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¿Cómo Superar La Frustración Una Guía

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¿Cómo superar la frustración?

Una guía para identificar el origen de los


obstáculos que te impiden
lograr tus objetivos

ROSA ELENA ZAMORA ANTUÑANO


Índice
Título del Libro
Derechos Reservados
Dedicación
Prólogo
Agradecimientos
Introducción: El Minotauro de la Frustración
Capítulo I: La Decisión de Teseo, Una Misión de Vida
Capítulo II: Inicia el Recorrido
Capítulo III: En la Profundidad del Laberinto
Capítulo IV: De Minotauro a Maestro
Capítulo V: El Elemento Tierra: El Sendero del Rey
Capítulo VI: El Elemento Agua: El Sendero del Maestro
Capítulo VII: El Elemento Fuego; El Sendero del Guerrero
Capítulo VIII: El Elemento Aire: El Sendero del Vidente
Conclusión: El Centro del Laberinto
Acerca de la Autora
Copyright © 2018 Rosa Elena Zamora Antuñano
Todos los derechos reservados
DEDICADO A

Mis padres, hermanos, familiares y ancestros. Reconozco que he


caminado en hombros de gigantes; sepan que cada paso que doy tiene el
propósito de amarlos y bendecirlos.
PRÓLOGO

Conócete a ti mismo y realiza cambios internos para fortalecerte y


lograr lo que te has propuesto, dicen las teorías de desarrollo de la
consciencia. Pero seguramente te has preguntado: ¿Y cómo se hace eso?. Te
anticipo que este libro te proporciona interesantes claves para tal propósito.

Admiro a Rosy Zamora por ser una buscadora de experiencias de


aprendizaje, para entenderse y poder entender a otros. Conversar con ella
siempre es una danza en la que surgen reflexiones, inspiraciones, esperanza y
acciones.

Este libro es como tener una charla con ella, como muchas que hemos
tenido frente al fuego de una hoguera y la compañía de un buen vino. A
través de estas páginas, te desafía con preguntas profundas y te invita a
realizar prácticas simples pero poderosas, que te permitirán ampliar el
conocimiento de ti y vivir en el presente.

He construido y compartido con ella procesos de cambio personales y


organizacionales. En ocasiones, sin tener claros los ”cómos” pero con
compromiso y fe inquebrantables, la he visto dar saltos al vacío, aunque los
desafíos sean inmensos.

Hoy, ya no fue suficiente la dinámica de empresas multinacionales o un


grupo masivo. Me alegra ver que ha decidido compartir su “conversación
amiga”, al mundo entero, aprovechando el poder de los nuevos paradigmas
de las redes sociales, justo como a ella le gusta hacer las cosas.

Aún cuando no existen recetas, nadie puede evitarte el dolor, ni recorrer


el camino por ti, siempre es bienvenido un mapa con los posibles retos que
podríamos tener en el trayecto. Se trata de una integración de experiencias de
un largo recorrido, puestas al servicio de buscadores que quieren por la
lectura y las prácticas, disfrutar más el camino de aprendizaje. En esto se basa
el Mentoring, en esto se basa el camino del aprendiz. Muchos maestros,
muchos mundos posibles.

Dada su experiencia de trabajo en empresas multinacionales, muestra


cómo todo aquello que nos pasa a nivel personal, se potencia en las
dinámicas organizacionales; por lo que te sugiere poderosas pautas de
observación, para comprender “por qué nos pasa lo que nos pasa” en el
ámbito profesional.

Este libro es una invitación a explorar la consciencia de manera


respetuosa, como algo sagrado, que eres tú mismo, guiado por una guerrera
ancestral.

Te propongo antes de iniciar esta lectura que te preguntes:

¿Qué opiniones tienes sobre el tema que trata?


¿Qué anticipas que va a ser dicho?
Escribe lo que te surja de forma espontánea, es para ti. Luego revisa
esos apuntes, ya que pueden ser tus filtros para leer y pueden abrir o cerrar
posibilidades. A la mitad de la lectura, pregúntate: ¿Para qué me está
sirviendo y de qué me hago consciente hasta este momento?

Al finalizarlo, pregúntate: ¿Qué haré en los próximos tres días, tres


semanas, tres meses?. ¿Qué compromisos asumo conmigo, que este libro me
haya hecho consciente? Y después de eso, si no te funcionó, puedes pedir que
te reintegren el dinero.

Deseo que disfrutes tu búsqueda, pues el resultado no está al final del


camino y siempre la salida es hacia adentro.

Omar Ossés
Coach-Consultor
Director-Fundador de Taishi Consulting

Buenos Aires, Argentina, 18 de julio de 2018


AGRADECIMIENTOS

Este no es un libro que cite, ni proponga teorías, aunque mi experiencia


se basa en los aprendizajes de poderosos conceptos que aprendí de personas,
de la cuales no sólo obtuve conocimientos, sino contundentes ejemplos de
vida: Mara Montes, Noé Gilberto Ochoa, P. Ramón Jiménez, Nieves Arias,
Alberto Beuchot, Carlos Chack, José Luis Bueno, Julio Olalla, Omar Ossés,
Daniel Taroppio, Magaly Bascur, Lita Donoso, Xavier P. Gallego, María
Félix Ramírez Dávila y Alma Lilia Corona Viveros, mi compañera de viajes
internos y externos. La esencia de todos ustedes se encuentra plasmada en
estas páginas, pero especialmente la de Mario Carlos Macedo Vázquez, el
hombre que admiro y amo incondicionalmente, con quien he elegido vivir el
mejor tiempo de la vida: El eterno presente.

También deseo agradecer a todas aquellas personas que fueron mis


grandes maestros en el desarrollo de la madurez, la responsabilidad y el
liderazgo: Juan Carlos Aguilera, Paulino Martínez, Rodolfo Loyola, Mónica
Saravia, Olga Ballín, Paty Blásquez, Daniel Estrada, Carlos Escobar, Dieter
Neuhausser, Ricardo Guerrero y Oliver Sahlmann.

Gracias Checko Martínez, porque cumpliendo con tu misión de vida me


ayudaste a superar los límites de lo que creía imposible, a través de tu
fantástico programa: Lanza tu libro con éxito.
INTRODUCCIÓN:
EL MINOTAURO DE LA FRUSTRACIÓN
Te doy las gracias por abrir las páginas de este libro, pues para que hoy
puedas recorrerlas tuve que superar muchas barreras: creencias, emociones y
actitudes, que quizá sean similares a las que tú experimentas.

En un entorno tan saturado de información, con sanadores, terapeutas y


escritores, información valiosa al alcance de un link o un play, con tantas
alternativas genuinas, poderosas y aplicables, mezcladas con algunas otras
ficticias: Agradezco que hayas elegido tomarte el tiempo de abrir las páginas
este libro. Gracias por tu confianza.

Este contenido está dirigido a las personas que están interesadas en


propiciar cambios en sus vidas y más que necesitar textos especializados o
teorías difíciles de comprender y aplicar, buscan una conversación amiga. Un
espacio que les permita reflexionar, cuestionar, discernir, aplicar, comprobar
y elegir a su ritmo.

No pretendo citar o repetir teorías, ni descubrir ningún hilo negro,


tampoco me adjudico la creación de nada de lo que aquí está escrito. Sólo
compartir las experiencias, de un recorrido de 20 años, que me permitieron
lograr un equilibrio, para superar mis frustraciones y emprender el camino
hacia la felicidad de ser quien yo soy.

Si te llamó la atención este libro es porque quizá seas poseedor de un


tesoro potencial al que estamos acostumbrados a llamar: frustración. A
través de este contenido pretendo que encuentres un punto de vista diferente
para comprender su origen. Si visualizáramos nuestras frustraciones y les
diéramos forma, muy seguramente estaríamos lejos de atribuirles la de un
tesoro; en su momento yo les di la forma de una bestia que, en algunas,
ocasiones sentía que controlaba mi vida.
Hablando metafóricamente, ¿Quién no se ha percibido en la lucha con
un Minotauro (una bestia con cabeza de toro y cuerpo de hombre, cuyo
propósito es devorar nuestro poder personal?. ¿Quién no ha sentido una
impotencia similar cuando vemos en las noticias cómo son tratados nuestros
compatriotas migrantes; cómo son humillados los refugiados de guerra en
algunos países o cómo las decisiones de los responsables del gobierno
propician pobreza extrema y deterioro de los recursos?

En una escena más cercana, ¿Quién no ha tenido el anhelo de crecer


profesionalmente y sólo se topa con las típicas barreras de injusticia,
corrupción, favoritismo, entre otras?

Algunos otros han alimentado a la bestia de la frustración, a través de la


creencia más limitante, cuando les dieron el mensaje de ser incompetentes y
lo aceptaron.

¿Quién no ha sentido la asfixia de ese monstruo, a través de un trabajo


rutinario, una relación castrante o una oportunidad que sencillamente no
llega?

Para otros, el Minotauro de la frustración está configurado por las


expectativas del entorno o las responsabilidades que no necesariamente les
corresponden. La bestia nos acecha, por si acaso se nos ocurre traspasar los
límites de la zona de confort; hay quienes han cruzado el límite e ingresaron
a la zona de pánico, reconocieron que en ese momento era mejor volver a lo
conocido. ¿Te ha ocurrido?. Yo lo experimenté.

Ese Minotauro habita nuestra consciencia, nos impide abrir el corazón,


aceptar nuestra autenticidad, consume nuestra esencia hasta propiciar el
olvido de todo aquello que siempre hemos anhelado, deteriora nuestra
voluntad e incluso propicia la enfermedad física.

La mitología es una fuente inagotable de aprendizaje sobre la


consciencia humana; te invito, en el inicio de este recorrido, a reflexionar
sobre la frustración que todos hemos experimentado y el camino para
vencerla, a través de algunos breves fragmentos y mis comprensiones del
mito de Teseo y el Minotauro.

El mito en nuestras vidas

Hace miles de años, la isla de Creta era gobernada por el rey Minos. El
poder del soberano se extendía sobre muchas islas y los demás pueblos
sentían un gran respeto por los cretenses.

Este mito nos brinda un relato muy lejano, como aquellos que también
vivieron tus ancestros y los míos. ¿Te has puesto a pensar sobre las
experiencias que ellos pasaron?. ¿Por qué será relevante considerarlas?.
¿Sabías que algunas teorías de psicología, postulan que nuestra vida está
influenciada hasta por 14 generaciones de nuestro árbol genealógico?. No te
preocupes, ni te decepciones, no invalides esta perspectiva; es importante
simplemente tomarla en cuenta para comprender el origen de muchos de
nuestros retos presentes.

En el palacio del Rey Minos había un inmenso laberinto, con cientos de


salas, pasillos y galerías. Era tan grande que si alguien entraba, jamás
encontraba la salida. Dentro del laberinto vivía el Minotauro, un monstruo
con cabeza de toro y cuerpo de hombre, que había sido concebido por la
esposa de Minos, un secreto de familia, producto de la incongruencia, la
traición y la falta de dominio de los instintos, en el que en esta ocasión no
profundizaremos. Sin embargo, era hijo de la reina y por lo tanto, cada luna
nueva, los cretenses debían internar a un hombre en el laberinto para que el
monstruo lo devorara. Si no lo hacían, salía para alimentarse, asesinando a
quienes encontraba a su paso, llenando la isla de muerte y terror. Nadie se
atrevía a enfrentarlo.

Resulta que no somos individuos aislados, por lo tanto, es conveniente


reconocer, que somos el resultado de la evolución de nuestros ancestros. Lo
que no habíamos considerado anteriormente, es que las estructuras de
pensamiento y las experiencias emocionales, también modificaron su
genética, según comienzan a postular algunas experiencias de carácter
científico. Por lo tanto, sus triunfos, aprendizajes, tradiciones, hábitos,
valores, conflictos, secretos, adicciones, infidelidades, sus guerras,
experiencias migratorias en un infinito etcétera, propiciaron emociones y, por
lo tanto, las descargas bioquímicas que modificaron el ADN que hoy nos
configura. Quizá sea buen momento de reconocer que tus frustraciones no
son sólo algo que te atañe a ti, se trata de un legado que tienes oportunidad
de transformar, para establecer las bases de una nueva consciencia en tu
vida y en la de los que vienen después de ti.

Minos llevaba ya muchos años en el poder, cuando recibió la terrible


noticia del asesinato de su hijo en Atenas. Su ira no se hizo esperar. Reunió
al ejército y declaró la guerra contra los atenienses. Atenas, en aquel tiempo,
era aún una ciudad pequeña y no pudo hacer frente al ejército de Minos. Por
eso envió a sus embajadores a negociar la paz con el rey cretense. Minos los
recibió y les dijo que aceptaba no destruir Atenas, pero ellos debían cumplir
con una condición: en determinados periodos de tiempo, deberían enviar a
catorce jóvenes, siete varones y siete mujeres, a la isla de Creta, para ser
arrojados
como alimento al Minotauro.

¿Cómo vive este mito en tu consciencia?. ¿Qué has negociado a cambio


de la seguridad por la creencia de no saber, no tener, no poder o no merecer?
Pues así se van configurando los acuerdos cumplidos de generación en
generación. Por muchos siglos, ha sido fácil aceptar la herencia ancestral de
rasgos físicos, hábitos y enfermedades genéticas. Sin embargo, no hemos
tomado en cuenta la repetición de otros patrones de conducta como son: los
dones, pero también el miedo, la infidelidad, la adicción, abusos, embarazos
prematuros, abortos, la carencia económica, la violencia, el sometimiento a la
figura femenina, el resentimiento hacia la figura masculina, etc. Todas ellas
son experiencias, que en la mayoría de las ocasiones, se viven como secretos
familiares y de forma inconsciente se vuelven parte de nuestras vidas. Al
ocultarlos o simplemente no verlos, al igual que el Minotauro, crecen y se
fortalecen. De toda esa información, sumada a nuestras experiencias se
conforma nuestra frustración presente. Entonces te pregunto: ¿Cuál es
la realidad que te produce sufrimiento y hasta el momento has elegido
aceptar?

Los atenienses creían que no tenían alternativa. Si se rehusaban, los


cretenses destruirían la ciudad y muchos morirían. Mientras todos se
lamentaban por su destino, el hijo del rey, el valiente Teseo dio un paso
adelante y se ofreció para ser uno de los jóvenes que viajarían a Creta, para
vencer al Minotauro.

¿Cómo ocurre la evolución? Cuando un rebelde que forma parte del


sistema reconoce la herencia; le deja de parecer normal vivir con dolor y
toma una decisión diferente para lograr su libertad con determinación. Y
resulta que la decisión de uno, libera a muchos.

Cuando llegó a Creta, Teseo conoció a Ariadna, la hija de Minos.


Ariadna se enamoró de él y decidió ayudarlo a Matar al monstruo y salir del
laberinto. Por eso le dio una espada mágica y un ovillo de hilo que debía
atar a la entrada, desenrollar por el camino para encontrar la ruta de
regreso y lograr salir del laberinto .

Esa espada mágica representa nuestra voluntad, el laberinto representa


el viaje a las profundidades de la consciencia en las que reside el
Minotauro; el hilo de Ariadna nos dice que siempre existe una solución
simple para aquello, que por generaciones hemos considerado imposible de
resolver. Por lo tanto, en este libro compartiré contigo las claves que me
permitieron iniciar el viaje interno, las prácticas que me ayudaron a
desarrollar la voluntad y las pautas que desplegaron las soluciones más
simples a mis mayores frustraciones.

Llegó el día en que el primer ateniense debía ser entregado al


Minotauro. Teseo pidió ser él quien marchara hacia el laberinto. Una vez
allí, ató una de las puntas del ovillo a una piedra y comenzó a adentrarse
lentamente por los pasillos y las galerías. A cada paso aumentaba la
oscuridad. El silencio era total hasta que, de pronto, comenzó a escuchar a
lo lejos los resoplidos de un toro. Teseo sintió deseos de escapar, pero se
sobrepuso al miedo e ingresó a una gran sala. Allí estaba el Minotauro. Era
tan terrible y aterrador como jamás lo había imaginado. Sus mugidos llenos
de ira eran ensordecedores. Cuando el monstruo se abalanzó sobre Teseo,
éste pudo clavarle la espada. El Minotauro se desplomó, Teseo lo había
vencido y logró salir del laberinto gracias al Hilo de Ariadna.

¿No logras crecer profesionalmente?. ¿No logras consolidar una vida en


pareja?. ¿Vives en permanentes conflictos?. ¿No logras resolver la carencia
material?. ¿Te cuesta relacionarte con tus hijos?. ¿Te encuentras
experimentando alguna adicción o enfermedad física?. ¿Te asfixia la rutina?.
¿Crees que no eres libre de vivir tu autenticidad?. Estos son nuestros
respectivos Minotauros. Nuestra mayor frustración es el aviso de la existencia
de “algo” a resolver en nuestro mundo interno. Un reto ancestral
transferido por generaciones, que te plantea la posibilidad de tomar una
decisión distinta.

¿Te interesa emprender el viaje? No te sé decir cuánto dure, quizá


nunca termine. He comprendido que nuestra consciencia es algo parecido a
las salas del Laberinto de Creta, cuando crees que más cerca estás de la meta,
quizá es cuando más lejos te encuentres. Una vez comenzado el viaje, al igual
que Teseo, sentí arrepentimiento, cuando identifiqué las primeras señales del
Minotauro; quise volver atrás, pero me di cuenta que nada volvería a ser
igual, si elegía simplemente claudicar. Sin embargo, en cada etapa, cuando
vas reconociendo lo que ahí existe, cuando vemos de frente nuestros dolores,
temores y creencias limitantes, al hacerlos conscientes se debilitan o se
esfuman; nuestro mundo externo comienza a mostrarnos pequeñas y grandes
victorias, desde lo más cotidiano, hasta la superación de grandes retos como
la carencia, la enfermedad física o la adicción, por avasalladoras que
parezcan.

¿Será tan necesario que aprendamos a resolver nuestras


frustraciones?

No sé si tú lo observas, pero para algunas personas, la frustración se


volvió su zona de confort. Al igual que en todos los momentos de la historia,
las decisiones de quienes dirigen nuestros gobiernos no favorecen la calidad y
balance de vida, la salud o la equidad. Las leyes están cambiando en todos los
países y las consecuencias de estos cambios son cada vez menos alentadoras,
en contraste con el anhelo de estabilidad que hemos perseguido por milenios.
Sin el afán de juzgar este anhelo, me pregunto si es lo que verdaderamente
nos produce felicidad o si lo hacemos por resignación, costumbre o porque
nos negamos a ver otras opciones, al igual que lo hicieron los atenienses ante
el mandato del Rey Minos.

En los países llamados “desarrollados” identificamos grandes avances


en cuestiones de salud, ciencia, educación y cuidado de los recursos
naturales. Ojalá se repitieran esos modelos a través de las empresas que han
establecido en los países llamados “tercer mundo” y se evitaran los altos
índices de contaminación, degradación de los recursos naturales, jornadas de
trabajo y salarios que en sus países serían insostenibles, aún cuando nosotros
elegimos ver todo esto como “la bendición de tener trabajo”. Y lo es, cada
oportunidad de aprendizaje es una bendición y depende de cada quien elegir
cuándo es el momento de cambiar el ciclo. Mi propósito es que en las páginas
de este libro, encuentres claves para potenciar tus resultados actuales o para
propiciar cambios armónicos en todos los ámbitos de tu vida.

No es ninguna novedad reconocer que el sistema de salud es cada vez


más deficiente. Se rumora que un día no muy lejano, el sistema público
dejará de atender enfermedades crónicas. No hablemos del sistema educativo
y la dinámica social que están generando los gobiernos. Las instituciones
están formando en su mayoría poblaciones enfocadas a la manufactura, para
continuar con el esquema de mano de obra barata, una comunidad ocupada de
forma permanente, siempre endeudada, que no logra salir de una inercia de
estrés y desequilibrio.

No pretendo propiciar un debate sobre la injusticia. Pues no considero


que estas situaciones lo sean. Percibo los acontecimientos que menciono
como algo necesario para movilizar el espíritu, para asumir la misma decisión
que Teseo. Con tantos retos en el entorno y nosotros ¿manteniendo y
alimentando nuestras frustraciones?. Ya no puede ser esa nuestra elección. Si
hemos de tomar decisiones diferentes, que la prioridad sea salir del ciclo de
dolor.

Por lo tanto, los cambios en las leyes de salud, educación, jubilación y


ahorro para el retiro, el rechazo a la migración de los países “avanzados” y
todas las decisiones, que hoy se viven desde la frustración: las recibo como
un regalo, que me incentiva a moverme. Tomo estos cambios como
posibilidades para desarrollar al máximo mi potencial y reconocer de qué soy
capaz. “Pero no todos tenemos esa fuerza”, dicen algunos. La tenemos, sólo
que está dormida. En este recorrido compartiré lo que he aprendido para
despertarla, fortalecerla y transformarla en acción.
El reto que observo en una gran parte de la población, es el apego al
control de la vida de otros, en lo familiar y social: exigencias, dominación,
exclusión, aún cuando eso propicie sufrimiento para quien es controlado,
como para quien ejerce poder: Por que soy tu padre, porque soy el jefe,
porque soy tu dueña, porque yo pago tu sueldo, etc. Otros viven con la
esperanza de que finalmente surja algún líder consciente que llegue al
gobierno e implemente un sistema de equidad y justicia. Algunos otros
esperan la intervención divina, para que se disuelvan nuestros sufrimientos,
pero se niegan a la posibilidad de desarrollar la voluntad, arriesgar y tomar
decisiones; y aunque parezca insólito, también he conocido personas que
esperan que ocurra una gran catástrofe que propicie un nuevo comienzo.

En resumen, como en todos los tiempos, los grupos humanos siguen


esperando que “el otro cambie” o que llegue el Mesías a lograr la liberación
del yugo. Aún cuando sabemos que los grandes Maestros de Sabiduría
vinieron a enseñarnos que si la liberación no surge de forma interna, jamás
habrá libertad; que los únicos cambios sustentables sólo se dan desde el
dominio personal, aunque resulte desalentador e interminable.

A veces preferimos no hacer nada, por la creencia de que no podemos


resolverlo todo y esa es una de las grandes resistencias para propiciar nuevas
escenas en nuestras vidas, que producirían grandes beneficios.

“Quizá sea muy complicado regresar al océano todas las estrellas de


mar que son arrojadas a la playa por la marea, que corren el riesgo de
secarse y morir cuando sale el sol; quizá ni siquiera tenga sentido; sin
embargo, podemos hacer la diferencia para aquella que encontremos a
nuestro paso y devolverla al mar”. (Cuento popular Sufí). Sin duda, es
fantástico servir a otros y de hecho es necesario; sin embargo, un día sentí un
gran alivio, cuando reconocí que la única estrella que tendría que regresar al
mar, era yo misma. Pues la metáfora del mar representa el regreso a casa, el
regreso a nuestro centro, el recuerdo de quiénes somos. Tómalo en cuenta:
haciéndonos cargo de nosotros mismos, ya estamos aportando demasiado.
Servir sin haber salido del ciclo de dolor y frustración, puede generar fuertes
vínculos de co-dependencia.

