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Tema 49. Textos

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TEMA 49.

TEXTOS

Ortega y Gasset en El Sol (1930): el error de Berenguer.................................................3

La renuncia de Alfonso XIII............................................................................................... 3

Diario El Sol: El trece de abril............................................................................................ 4

Proclamación de la II República por su nuevo presidente.............................................. 5

José Ortega y Gasset en Crisol: Un aldabonazo (9 de septiembre de 1931). Crítica a


la República de un republicano.........................................................................................6

Alejandro Lerroux durante un mitín en la plaza de toros de Madrid (21 de febrero de


1932). La oposición radical...............................................................................................6

Gregorio Marañón en El Sol (5 de enero de 1932). La oposición anarquista: los


sucesos de Castilblanco................................................................................................... 7

Manuel Azaña en las Cortes (5 de enero de 1932)......................................................... 8

Manifiesto del general Sanjurjo........................................................................................ 8

Largo Caballero durante la Escuela de Verano del PSOE (agosto de 1933). La deriva
revolucionaria del PSOE.................................................................................................. 10

Largo Caballero durante un mitin en noviembre de 1933.............................................10

Besteiro, presidente de la UGT (2 de julio de 1933). Rechazo a la deriva


revolucionaria del PSOE.................................................................................................. 11

Inadalecio Prieto en El Socialista (26 de julio de 1933)................................................11

Gil Robles durante un acto en el cine Monumental de Madrid (15 de octubre de


1933). La CEDA ante las elecciones.............................................................................. 11

Segunda Ley de Reforma Agraria (1 de agosto de 1935)............................................. 12

1
El Socialista (4 de octubre de 1934). El PSOE ante el nombramiento de ministros de
la CEDA.............................................................................................................................12

Octavillas lanzadas por el ejército sobre Mieres (octubre de 1934). Intimidaciones a


la rendición de los revolucionarios de Asturias.............................................................14

Bando del General Franco (19 de julio de 1936)........................................................... 15

AZAÑA, Manuel, Escritos políticos y de guerra. La situación del gobierno tras el


alzamiento....................................................................................................................... 16

Dimisión de Azaña (27 de febrero de 1939).................................................................. 17

La propuesta de paz de Besteiro (El socialista, 19 de marzo de 1939).......................18

Una difícil reconciliación. Manuel Azaña....................................................................... 19

2
Ortega y Gasset en El Sol (1930): el error de Berenguer

“No, no es una errata. Es probable que en los libros futuros de historia de España se
encuentre un capítulo con el mismo nombre que este artículo. El buen lector, que es el
cauteloso y alerta, habrá advertido que en esa expresión el señor Berenguer no es el
sujeto del error, sino el objeto. No se dice que el error sea de Berenguer, sino más bien
lo contrario -que Berenguer es el error, que Berenguer es un error-. Son otros, pues,
quienes lo han cometido y cometen; otros, toda una porción de España, aunque, a mi
juicio, no muy grande. Por ello trasciende ese error los límites de la equivocación
individual y quedará inscrito en la historia de nuestro país. [...]

Éste es el error Berenguer, de que la historia hablará. Y como es irremediablemente un


error, somos nosotros, y no el Régimen mismo; nosotros, gente de la calle, de tres al
cuarto y nada revolucionarios, quienes tenemos que decir a nuestros conciudadanos:
¡Españoles, vuestro Estado no existe! ¡Reconstruidlo! Delenda est Monarchia.”

La renuncia de Alfonso XIII

“Al País. Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo
hoy el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo,
porque procuré siempre servir a España, puesto el único afán en el interés público
hasta en las más críticas coyunturas.

Un rey puede equivocarse, y sin duda erré yo alguna vez; pero sé bien que nuestra
Patria se mostró en todo momento generosa ante las culpas sin malicia.

