
Y así si en mi planeta alguna vez había guerra,
yo con diplomacia la acababa sin demora.
Claro que en ese tiempo yo más me dedicaba
a pensar cómo se deben acabar las discusiones
que generan la fútil escaramuza...
Descuidando lo importante.

Ahora me permito que la gente que visita mi castillo


pase hambre, pase frío...
Y le soy indiferente a la discordia.

El globo terráqueo que acunaba


a los cinco continentes de mi mundo
poco a poco se ha ido helando.
Y hoy sus puertas (que antes invitaban hacia adentro
a todo el que pisare en su felpudo)
se fueron entornando con el tiempo.
Pero hace 20 años mi mundo aún era cálido.

Ahora únicamente transmite templanza mi escritura.

Alguna vez -cuando postergo mis deberes-,


y asomo apenas mi nariz por la ventana
¡Allí están todavía los cinco continentes!
Con todos sus países…
Y todas sus ciudades capitales.

Y esta noche me quedaré despierto hasta muy tarde


(te prometo),
imaginando que toda Salamanca está desierta...
Y un castillo alzaré hasta las estrellas, en tributo de tu nombre
para que sea tu aposento...
Y nunca más quieras marcharte
de mi mundo abandonado.

Pero sé que las terribles nieves del invierno inesperado


volverán urgentes a mis tierras…

Y helarán mis continentes.


Poemas para Rosa

Te orgasmo

Esperando un te quiero es que te coito:


En los silencios que laureaban a nuestros adioses doloridos
suspiramos soliloquios callados

Hago el amor contigo cuando auguro ver llegando a las palabras


que germinaron en los ayeres de tu boca húmeda

Hago el amor contigo en los días que te extraño:


Beso las facciones de tu ausencia erótica
que acariciaba cada rosa en el vado de un Tormes
con atardecimientos plateados.

En ese tiempo copulo con los ritmos de tus teamos


intimísimos, cifrados por el recorrido duro:
Ellos jamás rozarán con su sustancia intemperante
el gotelé de estas paredes blancas.

Así eyaculo cuando tus voces esdrujuladas


me golpean el pecho desde adentro como un sol naciente.

Te orgasmo con mi vientre en la medida que suspiro


en la imaginación de tus besos que besan a mis dedos
con intención lujuriosa

Y me moja el flujo de tus labios.

Hago el amor contigo en el vicio evocativo de tu nombre:


En la pronunciación de sus tórridos núcleos silábicos, te gimo

Te hago el amor con las expresiones de otras caras


que emularon la candidez de los animosos arrumacos que
el tacto de tus dedos erotiza en mi consciencia:
Te orgasmo con estrofas inspiradas en un cabello tuyo

Es así como te agravio, cursando epistolarios de deseados remitentes


sembré en tus sueños el deseo de un vástago, te orgasmo
en un Cosmos telepático de desnudos y pezones
Te orgasmo versando el plenilunio de pasiones
que tu marchada existencia sembró en mi alma.
Cuando me faltas

Cuando me faltas se disuelven los minutos


En planetas que no había visto nunca
Tu perfume hace eco en las estrellas
Y el silencio de tu imagen me desnuda

Cuando me faltas soy de sentir una impotencia dulce


Que me llena poco a poco de tus cremas y tus rímel:
Me tiendo a ver el Cosmos en el campo de la noche
Y presencio en el Universo tus miradas tristes.

Cuando me faltas soy de abstraerme en mundos diferentes


Que por las noches me proponen esta Luna y mil estrellas:
Voy viajando así desde un planeta a otro; el despecho
Me hiere la esperanza de ti que aún no se ha roto.

Cuando me faltas ingreso en mirar el firmamento


Y busco en él constelaciones que se llamen con tu nombre:
Acaricio en ese viaje astral el sonido de tus voces
Sueño en saber libros escritos con tu acento.

Cuando me faltas soy de perderme en un planeta único


Donde tus sílabas dictaminan en mí necesidades:
Perfilo la vista para conjugarla con galaxias…
Y busco en las estrellas la luminiscencia tuya.

Cuando me faltas son otros los planetas


Que se observan en la bóveda celeste:
Recorro de Venus los perímetros suntuosos
En el caleidoscopio de tus ojos diáfanos.
Un planeta de tú y yo

He soñado con un mundo exclusivo de tú y yo


en donde cada país está vestido con el romántico erotismo
de tus tonos acentuados.
Sentí que me esperabas y pude permitirme
soñar con un planeta tan solo de tú y yo:
En ese mundo cada amanecer era tu abrazo
y tu respiración perfumada del día fue la noche.

En ese nuevo Mundo que soñaba la palabra amor ya no existía


En el primer renglón de los poemas.
Allí las ilusiones amorosas son el trigo brillante de los campos…
Y los arroyos de montaña fluían con tus rímel.

En el mundo de tú y yo
poseo hermosas plumas de águilas reales:
Con ellas soy de engendrar duendes en tu vientre
a través de la caricia.
En ese mundo, con tu ausencia, puedo escribir todas las letras
de un poemario tan rojo como el fuego.

Pude permitirme
soñar con un planeta vestido con millones de tus labios.
Igual que un campo de pequeñas rosas rojas
aún pimpollos.
Una cama tan solo para ti

Una cama tan solo para ti yo tengo aquí esperando


En donde pueda contemplar el florecimiento de tu íntimo
Con la misma magnificencia de los amaneceres en
los horizontes aclarados

Una cama tan solo para ti yo tengo aquí esperando


En donde la fragilidad de la estrechez
apresure el erotismo de tus sílabas humeantes;
Donde el desarrollo evolutivo de tu cuerpo
genere el éxtasis noctámbulo

Una cama tan solo para ti yo tengo aquí esperando


Para que nuestros intereses tejan y destejan
Aquel apalabrado del aprecio

Una cama tan solo para ti yo tengo aquí viviendo


Para que nos leamos en lengua castellana
las historias que a ti más te conmueven.
Y me provoques en lenguajes más universales y sublimes

Una cama tan solo para ti yo tengo aquí esperando:


Aquí recuerdo tus mitológicas paráfrasis;
Y no más abrir los ojos tu ausencia se hace imagen

Una cama tan solo para ti yo tengo aquí esperando


Para recordar el sexual toctoconeo de tus pasos
Y estrecharme a la nada taciturna para sentir tu ronroneo
Para recrear mi vida en poemas que refieran la impotencia
(Significado puro del no tenerte ahora).

Una cama tan solo para ti


Tres letras de silencio

Tres letras de silencio son un período de tiempo extraordinario


Si en ellas está implícito el cruel acaso
Que desencuentra a los amados

Tres letras de silencio son un período de tiempo extraordinario


Si con ellas se han compuesto los artículos
Que atenúan la aparición de tus palabras

Tres letras de silencio son un período de tiempo extraordinario


Si en ellas se apareja la mudez
De tus sílabas mojadas

Tres letras de silencio son un período de tiempo extraordinario


Cuando en ellas se fomenta la distancia
De tus opiniones teologales

Tres letras de silencio son un período de tiempo extraordinario


Cuando ellas desbarrigan del arrullo
Que vibraba en tus vocales
La amazonía del quererte

Cogí un papel en blanco para atravesar mejor con él


la rústica e incierta amazonía del quererte:
Allí no presté más atención a las tormentas
de ciegas formas espirales

Enteramente hube ignorado a un Dios histérico


Que demostró Sus descontentos con mis actos
A través de los dramáticos relinches
Que manifestaron los azares hogareños

Cogí un papel en blanco y atravesé mejor con él


la calurosamente galanteada amazonía del quererte:
Sospechosos murmullos susurraban la amenaza
de interrumpir mi travesía por la jungla catastrófica.

