Violencia Politica Electoral Contra Las
Violencia Politica Electoral Contra Las
Violencia Politica Electoral Contra Las
ISBN: 978-607-98684-6-8
Instituto Electoral del Estado de Guanajuato
Mauricio Enrique Guzmán Yáñez
Consejero Presidente
Indira Rodríguez Ramírez
Consejera Electoral
Luis Miguel Rionda Ramírez
Consejero Electoral
Sandra Liliana Prieto de León
Consejera Electoral
Antonio Ortiz Hernández
Consejero Electoral
Beatriz Tovar Guerrero
Consejera Electoral
Santiago López Acosta
Consejero Electoral
Luis Gabriel Mota
Secretario Ejecutivo
Coordinadoras de la investigación
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Vanessa Góngora Cervantes
Verónica Vázquez Piña
Dorismilda Flores Márquez
V
embargo, en los resultados electorales resultó evidente una subrepresentación de las mujeres,
principalmente en el ámbito municipal.
Derivado de estas circunstancias, la posibilidad de generar estudios científicos se tornó nece-
saria para la comprensión de la realidad que experimentaron las mujeres en su actuar político.
Por tanto, esta obra permite obtener las herramientas para la visualización del próximo proceso
electoral, con el objetivo de emprender medidas estratégicas que permitan el avance real de la
paridad sustantiva.
Esta obra muestra el incremento de los índices de violencia contra las mujeres en el estado
de Guanajuato, donde, con base en la investigación, el miedo, la represión y la impunidad deam-
bulan en espacios públicos y privados, la desmotivación e incredulidad se apoderan de mujeres
ciudadanas para que éstas puedan participar en la vida política y democrática de México, de
Guanajuato.
Es necesaria una revolución de ideas y pensamientos que, además, queden plasmados en
material académico que nos oriente objetivamente a la prevención y sanción de conductas de-
nigrantes, pero, sobre todo, crear conciencia. Si las personas somos conscientes, se propicia el
desarrollo humano. Si hay desarrollo humano, las mujeres seremos respetadas, seremos libres.
Estoy convencida que esta publicación, será un parteaguas en la materia, en el estado de
Guanajuato.
Hay que recordar siempre que no queremos que se haga nada de nosotras sin nosotras.
VI Presentación
Contenido
Introducción XI
Agradecimientos XVII
Marco teórico conceptual 1
Vanessa Góngora Cervantes
La violencia simbólica como trasfondo 2
Backlash: la violencia política y electoral como reacción patriarcal 4
Condiciones de riesgo: entorno geográfico y de violencia generalizada 8
Factores de vulnerabilidad/contención de la violencia política electoral 13
Capital familiar 14
Capital político y económico 15
Tipos y manifestaciones de acoso y violencia electoral contra las mujeres 17
Acoso psicológico 18
Sexismo institucional 19
Confinamiento electoral discriminatorio 19
Desigualdad en el acceso y disposición de recursos económicos 20
Desigualdad en la presencia mediática de las mujeres políticas 22
Violencia sociopsicológica 23
Violencia física y sexual 24
Recapitulación 25
VII
Marco legal de la paridad de género electoral y violencia política 39
Disposiciones normativas federales sobre la paridad de género 39
Disposiciones normativas locales sobre la paridad de género 40
Disposiciones normativas por parte del Instituto Estatal Electoral de Guanajuato 40
Disposiciones particulares en materia de violencia política 41
Antecedentes y resultados electorales 44
Elecciones 2009 46
Elecciones 2012 48
Elecciones 2015 50
Elecciones diputaciones 2009-2018 53
Gubernatura 54
Análisis topológico político de resultados de los comicios del 2018 54
Análisis de los resultados electorales: Confinamiento electoral
discriminatorio de las mujeres en los comicios 2018 57
Candidaturas a presidencias municipales 57
Partido Acción Nacional 67
Partido Revolucionario Institucional 68
Partido Verde Ecologista de México 68
Partido de la Revolución Democrática 68
Coalición Juntos Haremos Historia 69
Nueva Alianza 69
Movimiento Ciudadano 69
Movimiento de Regeneración Nacional 70
Candidaturas a diputaciones de mayoría relativa 70
Recapitulación 74
VIII Contenido
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Contenido IX
Índice de Desarrollo Humano (IDH) 201
Índice de Desigualdad de Género (IDG) 201
Índice de Competencia Política (ICP) 201
Indicador de Delitos de Alto Impacto Municipal (DAI) 201
Indicador de Delitos contra las Mujeres (DCM) 203
Bases de Datos 205
Análisis de la Fase 1 del mapa de riesgo 205
Índice de Desarrollo Humano (IDH) 207
Índice de Desigualdad de Género (IDG) y Desarrollo Humano municipal
de Mujeres y Hombres 209
Índice de Competencia Política y riesgos en seguridad pública,
salud y conflicto político. 211
Indicadores de violencia contra las mujeres 213
Feminicidio 2015-2018 213
Violación 2015-2018 215
Acoso sexual 2015-2018 215
Análisis de la Fase 2: Análisis de resultados 216
Delitos de Alto Impacto, Delitos contra las Mujeres, Concentración Población
y sexo de la persona que encabeza el municipio 216
Índice de Competencia Política 225
Competencia Política Municipal y contienda entre candidatas 225
Competencia Política Distrital 2018 229
Análisis estadístico 233
Recapitulación 236
Conclusiones 241
Propuestas 244
X Contenido
Introducción
La lucha por los derechos políticos y sociales de las mujeres para lograr la igualdad formal y
sustantiva con los hombres ha sido reconocida como la gran revolución pacífica contemporá-
nea. Aunque algunas voces se levantan para subestimar esta lucha de mujeres y feminista como
ocurrencia, tendencia o “moda”, en realidad una multiplicidad de colectivos, organizaciones y
movimientos en diferentes países y épocas han presenciado y participado en la búsqueda de la
libertad, igualdad y representación. Desde las posiciones ideológicas de izquierda y de derecha,
se ha configurado el sujeto político “mujeres” que trasciende las similitudes biológicas y pone de
manifiesto que las diferencias de género, esto es, las ideas y prácticas culturales que discriminan
y violentan a la mitad de la población, son el punto de partida para el establecimiento de lazos e
identidades políticas y conseguir el fin último: la igualdad sustantiva entre mujeres y hombres.
Los sistemas políticos democráticos no gozan de inmunidad a la desigualdad de género, de
hecho, esta desigualdad se encuentra en los fundamentos de la política como la entendieron los
primeros pensadores y como la entienden aún una gran mayoría de contemporáneos. La división
en esferas pública y privada, que limita el largo brazo del Estado hasta un ámbito individual y
social pero no político, está fincado en el “contrato sexual” (Pateman [1988] 1995) que clama una
participación total de los hombres en ambas esferas y exclusividad de desarrollo de las mujeres
en el ámbito privado (mas no necesariamente su preeminencia). De esta manera, la violencia
política contra las mujeres es inherente a la forma en que se ha desarrollado la política misma,
no coyuntural ni aislada. Así como los sistemas autoritarios y totalitarios se caracterizan por
la limitación o eliminación de la libre participación política de su ciudadanía, las democracias
contemporáneas no podrán considerarse como tales si no logran eliminar las causas y revertir
los efectos de la discriminación y violencia que impide a las mujeres el ejercicio de sus derechos
políticos en igualdad con los hombres. Y cuando nos referimos a los derechos políticos, hacemos
especial énfasis a la posibilidad de acceder a posiciones de poder (dentro de los partidos políti-
cos y cargos públicos por elección o designación) y no sólo al derecho de ejercer el voto.
Los países democráticos tampoco están exentos de la violencia política, aunque el propósito
fundante de la “política” y, específicamente, de los mecanismos democráticos sea la eliminación
del ejercicio de la violencia por parte de los individuos o colectivos con intereses particula-
res. La amplitud del término implica, desde la represión a las manifestaciones civiles pacíficas,
la desaparición forzada, el conflicto armado (todo esto cuando se trata de un enfrentamiento
Estado-grupos sociales) hasta la “guerra sucia” interpartidista en medios de comunicación, la
infiltración de los grupos criminales en las elecciones o incluso riñas entre actores políticos y
sociales (o sus simpatizantes). Aunque no es nuestro objetivo delimitar una definición de vio-
lencia política general, consideramos que ésta se ejerce con el fin de limitar, negar o eliminar la
posibilidad de que opositores políticos ejerzan sus derechos políticos. Generalmente las razones
tienen que ver con la polarización social, la existencia de conflictos políticos históricos entre
grupos y la formación de bloques ideológicos.
XI
En este sentido, la visualización de las mujeres como un grupo social “incapaz” de participar
en política e “ilegítimo” para “ocupar” puestos naturalmente destinados para hombres es la cau-
sa principal de la violencia política en razón de género. Aunque la agresión se dirija a una mujer
en particular, cuando se trata de violencia política en razón de género, el mensaje es claro para
el resto de ellas: las mujeres no pertenecen ni pueden desempeñarse en el ámbito político. El
carácter simbólico de la agresión, por considerarla como parte de un grupo sin legitimidad polí-
tica, es la distinción principal entre la violencia política general y la violencia en razón de género.
Presentamos este informe sobre el fenómeno de violencia política, específicamente violencia
electoral contra las mujeres en el Estado de Guanajuato en las elecciones del 2018, investigación
auspiciada por el Instituto Electoral del Estado de Guanajuato (IEEG), a petición del entonces
Comité de Igualdad de Género, no discriminación y cultura laboral, ahora Comisión contra la
Violencia Política Electoral contra las Mujeres. Una de las motivaciones iniciales del estudio fue
la necesidad de caracterizar la violencia política electoral en la región del Bajío (por medio del
análisis de las elecciones en Guanajuato en primera instancia) que permita, en futuras investi-
gaciones, distinguirla de otras regiones del país, específicamente, la región sur indígena, que ha
cobrado protagonismo en la investigación académica del tema y, de esta manera, poder estable-
cer medidas acordes a nuestro contexto socio-espacial.
Nuestro propósito es visibilizar y distinguir los tipos de violencia, sus manifestaciones y grave-
dad en relación con quienes la perpetran, especialmente, se analiza la violencia ejercida dentro de
los partidos políticos como organizaciones “generizadas” resistentes a las medidas de paridad de
género y su distinción de aquella ejercida por sus opositores políticos y los medios de comunica-
ción. Decimos visibilizar porque se presume que la violencia electoral puede ser sutil, naturalizada,
o es justificada por los perpetradores y víctimas por diferentes razonamientos (por ejemplo la li-
bertad de expresión), o se presenta por medios relativamente novedosos como los medios digitales.
Como se explicará más adelante, la violencia política electoral contra las mujeres no puede
desvincularse del contexto social, político y de violencia e inseguridad de la zona. En este sen-
tido, pretendemos corroborar una posible relación entre la violencia política electoral en contra
de las mujeres y otras variables, como la concentración urbana o zona rural, índice de desarrollo
humano de las zonas, los índices delictivos (especialmente los que refieren violencia de género),
la presencia de grupos del crimen organizado, entre otras. La investigación permitirá delimitar
espacios geográficos por tipo de violencia o riesgo a la integridad física para las mujeres aspiran-
tes o candidatas y, de esta forma, proponer medidas específicas, desde acciones de prevención y
capacitación o bien, protocolos de protección.
En este sentido, el punto de inicio de la investigación fue preguntarnos si en el proceso elec-
toral 2017-2018 de Guanajuato se presentaron casos de violencia política electoral contra las
mujeres que participaron como candidatas (definición que presentamos en el marco teórico
conceptual) y, de esta forma, si se pueden identificar los casos, saber cuáles son las caracterís-
ticas (tipos, manifestaciones, perpetradores, nivel de riesgo) de dicha violencia. Para contestar
esta pregunta se realizó una exhaustiva búsqueda de la literatura respecto a la violencia política,
sobre todo en América Latina y en México, de tal manera que se plantearon los siguientes su-
puestos iniciales sobre el fenómeno en Guanajuato:
• La violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato se manifiesta en for-
mas sutiles o naturalizadas, específicamente de violencia psicológica.
XII Introducción
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Introducción XIII
contra las mujeres que ocupan cargos públicos está fuera de los límites de esta investigación,
aunque reconocemos la necesidad de realizar investigación sobre ello.
Para cumplir con estos propósitos, se desarrollaron varios caminos metodológicos de investi-
gación correspondientes a cada uno de los objetivos específicos líneas arriba mencionados, los
cuales serán descritos en los subsecuentes apartados. Es importante aclarar que el diseño meto-
dológico inicial de la investigación incluía una aproximación cuantitativa por medio de la apli-
cación de cuestionarios para ser respondidos de forma digital, ello nos permitiría dimensionar,
correlacionar, poner a prueba hipótesis y otros elementos característicos de la metodología cuan-
titativa. Sin embargo, nos encontramos con un fenómeno de no participación que obstaculizó
contundentemente seguir este diseño original. Los problemas comenzaron con la gran dificultad
de acceder a los correos electrónicos de las aspirantes y candidatas de los diferentes partidos po-
líticos, aun cuando el IEEG tomó las medidas legales y necesarias de protección de datos persona-
les. A pesar de la manifestación explícita de apoyo de los partidos políticos para poder conseguir
estos datos y aplicar los cuestionarios (y así garantizar que fueran respondidos exclusivamente
por las participantes en el proceso electoral 2018), tuvimos una respuesta prácticamente nula.
Aún así, se enviaron los cuestionarios en tres momentos diferentes (dos recordatorios) y, para
sorpresa del equipo de investigación y del Comité de Igualdad de Género del IEEG, obtuvimos res-
puesta de seis candidatas. El bajísimo nivel de respuesta es también parte del análisis de la inves-
tigación: tenemos como supuesto que las candidatas vencedoras no quieren hablar del tema, ya
sea porque invisibilizan algunas manifestaciones de violencia o porque no quieren comprometer
su triunfo, y las candidatas que perdieron, más allá del desinterés derivado de la derrota, no brin-
dan su testimonio por temor de empeorar la experiencia de acoso o violencia vivida.
XIV Introducción
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
contras las mujeres por el hecho de ser mujeres, principalmente, dentro de los partidos políticos
y se manifiesta con ataques psicológicos y con condiciones de discriminación y desigualdad de
género para competir por un cargo; la violencia política electoral no necesariamente tiene mo-
tivaciones de género, pero los perpetradores (dentro y fuera de los partidos políticos) generizan
sus ataques cibernéticos relacionados con la sexualidad, apariencia o vida privada familiar de
las candidatas, o ejercen violencia física y/o sexualmente. En el segundo capítulo hacemos una
breve pero necesaria descripción del contexto geográfico, social y político del Estado de Guana-
juato, analizando sus condiciones sociodemográficas, indicadores delictivos y de competencia
electoral. En este capítulo también realizamos el análisis con perspectiva de género de los re-
sultados de los comicios del 2018, en el cual adelantamos una de las dimensiones del sexismo
institucional descritas en el marco teórico: el confinamiento electoral discriminatorio de las mu-
jeres, esto es, la estrategia partidista de enviar a candidatas a circunscripciones sin relevancia
electoral, política o económica.
En un tercer apartado nos concentramos en los testimonios de las candidatas del proceso
electoral 2017-2018 en Guanajuato, obtenidos en las entrevistas y en los conversatorios, iden-
tificando sus perfiles y las principales manifestaciones de acoso y violencia política electoral
que experimentaron antes y durante los comicios. La narrativa de las candidatas nos permitió
identificar las principales dimensiones de análisis del sexismo institucional. De esta forma, en
el cuarto apartado, se realiza un profundo análisis de la base de datos del Instituto Nacional
Electoral (INE) sobre la fiscalización de los recursos utilizados por los partidos políticos para el
financiamiento de las campañas, en el que comprobamos la hipótesis de la desigualdad en la
distribución de dicho financiamiento entre candidatas y candidatos. En el quinto capítulo, se
analiza la dimensión comunicativa del proceso electoral, esto es, la comunicación política de
los partidos mediante la publicidad electoral, la cobertura mediática y los mensajes emitidos en
las redes sociales; tal como lo enunciaron las candidatas en sus testimonios se logró identificar
claramente una preferencia por difundir la imagen de candidatos hombres de ciertas posiciones
y municipios, mientras que las candidatas tuvieron una mínima difusión y cobertura mediática.
Finalmente, el sexto capítulo titulado “Mapas de riesgo de la violencia política electoral con-
tra las mujeres” aborda una de las preocupaciones configuradas en el marco teórico inicial: las
condiciones de un entorno geográfico de violencia, inseguridad e impunidad pueden agravar las
manifestaciones de acoso y violencia política contra las mujeres. De igual manera, se conside-
ran como amenazas las condiciones de competitividad electoral y desarrollo humano, así como
vulnerabilidades la cultura machista preponderante. En este sentido, se desarrollan análisis de
topografía política y cuantitativos para identificar las zonas de riesgo que corren las mujeres
candidatas en su aspiración a contender por un cargo político.
Introducción XV
Agradecimientos
Verónica Vázquez Piña
Este trabajo no podría haberse realizado sin el interés y preocupación de la consejera Indira Ro-
dríguez Ramírez y todo su equipo, empezando por Dulce María de Fátima Lara Morales, a quienes
agradezco sinceramente. En el proceso de construcción de esta propuesta metodológica estuvie-
ron presentes muchas personas aliadas para escucharme y aconsejarme, reconozco que todos los
errores son míos, pero sí quiero admitir que hubo personas que sin conocerme me brindaron sus
ideas y sugerencias; estoy profundamente agradecida con la Dra. Lucía Carmina Jasso López, quien
me brindó su tiempo para explicarme y ayudarme en las bases de datos que podrían brindar más
información y que se quedan como caminos a explorar. Al Dr. Juan Carlos García Palomares quién, a
pesar de su arduo trabajo y el cambio de horario, me brindó una asesoría y quien me ha acercado a
la geografía con una visión muy particular, no me queda más que reconocerle toda mi admiración.
Al Dr. Carlos Ríos Llamas, quien desde el principio aceptó trabajar conmigo y realizar toda la car-
tografía aportando no solo sus conocimientos si no también su empeño y visión en el intercambio
de experiencias y saberes. A Sandra Pérez Castrejón y Alberto Nathanael Ávila de la Rosa, quienes
trabajaron como becarios de marzo a diciembre 2018. Al equipo de coordinación, Vanessa y Doris
por su trabajo, escucha y acompañamiento en esta aventura. A mi Tonatiuh, Nayla e Ikal que son mi
sustento y motivación para soñar y trabajar por un mundo mejor.
XVII
ayudó a superar los obstáculos que encontramos en el camino. La disciplina y profesionalismo
de Dulce Fátima fueron invaluables para la consecución misma de la investigación. A ambas, mi
total agradecimiento por la invitación a encabezar este proyecto, espero que haya cumplido con
sus expectativas.
Aquella mañana sabía que me enfrentaba a una tarea muy difícil, por demás compleja. Para
asumir esta responsabilidad necesitaba conformar un equipo de personas especialistas en temas
específicos, pero sobre todo, comprometidas con la lucha por la igualdad de género en el espacio
político. Gracias a Vero Vázquez y Doris Flores por entregar su conocimiento, experiencia y tiempo
a este proyecto; aunque fue difícil en la recta final y lleno de sacrificios, tenemos un producto co-
lectivo que nos va a llenar de orgullo. También agradezco sobremanera a Carlos Llamas, Verónica
Castro y Francisco Esquivel por su participación que, sin duda, deja huella en los hallazgos de esta
investigación. También quiero agradecer profundamente el apoyo incondicional de Grecia Abigail
Chavira, becaria de este proyecto, amiga y camarada feminista.
Vladimir, ya lo sabes… fuiste, eres y serás el pilar que sostiene los sueños de esta feminista.
XVIII Agradecimientos
Agradecemos a todas las mujeres aspirantes y candidatas que nos confia-
ron sus vivencias. Esperemos que este documento no sea uno más que se
guarda en un olvidado librero, sino que constituya una herramienta eficaz
para promover trayectorias políticas libres de discriminación, desigualdad
y violencia de género, dentro y fuera de los partidos políticos.
XIX
Marco teórico conceptual
Vanessa Góngora Cervantes
La presente investigación tiene como objetivo visibilizar, describir e identificar las características
del fenómeno de violencia política electoral contra las mujeres en el Estado de Guanajuato en el
proceso electoral 2017-2018, tomando como base los testimonios de candidatas, la información
electoral y financiera de bases oficiales, realizando un análisis de la comunicación política y un
análisis georreferenciado, para aportar algunas líneas de acción concretas coordinadas por el Ins-
tituto Electoral del Estado de Guanajuato (IEEG) en materia de prevención y atención de la violencia
electoral contra las mujeres.
En este apartado se presenta el marco teórico conceptual, construido a partir de la revisión de
la literatura de violencia política electoral contra las mujeres y que permitió la generación de las
estrategias metodológicas que siguió la investigación (las cuales serán explicadas a detalle en
cada capítulo). La configuración teórica tiene como base el reconocimiento de un sistema de do-
minación patriarcal –o sistema sexo-género como algunas organizaciones gubernamentales han
matizado– y que encuentra precisa explicación con el concepto de violencia simbólica de Pierre
Bourdieu (2000), pues permite entender que el fenómeno de violencia política contra las mujeres
se inserta en una envolvente cosmovisión simbólica que establece “un orden de las cosas” basa-
do en la división de los sexos y la dominación de unos sobre otras, que trasciende a cada aspecto
de la vida de los individuos, desde que nombramos a algo como vida privada y la separamos de
la discusión pública y política, de forma que reconocemos y aceptamos los roles y los límites de
participación que dicha cosmovisión establece para las personas en cada uno de estos espacios.
La violencia política electoral es un conjunto de dispositivos de vigilancia y sanción a las muje-
res que han transgredido su “natural” espacio privado hacia el mundo de lo político.
Aunque la etiqueta “violencia de las mujeres en política” es reciente en la discusión académi-
ca, no quiere decir que no se presentara antes o que no hubiera sido visibilizada por académicas
interesadas en la participación política de las mujeres (loable ejemplo la producción académica
de Dalia Barrera, Irma Aguirre y Alejandra Massolo en nuestro país, por nombrar sólo algunas que
analizaron los problemas y obstáculos en las trayectorias políticas de las mujeres). Sin embargo,
el acto de nombrar y caracterizar el fenómeno bajo el nombre de “violencia política contra las
mujeres” o “violencia política en razón de género” ha permitido desarrollar investigaciones a nivel
internacional con un impacto importante en la movilización de la sociedad civil y en el quehacer
gubernamental y electoral. El activismo de la Asociación de Concejalas de Bolivia (Acobol) y la for-
ma en que trasciende hasta llegar a una propuesta de “ley modelo” contra el acoso y la violencia
política, coincide con un análisis pionero de 2004 en América Latina de Ximena Machicao Barbery
quien propone los conceptos de “acoso y violencia política” que después serán adoptados, enri-
quecidos o puestos a revisión por otros diagnósticos nacionales sobre el fenómeno (en Costa Rica,
Perú, El Salvador, Honduras, Ecuador, etcétera).
1
A lo largo de este capítulo presentaremos la evolución del análisis académico que ha tenido el
fenómeno de violencia política contra las mujeres, acentuando dos corrientes teóricas principa-
les que debaten el fenómeno de la violencia política y electoral contra las mujeres: 1) aquella que
considera que el fenómeno es un backlash (reacción o contragolpe) del sistema patriarcal y que se
sintetiza con la relación “a mayor participación política de las mujeres, mayor violencia política”,
y considerada el mainstream o corriente teórica dominante y 2) la que pone en entredicho que to-
das las agresiones se generan “sólo por el hecho de ser mujeres” y que deben analizarse conside-
rando el contexto socioeconómico, político, de crisis, inseguridad e impunidad en el que se pre-
sentan estos actos de violencia política contra las mujeres.1 Sin embargo, en esta investigación
exponemos las bondades y límites de una y otra y establecemos un “puente teórico conceptual”
tomado de otras aportaciones académicas que permiten, por lo menos para nuestra delimitación
del objeto de estudio, comprender mejor el fenómeno de la violencia política electoral que fue
descrito por los testimonios de las candidatas entrevistadas y que, en definitiva, se logró cons-
tatar con fuentes de información oficial y procedimientos metodológicos más específicos. Este
puente teórico destaca los conceptos “sexismo institucional” de los partidos políticos (expuesto
principalmente por Daniela Cerva, 2014) y “violencia electoral generizada” (Bardall, 2015).
1 Como veremos más adelante, este debate se puede evidenciar en la discusión teórica y empírica de las autoras Mona Lena Krook y Juliana
Restrepo (2016a y 2016b) y de Jennifer Piscopo (2016) publicada en la Revista Política y Gobierno (editada por el Centro de Investigación y
Docencia Económicas, CIDE, de México).
asignar a las mujeres posiciones, actividades y juicios diferentes y generalmente inferiores a los
hombres, justificado en todo momento por el argumento biológico.
El orden social funciona como una inmensa máquina simbólica que tiende a ratificar la
dominación masculina en la que se apoya: es la división sexual del trabajo, distribución
muy estricta de las actividades asignadas a cada uno de los dos sexos, de su espacio, su
momento, sus instrumentos; es la estructura del espacio, con la oposición entre el lugar de
reunión o el mercado, reservados a los hombres, y la casa, reservada a las mujeres, o, en
el interior de ésta, entre la parte masculina, como del hogar, y la parte femenina, como el
establo, el agua y los vegetales; es la estructura del tiempo, jornada, año agrario, o ciclo de
vida, con los momentos de ruptura, masculinos, y los largos períodos de gestación femeni-
nos (Bourdieu, [1998] 2000: 22).
Tal vez su principal característica sea la interiorización misma del mandato u opresión por parte
del grupo oprimido y la justificación generalizada de la desigualdad, discriminación y violencia
a dicho grupo. Ante la incursión de las mujeres en los espacios y roles que trasgreden el “orden
natural de las cosas”, el sistema se resiste para que perduren los valores y la concepción sexista
del mundo.
Joan Scott ([1986], 1990:44) explica que “las relaciones sociales basadas en las diferencias que
distinguen los sexos y el género es una forma primaria de relaciones significantes de poder” y
que la omnipresencia de este sistema se puede desagregar en cuatro dimensiones interrela-
cionadas: 1) construcción de símbolos dualistas y dicotómicos que son referentes cotidianos
de la sociedad; 2) las interpretaciones normativas del simbolismo cultural: dogmas religiosos,
posicionamientos científicos, doctrinas legales e ideologías políticas “que afirman unívoca y ca-
tegóricamente el significado de hombre y mujer, masculino y femenino” así como el rechazo de
cualquier otra posibilidad que no encaje en esta división binaria de los sexos; 3) las instituciones
sociales que materializan la división de los sexos con sus respectivos dispositivos de vigilancia
y castigo, comenzando con la familia, el mercado de trabajo, la educación y la política; y 4) la
identidad individual subjetiva construida (influida) por “las actividades, organizaciones sociales
y representaciones culturales históricamente específicas” a las ideas prevalecientes de las rela-
ciones de género.
La separación de los espacios privado y público son un ejemplo de lo expuesto líneas arriba:
el simbolismo cultural contribuye a configurar las creencias sobre lo masculino y lo femenino y
cómo se contraponen en diversas dicotomías como racionalidad/emociones, cultura/naturaleza.
Estas dicotomías simbólicas se traducen en estructuras sociales –normativas, vigilantes y san-
cionadoras– que dividen sexualmente el trabajo y prácticamente todas las actividades y espa-
cios en los que se desarrollan los individuos. Desde el feminismo se ha cuestionado la forma en
que se han sentado las bases de la discriminación y violencia hacia las mujeres para excluirlas
“justificadamente” durante siglos de la posibilidad de participar y discernir sus problemas en las
instituciones y procesos políticos, además de que el mundo de lo privado también ha sido lidera-
do por los hombres. La diferencia sexual centrada en la posibilidad de las mujeres de tener hijos,
simbólicamente se ha asociado a la naturaleza, oponiéndola a la racionalidad de los hombres,
y esto las ha convertido en sus dependientes; las ha remitido al espacio de lo doméstico, y ex-
cluido de los asuntos de la polis: “Las feministas han hecho hincapié en cómo las circunstancias
personales están estructuradas por factores públicos, por leyes sobre la violación y el aborto, por
el estatus de “esposa”, por políticas relativas al cuidado de las criaturas y por la asignación de
En este sentido, podemos comprender que en el fenómeno de la violencia política contra las
mujeres, las prácticas colectivas, acciones individuales y omisiones institucionales que gene-
ralmente se identifican como acoso o agresiones (sexuales y físicas, las más evidentes por su
gravedad) son producto de un contexto de resistencia a la inclusión de las mujeres en la esfera
política. Las familias, los partidos políticos, áreas gubernamentales, organismos electorales, en-
tre otros actores sociales y políticos siguen los preceptos de la división de los sexos, reproducen
prácticas discriminatorias e invisibilizan condiciones inequitativas. Existen claros obstáculos
con diferente nivel de gravedad que van inhabilitando a las mujeres en esta aspiración y en el
ejercicio mismo de la política:
El acoso político es ejercido por otros hacia las mujeres por el hecho de ser mujeres, como
represalia por transgredir las normas que dictan que las mujeres no pertenecen al espacio
público. La transgresión, la beligerancia, el ser activa políticamente, significa una ruptura
de una estructura, sistema e ideologías no democráticas, autoritarias, androcéntricas y
patriarcales (Escalante y Méndez, 2011: 6).
mos coercitivos entre diversos grupos e individuos: “desde la perspectiva antropológica, puede
ser resultado de la competencia entre individuos o grupos por el uso de recursos que les parecen
significativos” (Salmerón, 2017:56). La disputa puede ser por el poder mismo y el control de recur-
sos materiales o simbólicos, pero también por el sólo reconocimiento de una de las partes como
actores sociopolíticos legítimos. La violencia política implica desde la represión de manifestacio-
nes civiles pacíficas, la desaparición forzada, el conflicto armado (todo esto cuando se trata de un
enfrentamiento Estado-grupos sociales) hasta la “guerra sucia” interpartidista en medios de co-
municación, la infiltración de los grupos criminales en las elecciones o incluso riñas entre actores
políticos y sociales o sus simpatizantes (Barbosa y Yébenes, 2009; Salmerón, 2017).
Las mujeres, como grupo con identidad política, constituyen al “otro” que va en contra del
orden simbólico de la división sexual y la infinidad de aristas que se derivan de ésta. Al querer
ser consideradas como ciudadanas de primera clase, el grupo que ostenta el poder percibe una
amenaza, en este caso, son los hombres quienes no pueden considerarlo como un ejercicio
democrático de inclusión o sufragio universal, sino como una invasión a su natural y legíti-
ma posición social. Aunque la agresión se dirija a una mujer en particular, cuando se trata de
violencia política en razón de género, el mensaje es claro para el resto de ellas: las mujeres no
pertenecen ni pueden desempeñarse en el ámbito político. El carácter simbólico de la agresión
(por considerarlas como parte de un grupo sin legitimidad política) es la distinción principal
entre la violencia política general y la violencia en razón de género.
Autores como Fernando Salmerón (2017:63) consideran que la violencia política hacia las mu-
jeres es una “reacción” frente a la desintegración de los esquemas tradicionales sexistas: “[e]s
cuando la sociedad no reconoce una base cultural y legítima de dominación, cuando la igualdad
se vuelve problemática y genera violencia”. En este sentido, la violencia política en razón de
género no puede considerarse un fenómeno “nuevo” considerando la exclusión histórica y siste-
mática de las mujeres del ámbito político; antes del reconocimiento de la ciudadanía de las mu-
jeres y de la garantía estatal de sus derechos políticos, las prácticas y agresiones (sutiles y graves)
hacia éstas, conformaban los mecanismos sociales y estatales justificados para sancionarles por
su transgresión. Sin embargo, el surgimiento del término a finales de la primera década del siglo
XXI y su cada vez más aceptada difusión en la academia y vida política, se deriva de la necesi-
dad de problematizar los obstáculos estructurales y agresiones hacia las mujeres que persisten
y parecen haber aumentado proporcionalmente con el número de mujeres en espacios de toma
de decisiones políticas. Las acciones afirmativas mejor conocidas como “cuotas de género” y
después, el principio de paridad de género, han permitido que cada vez más mujeres ocupen las
asambleas legislativas e incrementen su presencia en cargos ejecutivos y de gabinete. En este
sentido, se ha establecido una relación entre las cuotas de género y la violencia política contra
las mujeres que nombraremos hipótesis de “reacciones adversas” o backlash y que identificamos
como la corriente teórica dominante del tema:
Las iniciativas como las cuotas también pueden desencadenar resistencia y reacciones vio-
lentas (backlash) contra la integración política femenina. Estas reacciones van desde actos
explícitos de violencia y acoso, hasta el sexismo en los medios de comunicación y redes
sociales, que están dirigidas contra las mujeres por ser mujeres y tienen el propósito de for-
zarlas a retirarse de la vida política (Krook y Restrepo, 2016a).
De este modo, la violencia política contra las mujeres ha sido problematizada por las propias mu-
jeres políticas, la academia (principalmente las investigadoras feministas) y periodistas que fueron
su contra. Silvia García (2014) ha distinguido la violencia política de acuerdo con el momento o
etapa en que se presenta, considerando la intención de las mujeres de ejercer un cargo público:
como aspirantes y candidatas, legisladoras y autoridades municipales electas, legisladoras o
autoridades municipales en el ejercicio de sus funciones. La autora explica que, en la primera
etapa, la electoral, algunas de las expresiones de violencia son “que las élites partidistas hacen
mal uso de los presupuestos tanto aquel dirigido a la capacitación y promoción de liderazgos
de las mujeres como al destinado a las campañas políticas, lo que incide en el escaso apoyo
de recursos materiales y humanos para las candidaturas de las mujeres, además de presiones
hacia éstas para ceder o no reclamar la candidatura”. Sin embargo, al considerar la segunda eta-
pa después de las campañas, cuando puede haber sustituciones arbitrarias o presiones para la
renuncia, omite el desarrollo de las campañas electorales, siendo que éstas podrían concentrar
una gran cantidad de esas manifestaciones de violencia, especialmente de sexismo institucional
y ataques sociopsicológicos mediáticos.
Krook y Restrepo (2016:137) recuperan una definición de Fischer de violencia política durante
elecciones como “cualquier acto o amenaza, fortuita o deliberada, para intimidar, hacer daño fí-
sico, chantajear, o abusar de un actor político con el propósito de determinar, retrasar o influir un
proceso electoral”. Pero son los estudios de Gabrielle Bardall (2015) los que se han concentrado en
la violencia electoral, entendida como “un medio para controlar y/u oprimir el derecho de un indi-
viduo o grupo a la libre participación en una elección” (2015: 6). La autora sostiene que la definición
tradicional de la violencia electoral es limitada pues no incluye la intimidación familiar y social
que se desarrolla en espacios privados, o por ejemplo el sexismo y el acoso sexual en espacios pú-
blicos, los cuales se realizan con el propósito de inhibir e intimidar a las candidatas y activistas. Si
la violencia electoral tiene como propósito incidir o dañar en el proceso electoral o su resultado, la
violencia de género pretende hacer un daño a la persona por razón de su sexo y género.
Aspirantes a Políticas en
Simpatizantes/
Momento Ciudadanas candidatas funciones (incluyen-
Militantes
o precandidatas do suplentes)
No Impedir o prohibir Asignar actividades Proporcionar infor- Proporcionar infor-
electoral los derechos de orga- por roles o estereoti- mación incorrecta mación incorrecta
nización o afiliación pos de género. o falsa en su aspira- o falsa.
política. ción por una candi-
Restringir o negar Asignar actividades
datura.
el uso de la palabra. por roles o estereoti-
Restringir o negar pos de género.
Impedir su participa-
el uso de la palabra.
ción en actividades Restringir o negar
de partido y/o en Impedir su participa- el uso de la palabra.
comisiones o tareas. ción en actividades
Obstaculizar o prohi-
de partido y/o en
Divulgar o revelar bir asistencia a
comisiones o tareas.
información personal reuniones o partici-
para desprestigiarle. Divulgar o revelar pación en comisiones
información personal o actividades.
Desestimar o descali-
para desprestigiarle.
ficar su participación Desestimar o descali-
o propuestas. Desestimar o descali- ficar sus propuestas.
ficar sus propuestas.
Obligar a tomar deci-
siones en contra de
su voluntad.
Impedir el acceso
al cargo después de
licencias por mater-
nidad.
Imponer sanciones
injustificadas.
Presionar a renunciar
al cargo.
Divulgar o revelar
información personal
para desprestigiarle.
Limitar o negar
recursos humanos
y económicos.
10
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Hay dos explicaciones de la percepción del aumento de los casos de violencia política contra
las mujeres: 1) que, a diferencia de otras generaciones cuando no había sido nombrado el pro-
blema, actualmente las mujeres políticas identifican y visibilizan el fenómeno y algunas llegan a
denunciarlo, y 2) la relación obvia entre un mayor número de mujeres que participan en política
y un mayor número que experimentan violencia: el aumento de las agresiones es directamente
proporcional al número de mujeres políticas.
Sin embargo, lo que refiere esta última explicación es que, aunque la presencia de las mujeres
es cada vez más común, no significa que se esté aceptando su participación, sino que persiste el
rechazo, acoso y violencia, aunque sea un grupo en aumento. No es un grupo minoritario, pero
sigue siendo un grupo en desventaja social, a pesar de los efectos de las cuotas de género, pues
esas “medidas transitan paralelamente con prácticas de violencia y discriminación que se re-
actualizan y reproducen un orden de género (masculino) imperante en los partidos, entendidos
como organizaciones generizadas” (Cerva, 2014: 135).
Pero la principal crítica a la propuesta del contragolpe patriarcal no son sólo estos dos argu-
mentos. Jennifer M. Piscopo (2016:438) juzgó que el esfuerzo de académicas y políticas por eti-
quetar la violencia política contra las mujeres como efecto de las reacciones adversas sexistas a
las cuotas de género, había pasado por alto “la conexión de dicho fenómeno con los deficientes
procesos de consolidación democrática de la región [latinoamericana] y los desafíos que plantea
para el Estado.” Pero específicamente:
… no han considerado el papel decisivo que juegan tres elementos fundamentales e inter-
conectados: a) el clima generalizado de inseguridad ciudadana en medio de contextos de
violencia, ejercida tanto por el Estado como por grupos criminales; b) deficientes sistemas
de justicia y aparatos policiales inefectivos que garantizan la impunidad de los agresores,
especialmente en los casos de violencia contra las mujeres; c) continuos esfuerzos de los
partidos políticos para impedir que las mujeres puedan acceder de manera efectiva al po-
der político, especialmente en el ámbito local (Piscopo, 2016: 439).
Por ejemplo, la investigación de Gabrielle Bardall que ya hemos mencionado, tomó como casos
de análisis seis Estados en transición o frágiles, con conflictos civiles de gran escala, paramili-
tares, de transición de autoritarismo o dictadura militar a competencia multipartidista, de cri-
sis políticas constitucionales, entre otros. Por medio del análisis cuantitativo de más de 2,000
incidentes de violencia en países como Bangladesh, Burundi, Guinea, Guyana, Nepal y Timor
Oriental, su propuesta rescata la importancia de relacionar los casos y sucesos de violencia con
el contexto sociopolítico en el que se desarrollan y la necesidad de analizar a las víctimas y per-
petradores desde sus diferentes roles en el proceso electoral.
Piscopo, por otra parte, pone sobre la mesa de análisis que los casos de violencia política
en los contextos latinoamericanos que aparentemente se dan por razón de género, de hecho,
podrían ser mejor explicados por la crisis política, inseguridad y violencia generalizada de la
región. La cultura de violencia, autoritarismo y sexismo promueve un ambiente de tolerancia e
impunidad de muchos comportamientos y prácticas que, en otros espacios donde la libertad y la
justicia se perciben como accesibles, se rechazaría tajantemente. Aunque las medidas especiales
como las cuotas de género han permitido acelerar el avance de la participación política de las
mujeres a pesar de la persistencia del predominio de la cultura patriarcal, la existencia de actos
de violencia política pone de manifiesto que la norma ha encontrado obstáculos para erradicar
prácticas sexistas afianzadas.
Desde este punto de vista, el acoso político con impacto psicológico (condescendencia, me-
nosprecio, burla, humillación, presión, etcétera) se entiende como “cotidiano” y se naturaliza
como el “costo de hacer política”; mientras que el confinamiento de mujeres a circunscripciones
perdedoras o carentes de importancia electoral para la proyección de trayectorias políticas, la
desigualdad de género en la distribución de recursos económicos y la baja o nula propaganda
electoral de candidaturas de mujeres pueden entenderse como estrategias de “protección” a los
liderazgos masculinos.
Entendiendo el fenómeno de violencia política como un continuum, el acoso político puede es-
calar y agravarse en agresiones que causan daño físico, psicológico y sexual a las mujeres por fac-
tores del entorno sociopolítico señalados por Piscopo: un contexto social de violencia e inseguridad
generalizada con un alto grado de impunidad e injusticia y escenarios de competencia política re-
crudecida, ya sea de dominio de un partido sin legitimidad política, o de fuerte presencia de dos o
varios partidos que se disputan el poder con mecanismos no necesariamente electorales. Aunque
Krook y Restrepo (2016b) reconocen que “los factores contextuales parecen influir en el contenido de
los actos violentos”, nuestro posicionamiento fue no subestimar esta relación y, al contrario, poner
especial atención al tercer factor de riesgo contextual, el de violencia de género grave, también im-
pune, en el que la agresión contra las mujeres en el ámbito doméstico, como en el laboral, docente
y público se ha elevado y no ha tenido respuesta contundente por el Estado y la sociedad misma.