Soy el rey de todos los españoles, y también un español. Hallaría medios sobrados
para mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo con quienes las combaten.
Pero, resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra
otro en fratricida guerra civil. No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que
míos son depósito acumulado por la Historia, de cuya custodia ha de pedirme un día
cuenta rigurosa. Espero a conocer la auténtica y adecuada expresión de la conciencia
colectiva, y mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del poder
real y me aparto de España, reconociéndola así como única señora de sus destinos.
3
También ahora creo cumplir el deber que me dicta mi amor a la Patria. Pido a Dios que
tan hondo como yo lo sientan y cumplan los demás españoles.

Madrid, 14 de abril de 1931”

Diario El Sol: El trece de abril

A la una de la tarde se reunieron ayer en el domicilio particular de don Niceto Alcalá


Zamora, con éste, los Sres. Maura (Don Miguel), De los Ríos, Albornoz y Largo
Caballero. La reunión terminó poco después de las dos de la tarde, y como
consecuencia de ella se facilitó a la prensa la siguiente nota oficiosa:

«La representación de las fuerzas republicanas y socialistas, coaligadas para una


acción conjunta, siente la ineludible necesidad de dirigirse a España para subrayar
ante ella la trascendencia histórica de la jornada del domingo 12 de abril. Jamás se ha
dado un acto en nuestro pasado comparable con el de ese día, porque nunca ha
mostrado España tan fuerte emoción civil y entusiasta convicción, ni ha revelado con
tanto vigor la firmeza que es capaz de desplegar en la defensa de sus ideales
políticos. En la historia moderna de Europa hay actos civiles como el realizado por
España el día 12; pero no hay uno que lo supere. La votación de las ciudades
españolas y principales núcleos urbanos ha tenido el valor de un plebiscito,
desfavorable a la Monarquía y favorable a la República, y ha alcanzado a su vez las
dimensiones de un veredicto de culpabilidad contra el titular supremo del Poder [...]»

4
Proclamación de la II República por su nuevo presidente.

“En nombre de todo el gobierno de la República española, saluda al pueblo una voz, la
de su Presidente, rendida por la emoción e impulsada por el entusiasmo ante el
espectáculo sin igual de una reacción casi imposible de imitar que esta nación ha
dado al mundo resolviendo el problema de su revolución latente y cambio
indispensable de su estructuración, en medio de un orden maravilloso y por voluntad y
vía perfectamente legales. [...]

El acto del domingo con ser admirable y perfecto, ha tenido complemento grandioso
con el requerimiento que ayer hizo la opinión al régimen monárquico para que
desaparezca y la implantación en el día de hoy de la República por un acto de voluntad
soberana, de iniciativa del país, sin el menor trastorno, completando aquella empresa
de tal manera que el mundo entero sentirá y admirará la conducta de España, ya
puesta en otras manos con un orden ejemplar, que ha de completar su eficacia. [...]

La normalidad en el país es completa, y nos hemos posesionado sin el menor


incidente. El primer acto del Gobierno ha sido la concesión de una amplia y generosa
amnistía. Estamos todos seguros de que España goza de un completo amor en todas
las regiones, que servirá para hacer una España grande, sin que ningún pueblo se
sienta oprimido, y reine entre todos ellos la confraternidad. Con el corazón en alto os
digo que el Gobierno de la República no puede dar a todos la felicidad, porque eso no
está en sus manos, pero sí el cumplimiento del deber, el restablecimiento de la ley y la
conducta inspirada en el bien de la patria. ¡Viva España y viva la República! “

5
José Ortega y Gasset en Crisol: Un aldabonazo (9 de septiembre de
1931). Crítica a la República de un republicano

“[Parece grotesco] el aire triunfal de algunas gentes cuando pretenden fundar la


ejecutividad de sus propósitos en la revolución. [...] Nada más ridículo que querer
cobrar cómodamente una revolución que no nos ha hecho padecer ni nos ha costado
duros y largos esfuerzos. [...] Llamar revolución al cambio de régimen acontecido en
España es la tesgiversación más grave y desorientadora que puede cometerse. [...]
Una cantidad inmensa de españoles que colaboraron en el advenimiento de la
República con su acción, con su voto o con lo que es más eficaz que todo esto, con su
esperanza, se dicen ahora entre desasosegados y descontentos: ¡No es esto, no es
esto! La República es una cosa. El “radicalismo” es otra. Si no, al tiempo.”