Entonces, sigo con las preguntas:


• ¿Qué le da vida al Minotauro de tus frustraciones?
• ¿Lo que hoy haces es lo que verdaderamente más amas hacer?
• ¿Es la verdadera aportación que sabes que puedes hacer al entorno?
• Si no fuera así, ¿cuánto tiempo más te piensas tomar para ejercer la
voluntad de manifestar lo que anhelas en tu vida?
• ¿Eliges lograr la autorrealización o te dispondrás tan sólo a replicar la
misma historia y transferirla a todos aquellos que vienen después de ti?
Como ves se trata de un libro intenso, como su autora. Es intenso pero
está lleno de amor y de un inmenso anhelo de libertad. Escribir este libro me
sanó, por lo que espero que tenga un efecto similar en ti, que quizá, al igual
que yo anhelas vivir en plenitud.

Y entonces, ¿cómo iniciar?. ¿Se trata de dejar todo y hacer aquello que
no nos hemos atrevido a realizar?. No necesariamente, primero se trata de
hacernos las preguntas que siempre postergamos, por hacernos cargo de las
urgencias; que profundices en el conocimiento de ti e identifiques cómo
realizar cambios internos; que por un momento al día hagas algo que
verdaderamente alimente tu alma, que elijas un espacio en el que sólo te
dediques a SER, que decidas desarrollar tu talento, a generar armonía y
entonces te permitas tomar decisiones para dar el gran salto que te llevará a
cumplir tus anhelos. ¿Te darás el tiempo? Recuerda que cada paso no dado,
deja también una profunda huella.

En cada capítulo he desarrollado un concepto, comparto mi experiencia


y te propongo prácticas para fortalecer la voluntad, para conocerte y
fortalecerte.

Son semillas, que estoy segura caerán en buena tierra.

Con amor y gratitud.


Rosa Elena
CAPÍTULO I:
LA DECISIÓN DE TESEO
UNA MISIÓN DE VIDA
Y después de una intensa introducción, con una sonrisa te doy la
bienvenida a este encuentro, te sugiero abordarlo a mi manera: toma tu
bebida preferida y comencemos una apasionante indagación sobre nuestro
propósito de haber nacido.

¿El propósito de haber nacido?. ¡Qué pregunta! Quizá te ocurra como a


mis amigos más cercanos, que me dicen que hago propuestas de conversación
demasiado abruptas en los primeros dos minutos de haber iniciado un
encuentro; ese es mi estilo, pues en temas como nuestra “misión de vida”
creo que hemos demorado mucho tiempo en comenzar a hacernos preguntas
cruciales: ¿Cómo puedo evitar ser víctima de todas las situaciones que
mencioné en la Introducción?. ¿Qué vine a aprender?. ¿Cómo voy a
experimentar la plenitud?. ¿Nací para aportar algo a mi entorno?. ¿De qué
manera deseo despedirme de esta experiencia?.

¡Entiendo! No es fácil hacerse estas preguntas y menos en el primer


capítulo de un libro. ¡No te culpo! sólo espero que estas líneas faciliten tu
camino para evitar demorar, más de lo que yo lo he hecho, el cumplimiento
del tuyo.

La misión de vida puede ser algo que confundimos con los roles
predeterminados que normalmente adoptamos: ser hijo, hermano, estudiante,
jefe o colaborador, empresario, cónyuge, padre, madre, abuelo. Me pregunto:
¿cuánta gente se va de esta experiencia, sin haber logrado definir el propósito
de lo que venía a aprender y a aportar?. Millones de personas ni siquiera se lo
preguntaron.

La misión de vida está asociada, en una primera etapa, a la superación


de retos de aprendizaje que normalmente surgen en la primera infancia: falta
de autoestima, inseguridad, temor, carencias, limitaciones, pérdidas,
conflictos, enfermedades, expectativas no cumplidas, adicciones, dolor: En
estos estados de consciencia, que parecen dolorosos y plagados de defectos,
se encuentra el combustible que nos permitirá mover nuestro mundo; son las
semillas de las virtudes del futuro. ¿Pero cuánta gente no se queda en estas
experiencias, confiando que vive desde el heroísmo o victimismo?

La segunda etapa surge cuando hemos logrado resolver, en mayor


medida, las experiencias mencionadas y está asociada al desarrollo de
nuestros talentos y lo que más amamos hacer; sin importar el tipo de
actividad, nos produce plenitud, abundancia, libertad financiera, inspira a
otros a realizar su propio recorrido y contribuye a la evolución del entorno.
Esta etapa también está asociada la despertar de capacidades que hasta el
momento hemos tenido dormidas, como son: la intuición, la creatividad, la
capacidad de sanar, entre otras. Y cuando hablo de evolución, me refiero a
todas aquellas iniciativas que nos permiten vivir de forma más sana, feliz,
colaborativa, respetuosa, abundante, alegre y en plenitud.

He observado que la falta de definición de un propósito o misión de


vida es el origen de la desmotivación y la discordia en las organizaciones. Es
el motivo por el cual mucha gente aún se siente vulnerable ante las decisiones
gubernamentales y el sistema económico. Es lo que propicia los conflictos y
confusiones en la vida en pareja y según algunos exploradores de la
experiencia humana que he leído, como Viktor Frankl, Deepak Chopra o Joe
Dispenza, puede determinar la salud, la enfermedad y hasta la supervivencia
de una persona. Estos investigadores nos comparten experiencias sobre
personas que se sanaron de enfermedades terminales en situaciones para las
cuales la ciencia tradicional no tuvo explicación. Sin embargo, al
entrevistarlas, en ellas destaca el factor de haberse planteado un nuevo
propósito de vida.

Entonces, la buena noticia es que la definición de tu propósito de vida


es una clave para fomentar la motivación, el trabajo colaborativo y la
sustentabilidad de las organizaciones e incluso la salud física, emocional y
mental. Mi teoría es que un líder que no cuenta con una misión de vida
personal, difícilmente va a poder sostener una estrategia de largo plazo en
una organización; si carece de misión de vida terminará apegándose a su
función, evitará el crecimiento de otras personas y propiciará el
estancamiento.

En el ámbito personal puede ser el primer paso para que una pareja
defina con toda sinceridad si desean caminar con rumbos afines. De hecho,
realmente creo que alguien que no ha definido su propósito personal,
difícilmente podrá atraer o consolidar una relación de pareja armónica y
basada en la autenticidad.

Si observamos con apertura, cuando alguien ha caído en depresión es


por que no identifica un propósito por el cual vivir. Cuando alguien se
desmotiva en una función laboral, cuando comienzan las intrigas, la envidia,
los pleitos, normalmente se trata del mismo origen.

Las empresas se van a la quiebra, por muchos motivos, para los cuales
hay diversas explicaciones. Sin embargo, he observado y participado en los
procesos de solución de problemas de muchas empresas y normalmente el
origen de todos los males se encuentra en la ausencia, pérdida del propósito o
la falta de claridad en la interpretación que hace cada área o persona sobre su
contribución.

“Haz lo que te toca, pues si lo haces, avanzamos todos”


Xavier Pedro Gallego

Pero es momento de centrarnos en ti, que quizá hayas elegido iniciar o


fortalecer tu viaje de exploración, por curiosidad o por frustración; hoy eso
no tiene importancia, como reza el dicho popular, quizá este paso no te lleve
directo a tu meta, pero si te saca de donde estabas. Lo importante es que estás
eligiendo hacerlo y deseo que tengas la voluntad de desafiar tus límites, para
poner en palabras y acciones tu misión de vida.

¿Por qué no cumplimos lo que planeamos, aún cuando sabemos que se


trata de nuestra felicidad?. ¿Por qué tenemos apego a experiencias que nos
producen sufrimiento y nos hacen daño?. Dicen los expertos que para que el
cambio ocurra, se requiere abrir la mente, el corazón y la voluntad; a través
de este libro, mi propósito es compartirte ideas de cómo hacerlo.
Métodos de planeación existen muchos. Sinceramente, no me
funcionaron, pues antes de experimentar una misión de vida tuve resistencias
y aprendizajes previos que me dispongo a poner en palabras, para brindarte
claves que te permitan tener claridad.

La definición de un propósito o misión de vida es un paso crucial en la


madurez de un ser humano. Me atrevería a afirmar que es la diferencia que
caracteriza la vida de un verdadero adulto.

Hablamos de la importancia de realizar cambios internos y por lo


general nos preguntamos cómo. ¡Este es el primero!, ¡Define lo que quieres!.
Este es el primer cambio que te sugiero y que te permitirá profundizar en el
conocimiento de ti mismo. Te invito a dejar de ser cazador de vacantes
laborales, de novias o novios, de perseguir con ambición y codicia los
clientes o recursos; te sugiero dejar de esperar a que alguien lo resuelva por
ti.

Es momento de ser estratega de tu vida y definir tu plan. No te


preguntes cómo ocurrirá, sólo decláralo.

Te propongo abrir tu mente. ¿Cómo se abre la mente? Permitiéndote


visualizar. ¿Por cuántos años has sostenido el mismo tipo de pensamientos?.
Éste es uno de los motivos por los que en nuestras vidas no ocurren los
cambios que queremos. ¿Cómo deseas que sea tu vida?. Te invito a dedicar
algunos momentos a permitir a tu cerebro recrear esas imágenes. No es
ninguna pérdida de tiempo, ni tampoco una superstición considerar que éste
es uno de los primeros pasos para manifestar una nueva realidad. Existen ya
muchas exploraciones sobre el impacto físico, emocional y biológico que
tiene visualizar aquello que deseas manifestar. Resulta muy efectivo aterrizar
esas imágenes a través de dibujos, recortes, composiciones. Así han surgido
grandes visiones que han dado vida a importantes iniciativas, inventos,
empresas; así operan muchas de las personas más exitosas. Es lo que en los
procesos creativos conocemos como: Los aprendizajes del futuro.

Abrir el corazón significa atreverte a realizar un viaje interno que te


permita aprender a amarte y amar tu origen; también significa aprender a
diseñar las emociones que te llevarán a obtener el resultado que estás
visualizando: alegría, entusiasmo, gratitud, paz. Abrir la voluntad significa
que elijas comenzar y hagas lo necesario para no detenerte. Una vez
planteado el objetivo será necesario diseñar acciones de corto, mediano y
largo plazo; pero sobre todo, ser fiel a tu plan.

Te invito a decir salud y a comenzar el viaje.


Esta exploración puede resultar sumamente efectiva si la realizas
acompañado de un coach, terapeuta, un amigo o grupo de personas con las
mismas inquietudes.

Ejercicio 1

• ¿A qué jugabas los primeros siete años de tu infancia?.


• ¿Qué era lo que soñabas realizar?.
• ¿Qué tanto se parece a lo que elegiste hasta el momento de tu vida?.
• ¿Qué harías si sobre tus hombros no pesaran las responsabilidades o
expectativas del entorno?.
• ¿Qué es lo que siempre eliges hacer, para postergar aquello que
anhelas?.
• ¿Qué actividad realizarías si el dinero, los obstáculos o las
expectativas del entorno no fueran un impedimento?.
• ¿Cuáles son tus talentos y habilidades?.
• ¿Qué te dices o piensas de ti cuando te ves al espejo?.
• Si creyeras que tú diseñas tu destino: ¿Qué diseño quieres dar a tu
vida?.
• Si tu vida diera un giro radical, ¿qué es lo
que te gustaría conservar?.

Quizá ya te hayas hecho estas preguntas, algunas de ellas son el


contenido de diversos talleres de planeación y desarrollo humano. Planear es
fácil, lo que yo necesité identificar es: ¿Por qué no cumplo lo que me he
prometido, que incluso sé que me abriría puertas y contribuiría con mi
felicidad?.

En muchas personas surge una gran resistencia al realizar este ejercicio,


pues es una poderosa salida de la zona de confort. Podría ser el momento en
el que eligen cambiar de tema, cambiar de libro o de canal. No te preocupes,
es normal. Te pido que en esta ocasión, sólo mantengas la intención de
responderlas, sin importar si te toma tiempo.

Si te cuesta trabajo responderte, salir de las conversaciones rutinarias o


silenciar tu mente, te invito a realizar la siguiente práctica: traza a escala el
siguiente símbolo para recorrerlo en su tamaño real. También puedes
encontrarlo en internet, imprimirlo en tamaño carta o doble carta y recorrerlo
con tu dedo.

Este símbolo es conocido como el Laberinto de Chartres, el Laberinto


de la Rosa, El laberinto del alma y es la representación del Laberinto que
recorrió Teseo en Creta. Como ya lo hemos hablado, representa la metáfora
de la vida humana, el viaje del alma con sus retos y descubrimientos, entre
ellos el encuentro con el Minotauro. Cada trazo es una experiencia de vida en
la que salimos de una etapa para iniciar otra. Para acercarse al centro, parece
que primero es necesario alejarse, trascendiendo la ley de la resistencia, para
fortalecernos.

Su recorrido nos permite silenciar la mente. Experiméntalo con la


intención de responder las preguntas del Ejercicio 1 o como práctica
meditativa. Escucha tu silencio, recórrelo con la mente y el corazón abiertos,
tómate el tiempo y evita hacerlo mecánicamente. Las respuestas que buscas,
llegarán a ti.

Si ya te has respondido las preguntas, te invito a recorrerlo visualizando


aquello que quieres lograr. Esta práctica propiciará el surgimiento de ideas
que te permitan consolidar los cambios de vida que anhelas.

Te felicito si lograste responder las preguntas, pues son el inicio del


viaje de exploración, aunque no necesariamente garantizan que te
comprometas con tu misión de vida. Si aún no las has respondido, también te
invito a continuar y regresar, trátate con consideración, pues este capítulo
acaba de plantearte uno de los mayores retos que puede tener un ser humano.

Estudiar, trabajar, casarse, jubilarse, divorciarse, envejecer no son


necesariamente el recorrido del Laberinto. Iniciar ese camino requiere de la
intención de abrir el corazón y la voluntad para lograr tu equilibrio: Llegar al
centro, encontrar al Minotauro y vencerlo; significa que has logrado amarte y
amar tu origen, lo cual es un acto heroico que requiere del ejercicio de la
voluntad. Y de ahí, la segunda mitad significa vivir la experiencia de
despertar los talentos y capacidades aún dormidos, trascendiendo los
esquemas que hoy coartan tu libertad.

El inicio del recorrido del Laberinto requiere de una experiencia


iniciática que en el siguiente capítulo vamos a identificar, descubrir o quizá
propiciar.
CAPÍTULO II:
INICIA EL RECORRIDO
¿Alguna vez te has sentido vulnerable frente al cambio?. ¿Has vivido
periodos en los que observas que por más esfuerzo, nunca obtienes lo que te
has propuesto?. Es justo lo que ocurre cuando recorres el Laberinto de
Chartres, cuanto más cerca crees que estás del centro es cuando más te alejas.
¿Has intuido que eres el portador de una pesada carga que te impide ir a
donde quieres?. Son preguntas que alguna vez me hice, hasta que un día
descubrí, que efectivamente no era yo quien dirigía mi vida y que me había
alejado de mi esencia. Es muy sanador comprender esto, pues es parte del
juego: es el Camino del Guerrero, así opera el Universo, se contrae y se
expande; así funciona tu corazón: sístole y diástole. Para que un ser humano
pueda llegar a su equilibrio, primero tiene que alejarse de su centro. Por lo
tanto evita juzgarte, juzgar a otros, evita forzar su equilibrio, cada quien tiene
su propio recorrido.

Comprender esto, puede resultar complejo para muchas personas, pues


no tenemos la cultura de hacernos cargo de nuestro aspecto psicológico. Es
muy natural ir al médico de cualquier especialidad, incluso de forma
periódica, pero difícilmente nos hacemos cargo de sanar la mente y las
emociones.

Efectivamente es así, el gran psiquiatra, psicólogo y escritor suizo del


Siglo XX, Carl Gustav Jung nos aportó: ”Hasta que no hagas consciente lo
que hay en tu inconsciente, va a dominar tu vida y tú lo vas a llamar
destino”. Me tomó un tiempo reconocer que las carencias, la enfermedad, la
falta de oportunidades, los conflictos, las caídas e incluso los accidentes no
son el resultado de un mundo injusto. Son el producto del contenido de
nuestro mundo subconsciente, que permanentemente se manifiesta en todos
los dominios de nuestras vidas.
Algunos neuro-científicos han llegado a la conclusión de que la mente
consciente contribuye tan sólo del 3% al 5% de nuestra actividad cognitiva,
lo que significa que el 95 ó 97% de nuestros pensamientos, sentimientos,
decisiones y acciones en general provienen del procesamiento no supervisado
de nuestra mente. Por lo tanto, nuestra vida está controlada por un aspecto de
nosotros desconocido, inexplorado y quizá amenazante: La mente
subconsciente e inconsciente.

¡No por favor!, ¿Pero qué significa esto?, ¿Cómo que yo provoco lo
que me pasa?. ¡Qué cosa más difícil de entender!. El conocimiento me
permitió recuperar la calma.

¿Qué es la mente subconsciente?


Es la que tiene acceso a tus recuerdos. Si quisieras conscientemente
recordar todo lo que has hecho en tu vida, sería imposible. Pero cosas que
incluso creías que habías olvidado, las puedes recordar si logras tener un
acceso a este dominio de tu consciencia. Como, por ejemplo, cuando
hablamos con un amigo de experiencias pasadas, cuando reconoces algún
aroma, cuando escuchas una canción representativa de una etapa de tu vida.
Estos estímulos crean atajos a nuestros recuerdos almacenados en el cerebro
y los traen de vuelta mediante nuestra mente subconsciente.

En ocasiones, la información en tu mente subconsciente se puede


manifestar a través de grandes inspiraciones, ideas, hábitos, valores; pero
también como inseguridades, temores, enfermedades, adicciones o
situaciones de carácter que pueden impactar en tus relaciones. Este dominio
de la consciencia almacena las memorias de tu árbol genealógico. En diversas
etapas de tu vida se manifestarán, con la finalidad de propiciar tu crecimiento
y avance.

Existen ciertas técnicas que permiten depurar o incluso modificar


nuestra manera subconsciente de operar; hablaremos de ellas en los próximos
capítulos.

¿Qué es la mente inconsciente?


Es la más primitiva de todas. Es aquélla que almacena todas aquellas
experiencias vividas por nuestra especie en sus millones de años de
existencia. Es la encargada de gestionar cuestiones fisiológicas tales como la
respiración, el ejemplo más claro de todos. Fácilmente puedes controlar de
manera consciente tu respiración y aumentar, disminuir o detener su ritmo en
cualquier momento; pero cuando no lo haces, y estás ocupado en muchas
otras cosas, tu mente inconsciente toma el control y te permite seguir
viviendo. Cuando estás durmiendo, por ejemplo, no piensas en respirar. La
mente inconsciente es una mente reactiva y cuyos patrones de acción están
determinados por situaciones y vivencias milenarias⁠ 1.

Este para mí fue un gran descubrimiento, pues alguna vez, cuando


llegué al límite de los 28 años y a pesar de mis brillantes resultados como
egresada de post-grado, en una de las mejores universidades de
Latinoamérica, de tener cierto carisma (modestia aparte), no lograba
consolidar mi estabilidad profesional, ni económica, tampoco una relación de
pareja armónica. La frustración comenzó a ser un tema que definitivamente
no me dejaba avanzar.

Todo aquello que lograba, era con un gran esfuerzo. Observaba la


facilidad con la que las personas de mi entorno lograban lo que se proponían
y comencé a preguntarme: ¿Acaso hay algo en mí, “que no está bien” y yo
desconozco?

No se trata de algo malo o bueno. Comprendo que para muchas


personas es difícil de asimilar, pues yo tampoco encontraba relación con mis
resultados presentes y los acontecimientos de mi vida, mucho menos con la
de mis ancestros.

Cuando no hemos desarrollado nuestra capacidad de observar, tenemos


la tendencia a creernos individuos aislados, sin comprender que la
información biológica y energética de nuestro árbol genealógico y nuestro
pasado, sigue recorriendo nuestras venas y nos hace atraer experiencias de la
misma naturaleza. El contenido de nuestro mundo subconsciente determina la
mayoría de las situaciones que nos ocurren en la vida y nos proporciona
nuestros retos de evolución. Hay personas para las cuales ese reto es más
grande que para otras, de acuerdo a la información almacenada en sus
memorias y en su sistema familiar.
En los primeros cursos de exploración y terapias pude comprender que
las experiencias de mi infancia podrían haber tenido una influencia en los
resultados en mi vida adulta. Me recuerdo en mi cuna, con total claridad,
escuchaba y entendía lo que hablaban las personas de mi entorno. Viví las
experiencias de una familia en la que había que luchar por la vida, compartir
el espacio y sobrevivir a tres hermanos mayores mientras mis padres
trabajaban. A mis cuatro años de edad, mi padre estuvo hospitalizado algunos
meses, debido a que se le reventó una úlcera. Recuerdo que la dinámica
familiar me llevó a vivir muchos espacios de soledad y sensación de
abandono. Cuando mi padre regresó a la casa encontró en mi una barrera que
me impidió relacionarme con él, que me produjo rechazo a su personalidad y
que tardó más de 15 años en reducir sus efectos. En resumen, le retiré el
habla por años y no podía explicar por qué; simplemente experimentaba un
bloqueo que era más fuerte que yo. Hoy puedo entender cómo esta situación
ha impactado muchos aspectos de mi vida, aún cuando yo creía que había
quedado en el pasado y de hecho no le había dado la mayor importancia.

Cuando observaba mi historia, tampoco identificaba que fuera trágica.


Existen personas que tuvieron retos mayores y han logrado salir adelante. Por
lo tanto, me negaba a iniciar un proceso terapéutico, pues además en mi
entorno no era una práctica común; observaba la experiencia de tanta gente,
que simplemente se dedicaba a vivir y las cosas les resultaban de acuerdo a
sus planes. Yo me preguntaba: ¿Por qué conmigo tendría que ser diferente?.

Sin embargo, la noche del 10 de octubre del 2002, después de salir de


una reunión con mis amigas y de haber recibido muchas llamadas de mi papá
para que ya regresara a la casa, al abrir la puerta para guardar el auto, una
sensación de frío me recorrió la columna vertebral y la piel, algo que no supe
nombrar y tampoco he vuelto a sentir. Una de las más grandes señales que he
recibido en mi vida. Como si algo tratara de prepararme para un
acontecimiento.

Al día siguiente, al momento de desayunar discutí con mi papá por


haberme hablado tantas veces, mientras yo estaba en la reunión de mis
amigas; le reclamaba que yo ya era grande e independiente. Él me pedía que
me cuidara e hiciera el esfuerzo por siempre llegar temprano a la casa. Me
levanté abruptamente y tomé mis cosas para prepararme para el trabajo.
Siempre había declarado ser del “club de los no videntes”, explicaba
que no veía nada, no percibía nada, no anticipaba nada que no fuera del plano
físico, en ocasiones lo expresaba con frustración. Mientras escribo estas
líneas recuerdo una voz interna que me comunicó con claridad mientras abría
la puerta de la casa: ¡Regresa, pide perdón y despídete! No quise hacerle caso
a esa voz, pensé: ¡No puede ser posible!. ¡Cuando vuelva del trabajo, todo
seguirá igual!, pensé. Pero en mi interior, sabía lo que iba a ocurrir. Se me
activó la vidente interna, pero me invadió un miedo, al que no quise poner
atención y con eso cerré la puerta temporal de ese don, que se manifestó en
un momento crucial de mi experiencia. Un don que todos tenemos.

