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Schejtman, Fabián (2018) - Quince Proposiciones Encadenadas Sobre Clínica Psicoanalítica Nodal PDF

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X Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología

XXV Jornadas de Investigación XIV Encuentro de Investigadores en Psicología


del MERCOSUR. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos
Aires, 2018.

Quince proposiciones
encadenadas sobre clínica
psicoanalítica nodal.

Schejtman, Fabián.

Cita:
Schejtman, Fabián (2018). Quince proposiciones encadenadas sobre
clínica psicoanalítica nodal. X Congreso Internacional de Investigación y
Práctica Profesional en Psicología XXV Jornadas de Investigación XIV
Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de
Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

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QUINCE PROPOSICIONES ENCADENADAS SOBRE
CLÍNICA PSICOANALÍTICA NODAL
Schejtman, Fabián
Universidad de Buenos Aires. Secretaría de Ciencia y Técnica. Argentina

RESUMEN se prolonga en aquella mortificada del clínico, se ve entonces amor-


De nuestra última investigación UBACyT (2014-2017) extraemos tiguada por un trabajo colectivo. La clínica no puede ser concebida
quince proposiciones que sintetizan nuestras posiciones referidas a en términos estrictos más que elevada a este segundo grado: no
la clínica psicoanalítica nodal. es sin los otros. Por ello, sólo llega a volverse existente y tener
efectividad -Wirklichkeit- cuando se alcanza una “masa crítica” de
Palabras clave clínicos que hacen avanzar la elaboración poniendo a cielo abierto
Clínica - Nudos - Sinthome - Lacan los problemas que la práctica presenta. Y eso no se consigue sino a
partir de la “institución” de una lengua común, operadores concep-
ABSTRACT tuales compartidos, sin los cuales no hay construcción clínica. En
FIFTEEN CHAINED PROPOSITIONS ABOUT KNOT PSYCHOANALYTIC Babel no se conoció clínica alguna.
CLINIC
From our last UBACyT research (2014-2017) we extracted fif- 4. De donde puede afirmarse que no existe clínica psicoanalítica
teen propositions that synthesize our positions referring to knot nodal... aún. No hay tal masa crítica de clínicos nodales que, en
psychoanalytic clinic. la actualidad, elucide nuestra práctica sirviéndose del nudo o la
trenza. Nuestra clínica, la del lacanismo contemporáneo, es todavía
Keywords la del grafo del deseo. Se corrobora en cualquier encuentro -de
Clinic - Knots - Sinthome - Lacan aquellos adjetivados “clínicos”- entre psicoanalistas. Las referen-
cias conceptuales siguen siendo la identificación, el fantasma, el
1. La clínica psicoanalítica no se confunde con la experiencia del síntoma, la pulsión, en el marco del grafo. Y, por lo general, cuando
análisis, supone su redoblamiento conceptual. Por ello Lacan afirma alguien se mete con nociones del último Lacan -la de sinthome es
en su Seminario 22 -“RSI”- que es preciso que el psicoanalista el paradigma de ello-[v] lo hace despojándolas de las bases noda-
sea al menos dos, el del acto y el que lo teoriza.[i] El segundo es el les a partir de las cuales se las concibió. Todo ello no impide, sin
clínico: el que interroga su práctica e intenta responder por lo que embargo, ocuparse seriamente del nudo, esto es, en el intento de
hace. Es que la eficacia del psicoanálisis no basta para alejarlo de iniciar la serie. ¡En algún momento es preciso comenzar![vi]
la magia o de los esoterismos de moda. De esa eficacia es preciso
dar razones, formalizar. 5. En la enseñanza de Lacan -como ocurre en general- no hay pro-
greso. La clínica nodal -cuando la haya, cuando se extienda- no
2. Pero no hay formalización que no sea formolización: la formali- será mejor que la del grafo. Cada aparato lacaniano de formaliza-
zación mortifica. Lo real de la experiencia se coagula -entonces, se ción clínica tiene ventajas y desventajas. Si la clínica nodal tiene
escapa, imposible atraparlo como tal- entre las redes del simbolis- una virtud, ella radica en la posibilidad que entrega pescando algu-
mo formalizador. El nudo lo muestra bien puesto que, al menos el nos matices, captando ciertos detalles que, escritos en los calces
primer paso de su formalización, comporta su achatamiento. Pues- del nudo -o la trenza-, proveen una precisión difícil de alcanzar por
ta en plano del anudamiento al que resiste el cuerpo del nudo, su otros medios. Luego, que no haya progreso no significa, sin embar-
grosor, su consistencia. En esa resistencia se capta lo real… de lo go, que no haya avances en la enseñanza de Lacan. Si el Seminario
imaginario: resistencia frente a la mortificación que el avance de 25 no es mejor que el Seminario 1, ello no conduce a poder afirmar
lo simbólico conlleva. La formalización primera,[ii] la que hace del que este último -que es el primero- contenga acabadamente toda
nudo, esquema -dibujado, por ejemplo, en una pizarra-, le quita su doctrina. Y señalar que en sus primeros escritos o seminarios se
una dimensión, lo aplasta. La formalización es prensa[iii] de lo real. encuentran en germen nociones que se desarrollan posteriormen-
Cualquier intento formalizador supone ese aplanamiento. Dar como te, no implica que su despliegue en la diacronía sea en vano: de
ejemplo el matrimonio -formalizar la pareja- es un lugar común. lo contrario no habría novedad. Jacques Lacan no es progresista,
Con todo, la formalización es imprescindible. En el nudo, sin ella, seguramente, pero tampoco conservador. Su enseñanza es bucle,
por ejemplo, no podrían contarse los agujeros. avanza en espiral, ciñendo en cada vuelta, un real que siempre se
escapa... y empuja la reelaboración.[vii]
3. Luego, ¿dónde apoyar la revitalización de la clínica, sino en el
amor... de transferencia? Pero aquí, transferencia de trabajo antes 6. En Lacan, el nudo precede a la clínica nodal: se anticipa, sor-
que trabajo de la transferencia.[iv] La soledad del acto analítico, que prendentemente, al menos dos años al advenimiento de aquella.