Alejandro Lerroux durante un mitín en la plaza de toros de Madrid (21


de febrero de 1932). La oposición radical

“La Constitución para nosotros, mientras sea ley, tal como está, es sagrada. No nos
estorba ningún artículo de la Constitución. Nosotros no haremos bandera de su
revisión. Mantenemos la separación de la Iglesia y del Estado. Acordó la Constitución
la disolución de una de las órdenes religiosas. Ya está disuelta. Ya está hecho.
Acatarlo y cumplirlo. Pero persecución religiosa, no. [...] Mi vida personal y de mi
hogar, por ventura, es absolutamente laica.

Pero yo digo que los hombres que hemos perdido la fe religiosa no podemos haber
perdido la obligación de respetar aquello que en las conciencias de nuestros
semejantes tiene un culto, ni podemos tampoco perder el respeto que merecen
aquellas instituciones que en el pasado contribuyeron a la obra de progreso espiritual.
[Ante la reforma agraria] el partido radical se interpone entre la ilusión excesiva y la
realidad.

6
La reforma agraria es una cosa en el fondo tan compleja, tan llena de dificultades, que
no podrá ser la obra de un Parlamento, ni de tres, ni de una generación, ni de varias..., y
no se puede realizar por la ponencia de un Gobierno ni por la ponencia de unas Cortes
Constituyentes. [...]

Demos a Cataluña toda aquella autonomía que es indispensable para el


desenvolvimiento de la libertad individual y colectiva. [...] El partido radical no siente
apresuramiento ni ambición por gobernar.”

Gregorio Marañón en El Sol (5 de enero de 1932). La oposición


anarquista: los sucesos de Castilblanco

“A los puntos de la pluma de todos los comentarios vendrá en este momento el


recuerdo de Fuenteovejuna. Ahora, como entonces, un pueblo entero ha cometido un
crimen. El actual seguramente no encontrará una mente genial que limpie de horror la
tragedia y la haga pasar a la posteridad como un símbolo. En el fondo, es el mismo
caso. Sólo que ahora el pueblo no es vengador generoso, sino el reo de un delito cruel,
sin justificación y vergonzosamente anacrónico y, lo que es peor, un reo atontado y
sostenido por cómplices infinitos: todos los españoles. Todos somos cómplices en el
abandono, en la miseria moral de esos hermanos desalmados de Castilblanco y de los
demás Castilblancos de España. Los Gobiernos de antes y los de ahora. El cura del
pueblo y todos los curas. El maestro y todos los maestros. Cada uno de nosotros, que
sabemos que esa vergüenza existe, y la dejamos existir, que vamos de paseo o de
caza a los lugares montaraces y volvemos a la ciudad contando anécdotas
pintorescas, que en realidad son retrasos intolerables de unos españoles y disimulo
nuestro para no molestarnos en cambiarlos. Cuando los jueces pregunten quién mató
a los guardias, el pueblo de Castilblanco podrá contestar, como Fuenteovejuna, que
todo él. Cuando nos lo pregunte la Historia, toda España será Fuenteovejuna. Si esto
no se remedia en seguida y antes que todo; si de este crimen sale sólo un castigo y no
una experiencia provechosa, entonces habrá fracasado el sentido de esta generosa
revolución y eso no será.”

7
Manuel Azaña en las Cortes (5 de enero de 1932)

“Lo sucedido en Castilblanco no ha podido proceder ni remotamente de la política del


Gobierno. [...] Permitidme que exprese mi asombro, porque con motivo de un suceso
en que nadie podrá decir que ha habido un abuso por parte de de la Guardia Civil, se
haya puesto en litigio[...] el prestigio mismo del Instituto; no en las Cortes,
ciertamente, sino fuera de aquí. Cualquiera diría que en Castilblanco ha sido la
Guardia Civil quien se ha excedido en el cumplimiento del deber, y no deja de
pasmarme que cuando cuatro infelices guardias han perecido en el cumplimiento de
su obligación se ponga precisamente a discusión el prestigio del Instituto como si
hubieran sido estos guardias no los muertos sino los matadores. [El Gobierno] está
absolutamente seguro y satisfecho del comportamiento del Instituto como
Corporación, lo cual le da autoridad, medios y energía para cuando algún individuo del
Instituto se exceda en sus atribuciones o falte, corregirle y castigarle, aplicándole la
responsabilidad que compete a un Instituto militar.”