Cuando llegué al trabajo, ya me habían dejado el mensaje: ¡Que


regreses a tu casa. ¡Tu papá se puso mal.! Mi papá había pasado por el
“cambio llamado muerte”. Reconocí el significado de la señal que recibí la
noche anterior. Señales que todos recibimos, pero son difíciles de percibir por
el ruido mental de nuestros temores.

Durante un año sentía una nube negra como compañera de camino, se


tambaleó mi sistema de creencias, se me activó una rebeldía inexplicable.
Emprendí la ruta del Hijo Pródigo y cambié los templos por bares.

Como trabajaba en una institución dedicada a la capacitación, tenía la


responsabilidad de participar en diversos programas; en cada oportunidad los
facilitadores daban la instrucción de realizar nuestra misión de vida. ¿Qué no
se sabrán otra dinámica?, ¿por qué todos enseñan lo mismo? -decía-. Y
participaba realizando las dinámicas de forma mecánica, al “ahí se va”,
“para salir del paso”, pero sin ninguna consciencia sobre la implicación en
mi vida, de ese conocimiento que se me presentaba en cada oportunidad.

“Los seres humanos elegimos aprender por curiosidad o por dolor.”


Humberto Maturana

Hoy me doy cuenta que la vida siempre nos abre las puertas para tomar
decisiones que nos faciliten el camino. Hoy me pregunto, cómo hubiera sido,
si el día en que mi intuición me anticipó que mi vida cambiaría para siempre,
me hubiera despedido de mi padre con gratitud. Durante meses, la vida me
daba la oportunidad de ejercer mi poder creativo en diversas oportunidades
de definir mi misión de vida. Tuve las oportunidades, pero no la consciencia
de saberlas recibir.

Había hecho todo lo que el sistema social y económico decía que tenía
que hacer para tener éxito en la vida, pero no había aprendido algo crucial
para tener éxito: identificar las señales. Estudiaba, sacaba buenas
calificaciones, me comprometía con el trabajo y no lograba ni siquiera la más
básica estabilidad e independencia económica. Vivía lo que en ese momento
llamaba las “injusticias del sistema”. Cuando, a pesar de mis estudios y
capacidad, en los lugares en los que trabajaba no se abrían para mí las
oportunidades de crecimiento, prestaciones, ni reconocimientos. ¿Te resulta
conocido?

Lo mismo ocurría en todos los intentos de relación de pareja, durante


ese tiempo toda experiencia fue un acto fallido, pues mis ansiedades y
temores cada día crecían más. En cada nueva experiencia sentía como si fuera
a caer en un gran abismo.

Transcurrió un año y en uno de tantos grandes esfuerzos por lograr un


cambio en mi vida profesional, el proyecto que presenté para una licitación
del gobierno fue rechazada, pues me faltó incluir la copia del comprobante de
domicilio, el elemento más absurdo. Eso es lo que ocurre cuando vivimos
desde la inconsciencia. Ésa fue la experiencia que me llevó al derrumbe. Ese
día reconocí que no sabía qué rumbo tomar, mi confusión era total, tuve una
gran caída y sentía que no podía levantarme sola.

Afortunadamente, mis grandes amigas Erika y Jany tomaron cartas en


el asunto y me sacaron una cita con Mara, Terapeuta de Flores de Bach y así
comenzó mi experiencia iniciática.

En cuanto crucé la puerta de su consultorio comencé a llorar. Ella me


preguntó:

-¿En qué te puedo ayudar?


-Nada me sale en la vida, le respondí ya con descontrol emocional.
Parecía que me leía el pensamiento. Lo primero que hizo fue invitarme un
café.
-¿Cómo es la relación con tu papá?, me preguntó.
-¿Qué tiene que ver eso con mi vida?
-¡TODO!, respondió.
-Él ya falleció, ¿ahora qué puedo hacer?
-La vida es eterna, me respondió. Siempre puedes restituir el vínculo
espiritual con tu papá, ¡todo tiene solución! y me dejó como actividad
visualizar un encuentro con el Ser Energía de mi Padre y decirle todo
aquello que me faltó expresarle.
-¿Cómo saber que he sanado el vínculo espiritual con mi padre?,
pregunté
-Cuando seas capaz de amar, agradecer y honrar la experiencia de ser
su hija, más allá de los errores cometidos o los defectos que interpretaste de
su personalidad. Entonces serás capaz de vivir tu poder personal. Sabrás que
el vínculo ha sido sanado, cuando tengas la capacidad de tomar las riendas
de tu vida profesional, hacerte cargo de ti misma y relacionarte de forma
armónica con el género masculino.
- ¡Uf! ¡Vaya reto! ¿Pero qué pasa con las personas que no conocieron
a su padre, que fueron abandonados o que no convivieron con él?
- Cuando en el corazón sólo hay gratitud por la vida,
independientemente de las decisiones que el padre haya tomado, las
personas tienen la capacidad de tomar la energía de la vida y vivir su poder
personal. Si hay resentimiento, dolor o victimismo, pues la vida se complica
en algún ámbito para mostrarnos que hay algo que resolver.
- O sea que si yo critiqué a mi padre, si juzgué que lo que me dio no fue
suficiente, si rechazaba aspectos de su personalidad, si llegué a creerme
superior a él, si tomaba partido cuando él tenía conflictos con mi mamá.
¿Eso daña el vínculo?
- Es así, me respondió.
- Parecía que todo iba quedando más claro: ¿Quieres decir que las
consecuencias del vínculo paterno dañado son: que me cueste trabajo
consolidar mi vida profesional, que enfrente retos y obstáculos que me
impiden avanzar, además de que se me complique relacionarme con el
género masculino en una relación de pareja?
- Eso dicen las teorías y de acuerdo a tu experiencia, podríamos
afirmar que en ti se cumplen, sonrió.
- Pero en realidad nunca me llevé muy bien con él y antes todo me salía
bien, repliqué.
- En los primeros 21 años de la vida de un ser humano se configuran
las experiencias que un día se te presentarán como retos. Tu espíritu sabe en
qué momento estás lista para resolver aquello que tu alma eligió trascender.
Entonces, los retos aparecen. En algunas personas se presentan en la
infancia, a otras en la juventud, a otras en la edad adulta. Nadie se queda sin
aprender.

Sin duda, Mara acababa de abrirme la puerta de un mundo totalmente


inexplorado. Hoy aún desconocido para muchos, para otros, totalmente
inaceptable. Me explicó que la relación con nuestro padre establece un
vínculo del cual tomamos la energía de la vida, misma que nos permite poner
límites internos y externos, así como expandirlos para aprender y avanzar a
nuevas experiencias. Ese vínculo no tiene nada que ver con nuestro padre, ni
con su personalidad. Tiene que ver con la interpretación que hacemos de esta
relación, la que habilita o debilita nuestros recursos para salir adelante en la
vida. Tiene que ver con nuestra capacidad de reconocer que él fue el canal
inicial para acceder a la vida. Todas las expectativas de contar con un padre
responsable, protector, exitoso, libre de adicciones, presente en las
experiencias significativas son tan sólo los paradigmas del sistema en el que
vivimos. Para poder vivir en plenitud, necesitamos comprender en primera
instancia que nuestro padre fue el canal para que obtuviéramos la vida y
eso es más que suficiente. Lo que haya hecho de su vida, no nos concierne.

Es como si la interpretación que hicimos de la relación con nuestro


padre se volviera una configuración energética en nosotros. Somos una
extensión de él y si lo rechazamos, es como si nos estuviéramos rechazando a
nosotros mismos y eso propicia un gran estancamiento en nuestras vidas.

Cuando el vínculo se ha desarrollado en armonía o ha logrado sanarse,


se facilita el desarrollo de diversas capacidades asociadas al poder personal,
como por ejemplo:

• Consciencia de las necesidades propias y la capacidad de expresarlas.


• Límites: Internos para el desarrollo de hábitos y valores, así como
externos para establecer interacciones basadas en el respeto.
• Expandir nuestros límites, para aprender a partir de nuevas
experiencias: proyectos, viajes, emprendimientos, etc.
• La capacidad de adquirir conocimiento, discernir, analizar, evaluar
sintetizar, tomar decisiones.
• Estrategia: La capacidad de definir planes para lograr todo tipo de
objetivos.
• Objetividad: La habilidad de observar y describir hechos.
• Iniciativa: La capacidad de crear nuevas oportunidades, sin necesidad
de que las instrucciones vengan de otra persona.
• Determinación: La capacidad de ser firmes en las decisiones, aún
cuando las circunstancias sean adversas.
• Enfoque en el logro: La capacidad para transformar las ideas en
acciones, para lograr nuestros objetivos.
• Facilidad de palabra.

Después de mi primera sesión de terapia comprendí el por qué de mis


resultados profesionales, independientemente de mi capacidad intelectual y
mi grado de responsabilidad. Comprendí también, que en mis relaciones de
pareja estaba proyectando de forma subconsciente el tipo de vínculo que
establecí con mi padre, al rechazarlo a él, estaba rechazando una parte de mi
y eso siempre manifestaba sus consecuencias en experiencias de
distanciamiento y abandono. “Todos los hombres son iguales”, decía. Sólo
me faltaba reconocer que eran iguales a mi, eran el espejo que me mostraba la
programación de mi subconsciente.

Yo no sabía de teorías, ni conceptos de psicología. Aunque para los


escépticos se trata de pseudociencia o pensamiento mágico, a mi nadie me
cuenta. Esta simple reflexión, me permitió dar un giro importante en mi vida,
en cuestión de semanas me invitaron a un proyecto, consolidado, exitoso y
que me permitió poner en práctica los conocimientos que había adquirido
previamente, con una retribución similar a lo que no había logrado ganar en
todo un año de esfuerzo; además, me surgió una posibilidad de empleo en
una de las empresas automotrices más exitosas del mundo.

Sin embargo, aún no me atrevía a realizar el ejercicio que mi terapeuta


me había sugerido hacer: Convocar al ser de luz de mi padre y expresarle
todo lo que había hecho falta, aún me encontraba presa del escepticismo o la
ignorancia de quien desconoce el dominio energético en la creación y su
impacto en la realidad física. Aún cuando una parte de mi creía, que podría
tratarse de un simple ejercicio, en reiteradas ocasiones los intenté hacer y
sentía una barrera que me impedía realizarlo. Mara me sugirió comenzar a
experimentar situaciones más allá de mi mente racional, hacer una petición
especial, solicitando la señal del momento perfecto para realizar mi ejercicio.
Hoy comprendo que lo que me propuso fue aprender a observar la
información de los campos mórficos. Comencé a ser obediente con las
dinámicas, lancé mi petición, como quien ya va comprendiendo el impacto
energético del lenguaje y olvidé el tema por unas semanas. El mismo tiempo
que mi oferta de empleo en la gran armadora automotriz parecía no avanzar,
parecía una simple casualidad, pero no le di importancia; estaba
acostumbrada a que las oportunidades se esfumaran de mi vida.

En este tiempo se inauguró en la Ciudad de Querétaro el Centro


Cultural Manuel Gómez Morín, se hablaba de una sala de juegos,
computadoras y libros a la que pueden acceder todos los niños de forma
gratuita y elegí visitarlo en compañía de mis sobrinas y mi cuñada Elsa. Me
conmovió ver a muchas familias conviviendo en un espacio muy sano y
creativo. Me acerqué a un grupo de personas que se encontraban tratando de
armar un cubo con unas piezas de madera; no lo lograban después de
reiteradas ocasiones y les pregunté si podía ayudarles. La información salió
de mi mente subconsciente en segundos. Elsa celebró la inteligencia de la
familia Zamora y cuando me pregunté cómo logré armar ese cubo con piezas
de madera, recordé a mi padre enseñándome a hacerlo, en una lejana imagen
de mi niñez, en la que interactuaba con él desde el silencio. Me quedó claro
cómo funciona el subconsciente. Para mí esa fue la señal que estaba
esperando.

Una escena amorosa en la interacción con mi padre. Algo o alguien


desde el plano sutil, se había vuelto a comunicar nuevamente conmigo. Esa
experiencia me dio la energía para realizar la dinámica que tenía pendiente.

Al día siguiente, preparándome para continuar con las actividades de mi


proyecto, encendí una vela y convoqué la Presencia del Ser de Luz de mi
papá. Hablé con él como nunca lo hice en esta plano, pedí disculpas por la
forma en que me fui el día de su partida, le dije que lo extrañaba, que lo
amaba, que me hacía falta; reconocí sus cualidades, aquéllas que incluso
heredé, agradecí que haya cumplido todos los acuerdos espirituales para
contribuir con mi evolución y pedí su amor y respaldo para poder avanzar en
mi vida.

El martes de esa semana, ocurrió lo que para mi ya no podía ser una


coincidencia. Mi oferta de empleo se reactivó y me solicitaron ir a la ciudad
de Puebla a la entrevista definitiva, al siguiente día me hicieron una oferta
laboral, que jamás se me hubiera ocurrido posible.

Mi vida dio un giro de 180 grados, se abrieron las puertas de una


brillante carrera, en una de las mejores empresas que he podido conocer.

Esa experiencia me permitió continuar el viaje de la expansión de mi


consciencia y compartir con muchas personas mi aprendizaje, tuve la
oportunidad de capacitarme en otros países, “me sentía como pez en el agua”.
“Se debe a que la empresa representa a tu papá y la energía que te estaba
haciendo falta tomar”, me dijo una amiga experta en el tema. Lleva esta frase
contigo, para tu propia reflexión.

Pude comprobar a través de la experiencia con muchos especialistas que


contando con vastos conocimientos y experiencias en el diseño y fabricación
de automóviles, encontraban obstáculos de crecimiento en las evaluaciones
para ocupar puestos de jefatura, gerencia y dirección.

- ¿Cómo es la relación con tu padre?, Les preguntaba en las sesiones de


seguimiento a su desarrollo.
- ¿Qué tiene que ver eso con mi proceso de crecimiento gerencial?
- ¡Todo! Les respondía

Y así comenzó el viaje de exploración de la consciencia de mucha


gente, que reconoció de donde viene la fuerza para desarrollar las habilidades
mencionadas y cruciales para el éxito profesional. El punto de partida, para
poder llevar a cabo los cambios que nos hemos propuesto tener y vencer la
frustración.

¿Habías considerado esta posibilidad de reflexión?. ¿Puedes


comprender por qué a algunas personas les cuesta tanto trabajo lograr lo que
quieren?. Dicen algunas teorías de psicología, que la vida profesional es una
proyección de la relación con nuestro padre biológico, así como del sistema
emocional y de creencias que sostiene al árbol genealógico al que
pertenecemos.

¿Acaso habías considerado que muchas de las emociones que fluyen


por todo tu cuerpo son también parte de tu herencia? Conócela, acéptala y
hónrala. Eso activará tu poder personal, te irá acercando a tu centro, al
equilibrio necesario para lograr los cambios que anhelas.

Muchas personas me comentan que la relación con su padre es


armónica y definitivamente no encuentran una relación entre esto y lo que
ocurre en sus vidas. En ocasiones, no sólo se trata del vínculo paterno, sino
de todo lo que ha ocurrido en su linaje: las costumbres, los talentos, los
valores, las creencias, emociones, enfermedades, mentiras, secretos,
exclusiones, pleitos, muertes, abortos. Todo eso vive en ti. Existen
situaciones en tu linaje con las cuales estás implicado desde el plano
subconsciente. Hay algo de todo ese contenido que en algún momento de tu
vida emergerá o ha emergido para ponerse al servicio de tu evolución.

El autoconocimiento es la mejor solución para estar preparados y tener


fortaleza vivir cualquier reto. Por lo tanto, es momento de centrar la reflexión
en ti y lo que puedes hacer distinto para fortalecer esta dimensión de tu
consciencia.

• ¿Cómo es la relación con tu padre?.


• ¿Qué te dolió?.
• ¿Qué te hizo falta?.
• ¿Qué admiras de él?.
• ¿Le agradeces la vida y lo que obtuviste de su relación con él?.
• ¿Qué tanto conoces de tu linaje paterno?, ¿Qué amas y qué rechazas
de ese linaje?.
• ¿Cuál es el conocimiento que se te presenta reiteradamente y no has
elegido tomar?.
• ¿Cómo vives las capacidades asociadas al vínculo paterno
mencionadas?
Cuando algunas personas reconocen que restituyendo el vínculo paterno
podrían resolver situaciones apremiantes de su vida, tratan de hacerlo desde
el dominio intelectual. No digo que no sea válido, cada quien puede hacerlo
desde la forma o método que más le convenza. Sólo es importante reconocer
que lo que verdaderamente funciona es la apertura del corazón. Lo que nos
permitirá brillar y vivir nuevas experiencias será la capacidad de amar
incondicionalmente nuestro origen.

Ejercicio 2
Si tu padre aún se encuentra en el plano físico, este puede ser un
ejercicio de preparación para que vivas la experiencia con él, cara a cara. Si
no lo conociste, no conviviste con él o ya ha pasado por el cambio llamado
muerte, recuerda que la dimensión esencial de la vida es la energía, que jamás
se crea, ni se destruye, sólo se transforma, pues es eterna. Recuerda que todo
tiene solución.

En un espacio privado, si es posible para ti, enciende una vela, utiliza


una esencia o aroma que active alguna memoria agradable para ti.

Cualquiera que haya sido tu experiencia, desde la simplicidad y sin


dudas, abre tu mente, corazón y voluntad. Coloca la mano izquierda en tu
corazón y la mano derecha sobre la izquierda.

Repite un decreto con esta idea: Desde la parte más consciente de mi


ser, convoco la presencia del Ser Energía de mi Padre.

• Mencionas su nombre completo y lo visualizas frente a ti, si tu padre


ya no se encuentra en este plano, lo visualizas dentro de una esfera azul.
• Le expresas todo lo que te ha hecho falta decirle, permitiendo el fluir
de cualquier emoción que se presente, con respeto y gratitud, recuerda que
más allá de su personalidad o lo que tú has interpretado como errores, tienes
frente a ti a quien fue canal para que tu vida fuera posible en este plano.
• Le expresas todo aquello que le admiras.
• Lo que le agradeces.
• Lo que te dolió.
• Le cuentas lo que harás para capitalizar la experiencia, honrar su vida
y la tuya.
• Pides su bendición para fortalecer tu camino.
• Te entregas al “gran silencio” por un momento para recibir sus
mensajes. Si tienes apertura, te pueden llegar como ideas o imágenes, en ese
momento o posteriormente.

Al finalizar, observas que el ser de luz de tu padre se transforma en un


esplendente destello dorado que encuentra su camino hacia tu corazón, ahí se
instala y se expande, por cada partícula de tu ser, te observas brillando como
sol dorado y resplandeciente. Es así como esta experiencia quedará grabada
en tu alma como sabiduría infinita.

Si aún tienes la bendición de contar con tu padre en este plano, ¿de qué
manera modificará esta reflexión tu interacción con él?. Tienes la invaluable
oportunidad de conocer su linaje, tus raíces. Te sugiero crear un espacio para
tener con él esta conversación y a través de la fuerza y el poder que se
experimenta en el plano físico, contribuyas con tu experiencia a dejar escrito
en el Libro de la Vida, que los seres humanos somos capaces de agradecer y
amar nuestro origen.

¿Desarrollarás con esta experiencia tu poder personal?. Por supuesto,


pues ampliaste tu nivel de autoconocimiento y tu habilidad para observar. Es
momento de dejar de vernos como individuos aislados, pertenecemos a
diversos sistemas y dichos sistemas determinan nuestros comportamientos y
decisiones, cuando no somos conscientes.

Por ejemplo, las heridas del vínculo paterno exacerban nuestra


necesidad de reconocimiento. Es a través de este dolor que se ha gestado la
cultura patriarcal-matriarcal, en la que el dolor del alma de un vínculo
paterno deteriorado nos lleva a vivir la necesidad de someter a otros o de
permitirnos ser víctimas de esas circunstancias. Se dice que este es el origen
de la guerra, la ambición exacerbada, el sometimiento y la discriminación.

Por otro lado, como consecuencia de la cultura patriarcal-matriarcal,


una gran proporción de la población tiene un resentimiento o rebeldía
inconsciente hacia su padre o ancestros, pues consideran que las madres han
sido víctimas de sus conductas y decisiones. Esto también nos ha producido
un gran desorden interno que se refleja en dificultades para interactuar con la
jerarquía. El único inconveniente es que en todos los rincones de este planeta,
existen las jerarquías.

Esta reflexión me ha permitido lograr la comprensión de diversos


comportamientos humanos en los cargos gubernamentales, en las posiciones
jerárquicas de una empresa o en la relación de pareja. Ahora puedo observar
cómo transferimos los valores culturales a las siguientes generaciones.

Comencé a sentir más confianza ante cualquier reto, a definir límites, a


ponerme nuevos objetivos. Me encontré hablando con audiencias de 20
personas o de 800 sin perder el control emocional. Me observé agradeciendo
la vida. Logré consolidar la relación de pareja que mi alma anhelaba, me casé
e incluso inicié un proyecto de vida profesional independiente. Estaba lista
para el siguiente reto, al igual que Teseo, había recuperado la espada mágica
de la voluntad y comencé a aprovechar el poder inconmensurable de las
soluciones más simples.

1 http://www.sebascelis.com/consciente-inconsciente-y-subconsciente/
CAPÍTULO III:
EN LA PROFUNDIDAD DEL LABERINTO
Creía que había avanzado mucho en mi viaje iniciático: había
encontrado el amor, me encontraba viviendo mi vocación, tenía solidez
financiera. Pude haber seguido esa ruta y llegar al final de esta experiencia
satisfecha, sin duda y no me atrevo a postular que tendría que ser diferente,
para las personas que así lo elijan. Pero la inercia del Laberinto del Alma me
llevó al siguiente paso, un reto que aún me encuentro transitando. Elegí tomar
decisiones diferentes a las costumbres y creencias de mi sistema familiar.
Esto tiene un impacto y con certeza te anticipo que es mejor enterarse e
identificar la forma de que esos cambios ocurran de forma armónica.

Si tus nuevas decisiones tienen su origen en el rechazo a lo que has


vivido o a tu herencia ancestral, se te podría complicar la vida. Sin embargo,
es importante saber que los sistemas familiares necesitan que sus miembros
elijan ciertos cambios para prevalecer, lo que tenemos que considerar es la
emoción desde la cual los hacemos.

Regresando a la experiencia en mi recorrido por el Laberinto del Alma,


llegó el momento en el que pensé que ya tenía la fortaleza suficiente para
renunciar a mi trabajo, abrir una empresa, vivir de forma independiente, tan
audaz como Teseo; hacer algo distinto a lo que normalmente la sociedad
elige, comencé a practicar y difundir con vehemencia prácticas espirituales
diferentes a las de mi sistema familiar. ¡Y lo hice! Di el llamado “salto
cuántico”, la inercia de lo que había logrado me permitió sostenerme poco
más de un año, comencé a endeudarme. El sueño se volvió pesadilla, parecía
que de nada me había servido todo lo que antes había aprendido y
experimentado; comencé a escuchar los resoplidos del Minotauro y estuve a
punto de claudicar y volver al espacio seguro de lo “conocido”. Las llamadas
de mis acreedores no me propiciaban tanta angustia, como la idea de que
llegara el domingo en la noche y fuera momento de hablar con mi mamá
sobre el transcurrir de mi semana; parecía que era el momento de exponerme
ante el espejo que me mostraba todo lo que yo no quería ver en mi.

