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Libro de Macabeos Comentado.
Libro de Macabeos Comentado.
Libro de Macabeos Comentado.
LIBRO 1
LIBRO II
Introducción.
En las épocas asmonea y herodiana vieron la luz pública
cuatro libros que llevan el título que encabeza estas líneas. El
primero y segundo forman parte integrante del canon cristiano,
mientras que el tercero y el cuarto, que ya en tiempos de
Eusebio y Orígenes llevaban el mismo título que ostentan hoy,
han sido relegados entre los apócrifos. En el tercero se narran
los designios de Tolomeo IV Filopator contra los judíos de
Egipto. Libro escrito probablemente en Alejandría antes del año
70 antes de Jesucristo, se distingue por la pureza de su lengua
y estilo y por un vocabulario rico y esmaltado de palabras
raras 1. El IV libro de los Macabeos está escrito en forma de
discurso, en el que se comenta ampliamente el martirio de
Eleazar y de los siete hermanos Macabeos. En un tiempo
formó parte de la Biblia cristiana 2.
Macabeos.
I Macabeos.
Autor.
Fecha de composición.
Fuentes.
Carácter histórico.
Género literario.
Cronología.
Doctrina religiosa.
Canonicidad.
Texto.
13 Septuaginta (Stutgart 1935).
Introducción (1:1-66).
11 De ellos salió un retoño de pecado, Antíoco Epifanes, hijo del rey Antíoco, que
estuvo en Roma como rehén y se apoderó del reino el año 130 de la era de los
griegos.
cual les dio facultad para seguir las costumbres de los gentiles. 15 En virtud de
estos, levantaron en Jerusalén un gimnasio, conforme a los usos paganos; 16 se
restituyeron los prepucios, abandonaron la alianza santa para asociarse con los
gentiles, y se vendieron para obrar el mal.
arrebató el altar de oro, el candelabro de las luces con todos sus utensilios, la
mesa de la proposición, las tazas de las libaciones, las copas, los incensarios, la
cortina, las coronas, y arrancó todo el decorado de oro que cubría el templo. 24 Se
apoderó asimismo de la plata, del oro y de los vasos preciosos, y se llevó los
tesoros ocultos que pudo hallar, y con todo se volvió a su tierra.
recién casado entonó una lamentación, y la que estaba sentada en la cama hizo
duelo; 29 tembló la tierra a causa de los que la habitaban, y toda la casa de Jacob
se cubrió de confusión.
ganados.
A los dos años del saqueo del templo, a saber, en el año 145
de la era seléucida y 167 antes de Cristo, otro infortunio debía
probar al sufrido pueblo judío. Soñaba Antíoco con anexionar
Egipto a su imperio. Pero "esta última vez no sucederán las
cosas como en la primera" (Dan 11:29), porque una embajada
capitaneada por Popilio Laenas entregó a Antíoco el ultimátum
del senado romano por el que se le intimaba a que abandonara
Egipto si no quería perder la amistad de Roma. Viendo la
inutilidad de sus esfuerzos, respondió: "Haré lo que el senado
disponga." La noticia de la humillación real llegó a Palestina,
llenando de gozo al partido pro-egipcio, que se forjaba la
ilusión de pasar pronto a depender de Tolomeo. Pero fue
Jerusalén el blanco de las iras del rey (Dan 11:30). Un emisario
real, llamado Apolonio (2 Mac 5:24), penetró en Judea el año
167 antes de Cristo al frente de veintidós mil soldados. D ícese
que era el cobrador de tributos, o, según la interpretación de
Abel, el misarca, por ser comandante de los misios. Fingió
Apolonio que venía en calidad de amigo, sin abrigar aviesas
intenciones contra el pueblo judío. Un sábado reunió sus tropas
en los alrededores de la ciudad bajo la mirada curiosa de un
público ocioso por la ley del descanso sabático, fiado en las
palabras de paz del misarca. Cuando el público era más
numeroso y ante el desconcierto general, se lanzaron los
soldados contra la muchedumbre, que, presa de pánico, se
atropellaba desordenadamente, buscando la manera de huir de
la soldadesca, que blandía sus espadas desenvainadas contra
los despavoridos judíos. Día de gran duelo para la ciudad
mártir.
gran lazo.
causa de ello huían los moradores de Jerusalén, que vino a ser habitación de
extraños. Se hizo extraña a su propia prole, y sus hijos la abandonaron. 41 Su
una por sí, ciudad por ciudad. 55 Se les unieron muchos del pueblo, todos los que
abandonaron la Ley. Fueron grandes los males que cometieron en la
en las calles, 59y los libros de la Ley que hallaban los rasgaban y echaban al
fuego. 60A quien se le hallaba con un libro de la alianza en su poder y observaba la
Ley, en virtud del decreto real se le condenaba a muerte.
Firmes en la fe (1:61-66).