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[viii] Cuando el nudo borromeo entra en su seminario[ix] lo hace en el Seminario 23. Jacques-Alain Miller plantea,[xvii] precisamen-
aplicándose exclusivamente al registro simbólico: son los signifi- te, que ese Lacan terminal introduce una entera deconstrucción
cantes, de inicio, los que se encadenan de manera borromea. De creativa de toda su enseñanza. La clínica nodal es tomada también
donde se sigue, entre otras cosas, la consideración borromea de la por ese huracán: se cierran sus puertas, apenas entreabiertas. Pero
psicosis y olímpica de las neurosis,[x] que no durará demasiado. nada impide reabrirlas. Y al hacerlo se descubre que ella no puede
Sólo el extraordinario quiebre que se introduce en diciembre de ser sino una clínica de las suplencias. Una que examina los diversos
1973, en el Seminario 21, con el cuestionamiento del encadena- encadenamientos en los que las reparaciones sinthomáticas -o no-
miento significante como tal, cuando Lacan llega a rectificarse -¡y [xviii] suplen el lapsus fundamental del nudo: que no hay relación
no lo hace muy seguido!- señalando que no hay cadena significante sexual. Aquella que explora, en el nivel singular y en el nivel del tipo
más que artificial, forzada por el desciframiento,[xi] cuando toma clínico, las diversas invenciones con las que un ser hablante se las
partido por el enjambre de unos, sólo entonces el borromeo está ve con esa falla fundamental de la estructura… nodal, tanto como
preparado para aplicarse a sus tres registros. Desde allí la clínica los desencadenamientos que las desmantelan.
nodal tendrá donde apoyarse, puesto que no se sostiene sino a
partir del anudamiento borromeo de lo simbólico, lo imaginario y 10. El nudo, en su consideración general, es triple: material, esque-
lo real. Pilar necesario para iniciar su construcción, aunque no su- matizado, matematizado. Nudo concreto, nudo aplanado, nudo real.
ficiente: todavía faltará agregar el lapsus del nudo y su reparación Se resta una dimensión en cada paso y, finalmente, el nudo es de lo
sinthomática. Por lo demás, desde ese momento, la neurosis llega real, como el número.[xix] No obstante ello, la clínica psicoanalítica
a estabilizarse como encadenamiento borromeo, la psicosis como nodal no pasa del segundo nivel: es clínica del nudo aplastado. Has-
rigidización no borromea de la cadena.[xii] ta nueva orden, no alcanza el teorema. Y la escritura matemática es
sólo su “horizonte”[xx] o su “ideal”[xxi]. Somos psicoanalistas, no
7. La clínica nodal sólo es posible alejada de los reduccionismos matemáticos. Parafraseando a Lacan,[xxii] hacemos topologería de
realistas y teleológicos de la noción de sinthome.[xiii] Por una parte, nudos. Lo nuestro es psicoanálisis, no matemáticas, por mucho que
el sinthome no se confunde para Lacan con la vertiente real del nos interesen. Por ello, la clínica psicoanalítica nodal avanza por
síntoma: no es real, ni simbólico, ni imaginario per se, sino aque- ensayo y error. Es clínica por aproximación y remiendo. En la clínica
llo que permite que esos tres registros no se vayan cada uno por del psicoanálisis no hay nudo definitivo. No hay el nudo de Dios.
su lado. Es una cuarta consistencia que se adiciona, anudando a
las otras tres. Por la otra, el sinthome no es el producto exclusivo 11. Pero Lacan siguió sosteniendo que el nudo no es metáfora,
de un psicoanálisis llevado hasta su término. Es preciso recordar que no es modelo,[xxiii] que no es la realidad sino de lo real:[xxiv]
que para introducir esta noción en su enseñanza Lacan no se valió insistió con su realismo... nodal.[xxv] Sin embargo, ¿quién lo si-
del caso de alguien que finalizó una cura psicoanalítica, ni siquiera gue hasta allí actualmente? Y, sobre todo, ¿cómo seguirlo? ¿Qué
de alguien que la comenzó: lo hizo sirviéndose de James Joyce, queda, para el psicoanálisis -que no es matemáticas-, de lo real
que no se recostó nunca en el diván de un analista. Hay sinthome del nudo? Sólo el síntoma: en su singularidad y en sus tipos. Lo
-cuando lo hay- antes, por fuera, durante, al final y luego de un primero parece venderse en todas las esquinas analíticas. De todos
psicoanálisis.[xiv] modos, habría que examinarlo detenidamente para confirmar que
no se trata de la intromisión, poco disimulada, en nuestro campo,
8. La clínica nodal se inicia, propiamente, cuando se aparea la no- del empuje al individualismo propio del discurso del capitalismo
ción de sinthome con la de lapsus del nudo y eso ocurre entre globalizado contemporáneo, pero tampoco de la expresión de la
la quinta y la sexta clase del Seminario 23.[xv] Introducido en la excepcionalidad histeriforme que responde ante la no menos actual
conferencia inaugural del V Simposio Internacional James Joyce, tendencia a la uniformidad -perfectamente compatible con aquél-;
que Lacan dicta bajo el título “Joyce, el síntoma”,[xvi] hasta esas de ambos debe distinguirse la singularidad que supone el síntoma
sesiones de su seminario, el sinthome se reducía a heredar la fun- para el psicoanálisis. Pero, ya que ése es un lugar común entre los
ción que la nominación cumplía en su seminario anterior, “RSI”: ser analistas, vale la pena subrayar, con Lacan, frente al real de lo que
el cuarto eslabón que enlaza lo simbólico, lo imaginario y lo real. no hay -relación sexual-, el real de lo que hay: una clínica, tipos
El paso adelante que se da en aquellas dos clases del Seminario de síntomas,[xxvi] es decir, tipos de nudos.[xxvii] Y dado que esa
23, comporta abordar al sinthome ya no sólo como una función de clínica es de antes de Freud -la que heredamos de la psiquiatría
anudamiento, sino como una de reparación. Desde entonces no hay clásica-, Lacan esperaba poder hacerla avanzar con el nudo.[xxviii]
anudamiento más que fallado y el sinthome es aquello que viene a La clínica nodal es también, entonces, su último intento de echar
remediar ese fallo. Sólo entonces es concebible una clínica nodal alguna luz nueva sobre los diagnósticos clásicos, que de ninguna
que, de este modo, es clínica del sinthome: clínica de falla y repa- manera rechazó.
ración. Su paradigma es el caso Joyce, que Lacan construye muy
precisamente con esa lógica. 12. Así, la clínica nodal se inicia con la identificación del síntoma.
Comienza con la escritura del síntoma fundamental del ser hablan-
9. Sin embargo, el ultimísimo Lacan no continúa la vía así abierta. A te. El que se asienta en las marcas singulares -aun cuando sus
partir del Seminario 24, y hasta que su palabra se apaga, no vuelve efectos puedan seriarse en el nivel del tipo clínico-, en las huellas
a producir ningún abordaje comparable al que realiza sobre Joyce que deja, en cada hablante, el traumatismo de habitar el lenguaje,

