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Poemas de Ficcion

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LA PLEGARIA DEL COSMONAUTA

Autor: Ana Tapia

El cosmonauta ha perdido el lenguaje:


ya no espera que un eco le conteste
cuando anuncia sin voz la belleza del vacío.
Ninguna esquina hay. el Universo
no tiene asideros para las palabras, y el lenguaje
sobra
donde solo la vibración del alma es posible
y solo
la trémula invocación de las células cuánticas
y solo
el relámpago de la emoción y del vértigo
que sigue la órbita de todos los planetas.
Para qué el lenguaje
piensa el cosmonauta
si no hay texto
si no hay sílabas que puedan transmitir
esto que ven mis ojos.
Qué inútil el lenguaje
cuando la mente está llena de infinito
y el corazón va a reventar de gozo
y de estupor
pero entonces:
¿Cómo hacer que me crean los otros seres?
Si no encuentro
si no doy con la forma correcta del mensaje
si no dé hablar el idioma del arcano
cómo hacer que lo entiendan
si nunca han estado suspendidos
en el más absoluto desamparo
lejos del azul y de la atmósfera y de sus propias vidas.
Es esta sin duda una guerra inútil
la del lenguaje contra la belleza
la del silencio contra el asombro
y por eso
porque sé que he perdido esta batalla
me es imposible dejar de hablar.
Carnaval Autor: Luis Llorens Torres
Bella ficción de reinas y de reyes...
Oh, carnaval, alegre carnaval,
que unces tus yuntas de mejores bueyes
y aras la carne en el vaivén del vals.

Arado quo revuelcas corazones,


en surcos de dolor y de placer,
y arrancas las raíces y tocones,
que dejaron las siembras del ayer.

Queda, desnuda, la cachonda era,


apta para la nueva primavera,
que vaticina el grito del amor.

Grito y clarín de la fecunda guerra


en que hasta las lombrices de la tierra
sueñan el sueño de la flor.

Detente Sombra Autor: Sor Juana Ines de la Cruz


Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias, atractivo,


sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero
si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes, satisfecho,


de que triunfa de mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo estrecho

que tu forma fantástica ceñía,


poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
“Una palabra oscura” Autor: Jorge Cuesta
En la palabra habitan otros ruidos,
como el mudo instrumento está sonoro
y al inhumano dios interno el lloro
invade y el temblor de los sentidos.

De una palabra oscura desprendidos,


la clara funden al ausente coro,
y pierden su conciencia en el azoro
preso en la libertad de los oídos.

Cada voz de ella misma se desprende


para escuchar la próxima y suspende
a unos labios que son de otros el hueco.

Y en el silencio en que sin fin murmura,


es el lenguaje, por vivir futura,
que da vacante a una ficción un eco.

Continuidad vi Autor: Jaime Torres Bodet


Sí, cuanto más te imito, más advierto
que soy la tenue sombra proyectada
por un cuerpo en que está mi ser más muerto
que el tuyo en la ficción que lo anonada.
Sombra de tu cadáver inexperto,
sombra de tu alma aún poco habituada
a esa luz ulterior a la que he abierto
otra ventana en mí, sobre otra nada...
Con gestos, con palabras, con acciones,
creía perpetuarte y lo que hago
es lentamente, en todo, deshacerte.
Pues para la verdad que me propones
el único lenguaje sin estrago
es el silencio intacto de la muerte.
NAVE GENERACIONAL BABILONIA Autor: Ana Tapia

Creíamos que el exilio


no era eso que habían contado los antiguos
monarcas
aquellos jefes de caballo y yelmo
cuya memoria sigue viva en nuestros genes
y que el llanto de Lama Dismashá
no se refería a esta distancia
que se mide en billones de kilómetros
y que la nostalgia de la patria
cantada por Marina Tsvietáieva
no suponía una daga tan profunda
creíamos