61 Por estar ellos en el poder, procedían de esta manera en las ciudades, un mes y
otro mes, contra los israelitas que eran descubiertos. 62 El veinticinco del mes
3 arriano, Απα?'. 7123,3,
1 Se levantó por entonces Matatías, hijo de Juan, hijo de Simeón, sacerdote, de los
6 Viendo las abominaciones cometidas en Judá y en Jerusalén, dijo: 7 "¡Ay de mí!
¿Por qué nací yo, para ver la ruina de mi pueblo y la ruina de la Ciudad Santa,
obligado a habitar aquí mientras es entregada a los enemigos la Ciudad Santa 8, y
el santuario en manos de los extranjeros? Su templo ha llegado a ser como un
fue hecha esclava. 12 He aquí que nuestro santuario, que era nuestro honor y
nuestra gloria, está desolado, profanado por las gentes. 13 ¿Para qué
primero, y haz conforme al decreto del rey, como hacen todas las naciones, los
hombres de Judá y los que quedaron en Jerusalén. Y seréis tú y tus hijos los
amigos del rey, y seréis enriquecidos, tú y tus hijos, de plata, oro y muchas
mercedes."
19 A lo que contestó Matatías en alta voz: "Aunque todas las naciones que forman
el imperio abandonen el culto de sus padres y se sometan a vuestros
a la izquierda."
23 Apenas había terminado de hablar, cuando en presencia de todos se acercó un
judío para quemar incienso en el altar que había en Modín, según el decreto del
rey. 24 Al verlo Matatías, se indignó hasta estremecerse, y, llevado de justa ira, fue
corriendo y le degolló sobre el altar. 25 Al mismo tiempo mató al enviado del rey,
la justicia y la equidad bajaron al desierto 30 para habitar allí, así ellos como sus
hijos y sus mujeres y sus ganados, pues los males pesaban sobre ellos. 31 y así
que llegó a noticia de los enviados del rey y de las fuerzas que había en Jerusalén,
en la ciudad de David, que aquellos hombres, desobedeciendo el decreto del rey,
habían bajado para esconderse en el desierto, y que muchos los habían
seguido, 32 los sorprendieron; y acampando enfrente de ellos, se dispusieron a
atacarles en día de sábado. 33 Y les decían: "Basta con lo hecho hasta aquí. Salid y
cumplid el decreto del rey, y viviréis." 34 Ellos contestaron: "No saldremos ni
día de sábado, murieron ellos, sus mujeres, sus hijos y sus ganados, hasta mil
hombres.
Según Flavio Josefo 6, fueron algunos de los supervivientes los
que contaron a Matatías lo sucedido. Acaso discrepaban ellos
de la manera de pensar de sus compañeros, salvándose
gracias a su interpretación recta de la ley del descanso
sabático. Matatías, en vista de lo sucedido, decretó que en
adelante no será lícito tomar la ofensiva en día de sábado o de
fiesta, pero todos estarán obligados a defenderse en caso de
ser atacados.
gentiles.
Azarías y Misael, por su fe, fueron librados del fuego. 60 Daniel, por su inocencia,
fue libertado de la boca de los leones. 61 Recorred de este modo todas las
combatid varonilmente por la Ley, que con esto vendréis a ser gloriosos. 65 Yo sé
que Simón, vuestro hermano, es hombre de consejo; oídle siempre, y sea él
vuestro padre. 66 Judas el Macabeo es fuerte y vigoroso desde su mocedad; que
sea el capitán del ejército y quien dirija la guerra contra las naciones. β7 Atraed a
gran llanto.
1 Ant. lúa. 12:6:1.
3 Ant. lud. 12:6.2.
6 Ant. lud. 12:6:2.
2. La Guerra de la Independencia Bajo Judas Macabeo (3:1-
9:22).
luchamos por nuestras vidas y por nuestras leyes. 22 El los aplastará a nuestros
ojos; no tengáis miedo de ellos."
exhaustos y que los tributos eran escasos por las disensiones y calamidades que
él había traído sobre la tierra, en su empeño de suprimir las leyes que habían
estado en uso desde los días antiguos, 30 temió no tener, como otras veces le
había sucedido, para los gastos y los donativos, que solía repartir con más larga
mano y mayor prodigalidad que sus antecesores. 31 En este grave aprieto, resolvió
ir a Persia a cobrar los tributos de las provincias y reunir mucho dinero.
desde el Eufrates hasta los confines de Egipto 33 y con el cargo de velar por su
hijo Antíoeo hasta su vuelta. 34 Puso a su disposición la mitad de su ejército y los
su reino, el año 147, y, atravesando el Eufrates, se dirigió hacia las regiones altas.
valerosos de entre los amigos del rey; 39 y envió con ellos cuarenta mil hombres y
siete mil caballos para invadir la Judea y arrasarla, según el mandato del
tomado mujer, a los que habían plantado una viña y a los tímidos, que se volvieran
cada uno a su casa, conforme a la prescripción de la Ley, 57 y, levantando el
campo, vinieron a ponerse al sur de Emaús. 58 Dijo Judas a los suyos: "Preparaos
y portaos como valientes, prontos a luchar mañana temprano contra estas gentes
nuestro pueblo y del santuario. 60 En todo caso, hágase la voluntad del cielo."