Manifiesto del general Sanjurjo

“Españoles: Surge de las entrañas sociales un profundo clamor popular que demanda
justicia y un impulso que nos mueve a procurarla. [...] En el año y medio de sectarismo
tiránico la economía nacio- nal ha sufrido el quebranto de miles de millones; se ha
hecho mofa y escarnio de los sentimientos más fuertemente arraigados en la mayoría
de los españoles; se han destrozado los organismos de defensa, e insultado
groseramente a los cuerpos armados; ha aumentado la criminalidad de un modo
alarmante; el paro forzoso, extendido en proporciones aterradoras, tiene en la miseria
a muchos cientos de miles de obreros; no se ha tenido en varios meses un solo día de
sosiego y tranquilidad, con el sobresalto constante de incendios, huelgas,
revoluciones, robos, atracos y amenazas; las leyes de excepción nos privan más que
nunca de los derechos ciudadanos, y [...] se han alentado imprudentemente los
sentimientos de varias regiones [...] poniendo en peligro inminente la integridad de
España.

8
Por el amor a ella y por el imperativo de nuestra conciencia y de nuestro deber, que
nos obliga a salvarla de la ruina, de la iniquidad y de la desmembración, aceptamos
desde este momento la responsabilidad de la gobernación del país y asumimos todas
las funciones del Poder público, con el carácter de Junta Provisional.

Las Cortes, que eran ilegítimas por el régimen de terror en que fueron convocadas, y
son facciosas por la prorrogación de sus funciones [...] han quedado disueltas. No
venimos, sin embargo, a imponer un régimen político contra la República, sino a
libertar a España de la oligarquía, que en sólo un año ha ocasionado daños tan
gravísimos en lo material y en lo moral. La forma en que los poderes del Estado han
de organizarse se determinará por la representación legítima de todos los ciudadanos,
designada en elecciones que se celebrarán en un régimen de libertad, sin amenazas ni
coacciones [...]. Y para ello es preciso, ante todo, que la paz y las disciplinas sociales
se restablezcan en beneficio de todas las clases y no en el de una sola de ellas, de
modo que los actos políticos de todas las tendencias puedan celebrarse en un
ambiente de tolerancia y de respeto mutuo [...].

Los poderes que esta Junta asume durarán el tiempo indispensable para restablecer
aquellas disciplinas, postulado esencial previo para la legitimidad de cualquier
Parlamento que la nación elija. Pero durante este período de la restauración de la paz
pública será inexorable en la persecución de cuantos aspiren a reproducir los métodos
de terrorismo a que acabamos de poner término, y, sobre todo, de cuantos están al
servicio de la organización extranjera, cuyo fin esencial es el de introducir y fomentar
la discordia interna en las naciones, organización que por lo que aquí respecta queda
desde este momento declarada fuera de la ley. [...]

A todos, repetimos, requerimos para que cooperen a dotar a España de instituciones


estables, a instaurar la paz interior desaparecida, a reconstruir su economía sobre la
base de la estricta justicia social, sin la que no hay orden verdadero; a imponer la
libertad que respeta todos los derechos naturales y sociales. Sólo a esos fines
responderán los decretos de la Junta Provisional, y para ello requiere la colaboración
de todos los ciudadanos; la cordialidad con que pide y espera su concurso le autoriza,
si se produjera cualquier intento perturbador, para suprimirlo de un modo severo.

9
¡Viva España! ¡Viva la soberanía nacional! 10 de agosto de 1932”

Largo Caballero durante la Escuela de Verano del PSOE (agosto de


1933). La deriva revolucionaria del PSOE

“¿Asustarse de la dictadura del proletariado? ¿Por qué? No hay que temer, si


asumimos plenamente el poder. [...] En Marx se leen estas palabras: “El período de
transición política hacia el nuevo Estado es inevitablemente la dictadura del
proletariado”. Yo no acepto ni creo en la evolución pacífica. Esto no es imitar a Rusia;
pero tampoco encuentro reparos que oponer a su política. Las circunstancias revisten
en España caracteres muy parecidos a los de Rusia. El sentimiento obrero tiene que
estallar inevitablemente, y debemos estar preparados.”

