Guía Práctica #05 111
Guía Práctica #05 111
Guía Práctica #05 111
MATERIAL INFORMATIVO
Programa de Estudios/Programa Programa de Formación Humanística Sesión N°5
Docente:
Resultado esperado: Analiza los Objetivos de Desarrollo sostenible con enfoque crítico, a
partir de la realidad social, económica y ambiental, en el contexto local y global
Evidencia de aprendizaje: Ficha de estudio de caso
Integrantes:
Apellidos y nombres % de participación
1.
2.
3.
4.
5.
6.
1. ACTIVIDADES DE INICIO
1.1 Observa la siguiente infografía y responde
b) ¿Cuáles son los factores que impiden la igualdad de género en el mundo y el Perú?
b
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c) ¿Cómo afecta la igualdad de género en la sociedad?
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d) ¿Consideras que en nuestro país se promueve la igualdad de género? ¿De qué manera?
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2.ACTIVIDADES DE PROCESO
2.1. Conociendo la realidad local, global o nacional a través de un estudio de caso
a) Se asigna a los equipos de trabajo un estudio de casos
b) Cada grupo debe identificar el problema, causas, consecuencias y descripción de los hechos
más relevantes que presenta en el caso, teniendo en cuenta el esquema dado.
c) Identificar el objetivo general y plantea una propuesta de acciones sostenibles para resolver
la situación planteada en el caso.
d) Generar conclusiones acerca del caso tratado
Argumentos
a)Propuesta
Presentarde
en acciones
la carpeta PRODUCTO
sostenibles llada de manera grupal. Conclusiones
REFERENCIA
Anexos
Escrito por:
Eran aproximadamente las 8:00 p.m. en una noche cualquiera de la semana. Me encontraba en
la habitación de mi hija de dos años, observando cómo disfrutaba jugando con su nuevo set de
trenes, en ese momento mi esposo entró en la habitación. No sé si fue el ambiente o el juguete
nuevo que le había comprado, pero una pregunta provocó una conversación profunda: "¿Por
qué insisten tanto en la igualdad de género?"
Su comentario denotaba una preocupación genuina. "Si una fábrica de cemento está buscando
personas para cargar sacos, allí no se hablaría de igualdad", expresó. Esta inquietud es común en
muchas personas que perciben la igualdad como un concepto que beneficia exclusivamente a las
mujeres y perjudica a los hombres. Sin embargo, nada podría estar más lejos de la verdad.
Aunque no soy experta en el tema, intenté explicar de manera sencilla y amable: "Querido, no
se trata de eso". Le dije: "Tenemos una hija, y estoy segura de que deseas que cuando crezca, se
valoren sus capacidades y que tenga la oportunidad de competir por puestos de alta dirección
sin sufrir discriminación". Le expliqué que no debería enfrentar preguntas sobre su estado civil,
si tiene hijos o si planea tenerlos, preguntas que a un hombre jamás les harían a fines de
considerarlos para un puesto de trabajo.
Añadí que estoy segura de que no le gustaría que nuestra hija trabajara en una empresa donde su
crecimiento dependa de soportar o convivir con acoso laboral, y que no tenga un sistema de
denuncia que la proteja. Le dije: “Supongo que deseas que ella disfrute de los mismos derechos
que un hombre, y eso es lo que implica la igualdad”. No se trata de caprichos o vocabulario",
sino de asegurar que las personas son valoradas por igual sin importar su género. Es como
tomar dos currículos, eliminar los nombres y elegir basado en las competencias, luego vemos si
el agraciado era hombre o mujer.
En nuestra conversación, no faltaron los datos. Le dije que sería injusto para nuestra hija que,
siendo más calificada que un hombre para un puesto de trabajo, ese trabajo sea otorgado a un
hombre solo porque el evaluador (a) pertenece al 50% de las personas en el mundo que todavía
creen que los hombres son mejores líderes que las mujeres o porque piense que ese es un
trabajo "para hombres". Ojo, no se trata de afirmar que las mujeres son superiores a los
hombres, sino de reconocer que ambos son igualmente competentes.
También mencioné que más del 25% del mundo considera aceptable que un hombre maltrate a
una mujer, y estoy segura de que ningún padre desea ver a su hija sufrir violencia. Además,
señalé que menos del 11% de los líderes estatales y menos del 10% de los líderes
gubernamentales son mujeres, a pesar de que las mujeres obtienen niveles educativos más altos.