estaban junto a Emaús, 4 en tanto que el grueso del ejército andaba aún disperso,
lejos del campamento. 5 Llegó Gorgias al campo de Judas por la noche, y, no
hallando a nadie, los buscaba por los montes, diciendo: "Estos han huido de
nosotros." 6 En cuanto fue de día apareció Judas en el llano con tres mil hombres,
que no tenían los escudos ni las espadas que deseaban. 7 Vieron el campamento
de los gentiles, fuerte, atrincherado, rodeado de la caballería, formado por
trabó la lucha, siendo derrotados los gentiles, que luego se dieron a huir por el
llano. 15 Fueron perseguidos hasta Guezer, los llanos de Idumea, de Azoto y de
ardía en llamas el campamento, porque el humo que se veía daba bien a entender
lo sucedido, 21 se llenó de miedo, y más viendo al ejército de Judas en el llano en
frente sólo disponía Judas de diez mil hombres. 30 A la vista de tan fuerte ejército,
oró, diciendo: "¡Bendito seas, Salvador de Israel, que quebrantaste el ímpetu del
Las fuerzas del regente Lisias habían evacuado Palestina; los
idumeos habían sido humillados; los sirios de Jerusalén,
sitiados en el Acra. Había llegado la ocasión propicia para
purificar el templo y restablecer el culto legítimo. Los hermanos
Macabeos subieron con el ejército a fin de tener a raya la
guarnición de la ciudadela (1:35-36). La vista del templo
arrancó lágrimas a sus ojos.
por cuanto los gentiles lo habían profanado, 46 y depositar las piedras en el monte
del templo, en lugar conveniente hasta que viniese un profeta que diese oráculo
misma hora y día en que lo habían profanado los gentiles fue de nuevo renovado
con cánticos, cítaras, arpas y címbalos. 54 Todo el pueblo se postró sobre su
rostro, adorando y elevando sus bendiciones al cielo, que les había dado tan feliz
suceso. 55 Durante ocho días celebraron la renovación del altar, y con alegría
los días de la renovación del altar a su tiempo, de año en año, por ocho días, desde
el veinticinco del mes de Casleu, con alegría y regocijo. 59 Por aquel mismo
tiempo levantaron en torno del monte Sión muros altos y torres fuertes, para que
no pudieran los gentiles hollarlo como habían hecho antes; 60 pusieron en él una
Zacarías, y a Azarías les dejó por jefes del pueblo con el resto del ejército para la
defensa de Judea, 19 dándoles esta orden: "Quedaos al frente del pueblo, pero no
trabéis lucha con los gentiles hasta nuestra vuelta." 20 Tomó Simón tres mil
hombres para ir a Galilea, y Judas ocho mil para ir a Galaad.
prisioneros, y habían ordenado los enemigos para el día siguiente atacar las plazas
fuertes, tomarlas y acabar con todos los judíos en un solo día.
Rafón, del otro lado del torrente. 38 Envió Judas a explorar el campo, y le trajeron
estas noticias: "Se han juntado con Timoteo todos los gentiles de alrededor, y
apoderaron de la ciudad y pusieron fuego al santuario, que ardió con todos los que
en él había. Así fue abatida Carnaím, sin que los enemigos pudieran hacer frente a
Judas.
que mandaba la retaguardia, iba exhortando al pueblo todo el camino, hasta llegar
a la tierra de Judá. 54 Con gran gozo y alegría subieron al monte de Sión y
ofrecieron holocaustos por no haber caído ninguno de ellos y haber vuelto todos
en paz.
Revés de José y de Azarías (5:55-64).
55 En los días en que Judas y Jonatán estaban en Galaad y Simón en Galilea,
hombres cayeron aquel día del pueblo de Israel. Acaeció este gran
descalabro 61 por no haber obedecido a Judas y a sus hermanos, creyéndose
capaces de grandes hazañas. 62 Pero no eran ellos de la raza a que fue dado
salvar a Israel. 63 Por el contrario, el heroico Judas y sus hermanos alcanzaron
gran gloria ante Israel y ante todos los pueblos a cuyos oídos llegó su fama, 64 y
en medio de aclamaciones todos los rodeaban.
destruyó sus altares, quemó las estatuas de sus dioses y se volvió a la tierra de
Judá.