Largo Caballero durante un mitin en noviembre de 1933.

“Nosotros no hemos dicho nunca que se pueda socializar todo de un día para otro.
Por eso en nuestra táctica aceptamos y propugnamos un período de transición,
durante el cual la clase obrera, con sus manos, realiza la obra de la socialización y del
desarme económico y social de la burguesía. (Muy bien.) Eso es lo que nosotros
llamamos la dictadura del proletariado, hacia la cual vamos. (Formidable ovación y
vivas al Lenin español.) Y ese período de transición desembocará luego en el
socialismo integral. (Se repite la ovación.) Pero cuando hablamos de la dictadura del
proletariado, camaradas, los enemigos, recordando que está establecida en Rusia y
que la preconizó Marx, se asustan. Algunos de ellos creen que la dictadura proletaria
es una especie de dictadura de Primo de Rivera. (Risas.) No es así como la
entendemos. La dictadura proletaria no es el poder de un individuo, sino del partido
político expresión de la masa obrera, que quiere tener en sus manos todos los
resortes del Estado, absolutamente todos, para poder realizar una obra de gobierno
socialista. (Gran ovación.)”

10
Besteiro, presidente de la UGT (2 de julio de 1933). Rechazo a la deriva
revolucionaria del PSOE.

“El país no está económica ni socialmente preparado para un gobierno socialista. Se


preconiza saltar por encima de todo para imponer nuestra república. ¿Vamos a ser
bolcheviques? ¿Y para eso hemos estado tanto tiempo luchando contra el partido
comunista? Si el intento bolchevique triunfase en España, la República sería la más
sanguinaria de la Historia contemporánea. Instaurada la república, pensar en una
dictadura es un contrasentido. Yo me declaro enemigo de la dictadura del
proletariado.”

Inadalecio Prieto en El Socialista (26 de julio de 1933)

“He oído a varias gentes y a obreros entusiasmarse pensando en que nos


apoderaremos del poder, aunque sea dictatorialmente. Es un error terrible. Me aterra
pensar lo que sería en España una dictadura del proletariado. Si eso sucediese alguna
vez, se vertería mucha sangre; pero tanta de capitalistas como de obreros. Bolchevizar
no es el camino. Debemos fijarnos en el socialismo inglés.”

Gil Robles durante un acto en el cine Monumental de Madrid (15 de


octubre de 1933). La CEDA ante las elecciones.

“Queremos una patria totalitaria, y me sorprende que se nos invite a que vayamos
fuera en busca de novedades, cuando la política unitaria y totalitaria la tenemos en
nuestra gloriosa tradición. [...]

[La unión de las derechas servirá] para formar el gran frente antimarxista, porque la
necesidad del momento es la derrota del socialismo. [...] No queremos el poder
conseguido por contubernios y colaboraciones. El poder ha de ser íntegro para
nosotros. Para la realización de nuestro ideal no nos detendremos en formas

11
arcaicas. Cuando llegue el momento, el Parlamento se somete o desaparece. La
democracia será un medio, pero no un fin. Vamos a liquidar la revolución.”

Segunda Ley de Reforma Agraria (1 de agosto de 1935)

“Queda derogada la base octava de la Ley de Reforma Agraria en cuanto autoriza la


expropiación sin indemnización de fincas rústicas, con anulación de los acuerdos de
expropiación anteriores a la presente Ley, y en los demás extremos que se opongan a
lo dispuesto en ésta.

Las expropiaciones realizadas de hecho hasta la fecha quedan convertidas en


ocupaciones temporales, que se regirán por los preceptos de la base novena de la
referida Ley, satisfaciéndose a los propietarios la renta correspondiente desde el día
de la incautación de las fincas, y caducando la ocupación a los nueve años, si antes
no se hubiere efectuado la expropiación [...].