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su exilio de la relación -que no hay-. De tales vestigios, que restan 15. En la clínica nodal, la escritura del síntoma fundamental, tanto
de las contingencias traumáticas que presiden nuestras vidas, ya como la localización de las reparaciones que intentan amortiguar
con Freud emerge una robusta determinación que instala necesa- su impacto atienden, entonces, a los goces del ser hablante. La
riamente la repetición del síntoma, ahí donde eso sigue gritando clínica nodal es una clínica de los goces.[xxxv] Y dado que los cal-
que no hay relación.[xxix] El clínico nodal lee -y escribe- esa insis- ces triples entre los registros son campos de escritura de diversos
tencia, especial aunque no únicamente, a partir del desencadena- goces,[xxxvi] el clínico nodal no dispone al sinthome -o a la repara-
miento de la estructura -de ninguna manera propiedad exclusiva ción que sea- sin considerar tales campos que, en la escritura del
de la psicosis-, que es donde mejor se la pesca. Y luego, puede nudo, son “atravesados” por esa -o esas- adiciones a la cadena de
examinar los tratamientos sinthomáticos -o no-[xxx] que, adicional- lo simbólico, lo imaginario y lo real. Que se entienda: no es sino en
mente, aportan algún orden de estabilidad en una vida: más o me- la relación del ser hablante con el goce -que en última instancia es
nos persistentes, pero nunca eternos, efímeros, como lo humano del cuerpo- que la suplencia opera. De este modo, la clínica nodal
en general, comportan arreglos con lo real del síntoma, que vuelve permite sentar las bases -escritas- de aquello que Lacan en su
siempre al mismo lugar. La clínica nodal no es sin esta articulación Seminario 17 anheló nombrar “campo lacaniano”,[xxxvii] el de los
entre la sincronía del síntoma fundamental que permite arribar al goces.
tipo clínico y la diacronía que, en la trenza subjetiva, escribe las
invenciones que lo tratan en su despliegue temporal. Excursus: hay NOTAS
una segunda versión de la identificación del síntoma, ligada, ya no [i] Cf. Lacan, J. 1974-75: 10-12-74.
con el comienzo de la clínica nodal, sino con el fin... del análisis: no [ii] Como se verá, luego sigue la formalización matemática.
cabe aquí.[xxxi] [iii] Desde Gutenberg (1440) lo simbólico escrito se extendió por vía de la
imprenta moderna de tipos móviles impregnados de tinta que se prensa-
ban contra el papel.
13. Los encadenamientos y desencadenamientos que escribe el
[iv] Para un desarrollo más extenso de la mortificación formalizadora y su
clínico nodal sirviéndose de nudos, cadenas y trenzas, no se con- revitalización amorosa y poética, cf. Schejtman, F. 2013a.
dicen siempre, respectivamente, con lo que fenoménicamente se [v] Cf. Schejtman, F. 2013b.
presenta como posiciones estables u homeostáticas y períodos [vi] Para un desarrollo más extenso de este punto, cf. Schejtman, F. 2015a.
críticos o turbulentos. Nada impide que un anudamiento se rigidice [vii] Cf. Schejtman, F. 2012.
al punto de coagular la estructura subjetiva de un modo tal que [viii] Cf. Schejtman, F. 2013b: cap. 3.
eso devenga una dificultad, al que un oportuno desencadenamien- [ix] Lacan, J. 1971-72: p. 88.