Los bwanas dispararon carabinas en mi contra


para que al final quiebre la seda que Ariadna me ha dejado

Cogí un papel en blanco para palpar mejor con él


la dulce y expectante amazonía del quererte:
Allí he presenciado con atención perpleja
cómo la roca desprendida aplastó a las iguanitas

Cogí un papel en blanco y navegué con él


por la rizada amazonía del quererte:
En la tormenta que se vaticinaba me atacaron
las espinas de un silencio no del todo apócrifo

Y la sangre derramada en esa ceremonia…


Ni siquiera Jesucristo la ha juntado

Cogí un papel en blanco y atravesé mejor con él


la sensitiva travesía de añorarte:
Mitología y religiones del pasado habían ya creado a las medusas
Que petrificaron a mi espíritu
Memorias

Dimitirán las demás flores al fin de proyectarse


en las recreativas memorias de este vernal día:
Tan solo el rosedal de rosas rojas posaría
para los cuadros que pintasen mis baladas.

El azul mar no se desteñirá con el tsunami


Ni el mejor abecedario definió apropiadamente
las palabras que retuvieron tus tres nombres virginales:
Alivio de montaña serán las carreteras
Cuando los fotones calienten a mi dermis;
Luego, llegarán dos lomas insorteables:
Para el espíritu cansado: los trigales…

Pequeña felicidad será este manso recorrido


Que no verán tus ojos junto a la melancolía de los míos.
El omnívoro deseo de ti

¿Pudieras tú ser mis poesías?


¿Una exclusiva de mis palabras bellas?:
Ojalá pudiera llegar hasta aquella roja cordillera
Tan solamente con suspirar tu nombre bello
Necesito a tu boca hablando de un mañana
Pues me achicharra el alma tu partida inminente

Mañana necesitaré decirte en mis cartas cuánto me haces falta


Y que mis versos tan solamente fueran
Un canto eterno a nuestras cópulas

Necesito que dibujes con palabras


El laberinto de tu historia en mi cerebro;
Ser el Minotauro que trota entre los erotismos
De tu mundo arduo.

Ayer soñé que tan solamente había nacido en este mundo


Para consolar tus sueños incumplidos con el coito
¡Sé el milagro que me resucite de los muertos!
Necesito ser el único confortado por tus brazos maternales…
Y que me amamanten tus pezones tensos.

Quiero que solamente seas tú la erudita conocedora de mis babas;


Y que me prepares en la boca el flujo fresco.
Refrescarme la cara en tus orgasmos…
Palpar el Universo de tus glúteos en pose de plegaria.

Hablar de nuestro aprecio en el reposo agradecido


De las camas alocadas…
Hasta que pueda ver cómo te crecen los cabellos.
Levantarme de la cama empapado con tus frases de Lord Byron…
Y construir una obra de arte con tu cuerpo.
Nombré tu nombré 3 veces

Nombré tu nombre 3 veces:


Abracadabra melancólico que me une
Al romanticismo de la espera cavilosa.

Nombré tu nombre 3 veces:


Prestidigitación inútil que me ancla
A la mar de los te quieros suspirados.

Nombré tu nombre 3 veces:


Un pase de magia que quizá algún día conquistare
La atención de los Cupidos tristes.

Nombré tu nombre 3 veces:


“Teatralidad acompañante”
Para un loco.
Si por mí fuera

Si por mi fuera estaría aquí toda la vida


a la espera de que tocasen a mi entrada tus te quieros
Si por mí fuera elevaría al Infinito hermosos rezos en un Mándala
para ver si el Señor es gentil hoy y me obedece:
Entonces esta noche caería sobre España una tormenta
que todo lo ha encogido… Y al despertarme
tendré la puerta de tu casa en mi ventana relampagueada

Si por mí fuera explotaría de un chasquido el sol de mis teextraño


Para que el éter transportara sus partículas viajeras en formas de caricias
Y llegaran hasta ti por la Tierra y carreteras… Así mimasen en manada
La piel fogosa de tu aspecto ruboroso.

Si por mi fuera me quedaría aquí esperando un infinito de tus labios…


Un tacto de tu cuerpo a punto caramelo sobre el fuego de mis versos.
Si por mí fuera me quedaría aquí toda la vida esperando a que llegaras;
Y que conviertas mi catedrático ostracismo en el candombe sube y baja

De nuestra desnudez en desesperada.


Queriéndote en mi mundo mudo

Queriéndote en un mundo mudo fui aprendiendo


A quererte con el paso de los días:
En la soledad de mis noches y mañanas fui empollando el enamoramiento
De tu indiferencia apócrifa.

Queriéndote en mi mundo mudo


amé un presentimiento constante e inocente
Que me ha llevado dulcemente hasta las puertas de una fe
Que me exhortaba al pensamiento inamovible de que tú también alguna vez
En mis brazos quisiste acurrucarte.

Queriéndote en mi mundo mudo, en telepatía,


Te he dicho en muchas ocasiones que "Te quiero" y “Te extrañé":
Quizás una o dos veces los malditos carruajes del insomnio
Te llevaron hasta algún recuerdo de estas letras: allí
Mi imagen pueblerina recorrió como un murciélago
Los perímetros sustanciosos de tu consciencia pícara.

Queriéndote en mi mundo mudo mejoré espontáneamente


Los trazados de aquellas cursivas hemipléjicas:
Las flores con tus nombres se cerraron y se abrieron
Por seguir la voluntad del rocío por la mañana.

En un mundo mudo cizallaba por quererte


A las biromes de tintajes camaradas: Le han hecho
buena compañía al hábito curioso de quererte en soledades.
En un mundo mudo te quise al despertarme:
Componiendo pensamientos con tus frases
Esperé cada segundo a que me quieras...

De esta tonta forma se entristeció un poquitito más todo en la vida:


Ya no cantó más maravillosamente el zorzal maravilloso
Ni la algarabía de los niños fue razón para la dicha.
Queriéndote un pequeño poco en este mundo silente.
Cogí tu puño y letra

Inexorables vacíos incrustados al espíritu invisible:


Me aprisioné en un loto esgrimido para así seguir oyendo
las emocionadas voces de tus clamorosas vocales.
Y de repente te pensé en un abrazo cósmico

Cogí tu puño y letra y así te fui enseñando


a hacer trucos de magias milagrosas:
Entonces escribí una poesía con tu pena;
E incluí en un lienzo blanco a tus ojitos tristes…
Con servilletitas de papel mis manos han obrado
una aplaudida papiroflexia de tu nombre bello.
Mi Padrenuestro le reza a Dios un rezo

Mi Padrenuestro le reza a Dios un rezo ya hace tiempo:


“Pasar al lado tuyo un año entero”;
Así los gestos diarios de un cariño reiterado
me enseñaren a cómo preparar a tu gusto el té con leche…
Y juntitos olfateemos aquel perfume a oriente medio.

Mi Padrenuestro le reza a Dios un rezo:


“Estar a nuestro lado un año entero”.
Para advertir con el alma tu devoción por la familia
cuando limpias el desorden de a poquito;
Si con la yema de tus dedos recoges mansamente los granitos
de azúcar que se han desperdiciado en la mesa de madera.

Mi Padrenuestro reza al Cielo una plegaria


que le exhortare a concederme a nuestro lado años enteros:
¡Flameen las sábanas celestes después de los amores!
Cuando juntitos arreglemos el despiole.
Ojalá el Señor nos concediera tener la gloria un día
de poder pasar a nuestro lado un año entero:
Bendecirías mi existencia con 365 buenos días…
Con tus labios profanarías al fin el maleficio
de esta soledad que aprendió a nombrar tu nombre
en el idioma de tu ausencia empotrada.

Mi Padrenuestro le reza a Dios un rezo:


“Pasar al lado nuestro un año entero”;
Para que tras aquellas cuatro estaciones de cariño
yo aprendiera a reconocer el punto exacto de tu cuerpo
donde es mejor acariciarte con la puntita de los dedos.

Mi Padrenuestro le reza a Dios un rezo:


“Pasar al lado tuyo un año entero”;
Para grabar a fuego en mi memoria
el perfume que tengan tus mañanas.
Para acompañarte en los dolores…
Que yo no pueda curar con el milagro.