Vivimos con "normas sociales" arraigadas que han moldeado nuestras percepciones sobre el
papel de la mujer en el hogar, en el trabajo y en la sociedad en general. Si cada padre
reflexionara sobre la sociedad en la que desea que su hija crezca, ¿qué derechos le otorgaría?
¿Qué haría para que ella pueda desarrollarse plenamente y sin miedo?
Cerré nuestra conversación con una pregunta simple: ¿Estás dispuesto a luchar para que nuestra
hija viva en una sociedad donde pueda alcanzar todo su potencial sin ser juzgada,
menospreciada o maltratada?
https://www.undp.org/es/dominican-republic/blog/relato-de-una-conversacion-simple-por-que-
debe-importarle-un-padre-la-igualdad-de-genero
14 DE FEBRERO DE 2024
Elena Sánchez (63 años) es una de las lideresas que forma parte de una red en comunidad en la
que las mujeres se han unido para hacer frente a la violencia en Cajamarca. A lo largo de estos
años, ha tenido una trayectoria variada: ha sido profesora de matemáticas, comunicadora,
facilitadora social, scout, e incluso, jugadora de fútbol. Aunque se ha desempeñado en roles
diversos y ha aprendiendo de cada uno para impulsar su liderazgo; no siempre fue así.
“No sé en qué momento exacto mi vida cambió”, señala quien de niña le tenía miedo “hasta a las
mariposas”. El padre de Elena, un hombre de comunidad campesina, soñaba con que ella pudiera
vivir libre y sin miedo. Impulsada por este deseo y con su experiencia profesional, ella ha superado
temores que eran suyos, como de muchas mujeres en Cajamarca: viajar sola, participar en espacios
tradicionalmente masculinos, ejercer su liderazgo.
En una sociedad con altos índices de violencia machista no es de extrañar que Elena haya
tenido miedo. En Cajamarca, más del 53% de las mujeres han declarado haber sufrido violencia
por parte de su pareja, según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI). Además, solo en el 2022 reportaron más de 3400 casos en Centros Emergencia Mujer y
más de 3800 consultas telefónicas a través de la Línea 100, de acuerdo con datos del Ministerio
de la Mujer y Poblaciones Vulnerables.
Precisamente, el sueño más grande de Elena es “trabajar para que otras niñas y mujeres se
liberen” y fue así cómo decidió unirse a la Red de Lideresas del Proyecto JUSTA, que
implementa el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
https://www.undp.org/es/peru/historias/elena-sanchez-lideresa-comunitaria-que-ayuda-vencer-
los-miedos-de-cajamarca
“En esta zona no hay internet, televisores o celulares y los niños y las niñas estaban sufriendo
mucho para adaptarse a aprender durante la pandemia”, comenta Elena sobre la inspiración
para este espacio que empezó con seis estudiantes y ha llegado a más de 40.
Estas dificultades, además, afectan de manera diferenciada a las niñas. En esta zona rural
persiste el machismo que les impide el acceso a educación y las encaja en roles y estereotipos
que tienen como consecuencia una sobrecarga de trabajo de cuidados, entre otros. “Una niña
quiso participar de un curso para el cuidado de hortalizas, pero su padre se negó. Decían que la
niña va a tener que casarse y ahí quedará”, recuerda la lideresa.
Este tipo de realidades motivaron a Elena y otras lideresas de la Red de JUSTA a trabajar juntas
para visibilizar las principales demandas de las mujeres en Cajamarca. Así, por ejemplo, durante
las últimas elecciones municipales llevaron a cabo la campaña #NosotrasVotamos, con el apoyo
del PNUD.
El mensaje que resaltaron fue que el acceso a la educación, la atención de casos de violencia, la
participación en la política y la falta de oportunidades son puntos urgentes de atender por una
Cajamarca con igualdad de género. La campaña partió de un análisis de datos elaborado por las
lideresas y se visibilizó en redes sociales con el apoyo de instituciones y colectivos aliados de la
red.
Para Elena es imposible que su lucha por la igualdad de género esté desconectada de la
educación. Este compromiso se reforzó cuando en la pandemia notó que las madres de familia
estaban teniendo dificultades para acompañar a sus hijos e hijas con la educación a la distancia.