Es importante enfatizar que, en un ambiente de sexismo institucionalizado, militantes y di-
rigentes de los partidos políticos, pueden empeorar su comportamiento de rechazo a la partici-
pación de las mujeres en manifestaciones de violencia psicológica, física o sexual en entornos
geográficos de violencia, inseguridad e impunidad prevaleciente. Incluso los partidos políticos
conscientes de ese clima de inseguridad y de las limitaciones para enfrentar al crimen organi-
zado sin tener un costo político alto, pueden desarrollar estrategias para cumplir y a la vez “sor-
tear” las medidas de paridad política, confinando las candidaturas de mujeres a aquellas zonas
“secuestradas” por la inseguridad y el crimen organizado más aquellas circunscripciones que no
son relevantes ni presupuestal ni electoralmente.
Por otro lado, la violencia ejercida por perpetradores extrapartidistas, si bien no tiene una mo-
tivación necesariamente de género - atacar a las mujeres por el hecho de ser mujeres - sí se deri-
va de su posición como contrincantes o enemigas políticas, pero la manera en que se ejercerá la
violencia será generizada (como explicaba Bardall) y se agravará por el contexto sociopolítico de
violencia social: violencia sociopsicológica a través de tecnologías de información atacando a las
mujeres desde su rol reproductivo (madres/esposas); violencia sexual que puede incluir ataques
y calumnias sobre su vida privada y sexual o padecer hasta el acoso sexual y la violación; y la
violencia física manifestada con pellizcos, golpes, secuestro y llegar al feminicidio.
El recordatorio de Jennifer Piscopo es por demás relevante en el caso de Guanajuato, entidad del
país que en los últimos años ha alcanzado niveles de criminalidad e inseguridad, incluso más altos
que su vecino Michoacán, o entidades del norte del país que se habían relacionado históricamente
con el crimen organizado, el narcotráfico especialmente. En este caso, Guanajuato ya es recono-
cido por ser una zona de disputa entre grupos pertenecientes al trasiego de drogas, pero también
de organizaciones de huachicoleros, esto es, la extracción ilegal y distribución de gasolina de los
ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex). Por ello, en las elecciones del 2018 se tenían los ojos pues-
tos en zonas que representaban focos rojos para la ciudadanía que saldría a votar, así como para
el desarrollo de campañas políticas de los y las candidatas. En esta investigación, consideramos
que la alerta de Piscopo obliga a la identificación de esas zonas que representan un riesgo en la
competencia política de las mujeres, de por sí violentas y desiguales por razón de género.
Capital familiar
Se trata del primer entorno que puede obstaculizar o impulsar la trayectoria política de las mu-
jeres. Es el conjunto de creencias y prácticas de la pareja, la familia e incluso las amistades más
cercanas con relación a la carrera y aspiración política de las mujeres. En este entorno se enfren-
tan condiciones estructurales de desigualdad entre mujeres y hombres como la doble jornada
laboral y el cuidado exclusivo de hijos e hijas y hogar por las mujeres: frente al rol tradicional de
proveedor masculino, el de cuidadora doméstica. Las dinámicas familiares de género limitan o
posibilitan las trayectorias de las mujeres políticas.
La familia puede ser un entorno “inhabilitador” cuando considera impropio el “abandono” o
“descuido” del hogar y del cuidado de los hijos/as u otros dependientes por parte de la mujer in-
teresada en incursionar en la política o en ascender en ésta contendiendo por un cargo político.
Interesante por demás es la explicación de Alejandra Massolo (1994) sobre los problemas que
enfrentan las mujeres las creencias de su rol tradicional familiar: dependen económicamente
de sus parejas y pueden estar expuestas a su voluntad, amenazas y violencia; la imposición
tradicional de la feminidad como proveedoras de cuidados y afectos para los miembros de su
familia y, por lo tanto, se pueden presentar sentimientos de culpa por abandonarlos y realizar
actividades políticas; la obligación de hacerse cargo de los quehaceres domésticos, además de
cumplir con su jornada de trabajo remunerado y/o político. Por ejemplo, Antonieta Hidalgo (2000:
323) encontró en su investigación que la diferencia entre las mujeres que habían logrado un car-
go importante de representación y las que aún no lo habían hecho, es que las primeras asumen,
desde los inicios de su carrera política, que para alcanzar sus objetivos es necesario abandonar
y sacrificar las aspiraciones personales referentes a la familia tradicional; es un precio que hay
que pagar. Las segundas tuvieron que aceptar las limitaciones que les imponía la vida en familia
para luego tratar de resolverlas. Ellas tuvieron que enfrentarse a las exigencias que les imponía
su condición de madres y esposas.
En este espacio podrían presentarse las primeras manifestaciones de acoso político como
chantajes, celos, separación u abandono que puede tener serias repercusiones en su futuro polí-
tico, así como dar pie a violencia de género agravada como violencia física y sexual.
Por otro lado, el entorno familiar se considera “habilitador” cuando los antecedentes familia-
res son relevantes en la trayectoria política pues constituyen una red de apoyo y vinculación con
otros miembros del partido y grupos internos y externos de poder. Por ejemplo, Ximena Machi-
cao (2014: 49), en su estudio sobre la experiencia política las concejalas de Bolivia, explica que las
cuotas de género fueron percibidas como una “escalera” para que muchas mujeres con liderazgo
y reconocimiento comunitario pudieran acceder a posiciones de poder político, frente a aquellas
que tenían relaciones y redes familiares que les facilitaban acceder a estos espacios políticos.
Alrededor de las aspirantes y candidatas vinculadas con familias tradicionales identificadas con
partidos y/o con poderío económico, se construye una expectativa sobre la conformación de un
“capital familiar compartido” de información, redes y atajos para la incursión y ascenso de tra-
yectorias políticas. Esta relación que las posiciona como madres, esposas e hijas de militantes o
dirigentes prominentes, si bien les brinda cierta protección frente a manifestaciones de acoso y
violencia política, también menosprecia su participación al identificarlas como dependientes o
subordinadas de una figura masculina.
Muchas investigaciones que se acercaron a los perfiles de las mujeres mexicanas que han
desempeñado cargos políticos –diputadas, presidentas municipales, juezas, etcétera– tienen
como hallazgo común la importancia del capital familiar. En un estudio sobre las mujeres políti-
cas realizado en 1979 por Roderic A. Camp se encontró que éstas provenían de familias política-
mente activas y de regiones urbanas. Para el autor, los lazos familiares eran “un pasaporte, por
así decirlo, que permite un fácil acceso a los niveles políticos más altos” (1979: 430), mientras que
los espacios urbanizados son más relajados en relación con las normas tradicionales de género
y hay un mayor acceso a oportunidades de trabajo y alternativas de desarrollo político. Especí-
ficamente, Lourdes de Silva (1989) encontró como dato relevante la ocupación del padre, sobre
todo de las mujeres en cargos ejecutivos y judiciales. Inés Castro (2009: 133) explica que los obs-
táculos de la participación política de las mujeres se ven atenuados por su ascendencia familiar,
esto es, por “el hecho de ser parte de una familia política, dedicada a la política”, pero en general
por la pertenencia a una clase social determinada con mayores posibilidades de financiar una
campaña política costosa.
El perfil de mujeres políticas en el ámbito local que identificaron Dalia Barrera e Irma Aguirre
(2003) refuerza la importancia de los antecedentes familiares en la política, encontrando casos
en los que éstas suceden en el gobierno inmediatamente a su marido, generalmente se trata de
familias de las élites y clase alta del lugar, con poder político y económico. En el caso de que las
mujeres se posicionen en su cargo, defiendan sus posturas particulares y tomen decisiones por
sí mismas, pueden ser marginadas y catalogadas como “desleales” y traidoras tanto a la familia
como al partido político al transgredir la jerarquía de género establecida socialmente.
Sin embargo, las investigaciones refieren un perfil de mujeres políticas antes del impacto de
las cuotas de género y del principio de paridad, cuando los lazos familiares tenían un gran peso
para lograr una candidatura o cargo; después de las acciones afirmativas, las mujeres acceden
por otro tipo de razones, incluyendo la necesidad del partido por cumplir con la cuota misma.
tonces, la pertenencia a una determinada clase social se vuelve determinante para saber
dónde se va a cometer el delito y quiénes serán sus principales víctimas: mujeres de áreas
rurales, de pollera, analfabetas, sin experiencia y vulnerables en sus relaciones familiares
y sociales” (Machicao, 2004: 75).
El capital político y económico puede ser tanto una vía de acceso como una barrera de conten-
ción a diversas manifestaciones de acoso y violencia política. La vivencia de las candidaturas y
trayectorias políticas de las mujeres depende principalmente del sentido de identidad y lealtad a
personajes y grupos de poder internos (familias y élites partidistas) y del acceso a redes sociales
y políticas que se traduzcan en recursos económicos. Por lo tanto, se debe analizar el grado de
exposición a los tipos y manifestaciones de acoso y violencia política electoral en función del
capital familiar y capital político económico con el que cuenten.
Condescendencia, menosprecio,
ofensas, humillación, exclusión,
presión, difamación
Acoso psicológico
Son ataques que tienen efectos a nivel emocional: causan incomodidad, malestar, miedo, enojo,
tristeza o depresión. Son palabras o mensajes, comportamientos y actitudes de las personas que
pretenden intimidar, presionar o amenazar a las mujeres en su aspiración por desarrollarse en
la vida política. El acoso psicológico es un recurrente y cotidiano dispositivo de sanción social
cuando las mujeres están rompiendo con los roles tradicionales de género ejercido por medios
informales, como la ridiculización sistémica, ostracismo, vergüenza, crítica, exclusión y discri-
minación, aunque también pueden utilizarse medios de control formal, como la aplicación de
reglamentaciones contra el comportamiento fuera de la norma (Bardall, 2015) o estrategias orga-
nizativas que perpetúan condiciones de desigualdad de género.
Un rasgo común del acoso psicológico es el “uso de estereotipos de género, enfocándose en
sus cuerpos y los roles tradicionales, principalmente como madres y esposas, lo cual niega o
socava su competencia en la esfera política” (Krook y Restrepo, 2016: 139). El acoso político como
Sexismo institucional
En la investigación de Bardall (2015) se explica que, si bien las mujeres son blanco de todos los
tipos de perpetradores (que ella clasifica en políticos no estatales, actores estatales y actores
sociales), casi la mitad de los actos documentados en objeto de estudio son perpetrados por
partidarios de partidos políticos. Esto se debe a que los partidos son organizaciones generizadas
que tienen una reacción adversa al avance de las mujeres en el espacio político (hipótesis bac-
klash) que toleran y reproducen prácticas discriminatorias contra las mujeres que los integran:
“Las situaciones de discriminación y violencia de género resultan ser fenómenos inherentes a la
participación política de las mujeres que surgen como manifestación de un orden patriarcal que
establece que los espacios públicos y las organizaciones partidarias sean ámbitos de actuación
masculina por excelencia” (Cerva, 2014: 122).
El sexismo institucional tiene como propósito la reserva y defensa de espacios y privilegios
para los hombres, frente a las mujeres “intrusas” o “recién llegadas”, “las otras” que constitu-
yen un grupo identitario sin legitimidad política. A diferencia del acoso psicológico, el sexismo
institucional se manifiesta en estrategias y prácticas organizativas de abandono, restricción o
limitación de recursos a las mujeres para desarrollar sus actividades políticas. Por ejemplo, el
sexismo institucional puede manifestarse en la división sexual de las actividades del partido, de
forma que las mujeres realicen labores “adecuadas a su sexo” y que nos les permiten acceder a
espacios de relevancia para la conformación de su trayectoria política. También pueden ser cos-
tumbres organizativas bien arraigadas como realizar reuniones decisivas en lugares y horarios
en los que las mujeres, por su rol de cuidado y las restricciones a la moralidad femenina, no pue-
den participar. En esta investigación identificamos tres dimensiones del sexismo institucional
que se manifiestan durante el proceso electoral: el confinamiento electoral discriminatorio, la
desigualdad en el acceso y disposición de recursos económicos, y la desigualdad en la presencia
mediática de las mujeres. Las tres dimensiones están interrelacionadas.
física y/o sexual), sino que las mujeres, como grupo, reciben menores ingresos en su campaña
que el resto de los hombres. En su investigación, Teresa Sacchet (2018) visibiliza las brechas de
desigualdad de género en el financiamiento para las campañas políticas de candidatas y candi-
datos de Brasil, tanto en el financiamiento público y especialmente en las donaciones individua-
les, en las que se encuentran las aportaciones de empresarios, por ejemplo.
También Daniela Cerva (2014) señala que investigaciones han identificado que, aunque los
hombres también están expuestos a los contextos de violencia generalizada y política, la “gene-
rización de la violencia” se traduce en amenazas en su entorno familiar: “Su asociación con el
ámbito familiar, la maternidad y lo doméstico las expone a mayores riesgos” (Cerva, 2014: 134).
Violencia sociopsicológica
Es importante enfatizar que la distinción entre las manifestaciones de acoso y de violencia en
el plano emocional, psicológico, son muy tenues, no obstante, derivado del posicionamiento
que hemos adoptado en la construcción del marco teórico, llamaremos violencia sociopsicoló-
gica aquella que tiene tanto la motivación de reacción adversa a la participación política de las
mujeres, pero que se agrava cuando son percibidas como un contrincante o enemigo político. El
puente teórico que establecimos es que las mujeres candidatas y políticas son agredidas como
contrincantes, enemigas u opositoras, pero los ataques son “generizados”: son ataques “basados
en la moral”, como acusaciones de prostitución, homosexualidad y el fracaso en los deberes ma-
ternos, imágenes y videos degradantes editados para sexualizar a las mujeres. “Dichos ataques
conllevan mayores costos para las mujeres que para sus colegas masculinos debido a los dobles
estándares que prevalecen en torno a lo que constituye la moralidad para hombres y mujeres en
política. Este fenómeno puede desincentivar a otras mujeres a considerar entrar en la política”
(Bardall, 2015).
En este sentido, las manifestaciones de violencia sociopsicológica son perpetradas por los
militantes y simpatizantes de otros partidos políticos, con otros actores sociales como medios de
comunicación, sindicatos, organizaciones empresariales o sociales o, de manera general, por la
ciudadanía que no concuerda con el partido o con la candidata misma. De la misma forma que el
acoso psicológico descrito líneas arriba, la violencia se manifiesta en palabras y mensajes ofensi-
vos pero que han adquirido especial gravedad por la capacidad de ser difundidos masivamente.
Adoptamos la propuesta de Bardall (2015) cuando explica que “[l]a intimidación y la violencia
psicológica se perpetran cada vez más en línea, a través de mensajes de texto y en los medios.
Internet, redes sociales y las tecnologías de información y comunicación han demostrado ser
instrumentos muy peligrosos para perpetrar la elección”. La autora expone las principales mani-
festaciones de esta violencia sociopsicológica cibernética: envío abusivo de correos electrónicos
amenazantes u obscenos, con amenazas explícitas de violencia física y/o sexual, sabotaje elec-
trónico en forma de spam y virus dañinos, robo de identidad de la víctima en línea y enviando
correos electrónicos a su nombre, en publicaciones de blog, tweets y otras comunicaciones en
línea, etcétera (Bardall, 2013: 2).
Las características de la violencia sociopsicológica perpetrada por medio de las TIC’s son: 1)
se trata de mensajes cortos, genéricos, con un lenguaje sencillo y popular y humorístico; 2) men-
sajes e imágenes compartidas pueden ser degradantes, estereotipadas y tienen como propósito
sexualizar y trivializar la presencia de las mujeres en el espacio público; 3) los mensajes son
transmitidos con rapidez y su difusión es prácticamente “incontrolable”, el daño es inmediato y
por tanto la denuncia y sanción de la autoridad no logra resarcirlo; 4) gran parte de los mensajes
son “anónimos” por el uso de los nicknames, y además son compartidos por cientos o miles de
personas, por lo que es muy complejo atribuir una responsabilidad a una persona directamente,
por lo que suelen quedar impunes: “Las mujeres con frecuencia citan la amenaza de ataques
públicos rápidos y generalizados contra la dignidad personal como un factor que disuade a las
mujeres de ingresar a la política” (Bardall, 2015: 4).
Las plataformas de redes sociales ofrecen características únicas que las hacen adecuadas
para que los perpetradores inflijan violencia psicológica a las mujeres en la política. Si bien
el acceso directo a los políticos y la velocidad a la que se comparte la información en las
redes sociales puede contribuir a democracias más fuertes y transparentes, son espadas
de doble filo que permiten que todo tipo de discurso de odio aparezca y se extienda sin
control, lo que aumenta la violencia. Además, la violencia perpetrada a través de las redes
sociales se beneficia de un grado significativo de impunidad legal y moral. La mensajería
privada y el anonimato en las redes sociales complican el procesamiento y anima a los
perpetradores (iKowPolitics, 2019).
La violencia física es una práctica para ejercer control y presión social sobre el cuerpo y la vida de
quienes son considerados como enemigos y contrincantes y se pretende anular su presencia en
el escenario político-electoral. La violencia física incluye empujones, pellizcos y golpes que, ini-
cialmente parecen aislados y motivados por circunstancias especiales o coyunturales, pero que
pueden entrar en una dinámica de espiral cuando el contacto con los perpetradores es constante
o cuando el clima político y electoral general se exacerba y, en ambos casos, no se sanciona ni
social ni judicialmente. La violencia física, además de generar terror psicológico en las víctimas,
genera lesiones o fracturas, puede llegar al secuestro o ser un ataque fatal (feminicidio).
Cuando las mujeres son el objeto de la violencia política, los ataques pueden adquirir un
matiz sexual: acoso y hostigamiento sexual, tocamientos no concertados, abuso sexual o viola-
ción. La violencia sexual es un síntoma y efecto de un entorno geográfico de violencia de género
agravada. Nos parece por demás adecuado el análisis de Rita Laura Segato (2013) que define la
violación como un acto de poder y de dominación, entendido en un sentido simbólico como un
castigo a las mujeres que trasgreden el orden natural de las cosas, pero también que el cuerpo de
Recapitulación
La construcción del marco teórico conceptual nos proporcionó las dimensiones de análisis que
guiaron las técnicas cualitativas de investigación exploratoria (entrevistas a profundidad y gru-
pos de enfoque) y que después serán constatadas en los análisis particulares de los resultados
electorales, la dimensión financiera de las campañas políticas, la dimensión de la comunicación
política y los escenarios de riesgo sociopolítico y de género de la entidad. En este sentido, la
construcción del marco teórico apuntala los siguientes elementos analíticos que estructuran y
permiten entender la integridad y coherencia de la investigación (véase ilustración 2):
1. Los factores sociopolíticos de vulnerabilidad a la violencia política electoral o que pue-
den actuar como contención o barrera frente a formas más exacerbadas de violencia o,
al contrario, dejar en situación de desventaja a las mujeres. En el entendido de que to-
das las mujeres son susceptibles a vivir violencia de género en un sistema de domina-
ción masculina, el nivel de vulnerabilidad está en función del capital familiar y político
del que disponen las mujeres para anular y enfrentar los obstáculos partidistas y/o las
agresiones de otros actores políticos y sociales. Esta diferencia hace que las experien-
cias de las mujeres sean muy diversas y que no se puedan generalizar las agresiones ni
el impacto que cada una de ellas vive.
2. Los tipos y las manifestaciones de violencia política electoral que viven las mujeres
en las distintas etapas del proceso electoral, ya sea en su rol de militante, aspirante
o candidata, y en consideración del tipo de perpetrador de la violencia. En este punto
rescatamos el análisis de la violencia de género como un continuum que inicia con la
violencia sociopsicológica como aislada, pero que escala a manifestaciones de violen-
cia económica, física y sexual (pero con la psicológica siempre presente).
3. Las condiciones de riesgo del contexto, considerando la trascendencia del topos, esto es,
el espacio geográfico con sus dinámicas económicas, sociales, políticas y de género y
que se traduce en “agravantes” de la violencia política-electoral, más que por el hecho
de ser mujeres, por el hecho de ser opositoras políticas. En la investigación dichas diná-
micas las analizamos a través de indicadores de inseguridad y violencia en la entidad,
indicadores de competencia política y delitos o violencia contra las mujeres.
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31
A partir de este nuevo contexto constitucional y local, surgen las siguientes interrogantes: ¿Es
posible que a pesar de estos principios de paridad los partidos busquen colocar las candidaturas
de las mujeres en territorios que no sean considerados de alta rentabilidad política? ¿cuáles son
los determinantes para la selección de candidaturas? ¿el género importa para la designación de
los municipios y distritos electorales por los que se contiende?
Existe evidencia de que las características sociodemográficas de los municipios tienen un efec-
to importante en el resultado de la elección. Es más común que las mujeres ganen en municipios
con menos población, no urbanos y con mayores niveles de educación según Schmidt y Saunder,
2014; Del Campo 2005; Gavan-Koop y Smith, 2008; Carbert 2009; Holman, 2017 (citadas en ONUMU-
JERES 2018, 10). Pero esto ¿es una decisión del electorado? o ¿una decisión del juego político entre
los partidos políticos? Son los partidos políticos quiénes conforman las listas de candidaturas de
mujeres con espacios que al tener menos población y no ser urbanos, obtienen menor visibilidad
y trascendencia para las carreras políticas. También es posible pensar que económicamente estos
espacios no son territorios en disputa o centrales de poder partidista. Un ejemplo de esta lógica
se expresa en que es mejor contender y perder en la Ciudad de México, que en Colima capital, el
juego político puede ir más allá del perder y ganar elecciones, pero siempre esta imbricado en un
espacio político.
En México, los datos desde 1995 confirman esta misma tendencia. Según Massollo (1995: 139)
“parece que a las mujeres les corresponde “naturalmente” lo marginal y menos importante, ya
que no se ha modificado la tendencia a abrirles oportunidad de candidatura y elección prefe-
rentemente en municipios de menos de 300,000 habitantes y pocas ciudades medias” (citado en
ONUMUJERES, 2018: 10).
De hecho, en el año 2002, de las 81 presidencias municipales gobernadas por mujeres el 74%
eran municipios con menos de 20 mil habitantes, y se observa una relación regresiva, es decir,
las mujeres gobiernan más municipios poco poblados y menos gobiernos conforme aumenta su
población como son los municipios de más de 300 mil habitantes y más de 500 mil y más habi-
tantes sólo había una mujer en cada uno encabezando el gobierno (Barrera, 2003: 7). Esta ten-
dencia se puede observar en el estado de Guanajuato (Véase el apartado de contexto electoral).
Para comprender el espacio del poder y su territorialización es necesario estudiar las varia-
bles políticas, sociales y económicas en juego entre los partidos y su relación con la violencia
electoral en razón de género. De igual manera, es indispensable conocer el marco legal que de-
termina las reglas de paridad y si este es un factor protector de la violencia o si, por el contrario,
los vacíos u omisiones en las normativas facilitan las brechas de género.
que concentraron las mayores participaciones fueron Salamanca con 23.6%, León 21.6% y Silao
17.0%, seguidas de Irapuato, Celaya. Es decir, que la dinámica económica corresponde al corredor
industrial que comienza en los límites de Querétaro y cruza el Estado por la parte sur-oriente con
sus principales municipios: Celaya, Salamanca, Irapuato, Silao y León. Guanajuato municipio, es
la capital política del Estado y colinda con municipios del corredor industrial.
Datos sociodemográficos
Población
México se encuentra dentro de las quince naciones más pobladas del mundo, ocupa el puesto
número 10 y con respecto a la población urbana a escala mundial está en el lugar número ocho.
De las treinta y dos entidades federales del país, Guanajuato es la sexta más poblada y está con-
formada por 46 municipios. Según la Encuesta intercensal de Población del INEGI 2015, la pobla-
ción total del Estado es de 5,853, 677 de habitantes. Los diez municipios más poblados son León
26.97%, seguido de Irapuato 9.81% y Celaya 8.44%, después Salamanca que tan solo concentra el
4.67%, Silao 3.24%, Guanajuato 3.15 %, San Miguel de Allende 2.94%, Dolores Hidalgo 2.60 %, Valle
de Santiago 2.44%, San Luis de la Paz 2.06%, San Francisco del Rincón 2.04% y San Felipe 1.93%.
A escala nacional, León es la cuarta ciudad más poblada del país solo por debajo de Iztapalapa,
Ecatepec y Tijuana (Unión Guanajuato, 2017).
Mientras que los municipios con menos población, expresada en porcentaje, son: Atarjea
0.087% seguido de Santa Catarina 0.089%, 0.11% Santiago Maravatío, Xichú 0.19%, seguido de
Pueblo Nuevo y Coroneo con 0.2%, Tarandacuao 0.21%, Tierra Blanca 0.32%, Victoria 0.34%,
Huanímaro 0.37%, Ocampo con 0.4%, Doctor Mora 0.41%, Cuerámaro 0.48% y Jaral del Progre-
so con 0.65%.
Los datos de la población nos permiten ubicar la distribución de los territorios donde se con-
centran más las personas. En México, un municipio promedio tiene una población de 48 649
habitantes, es decir, es relativamente pequeño. El municipio mediano tiene una población de 13
292 habitantes y sólo el 10% de los municipios tienen una población mayor a 80,000 habitantes,
son en esos lugares donde se concentra la mayor población del país. Mientras que en Guanajuato
veinte de sus cuarenta y seis municipios cuentan con una población mayor a 80,000 habitantes,
León manifiesta una relación muy dispar con respecto a los demás municipios de alta concen-
tración población, ya que aglomera casi el 27% de la población estatal. Para una mejor aprecia-
ción se presenta la siguiente tabla.
Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta Intercensal del INEGI 2015.
Urbanización
Según el PNUD México considera la densidad de población y clasifica las unidades geográficas en
rural, semiurbana, urbana y mixta bajo los siguientes criterios:
Rural corresponde a los municipios con más del 50% de la población que reside en localida-
des menores a 2 mil 500 habitantes; semiurbano corresponde a los municipios con más del
50% de la población que reside en localidades entre 2 mil 500 y 14 mil 999 habitantes; ur-
bano se refiere a los municipios con más del 50% de la población que reside en localidades
de 15 mil habitantes y más; mixto corresponde a los municipios cuya población se reparte
en las categorías anteriores, sin que alguna tenga más del 50% (PNUD, 2014:14).
Esa publicación presenta un mapa del país por su condición de urbanización donde es posible obser-
var para Guanajuato los siguientes municipios del corredor industrial: empezando de la colindan-
cia de Jalisco hacia Querétaro, encontramos a León, San Francisco del Rincón, Purísima del Rincón,
Guanajuato, Irapuato, Salamanca, y Celaya. Tres municipios no se encuentran en el corredor, pero
colindan son: Santa Cruz de Juventino Rosas, Cortázar y Jaral del Progreso. Hacia el oeste Acámbaro,
Moroleón y Uriangato. La mayoría de estos municipios pertenecen a alguna de las siete ZM.
Los tres municipios semiurbanos se encuentran al este del estado: Cuerámaro, Juventino Ro-
sas y Tarandacuao. De los municipios Mixtos, cinco se encuentran en el eje central por el corre-
dor industrial, como son: Silao, Comonfort, Villagrán, Apaseo el Grande y Apaseo el Alto. Mien-
tras que en un eje transversal al corredor industrial encontramos de este a oeste a tres más: San
Luis de la Paz y Valle de Santiago al este, y al oeste Salvatierra.
La parte rural del estado se encuentra principalmente al noreste del Estado con doce muni-
cipios: Ocampo, San Felipe, San Diego de la Unión, Dolores Hidalgo, San Miguel de Allende, San
José Iturbide, Doctor Mora, Victoria, Tierra Blanca, Santa Catarina, Xichú y Atarjea. En el este se
encuentran: Romita, Manuel Doblado, Pénjamo, Abasolo, Pueblo Nuevo, Yuridia y Huanímaro, y
al sureste Tarimoro, Coroneo y Jerécuaro.
Contexto Delictivo
En nuestro caso, el Observatorio Nacional Ciudadano (ONC, 2018: 3) plantea la hipótesis de que el
incremento de los índices delictivos en Guanajuato es consecuencia de los operativos en contra
de los grupos de la delincuencia organizada en Jalisco y Michoacán y que al fragmentarse esas
organizaciones deben asegurar nuevos negocios y espacios en los estados colindantes como
Guanajuato, Zacatecas y San Luis Potosí. Las pugnas territoriales entre Los Zetas, Familia Mi-
choacán, los Caballeros Templarios y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que los medios
de comunicación ya identificaban desde 2015 en la entidad. El CJNG ganó terreno y se asentaron
para dedicarse al robo de trenes y al narcomenudeo; para después incursionar en el robo de
combustible al descubrir cómo es una actividad altamente lucrativa y de bajo riesgo. Lo que está
de manifiesto es la impunidad y falta de eficacia judicial que impera en el estado como en el país.
Mientras el CJNG se adentraba en el negocio, las bandas huachicoleras defendían sus rutas de
abasto a lo largo del corredor industrial y los enfrentamientos se pueden observar en los delitos
de alto impacto y su constante incremento, ya que el homicidio doloso y feminicidio, pasaron de
879 casos en 2015 a 961 2016 y 1096 para 2017. Por su parte, el narcomenudeo aumentó del 2015
de 3060 a 3684 en 2016 y casi duplicándose para el 2017 6567, el único delito que disminuyó fue
el secuestro de 8 casos en 2015 y 2016 paso a la mitad en 2017. La pugna entre el CJNG y el Cártel
de Santa Rosa de Lima sobre el control del robo de combustible ha cobrado víctimas como niños,
mujeres, jóvenes, policías y candidatos electos. Ante este panorama, la estrategia gubernamen-
tal ha puesto al ejército a cargo de la seguridad en municipios como Salamanca, Apaseo el Alto,
Coroneo, Jerécuaro, Salvatierra, Atarjea, San Luis de la Paz y Apaseo el Grande. (ONC, 2018: 4)
En el primer trimestre de 2018, Guanajuato ya era la primera entidad con un incremento ma-
yor al 25% en sus homicidios, según el Semáforo Delictivo Nacional. Mientras que se evalúa que
en 2018 México supera un 77% el número de víctimas de 2017 (Guardiola, Excelsior, 2018).
El Gobierno de México dentro de su estrategia integral de prevención del delito y reducción
de la violencia y criminalidad para la Construcción de la Paz, priorizó diecisiete regiones según
la tasa de homicidios, y cuatro están en Guanajuato. Baja California, en la región de Tijuana tuvo
202 homicidios en el mes de diciembre 2018, representando un porcentaje nacional de 8.28% y
una tasa de 12.31%, mientras que Tamaulipas la región de Nuevo Laredo presento 6 homicidios
ese mes, con una tasa de homicidios de 1.38% en comparación a la tasa nacional de 2.04%.
Número de
Regiones en Guanajuato Porcentaje Tasa de
Homicidios en el mes
4/17 Nacional Homicidios
de diciembre 2018
1. Irapuato: Irapuato, Pueblo Nuevo, Romita
54 2.21 6.46
y Silao
Las disposiciones señalan la obligación de los partidos políticos de generar tres bloques (vo-
tación baja, votación media y votación alta) señalando en cada uno de los bloques los distritos
o municipios, con base en la votación válida de la última elección, a fin de evitar que las desig-
naciones para mujeres se hagan en candidaturas donde los partidos políticos tengan la votación
más baja. En este mismo sentido, en el caso de las coaliciones se hará por medio de la sumatoria
de los diferentes resultados de los partidos políticos coligados. Este principio de paridad también
es obligatorio en la conformación de las planillas de los ayuntamientos para las candidaturas
independientes.
Mediante el acuerdo con fecha del 7 de diciembre de 2017, el Consejo General del IEEG validó
las comunicaciones de los partidos políticos, en relación con los mecanismos de integración de
candidaturas, a fin de respetar el derecho a la elección consecutiva y el principio de paridad. Asi-
mismo, mediante el acuerdo con fecha del 2 de marzo de 2018, el IEEG aprobó los municipios y
distritos en los cuales se haría la postulación de candidatos o candidatas, según corresponda. En
aplicación del acuerdo con fecha 7 de diciembre de 2017, el 11 de abril de 2018, el Instituto Estatal
Electoral de Guanajuato, requirió a la coalición Juntos Haremos Historia (Morena, PT, Convergen-
cia y PES) cumplir con el principio de paridad en sus candidaturas a ayuntamientos, pues en los
registros válidos no se cumplía con el mismo. Dicha resolución tuvo dos votos particulares no
concurrentes, uno del presidente, Mauricio Yáñez y del consejero Santiago López Acosta.
la acción u omisión que, en el ámbito político, público o privado, tenga por objeto o resulta-
do limitar, anular o menoscabar el ejercicio efectivo de los derechos político-electorales de
una mujer, el acceso al pleno ejercicio de las atribuciones inherentes a su cargo o función
del poder público y se manifiesta en presión, persecución, hostigamiento, acoso, coacción,
vejación, discriminación, amenazas o privación de la libertad o de la vida en razón de género.
La definición anterior, no hace explícitos los roles específicos de las mujeres como ciudada-
nas, simpatizantes o militantes, candidatas (son implícitos cuando se habla de hacer efectivos
los derechos político-electorales), pero sí menciona el ejercicio de un cargo o función del poder
público. A diferencia de otras normatividades estatales, la definición de Guanajuato desarrolla
un listado en la definición de manifestaciones específicas de violencia política en razón de gé-
nero (artículo 5 bis):
I. Imponer la realización de actividades distintas a las atribuciones inherentes a su cargo
o función;
II. Restringir injustificadamente la realización de acciones o actividades inherentes a su
cargo o función pública;
III. Proporcionar información o documentación incompleta o errónea con el objeto de im-
pedir el ejercicio pleno de los derechos político-electorales o inducir al ejercicio indebi-
do de sus atribuciones o facultades;
IV. Ocultar información o documentación con el objeto de limitar o impedir el ejercicio de
sus derechos político-electorales o inducir al ejercicio indebido de sus atribuciones;
V. Proporcionar o difundir información con la finalidad de impedir o limitar el ejercicio de
los derechos político-electorales, o impedir el ejercicio de sus atribuciones o facultades.
VI. Impedir o restringir su incorporación, toma de protesta o acceso al cargo o función pú-
blica para el cual ha sido nombrada o elegida;
VII. Impedir o restringir su reincorporación al cargo o función pública posterior en los casos
de licencias, permisos o derechos conforme a las disposiciones aplicables; y
VIII. Impedir u obstaculizar los derechos de asociación y afiliación en los partidos políticos
por razón de género.
Después de las elecciones, en septiembre del 2018, se realizó otra reforma para adicionar la vio-
lencia política en razón de género en la Ley de Instituciones y Procedimientos Electorales del Estado
de Guanajuato, con una definición muy similar a la de la Ley de Acceso, así como las acciones u
omisiones (manifestaciones) que la constituyen. Además, se adicionó: la obligación de los parti-
dos políticos de abstenerse de realizar y difundir propaganda electoral que constituya violencia
política en razón de género; la responsabilidad del Instituto Electoral de impulsar y generar me-
canismos para prevenir y atender la violencia política electoral, sustanciar los procedimientos
correspondientes, realizar campañas en los medios de comunicación para prevenir y denunciar
el tema y capacitar a su personal. En la reforma se prohíbe explícitamente, a quienes aspiran
a un cargo o candidatura, a militantes, simpatizantes y dirigentes de partidos políticos y a la
ciudadanía en general, ejercer violencia política en razón de género. Esta reforma también esta-
bleció como permanente la Comisión Contra la Violencia Política Electoral a las Mujeres en el Instituto
Electoral.
Estas definiciones legales, establecen alguna responsabilidad penal, sin embargo, dicha des-
cripción típica adolece de algunos vicios de dogmática que complican primero su entendimiento
y mucho más su aplicación. En el ámbito administrativo o electoral no existe una contundencia
relativo a las sanciones, a las cuales se podría llegar para la corrección de ese tipo de conductas,
aunque tienen algunas resoluciones donde los tribunales electorales se han atrevido a nulificar
elecciones por motivos de violencia política, pero las mismas han sido revocadas por la Sala Su-
La representación gráfica nos permite la comprensión territorial municipal, por lo que se realizó
el mapeo de las tres elecciones anteriores, 2009, 2012 y 2015 dónde se examinan los municipios
y se pueden observar los territorios de rentabilidad política, las alternancias políticas, y los go-
biernos que han encabezado las presidentas municipales.
En Guanajuato, la transición democrática pudo consolidarse a principio de la década de los
noventa y, hasta la actualidad, el PAN no ha perdido una gubernatura. Nunca ha habido una
gobernadora y, en contadas ocasiones, las mujeres han participado en contiendas electorales
de este nivel, como en 1995 Martha Lucía Mícher Camarena y en 2018 por Nueva Alianza María
Bertha Solórzano Lujano, siempre de partidos de oposición (véase Ilustración 3).
Elecciones 2009
En lo que respecta a las elecciones del 2009-2012, cinco mujeres ganaron las presidencias mu-
nicipales, dos del PAN Celaya y San Diego de la Unión, el PRI Salvatierra, el PRD San Miguel de
Allende y el PVEM Yuridia (véase Ilustración 4). Estos territorios denotan un Índice de Desarrollo
Humano (IDH) variado. Tres municipios son de IDH muy alto, y dos son de IDH bajo: Salvatierra y
San Diego de la Unión.
En cuanto a población, Celaya municipio del corredor industrial es la única ciudad con casi
500,00 habitantes, cumpliendo con la tendencia nacional de que las mujeres que llegan a go-
bernar lo hacen en lugares de menos de 200,000 habitantes. Si bien tanto San Miguel de Allende
como Salvatierra concentran más de 100,000 habitantes, con un 2.9% y 1.71% de población, res-
pectivamente. Yuridia (1.19%) y San Diego de la Unión (0.67%) tienen una concentración media
de población y Santiago Maravatío tan sólo agrupa el 0.11% de población del estado. Es decir, que
para ese periodo las mujeres gobernaron al 6.58% de la población de Guanajuato.
El pluripartidismo municipal se deja notar con tan sólo 26 municipios que gana el partido he-
gemónico, el PRI 15 gobiernos, el PRD 4, Convergencia y PT dos y el PVEM 1. Del corredor industrial
solo Guanajuato pasa a la oposición con PRI al frente del Gobierno.
La fuerza del panismo se renueva para estas elecciones con veinticinco municipios y el PRI
queda solo en siete estados y, en alianza con el PVEM y NA, gana otros tres. Mientras que el PVEM
obtiene 6, el PRD tiene 4 y en Comonfort gana el candidato independiente.
En cuanto a los IDH y donde contendieron las mujeres, es posible observar que la mayoría de los
partidos sí postularon mujeres en los municipios de IDH Bajo, mientras que en los municipios de
IDH Alto postulan partidos con una baja probabilidad de ganar (Véase Ilustración 8).
Las únicas dos mujeres que ganaron en 2015 fueron del PRI, estos municipios son: Pueblo
Nuevo con un IDH bajo y cuenta con una población de 11,872 habitantes y Santiago Maravatío
con IDH alto, con una población 6,826 habitantes, ocupando la antepenúltima posición en la
tabla de concentración de población antes expuesta. Es decir, que en este trienio las mujeres
que encabezaron presidencias municipales lo hicieron en los municipios con menos población
y representaron un total de 0.31% de población estatal, gobernando menos de 20,000 personas.
25
20
15
10
0
PAN PRI PRD PVEM Movimiento NA Morena
Ciudadano
Gubernatura
Para analizar los antecedentes electorales de los procesos electorales del ejecutivo local, es nece-
sario remontarse al año 2006 para seguir la lógica de tres periodos anteriores al periodo 2017-2018.
Con respecto a la Gubernatura, si bien a partir del 2006 se puede observar un fenómeno de
desgaste del partido hegemónico en la entidad, ya que tanto en 2012 como en 2018 el porcentaje
de votación estuvo por debajo del 50%. Como se puede apreciar en el siguiente cuadro:
Hasta este momento se puede puntualizar que Guanajuato guarda un predominio del PAN, aun-
que el pluralismo político está presente en número y permanencia de partidos con una fuerza
política disimétrica, el bipartidismo entre el PRI y el PAN parece entrar en crisis con las eleccio-
nes del 2018. Es necesario seguir el contexto federal como el fenómeno de MORENA, que gana el
Ejecutivo Federal en las elecciones 2012 con el PRI, para comprender cómo se efectuará el juego
político en la entidad para el siguiente proceso electoral.
En el proceso electoral 2018, el predominio del PAN a nivel municipal sigue gobernando casi
la mitad de los municipios (22 de 46). Sin embargo, la pluralidad de partidos cada vez se hace
notar más, es decir, que del bipartidismo que se observó en 2012, cuando el PRI en alianzas con
otros partidos logró obtener un gran número de alcaldías, para esta elección el PRI logra nueve
municipios: Guanajuato, San Luis de la Paz, San Francisco del Rincón, Manuel Doblado, Abasolo,
Pueblo Nuevo, Uriangato, Santiago Maravatío, Jerécuaro. Morena logra cinco municipios: San José
Iturbide, Comonfort, Salamanca, Apaseo el Alto y Acámbaro, por tanto, municipios que priori-
tariamente se encuentran en el corazón del conflicto del crimen organizado. El PVEM logra tres
triunfos en San Felipe, Huanímaro y Apaseo el Grande. El PRD gana Moroleón y Juventino Rosas,
mientras que Nueva Alianza logra Villagrán.
Con respecto a las presidentas municipales: diez son panistas, dos de Morena y una del PRI.
