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Insuficiencia de La Representación Política y Nuevas Instancias de Participación Ciudadana, Revista Diálogo Político, Año XXVII - N°2
Insuficiencia de La Representación Política y Nuevas Instancias de Participación Ciudadana, Revista Diálogo Político, Año XXVII - N°2
Insuficiencia de La Representación Política y Nuevas Instancias de Participación Ciudadana, Revista Diálogo Político, Año XXVII - N°2
Director
Bernd Löhmann
Consejo de Redacción
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cial del contenido citando la fuente.
ISSN 1667-314
Reformas electorales
Índice
Editorial
Bernd Löhmann 9
DOSSIER
Reformas electorales
Insuficiencia de la representación política 11
y nuevas instancias de participación democrática
Javier Flax
discursos y conferencias
ENSAYOS
Bernd Löhmann
Director
DOSSIER
Insuficiencia de la representación
política y nuevas instancias de
participación democrática
Javier Flax
I. Introducción
Javier Flax
Doctor en Filosofía del Derecho (Universidad de Buenos Aires). Profesor re-
gular e investigador en la Universidad Nacional de Gral. Sarmiento y en la
de Buenos Aires, a cargo de las asignaturas Filosofía del Derecho y Derecho
Constitucional, Fundamentos Filosóficos del Pensamiento Político, Econó-
mico y Social, y Economía y Derecho de los Medios. Dictó cursos de pos-
grado en Argentina y en el exterior. Autor de La democracia atrapada. Una
crítica del decisionismo y de diversas publicaciones especializadas.
12 Javier Flax
Sin embargo, también es cierto que en los últimos años mejoraron las
condiciones económicas para América Latina y se fueron construyendo
instituciones políticas regionales que configuran un escenario más promi-
sorio para la profundización y para el resguardo de las democracias consti-
tucionales en nuestro continente, particularmente mediante la creación y
la actividad de la Unasur, alianza estratégica para América Latina. Lo que
no queda claro es si las instituciones políticas y económicas nacionales se
adecuaron a ese proceso de transformación o si requieren ser revisadas. Por
ello, las preguntas por el alcance, límites y condiciones de posibilidad de la
representación siguen estando vigentes.
Si consideramos que actualmente es inaceptable otra representación
que no sea la que se legitima mediante el sufragio universal, necesaria-
mente tenemos que preguntarnos por la conexión entre la representación
y el sistema electoral. Ahora bien, si partimos del supuesto de aceptar que
la representación es inevitable –aunque no excluyente ni completamente
irreductible–, la elección de representantes debe realizarse mediante sis-
temas electorales que garanticen que esa representación no se distorsione
14 Javier Flax
ción de cortes de rutas.21 Fue esa metodología la que les permitió, a quienes
fueron privados de ejercer la póiesis a través del empleo asalariado, ejercer
la praxis accediendo a un espacio público en el cual su presencia estaba
vedada. De esta manera, al mismo tiempo, ampliaron el espacio público,
limitado cada vez más a la agenda que fijaban los medios de comunicación
al servicio de los grupos concentrados de la economía. Diferentes sectores
de la población “excedente”, superfluizada por la ideología del mercado
autorregulado, lograron erigirse en nuevos sujetos sociales con capacidad
política para interpelar a sus conciudadanos y reclamar a los gobiernos.22
El desafío consiste en ver de qué manera las organizaciones y movi-
mientos sociales logran incluirse en el juego de la poliarquía, de manera de
superar el pluralismo neocorporativo por un pluralismo democrático. Para
ello se requiere que los movimientos puedan aglutinarse, generar su legi-
timación frente a la sociedad, constituir una identidad duradera –más allá
del tipo de organización que se den–, de manera tal que pasado el impulso
inicial no se disperse su capacidad política.
Al respecto expresa Habermas en Facticidad y validez: “Para los movi-
mientos sociales es, por lo demás, una cuestión de supervivencia el encon-
trar formas de organización que creen solidaridades y espacios públicos y
que, en la persecución de objetivos especiales, permitan a la vez utilizar y
radicalizar los derechos de comunicación y las estructuras de comunicación
existentes.” (Habermas, 1998, pág. 457).
En tal sentido, es responsabilidad del Estado no sólo respetar y garan-
tizar la libertad de expresión –absteniéndose de ejercer la censura previa–,
sino que también tiene la responsabilidad de proteger y promover el dere-
cho a la información y a la comunicación, mediante políticas activas para
generar las condiciones de accesibilidad a los medios de comunicación –en
un sentido tanto legal como económico-financiero–, particularmente en el
contexto de una revolución tecnológica que modificó sustancialmente el
escenario político y cultural mediante las nuevas tecnologías de informa-
ción y comunicación (TIC).
El primer paso en ese sentido tiene que darse a través de una políti-
ca de desoligopolización de los medios concentrados de comunicación, la
creación de medios públicos no gubernamentales y el acceso de las orga-
nizaciones sin fines de lucro a las frecuencias. No se puede ignorar que en
América Latina, multimedia privados concentrados condicionaron gobier-
nos constitucionales –incluso mediante silencios comunicacionales–, ge-
Insuficiencia de la representación política 31
“¿Hoy alguien realmente cree que cuando las clases obreras, las
mujeres y las minorías raciales y étnicas fueron excluidas de la par-
ticipación política, aquellos que tenían el privilegio de gobernar-
los consideraron y protegieron sus intereses de forma adecuada?”
(Dahl, La igualdad política, pág. 20).
Notas
Referencias bibliográficas
RESUMEN
Stefan Jost
Stefan Jost
Prof. Dr. rer. pol. Jurista y politólogo, profesor de Ciencias Políticas en la
Universidad de Tréveris. Estudió ciencias jurídicas y políticas en la Univer-
sidad del Sarre en Saarbrücken con un posgrado en “Integración Europea”.
Tesis doctoral sobre el tema “El centro político de España: de la UCD al
Partido Popular” (1994). Oposición a cátedra sobre el tema: “Bolivia: Sis-
tema político y reforma 1993-1997” (2002). Director de la Oficina de la
Fundación Konrad Adenauer en Bolivia (1993-1998). Director del Progra-
ma Estado de Derecho de la KAS para América Latina (1998-2001). Desde
2009 conduce la Oficina de la KAS en Colombia. Campos de investigación
específicos: Bolivia, Colombia, constituciones, democracia y partidos en
América Latina.