La expropiación de las fincas, cualquiera que sea su titular, se efectuará previo pago al
contado de su valor, que se señalará en tasación pericial contradictoria, por técnicos
agrícolas. [...]”

El Socialista (4 de octubre de 1934). El PSOE ante el nombramiento de


ministros de la CEDA.

“Trabajadores: Hoy quedará resuelta la crisis. La gravedad del momento demanda de


vosotros una subordinación absoluta a los deberes que todo el proletariado se ha
impuesto. La victoria es aliada de la disciplina y de la firmeza.

Cuando escribimos estas líneas no hay [...] gobierno que reemplace al dimisionario. El
señor Lerroux conserva los poderes y se dispone, en el día de hoy, a continuar sus
gestiones [...]. En efecto, la versión que se facilita a la opinión es que inconvenientes
de poca monta, detalles, han impedido dejar constituido ayer el Gobierno, cuyos
núcleos fuertes serán de un lado los radicales y del otro los cedistas. Será hoy, pues,

12
cuando el disparate se consume. Ante semejante contingencia, extremadamente
funesta para España, no nos queda otra posibilidad que ratificar nuestras palabras
serenas de ayer. [...]

El certero instinto popular raramente se equivoca. Y es ese instinto el que difunde la


noticia de que el peligro de una regresión al pasado es inminente. El buen pueblo que
saludó emocionado la victoria del 14 de abril está que no sale de su asombro. ¿Tan
breve es el tránsito de la ilusión a la desesperación? Es increíble. [...] Mas, ¿qué hacer?
Esta es la pregunta que se habrán formulado a estas horas cientos de miles de
españoles: ¿Qué hacer? Dos son los caminos: el de la resignación, que a nadie
aconsejamos, y el de la oposición, que será el nuestro. [...]. El lector, pues, puede
recargar la palabra oposición con los acentos que le resulten más gratos, en la
seguridad de que no sufrirá engaño. Transigir con la CEDA en el Poder es conformarse
buenamente con una restauración borbónica.

Es admitirla como inevitable. ¿Se avienen a eso los republicanos? Nosotros, no.
Seguimos siendo intransigentes en alto grado. La CEDA es el desafío a la República y
a las clases trabajadoras. Y nadie puede jactarse hasta ahora de habernos desafiado
con impunidad y sin que le ofreciésemos, inmediata y eficaz, nuestra respuesta.
Recapitulemos un instante: ayudamos a la implantación de la República, nos avinimos
a que se encauzase por un derrotero democrático y parlamentario, supimos
disculparle yerros de bulto; todo eso hicimos y mucho más. ¿Es que se nos puede
pedir que nos crucemos de brazos ante el peligro de que la República pacte su propia
derrota? Se nos pediría, en tal caso, complicidad con un delito, y preguntamos: ¿Quién
es el que puede hacernos esa petición? [...] La degradación republicana ha llegado al
límite previsto, y, asumiendo la responsabilidad de nuestras palabras y nuestros actos,
revaloramos nuestras palabras de ayer: Ni un paso atrás. Quienes estén en nuestra
línea, que es la línea de todos los trabajadores españoles, que sumen gozosos sus
esfuerzos al esfuerzo socialista. Todavía es tiempo, o, mejor dicho: ahora es tiempo.
Después...; después puede ser –con uno u otro resultado– demasiado tarde.”

13
Octavillas lanzadas por el ejército sobre Mieres (octubre de 1934).
Intimidaciones a la rendición de los revolucionarios de Asturias.

“Rebeldes de Asturias, ¡rendíos!. Es la única manera de salvar vuestras vidas: la


rendición sin condiciones, la entrega de las armas antes de veinticuatro horas. España
entera, con todas sus fuerzas, va contra vosotros, dispuesta a aplastaros sin piedad,
como justo castigo a vuestra criminal locura. La Generalidad de Cataluña se rindió a
las tropas españolas en la madrugada del domingo. Companys y sus hombres
esperan en la cárcel el fallo de la Justicia. No queda una huelga en toda España.
Estáis solos y vais a ser las víctimas de la revolución vencida y fracasada. El daño que
os han hecho los bombardeos y las armas de las tropas no son nada más que un
triste aviso del que recibiréis implacablemente si antes de ponerse el sol no habéis
depuesto la rebeldía y entregado las armas. Después iremos contra vosotros hasta
destruiros sin tregua ni perdón. ¡Rendíos al gobierno de España! ¡Viva la República!”