Mi Padrenuestro le reza a Dios un simple rezo:


“Estar al lado tuyo un año entero”;
Leería el nombre que le has puesto a cada quien
que hayas amado un pasado más incauto…
Y esculpido a cursivas en tus poros pasionales;
Iría así conociendo a tus bondades
en el entrelíneas de la manera en que me amas.
Dormiremos en el nudo de los cómplices abrazos
para que tus palabras húmedas me peinen el aura con gomina.
Déjame mandarte una carta a manuscrita

Déjame enviarte una carta que te cuente a manuscrita


El itinerario de tus frases en visitas a mis sueños.
Déjame acariciar tu piel con mis cursivas, colmar tu alma con mis aes;
Déjame mandarte en una carta las vocales…
Y que surfees en la cresta de mis versos.

Déjame enviarte mil teamos en cursiva…


Y que la efusiva verborragia despierte cosquilleos en tu vientre.
Deja que te mande una carta a manuscrita
Para que tus dedos acaricien la rugosidad de mis grafías
Al compás de los tequiero

Déjame que te envíe una carta con un mechón de mis cabellos:


Un beso y un suspiro, incrustados a la rima de estos versos.
Déjame que te escriba mil tequieros en la manuscrita del teextraño…
Que si tú no estás aquí mi apasionado poemario ha sucumbido.
Miré tu cara un rato

Miré tu cara un rato y dejé que me reinara


Un benigno Apocalipsis que con un solo soplido ha derrumbado
Las multitudinarias crucifixiones que el alma mía soportó en silencio.

Miré tu cara un rato y dejé que me gobierne


Una onerosa catástrofe de luminiscencias santas
Que en un segundo en mí alumbraron todas ergástulas.

Miré tu cara un rato y me envolví para regalo:


Me di a tus labios en una amorosa ceremonia
Que celebraba tu regreso al Prana de mi Mundo
(Ya de ti exclusivo y hace tiempo)

Miré tu cara un rato y vi al Roc que resurgía


Después que el Holocausto de complejos terminara:
Y sentí que el perfume de tu intimidad me perseguía
Impregnándose en mis huesos.

Miré tu cara un rato y los temores fueron víctimas


De la utilísima masacre que tu amor libró con suavidades.
Dando parte a un cataclismo salvavidas:

Miré tu cara un rato y me caí de tus pupilas infinitas


Al cruzar el creativo horizonte de sucesos que el esperarte

construyó en mí.
Me haría falta un beso para escribirte un poema

Me hace falta una palabra con tus sílabas


Para regalarte tu nombre en una rosa;
El eterismo de tu aura que se esfuma
Ha conseguido empañar otras memorias.

Me falta un presente tuyo dicho con silencios


Para resucitar la tinta que pronunció prolijamente
Tus rasgos amorosos con un lápiz esmerado
Sobre la blancura de un lienzo amateur:

Me falta un arqueo de tus cejas emigrantes,


El cercano abaniqueo de tu rímel húmedo,
La caricia de tus manos con olor a cartapesta…
Para que nade en la complejidad de tu intelecto.

Me falta una palabra con tu ronroneo dicha


Para viajar en una noria de tus caras:
Un carrusel con los caballitos de tu historia,
Un tobogán que comience en tus secretos

Y me derritiera al fin sobre tu vientre adulto.


Un pedazo de mí

En solitaria locura imaginé la ricura de sus labios


La cordillera fría, a mi vida, llegó impasiblemente
Un pedazo de mí cercenó hoy su falta ardiente
Procreó un magma compadrito su imagen en mi cuarto.

En códigos del Cosmos, Dios me había hablado;


La Capital se ha atiborrado de flores con su nombre
Tentación del pensamiento que la nombra sentí urgente
Por amarla, se notó cierto recelo en el Divino.

Pequeña maldición los ángeles me enviaron


Señalándome tus huellas futuras en claveles
Gravitaciones ancestrales viví en un día sólo.

Impedimentos para el viaje fundaron los sonetos


Los astros conjugaron la esperanza de tenerte:
Creatividad curativa… se gestó en sus ojos negros.
Sería más útil un te quiero

Sería más útil un te quiero de alas grandes


para que te acuestes en mi cama cada noche
convertida en la invisible manifestación del amor santo.
Sería más útil un te quiero con tus sílabas perfectas acentuado
que emitir en radiación de rayos gamma pensamientos
de una infinita fila india en conjuros de pasiones.

Sería más útil un te quiero con tu boca murmurado


Para soñar sueños contigo que formalicen sueños lúcidos
Y este mundo pasara finalmente por el ojo de una aguja.
Sería más útil un te quiero con tus labios autocráticos
Para que así mi República besara a tus pies párvulos.

Sería más útil un te quiero con tus ojos expresado


en lugar de andar rezando al Cielo Padrenuestros:
Y no andar complicándole la vida a Dios bendito
Y andar rogándole para beber el intrínseco nepente
de algún instante santo que te incluya.

Sería más útil un te quiero expresado en tu retina


a estar dialogando en acertijos y pretender
que nuestro corazón hermetizado
se leyera como un cuento para niños.
Sería más útil un te quiero si me amas
Necesito desahogar mi alma confesando:
¡La muda admiración por tus partículas!
Oymyakon

Oymyakon, caravana de amontonados Valsaínes;


Estalagmitas armamentaron los puentes criogénicos;
Ejércitos de fotones solares se han marchado
Recrudeciendo así a nuestra aldea coagulada

Oymyakon, el invierno llegado acerca muertes;


Niñitos en camino a la enseñanza tiritaron:
Los leños son tramperas en el pinar estupefacto
Que atraparon pueblerinos cual gorrión contenido.

Oymyakon, sangre de reno nos dio supervivencia;


Tomaron té a tal hora en una población de batiscafos
Intentando amortiguar a base de curtiembres los fríos impasibles:
Ni los perros ni los gatos vagabundearon por tus calles siberianas.
Como los afluentes en salinas

Recordé tus sintaxis mágicas e inquietas;


Entretanto un barrilete se interpuso entre nosotros:
Llevaba inscripto el rostro de un amor antiguo…
Desemboqué en tus facciones como los afluentes en salinas.
A lo lejos, entretanto,
de la mediocridad brotaban los murmullos;
Tu mente aceptó la invitación al Medioevo.
Para saber que aún existías toqué la puerta
del más famoso cuento de un tal Borges:
Tu corazón allí se prosternaba
ante el nombre de ese toro.
Te amo con la fuerza de lo que no he podido amar y lo que ha sido

Al amarte te amaré con la misma ansiedad sana que he sentido


Aguardando al llegar la primavera el florecimiento del almendro;
Al amarte te amaré con la pasión que he vivido en lo prohibido:
Te amo con la fuerza de lo que no he podido amar y lo que ha sido.

Al amarte te amaré con cada sílaba de las flores que te nombran;


Te amaré con la espera sanguinaria que no ha tenido el eco de un arribo;
Al amarte te amaré con las metáforas que he dicho en el lecho taciturno:
Te amo con la fuerza de lo que no he podido amar y lo que ha sido.

Al amarte te amaré con la tinta azul que te escribía en tus ausencias;


Te amaré con tus silencios… que en las noches provocaron mi cordura;
Al amarte te amaré con el coito fornido de los recién amanecidos;
Te amo con la fuerza de lo que no he podido amar y lo que ha sido.

Con el apasionado poemario que por sus dedicatorias no fue hojeado,


Con el milagro de un reencuentro que ha terminado en la lujuria curadora;
Con los mil días felices de fanáticos amores en los cuartos repentinos:
Te amo con la fuerza de lo que no he podido amar… y lo que ha sido.
Tu desnudez

Tu desnudez son mis ojos dando vueltas


Al efervescente caleidoscopio de tu aura;
Son tus ojos de contenta Blancanieves
Entonando con el coqueteo de tu alma.

Tu desnudez es el estallido de las olas


Repercutiendo en los fogosos arrecifes del insomnio;
¡Ay cuántas caricias me inspiraste con tu boca!
Que me provoca el amarte en madrugadas.

Tu desnudez es el tesoro del cual no poseo mapa;


Es la promesa de que existe un Paraíso al fin y al cabo,
Llegar por la escalera hasta algún recinto beato:
Cruzar la puerta hasta el culmen de mi instinto.

