Ley Nacional de Educación Sexual Integral 26
Ley Nacional de Educación Sexual Integral 26
Ley Nacional de Educación Sexual Integral 26
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En el debate parlamentario otro eje central giró en torno a definir quiénes son
los actores legítimos para elaborar los “contenidos mínimos obligatorios” de la
ESI: por un lado, algunas/os consideraban a la educación sexual
como derecho social y del orden público, que debía ser garantizado por el
Estado; otras/os, mientras tanto, argumentaban que al formar parte de
la esfera privada de las personas, el Estado no debía tener ningún tipo de
injerencia en su elaboración, quedando dicha responsabilidad a cargo de las
familias. La resolución de la ley de ESI consensuó la discusión a través de la
definición de integralidad de la educación sexual -como veremos no lo reduce a
un sólo aspecto o dimensión- y del enfoque de derechos, que plantea que:
“Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los
establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las
jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
municipal”, es decir, que es un derecho de niñas/os y adolescentes, y que
como docentes debemos garantizarlo.
Disponible en https://youtu.be/Qj3Izfi8zRQ
Veamos el video de Les Luthiers “Los Jóvenes de hoy en día”, que no sólo
ilustra lo que venimos planteando, sino que también invita a reflexionar.
Hay un enfoque que hoy tiene bastante visibilidad, sobre todo a partir de la
presencia de algunas/os profesionales en los medios de comunicación,
vinculado con el modelo de la sexología, que enfatiza la necesidad de
promover la enseñanza de “buenas prácticas” sexuales, prevenir
disfunciones, problematizar creencias y propiciar la exploración de modos
personales o compartidos de conocer y disfrutar de la sexualidad. Este enfoque
concibe a la sexualidad como una construcción que está presente durante
toda la vida y tiene que ver con cómo percibimos nuestro cuerpo sexuado, qué
nos sucede en las relaciones sexuales, etc. Es una propuesta que se acerca al
enfoque de la ESI cuando le da importancia a la subjetividad, al disfrute, pero
se aleja de la ESI porque su modo de ver la sexualidad es más bien individual.
Las dimensiones colectivas y sociales como: qué lugar ocupamos en la
sociedad, cómo fueron construidos socialmente los sentimientos y las
imágenes sobre masculinidad y feminidad, qué procesos de demanda de
derechos eso genera, etc., no son abordados. Es un modelo vinculado más a la
consulta y la terapia individual que al trabajo pedagógico en la escuela.
Pero las leyes y los derechos legislados deben ser abordados en el marco más
amplio de la ESI, que no se agota en la mera enseñanza de las normas sobre
protección frente a ciertos peligros, y que pueden reforzar la judicialización de
los vínculos cotidianos y además el temor a una sexualidad concebida como
amenazante.
El enfoque de género constituye una lente crítica para ver y analizar desde una
mirada histórico cultural las relaciones sociales, para analizar y criticar
prejuicios y estereotipos en relación con lo considerado exclusivamente
masculino o exclusivamente femenino. Por eso se acerca a la ESI, porque
pedagógicamente considera y valora la experiencia de cada persona, su
capacidad de construir conocimiento crítico, y pone en relación esa experiencia
particular con la sociedad. Volveremos sobre estos conceptos con mayor
profundidad en la clase 2.
A La promoción de la Salud
A. La Promoción de la Salud
Existen distintas concepciones sobre la
salud: ¿es un estado de perfecto
equilibrio? ¿Es ausencia de enfermedad?
¿Es una situación individual y personal
de cada una/o?
La salud es más que eso. Es un proceso que se desarrolla durante toda la vida
de las personas y las comunidades. Es algo que las sociedades generan a
través de las condiciones biológicas, sociales, económicas, culturales,
psicológicas, históricas, éticas y espirituales, y que así juntas, influyen en la
posibilidad de estar más sano o más enfermo, en lo que llamamos el proceso (y
no “estado”) de Salud-Enfermedad-Cuidado.
Para ello consideramos elementos tales como la gradualidad, que respeta los
tiempos y las etapas de las chicas y los chicos, así como la progresión de un
proceso de enseñanza y un proceso de aprendizaje; ello se vincula con todo lo
que tiene que ver con la programación de la enseñanza (cómo seleccionamos
y vinculamos contenidos a trabajar en cada momento, las prescripciones
curriculares establecidas y los lineamientos generales que orientan y modelan
nuestra práctica; etc.), siempre atenta a la diversidad (cultural, sexual, étnica,
etc.) presente en todo grupo social, que debe ser retomada como contexto y
contenido en la enseñanza, con la particularidad de las historias y
trayectorias de cada una/o de nuestras/os alumnas/os.
Con todos estos elementos podemos resumir diciendo que la ESI implica:
Un espacio de enseñanza y aprendizaje sistemático, con contenidos
adecuados a la edad de las alumnas y los alumnos, su situación y su contexto
sociocultural, que comprende saberes y habilidades para la toma de decisiones
conscientes y críticas sobre los siguientes EJES que atraviesan toda la ESI:
02 El enfoque de género
04 La valoración de la afectividad
Lectura ampliatoria