50 Stefan Jost
A. Desarrollo histórico
Gráfico 1
La democracia es preferible a cualquier otra forma
de gobierno (totales por país 2009)
Venezuela 85
Uruguay 81
Costa Rica 74
Bolivia 71
El Salvador 68
República Dominicana 67
Panamá 64
Argentina 64
Chile 59
Nicaragua 55
Honduras 53
Brasil 55
Perú 52
Colombia 49
Paraguay 45
Ecuador 43
México 42
Guatemala 41
Latinoamérica 59
0 20 40 60 80 100
Gráfico 2
¿La democracia puede tener problemas
pero es el mejor sistema de gobierno?
(totales por país 2009)
Venezuela 90
Uruguay 90
República Dominicana 83
El Salvador 82
Bolivia 81
Panamá 80
Brasil 80
Costa Rica 80
Chile 76
Argentina 75
Colombia 73
Nicaragua 72
Guatemala 72
Honduras 71
Perú 67
Paraguay 66
Ecuador 66
México 62
Latinoamérica 76
0 20 40 60 80 100
Gráfico 3
Satisfacción con la democracia
(total América Latina 1995-2009)
50
45 44
41
40 38 37
38
36 37
35 33
37
31
30
29
27 29
25 25
20
15
10
5
0
1995 1996 1997 1998 1999- 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
2000
Gráfico 4
Satisfacción con la democracia (totales por país 2009)
Uruguay 79
Costa Rica 63
Panamá 61
El Salvador 60
República Dominicana 53
Chile 53
Bolivia 50
Venezuela 47
Brasil 47
Colombia 42
Argentina 36
Nicaragua 35
Paraguay 33
Ecuador 33
Honduras 31
Guatemala 31
México 28
Perú 22
Latinoamérica 44
0 10 20 30 40 50 60 70 80
Gráfico 5
¿Cuán democrático es el país?
(total América Latina 1997–2009)14
10
9
8
7 6,7
5 5,5
4
0
1997 2005 2006 2007 2008 2009
Gráfico 6
¿Cuán democrático es el país?
(totales por país 2009)
Uruguay 8,4
Costa Rica 8
Panamá 7,7
Chile 7,4
Colombia 7
El Salvador 7
Venezuela 7
Brasil 6,8
República Dominicana 6,6
Argentina 6,4
Ecuador 6,3
Guatemala 6,3
Honduras 6,2
Nicaragua 6,1
México 6
Bolivia 6
Perú 5,7
Paraguay 5,4
Latinoamérica 6,7
0 2 4 6 8 10
Gráfico 7
No puede haber democracia sin Congreso nacional
(total América Latina 1997-2009)
80
70
62
60 57 57 57
50 54 55
49 52
40
30
20
10
1997 2000 2001 2001 2005 2006 2008 2009
Gráfico 8
No puede haber democracia sin Congreso nacional
(totales por país 2009)
Uruguay 80
Venezuela 72
Argentina 70
Honduras 66
Paraguay 65
Costa Rica 65
Nicaragua 63
República Dominicana 61
Chile 59
El Salvador 59
Panamá 55
Bolivia 53
México 50
Guatemala 48
Perú 48
Brasil 45
Colombia 38
Ecuador 36
Latinoamérica 57
0 10 20 30 40 50 60 70 80
Gráfico 9
No puede haber democracia sin partidos políticos
(total América Latina 1997-2009)
80
70
62
60 57 56 60
50 54 55
52
49
40
30
20
10
1997 2000 2001 2001 2005 2006 2008 2009
Gráfico 10
No puede haber democracia sin partidos políticos
(totales por país 2009)
Uruguay 81
Venezuela 80
Costa Rica 73
República Dominicana 71
Argentina 70
Honduras 66
El Salvador 65
Nicaragua 64
Paraguay 63
Chile 59
México 58
Panamá 55
Bolivia 51
Perú 50
Brasil 48
Ecuador 44
Colombia 43
Guatemala 40
Latinoamérica 60
0 20 40 60 80 100
Gráfico 11
Confianza en instituciones
(América Latina 2009)
Iglesia 68
Radios 56
Televisión 54
Diarios 49
Fuerzas armadas 45
Gobierno 45
Bancos 44
Empresa privada 42
Municipios/gobierno local 39
Administración pública 34
Policía 34
Congreso/Parlamento 34
Poder Judicial 32
Sindicatos 30
Partidos políticos 24
0 10 20 30 40 50 60 70 80
Gráfico 12
¿Elecciones limpias o fraudulentas?
(América Latina 1995-2009)
80
70
60 55 54
52
49 49
50 46
45
40 44
39 39 41
37 37
30
20
10
1995 1996 1997 1998 2005 2006 2009
Fraudulentas Limpias
Fuente: Balance Electoral latinoamericano Nov. 2005-Dic. 2006, IDEA, pág. 31;
Latinobarómetro 2009, pág. 39.
Gráfico 13
¿Elecciones limpias o fraudulentas?
(por países 2009)
Uruguay 85
Panamá 74
Chile 71
Costa Rica 66
El Salvador 62
Paraguay 50
República Dominicana 47
Brasil 45
Venezuela 45
Ecuador 35
Argentina 35
Nicaragua 32
Bolivia 31
Guatemala 30
Perú 27
Colombia 26
Honduras 25
México 23
Latinoamérica 45
0 20 40 60 80 100
Fuente: Balance electoral latinoamericano Nov. 2005-Dic. 2006, IDEA, pág. 32;
Latinobarómetro 2009, pág. 39.
Tabla 1
Abstención electoral 2002-2010
País Voto obligatorio Dos últimas Dos últimas
elecciones elecciones
presidenciales legislativas
Argentina Sí, con sanciones 22,8 26,2
Bolivia Sí, con sanciones 10,5 10,5
Brasil Sí 18,7 17,2
Chile Sí, con sanciones 13,7 39,2
Colombia No 45,8 59,5
Costa Rica Sí 32,9 32,8
Ecuador Sí, con sanciones 24,4 24,4
El Salvador Sí 36,0 51,5
Guatemala Sí 53,7 42,7
Honduras Sí 46,9 47,5
México Sí 38,9 48,2
Nicaragua No 22,7 29,1
Panamá Sí 24,3 24,1
Paraguay Sí 35,0 38,9
Perú Sí, con sanciones 15,4 14,2
República Dominicana Sí 28,3 46,3
Uruguay Sí, con sanciones 10,2 11,9
Venezuela No 34,5 59,4
Promedio - - 28,6 34,6
Gráfico 14
Confianza en la justicia electoral
(América Latina 2008)
Uruguay 87
República Dominicana 44,6
Perú 64,9
Paraguay 25
Panamá 98,5
Nicaragua 40,5
México 57,2
Honduras 28,6
Guatemala 67,3
El Salvador 44,4
Ecuador 33,7
Costa Rica 71,9
Colombia 72,4
Chile 84,2
Brasil 80,3
Bolivia 62,5
Argentina 80,8
0 20 40 60 80 100
Fuente: LAPOP 2009, “Perspectivas desde el Barómetro de las Américas”, pág. 1.17
A. Partidos políticos
C. Ley electoral
E. Autoridades electorales
F. Pedagogía electoral
V. Observaciones finales
Notas
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Elecciones y democracia en América Latina 83
RESUMEN
I. Introducción
de nombre del país a República Bolivariana fue apenas la punta del iceberg
(la Asamblea de Bolivia se inspiraría en ese molde al adoptar la denomi-
nación de Estado Plurinacional en lugar de República). Chávez deseaba
recuperar un papel rector para el Estado en la economía en contraposi-
ción a una economía capitalista; invertir las correlaciones de fuerza social
para disminuir el poder de las elites en beneficio de los sectores populares;
reubicar la diplomacia venezolana para alejarla de Estados Unidos; y re-
componer el sistema político para dar a su movimiento el lugar central y
acorralar a los representantes de los otrora partidos fuertes (Ramírez, 2003,
págs. 148-152).