to aporta un distendido respiro. O, para decirlo de otra manera, si [x] Cf. Schejtman, F. 2013b: p. 131 y sigs.
los encadenamientos soportados por reparaciones sinthomáticas [xi] Cf. Lacan, J. 1973-74: 11-12-73.
-o no- son soluciones que operan algún orden de estabilización en [xii] Cf. Schejtman, F. 2013b: 148 y sigs.
la estructura nodal, conviene destacar que esas soluciones a veces [xiii] Cf. ibid.: Introducción.
[xiv] Cf. ibid.: 317 y sigs.
pueden ser muy problemáticas, incluso funestas. Y los desenca-
[xv] Cf. Lacan, J. 1975-76.
denamientos no siempre son fatídicos, muchas veces proveen el
[xvi] Lacan, J. 1975a.
soplo de aire renovado que aligera la existencia. Que se recuerde [xvii] Miller, J.-A. 2006-07.
aquí que el acto del analista, en su sentido más riguroso -tomado a [xviii] Puesto que la reparación puede venir al lugar en que se produjo el
la letra de su etimología-, desata.[xxxii] lapsus del nudo -sinthomática-, o colocarse en algún otro punto de cruce
del mismo -no sinthomática- (cf. Lacan, J. 1975-76: p. 96-99 y Schejtman,
14. Por ello, las crisis pueden concebirse ordenadas en dos polos: F. 2013b: p. 90 y sigs.)
crisis catastróficas y crisis por acumulación. Las primeras suponen [xix] Cf. Lacan, J. 1973b: p. 14 y Lacan, J. 1974-75: 15-4-75.
un antes y un después, haber llegado a un punto de no retorno. [xx] “…nada parece constituir mejor el horizonte del discurso analítico que
Caduca una solución o nos enfrentamos con nuevos problemas ese empleo que se hace de la letra en matemáticas” (Lacan, J. 1972-73:
para los cuales las soluciones disponibles se revelan ineficaces y p. 58).
se alcanza el punto crítico. Se trata propiamente de crisis por des- [xxi] “La formalización matemática es nuestra meta, nuestro ideal ¿Por
qué? porque sólo ella es matema, es decir transmisible íntegramente. La
encadenamiento, pueden nombrarse “crisis-síntoma”, en tanto que
formalización matemática es escritura…” (ibid.: p. 144).
el síntoma es aquello que “se pone en cruz para impedir que las
[xxii] Cuando forja la palabra lingüistería (cf. ibid.: p. 24).
cosas anden”.[xxxiii] Las segundas, comportan la rigidización de [xxiii] Aun cuando haya un nivel -segundo-, se acaba de indicar, en el que
una solución que, por ello, se ha convertido en un problema para el nudo es modelo, esquema. Pero él no se confunde con este real nodal
quien la porta. Se trata de procesos, el tiempo crítico se extiende, -tercer nivel- que Lacan quiere preservar.
el malestar se acumula. El anudamiento mismo es aquí la base de [xxiv] Lacan, J. 1974-75: 17-12-74 y 15-4-75.
la crisis, trátase de las “crisis-sinthome”. En ellas, el sinthome, que [xxv] Cf. Schejtman, F. 2013b: p. 139-144.
es un modo de funcionamiento, algo que hace que eso ande a pesar [xxvi] Cf. Lacan, J. 1973a: p. 12-13.
de todo, se vuelve un peso excesivo, a veces insoportable. Lo que [xxvii] Cf. Lacan, J. 1973b: p. 18.
encadena, lo hace desmesuradamente. En ambos polos de la crisis [xxviii] Cf. Lacan, J. 1973a: p. 13.
el penar de más del ser hablante indica que, en la economía de los [xxix] Para un despliegue más extenso de este asunto y su abordaje con la
goces, se alcanzó un punto crítico.[xxxiv] trenza, cf. Schejtman, F. 2013b: p. 259 y sigs.
[xxx] Cf. nota 18.

