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Sesion Comunicacion - Oral Te Relato Un Cuento
Sesion Comunicacion - Oral Te Relato Un Cuento
Sesion Comunicacion - Oral Te Relato Un Cuento
Ciclo : III
Grado : 1ero
Área : Comunicación
Profesora : Carmen Aguilar G.
Nombre de la sesión : “Te relato un cuento"
Fecha :
Enfoque transversal: Los docentes y estudiantes acogen con respeto a todos, sin menospreciar ni excluir a
Enfoque de derecho nadie en razón de su lengua, su manera de hablar, su forma de vestir, sus costumbres o
sus creencias.
¿Qué necesitamos hacer antes de la sesión? ¿Qué recursos o materiales se utilizarán en esta sesión?
La docente realiza las siguientes preguntas: ¿Qué observan en la imagen? ¿Qué tipo de
texto será? ¿Por qué piensan que es un cuento? ¿de qué tratará? ¿Qué sucederá con los
peces? ¿Les gustaría escuchar la narración del cuento?
Presentamos el propósito de la sesión:
Realizan predicciones a partir de preguntas ¿En el fondo del mar habrá una escuela?
¿Quiénes estudiaran en esa escuela? ¿Crees tú que los peces van al colegio? ¿Por qué?
DURANTE EL DIALOGO
Los estudiantes escuchan la lectura que la docente lee en voz alta
Dialogan acerca de lo que han escuchado.
Intercambio de algunas preguntas ¿Qué hay en el fondo del mar? ¿Quiénes van a
estudiar? ¿En qué se sientan y escriben? ¿Dónde juegan los peces?¿Quiénes escuchan la
lección? ¿Quién es la maestra?
Participación activa de los niños y niñas.
V. EVALUACIÓN
Reconoce la secuencia de lo
relatado.
DESEMPEÑO
APELLIDOS Y Expresa oralmente ideas
Nº Reconoce la secuencia de lo
NOMBRES relacionadas a la lectura
relatado
.1 JOAQUIN
CABRERA
2 STEVEN LUIS
FLORES DURAND
3 LUZ EMILY
HINOSTROZA BENITES
4 LUCCIANO
INGA
5 YOHORD LUIS
MANRIQUE FER
6 MARYFER
MEDINA VIDAL
7 GARUMY AMY
MONCADA
8 DULCE MAYTE
MORI ZUMARAN
9 GUIANELLA ZOE
ORTEGA BENITES
10 ALLEN AARON
RIVERO BAUTISTA
11 YANZURI
SANCHEZ ARROYO
12 LUCCIANO
SANTINI
ANEXO 1
MARIPOSITA VA A LA ESCUELA
María Mercedes Córdoba
Había una vez una Mariposita que vivía con su mamá y su papá.
Un día la mamá la peinó con ganchos de
colores, le puso perfume y le dijo que sería su
primer día de clases. Mariposita se puso contenta y
revoloteaba algo nerviosa de un lado a otro. Ella no
había ido nunca a la escuela, porque aún era chiquita,
así que se fue esa tarde llena de ilusiones.
Al principio estaba toda entusiasmada. Le gustaron los lunares
de la señorita Vaquita, las clases de música del profesor
Grillo y dar vueltas con el profesor Saltamontes. También
se encontró con su amigo Bichito de Luz y con todos sus
hermanitos.
Todo estuvo muy bien hasta que un día Mariposita se despertó más
remolona que de
costumbre y le dijo a su mamá:
–Me parece que no voy a ir más a la escuela. Mejor me quedo en casa
jugando con las
muñecas.
La mamá no lo podía creer:
–Pero si hasta ayer te encantaba… ¿Cómo puede ser que ya no quieras ir?
–Bueno, sí, me gusta… Pero ¡me cansé! –dijo Mariposita, empezando a hacer pucherito
mientras que con un palito dibujaba en la tierra.
En eso llegó papá, se sentó a su lado y le preguntó:
–Dime, linda, ¿qué te gustaría hacer cuando seas grande? Grado - Unidad 1 - Sesión 01
Entonces, Mariposita se olvidó del pucherito y le empezó a contar:
–Me gustaría pintar cuadros como la madrina de Bichito, cocinar medialunas como
mamá, ser una científica, ir a la Luna, ser bailarina…
–Y todas esas cosas tan interesantes, ¿dónde las vas a aprender? –preguntó el papá.
Mariposita sonrió y le brillaron los ojitos:
–¡Ah…! Ya entendí. Y se preparó para salir, aunque no estaba muy convencida de que ir a
la escuela sería mejor que jugar con sus muñecas. Entonces, la mamá le puso en la bolsita
unos trozos de papaya con miel y un vasito de agua con tapa.
Mariposita llegó a la escuela y, cuando vio a sus compañeros que estaban arreglando los
materiales, escribiendo rótulos, ordenando los sectores y leyendo cuentos, ella se quedó
mirándolos sin saber qué hacer. El maestro Grillo la vio, sacó su violín y se puso a tocar
por toda el aula. Ella sintió la música y comenzó a bailar, invitó a sus compañeros, a la
señorita Vaquita y al profesor Saltamontes. Se divirtió mucho en la escuela y sintió que
aprendería todo lo que a ella le gustaba.
Al día siguiente, Mariposita se alistó para ir a la escuela con el mismo entusiasmo con que
lo hizo el primer día. Se despidió muy contenta de su papá y su mamá. Miró a su papá, le
guiñó un ojo y le sonrió. Él hizo lo mismo.
Y fue así que, desde aquella vez, Mariposita no quiso faltar ni un solo día a la escuela.