El presidente Chávez recibió un período de gestión alargado hasta 6
años, la posibilidad de reelegirse y se pasó por alto la primera elección
presidencial para el cómputo de los mandatos. La Asamblea Constituyente
introdujo como importante novedad la convocatoria inmediata a una elec-
ción general una vez aprobada la nueva elección. Ella permitía consolidar
el poder de Chávez y contar rápidamente con nuevas instituciones, con la
eliminación de las anteriores, en las cuales había reductos opositores. En
efecto, incluso una imponente ola electoral no modifica por sí misma todas
las relaciones de poder: hay numerosas instituciones, en especial aquellas
no sujetas al voto popular, como los tribunales de justicia, los organismos
electorales o los aparatos administrativos, que pueden mostrarse indiferen-
tes a esos cambios (ya sea porque cumplen sus funciones con apego a las
normas o porque sus miembros tienen afiliaciones partidarias contrarias
al nuevo mandatario, o por una mezcla de ambas consideraciones). La
creación de nuevas instituciones, la reelección presidencial, la ampliación
de los poderes presidenciales y la elección de un nuevo Parlamento con
clara mayoría gubernamental permiten la recomposición completa de las
instituciones y le ofrecen al presidente el control efectivo del poder: así, el
oficialismo consiguió dominar “todas las instancias de decisión” (Maingon,
2007, pág. 254).
Este modelo se impuso en la región andina desde principios del siglo
XXI. Lo adoptó primero Bolivia, país sacudido por una fuerte crisis polí-
tica desde el año 2000. Tras la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada en
2003, luego de una represión que dejó más de 60 muertos, el gobierno de
su vicepresidente y sucesor Carlos Mesa colocó la asamblea constituyente
como tema central de la agenda política, en el entendimiento de que esa
era una de las demandas de los sectores movilizados y que “las bases mismas
Procesos constituyentes andinos 97
III. Conclusiones
Como tercera conclusión, resulta difícil juzgar los méritos de las nue-
vas constituciones: los cambios institucionales necesitan tiempo para ser
evaluados en todos sus efectos. Además, algunas disposiciones recién co-
menzaban a ejecutarse y ya fueron reemplazadas –en parte por el carácter
detallista de los textos– o ni siquiera tuvieron tiempo de poder ser aplica-
das, o lo fueron con dificultad por falta del desarrollo legislativo que debe
acompañar cualquier modificación constitucional.5 Es innegable que tal
inestabilidad de las normas acarrea graves perjuicios para la consolidación
del régimen representativo al provocar la desorientación de los actores polí-
ticos y de la ciudadanía, que termina optando por moverse de acuerdo con
reglas informales más estables y previsibles (Pachano, 2007, pág. 90).
Como cuarto punto, es indiscutible que existe una dinámica común
en la región andina, que hace no sólo legítimo sino pertinente el estudio
comparado. Hay, en efecto, un proceso de lecciones aprendidas que tiene
dos vertientes: una política y otra institucional. En la primera, cada caso
nacional es analizado de cerca por actores políticos de los otros países para
incorporar ideas o metodologías o, por el contrario, para evitar caer en
“errores”. En la segunda, con el respaldo de la cooperación internacional en
el sentido amplio, todas las asambleas constituyentes de la región han bus-
cado especialistas (académicos o constituyentes) de los países que pasaron
por la prueba para discutir sus propias reformas constitucionales.
La quinta conclusión es que las constituciones andinas del siglo XXI
apuntan de forma simultánea al fortalecimiento de proyectos políticos
claramente encarnados en una organización o un líder y a la extensión
de derechos individuales y colectivos, a la ampliación de los espacios de
participación, deliberación y decisión de los ciudadanos. En apariencia se
trata de tendencias contrapuestas, pero tienen a menudo un fondo común:
la desconfianza ante los mecanismos representativos y ante los actores po-
líticos que dominaron la transición hacia la democracia. De hecho, las
nuevas constituciones nacieron mientras se derrumbaba el bipartidismo
venezolano de AD-COPEI, el juego tripartito boliviano del MNR-MIR-
ADN y los multipartidismos clásicos de Perú o Ecuador.
Sin embargo, mientras que el primer componente, el reforzamien-
to del liderazgo del presidente que impulsa la constituyente, tiene una
aplicación inmediata y poderosos actores que lo promueven (nueva elec-
ción del presidente, apoyado por un partido que comienza a controlar
muchos resortes del poder y que pronto tiene la posibilidad de proceder
Procesos constituyentes andinos 103
Notas
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108 Salvador Romero Ballivián
RESUMEN
Fernando Laborda
Fernando Laborda
Lic. en Ciencia Política (Univ. del Salvador). Periodista profesional (Escue-
la del Círculo de la Prensa). Jefe de Editoriales y columnista político del
diario La Nación (Buenos Aires). Director de las licenciaturas en Ciencias
de la Comunicación y en Periodismo y profesor titular de Comunicación
Institucional y de Redacción Periodística en la Univ. de Belgrano. Premio
Rodolfo Rivarola de la Asociación Argentina de Ciencia Política (1986). Pre-
mio Libertad y Democracia (1991). Coautor de La reforma política argenti-
na (2002) y Reinventar la Argentina (2002).
110 Fernando Laborda
pública sobre intención de voto durante los 15 días previos a los comicios
generales, al tiempo que prohíbe, además, referirse en medios masivos du-
rante ese período a los datos de las encuestas realizadas con anterioridad,
algo que distintos medios periodísticos y entidades que agrupan a empresas
periodísticas han considerado como “una pretensión que vulnera la liber-
tad de expresión y condiciona la labor de la prensa”.4
Se sintetizan a continuación los principales puntos de la norma legal.