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[xxxi] Al respecto, cf. Schejtman, F. 2017a y 2017b. Lacan, J. (1975-76). El Seminario. Libro 23: El sinthome, Paidós, Buenos
[xxxii] “Análisis” proviene del griego “análysis” [a????s??]: “disolución de Aires, 2006.
un conjunto en sus partes”, derivado de analýo ‘desato’, y éste de lýo ‘yo Miller, J.-A. (2006-07). El ultimísimo Lacan, Paidós, Buenos Aires, 2013.
suelto’. Schejtman, F. (1994). “De los goces”. En El Caldero de la Escuela, nº 35:
[xxxiii] Lacan, J. 1974: p. 84. septiembre 1995, EOL.
[xxxiv] Para un examen detenido de estos dos modos de crisis, cf. Schejt- Schejtman, F. (2012). “Bucles, rulos, espirales y más giros”. En Ancla -Psi-
man, F. 2015b. coanálisis y Psicopatología-, Revista de la Cátedra II de Psicopatología
[xxxv] Para un abordaje de los goces en la enseñanza de Lacan, cf. Sche- de la Facultad de Psicología de la UBA, nº 4/5, 2012.
jtman, F. 1994 y 2016. Schejtman, F. (2013a). “Clínica psicoanalítica: Verba, Scripta, Lectio”. En
[xxxvi] Como enseña Lacan desde “La tercera” (cf. Lacan, J. 1974). Schejtman, F. (comp.) y otros, Psicopatología: clínica y ética. De la psi-
[xxxvii] Lacan, J. 1969-70: p. 86. quiatría al psicoanálisis, cit.
Schejtman, F. (2013b). Ensayos de clínica psicoanalítica nodal, Grama,
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Lacan, J. (1974). “La tercera”. En Intervenciones y textos, 2, Manantial, síntoma”. En Blog de la sección La Plata, Escuela de la Orientación
Buenos Aires, 1988. lacaniana: http://www.eol-laplata.org/blog/index.php/sinthome-y-fan
Lacan, J. (1974-75). El seminario. Libro 22: RSI, inédito. tasma-hacia-la-identificacion-del-sintoma.
Lacan, J. (1975). “Joyce el síntoma I”. En Uno por Uno, n° 45, Eolia, Buenos
Aires, 1997.

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