Es el momento de ver de frente un reto de palabras mayores en el


desarrollo de la consciencia; es un hito en el camino, que mucha gente aún no
hace consciente: El rol de la función materna.

Experimenté, observé y comprendí que para resolver este reto


necesitamos haber tomado la fuerza de nuestro padre, como lo describí en el
capítulo anterior. De hecho, al avanzar en un proceso de autoconocimiento,
observé a varias personas, contactar con el profundo e incomprensible dolor
que produce el vínculo materno: discrepancias, discusiones, culpa, dolor, en
la relación con la mujer que fue el canal para recibir la vida. ¿Cómo puede ser
esto posible?. Nuestra madre es la portadora de nuestra gran herencia
ancestral, el tema es que desde la inconsciencia, es doloroso recibir dicha
herencia.

Como lo comenté previamente, recuerdo con perfecta nitidez los años


de mi primera infancia. No había un aroma más excelso, que el que percibía
de mi madre, ni mejor alimento que el que ella me preparó, ni espacio más
seguro que sus brazos. La recuerdo jugando conmigo a la escuelita, en la que
mis muñecas eran las alumnas, me enseñó a ponerles una hoja de hierbabuena
húmeda en sus frentes, cuando jugaba a ser sanadora. Ella fue capaz de darles
vida a diversos títeres que de pronto adquirían personalidad propia para nutrir
mi alma y enseñarme inglés. Mi madre siempre ha sido la alegría de la fiesta,
el consuelo y el refugio de todos. Es la mujer que me mostró cómo se educa a
cuatro hijos, se trabaja y se estudia en simultáneo, se mantiene el orden en un
casa y un matrimonio de 39 años, hasta que el ciclo de la vida lo permitió;
por si esto fuera poco, nos mostró como acompañar, con total entereza, a uno
de sus hijos hacia el cambio llamado muerte. Es alguien parecido a un Roble,
en tiempos de alegría, de crisis, de enfermedad o de muerte. A través de la
gran sabiduría de su alma, ha sido capaz de darnos a mis hermanos y a mi, lo
que ella no necesariamente recibió. He aquí mi herencia.

¿Habías escuchado que la madre es la portadora de la energía que nos


permite tener salud, inteligencia, abundancia y responsabilidad para
ejercerla?, Entonces, independientemente de la personalidad de tu madre y tu
relación con ella, si aún no logras disfrutar de la salud, la abundancia y la
armonía en tus relaciones, explorar sobre el vínculo de tu función materna es,
sin duda, un gran oportunidad para resolver esos retos cruciales de la vida.

He escuchado mencionar a expertos en el estudio del comportamiento y


la consciencia humana, como el Dr. Humberto Maturana que: biológicamente
todos somos igualmente inteligentes. Lo que determina la inteligencia de un
ser humano es el entorno emocional en el que se desenvuelve.

Y resulta que de nuestra madre absorbimos el alimento y nutrientes


teñidos de la frecuencia energética que generaron sus emociones. El
vientre materno fue nuestro primer entorno emocional, ahí se gestó la
mezcla perfecta entre la información portadora del linaje de nuestro padre,
para mezclarla con la herencia ancestral del materno. Ahí se sembraron las
semillas de lo que será la salud o enfermedad, la voluntad para ejercer la
responsabilidad y para continuar con la transmisión de la vida.

Fortalecer el vínculo materno no sólo se trata de un trabajo de


superación personal cualquiera. Es un trabajo en profundidad que te
transforma interiormente y te libera. Especialmente las mujeres, hemos
heredado cadenas ancestrales de nuestro linaje materno, que tenemos que
concientizar para avanzar en nuestro empoderamiento⁠ .

¿De qué tenemos que ser conscientes?

De todas las conductas patriarcales-matriarcales que han recaído sobre


la mujer desde hace milenios. A través del vientre materno, absorbimos sin
filtro las memorias y el dolor que han propiciado la dominación, el
sometimiento, la desconfianza, las exigencias, la ambición, la discriminación,
en contraste con la expectativa absurda de que una madre es perfecta,
amorosa e inmaculada. ¿Observas el impacto de esta incongruencia puede
tener en la consciencia de nuestras madres y por lo tanto en la nuestra?

Observo a mucha gente en estados de ánimo de enojo o frustración


cuando reconocen miedos inexplicables, sensación de fracaso e identifican la
réplica de muchas situaciones aparentemente limitantes que bloquean su
avance, como por ejemplo: la enfermedad, la carencia, la adicción, entre
otras. Como lo mencioné anteriormente, se trata de una herencia que duele
mucho recibir y que nos corresponde transformar.

Una ostra sólo puede producir una perla cuando ingresa a su caparazón
un insecto o un objeto extraño y a fuerza de un proceso similar a la voluntad,
es capaz de transformarlo en perla. A través de la herida, ingresa la luz. Esa
“herida” es la semilla de la verdadera inteligencia y las cualidades futuras,
pero no germinarán si nuestra actitud es de victimismo. ¿Siempre tendrá
que ser así? Creo firmemente que no, a los que hoy nos encontramos leyendo
estas líneas, nos corresponde tomar decisiones distintas para transmutar las
cargas de dolor que recorren la consciencia de nuestros sistemas familiares y
propiciar nuevas realidades para nosotros y las futuras generaciones.

Aunque en este momento no tenga tanto sentido, te invito a aceptar la


posibilidad de que entre más dolor identifiques en tu sistema familiar, más
“aparentes errores”, mayores son tus oportunidades de despertar capacidades
ilimitadas, algunas de ellas quizá aún inimaginables. Si alguien te entregara
un baúl lleno de plomo, muy probablemente te causaría mucha incomodidad,
molestia o enojo. ¿Pero qué ocurriría si reconocieras que puedes volverte
alquimista y transmutar todo ese plomo en oro?. ¿No sería entonces un gran
regalo recibirlo?.

Estamos hablando de mucho más que una simple metáfora. Gratitud


eterna a la mujer que nos llevó en el vientre y tuvo el valor de ser un canal al
servicio de la vida y la evolución en una era distinguida por principios y
valores, que instalaron en lo más profundo de nuestra mente inconsciente: la
desvalorización de la energía femenina y sus capacidades.

¿Reconoces lo que puede ocurrir en una mujer que tiene deseos,


aspiraciones, temores, anhelos de libertad y realización en contraste con las
creencias instaladas sobre la maternidad en el inconsciente colectivo?: La
madre paciente, santa, inmaculada, cuyo amor es incondicional, eterno y lo
puede todo, capaz de cargar con su dolor y el de los demás; siempre
dispuestas y disponibles para sus hijos: es; sin duda, una expectativa injusta y
prácticamente imposible de cumplir desde la autenticidad.

La herida de la función materna no tiene que ver con la personalidad de


tu madre, sus decisiones, ni con tu amor hacia ella. No tiene que ver con que
si te llevas bien o mal en la convivencia cotidiana. Tiene que ver con la
herencia energética que recibió de su linaje, pues si las mujeres de tu árbol
genealógico vivieron en este planeta, entonces seguramente experimentaron
abandono, violencia, abuso, rencor hacia la figura masculina, lo que quizá les
impidió tomar la energía de sus padres, para realizar transformaciones en sus
vidas. Con todos estos retos en su consciencia, tuvieron el valor de transmitir
la vida y educar a los que hoy somos adultos.

Desde el plano subconsciente, es la madre la que propicia la iniciación


para que un hijo vaya a tomar la energía de su padre e incorpore las
capacidades de la energía masculina que abordamos en el capítulo
anterior. Pero cuando la madre, no aprendió a tomar la energía de su padre,
porque su propia madre tampoco supo hacerlo, nos encontramos, por
generaciones, repitiendo patrones de conducta como los mencionados en el
capítulo anterior.

¿Observas en ti una batalla interna de una energía que te empuja a


arriesgarte, a lograr tus sueños y otra que te presenta una resistencia a
avanzar y permanecer seguro en el mismo lugar o estado de consciencia?
Se trata de las energías masculina y femenina, que de acuerdo a la
imagen interna que aprendiste de tu padre y tu madre, van a determinar los
patrones fundamentales de creencias y emociones con los que lograrás o no,
los resultados que buscas en tu vida, de acuerdo a cómo desarrolles tu
consciencia.
Es así como en algún momento de la vida se activan los antagonismos
que existen en nuestro mundo subconsciente; se nos ponen de frente las
incoherencias de nuestros mapas mentales con la realidad y nuestra madre
comienza a reflejarnos, a veces de forma incontrolada, nuestros mayores
temores, culpa, enojo y tristeza. Y si no somos conscientes de esta dinámica
nos encontraremos inmersos en círculos viciosos de enojo y culpa, los
elementos necesarios para disminuir nuestro poder personal y los mayores
impedimentos para realizar nuestra misión de vida.

La mujer que te obligó a desayunar antes de salir de casa, la que te


retuvo para que no salieras sin chamarra, campera o sweter, la mujer que
daría cualquier cosa por protegerte, o la que eligió irse de tu vida o “morir”
que es también una elección, es la que desde el plano espiritual brindó el
servicio de transferirte una herencia. ¿La multiplicarás?. ¿O te quedarás
seguro y resguardado en la inercia de la vida, la repetición de patrones y la
asfixiante zona de confort?. Tómalo en cuenta, esa herencia tiene apariencia
de dolor. ¿Para qué se te entregó?: Para fortalecer tu alma y contribuir con
su evolución. Desde el plano espiritual, ella es la sembradora de la iniciación
en ti y las capacidades asociadas a la energía femenina: creatividad, intuición,
telepatía, sanación, habilidades artísticas, clarividencia, entre otras.
Cualidades que se activan y desarrollan, cuando somos capaces de salir del
ciclo de frustración. Así opera el juego cósmico, para que tú decidas si eliges
quedarte en el rol de víctima o aceptas los retos de dicha iniciación,
convirtiéndote en un ser humano integral.

La comprensión de que nuestra madre ha sido sólo un canal para dar


vida, que con el hecho de habernos permitido crecer en su vientre y nacer,
con eso hizo más que suficiente, puede liberarnos de la carga de todos esos
mapas de victimismo que controlan la dinámica de nuestras vidas.

Su herencia genética y energética es nuestra gran oportunidad de


aprendizaje, no nos corresponde pretender cambiarla, ni sanarla, ni salvarla y
menos juzgarla; cuando somos conscientes, de que sólo nos corresponde
sanar nuestras limitaciones y carencias emocionales, comenzamos a vivir con
más paz, armonía, aceptación y respeto al rol de la maternidad.

El desmoronamiento del mito de la madrecita santa debería llevarnos a


una redefinición de una nueva forma gozosa compartida y responsable de
tener y criar hijos, pues a fin de cuentas no hay nada que haga más feliz y
fortalezca a un hijo, que una madre que sabe ser feliz y tratarse a si
misma con el mayor respeto, amor y dignidad.
A medida que cada vez más personas sanemos la herida de la función
materna y damos un paso firme y consciente hacia nuestro poder,
encontraremos por fin la iniciación que estábamos buscando y por lo tanto
seremos capaces de nutrirnos, cuidarnos y empoderarnos y por consiguiente,
hacerlo con las futuras generaciones.

Diagnóstico de la función materna.


• ¿Tienes algún problema de salud?.
• ¿Identificas alguna adicción a sustancias, personas, cosas,
situaciones?.
• ¿Identificas sentimientos de culpa?.
• ¿Sientes que no puedes ser feliz, porque identificas que tu madre no lo
es o no lo fue?.
• ¿Qué tan fácil es para ti identificar y expresar tus emociones?.
• ¿Qué tanta habilidad tienes para escuchar?.
• ¿Eres capaz de reconocer e interactuar con el mundo de la
subjetividad?. (Energía, resonancia, señales, mundo subconsciente)
• ¿Qué tan fácil es para ti recibir? (Regalos, reconocimiento, recursos,
nuevos conocimientos, oportunidades, amor).
• ¿Qué tan despierta está tu inteligencia intuitiva?.
• ¿Es la paciencia parte de tu forma de vida?.
• ¿Qué tan fácil es para ti colaborar, trabajar en equipo, convivir, vivir
con una predisposición a la integración?.
• ¿Qué tanta constancia has sido capaz de desarrollar en tus proyectos,
decisiones, hábitos cotidianos?.
• ¿Es fácil para ti identificar las necesidades de otros?.
• ¿Qué tanta habilidad has desarrollado para escuchar tu voz interior,
aprender y tomar decisiones a partir de las señales de tu mundo interno?.

La respuesta que des a estas preguntas te permitirá comprender qué tan


profunda es la herida de tu función materna o qué tan anestesiada la has
tenido.

Si hay algo que resolver para tu crecimiento, se manifestará con un reto


respecto a:

• El manejo de tus emociones y el impacto en la salud.


• Conflictos o rupturas.
• Carencia material.
• La capacidad de recibir: amor, conocimiento, detalles, oportunidades,
reconocimiento.
• Intuición y sensibilidad, elementos clave para el desarrollo de la
inteligencia, la adaptación y las relaciones humanas.
• Paciencia: que es sinónimo de sabiduría y de respeto a los ciclos de las
personas, las situaciones y la naturaleza.
• Integración de otros: La mayoría de nuestros retos sólo tienen solución
a través del trabajo colaborativo.
• Perseverancia: Una cualidad imprescindible para tener éxito.
• Consciencia de las necesidades de los otros: La capacidad de
reconocer que no somos individuos aislados, que pertenecemos a sistemas en
los que los problemas de otros, tarde o temprano se volverán propios; por lo
tanto es necesario aprender a colaborar con la consciencia de que somos uno.

Sugerencias para sanar la herida de la función materna.

Existen muchos métodos y teorías. El que a mi me ha funcionado es


usar todo lo que he aprendido previamente para reconocer desde el amor y la
gratitud, que soy mi madre en otro cuerpo, en multiplicación con mis
experiencias y decisiones. Por tal motivo, desde la inconsciencia, un
encuentro con nuestra madre, podría detonar la discordia que causa una
bomba atómica. Desde el plano sutil, nuestro padre y nuestra madre siguen
transfiriéndonos energía de vida, independientemente de nuestra edad y sin
importar si ellos aún se encuentran en este plano. ¿Qué es lo que nos
transfieren? Lo que ellos recibieron y experimentaron. Si son memorias de
dolor, será necesario que las hagamos conscientes y las recibamos con amor
incondicional. Así seremos capaces de producir perlas. De lo contrario nos
encontraremos interactuando con un espejo que nos reflejará mucho dolor.
He aprendido a amarme a través de mi madre, a honrar el inmenso valor con
el que ha experimentado la vida, a reconocer que ella es la grande y ante ella,
yo siempre seré la pequeña. Lo que ha ocurrido después es que mis sueños
volvieron a cobrar vida y comenzaron a dar nuevos frutos. Se armonizó mi
mundo emocional y se activaron capacidades que no sabía que tenía, como
por ejemplo: la intuición.

Algunas claves adicionales.

1. Revertir las limitaciones heredadas de nuestro sistema familiar:


En una conferencia escuché a Enric Corbera una reflexión que me
pareció muy clara. Cumplir con la ley universal: Honrarás a tu padre y a tu
madre, significa agradecer la herencia genética recibida de ambos y
comprometernos a revertir sus limitaciones; se trata de una señal de impulso
evolutivo y se requiere del inmenso amor de un rebelde en el sistema que
levante la mano para cumplir este rol. Este es el mayor acto de amor que
podemos tener hacia nuestros ancestros, aunque ellos no lo comprendan
aparentemente. Por lo tanto, se necesitan agallas para negarse a seguir
replicando los patrones limitantes, que tienen una gran fuerza e influencia
generacional en nuestras familias.

Revertir las limitaciones del sistema familiar significa ser capaces de


lograr salud, paz y gratitud en donde por generaciones hubo enfermedad,
adicción, violencia, infidelidad, exclusión. ¿Es eso posible?, ¡Todo es
posible! Los procesos terapéuticos pueden ayudarnos a propiciar esta
comprensión desde el corazón, para que la energía que impulse nuestros
cambios sea el amor y no el dolor. También ocurre que muchas personas
muestran mucha determinación a hacer lo necesario para no repetir los
patrones de su sistema familiar; sin embargo, cuando esto se lleva a cabo
desde el rechazo o resentimiento: “Yo no seré igual que tú”, “Yo sí lo voy a
hacer bien”, lo único que se logra es exacerbar la fuerza de dichos patrones y
por lo general terminamos repitiéndolos con mayor intensidad.

2. Honrar la experiencia que ellos eligieron.


Tus padres se eligieron mutuamente para darte la vida, ninguno es
víctima de otro. Pretender sanar la consciencia de tus padres es un acto de
arrogancia. La proyectarás en otros dominios de tu vida y terminará por
debilitarte. Abstenernos de pretender cuidar emocionalmente de otros,
incluyendo a nuestra madre, evitar el ”yo sí puedo y tú no”, es uno de los
primeros pasos para recuperar el poder personal, ocupar el lugar que nos
corresponde y por lo tanto ir estableciendo un orden interno que nos permitirá
dar frutos en el mundo externo.

Contrariamente a lo que nos han enseñado, no tenemos que tratar de


intervenir en las decisiones de nuestra familia. Sólo tenemos que sanarnos a
nosotros mismos y con esto, estaremos haciendo una gran contribución a
nuestro sistema. No estoy insinuando que no sea válido apoyarles, cuando
ellos lo solicitan. Sin embargo, intentar cambiar a otro cuando no nos ha
pedido ayuda, es un acto de arrogancia y violencia.

3. Trascender la culpa. Es muy importante comprender que una


decisión de cambio radical en nuestras vidas puede activar memorias de culpa
instaladas en la mente subconsciente e inconsciente, es probable que
despierte en ti el sentimiento de traición cuando te acercas a la realización de
algún sueño y quizá te sabotees. Cuando sientas que has perdido tu vitalidad
o poder personal y sientas que nada te sale bien, explora esta posibilidad,
puedes estar albergando sentimientos de culpa, por el hecho de haber tomado
decisiones distintas en tu vida.

Si identificas que tus culpas se deben a no haber cumplido las


expectativas de tu Sistema Familiar, o a errores cometidos por tus decisiones,
recuerda que estás en este plano para aprender, de nada te sirve quedarte
apegado a los errores cometidos. Evita ser tu propio verdugo, incorpora la
experiencia de tus errores al ámbito de la sabiduría del alma, no los repitas
más y sigue adelante. Si tienes el don de la vida, úsalo constructivamente.

Por otro lado, en vez de sentirte culpable por no ser capaz de sanar a tu
madre ni a los otros miembros de tu familia, o sentir culpa por tu elección de
vivir de una manera diferente, asegúrate de que la emoción que te mueva sea
la gratitud por tu pasado y tus raíces. Si lo haces, recuperarás tu poder
personal: recordar quién eres y para qué estás aquí. Como consecuencia,
devolverás a tus familiares el poder de seguir su propio camino.

4. La ley del reflejo o la proyección. Es un acto de gran sabiduría


reconocer que energéticamente eres tu madre en otro cuerpo, con la suma de
tus experiencias. Alégrate de todas las cualidades que admiras de tu madre,
pues también tú las posees. Reconoce que todos los defectos que ves en ella y
que más rechazas: son tus virtudes del futuro si eliges despertar tu
consciencia.

Ejercicio 3

• Escribe el nombre completo de tu madre y realiza un listado de todas


las virtudes y talentos que observas en ella y de tu linaje materno, así como
las actitudes que más te producen rechazo o dolor.
• Realiza este ejercicio con mucha sinceridad. De cada aspecto que
rechazas, identifica la intención positiva, por ejemplo:
• Siempre se queja por estar enferma: Está buscando amor, como
cualquier ser humano, desea amor.
• Critica todo lo que hago: Ella busca que dé lo mejor de mi.
• Se hace la víctima: No ha logrado reconocer su naturaleza divina y
aún piensa que el poder y las soluciones son externas.
• Todo lo ve de forma negativa: Le gusta prever riesgos, alberga
emociones que no ha aprendido a transformar.
• Ahora, borra o tacha el nombre de tu madre y coloca el tuyo.
• Identifica situaciones de tu vida en las que te observas llevando a cabo
las mismas conductas. Quizá no de forma literal. Quizá tú no te enfermas en
el dominio físico, ¿pero qué tal en el emocional o mental?. Recuerda que los
conflictos o las creencias limitantes son otra forma de enfermedad.
Probablemente, tú también estás buscando amor, por lo menos el
reconocimiento de otros en tu trabajo, con tus amigos, con tu pareja. Con este
ejemplo, quizá se te haga más fácil reconocer cuándo tú también postergas el
cumplimiento de tu misión de vida por enfocarte en vivir la vida de otros y
así con cada situación. Quizá tú te tratas con una negatividad similar al pensar
en realizar tus sueños o al no realizarlos, estás potenciando esa negatividad en
ti. Si no reconoces en tu personalidad algún aspecto que rechaces o admires
de tu madre o su linaje, pide ayuda a alguien que te ame. Seguramente te
brindará varios ejemplos. Realiza el ejercicio con mucha consciencia y
seriedad hasta que logres reconocer que tu madre es un ser en evolución al
igual que tú. Que a diferencia de ti, ella no tuvo las oportunidades de
aprendizaje y los recursos que hoy tú tienes para avanzar.

• Si es más fácil para ti, graba estas instrucciones en algún dispositivo,


para que te auto-dirijas este ejercicio, a tu ritmo y con la frecuencia de tu voz.

En un espacio de tranquilidad y soledad, desde el ámbito de lo sutil:

Convoca la presencia del Ser Energía de tu madre.

Observando su rostro: Agradécele haber sido el canal para darte la


oportunidad de vivir en este plano, reconoce su valor, honra las decisiones
que tomó para permitirte vivir, reconoce su esfuerzo y lo que ella te dio, a
pesar de lo que no recibió de sus ancestros. Reconoce su victoria: eligió y
logró sostener tu vida en su vientre, no todas las mujeres lo hacen, lo eligen o
lo logran.
Recuerda todos los aspectos que escribiste en el ejercicio de reflexión,
todo lo que admiras y rechazas de tu madre, la intención positiva que
reconoces y la comprensión de que todo lo que te transmitió tiene un
propósito.

Identifica las situaciones en las que tú llevas a cabo las mismas


conductas y decreta lo que surja de tu corazón, entorno a esta idea: Estoy soy,
honro esta posibilidad de evolución, éste es mi punto de partida, pido tu
permiso y bendición para hacerlo diferente, gracias por transmitirme la vida y
la inteligencia. Añade todo aquello que surja desde el alma y exprese toda tu
gratitud y reconocimiento a tu origen.

De tu corazón al corazón de tu madre emites un rayo de luz rosa y


decretas que a partir de ahora esta relación se encuentre basada en el amor
incondicional.

Observas cómo ese vínculo se expande hasta que tu madre y tú quedan


envueltos en un capullo rosa con destellos dorados que lentamente va
absorbiendo esta experiencia, hasta dirigirse a tu centro cardiaco, se instala
ahí y queda grabada en tu alma como sabiduría que fortalecerá tu camino.