14
Bando del General Franco (19 de julio de 1936)

“Don Francisco Franco Bahamonde, General de división, Jefe de las Fuerzas Armadas
de África

HAGO SABER: Una vez más el Ejército, unido a las demás fuerzas de la Nación, se ha
visto obligado a recoger el anhelo de la gran mayoría de los españoles que veían con
amargura infinita desaparecer lo que a todos puede unirnos en un ideal común:
ESPAÑA.

Se trata de restablecer el imperio del ORDEN dentro de la REPÚBLICA, no solamente


en sus apariencias o signos exteriores, sino también en su misma esencia; para ello
precisa obrar con JUSTICIA que no repara en clases ni categorías sociales, a las que
ni se halaga, ni se persigue, cesando de estar dividido el país en dos grupos, el de los
que disfrutan del poder y el de los que eran atropellados en sus derechos, aún
tratándose de leyes hechas por los mismos que las vulneraron. La conducta de cada
uno guiará la conducta que con relación a él seguirá la AUTORIDAD, otro elemento
desaparecido de nuestra nación y que es indispensable en toda colectividad humana,
tanto si es en régimen democrático, como si es en régimen soviético, en donde llega a
su máximo rigor. El restablecimiento de este principio de AUTORIDAD, olvidado en los
últimos años, exige inexcusablemente que los castigos sean ejemplares, por la
seriedad con que se impondrán y la rapidez con que se llevarán a cabo sin titubeos ni
vacilaciones.

Por lo que afecta al elemento obrero, queda garantizada la libertad de trabajo, no


admitiéndose coacciones ni de una parte ni de otra. Las aspiraciones de patronos y
obreros serán estudiadas y resueltas con la mayor justicia posible, en un plan de
cooperación, confiando en que la sensatez de los últimos y la caridad de los primeros,
hermanándose con la razón, la justicia y el patriotismo sabrán conducir las luchas
sociales a un terreno de comprensión con beneficio para todos y para el país. El que
voluntariamente se niegue a cooperar o dificulte la consecución de estos fines será el
que primero y principalmente sufrirá las consecuencias. Para llevar a cabo la labor
anunciada

15
ORDENO Y MANDO:

Artículo 1. Queda declarado el ESTADO DE GUERRA en todo el territorio de


MARRUECOS y, como primera consecuencia, militarizadas todas las Fuerzas Armadas,
sea cual sea la Autoridad de quien dependían anteriormente con los deberes y
atribuciones que competan a las del Ejército, y sujetas igualmente al Código de
Justicia Militar.

Art. 14 Ante el bien supremo de la Patria, quedan en suspenso todas las garantías
individuales establecidas en la Constitución, aun cuando no se hayan consignado
especialmente en este Bando.”

AZAÑA, Manuel, Escritos políticos y de guerra. La situación del


gobierno tras el alzamiento

“Al siguiente día del alzamiento militar el gobierno republicano se encontró en esta
situación: por un lado tenía que hacer frente al movimiento que desde las capitales y
provincias ocupadas (el noroeste y el centro de la Península y buena parte de
Andalucía) tomaba la ofensiva contra Madrid; y por otro, a la insurrección de las
masas proletarias, que sin atacar directamente al gobierno, no le obedecían. Para
combatir al fascismo, querían hacer una revolución sindical. La amenaza más fuerte
era sin duda el alzamiento militar, pero su fuerza principal venía, por el momento, de
que las masas desmandadas dejaban inerme al gobierno frente a los enemigos de la
República. Reducir aquellas masas a la disciplina, hacerlas entrar en una organización
militar del estado, con mandos dependientes del gobierno, para sostener la guerra
conforme a los planes de un Estado Mayor, ha constituido el problema capital de la
República.”