Los municipios más importantes en rentabilidad política y económica, es decir, del centro polí-
tico, son Salamanca y Celaya, mientras que la mayoría se encuentran en la región I noreste en
los municipios más pobres como Victoria, Xichú, Santa Catarina y Atarjea, donde ubicaron a más
mujeres a contender según el índice de feminidad que se presenta más adelante. En la Región II
norte esta Ocampo, mientras que en la región III Centro están Salamanca, Celaya, Apaseo el Alto.
En la Región Sur IV están Cuerámaro, Pueblo Nuevo, Salvatierra, Tarandacuao y Coroneo (Véase
Ilustración 10).
Esto muestra que, principalmente, las mujeres están gobernando territorios rurales en una
proporción siete de trece, dos mixtos, dos semiurbanos y dos urbanos, lo que representa en
población el 18% de la misma. Estos municipios tienen bajos índices de desarrollo, además, en-
cabezan municipios muy conflictivos como son Salvatierra, Salamanca, Celaya y Apaseo el Alto
(Véase Tabla 6 de Zonas Prioritarias del Gobierno de México).
56
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
SEXTO. Con la finalidad de evitar que a algún género [sic] le sean asignadas las candidatu-
ras a las presidencias municipales en las que algún partido político haya obtenido los por-
centajes de votación más bajos en el proceso electoral local anterior, los partidos políticos
se sujetarán al siguiente procedimiento:
I. Cada partido político enlistará los municipios en los que postuló candidaturas a las
presidencias municipales en el proceso electoral inmediato anterior, ordenados de
forma creciente conforme al porcentaje de votación que en cada municipio haya
obtenido;
II. Los municipios se dividirán en tres bloques conformados de manera proporcional
de acuerdo con el porcentaje de votación obtenido en los resultados precisados en
la fracción I, a fin de obtener un bloque con los municipios con el más bajo porcen-
taje de votación, un bloque con los municipios con el porcentaje de votación media
y un bloque con los municipios con el más alto porcentaje de votación.
Entonces, de acuerdo con los lineamientos, la conformación de los bloques por partido político
o coalición se basa en el porcentaje de votación que éstos obtuvieron en las elecciones del 2015
dentro de cada municipio. La idea detrás de esta medida es contar con un parámetro de compa-
ración para identificar una posibilidad alta, media o baja de obtener la victoria para cada partido
(véase tabla 8). No obstante, la posibilidad de que un partido político –o coalición– gane la elec-
Otro aspecto que hay que hacer notar es que, sin considerar las candidaturas independientes,
hubo casos en los que sólo compitieron hombres (Apaseo el Grande y Valle de Santiago) o solo
mujeres (Xichú, Atarjea y Celaya). Se construyó un indicador de “feminidad de la competencia
electoral” con un cálculo sencillo, éste resulta de la división del número de candidatas entre el
total de candidaturas que tuvo un municipio, de esta forma resulta un número entre 0 y 1 en el
que 0 significa que no participaron candidatas, 0.50 significa parida en candidaturas y 1 que sólo
hubo mujeres en las candidaturas. Un razonamiento sencillo nos llevaría a pensar que entre más
personas de un mismo sexo contendiendo por la alcaldía de un municipio implicaría una mayor
probabilidad de que alguien de este sexo mayoritario gane la elección.
Si observamos la tabla 10, esta hipótesis se cumple en el caso de un indicador de feminidad
por debajo del nivel de paridad (de 0.14 o incluso de 0.43, dato casi paritario), esto es, en todos los
municipios con mayor número de hombres contendiendo fue electo un candidato (a excepción
de Apaseo el Alto, donde originalmente el partido ganador, Morena, había postulado un hombre,
pero fue asesinado y sustituido por su esposa). Sin embargo, en los municipios con indicador de
feminidad superior al nivel de paridad (entre 0.57 y 0.86), es decir, donde había un mayor número
de mujeres compitiendo, no ocurrió así. 12 hombres fueron elegidos en veintiún de estos escena-
rios, por ejemplo, tanto en Victoria como en Romita se presentó solo una candidatura de hombre,
no obstante, en ambos casos el hombre resultó electo frente a seis competidoras.
Indicador Indicador
Candidato/a Candidato/a
Municipio H M Total de Municipio H M Total de
Electo/a Electo/a
Feminidad Feminidad
Apaseo El Purisíma Del
6 6 0.00 Hombre 3 3 6 0.50 Hombre
Grande Rincón
Valle De
7 7 0.00 Hombre Tarandacuao 3 3 6 0.50 Mujer
Santiago
León 6 1 7 0.14 Hombre Huanímaro 3 4 7 0.57 Hombre
Pénjamo 6 1 7 0.14 Hombre Irapuato 3 4 7 0.57 Hombre
S. Felipe 6 1 7 0.14 Hombre Ocampo 3 4 7 0.57 Mujer
Apaseo El
5 2 7 0.29 Mujer Salvatierra 3 4 7 0.57 Mujer
Alto
Doctor S. Diego De
5 2 7 0.29 Hombre 3 4 7 0.57 Hombre
Mora La Unión
Jerécuaro 5 2 7 0.29 Hombre Tierra Blanca 3 4 7 0.57 Hombre
S. Luis De Santiago
5 2 7 0.29 Hombre 2 3 5 0.60 Hombre
La Paz Maravatío
S. Miguel
5 2 7 0.29 Hombre Coroneo 2 4 6 0.67 Mujer
De Allende
Silao De La
5 2 7 0.29 Hombre Cuerámaro 2 5 7 0.71 Mujer
Victoria
Manuel
Uriangato 5 2 7 0.29 Hombre 2 5 7 0.71 Hombre
Doblado
Pueblo
Abasolo 4 3 7 0.43 Hombre 2 5 7 0.71 Mujer
Nuevo
Acámbaro 4 3 7 0.43 Hombre Salamanca 2 5 7 0.71 Mujer
Cortázar 4 3 7 0.43 Hombre Tarimoro 2 5 7 0.71 Hombre
Dolores
4 3 7 0.43 Hombre Victoria 2 5 7 0.71 Mujer
Hidalgo
Guanajuato 4 3 7 0.43 Hombre Yuriria 2 5 7 0.71 Hombre
Jaral Del
4 3 7 0.43 Hombre Sta. Catarina 1 3 4 0.75 Mujer
Progreso
Moroleón 4 3 7 0.43 Hombre Romita 1 6 7 0.86 Hombre
S. Fco Del
4 3 7 0.43 Hombre Villagrán 1 6 7 0.86 Hombre
Rincón
S. José
4 3 7 0.43 Hombre Atarjea 5 5 1.00 Mujer
Iturbide
Sta. C.
Juventino 4 3 7 0.43 Hombre Celaya 7 7 1.00 Mujer
Rosas
Comonfort 3 3 6 0.50 Hombre Xichú 4 4 1.00 Mujer
Hay que resaltar que el hallazgo del párrafo anterior no significa que los resultados electora-
les en favor de los hombres se deba exclusivamente a la preferencia de las y los votantes. Esto se
debe a una mezcla de factores entre los que se identifica uno en particular: la designación de la
postulación de las candidaturas y que se explica en los párrafos siguientes.
Si bien para entender desde la lógica geoespacial el significado de la contienda por sexo y
municipio, presentamos el mapa (Ilustración 11) donde, por una parte, se aprecia que a mayor
índice de feminidad como es la región I Noreste la obtención de triunfos fue casi en su totalidad
para mujeres con cuatro municipios. Sin embargo, Romita y Villagrán que tenían un alto índice
de feminidad las mujeres no lograron su triunfo.
De la Región II Norte solo Ocampo es gobernado por una mujer con una contienda más equi-
tativa. En la región III Centro, tanto Salamanca como Celaya cuentan con un alto índice de fe-
minidad, los triunfos los obtuvieron mujeres y son municipios del corredor industrial con alta
importancia económica. Mientras que Apaseo el Alto, como ya se mencionó es un caso con ca-
racterísticas muy particulares sin relación al género. De la región IV Sur, son cinco los munici-
pios tres con alto índice de feminidad: Cuerámaro, Coroneo y Pueblo Nuevo y dos con contienda
equitativa como son Salvatierra y Tarandacuao.
62
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
La tabla 11 muestra, desde otro punto de vista, cómo se distribuyeron las candidaturas por
sexo y qué resultados se obtuvieron con ello. Para cada municipio se presenta el número de vo-
tos que los partidos políticos obtuvieron en las votaciones del 2015 y se contrapone, mediante
colores, con el sexo de las candidaturas que se postularon en el 2018 (verde es hombre y mora-
do es mujer), adicionalmente se pone cual partido ganó las elecciones 2018 y el lugar que éste
obtuvo en las elecciones anteriores. En la tabla se puede observar cómo sólo ocho municipios
tuvieron un candidato o candidata electa de un partido político que no tenía una votación com-
petitiva en el 2015 (aunque cinco corresponden a la coalición Juntos Haremos Historia), es decir,
que no había ocupado siquiera el segundo lugar en dichas votaciones (Acámbaro, Apaseo el Alto,
Apaseo el Grande, Comonfort, Jerécuaro, Salamanca, San Francisco del Rincón y San José Iturbi-
de). En el resto de los municipios las victorias recayeron en el primer o segundo lugar de los votos
obtenidos en las elecciones del 2015.
Ganador Lugar
Municipio PAN PRI PRD PVEM MC NA Morena JHH
2018 2015
Abasolo 12,421 8,168 573 8,086 167 497 2,554 PRI 2
Acámbaro 12,362 2,072 17,158 3,456 1,978 1,298 JHH N/A
Apaseo El Alto 9,090 3,536 1,464 3,389 6,149 448 156 JHH N/A
Apaseo El
10,569 8,060 1,194 636 4,229 258 2,846 PVEM 4
Grande
Atarjea 2,034 906 415 27 PAN 1
Celaya 62,708 33,455 3,203 8,675 10,631 5,546 18,192 PAN 1
Comonfort 6,827 5,029 3,525 1,868 855 240 JHH N/A
Coroneo 1,867 2,815 54 429 235 47 347 PAN 2
Cortázar 9,514 6,686 10,080 4,925 526 1,743 1,505 PAN 2
Cuerámaro 7,719 784 3,782 338 238 PAN 1
Doctor Mora 5,758 3,199 290 251 1,092 233 PAN 1
Dolores
17,377 14,878 2,258 5,530 981 2,259 4,279 PRI 2
Hidalgo
Guanajuato 12,907 17,563 11,673 2,375 1,416 2,413 PAN 2
Huanímaro 2,838 660 357 2,023 1,550 1,047 751 PAN 1
Irapuato 68,888 52,785 2,606 6,957 3,385 4,076 6,839 PAN 1
Jaral Del
4,991 7,156 809 3,571 802 207 PRI 1
Progreso
Jerécuaro 6,202 5,884 217 7,757 433 237 49 PRI 3
León 229,909 88,854 4,367 27,800 9,282 9,825 24,179 PAN 1
Manuel
6,326 5,771 3,318 287 240 102 PRI 2
Doblado
Moroleón 5,513 3,321 6,135 3,069 1,805 662 PRD 1
Ocampo 3,820 4,991 726 518 PAN 2
Pénjamo 24,181 10,273 12,640 930 648 1,525 PAN 1
Pueblo Nuevo 883 3,433 2,950 81 52 PRI 1
Las situaciones hasta aquí expuestas hacen reflexionar sobre cómo los partidos políticos hi-
cieron la distribución de las candidaturas, ¿en dónde están postulando los partidos a las muje-
res y dónde a los hombres? Para hacer un análisis de las asignaciones de candidaturas que los
partidos políticos hicieron en la entidad y poder entender (aunque sea de manera genérica) las
estrategias que éstos siguieron en la designación de las postulaciones se toman en cuenta dos
principales factores: uno es el número de votos que un partido obtuvo en el 2015 por municipio
y la relevancia que éstos tienen respecto del total de votos que alcanzaron en la entidad; el otro
factor es un indicador de competitividad electoral que da una idea de la probabilidad que tiene
un partido/coalición de ganar las elecciones dentro de una circunscripción. Este indicador cla-
sifica, para cada partido político o coalición, a los municipios de la entidad en cuatro niveles de
competitividad: alta, media, baja y nula.
Para calcular el indicador se usaron los resultados de las votaciones de los comicios 2015. En
cada municipio y para cada partido político se dividió el número de votos que éste obtuvo entre
el número máximo de votos obtenidos por un partido, de esta forma resulta un indicador con un
rango de 0 a 1, donde 0 es el nivel más bajo de competencia (sin votos dentro del municipio) y 1
es el más alto (partido ganador en el municipio antes de contabilizar los votos de las coaliciones).
Una vez obtenido el indicador, para cada partido político se clasificaron los municipios con los si-
guientes criterios: un partido tiene competitividad nula en un municipio si su indicador es menor
igual a 0.70, competitividad baja si es mayor que 0.70 y menor o igual a 0.80, competitividad me-
dia si es mayor que 0.80 y menor o igual que 0.90 y, competitividad alta si es mayor o igual a 0.90.
De las tablas 12 a la 19 se muestra información que permite dilucidar las posibles considera-
ciones que los partidos políticos y la coalición tuvieron en cuenta para la postulación de sus can-
didaturas, sin que éstas faltaran a los lineamientos establecidos por el IEEG en materia de paridad
de género. Las ocho tablas (una por partido político y la coalición) presentan por nivel de compe-
titividad (descrito en el párrafo anterior) el número de candidatos/as, el número de personas elec-
tas, los votos obtenidos en el 2015 agrupando los municipios con mismo nivel de competitividad
y asociándolos al sexo de la candidatura postulada en el 2018, así como la representatividad que
estos votos tienen respecto del total que el partido obtuvo (relevancia de los votos).
La presentación del orden de los partidos obedece al número de votos totales que obtuvieron
en el 2015, de esta manera el PAN aparece en primer lugar con un total de 761,017 votos, mien-
tras que al final se encuentra Morena con 116 votos (cabe resaltar que este dato de votación 2015
corresponde únicamente a los dos municipios donde Morena contendió de manera individual
en el 2018, el resto de sus votos donde contendió en coalición se contabilizan en suma en JHH).
Tabla 16. Candidaturas de la Coalición Juntos Haremos Historia por sexo y su relevancia
Candidaturas Relevancia de
Nivel de Candidaturas Votos 2015
Electas los votos
Competitividad
H M Total H M Total H M Total H M
JHH 21 23 44 3 2 5 50,608 45,357 95,965 52.7% 47.3%
Nula 21 23 44 3 2 5 50,608 45,357 95,965 52.7% 47.3%
Candidaturas Relevancia de
Nivel de Candidaturas Votos 2015
Electas los votos
Competitividad
H M Total H M Total H M Total H M
Nueva Alianza 22 20 42 1 1 35,097 25,617 60,714 57.8% 42.2%
Baja 1 1 1 1 6,337 6,337 10.4% 0.0%
Nula 21 20 41 28,760 25,617 54,377 47.4% 42.2%
Candidaturas Relevancia de
Nivel de Candidaturas Votos 2015
Electas los votos
Competitividad
H M Total H M Total H M Total H M
Morena 1 1 2 0 116 116 0.0% 100.0%
Nula 1 1 2 0 116 116 0.0% 100.0%
ninguna mujer. Esta acción obligó a que el grueso de las candidaturas de mujeres estuviese en
municipios de competitividad menor (una en media y 18 en nula), pero cuya relevancia de votos
alcanzó el 46.2%, mientras que para los hombres fue de 18.7%. Sin embargo, aún con esto, la im-
portancia (en votos) de los municipios designados a los hombres supero al de la de las mujeres
en 7.6% (la relevancia de los municipios para hombres fue de 53.8% y 46.2% para las mujeres).
Coalición Juntos Haremos Historia
Como se pude observar en la tabla 8, la coalición JHH tuvo un total de 21 candidaturas para hombres
y 23 para mujeres por lo que no cumplió de manera estricta con la paridad horizontal. En cuanto
a la paridad transversal, está también falló para aquellas candidaturas que no tenían bloque (los
partidos en coalición no participaron en los comicios anteriores en esos municipios), postularon
4 mujeres y un hombre, pero los lineamientos marcan que debe haber paridad en los municipios
que no tienen bloque. A pesar de esta situación, la coalición JHH es la única que materializó la pa-
ridad de género en el número de municipios ganados (tres hombres electos y dos mujeres).
Para calcular el nivel de competitividad de la coalición JHH se utilizaron los votos que alcanza-
ron en conjunto los partidos PT, Morena y Encuentro Social en los comicios del 2015, pero debido
a la baja presencia electoral de estos partidos dentro del estado, todos los municipios donde con-
tendieron en el 2018 se clasificaron con un nivel de competitividad nula. Es por esto que al tratar
de seguir los lineamientos para garantizar la paridad de género implementados por el IEEG, la
coalición, bajo el presente análisis muestra una brecha muy reducida entre los indicadores de
candidaturas de hombres y las de mujeres (véase tabla 16). En realidad, desde esta perspectiva,
parece que la única estrategia seguida por la coalición fue la de alcanzar el mayor número de
presidencias municipales posibles.
Nueva Alianza
Como se pudo observar en la tabla 8, Nueva Alianza cumplió con la paridad transversal dentro de
cada bloque, no obstante, en total postuló 22 candidaturas de hombres (de los cuales uno resultó
ganador) y 20 de mujeres, por lo que no cumplió del todo con la paridad horizontal. Aunque, hay
que resaltar que no faltó a los lineamientos establecidos por el IEEG para la igualdad de género,
sino que éstos le permitieron proponer en total, dos hombres más que mujeres en las candida-
turas, ya que postuló un hombre de más en dos diferentes bloques.
En la tabla 17 se observa que todos los municipios para el partido se clasifican con un nivel
nulo de competitividad, exceptuando uno de nivel bajo. La estrategia de distribución de candida-
turas que se puede inferir a partir de la tabla es que, decidieron postular un hombre en el muni-
cipio con mejor nivel de competitividad (el cual ganó) y que le significaba un 10.4% de los votos
2015, para el resto de municipios, las postulaciones fueron paritarias (21 hombres y 20 mujeres)
aunque la relevancia de los votos sí es ligeramente superior para los municipios con candidatu-
ras de hombres que de mujeres (47.4% y 42.2% respectivamente).
Movimiento Ciudadano
Movimiento Ciudadano cumplió cabalmente con la paridad de género horizontal y transversal
en la postulación de sus candidaturas, sin embargo, no obtuvo ninguna presidencia municipal
(véanse tablas 8 y 9).
Dado que el partido sólo contó con municipios con nivel de competitividad nula (véase tabla
18) mediante el presente análisis solo podemos observar que, a pesar de la distribución paritaria,
Si los lineamientos en materia de paridad de género implementados por el IEEG fueron los mis-
mos en ambas elecciones (presidencias municipales y diputaciones de mayoría relativa), enton-
ces, ¿cuáles fueron las razones por las que se obtuvieron resultados diferentes en cuestión de
paridad?. La principal explicación es por el dominio casi absoluto de un partido político, el PAN,
que al ir en coalición en 21 de los 22 distritos, afianzaron los resultados ganadores en 20 de ellos,
de esta manera, la obligatoriedad de la paridad en las candidaturas de la coalición pasó casi ín-
tegra a la ocupación de los curules y terminó de compensarse con las dos mujeres que ganaron
y que fueron postuladas, una por la coalición Morena-PT-Encuentro Social (distrito XIV) y la otra
por el PAN en solitario (distrito III).
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-clave-de-la-poblacion-de-guanajuato
77
Tabla 22. Operacionalización del análisis de las entrevistas y conversatorios
Dimensión Categoría Indicadores
Demarcación territorial: Municipio, distrito
Rural/urbano
Perfil Edad
sociodemográfico
Escolaridad
Situación laboral
Estado civil
Proveeduría familiar
Dependientes (hijos/as, adultos mayores, personas con
discapacidad)
Capital familiar Soporte doméstico
Factores Actitud frente a la conciliación de la vida familiar-doméstica
socioeconómicos
Representaciones del rol tradicional femenino
de
vulnerabilidad/ Soporte de familia directa en actividades políticas
contención de la Familiares en política
violencia política
Antecedentes y actividad política no partidista
electoral
Trayectoria partidista: actividades y cargos partidistas
Experiencia política: cargos de representación popular y por
designación ejercidos
Red de apoyo no partidista: sindicatos, OSC, grupos
Capital político y empresariales, asociaciones de profesionistas, etc.
económico Red de apoyo partidista: padrinazgo, grupos internos, apoyo
de dirigencia nacional o estatal, apoyo corporativo, etc.
Disponibilidad y/o acceso a recursos económicos para
actividades políticas
Autopercepción de posicionamiento en el partido y
evaluación como aspirante al cargo
Manifestaciones
Acoso psicológico Perpetradores
Efectos o consecuencias
Acoso electoral Dinámica partidista y criterios de distribución de
contra las candidaturas por sexo
mujeres Procedimiento de selección de candidatas
Sexismo
institucional Criterios y distribución de financiamiento partidista a
candidaturas
Acceso a redes partidistas y extrapartidistas de patrocinio
Manifestaciones
Violencia Vía por la que se ejerce (comunitaria, cibernética)
sociopsicológica
Violencia política generizada Perpetradores
electoral contra Efectos y consecuencias
las mujeres Manifestaciones
Violencia física
Perpetradores
y sexual
Efectos y consecuencias
Establecimos como compromiso con las participantes en las técnicas de investigación el es-
tricto anonimato de sus respuestas, pero rescatamos sus testimonios para la comprensión del
fenómeno en la entidad, cuidando que no puedan ser asociados con una candidata en específico.
En este sentido, no utilizamos seudónimos que permitieran identificar los testimonios de una
sola persona, y quitamos los nombres de partidos políticos, de líderes, militantes, lugares y cual-
quier otro dato que permitiera identificar a las entrevistadas.
Sí, mi marido, él es el proveedor principal, bueno prácticamente hemos compartido los gas-
tos sin ninguna dificultad, pero pues es él quien se preocupa el que atiende todos esos gas-
tos básicos de las casas: la colegiatura, pagos de luz, comida. Todo eso, pues es él práctica-
mente. Lo mío pues ya se adhiere a lo que él gana y nos permite vacacionar, comprar ya los
gustos o así incluso también invertir, creo que lo mío es más como inversión que proveer…
Prácticamente todas las candidatas entrevistadas son profesionistas (sólo una de ellas tiene es-
tudios de carrera técnica): abogadas, contadoras, psicólogas, ingenieras, médicas, diseñadoras,
politólogas, entre otras. Doce de ellas tienen o doble licenciatura, o cuentan con una maestría o
con un doctorado. Quince de las 22 candidatas que asistieron a los conversatorios tenía licencia-
tura o nivel de maestría. Esto es, un número mayoritario de las candidatas tienen un elevado ni-
vel académico y muchas de ellas en áreas profesionales vinculadas con el campo político. Todas,
sin excepción, trabajaban antes de obtener la candidatura en el proceso electoral 2017-2018 ma-
yoritariamente en el sector privado, pero también en el partidista y en la administración pública.
Cabe destacar que un número significativo de mujeres daba clases en preparatoria o universidad
o fungieron como asesoras de grupos parlamentarios de su partido. Por otro lado, el tiempo de
Capital familiar
La primera parte de la entrevista indaga en el capital familiar de las candidatas, como mencio-
namos en el apartado teórico, se entiende como el primer entorno que puede obstaculizar o pro-
mover la participación política de las mujeres. Contiene tres elementos importantes de análisis:
primero, las relaciones de género intrafamiliares, esto es, las costumbres, prácticas o acuerdos
en relación al rol tradicional femenino de cuidado exclusivo del hogar y de los hijos; segundo, el
respaldo familiar a la aspiración de las mujeres por contender a un cargo político que puede ir
desde el apoyo emocional (aliento), la inmersión en las actividades de campaña, hasta aportacio-
nes económicas; y tercero, los antecedentes de familiares en la política que facilitan su incursión
partidista y su presencia en la boletas de votación.
El rol tradicional de género está presente en varios testimonios de las mujeres políticas. El
análisis de su narrativa nos refiere una necesidad de cumplir con la cualidad de ser “buenas
esposas” o “buenas madres” a la vez que se desarrollan en el campo político, esto es, la carga de
una doble o hasta triple jornada de trabajo: el político, laboral remunerado y lo doméstico. De
hecho, el cumplimiento de su rol de género puede tener relevancia en la imagen que reflejan
como candidatas “mujeres”.
Cuando se les cuestiona sobre la conciliación de su vida doméstica con la familiar, la mayoría
de las mujeres políticas entrevistadas explican cómo es un día cotidiano de campaña: se levan-
tan muy temprano (cinco o seis de la mañana) para alistar a sus hijos e hijas, algunas los llevan
a la escuela. Después de esto, el cuidado queda en responsabilidad de alguien más que tendrá
que pasar por ellos, sólo algunas pueden regresar a casa a comer, pero generalmente esta res-
ponsabilidad pasa a los familiares o amistades. Prácticamente todas explicaron que regresaban
tarde de sus actividades políticas para revisar algunas tareas, bañar a sus hijos y acostarlos. Se
manifestó un compromiso general de pasar los fines de semana, en la medida de lo posible, con
su familia para “compensar” el tiempo que no podían dedicar a la familia.
Me levanto temprano para prepararles, ósea, les preparo de desayunar y su lonche, a mis
hijos y a mi esposo. Él tiene un negocio propio y cuando va a salir pues también, cuando
no, pues nada más le dejo su licuado. De todo se los preparo y ya me vengo a trabajar… Les
preparo a ellos, me organizo yo y me vengo a trabajar.
En este sentido identificamos una actitud de resignación, más o menos generalizada, por la
doble jornada laboral. Se reconoce como una desventaja de las mujeres en la política frente a
la cotidianidad de sus contrapartes masculinos pero que ha tenido que ser sorteada para poder
continuar con su aspiración política. Dice una de las candidatas:
Sí veo una desventaja muy grande en torno a toda la responsabilidades sociales y fami-
liares con las que tenemos que cumplir las mujeres al contrario a los hombres, porque el
clóset de mis hijas está arreglado y ordenado, desde allí tengo muy organizado, mantuve
organizado lo que es la lavandería, la planchaduría todo eso. Y tiene que seguir tu vida así
durante la campaña…
Pero también hay quien manifestó aceptación, esto es, total convencimiento de que el desarrollo
de actividades políticas no debe significar el abandono de lo doméstico, al contrario, se percibe
como una concesión, como un permiso de la figura masculina del hogar.
Al contrario de esta última posición, otras candidatas expresaron su total malestar con la doble
jornada laboral. Por ejemplo, una de ellas nos explicó que la campaña era tan demandante que
“había veces que llegaba tan cansada a la casa que ni siquiera me podía bajar del vehículo tenía
que dormirme un rato para abrir la puerta y luego llegaba y me dormía otra vez en el baño”. Pero,
sobre todo, persiste un sentimiento de culpa por no poder dedicar tiempo suficiente a la convi-
vencia familiar y se abre una disyuntiva entre el deseo o aspiración de una carrera política y el
cumplimiento del rol femenino de cuidado:
Sí dices “bueno” ¿y qué hubiera pasado, a lo mejor, cuando reprobaba alguien, una de mis
hijas alguna materia? ¿Qué tal que no estuve atenta si se caía? ¿Por qué no fui? ¿Por qué no
la cuide? Igual con mis padres, a veces enfermos. Los fines de semana yo mejor me iba a la
política. Después, una llamada, a ver ¿cómo estás? Y a veces existe el cargo de si hice o no
hice lo que debería [...] la mirada, en la frase de “no fuiste”, “no llegaste”, ¿por qué andamos
acá en lugar de estar jugando nosotros?, cuando yo me las llevaba a los espacios donde prac-
ticaba la política pues y sí, sí te duele…
Por lo anterior consideramos que el soporte o “apoyo” que los y las familiares brindan a la can-
didata para realizar las labores domésticas y de cuidado es un factor “habilitador”, un elemen-
to fundamental de su capital familiar. Dicho soporte lo realizan principalmente los familiares,
amistades cercanas o personal doméstico. En relación con las parejas o exparejas, prevalece
una idea de que ayudaron a desarrollar las labores femeninas de crianza y cuidado de los hijos
e hijas, en el entendido de que terminada la actividad política podría regresar una situación de
“normalidad” en la que las mujeres regresarían a sus actividades socialmente asignadas.
La verdad fue un acuerdo entre los dos, ósea, de que él se iba a encargar de absolutamente
todo lo que tenga que ver con la casa. Iba a ser mamá y papá en lo que yo estaba en esto,
4 Las cursivas en los extractos de las entrevistas se utilizan para enfatizar elementos del discurso de las mujeres que contienen repre-
sentaciones sociales trascendentes para el análisis.
El papá de mi hija estaba muy preocupado por mi candidatura le dijeron que era muy ago-
biante y claro que sí lo fue. Yo había ofrecido contratar a alguien para que se quedara al cui-
dado de la niña, pero su papá se vino a vivir a [municipio] para cuidar a la niña y que nunca
faltara a la escuela […] recogía a la niña a la hora de la comida y ella estaba conmigo todas
las tardes y él la recogía en la noche. Entonces se dio, digamos, esta crianza compartida…
… sí me fue muy difícil porque tenía que contratar personal que supliera mi presencia por-
que mi mamá ya era muy grande de edad y pues sí se necesitaba alguien que la cuidara,
que la acompañara, que la ayudara a bañarse, que la ayudara a… Lógicamente pues yo no
lo podía hacer, entonces debía tener una persona. Por fortuna, pues yo tenía la manera de
pagar, de tener una persona de confianza. Y de esa manera, tú tienes que solventar esas
obligaciones de familia, porque no las puedes dejar de lado ni puedes omitirlas ni evadirlas.
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Fíjate que es muy sencillo yo tengo una nana que desde que yo tenía 13 años está conmigo,
entonces ella se dedicaba a asistirme: mi uniforme, mi sándwich, mi… Porque mi madre
y mi padre siempre trabajaron. […] Entonces ya ella se dedica a cuidarlas [a sus hijas]. Al
día de hoy ella me asiste, me prepara mi lonche... pero la consideramos como parte de la
familia incluso ella ha administrado los gastos el dinero.
Cuando las mujeres no contaban con el apoyo para el cuidado de sus hijos e hijas, algunas
manifestaron la necesidad de llevarlos a las actividades partidistas y de campaña. Aunque no
todas mostraron comodidad con esta situación, una de las entrevistadas explicó que podría ser
una estrategia formativa para su hija, una especie de “entrenamiento sociológico muy potente
y porque es muy enriquecedor conocer el territorio, conocer a las personas involucrarse con
ellas y sus necesidades. Finalmente, yo me volví en un departamento de quejas y sugerencias
sobre la calidad de vida y las circunstancias del desarrollo de las comunidades, de los núcleos
poblacionales”.
Además del soporte en las actividades domésticas, la familia puede alentar la participación
política de las mujeres con la comprensión de la separación de éstas de su rol familiar y mos-
trando orgullo por su actividad política. Debido a la dicotomía público/privada, las mujeres no
son asociadas al desarrollo profesional en el ámbito político, por lo que resulta relevante saber si
fueron apoyadas por sus familias en dicha aspiración. El reclamo continuo, los celos y el chantaje
puede ser un factor que inhiba la aspiración de contender o de continuar en la política. En este
aspecto los testimonios son diversos: quienes muestran franca oposición a la participación de
las mujeres (“mi mamá me decía “¿pero, qué haces ahí? ¿por qué estás ahí? ¡Es mucho tiempo!
Y mira, que ya llegaste súper noche otra vez””); algunos refieren total escepticismo de la utilidad
de la participación política de la candidata (“se veía como una lucha en vano”, “nos veían como
ilusos”, “¿qué vas a hacer? ¿y de qué sirve? ¿tú qué ganas con esto?”, “Sí llega un momento en el
que te hace dudar […] y dices “¿valdrá la pena o no valdrá la pena?””); otros testimonios reflejaron
sólo desinterés o indiferencia (“nunca me preguntaron por la política”, “ningún día me han ha-
blado para ver cómo me ha ido en la campaña, cómo voy”, ““como la palmadita en la espalda de
‘échale ganas, vas muy bien, ¡qué bueno que lo hagas, eh! adiós’”); pero un número significativo
de mujeres entrevistadas fueron apoyadas incondicionalmente por su familia y ésta les refirió
un sentimiento de orgullo por la actividad que se encontraban realizando:
Mi marido cuando veía que estábamos allí, cómo nos teníamos que sacrificar los domin-
gos, los sábados. Pues sí me acompañaba, pero llegó un momento en que dije “ya voy a
dejar todo esto pues ni me interesa hacer política” y me dijo “anímate, anímate tú lo pue-
des lograr, lo vas a hacer”. Ahí fue cuando dije pues tengo el apoyo de mi marido que es…
él no es nada político, como que... no sé. Pues yo pienso que me dijo “pues tú que tienes la
capacidad ve, yo no” y eso fue lo que me convenció.
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Hablando de política, él [su pareja] está enamorado de lo que yo hago, está enamorado del
trabajo que yo he venido haciendo y eso me ayuda mucho en la política. Él es el principal
impulsor de que “adelante, tú puedes, yo cuido, yo atiendo” y él ocupa los espacios que dejo
vacíos cuando estoy en la política...
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La verdad que yo siento todo su apoyo, todo su respaldo. Mis hermanos, no se diga. Digo
cuando andas en campaña pues los que andan en campaña es toda la familia, todos se in-
volucran, es más hasta mis hijos pequeños andaban con su banderita, ellos muy contentos
acompañándome a los mítines acompañándome a todos lados. Entonces pues mi familia
se convierte en esa brigada de campaña que tú ocupas porque realmente los recursos, pues
los recursos son escasos, pero pues hay que hacer crecer reactivos. […] Entonces mi familia
se convirtió en esa parte fuerte, en ese brazo fuerte que yo ocupo, que muchas mujeres ocupamos.
Aunque en las entrevistas se reflejó ese optimismo familiar por el desarrollo de las actividades
políticas, también refirieron la preocupación de sus familiares por el tiempo requerido para de-
sarrollar dichas actividades y por la situación de inseguridad en el Estado de Guanajuato. Este
último elemento es muy importante pues, de acuerdo con el marco teórico propuesto, el contex-
to geográfico de inseguridad y violencia generalizada puede aumentar el riesgo y, en este caso, la
advertencia familiar del peligro que corren las mujeres en la política puede ser un factor inhabi-
litador de su participación política. En los siguientes testimonios observamos dicha advertencia
pero que finalmente fue sorteada por las candidatas que entrevistamos.
Mi mamá estaba muy nerviosa porque nosotros tenemos mucha familia fuera de la ciudad
y del país. Entonces mi familia extendida le llamaba a mi madre para compartirle su an-
gustia de que en México se asesinan a los candidatos, entonces una parte, la mayor parte
de la familia está muy angustiada y una parte estaba muy emocionada.
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Mira, mi mamá me dijo que estaba loca. Me dijo “por qué te haces esto” … Mi mamá es
muy dramática. Y a mí, tiene una historia muy diferente a la mía. ¿No? Mi mamá fue ama
Capital político
Como se explicó en el apartado teórico, el capital político son las redes de apoyo partidista,
social y económico que permite a las mujeres políticas incursionar, posicionarse y reforzar su
experiencia. Está conformado por recursos políticos, administrativos, económicos e ideológicos
que hacen valer las candidatas para posicionarse y mantenerse en una candidatura (incluso,
también en el cargo). Se entiende que una candidata con mayores redes de apoyo tendrá una
situación de ventaja frente a otras mujeres que no cuentan con éstas, y además representa un
blindaje ante el acoso y la violencia política.
Durante su trayectoria política, se esperaría que fueran acumulando recursos políticos como
el padrinazgo o respaldo de líderes y personajes importantes del partido, el apoyo de grupos
internos, de sindicatos o asociaciones campesinas y obreras vinculados con el partido y/o de
grupos empresariales. En este sentido, una de las primeras preguntas realizadas durante la en-
trevista fue sobre sus antecedentes políticos o actividades fuera de los partidos: las que no co-
menzaron su vida política directamente en el partido, realizaban alguna actividad que de hecho
las identificó con un “perfil deseable” para una candidatura. Esto es importante porque permite
visibilizarlas como lideresas y las acerca de una posición instrumental para cumplir con los
lineamientos de la paridad de género. Por ejemplo, su experiencia legislativa o en la administra-
Yo vi injusticias, muchas injusticias y dije, me voy a meter, pero si me meto, voy a hacer
algo, y empecé yo estando trabajando, fue una convocatoria para participar en la colonia
donde vivía. Pasaron anunciando que iban a formar el comité de participación ciudadana, y
faltaría como menos de una hora, cuando avisaron, en que se iba a votar, pensé en hablarle
a mi esposo para que él participara pero vi el reloj que ya no alcanzaba, y pensé yo voy a ir
a participar […] Yo obtuve nada más un voto, y era la única mujer que participaba y me dije-
ron que si quería ser la tesorera y nunca me ha gustado manejar dinero porque no me gusta
que hablen de mí, y le dije que este que no quería, que yo nada de dinero, que me dejaran
en el último lugar, y me dejaron de vocal, como yo era la única mujer, pues tú que entiendes
de las mujeres e inmediatamente empecé a trabajar, y a mirar resultados y ya hasta el final
empecé a trabajar con las mujeres en menos de tres meses yo ya tenía un grupo de mujeres
de más de 250 mujeres, haciendo ejercicio, diario, organizadas, y con ese grupo de muje-
res empecé yo a atenderlas, a checar la presión, a conseguirles uniformes, sí, a hacerlas
parte de mi grupo y fue un grupo muy fuerte…
Sin embargo, los vínculos con grupos y organizaciones extra partidistas no son tan comunes
en las candidatas. De hecho, son escasos. Por ejemplo, sólo dos de ellas mencionaron tener un
acercamiento y respaldo de grupos empresariales (ambos casos en municipios del corredor
industrial). En este sentido, la trayectoria de las mujeres en la política no les ha permitido de-
sarrollar vínculos con grupos que podrían, como veremos más adelante, patrocinar y realizar
donaciones a sus campañas (dentro y fuera de los márgenes de la norma electoral). El acceso
a recursos estratégicos necesarios para respaldar la aspiración y/o candidatura, aportaciones
económicas de empresarios y simpatizantes, definitivamente marcan una diferencia entre los
perfiles de mujeres políticas con amplia carrera partidista (de ellas o sus familias) frente a
aquellas que acaban de incursionar en la política gracias a las cuotas de género o principio de
paridad política.
… quienes quisieron ser candidatas estos últimos tres años se capacitaron, hicieron por el
partido, fueron mesuradas con los dirigentes para irlos haciendo sus aliados etc. Pero no
buscaron la alianza con empresarios, con quien te da el recurso, entonces a la hora que
algunas fueron candidatas […] no habían buscado los espacios con los empresarios o con
quien les pudiera apoyar económicamente. Se vieron muy vulneradas en ese aspecto por-
que como que no tenemos todavía un área, una capacitación en donde nos digan cómo le
llegas tú a un empresario, cómo le dices “oye yo quiero ser candidata”…
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Hubo, por ejemplo, eventos importantes con empresarios, en los que ellos mismos te dis-
criminan, la verdad. A ellos les interesa, y te lo digo así honestamente, a muchos empresa-
rios les interesa tener reuniones con candidatos que les garanticen cosas, ¿no? O que ellos
vean como posibles ganadores, entonces también te enfrentas a ese tipo de situaciones…
De manera general, observamos en la trayectoria política de las mujeres una intensa partici-
pación en las actividades electorales y administrativas del partido. Algunas de ellas explican
Bueno es el primer cargo público que tengo, aunque he trabajado en muchas campañas,
mucha... mucha campaña. Te darás cuenta por la trayectoria política que tengo que he lo-
grado que muchos candidatos lleguen a sus puestos porque hemos trabajado muy arduo.
Pero nunca, nunca me había tocado un cargo político es la primera vez que tengo uno, des-
pués de tantos años [30 años] es la primera vez que me toca estar...
[en contraste…]
Yo la verdad te soy sincera, yo ningún partido ni nada, nada más me llegaron e invitaron
al despacho. Me invitó el presidente y el que es ahorita el secretario y primer regidor me
invitaron a formar parte de su planilla…
Debido a las medidas de paridad de género, prevalece una idea de “descrédito” o “poco mérito”
de las mujeres que ocuparon candidaturas en el proceso electoral, no obstante, debe conside-
rarse que muchas de ellas contaban con suficiente capital político, entendido como experiencia
acumulada en cargos de elección popular, cargos en la administración pública municipal y esta-
tal, por mencionar aquellos que les permiten tener permanencia en la vida política y presencia
en el partido político. Por lo menos siete de las mujeres que entrevistamos ya tenían experiencia
en candidaturas y ya habían tenido cargos políticos, principalmente de regidurías y diputaciones
estatales y federales.
La literatura había identificado, además de los nexos familiares, que la probabilidad de las
mujeres de incursionar en la política y obtener una candidatura dependía de la existencia de un
padrinazgo dentro del partido político. En esta investigación también encontramos cambios en
este tipo de patrones: sólo algunas cuentan con el respaldo de liderazgos nacionales fuertes e
icónicos o de dirigentes estatales. Una de ellas cuenta la importancia que tuvo esta vinculación
para la defensa de su candidatura en un enfrentamiento de dirigencia nacional y estatal.
Sin embargo, la figura del padrino está relacionada con parte de la cultura política de nuestro
país que se deriva de las prácticas del partido hegemónico vinculadas con la lealtad partidista
extrema para garantizar la continuidad de tu carrera, con el dedazo, el compadrazgo, etcétera.