1. Se determina que una agrupación política, para ser reconocida con
personería jurídico-política en forma provisoria, deberá acreditar la adhe-
sión de un número de electores no inferior al 4 por mil del total de los
ciudadanos inscriptos en el registro electoral del distrito correspondiente.
Además, deberá presentar su acta de fundación y constitución; su declara-
ción de principios y programa o bases de acción política; su carta orgánica;
el acta de designación de las autoridades promotoras y el domicilio parti-
dario, al igual que el acta de designación de los apoderados.
2. Durante la vigencia del reconocimiento provisorio, los partidos po-
líticos serán considerados en formación y no podrán presentar candidatu-
ras a cargos electivos en elecciones primarias ni en elecciones nacionales, ni
tendrán derecho a aportes públicos ordinarios o extraordinarios.
3. Para obtener la personería jurídico-política definitiva, los partidos
en formación deberán acreditar la afiliación de un número de electores
no inferior al 4 por mil, acompañada de copia de los documentos cívicos
de los afiliados donde conste su identidad y el domicilio. Dentro de los
180 días, deberán haber efectuado elecciones internas para constituir las
autoridades del partido.
4. Para conservar la personería jurídico-política, los partidos políticos
deberán mantener en forma permanente el número mínimo de afiliados.
5. Los partidos reconocidos en cinco o más distritos del país con el
mismo nombre, declaración de principios, programa o bases de acción po-
lítica, carta orgánica, podrán solicitar su reconocimiento como partidos
de orden nacional ante el juzgado federal con competencia electoral del
distrito de su fundación.
6. Los partidos de distrito y nacionales podrán constituir alianzas de
distrito o nacionales, respectivamente, de dos o más agrupaciones, con el
propósito de presentar candidatos a cargos públicos electivos.
7. Todo partido político debidamente inscripto podrá fusionarse con
uno o varios partidos políticos.
114 Fernando Laborda
38. Ocho días antes de las elecciones generales, ningún medio de co-
municación podrá publicar resultados de encuestas o sondeos de opinión, o
pronósticos electorales, ni referirse a sus datos. Y dentro del plazo que la ley
autoriza para la realización de trabajos de sondeos y encuestas de opinión,
los medios masivos de comunicación deberán citar la fuente de información,
dando a conocer el detalle técnico del trabajo realizado.
39. Se fija un límite de gastos para la campaña electoral, que para cada
agrupación política no podrá superar la suma resultante al multiplicar el
número de electores habilitados por un módulo electoral de acuerdo con
el valor establecido en la ley de presupuesto general de la Nación del año
respectivo.
40. Las agrupaciones políticas reconocidas que hubieran proclamado
candidatos someterán a la aprobación de la Junta Nacional Electoral, por
lo menos treinta días antes de la elección, modelos exactos de las boletas
de sufragio destinadas a ser utilizadas en los comicios. Esas boletas debe-
rán tener iguales dimensiones para todas las agrupaciones y ser impresas
en colores. Contendrán tantas secciones como categorías de candidatos
comprenda la elección, las cuales irán separadas entre sí por medio de lí-
neas negras que posibiliten el doblez del papel y la separación inmediata
por parte del elector o de los funcionarios encargados del escrutinio. Para
una más notoria diferenciación, se podrán utilizar distintas tipografías en
cada sección de la boleta, que distingan los candidatos a votar. Incluirán,
además, la nómina de candidatos y la designación de la agrupación políti-
ca correspondiente. Se admitirá también la sigla, monograma o logotipo,
escudo o símbolo o emblema, fotografías y número de identificación de la
agrupación política.
mismo período. La propuesta para resolver este problema es hacer figurar ex-
clusivamente en la boleta a los tres primeros candidatos a diputado nacional
de cada agrupación en los citados distritos y colocar gigantografías en el cuarto
oscuro, donde el elector pueda encontrar las listas completas.
Dados los acontecimientos vinculados con el robo y la falsificación de
boletas de los últimos comicios generales en algunas mesas de votación,
especialmente allí donde no llegan los fiscales de algunos partidos políti-
cos, el debate sobre la instrumentación del mecanismo de la boleta única
resulta indispensable.
Las ventajas del sistema de boleta única han sido aceptadas en medios
académicos y también entre representantes de la dirigencia política argen-
tina. Así, la provincia de Córdoba, a partir de un proyecto de ley provincial
impulsado por legisladores de la Coalición Cívica, aprobó en octubre de
2009 una norma que permitirá el empleo de este sistema en las próximas
elecciones del distrito. En febrero de 2010, el jefe de gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri, también decidió impulsar
una iniciativa legal para que en el distrito capitalino se pueda votar con
boleta única a partir de los próximos comicios legislativos locales.
Este sistema, sin embargo, no cuenta con apoyo de buena parte de los
dirigentes de los partidos mayoritarios. Esta reticencia puede explicarse por
cierta tendencia a creer que la boleta única podría desalentar parcialmente
el voto por partido, aunque también obedece a que podría morigerar o
directamente terminar con ciertas prácticas muy arraigadas donde la dis-
tribución de boletas electorales entre los votantes es considerada un ingre-
diente no menor para el éxito en ciertos distritos habitados por personas de
menor nivel socioeconómico y educativo.
La resistencia a esta reforma electoral es similar a la que ha provocado
la instrumentación del voto electrónico, que se utiliza con éxito en muchos
países y que nunca ha sido considerada por las autoridades nacionales a
pesar de haber sido implementada con éxito como simple ensayo en mesas
testigo de la provincia de Buenos Aires.
También es errado pensar que una reforma política seria podrá hacerse
sin un amplio consenso o desde fuera de la política.
El problema ha residido en que, atrapados en pequeños juegos de
trenzas y orientados hacia la mera obtención de espacios de poder, nues-
tros dirigentes políticos han exhibido escasa capacidad y voluntad para
alcanzar consensos básicos acerca de cuestiones sustantivas de la agenda
nacional, que se tradujeran en políticas de Estado, al margen de las dispu-
tas partidarias.
En los últimos tiempos, los referentes políticos contemporáneos sólo
parecieron ser capaces de celebrar grandes acuerdos nacionales en virtud de
intereses personales o de un partido. Así, el Pacto de Olivos, que precedió
a la reforma constitucional de 1994, apuntó fundamentalmente a posi-
bilitarle la reelección a Carlos Menem y a procurarle la conservación de
determinadas cuotas de poder a un partido que se hallaba en declinación,
como la UCR, vía el aumento de miembros en el Senado.