Tu desnudez es una madrugada


Impregnada de coitos y lujuria;
Es mi embarque hacia el Valhalla:
Una fila india de tus ojos y expresiones.
La somnolencia herida por un recodo insano de mi historia

Te quiero en el simbolismo de las apasionadas instantáneas


que se impregnan con tu nombre;
Te quiero en la búsqueda de los momentos
que me otorgaron el confort de tus recuerdos:

En el acaloramiento de otros cuerpos, en el elixir de los rosales.

En aquellos instantes que te renacen en mi pecho…


Para que colmes a mi alma es que te quiero.
La vida sin ti es un asolamiento dondequiera.

Te quiero en la elegancia del silencio que me otorgas:


En las horas de los días,
en la somnolencia herida por un recodo insano de mi historia.

Por el acompañamiento que me ha hecho tu deseo auxiliador

es que te quiero.
Una vez en casa creció una flor hermosa

Una vez en casa creció una flor bonita


La fui queriendo así, de tanto contemplarla
Cambiaba de colores cada tanto:
Se cansaba de esperar que mis versos la embellezcan
En mi casa hubo una vez que creció una flor hermosa
Exacerbó la intensidad de su fragancia con mi canto
De madrugada me encontré pensando en ella sin motivo:
Me había acostumbrado a pensarla su belleza.
En el alma, una serenidad perecedera
La lágrima causada por el espíritu en tormento
Benignas coincidencias inusuales que lo alivian…
Y la ausencia perenne que enloquece.
En mi casa hubo un día que nació una flor bonita
Llenaba mi jardín con su belleza
¡Aquel espacio fue tan solo para ella!:
En mi casa hubo una vez que nació una flor hermosa.
¡Que pronto pueda serlo, Dios lo quiera! (9 versos)

Como se llaman los amantes que se quieren:


“Mi cielo”, “mi vida” o “mi querida”;
Cualquiera de estas formas cupiera en la medida
De este inmenso amarte que a mis labios enmudece.
El viaje jurado, servirnos, no ha podido;
¡Que pronto pueda serlo, Dios lo quiera!
Aquel salvoconducto me lleve a tus pupilas
El singular andamio cumpliera la palabra
De poder tocar tus manos, Rosa mía.
Si lo consigo

Si lo consigo tendremos tiempo de desvestirnos de nomeolvides;


Veré en tus ojos los versos del dameunbeso.

Si lo consigo te arrancaré el corpiño del tengodudas;


Será tu risa la propaganda de los tequiero.
Si lo consigo nos besaremos con la ternura de un buenas noches;
Si lo consigo tejeré Ilíadas de haceramores,
Con versos rimando en siempre a tu lado.
Si lo consigo me empaparé de noche la cara con tu erotismo;
Harás un libro de mil poemas que se llamara Y fueron felices.
Si lo consigo te arroparé con los edredones del yanotemas;
Deletearé de tus poemarios la vil angustia del nomedejes.

Serán tus labios la rosa rosa que me perfume con parasiempres.

10 de octubre, 2014
(Cuatro de la madrugada)
Pensé en un poema para ti antes de dormirme la noche que ha pasado

Pensé un poema para ti antes de dormirme la noche que ha pasado:


Te quise sin querer ni darme cuenta, pues no pude dejar de perseguir
La musicalidad adictiva de las voces con las que sueles mejorar
Algunas cosas sobre el Mundo.
Pensé un poema para ti antes de dormir la noche que ha pasado:
La anárquica métrica de Whitman será un lienzo prosaico
Para que tu sexualidad radiante pudiera finalmente retratarse
Con el idioma de la pasión por ti sentida.
Pensé en un poema para ti antes de dormir la noche que ha pasado:
En él los sueños de tu imagen pasaron a la estrofa
Como una transfusión de sangre.

Pensé un poema para ti antes de dormirme la noche que ha pasado:


Después recé unas oraciones
Buscando que una flecha con mi nombre
Te fuera enviada por Cupido.
En el remolino de ilusiones
Psique se corrió entretanto me dictaba el brebaje de estos versos
Para me amaras.

Damián Nicolás López Dallara


2 de noviembre, 2014
Solamente escribiendo mil teamos

Solamente escribiendo mil te amos


las nubes ralas dejarían brevemente
de grabar daguerrotipos con las caras tuyas.
Ignoro si tendrá un final feliz situar a los te amos que asistieron a tu nombre
por encima de todos los demás extrañamientos ya marchados y aún preponderantes.
Sin embargo, lo cierto es que te quiero, y que pienso en ti al abrir los ojos:
Que tu existencia es la última cara en que medito

antes que Morfeo me secuestre


en las habitaciones de su palacio purgatorio.

Damián Nicolás López Dallara


17 de octubre, 2014
Tu falta hizo más larga la caída de las hojas en noviembre (27 versos)

Podría decir que no me importa


Y hacer como que tengo puesta una armadura
de formales cumpliditos:
Pero en el entrelíneas de mis notas, tú
bien sabes, van tejidos
2 años de te amo.
Podría hacer igual que si lloviera
Recitarle un buenas noches a tus acompañamientos prosódicos;
Pero tú sabes que los diptongos de mis notas
Llevan anudados los teamos que no articulo.
Puedo fingir y hacer que no me importa,
Preguntarte por los tuyos más dos o tres mariconadas;
De todos modos tú bien sabes que te amo
Y que la vida sin ti se hace más larga.

Podría hacer como si pasara una carroza,


Demostrarte poco y con palabras ser austero;
Sin embargo, amada mía, tu falta
Me ha hecho ser un poquitito más longevo.
Tu falta, amada mía, hizo más larga
la caída de las hojas de noviembre;
Tu falta, amada mía, ha escrito el poemario más honesto.
Porque te quiero se alongaron los segundos
Que de tu acompañamiento silencioso han prescindido;
Igual podría decir que no me importa:
Privarte de un te quiero, un mi amada, o un te amo,
Pero en los caballitos del tiovivo estelar
las estaciones del año giraron vuelta y media
mientras plasmé tu carita tentada.

Damián Nicolás López Dallara


12 de noviembre, 2014
Tácita

Tu mirada tácita
se encarnó en los días prosaicos de mi existencia.
En mi corazón se enraizó el perfume tácito
de tus pronunciaciones.
Porque estás aquí de forma tácita
la brisa le confiesa su nostalgia a los sauces y al rosedal en riesgo.
Estás aquí, aunque tácita;
Tácitamente copulamos durante las mañanas secas
y los insomnios resilientes
(Que me provocó tu hechizo tácito)
Así te quiero, tácita, dentro mío,
como en el interior de un sufragio.

Inexplicablemente tácita floreciste en cada conmoción


de esta ciudad y de mis viajes, cuyos caminos
clamaron tu perfección
(tácita aún).

No calculé las consecuencias de ese embruje


que me atornilló a los relinchos tácitos de la lujuria.
La entonación tácita que hace el rímel con tus pupilas
flotó desde un primer instante en mi pecho
como halcón a contraviento.

Tu boca, tácita y pletórica, fue el inicio


para todo un bisiesto de insomnios,
en los cuales tus labios tácitamente me besaron;
luego,
tácita,
me hablaste… como babeando perversiones.

Aquel amor me ancló tácitamente


a una constelación tácita de expresiones tuyas.
Viví una vida en la simiente de tu existencia, real y tácita.
Tu mano tácita tocó mi adn en el intimísimo ritual
de una dulcísima miscelánea.
Cuando te vayas
Por qué te echaré tanto de menos los domingos de febrero

Por qué te habré empezado a echar de menos los domingos de febrero


Quizás porque un domingo de febrero asistí en una mañana al bautismo
De un milagro por los Dioses concedido en el vado del Tormes:
Así vi cómo los cielos se inundaban con el florecimiento
de los almendros prodigiosos… Entonces me di cuenta
de cuán lejos estaba de tus flores.
Será porque un domingo de febrero, al dar la noche,
Oí en el entrelíneas de tus voces
Un te quiero
Y en la composición
de tus silencios un me manques.

Por qué te echaré tanto de menos los domingos de febrero


Será porque al amarte

También muero.

15 de febrero, 2015
dnld

Hoy te extrañé como al principio (14 versos)

Hoy te extrañé como al principio:


Como cuando éramos perfectos,
Cuando recordarte nos curaba.
Como cuando tu nombre era
el único nombre sobre el Mundo.
Y pensar en otra cosa se sentía un sacrilegio.