Este tipo de figuras invalidan el reconocimiento de una historia de lucha dentro o fuera del parti-
do, el mérito de estar preparada para un cargo o los ejercicios democráticos de postulación de la
persona más indicada. Por ello, ya se manifiestan testimonios de negación o rechazo a este tipo
de acompañamiento o padrinazgo político:
Sí debo agradecer a quien, en su momento, [me apoyó] para que yo fuera diputada, me
impulsó y me promovió sin la dirigencia estatal de ese momento. Pero yo debo decir que
siempre es el trabajo que una realizó. Nunca tuve un padrino en específico, no tuve… Nun-
ca estuve vendida, y vendida no en el sentido de que te paguen, sino por tu ideología. A mí
me gustan los ideales, me gusta los estatutos y el código de mi partido y eso es lo que yo
sigo en lo más que puedo…
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[Explica su cambio de partido antes de las elecciones]. Entendí que yo no tenía que hacer
más en el [partido político], porque yo no tenía padrinos aquí, yo no tenía quién me im-
pulsara, yo no tenía quien viera por mí, tenía todo en contra y yo no podía, ni me dejaban
trabajar […] yo era una exhibicionista, una acelerada, un esto y que si los demás no tra-
bajaban, o sea, el que yo trabajara a ellos les molestaba y yo siempre seguía participando
aunque ellos no quisieran, pero yo siempre estaba triste o enojada porque nunca era apo-
yada…
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No accedí que me apadrinaran. Tuve el beneficio de que la gente dijo que les gustó mi per-
fil… Quería hacer una campaña de una mujer fuerte… Pero ellos mismos me empezaron
a poner el pie: “Gracias a mí, tú estás aquí [le comentaban los de una corporación del par-
tido]”. “Quiero la primera regiduría y pongo a mi hermana”. Le decía yo, “quiero escoger”.
¿Qué hicieron? Se fueron a apoyar a otro partido.”
Por otro lado, destacamos la existencia, ahora, de “madrinazgos” de mujeres líderes dentro de
los partidos políticos que respaldan pero, sobre todo, inspiran al resto de las militantes en su
aspiración por contender:
Creo que el hecho de que [nombre de mujer] esté allí posicionada como líder pues abre
mucho el espacio para las mujeres. Como que no te enfrentas, o por lo menos ya es algo
que es natural para los hombres, a ver a mujeres sentadas en el consejo y tomando deci-
siones y hablando y participando de la misma forma en la que participan ellos. A diferen-
cia de lo que yo he visto en otros partidos, mi partido sí es distinto y yo reconozco que mi
realidad pues no es la de la mayor parte de las mujeres que se dedican a la política por
esto, porque te digo que [líder] creo que ha hecho un gran papel en el estatal para que las
mujeres seamos incluidas y nos vean como algo natural.
Entre los factores del capital político que favorecen la probabilidad de posicionamiento electoral
de las mujeres, parece ser determinante para la obtención de la candidatura y para el éxito en
la elección el respaldo de un grupo interno del partido. Por ejemplo, una de las candidatas que
identificamos como parte de la élite estatal de su partido (con amplia trayectoria y presencia en
La última subcategoría del capital político es la autopercepción, que se vuelve una reflexión,
producto de la evaluación de las anteriores: cómo se ve la candidata como contendiente, esto es,
su preparación o liderazgo requerido para ejercer el cargo y los principales obstáculos/defectos
(personales) que generan una percepción de inseguridad frente al reto electoral. En este sentido,
resaltamos las narrativas de las candidatas que reflejan empoderamiento. Esa voluntad de decir
“yo puedo” y manifestar el deseo de aspirar a un cargo público, con una autoevaluación positiva
de su formación y experiencia política.
Yo manifesté la aspiración. Era como algo natural como “atrévete a hacerlo porque si no lo
haces tú lo va a hacer alguien más y cree en ti, porque ahí están todas las posibles opciones
que quieren participar para la misma postulación”. Y yo simple y sencillamente dije “no
son mejores que yo, así que participo”.
Hay que agradecer que por la cuestión de género estamos aquí, porque de otra manera no
hubiéramos llegado. Pero no nos gustaba eso, ¿sabes? Porque es, independientemente de
que soy hombre o soy mujer, tengo las habilidades, yo estoy en contra de eso de equidad de
género, de la cuota de género. Yo no estoy a favor de eso. ¿Por qué? Porque no es que las mu-
jeres necesitemos que nos den la mitad, ¿cómo por qué? Es como, ¡ay pobrecita!, nos vuelven
a dejar en segundo lugar. ¿Por qué, necesitan ser también? Ándale pues, te doy el espacio. No.
Que el lugar lo gane quien deba ganarlo, sea hombre o mujer Ahora, sí es necesario llegar a
equilibrar, porque en el momento que se equilibre, en automático las mujeres vamos a pedir
nuestro lugar en la mesa. Y no es porque me lo quieras dar. Es porque yo ya me lo gané.
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Del 2000 para acá, más o menos, fue una revelación de que las necesitamos para los cargos
por esta situación de la igualdad a nivel mundial. Eso nos hace despertar y empezamos
nosotras como grupo del que yo te hablo a exigir y a tomar el mando a nivel municipal.
Yo, en lo personal, siendo secretaria del comité municipal tomé el mando como si fuera la
presidenta y empecé a tomar decisiones, eso me acarreó un gran número de enemigos po-
líticos principalmente hombres y me acarreó en algunas ocasiones el repudio y la molestia
de algunas mujeres que decían: “bueno porque se toma esas atribuciones si no es”, algunas
otras me apoyaron […] En muchos estados del país empezó esto y hubo hombres tal vez
con la visión de “pos vamos a darles algo”, qué nos daban. El organismo que representa las
mujeres empezó a tomar un gran auge y movimiento.
Aunque es importante la actitud positiva, de perseverancia y resiliencia que tienen las mujeres
puedan enfrentar los obstáculos estructurales, el acoso y la violencia política electoral, no es
suficiente si no se identifican y atacan dichos problemas desde un punto de vista sistemático,
no sólo individual.
hay también una distinción. En el cuestionario que aplicamos, las seis mujeres que
respondieron dijeron que sólo se sienten incluidas en el desarrollo operativo de los
eventos y de la organización electoral, pero que no forman parte de la toma de deci-
siones que marcan las estrategias partidistas, posición que confirman algunos de los
testimonios en las entrevistas. Así mismo, también se hacen distinciones entre los
asuntos que son propios de los hombres y, casualmente, más visibles, de los asuntos
que llevan a cabo las mujeres:
Hay como micromachismos que están allí y que son práctica cotidiana y que son pues
aceptados [...] ¿No se les hace raro que, para el tema jurídico, para el tema legal para el
tema de transparencia, para lo de finanzas van mujeres? En el tema de comunicación, para
los temas en donde están visibles y tomando decisiones allí están los hombres, pero para
lo de “vamos a arrastrar el lápiz y vamos a hacer la talacha”, son las mujeres. ¿No se les
hace raro que haya esta orientación “natural”? De “tú eres mujer y entonces tú eres buena
para cuidar las finanzas porque eres buena para cuidar las finanzas del hogar y eso [...] “A
ver fulanita, yo creo que te pongo aquí porque debes ser muy buena para hacer lo del ar-
chivo”. Como que sí es algo en donde todavía se nota que falta trabajar…
4) Reproche por el abandono de roles tradicionales de cuidado: Hay quien mencionó que cierto
dirigente partidista le negaba la posibilidad de una candidatura utilizando frases como
“primero tu familia”, “cómo le vas a hacer para cuidar a tus hijos” entre otras que le
recordaban claramente el papel “natural” de las mujeres en la sociedad. Otra relató que
ya estando en cargo público, la mandaron “al tejido y a la cocina” o le decían que se
fuera a cuidar a sus hijos.
5) Humillación, insultos, gritos y amenazas que tienden a normalizarse como prácticas comunes
al interior de los partidos (“así es el juego político”). Estas prácticas y actitudes ya no pue-
den considerarse como sutiles sino como agresiones directas. Una de las entrevistadas
describió la reacción de su dirigente cuando le manifestó su aspiración a contender
por una candidatura: “Yo sí recibí insultos de la dirigencia estatal, gritos e insultos
para no registrarme, amenazas para no registrarme […] no fui la única a la que le gritó,
que maltrató verbalmente, porque a pesar de que las mujeres buscamos la igualdad,
no buscamos ser tratadas ni que se nos hable como acostumbran en el en el grupo
masculino…”. Otra, por ejemplo, relató cómo fue humillada públicamente por parte del
líder de la campaña cuando llegó tarde para salir a una actividad comunitaria: “me pone
a lavar los baños y me sentí... con todo el respeto... ¡humillada! o sea, a lo mejor estoy
mal porque crees que eres tú una candidata y que a lo mejor necesitas un trato diferente,
pero me molesté mucho”. Una de las candidatas que respondió el cuestionario dijo que
había experimentado ridiculización o humillación pública por parte de los militantes de
su partido, además de chantajes y prohibición expresa de postularse/permanecer en un
cargo político; dos candidatas marcaron haber vivido gritos e insultos durante su expe-
riencia en campaña por parte de dirigentes y militantes de su partido político.
Aunque hicimos una distinción entre las diferentes manifestaciones de acoso psicológico que
vivieron las candidatas, es importante mencionar, que la vivencia es cotidiana, reiterada y que
pueden experimentar más de una manifestación. Cuando se acusa a las mujeres de “exagerar”
porque se molestan ante la burla, porque se hizo un chiste misógino cuando estaban presentes
(por lo menos hay dos candidatas que marcaron en el cuestionario haber escuchado esto en su
Sexismo institucional
Definimos anteriormente el sexismo institucional como las estrategias y prácticas organizativas
de abandono, restricción o limitación de recursos partidistas a las mujeres para desarrollar sus
actividades políticas, en tanto “intrusas” en espacios que cultural e históricamente son conside-
rados exclusivos para los hombres. Las tres dimensiones interrelacionadas del sexismo institu-
cional que identificamos en los testimonios de las candidatas son: 1) el confinamiento electoral
discriminatorio; 2) la desigualdad en el acceso y disposición de recursos económicos, y 3) la des-
igualdad en la presencia mediática de las mujeres para el desarrollo de sus campañas políticas.
Las narrativas de las mujeres políticas nos marcaron el camino para realizar una investigación
más específica de cada una de las dimensiones del sexismo institucional, pesquisas que se ex-
ponen a detalle en los siguientes tres capítulos de este libro.
van para las mujeres, todos tenían que firmar y todos firmaban de verdad. “Sí, que lo compita
una mujer, no pasa nada si perdemos, que lo compita ella”. La verdad es que todo se hizo por
cuestión de debilidad del partido, ese fue el proceso que […] se hace como un diagrama en el
cual se ve cómo ha sido el porcentaje, partiendo de ahí está la mujer y estos van hombres,
por eso es por lo que, de verdad, no hablamos de cuota. En realidad, el proceso interno es un
asco por dónde lo veas. No tenemos probabilidad porque para empezar te estamos dando
algo que no lo ha ganado un hombre históricamente y tienes que competirlo…
Otro de los testimonios evidenció que, dada la normatividad electoral referente a la dimensión
vertical de las planillas para ayuntamientos (mandato de posición alternado), aquellos partidos
políticos sin posibilidades de ganar la alcaldía hacen un cálculo simple de cómo colocar las can-
didaturas por sexo en la planilla para que la primera regiduría –prácticamente asegurada por
el historial del porcentaje de votos obtenido– esté en manos de un hombre, generalmente un
dirigente municipal o cercano al mismo.
Ahí es cuando yo veo que la paridad casi siempre se nos voltea porque entonces todos
los partidos que no tenían posibilidades metieron a puras candidatas mujeres para que
sus regidores que entraran fueran hombres. Yo decía ¿por qué hay candidatas mujeres? Y
muchas de ellas ni siquiera eran militantes del partido, ni nada [...] Y el que ponían era un
hombre, con un poco más de trayectoria, o con familia con trayectoria o con dinero. Enton-
ces esos partidos que no tenían muchas posibilidades mandaron a “caras”, utilizaron a las
mujeres para posicionar a los hombres en las regidurías...
Por ejemplo, los municipios de Acámbaro, Celaya, Guanajuato, Irapuato, León y Salamanca con-
forman la fórmula que encabeza la planilla con una presidencia municipal y dos sindicaturas;
de esta manera, si posicionan a una mujer como candidata a presidenta municipal, seguirá un
hombre como primer síndico, después una mujer como segunda síndica y, de esta forma, el pri-
mer regidor será un hombre, en una posición privilegiada.
La decisión de cómo hacer la distribución horizontal y vertical de las candidaturas está in-
terrelacionada con quiénes ocuparán efectivamente dichas candidaturas, es decir, los criterios
para definir los perfiles de las mujeres que serán candidatas para las diputaciones, las alcaldías,
las regidurías y las sindicaturas. De manera general, hay un reclamo a los partidos políticos
por no designar a militantes con trabajo y trayectoria partidista; las narrativas muestran su
malestar porque se tuvo que recurrir a perfiles “importados” de candidatas de otros partidos,
funcionarias de la administración pública o de la sociedad civil o, incluso, tuvieron que sucumbir
a ofertas económicas por las candidaturas (una de las candidatas en un conversatorio confesó
que había tenido que “soltar dinero” para ser candidata y en una de las entrevistas nos contaron
que los candidatos hombres para las presidencias municipales pedían dinero por las primeras
regidurías a las mujeres, especialmente a las que no eran de su partido) u ofrecer prebendas o
apoyos para poder llenar las planillas. Los testimonios abordan la tendencia de colocar mujeres
en ciertas candidaturas, sin capital político o antecedentes en los partidos políticos o con una
figura masculina detrás de ella, muchas veces en escenarios de complicada victoria electoral;
los anteriores elementos las colocan en una situación de vulnerabilidad en la que experimentan
otras manifestaciones de sexismo institucional en su partido, con el común denominador de la
pérdida de control de su propia campaña o abandono del partido político durante ésta. Una de
las consecuencias es que reduce sus expectativas para continuar su carrera política.
Nótese en el anterior testimonio cómo tener un familiar con presencia fuerte en el partido y el
apoyo de una agrupación gremial, le permite posicionarse como candidata frente a una tenden-
cia partidista a colocar mujeres con una posición de subordinación a un hombre del partido. Es
por ello, que en esta investigación hemos llamado “factores de contención” del acoso y violencia
política al capital familiar y al capital político.
Por otro lado, las entrevistas nos permiten observar que algunas de las candidatas no necesa-
riamente militantes de los partidos, pero con presencia mediática o posicionamiento social por
ser de otro partido o por su liderazgo social, permitieron elevar el número de votos y garantizar
o conseguir un mayor número de regidurías, aunque ellas no obtuvieran el cargo.
Muchos de los municipios que aceptaron que no tenían probabilidad de ganar necesitaban a
la mujer, no importaba si ganaba o perdía, no tenía una mujer. Entonces se habló con muje-
res que tenían simpatía o militancia el partido y hubo una negociación “sabes qué tú tienes
que poner tus requisitos, pon tu registro, te toca esto y detrás de ti va a haber alguien que va
a tomar las decisiones tú no te preocupes sólo necesitamos que seas la imagen”. Y esa era
la frase que nos marcaron a todas, “ser la imagen para poder hacer algo por Guanajuato”, porque
todavía tiene el descaro de decirlo.
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Mira, hay casos en donde algunos partidos que tuvieron que hacerse de personas ciudada-
nas, o de otro partido, traerlas como síndicas o como regidoras “dizque” para sumar a la cau-
sa del partido, de nuestro partido, dejando a un lado a mujeres con una trayectoria política
en su partido y qué bueno que, en algunos casos, se ganó y digo “¡qué bueno para el candida-
to! para el partido, no, porque ganarse también se hubiera ganado con la mujer que tenía que
llevar y sabes ¿cuál es la pena?, que no hay una sola denuncia de ninguna mujer integrante
de ningún partido peleando o denunciando el que no le hayan dado el espacio que merecía
por su trabajo y que se lo hayan dado una mujer sin afiliación, sin trabajo en el partido.
En este mismo sentido, es interesante contrastar los posicionamientos de las candidatas que de-
jaron sus partidos por no sentirse respaldadas y que encuentran esperanza en otras alternativas,
pero que son conscientes de cómo se desplazan a las militantes de esos partidos con trayectoria
y trabajo político:
Aquí nadie me recibió [la dirigencia local de su anterior partido político] allá me recibieron
la cúpula de [partido político] para ofrecerme la candidatura. Le dije que yo no la quería,
pero me dijeron: “es que tú eres para la [...] porque vas a generar muchos votos y tú tienes
mucho contacto con la gente, hemos seguido tu trabajo y con tu trabajo que tú tienes que-
remos que tú seas”. Y con eso me ganaron porque yo dije: “ellos sí han visto y valorado mi
trabajo”. Dije ¡va, sí voy!
Además de estas narrativas que refieren que algunas de las candidaturas eran una fachada para
cumplir con el principio de paridad o que si ganaban habría alguien detrás de ellas para tomar
las decisiones, alguien mencionó que se les ofrecían otra clase de apoyos a cambio de su nombre
en los registros:
Lamentablemente muchas de las mujeres aceptaron porque te ofrecen una mejor calidad
de vida...” [Pregunta: Pero ¿Qué le daban a cambio?] No sé bien porque en mi caso no fue,
pero sí me di cuenta de varias, de qué era económicamente y otros en que si no ganaba se
les daba un trabajo estatal o becas para sus hijos, les aseguraban algo para que pudieran
competir, eso en donde no teníamos militancia.
De acuerdo a lo expuesto en este subapartado, las mujeres dentro de los partidos son conscien-
tes de las prácticas de discriminación, de simulación de la paridad de género, pero desgraciada-
En esas dos semanas en lugar de yo hacer campaña, me la pasé haciendo cruceros, repar-
tiendo volantes, diciendo: “para que tu voto valga, tacha un solo partido”, ya ni siquiera era
por el [partido], era para que no me anularan votos. Eso me la pasé haciendo hasta las 12:00
de la noche, todos los días, con mi familia.
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Te mandan literalmente al ruedo y tú sabrás cómo le haces para ganar, inclusive los recur-
sos que otorga el partido se supone que están. No es cierto, ¡no! El partido te da de acuerdo
a si vas a ganar o no, en nuestro caso nos dieron trescientos pesos ¡¿Qué haces con tres-
cientos?! Porque el comité local no tenía dinero y el estatal no le daba y no le daba porque
era un municipio que iba a perder…
Además de la limitada situación económica con la cual tienen que sobrellevar sus campañas, un
número importante de candidatas en las entrevistas manifestaron que no tenían control sobre
el proceder de sus campañas, sobre la integración de sus planillas (en el caso de las candidatas
a presidencia municipal), incluso sobre su propia agenda de actividades:
... y el día que te proponen pues el partido no gastó, tú no gastaste, ningún particular te
dio, porque la misma estructura política se encargó de llevarte y las mujeres no sabemos
todavía cómo mover… qué pasa, es muy probable que en las investigaciones te vayas a dar
cuenta: las mujeres que fueron candidatas, la persona encargada de sus finanzas fue un
hombre ...”
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… a mí nunca me dieron dinero, es decir, si habláramos de control de los recursos yo nunca
tuve control de recursos, porque todo lo hicieron los hombres del partido, la persona que
me invitó tiene esta característica de tratarme con mucha delicadeza y suavidad como si
yo fuera una pequeña niña...
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Si es él, el candidato, sigue mandando. Si es el primer regidor, sigue mandando. Cuando el
primer regidor es hombre [la candidata a presidenta mujer], él si pone es porque quiere, y
él en su mayoría es el coordinador de la campaña. Él decide lo que se va a hacer. Y al revés,
cuando la primera regidora es mujer, y el candidato es hombre, él es quien decide, el que
dirige la campaña y el que le dice cuánto le va a dar.
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Me molestaba mucho la confrontación con el partido porque nunca tuve posibilidad de ma-
niobra en la agenda, es decir, nunca tuve control de mi agenda y pues de alguna manera el
partido ofrecía ciertos medios que eran necesarios para la candidatura. Entonces, era muy
molesto para mí que me enviaran a las comunidades más apartadas y extremas para visi-
tarlas en el mismo día, eso no tenía sentido porque perdíamos mucho tiempo en el traslado
y digamos que protesté varias veces por eso [...] hubo muchas imposiciones y yo no sé si
hubieran existido con un hombre [...]
… toda mi publicidad y la propaganda pues fue en redes, con mi teléfono y he sufrido todas
las consecuencias de hacerlo desde ahí en campaña porque fueron videos en vivo, era todo
lo que hice en campaña, y salir y tocar casa por casa e invitar a la ciudadanía a que saliera
a participar.
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[…] sí, sí por supuesto, todos y todas estuvieron pues haciendo su lucha hasta donde pu-
dieron. Hay quienes no tuvieron dinero y entonces metieron de manera creativa con ayuda
de gente cercana, otros que pudieron invertir un poquito… pues a darle, porque, además,
aunque también ellos pudieran meter dinero había topes que no podían rebasar […]
El desarrollo de este tipo de estrategias individuales se deriva también de que no tienen acceso a
la difusión de sus campañas por medios de comunicación tradicionales. Algunas de las candida-
tas explican la complejidad de poder posicionar sus propuestas o promover sus eventos en radio,
televisión o periódicos. Mencionan que los medios siguen teniendo preferencia por los perfiles de
candidatos hombres o de las candidaturas de mayor nivel o municipios importantes, que como
hemos mencionado, son ocupadas generalmente por hombres. Incluso relacionan la capacidad
económica de algunos candidatos y candidatas con la posibilidad de que cubran su campaña:
A los que no les pagan una lana, que son más críticos que son personas con un poco más de
investigación, pues no llegan a los niveles de preguntar o ver con todas las mujeres […] En
todo nuestro estado creo que las únicas áreas donde realmente se leen los periódicos y las
notas pues son los dos municipios más grandes, los municipios pequeños ven la nota roja,
ven el chismecito de la nota de las fiestas, pero no leen las notas políticas. Entonces en eso y
en cuestiones de medios, se dejan llevar por lo económico.
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Y que también me gustaría que quedara asentada el tema de los medios, sabes, y yo creo que
me van a odiar: te dicen que cubren las notas, pero sabemos perfectamente que si no hay
algo [gesto manual que implica dinero] también por allí por debajo de la mesa no te cubren.
Ósea eso también es un tema que no se vale ¿no? porque dices tú “si yo tuviera la misma
proyección en medios que [candidato hombre]” porque mis propuestas eran excelentes, algo
que necesitaba [nombre de ciudad], pero si no las publicitas, si la gente no las conoce pues
la gente no va a votar por ti.
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La verdad es que mi experiencia con medios no es muy buena, no vi que existiera mucha
publicidad con relación a las mujeres políticas, que si lo quisieras revisar todo era enfo-
cado a los hombres, principalmente porque, bueno, los cargos que realmente importaban
eran las gubernaturas y tuvimos una sola presencia de una mujer a la que no le favoreció
la crítica, ósea, no fue como muy publicitado todo lo que ella hacía, porque los principales
competidores pues eran hombres y todo era hacia ellos ...
Las manifestaciones de acoso psicológico y del sexismo institucional fueron las más sentidas
por las candidatas que participaron en las entrevistas y en los conversatorios. Al iniciar la in-
vestigación, el equipo había propuesto como hipótesis que la violencia política electoral en el
proceso electoral 2017-2018 en Guanajuato se había manifestado con mecanismos “sutiles”, sin
embargo, la constante degradación del papel de las mujeres al interior de los partidos políticos,
así como la discriminación para posicionarlas en candidaturas con posibilidades de ganar, la ne-
gativa de que ellas dirijan sus propias campañas o la desigualdad en la distribución de recursos
económicos y en el acceso a medios, definitivamente, no puede definirse como sutil.
En el apartado teórico establecimos que “aquello que comienza con acoso con impacto psicoló-
gico puede ir ascendiendo (como espiral) a acciones que atenten contra la integridad emocional y
física de las candidatas y políticas”. También identificamos la vulnerabilidad de las candidatas sin
capital familiar y político en contextos geográficos de riesgo, como factores que inciden en el au-
mento de la gravedad de las manifestaciones de violencia. Las prácticas de sexismo institucional ex-
ponen a las mujeres a la discriminación y desigualdad al interior de estas organizaciones políticas.
Un caso devastador que ejemplifica estas condiciones fue el de una de las participantes en los
conversatorios. Mujer joven, madre soltera de un menor y a cargo del cuidado una persona adulta
mayor. Proveedora única de su hogar y sin empleo estable con un ingreso menor a cinco mil pesos.
Ella fue candidata por un partido y por un cargo sin posibilidad de ganar, en un municipio con
alto índice de criminalidad y violencia. No era militante del partido y tenía menos de un año de
participar en algunas de sus actividades. No tenía ningún familiar en ese u otro partido político,
de hecho, su familia fue más bien indiferente a su postulación. El principal problema que observó
en su experiencia como candidata fue el nulo financiamiento del partido, de hecho, explicó que
se encontró en bancarrota después del proceso electoral. No recibió ningún tipo de capacitación
cuando fue designada candidata, no se sentía acompañada por su partido durante la campaña y
describió esto como “abandono”. El proselitismo político lo hizo prácticamente sola. Explicó haber
vivido diversas manifestaciones de acoso psicológico y violencia política electoral: ignoraron y
subestimaron sus propuestas, no la invitaban a ciertos foros y eventos, la excluían de las reunio-
nes con posibles patrocinadores y redes sociales de apoyo, agendaban reuniones en horarios y
lugares a los que no podía asistir, sufrió humillación pública, le gritaron e insultaron y le pidieron
que abandonara la candidatura, además utilizaron a su familia para amenazarla y hacerla desistir:
Fue una experiencia de miedo, llegué a sentir ganas de irme de la ciudad, pero también
agarré coraje para seguir de frente y cumplir sin que me sometieran a sus decisiones los
integrantes de mi partido, porque no tuve otros enemigos que mis propios compañeros…
Como podemos observar en el caso anterior, el acoso psicológico y el sexismo institucional for-
man parte de un continuum de violencia de género, y pueden agravarse hasta convertirse en
agresiones físicas y sexuales hacia las candidatas, sus familias o allegados, cultivadas e impunes
en un contexto de inseguridad y violencia generalizada.
arreglo que sí bueno o malo, creo que eso es muy personal y son cosas que te entran por
un oído y te salen por el otro.
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¡Ah! Y luego había muchas solicitudes de amistad en Facebook, por ejemplo, y yo no sabía qué
hacer y a veces enviaban contenidos sexuales. Entonces para mí era excesivamente molesto
y obviamente se trataba de hombres y digo, sólo se presentó en ese periodo de la candidatura
no antes y no ahora.
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¿Sabes qué se estila mucho? Te agreden diciéndote que lograste posiciones acostándote
con medio mundo, ósea que yo llegué a la candidatura o que he llegado a espacios públicos
porque me he acostado con los líderes, con los dirigentes y con no sé cuanta gente, eso la
verdad te daña mucho, la verdad, psicológicamente, daña a tu familia y si tiene una afec-
tación directa, eso lo viví mucho…
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Hacia mi familia porque, en mi caso, no podían sacarme nada y la buscaban por todos la-
dos, pero empezaron a buscar con mi familia. Por ejemplo, mi papá tiene un problema de
alcoholismo muy fuerte y hubo violencia intrafamiliar. Todos los comentarios que salían
eran de “¿en serio? ¿quieren una candidata con un papá alcohólico y maltratador? Y ella
tiene el cinismo de defender a las mujeres”. Y así la cosa, era un golpeteo muy fuerte y
mucho mandado por los partidos de oposición.
Debido a la dinámica general de estos medios, anónima y violenta, no todas las candidatas
abundaron en este tipo de agresiones pues las naturalizan y tratan de sobrellevarlas. Por ejem-
plo, a una candidata la identificaron como una actriz porno y los comentarios en las redes se
desbordaron de mensajes sexistas, bromas y memes. Pero ella explicó:
“Sí, bueno hay una mujer que es actriz porno. Una estrella porno. Que se llama [nombre].
¿Sí? Es una actriz. No sé, tiene rasgos hindúes y a mí mucho tiempo me han dicho que ten-
go mis rasgos hindúes. Ahorita te voy a enseñar el meme y hubo memes. Y no me molestó,
porque a fin es publicidad, y si esto se tiene que hacer para llegarle a la gente que hagan lo
que quieran. Pero sí. Muchísima.
Otra contó su experiencia con mensajes de difamación y también trataron de ignorarlos y mini-
mizan su impacto:
… más bien eran publicaciones inventadas, por ejemplo, dijeron que tenía una […] y ya que-
ría reclamar, “¿dónde está? Ese tipo de cosas ¿no? Infamia sí, como decir que yo tenía a toda
mi familia trabajando en el gobierno, que yo los había metido yo dije “no pues imagínate que
poder tengo”. Así, ese tipo de cosas. Me echaban la culpa de la inseguridad de aquí ¿cómo
por qué? Y esos videítos que hicieron, que hubo en las redes como para desprestigiarte, pero
ninguno tuvo impacto, ninguno porque me conoce la gente entonces saben cómo soy, cómo
pienso cómo he actuado…
El punto de quiebre fue cuando yo iba con mi hija, y le veo su cara desencajada y me dice,
“Mamá, ve lo que están haciendo”. Y agarraron a todos sus amigos de la página de Facebook
y les mandaron una fotografía invitándolos de amigos [muestra una fotografía con elemen-
tos de ataque sexual] y ahí fue donde fue mi punto de quiebre y dije “no puedo seguir, o sea,
tengo que denunciar porque se metieron con mi hijo, se metieron con mi hija, se metieron
con mis papás”.
A diferencia de otras candidatas que trataron de subestimar los ataques de las redes sociales, este
testimonio nos permite entender el impacto de violencia sociopsicológica en sus actividades coti-
dianas, de tal forma que tienen el propósito de hacerles dudar de continuar en su aspiración, de
continuar su campaña, no sólo por el impacto que ellas reciben, sino por el que reciben sus familias.
Con justa razón, la candidata nos increpaba en la entrevista: “¡¿Qué esto no es violencia política de
género?! Considerando que buscan inhibir mi participación. ¡Querían hacerme desistir!”
Yo estaba al 100, llegaba bien contenta, salíamos a la campaña, todos bien felices y de
repente se veía la cara de los chicos que me ayudan y así “sabe que están sacando esto,
publicaron esto” y eso fue un desgaste para mí, para mis hijos, para mi familia fue un des-
gaste terrible.
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De repente, en la política se juega sucio […] Me he enfrentado a publicaciones nada agrada-
bles y me ha tocado ver llorar a mi hija en algún momento cuando hay alguna publicación,
pues, que es lastimosa o alguna agresión hacia mi persona. Me ha tocado que se frustra y
llora y me dice “es que no te conocen realmente mamá, no conocen realmente a la política
como yo la conozco, como mucha gente cercana la conocemos”. Entonces para ella ha sido
difícil y ella es su momento me ha manifestado “no me gusta la política porque se juega
sucio, se juega rudo…”
Muchas otras candidatas que sí les pasaron cosas muy tristes, sí lo reconozco. O sea, llega-
ron a robarles carros, les llegaban a las colonias y las apedreaban, este… sí, cosas feas, que
dices… les desaparecieron gente de sus familias. Sí, de que existe, sí.
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Fuimos testigos de muchas mujeres que fue de “tú vas a quedar, nosotros te apoyamos, pero
tienes que salir con tal dirigente o tienes que tener algo con tal dirigente”. O los mismos
dirigentes era de “a ver vamos a platicar”. Y no podemos decir que no existe porque, desgra-
ciadamente lo vimos y, aunque no lo viví personalmente, existieron ese tipo de cosas.
No me había imaginado que a una mujer la utilizaran sexualmente. [La candidata men-
cionó que habían insinuado que si quería la candidatura debería tener relaciones sexuales
con alguna persona del partido].
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Pues mira, luego de repente se te acercan con propuestas medio indecorosas y la verdad…
sí me hicieron algunas propuestas indecorosas, pues como que no eran así tan agresivas,
pero tú lo notas, pero sí, como light pero sí, también lo viví…
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Las mujeres seguimos totalmente en algo, sumamente en desventaja ante los hombres,
aún sigue esta parte de invitaciones sexuales o todo este tipo de cosas. Yo te lo puedo decir,
yo no lo viví en campaña, pero por supuesto que lo viví en el comité [nivel], si era de “si
quieres llegar más alto tienes que hacer esto” obviamente dije pues no. No acepté al punto
que por eso regresé, pero sí existe.
Finalmente, dos testimonios nos recuerdan la aclaración que hacíamos en el marco teórico sobre la
importancia del contexto geográfico de las candidatas. Decíamos que la violencia política electoral
hacia las mujeres encontraba un caldo de cultivo en lugares con violencia generalizada, inseguridad
y niveles preocupantes de impunidad. También enfatizamos que debe ponerse especial atención
a las zonas con cifras alarmantes de violencia de género familiar, violaciones o feminicidios. Estos
testimonios dan cuenta del riesgo que corren muchas de las candidatas durante sus actividades
políticas, en esos lugares inseguros y con violencia de género identificada. Una de las candidatas
entrevistadas relató un incidente de riesgo en una comunidad durante su campaña política:
Yo estaba con un señor diciéndole que nos apoyara, que se uniera al partido y todo esto,
cuando unos chavos en la esquina me gritan: “véngase, señora, véngase”, y yo no entendía
Otra candidata narra una experiencia con lo que pareciera ser una organización de crimen or-
ganizado:
Resulta que me encontré con una camioneta muy extraña con varios sujetos arriba y así
textual me dijeron “¿qué chingados está haciendo usted aquí? ¡Se me sale de aquí!” Enton-
ces ya no te queda más que retirarte, ósea ¿qué haces frente a eso? Y la verdad esa fue una
experiencia que dije “no, no vale la pena estarse arriesgando” […] La verdad salí corriendo
de esa comunidad, salí despavorida y me tocó ver que tenían a gente concentrada en casas
y las sacaba en filita a votar, entonces, ¿qué haces frente a eso? Pues ya ni modo dices hay
que retirarse, aquí se corren muchos riesgos…
Recapitulación
Las mujeres políticas que participaron en las entrevistas y conversatorios y que fueron candi-
datas en el proceso electoral 2017-2018 en Guanajuato, son mujeres con un perfil educativo alto,
con familia, muchas de ellas solteras y divorciadas y con la responsabilidad de la proveeduría de
su hogar. En este sentido, la doble o tiple jornada laboral está presente en sus testimonios como
una desventaja de las candidatas frente a los candidatos hombres, lo cual las obliga a pedir apo-
yo para solventar las responsabilidades tradicionales de género, generalmente, de sus parejas,
padres o amistades, y las que tienen posibilidad económica, de trabajadoras domésticas, lo cual
no las exime de sentir en algunos casos culpabilidad de evadir lo que consideran responsabili-
dades de su género. Encontramos una situación de apoyo o respaldo más o menos generalizado
a las candidatas a su aspiración política, pasiva o activamente durante la campaña, pero con la
advertencia del peligro o riesgo que tienen las personas que se dedican a la política.
A diferencia de otras generaciones de mujeres, la incursión de estas candidatas en la políti-
ca y la obtención de su candidatura no está directamente vinculada con familiares dentro del
partido o con padrinazgos políticos, pero sí se destaca la relevancia de pertenecer a grupos in-
ternos del partido y tener presencia mediática social, sobre todo de aquellas que no tienen una
trayectoria en el partido, experiencia o que fueron llamadas para cubrir las cuotas de género
electorales. De hecho, contar con trabajo partidista no las distingue de otras que se identifican
como “recién llegadas”; el capital político es mínimo pues no logran desarrollar vínculos con
grupos empresariales, gremios u otros grupos sociales que les respalden o apoyen económica-
mente. Esta vinculación sigue siendo en momentos y espacios reservados para los hombres. Sin
embargo, muchas candidatas han desarrollado una actitud de “empoderamiento” a pesar de las
desventajas padecidas.
Específicamente, en lo que refiere a las manifestaciones de acoso y violencia política, los
testimonios de las mujeres refieren mayoritariamente acoso psicológico, sexismo institucional
y violencia sociopsicológica en redes sociales; en menor medida se reportan casos de violencia
sexual y violencia física. El acoso psicológico se manifestó dentro de los partidos políticos como
actitudes de condescendencia y menosprecio a la actividad de las mujeres, prácticas de exclu-
sión y discriminación en actividades partidistas cotidianas, imposición de roles de género en
dichas actividades, reproche por el abandono de roles tradicionales de cuidado y humillación
pública, gritos y amenazas que tienden a normalizarse. El sexismo institucional, como estrate-
gias partidistas discriminatorias, estuvo presente cuando a las candidatas se les confinó a cier-
tas posiciones electorales sin posibilidad de triunfo, cuando se hizo una distribución desigual de
los recursos y cuando sintieron “abandono” de sus partidos políticos durante las campañas po-
líticas, valiéndose de recursos propios y familiares para sacar adelante el compromiso político.
Finalmente, la violencia política electoral, se vivió principalmente en el ciberespacio con ataques
sexualizados, sobre su apariencia física y en contra de su familia. Mientras que la violencia se-
xual y física se reconoció como “algo que pasa, pero no me ha pasado a mí”; algunos testimonios
dieron cuenta del riesgo que corren las candidatas en contexto geográficos de violencia e inse-
guridad generalizada.
Las leyes de cuotas o de paridad de género fortalecieron el marco de protección de los dere-
chos políticos de las mujeres latinoamericanas (Alanís, 2017) y tuvieron efectos positivos en
su representación descriptiva, con la finalidad de disminuir la brecha de género. No obstante
el avance en materia legislativa, las modalidades tradicionales de muchos partidos políticos
y estructuras gubernamentales siguen siendo un obstáculo para la participación de la mujer
debido al ambiente de exclusión en la toma de decisiones al interior de éstos. A este respecto
Caminotti y Freidenberg (2018: 7) señalan que el “examen de las reformas institucionales” con-
siste en una revisión de fondo “para analizar cómo éstas interactúan con y se condicionan por
las prácticas de selección de candidaturas y las formas de organización interna en los partidos
políticos así como su financiamiento” ya que detrás de la retórica de equidad e igualdad polí-
tica subyace una realidad excluyente al filtrarse ciertas dinámicas partidarias que determinan
el otorgamiento en mayor o menor cantidad de recursos a candidatas y candidatos, siendo
estos últimos los que resultan favorecidos con apoyos en mayor cuantía. Entendiendo que las
cantidades son determinadas por los órganos de dirección de los partidos con base en acuer-
dos y normas internas –sus estatutos u otro instrumento normativo partidistas– es importante
revisar cómo se distribuyen los recursos de campaña, para identificar posibles brechas de des-
igualdad de género.
Esta demanda, a la cual se suman muchas voces más, se debe en gran parte a que las normas
que regulan el financiamiento de los partidos en las contiendas electorales otorgan libertad a
los partidos políticos para que a través de sus órganos de dirección se decida la distribución del
financiamiento de las campañas. En este sentido, podemos decir que los criterios partidistas
son los que determinan la forma en que será distribuido el financiamiento a candidatas y can-
didatos en las campañas electorales, lo cual resta eficacia a la norma electoral y, por ende, al
imperativo constitucional de observar los principios de igualdad y/o equidad de género en las
campañas electorales.
Entonces, la independencia y libertad en toma de decisiones que por ley son reconocidas a
los partidos políticos, resulta ser el impedimento al cual se enfrentan las candidatas mujeres
para lograr una efectiva participación política, así como la forma legal para evadir el compromiso
político toda vez que “han encontrado las formas de cumplir con sus estatutos y con la propia
legislación electoral y, al mismo tiempo, eludir una distribución más equitativa de postulaciones
para las mujeres militantes” (Melchor apud Cárdenas, 2011: 13) presentándose al interior de los
partidos “pautas culturales y prácticas informales que limitan la igualdad y refuerzan el lugar
subordinado de las mujeres”. Estas dinámicas de discriminación tienen que ver con el dinero y la
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equidad en la distribución del financiamiento público y privado otorgado a los partidos políticos,
y el predominio de los intereses partidarios sobre los de género.
Por otra parte, existen voces que claman por un régimen jurídico de los partidos políticos
ideal, el cual debe reunir, entre otros requisitos, el libre juego democrático entre los diversos par-
tidos y candidatos, más allá de su ideología, fuerza económica y/o electoral y evitar la formación
de monopolios de poder político, considerado esto en un sentido real y no adverso en nuestra
legislación. Partiendo de lo anterior, el no desarrollar mecanismos de distribución paritaria al
interior de los partidos, permite que las élites o grupos de poder sean quienes tomen las deci-
siones, las cuales por norma estatutaria deben ser acatadas, entre ellas, la del otorgamiento de
recursos a candidatas y candidatos.
Si bien la ley electoral contempla el control jurídico y administrativo de los organismos electo-
rales para realizar los procesos de fiscalización y transparencia del uso de recursos públicos y pri-
vados que le son transferidos a los partidos políticos, omite regular la distribución de recursos pú-
blicos y privados entre candidatas y candidatos durante la contienda electoral. Una vez entregado
el financiamiento a las instituciones partidarias, la distribución interna de cara a la competencia
electoral se rige por criterios de los órganos de dirección, siendo ésta una condición de desigualdad
que enfrentan las mujeres para lograr el triunfo en la contienda electoral. Es decir, las asimetrías,
obstáculos o flexibilidad de las leyes electorales permiten que interpretaciones discrecionales fa-
vorezcan económicamente a los hombres lo cual se traduce en violencia económica ejercida con-
tra las mujeres aspirantes, precandidatas y candidatas electas en los procesos electorales. En esta
investigación la violencia económica la tratamos como desigualdad de género en la distribución
de recursos económicos y es una dimensión del sexismo partidista (véase marco teórico).
