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David

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Biblia en el Salmo 23:6 “Ciertamente el Bien y la Misericordia te

seguirán todos los días de tu vida”


Nunca habrá un día en que el bien y la misericordia de Dios no estén
cerca de nosotros.
Como creyentes en Jesucristo, tú y yo también necesitamos confiar en
que el bien y la misericordia de Dios nos siguen a cada paso.
Es necesario que tengamos la misma confianza y consuelo, creyendo
que cada día de nuestras vidas, estos dos amigos de David están con
nosotros en cada momento.
En el Salmo 23, aprendemos que hay una relación cercana e
inseparable entre el Buen Pastor y Sus ovejas. Un vínculo
inquebrantable los une como si fueran uno solo.
El versículo 6 apoya esta idea y lo evidencia claramente.
David empieza el versículo resaltando la certidumbre de esta unión.
Esta realidad se ve en la primera palabra “ciertamente”. No hay duda
de que lo que aquí se afirma debe ser creído con una seguridad
absoluta. No importa cuán oscuro sea valle, o cuán profundo sea el
barranco, ciertamente este bien y misericordia le pertenecen a las
ovejas.
La cercana presencia del Pastor con Su tierno amor es una verdad
indisputable. Su preocupación nunca debe ser puesta en duda, ni su
cuidado cuestionado. Con la certeza del irrevocable amor de Dios, Su
gran bondad está firmemente comprometida con Su rebaño.

Cuando David testifica que el “bien” lo seguirá, él usa una palabra


hebrea que cuando se usa como adjetivo, significa “hermoso” o
“placentero”. Representa la manera atractiva con la que Dios muestra
Su amor por Sus ovejas. Dios es perfectamente bueno en Su carácter
e impecablemente bueno en Sus acciones. Por lo tanto, Él solo puede
hacerle bien a Su amado rebaño. Esto se evidencia en cómo Él
cuidadosamente vela por las muchas necesidades de Sus ovejas.
David también testifica que la “misericordia” le sigue. Esto es el amor
incondicional del Buen Pastor para con aquellos que el Padre ha
escogido y le ha encargado. Él los ama con Su amor soberano que
jamás podrá ser extinguido. Aun cuando somos infieles, Él permanece
fiel a nosotros.
El verbo hebreo traducido “seguir” muestra estas dos virtudes —el bien
y la misericordia— como si persiguieran activamente a David. Se
puede decir que estos dos componentes gemelos del amor divino son
perros ovejeros que ayudan al pastor a acorralar su rebaño. Ellos
siguen al rebaño para guiarlo en la dirección correcta. Cuando las
ovejas se desvían, estos perros las traen de vuelta. Cuando
disminuimos el paso, ellos nos impulsan a seguir adelante. Así que es
con el bien y la misericordia que se tira de la retaguardia. Ellos nos
acercan constantemente al Buen Pastor.
Esta persecución puede recordarnos los días en que David huía de
Absalón. David testifica que no importa las amenazas que lo han
perseguido o acosado, siempre hay un perseguidor más grande que lo

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