Como cuando una sola de tus sílabas


fue más maravillosa que los tangos.
Como cuando tu casa era el destino
de mis travesías helmánticas.
Te extrañé como al principio:
Como cuando perjuré que te amaría hasta la muerte,
Cuando tu perfume era más importante
Que las rosas.

DNLD 2015

Déjame ser todos los poemas que has leído (11 versos)

¡Sálvame, oh Hado, de escribir en aquel libro un solo verso!


No marches aún, y déjame vivir un tiempo en tu regazo
Me libre Dios de ser en tu libro nada más que una cuartilla
para que finalmente se desprenda del árbol del olvido.

Déjame poblar todas tus hojas con poemas de Whitman y Lord Bayron
Quiero embriagar con mis cursivas el mapa sanguíneo de tu historia
Para que todos los amores que todavía transitan por tus venas se adormezcan.
¡Ven conmigo a ver aclaramientos sobre el Tormes!
Dame la esperanza narcisista de poder salir de casa
Con la expectativa a punto del síncope
por ver tu cara.

Dnld, 2015
Desde ti

Desde ti la vida es un echar de menos,


Un me falta algo en el alma que no tiene suplanto:
Desde ti la vida es la lucha para que no me falte eso.
Tener fe en la coincidencia que te traiga…
Y esperanza en que me quieras.

Domingo 22 de marzo

Cuando me acerco a ti siento que Dios ya no maltrata tanto al Mundo (9 versos)

Pediré 3 deseos en tu nombre al llegar la primavera:


Pediré 3 deseos con tu nombre oliendo el perfume de las flores que germinan.
Pediré 3 deseos cada vez que tu perfume estrene mis pulmones.
Cada vez que tu mirada estrene un recuerdo más en la remembranza
Tengo tantos poemas que escribirte;
Tanto amarte que volcar sobre esta hoja;
Tantas ansias de estrecharte…
Atrapar tu alma para que sea sólo mía.

7 días (16 versos)


Cuando te vayas viviré 7 días dilatados:
No tendré en una semana el estímulo
de verte cara a cara para salir a mi riacho.
La estanterías con sus libros estarán más y
más vacías cada día que tú faltes.
Por 7 días no tendré el golpe
energético de tu dulzura intelectiva.
En 7 días penará mi ortografía
cuando no tenga la gracia de tu análisis.
Sentiré más grande el pecho: dentro mío
habita solamente la charla de tu mundo.
Sin ti soy como nuestro planeta sin humanos.
Cuando te vayas 7 días, aquí habrán pasado
20 años. Regresarás
y seré tan viejo como el río… que no moja almendros
en su vado.

Damián Nicolás López Dallara


17 de marzo de 2015
A Lourdes Francés (17 versos)

En exactamente un año se estará cumpliendo un año


De que el recio itinerario de mis días fue partido
Por el antes y el después de haber sido rodeado por tus brazos.
Quizás en ese tiempo habré tensado un poco más tus pechos tiernos
Con algún poema escrito.

En exactamente un año se habrá cumplido año


De que me así a tus muñecas como las esposas en el reo;
Y no solté tus dedos hasta que Dios nos arrancó
A uno del otro con majestuosa templanza.

En exactamente un año a partir de este momento


festejaré el aniversario de una resurrección impartida por los ángeles:
Me asaltó en el pecho como el encarecido disparo de un fusil.
“El púrpura apetitoso de tus labios”.

En exactamente un año se estará cumpliendo un año


de la vez que olí entre voces a tus pelos…
Y me llevé conmigo el perfume de tus manos:
“Narcótico entrañable contra el reinado de mis días gemidos”.

1 de marzo, 2015

Quiero escribir 15 kilómetros de letras (33 versos)

Quiero escribir 15 kilómetros de letras sobre tierras tormesinas


y que la emoción de estas grafemas manuscritas
guiaran mi existencia hacia la suerte de alcanzarte.
Quiero escribir 15 kilómetros de letras y encontrarte
Correteando por las callejuelas salmantinas,
para que así tus caritas expresivas
dejaran de ser un holograma en la remembranza.
Quiero escribir 15 kilómetros de letras por las tierras tormesinas
Y que el olfato de mis versos encontrara el
rastro de tus pasos bien nacidos:
Embadurnar tu aliento a limpio
con las acentuaciones de la médula casta.

Quiero escribir 15 kilómetros de letras por


los cruces peatonales de estas tierras tormesinas;
Doblar todas las esquinas en busca de tu imagen santa:
Saber con qué colores gustas vestirte los domingos.
Quiero escribir 15 kilómetros de letras por las sierras tormesinas
y que la estela de mis versos me guiare
para perseguir la huella falta de tus caminos.
Quiero escribir 15 kilómetros de letras
por los arcenes que conservan tus indicios invisibles;
Hallarme con tus rizos en la ruta inofensiva…
Y que me des el salvavidas de una charla.

Quiero escribir 15 kilómetros de letras,


Que necesito al fin saber con qué perfumes
sueles enamorar al atardecimiento de los días:
“Horizontes rojos de los cielos salmantinos”.
Quiero escribir 15 kilómetros de letras por las tierras tormesinas,
Que mis oraciones de seda fueran hilo en el laberinto del exploro
al que nos ha sentenciado el Hado nuestro;
Salir al fin por el pasillo de mis versos entregados
Y acariciarte el nombre virgen con los núcleos

silábicos de estas composiciones que te celaron.

30 de noviembre, 2014
d.n.l.d

MEMORIAS DEL GUADARRAMA


ARRIBO 25 versos

Valsaín, Segovia
2 de febrero del año 2008

Una llama lenta e hipnótica flirtea con el leño más sano:


Antorchas que achicharran los protones de nuestro oxígeno ineluctable;
Así se profana poco a poco un retal del pinar infringido.

El periódico copiado escolta a mis nostalgias;


Mozart emigró junto a una sinfonía de violonchelos y traversas:
La delicada música del fuego que chisporrotea
Compuso una cortina, melancólica y tenue, que nos anuncia
la transformación de la materia en cenizas.
Entretanto, luciendo la cara de una estrella,
Un leño se incinera fielmente pareciéndose a un cadáver
(Sin quejarse)… a punto de irse pa`l nicho.

Sus últimas maderas advierten sobre la aniquilación de nuestra especie


con un crepitar rumoroso.
Cayó la leña en el suelo, hecho de chapa para proteger mi hogar inédito.
Ya nunca más veré aquel mate.
Ni seré interrumpido nuevamente en las mañanas con aquellos
Azares con los que Dios celosamente me increpaba.
Me defenderé de mis penas con el escudo de estos manuscritos.
Aquí los desamores no humillan a mi alma.
Solo el tabaco queda. El fantasmal testigo
de aquellas lágrimas vencidas.
[1] Fulero, término lunfardo de varias significaciones, en este caso, “molesto”.
DEFORESTACIONES (11 versos)

Una hilera de casas, de pinos y montañas.


Lechuzas censuradas por las deforestaciones
El oso violentado jamás se asoma al río
Ni los lobos extintos aúllan en la noche.
Conejos desahuciados no alborozan el camino.

¡Con mano corrupta y peligrosa trabaja tu alcaldía!


La gratitud al soborno ha diezmado el pinar del Guadarrama
Tristísima alopecia de robles y hondonadas.

¿Cómo estarás, pinar, hoy día?


...Si ya hace un lustro parecías
La cabellera por el indio cercenada.
HOGAR (12 versos)

28 de febrero, 2014

Los pinos tras la nieve son compañías verdosas


Que capturan la inercia de estos vientos castellanos.