El objetivo de este apartado es, en primer término, identificar y dimensionar la brecha de des-
igualdad de género en la distribución de los recursos económicos de los partidos políticos para el
proceso electoral 2017-2018 en el Estado de Guanajuato, y establecer un vínculo con el impacto
en el ejercicio de los derechos político-electorales de las candidatas.
Para tal efecto, se presentan algunas consideraciones teóricas obtenidas de estudios o investi-
gaciones relacionados con la violencia política económica en razón de género, así como reflexio-
nes sobre la facultad del Estado garante de los derechos político-electorales. Y, posteriormente,
se llevará a cabo una revisión y análisis de las normas electorales federales y locales sobre el
alcance de las reglas de paridad y/o igualdad en razón de género, y cómo éstas interactúan con
los criterios o prácticas definitorias sobre la distribución del financiamiento político a candidatas
y candidatos en la contienda electoral, a fin de constatar en el análisis normativo la existencia
normas que permitan visibilizar la brecha de desigualdad económica en razón de género.
En un segundo momento, se realiza un análisis pormenorizado de las bases de datos de ingre-
sos y gastos del proceso electoral 2017-2018 publicada por el INE5, esto es, las correspondientes a
las candidaturas a presidencias municipales y diputaciones por el principio de mayoría relativa
en Guanajuato, para indagar si existe o no paridad en la distribución de los recursos para este
propósito.
La metodología de análisis de este apartado se divide en dos estrategias. En la primera parte
se realizó una revisión de las disposiciones constitucionales así como de la Ley General de Parti-
5 Reporte de operaciones de ingresos y gastos de campaña en el ámbito estatal, en el sitio web de Rendición de uentas y resultados de fisca-
lización, www.fiscalizacion.ine.mx
dos Políticos y Procedimientos Electorales para el Estado de Guanajuato, a efecto de indagar si dichos
ordenamientos regulan la distribución del financiamiento político, bajo la premisa de paridad
distributiva de recursos a candidatas durante los procesos electorales y, en un sentido particu-
lar, si en la ley sustantiva (Ley General de Partidos Políticos), existen restricciones legales sobre la
prohibición de un trato desigual en materia de distribución del financiamiento. Además, indagar
si en dicha ley existen normas que directa o indirectamente permitan a los partidos políticos
la libre determinación en su distribución y, por ende, conocer si de tales normas se desprenden
los efectos adversos para las candidatas en cuanto a la distribución del financiamiento político.
Para tal efecto se estimó conveniente, revisar los estatutos de los partidos políticos que figuraron
en la contienda electoral sujeta a estudio, ya que en tal documento –determinado como básico
por la ley electoral–, es donde se contienen los principios y reglas bajo los cuales los partidos
políticos “guían su actuar” y constatan si los principios de equidad y paridad de género. Se debe
verificar si en dichos documentos se cumple con este cometido o son simples manifestaciones
enunciativas, y no son el punto de partida para el desarrollo de políticas de inclusión en lo in-
terno y para la introducción de este tipo de demandas en la agenda política (Vergé, 2007), sobre
todo, la regulación de la distribución paritaria del financiamiento político, controles y sanciones,
vigilados por órganos directivos conformados de igual forma con paridad de género.
El otro camino metodológico fue el análisis de frecuencias e interpretación de la información
contenida en la base de datos respecto a los ingresos y gastos en sus distintos rubros corres-
pondiente al proceso electoral 2017-2018, para determinar con base en los hallazgos, si existió
inequidad en la distribución de recursos en las candidaturas a presidencias municipales y di-
putaciones por el principio de mayoría relativa y gubernatura en el Estado de Guanajuato y por
ende violencia económica en razón de género.
una Vida Libre de Violencia. Tal normativa contempla dos tipos de violencia a la cual se enfrentan las
mujeres en la esfera política: la violencia institucional –al interior de sus propios partidos–, pasan-
do por la violencia económica al desviar y limitar los recursos para su capacitación y campañas,
hasta el hostigamiento y el acoso sexual, o la violencia comunitaria, e incluso el feminicidio.
La violencia (sexismo) institucional es ejercida al interior de los partidos políticos, dentro de
los cuales se toleran y reproducen prácticas discriminatorias contra las mujeres que los integran,
reservando ciertos privilegios y espacios para los hombres frente a las mujeres, restándoles por
ende legitimidad política dentro de la contienda electoral. Por ejemplo, en lo relativo a los criterios
de distribución u otorgamiento de recursos económicos para sus campañas y precampañas; dicha
desigualdad económica tiene una clara manifestación en la limitación o bloqueo hacia las mujeres
para acceder al financiamiento de sus campañas y poder ejercer un control real en sus actividades
políticas; control que queda en manos de los órganos directivos de los propios partidos, quienes
determinan los montos a distribuir del financiamiento político a candidatos y candidatas. Es impor-
tante señalar que la desigualdad de género en el financiamiento para las campañas electorales en-
tre mujeres y hombres es independiente del monto del recurso disponible de cada partido político.
La evidencia global sugiere que la falta de apoyo financiero crea barreras más grandes para
las mujeres que para los hombres, puesto que ellas con frecuencia no tienen acceso a las
mismas redes formales e informales que brindan apoyo económico para las campañas, o
no tienen los recursos personales necesarios para compensar los gastos políticos que les
son negados (Krook y Restrepo, 2016: 145).
Ahora bien, dentro de la clasificación de los tipos de violencia ejercida contra las mujeres que
refiere la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, tenemos a la violencia
económica entendida como, en su faceta doméstica, aquella en la que los hombres reducen o
niegan los recursos para alimentos o necesidades domésticas a las mujeres que participan en
política, o como faceta de la violencia laboral, cuando se les reduce el sueldo o se les despide por
motivos políticos y electorales. En la faceta político electoral, la violencia económica se manifies-
ta como desigualdad financiera hacia las mujeres, acudiendo a una norma de carácter general y
que omite una competencia igualitaria en materia de financiamiento político en razón de género
(Hinojosa, 2018). Es parte de la violencia política electoral porque, para obtener el mismo número
de escaños en la plataforma electoral, contar un con mayor o menor financiamiento se convierte
en una ventaja o desventaja en una contienda política. Como lo indica la guía publicada por el
PNUD, Financiamiento electoral para fomentar la participación política de las mujeres: “el dinero es un
prerrequisito para competir en la mayoría de los sistemas políticos hoy, pero los patrones de
discriminación de género obligan mujeres para conformarse con más limitado recursos que los
hombres” (Luchsinger y Mena, 2017).
Pensar que la institucionalización de la paridad en el sistema electoral mexicano es suficiente
para una democracia paritaria resulta un error, pues, incluso ya habiendo legislado la paridad,
se siguen encontrando desventajas para la competencia política de las mujeres. Por ejemplo, en
cómo los partidos asignan a las mujeres candidaturas en municipios o distritos con baja posibi-
lidad de triunfo, siempre y cuando cumplieran a “la letra” con la paridad (estar en regla).
No obstante, las reglas paritarias no tienen el alcance que nuestra constitución y los princi-
pios democráticos mandatan como es la igualdad jurídica y política de las mujeres, eliminando
toda clase de diferencias aún en contra de intereses específicos o ideologías que demeriten el
es necesario construir una imagen y capacitarse para la gestión y el liderazgo, lo cual requiere
inversión de recursos (Ferreira, 2015: 138).
Con tales antecedentes y tras la revisión de la normatividad encontramos que en México
existen dos tipos de financiamiento a los partidos políticos: uno público y uno privado. En el
primero, se registra un avance democrático al proporcionar un piso mínimo de equidad, por
medio del establecimiento de métodos de cálculo y otros criterios, para la distribución de recur-
sos públicos a los partidos, que tendrán como destino las actividades ordinarias permanentes,
gastos de procesos electorales y actividades específicas. Así mismo se establecen los tiempos de
entrega de los fondos, la prohibición en el uso de recursos financieros que dejen en desventaja a
sus competidores, estableciendo en todo momento la garantía de equidad en la contienda elec-
toral entre partidos. Es necesario enfatizar que la normatividad responde al propósito de evitar
inequidades entre partidos, pero no entre candidatos o precandidatos del mismo partido y en
razón de género, esto es, las disposiciones legales de la administración de los recursos públicos
pretender igualar la contienda para todos los partidos políticos, más no necesariamente al inte-
rior de los mismos, dejando en manos de los órganos internos –élites de poder– la distribución
de los recursos entre sus militantes.
Otro tipo de financiamiento es el privado, siendo éste el que de manera directa es aplicado
a los gastos de campaña y precampaña de los partidos políticos, y cuyas modalidades son las
provenientes de aportaciones de militantes y simpatizantes, del autofinanciamiento o de ren-
dimientos financieros, fondos y fideicomisos. Dicho financiamiento debe ajustarse a los topes o
límites anuales fijados en la ley electoral: las aportaciones de militantes equivalen a un 10% del
tope de gastos para la elección inmediata anterior. La ley establece ciertas prohibiciones en el
uso que debe darse y que pudiesen afectar de forma diferente a mujeres y hombres. Estos límites
o prohibiciones impiden a los partidos políticos, aspirantes, precandidatos o candidatos a cargos
de elección popular, recibir aportaciones o donativos –en dinero o en especie– por sí o por inter-
pósita persona, aportaciones anónimas, financiamiento proveniente del extranjero, organismos
internacionales y personas morales o entidades legales.
Si bien la ley impone de igual forma topes o candados para evitar una contienda legal inequi-
tativa, dichos límites, restricciones o prohibiciones han sido establecidas a efecto de fiscalizar las
operaciones financieras de los partidos políticos, ante presunción del origen ilícito de los recur-
sos aportados. Es aquí donde las mujeres tienen una desventaja competitiva importante, ya que
no cuentan con el capital político y económico (vínculos empresariales, con sectores sociales,
gremiales o incluso la propia militancia, como lo mencionamos en el apartado teórico inicial)
que se traduzca en apoyo privado; además, al igual que el financiamiento público, su distribu-
ción, y muchas veces ejercicio, se deja en manos del propio partido político.
Si bien existen una serie de normas que garantizan la participación política de las mujeres
–criterios de paridad de género–, éstas hayan contradicción con aquellas disposiciones que alu-
den al derecho de los partidos políticos de regular su vida interna y determinar su organización
interior y los procedimientos correspondientes, a la interpretación de las resoluciones en caso
de conflicto y a la regulación de actividades a través de sus estatutos y programas de acción,
entendiendo como única obligación garantizar la paridad entre los sexos en la postulación de
candidaturas.
En este trabajo sostenemos que es incorrecto creer que el establecimiento del principio de
paridad de género en la postulación de candidaturas es suficiente para alcanzar la igualdad
La democracia es considerada como un sistema de vida, más que una estructura jurídica y un
régimen político, se trata de una democracia participativa, vinculante, orientada al constante
mejoramiento de sus participantes –hombres y mujeres– . Por lo tanto, la independencia y auto-
nomía de los partidos políticos no debe verse como superior al principio constitucional de pari-
dad de género. En este caso, dichas prerrogativas conferidas a los partidos políticos no eliminan
la posibilidad de establecer controles en la toma de decisiones para una equitativa distribución
del financiamiento político, respondiendo a las barreras institucionales, culturales y socioeconó-
micas de este grupo identitario.
En la tabla 23 se rescatan las disposiciones legales de la Ley General de Partidos Políticos que tra-
tan los derechos y deberes de los partidos políticos, entre ellas, las normas paritarias, igualdad/
equidad, así como aquellas que refieren a las facultades de los órganos de decisión y adminis-
tración del financiamiento político. Lo anterior con el objeto de observar, cómo se manifiesta la
relación jurídica entre el deber y el haber político; esto es, en el cumplimiento de principios jurí-
dicos derivados de la ley suprema en la que se concretan una serie de derechos fundamentales,
principios y valores que deben vincularse teleológicamente con la esencia de sus mandatos, y no
únicamente ser regulados por las normas ordinarias como son las leyes electorales y de partidos
políticos mediante una simple programabilidad de reglas obscuras o vagas en las cuales encuen-
tren un refugio seguro para la inequidad de sus decisiones, debido a la pluralidad desordenada
de sistemas y discursos (Habermas, 1998).
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
do la consigna o deber de 3. La obligación abstenerse de recurrir a la violencia y a cualquier La Ley considera información pública de los
ser objetivos y asegurar las al destino que, establecido en la Ley, acto que tenga por objeto o resultado alterar el orden público, per-
así como la forma en que será entre- partidos políticos:
condiciones de igualdad turbar el goce de las garantías o impedir el funcionamiento regular
entre ellos. gado a los partidos. de los órganos de gobierno; así como garantizar la paridad entre los 1. Sus documentos básicos;
Contiene asimismo la obli- 3. En cuanto a la distribución de re- géneros en candidaturas a legisladores federales y locales; 2. Las facultades de sus órganos de dirección;
gación por parte de los cursos económicos al interior de los La Ley General de Partidos Políticos refiere en uno de sus capítulos 3. Los reglamentos, acuerdos y demás dis-
partidos políticos de esta- partidos, la ley faculta a estos para a los asuntos internos de los Partidos Políticos; en el cual se es- posiciones de carácter general, aprobados
blecer principios cuyo con- que sean ellos los que determinen tablece que éstos deberán observar lo dispuesto en el penúltimo por sus órganos de dirección, que regulen su
tenido mínimo debe ser el su distribución. párrafo de la Base I del artículo 41 de la Constitución, éste refiere vida interna, las obligaciones y derechos de
observar la Constitución y 3. Se regula lo relativo a financia- al conjunto de actos y procedimientos relativos a su organización sus militantes, la elección de sus dirigentes y
de respetar las leyes e ins- miento de campaña, el cual será y funcionamiento, con base en las disposiciones previstas en la la postulación de sus candidatos a cargos de
tituciones que de ella ema- administrado en su totalidad por los Constitución, en esta Ley, así como en su respectivo Estatuto y elección popular;
nen; así como de conducir partidos políticos; estableciendo el reglamentos que aprueben sus órganos de dirección; a los proce- La ley dispone por otra parte que se conside-
sus actividades por medios prorrateo conforme lo previsto en dimientos y requisitos para la selección de sus precandidatos y rará reservada la información relativa a:
pacíficos y por la vía de- esta Ley; y la obligación de infor- candidatos a cargos de elección popular; a los procesos delibera-
mar a la Comisión de Fiscalización; tivos para la definición de sus estrategias políticas y electorales y, 1. los procesos deliberativos de los órganos
mocrática, y promover la
quien lo hará del conocimiento del en general, para la toma de decisiones por sus órganos internos y internos de los partidos políticos,
participación política en
igualdad de oportunidades Consejo General del Instituto. de los organismos que agrupen a sus militantes, 2. La correspondiente a sus estrategias polí-
y equidad entre mujeres y En cuanto al Financiamiento Priva- Por lo que respecta al contenido de los Documentos Básicos de los ticas, la contenida en todo tipo de encuestas
hombres. do, establece normas y modalidades Partidos Políticos, se determina la obligación por parte de los par- por ellos ordenadas, así como la referida a las
para su recepción entre ellas: tidos políticos de cumplir con la presentación para su registro y actividades de naturaleza privada, personal
constitución de la declaración de principios; el programa de acción, o familiar, de sus militantes, dirigentes, pre-
a) Financiamiento por la militancia; candidatos y candidatos a cargos de elección
y los estatutos, siendo en éstos últimos en los que se deben estable-
b) Financiamiento de simpatizantes; cer, normas y procedimientos democráticos para la postulación de popular, en términos de la ley de la materia;
c) Autofinanciamiento, y sus candidatos; la obligación de presentar una plataforma electoral, Alude asimismo de que No se podrá reservar
d) Financiamiento por rendimientos para cada elección en que participe, sustentada en su declaración la información relativa a
financieros, fondos y fideicomisos de principios y programa de acción; y los tipos y las reglas de finan- 3. La asignación y ejercicio de los gastos de
ciamiento privado a los que recurrirán los partidos políticos. campañas, precampañas y gastos en general
Indica los límites anuales a los cua-
les debe ajustarse; así como porcen- En cuanto a los órganos internos de los partidos políticos, La del partido político con cuenta al presupues-
tajes y limitantes sobre cierto tipo de asamblea es la máxima autoridad del partido y tendrá facultades to público, ni las aportaciones de cualquier
recursos que puedan ingresar a cada deliberativas; asimismo el comité nacional o local u órgano equi- tipo o especie que realicen los particulares
partido político. valente, será el representante del partido, con facultades ejecuti- sin importar el destino de los recursos apor-
vas, de supervisión y, en su caso, de autorización en las decisiones tados.
de las demás instancias partidistas; un órgano responsable de la
administración de su patrimonio y recursos.
115
De lo anterior podemos observar, que la norma electoral contiene disposiciones que esta-
blecen la obligación de los partidos políticos de normar a través de sus documentos básicos,
lo relativo a los principios igualdad/equidad; principios que se plasman en las normas esta-
tutarias como propuestas o invitaciones a una participación igualitaria referida únicamente
a la integración de sus órganos y la postulación de candidaturas, así como el establecimiento
de criterios –a discrecionalidad– que garanticen la igualdad de género, específicamente para
el cumplimiento de la cuota paritaria. Por su parte, las normas regulatorias del financiamien-
to político se establecen en el sentido de control y fiscalización de los recursos públicos y
privados a fin de garantizar la legalidad en su uso y medios de los cuales son obtenidos para
evitar el desvío de recursos públicos o que las instituciones partidarias reciban recursos de
procedencia ilícita.
Por otra parte, observamos que la ley electoral contiene ciertas normas que detallan las fa-
cultades de los principales órganos que integran las referidas instituciones políticas, destacando
aquellas que refieren a la toma de decisiones o criterios emitidos al interior de éstas, como es
el caso de la administración y distribución del financiamiento político; de las cuales a su vez se
observa que dichas facultades son reservadas a los órganos de más alta jerarquía –órganos de
poder–, en las que, muchas veces, predominan los intereses ideológicos sobre los principios de
igualdad y equidad en razón de género. En este sentido, el imperativo constitucional de respeto
a los derechos fundamentales, entre ellos el de igualdad de género en el proceso electoral, es
desatendido por los partidos políticos, quienes terminan ejerciendo el control de los órganos
estatales mediante el juego político de la democracia interna que anteponen a la democracia
representativa. Lo anterior, termina siendo un tema pendiente de regular en virtud de que no se
prevé obligación y sanción alguna por no acatar los principios de igualdad de género en aquellos
tópicos que, por su peso e importancia, determinan el resultado eficaz de la participación y re-
presentación política de la mujer en los procesos electorales, como es el caso de la distribución
del financiamiento político en razón de género, lo cual conlleva uno de los tipos de violencia
contemplado en la ley: violencia económica.
Finalmente, las normas en materia de transparencia obligan a la información pública relativa
a la asignación y ejercicio de los gastos de campañas, precampañas y gastos en general del par-
tido político con cuenta al presupuesto público, así como de las aportaciones de cualquier tipo o
especie que realicen los particulares sin importar el destino de los recursos aportados. Tal norma
establece que se deben transparentar los recursos públicos y privados para evitar desvíos de los
recursos citados en primer orden, o bien, evitar asimismo la obtención de otros de procedencia
desconocida o ilícita. Ahora bien, la ley electoral faculta a los partidos reservar la información
referente a los procesos deliberativos de los órganos internos de los partidos políticos; entre las
cuales se encuentran los procesos de distribución del financiamiento político, mismo que refiere
las estrategias políticas y cálculos electorales al interior de estos. Dicha facultad impide transpa-
rentar los criterios de determinación de recursos entre candidatos y candidatas al interior de los
partidos, que entendemos como una violación al principio de igualdad de género, pues dichos
criterios y decisiones tomadas al interior de los partidos políticos podrían estar provocando
brechas de desigualdad de género en el financiamiento y, por ende, provocando barreras en la
participación política de las mujeres.
Por ende, resulta necesaria la exigencia hacia los partidos políticos de garantizar, a través de
mecanismos o procedimientos, la igualdad en la distribución de recursos a candidatas y can-
didatos en aras de los principios que en los mismos se contienen, así como el órgano que será
encargado de vigilar el cumplimiento real de ello. Por obvias razones, se considera que el órga-
no garante de los principios de igualdad/equidad al interior de los partidos, cuya función sería
la de vigilar y sancionar el incumplimiento de estos, esté conformado por el mismo número
de hombres y mujeres. Serán muchas y diversas las opiniones al respecto, pero lo cierto es,
que los derechos fundamentales no pueden ser sujetos a condición o criterios para su eficaz
cumplimiento.
En las tablas 24 a 31 se presenta la información rescatada de los estatutos de los partidos po-
líticos, especialmente en lo que refiere a los principios, funciones, facultades y obligaciones de
los órganos de decisión, administración y vigilancia del financiamiento político, así como tipos
y reglas de este. Cabe señalar que la revisión se centra en aquellas disposiciones que, de manera
especial, y de acuerdo con el tema que nos ocupa enuncien los principios de igualdad/equidad
de género. Las normas que se presentan no muestran la totalidad de normas estatutarias que
refieren a principios de igualdad dada la extensión en el contenido de cada uno de ellos, no obs-
tante, dichas normas al igual que otras contenidas en los estatutos y no incluidas en el cuadro
informativo redundan el sentido de las que ahí se muestran. También se incluyen las normas
que determinan directa o indirectamente las facultades de decisión de los órganos de poder y
aquellas de las cuales regulan lo relativo al financiamiento político electoral.
De la información presentada se observa, a grandes rasgos, que los partidos políticos asumen
el deber de incluir en sus normas estatutarias, los principios que constitucional y legalmente de-
ben contener en dicho documento básico, pero omiten en ellos establecer los criterios a través de
los cuales dichas instituciones garantizarán la distribución del financiamiento público al interior
de estos. De igual manera, se observa que se incluyen normas relativas a las funciones y/o facul-
tades de los órganos de poder, entre otros, el de las asambleas, consejos y comités, identificando
a quiénes se confiere facultades de decisión en los asuntos o actividades de sus miembros, son
órganos de más alta jerarquía y a quienes sustentan sus decisiones en la ideología del partido y
en cumplimiento a sus estrategias políticas, mismas que deberán ser acatadas por la totalidad
de sus miembros. Por último, vemos que la facultad de los tesoreros u órganos encargados de la
administración y fiscalización de los recursos públicos y privados, de igual forma deben cumplir
los criterios de distribución en las candidaturas o precandidaturas a hombres y mujeres los cua-
les no están señalados de manera expresa en tales instrumentos.
Tabla 24. Normas sobre paridad de género y financiamiento contenidas en los Estatutos
de Morena en las elecciones 2018 en Guanajuato
Normas paritarias,
Financiamiento
objetivos y/o principios
Objetivos Órgano (s) de decisión vs órgano de Financiamiento Público y Pri-
1. Combate a toda forma de opre- Administración de financiamiento vado.
sión, injusticia, desigualdad… político. Mecanismos de Distribución
2. Integración democrática de los paritaria
órganos de dirección Secretario/a de Finanzas. Se encar- Accederá a las prerrogativas
3. erradicación de la corrupción y ga de procurar, recibir y adminis- y financiamiento público en
los privilegios a que se han asocia- trar las aportaciones de las y los los términos del artículo 41 de
do de manera dominante los car- Protagonistas del cambio verdade- la Constitución y de las leyes
gos públicos y la representación ro informando su cabal adminis- generales, federales y locales
política… tración ante el Consejo Estatal, la aplicables; adicional a lo an-
Secretaría de Finanzas del Comité terior, podrá recibir financia-
Principios:
Ejecutivo Nacional y, en su caso, miento que no provenga del
Garantizar la equidad de la repre- ante la autoridad electoral compe- erario público, con las moda-
sentación, tanto en términos, con- tente; Secretaria de Finanzas del lidades siguientes:
diciones económicas, sociales y de Comité Ejecutivo Nacional, además a) Financiamiento por la mi-
procedencia (regional, estatal, mu- será responsable de la administra- litancia;
nicipal, comunitaria) ción del patrimonio y de la presen-
b) Financiamiento de simpa-
En los procesos internos y consti- tación de los informes de ingresos
tizantes;
tucionales de elección de precan- y egresos, de precampaña y cam-
didaturas y candidaturas orientar paña a que se refiere la legislación c) Autofinanciamiento, y
su actuación electoral y política electoral. Éste será el órgano res- d) Financiamiento por rendi-
por el respeto y garantía efectiva ponsable que establece el artículo mientos financieros, fondos y
de los derechos fundamentales y 43, numeral 1, inciso c) de la Ley fideicomisos.
de los principios democráticos General de Partidos Políticos. En todo momento, el finan-
En los procesos electorales, bus- Cada Congreso Estatal será respon- ciamiento público y privado
carán garantizar la equidad de la sable de cumplir con las resolucio- deberá ser aplicado para el
representación, en términos de nes del Congreso Nacional. cumplimiento de sus fines de
género. conformidad con los princi-
pios del programa y lo señala-
do en la legislación electoral.
120
Tabla 26. Normas de paridad de género y financiamiento contenidas en los Estatutos
del Partido Nueva Alianza en las elecciones 2018 en Guanajuato
miento público, donativos, aportaciones privadas u Coordinador o Coordinadora Ejecutivo (a) Estatal de
El Consejo Estatal tendrá obligación entre otras:
otros motivos lícitos, ingresen a las cuentas de Nueva Finanzas, quien será responsable de administrar y
9Aprobar, o modificar para su aprobación, las supervisar la aplicación de los recursos que por con-
Alianza Guanajuato.
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
propuestas de Convocatorias a Procesos de cepto de financiamiento público, donativos, aporta-
Elección Interna y los Criterios de Paridad de El Coordinador o Coordinadora Ejecutivo (a) Estatal
ciones privadas u otros motivos lícitos, ingresen a las
Género que proponga la Comisión Estatal de de Finanzas tiene entre otras las siguientes faculta-
cuentas de Nueva Alianza Guanajuato.
Elecciones Internas, la que deberá apegarse des y obligaciones:
a las disposiciones legales aplicables y a los 9Recibir, distribuir, fiscalizar y comprobar los recur-
acuerdos de la autoridad electoral sos recibidos del financiamiento público;
XII. Conocer y en su caso aprobar el informe de 9Presentar los informes de ingresos y egresos de
actividades que rindan los integrantes del Comité precampaña y de campaña de conformidad con lo
de Dirección Estatal por conducto del presidente; establecido por la legislación electoral;
XVI. Aprobar o modificar en su caso para su apro- 9Establecer las normas y Acuerdos de operación
bación, las medidas que proponga el Comité de necesarios con los Comités de Dirección Munici-
Dirección Estatal en materia de paridad de géne- pal, para la salvaguarda del patrimonio de Nueva
ro en las candidaturas a los distintos cargos de Alianza Guanajuato y su adecuada administra-
elección popular, debiendo apegarse en sus reso- ción;
luciones en todo momento, a los términos de la El Coordinador o Coordinadora Ejecutivo Municipal
legislación aplicable y los acuerdos de la autori- de Finanzas tiene entre otras las siguientes faculta-
dad electoral; des y obligaciones:
De los procesos electorales constitucionales y 9Recibir, distribuir, fiscalizar y comprobar los re-
partidistas. cursos recibidos del financiamiento público local;
Respetará y garantizará la participación de la provenientes del Comité de Dirección Estatal;
mujer en la postulación de candidaturas tanto a En materia de financiamiento privado, su desempeño
puestos de elección popular, como a cargos parti- se sujetará a los tipos y reglas establecidas en la legis-
distas, en cumplimiento irrestricto a las disposi- lación electoral aplicable.
ciones legales y estatutarias que rijan en materia
de paridad de género.
121
Tabla 27. Normas sobre paridad de género y de financiamiento contenidas en los Estatutos
del Partido Acción Nacional en las elecciones 2018 en Guanajuato
Normas paritarias, objetivos
Financiamiento
y/o principios
Objetivos: Órgano (s) de decisión vs órgano de Administración de financiamiento político. Financiamiento Público y Privado.
La garantía en todos los ór- Mecanismos de Distribución paritaria
denes de la igualdad de opor- Dentro de la Competencia de la Asamblea Nacional Ordinaria, establece entras otras: No existe capítulo sobre financia-
122
rinda la Comisión de Vigilancia del Consejo Nacional, así como el informe sobre la distribución
general y aplicación del financiamiento público federal que le presente el Tesorero Nacional.
Tabla 28. Normas de paridad de género y financiamiento contenidas en los Estatutos
del Partido Revolucionario Institucional en las elecciones 2018 en Guanajuato
Normas paritarias, objetivos y/o principios Financiamiento
Principios Órgano (s) de decisión vs órgano de Administración de Financiamiento Público y Privado.
La igualdad sustantiva, garantiza la paridad de género en las financiamiento político. Mecanismos de Distribución paritaria
postulaciones a cargos de elección popular
Artículo 70. Asamblea Nacional tiene entre otras obliga- No existe capítulo sobre financia-
Promueve la integración de sus órganos directivos y la participa- ciones: miento público y privado, dicho tema
ción política con criterios de paridad. es desarrollado dentro de las faculta-
9Formular los lineamientos políticos, económicos y so-
El Organismo Nacional de Mujeres Priistas. Contempla como Fi- ciales para la mejor aplicación de los principios y pro- des de sus órganos como son:
nes, el cumplimiento, promoción, implementación y/o fomento gramas del Partido Asamblea Nacional, Secretaría de Fi-
relativo a; nanzas y Administración, y Contralo-
Secretaría de Finanzas y Administración tiene entre otras
Verónica Patricia Castro Morales y Francisco Esquivel Hernández
9La Paridad de género en la postulación a cargos de dirigencias facultades y obligaciones: ría General.
partidistas y de elección popular;
9Desarrolla acciones conducentes para el financia-
9Los derechos políticos y electorales de las mujeres, y adoptar miento del Partido;
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
y proponer medidas para fomentar su ejercicio;
9Administrar, controlar y resguardar los recursos loca-
9El empoderamiento de las mujeres priistas; les y federales, así como el patrimonio del Partido; ex-
9Acciones para prevenir la violencia política por razones de cepcionalmente, y podrá delegar dicha función en los
género, haciéndose énfasis en la violencia política; Comités Directivos de las entidades federativas, previo
acuerdo de la persona titular de la Presidencia del Co-
9La participación política, el desarrollo profesional y político
mité Ejecutivo Nacional;
de las mujeres e implementar programas de capacitación di-
rigidos en forma especial a mujeres jóvenes, indígenas, adul- 9Las demás que le señalan estos Estatutos, el regla-
tas mayores o con discapacidad; mento y las que la persona titular de la Presidencia
del Comité Ejecutivo Nacional le confiera.
9La formación y capacitación política para el liderazgo de las
mujeres; Contraloría General tiene entre otras las atribuciones si-
guientes:
9Reformas necesarias al interior del Partido para asegurar la
participación paritaria de las mujeres en todos los órganos de 9Vigilar que la administración y aplicación de los recur-
dirección del mismo; sos provenientes del financiamiento público por acti-
vidades específicas y para la capacitación,
9Políticas públicas que atiendan las necesidades y demandas
de las mujeres; 9Establecer y operar los sistemas que permitan verifi-
car el origen y destino de los recursos del Partido, ape-
El Partido se compromete con las mujeres entre otros a:
gándose a la normatividad aplicable;
9Prevenir, atender, sancionar y erradicar toda forma de violen-
9Vigilar la debida aplicación de las normas que dicte
cia política por razones de género;
el Instituto Nacional Electoral en materia de financia-
9Garantizar el acceso igualitario a prerrogativas durante las miento, así como las correspondientes a los Órganos
campañas electorales, como en el caso de los medios de co- Electorales en las entidades federativas; * Restriccio-
municación y demás medios de promoción; y nes.
9Garantizar su participación al interior del partido, libre de 9Vigilar que la obtención y aplicación de recursos de las
cualquier tipo de violencia en su contra, en especial la violen- precampañas y campañas electorales federales y loca-
cia en el ámbito político por razones de género. les, se apeguen a las disposiciones establecidas y no
El Partido Revolucionario Institucional se rige por los principios rebasen los topes que para cada elección se autoricen;
y normas contenidos en su Declaración de Principios, Programa Coadyuvar con la Secretaría de Administración y Fi-
de Acción, Estatutos, Código de Ética Partidaria y en las resolu- nanzas en la emisión de manuales y procedimientos,
ciones de la Asamblea Nacional y del Consejo Político Nacional. normas y guías específicas relacionadas con la materia
Los principios y normas a que se refiere el artículo anterior administrativa, contable y electoral.
123
124
Tabla 30. Normas de paridad de género y financiamiento el Partido de la Revolución Democrática
en las elecciones 2018 en Guanajuato
Normas paritarias, objetivos y/o principios Financiamiento
De la democracia y garantías al interior del Partido Órgano (s) de decisión vs órgano de Admi- Financiamiento Público y Privado.
Las reglas democráticas que rigen la vida interna del nistración de financiamiento político. Mecanismos de Distribución paritaria
Partido se sujetarán a los siguientes principios básicos:
Consejo Estatal, tiene entre otras funciones: Patrimonio del Partido de la Revolución Democrática se integra con los recursos públi-
9Mismos derechos y obligaciones; cos que le correspondan en los ámbitos federal, estatal y municipal, de conformidad
9Formular, desarrollar y dirigir la labor
9Las Decisiones que adopten los órganos de direc- política y de organización del Partido en con las leyes y los presupuestos de egresos, los dividendos, intereses y ganancias pro-
ción, de representación y autónomos establecidos el Estado para el cumplimiento de los venientes de sus propios recursos y de los eventos que realice.
en este Estatuto, aprobadas mediante votación, documentos básicos y las resoluciones Además, el Partido podrá recibir financiamiento que no provenga del erario público,
por mayoría calificada o simple, en todas sus ins- de los órganos de dirección superiores. con las modalidades siguientes:
tancias y cuyo carácter será siempre colegiado,
Verónica Patricia Castro Morales y Francisco Esquivel Hernández
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
El Comité Ejecutivo Nacional en estas enti-
niveles, así como en sus Comisiones dependientes
dades podrá enviar un delegado financiero 2. El financiamiento que no provenga del erario público tendrá las siguientes moda-
del Comité Ejecutivo Nacional, órganos autónomos
que evaluará las finanzas del Comité Ejecu- lidades:
y en todas las candidaturas de elección popular,
tivo Estatal y coadyuvará con éste para el a) Las aportaciones o cuotas individuales y obligatorias, ordinarias y extraordinarias,
garantizando en todos los casos la citada paridad.
debido ejercicio financiero en la entidad. en dinero o en especie, que realicen las personas afiliadas al Partido;
9Garantizar la rendición de cuentas, así como la
Comité Ejecutivo Estatal tiene entre otras b) Las aportaciones voluntarias y personales, en dinero o en especie, que los precan-
transparencia en el manejo debido y eficaz de las
funciones: didatos y candidatos aporten exclusivamente para sus precampañas y campañas; y
finanzas
9Aplicar las resoluciones del Consejo Na- El Comité Ejecutivo Nacional, por medio de su Secretaría de Finanzas, será el órgano
9Garantizar la no discriminación en todo sentido,
cional, del Consejo Estatal y del Comité responsable de la administración del patrimonio y recursos financieros del Partido y
que atenten contra la dignidad humana y tenga
Ejecutivo Nacional; de la presentación de los informes de ingresos y egresos trimestrales y anuales, así
por objeto anular o menoscabar los derechos hu-
manos y políticos de las personas. 9Administrar los recursos del Partido a como los relativos a los gastos de precampaña y campaña a las autoridades federales
nivel estatal y difundir de manera pe- electorales a los cuales por ley se encuentren obligados. Dichas funciones deberán
9Los órganos de dirección y representación, tanto
riódica y pública el estado que guardan ajustarse siempre a lo dispuesto por las leyes en la materia, el presente ordenamiento
en sus ámbitos Estatal y Municipal, tendrán plena
dichos recursos, de acuerdo con lo dis- y los Reglamentos que de él emanen.
libertad para tomar las determinaciones que esti-
puesto en el Reglamento de Transparen- Secretaría de Finanzas de los Comités Ejecutivos Nacionales Estatales y Locales estará
men pertinentes debido a la situación imperante
cia del Partido; encargada de la actividad financiera, siempre subordinada a las decisiones de carácter
en su comunidad, siempre y cuando dichas de-
terminaciones sean emitidas respetando en todo 9Proponer al Consejo Estatal el plan de tra- colegiado de los Comités Ejecutivos correspondientes.
momento los Principios, Línea Política y ordena- bajo anual del Partido en el estado y pre- De la Distribución del Financiamiento.
mientos legales que rigen la vida interna del Parti- sentar a éste el proyecto de presupuesto y
Los recursos que el Partido obtenga por concepto de financiamiento público en el ám-
do, persiguiendo el fin común del mismo. el informe de gastos;
bito federal y estatal, así como por concepto de cuotas ordinarias y extraordinarias de
Son obligaciones de las y los afiliados del Partido: 9Manejar, en coadyuvancia con el titular sus afiliados, será asignado a programas determinados y se suministrará por resulta-
de la Secretaría General, las finanzas del dos, estableciendo porcentajes para las campañas electorales y actividades políticas
9Conocer, respetar y difundir la Declaración de
Comité Ejecutivo Estatal en coordinación y de desarrollo partidarias; a las instancias partidarias en las entidades federativas; a
Principios, el Programa, la Línea Política, el presen-
con el titular de la Secretaría de Finanzas; las instancias del Partido en el ámbito municipal; financiamiento público obtenido por
te Estatuto, los Reglamentos que de él emanen y
los acuerdos tomados por los órganos del Partido, Secretaría General del Comité Ejecutivo Es- actividades de investigación, educación y relacionadas corresponderá a las instancias
debiendo velar siempre por la democracia interna tatal tendrá entre otras funciones y atribu- del Partido que las hayan comprobado; para el sostenimiento de las actividades de las
y el cumplimiento de las normas partidarias; ciones actividades de la Organización Nacional de Jóvenes. El manejo y la recaudación de los
9Manejar, en coadyuvancia con el titular recursos corresponderán a cada ámbito de dirección del Partido.
9No ejercer algún tipo de discriminación ni violen-
cia de género; de la Presidencia, las finanzas del Comité La Secretaría Finanzas de los Comités Ejecutivos en sus ámbitos Nacional, Estatal y
Ejecutivo Estatal en coordinación con el Municipal establecerá el proceso administrativo necesario con grupos parlamentarios
9Cumplir con las resoluciones internas que hayan
titular de la Secretaría de Finanzas. y gobiernos para garantizar las aportaciones extraordinarias.
sido dictadas por los órganos facultados para ello
y con base en las normas partidarias. Artículo 205. El Comité Ejecutivo Nacional o Comité Ejecutivo jerárquicamente superior
descontará de las ministraciones que les correspondan a los Comités Ejecutivos Estata-
125
126
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Fuente: Elaboración propia con datos del reporte de operaciones de ingresos y gastos de campaña en el
ámbito local del INE.
Como se puede observar, en términos generales existe una tendencia de otorgar dos veces más
financiamiento en favor de los hombres que de las mujeres, aunque, dependiendo del partido o
coalición esta incrementa o disminuye, sin embargo, en ningún caso se otorgó mayor presupuesto
para campañas de mujeres. Destacan las candidaturas independientes, y los partidos MC y PAN
que destinaron más recursos a campañas de hombres que de mujeres a razón de 3, 3 y 2.2 veces
respectivamente.
Otro aspecto sobresaliente es que, en todas las asociaciones políticas que contendieron en las
elecciones, el ingreso medio per cápita de los hombres es considerablemente superior al ingreso
medio per cápita de la asociación, mientras que, caso contrario, el ingreso medio per cápita de las
mujeres es considerablemente inferior al ingreso medio per cápita de la asociación.
Teniendo en cuenta lo anterior, se analiza ahora la información por bloque de competitividad
para todas las candidaturas y se separan aquellas candidaturas de personas que resultaron elec-
tas tras las elecciones (véase tabla 33).
Tabla 33. Presupuesto asignado a candidaturas por bloque de competitividad
en las elecciones 2018 en Guanajuato
Número de Personas
Bloque Sexo Ingresos totales Ingresos electos/as
candidaturas electas
H 47 13,331,193 16 6,793,970
ALTO
M 46 6,803,732 8 1,830,998
H 46 10,881,586 9 1,895,136
MEDIO
M 45 5,065,546 4 446,636
H 41 7,246,324 8 1,816,551
BAJO
M 44 4,049,403 1 98,539
H 19 1,247,050
SIN BLOQUE
M 19 534,177
Fuente: Elaboración propia con datos del reporte de operaciones de ingresos y gastos de campaña en el
ámbito local del INE.
Se puede observar que el presupuesto asignado para campañas decrece acorde a la importan-
cia de los bloques, es decir, hay una relación entre el monto de ingreso obtenido con el tipo de
bloque, dejando ver que los partidos asignaron más dinero al bloque alto, menos al medio, una
cantidad menor al bloque de baja competitividad y, por último, menos dinero a las candidaturas
que no tuvieron bloque (dado que no presentaron candidaturas en las elecciones pasadas).
La tabla 33 también muestra que el presupuesto asignado a los hombres electos, en compa-
ración con el de las mujeres que ganaron, fue muy superior; se tiene una relación de 3.7 veces
más de presupuesto para los hombres electos que para las mujeres electas en el bloque de alta
competitividad, 4.2 veces más en el bloque de media y, 18.4 veces más en el bloque de baja com-
petitividad. Esta desigualdad no se logra explicar por el número de personas ganadoras de cada
sexo pues hay apenas el doble de hombres que, de mujeres en el bloque alto, más del doble de
hombres en el de competitividad media y, ocho hombres a una en el bloque bajo.