1 “Por Sophia Style: www.mujercíclica.com”


CAPÍTULO IV:
DE MINOTAURO A MAESTRO
Una cosa sólo ha buscado el hombre en todo tiempo, y lo ha hecho en
todas partes, en las cimas y en las simas del mundo. Bajo nombres distintos -
en vano- se ocultaba siempre, y siempre, aun creyéndola cerca, se le iba de
las manos. Hubo hace tiempo un hombre que en amables mitos infantiles
revelaba a sus hijos las llaves y el camino de un castillo escondido.
Pocos lograban conocer la sencilla clave del enigma, pero esos pocos
se convertían entonces en maestros del destino. Discurrió largo tiempo -el
error nos aguzó el ingenio- y el mito dejó ya de ocultarnos la verdad. Feliz
quien se ha hecho sabio y ha dejado su obsesión por el mundo, quien por sí
mismo anhela la piedra de la sabiduría eterna. El hombre razonable se
convierte entonces en discípulo auténtico, todo lo transforma en vida y en
oro, no necesita ya los elixires. Bulle dentro de él el sagrado alambique, está
el rey en él, y también Delfos, y al final comprende lo que significa la frase:
Conócete a ti mismo.
Georg Philipp Friedrich von Hardenberg. Novalis, 1772.

Conócete a ti mismo, el mayor y más intenso viaje de exploración que


un ser humano puede elegir. Feliz la persona que logra encontrar la sabiduría
en su mundo interno, en el castillo escondido; que no necesita más los
elixires de la aprobación o la seguridad externas, el control, la ambición, el
materialismo. Feliz la persona que logra amar lo que ve en el espejo cuando
se afeita, se peina o se maquilla. Feliz aquél que logre amar su reflejo en otras
personas y en todo aquello que le rodea.

El resultado de conocerte a ti mismo será el despliegue de tu poder


personal, de la paz y la capacidad de propiciar o enfrentar cualquier cambio.

Si en los capítulos anteriores reconociste las dos fuentes que no sólo


construyeron tu composición genética, sino un estado de consciencia para
permitirte experimentar, has iniciado el viaje interno. Es muy simple, aunque
no necesariamente es fácil reconocer; como ya lo he mencionado, todos los
sistemas familiares, en mayor o menor medida han transferido por
generaciones esas cargas energéticas que se traducen en sufrimiento. Y más
que preguntarnos ¿Por qué a mi?, ¿por qué yo?, nos ayudaría más analizar el
contexto en el que vivieron nuestros antepasados e incluso nuestros padres:
guerras civiles, revoluciones, guerras mundiales, dictaduras, persecución,
migración, crisis económicas, un sistema educativo deficiente, falta de
información, cultura patriarcal-matriarcal.

Sería muy sanador que transformáramos nuestras exigencias en una


profunda comprensión, que las generaciones anteriores a la nuestra, han sido
portadoras de esa experiencia, porque padecieron esas vivencias. Su rol en la
evolución es otro y también para ellos ha sido muy doloroso. En muchos de
ellos podemos reconocer que incluso fueron capaces de darnos lo que ellos
no recibieron, así que ahora: ¿Qué vas a hacer tú?

Y así, llegamos a este momento. Eres el portador del aprendizaje y el


dolor de tus ancestros y lo has proyectado en tu realidad y tus resultados.
La diferencia es que hoy tú tienes acceso de forma inmediata, a todos los
recursos necesarios para aprender a vivir diferente. En esta experiencia
tienes la oportunidad de ser su victoria.

Ahora, este símbolo del Árbol de la Vida te representa a ti, un ser de


belleza y perfección inconmensurable, que vivió la victoria de nacer y
experimentar. Cuanto más conozcas la frecuencia de la savia que recorre toda
tu estructura, más lograrás crecer con firmeza y fortaleza, mayores alturas
alcanzarán tus ramas.

La negación a conocer, comprender y amar nuestra herencia ancestral es


desde mi punto de vista el mayor obstáculo para aceptar y propiciar el
cambio, lo que nos debilita y vuelve vulnerables ante cualquier circunstancia
que implique un crecimiento. Desde estos estados de inconsciencia elegimos
una carrera profesional, pareja, tener hijos, trabajar en una empresa,
asumimos posiciones de liderazgo, cargos de responsabilidad gubernamental,
¿y el resultado?: Ya lo conocemos, nos ha alcanzado para transferir dolor,
proyectar carencias, repetir errores, perder piso, ejercer poder, propiciar
injusticias, causar sufrimiento.

Entonces es momento de identificar lo que viniste a trascender a través


de esta experiencia.

Se trata de poner en palabras la primera fase del laberinto de tu vida, es


momento de reconocer al Minotauro.

Aquel reto que se ha presentado desde tu temprana infancia, tu mayor


dolor, tu mayor obstáculo, lo que identificas como tus defectos, al conjunto
de esas experiencias te invito a integrarlas, a darles una forma humana,
asignarles una personalidad y las llames tu Maestro. Esta entidad es la
mezcla de los retos ancestrales de tu padre y tu madre; la oportunidad por el
cual la cual tu espíritu eligió que nacieras en ese sistema.

Si te cuesta trabajo identificarlo, no te preocupes; algunas personas


requieren de una guía más profunda o un proceso terapéutico para
reconocerlo; también es cierto que la mayoría de las personas se van de este
plano sin haberse percatado del reto de evolución que estaba a su disposición.

En ocasiones pensamos que hemos tenido muchos problemas o retos en


nuestras vidas. Sin embargo, si nos permitimos observar podría tratarse del
mismo problema con distinta apariencia. Si lo identificas, evita abrumarte
queriendo resolverlo, el primer paso es ser consciente de su existencia en tu
vida y con ello habrás dado un paso muy importante en el desarrollo de tu
consciencia.

Algunos ejemplos:
Quien experimentó la sensación de abandono desde la temprana
infancia, el Maestro llamado Abandono puede aparecer también en distintas
etapas y manifestarse a través de la relación de pareja o de otros seres
amados. Puede reflejarse en las actividades profesionales, en las que la gente
de pronto elige dejarlos a cargo de todas las responsabilidades. A estas
personas por lo general, les toca experimentar e incluso acompañar la
aparente pérdida de seres amados, que pasan por el “cambio llamado
muerte”. Cuando no han hecho consciente este patrón de vivencias, tendrán la
tendencia a experimentar un sentimiento de añoranza y orfandad que los
limita a lograr sus objetivos.

Si alguien vivió experiencias que mermaron su autoconfianza, en cada


nuevo ciclo o emprendimiento, su Maestro hace una aparición para incentivar
el contacto con la inseguridad y trascenderla.

Quien heredó grandes dosis de miedo ancestral puede ser que desarrolle
una personalidad de mucha rigidez, control, intransigencia en el orden, quizá
burocracia, necedad, etc. Ellos por lo general viven muchas experiencias
caóticas, de desorden o situaciones que los incentivarán a desarrollar la
flexibilidad, la empatía y la apertura a posibilidades.

Las personas que crecieron en sistemas familiares con predisposición a


la adicción a las emociones: miedo, enojo, culpa, odio, apego; en distintas
etapas de su vida podrían desarrollar adicciones a sustancias, personas, bienes
materiales, trabajo, juego, poder, reconocimiento, sexo. En ocasiones no son
suficientes las fugas económicas, la discordia y el dolor, como para elegir
preguntarse por el origen de esta situación. Si no lo resuelven, es posible que
transfieran dicha adicción a sus hijos, para darse una nueva oportunidad de
trascenderla.

Quien experimentó carencia, puede tener la predisposición a vivir en


consciencia de escasez, ambición o codicia. En cada oportunidad de
crecimiento, quizá encuentre la tendencia a no tener iniciativas en su vida,
por la creencia de no contar con los recursos suficientes.

Quien vino a trascender la pérdida seguramente la vivirá a través de


sus relaciones y bienes materiales, para aprender que en este universo nada se
pierde, cada aparente pérdida es una puerta abierta a la plenitud y la
abundancia.
Otras personas nacieron con las memorias de injusticia y el entorno se
las proporciona, desde la distribución de los juguetes en la navidad, los
regaños de los profesores en la escuela, la distribución de actividades en el
trabajo, los obstáculos para crecer, la discriminación, el abuso, el maltrato, el
machismo, la misoginia, el favoritismo, el nepotismo, el amiguismo. En
ocasiones se quedan en la postura de víctimas o se transforman en
victimarios; así como también optan por volverse “héroes” o “salvadores de
otros”, limitando su crecimiento.

Otras personas aprendieron a que la fuente del amor es externa, por lo


tanto viven cumpliendo con las expectativas de todos y permiten que otros
diseñen su destino. Podrían padecer, hasta llegar a enfermar por no tomar
decisiones en su vida con tal de no dañar la imagen del hijo, padre, madre,
pareja, empleado perfectos. Consideran que tomar decisiones sobre su vida,
es un acto egoísta. Por lo general, necesitan mantener un equilibrio en sus
vidas a través de la mentira o la infidelidad. Un equilibrio que los mantiene
vivos, mientras sean capaces de sostener la apariencia.

Y así el miedo, la duda, indiferencia, infidelidad, enfermedad, violencia,


abandono, exclusión, abuso, discriminación son los Maestros de muchas
personas, los sacos de plomo que te son entregados para que elijas
transformarlos en oro, los defectos que te corresponde transformar en
virtudes.

Evita juzgar a tu Maestro por su apariencia

El común de la población elige, de forma inconsciente, considerar al


Maestro como una maldición, un castigo divino, una injusticia de este
mundo, una carga del pecado original.

Yo muchas veces me pregunté: ¿Por qué tengo que dudar de mi en el


umbral de un logro?. Quizá yo no merezco ser feliz. ¡Bueno! Pues ahí tienes
a mi Maestro. Cada vez que propicio una oportunidad de aprendizaje o
crecimiento, mi Maestro hace su aparición. Antes lo recibía como quien se
encuentra con un Minotauro e incluso expresaba mi falta de autoconfianza
con cierta agresión hacia mi entorno. He logrado reconocer que cada que
aparece, es por que se trata de una nueva oportunidad de expansión, de un
tesoro por descubrir y de una oportunidad de hacer magia.

Cuando no reconocemos a nuestro Maestro, hacemos crecer estas


resistencias en nuestras vidas y nos volvemos portadores de ellas, para
transferirlas a las siguientes generaciones. Sin embargo, al hacerlas
conscientes, honrarlas, sanarlas y tomar decisiones diferentes somos capaces
de llegar al -Centro del Laberinto- y recuperar la fortaleza.

Por lo tanto:
• ¿Cuál es el reto, obstáculo o dolor que aparece en cada etapa de tu
vida, cuando es momento de crecer?.
• ¿De qué manera has elegido vivirlo?.
• ¿Qué consecuencias ha tenido tu decisión?.
• ¿Cuál es la carga emocional que sientes al respecto?.
• ¿Qué has hecho para liberarla?.
• ¿Cuáles son las habilidades y dones que podrías desarrollar al
trascender tu mayor dolor? Por ejemplo: Una persona que ha experimentado
la carencia, si lo elige, podría dominar la ley de la manifestación, para crear
abundancia en su vida de forma consciente. En lo personal, aprendí a
transformar mi inseguridad; ahora podría decir que la autoconfianza es una de
mis mayores fortalezas.
• ¿Qué eliges hacer a partir de responderte estas preguntas?.

Estás aquí para encontrar respuestas y la buena noticia que te tengo es


que por el puro hecho de tomar consciencia de esta situación, habrás dado
pasos agigantados. Sin embargo, un proceso de coaching o terapia potenciará
en ti la posibilidad de volverte tú el Maestro de tus circunstancias, trascender
tus retos y manifestar la realidad que conscientemente eliges vivir. Un
proceso de toma de consciencia te permitirá comprender que tu vida en este
plano te brinda la oportunidad de transformar:

La percepción de abandono en el reconocimiento de la libertad de


elección de las demás personas, te permitirá tomar las riendas de tu vida, para
evitar abandonarte y así jamás tendrás que repetir la experiencia.
Reconocerás que la ley del perdón sólo aplica para ti y los acuerdos
espirituales que hiciste con determinadas personas, para permitirte aprender.
Las personas que te han mostrado la experiencia del abandono te están
enseñando que no te permites definir tus objetivos, ser libre de elegir, de
expresar y de vivir los deseos de tu alma.

La inseguridad que impregnó tu consciencia, tiene como finalidad


activar el recuerdo de tu dimensión divina, así como de la confianza
infinita de la inteligencia perfecta y eterna que te da la vida y que guía tus
pasos. Esta experiencia te está incentivando a crear estados de paz y alegría,
que permitan a la inteligencia divina manifestarse a través de ti, para
reconocer que no hay nada que no puedas lograr o experimentar en este
plano.

La adicción te enseñará a lograr tu libertad a partir de la expresión de


lo que piensas y sientes y manifestar así la realidad armónica y consciente. Es
la oportunidad de abrir las compuertas que han obstaculizado la libre
expresión de un dolor acumulado por generaciones, hoy disponible para
transformarse en amor, salud, arte, proyectos o en cualquier posibilidad de
ser feliz.

La carencia será el maestro que te permita recuperar tu derecho divino a


vivir en la abundancia, la prosperidad e incluso lograr la maestría de la
precipitación. Será suficiente con que adquieras un gramo más de fe, para
que la experiencia bien haya valido una vida de aprendizaje.

La pérdida activará en ti la consciencia de eternidad en este universo,


nada se pierde, pues la muerte no existe. Sólo existen los cambios de ciclo.

Dejar de esperar que las fuentes del amor y el reconocimiento sean


externas, te permitirá amarte incondicionalmente. ¿Eres capaz de amarte y
honrarte más allá de las decisiones de los demás o a pesar de que no te amen?
Si así fuera, podrías amar verdaderamente a los demás y permitirles aprender
a no tener expectativas de ti, a no ser tú la fuente de su bienestar o su
felicidad. Derrumbar las máscaras con las que pretendemos ser buenos,
impecables o perfectos, permitirá a otros activar sus propias maestrías y por
lo tanto su evolución.

No naciste para ser víctima de tus circunstancias, naciste para recordar


tu poder de crear conscientemente tu realidad. Y así, cada una de estas
experiencias es una oportunidad de trascender el único problema que nos
caracteriza a todos: El olvido de nuestra divinidad. Cuando tomas
consciencia y asumes las riendas, estás cumpliendo tu rol en el plan evolutivo
de este universo, estás contribuyendo a que las futuras generaciones de tu
sistema familiar eviten la repetición de estos programas. ¿Observas la gran
oportunidad frente a ti? Entonces haz lo que te toca y así nos ayudas a
todos: Xavier Pedro Gallego.

Y ahora, ¿por dónde empezar?. ¿Cómo puedo convertirme en mi propio


Maestro y trascender el aprendizaje desde el dolor?

¿Has logrado identificar a tu Maestro?. Si lo has hecho, te felicito. A


mucha gente se le pasa de largo la vida sin haberlo nombrado o hecho
consciente. Si no has logrado identificarlo, no te preocupes, es un reto que no
necesariamente se resuelva con una lectura.

Si has logrado o no, nombrar a tu Maestro te invito a realizar tu propio


viaje interno, a través de una sabiduría que nadie puede atribuirse como
autor, pues nos pertenece a todos: Los cuatro elementos de la naturaleza.
Los primeros postulados de este modelo son atribuidos a diversos filósofos
como son: Tales de Mileto, Anaxímenes, Heráclito, Jenófanes y Empédocles.
Una sabiduría que se encuentra en prácticamente todas las culturas
ancestrales y nos aporta valiosas claves y prácticas para la superación de
nuestros mayores dolores, para el logro de la plenitud y la recuperación del
poder creativo. Las prácticas que te propondré realizar a partir de ahora, te
permitirán llegar al Centro del Laberinto y vivir la Ley del Equilibrio. Te
permitirán consolidar la espada mágica de la voluntad, como la que usó
Teseo en su experiencia.

Cada que vez que se presente ante ti tu Maestro, tendrás más fortaleza si
cuentas con un propósito y el orden que te brinda el elemento Tierra; con la
flexibilidad y la capacidad de disfrutar la vida que nos aporta el elemento
Agua; con la acción determinada del elemento Fuego, así como la
creatividad y capacidad de renovación del elemento Aire.

Como puedes observar, cada elemento de este modelo es un estado de


consciencia que nos permite activar habilidades dormidas, así como fortalecer
y equilibrar aquéllas que conscientemente reconocemos como talentos.

Es un camino muy simple, pero no te puedo prometer que sea fácil. De


hecho, lo considero un acto heroico. El arte de vivir en el eterno presente.

Este modelo es la base de muchas teorías psicológicas y diversos


instrumentos de diagnóstico. Se ha convertido en un método de solución
creativa de problemas, en un mapa para la integración de equipos, en una
teoría que nos permite identificar posibles causas de problemas de relación o
diagnosticar necesidades de capacitación. Este es el origen de los modelos
más efectivos del estudio del comportamiento, cambio y desarrollo
organizacional.

Su experimentación nos ayuda a sanar el cuerpo y el alma. En lo más


simple se encuentra la sabiduría inconmensurable. Me he maravillado cómo
este método puede ser comprendido por personas de todas las edades, con
distintos niveles educativos y condiciones culturales. He llegado a reconocer
que se trata de un mapa que nos muestra cómo evoluciona el alma. Te
permitirá ser consciente de tus talentos o activar aquéllos que aún no has
desarrollado, para lograr el balance; puedes proponerte vivir los cuatro de
forma simultánea, para lograr el equilibrio y lograr tu propio desarrollo
integral.

Te invito a transitar por este método, para lograr la comprensión de esta


fase de tu evolución, para que abraces el plomo que te legó tu árbol
genealógico, traces tu propia ruta para llegar al equilibrio y después tengas la
capacidad de transformarlo en oro.

Para comenzar la exploración de sugiero observar este símbolo:

Es conocido como la Cruz Solar, un símbolo que se ha usado para


representar las cuatro direcciones, los cuatro elementos, los cuatro vientos;
nos permite recordar cómo la Tierra se renueva en cuatro estaciones.
Rodeadas por el círculo que representa lo infinito, lo eterno, la divinidad
suprema que no tiene ni principio ni fin. Es probablemente el símbolo
religioso más antiguo del mundo, ésta aparece en el arte de las religiones
asiáticas, americanas y europeas.

La cruz tiene una función de síntesis y de medición ya que representa


los ejes principales del cosmos, el tiempo y el espacio. También es un
símbolo de la unión permanente del universo, pues comunica al cielo con la
tierra2.
Desde esta perspectiva es que te invito a abordar el modelo de los
cuatro elementos en el desarrollo de tu consciencia, para la consolidación de
tu misión de vida. Cada elemento es una energía, un estado de consciencia,
que te aporta valores y hábitos.

Alguno de los elementos está más desarrollado en ti, de acuerdo a tu


historia y tus circunstancias; representa tu talento. Lo que en ocasiones
dejamos de observar, es que la misma naturaleza nos invita al equilibrio. Si la
Tierra sólo usara un solo elemento para su proceso creativo, se produciría un
colapso. ¿No crees que eso podría estar ocurriendo en tu vida? Nos apegamos
a nuestra forma de ser, de responder, de resolver, sin considerar que a través
del equilibrio podríamos renovarnos, fortalecer nuestros vínculos y nutrirnos
para lograr los cambios que todos anhelamos.

Los cuatro elementos están representados en ese símbolo, uno no vive


sin el otro. La cruz representa “el cruce” o integración requerida para que
surja la vida o la creación.

Un símbolo conecta con otro. La búsqueda del equilibrio, te llevará al


Centro del Laberinto y a superar cualquier frustración.

A través de las siguientes páginas te invito a reconocer ¿Cómo viven los


cuatro elementos en ti?.

A descubrir tus mayores talentos y los aspectos de tu personalidad que


te restan poder para el cambio.
La exploración puede iniciar por elemento que tú prefieras, pero no
olvides de integrarlos todos.

¡Continuamos el viaje!
CAPÍTULO V:
EL ELEMENTO TIERRA:
EL SENDERO DEL REY
Este es siempre el primer elemento que comienzo por explicar: La
Tierra. Quizá por que reconozco que es el que más me hace falta fortalecer.
Como lo mencioné anteriormente, puedes estudiar este modelo, empezando
por el elemento que más te atraiga. Sin embargo, comenzar por el análisis del
elemento Tierra a mi me ha permitido definir una secuencia lógica de lo que
es necesario hacer para lograr dar frutos o producir una manifestación, o sea,
un proyecto, un viaje, un emprendimiento, un invento, una solución.

El elemento Tierra está asociado al orden, la claridad, el respeto a los


límites y las jerarquías, los procesos, leyes y políticas que nos permiten
establecer las bases de la armonía y el equilibrio.

He visto grandes proyectos, dirigidos por personas realmente brillantes,


desbaratarse por que antes de actuar: No prepararon la Tierra. No pusieron en
palabras el propósito, las expectativas que cada uno tenían, la distribución de
roles, responsabilidades y las decisiones sobre la asignación de los recursos.

Observo a muchas parejas llegar a la ruptura por que antes de


emprender una vida juntos no se dieron a la tarea de definir su visión
compartida, anhelos, expectativas, deseos, situaciones no negociables.

Por la naturaleza de mi trabajo, interactúo con empresas que logran


resultados a costa de un gran desequilibrio o terminan su ciclo en menos de
10 años. Observo a muchos líderes padecer y juzgar el desempeño de sus
colaboradores, la locura de sus clientes o la ineficiencia de sus proveedores,
por no clarificar expectativas. Percibo el dolor que reflejan los resultados de
los diagnósticos de clima organizacional, pues el conflicto es una forma de
vida; pareciera que no es suficiente el reto que nos plantea el entorno para
lograr que una empresa permanezca, pareciera que al interior de las empresas
la mayoría de las personas tuvieran la consigna de hacerse la vida aún más
pesada, compleja y desequilibrada.

Observo que los líderes de nuestra cultura no se dan a la tarea de


“preparar la Tierra”, lo que significaría: Definir visiones, objetivos, procesos,
planes de desarrollo, analizar la situación actual; asegurar que colaboradores
y proveedores comprenden sus planes y tienen claridad de los estándares que
se esperan de ellos. Preparar la Tierra es estar dispuestos a desarrollar el
conocimiento y las habilidades necesarias para alcanzar los objetivos. Algo
que sí hacen los líderes de las empresas europeas y norteamericanas,
organizaciones que logran expandir sus fronteras, pues sus raíces son fuertes
y tienen la capacidad de crecer de forma sustentable.

El mismo sentido común nos permite reconocer que quien nutre sus
raíces, tiene la capacidad de crecer.

Comprendiendo este modelo, no se necesita ser un experto en


psicología para reconocer en la empresa y en las relaciones de pareja siempre
proyectaremos todo aquello que no hemos resuelto respecto a todo aquello
que -alimenta nuestras raíces-.

¿Por qué no hemos desarrollado el estado de conciencia de la


Tierra?

Algunas teorías nos permite adquirir esta comprensión y tiene que ver
con todo el contenido de los capítulos anteriores: Cuando alguna vez los hijos
juzgamos a los padres, ancestros o nos sentimos víctimas de nuestro origen y
circunstancias, generamos un desorden de consciencia. Por lo general nos
costará -trazar el surco-, como lo hace el sembrador que se dispone a producir
frutos. Nos costará definir lo que queremos lograr en la vida, desarrollaremos
arrogancia o sumisión, desearemos controlar la vida de otros o no daremos un
paso si alguien no nos dice qué hacer.