3 Hist, 5:8,
5 Confess. 8:29.
5 Géographie II 10.
1 Atravesaba el rey Antíoco las regiones altas de Persia cuando tuvo noticia de
que en Elimaida, en Persia, había una ciudad célebre por su riqueza de plata y
oro. 2 Había en ella un templo extraordinariamente rico, en el cual se guardaban
armaduras de oro, corazas y armas que había dejado allí Alejandro el de Filipo, rey
de Macedonia, el primero que reinó sobre los griegos. 3 Llegado a ella, intentó
apoderarse de la ciudad, pero no pudo, porque, conocidos sus propósitos en la
ciudad, 4 le resistieron con las armas, viéndose forzado a retirarse huyendo, para
5 En Persia le alcanzó un correo, que le dio a saber cómo los ejércitos enviados a
tierra de Judea habían sido derrotados; que Lisias había ido contra ella 6 con un
ejército fuerte si los hay y había huido ante los judíos, que se habían hecho muy
fuertes en armas y soldados con el botín grande que habían cogido a los ejércitos
por ellos vencidos; 7 que habían destruido la abominación levantada por él sobre
el altar de Jerusalén y habían cercado de altos muros el santuario, como antes
tan amado por mi suave gobierno. 12 Pero ahora me acuerdo de los males que hice
en Jerusalén, de los utensilios de oro y plata que de allí tomé, de los habitantes de
Judea que sin causa exterminé. 13 Ahora reconozco que por esto me han
sobrevenido tantas calamidades y que de mi gran tristeza moriré en tierra extraña.
el año 149. 17 Al saber Lisias la muerte del rey, entronizó en lugar del padre a
Antíoco, su hijo, a quien de joven había educado, y le apellidó Eupator.
ballestas y máquinas.
a cien mil hombres de a pie, veinte mil de a caballo y treinta y dos elefantes
adiestrados para la guerra; 31 todos los cuales, llegando por la Idumea, acamparon
enfrente de Betsur y la combatieron por largo tiempo con máquinas; pero los
cercados hicieron una salida, y, luchando valientemente, les prendieron fuego.
ante los cuales habían puesto zumo de uvas y de moras para excitarlos a la
pelea, 35 fueron distribuidos por las falanges, colocando al lado de cada elefante
mil hombres, protegidos con cotas de malla y con yelmos de bronce en la cabeza,
y a más quinientos caballos escogidos 36 precedían a la bestia dondequiera que
iba y la acompañaban, sin apartarse de ella. 37 Sobre éstas iban montadas fuertes
torres de madera, bien protegidas y sujetas al elefante, y en cada una dos o tres
ellos y resplandecían como llamas de fuego. 40 Una gran parte del ejército del rey
se desplegó en los montes altos, otra en el llano, y todos iban con paso seguro y
buen orden. 41 Los judíos quedaron espantados al oír el estruendo de tal
muchedumbre, el marchar de aquella masa y el chocar de sus armas. Era a la
Huida y rendición (6:47-54).
47 Viendo los judíos la gran fuerza del rey y el empuje de su ejército, se
Betsur, que salieron de la ciudad por no tener ya vituallas para prolongar más la
resistencia, pues aquel año era año de reposo para la tierra. 50 Ocupó el rey Betsur
del gobierno del reino. 57 Dióse prisa entonces Lisias a volverse, diciendo al rey, a
los generales del ejército y a la tropa: "De día en día perdemos fuerzas, escasean
pretendido abrogar, se han irritado y han hecho todo esto." 60 Fue bien acogida la
propuesta por el rey y los generales, y enviaron mensajeros de paz a los judíos,
que la aceptaron. 61 El rey y los generales les juraron, y en virtud de esto salieron
de la fortaleza. 62 Entró el rey en el monte de Sión, y, viendo lo fuerte del sitio,
causado a nosotros y al territorio del rey, y que los castigue a ellos y a cuantos les
prestan auxilio."
Tan pronto como Demetrio quedó dueño del país, una comisión
de judíos helenizantes, capitaneados por Alcimo, se presentó
en Antioquía, culpando a Judas y a sus hermanos de dar
muerte a los amigos del rey. Como consecuencia del pacto
firmado entre Lisias y Judas, tuvieron los Macabeos libertad
para ajustar sus cuentas con los judíos apóstatas, que eran
perseguidos, vejados y constreñidos a abandonar las tierras de
Palestina. Alcimo, nombre helenizado, del hebraico laqim (1
Crón 8:19), pertenecía a la estirpe sacerdotal (v.14), pero no
era de la familia del sumo sacerdote Onías 2.
muchos de los que habían desertado de él y a algunos del pueblo, y los mató,
arrojándolos a una gran cisterna. 20 Puso luego la provincia en manos de Alcimo,
mayores que los causados por los gentiles, 24 se puso en campaña, y, recorriendo
toda la tierra de Judea, castigó a los apóstatas, que cesaron de andar por
de muchos crímenes.
ciudad de David.
este ejército ante nosotros, y que, al verle castigado por su maldad, reconozcan
todos que fue por haber amenazado tu santuario." 43 Los ejércitos vinieron a las
manos el día trece del mes de Adar, quedando derrotado el de Nicanor y cayendo
él mismo el primero en la lucha. 44 Cuando el ejército se dio cuenta de que Nicanor
había caído, arrojó las armas y huyó. 45 Los persiguieron una jornada de camino,
desde Adasa hasta Gazer, tocando detrás de ellos las cornetas. 46 De todas las
aldeas próximas de Judea salían para acosarlos, y, luchando contra ellos, los
mataron al filo de la espada, sin que quedase ni uno solo. 47 Se apoderaron de sus
tierra de Judá.