16
Dimisión de Azaña (27 de febrero de 1939)

“Excelentísimo señor: Desde que el General Jefe del Estado Mayor Central me hizo
saber que la guerra estaba perdida para la República, sin remedio alguno, y antes de
que a consecuencia de la derrota el Gobierno aconsejara y organizara mi salida de
España, he cumplido el deber de recomendar y de proponer al Gobierno, en la persona
de su jefe, el inmediato ajuste de una paz en condiciones humanitarias, para ahorrar a
los defensores del régimen y al país entero nuevos y estériles sacrificios [...].

El reconocimiento de un Gobierno legal en Burgos por parte de las potencias,


singularmente Francia e Inglaterra, me priva de la representación jurídica internacional
necesaria para hacer oír de los Gobiernos extranjeros, con la autoridad oficial de mi
cargo, lo que no es solamente un dictado de mi conciencia de español, sino el anhelo
profundo de la inmensa mayoría de nuestro pueblo. Desaparecido el aparato político
del Estado, Parlamento, representaciones superiores de los partidos, etc., carezco,
dentro y fuera de España, de los órganos de Consejo y de acción indispensables para
la función presidencial de encauzar la actividad de gobierno en la forma que las
circunstancias exigen con imperio. En condiciones tales, me es imposible conservar ni
siquiera nominalmente un cargo al que no renuncié el mismo día que salí de España
porque esperaba ver aprovechado este lapso de tiempo en bien de la paz.

Pongo, pues, en manos de V. E., como presidente de las Cortes, mi dimisión de


presidente de la República, a fin de que se digne darle la tramitación que sea
procedente.”

17
La propuesta de paz de Besteiro (El socialista, 19 de marzo de 1939)

“El consejero de Estado, camarada Besteiro, se ha dirigido anoche por radio a todos
los españoles. He aquí el texto taquigráfico de su alocución:

“La necesidad de sofocar el pasado levantamiento comunista y los cuidados


conducentes a prevenir la repetición de semejantes contingencias no han hecho
olvidar un momento al Consejo Nacional de Defensa, lo que constituye su misión y la
verdadera razón de su existencia.

Hoy, restablecida la normalidad, el Consejo Nacional de Defensa siente reforzada su


autoridad y fortalecido su convencimiento de que interpreta una inequívoca voluntad
general, encaminada a conseguir, lo más rápidamente posible, una paz honrosa. Es,
además, nuestro deseo tener a la opinión debidamente informada del proceso de
nuestra actuación para el logro de esa anhelada finalidad.

En prueba de ello queremos poner en vuestro conocimiento los términos exactos de la


comunicación que el Consejo Nacional de Defensa dirige al Gobierno nacionalista,
sirviéndonos de la radio como el medio más rápido y de máxima difusión. Ese
comunicado dice así:

“Ha llegado el momento de que este Consejo Nacional de Defensa se dedique por
completo a su misión, y, en consecuencia, se dirige a ese Gobierno para hacerle
presente que estamos dispuestos a llevar a efecto negociaciones que nos aseguren
una paz honrosa y que al mismo tiempo puedan evitar estériles efusiones de sangre.
Esperamos su decisión”.

18
Una difícil reconciliación. Manuel Azaña.

“Es obligación moral, sobre todo de los que padecen la guerra, cuando se acabe como
nosotros queremos que se acabe, sacar de la lección y de la musa del escarmiento el
mayor bien posible y cuando la antorcha pase a otras manos, a otros hombres, a otras
generaciones, que se acordarán, si alguna vez sienten que les hierve la sangre
iracunda y otra vez el genio español vuelve a enfurecerse con la intolerancia y con el
odio y con el apetito de destrucción, que piensen en los muertos y que escuchen su
lección: la de esos hombres que han caído embravecidos en la batalla luchando
magnánimamente por un ideal grandioso y que ahora, abrigados en la tierra materna,
ya no tienen odio, ya no tienen rencor y nos envían, con los destellos de su luz,
tranquila y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a
todos sus hijos: paz, piedad y perdón”.

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