Un pequeñísimo brillo de luz espuria


reverbera desde el fondo de la taza de té.
Aquí siempre presenciamos el impulso de un milagro:
Cortinas blancas de los años
añaden conjunciones
A la imagen de las escaleritas nevadas.
Pictórica visión que nos muestra diferencias
en las tonalidades de las nubes.
Y yo sigo aguardando a que se ponga en marcha
la múltiple función de tus imágenes
LAS HOJAS DE LOS ARCES (12 versos)

Manifiesto para la soledad un secreto:


Los gorriones vivarachos cautivan el silencio del alba
alzando su gorjeo. Amanecer maduro
(nublado íntegramente) en Guadarrama.
Las hojas y el viento ofrecen otra función eléctrica
para los que miramos tras la ventana.
Una rama paralela dobló su hojaje
hacia el cielo vastísimo
o hacia las fértiles tierras del pueblo.
¡Observen bien aquel ramaje!
Todas las hojas están inquietas…
No les cabe el corazón en el pecho.
EDAD CONTEMPORÁNEA (15 versos)

Desde que abre los ojos, el hombre se preocupa


en corregir sobre el Mundo cuanto puede;
y a los pies de la Verdad reptan sus justificaciones porfiadas.
Sus torcidos porqués excusadores hace ya tiempo
que desmoralizaron a los dioses.

El pensamiento que dignifica y nos completa


falleció ya hará unas décadas.
Y la Ignorancia que una vez se predicó como un peligro…
hoy por el Cosmos establece más y más jurisprudencias.
Los mediocres críticos de la contemporaneidad
deslucen el pensamiento del filósofo,
quien hoy no es más que ellos.

Mejor será enfocarme sobre las cosas


que sé mejor que sé:
Y dejarme tragar por el poema.
EL DERVICHE (9 versos)

El Derviche se acomodó sobre una alfombra de pasto.


Los recuerdos de su religión instruida le incitan
a refutar dualidades cognitivas.
Fantasmas sacerdotales le amonestaron en silencio.
Mientras estuvo allí notó que se acercaban
unas serpientes hasta sus pies desorientados.
Pero no temió: ya las había visto antes.
Y con solo verlas reptar supo que sus encías
no ocultaban veneno alguno.
EL MATE (16 versos)

Vaticinando la costumbre,
el vapor va desertando por el pico de la [1]pava;
con plutónica medida divulga rizos por el éter,
dibujando la gris genealogía
de una expresiva gasificación profesa.
Una cuchara de té reposa boca arriba
sobre el mantel plegado.
La física ha logrado montículos de tela ajedrezada
sobre el cuerpo del paño de cocina.

Ya hace años que te encargas de ocupar


mis soledades y quehaceres.

Se curó con yerba usada:


Tu único olor me curtió en el hábito matutino
que termina con mi ayuno.
Hacia la media tarde
tu acompañamiento inspiró sagas.

[1] Tetera de acero inoxidable para calentar el agua de las infusiones.


LA BORRA DEL CAFÉ (18 VERSOS)

El cálido gorjeo de los alborotados gorriones


acompañó a una imagen de Europa,
que se ha formado,
inopinadamente,
en el fondo del vaso
con los oportunos
posos del café tostado.

Los pájaros de Valsaín silencian


su orquesta de murmullos
cuando los frívolos motores estropean
el silencio confortable de la aurora.
¿Quién se preocupará de no hacer ruido,
de preservar la magia de este día
hasta que el brillante cenit venga?

Al tocar mi taza nuevamente la mesa,


los países del Sur se sancocharon,
deformando aquel continente espectral
como un tsunami de pueblos y fronteras.
LA BIBLIOTECA (9 versos)

Aristóteles gobierna la geometría


de una hilera de libros antaño hojeados.
Un escritor actual se cuela entre los huecos.
En la pared cuelga el retrato
de un francés titiriteando
muñecos de trapo gris.
Las páginas lechosas
postulan el Karma
y complicados dogmas búdicos.
AMANECERES (17 versos)

Miro madrugar al monte: la atmósfera


se despereza de un bostezo lánguido y celeste.
A medida que la luz decora el quietísimo poblado
un anaranjado frágil se apodera de las tejas.

Vuestras ventanas planas emiten un destello,


como si el lucero de la madrugada hubiera
pasado allí su noche dormitando,
y ahora se asomase con su refractario rostro
al balcón de su posada,
magnetizado por el amanecer.

Bastaron pocos segundos para advertirnos


del irrevocable aclaramiento del cielo segoviano.
Algún que otro motor embadurnado
interrumpe con empecinamiento
la mágica función de esta alborada.

Junto al lucero, las farolas comunales


comienzan a apagarse hasta el próximo anochecer.
LA VENTANA (15 versos)

Aterrizó en mi ventana con toda su juventud: como un espíritu.


Es un pichón de tordo, que analiza
mi sedentarismo
a través de los dobleces regios de la cortina.

Las ramas que deshojó diciembre llenan más de media vista;


territorios atentados donde ya no hay pinares me miran a través del cristal;
los colores de la sierra se distorsionan por detrás del tul sensible.
Los arces,
que mostraban antes diferentes tonos de verde,
se quejan pálidos ahora.

Las ramas más altas de los arces se juntan de repente,


para cerrar el contorno de un corazón maltratado;
en su interior cupieron dos tejados.
Una palomita lo atraviesa aleteando
como la impredecible flecha de Cupido.
PIRINEOS (20 versos)

5 de febrero, 2008

El rayo del Sol torció el camino de mi argumento:


desubicó por un momento
la poesía de los montes Pirineos.

Cuando alzo los ojos para ver


las cimas blancas, las montañas altísimas,
el rayo de luz impecable
me golpea entre ceja y ceja.
Allí, en la cumbre mirada,
los esquiadores inexpertos se prosternan ante Dios
para derramarse por la pendiente.

En el culmen de las montañas desaparecen


las sillas elevadas que transportan a los esquiadores.
La estela infinita de un avión parte de la cima
del último Pirineo que mis ojos conquistaron

y se disipa hacia el oeste.

El aire helado entumece la piel de las manos desnudas


cuando el firme esquiador se desenguanta.

Una mera brisa ha bastado


para que los pijos se metan en las cabañas…
A pillar su piel de oso.
UNA MÁGICA GUINDA PARA MIS DESPERTARES (21 versos)

Dos lugareños se corrigen mutuamente


las equivocaciones de sus credulidades agrestes;
Gracias a una orquesta onomatopéyica
las chapas del único aserradero advierten sobre un próximo montaje
Mientras que los pájaros prosiguen su lumínico chismoseo
bajo el alba fructífera

Un currante robusto, intentando entretenerse con improvisadas ternuras


hilvana un atrevido tarareo al quemado flautismo del pájaro cucú
El cínico sonido de un motor petulante
repercute su latoso vibrar de una ramita que sobrevive en las alturas,
cuya anatomía esboza una queja en los impresionistas contornos
de los copales color prado.
Sudorosos gabarreros trabajan baqueanamente el cinc
y nos alegran la mañana a los lejanos
coreando el estribillo de una jota asturiana.

El hojalatero parlanchín parodia el grito alarmista de una mujer histérica


Con el cual intentaba advertirle de una equivocación notada.
Entre pino y pino la cima de los cerros se declara,
Los cuervos volarán de nuevo sobre el valle:
Su graznido despectivo desviará por un segundo
la vigilancia del leñador aldeano.
LA LÁMPARA (5 versos)

El repasador doblado en ocho


descansa ahora bajo la luz del flexor opa.
El portasaumerios con su forma
adorna aún más a la mesa menuda
pintada con color óxido como las hojas de diciembre.
AIRE (10 versos)

El pueblo pillará in fraganti a Eolo


acariciando en las veredas los aún pelados arces.
Las brisas desparraman sus mareas
removiendo inconstantes el éter de los techos.
Dos cuervos atraviesan el valle en tres segundos
El horizonte es un pinar en la montaña

Otra nevada ha caído


y el sol se arrastra lenta pero festivamente
sobre nuestra superficie, tan blanqueada
como una dentadura nueva.
FORASTERO (16 versos)

Encorvado, caminaba
sobre el asfalto de Carretera del Robledo,
el forastero,
como si los enfrentados arces
lo fueran regañando irrevocables.
Cada ciertos pasos la sombra
se le funde con la sombra de los árboles.

Chamarra y pantalón a lo sui generis,


ondeando como bandera insulsa.
Pupilas que, en su brillo cóncavo,
guardan angustia y guardan confianza.
Un perro de pelaje indistinguible
escoltaba su sombra,
pisoteándola,
plantígrado,
con una pata cada vez.
NEVADA (10 versos)

Cayó dos días antes: el imponente valle


está decorado con los restos de la nieve.