3 Syriaca 46.
4 Chron. Armen,
5 Bell.Jud. 1:40.
7 Hierozaicon I 2:27.
8 De officiis 1:40.
10 Ant.Jud. 12:10.
1 Polibio, 31:12:12.
1 Llegó a oídos de Judas la fama de los romanos de que eran muy poderosos, que
se mostraban benévolos con todos los que se adherían a ellos, y con quienes a
ellos venían hacían alianza y amistad. 2 Le contaron de sus guerras y de las
hazañas que habían realizado en la Gaíia, apoderándose de ella y sometiéndola a
tributo; 3 cuanto habían hecho en España, apoderándose de las minas de oro y
que desde los confines de la tierra habían ido contra ellos los habían derrotado,
infligiéndoles tan gran descalabro, que los restantes les pagaban tributo cada
año. 5 Y que a Filipo y a Perseo, reyes de los Kittim, los habían derrotado en guerra
y los habían subyugado, 6 y a Antíoco el Grande, rey de Asia, que estuvo en guerra
con ellos y que tenía ciento veinte elefantes, y caballería, y carros, y ejército muy
numeroso, le habían vencido 7 y tomado prisionero, imponiéndole un gran tributo
al rey Eumenes.
amigos que en ellos confían les guardan fidelidad, y así habían logrado dominar
los reinos próximos y remotos. Cuantos saben de su fama los temen, 13 y cuantos
son por ellos ayudados para reinar, reinan, y a los que no quieren los destituyen, y
así han adquirido gran poder.
de los judíos les prestará auxilio, según las circunstancias lo dicten, con plena
lealtad. 26 Al enemigo no le dará ni suministrará trigo, armas, plata ni naves. Esta
es la voluntad de los romanos, y guardarán este convenio sin compensación
ninguna. 27 Asimismo, si primero el pueblo judío es atacado, los romanos le
alguna cosa, podrán hacerlo a voluntad, y lo añadido o quitado será o dejará de ser
valedero. 31 Cuanto a los daños que les ha causado el rey Demetrio, ya hemos
escrito a éste diciendo: ¿Por qué impones tan pesado yugo sobre nuestros amigos
ochocientos.
tarde. 14 Vio Judas que Báquides, con el núcleo más fuerte de su ejército, estaba
en el ala derecha, y, juntando a los más animosos, 15 se echó con ellos sobre el
1 Polibio, 32:7:13.
23 Muerto Judas, cobraron ánimo los apóstatas en todo el territorio de Israel y
levantaron cabeza los obradores de la iniquidad. 24 Hubo por aquellos días un
escondite, los de Jonatán los atacaron, quedando heridos muchos y huyendo los
restantes al monte, apoderándose los vencedores de todos los despojos. 41 Las
del Jordán.
nuestra vida. No es hoy como ayer y anteayer. 45 El peligro nos acosa por delante
y por detrás; ahí y allí, las aguas del Jordán, las márgenes pantanosas y el bosque;
Llegó a Báquides la noticia del desplazamiento de Jonatán al
otro lado del río Jordán y quiso cortarle la retirada. Aprovechó
un sábado, por conocer la costumbre judía de no pasar a la
ofensiva en día de fiesta (2:41). Báquides vadeó el río y se
camufló en los matorrales que crecen junto al mismo, en la
ribera izquierda, esperando el regreso de Jonatán. Vióse
Jonatán aprisionado entre el ejército sirio y el Jordán, siendo la
situación desesperada. "No es como ayer y anteayer" (Gen
31:2; Jos 4:18; 1 Sam 5:2; 2 Re 13:5), queriendo decir: Jamás
nos hemos encontrado en situación tan comprometida; no hay
escape. Jonatán recomienda la oración, pero atacó al mismo
tiempo a Báquides, haciéndole retroceder. Del ejército de
Báquides cayeron unos mil hombres, cifra que Flavio Josefo
hace remontar a dos mil. Duro debió de ser el golpe recibido
por Báquides, el cual no se atrevió a vadear el Jordán y
perseguir a Jonatán y a su ejército.
Jerusalén.
a todos sus parciales de Judea para que prendieran a Jonatán y a los suyos; lo
que no pudieron hacer, por haber llegado tal designio a conocimiento de
tomado de la tierra de Judá y partió para su tierra, no volviendo más a los confines
de Judea. 73 Cesó la guerra en Israel, y Jonatán estableció su residencia en
antes de que las haga con Alejandro contra nosotros, 5 acordándose de todos los
males que le hemos hecho a él, a sus hermanos y a su pueblo." 6 Le dio autoridad
para juntar ejército, fabricar armas; le prometió que le contaría entre sus aliados y
le devolvería los rehenes que tenía en la ciudadela"
corona de oro — para que mires por nuestros negocios y guardes nuestra
amistad." 21 Vistióse Jonatán la túnica santa en el mes séptimo del año ciento
hecho, que Alejandro se nos ha anticipado en hacer amistad con los judíos para
ganarse su apoyo? 24Les escribiré yo con palabras persuasivas, ofreciéndoles
a cualquier parte de mi reino, los doy por libres gratuitamente, y todos quedarán
exentos de tributos, aun de los de ganados. 34 Todas las fiestas, los sábados, las
neomenias, los días señalados y los tres días que preceden y siguen a las fiestas,
serán días de exención y de franquicia para todos los judíos de mi reino. 35 Nadie
cada año veinte mil siclos de plata, pagaderos de los derechos del rey en los
lugares que nos pertenecen. 41 Todo el sobrante que los empleados del fisco no
hayan entregado, como en los años anteriores, desde ahora lo destino a las obras
del templo. 42 Y los cinco mil siclos de plata que cada año percibíamos de los
tributos del templo, también los condonamos, y se los damos a los sacerdotes que
ejercen las funciones sagradas. 43 Cuantos se acojan al templo de Jerusalén y a
La sal que se sacaba del mar Muerto era propiedad del Estado
sirio. El tributo de las coronas de oro tiene su origen en la
costumbre entre los griegos y romanos de enviar cada
provincia una corona de oro al general que ganara una batalla.
