Las Cartas Que Amundsen Encomendó A Scott Tras La Conquista Del Polo Sur
Las Cartas Que Amundsen Encomendó A Scott Tras La Conquista Del Polo Sur
Las Cartas Que Amundsen Encomendó A Scott Tras La Conquista Del Polo Sur
Roald Admunsen
CURIOSA HISTORIA la de las cartas que Roald Amundsen dejó para que Robert Falcon
Scott, su gran rival por la conquista del Polo Sur, las recogiera.
La historia de la conquista del Polo Sur es muy conocida, tras un siglo XIX plagado de
descubrimientos geográficos, pocos lugares quedaban en el planeta a los que el ser humano
no hubiera tenido acceso, de ellos, tal vez el lugar más carismático e inhóspito era el Polo
Sur.
A principios del siglo XX, Amundsen y Scott comandaron dos expediciones, noruega y
británica, con las que pretendían conseguir la hazaña de ser el primer ser humano en
alcanzar el Polo Sur. La persecución de la gloria y el hecho de tener a sus países tras de sí
convirtió la empresa en una trágica carrera por los traicioneros hielos del continente
antártico. La expedición de Roald Amundsen alcanzó el polo el 14 de diciembre de 1911,
treinta y cuatro días antes que la expedición de Scott, que lo consiguió el 17 de enero.
Antes de partir, los noruegos dejaron su bandera, un campamento al que denominaron
Polheim y dos cartas. Testigos mudos del desconsuelo que Scott y sus hombres sufrirían
pocos días después.
Una de las cartas iba dirigida al propio Scott y la otra a Haakon VII, rey de Noruega.
Ambas fueron escritas por Amundsen con la esperanza de que Scott la entregara en caso de
que él y sus hombres fallecieran en el viaje de regreso. Prueba de la dureza de la epopeya
que emprendieron ambas expediciones son esas cartas, ni siquiera el propio
Amundsen, que completó la hazaña en primer lugar y en condiciones razonablemente
buenas estaba seguro de regresar con vida de aquel infierno helado.
Es difícil de imaginar cuan duro debió ser para Scott y sus hombres alcanzar el Polo en
segundo lugar tras un sinfín de adversidades y penalidades para, además, tener la
obligación moral de -en el caso de desgracia de Amundsen- comunicar al mundo que la
expedición noruega había llegado en primer lugar. La tremenda dureza a la que se vieron
sometidas ambas expediciones fue extrema, si bien los noruegos estaban mejor preparados
gracias a la meticulosidad y experiencia del propio Amundsen.
"Sólo faltan ciento cincuenta kilómetros hasta el Polo, pero de seguir así, no podremos
resistirlo"
"Sólo faltan ciento treinta y siete kilómetros hasta el Polo, pero serán muy amargos."
"¡Sólo a noventa y cuatro kilómetros del Polo! Si no conseguimos llegar hasta él habremos
llegado muy cerca."
El 14 de enero dice:
"Sólo nos quedan cincuenta miserables kilómetros. ¡Tenemos que llegar hasta allí, cueste lo
que cueste!"
El 16 de enero:
"Buen humor"
"Todas las penalidades, todos los sacrificios, todos los sufrimientos, ¿de qué han servido?
Sólo han sido sueños que acaban de desvanecerse."
Como decimos, Amundsen dejó dos cartas, una para el rey de Noruega y otra para el
comandante Scott en la que le solicitaba que llevase la carta al rey noruego si Amundsen
sufría algún percance en el regreso, la carta tenía el siguiente contenido:
Como Vd. será probablemente el primero en llegar aquí después de nosotros, ¿puedo
pedirle que envíe la carta adjunta al Rey Haakon VII? Si los equipos que hemos dejado en
la tienda pueden serle de alguna utilidad, no dude en tomarlos. Con mis mejores votos, le
deseo un feliz regreso.
Sinceramente suyo.
A pesar del dolor físico y moral, como buen caballero inglés, Scott tomó la carta y se
propuso llevarla a su destino. Se lo tomó como un deber personal, sin embargo, las
penosas condiciones en las que ya estaban él y sus hombres y el atroz clima que imperó en
la zona aquellos días terminaron por consumir sus vidas en los helados parajes de la
Antártida.
Ruta seguida por ambas expediciones
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