Además, Elena reconoce que hay mucha discreción por parte de las mujeres de contar su
situación de violencia debido al machismo enraizado. Muchas mujeres con las que trabaja
piensan que “incomodan” a la justicia si denuncian. Por eso la lideresa reafirma: “Necesitamos
más espacios que hagan actuar a las personas, ¿en dónde es ese espacio donde la gobernabilidad
es posible? ¡En la escuela! No es difícil identificar”.
Elena confía en el poder transformador de las mujeres porque “cuando ellas se juntan y
conversan salen muchas ideas”. En la Red Justa, ella ha encontrado un espacio para dialogar
junto con otras compañeras y así diseñar planes, políticas e iniciativas para una Cajamarca más
segura para todas. El Modelo JUSTA amplifica sus voces y facilita espacios de articulación, para
dialogar y construir propuestas con las autoridades locales que mejoren la calidad y el acceso a
los servicios de atención para casos de violencia.
“Sentirme yo realizada es soñar con otras mujeres y que ellas puedan soñar con niños y niñas
felices”, asegura. Elena abre su casa como abre su corazón para recibir a niñas y mujeres que
buscan un espacio seguro para poder vencer el miedo. Ella encarna un testimonio en una
Cajamarca desafiante para las mujeres, pero con oportunidades y liderazgos que
incansablemente construirán comunidades libres y sin miedo. “Hay que ir rompiendo miedos,
nos paraliza mucho a las mujeres. Que nos silencien nuestras voces, eso no está bien, tenemos
que rebelarnos y salir de esta situación que no nos deja ser nosotras”.
https://www.undp.org/es/peru/historias/elena-sanchez-lideresa-comunitaria-que-ayuda-vencer-
los-miedos-de-cajamarca
El pasado no es un tiempo inerte para este pueblo originario. Saber cómo han luchado sus
antepasados y sus formas de vida es una condición para guiar su futuro, según el autor aymara
Carlos Mamani. Se trata de regenerar la historia del pueblo aymara que, entre tanto, ha sido
marcado por episodios de dominación y en el presente está sujeto a discriminaciones y
exclusiones en el Perú.
“Venimos de un pueblo que existía incluso antes de ser peruanos. Sin embargo, nuestros
jóvenes se avergüenzan de su identidad, piensan que ser aymara es un insulto o no tiene
futuro”, asegura Turpo, quien a los 42 años ha sido elegida para liderar la Secretaría de
Derechos de los Pueblos Originarios en la UNCA. Lo hace con la motivación de participar en
una organización que, desde los años ochenta, representa al pueblo aymara del que se sienten
parte 548,311 personas, según el último censo nacional.
“Quiero que estemos orgullosos de ser aymaras, que seamos tan válidos como otras personas,
porque nos identificamos con una cultura milenaria, con nuestro idioma, nuestra forma de vivir
y pensar”, señala la lideresa de la comunidad campesina Callachoco, en Puno, región que
concentra la mayoría aymara del país.
AL ÚLTIMO DE LA LISTA
Para reivindicar el pasado aymara, aún hace falta una mejor representatividad política de los 55
pueblos indígenas u originarios del Perú. Para eso, en 2002, la cuota indígena fue incluida en el
Sin embargo, tras cuatro procesos electorales, apenas el 6% de autoridades electas fueron
indígenas. De ese porcentaje, solo el 19% eran mujeres. “Nos utilizan de relleno, porque en la
práctica no tenemos representatividad. Hablan de la cuota indígena, pero nos colocan en el
último lugar”, reclama Turpo.
Al respecto, el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ha verificado que para las Elecciones
Regionales y Municipales de 2022 apenas 1 de cada 10 candidaturas indígenas encabeza las
listas a los concejos provinciales y regionales, en tanto el 46.7% se ubica en el tercio
inferior. “En diferentes partidos y movimientos dicen ser aymara o quechua, pero no tienen ese
sentimiento de identidad. Al igual que el resto de políticos nos utilizan para llegar al gobierno y
luego no existimos”, agrega la lideresa.
Frente a estos desafíos, desde hace seis años el JNE preside el Grupo de Trabajo para el
Fortalecimiento de la Participación Política Indígena. “Es un espacio de diálogo, reflexión y
consenso que permite a los pueblos indígenas establecer acciones, medidas e iniciativas para
fortalecer la participación y representación política indígena”, explica Milagros Suito, directora
nacional de Educación y Formación Cívica Ciudadana del JNE.
https://www.undp.org/es/peru/historias/defensoras-del-futuro-aymara