En la tabla 34 se compara el ingreso total por campaña de candidatura electa contra los in-
gresos máximos de campaña dentro de cada municipio, especificando el sexo del candidato o
candidata ganadora, con la finalidad de ver la influencia del dinero recibido para la campaña
con el triunfo en los comicios y, por ende, sostener la tesis de que el dinero es requisito para la
competencia electoral.
Fuente: Elaboración propia con datos del reporte de operaciones de ingresos y gastos de campaña en el
ámbito local del INE.
En la tabla anterior se encuentra resaltado con color gris el sexo de aquellas candidaturas electas a
las que se les asignó el monto máximo de campaña dentro del municipio. En 14 casos, casi un tercio
de los municipios, los partidos “apostaron de manera correcta” la asignación de recursos de campa-
ña pues los montos máximos coinciden con los de los ingresos de la candidatura electa. Se observa
además que de esos 14 casos sólo tres fueron para mujeres, lo que muestra que las candidaturas
de hombres estuvieron en municipios con mayor probabilidad de ser ganados, es decir, municipios
donde los partidos políticos o coaliciones sabían que tenían mejor competencia electoral.
Otra muestra de inequidad de los recursos de campaña entre candidaturas de personas electas se
presenta la tabla 35. Para cada partido político o coalición, con una candidatura ganadora, se muestra
por sexo el número de personas electas, los ingresos para campaña y, los ingresos medios per cápita.
Fuente: Elaboración propia con datos del reporte de operaciones de ingresos y gastos de campaña en el
ámbito local del INE.
Tabla 36. Ingresos privados per cápita para campañas en las elecciones 2018 en Guanajuato
Partido o Militantes Simpatizantes Otros ingresos privados
Coalición H M H/M H M H/M H M H/M
PAN 75,766.74 33,600.10 2.3 8,971.87 3,630.10 2.5 24,001.48 17,157.65 1.4
PRI 55,257.98 37,027.25 1.5 8,850.75 7,180.69 1.2 10,120.15 5,646.76 1.8
PRD 58,738.41 2,965.26 19.8 52,781.81 30,107.17 1.8 1.01 264.05 0.0
PVEM 20,419.75 7,935.39 2.6 33,564.35 32,354.95 1.0 13,783.77 13,388.08 1.0
PANAL 38,823.25 15,001.09 2.6 2,276.67 333.33 6.8
MC 8,778.14 135.32 64.9 27,081.50 2,630.42 10.3 3,045.17 1,687.30 1.8
MORENA 1,488.66 3,200.00 0.5 6,628.90 5.81 1,218.61 0.0
JHH 10,673.91 2,574.93 4.1 43,674.66 9,106.92 4.8 4,316.54 2,586.07 1.7
Total 28,511.43 12,391.92 2.3 40,618.98 14,092.95 2.9 10,789.72 5,992.74 1.8
Fuente: Elaboración propia con datos del reporte de operaciones de ingresos y gastos de campaña en el
ámbito local del INE.
Nota: Los espacios vacíos se deben a que ahí no se presentó información. Cuando alguno de los dos sexos
no tiene información no tiene sentido calcular la razón H/M.
Hay que precisar que en la tabla anterior los cálculos de los ingresos privados per cápita se hicie-
ron considerando todas las candidaturas de cada partido político o coalición para cada uno de
los rubros, no obstante, la tabla 37 muestra el número de candidaturas que sí tuvieron aporta-
ciones en dichos rubros.
Tabla 37. Candidaturas con aportaciones privadas por rubros en las elecciones 2018 en Guanajuato
Otros Ingresos
Partido político Militantes Simpatizantes Ingresos Privados
Privados
o coalición
H M H M H M H M
PAN 22 23 8 5 23 23 23 23
PRI 18 15 16 9 9 6 22 16
PRD 9 5 11 8 19 19 19 19
PVEM 14 8 23 22 17 15 23 22
PANAL 11 9 2 1 12 10
MC 10 3 15 9 12 6 20 12
MORENA 1 1 1 1 1 1 1
JHH 14 6 20 17 21 23 21 23
Independientes 18 1 18 20 1
Total 88 61 123 80 122 94 161 127
Fuente: Elaboración propia con datos del reporte de operaciones de ingresos y gastos de campaña en el
ámbito local del INE.
En relación con la militancia, se deben hacer dos observaciones: la primera es la discordante
relación entre el número de mujeres militantes que tienen los partidos con el monto de ingresos
que recibieron las candidatas por esta vía y, la segunda tiene que ver con que en la última década
se ha otorgado recurso público específico para el fortalecimiento del liderazgo político de las mu-
jeres, el cual tampoco se traduce en un apoyo para las mujeres candidatas. Cabe mencionar que
La parte de los simpatizantes resulta de manera similar a la de militantes y, a reserva del PRI
y el PVEM, los demás partidos continúan inclinando la balanza en favor de los hombres. Estas
aportaciones privadas, también libres, deben considerarse “ajenas” al interior de los partidos.
Entonces, una posible explicación del comportamiento de las aportaciones por esta vía es que
trasciende a cuestiones culturales, prácticas comunes y posibles vicios de éstas.
Resulta complicado explicar probables razones discriminativas en los simpatizantes sin caer
en la limitada explicación cultural, algunas otras razones más se pueden mencionar para expli-
car la diferencia en el financiamiento electoral otorgado por militantes: lo cual es posible pues
afortunadamente el tema de género se ha estudiado ampliamente en los últimos años permi-
tiendo conocer más. En 2014 se publicó un trabajo de investigación “Violencia contra las mujeres:
conceptos y causas” (Yugueros, 2014: 152) explicando que la violencia de género parte de mitos y
estereotipos transmitidos generacionalmente.
Por otro lado, la guía de Naciones Unidas menciona que el “financiamiento electoral para
avanzar en la participación política de las mujeres” es una de las barreras más comunes que las
mujeres enfrentan para la participación. Citan la falta de voluntad política, la carencia de redes
de contactos, la fragilidad democrática, la seguridad, los patrones de discriminación y la barrera
psicológica. Esta última coincide con los mitos y estereotipos de las sociedades que al parecer se
han extendido a los votantes y simpatizantes, a los que habrá entonces que enseñar desde las
distintas arenas a romper con los mitos y estereotipos.
En cuanto al financiamiento de las campañas de candidaturas independientes, se presenta la
tabla 38, la cual muestra aquellas candidaturas independientes cuyo ingreso total para campaña
alcanza al menos el tercer lugar dentro del municipio. En siete municipios se presentó esta situa-
ción y en todos la candidatura la ocupó un hombre. Si bien es cierto que las candidaturas inde-
pendientes reciben presupuesto público, hay que mencionar que la mayor parte de sus ingresos
para campaña provienen de aportaciones privadas, por lo que se puede deducir que, un factor
importante para decidir participar en una candidatura independiente, depende de la confianza
que sientan las personas para lograr hacerse de recursos que financien sus campañas electora-
les, lo cual nos remite al capital familiar, político y económico con el que cuenta.
Tabla 38. Candidaturas independientes que tienen al menos el tercer lugar de presupuesto
para campaña dentro de un municipio en las elecciones 2018 en Guanajuato
Tabla 39. Ingresos públicos per cápita para campañas en las elecciones 2018 en Guanajuato
En otros ingresos públicos sólo el partido Movimiento Ciudadano ingresó movimientos en can-
didatos y candidatas, por lo que solamente para este partido es posible calcular cuántas veces
más le asignaron mayor recurso a los hombres que a las mujeres y esto fue a razón de 1.3 veces.
La tabla expresa el número de candidatas y candidatos por partido o tipo de asociación y sexo.
Dejando el dato de la sumatoria de ingresos totales y el monto máximo y mínimo que recibieron
los candidatos. El valor per cápita lo calculamos con el fin de estimar cuánto sería el monto que
debería recibir cada candidato en caso de tener normatividad en la paridad en el financiamien-
to. A su vez esto sirve para dividir el número de ingresos recibidos por los candidatos hombres
versus el recibido por las mujeres y poder así contrastar.
Para manifestar el contraste entre los ingresos de diputaciones de MR con las alcaldías, la
repartición de dinero en las candidaturas a diputaciones por el principio de mayoría relativa se
puede decir es un poco más democrático en términos generales. Hay excepciones, en el caso
del PAN no se tiene más que una candidata mujer para la diputación por lo que no hay con qué
contrastar. De igual forma sucede con los independientes que cuentan exclusivamente con can-
didatos hombres para la diputación.
Tabla 40. Ingresos por diputación de mayoría relativa en las elecciones 2018 en Guanajuato
Veces
Ingresos Totales Número Sumatorias Máximo Mínimo Per cápita
de más
PAN 1 $404,842.30 $404,842.30 $404,842.30 $404,842.30
Mujeres 1 $404,842.30 $404,842.30 $404,842.30 $404,842.30
PRI 22 $2,906,651.05 $274,646.53 $0.00 $132,120.50 1.42
Hombres 11 $1,704,334.42 $274,646.53 $0.00 $154,939.49
Mujeres 11 $1,202,316.63 $168,078.84 $0.00 $109,301.51
PRD 1 $1,921.18 $1,921.18 $1,921.18 $1,921.18 0.02
Hombres 1 $1,921.18 $1,921.18 $1,921.18 $1,921.18
Encuentro Social 2 $236,269.34 $124,846.48 $111,422.86 $118,134.67 0.89
Hombres 1 $111,422.86 $111,422.86 $111,422.86 $111,422.86
Mujeres 1 $124,846.48 $124,846.48 $124,846.48 $124,846.48
Independiente 2 $1,921,138.83 $1,165,896.28 $755,242.55 $960,569.42
Hombres 2 $1,921,138.83 $1,165,896.28 $755,242.55 $960,569.42
Morena 2 $46,129.28 $44,358.32 $1,770.96 $23,064.64 25.05
Hombres 1 $44,358.32 $44,358.32 $44,358.32 $44,358.32
Mujeres 1 $1,770.96 $1,770.96 $1,770.96 $1,770.96
Morena-PT-
20 $852,169.94 $88,696.45 $3,282.25 $42,608.50 1.5
Encuentro Social
Hombres 10 $511,252.41 $88,696.45 $41,856.70 $51,125.24
Mujeres 10 $340,917.53 $58,510.19 $3,282.25 $34,091.75
Movimiento
22 $1,298,788.60 $112,931.94 $32,992.97 $59,035.85 0.98
Ciudadano
Hombres 11 $643,741.28 $106,876.87 $32,992.97 $58,521.93
Mujeres 11 $655,047.32 $112,931.94 $38,492.82 $59,549.76
Nueva Alianza 22 $1,073,302.42 $89,599.24 $32,660.29 $48,786.47 0.87
Hombres 11 $498,192.73 $62,406.45 $32,660.29 $45,290.25
Mujeres 11 $575,109.69 $89,599.24 $36,547.65 $52,282.70
PAN-PRD 21 $6,188,791.04 $346,262.15 $249,250.54 $294,704.34 1.02
Hombres 11 $3,267,245.75 $341,927.43 $252,342.37 $297,022.34
Dejando atrás las excepciones, podemos observar en el resto la diferencia entre los ingresos reci-
bidos para contender por un tipo de elección contra el otro. En la parte de diputaciones todos los
partidos, menos Morena, tienen saldos a favor de la mujer. Y el caso de Morena es difícil de gene-
ralizar puesto que son solo dos candidatos, uno hombre y una mujer por lo que se puede comparar
más no hablar de una tendencia. Y la coalición Juntos Haremos Historia disminuye a la mitad.
La diferencia se puede encontrar en diversas iniciativas que se dieron, incluso, previas a la
reforma electoral. Las sitúa en propuestas ciudadanas y académicas de reforma e iniciativas de
reforma que incluían el tema electoral comenzadas desde 2009, retomadas en 2010 y después por
el pacto por México de 2012 que se materializaba en ley hasta 2014.
Algunas iniciativas de partidos –PAN y PRD– en las diferentes cámaras en años previos al 2012,
proponían en razón de género aumentar el porcentaje de cuotas, pero la paridad como tal la
propone en la segunda tanda del punto denominado Reforma política y participación ciudadana
de la asociación de asociaciones de la sociedad civil titulada: Primera Cumbre Ciudadana. Justo
en el último punto redactado así: “impulsar la participación paritaria de hombres y mujeres en
todos los órdenes de gobierno” (Azuela, 2013: 35) .
Cuando finalmente se materializa la Reforma de 2014 se estipulaba en el artículo 41, base I.
que los partidos políticos tenían como fin
hacer posible el acceso de éstos al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas,
principios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo, así
como las reglas para garantizar la paridad entre los géneros, en candidaturas a legisladores
federales y locales.
Por ende, “que los partidos políticos tienen la obligación de garantizar la paridad de género, es
decir, que se integren las listas con 50% de hombres y 50% de mujeres en la postulación de candi-
daturas a legisladores federales y locales” (Castellanos, 2016:51) sin especificar nunca la paridad
en otros órdenes como lo había solicitado la sociedad civil organizada.
La misma base del artículo fue reformada el 10/02/2014 sin modificar el texto referente a los
legisladores federales y locales, no es sino hasta el decreto de reforma publicado por el Diario
Oficial de la Federación el 06/06/2019 que se observa el texto modificado, quedando de la manera
siguiente:
hacer posible su acceso al ejercicio del poder público, de acuerdo con los programas, prin-
cipios e ideas que postulan y mediante el sufragio universal, libre, secreto y directo, así
como con las reglas que marque la ley electoral para garantizar la paridad de género, en
las candidaturas a los distintos cargos de elección popular.
Recapitulación
La implementación del sistema de cuotas no ha sido un parte aguas de la “discriminación en las
oportunidades que tienen las mujeres para participar en política” (Krook y Restrepo, 2016: 462), pues
pese a la paridad en la representación política, continúan enfrentándose a barreras institucionales,
culturales y socioeconómicas por parte de los partidos políticos. Quienes ven en la insuficiencia ju-
rídica –vacíos jurídicos respecto a la regulación de los métodos de distribución del financiamiento
político– una oportunidad para realizar sus propios manejos financieros y, con ello, una forma de
eludir la equidad en la distribución de los recursos, ya que no ha que no ha sido posible confeccio-
nar esquemas jurídicos que regulen eficaz y equitativamente el fenómeno (Andrea, 2002).
En este sentido, las prácticas de discriminación tienen que ver con la falta de normas eficaces
respecto al tema del dinero y la equidad en la distribución del financiamiento público y privado
otorgado a los partidos políticos, y el predominio de los intereses partidistas sobre los de género.
Las cuales no han sido debidamente reguladas por las leyes electorales y normas estatutarias
al interior de los partidos, quedando sujeta la distribución a criterio y acuerdos de los propios
partidos políticos. Bajo este esquema, la competencia de candidatas y candidatos al interior de
los partidos se muestra diferenciada por una serie de factores que inciden negativamente en
las oportunidades de las mujeres dentro de los procesos electorales. Factores que no han logra-
do ser eliminados con el reconocimiento de un derecho paritario –ley de cuotas– o principios
de equidad/igualdad, debido a que siguen predominando pautas culturales, sociales, políticas
y económicas que afectan seriamente su participación, traduciéndose esta última en violencia
económica, la cual ha sido objeto de estudio del presente trabajo. A esto se suman gran cantidad
de trabajos en aras de un reconocimiento no retórico sino eficaz y total de los derechos político
electorales de las mujeres, que hasta hoy en día no han logrado erradicarse.
Esto es así debido a los recursos financieros que el gobierno entrega al INE, y éste a su vez a los
partidos políticos, si bien está sujeto a fiscalización por parte del Instituto, el objeto y fin de dicha
fiscalización es enfocada y justificada con motivo de la transparencia de los recursos públicos
otorgados por el presupuesto a los partidos. Y la protección de ingreso de recursos de origen
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https://igualdad.ine.mx/
La comunicación ocupa un lugar central en la vida social, especialmente en las prácticas políti-
cas. En los sistemas democráticos esta centralidad se vuelve más evidente durante los periodos
de campañas electorales, en tanto que la búsqueda de convencer al electorado de votar por
tal o cual partido se juega principalmente en los medios de comunicación. Los contenidos que
en ellos circulan bajo la forma de spots, noticias y otros, son productos simbólicos que llevan
implícitas determinadas intencionalidades, visiones del mundo y relaciones. De ahí que estos
elementos sean tan relevantes en el presente estudio sobre violencia política de género en el
proceso 2018 en Guanajuato.
En este capítulo se exponen los resultados de la investigación en el eje de la comunicación.
El objetivo específico fue analizar la dimensión comunicativa de las campañas electorales, me-
diante el abordaje de la publicidad electoral, la cobertura mediática y la comunicación en redes
sociodigitales, durante el periodo de las campañas y la jornada electorales. Esto permitió com-
prender las lógicas de representación simbólica de las candidaturas de mujeres.
El capítulo consta de tres partes: en primer lugar, se presenta la propuesta teórica, que arti-
cula elementos de la comunicación pública (Demers, 2008; Demers & Rueff, 2018) y de la línea de
género y comunicación (Padovani, 2018; Vega Montiel, 2008, 2017), para comprender la relación
entre actores, prácticas y escenarios de la vida política. En segundo lugar, se detalla la estrategia
metodológica, que consiste a su vez en tres fases de estudio: la primera es un comparativo ge-
neral, la segunda se enfoca en las representaciones de las mujeres en un corpus intermedio de
materiales, mientras que la tercera aborda las representaciones de las mujeres en un corpus más
reducido, para las tres áreas –publicidad política, cobertura mediática y comunicación en redes
sociodigitales–. Finalmente, se despliegan los resultados, en los cuales es posible identificar una
disparidad en la presencia de las mujeres en los productos comunicativos de los partidos en las
campañas electorales.
143
cación cobra especial relevancia en los sistemas políticos democráticos, por varias razones. En
primer lugar, el derecho a la comunicación se considera un pre-requisito para la participación
política de la ciudadanía, lo que refiere al marco de derechos tanto de acceso a la información
como de libertad de expresión. En segundo lugar, los medios de comunicación tienen un peso
importante en las sociedades contemporáneas, su presencia y operación han producido trans-
formaciones en el espacio público. En tercer lugar, estos cambios han sido particularmente visi-
bles en el desarrollo de los procesos políticos, sobre todo por la mediatización de las campañas
políticas y sus implicaciones en las percepciones que la ciudadanía tiene sobre los problemas
sociales y los gobiernos (Aceves González, 2010a; Bennett & Entman, 2005; Demers, 2008; Vega
Montiel, 2008).
La comunicación pública, en la propuesta de Demers (2008), se interesa por las condiciones y
mecanismos de surgimiento del debate en torno a los asuntos públicos. En nuestros tiempos, los
medios de comunicación son uno de estos mecanismos, quizás el más importante. Esta perspec-
tiva considera cuatro áreas clave, que se articulan en la discusión de lo público: el periodismo, la
publicidad, las relaciones públicas y la comunicación en redes (Demers, 2008; Demers & Rueff,
2018). En el presente estudio se toman en cuenta tres de esas cuatro áreas: la publicidad, el pe-
riodismo y la comunicación en redes. En el marco del proceso electoral local 2017-2018, se aborda
la especificidad de estas áreas en torno a las campañas electorales: la publicidad electoral, la
cobertura mediática local y la comunicación en los canales oficiales de las candidaturas en redes
sociodigitales. En estos espacios es posible identificar las representaciones de las candidaturas
de mujeres en el contexto de la política mediada.
La propuesta de la comunicación pública se articula, en este trabajo, con los estudios de co-
municación y género. En esta línea se sostiene la comprensión de la comunicación como un
derecho humano y como pre-requisito para el cumplimiento de otros derechos, principalmente
aquellos que garantizan la participación de las y los ciudadanos en los asuntos públicos. En
cuanto a las mujeres, implica reconocer las representaciones –muchas veces inequitativas– que
se producen y difunden en los medios, así como la presencia –a veces escasa, sobre todo en
puestos directivos– de mujeres como trabajadoras de tales industrias (Vega Montiel, 2010, 2014).
En esta investigación nos enfocamos específicamente en el vínculo entre las lógicas de la comu-
nicación que se dan durante las campañas electorales y que afectan de manera diferenciada en
función de género. De acuerdo con Aimée Vega Montiel (2008: 72):
Un foco rojo que urge nuestros análisis y acciones, son las condiciones de inequidad a las
que se enfrentan las mujeres que se incorporan a la política, lo cual se refleja en el trata-
miento que los medios de comunicación realizan –no sólo como vías de difusión, sino tam-
bién de información– de su desempeño y de las acciones dirigidas por ellas para realizar la
agenda de las mujeres en nuestro país.
Esta autora señala que los medios abordan de manera inequitativa a las mujeres y reproducen las
representaciones de las mujeres en términos de subordinación. En ese sentido plantea que la co-
municación política androcéntrica asocia a las mujeres con el espacio doméstico y a los hombres con
el espacio público, además, en la cobertura de las campañas se suele aludir a la situación marital
de las candidatas y a su aspecto físico, entre otras expresiones de inequidad (Vega Montiel, 2008).
La búsqueda de la equidad de género requiere considerar los medios y las tecnologías de
información y comunicación como dimensión clave. Por un lado, estos tienen el potencial de
promover la equidad de género. Por otro lado, se trata de espacios clave, que se vinculan a otros,
como la educación, la salud, el trabajo, la participación política y económica (Vega Montiel, 2017;
Padovani, 2018).
En las siguientes secciones se abordan brevemente la publicidad electoral, la cobertura mediá-
tica de las campañas y la comunicación en las redes sociodigitales oficiales de las candidaturas.
La publicidad electoral
Entendemos por publicidad electoral a la difusión de información por parte de los partidos
políticos, para promover las candidaturas a puestos de elección popular, durante los periodos
establecidos por los institutos electorales correspondientes. Estos materiales se difunden prin-
cipalmente bajo la forma de spots de televisión, spots de radio y publicidad exterior. Se dirigen al
electorado, con el propósito de dar a conocer información sobre las campañas –propuestas, perfil
de quienes participan en las candidaturas, perfil del partido político, entre otros– e incidir en la
decisión de voto. Lo habitual es que la publicidad electoral destaque los elementos positivos de
las candidaturas, aunque en las décadas recientes se ha visto una tendencia a la utilización de
“campañas negativas”, donde se busca desprestigiar o atacar a quienes son considerados adver-
sarios políticos (Aceves González, 2010a; Freidenberg & González, 2009).
La publicidad política en general busca incidir en la percepción que tiene la ciudadanía sobre los
actores políticos. De acuerdo con Aceves González (2010a), la publicidad política televisiva se orien-
ta a las emociones de las audiencias. La misma lógica se ha visto en la publicidad política en radio.
En los años recientes, la publicidad política se ha expandido también hacia las redes sociodi-
gitales. Si bien éstas fueron fundamentales en la campaña de Barack Obama en 2008 y se planteó
ese momento como un parteaguas en la comunicación política, en términos prácticos, en mu-
chos partidos y/o campañas no desarrollan estrategias electorales específicas para las redes y se
limitan a difundir en éstas los mismos spots que han producido para radio y televisión.
Metodología
La complejidad de la dimensión comunicacional en las campañas electorales exige un abordaje
que contemple las tres áreas –publicidad electoral, cobertura mediática de las campañas y redes
sociodigitales de las candidaturas– en distintas fases (ver tabla 42). El propósito es contar con un
panorama de los productos de comunicación en las campañas, sobre el cual se pueda profundi-
zar en acercamientos sucesivos.
Cobertura mediática
Análisis de contenido Análisis de contenido Análisis de discurso
de las campañas
Redes sociodigitales
Análisis de contenido Análisis de contenido Análisis de discurso
de las candidaturas
En todas las áreas, la primera fase consiste en la revisión general de productos mediante análisis
de contenido, esto contempla la revisión de todos los spots de radio y televisión correspondientes
a las candidaturas locales, así como una selección de notas informativas y de publicaciones en
redes, para identificar el panorama general de las campañas en el estado de Guanajuato. La se-
gunda fase se enfoca en las representaciones de las mujeres, también mediante análisis de con-
tenido; para ello se reduce el corpus de análisis y se contemplan solamente aquellos productos
explícitamente relacionados con las candidaturas femeninas. La tercera fase aborda un corpus
más reducido de materiales para realizar con ellos un análisis de discurso (Fairclough y Fairclou-
gh, 2012; Krippendorff, 2004; Lozano-Rendón, 1994). En las siguientes secciones se presentan los
resultados del análisis por área.
6 Portal de Promocionales de Radio y Televisión, del Instituto Nacional Electoral, disponible en: https://pautas.ine.mx/transparencia/index.
html
Fuente: Elaboración propia, con información del Portal de Promocionales de Radio y Televisión, del Instituto
Nacional Electoral.
La mayor cantidad de spots tanto de radio como de televisión se registró en el caso del candi-
dato Gerardo Sánchez García, del Partido Revolucionario Institucional. La menor cantidad se dio
en el caso de la candidata María Bertha Solórzano Lujano, del Partido Nueva Alianza. La diferen-
cia entre ambos en la cantidad de materiales producidos puede ser atribuida al presupuesto con
el que cuentan los partidos para actividades electorales, el cual es superior en el caso del PRI. El
candidato ganador en esta elección, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo de la Coalición Guanajuato al
Frente, tuvo también una producción de publicidad electoral baja en cantidad respecto a sus com-
petidores, pese a contar con recursos. Sin embargo, esto no equivale a la exposición, es decir, a la
cantidad de veces que los spots fueron transmitidos durante el periodo de campaña. Puede darse el
caso de que haya mucha exposición de pocos materiales. Sirva esto como puntualización, aunque
el foco de interés de este trabajo se encuentra en los contenidos, más que en las repeticiones.
En la escala municipal, los spots de radio y televisión en las campañas por las presidencias
municipales evidencian otras desigualdades. De los 46 municipios que hay en el estado de Gua-
najuato, sólo se registraron spots en ocho: Celaya, Dolores Hidalgo, Guanajuato, Irapuato, León,
Pénjamo, Purísima del Rincón y San Miguel de Allende. En la mayoría de los casos, hay una o dos
candidaturas que recurrieron a este tipo de publicidad, mientras que las otras no contaron con
ella, como puede observarse en la tabla número 44.
Tabla 44. Spots de radio y televisión para las presidencias municipales, por municipio
Número de Número de
Municipio Candidatura
spots en radio spots en TV
Abasolo 0 0
Acámbaro 0 0
Apaseo el Alto 0 0
Apaseo el Grande 0 0
Atarjea 0 0
Celaya Candidaturas independientes: Javier Mendoza 1 0
Comonfort 0 0
Coroneo 0 0
Cortazar 0 0
Cuerámaro 0 0
Doctor Mora 0 0
Dolores Hidalgo Candidaturas independientes: Julio González 1 1
Partido de Acción Nacional: Alejandro Navarro 1 0
Guanajuato
Partido Revolucionario Institucional: Ruth Lugo 3 1
Huanímaro 0 0
Irapuato Partido de Acción Nacional: Ricardo Ortiz 2 0
Jaral del Progreso 0 0
Jerécuaro 0 0
Partido de Acción Nacional:
1 1
Héctor López Santillana
León
Partido Revolucionario Institucional:
1 0
Clemente Villalpando
Fuente: Elaboración propia, con información del Portal de Promocionales de Radio y Televisión, del Instituto
Nacional Electoral.
Se observa que algunos partidos políticos y/o coaliciones no contaron con publicidad electoral
bajo la forma de spots de radio y televisión enfocada al nivel municipal. Tal es el caso de las coa-
liciones Guanajuato al Frente y Juntos haremos Historia, así como de los partidos Nueva Alianza
y Partido Verde, como se aprecia en la tabla 45.
El PAN registró spots en cuatro municipios: Guanajuato, Irapuato, León y San Miguel de Allen-
de. El PRI lo hizo en tres municipios: Guanajuato, León y Purísima del Rincón. Destaca el caso de
las candidaturas independientes, de las cuales se registraron spots en cuatro municipios: Celaya,
Dolores Hidalgo, Pénjamo y San Miguel de Allende. En este último, dos candidatos independien-
tes registraron publicidad audiovisual.
Tabla 45. Spots de radio y televisión para las presidencias municipales, por partido o coalición
Número Número
Partido o coalición
Municipio y candidatura de spots de spots
en radio en televisión
Guanajuato al Frente
(PAN, PRD, MC)
Juntos haremos historia
(MORENA, PT, PES)
Nueva Alianza
Guanajuato: Alejandro Navarro 1 0
En términos de género, se registraron spots por parte de tres candidatas y nueve candidatos,
como se observa en la tabla 46.
Tabla 46. Spots de radio y televisión para las presidencias municipales, por género
Fuente: Elaboración propia, con información del Portal de Promocionales de Radio y Televisión, del Instituto
Nacional Electoral.
Los datos anteriores permiten ver una serie de desequilibrios. En primer lugar, se observa un des-
equilibrio en términos de nivel de las candidaturas: mientras todas las candidaturas a la guber-
Tabla 47. Spots de radio y televisión para las diputaciones, por distrito
Número Número
Distrito Candidatura de spots de spots
en radio en TV
I. Dolores Hidalgo (parte), Ocampo, San
0 0
Diego de la Unión, San Felipe
II. San Luis de la Paz, Atarjea, Doctor Mora,
San José Iturbide, Santa Catarina, Tierra 0 0
Blanca, Victoria, Xichú
Partido Revolucionario
III. León (parte) 1 0
Institucional: Paty Romo
Partido Revolucionario
IV. León (parte) 1 0
Institucional: Bernardo Rodríguez
Partido Revolucionario
V. León (parte) 1 0
Institucional: Salvador Ramírez
Partido Revolucionario
VI. León (parte) 1 0
Institucional: María Fuentes
Partido Revolucionario
VII. León (parte) 1 0
Institucional: Gabriela Fuentes
Partido de Acción Nacional:
VIII. Guanajuato, Dolores Hidalgo (parte) 1 0
Martha Delgado
IX. San Miguel de Allende, Apaseo el Grande 0 0
X. San Francisco del Rincón, Cuerámaro,
0 0
Manuel Doblado, Purísima del Rincón
XI. Irapuato (parte) 0 0
XII. Irapuato (parte) 0 0
XIII. Silao, Romita 0 0
XIV. Salamanca 0 0
XV. Celaya (parte), Tarimoro 0 0
XVI. Celaya (parte) 0 0
Al revisar los datos por partido político o coalición, la mayor concentración de spots de radio se
da en el PRI concentra la mayor cantidad de spots de radio, con cinco materiales; mientras que el
PAN sólo tiene uno y los demás partidos y coaliciones, ninguno, como se ve en la tabla 48.
Tabla 48. Spots de radio y televisión para las diputaciones, por partido o coalición
Número Número
Partido o coalición Distrito y candidatura de spots de spots
en radio en televisión
Guanajuato al Frente (PAN, PRD, MC) 0 0
Juntos haremos historia (MORENA, PT, PES) 0 0
Nueva Alianza 0 0
Partido de Acción Nacional VIII. Martha Delgado 1 0
III. Paty Romo 1 0
IV. Bernardo Rodríguez 1 0
Partido Revolucionario Institucional V. Salvador Ramírez 1 0
VI. María Fuentes 1 0
VII. Gabriela Fuentes 1 0
Partido Verde 0 0
Candidaturas independientes 0 0
Fuente: Elaboración propia, con información del Portal de Promocionales de Radio y Televisión, del Instituto
Nacional Electoral.
Al hacer la revisión por género, se observa que contaron con spots de radio y televisión cuatro
candidatas –tres del PRI y una del PAN– frente a dos candidatos –ambos del PRI– (ver tabla 49).
Tabla 49. Spots de radio y televisión para las diputaciones, por género
Partido o coalición Candidatas con Candidatos con
publicidad electoral publicidad electoral
Partido Revolucionario Institucional 3 2
Partido de Acción Nacional 1 0
Total 4 2
Fuente: Elaboración propia, con información del Portal de Promocionales de Radio y Televisión, del Instituto
Nacional Electoral.
Fuente: Elaboración propia, con información del Portal de Promocionales de Radio y Televisión, del Instituto
Nacional Electoral.
Para la última fase, que consistió en el análisis de discurso de un corpus integrado por spots sig-
nificativos, se seleccionaron los únicos tres spots de televisión correspondientes a candidaturas
femeninas, así como un spot más en el cual se hace referencia explícita a mujeres desde la can-
didatura de un hombre. En otras palabras, se eligieron spots donde las mujeres son protagonistas,
o bien donde aparecen explícitamente.
María Bertha
Nueva Alianza Gubernatura de Guanajuato
Solórzano Lujano
Partido Revolucionario Presidencia municipal
Ruth Lugo
Institucional de Guanajuato
Partido Revolucionario Presidencia municipal
Guadalupe Velázquez
Institucional de Purísima del Rincón
Partido Revolucionario Gerardo Sánchez García
Gubernatura de Guanajuato
Institucional (1/11 spots)
Fuente: Elaboración propia, con información del Portal de Promocionales de Radio y Televisión, del Instituto
Nacional Electoral.
Isabela Fairclough y Norman Fairclough (2012) proponen un esquema de análisis del discurso
político enfocado en el razonamiento práctico, es decir, el que se refiere a la acción. En esta pro-
puesta, se entiende por argumento a las declaraciones implícitas o explícitas, donde una es la
conclusión o el llamado a la acción y las otras son premisas. En este sentido, el esquema de estos
autores incluye los siguientes elementos: valores, metas, circunstancias y llamado a la acción.
Los valores se refieren a aquello que preocupa o debería preocupar a los agentes, las metas son
futuros estados de cosas que dan cuenta de determinados valores, las circunstancias se refieren
al contexto de los agentes, el llamado a la acción indica aquello que el agente debe hacer.
Para identificar estos elementos, se realizó en primer lugar una descripción de cada spot. En
ella se distinguieron elementos como la imagen –que incluye las imágenes en movimiento, las
7 El mensaje completo dice: “Hoy los guanajuatenses merecemos un cambio seguro y responsable, una renovación de verdad. Por eso me
siento muy afortunada de encabezar este cambio que tanto necesitamos. En Nueva Alianza daremos la lucha. Soy la maestra Bertha
Solórzano. ¡Ven y renuévate!”
8 Voz en off: ¿Una mujer presidenta? Voz Ruth Lugo: Llegó la hora. Voz en off: ¿Qué es lo tuyo? Voz Ruth Lugo: Yo nací para servir. Voz en
off: ¿PRI? Voz Ruth Lugo: El partido que abrió las puertas a la ciudadanía. Voz en off: ¿Cuál es tu mejor propuesta? Voz Ruth Lugo: Un
gobierno ciudadano. Voz en off: ¿Tu mayor fortaleza? Voz Ruth Lugo: Experiencia, honestidad y determinación. Voz en off: Si compa-
ramos, ¿ganas? Voz Ruth Lugo: Sin duda alguna, estoy más fuerte que nunca. Voz en off: ¿Lo mejor de Guanajuato? Voz Ruth Lugo: Su
gente, su historia y sus posibilidades. Voz en off: ¿Tu peor enemigo? Voz Ruth Lugo: La corrupción y la pereza. Voz en off: Guanajuato.
Voz Ruth Lugo: El amor de mi vida. Voz en off: Vota Ruth PRI.
9 La voz en off de la propia candidata dice: “Desde muy joven, he trabajado por nuestro municipio. Tengo 12 años de experiencia en el
servicio público y ahí he aprendido que, cuando hacemos las cosas con rumbo, podemos lograr grandes transformaciones. Te invito a
que conozcas nuestro proyecto y juntos le regresemos la paz a nuestro municipio y construyamos un futuro lleno de esperanza para
nuestras familias. Yo soy Lupita Velázquez y te invito a que juntos, este 1º. de julio, vayamos con rumbo claro”.
10 Se recuperaron también noticias en radio y televisión. Sin embargo, por la ausencia de algunos datos que permitieran comparar, este
registro fue eliminado.
Tabla 53. Semana compuesta para análisis de cobertura mediática y redes sociodigitales
Marzo NA NA NA NA 30 31 1
Abril 2 3 4 5 6 7 8
Abril 9 10 11 12 13 14 15
Abril 16 17 18 19 20 21 22
Abril 23 24 25 26 27 28 29
Abril 30 1 2 3 4 5 6
Mayo 7 8 9 10 11 12 13
Mayo 14 15 16 17 18 19 20
Mayo 21 22 23 24 25 26 27
Mayo 28 29 30 31 1 2 3
Junio 4 5 6 7 8 9 10
Junio 11 12 13 14 15 16 17
Junio 18 19 20 21 22 23 24
Junio 25 26 27 28 29 30 1
Julio 2 3 4 5 6 7 8
Porcentaje respecto
Número de notas Número de notas donde
Medio a las notas sobre elecciones
informativas aparecen mujeres
del medio
AM Celaya 6 2 33.3
AM Irapuato 22 11 50.0
AM León 93 19 20.4
Contra Punto 1 0 0.0
Correo 138 45 32.6
El Heraldo de León 110 31 28.2
El Sol de Irapuato 46 12 26.1
El Sol de León 72 13 18.1
EL Sol de Salamanca 20 4 20.0
El Sol del Bajío 21 6 28.6
Milenio 69 17 24.6
Página Central 1 0 0.0
Zona Franca 134 31 23.1
Total 733 191 26.1
Se observa que, incluso cuando hubo paridad en las candidaturas, las mujeres están subrepre-
sentadas en la cobertura mediática informativa, ya que aparecen en menos de la tercera parte de
las notas. Este no es un dato menor, sobre todo si consideramos que en el análisis se tomaron en
cuenta todas aquellas notas donde aparecían mujeres, bajo distintas figuras: como fuente, como
protagonista, o bien sólo con mención.
Tomando en cuenta las 191 notas donde aparecen mujeres11, los temas predominantes fueron
los siguientes:
11 Aquí se consideran las 128 notas que corresponden a las ocho categorías con mayor cantidad de menciones, otras categorías tuvieron
menor cantidad de menciones.
Se aprecia en estas notas que la mayor parte de las notas corresponden a dos posiciones: el
41.9% de las notas simplemente mencionan mujeres y el 41.4% de las notas están enfocadas en
mujeres como protagonistas.
Un ejemplo de mención se da en la nota “Sanciona INE anomalías en las precampañas”, pu-
blicada en Periódico Correo el 13 de abril de 2018, en la que se lee: “CASTIGAN A MORENA Según la
resolución INE/CG250/2018, Morena es el más castigado en la precampaña a gobernador, periodo
en el que Antares Vázquez era precandidata”. En este caso, el protagonismo de la nota lo tiene el
INE y la política en cuestión sólo aparece mencionada.
La tercera fase del estudio consistió en el análisis de contenido cualitativo (Schreirer, 2014) de un
corpus más reducido de notas informativas. Para integrarlo se tomaron en cuenta los temas pre-
dominantes –irregularidades, pacto de civilidad, campaña, registro, planilla, propuestas, seguri-
dad, debate– y se agregaron otros, por su vínculo con la violencia electoral en razón de género
–violencia de género, sustituciones, amenaza, igualdad, renuncia, violencia política–. El corpus se
integró por una nota de cada tema. La selección fue aleatoria en los casos en que se contaba con
dos o más notas. En aquellos donde solamente se registró una nota, ésa misma fue seleccionada
(ver tabla 46). En esta fase no se buscó sostener la representatividad en términos estadísticos,
sino temáticos.
En este análisis se identificaron los siguientes elementos: encabezado, enfoque del encabezado,
enunciados referidos a mujeres, sustantivos referidos a mujeres, adjetivos referidos a mujeres,
verbos referidos a mujeres, roles de mujeres. El análisis permitió identificar los sustantivos con
los cuales las mujeres son nombradas, para clasificarlos en categorías abarcadoras: nombres
propios, roles y/o cargos en campaña, roles y/o cargos fuera de la campaña, categorías genéricas.
12 Si bien el encabezado menciona al INE, las precampañas a las que hace referencia son las locales, en las cuales los partidos estaban
en proceso de definir sus candidaturas a la gubernatura.
Los nombres propios casi siempre van ligados a los roles. Los roles, como se puede observar en
la tabla, casi siempre son de liderazgo en distintos ámbitos. Las categorías genéricas refieren a
sectores sociales amplios, que permiten generalizar.
El análisis permitió también observar que prácticamente no se utilizan adjetivos. Si bien se
trata de notas informativas y, en ellas, la norma es no incluir adjetivos, algunos estudios previos
señalan la estigmatización de las mujeres por medio de estos.
Como se puede observar en la tabla, la mayor parte de los verbos se concentran en las decla-
raciones. Esto refleja la lógica de trabajo periodístico en los medios de la región, que se enfoca
precisamente en las declaraciones y no en el periodismo de investigación.
Finalmente, los roles de las mujeres que dejan ver las notas de prensa se agruparon en cuatro
categorías: roles políticos en campaña, roles políticos institucionales –que abarcan otros cargos
ocupados por mujeres en partidos políticos y dependencias–, roles familiares y roles genéricos.
Sin embargo, esta lógica cambia al ir al nivel municipal, donde sólo 137 de 324 candidaturas
contaron con presencia en redes sociodigitales. En la tabla 62 se observa la distribución por par-
tido o coalición y por municipio. Cada número indica el número de redes que fueron empleadas
durante las campañas.