Por lo general nos costará disfrutar de la vida, las experiencias pueden


producirnos apego, se desarrollará rigidez, desorden o una excesiva o
exagerada predisposición al orden externo. Desde mi punto de vista, este
elemento es el que determina que desarrollemos otros niveles de consciencia
o nos mantengamos estancados en la inercia que nos lleva a replicar errores y
sufrimiento.

Siempre que deseamos obtener frutos, lo primero que necesitamos hacer


es tomar consciencia acerca de la tierra en la que sembraremos; debemos
nutrirla y preparar los surcos para que el crecimiento fluya de forma
ordenada.

Esta es una metáfora de la vida cotidiana. Los frutos son los resultados,
el producto de objetivos, sueños y manifestaciones que todos anhelamos
obtener y de la disciplina que ejercemos para cumplirlos. No sirve de nada
actuar y tirar semillas de forma indiscriminada, si no nos hemos asegurado de
contar con “buena tierra”, como lo describe la parábola bíblica:

El sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte


cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves del cielo la comieron. Otra
parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó, porque no tenía humedad. Otra
parte cayó entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella, la
ahogaron. Y otra parte cayó en buena tierra, y nació y llevó fruto a ciento por
uno. Hablando de estas cosas, decía con gran voz: El que tiene oídos para oír,
oiga, el que tenga ojos que vea y el que pueda comprender, que lo haga.

Esta parábola me ha permitido identificar aquellas ocasiones en las que


no lograba obtener los frutos de mi esfuerzo. Tirar semillas en el camino, en
las piedras o los espinos, no es sembrar. Es el equivalente a querer crear mi
propia realidad: salud, armonía, paz, pareja armónica, independencia, desde
el caos, el desorden interno y los paradigmas limitantes que no he hecho
conscientes y que están determinando mis resultados. De esto está
conformada la “primera tierra” con la que comenzamos a vivir esta
experiencia y la que nos incentiva a hacer el viaje iniciático e ir en busca de
la Tierra Prometida.

Quizá alguna vez has dicho o escuchado la frase: Poner los pies en la
tierra. De forma intuitiva reconocemos la importancia de ser conscientes de
la realidad que estamos experimentando, activar un estado de alerta. Quien no
tiene bien puestos los “pies en la tierra”, desarrolla actitudes de arrogancia,
soberbia, prepotencia o en el otro extremo: servilismo y sumisión.

No sé si tú lo observes, pero las personas, grupos y culturas que viven


con la predisposición de tener -los pies anclados a la tierra-, aprenden a vivir
con un propósito y desarrollan la disciplina de cumplirlo. Una persona que
vive consciente de su realidad, por lo general desarrolla un orden que le
permite aprovechar al máximo los recursos y vivir en equilibrio. Quien vive
de forma sana este estado de consciencia, sabe definir y expresar claramente
sus límites y respetar los límites ajenos. Difícilmente “pierde piso”. Es fácil
reconocer a personas o incluso países que al desarrollar el orden, el respeto y
la disciplina han obtenido progreso.

Si deseamos dar frutos: cumplir nuestros objetivos y manifestar


nuestros sueños, será necesario preparar la Tierra, ¿cómo? Siguiendo las
claves que te he propuesto en el transcurso de este libro. Se trata de reconocer
cuál es la tierra que está alimentando el árbol genealógico del cual tú eres una
rama, es reconocer de qué se alimentan tus raíces. Lo vuelvo a repetir, será
necesario establecer un orden interno y reconocer que todo aquel que ha
juzgado o ignorado sus raíces vive un desorden psíquico que se refleja en
conflictos con la autoridad, obstáculos permanentes para crecer.

Las afectaciones al sistema óseo, especialmente en pies, piernas y


columna vertebral están íntimamente asociadas a la falta de desarrollo de el
estado de consciencia de la Tierra, pues es la manifestación física de las
emociones que provienen del miedo. ¿Quién puede tener miedo si sabe que
pisa tierra firme y sus raíces están bien ancladas?

No eres responsable de las programaciones recibidas en tu infancia.


Sin embargo, como adulto, eres responsable de corregirlo todo. Carl G.
Jung.

Convertirte en “Buena Tierra”, tiene que ver con -hacer lo que sea
necesario- por lograr honrar y agradecer de corazón toda esta herencia
ancestral.

Honrar nuestras raíces nos permitirá usar su energía a nuestro favor y


comenzar a vivir la vida desde un estado de confianza básica.
¿Cómo desarrollar el estado de conciencia asociado al elemento
Tierra?

Si tienes alguna dolencia, enfermedad, carencia, conflicto, no sabes


cómo resolver una situación recurrente en tu vida, te cuesta lograr tus
objetivos: lo reitero una vez más, ve a investigar su origen en tu árbol
genealógico y deja de andar dando tumbos por la vida, regando sin
sentido las semillas de tus actos creativos, ¡Acepta el proceso terapéutico!.
El reto es que a veces es tan grande esa carga que enfrentamos gran
resistencia para querer hacernos cargo: “¡Ay! no creo que mi sistema familiar
tenga algo que ver con lo que me pasa”, “¡Ay! no me interesa, no me late”;
“no tengo tiempo ni dinero”, “eso suena a superstición”, “eso yo ya lo
resolví”. Y entonces elegimos el mismo camino, la misma inercia, el mismo
resultado.

Esta resistencia tiene a una gran proporción de la población mundial


anclada en el sufrimiento, el estancamiento y la rutina que resulta en la
repetición de la misma historia.

1. Inicia el proceso terapéutico que más te convenza hasta que


consideres que has logrado:
• Restituir y fortalecer el vínculo con tus ancestros.
• Honrar a tus padres y agradecer la vida que te transfirieron.

¿En cuanto tiempo se logra esto? Muy probablemente en toda una


existencia. Es la apertura de una puerta, que nos marca un camino que no
tiene marcha atrás. Es probable que cada vez que cambies de septenio en tu
vida, se activen nuevas oportunidades de aprendizaje al respecto de tus raíces.
He observado la experiencia de muchas personas -incluyéndome_ que
comenzaron a hacer programas de estudio, ayunos, prácticas meditativas,
ejercicios sofisticados, viajes externos, se han vuelto expertos en física
cuántica, han usado tecnología y han hecho un gran recorrido, sin embargo
no han hecho esto que te he comentado en todas estas páginas. Han iniciado
el trayecto sin preparar la Tierra, lo suficiente como para evitar el
surgimiento de un caos posterior. No está mal haber comenzado así; pero la
experiencia me enseñó que siempre será necesario volver a lo básico.
2. Define tu propósito de vida, objetivos y metas. Este es el verdadero
nutriente que te permitirá anclarte, -poner los pies en la tierra-. Este estado de
consciencia es el que te permite activar la energía del rey o reina que llevas
dentro, para poder reclamar tu herencia divina. Definir lo que quieres hacer
de tu vida, te transforma en un adulto espiritual y no en un niño que aún vive
a expensas de las decisiones que tomen por él.

En ocasiones podrás declarar un objetivo y manifestar otra realidad,


totalmente inesperada, que te produce aún más felicidad que tu primer
objetivo. Este no es el resultado del azar, se trata de las consecuencias de
volverte un adulto y reconocer el poder que tienes de mover el campo
cuántico o el destino, como elijas llamarle.

A nivel profesional/organizacional, tener claridad sobre tu plan o


misión de vida te brindará la energía para dirigir la misión y estrategia de un
grupo humano de forma ordenada y por lo tanto sustentable.

-“Mi propósito es vivir una vida económicamente abundante”, me dijo


un día un amigo. -¿Y para qué quieres lograr eso?, le pregunté.

-Para tener paz de dedicarme a lo que yo quiera. Viajar, convivir con


mi familia y jugar futbol.

-¡Esto que acabas de mencionar es el verdadero propósito! Le


comenté.

Esto es lo que he identificado que ocurre a las personas en el ámbito


personal y laboral en la definición de un propósito. Si a ti te ocurre, te pido
volver al conocimiento de los primeros capítulos, pues antes es necesario que
trabajes en tu orden interno, pues si tienes miedo a la carencia, recuerda que
se trata una programación de tu subconsciente. Esa creencia en la carencia te
impide dedicarte a jugar futbol y todo lo que se puede hacer entorno a ese
deporte. Esa creencia en la escasez te impide viajar y generar todos los
modelos de negocio que pueden surgir a partir de esa actividad. Y esa
creencia te podría llevar a realizar cualquier cosa, con tal de ganar dinero,
aunque eso implique dejar de convivir con tu familia, dejar de jugar futbol o
desequilibrar tu vida. Por lo tanto, le sugerí dedicarse al futbol y a todas las
actividades creativas que ese deporte puede aportar, a ser feliz, disfrutar a su
familia, a programar los primeros viajes y a desarrollar la paciencia de que se
manifieste la abundancia.

Un propósito siempre está asociado a los dones y talentos que más te


producen felicidad y que puedes poner al servicio del entorno, para obtener
beneficios para todos, incluyéndote. Cuando operas con este eje rector, el
dinero siempre llega por añadidura. Pero es el equivalente a sembrar un
bosque de árboles frutales. Las programaciones primarias de nuestro
subconsciente nos llevan a desear los frutos sin haber sembrado.

Una empresa que sólo busque ganar dinero, está siendo el medio de
proyección de todos los temores y carencias de quienes forman parte de ella y
por lo general estará destinada al fracaso. Al menos eso postulan las teorías
de estrategia, pensamiento sistémico y muchas experiencias que las sustentan.

Las empresas más poderosas, a las que he visto sostenerse a pesar de las
turbulencias de las crisis mundiales, siempre trabajan con los cuatro pilares
del modelo:

Propósito, definición de objetivos, procesos, políticas claras: Tierra.


Comunicación para la calidad de relaciones con los clientes, proveedores,
cuidado del medio ambiente y desarrollo del personal: Agua. Medición del
cumplimiento de los resultados, decisiones en función del propósito: Fuego.
Capacidad de renovarse e innovar: Aire.

Lo que he observado es que las empresas en crisis o las que están a


punto de propiciarla, atrajeron a su sistema líderes que no saben que definir o
garantizar el cumplimiento del propósito es su responsabilidad. Comienzan a
tomar decisiones en función del individualismo y la ambición. Pierden el
enfoque, sólo les interesa ganar dinero, consideran que la comunicación es
una pérdida de tiempo, que la capacitación es un gasto inútil, les interesa
poco la relación con el entorno o el cuidado del medio ambiente, no les
interesa causar desequilibrio en la vida de sus colaboradores y proveedores.
Por si fuera poco, los sistemas siempre atraen a sus similares: clientes que los
tratarán de la misma manera y colaboradores sin propósito. Después se
preguntan por qué la gente es tan mediocre, tan conflictiva, envidiosa,
irresponsable: Por puro encaje de frecuencias, por pura ley de atracción.

3. Define límites de respeto para tu persona y evita infringir los


límites ajenos. Es el monarca el que define cuáles son los límites de su reino,
qué es lo que está permitido y qué es lo que no es negociable. ¿Cuál es el
tono de voz al que puede hablarte la gente?. ¿Pueden irrumpir en tu reino
para agredirte de forma física o emocional?. ¿Puede cualquiera disponer de
tus recursos?. ¿Tiene permitido el entorno faltar al respeto a tu trabajo, tu
tiempo o tu servicio?. ¿Permites que tu aportación, trabajo o servicio no sean
reconocidos?. ¿Infringes los límites de respeto en la vida de otras personas?.
¿Crees que tienes el derecho de determinar el rumbo de la vida de otras
personas con el pretexto de que las amas o les pagas? Si no comenzamos por
respetarnos a nosotros mismos, será imposible desarrollar los demás estados
de consciencia.

4. Estudia, actualízate, aprende algo nuevo permanentemente. Este


es el estado de consciencia del conocimiento, el orden y el propósito. Aun
cuando el aprendizaje se puede desarrollar de forma intuitiva, quien desea
contar con bases firmes para crecer más allá de los límites, también estudia,
se prepara, se vuelve el mejor que aquello que produce y comparte. No tener
interés por leer, aprender, estudiar, observar, escuchar, completar los estudios
puede tener que ver con implicaciones familiares, asociadas al vínculo
paterno. En los foros mundiales de la actualidad se ha llegado a concluir que
el conocimiento es el nuevo dinero del tercer milenio. ¿Qué vamos a hacer
con esto en nuestros países donde no queremos leer, estudiar, ni
especializarnos?, ¿cuál es la historia que tú vas a escribir?

5. Aprovecha al máximo los recursos, la energía es ilimitada, eterna


y sagrada. Cuando hablo de recursos y energía, me refiero al dinero,
alimentos, el agua, los residuos, el tiempo etc. Desperdiciar los recursos habla
de caos e inconsciencia. Todos sabemos que las fugas siempre tendrán como
resultado el desorden y la carencia. Esta es una forma muy práctica de
revertir las programaciones subconscientes: siendo consciente de todo
aquello que desperdicias y tomando decisiones para revertir las fugas.

6. Cumple tus promesas. Todos sabemos que la confianza se


desarrolla cuando las personas somos capaces de cumplir nuestras promesas
y acuerdos. Tu palabra es la vía a través de la cual vives la premisa de estar
hecho a imagen y semejanza del creador. Cada vez que hablas, creas. ¿Has
reflexionado entonces sobre el impacto de no dar importancia a tus palabras,
promesas y acuerdos?. ¡Cada vez que hablas, declaras algo, prometes, sin
consciencia: colapsas tu universo! Para desarrollar el poder creativo
necesitamos volvernos personas confiables para nosotros mismos y para el
entorno; es así como la impecabilidad de nuestra palabra queda grabada en el
libro de la vida y el universo entero comienza a responder a nuestros
decretos.

7. Vincúlate con la Madre Tierra, camina con los pies descalzos de 10


a 15 minutos al día en la tierra, pasto, piedras. Permite que la madre tierra
transmute tus cargas y te nutra con su poder sanador. Esta práctica te
permitirá realizar un proceso de reflexología natural, estabilizará tu sistema
digestivo, circulatorio, alineará tu frecuencia energética a la frecuencia del
planeta y podrás desarrollar un estado de mayor atención y alerta.
Experimentarás el poder sanador de la Madre Tierra, a través de la liberación
de las cargas energéticas: emocionales, mentales y físicas.

El elemento Tierra o Código del Rey en nuestra personalidad

• Las personas que tienen más desarrollado este estado de consciencia,


por lo general caminan erguidos.
• Su predisposición corporal proyecta autoridad y respeto.
• Al caminar con “los pies en la tierra”, es raro que tropiecen.
• Cuentan con una mayor habilidad para desarrollar hábitos, pues son
capaces de vivir la disciplina, orden y limpieza.
• Han logrado definir un propósito que abarca todos los aspectos de su
vida.
• Así como la Madre Tierra, son perseverantes, viven los ciclos desde la
sabiduría de la paciencia.
• Terminan lo que inician.
• Saben lo que quieren, siguen un plan, analizan sus decisiones.
• Planean, aprovechan los recursos, son precisos, distribuyen
adecuadamente los roles y las responsabilidades.
• De acuerdo al propósito que han definido, cumplen con su rol. Evitan
asumir roles que no les corresponden como el de héroe o salvador. Permiten a
cada uno vivir su experiencia, y propiciar su aprendizaje.
• Programan el cambio, de la misma forma que el Planeta cambia de
estación.
• Tienen la habilidad para dividir tareas, enfocarse en procesos, aplicar
métodos y políticas que generen orden.
• Viven los valores que nos llevan a vivir en armonía
• Estudian, desarrollan teorías y conceptos.
• Saben establecer límites para vivir en equilibrio y respeto.

Cuando este estado de consciencia se desarrolla sin equilibrio.

• Se produce demasiada rigidez corporal o inflexibilidad.


• No admiten un punto de vista diferente al suyo.
• Dicha rigidez proyecta una actitud de prepotencia.
• Desarrollan una obsesión por el orden externo.
• Reconociendo que la rigidez viene de la mente y las emociones
basadas en la testarudez, en ocasiones se manifiesta de forma corporal a
través de problemas en las articulaciones, los pies o la columna vertebral.
• Tienen la tendencia a imponer puntos de vista, políticas, hábitos
disciplinarios por encima de los resultados o el bienestar de las personas.
• Se apegan al pasado o a la creencia de que todo lo que se hizo antes
fue mejor.
• Evitan tomar riesgos, se quedan atrapados en sus propios límites.
• Ejercen control, propiciando desmotivación y estancamiento.
• Viven para cumplir políticas y no para propiciar experiencias
enriquecedoras o resultados.
• Pueden caer en la “parálisis por análisis”, actitudes de necedad y
testarudez.
• Son vulnerables a caer en el dogmatismo, fanatismo y posturas
radicales, que generan conflictos e incluso guerras.

Cuando definitivamente no se ha desarrollado:

• La postura de las personas que no han desarrollado la consciencia de


la Tierra proyectan sumisión.
• Tienden a tropezar, caerse, derrapar, chocar.
• Desarrollan afectaciones físicas en los pies y la columna vertebral.
• Viven desde el caos, el desorden, la mugre, el incumplimiento.
• Dejan ciclos abiertos.
• Actúan con impulsividad.
• Les da miedo el cambio, lo viven desde el desequilibrio.
• Permiten faltas de respeto a su persona o a lo que más valoran.
• No se permiten aprender, estudiar, actualizarse. Lo hacen a menos que
alguien los obligue.
• Son incapaces de tener orden, cumplir reglas, desarrollar hábitos que
produzcan armonía y equilibrio.

Sugerencias terapéuticas para desarrollar el estado de consciencia de


la Tierra.

• Realizar una terapia de Constelaciones Familiares, Bioneuro-emoción,


así como la Biodescodificación de la memoria celular.
• Realizar prácticas de las culturas ancestrales.
• Estudiar y potenciar tus talentos, a través del conocimiento.
CAPÍTULO VI:
EL ELEMENTO AGUA:
EL SENDERO DEL MAESTRO
Una vez que hemos preparado la Tierra, la hemos nutrido, hemos
alineado los surcos, hemos sembrado las semillas, tenemos que hacernos
cargo del Agua como elemento indispensable para que el trabajo tenga
sentido y podamos obtener los frutos. ¿De qué sirve que todo se encuentre
perfectamente claro y ordenado si no nos comunicamos o si no disfrutamos la
experiencia?.

Y todo nos lleva al mismo lugar: Es en el Agua de nuestro organismo


en donde se almacenan las memorias del sistema emocional y de creencias
que ha prevalecido en tu sistema familiar. Nuestro torrente sanguíneo es
como el océano en el que fluyen nuestras emociones permanentemente.

¿Eres consciente de tu estado emocional?. ¿Alguna vez has sentido que


las emociones te rebasan, como cuando una ola de mar te va a revolcar?. O
quizá son cómo un océano en calma. ¿Has sentido que te hierve la sangre?.
¿Qué impacto tienen tus estados emocionales en tu vida?. ¿Cuáles son los
más predominantes en tu interacción?. ¿Te llevan a disfrutar, a agradecer y
vivir de manera fluida?. ¿Es tu experiencia un valle de angustia,
resentimiento, tristeza, envidia, vergüenza, exigencia, entre otras?. ¿Eres una
persona con la que se puede colaborar y construir?

Nos decimos seres racionales, pero en realidad somos seres


emocionales. Si fuéramos racionales cumpliríamos las reglas, usaríamos
métodos, aplicaríamos el conocimiento científico, religioso, económico,
político que supuestamente nos llevaría a vivir mejor. Sin embargo, en los
momentos cruciales, son nuestros impulsos emocionales los que nos llevan a
actuar y todo esto es producto de no haber desarrollado el estado de
consciencia asociado a la Tierra y haber logrado el orden interno del que
tanto hemos hablado.

La física cuántica nos ha brindado la comprensión de que el


pensamiento humano proyecta señales eléctricas que modifican nuestro
campo energético y el del entorno. A su vez, las emociones emiten señales
magnéticas que nos hacen atraer experiencias similares o de la misma
frecuencia energética a lo que pensamos y sentimos. Para ser más clara,
vivirás las experiencias similares a la emoción que te permitas sentir.

Entonces ¿Observas de qué manera impacta en ti el estrés de la vida


cotidiana?. ¿Será efectivo propiciar que los colaboradores de una empresa
vivan en la emoción del miedo o el enojo?. ¿Será saludable que nos
permitamos vivir estas emociones en el núcleo familiar?. Ya se ha
comprobado que las emociones que acabo de mencionar propician descargas
bioquímicas que intoxican el cuerpo físico y energéticamente magnetizan,
atraen, propician experiencias similares.

Las empresas comienzan a medir el clima organizacional, que no es otra


cosa que la medición del estado de ánimo de quienes forman parte de ella, a
partir de sus interacciones. Las emociones son el motor que lleva a un ser
humano a lograr o no un objetivo. ¿No te resulta ilógico que aún existan
líderes que gestionen a través del miedo o el enojo? Lo único que ocurrirán
serán soluciones de corto plazo, produciendo un gran desgaste y deterioro de
todo lo que forma parte de esa organización. ¿No te resulta absurdo que
propiciemos estas interacciones en la convivencia familiar?. ¿Observas la
importancia de que una mujer embarazada viva estados de ánimo de alegría,
armonía y paz?

Hoy, como nunca antes, contamos con innumerables posibilidades de


desarrollar la inteligencia emocional. Para comenzar te sugiero que te des a la
tarea de conocer y analizar su significado, observes cuáles son las emociones
predominantes en tu vida y te des a la tarea de transformarlas. Es importante
que reconozcas que las emociones diseñan y se contagian. Para cumplir con
tu propósito o misión de vida tendrás que ser consciente de las emociones que
estás experimentando, pues eso determinará que te atrevas a diseñar acciones
e incluso tu estado salud.
Existen innumerables emociones, te invito a explorar todas las teorías a
través de los libros de Louise Hey, Fred Kofman, Norberto Levy. Lo
importante es que te interese desarrollar esta consciencia y reconocer que tus
resultados siempre serán de la misma naturaleza que la emoción que los
propició. Te invito a observar tus mayores tropiezos o los proyectos en los
que no obtuviste el resultado que esperabas; si reflexionas, identificarás las
emociones que lo determinaron todo.

El que siembra, cosecha. ¿Te gustan tus resultados?, perfecto, quiere


decir que sembraste lo correcto. ¿No te gustan tus resultados? Es momento de
preguntarte: ¿Qué has sembrado especialmente en términos de pensamientos
y emociones.

¿Cómo desarrollar el estado de conciencia asociado al elemento


agua o código del maestro?

1. Realiza una actividad creativa: pintar, danzar, escribir, tomar


fotografías, cocinar, hacer jardinería, carpintería, reparar, restaurar objetos,
realizar manualidades, hacer deporte o artes marciales. Esto nos permite
silenciar el caos de la mente y con esto tus células están reprogramando la
información heredada de tu genealogía. Como lo comenté en párrafos
anteriores estarán enviando señales nuevas a tu cerebro, estarás modificando
la inercia de los “pensamientos de siempre”, por lo tanto te encontrarás
experimentando nuevas emociones y cambiando la bioquímica de tu cuerpo
y, por lo tanto, creando nuevas realidades. Mucha gente ha logrado revertir
enfermedades, tan sólo con incorporar en su vida hábitos creativos.