La blancura, tan repentina


como el florecimiento
nocturno de las gardenias,
será el testigo de angustias
y alegrías
en esta mañana de febrero.

Hace ya un año entero que aplasté


la ignorada invitación a mis sueños.
Hoy, en este prado blanco, de nuevo
los veo crecer.
AFUERA (9 versos)

Los árboles de nuestras calles se ven


como en dos planos:
La primera dimensión, el verde claro,
que no se inmuta ante la específica
quietud de la montaña; El otro
es el verde más sumiso de las ramas,
afectado por las esporádicos sacudidas
del viento humilde.
VACA MUERTA (14 versos)

4 montañas son cordillera de asfalto


para el peligroso declive, que suspira al sol;
Estrellan parabrisas limpios: murciélagos de poca autoridad
aparecieron junto a las constelaciones.
Orillando la pavimentada precisa
-Bajo el cortacogotes sin estrenar-
un diente es tan posible como el vacío cráneo
vacuno
(pulimentado por los meses).

Iluminada por las estrellas


de vez en cuando un jabalí
olfatea tu arista.
Hubo quien te fue para alejarse
de sus ancestros.
NOCHE (12 versos)

Mi tierra tiene noches de nubes blancas,


Y una uña de gato nos dice que es la Luna.
Un viceversa de constelaciones da la alumbra
tenuemente a los robledales.
El vecindario isométrico modelará para cercanos óleos
durante la concordia de las noches flexibles.
Ante la Luna color nácar
encuadrarán los miau-miau planetarios
provenidos de los contornos felinos.

En el nubarrón blanco
el éter deja una herida de tinte ocre
que no cicatrizará en la vida.
EN LAS COSTUMBRES DEL MAPUCHE (14 versos)

Trasladé el virus de la incoherencia


Cruzando un cuarto de mil kilómetros;
La indignación regó insustancialmente estas lágrimas
Y ya en la tarde recuerdo a los fiscales.
En el pueblo que adoptó a toda mi familia
Herí la frente del progenitor bastardo
Él nadó cual pez en el arte del letrado
Y me enredé por segunda vez en sus infamias.
Se arrastró hasta la Península Cristiana,
Colonizó sitios con espejos verdaderos
E implantó en mi madre genéticas semillas;
Hubo dos embriones que a la luz del sol se abrieron:
El primero… fiel reflejo de un corazón avasallado.
En el segundo se han colado las costumbres del mapuche.
LA RIVALIDAD DE LOS DIOSES (13 versos)

En la perplejidad de mi juventud, varado, me dejó el Predestinado;


Sufrí contagios dolorosos por aquel ahíto
de los días pantanosos
que Él sostuvo a través de los milenios.
Al cabo de un lustro descubrí las injusticias.
Dios me paró sobre una plancha de perpetuo verduguillo
Para que viviera en el insolente matadero de mis ilusiones;
¡Rival omnívoro eligió para que tenga desde antes mi Destino!
Celó mis cualidades el docto Redentor que me ha creado.

Se anudó mi vientre… Y padecí duras arcadas


¡Oh, Leviatán Alado! Me fuerzas a la lucha;
Arrebataste las riquezas que me dio la cicatriz plasmada;
La rivalidad que te propongo no te arredra;
¿Por qué fijas entonces tu acecho en esta obra tan minúscula?
LA HOJARASCA (9 versos)

… Y de repente otras cuestiones la reemplazan, como


si fueran un follaje que con el aire fácilmente se
destrona de su esfera.
Por otras hojas secas le destituye:
Se quedan todas juntas arremolinándose en la fronda.
Son depositadas donde la antigua y rota broza
daba una vuelta y otra incansablemente.

Podrían quedarse molestando eternamente


Si la estación no cambiaría.
ESQUÍ DE FONDO (8 versos)

Una tromba de nieve decora blancamente


el fondo de un cuadro bicolor.
El aura luchadora de Jesús Martín Merino
iluminó sensiblemente
la mitad de la fotografía, que inmortalizó la competencia.

Tierras que aún no vi a fondo esperan


mi presentación cuando haya terminado

grafías diarias.
DÍA (11 versos)

Cada minuto de este día que se desdobla


los contornos del Guadarrama se diferencian níveamente.
Las variadas tonalidades de un verde energizado
se han ido eclipsando con los cautelosos ritmos de la cerrazón:

La magnífica función se sostuvo todo el tiempo


sobre un coro de gorjeos,
Como si el canto de los pájaros invitara cada día
al pueblo a despertarse.
Diez minutos atrás se escondían en un obscuro teatro,
Ahora ya han salido al escenario:
pendientes tejados que nos resguardaban del rocío.
ANOCHECER (17 versos)

Se oyeron relinchos de un potro entero,


fue contestado más tarde por la yegua intentada.
Los cencerros del rebaño satisfecho
Adornan aún más a una orquesta fortuita de pájaros chiflados,
Superponiendo el montaraz tintilineo
sobre la base gorrional.
Volátiles chicharras organizaron el charlestón galante
para una elástica percusión ejecutada astralmente.

Es así que el pájaro cucú se anticipa a los


aislados motores municipales del prepotente camión
que vaciará los conteiners.
Un micrón es tiempo suficiente como para que se note
el aligerado aleteo de un murciélago redundante.

Con su clásico alarido de terror,


el curto cuervo avisa de su lúgubre presencia.
Y las ranas se despiden del tembloroso Eresma
con sus últimos croares.
LA DESPEDIDA TRAPERA (10 versos)

Me daban alegres buenos días


latigando su cola en sus costillas
Ellos han sido los cándidos gorriones
que desaparecieron mi rastro de pan.
Leales escoltas de mi camino rutinario
Con felices ladridos me dijeron te queremos

Una semana entera


Aguardándome tras la entrada transparente
Después de la despedida trapera
CABALLADA (8 versos)

Sólo uno masticó la manzana ofrecida


Otro hubo que se acercó para husmear mi descanso
y con cabezazos entretanto,
marcar una intimidación matona.

El relinche lujurioso de una yegua cimarrona


Me inspiró la imagen de la fornicación adúltera.
Los veía pastando en mis caminos
Como los orilleros peregrinos que descansan.
ARCE (4 versos)

Como en El Cuervo de Poe


El arce derrama sobre sí mismo su sombra histérica
Y entretanto las golondrinas pasan rayando un pedazo de cielo
Que atraviesa el ramaje obtuso.
TORMENTA (11 versos)

Nubarrones plomizos cubren el cielo de Guadarrama:


En la madrugada, el poblado se resume en un solo caserón
(que no dejaron ver nítidamente las cortinas nacaradas)
A lo largo y a lo ancho atravesadas por rayones más obscuros.
El último sol avisó de su paulatina iluminancia
Abrillantando aún más el contorno que se formaron al occidente…
¡Malditas doctrinas inculcadas que no me han permitido pensarla ni olvidarla!
Sus cabellos y mis impulsos batallaron para tener el primer puesto
En el podio de mi alma.

Desabridos versos licitaron que una pena me enamore;


Me acerqué a ella cuando me mostró su cuerpo entero.
ERESMA (12 Versos)

Los pinos se distribuyen orquestada y finamente


Sobre el horizonte de las montañas
Los leñadores avanzan hacia ellos
por unas rutas que otra pisada ya rastrilló.

Cuatro caballos pastan a la izquierda del Eresma


Frescos yuyos enverdecen el vado ese río.
Con tu esforzada lejanía nos tentaste a los urbanos
Para que vertiésemos nuestras almas en los arroyos
impregnados de ecosistemas:
Cínifes, lagartigitas y las truchas… jabalíes siniestros
y los ciervos inquisidores.

El toraje traicionero
CON IRA Y GLORIA (12 versos)

Soy superviviente y colaborador del bosque.


Igual que Moisés guardó las tablas de la Ley
hoy guardo bien las memorias recorridas
por el pinar del Guadarrama.
Procuro que los episodios de la montaña
no se escapen de mi vista ni de mi pluma:
Desde muy niño recorro los bracitos del Peñalara.