Los últimos llamados a la unidad nacional o a una concertación, ta-
les como los lanzados oportunamente por los presidentes Fernando de la
Rúa (2001), Eduardo Duhalde (2002) y Cristina Fernández de Kirchner
(2009), no arrojaron mayores resultados. Los llamados de los dos prime-
ros mandatarios presidenciales mencionados no hallaron mayor eco en
las principales fuerzas políticas, más preocupadas por no compartir cos-
tos políticos con administraciones desgastadas por el propio peso de la
crisis socioeconómica. La última convocatoria, efectuada por el gobierno
kirchnerista el 9 de julio de 2009, pocos días después del traspié elec-
toral del oficialismo en las elecciones legislativas, tampoco se tradujo en
consensos sobre políticas públicas. La presidente Cristina Fernández de
Kirchner propuso entonces alcanzar un amplio acuerdo político y social
sobre varios temas, entre los que se encontraba la reforma política. Pocos
meses después, envió al Congreso la iniciativa sobre reforma electoral sin
consenso alguno; el proyecto, que se describe más arriba, fue aprobado
por dos cámaras legislativas cuya composición favorable al oficialismo iba
a variar fuertemente pocos días después, como fruto del resultado de las
últimas elecciones legislativas, que determinó una importante pérdida de
bancas por parte del oficialismo.
El sectarismo de la dirigencia política obró más de una vez, entonces,
como el obstáculo para la formación de acuerdos básicos, tan necesarios en
un país con severos problemas socioeconómicos.
La reforma electoral en la Argentina 125
Anexo I
Modelos de boleta única que se hubieran
aplicado para las elecciones nacionales de
2007 en la ciudad de Buenos Aires
Anexo II
Modelos de boleta única que se hubieran
aplicado para las elecciones nacionales de
2007 en la ciudad de Buenos Aires
Notas
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RESUMEN
David V. Fleischer
Leonardo Barreto
David V. Fleischer
Doctor en Ciencias Políticas (Universidad de Florida). Fue profesor in-
vitado en las universidades de Minas Gerais, Florida, SUNY-Albany y
GWU. Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Brasilia (UnB)
desde 1972 y profesor emérito en 2005. Autor de Los partidos políticos
en el sistema político brasileño y Brasil: del régimen militar al gobierno
del partido de los trabajadores.
Leonardo Barreto
Máster y doctorando en Ciencias Políticas (Universidad de Brasilia - UnB).
Profesor y coordinador del Departamento de Ciencias Políticas del Centro
Universitario del Distrito Federal (UniDF). Posee experiencia en estudios
sobre democratización, con énfasis en sistemas de partidos, sistemas
electorales, relaciones federativas, legitimidad y participación política.
Autor de Reformas políticas y democracia en Brasil y El impacto de la
justicia electoral sobre el sistema político brasileño.
136 David V. Fleischer - Leonardo Barreto
partir de los años 1990 (Font - Spanakos, 2004). Fleischer (2004a) sostie-
ne que a pesar de diversos intentos, en este período prácticamente no se
alcanzó ningún resultado. La única salvedad fue la enmienda electoral de
1997, aprobada durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, que
permitió su reelección al año siguiente (Fleischer 1998).
Ahora, casi nueve años después de este análisis efectuado en 2001, pro-
ponemos reevaluar los intentos de reformar las normas electorales y partida-
rias en Brasil durante los gobiernos de Fernando Henrique Cardoso (1995-
2002) y Lula (2003-2010). La conclusión es que cambió muy poco. Por tal
razón, decidimos subtitular el presente trabajo “una historia sin fin”.
A. La judicialización de la política
partidos con poca cohesión interna (Nicolau, 2006b; A.M. Santos, 2006a;
Viana - Coelho, 2008).
Tradicionalmente, este sistema favorecía frecuentes cambios de partido
por parte de los diputados cuando el presidente alentaba a diputados y se-
nadores a integrar la coalición que lo apoyaba en el Congreso (Melo, 2004;
Reis, 2007; A. M. Santos, 2006b; F. Santos, 2006; Santos Filho - Miguel,
2008). Inmediatamente después de las elecciones celebradas en octubre
de 2002 y octubre de 2006, esta “migración partidaria” privó al PFL de
constituir la mayor bancada en el Senado, superando al PMDB, que perdió
la prerrogativa de nombrar al nuevo Presidente de la Cámara Alta el 1 de
febrero del año siguiente.
Como se puede apreciar en la Tabla 4, con los resultados de las elec-
ciones del 6 de octubre de 2002 el bloque del PMDB pasó de 23 a 19
senadores, en tanto que el bloque del PFL aumentó de 18 a 20. Por lo
tanto, entre las elecciones y la toma de posesión de los senadores el 1 de
febrero de 2003, el PMDB ganó un senador y el PFL perdió dos. De este
modo, el PMDB logró la elección del senador José Sarney (PMDB) como
presidente del Senado por segunda vez.
Después de las elecciones del 1 de octubre de 2006, la bancada del
PMDB se redujo de 20 a 15 senadores y el PFL pasó de 16 a 18. Al igual
que en 2002/2003, el PFL debería haber nombrado, en teoría, al Presidente
del Senado el 1 de febrero de 2007. Pero hasta el 1 de febrero de 2007 la
“migración partidaria” dio por tierra con la posibilidad del PFL de presidir
el Senado “ganhou, mas não levou”. El PFL perdió un senador y el PMDB
ganó cinco “migrantes”, con lo que nuevamente la bancada del PMDB sumó
20 senadores. Fue así que el PMDB reeligió al senador Renan Calheiros
(PMDB). Muy convulsionado por haber “perdido” la presidencia del Senado
dos veces (en 2003 y en 2007) por causa de esta práctica de “cambio de par-
tido”, después de las elecciones el PFL sometió a consideración del TSE una
consulta sobre la cuestión de la “fidelidad partidaria” hacia fines de febrero de
2007. La pregunta fue si el mandato de un diputado o senador “pertenecía”
al partido (que lo eligió) o era “personal” y, así, “libre” para “migrar” hacia
otro partido después de ser electo.
El TSE respondió rápidamente a este reclamo del PFL con una decisión
adoptada por 6 votos y uno en disidencia en marzo de 2007. En su decisión,
el Tribunal confirma que el mandato del elector pertenece al partido por el
que se presentó el diputado o senador y que todos los legisladores que habían
142 David V. Fleischer - Leonardo Barreto
cambiado de partido después de haber sido electos perdían sus mandatos. Esta
nueva jurisprudencia, que “reglamentó” el problema de la “fidelidad partida-
ria”, quedó ratificada más tarde por el Supremo Tribunal Federal (STF).