2. Meditar, silenciar la mente. Pretender meditar sin haber logrado el


orden interno del que hemos hablado, podría resultar una tortura; intentarlo
de esa forma, podría reforzar la frustración y como consecuencia abandonar
tu intención de realizar esta práctica. Te sugiero usar la meditación como una
práctica adicional al proceso terapéutico que elijas. Además te sugiero, antes
de una meditación, realizar una práctica que libere tu mente: ejercicio, yoga,
danza, etc. Para meditar no necesitamos ropa especial, posturas, ni templos.
El espacio más adecuado que he identificado es el silencio de mi casa o un
jardín. Si acompañas el acto meditativo del contacto con la naturaleza y la
actividad creativa que más te agrade, más se te va a facilitar “guardar silencio
de mente y emociones”. ¿Cómo me doy cuenta de que he meditado?, por el
estado de bienestar que percibes, por el sentimiento de paz que surge o por
que se manifiesta en una idea o inspiración. El estado emocional que ocurre
después de hacer yoga o cualquier actividad física, rutinas de respiración,
canto de mantrams o frecuencias de sonido como las vocales, contribuyen al
silencio mental que te ayudará a lograr estados meditativos que fortalezcan
tus funciones cerebrales.

3. Nutrirse: Recuerda que no sólo de pan vive el hombre. Este


elemento nos permite comprender que cualquier estímulo del entorno queda
grabado en el Agua que contiene nuestra memoria celular y pasará a ser
contenido de nuestra mente subconsciente. Por lo tanto, este estado de
consciencia te invita a identificar: ¿Cuál es el contenido de tu conversación
interna?. ¿Cuál es la calidad de tus conversaciones con otras personas?. ¿Qué
tipo de películas, libros, música alimentan tus células?. Esta reflexión te
permitirá comprender por qué en ocasiones tu vida se parece al drama de las
películas, telenovelas y libros y conversaciones que permitiste que ingresaran
a tu realidad. No te preocupes tanto por el contenido de las conversaciones de
la gente a la que calificamos como “negativa”. No son esas conversaciones
las que te afectan o te intoxican, son las que llevas a cabo tú.

4. Lo que ocurre es lo perfecto. Si observamos el fluir de un río,


podemos observar que el Agua no resiste ninguna experiencia, simplemente
sigue su curso hacia su meta, que es el mar. Este estado de consciencia te
invita a reconocer que cada acontecimiento en tu vida es la manifestación de
una maestría configurada por ti, desde tu espíritu. La maestría del Agua te
invita a observar todo como una oportunidad de aprendizaje, a experimentarla
desde el sentimiento de gratitud, pues detrás de cada situación cosecharás los
frutos de un gran aprendizaje, cuyo libre flujo te trasladará a un nuevo
escenario, más armónico y equilibrado.

5. Cerrar ciclos. ¿Cómo saber que tienes un ciclo abierto? Cuando


identifiques apego o rechazo hacia una situación, cuando la tristeza, el enojo
o el agotamiento que ambas emociones producen, te impida llevar a cabo
cambios armónicos en tu vida y tu entorno. Cuando un acontecimiento
pasado siga dominando el foco de tu atención. Cuando percibas que mucho
de tu poder de acción está siendo drenado por una experiencia o persona, por
la cual consideras que no puedes ser feliz, que te quita el ímpetu por vivir
nuevas posibilidades de transformación. Entonces tienes un ciclo abierto. Te
invito a hacerte cargo de esta situación antes de que se convierta en una
adicción en ti o en tus descendientes.

6. Desarrollar la sabiduría de vivir momentos de incertidumbre.


Querer tener todo el tiempo, todo claro e intentar controlar todas las variables
es una de las grandes barreras para el aprendizaje y uno de los estados de
consciencia más extenuantes que propician conflictos. Lo que acabo de
describir es el estado de consciencia llamado miedo y es el origen de la
enfermedad, el conflicto, la guerra y todos los grandes dolores de la
humanidad. El elemento Agua te invita a desprogramar este estado de
consciencia, sigue las señales, tomando riesgos calculados. Realiza un viaje,
conoce personas nuevas, atrévete a vivir en la espontaneidad en determinados
momentos; toma el riesgo de aprender algo nuevo, inicia un proyecto,
aprende a fluir y a amar todo aquello que se presente.

Permite la libre expresión de las demás personas, escucha nuevas


aportaciones, participa en la construcción de soluciones colectivas.

7. Dedicar tiempo a honrar a tus antepasados. Observa tu árbol


genealógico desde la gratitud por la vida, reconoce y honra que las decisiones
de tus antepasados te permitieron nacer y eso es más que suficiente. Agradece
la herencia genética y las oportunidades de evolución que tu linaje brinda
para ti. Evita juzgar sus experiencias o errores, por incomprensibles o
aberrantes que te parezcan. Ellos tomaron las decisiones que pudieron
sostener, de acuerdo a los recursos con los que contaron en su momento.
Aunque no los comprendas, gracias a ellos estás aquí.

8. Trátate como tratarías a la persona que más amas en el mundo.


Esta es la mejor forma de propiciar cambios armónicos y equilibrados.
Comencemos por ser conscientes de esta premisa, pues nadie puede dar lo
que no tiene. ¿Cómo podemos pretender hacer por otros, lo que no estamos
dispuestos a hacer por nosotros mismos?. Cualquier expresión de amor hacia
otros, que no se encuentre fundamentada en un profundo amor por ti, podría
convertirse en un vínculo de co-dependencia.
9. Comparte lo que sabes. Una vez que hayas recibido información,
experimenta, enriquece el conocimiento y transmítelo. Esto incrementará tu
nivel de especialidad. Esta es una de las mejores formas de fluir con la
evolución del Universo, así se comporta el microcosmos. Una célula,
independientemente de su tipo, por lo general siempre realiza una función
fundamental: transmitir su información genética a la nueva generación de
células. ¿Cuánta gente identificamos que lastima, roba, mata, vive en la
carencia?. ¿Cómo se va a resolver? Cuando surjan personas que en vez de
ofenderse, sentirse vulnerables o víctimas, estén dispuestas a enseñarles cómo
vivir diferente.

El elemento agua en nuestra personalidad:

⁃ Las personas que tienen más desarrollado este estado de consciencia,


por lo general se desplazan con fluidez y flexibilidad.
⁃ Su predisposición corporal proyecta calidez, confianza y apertura.
Caminan con ecuanimidad, conscientes de sus posturas, pero también
observando al entorno, manteniendo el contacto visual, expresando
amabilidad. Son las personas que saben abrir puertas y ceder el paso para
otros.
⁃ Sus objetivos están enfocados a lograr resultados, aprendizaje y bien
común.
⁃ Tienen la capacidad de ser líderes, porque ganan el respeto y la
autoridad de las personas en su entorno.
⁃ Se enfocan mucho en mantener el equilibrio a través de la
comunicación y la comprensión de las necesidades de los involucrados.
⁃ Tienen la habilidad de construir con otros, bailar, conversar, participar
en grupos musicales, artísticos, trabajan en equipo y su enfoque está en la
colaboración.
⁃ Así como el Agua, son capaces de fluir, nutrir, limpiar para mantener
un entorno armónico.
⁃ Evitan quedarse apegados a los obstáculos y siempre buscan
soluciones.
⁃ Propician la participación y la colaboración para proponer cambios.
⁃ Su prioridad es el respeto, la armonía y el bienestar de todos.
⁃ Comparten lo que saben.
Cuando este estado de consciencia se desarrolla sin equilibrio.

• Cargan con responsabilidades que no les corresponden.


• No tiene objetivos o aspiraciones personales. Vive sólo en función de
lo que los demás definen.
• Sobreprotegen a la gente de su entorno, impidiendo su aprendizaje.
• Les parece egoísta tomar decisiones en beneficio de su persona.
• Pierden de vista su propósito, porque sus emociones se encuentran
exacerbadas: culpa, miedo, resentimiento, tristeza, etc.
• Evaden el conflicto y por lo tanto, evitan que se propicie el
aprendizaje.
• Se expresan con desbordes emocionales, fundamentados en el
victimismo.
• Deja ciclos abiertos, desarrollando apego y resentimiento.
• Invalida su experiencia y sus puntos de vista.
• Las opiniones y expectativas de los demás afectan su autoestima.
• Se siente afectado por las decisiones de los demás, se toma todo de
forma personal.

Cuando definitivamente no se ha desarrollado:

• Se vive con miedo, culpa, vergüenza o asumiendo responsabilidades


que no les corresponden. Físicamente esto se manifiesta a través de
problemas en la columna vertebral, dolor o deformación de pies, desarrollo
de protuberancias en la espalda, que llamamos “joroba”, problemas de cadera
y/o articulaciones.
• Se vive en el resentimiento, el miedo, apego, celos.
• Las emociones no expresadas se manifiestan en el cuerpo físico a
través de la enfermedad.
• Tienen tendencia a desarrollar la adicción a: sustancias, bienes
materiales, personas, trabajo, sexo, reconocimiento, poder.
• Permanentemente se desvían de lo que habían dicho que iban a lograr.
• Lo que era fácil de resolver, lo vuelven complejo.

Sugerencias terapéuticas para desarrollar el estado de consciencia


del elemento Agua.
• La Terapia de Flores de Bach influye directamente en el cuerpo
emocional, habilitándonos para emprender procesos más profundos del
desarrollo de la consciencia.
• Realizar prácticas reflexivas sobre las emociones que nos mueven a
actuar.
• Aprender a dar y recibir Reiki
• Práctica de Tai Chi, yoga o artes marciales como el Aiki-do
• Realizar prácticas de depuración del cuerpo físico: nuevos hábitos
alimenticios, ayunos, lavados de colon e intestinales, etc.
• Realizar prácticas artísticas: Danza, música, pintura, escritura,
escultura, así como procesos creativos como jardinería, decoración, cocina,
restauración.
CAPÍTULO VII:
EL ELEMENTO FUEGO:
EL SENDERO DEL GUERRERO
Vivir los dos estados de consciencia anteriores, podría representar ya
una gran victoria para la humanidad. Ya estaríamos hablando de grupos
humanos que fueron capaces de trascender diversos patrones de limitación
heredados de generación en generación, desde hace milenios y fueron
capaces de disfrutar y agradecer la existencia. Sin duda, representaría un gran
salto cuántico en la evolución. Sin embargo, aún hay más: el estado de
consciencia de aquéllos que eligen transformarse, al asumir totalmente las
riendas de sus vidas, contribuyendo así a la transformación del entorno.

No se trata del fuego que incendia y devasta todo a su paso. Se trata del
elemento que recibimos de la luz solar, una vez que hemos preparado la
Tierra a través de la claridad y el orden, hemos aplicado el Agua a través de
la comunicación, la flexibilidad y el respeto, pareciera que de forma mágica
surgen las flores y los frutos: los resultados.

En este estadío de consciencia se exige disciplina, alerta permanente,


rigurosidad. Este es el elemento de la gente que en las organizaciones logra
los resultados, sin poner pretextos. El de la gente que termina lo que empieza,
que cierra los ciclos y es capaz de propiciar cambios positivos en el entorno.

¿Cómo desarrollar el estado de conciencia asociado al elemento


Fuego?

Lo primero que distingue a un guerrero es que tiene perfectamente claro


qué quiere lograr en la vida y ha tenido la capacidad de transformar esos
deseos en objetivos. La diferencia entre alguien que se encuentra en este
estado de consciencia y cualquier otra persona, es la impecabilidad de
cumplir los acuerdos que ha hecho consigo mismo. No hay objetivos mejores
que otros, ni más importantes. Lo importante es que surjan de tu corazón y
activen en ti la alegría por esta existencia, el amor al servicio de la
humanidad y la conexión con un poder superior que nos crea y nos sostiene.

1. Prestar atención, el único momento en el que la vida transcurre es


en el presente. ¿En qué medida tu atención está anclada al pasado?. En la
apariencia de que todo lo que ha ocurrido es mejor que lo que vives ahora o
quizá tus anclajes estén en el dolor, la pérdida y la lamentación. O por otro
lado, ¿Qué tanto el foco de tu atención está centrado en lo que vendrá, lo que
esperas que ocurra?. Esto es armónico mientras no caigas en estados de
ansiedad y estrés. Quien vive en el estado de consciencia del Guerrero, sana
su pasado viviendo impecablemente su presente. Co-crea el futuro y vive la
emoción de haberlo consolidado, también desde el tiempo presente. Por
ejemplo, una persona que anhela vivir unas vacaciones, en este estado de
consciencia, se propone experimentar las emociones que sentiría durante
dichas vacaciones: alegría, gratitud, paz hasta que logra manifestarlas. Una
persona en el estado de consciencia del Fuego reconoce que son las
emociones las que activan el poder magnético para atraer todo aquello que
desea en su vida. Un Guerrero es aquella persona que no se espera a que le
den indicaciones o que las circunstancias lo obliguen a tomar decisiones; por
iniciativa propicia las acciones que le permitirán crecer y mejorar las
condiciones de su entorno. Quien vive en el estado de consciencia del Fuego,
anticipa los cambios que vendrán y actúa. Un guerrero sabe que para vivir en
la abundancia tendrá que depurar su mente subconsciente de los paradigmas
limitantes y asume dicha depuración, sabe que los cambios primero se dan de
forma interna, pues de lo contrario la libertad jamás se manifestará. Sabe que
los cambios no se dan leyendo teorías o contemplando cómo otros cómo lo
hacen. Un guerrero, al igual que Teseo, se atreve a experimentar el recorrido
del Laberinto. Reconoce que para vivir en libertad, debe abandonar la zona de
confort; esa es la verdadera batalla.

Si enfrenta la experiencia de enfermedad, asume con audacia el viaje


interno, para identificar las implicaciones en su sistema familiar y su mundo
subconsciente; se hace cargo de las emociones que rebasaron su mente
consciente y asume la lección con responsabilidad y audacia,
independientemente del resultado.
2. Responsabilidad Incondicional. Un guerrero saca de su vocabulario
las frases como: Me pasó, me enfermé, me hicieron daño, no sé, no puedo, no
merezco, no tengo. Un guerrero reconoce que, en esta experiencia, estamos
ejecutando el diseño de un plan divino pactado en los campos de creación
superior. Que los “aparentes enemigos” son actores de un guión previamente
diseñado y reconoce el amor espiritual de aquél que cumple el acuerdo con
impecabilidad: al no amarnos, abandonarnos, maltratarnos, mentirnos,
llevarse nuestros recursos, llevar a cabo injusticias, abusar de nosotros o de
nuestros seres queridos, inclusive matar a quien amamos. Puede resultar
absurdo, se trata de un paradigma muy poco abordado y aceptado. Este es el
tipo de experiencias que verdaderamente curten el alma. Un guerrero sabe
que detrás de cada una de estas experiencias hay una oportunidad de
transformación y trascendencia de creencias limitantes, que si la asume,
producirá grandes victorias en su avance y éste es el único propósito de un
guerrero: evolucionar y contribuir con la evolución del entorno, evitando
repetir las experiencias de dolor. Si vive la experiencia del conflicto externo,
realiza el viaje interno para reconocer el origen y el acuerdo espiritual que
hizo con quien sostiene esa discordia; resuelve el conflicto emocional y actúa,
tomando decisiones armónicas para ambas partes.

3. No lamentarse: Un guerrero sabe que su lenguaje crea la realidad. A


las palabras jamás se las lleva el viento, las palabras emiten frecuencias que
modifican el campo cuántico en su organismo y en el entorno. El guerrero
reconoce que si se permite articular discursos de víctima está configurando
un universo carente y está intoxicando su cuerpo.

4. Exigir un buen trato: ¿Cuáles son las señales de maltrato que te da


el entorno?. ¿Cuál es el tono de voz al que te puede hablar la gente?.
¿Enfrentas maltrato físico o psicológico?. ¿Existe alguien que controla tu
tiempo, tus decisiones y tus recursos?. ¿Cuáles son las primeras decisiones
que tendrías que tomar, que le muestren a tu alma y a tu espíritu que estás
comenzando a amarte o por lo menos a tratarte bien?. ¿De qué forma te
puedes convertir tú en la persona que mejor te trata?. Recuerda que toda señal
de maltrato externo, es el indicador del maltrato interno que ejerces en ti.

5. Comunicarse efectivamente. En el sendero del desarrollo humano y


espiritual es muy común encontrar gente que permanentemente lee, toma
cursos, realiza ejercicios, decretos, meditaciones, rituales, dietas,
constelaciones, horas de diván, entre otras actividades; sin embargo, su vida
no da el giro que esperan pues olvidan que el cambio se da a través de la
acción. La acción se da a través de la comunicación efectiva, ¿de qué? de tus
objetivos, decisiones, sentimientos, inquietudes; de la solución armónica de
tus conflictos, de la construcción de vínculos de colaboración a través del
diálogo. De poco nos sirven los conocimientos y prácticas, si no las llevamos
a la vida cotidiana para resolver lo esencial. Le he escuchado a Rafael
Echeverría una frase que me permite resumir esta reflexión: la verdadera
transformación sólo se da en la relación con otros. Si lo que deseas es irte a la
cima de una montaña a vivir una vida espiritual, te sugiero hacerlo una vez
que hayas logrado resolver tus vínculos de error con la gente de tu entorno,
de lo contrario, su carga te seguirá por lejana que se encuentre tu montaña.

6. Un guerrero cumple su palabra. En la vida cotidiana es fácil


reconocer que una persona que cumple su palabra es confiable. En la
antigüedad, se conocía a los Esenios como los hombres y mujeres más
admirados, entre otras cosas porque “hacían lo que decían” pues reconocían
que ésta es la clave para mantenerse sanos y con vitalidad. Eran capaces de
curar enfermedades con el poder de su palabra, pues como es arriba es abajo.
El universo siempre se reconfigura a través del lenguaje humano, pero sólo
mueve su energía de forma armónica, a partir de la palabra de quien es
confiable. Un guerrero no le encuentra sentido a la infidelidad, a la mentira o
al doble discurso, pues tiene un propósito claro. Si identifica que es momento
de cerrar un ciclo, tiene el valor de hacerlo con impecabilidad, confiando que
los involucrados tendrán la capacidad de ejercer o despertar su poder
personal, para asumir sus decisiones.

7. Conservar el sentido del humor. Un guerrero sabe que en la alegría


y el entusiasmo están las mayores fuentes de poder. Así venció el Rey David
al Gigante Goliat. Es desde la predisposición de la alegría que saldremos
victoriosos de todos los desafíos de esta existencia. A través de la alegría
propiciamos que el universo actúe a nuestro favor, la frecuencia de la alegría
es de las más altas en el universo y es la que activa el campo magnético para
atraer a nosotros soluciones, anhelos e incluso milagros. Como dice José Luis
Parise: la energía divina jamás llegará para que te muevas, la energía divina
te llega sólo por que te has movido y lo que verdaderamente mueve al
universo es la alegría.

8. Amor al servicio de la humanidad. El guerrero es capaz de


transformar cualquier actividad, por simple que parezca, en un acto de poder
creativo. Reconoce el sentido de unidad; sabe que si lava los platos, ésa es
también una oportunidad de limpiar una parte de su consciencia; si lo que
corresponde es tender una cama, suya o de otra persona, reconoce que ahí
durmió la misma Esencia Divina que nos da vida a todos, por lo tanto tiende
esa cama con esa consciencia. Si lo que corresponde es realizar un invento, lo
hace para beneficiar y facilitar la existencia de quien lo vaya a usar; si se
dedica a dar un servicio, lo hace desde la consciencia del encuentro espiritual
con cada persona, portadora de la esencia divina; por lo tanto, sirve a sus
semejantes con la consciencia de estar sirviendo a Dios.

9. Conexión en un poder superior. Más allá de creencias religiosas, un


guerrero se reconoce como parte de la Unidad, así como la gota de agua
pertenece al océano. Se comunica permanentemente con la Divinidad, sin
barreras y sin intermediarios. Así como la gota de agua es portadora de la
esencia del gran océano, el guerrero se reconoce portador de la energía de la
Fuente, respira a través de la Consciencia de Unidad, la proyecta a través de
sus pensamientos y palabras y vive en gratitud el magnetismo de sus
bendiciones. Así como hidrata sus células con agua, purifica su alma al
dedicar parte de su día a recibir conscientemente la luz de la Fuente de
Creación Superior. Sabe que este acto depura su mundo subconsciente y su
mundo físico, regenera su cerebro; es así como el guerrero activa siempre su
vitalidad, trasciende la creencia en la enfermedad y es capaz de despertar la
consciencia de inmortalidad.

El elemento Fuego o código del guerrero en nuestra personalidad

⁃ Las personas que tienen más desarrollado este estado de consciencia


muestran seguridad y determinación.
⁃ Su predisposición corporal proyecta entusiasmo y pasión, se desplazan
más rápido que otras personas.
⁃ Se mantienen firmes en el cumplimiento de su propósito.
⁃ Reconocen su rol y lo cumplen con impecabilidad.
⁃ Trabajan por amor o vocación, nunca por obligación.
⁃ Siempre reconocen y asumen su responsabilidad en cualquier
acontecimiento que ocurre en sus vidas.
⁃ Logran resolver problemas y trascender adversidades.
⁃ Se comunican de manera efectiva.
⁃ Siempre buscan expandir sus límites: lograr o aprender algo nuevo.
⁃ Mantienen el sentido del humor.
⁃ Reflexiona permanentemente sobre sus creencias y emociones
limitantes, para desafiarlas y trascenderlas.

Cuando este estado de consciencia se desarrolla sin equilibrio.

⁃ Se vive desde el egoísmo y la ambición.


⁃ Se deja de observar el impacto de las propias decisiones y las
afectaciones al entorno.
⁃ Produce desequilibrio en otros dominios de la vida, especialmente en
su salud y relaciones.
⁃ Le parece que el fin justifica los medios, aunque estos no resulten
éticos.
⁃ Se vuelve dictatorial y materialista.
⁃ Sus logros se vuelve sólo de corto plazo.
⁃ Propicia conflictos y guerras por la búsqueda exacerbada de poder.
Cuando definitivamente no se ha desarrollado:
⁃ Se vive desde la justificación y la búsqueda de culpables por lo que no
se ha logrado, por lo que no tuvimos o por lo que no hemos obtenido.
⁃ Surgen los victimarios y las víctimas.
⁃ Se vive desde la sumisión.
⁃ Se carece de iniciativa.
⁃ Se incumplen las promesas.
⁃ No se logran los objetivos.
⁃ La limitación se vuelve costumbre.

Sugerencias terapéuticas para desarrollar el estado de consciencia


del elemento Fuego:

⁃ El coaching o cualquier proceso terapéutico que nos permita observar


nuestras creencias, emociones, discursos o decisiones limitantes, para
incentivar nuestra determinación a tomar decisiones.
⁃ Las prácticas que desarrollan los elementos anteriores son el
preámbulo para activar el Fuego Espiritual, que nos permita realizar cambios
en equilibrio.
CAPÍTULO VIII:
EL ELEMENTO AIRE:
EL SENDERO DEL VIDENTE
Hemos llegado a un punto del camino en el que nos encontramos con
aquello que es imprescindible para la vida. Como he escuchado en algunas
ocasiones a Xavier Pedro Gallego: Una persona podría sobrevivir sin
alimentos y sin agua varios días; sin embargo, se necesitan sólo minutos para
que una persona pierda la vida física, por no contar con oxígeno. El Aire es
imprescindible para la vida en todo momento e imperceptible por nuestra
vista física, tan sólo podemos percibirlo.