Más tarde, cada año se enviaba lo equivalente en dinero
(aurum coronarium) 3. Debían los judíos pagar al rey el tercio
de las cosechas y la mitad de la de los árboles frutales. A todo
ello renuncia ahora Demetrio con tal de que los judíos pacten
con él. La exención se extiende a Judea, Samaría. Los tres
distritos de que habla el v.30 eran Aferema, Lida y Ramata
(11:34).
Demetrio promete la inmunidad de franquicia en las fiestas
judías, tales como Pascua, Pentecostés, fiesta de los
Tabernáculos, días en que cada israelita adulto tenía la
obligación de ir al templo (Ex 23:14-17). Serán también
conceptuados como festivos los tres días que se calculaban
como necesarios para el viaje de ida y vuelta.
cuánto los había atribulado, 47 y se decidieron en favor de Alejandro, que les había
hecho proposiciones de paz, y así le prestaron auxilio todo el tiempo.
Bodas en Tolemaida (10:57-60).
57 Partió de Egipto Tolomeo con su hija Cleopatra, y llegaron a Tolemaida el año
y les hizo obsequios de oro y plata; también a sus cortesanos les hizo muchos
regalos, ganándose con ello su favor.
se hizo. Le sentó el rey a su lado 63 y dijo a sus grandes: "Salid con él por medio
de la ciudad y pregonad que nadie se atreva a acusarle sobre ningún negocio y
que nadie por ninguna causa le moleste." 64 Cuando sus acusadores vieron los
honores públicos que se le hacían y le vieron vestido de púrpura, huyeron
voy a ser yo objeto de risa y burla por causa tuya? ¿Por qué presumes hacerte
fuerte en los montes contra nosotros? 71 Si tanto confías en tus fuerzas,
desciende al llano y midamos las armas, que conmigo está la fuerza de las
ciudades. 72 Pregunta y sabrás quién soy yo y quiénes los que me prestan auxilio,
los cuales dicen que no podrás mantenerte a pie firme entre nosotros, y que por
dos veces fueron vencidos tus padres en esta tierra. 73 No podrás sostener el
términos en posesión.
se adueñó de todas las ciudades de la costa hasta Seleucia del mar, meditando
perversos planes contra Alejandro.
nuestros amigos, que nos han sido fieles. 34 Les confirmamos, pues, la posesión
de los territorios de la Judea y de los tres distritos de Aferema, Lida y Ramata, que
de los frutos del campo y de los árboles. 35 Igualmente los restantes tributos que
nos pagaban, de los diezmos, de las salinas y de las coronas, que nos pertenecen,
desde ahora 36 se los condonamos todos, y serán anulados desde ahora para
extranjeras que había reclutado en las islas de las gentes. Esto le atrajo la enemiga
de cuantos habían pertenecido al ejército de sus padres. 39 Trifón, que había sido
antes de los parciales de Alejandro, cuando vio que las tropas murmuraban contra
Demetrio, se dirigió al árabe Emalcue, que criaba a Antíoco, hijo de Alejandro, niño
No se había granjeado Demetrio la simpatía del pueblo. Trifón
lo sabía, y por ello insistió y obtuvo del árabe Emalcue (11:40)
la custodia del pequeño Antíoco VI Dionisios, a quien proclamó
rey, ciñéndole la corona. Los que habían sido licenciados del
ejército de Demetrio apoyaron a Trifón. Creyó Demetrio que se
trataba de un vulgar bandolero y salió a su encuentro con
pocas fuerzas. Al primer ataque, el rey tuvo que huir
precipitadamente, refugiándose en Seleucia, mientras Trifón
entronizaba al joven monarca de seis años en el palacio real de
Antioquía.
alto. 74 Cayeron de los extranjeros aquel día unos tres mil hombres. Jonatán se
volvió a Jerusaíén.
antigua amistad y alianza." 4 Y les fueron entregadas cartas para las autoridades
de cada lugar, a fin de que pudieran volver en paz a la tierra de Judá.