El STF tardó seis meses en confirmar esta decisión del TSE, que final-
mente avaló el 25 de octubre de 2007. En todo ese tiempo, el Congreso
podría haber aprobado una legislación que reglamentara la cuestión de la
“fidelidad partidaria”. Sin embargo, no lo quiso hacer o no fue capaz de
reaccionar ante esta nueva “judicialización de la política”. La única modi-
ficación impuesta por el STF fue que la resolución no podía tener efecto
retroactivo y sólo podía ser de aplicación para aquellos legisladores que
habían cambiado de partido con posterioridad a la decisión adoptada por
el TSE, de marzo de 2007. Sin embargo, y a pesar de numerosos procesos
promovidos por partidos que perdieron diputados después de esta fecha,
hasta octubre de 2009 un solo diputado había perdido su mandato.
La ley electoral establece un plazo de un año previo a la próxima elección
(el 3 de octubre de 2010) para que los políticos confirmen su afiliación par-
tidaria (el 3 de octubre de 2009). Muchos políticos que compiten por una
nominación para las próximas elecciones (ya sea para ser electos o reelectos)
tradicionalmente buscan otra lista que les brinde más “ventajas” antes de este
plazo. Es así que inmediatamente antes de expirar el plazo fijado, en agosto
o septiembre de 2009, cuatro senadores y 32 diputados federales “migraron”
a otros partidos, incluida la senadora Marina da Silva, que abandonó el PT
para convertirse en candidata a la presidencia por el PV. Esta migración “pre-
electoral” desmoralizó el intento del TSE de “regular” la cuestión de fidelidad
partidaria “judicializando la política” (Bragon - Cabral, 2009).
segunda clase. Los diputados de “segunda clase” eran aquellos 118 electos
por los 14 partidos que no alcanzaron a superar la barrera del 5% y que
se verían impedidos de nombrar un presidente de bloque, además de no
poder integrar comisiones permanentes. La intención de esta barrera era
forzar fusiones e incorporaciones entre estos partidos y la “migración” de
estos diputados hacia los siete partidos de “primera clase”. Con toda razón,
la Suprema Corte decidió que este procedimiento no era constitucional.
Probablemente, si esta barrera hubiera sido “rígida”, y eliminado a los 14
partidos lisa y llanamente de la Cámara, el STF habría declarado la barrera
de constitucional.
En junio de 2007, la “nueva” Cámara, que sufrió una renovación de un
poco más del 50% de sus miembros, sometió a votación un nuevo proyec-
to bastante semejante al PL 2.679/03, pero que fue rechazado in toto.
Dos años más tarde, a principios de 2009, el gobierno del presidente
Lula decidió que, a diferencia de 2003 y 2007, el Poder Ejecutivo debía
entrar en escena y elevar un paquete de reformas al Congreso y presio-
narlo para que aprobara la reforma. El “paquete”, que constaba de siete
ítems, fue elaborado por la SAL/MJ (Secretaría de Asuntos Legislativos
del Ministerio de Justicia) y elevado al Congreso el 10 de febrero de 2009
(Guerreiro, 2009).
Los siete ítems incluidos en este “paquete” recogieron algunos puntos
del proyecto 2.679/03:
1) Una cláusula de barrera “rígida” de 1% de los votos válidos y por
lo menos 0,5% de estos votos en nueve estados. En 2006, esta barrera
hubiera eliminado siete partidos y solamente 12 bancas habrían sido
redistribuidas.
2) La “lista-cerrada” fue propuesta nuevamente para “fortalecer e insti-
tucionalizar a los partidos políticos brasileros”.
3) Financiamiento exclusivamente público de las campañas –para
reducir la dependencia de los partidos y candidatos del financiamiento
privado y hacer más “transparentes” los gastos de campaña.
4) Las coaliciones quedarían prohibidas en las elecciones proporcio-
nales pero se mantendrían en las elecciones con sistema de mayorías (pre-
sidente, gobernador, senador e intendente). No se retomó el concepto de
“federaciones partidarias” contenido en el proyecto 2.697/03.
5) Inelegibilidad. Se extendieron las prohibiciones para incluir personas
condenadas por crímenes en primera instancia por el Poder Judicial (tri-
148 David V. Fleischer - Leonardo Barreto
bunales federales y estaduales), que serían inelegibles por tres años después
de la condena. Los diputados y candidatos con este tipo de antecedentes
fueron denominados fichas sucias.
6) Criminalizar la compra de votos. Reforzó la ley de 1999 en términos
de inelegibilidad.
7) Fidelidad partidaria. Este ítem regulaba la decisión del TSE/STF
de 2007 de que un diputado o senador que abandonara su partido o fuera
expulsado del partido para el cual fue electo, perdía su mandato y sería
sustituido por el respectivo suplente.
Al igual que en 2007, el paquete fue derrotado en general en la
Cámara de Diputados en junio de 2009. Los mayores obstáculos fueron:
1) cerca de 200 diputados ya habían sido condenados en primera instan-
cia por el Poder Judicial; y 2) muchos grupos, segmentos corporativos,
iglesias evangélicas y el sector privado utilizan el mecanismo de “lista
abierta” para elegir a “sus” diputados.
Finalmente, en relación con los candidatos con fichas sucias, en 2009 una
masiva campaña impulsada por el Movimiento Combate a la Corrupción
Electoral permitió entregar una petición colectiva (iniciativa popular) con
más de un millón de firmas de electores que proponía que el Congreso apro-
bara una legislación que declarara inelegibles para siempre a las personas con
fichas sucias, condenadas en primera instancia del Poder Judicial –semejante
a las prohibiciones para criminales (con penas de prisión ya cumplidas) en
muchos estados americanos. Hasta el 5 de junio de 2010 podía el Congreso
debatir este proyecto.
En julio de 2006, el TRE-RJ (Tribunal Regional Electoral del Estado de
Río de Janeiro) innovó en la materia y tomó la iniciativa de impugnar todos
los candidatos con fichas sucias. El TSE necesitó unos 30 días para revertir esta
decisión. Entre tanto, todas las redes de TV en el estado de Río de Janeiro
divulgaron los nombres, fotos y descripción de todos los impugnados. Después
de las elecciones de octubre de 2006, el Presidente del TRE-RJ anunció que
ninguno de los candidatos con fichas sucias fue electo o reelecto.
En marzo de 2010 el TSE dictó nuevas normas para las elecciones de
2010: 1) introducción del voto en tránsito: por primera vez los electores
que saben anticipadamente que no estarán en su domicilio electoral el día
3 de octubre pueden solicitar votar en la localidad en la que se encuentran
(aunque limitado a las capitales de los estados); 2) los electores (personas
físicas) pueden efectuar donaciones vía tarjeta de crédito o débito y vía
Reforma política en Brasil 149
Internet hasta un monto máximo del 10% de la renta bruta del donante; 3)
donaciones ocultas: los partidos serán obligados a divulgar todas las dona-
ciones recibidas; 4) las personas con prisión preventiva que no fueron con-
denadas en firme podrán votar y la justicia electoral deberá organizar mesas
electorales en las cárceles; en marzo de 2010 Brasil tenía 473.000 presos y,
de estos, 152.000 estarían en condiciones de votar (Rizzo, 2010).