En este monstruoso mes de agosto


Algunos contaminan estos alrededores con su alegría
Emitiendo sus pensamientos inspirados en el pinar.
Resulta apasionante ver a los montañeros
andando con ira y gloria.
EL POTRO (11 versos)

Las gotas de una primera lluvia aún permanecen adheridas


al vidrio benévolo, e impregnaron la
última versión de los techos rojos y del arce reservado.
En mayor, se ve el cielo ceniciento, grisáceo templado;
Allá a lo lejos, el perfil de un caballo escondido
provoca a la temperatura para pescarse unas anginas.
Mientras que la nieve continúa el ritual de la hermosura:

Comienza a decorar las ramas zigzagueantes


con una capa de artístico mazapán blanco.
Y el pequeño caballo se esconde sin quererlo
tras el apático tronco de un roble patrón.
ALZEHIMMER (20 versos)

14 de noviembre, Valsaín

La abuela se retuerce en el sofá rendido


mientras maldice a la mitad de los que quiso
en algún tiempo ya brumoso.
Eso pasó mucho antes que el alzheimer carnicero trasladara
su alma hasta la Tierra de la Misoginia.
Utilizando las fuerzas que le quedaron en el pecho derrotado,
(Almacenadas por los días de su juventud gloriosa),
a sus miembros embotados da la orden de ¡Arriba!
para que todos a un mismo tiempo la arrojasen hacia el cielo raso.
Su resquebrajada mole se estira todo cuanto puede,
sin conseguir siquiera desplegar una sola musculatura
de su intimado sillón seco.

Los músculos del cuello se le tensan cruelmente desde la barbilla hasta la escápula;
Cada una se ha diezmado con las caries inciviles: las dos hileras de dientitos
se presionan entre ellas con el odio de la incapacidad eterna, dándole a la escena
la sincera expresión de un esfuerzo tremendamente inútil.
Con los ojos de un águila revisa el tiraje isométrico de la chimenea clausurada
en busca de su bastón canadiense: Cinco escrutinios veloces repasaron
algunos improbables escondites donde pudimos haber dejado su garrota plateada.
Aunque nunca logra levantarse del asiento tapizado, su insistencia le delata

un espíritu fornido.
LAS PIRUETAS DE LAS TRUCHAS (12 versos)

Engalanado con una narcisista tela blanca, el almohadón


Posa en la repisa para una Polaroid
que le tomarán nuestros ancestros:
Suben al cielo de Valsaín las nacientes ráfagas
de una morosa nevada inoportuna;
En planta alta el cristal de la ventana
se reparte rectangularmente en 6 segmentaciones.

¡Viajé hasta el Eresma!, cuyas corrientes hipnotizan


y el murmullo de sus cascadas cautiva al caminante.
Desde el puente me pierdo en su largura curvilínea
Aún ningún cardumen compartió con mis ojos
su número de serpentinadas piruetas.
LA RUINA (11 versos)

Dos pájaros se reflejaron sobre cristal de la mesa,


tan espeso como medio dedo.
Los cigarrillos proponen un estrellado cuarteto
en la pestañas de un cenicero roto.
Seres mitológicos adornan un escudo centrado;
Un prestigioso “Latín” endiosa el lomo del libro tricolor.
Paloma blanca aterrizó en la esquina de una ruina principal
que envejece al valle de Valsaín.
El paso de los años ha conseguido discapacitar aquellos ornamentos
Mareas superficiales de ladrillo
quedaron a la intemperie debido al incesante descascaracion.
LA GARÚA (17 versos)

La balaustrada excepcional ensalza al valle llovido:


Las flores se quedaron lloriqueando los restos de una
llovizna [1]compadrita.
Viandante insólito que te cobijas
bajo la melena acuosa del sauce eterno;
los colores dorados del otoño se desparramaron
sobre las veredas gabarreras, como si el pueblo
fuera una princesa esparciéndose coloretes amarronados
por su cara.
La [2]garúa ha sembrado futuras humedades
en las fachadas de los blancos complejos alpinos.
Los perritos vagabundos se metieron ya en sus propiedades
coquetas, porque las calles heridas se despueblan.
El conejo y su olfato detectivesco andan buscando un
almuerzo sobreviviente que madure en torno a los columpios.
Y la corteza empapada del arce dorado
ahoga microorganismos aturdidos.

[1] Lunfardo. Se lo llama a los personajes que a pesar de su físico pobre, resultan de
comportamiento valiente o atrevido.
[2] Se dice de la llovizna suave que, por lo general, precede a la lluvia.

SATURNINO (13 versos)

una ceniza ha volado hasta el apoyamanos


pareciera ser una estrella apartada sobre un cosmos color brea.
desesperadamente las hojas de los cinco arces
brotan por todas partes debido a la primavera madura.
alguna singularidad han de tener para el Señor
los árboles que fuera se bambolean:
yendo y viniendo sobre las subjetivas rutas que les
indican las comensales brisas matinales.
Y debajo de las sísmicas sobras
nos sorprende a todos la roncosa voz de Saturnino,
que plantado en la acera bienintencionada
camina buscando un bar abierto que por un euro le evite el ayuno
con un mediocre descafeinado.
OTOÑO (10 versos)

Trajiste las primeras nieves


Después que soles mansos
Intentaran sin lograrlo
Desnudar un poco a los granjeros.

En tu llegada cósmica amenazabas con el congelamiento


De la fuentecita, junto a la plaza de toros sacrificados
Los copales serán más transparentes
Y cada hoja desprendida
Será la irrevocable profecía
De nuestro Eresma helado.
LA PEQUEÑA MOSCÚ (8 versos)

Patinantes patidifusos
Irán confiados a la frialdad.
Los rodados nos llevarán de compras
Con cadenas en el maletero:
Los pueblerinos harán de imagineros
Formando un entreverado de crucifijos en las llantas.
Entusiasta gritería de la infancia…
Loará la blancura de nuestra pequeña Moscú.
CARRETERA DEL ROBLEDO (12 versos)

Por parte de un campesino loco


oí la voz de los patos
que en un entonado silbido, con el campo
temprano, se camaleonizaba.
Montaraces cencerros abrazaron
al griterío jubiloso de unos niños en la plaza.
Aquellos timbres se sostuvieron
sobre un natural silencio de pocos minutos.
Únicamente algún motor dolorido aplastó morbosamente
los rítmicos tintilíneos del rebaño.
Aquí un simple móvil es exótico…
Y las felicidades cuestan menos.
LOS ASIENTOS (12 versos)

El mundo a 3 kilómetros: San Ildefonso,


El mercado, un pontón y Los Asientos
No existe astrolabio sobre el Mundo
Que nos advierta de alguna otra coordenada:
Tres Marías jugando a polares viceversas;
Pinos trasplantados lograron caminos
para reyes en carruajes.

Varios puentecitos fueron las migas de mi rastro


Acueductos modestos, la enormidad de las resinas,
El altivo orgullo de los pinos imperiosos.
Y las corrientes del arroyo
Conversando con su inigualable farfullo.
EL COMENTILLO DE LOS TORDOS (17 versos)

Junto al murmullo del río, los [1]funebreros


zanjaron tumbas sin sarcófagos;
Las tropas agradecieron la ignorancia pueblerina
(quizás la cobardía salvavidas);
Paradójica esencia se huele aquí en los dos crepúsculos del día:
La fosilización de los cadáveres oliendo a cocaína
Acompañando aquel olor, apenas público, perfume a rosas y nevadas.
¡Ustedes, medio hermanos, jamás serán ajusticiados!
Casi nadie ha conseguido transcribir su despedida;
Y a los pies del roble fue su casa para siempre.
Los nuevos caminantes desconocen sus direcciones ilegales;
Los gorriones y los tordos les cantarán un réquiem infinito,
Recitarán tenues misas para ustedes los ocasos
El Eresma, con sus brazos, orará
en honor a su deceso un Padrenuestro hidroterápico.

¿Cuántos sobrevivientes quedarán?


Tan solo la memoria de estos muertos será
asunto para la Eternidad.

[1] Sepultureros

FIN

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