sobrevenido y muchas las guerras que nos han hecho los reyes vecinos. 14 No
quisimos en ellas molestaros ni a los demás aliados y amigos, 15 porque
contamos con la ayuda que nos viene del cielo, y con ella nos hemos librado de
nuestros enemigos, y éstos fueron humillados. 16 Hemos elegido a Numenio, hijo
escritos que los espartanos y los judíos son hermanos, unos y otros del mismo
linaje de Abraham. 22 Desde que esto supimos, juzgamos que hacéis bien en
tenían orden de caer sobre ellos aquella noche. 27 Así que se puso el sol, ordenó
Jonatán a los suyos velar y estar sobre las armas, prontos a entrar en batalla
con la vista de los fuegos encendidos. 30 Los persiguió Jonatán, pero no les dio
alcance, porque había atravesado el río Eleutero. 31 Entonces se volvió contra los
el territorio.
que querían entregar la fortaleza a los parciales de Demetrio, y puso allí guarnición
para conservarla en su poder. 35 Vuelto Jonatán, convocó a los ancianos del
pueblo y tomó con ellos la resolución de edificar fortalezas en Judea, 36 de
levantar los muros de Jerusalén, de erigir un muro fuerte entre la ciudadela y la
ciudad, a fin de separar aquélla de ésta y aislarla, para que los de allí no pudiesen
comprar ni vender en ésta. 37 Reunidos los obreros para edificar la ciudad, se vino
sólo mil.
parciales de Jonatán. 50 Supieron que había sido preso y muerto Jonatán y los que
le acompañaban, y unos a otros se animaron para salir a campaña para
combatir. 51 Al ver sus perseguidores cuan resueltos estaban a luchar por su vida,
se volvieron. 52 Se fueron sin ser molestados a la tierra de Judá y lloraron a
Jonatán y a los suyos, temiendo mucho por sí. Todo Israel hizo gran
duelo. 53 Entonces todas las naciones vecinas se propusieron aniquilarlos,
diciéndose: "Ya no tienen caudillo que los proteja; luchemos, pues, contra ellos y
borremos su memoria de entre los hombres."
2 Ant. lud. 13:28.
1 tito livio, Epit. 52.
2 justino, 35:1.6.
1 Dlodoro, 33:4.
2 justino, 35:2:3.
4 Dlodoro, 33:4.
a Jerusalén y reunió al pueblo. 3 Los alentó, diciendo: "Ya sabéis lo que yo, mis
hermanos y la casa de mi padre hemos hecho por las leyes y el santuario, las
que en esta hora de tribulación rehuya el peligro por amor de la vida, que no valgo
yo más que mis hermanos, 6 antes tomaré la defensa de la nación y del santuario,
de nuestras mujeres e hijos, ahora que, llevadas del odio, se han juntado todas las
naciones para aplastarnos." 7 Se enardeció el pueblo al oír estas palabras, 8 y a
grandes voces respondió, diciendo: "Sé nuestro caudillo en lugar de Judas y de
Jonatán tu hermano. 9 Combate nuestras batallas; cuanto nos digas lo haremos."
Las amenazas de Trifón hiciéronse efectivas. Jope, junto al
mar, era una plaza fuerte estratégica contra la amenaza de
Trifón desde Tolemaida. Allá fue un tal Jonatás, hijo de
Absalón. Se cree que era hermano de Matatías, hijo de
Absalón, de que se habla en 11:70. Jope no sentía ninguna
simpatía por los Macabeos (2 Mac 12:3-7). Jonatán habíase
apoderado de la ciudad, estableciendo allí la guarnición judía
(12:13) y algunos comerciantes. Desde este momento, Jope
perteneció a Israel hasta los días de Pompeyo (63 a.C.). Esta
hazaña se recuerda en el elogio de Simón (14:5) y en el elenco
de sus glorias.
tenía en el tesoro real por los cargos que desempeñaba. 16 Envía, pues, cien
talentos de plata y a dos de sus hijos como rehenes, por que al ser libertado no se
rebele contra nosotros, y le dejaremos libre." 17 Aunque entendía Simón que
hablaban con engaño, envió el dinero y los dos niños, por no concitar contra sí la
enemiga del pueblo, que podría decir: 18 "No ha enviado el dinero y los niños, y
por eso pereció Jonatán." 19 Así, pues, envió los niños y los cien talentos; pero
Trifón, faltando a su palabra, no puso en libertad a Jonatán.
Muerte de Jonatán (13:20-24).
20 Trifón emprendió luego la marcha para invadir la tierra y devastarla. Para ello,
rogándole que se diera prisa a venir en su socorro por el desierto y les trajese
víveres. 22 Preparó Trifón toda su caballería para llegar aquella noche, pero no
pudo a causa de la mucha nieve que había caído. Llegó a Galaad, 23 y en Bascama
dio muerte a Jonatán, que fue sepultado allí. 24 Después Trifón dio la vuelta y se
volvió a su tierra.
nación judía, salud. 37 Hemos recibido la corona de oro y la palma que nos habéis
enviado, y estamos dispuestos a hacer con vosotros una paz definitiva y a escribir
Simón, gran pontífice, general y caudillo de los judíos." 43 En los días aquellos
acampó Simón contra Gazer, y la cercó con sus fuerzas, construyó máquinas de
hostilidades contra ellos, pero expulsó a los de la ciudad, purificó las casas en que
había ídolos, y así hizo su entrada en ella en medio de cánticos y
La ciudadela desaparece (13:49-54).