III. Conclusiones
Tabla 1
Impacto del voto electrónico sobre los cocientes
electorales en Brasil, 1994 versus 1998 (uso
exclusivo en cinco estados)
Tabla 2
Perfil de las coaliciones en 1994 y 1998
versus 2002 y 2006
Tabla 3
Conformación de las coaliciones en 2006
(27 estados)
Tabla 4
“Migración” partidaria en el Senado y la Cámara
de Diputados: 2002-2003 y 2006-2007
Secuencia 2002-2003 Secuencia 2006-2007
Electos en Electos en
Efectivos Efectivos
Partido
febrero agosto octubre febrero
agosto octubre
SENADO
PMDB 23 19 20 20 15 20
PFL 18 20 18 16 18 17
PSDB 14 11 12 16 15 13
PT 8 14 14 12 11 11
PTB 4 3 4 4 4 5
PDT 5 5 4 4 5 4
PSB 3 3 3 2 3 3
PPB/PP* 2 1 0 0 1 1
Otros 3 5 6 7 9 7
TOTAL 81 81 81 81 81 81
CÁMARA
PMDB 87 74 69 78 89 91
PFL 97 84 76 64 65 62
PSDB 95 71 65 59 66 63
PT 58 91 91 81 83 82
PTB 33 26 45 43 22 20
PDT 16 21 17 20 24 23
PPB/PP* 53 49 44 50 41 42
PL/PR# 27 27 29 37 23 34
PSB 17 22 29 27 27 27
PPS 12 15 18 15 22 16
PCdoB 10 12 12 12 13 13
Otros 8 21 18 27 38 40
Tabla 5
Partidos versus cláusula de desempeño:
Cámara de Diputados en 2006
Partido Electos Número Electos % Votos Aplicar Estados
2002 Sept./06 2006 válidos Cláusula* con 2%
PMDB 74 78 89 14,57 116 27
PT 91 81 83 15,01 108 27
PSDB 71 59 66 13,62 86 25
PFL/DEM 84 64 65 10,93 84 23
PP 49 50 41 7,15 53 26
PSB 22 27 27 6,15 35 23
PDT 21 20 24 5,21 31 21
Total 395 513 --
PTB# 26 43 22 4,72 -- 18
PL/PR** 27 37 23 4,37 -- 21
PPS 15 15 22 3,90 -- 16
PV 5 7 13 3,61 -- 7
PCdoB 12 12 13 2,13 -- 16
PSC 1 7 9 1,87 -- 7
PTC 0 1 3 0,86 -- 2
PMN 1 0 2 0,94 -- 4
PSoL 0 7 3 1,23 -- 4
PHS 0 0 2 0,47 -- 0
Prona** 6 2 2 0,97 -- 5
PAN# 0 0 1 0,28 -- 1
PRB 0 0 1 0,25 -- 0
PTdoB 0 0 1 0,32 -- 1
Total 513 513 513 100,00 -- --
* “Cláusula” de 5% elimina partidos menores.
** Fusión del PL + Prona PR.
# PTB incorporó el PAN.
Figura 1
Máquina de voto electrónico utilizada
en Brasil desde 1996
154 David V. Fleischer - Leonardo Barreto
Cuadro 1
Cambios en las reglas electorales durante
el período Cardoso (1995-2002)
Cambio de regla Antes de 1995 Después de 1995
Elección para Limitado a un mandato Una reelección inmediata.
Ejecutivo Puede volver a Puede volver a presentarse al
postularse al cabo de cabo de cuatro años (Enmienda
5 años Const. de 1997)
Elección RP para Sin cupo femenino Un cupo femenino de 20% y
diputado 30% en “lista abierta” (entre
1996 y 2000)
Método para Boletas de papel Máquinas electrónicas (entre
votar 1996 y 2000)
Votos válidos en Blancos como votos Blancos considerados nulos (a
elecciones RP válidos partir de 1998)
Notas
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RESUMEN
una nueva relación entre los Tres Poderes de la Unión, entre los distintos
órdenes de Gobierno y entre las autoridades y la sociedad.
Propongo esta reforma con la convicción de que en el desarrollo de
nuestra democracia el siguiente paso es abrir las puertas a los ciudadanos, a
su iniciativa, a su capacidad de decisión y a sus candidaturas.
Se trata de fortalecer nuestro sistema de partidos, pero y a la vez, forta-
lecer la expresión y la decisión ciudadana, y no cerrar los espacios a la voz
y a la participación de los electores.
Propongo la reforma, convencido de la necesidad de fortalecer al Legislativo
como instrumento de control y decisión de los ciudadanos; de mejorar, además,
la relación entre Congreso y Ejecutivo, dotando a este último de instrumentos
básicos que todo régimen de separación de poderes contemple.
Propongo, además, esta Reforma en la idea de que no debe ser la pará-
lisis en la decisión y en la conducción de la Agenda Nacional la respuesta a
las exigencias de los ciudadanos.
En fecha próxima, como he dicho, este proyecto será ampliado con pro-
puestas complementarias que atenderán otros retos que enfrentan las insti-
tuciones democráticas del país y señaladamente, los procesos electorales.
Desde aquí hago un llamado respetuoso al Constituyente Permanente
para que analice, discuta y si así lo tiene a bien, apruebe en su caso este
conjunto de iniciativas, que marcarán, sin duda, un punto de inflexión en
el devenir político del país.
Sé que sí es posible cambiar las cosas. Que sí es posible ajustar las institu-
ciones representativas y de Gobierno a la nueva realidad democrática del país.
Que sí es posible que la política deje de ser sinónimo de conflicto y de parálisis,
y se convierta en un instrumento de cambio al servicio de la sociedad.
Sí es posible cerrar la brecha entre política y ciudadanía; que sí es posible
que construyamos, entre todos, una democracia con instituciones más sólidas,
que rindan mejores cuentas, que sean más efectivas y más representativas.
En síntesis, reafirmo mi convicción de que sí es posible transformar a
México.
Hoy propongo transformarlo en sus instituciones políticas más
importantes.
Muchas gracias.
Señora Canciller,
Señor Presidente del Bundesrat,
Señor Presidente de la Corte Constitucional Federal Profesor Voßkuhle:
permítame expresarle mis más sinceras felicitaciones en ocasión de su nom-
bramiento para este alto cargo. Que durante todo su mandato lo acompa-
ñen una mano feliz, un juicio certero y la bendición de Dios.