Salvatierra 0 0 0 1 1 0 0 2
San Diego de la Unión 0 1 0 0 0 1 0 2
San Felipe 0 1 0 1 0 1 1 0 4
San Francisco del
1 1 1 3 0 1 3 10
Rincón
San José Iturbide 1 1 0 0 1 0 1 0 4
San Luis de la Paz 1 0 0 1 1 1 0 4
San Miguel de
2 0 1 2 1 3 0 0 9
Allende
Santa Catarina 1 0 0 0 1
Santa Cruz de
1 0 0 0 1 0 0 0 2
Juventino Rosas
Santiago Maravatío 0 0 0 1 1 2
Silao 1 0 1 0 1 1 0 4
Tarandacuao 0 1 0 0 0 0 1
Tarimoro 0 0 0 0 0 1 0 1
Tierra Blanca 0 0 0 0 0 0 0 0
Uriangato 1 0 0 1 0 0 1 1 4
Valle de Santiago 0 0 0 1 0 0 0 0 1
Victoria 0 0 0 1 0 1 0 2
Villagrán 1 0 1 0 0 0 0 2 4
Xichú 0 0 0 0 0
Yuriria 1 1 0 1 1 2 0 6
32 16 11 39 21 46 24 15 204
Facebook fue la red más recurrente, al ser utilizada en 137 campañas; en segundo lugar, se ubi-
ca Instagram, que fue empleada en 36 campañas; le sigue Twitter, con 25 campañas; finalmente
aparece YouTube, que fue usada en apenas 6 campañas. Resalta que en cinco municipios ningu-
na candidatura utilizó redes sociodigitales para las campañas, se trata de Atarjea, Doctor Mora,
Ocampo, Tierra Blanca y Xichú. Frente a eso, los municipios donde más candidaturas emplearon
redes fueron Celaya –con 7 de 8 candidaturas–, Irapuato –con 6 de 8–, León –con 6 de 7– y San
Francisco del Rincón –con 6 de 7–.
En términos de género, 80 de los 172 candidatos y 57 de las 152 candidatas emplearon redes
sociodigitales en sus campañas por las presidencias municipales, es decir, el 46.5% de los candi-
datos tuvo presencia en redes, frente a la 37.5% de las candidatas. En ese sentido, en algunos mu-
nicipios sí hubo uso de redes en las campañas, pero no en las candidaturas de mujeres. Son los
casos de Apaseo el Alto, Coroneo, Cortazar, Dolores Hidalgo, San Felipe, San José Iturbide, Santa
Catarina, Santa Cruz de Juventino Rosas y Santiago Maravatío. Además, en un par de municipios
–Apaseo el Grande y Valle de Santiago– sí se registró uso de redes, pero no hubo candidaturas de
mujeres.
Por otro lado, en las campañas de las diputaciones, se emplearon redes sociodigitales en 69 de
138 candidaturas. En la tabla 63 se observa la distribución por partido o coalición y por distrito.
Cada número indica el número de redes que fueron empleadas durante las campañas.
Distrito JHH PGF MC Morena PANAL PAN PES PRD PRI PV PT Ind Total
I 0 1 0 0 0 1 2
II 0 2 0 0 2 0 4
III 0 1 0 1 1 1 0 4
IV 1 1 0 0 0 1 3
V 0 1 1 0 3 0 5
VI 1 2 0 0 0 2 1 0 6
VII 0 1 1 0 1 0 3
VIII 0 1 0 1 2 0 4
IX 0 1 0 1 1 0 3
X 0 3 2 0 1 0 6
XI 0 2 0 0 2 2 6
XII 1 2 0 1 0 1 5
XIII 0 2 0 0 2 1 5
XIV 0 1 0 0 0 1 2
XV 1 3 0 1 0 0 5
XVI 0 3 0 1 1 0 0 5
XVII 4 0 1 0 0 1 1 0 7
XVIII 0 1 0 1 1 1 4
XIX 2 1 0 0 1 1 5
XX 1 2 0 1 1 1 6
XXI 0 1 0 0 1 0 2
XXII 0 1 0 0 1 1 3
6 35 7 1 7 1 0 1 24 13 0 0 95
Fuente: Elaboración propia.
Se observa que en todos los distritos se emplearon redes sociodigitales en las campañas por las
diputaciones, pero no necesariamente en todos los partidos y/o coaliciones por igual. Facebook
fue la red más recurrente, fue empleada en 60 de 138 candidaturas; le siguen Twitter con 17, Ins-
tagram con 11 y YouTube con 6.
Los distritos en los cuales hubo más candidaturas que emplearon redes son el III y el VI, que
corresponden a zonas de León; el XII, que corresponde a una parte de Irapuato; el XVII, que com-
prende Santa Cruz de Juventino Rosas, Comonfort y Villagrán; el XVIII, que incluye Pénjamo, Aba-
solo, Huanímaro y Pueblo Nuevo; así como el XIX, que contempla a Valle de Santiago, Cortázar y
Jaral del Progreso.
Al revisar el uso por partido o coalición, se observa que Por Guanajuato al Frente fue la única
que empleó redes sociodigitales en todas sus candidaturas para diputaciones, que fueron 21. Los
partidos que la integran, el PAN y el PRD, emplearon redes también en el distrito III en el que com-
pitieron por separado. Después están los casos del PRI, que las utilizó en 17 de 22 candidaturas;
y el Partido Verde, en 12 de 22 candidaturas. Las condiciones son distintas en otros casos, como
el Partido Nueva Alianza, donde usaron redes en 7 de 22 candidaturas; Movimiento Ciudadano,
en 5 de 22; la coalición Juntos Haremos Historia, en 5 de 20; Morena, en 1 de 2. No se registró uso
de redes en las dos candidaturas del Partido Encuentro Social, dos del Partido del Trabajo y una
de candidato independiente.
Al ir al nivel de candidaturas, el único candidato que tuvo presencia en las cuatro redes ana-
lizadas –Facebook, Twitter, Instagram y YouTube– fue Juan Antonio Acosta Cano, que representó a la
coalición Por Guanajuato al Frente en el distrito XVII. En el extremo contrario, no se emplearon
redes sociodigitales en 17 candidaturas de Movimiento Ciudadano –9 mujeres y 8 hombres–, 15
candidaturas de la coalición Juntos Haremos Historia–8 mujeres y 7 hombres–, 15 candidaturas
de Nueva Alianza –8 mujeres y 7 hombres–, 10 candidaturas del Partido Verde –6 hombres y 4
mujeres–, 5 candidaturas del PRI –4 hombres y una mujer–. Como ya se había mencionado, no se
registró uso de redes en las dos candidaturas en que el Partido del Trabajo iba solo –una mujer
y un hombre–, tampoco en las dos en que el Partido Encuentro Social iba solo –una mujer y un
hombre–, ni en la candidatura independiente.
En términos de género, 36 de las 68 candidatas y 35 de los 70 candidatos emplearon redes so-
ciodigitales en sus campañas por las presidencias municipales, es decir, 52.9% de las candidatas
y 50.0% de los candidatos tuvieron presencia en redes.
La integración del corpus de análisis de la comunicación en redes sociodigitales siguió la mis-
ma lógica de semana compuesta que el de la cobertura mediática informativa, es decir, se tra-
bajó con un muestreo probabilístico de dos semanas compuestas para identificar patrones (Kri-
ppendorff, 2004; Lozano, 1994). De esta manera, el corpus contempló las publicaciones realizadas
en los canales oficiales de las candidaturas en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube, en los días
que se señalan a continuación.
• Marzo: sábado 31.
• Abril: domingo 1, sábado 7, viernes 13, jueves 19, miércoles 25.
• Mayo: martes 1, lunes 7, viernes 18, domingo 20, sábado 26.
• Junio: viernes 1, jueves 7, miércoles 13, martes 19, lunes 25.
• Julio: domingo 1, lunes 2, sábado 8.
La primera fase de análisis de contenido contempló los siguientes datos: partido o coalición,
candidatura, red13, tema, tratamiento14 y perfil de mujeres. Tanto el tema como el perfil de muje-
res fueron codificados a partir de la observación. En las publicaciones se identificaron 23 temas:
seguridad, educación, empleo, familia, campaña, salud, infraestructura, cambio, economía, cul-
tura, mujeres, igualdad, violencia, corrupción, inclusión, jóvenes, desarrollo, deporte, ecología y
medio ambiente, turismo, drogas, campo y migrantes. Asimismo, se identificaron 11 perfiles de
mujeres: esposa, mamá, trabajadora, mujer sumisa, víctima, emprendedora, mujer empoderada,
compañera, mujer en condiciones de igualdad, sociedad, hija. Las tablas 64, 65 y 66 señalan la
cantidad de publicaciones seleccionadas por candidatura y distinguen aquellas en las cuales hay
presencia de mujeres.
13 Para ello se registraron las publicaciones en Facebook, Twitter, Instagram. Algunas campañas contaron también con canales en YouTube.
Si bien estos se revisaron en la primera fase del trabajo, se descartaron posteriormente, ya que la lógica es distinta a las de Facebook,
Twitter e Instagram, que se caracterizan por un mayor dinamismo y frecuencia de publicación.
14 En el tratamiento se distinguió entre: 1) promoción del voto y/o las campañas, 2) notificaciones automáticas de cambios en las plata-
formas, ej. cuando cambian de foto de portada, 3) difusión de información.
Publicaciones
Total de
Partido o coalición Candidatura Red con presencia
publicaciones
mujeres
Facebook 39 25
Guanajuato al Frente Diego Sinhue
Twitter 56 25
(PAN, PRD, MC) Rodríguez Vallejo
Instagram 5 5
Facebook 68 42
Juntos haremos historia Francisco Ricardo
Twitter 50 2
(MORENA, PT, PES) Sheffield Padilla
Instagram 9 3
Facebook 14 8
María Bertha
Nueva Alianza Twitter 9 4
Solórzano Lujano
Instagram 1 1
Facebook 94 58
Partido Revolucionario Gerardo
Twitter 98 49
Institucional Sánchez García
Instagram 19 10
Facebook 38 20
Felipe Arturo
Partido Verde Twitter 54 17
Camarena García
Instagram 14 6
568 275
Publicaciones
Total de
Municipio Partido Candidatura Red con presencia
publicaciones
de mujeres
Facebook 13 10
Celaya PAN Elvira Paniagua
Instagram 3 3
Celaya MC Isaura Cano Facebook 9 4
Publicaciones
Total de
Municipio Partido Candidatura Red con presencia
publicaciones
de mujeres
Salvatierra PAN Alejandrina Lanuza Facebook 18 7
Salvatierra PRD Isabel Contreras Facebook 4 2
San Felipe PAN Oscar Gamboa Facebook 1 0
San Felipe PRI David Jiménez Facebook 28 0
San Felipe MC Eduardo Ramón Castillo Facebook 27 3
San Francisco del
JHH Miguel Angel Morales Facebook 7 0
Rincón
Facebook 32 20
San Francisco del
PV Juan Carlos Sainz Twitter 4 2
Rincón
Instagram 4 4
San Francisco del
MC Abril del Moral Facebook 40 2
Rincón
San Luis de la Paz PRD Imelda Hernández Facebook 25 6
San José de
PV Juan Carlos González Facebook 40 0
Iturbide
San José de
PRD Jose Juan Gallegos Facebook 3 0
Iturbide
San José de
MORENA Genaro Zuñiga Facebook 6 0
Iturbide
Santa Cruz de
PRD Serafín Prieto Facebook 65 0
Juventino Rosas
Santa Cruz de
MORENA Jonás Cervantes Facebook 2 0
Juventino Rosas
Silao PANAL Loreto Belén Facebook 17 1
Silao JHH Carlos García Facebook 33 0
Tarimoro Ind Alfredo Saavedra Facebook 10 7
Tarimoro PRI Bárbara Martínez Facebook 12 6
Uriangato PV Carlos Guzmán Facebook 9 0
Uriangato PAN Cecilia Pérez Facebook 13 8
Uriangato MORENA Manuel Álvarez Facebook 18 8
Victoria PAN Berenice Montes Facebook 24 6
Villagrán Ind Hugo Macías Facebook 9 6
Yuriria PANAL Juan Lara Facebook 1 1
Yuriria PAN Salomón Carmona Facebook 12 3
1821 726
Al revisar las tendencias por municipio, es posible identificar que, si bien todos siguen las lógicas
predominantes, en algunos de ellos emergen temas clave y otros perfiles, con algunas publica-
ciones registradas en el periodo de observación. En la tabla 66 se enuncian los temas y perfiles,
tanto los sobresalientes como aquellos que aparecen en segundo lugar, incluso si la diferencia
es amplia.
Publicaciones
Total de
Municipio Temas con presencia Perfil mujeres
publicaciones
de mujeres
campaña, seguridad
Abasolo 12 3 sociedad
y violencia
sociedad,
Acámbaro 25 campaña, cultura 17
compañera
campaña, seguridad sociedad,
Apaseo el Alto 60 23
y violencia, familia, salud compañera
sociedad,
Celaya 100 campaña, cambio, jóvenes 73
trabajadora
sociedad,
Comonfort 36 campaña, salud 15 esposa,
trabajadora
sociedad,
Cortazar 38 campaña, educación 26
trabajadora
sociedad,
Cuerámaro 70 campaña, deporte 21
compañera
sociedad,
Guanajuato 62 campaña, cultura 47
compañera
campaña, desarrollo, sociedad, mujer
Huanímaro 13 6
deporte empoderada
sociedad,
Irapuato 323 campaña, empleo 154 compañera,
trabajadora
sociedad,
Jaral del Progreso 17 familia 13 trabajadora,
compañera
sociedad,
Jerécuaro 4 campaña 3
trabajadora
sociedad,
León 248 campaña, seguridad 113 trabajadora,
compañera
Moroleón 37 campaña 0 NA
sociedad,
campaña, educación,
Pénjamo 69 24 esposa,
campo
trabajadora
sociedad,
Purísima 46 campaña, seguridad 22
compañera
Romita 1 campaña 0 NA
sociedad,
Salamanca 78 campaña, seguridad 52 trabajadora,
compañera
trabajadora,
Salvatierra 22 campaña, empleo 9 sociedad,
esposa
sociedad,
Yuriria 13 campaña, cambio 4
trabajadora
Como ya se dijo antes, la mayor parte de las publicaciones refieren a las propias campañas, pero se
aprecia que emergen distintos temas, principalmente seguridad, educación y familia. En cuanto a los
perfiles, emergen tres principalmente: la mujer como compañera, la mujer trabajadora y la esposa.
Al revisar estas publicaciones por partido, se observa que la campaña fue el tema principal en
todos ellos. En segundo lugar, emergieron seguridad y familia. Por otro lado, las mujeres fueron
nombradas, en la mayoría de los partidos, de modo general, como parte de la sociedad. Sólo en
un caso, el Movimiento Ciudadano, la categoría sobresaliente fue compañera. Entre los perfiles
que emergen están los de compañera, trabajadora y emprendedora.
Publicaciones
Total de
Coalición o partido Temas con presencia Perfil mujeres
publicaciones
de mujeres
campaña, violencia,
Juntos Haremos Historia 71 9 sociedad
otros
campaña,
sociedad,
infraestructura,
Morena 146 87 compañera,
ecología / medio
emprendedora
ambiente
compañera,
campaña, seguridad,
Movimiento Ciudadano 93 12 sociedad,
cultura
emprendedora
sociedad,
Nueva Alianza 41 campaña 21
compañera
sociedad,
Partido de Acción Nacional 363 campaña, familia 169
trabajadora
Partido de la Revolución campaña, seguridad, sociedad,
225 57
Democrática mujeres compañera
Partido Revolucionario sociedad,
395 campaña, jóvenes 205
Institucional trabajadora
sociedad,
Partido Verde 190 campaña, familia 42
trabajadora
Se hizo también una revisión por género. Específicamente, se separaron las publicaciones de
las candidatas a presidencias municipales, cuyas publicaciones formaron parte del corpus de
análisis. Se identificaron 696 publicaciones en total. En ellas, el tema predominante fue la propia
campaña, el segundo tema abordado fue la seguridad. En 355 de las publicaciones aparecen mu-
jeres también. El perfil predominante es, igual que en las publicaciones de candidatos, la mujer
como parte de la sociedad. En segundo lugar, se coloca la mujer como compañera; mientras que
en tercero queda la mujer trabajadora.
En el caso de las candidaturas a diputaciones locales, se analizaron 734 publicaciones. El tema
predominante en ellos fueron las propias campañas, lo cual coincide con la lógica observada
en las candidaturas por la gubernatura y las presidencias municipales. Se registró presencia de
mujeres en 36 de las 734 publicaciones revisadas. La representación predominante fue, como en
otros casos, la mujer como parte de la sociedad.
La mayor parte de las publicaciones analizadas refieren a las campañas. El tema que emerge es
la seguridad, específicamente en los distritos V, VIII, XI, XII y XIX. Si bien en estas publicaciones la
figura de la mujer aparece como parte de la sociedad, esta categoría se encuentra empatada con
la mujer como compañera.
A nivel de partidos, se aprecia que, junto a las campañas, emergen temas como los jóvenes,
la seguridad y la educación. En cuanto a la representación de las mujeres, la más frecuente fue
la mujer como compañera.
Publicaciones
Total de
Coalición o partido Temas con presencia Perfil mujeres
publicaciones
de mujeres
sociedad,
Por Guanajuato al Frente 287 campaña, educación 13
compañera
Morena 7 campaña 0 NA
campaña, seguridad,
Movimiento Ciudadano 20 1 compañera
jóvenes
Partido Revolucionario
113 campaña, jóvenes 5 compañera
Institucional
trabajadora,
Partido Verde 130 campaña, seguridad 2
compañera
Finalmente, por género, se aprecia que, en las 410 publicaciones de candidatas, el tema predo-
minante fue la campaña, seguido de la juventud, mientras que el perfil predominante fue el de
la mujer como compañera. En las 324 publicaciones de candidatos, el tema predominante fue
también la campaña, seguido de la seguridad y el campo, mientras que las mujeres fueron repre-
sentadas como compañeras y como parte de la sociedad.
En la última fase del estudio se seleccionaron algunas publicaciones de las y los candidatos
en redes sociodigitales. Estas publicaciones correspondieron a los temas y perfiles femeninos
predominantes, así como a algunos emergentes. La selección fue aleatoria. De las publicaciones
correspondientes a las candidaturas por la gubernatura, se seleccionó una de Diego Sinhue Ro-
dríguez Vallejo –candidato ganador, actual gobernador del estado de Guanajuato– y una de María
Bertha Solórzano Lujano –candidata del Partido Nueva Alianza, única mujer en la contienda por
la gubernatura–.
El post del entonces candidato Diego Sinhue refiere a la familia como motor para su búsqueda de
“un mejor Guanajuato”. El mensaje escrito se complementa con una serie de fotografías del can-
didato en campaña, junto con su familia y algunos simpatizantes. Se observa así la articulación
entre el tema –la campaña– y los perfiles femeninos –en este caso, esposa e hijas–.
La publicación de la candidata del Partido Nueva Alianza refiere, de igual manera, a las actividades
de campaña, al encuentro con la gente. En el mensaje escrito se emplea una forma de lenguaje
incluyente: “Conocimos de Ciudadanx a Ciudadanx”. El texto se compaña por una serie de foto-
grafías donde se observa a la gente, el encuentro con la candidata y la presencia de simpatizantes.
En segundo lugar, de las correspondientes a las candidaturas por las presidencias munici-
pales, fueron seleccionadas dos publicaciones del 25 de junio, del municipio de Salamanca, de
las candidaturas de Antonio Arredondo –del Partido de Acción Nacional– y Coral Valencia –del
Partido Revolucionario Institucional–.
Esta publicación corresponde también a las actividades de campaña. El perfil femenino que apa-
rece es el de ama de casa: “apoyos a estudiantes, amas de casa y adultos mayores”. El texto es
acompañado por fotografías de los encuentros con simpatizantes.
En tercer lugar, de las candidaturas por las diputaciones, fueron seleccionadas dos publicacio-
nes que corresponden al 19 de junio, el distrito XVIII y las candidatas Jessi Cabal –de la coalición
Por Guanajuato al Frente– y Bety Delgado –del Partido Verde–.
En ambos casos las publicaciones corresponden a la campaña. Sin embargo, no hay un reporte
de actividades, como en los casos anteriores, sino que se presentan ejecuciones publicitarias en
las cuales se invita a votar. En el caso de Jessi Cabal, la imagen muestra las curules del Congreso
del Estado de Guanajuato vacías, junto a la oración “déjame ser tu voz en el Congreso del Esta-
do”. Se plantea la promesa de buscar recursos y apoyos.
En el caso de Bety Delgado, es ella quien aparece en la imagen, junto a la invitación a votar por
ella. En esta búsqueda, la candidata asume el rol de amiga: “este 1 de julio vota por tu amiga”.
En suma, la exploración del uso de redes sociodigitales de manera oficial en las campañas elec-
torales permitió identificar constantes en términos de temas predominantes y perfiles feme-
ninos, así como diferencias en la frecuencia de publicación. Si bien no se revisó la calidad y el
cuidado de las producciones, fue posible ver también algunas disparidades. Estas diferencias
pueden ser atribuidas al presupuesto con el que se contó en las campañas, ya que, mientras en
algunas se advirtió la presencia de profesionales en comunicación digital para el manejo de las
redes, en otras la operación fue más limitada.
Recapitulación
Este capítulo tuvo como objetivo analizar la dimensión comunicativa de las campañas electo-
rales, mediante el abordaje de tres áreas clave: la publicidad electoral, la cobertura mediática
y la comunicación en redes sociodigitales. La exploración permitió comprender las lógicas de
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La violencia política puede presentarse en espacios habituales de la vida de las candidatas, como
en sus casas de campañas, hogares o lugares que acostumbren a frecuentar, pero ¿qué factores
estarían mediando la aparición de la violencia contra las mujeres en los procesos electorales?
¿existen territorios donde las candidatas corren más riesgo que otros? ¿qué características tie-
nen esos lugares? La violencia política en razón de género es un campo de estudio en plena
creación, en Guanajuato existen pocos estudios y en ninguno hemos encontrado indicadores
que nos permitan identificar los espacios públicos donde esta violencia puede ser más proclive
a presentarse por lo que desarrollamos una propuesta de variables indicativas para analizar los
territorios y sus riesgos.
En este capítulo nos abocaremos a la realización del siguiente objetivo: Identificar zonas de
riesgo para las mujeres candidatas durante el proceso electoral 2017-2018 y después del mismo,
a través de los índices de delitos de alto impacto y de delitos contra las mujeres; variables de
desarrollo humano y de competencia electoral que permitan pensar los procesos electorales
desde los territorios en disputa por los partidos políticos, el acceso de la participación política y
los riesgos que esto conlleva para las candidatas.
Los mapas de riesgo pretenden identificar y ubicar zonas que representan amenazas y vul-
nerabilidades para sus habitantes. Por la naturaleza y duración de la investigación, este mapa se
estructuró en dos tiempos de estudio. En un primer momento se presenta la construcción analí-
tica para la creación de un sistema de información que nos permita la concepción de un mapa de
riesgo de violencia electoral en razón de género durante la contienda electoral con la información
del proceso electoral inmediato anterior 2014-2015. Así como las listas de candidatas a las presi-
dencias municipales e indicadores que asociamos a la posibilidad de ocurrencia de la violencia
contra las mujeres candidatas y que permita brindar esa información durante el proceso de cam-
paña electoral para que el IEEG pudiese implementar acciones pertinentes en esta materia.
En un segundo momento, pasada la jornada electoral y con los resultados electorales, exami-
namos los factores de riesgo con indicadores del año 2018 para lograr una mejor comprensión
del territorio en relación al fenómeno de la violencia y en particular con la violencia política en
razón de género en el Estado de Guanajuato que nos proporcione insumos para las propuestas
de acción en las próximas elecciones.
15 Los mapas contenidos en esta sección fueron elaborados por Carlos Ríos Llamas.
191
Por último, se logra identificar la lógica territorial y política donde a las mujeres se les per-
mite y se les limita su participación en las elecciones municipales. Esta lógica obedece al centro
político del estado que se encuentra distribuido en lo que se conoce como corredor industrial
(la región centro III) y la periferia está compuesta por las regiones: noreste (I), norte (II) y sur (IV).
Como se revisó en el capítulo dos, en el apartado de resultados electorales, las grandes ciuda-
des de la región centro están disputadas y ganadas principalmente por hombres, mientras que
las dos excepciones son Salamanca que obedece a un contexto local de oposición más que a un
avance de género en la ciudad. Y el caso atípico de Celaya en el que la contienda era principal-
mente de mujeres y por segunda vez el gobierno es encabezado por una mujer. La región noreste,
la más pobre y con menor población, solamente contiene el 5 %, es la región donde se permite la
participación de las mujeres en la mayoría de los partidos.
Estos hallazgos, por una parte, en cuanto a la limitada participación de las mujeres en con-
tiendas electorales aunque numérica, nos permite concluir que no es por falta de capacidad que
los partidos políticos anulen a las mujeres para la participación política ya que, el que accedan
que las mujeres contiendan en Celaya –uno de los municipios más violentos y problemáticos del
estado–, permite inferir que no es un problema de capacidad/incapacidad de la visión de los to-
madores de decisiones para la selección de candidaturas, sino la misoginia presente en todos los
partidos políticos tanto a la hora de la selección de las candidaturas como al lograr la simulación
de cumplimiento con la paridad.
La paridad ha obligado a la apertura de espacios políticos para las mujeres, principalmente
estos espacios son de bajo riesgo de violencia política para las candidatas, pues se les permite
participar en municipios donde el ingreso económico, el desarrollo humano, los delitos y la po-
blación, son bajos, es decir, sin rentabilidad política. Sin embargo, este análisis identificó como
riesgo para sufrir violencia contra las mujeres el índice de escolaridad municipal, y se observó
que Celaya tiene los más altos aunque ahí el gobierno lo ganó una mujer. El otro gobierno es Sa-
lamanca donde existe el riesgo para la presidenta. Mientras que Guanajuato, León, Irapuato, que
también presentan índices de escolaridad altos, pero están encabezados por hombres.
Por último, concluimos, que si bien la violencia política en razón de género en el espacio
público no estuvo presente en el proceso electoral de 2018, la latencia de la ocurrencia puede
incrementarse en caso de que el acceso de las mujeres a las contiendas electorales cambie su
lógica dentro de los partidos políticos y permita que las mujeres participen en la lucha por los
municipios catalogados como centros políticos con rentabilidad y competitividad electoral, ya
que ahora les dejan los espacios menos codiciados.
192 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
humana condiciona las características internas de la misma y a su vez es transformado por las
prácticas de sus habitantes: “La territorialidad es por ello una producción social en la que se
representa el vínculo entre espacio, historia y poder: constituye, en última estancia, la materia-
lización del espacio político”.
Estos contextos socioculturales se pueden expresar con el Índice de Desigualdad de Género
al buscar aproximarnos al acceso desigual que tienen los hombres y las mujeres no sólo en re-
lación al acceso a la salud, a la educación y a la economía, sino también al empoderamiento de
las mujeres por medio del acceso a cargos de representación legislativa.
Para comprender los territorios de riesgo que no sean los habituales donde las candidatas
realizan sus actividades personales y políticas (domicilios, trayectos cotidianos, casas de campa-
ña, y sedes de partidos políticos) es necesario poder distinguir la violencia que se ejerce contra
las mujeres en razón de género, que es propia del juego político, para ubicar en qué espacios
geográficos pueden presentarse situaciones de conflicto y violencia.
En la perspectiva de Salamanca (2006: 18) “la violencia, pues, además de ocurrir, consta de
un lugar y no puede ser sin él, en una relación de determinación mutua: así como la violencia
requiere un topos para poder ser leída, el hecho violento determina de manera definitiva al lugar
en el que ocurre”. Para tratar de localizar el topos como relación de determinación mutua, com-
prendemos que el contexto sociocultural más proclive a hechos violentos puede estar determi-
nando la caracterización y las manifestaciones de la violencia. “Si bien la violencia no es sólo un
hecho medible, sino que además es un fenómeno de posibilidad. Que la violencia pueda ser, que
sea una amenaza, por ejemplo, es en sí una manera de ocurrencia de la violencia, que se debate
entre su latencia y su evidencia”. Aceptamos, como Salamanca, que la violencia es un hecho
probable pero fundamentalmente impredecible y caótico que se da en un lugar preciso y que tal
vez haya condiciones que la faciliten por el contexto para realizar un mapa de riesgo.
La determinación de la geografía política y competitividad electoral, así como los contextos
socioculturales particulares nos ayudan a la comprensión de esos lugares y posiciones políticas
frente a las relaciones de poder y prácticas de dominación naturalizadas en el ejercicio de la
política, es por esto, que los mapas nos permiten una primera aproximación de análisis del fe-
nómeno de la violencia política electoral de género.
Para Segato
El sistema de status se basa en la usurpación o extracción del poder femenino por parte
de los hombres. Esa exacción garantiza el tributo de sumisión, domesticidad, moralidad
y honor que reproduce el orden de status, en el cual el hombre debe ejercer su dominio y
lucir su prestigio ante sus pares… Es en la capacidad de dominar y de exhibir prestigio que
se asienta la subjetividad de los hombres y es en esa posición jerárquica, que llamamos
“masculinidad”, que su sentido de identidad y humanidad se encuentran entramados. La
estructura de los rituales de iniciación masculina y los mitos de creación hablan universal-
mente de esta economía de poder basada en la conquista del status masculino mediante
el expurgo de la mujer, su contención en el nicho restricto de la posición que la moral
tradicional le destina y el exorcismo de lo femenino en la vida política del grupo y dentro
mismo de la psique de los hombres (2014: 14-15).
A partir de la construcción de las relaciones sociales de género donde se establece un orden je-
rarquizado de lo masculino sobre lo femenino es que también se asientan las estructuras de la
194 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Para esta autora, este tipo de violencia se asienta sobre tres problemas sociopolíticos inte-
rrelacionados: 1) La inscripción de diversas formas de violencia en la vida cotidiana; 2) Los de-
ficientes sistemas de justicia e ineficaces aparatos policiales que garantizan la impunidad de
los agresores, especialmente en los casos de violencia contra las mujeres y 3) Los continuos
esfuerzos de las dirigencias partidarias para impedir que las mujeres accedan al poder político
de manera efectiva, especialmente en el nivel local. Estas problemáticas revelan el lento proceso
de resquebrajamiento del orden patriarcal donde al centrarse en el ámbito político, las activistas
y académicas (Acobol, 2010 y 2013; Krook y Restrepo Sanín, 2016) de este fenómeno ignoran el
escenario más amplio de violencia e impunidad.
Para no ignorar el escenario más amplio de violencia es que se estudian tanto los delitos de
alto impacto, que se denominan así por el daño psicológico y físico que causan en la ciudadanía,
como los delitos contra las mujeres, caracterizados principalmente en la vejación a los derechos
de libertad y seguridad sexual de las mujeres.
Para Alvarado (2019: 72) la violencia electoral se agudiza cuando la polarización y la fragmen-
tación partidaria están presenten, sobre todo cuando la disputa por los votos es muy cerrada,
competitiva y los candidatos son de oposición y, además, cambian de afiliación partidaria.
Para Méndez, la competitividad electoral revela qué tan fuertes son los partidos comparativa-
mente según la distribución del voto y el número de asientos a adquirir. Al ser la competitividad
una variable de riesgo para la violencia electoral, es necesario definirla como Sartori lo hizo
desde la década de los años ochenta para distinguirla de la competencia como estructura o regla
del juego y competitividad como un estado concreto del juego. Es decir que el concepto de com-
petitividad puede mostrar en qué medida es competitivo un sistema y la manera de medirlo es
por medio de tres criterios: a) cuando los partidos principales se aproximan a una distribución
casi nivelada de fuerza electoral; b) cuando dos o más partidos obtienen resultados cercanos y
ganan con escaso margen, y c) por la frecuencia con la cual los partidos se alternan el poder (en
Méndez, 2002: 143-144).
Con la finalidad de estudiar este escenario de violencia que se vive en Guanajuato para ob-
tener información que permita la comprensión geoespacial y política que estructuró el juego
político durante el proceso electoral 2018, y tomar medidas de prevención, se elaboró la meto-
dología del Mapa de Riesgo de Violencia Política en Razón de Género. Es necesario puntualizar que es
un esfuerzo el obtener evidencia empírica para la hipótesis de Psicopo, donde la diferencia entre
la violencia y la violencia política en razón de género existe, es decir, que no todas las agresio-
nes contra las mujeres son agresiones debidas a su hecho de ser mujer, si no que obedecen a
contextos más amplios de violencia e impunidad que permiten que estas manifestaciones se
presenten, sin tener elementos de género a priori.
Alvarado (2019) apunta a una creciente situación criminal en México que acompaña tanto a
las elecciones locales como nacionales, con una mayor evidencia desde el 2006, ya que la violen-
cia es un instrumento que pueden utilizar tanto las personas que ostentan el poder (ganadores),
como quienes los retan, los perdedores y otros actores externos al juego político formal con la
capacidad y recursos para influir en el resultado electoral, en truncar ciertas candidaturas o
fuerzas partidarias.
Si estos contextos de violencia multidimensional política y social, que se presentan tanto en
los contextos públicos como privados, son la raíz del problema y tan sólo se traslada al ámbito
político, entonces estas manifestaciones estarán presentes en ciertos territorios y podríamos
196 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
y se ampara en el mandato de punir y retirarle su vitalidad a una mujer percibida como desaca-
tando y abandonando la posición a ella destinada en el sistema de status de la moral tradicional.
Es a lo que llama economía simbólica de la violación como crimen moralizador, aunque ilegal, y
suscribe la contradicción entre moralidad y legalidad.
Siguiendo con la conceptualización de esta autora comprendemos que:
Las estructuras elementales de la violencia residen en la tensión constitutiva e irreductible
entre el sistema de status y el sistema de contrato […] La falta de correspondencia entre las
posiciones y subjetividades dentro de ese sistema articulado pero no enteramente consis-
tente producen y reproducen un mundo violento. Ese efecto violento resulta del mandato
moral y moralizador de reducir y aprisionar la mujer en su posición subordinada, por todos
los medios posibles, recurriendo a la violencia sexual, psicológica y física, o manteniendo
la violencia estructural del orden social y económico (Segato, 2003: 15).
Segato (2006: 4) explica que
La noción de feminicidio caracteriza estos crímenes como crímenes de odio, como lo son
los racistas y homofóbicos. Dentro de la teoría del feminicidio, el impulso de odio con re-
lación a la mujer se explicó como consecuencia de la infracción femenina a las dos leyes
del patriarcado: la norma del control o posesión sobre el cuerpo femenino y la norma de la
superioridad masculina. …la reacción de odio se desata cuando la mujer ejerce autonomía
en el uso de su cuerpo desacatando reglas de fidelidad o de celibato –la célebre categoría de
“crímenes contra la honra” masculina– o cuando la mujer accede a posiciones de autoridad
o poder económico o político tradicionalmente ocupadas por hombres, desafiando el deli-
cado equilibrio asimétrico. En estos casos, los análisis indican que la respuesta puede ser la
agresión y su resultado la muerte. La intencionalidad de matar o simplemente herir o hacer
sufrir no define diferencias: en esta perspectiva, a veces el feminicidio es un resultado no
deliberadamente buscado por el agresor.
En este sentido, los crímenes del patriarcado o feminicidios son, claramente crímenes de poder,
es decir, crímenes cuya dupla función es, en este modelo, simultáneamente, la retención o ma-
nutención y la reproducción del poder.
A partir de estos estudios es posible constatar que un método de control y de disciplinamien-
to de las mujeres se ejerce tanto en la presencia de delitos sexuales como de feminicidios, y más
aún cuando en contextos conservadores las mujeres acceden, contienden y ocupan posiciones
de autoridad y/o poder político que tradicionalmente han sido dispuestas para los hombres. Es
decir, habría que esperar que la respuesta a estos desafíos pueda presentarse como agresión,
incluso el feminicidio en el ámbito político, como se presenta en la vida social y económica.
Bajo esta lógica, el estudio de la presencia de los delitos sexuales y el feminicidio como luga-
res proclives al contagio hacia la esfera política, se nos presenta como factores de riesgo que pu-
dieran alterar la contienda electoral en caso de que las candidatas estuvieran más expuestas en
los territorios con altos índices de estos delitos, más que en los territorios que no lo presentan.
Estos matices teóricos indican que hay que observar los contextos que ponen en riesgo a las
mujeres, teniendo en cuenta el modelo de desarrollo propuesto por el PNUD donde se insiste que
el nivel local es el espacio más adecuado para promover procesos de beneficio social e incremen-
to de capacidades y oportunidades para las personas.
Para comprender los factores de riesgo partimos del supuesto que la gravedad y riesgo de las
mujeres aspirantes y candidatas están vinculadas con zonas caracterizadas por la presencia del
198 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Con la finalidad de consolidar las aproximaciones teóricas y disciplinarias del trabajo, es nece-
sario considerar la topografía política y con perspectiva de género que nos permita comprender
el lenguaje de los mapas a través de las cinco coordenadas topográficas de Cardoso (2015: 21-24):
1. La coordenada centro-periferia: el poder político tiende a concebirse como centro que
se relaciona con periferias políticas, sociales y también territoriales. El poder está en el
200 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Tabla 72. Bien jurídico afectado y Delitos de Alto Impacto
Bien Jurídico
Delito
Afectado
Homicidio doloso
Privación de la vida de una persona causada por otra u otras personas con
Delitos contra la premeditación, alevosía o ventaja
vida y la integridad
de las personas Lesiones dolosas
Acción que ponen en peligro inminente la vida de una persona, las que infieren
cualquier daño a la integridad corporal.
Robo de vehículo
Apoderarse de un vehículo automotriz estacionado o circulando en la vía pública,
del lugar destinado para su guarda o reparación con ánimo de dominio y sin
consentimiento de quien legalmente pueda otorgarlo
Robo a transeúnte
Apoderarse de una cosa ajena con ánimo de dominio y sin consentimiento de
quien legítimamente pueda otorgarlo, siempre y cuando la persona se encuentre
en la vía pública.
Robo a negocio
Delitos contra
Apoderarse de cosa ajena mueble sin consentimiento de quien legítimamente
el patrimonio
pueda otorgarlo, en establecimiento o local comercial o de servicios.
económico
Robo de ganado
Apoderamiento de una o más cabezas de ganado ajeno, sin consentimiento de
quien legalmente pueda disponer de ellas.
Robo a transportista
Apoderarse de un transporte de carga, incluidos los vehículos de tracción diseñados
para el remolque como tráileres, auto-tanque, panel cabinas, pipas, redilas, van,
volteo y grúas, y/o los bienes muebles que transporte, con el ánimo de dominio y
sin consentimiento de quien legalmente pueda otorgarlo
Robo a banco
Apoderarse sin derecho ni consentimiento de dinero, valores, documentos o
instrumentos de débito, crédito o contenedores de obligaciones, liberaciones
endosos o transmisión de derechos de cualquier naturaleza que se encuentren en
el interior de una institución financiera, de banca, de crédito o comercializadora
de divisas y otros valores, o que tengan funciones recaudatorias, o contra las
personas que las custodien o transporten.
202 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Secuestro
Privación de la libertad a una persona, sin importar el tiempo que esto dure, con
la pretensión de obtener un beneficio de un rescate, conseguir un beneficio de
cualquier naturaleza, obligar a la autoridad o a un particular a que realice o deje
La libertad personal de realizar una función o acto o causar un daño o perjuicio a cualquier persona.
Extorsión
Aprovechamiento indebido obligando a otra persona por medio de la violencia a
dar, hacer o dejar de hacer algo en su perjuicio o en el de tercero
Violación
Se considera violación, cuando por medio de la violencia se imponga copula a
otra persona, o cuando se tenga cópula con menor de catorce años de edad o
La libertad y la
con persona que por cualquier causa no esté en posibilidad de conducirse
seguridad sexual
voluntariamente en sus relaciones sexuales o de resistir la conducta delictuosa, o
si se introduce por vía vaginal o anal cualquier objeto o cualquier parte del cuerpo
humano que no sea el miembro viril, por medio de la violencia.
Fuente: Elaboración propia a partir del Instrumento para el Registro, Clasificación y Reporte de Delitos y
las Víctimas CNSP/SP/38/15 de la Incidencia Delictiva del Fuero Común 2018 que elabora la Secretaria de
Seguridad y Protección Ciudadana y el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Para la construcción de este Indicador de DCM, se utiliza la clasificación de delitos del Secretaria-
do Ejecutivo Nacional de Seguridad Pública. La nueva metodología ofrece datos desagregados y
la identificación de los bienes jurídicos afectados. Existe la tipificación de Violencia de género en
todas sus modalidades distinta a la familiar por lo que se incluye en la medición, sin embargo,
en ningún municipio hubo algún reporte de esta tipificación.
Para la construcción de la Tasa de Delitos contra las Mujeres (DCM), se realiza la sumatoria
de los siguientes delitos: Feminicidio, Violación, Acoso, Abuso y Hostigamiento Sexual por ser
204 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
prioritariamente delitos que atentan contra las mujeres. De igual manera, se incluye la Violencia
familiar y Violencia de género en todas sus modalidades distinta a la familiar, el resultado se
divide por la población del municipio y el resultante se multiplica por 100.000 habitantes.
También se puede expresar así la Tasa de DCM:
Bases de Datos
Para la construcción del mapa de riesgo se consultaron las siguientes bases de datos y estudios:
1 Parámetro Poblacional municipal intercensal 2015.
2 Listado de las secciones de estrategia diferenciadas para el proceso electoral 2017-2018
con las problemáticas ligadas a Salud, conflictos políticos.
3 El Índice delictivo municipal 2015-2018 .
4 Índice de competitividad electoral (ICE) 2015 y el ICE 2018 tanto diputaciones como pre-
sidencias municipales.
5 Índice de Desarrollo Humano (IDH) 2010 Nueva Metodología, publicado en 2015.
6 Índice de Desarrollo Humano de hombres y mujeres por entidad federativa (nueva me-
todología) 2012 del PNUND en México.