que al dejar el planeta de los padres


la emoción de un futuro prodigioso
supondría una mordaza para el miedo
y que podríamos soñar con otra vida
como dijo Harry Martinson
y no perderla
no desperdiciarla
en un sueño de años luz
eso creíamos
que sería fácil apretar la identidad bajo los puños
para que ningún bucle en el espacio o en el tiempo
nos la robase
y sin embargo
esta sensación
es como una sinfonía de corazones
un galope desbocado y silencioso
cuando la nave Babilonia afronta la negrura
todos somos los hijos de Jonás
dentro de un gran cetáceo que abarcará sistemas estelares
durante décadas
hemos depositado tanto en un futuro que aún no nos pertenece:
al mirar la Tierra nos embarga
un terror primigenio a olvidar
y a que nos olviden.
En la Hipnoblepsia Autor: Joel Fortunato Reyes Perez
La noche llegaba suavemente todos los días acariciando
el sillón y el cristal pintado en la ventana, en la paciencia
de una flor congelada bajo la puerta; afuera, el viento
agitaba el polvo arenoso y hacía ruidos con las ramas,
y alambres por los techos esa primavera de vivo verde...

Él bebía su libertad tras una mirada trágica y serena qué


parece movida por hilos qué alguna divinidad invisible, y
tal vez insensible se entretiene en situar en la más incom-
prensible realidad con su acerbo amargor y melodía baladí.
El visitante hace un gesto con el brazo extendido, y la mano
péndula reteniendo la impaciencia de colores, y sonidos del
dueño del sueño, de cama y cobija en tanto dice. El final es
lento y progresivamente sorprendente, y las imágenes tenues
de nítidos recuerdos, emotivos ciertamente, difíciles de entender
en el polvo infalible acumulado por los años, dónde se degranan
los crepúsculos bajo la frente espaciosa entre los labios rígidos
de las palabras yertas...

Se había cansado, y lo había abandonado, eso era todo.


Aparentemente alrededor de cuarenta años a lo largo de arbustos
sintéticos, y en el sigilo del astrobús molecular helicoidal de alta
velocidad, carcana a los diez años luz por hora terrestre...
Deseando a veces jardines cubiertos de plateadas fantasías
de rosales dorados entre las brumas brillantes, y vivir en el agua
de los proyectos logrados, fabricando acrílicas burbujas de armonía...

Y pensaba en aquéllos qué no son dueños de sus cuerpos ni siquiera


un porcentaje razonable de su mente mientras qué de amplias libertades
gozo yo, en el silencio profundo se escuchaba... ¡Sí, claro, y frecuente!
Al dejar atrás las obstrucciones de la razón lógica y dónde la meta verdadera es
carecer de ella...
Dejar libre la mente creativa en manos de la fantasía, y
confiar en qué seguirá su propia naturaleza en la vertiente expresiva.
Como la cigüeña qué toma un campanario llevando un cirio en el pico con
el mar en sus alas y las nieves cálidas en las alturas escribiendo sobre los cielos
con las estrellas submarinas...

Así continuaba el monólogo deslizándose por los breves espacios neosinápticos


y se codificaba sin rozarse cualitativamente con el juicio autocrítico, y de no
intervenir los procesos en la cercanía, dónde sus rasgos propiciarían una
asociación distorsionada o un comentario artificial aleatorio.
En el espejo él observó su asombro. A veces herramienta indispensable
para reducir el estrés mediante una respuesta emocional como la risa de
expectativas, relaciones y todo aquéllo qué puede hacernos sentir en parte
satisfechos y comprometidos... Tal vez con la capacidad de motivarse y guiarse
uno mismo. En los ambientes dónde la violencia asusta y la tecnología aisla...
En éste episodio toda la realidad estaba a la defensiva, inclinó un poco
la imaginación bajo un rostro ligeramente arrugado, y vistió su lenguaje
para disipar ese temor con palabras...
Así, con el aliento suspendido, y con un prolongado latido intrigante
encontró el cadáver de su propio ser en la octava dimensión, en la mente
sintetizadora qué permite elegir piezas desconectadas de información,
darle sentido a las nuevas capacidades cómo en los cerebros cuánticos
en la indeterminación de los fenómenos de propagación de la luz
espiritual de la historia digerida, tan demasiado bien qué al alma pule.

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