Vaya un saludo muy especial también a todos los miembros de
la X Cámara del Pueblo, en particular a su ex presidente, la Dra.
Bergmann-Pohl.
Estimados Colegas,
Excelencias,
Ilustres invitados:
“Quien confeccionare resultados electorales por anticipado o los fal-
sificare o pusiere en circulación resultados prefabricados o fraguados será
sancionado con una CUOTA DE SALIDA DEL PAÍS NO INFERIOR
A 50.000, con la OCUPACIÓN DE UNA EMBAJADA no menor a
tres meses y una MANIFESTACIÓN DE PROTESTA… de no menos
de 10.000 manifestantes”.
Señoras y señores: desde la perspectiva actual, esta convocatoria a una
marcha de repudio al fraude cometido en las elecciones municipales cele-
bradas en la RDA de mayo de 1989 bien podría completarse agregando
* Extraído de http://www.bundestag.de/bundestag/praesidium/reden/2010/02.
html.
168 Discurso del Prof. Dr. Norbert Lammert
Frank Priess
Frank Priess
Estudios universitarios en Ciencias Políticas, Comunicación y Filosofía
(Universidad de Mainz). Representante de la Fundación Konrad Adenauer
frente a Proyectos y Cooperaciones de Medios de Comunicación en Amé-
rica Latina (1987-1991) y director de Prensa y Relaciones Públicas de la
sede central en Bonn (1992-1995). Director del Programa Medios de Co-
municación y Democracia en la sede en Buenos Aires y representante en
la República Argentina. Fue director del Departamento de Comunicación
Política en la central de la Fundación en Alemania. Actualmente se desem-
peña como representante de la Fundación Adenauer en México.
176 Frank Priess
canas” (Mols, 2009, pág. 17). Detlef Nolte y Christina Stolte completan
la idea: “Lo cierto es que las tradicionales comunidades de integración que
fueron socios privilegiados de la UE (…) han perdido en importancia en
comparación con la década de 1990. Las alianzas de integración econó-
mica tienden a perder importancia en tanto aumenta el número de foros
de cooperación política y los países involucrados se sienten menos com-
prometidos con las alianzas que integran (Nolte - Stolte, 2008, pág. 2).
Cancún parece ratificar esta tendencia.
Una vez más, resulta imposible ignorar los diferentes proyectos po-
líticos existentes hoy en América Latina: en tanto que el flanco pacífico
integrado por Chile, Perú y Colombia así como Panamá y México siguen
un rumbo más orientado a la economía de mercado con escaso protec-
cionismo externo, la situación es distinta en el bando ideológico liderado
por Venezuela. Entre ambas aguas navega, con considerables logros en el
plano económico y democrático, Brasil, siguiendo una política de “suave
inserción” (Maihold) del factor de perturbación Hugo Chávez. Del lado
izquierdo del espectro político se desarrolla, además, entre demócratas
convencidos y nuevos populistas, lo que Álvaro Vargas Llosa y otros de-
nominan humorísticamente la antinomia entre una izquierda “vegetariana
y otra carnívora”, acerca de la cual señalan: “Pocas cosas ayudan más a
promover a los carnívoros que la indolencia de los vegetarianos temerosos
de ser tildados de ‘neoliberales’, esa forma de exorcismo contemporáneo”
(Apuleyo - Montaner - Vargas Llosa, 2007, pág. 221).
Son muchas las cosas que, más allá de la retórica integracionista, no an-
dan bien entre los países latinoamericanos, como lo revela la carrera arma-
mentista, que ha vuelto a acelerarse y en virtud de la cual diferentes países
latinoamericanos forman alianzas especiales con socios extrazona, por ejem-
plo con Francia, Rusia y Estados Unidos. Sobre la base de cifras del Instituto
Internacional para Estudios Estratégicos (IISS), Daniel Flemes y Detlef Nolte
estiman que el gasto militar del subcontinente aumentó entre 2003 y 2008
un 90%, con lo que pasó de 24.700 a 47.200 millones de dólares.
Los motivos son evidentemente diversos, al margen del deseo “natu-
ral” de las respectivas fuerzas armadas de sustituir el armamento bélico
180 Frank Priess
No está claro cuáles son los objetivos que persigue México con la es-
trategia practicada durante la Cumbre en Cancún y el impulso a un nue-
vo organismo en el que estarán ausentes sus socios del NAFTA, Canadá
y Estados Unidos, más allá del deseo de “seguir estando presente” en
América Latina y no continuar aislándose de la región. La política seguida
únicamente es explicable a la luz de objetivos de política interior y no de
intereses estratégicos del país. Es obvio que en la población el discurso
“todos somos latinoamericanos” es muy popular, en tanto que tradicional-
mente se tiene una actitud más bien escéptica frente a Estados Unidos. Por
lo tanto, todo lo que parece promover una integración de México con el
subcontinente es bienvenido. No obstante, parece difícil que el país pueda
ganar influencia en la región.
Alternativamente, el ex ministro de Relaciones Exteriores mexicano,
Jorge G. Castañeda, intenta posicionar su visión de una mayor integración
con el Norte siguiendo el ejemplo de la Unión Europea, un plan que ya
abrazaba el presidente Vicente Fox. El hecho de que su proyecto no haya
prosperado hasta ahora se debe también a que estas ideas no están en la agen-
da de Estados Unidos: “Lamentablemente, los líderes de Estados Unidos
están mirando hacia el pasado del TLCAN, en lugar de mirar hacia el futuro
y articular una nueva visión de intereses regionales” (Pastor, 2008).
De todos modos, para México sería útil presentarse como “socio estra-
tégico” y encarar también los temas que encabezan la lista de prioridades del
país vecino. El tema de la no proliferación podría ser para el país azteca, ac-
tualmente miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas, uno de estos temas a incluir en la agenda. Por el momento, el país
sólo trata la problemática de los migrantes mexicanos, un tema poco popular
y de difícil resolución y que, además, es percibido más bien como un proble-
ma de seguridad. Existe, pues, un claro margen de acción, como no se cansan
de destacar algunos observadores importantes desde que asumiera la actual
administración norteamericana.
Otro aspecto podría ser una política de derechos humanos creíble,
como la que iniciara en su momento el gobierno del presidente Fox. Sin
embargo, en el plano exterior parecen interponerse ciertas consideraciones
de México para con Estados como Cuba y Venezuela, en tanto que en
el plano interior se interponen posicionamientos tradicionales del PRI,
182 Frank Priess
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RESUMEN
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190
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