7 Índice de Desigualdad de Género (IDG) por entidad federativa (nueva metodología) 2012
del PNUD en México.
8 Base de datos de VPRG a partir de las encuestas, conversatorios y entrevistas realizadas
para tipificar los datos.
206 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
208
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Para apreciar esto podemos observar el mapa de Desigualdad de Género (ilustración 24), los
colores verdes denotan mayor desarrollo y conforme se van tornando al rojo existe menor desa-
rrollo para las mujeres. Como se evidencia en el mapa, la lógica de desarrollo para las mujeres se
mantiene alrededor del centro del poder, es decir, la región III centro, muestra el mayor avance,
teniendo el mayor nivel para las mujeres en Guanajuato, Celaya y León y el peor en Xichú, Atar-
jea y San Diego de la Unión. Las regiones norte I y II son las que tienen menor desarrollo y en la
región sur IV resaltan Jerécuaro y Cuerámaro. Mientras que Uriangato y Moroleón denotan un
buen índice en esta región.
210
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
212
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
214 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Violación 2015-2018
Se observa que los municipios con mayor número de denuncias son León, Guanajuato, Irapuato,
Celaya, San Miguel de Allende, Salamanca, Dolores Hidalgo y San Luis de la Paz.
Hay una marcada diferencia entre el mapa de violaciones al de abuso, mientras en el mapa de
violaciones había muchos municipios sin incidencias, en el de abuso solo Atarjea aparece sin in-
cidencias. La distribución indica que los municipios del corredor industrial como León e Irapuato
son los que más presentan este delito seguido de Celaya, en el siguiente rango están Guanajuato
y Salamanca, después Silao para seguirse con Dolores Hidalgo, San Miguel de Allende, San Luis
de la Paz, Salvatierra y Valle de Santiago.
216 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Ilustración 27. Concentración Población y Delitos de Alto Impacto
217
También es pertinente entender a los territorios en base a las variables estudiadas, es decir, a
la Tasa de Delitos de Alto Impacto, la Tasa de Delitos Contra las Mujeres y el sexo de la persona
ganadora de la contienda electoral 2018 (véase tabla 74).
Tabla 74. Municipios con Tasa Baja de Delitos de Alto Impacto (DAI) y Delitos Contra
las Mujeres (DCM), IDH 2015 y Sexo de la persona ganadora de elecciones
De los dieciséis municipios con menos tasa de delitos de alto impacto, es posible observar que
siete mujeres los gobiernan y nueve hombres, es decir, casi una distribución equitativa. Sin em-
bargo, con respecto al Índice de Desarrollo Humano, los dos municipios con puntajes más bajos
son gobernados por mujeres, mientras que, de los nueve municipios catalogados como desarro-
llo Medio bajo, tres los encabezan las mujeres y cinco tienen IDH Moderado, sólo dos son presi-
dentas municipales. Con respecto a la población, las mujeres gobiernan los municipios de 5,000
habitantes y el más grande es Apaseo el Alto con 68,455 gobernando una población total de este
bloque de 134,973 en comparación con una población de 569,916, es decir, cuatro veces mayor.
La paridad aparece por cantidad de municipios con características de bajos DAI, pero en tér-
minos poblacionales dista mucho de ser una distribución paritaria (véase ilustración 28).
218 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Atarjea es el municipio con menos DAI y sin ningún delito contra las mujeres y Coroneo muestra
una relación baja de DCM en comparación con los DAI, ya que con respecto a los DAI es el séptimo
municipio con menos presencia y el segundo en DCM. Tanto San Luis de la Paz, Santa Cruz de
Juventino Rosas y Romita, muestran una tasa mayor de DCM en proporción a las tendencias del
grupo y con los DAI, es decir, estos municipios tienen DCM moderada, mientras que Santa Cata-
rina se ubica en el grupo 3 de Alta incidencia de DCM.
En este bloque de municipios con tasa moderada de DAI, sólo tres mujeres encabezan los gobier-
nos en comparación de doce hombres que gobiernan dos municipios con Alto IDH, siete con Mo-
derado IDH, dos Medio Bajo y uno Bajo. Mientras que las mujeres no obtienen ningún municipio
con Alto IDH, sólo dos con IDH Moderados y uno Medio Bajo, en municipios de menos de 30, 000
habitantes y gobernando a 63,720 personas. Los hombres encabezan poblaciones de más de 20,
000 habitantes hasta un poco más de 150,000, gobernando un total de población de 938,399. Es
decir, una relación de género de 3/12 y de población de 1.4, disminuyendo la brecha con respecto
al bloque anterior (véase ilustración 29).
220 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
En este gráfico se puede observar cómo Huarímaro, Ocampo y San Diego de la Unión presentan
bajas tasas de delitos contra las mujeres, estos tres municipios deberían estar en el grupo 1 de
DCM, de bajos. Aunque la prevalencia de los DAI es de más del doble con respecto a los DCM, en
Moroleón los DCM se presentan casi a la mitad que los DAI y por encima Purísima del Rincón, que
por su alta incidencia son clasificadas como Alta en DCM, grupo 3.
Tabla 76. Municipios con Tasa Alta de Delitos de Alto Impacto (DAI)
y Delitos Contra las Mujeres (DCM)
Sexo del
Municipio Población DAI Alta DCM gpo. (3) IDH
Ganador/a
Dolores Hidalgo C.I.N. 152,113 441.1194 141.342 0.638 (Medio Bajo) H
San Francisco
119,510 441.804 130.533 (2) 0.686 (Moderado) H
del Rincón
San José Iturbide 78,794 455.6184 118.029 (2) 0.698 (Moderado) H
Salvatierra 100,391 457.2123 204.202 0.670 (Moderado) M
León 1,578,626 487.1325 189.279 0.748 (Alto) H
Tarimoro 34,263 510.755 116.744 (2) 0.644 (Medio Bajo) H
Cortázar 95,961 584.6125 140.682 0.697 (Moderado) H
Santiago Maravatío 6,824 586.1665 146.542 0.664 (Moderado) H
Silao de la Victoria 189,567 587.655 330.754 0.667 (Moderado) H
Apaseo el Grande 92,605 613.3578 197.614 0.681 (Moderado) H
Irapuato 574,344 652.2224 383.394 0.743 (Alto) H
San Miguel de Allende 171,857 740.7321 383.394 0.668 (Moderado) H
Salamanca 273,271 800.6704 203.827 0.740 (Alto) M
Guanajuato 184,239 848.3546 459.729 0.773 (Muy Alto) H
Celaya 494,304 1042.678 380.737 0.764 (Muy Alto) M
Fuente: Elaboración propia.
El panorama general del estado con respecto a estas variables nos muestra que donde existe
mayor Desarrollo Humano, existen más Delitos de Alto Impacto. Los Delitos Contra las Mujeres
es una relación para estudiar y entender a profundidad, ya que existen municipios específicos
donde los DAI son muy altos y la brecha con los DCM es amplia, por ejemplo, Salamanca o un
caso más es Uriangato. Esto se puede apreciar en las tablas 74, 75 y 76.
Con respecto al IDCM bajo y las medidas de posición que se encuentran en el cuartil 1 porque
obtienen una tasa menor de 57.81838, se sitúan los siguientes municipios: Apaseo el Alto, Atarjea,
Coroneo, Doctor Mora, Huanímaro, Jerécuaro, Ocampo, Tarandacuao, Uriangato, Victoria y Xichú.
Para el IDCM Moderado, corresponden los municipios donde sus tasas delictivas van de 57.814
hasta 109.0162: Acámbaro, Manuel Doblado, Comonfort, Cuerámaro, Jaral del Progreso, Pénjamo,
San Diego de la Unión, San Felipe, San Luis de la Paz, Santa Cruz de Juventino Rosas, Tierra Blan-
ca y Valle de Santiago.
222 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Para el IDCM Alto, se encuentran los municipios que presentan tasas de 109.02 a 147.187 y son
los siguientes: Abasolo, Cortázar, Dolores Hidalgo, Pueblo Nuevo, Romita, San Francisco del Rin-
cón, San José Iturbide, Santa Catarina, Santiago Maravatío, Tarimoro, Villagrán y Yuridia.
El IDCM Muy Alto, son las tasas de más de 147.2 y se encuentran: San Miguel de Allende, Apa-
seo el Grande, Celaya, Guanajuato, Irapuato, León, Moroléon, Purísima del Rincón, Salamanca,
Salvatierra, Silao.
Los municipios más violentos contra las mujeres son Guanajuato como número uno, seguido
de Celaya, Irapuato, San Miguel de Allende y Silao. Es decir, estos municipios también presentan
altas cifras de DAI. Mientras que los municipios que menos carpetas de investigación presenta-
ron contra la vida de las mujeres, es Atarjea con cero, Coroneo, Huarímaro, Tarandacuao, Victoria,
Ocampo, Doctor Mora como se puede apreciar en la ilustración 31.
224
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Sumatoria
PAN PAN-PRD-MC PAN-PRD PAN-MC
Votos =P1
1015629 11776 3921 2787 1,034,113
Sumatoria
MORENA MORENA-PT-PS MORENA -PT MORENA-PES
Votos =P2
451118 10268 4181 1838 467,405
Fuente: Elaboración propia con base en los datos del Cómputo de Gubernatura del IEEG. Base de datos des-
cargada el 3 de julio 2019.
El ICP para Gobernador es de 0.451 lo que puede verse que no denota una gran competencia ya
que los votos entre el primer y segundo contendiente distan mucho. Lo que si hay que remarcar
es que durante la historia de Guanajuato las fuerzas políticas históricas son el PAN y el PRI. Al
ser elecciones concurrentes y el fenómeno de Morena que, por primera vez después de tres elec-
ciones consecutivas de su candidato Andrés Manuel López Obrador, nos permiten pensar que
ayudó a que el segundo contendiente fuera, en esta ocasión, esta fuerza política.
226
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Para Guanajuato, de los cuarenta y seis municipios, sólo once mostraron resultados electora-
les competitivos. En cuanto al sexo de la persona que encabeza los gobiernos podemos ver que
sólo tres mujeres en Coroneo, Ocampo y Salamanca tuvieron competencia y triunfaron, mien-
tras que quedaron en segunda posición en cinco municipios, por tanto, sólo ocho mujeres.
En cuanto a las fuerzas políticas, es posible observar que la tendencia histórica del estado de
finales de los años noventa se mantiene, ya que el PAN y el PRI se siguen disputando las cabeceras
municipales y el PAN es el primer y segundo competidor más fuerte en cuanto a la alta competen-
cia, con 10 municipios, el PRI con seis, seguido de Morena con tres, PVEM con dos y el PRD con 1.
Tomando en cuenta el ICP y utilizando las medidas de posición tomamos el cuartil superior (Q4)
para establecer cuando hay competencia y su ausencia. Un dato muy sobresaliente, es que no
existió Alta competencia entre mujeres. Mientras que entre hombres con y sin competencia se
disputaron diecisiete municipios en total, contra seis de sólo mujeres (ver Tabla 79).
Fuente: Elaboración propia con base en los datos del Cómputo municipales del IEEG. Base de datos descar-
gada el 3 de julio 2019.
Con relación al ICP podemos otra vez constatar que no existe paridad en la contienda electoral.
De las trece mujeres vencedoras, sólo dos municipios tienen concentración de población y se
encuentran en el corredor industrial: Salamanca donde si hubo competencia política y Celaya
no. Estos casos son opuestos ya que Salamanca pasa a la oposición encabezada por una ex-pa-
nista de trayectoria desde los años noventa y se postula por la coalición Juntos Haremos Historia,
mientras que en Celaya ya se había presentado un gobierno encabezado por una mujer, y logra
continuar el PAN, además, el Índice de feminidad de la contienda fue muy alto (como se analizó
en el capítulo 2 del presente documento).
228 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Tabla 80. Competencia política distrital, sexo de la contienda, primer y segundo contrincante
Nuevamente, se puede aprecia la falta de competencia política que existe, ya que tan solo cinco
de los veintidós distritos sus elecciones fueron competitivas, (XIV.Salamanca, XXII.Acámbaro, I.
Dolores y XVI.Celaya) ya que por el método utilizado nos marca un límite muy bajo, como es un
ICP de 0.658 y entra el distrito XVII Juventino Rosas con una apariencia de competitividad (Véase
Ilustración 33 los que están en verde y mostaza):
Sin embargo, para el distrito XIV Salamanca la contienda estuvo muy cerrada, predominando
una mujer sobre un hombre, así como Acámbaro hubo competencia, pero gana el candidato y no
la candidata. Esto se puede apreciar mejor en la Ilustración 33.
230
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Para comprender las fuerzas partidistas a nivel distrital presentamos el mapa que permite
representar la supremacía de un partido que aunque haya contendido en coalición, demuestra
la capacidad de llegar a acuerdos interpartidistas y lograr el fin último del proceso electoral, la
obtención de la mayoría de los curules.
La Ilustración 34 permite observar que sólo cuatro distritos fueron disputados entre mujeres,
es decir, que la primera ganadora y el segundo lugar fueron mujeres, estos fueron: III, V, X y XVI.
Seis distritos se disputaron entre hombres: VII, XIII, XV, XIX, XX y XXI. Mientras que cinco distritos
la victoria fue de un candidato sobre una candidata: II, IV, XII, XVII y XXII. Siete mujeres ganaron
a hombres en los distritos: I, VI, VIII, IX, XI, XIV y XVIII.
Es decir, a nivel distrital, por los lineamientos y la lógica misma de las fuerzas políticas per-
mite en escenarios de una fuerte hegemonía partidista que la paridad a nivel de mayoría relativa
sea posible a diferencia de las contiendas municipales, como se observa los acuerdos interparti-
distas no favorecían las candidaturas de coalición al partido de mayor fuerza en el estado.
A continuación y, por último, presentaremos un análisis estadístico que nos permite analizar
los factores estudiados y cuáles predicen la aparición de la violencia contra las mujeres consi-
derando, como se expuso en el marco teórico y en la construcción del modelo analítico, que la
violencia social puede enmarcar más fácilmente a la violencia política y con nuestro interés en
sus expresiones contra las mujeres.
232
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Análisis estadístico
Para entender las variables y predecir el riesgo que tienen las mujeres en los diferentes municipios
se realizó una regresión lineal con el método paso por paso. Nuestra variable dependiente es la Tasa
de Delitos contra las Mujeres, que es explicada en un 76% por la Tasa de Delitos de Alto Impacto y el
Índice de Educación. Su relación es positiva, por lo que en los municipios con altas tasas de Delitos
de Alto Impacto e Índices de Educación mayores predice mayor tasa de delitos contra las mujeres.
Coeficientesa
Coeficientes no Coeficientes
Modelo
estandarizados estandarizados T Sig.
B Error estándar Beta
(Constante) -43.620 17.497 -2.493 .017
1
Tasa delictiva .433 .040 .855 10.935 .000
(Constante) -217.563 76.390 -2.848 .007
Tasa delictiva .346 .053 .684 6.531 .000
2
Índice de
382.295 163.843 .244 2.333 .024
educación
234
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
Extrapolando los resultados, la presencia de delitos contra las mujeres le resta agencia a las
mujeres, y la violencia estará más presente donde las mujeres estudian más. Por tanto, si aso-
ciamos, según el modelo de desarrollo humano, que a mayor educación mayores oportunidades
–es decir, empoderamiento de las mujeres–, entonces la violencia contra ellas buscará cumplir
su función disciplinante para que todas las mujeres entiendan el sistema de estatus que habla
Segato y se utilice la violencia para la extracción del poder de las mujeres.
Coeficientesa
Coeficientes no Coeficientes
Modelo estandarizados estandarizados
t Sig.
B Error
Beta
estándar
(Constante) -43.620 17.497 -2.493 .017
1
Tasa delictiva .433 .040 .855 10.935 .000
(Constante) -150.645 47.781 -3.153 .003
Tasa delictiva .336 .055 .663 6.065 .000
2
Años promedio
24.881 10.414 .261 2.389 .021
escolaridad M
Fuente: Elaboración propia.
a. Variable dependiente: Tasa DCM
Coeficientesa
Coeficientes no Coeficientes
Modelo estandarizados estandarizados
t Sig.
B Error
Beta
estándar
(Constante) -60.907 62.264 -.978 .333
1 Ingreso per cápita
.044 .006 .758 7.702 .000
anual M
Recapitulación
El proceso electoral 2017-2018 ha sido el más grande de la historia mexicana y el más violento ya
que se organizaron elecciones concurrentes en 30 entidades federativas. Según Etellekt en su Sép-
timo Informe de Violencia Política en México hubo un total de asesinados de 523 entre políticos y
funcionarios, de los cuales 371 eran funcionarios y 152 políticos, 20 durante las precampañas y 28
estaban en campañas electorales. De esos 152 asesinados, 133 eran hombres y 19 mujeres (Telesur,
2018). En Guanajuato hubo cuatro asesinatos a candidatos políticos, pero ninguno fue contra mu-
jeres, la violencia contra servidores públicos continua después de la jornada electoral.
Para el proceso electoral municipal 2017-2018, los actores de la violencia fueron: 4% cometida
por mujeres, 20% mujeres y hombres en conjunto y pueden ser perpetradores políticos, sociales
o estatales (ONU Mujeres, 2018: 14). Esto denota que los perpetradores en su mayoría son hom-
bres y al ser los hombres los principales agentes de la violencia, las soluciones tendrían que
estar encaminadas hacia ellos como centro del problema y el acento de la vulnerabilidad que
presenta la cultura machista.
Al comprender la violencia electoral contra las mujeres y en razón de género de manera
multicausal y multidimensional, este estudio logró georreferenciar los territorios que podemos
catalogar como violentos contra las mujeres y a raíz de esto pensar que pudieran utilizarse para
atentar contra las mujeres políticas según las amenazas.
Sin embargo, en el proceso electoral estudiado, no se tienen reportes de ataques contra las
mujeres en ocho de los nueve indicadores de Violencia Política en Razón de Género. Lo que se
logró obtener de información sobre violencia puede ser catalogado en el indicador de amenazas
e intimidaciones que se trabajó en el capítulo tres de entrevistas para entender las dimensiones,
tipos y ámbitos de la violencia política en razón de género.
De los hallazgos que encontramos es que todos los partidos políticos prefieren posicionar a
las mujeres a contender en las presidencias municipales de la zona noreste y principalmente en
el sureste del Estado, donde los desafíos son grandes debido a las características de pobreza y
exclusión que vive la población. Mientras el corredor industrial es priorizado por el partido hege-
mónico de la región para ser encabezado por hombres y en los otros partidos políticos competiti-
vos varía, denota que el PRI apuesta en esos territorios posicionar a mujeres. El único municipio
de este corredor en donde contendieron mayoritariamente mujeres fue Celaya y un candidato
independiente y es dónde los delitos de alto impacto y la violencia social son muy altos. El 6 de
julio en conferencia de prensa todas las candidatas y el candidato denunciaron un mega fraude
ya que en el 70% de casillas existen irregularidades según el periódico Correo. Este aspecto puede
236 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
catalogarse como una vulnerabilidad para considerarse en el siguiente mapa de riesgo político y
reflexionar la pertinencia de introducir variables contextuales particulares como esta.
De las trece presidencias municipales ganadas por mujeres siete son municipios de IDH bajo,
tres de medio, uno de alto y dos de muy alto, que forman parte del corredor industrial. Si bien las
medidas normativas y afirmativas permiten el acceso a las mujeres a la representación política,
sin embargo, no es aún paritario y menos podríamos decir que se encuentran en igualdad de
circunstancias para gobernar los municipios con mayores ingresos, población, y desarrollo. Por
el contrario, las mujeres ganaron, como era de esperarse, por su asignación al noreste del estado
que, como sabemos, son los que tienen más bajo IDH, los únicos municipios del corredor indus-
trial –mayor IDH son Salamanca y Celaya–.
Es necesario comentar el caso de Apaseo el Alto en el que ganó una mujer, quien asumió la
candidatura de su esposo, candidato de Morena asesinado con arma de fuego en mayo cuando
realizaba actividades de campaña. De hecho, esta localidad está ubicada en el llamado Trián-
gulo Dorado de los huachicoleros, entre Celaya, Salamanca e Irapuato (Ureste, 2018), nos ejem-
plifica el mayor grado de violencia política electoral que se vivió en Guanajuato en el proceso
electoral.
Estos primeros indicios sobre las dificultades para que las mujeres puedan acceder a puestos
de elección y las violencias que sufren en sus aspiraciones por ejercer sus derechos políticos
denotan que los contextos sociales son violentos. Y, en el ámbito de la política, aún existen mu-
chas discriminaciones en cuanto a recursos económicos, capital social, aunque esta violencia es
diferencial para las mujeres, pues se les ataca en su prestigio y se les sexualiza (como se describe
en los capítulos anteriores).
Es posible observar que el principio de paridad aumenta el acceso de las mujeres a las presi-
dencias municipales notablemente de dos a once. También a nivel legislativo desde las pasadas
elecciones se garantiza este principio gracias a las acciones afirmativas, pero al no ser obligato-
rio para las gubernaturas de los Estados ni en los gabinetes de estos, se puede afirmar que donde
no existe obligatoriedad de acceso de las mujeres a puestos de decisión política se les limita su
participación.
En cuanto a los delitos sexuales, es necesario continuar su estudio minucioso pues en las
regiones de más pobreza y menor población encontramos menor incidencia, sin saber si es por
falta de denuncia o por inexistencia de delitos. Creemos que las bases de datos que a partir de
enero de 2018 ya vienen desagregadas por sexo y edad, y con los delitos de feminicidios en todas
las entidades serán de gran ayuda para estudios como este. Sin embargo, aún se percibe que la
nueva metodología que implican las reformas en derechos humanos y con perspectiva de género
están en vías de institucionalización, por lo que consideramos que este sistema de información
tiene inconsistencias que a medida de su implementación se podrán disminuir, como el caso de
la gran diferencia entre los homicidios dolosos de mujeres y el feminicidio.
Este mapa de riesgo de Violencia Electoral en Razón de Género de Guanajuato pudo identificar
el topos de la violencia social donde las candidatas a puestos de elección podían corren más ries-
gos, entre los municipios que ponderamos en la fase 1, y el Indicador de DCM, para 2018 se puede
corroborar casi la totalidad de los municipios. Por ende, a manera de evaluación consideramos
mejor utilizar la segunda metodología, es decir, la no ponderación de delitos, si no el tratamiento
de los mismos en su incidencia y tasa para investigaciones futuras.
238 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
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240 Mapas de riesgo de la violencia electoral en razón de género en el proceso electoral en Guanajuato 2017-201
Conclusiones
En este apartado final haremos énfasis en los que consideramos los principales hallazgos que re-
tomamos de las recapitulaciones de cada capítulo para entrelazarlos y contestar la pregunta de in-
vestigación, así como verificar las respuestas tentativas del planteamiento inicial de investigación.
Esta investigación partió de las siguientes interrogantes: ¿Se presentaron casos de violencia
política electoral en el proceso electoral 2017-2018 en Guanajuato? En caso de presentarse, ¿cuáles
fueron sus manifestaciones y quiénes fueron los perpetradores? ¿Existen territorios preponderan-
tes para la violencia política contra las mujeres? Para poder contestar, hicimos una pormenorizada
revisión del estado del arte que nos llevó a la construcción de un concepto de violencia política
electoral contra las mujeres, como aquella que se ejerce por diversos perpetradores (incluidos los
militantes de sus propios partidos políticos) con el propósito de limitar, menoscabar o impedir el
ejercicio de sus derechos políticos relacionados con la posibilidad de acceder a una candidatura
para un cargo de elección popular en igualdad de condiciones que los hombres. Asimismo, hici-
mos nuestra la distinción de la Asociación de Concejalas de Bolivia entre manifestaciones de aco-
so político y violencia propiamente, cuando el primero lo vinculamos a actitudes, prácticas y estra-
tegias en los partidos políticos principalmente motivadas por el desprecio al arribo de las mujeres
como grupo identitario cada vez más participativo, mientras que la violencia política la asociamos
a manifestaciones más graves como los ataques generizados vía ciberespacio que se propagan con
rapidez y bajo un velo de anonimato, además de las agresiones sexuales y físicas que se vinculan
a contextos sociales de violencia generalizada, inseguridad e impunidad.
Para identificar la violencia política sufrida en el espacio público durante la contienda electo-
ral se construyó un Indicador de Violencia Política en razón de Género con nueve componentes:
1. Feminicidios
2. Amenazas e intimidaciones
3. Heridas con armas de fuego
4. Agresiones con armas de fuego
5. Tentativa de feminicidio que resultaron ilesas
6. Atentados en contra de familiares
7. Secuestros
8. Asaltos con y sin violencia
9. Agresiones sexuales.
El estudio nos permitió confirmar que se presentaron casos de violencia política electoral contra
las mujeres en Guanajuato en el periodo estudiado. La candidatas que participaron en nuestras
técnicas de investigación manifestaron vivir acoso psicológico entendido como las actitudes co-
tidianas individuales o colectivas de menosprecio, condescendencia y humillación, las prácticas
241
normalizadas de exclusión y discriminación de actividades partidistas necesarias para fortale-
cer su capital político, la imposición y recriminación de adopción de roles de género, así como los
gritos, amenazas y otras injurias contra las mujeres, dentro de sus propios partidos.
Una de las hipótesis iniciales entendía como sutiles este tipo de acciones, sin embargo, después
del análisis, no consideramos que este adjetivo sea correcto para describir el acoso experimenta-
do. Las prácticas de sexismo institucional agravan sobremanera el escenario intrapartidista de las
candidatas, de hecho, consideramos que son las principales manifestaciones de violencia política
electoral que vivieron las candidatas en este proceso electoral (y suponemos que en los anteriores
comicios). Es grave porque las prácticas son estrategias partidistas derivadas de cálculos políticos
y electorales, pero discriminan y dejan en condiciones de desventaja a las mujeres que aspiran a
una candidatura o que se encuentran contendiendo por el cargo. La hipótesis dos de este estudio
propuso que el tipo de violencia predominante era el económico, además del psicológico. No sólo
corroboramos la hipótesis, ampliamos el entendimiento de su lógica y mecanismo.
Frente a los lineamientos de paridad de género establecidos por el órgano electoral que pedía
la distribución igualitaria entre mujeres y hombres en tres bloques de competitividad electoral,
los partidos respondieron identificando aquellas circunscripciones que les representaban un
número importante de votos, que se caracterizan por el desarrollo económico y administrativo y,
en general, que permiten tener una candidatura con mejor proyección para la trayectoria políti-
ca. Estas circunscripciones son preferentemente adjudicadas a los candidatos hombres, aunque
las medidas de paridad no permiten hacer una total discriminación, pero las mujeres ocupan
candidaturas de circunscripciones que pueden ganar pero que muchas veces no representan “un
botín electoral” para su partido.
Las candidatas reportaron o que controlaban su agenda de actividades políticas, que no te-
nían posibilidad de tomar decisiones sobre éstas o que prácticamente las había abandonado su
partido político, teniendo que salir ellas con su familia a realizar el proselitismo. Esta sensación
se deriva de las serias limitaciones económicas que vivieron en sus campañas. Corroboramos
que la normatividad electoral protege a la autodeterminación de los partidos políticos en rela-
ción a cómo distribuir internamente el financiamiento público y lo obtenido del privado (dentro
de lo establecido en la norma) y, por ello, que los estatutos de los partidos políticos no han con-
siderado establecer la paritaria distribución de los recursos de campaña entre mujeres y hom-
bres. Además, gracias al análisis de la base de datos de fiscalización de los recursos destinados
a las campañas del 2018 del Instituto Nacional Electoral, se identificó una enorme brecha de
género en la distribución (oficial) de los recursos económicos en cada partido político. Logramos
constatar que las candidaturas de hombres de todos los partidos tuvieron más ingresos por
financiamiento tanto público como privado, duplicando o incluso triplicando el ingreso de las
candidatas mujeres destinado a sus campañas políticas. Estas son cifras oficiales, pero creemos
que el manejo real e informal del financiamiento podría ser parecido o peor.
Aunado a lo anterior, la publicidad electoral, la cobertura mediática y la comunicación en
redes sociodigitales confirman el limitado acceso de las mujeres candidatas a mecanismos de
difusión de su mensaje político por tres razones: hay una preocupación preponderante por fi-
nanciar publicidad electoral para conseguir los principales cargos políticos como la gubernatura
y ciertas alcaldías (León, Irapuato, Celaya, Dolores Hidalgo, Pénjamo, Guanajuato, Purísima del
Rincón y San Miguel de Allende) de las cuales muchas candidaturas estuvieron en manos de
hombres; la segunda razón, porque la cobertura mediática de las mujeres representa apenas el
242 Conclusiones
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
26% del total de notas consideradas en el estudio; y tercera, relacionado con lo anterior, las can-
didatas utilizan cada vez más las herramientas sociodigitales para subsanar su desventaja en los
medios de comunicación tradicionales.
Estas tres dimensiones del sexismo institucional nos permiten afirmar que la violencia políti-
ca electoral que identificamos en la investigación es principalmente intrapartidista. No obstante,
además de las agresiones de militantes de sus propios partidos, los testimonios evidenciaron per-
petradores de violencia sociopsicológica de otros partidos políticos y de cibernautas en general por
medio de ataques vía internet, tal cual lo establecimos en la hipótesis 3 del planteamiento inicial.
Aunque algunas candidatas tratan de minimizar las agresiones en las redes sociales, otras nos
hablaron de cuánto les afectó a ellas y a sus familias. Dichos ataques se generizaron, esto es, las
humillaron por su aspecto físico, complexión física, hicieron comentarios sobre su vida privada o
acosaron a su familia y a sus hijos. En congruencia con el marco teórico, el acoso sociopsicológico
por medio de las redes sociales no necesariamente responde a una agresión por el hecho de ser
mujer, sino que se ancla en una discusión pública entre simpatizantes de ofertas políticas distintas,
pero que generizan sus ataques y, por tanto, tiene un impacto diferente y mayor en las mujeres.
Por otro lado, cuando planteamos que la violencia política electoral podría ser sutil, fue por-
que no había demasiadas evidencias de manifestaciones de tipo sexual y físico. Confirmamos
esta hipótesis, pero con tres consideraciones importantes: sobre el acoso sexual y la petición de
favores sexuales a cambio de candidaturas, varias participantes del estudio dijeron tener conoci-
miento de estos casos, aunque pocas reconocieron ser alguno de ellos; la segunda consideración
es que, si bien sólo tuvimos un testimonio de violencia física, creemos que pueden haber más
casos pero que no se expresan por temor a las represalias; y la última consideración es que se
manifestó miedo a la situación generalizada de violencia en el estado, en consecuencia, las mu-
jeres dudan en participar políticamente por el riesgo que corren en ciertas zonas. Teóricamente
hay suficientes razones para creer que la actual situación de inseguridad puede ser un caldo de
cultivo de expresiones de violencia agravadas, como sucede en otros estados de la República.
Además, si consideramos el abandono de los partidos políticos a muchas de sus candidatas que
no les representan un interés electoral, éstas corren mayor riesgo si enfrentan las campañas
solas o con sus familias.
En Guanajuato, la cultura patriarcal está presente, permea todas las esferas de la vida y su ex-
presión en la violencia contra las mujeres es normalizada con el fin de disciplinar la sumisión de
las mujeres como se conceptualiza teóricamente según la mirada de Rita Segato. El hecho de que
la violencia social sigue en aumento, así como la violencia contra las mujeres, y que éstas son tole-
radas y no sancionadas al existir impunidad, permiten que puedan manifestarse en las contiendas
electorales y se configuran como riesgos para cualquier persona y, en particular, para las mujeres
que en la política como esfera de lucha por el poder conlleva sus propias expresiones generizadas.
La presencia de diferentes organizaciones del crimen organizado, así como los problemas
puntuales como el robo de combustible y las implicaciones que estos tienen en sus diferentes
órdenes de gobierno, junto con condiciones de rentabilidad electoral (territorios con alta pobla-
ción y desarrollo humano) y de competencia electoral, configuran desde nuestra propuesta un
análisis topográfico del riesgo político electoral para las mujeres. De hecho, por su construcción,
este análisis puede desglosarse para entender el riesgo político electoral y el riesgo político elec-
toral para las mujeres, ya que las condiciones de violencia social, de desarrollo y competitividad
política son compartidas entre hombres y mujeres.
Conclusiones 243
Sin embargo, los mecanismos de paridad que aseguren la participación de mujeres en terri-
torios en disputa y que tradicionalmente han sido ocupados por hombres, puede generar un
aumento de la violencia política contra las mujeres que podrá manifestarse con otros acentos
de violencia sexual y física hasta llegar al feminicidio. Se encontró una relación causal entre vio-
lencia contra las mujeres y escolaridad de las mujeres, lo que sugiere comprender que a mayor
empoderamiento y agencia de las mujeres mayor violencia contra ellas, es decir, que extrapola-
do a la esfera electoral corrobora nuestras hipótesis. Es por esto, que continuar y perfeccionar el
análisis topológico de riesgo se vuelve una herramienta de prevención y atención de la violencia
política que permite, por una parte, que el acceso de las mujeres en territorios riesgosos se pue-
da diseñar y tomar medidas de protección para el pleno ejercicio de sus derechos.
Propuestas
1. El sexismo institucional requiere de estrategias inmediatas: modificar la normatividad
electoral y/o los lineamientos de paridad de género para evitar el confinamiento elec-
toral discriminatorio. La sugerencia específica es que el orden descendiente de la lista
que permite la conformación de los bloques de competitividad se realice con el porcen-
taje que obtuvo el partido político en cada municipio, pero respecto al total obtenido
por dicho partido en todo el estado. Por otro lado, que la normatividad electoral y los
estatutos de los partidos políticos establezcan que debe haber una correspondencia
entre la paridad en las candidaturas y la distribución de los recursos para campaña.
2. Desde los lineamientos de paridad de género, otorgarse la facultad de modificar el or-
den de prelación en el que fueron registradas las fórmulas con la finalidad de lograr
una integración equilibrada de los órganos de representación popular; y en caso en
que un partido no tenga candidaturas mujeres, en el RP se seguirá con el partido que si
cuente con mujeres formadas e interesadas en tener un curul.
3. Establecer criterios interseccionales para la postulación paritaria de candidaturas por
partidos, donde las variables a considerar sean de población y desarrollo humano en
las candidaturas municipales, además del bloque ganador, moderado y bajo.
4. Con el recurso del 3% de financiamiento público para la promoción y desarrollo del
liderazgo político de las mujeres, generar acciones concretas para reducir el impacto
de la doble jornada laboral de las militantes, como establecer horarios accesibles a las
mujeres madres de familia, implementar ludotecas u otro tipo de espacio en las insta-
laciones partidistas para que el resguardo de niños y niñas.
5. El primer mecanismo de prevención es centrar el problema de la violencia en los victi-
marios, es decir, en los hombres por lo que son inminentes los talleres de nuevas mas-
culinidades para los hombres de partidos políticos como los cursos de capacitación del
personal del IEEG. Una acción de este tipo necesita recurso etiquetado y que no merme
los recursos para las mujeres.
6. Solicitar, acompañar y evaluar las acciones partidistas que realizan en favor de las mu-
jeres políticas como mecanismo para prevenir la violencia contra las mujeres políticas.
7. Impartir talleres de perspectiva de género que permitan, por una parte, la creación
de redes de sororidad intrapartidista e interpartidista entre las mujeres políticas, así
como para el personal del IEEG de forma continua ya que para adquirir y transformar
244 Conclusiones
Violencia política electoral contra las mujeres en Guanajuato. Análisis del proceso 2017-2018
prácticas sexistas no basta con la sensibilización o el conocimiento del tema sino con
experiencias que permitan estar deconstruyendo sistema patriarcal.
8. Desarrollar planeación estratégica (corto, mediano y largo plazo) de reclutamiento y
formación de cuadros de mujeres, enfocado a fortalecer su formación y experiencia
en temas legislativos o de políticas públicas, lejos de las actividades estereotipadas
femeninas. Las organizaciones partidistas de mujeres deben hacer un seguimiento real
e integral de las trayectorias de las militantes, y formar parte de la toma de decisiones
de la distribución de candidaturas por sexo, de forma que se garantice priorice el mé-
rito y trabajo partidista en dichas asignaciones. Asimismo, se deben colocar perfiles de
responsables de las organizaciones de mujeres que garanticen una mayor igualdad en
la distribución de las candidaturas por bloques de competitividad e impedir que las
mujeres sean confinadas exclusivamente a circunscripciones electorales perdedoras o
con poco valor electoral y político.
9. En cuanto a la difusión de las candidaturas de mujeres, continuar con las labores de
sensibilización y capacitación de los medios de comunicación para que cubran las cam-
pañas de las candidatas desde una perspectiva de género. Dada la desventaja económica
de las candidatas que las obliga a usar sus recursos y mecanismos como las redes socia-
les, se propone capacitar a las candidatas para desarrollar campañas de bajo costo, así
como para el uso de las redes sociodigitales de forma segura y sin riesgos. Además, cada
partido político podría diseñar plataformas digitales con la totalidad de las candidaturas
de mujeres de los procesos electorales con sus perfiles y principales propuestas. El IEEG y
el Observatorio de Participación Política de las Mujeres deben desarrollar campañas que
describan las manifestaciones de acoso y violencia política electoral alertando el peligro
de la “espiral de la violencia” que, en la mayoría de las veces, comienza en los partidos
políticos, así como sobre los factores de vulnerabilidad y riesgo.
10. Además del protocolo y la Guía para la Atención de la Violencia Política contra las mu-
jeres en razón de género, es necesario adquirir un enfoque de prevención de la violen-
cia. Una de las acciones primarias en el momento que los partidos políticos presentan
y son aceptadas sus listas de candidaturas, se puede realizar el análisis topológico polí-
tico que permita conocer el juego político en el contexto electoral bajo las variables de
rentabilidad política y riesgos socioculturales de violencia con énfasis en las seguridad
de las mujeres para identificar las zonas de riesgo para las candidatas y en caso de ha-
ber riesgo inminente ya sea de grupos del crimen organizado o por las variables políti-
cas conocidas que aumentan el riesgo (cambiar de un partido a otro, que la candidatura
sea de un partido opositor con un nivel alto de competencia política), disponer bajo
petición expresa de las candidatas de medidas precautorias que permitan salvaguardar
sus derechos políticos (pueden ser escoltadas por la fuerza pública). De igual manera,
este análisis topográfico político electoral, puede ponerse a disposición de las personas
en contienda electoral, así como del público a menos que por razones de seguridad sea
necesario restringir su acceso durante el proceso electoral.
Por último, sería de máximo interés recomendar al Poder Legislativo Federal la implementación
de medidas afirmativas para crear fondos para la igualdad de género, así como medidas de con-
trol y sanción en la repartición de fondos para las campañas de candidatas en términos equita-
tivos o con acciones afirmativas para las candidatas.
Conclusiones 245
Índice de tablas y gráficos
TABLA 1. MANIFESTACIONES DE VIOLENCIA POLÍTICA, ROLES DE LAS MUJERES
EN EL MOMENTO NO ELECTORAL 9
TABLA 10. INDICADOR DE FEMINIDAD POR MUNICIPIO Y CANDIDATURA ELECTA POR SEXO, 2018 60
247
TABLA 22. OPERACIONALIZACIÓN DEL ANÁLISIS DE LAS ENTREVISTAS Y CONVERSATORIOS 78
TABLA 32. INGRESOS MEDIOS PER CÁPITA POR PARTIDO POLÍTICO Y SEXO 128
TABLA 44. SPOTS DE RADIO Y TELEVISIÓN PARA LAS PRESIDENCIAS MUNICIPALES, POR MUNICIPIO 149
TABLA 46. SPOTS DE RADIO Y TELEVISIÓN PARA LAS PRESIDENCIAS MUNICIPALES, POR GÉNERO 151
TABLA 47. SPOTS DE RADIO Y TELEVISIÓN PARA LAS DIPUTACIONES, POR DISTRITO 152
TABLA 48. SPOTS DE RADIO Y TELEVISIÓN PARA LAS DIPUTACIONES, POR PARTIDO O COALICIÓN 153
TABLA 49. SPOTS DE RADIO Y TELEVISIÓN PARA LAS DIPUTACIONES, POR GÉNERO 153
TABLA 50. PERFILES FEMENINOS EN LA PUBLICIDAD ELECTORAL TELEVISIVA POR LA GOBERNATURA 154
TABLA 55. TEMAS PREDOMINANTES EN NOTAS INFORMATIVAS DONDE APARECEN MUJERES 159
TABLA 57. SELECCIÓN DE NOTAS INFORMATIVAS DONDE APARECEN MUJERES, POR TEMAS 162
TABLA 75. MUNICIPIOS CON TASA MODERADA DE DELITOS DE ALTO IMPACTO (DAI)
Y DELITOS CONTRA LAS MUJERES (DCM) 220
TABLA 76. MUNICIPIOS CON TASA ALTA DE DELITOS DE ALTO IMPACTO (DAI)
Y DELITOS CONTRA LAS MUJERES (DCM) 221
ILUSTRACIÓN 15. PUBLICACIÓN DEL CANDIDATO DIEGO SINHUE EN FACEBOOK, 7 DE ABRIL DE 2018 180
ILUSTRACIÓN 19. PUBLICACIÓN DE LA CANDIDATA JESSI CABAL EN FACEBOOK, 19 DE JUNIO DE 2018 184
ILUSTRACIÓN 32. ÍNDICE DE COMPETENCIA POLÍTICA 2018, CONTIENDA FINAL POR SEXOS
Y PARTIDOS POLÍTICOS 226
ILUSTRACIÓN 35. MAPA DE IDH DESAGREGADO DE LA EDUCACIÓN PARA LAS MUJERES 234