Por lo tanto, este nivel de consciencia nos aporta esta sabiduría: Aquello
que es esencial, no es perceptible al ojo físico. Lo que es imprescindible para
renovarnos, para movilizar las viejas creencias y formas de hacer las cosas.

¿Te ha ocurrido que de repente sientes que la rutina te sofoca?. ¿Que no


sabes cómo resolver una situación? Entonces te hace falta activar al elemento
Aire en tu vida, te hace falta visualizar un nuevo sueño, aprender algo nuevo,
investigar una mejor práctica o innovación, te haría bien realizar un viaje o
abrirte a modificar una vieja forma de hacer las cosas.

La consciencia del elemento Aire, nos permite conectar con el plano


sublime, nos permite comprender el impacto de los pensamientos y
sentimientos, aun cuando sean invisibles al ojo físico, nos permite identificar
la existencia de campos mórficos y comprender que somos individualidades
que pertenecemos a la Unidad. Nos permite entender que ese mundo invisible
tiene un impacto en la realidad física, que aun desconocemos.

Es la consciencia del elemento Aire, la que nos permite movilizar las


viejas estructuras mentales de nuestro mundo subconsciente. Intuitivamente
todos necesitamos cambiar de “aires” cuando necesitamos reinventarnos,
mejorar, innovar, tomar riesgos, decidir y para poder realizar todo esto de
forma armónica. El elemento Aire te permite desarrollar el sendero del
vidente.

¿Cómo desarrollar el estado de conciencia asociado al elemento


Aire?

1. Escuchar lo que dice nuestro interior. Esta es una de las mayores


maestrías a desarrollar; dada la vorágine del mundo, las prisas y el
bombardeo de información al que estamos expuestos. Si a eso le sumamos las
voces internas de nuestro mundo subconsciente: ¿Cómo aprender a guardar
silencio?. ¿Cómo identificar si verdaderamente estoy escuchando la voz de
mi espíritu y no las voces de mi ego? En los últimos años, se han manifestado
diversidad de métodos terapéuticos y prácticas, que nos permiten acallar la
mente. Desde rutinas de respiración, yoga, tai-chi, la práctica de artes
marciales, prácticas artísticas. Sin embargo, también funciona una caminata
en la naturaleza, el contacto con un árbol, con el agua o las semillas, así como
el uso de las frecuencias lumínicas que enseña la metafísica. El estado de
consciencia del vidente, te invita a realizar diariamente la práctica que tú
elijas, que te permita apaciguar tu mente, silenciar las voces del ego y vivir
los beneficios del silencio en tu cerebro físico. Ya algunas experiencias
científicas, nos permiten fundamentar, el poder regenerador cerebral que nos
brinda el silencio.
Sin embargo, generar silencio no siempre nos libera de las proyecciones
del ego. Te comparto en este resumen, lo que he aprendido respecto a las
diferencias que existen entre la voz del espíritu y la voz del ego. ¿Cómo saber
que verdaderamente estás siguiendo tu intuición?

La voz del ego

• Tiene emociones: enojo, tristeza, miedo, carencia, culpa, pasión,


ansiedad, está cargada de adrenalina.
• Contiene juicios hacia ti mismo o hacia los demás, consciencia de
escasez, limitación, etc.
• Se distingue por la impaciencia.
• Te incentivará al individualismo y la separación o a la falsa creencia
de que tú puedes perdonar a alguien, te llevará a tomar decisiones que
propicien rupturas o afectaciones a otros, aunque en el corto plazo obtengas
un beneficio.
• Te quiere hacer creer especial o superior a los demás.
• Activará en ti diversos arquetipos: la víctima, victimario, el
saboteador, el héroe que tiene la especial misión de salvar a otros.
• Te invitará a forzar soluciones

La voz del espíritu

• La voz del espíritu se muestra a través de la paz y la neutralidad.


• Te permitirá comprender que todos somos almas en proceso de toma
de consciencia, intentando recordar nuestra esencia divina y en el trayecto,
cometemos errores, pero jamás juzga.
• No tiene expectativas e incentiva el respeto a los ciclos.
• Te permite reconocer que cada una de tus interacciones son acuerdos
espirituales previamente diseñados por ti, para tu evolución. Por lo tanto, no
necesitas perdonar a nadie, simplemente agradecer la experiencia y aprender
de ella.
• Te invitará a respetar y honrar la libertad de elección de cada persona.
• Te inspirará soluciones armónicas para ti y para todos

2. Atreverte a soñar. Este sendero es aquel que nos incentiva a


desarrollar nuevas visiones, propósitos, aspiraciones y a usar nuestro cerebro
como una antena de proyección. La visualización es una habilidad del
espíritu de proyectar a través del pensamiento nuevos escenarios, realidades,
anhelos. En este punto te invito a discernir entre la capacidad de soñar y
visualizar, versus la imaginería y las fantasías del ego. ¿Cómo podemos
distinguir la diferencia?

Dos ejemplos:

Vida en pareja: Cuando se trata de una imagen del espíritu se visualiza


la escena de vivir en pareja, las experiencias enriquecedoras y felicidad que
se tiene para compartir, lo que se anhela recibir y aprender de esa
experiencia.

Cuando se trata de una fantasía del ego: se visualiza la vida en pareja


para cumplir con las expectativas del entorno, para alimentar paradigmas que
no se quieren cuestionar (no se pregunta si verdaderamente está dispuesto a
vivir en pareja), desea evadir el miedo a la soledad, al envejecimiento, a que
“se le vaya el tren”; imagina una pareja para que le dé la felicidad que no es
capaz de darse, para demostrar a los demás que pudo lograrlo, para tener un
respaldo económico, etc.

Libertad financiera: La proyección del espíritu no se enfoca en el


dinero, visualiza las escenas finales que desea vivir, las experiencias, viajes,
bienes de los cuales disfrutará, la forma en la que distribuirá el tiempo y a
través de esa proyección experimenta gozo y gratitud por el momento
presente.

El ego fantasea con ser rico, pues quizá ese anhelo se fundamenta en un
rechazo por su presente, imagina que a través del dinero se liberará de un
yugo, recibirá amor y reconocimiento o finalmente podrá controlar la vida de
otros. Podrá demostrar que sí pudo. Como puedes observar ambas
proyecciones van acompañadas de intenciones, que es lo que no es tan
sencillo de identificar; sin embargo, lo será si fundamentas el acto creativo de
visualizar en la poderosa pregunta: ¿Para qué quiero experimentar esto? Y
recuerda que la sinceridad contigo será la llave para abrir de par en par las
puertas de la plenitud. Recuerda que tus resultados siempre son de la misma
frecuencia que la emoción que los originó.

3. Asumir el compromiso de decir siempre la verdad. ¿Alguna vez te


has preguntado qué es lo que te ha llevado a mentir en algunas ocasiones, a
no expresar lo que verdaderamente piensas y sientes o a hacerlo de forma
discordante: violenta o irónica?. La mentira quiere decir que como ser
creador que eres, “creaste” una realidad que no te gusta, que te avergüenza,
que amenaza algo que amas, que pone en riesgo algo valioso para ti, por lo
tanto eliges encubrirla con una creación “plástica”, o sea una mentira o eliges
no expresar tu verdad más profunda. El centro laríngeo o centro del habla es
el punto en el que se unen creador y criatura para expresarse y manifestar una
realidad. Ojalá fuéramos conscientes del poder que ejerces en tu centro
laríngeo y del impacto energético que se infringe en él, cuando no estás
dispuesto a vivir dicho poder creativo en coherencia perfecta: lo que piensas,
sientes, dices y haces. Existen teorías que postulan que las afectaciones a la
glándula tiroides se producen por vivir en el estado de consciencia de la
mentira, la inexpresión de mi verdad profunda o por una expresión violenta y
discordante. No habrá intuición, vidente, ni mago si este centro energético no
está alineado y las experiencias que se viven desde este estado de consciencia
afectan los demás centros energéticos y como consecuencia al organismo.

Parece que todas las evidencias mostradas por Masaru Emoto, Bill
Tiller, Joe Dispenza, Bruce Lipton entre otros exploradores no son aún
suficientes para que reconozcamos que cuando pensamos, sentimos y
expresamos algo “ nos volvemos eso” a nivel energético, molecular y por lo
tanto, físico.

Jamás te avergüences ni de ti, ni de tus experiencias, ni de lo que


piensas o sientes. Aprende a expresar de forma respetuosa y armónica tu
verdad más profunda o ¿acaso te da miedo lo que pueda ocurrir si lo haces?
Asúmelo, pues el costo de no hacerlo en el mediano o largo plazo será aún
mayor, en tus relaciones y probablemente en tu salud. Nadie nos dijo que
desarrollar la consciencia fuera fácil, no es un camino que todo el mundo
pueda tomar.

La vergüenza o la culpa ayudan a definir límites, pero son las


emociones que mayor poder personal te quitan. Cuando identificas que te
falta voluntad para realizar los cambios que anhelas, es muy efectivo
comenzar por aquí: expresar lo que piensas y sientes, al menos contigo
mismo.

4. Cantar, tararear, practicar mantras, hacer decretos. Estos son los


recursos del sendero del vidente que te permiten liberar la mente y el centro
laríngeo, elevar tu frecuencia energética, impactar en la bioquímica de tu
cuerpo y propiciar cambios muy favorables para tu realidad. Cuando realices
de forma disciplinada este tipo de prácticas observarás que tienes la
capacidad de influir en tu estado emocional y lograr una comunicación fluida.
Esta práctica te facilitará la alineación entre lo que piensas, sientes y dices.
Cuando identifiques que es el ego el que tiene el control de tu experiencia,
esta práctica es un gran recurso para cambiar de estado emocional y por lo
tanto, de consciencia.
5. Orar por los demás. Un vidente reconoce la ley de la proyección:
todo lo que ocurre en su mundo externo, llama su atención y tiene un impacto
en su estado emocional es un reflejo de si mismo. Por lo tanto, un vidente se
permite, al alinear sus pensamientos, emociones y palabras emitir energía de
alta frecuencia que pueda ser usada por el entorno para propiciar cambios
armónicos. Pues sabe que todo aquello que haga por los demás, lo está
haciendo por sí mismo. Esta práctica te permitirá desarrollar la consciencia de
que eres parte del todo. Y si eres parte del todo, entonces también eres el
TODO, por lo tanto tu poder creativo es ilimitado.

6. Periódicamente dedicar tiempo para revisar los objetivos. Un


vidente reconoce los distintos planos de la existencia, por lo tanto, es
consciente de que toda realidad física siempre tiene su origen en el plano
sutil. Las personas y organizaciones más exitosas, toman con mucha seriedad
la práctica de generar visiones que inspiren a su entorno, son capaces de
traducirlas en objetivos y de comunicarlas con claridad, a través de los
elemento Tierra y Agua, pero las visiones perteneces al elemento aire. Es así
cómo este método es un ciclo y no un camino lineal.

7. Periódicamente elegir un día para estar a solas con la naturaleza.


Existen ya varios estudios que fundamentan los beneficios a la salud que
produce el contacto con la naturaleza. Intuitivamente todos acudimos al mar,
al campo, al bosque, a la nieve o a las montañas para trascender el estrés y
recuperar la paz: cargar baterías. Sin embargo, en el sendero del vidente la
naturaleza es la fuente de inspiración, la sanación y la sabiduría. Un vidente
sabe que un árbol en realidad es un ser cósmico que en el plano físico vemos
con esa forma, cuyo propósito es experimentar el servicio incondicional a la
vida en el planeta, desde la producción de oxígeno y el cobijo refrescante de
su sombra, hasta la transferencia de información ancestral y de otros planos,
que le puede permitir enriquecer su experiencia. Un vidente es consciente del
poder alquímico de la tierra, al ser capaz de producir vida, por lo tanto no hay
mayor acto de regeneración y nutrición que entregarnos al descanso en la
arena, césped o incluso el lodo; el vidente reconoce la fuente inagotable de
vida y transferencia de información que hay en el agua, por lo tanto la cuida y
la honra como si se tratara de oro. Reconoce que cada especie animal
manifiesta alguna cualidad de la Fuente de Creación Superior, por lo tanto al
contemplar dichas cualidades las incorpora a su ser.
8. Observar las cosas que te inspiran a diario. El vidente es capaz de
reconocer la experiencia física como un regalo y una oportunidad invaluable,
por lo tanto se permite contemplar su existencia y los elementos que la
rodean. Al contemplar en plena gratitud el vidente alimenta su poder para
convertirse en mago y alquimista.

El elemento Aire o Código del Vidente en la personalidad.

• Las personas que tienen más desarrollado este estado de consciencia


se desplazan por la vida desde la flexibilidad y sutileza. Su caminar puede ser
pausado, cambiante y su mirada, quizá perdida. Van conectados con el
mundo de las ideas, como los pintores, escritores o poetas. Seguramente no te
saludaran en el pasillo o la plaza. No lo tomes personal.
• Se atreven a soñar, son los creadores de las nuevas visiones y
posibilidades.
• Se reinventan permanentemente, a través de nuevos aprendizajes o
caminos de exploración.
• Buscan la mejora continua.
• Son personas creativas.
• Asumen riesgos.
• Son capaces de aprender de forma intuitiva: obtener un conocimiento
o respuesta desde su mundo interno.
• Se adaptan al cambio.
• Aprenden del error y lo transforman en experiencia.
• Escuchan su voz interna.
• Aprenden a reconocer la individualidad como componente del todo,
por lo tanto son conscientes del impacto de sus decisiones en su persona, su
familia, empresa, entorno.
• Proponen soluciones sustentables (de corto, mediano y largo plazo),
en armonía con el entorno.
• Honran y cuidan la naturaleza.

Cuando este estado de consciencia se desarrolla de forma


exacerbada:
• Pueden perder piso, vivir con la consciencia en otro plano. Son las
personas que se vuelven “soñadores”, pero carecen del impulso para la
manifestación de lo que sueñan.
• Viven cambiando permanentemente sin consolidar un logro y eso
puede producir frustración en ellos y en las personas que los rodean.
• Quieren cambiar todo, sin agradecer o reconocer lo que ya existe y
funciona.
• Al aprender por ensayo y error tienden a desperdiciar los recursos o
vivir riesgos innecesarios.

Cuando definitivamente no se ha desarrollado:

• Se vive en el estancamiento, la rutina y el materialismo.


• Se carece de intuición, lo cual también afecta la adecuada toma de
decisiones.
• Se comenten permanentemente los mismos errores.
• Resistencia y falta de adaptación al cambio.
• Se juzga todo aquello que se desconoce o es distinto a su sistema de
creencias.
• No se desarrolla un criterio personal, autoevaluación o capacidad
reflexiva. Así es como surgen los seguidores, discípulos o lacayos que no se
permiten desarrollar la madurez para tomar sus propias decisiones.
• Quieren cambiar a los demás y al entorno, pero no se abren a la
posibilidad de cambiar de forma personal.

Sugerencias terapéuticas o prácticas para desarrollar el estado de


consciencia del Aire.

• Realizar prácticas que nos permitan tener contacto con la naturaleza.


• Todas las prácticas que desarrollan los elementos anteriores y que nos
permitan silenciar la mente y las emociones.
• Actividades artísticas.
• Practicar las metodologías que incentiven la creatividad y la solución
de problemas de forma colaborativa.
• Investigar sobre temas que no tengan que ver con nuestra especialidad
o gustos cotidianos.
• Viajar.
• Explorar e incorporar lo que más nos sirva o nos llame la atención de
otras culturas y nos permita desarrollar una mirada sistémica y universal.
CONCLUSIÓN:
EL CENTRO DEL LABERINTO
Hemos cerrado el ciclo de los Cuatro Elementos. Ahora corresponde
que te respondas: ¿Cuál es el elemento predominante en ti?. ¿Cuál es el que
tienes que fortalecer?

Te sugiero usar este modelo para todos los dominios de tu vida. Activa
el poder de los cuatro elementos en tu casa, no sólo a través de símbolos sino
a través de la impecabilidad y el orden del elemento Tierra; lo que convertirá
tu casa en lugar al que más te guste llegar, pues ahí se puede vivir la armonía,
la flexibilidad y la capacidad de sanar nuestras emociones a través del
elemento Agua. ¡Qué fantástico sería que cuando tuviéramos un reto o una
situación que nos lastime sean nuestro hogar el lugar al que elegimos ir para
sanar! Vive el entusiasmo del elemento Fuego a través de la practicidad y
funcionalidad. Mueve la energía evitando mantener lo que ya no funciona, no
usas y podrías compartir. Evita que haya descomposturas, fugas o deterioro.
Incorpora en tu entorno todo lo que más te inspire, además del misticismo del
elemento Aire. Sin duda, los espacios acompañados de elementos de la
naturaleza activarán los cuatro estados de consciencia. Dicen algunas teorías
de desarrollo humano que en tu casa se encuentra la proyección de la relación
con tu madre, el vínculo materno tiene un impacto psíquico en la salud, en la
capacidad de mantener relaciones armónicas y la abundancia. Por lo tanto,
activar el ciclo de los Cuatro Elementos en tu hogar estás dando un gran paso
para lograr equilibrio y desarrollo de consciencia.

Llevar este modelo a la vida profesional, en alineación con tu


conocimiento y talentos, te facilitará el logro de resultados, con equilibrio de
vida, con calidad de relaciones y te abrirá puertas al aprendizaje, mejora
continua e innovación. Este es el rol de un verdadero estratega o profesional
de cualquier especialidad.
Ahora te invito a definir o fortalecer la declaración de tu Propósito:
¿Qué es lo que más amas hacer, que te permitirá compartir beneficios con tu
entorno-. Diseña hasta dónde quieres llegar, no importa si se trata de un plan
a corto plazo, para iniciar. Define objetivos específicos o decisiones que te
acercarían a cumplirlo. Identifica las emociones predominantes en ti y diseña
tu plan de prácticas de los cuatro elementos para transformarlas en acción,
aprendizaje y armonía. Cuando no sepas qué hacer selecciona una acción
asociada a cada elemento para que te vayas acercando a tu equilibrio.

¿Hasta dónde te puede llevar la práctica de esta filosofía de vida?


Retomando el primer símbolo que te mostré: El Laberinto de Chartres, en mi
experiencia, te llevará hacia el centro. Quizá te lleve aún más lejos, sin
embargo, el centro es la experiencia que me encuentro experimentando en
este momento de mi vida, por lo tanto, estoy por descubrirlo.

¿Qué significa llegar al Centro?

• Reconoces que tu vida sólo depende de ti, no de empresas, gobiernos,


instituciones o estímulos externos.
• Has dejado de señalar o buscar culpables ante lo que crees que son tus
obstáculos.
• Identificas tu responsabilidad o co-responsabilidad en cada
acontecimiento que se presenta en tu vida y eres capaz de capitalizarlo como
aprendizaje.
• Has logrado identificar tus talentos y has activado la seguridad
necesaria para usarlos a tu favor y ponerlos al servicio de los demás.
• Confías que serás capaz de vivir armónicamente cualquier reto que la
vida te presente.
• Eres capaz de respetar tus ciclos, los de otras personas y los de la
naturaleza.
• Logras propiciar en ti las emociones que tú eliges, de acuerdo a tu
propósito.
• Has dejado de fundamentar tus decisiones en las opiniones y
expectativas del entorno. Lo que eliges es por amor.
• Te has convertido en tu mejor compañía.
• Disfrutas al máximo la profesión, oficio o actividad que has elegido.
• Eres capaz de sentir amor por tu trabajo y sus beneficiarios.
• Has desarrollado la habilidad de comunicar con respeto todo lo que
piensas y sientes.
• Manifiestas ideas creativas para enriquecer tu propósito.
• Te permites escuchar tu voz interna, anticipas riesgos o decisiones a tu
favor.
• Has logrado desarrollar el gusto por el silencio y has aprendido a
interactuar con tu espíritu.

¿Qué pasa en la segunda mitad del Laberinto?

Esa te corresponde diseñarla, pues se trata ya de la vivencia total de tu


misión de vida, en su fase creativa y armónica. Se trata de manifestar las
experiencias que te permitan vivir en libertad en todos los aspectos, a
despertar capacidades que hoy aún tenemos dormidas: el logro de la salud
permanente hasta el despertar de la consciencia de inmortalidad, aunque te
parezca insólito.

Como puedes observar, aún nos falta un buen recorrido, pero


seguiremos explorando.

¿Será todo miel sobre hojuelas? Sinceramente no creo, en este plano de


existencia opera la Ley de la Resistencia. Recuerda que siempre habrá algo
que tratará de anclarte al pasado. Habrá personas a las que les incomode,
moleste o les resulte incomprensible tu cambio de consciencia; podría ocurrir
que tus seres más amados se transformen en tu mayor resistencia externa.
Habrá situaciones a través de las cuales se te active la tentación de volver a lo
que algún día para ti fue conocido.

Algunas enseñanzas ancestrales nos muestran que cada siete años se


activa para cada persona un nuevo reto de aprendizaje y evolución, resurgirán
aspectos de tu subconsciente que quedaron sin resolver. Que no te extrañe si
surgen en tu vida experiencias que te hagan creer que no has avanzado nada.

Al igual que en todos los tiempos habrá personas con un menor


recorrido que el tuyo, que aun experimentan desde de la inconsciencia
causando dolor en el entorno.
Probablemente sigan existiendo los conflictos, las guerras, las crisis. Sin
embargo, llegar a un estado de equilibrio interno es una victoria que nada ni
nadie te puede quitar.

Espero que este libro te haya servido para conocerte más y abrir tu
mente al infinito mundo de posibilidades que tienes para ser feliz. Deseo que
te haya permitido reconocer el origen de algunos de los resultados que has
tenido hasta este momento. Ojalá te hayas permitido abrir tu corazón para
amarte más, amar tu origen y lograr la paz que produce ordenar tu mundo
interno. Espero que también abras tu voluntad y seas firme en la aplicación
de todas las prácticas que te permitirán manifestar armonía en tu vida y la
libertad en todos los sentidos.

Gracias por aceptar mi compañía en esta lectura. Ojalá que hayas


obtenido respuestas y te hayas hecho más preguntas. Espero que este
contenido te incentive a profundizar en el conocimiento de ti, que no dejes de
explorar en los confines de tu consciencia y que cada vez disfrutes más del
viaje. Ahora te corresponde a ti dejar escrito en el Libro de la Vida que
tuviste la voluntad de recorrer el Laberinto del Alma, para recordar, amar tu
origen y lograr tu victoria de evolución.

Hasta la próxima lectura.

Con amor y gratitud


ACERCA DE LA AUTORA

Rosy Zamora es una exploradora incansable de la consciencia humana.


Mexicana, tapatía, queretana y poblana. Estudió la Licenciatura en Ciencias
de la Comunicación, una Maestría en Educación, una Especialización en
Psicología Transpersonal y cuenta con certificaciones de coaching con
diversos enfoques. Su preparación le ha permitido dedicarse a la capacitación
y consultoría en empresas de diversos giros. Hoy es directora de su propia
empresa de capacitación, desarrollo organizacional, humano y tecnológico:
SG&K Group, S.A. de C.V. Es conductora del programa Espíritu Creativo
que se transmite por internet de forma semanal. En este libro comparte la guía
de la metodología que ella ha utilizado para lograr sus objetivos y acompañar
a muchas personas en la superación de sus límites, desde hace más de una
década.

www.sgykgroup.com.mx

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