49 Los de la ciudadela de Jerusalén no podían salir de ella ni entrar en la región
allí y limpiando la ciudadela de impurezas. 51 El día veintitrés del mes segundo del
año ciento setenta y uno entró en ella con cánticos, palmas y acompañamiento de
cítaras, címbalos y arpas, con himnos y cánticos, porque había sido aplastado un
gran enemigo de Israel. 52 Estableció que cada año se solemnizara este día con
días de su vida, 5 Y añadió a esta gloria la toma de Jope para puerto, teniendo así
entrada a las islas del mar. 6 Extendió los términos de su nación y mantuvo el
dominio de su tierra. 7 Redimió muchos cautivos, se adueñó de Gazer y Betsur y
de la ciudadela. Quitó de ella las impurezas y no hubo quien le
los humildes de su pueblo, tuvo celo por la Ley y desterró a todos los impíos y
malvados. 15 Restauró la gloria del santuario y aumentó los vasos sagrados.
mensajeros que habéis mandado a nuestro pueblo nos han dado noticias de
vuestra gloria y honor, y de ello nos alegramos sobremanera. 22 Hemos registrado
en las deliberaciones del pueblo lo siguiente: Numenio, hijo de Antíoco, y
Antípatro, hijo de Jasón, legados de los judíos, han llegado a nosotros para
Numenio a Roma, para renovar la alianza con los romanos, mandando por él, como
presente, un escudo de oro de mil minas de peso.
Un elogio grabado en bronce (14:25-45).
25 Cuando el pueblo oyó tales cosas, se dijeron: "¿Qué gracias podemos dar a
ciento setenta y dos, el año tercero del sumo sacerdote Simón, en Asaramel, 28 en
la asamblea general de los sacerdotes y del pueblo, de los príncipes y ancianos de
la nación, se hizo saber esto: En las muchas guerras que ha habido en nuestras
tierras, 29 Simón, hijo de Matatías, de los hijos de Joarib, así como sus hermanos,
se expusieron al peligro e hicieron frente a los adversarios de su nación por la
conservación del santuario y de la Ley, y ganaron grande gloria para su
pueblo. 30 Jonatán los congregó y fue sacerdote hasta que se reunió con sus
padres. 3i Resolvieron entonces los enemigos invadir la tierra, devastarla y
judíos, la fortificó para seguridad de la tierra y de la ciudad, y dio mayor altura a las
murallas de Jerusalén. 38 Por todo esto, el rey Demetrio le confirió el sumo
sacerdocio, 39 y le inscribió en el número de sus amigos y le otorgó grandes
honores, 40 pues supo que los judíos eran tenidos por los romanos como amigos,
sumo sacerdote por siempre, mientras no aparezca un profeta digno de fe, 42 y por
su caudillo que defienda el santuario, instituya inspectores de obras,
en el atrio del templo en lugar visible, y que una copia de lo mismo se depositase
en el tesoro del templo, a disposición de Simón y de sus hijos.
nación judía, salud. 3 Como quiera que hombres malvados se hayan apoderado del
reino de nuestros padres, es mi voluntad recobrarlo y restablecerlo en su forma
antigua, para lo cual he reunido un ejército numeroso y equipado de naves de
guerra. 4 Me propongo desembarcar y perseguir a los que han arruinado el reino y
asolado sus ciudades. 5 Te ratifico, pues, todas las exenciones que te han hecho
los reyes mis predecesores y todas las mercedes que te han otorgado. 6 Te
quedaron a Trifón. 11 Perseguido por el rey Antíoco, vino huyendo hasta Dora del
Mar. 12 Vio entonces cuántos males se le venían encima, pues las tropas le habían
abandonado. 13 Acampó el rey Antíoco contra Dora, con ciento veinte mil hombres
y ocho mil caballos. 14 Cercaron la ciudad por mar y por tierra, y la estrecharon, de
suerte que nadie podía salir ni entrar en ella.
nación de los judíos, para renovar la antigua amistad y alianza, 18 y han sido
portadores de un escudo de oro de mil minas de peso. 19 En virtud de esto nos ha
parecido bien escribir a* reyes y naciones que no les causen ningún mal ni les
hagan la guerra, ni a sus ciudades ni a su tierra, ni presten auxilio a quienes los
envió en ayuda del rey dos mil hombres escogidos y plata y oro y mucho material
de guerra. 27 No quiso él recibirlos, antes bien revocó cuanto había pactado antes
y rompió con él.
ciudades que habéis ocupado y los tributos de que os habéis apoderado fuera de
los confines de la Judea; 31 de no hacerlo, pagaréis por ello quinientos talentos de
plata, y por los perjuicios causados y por los tributos de las ciudades percibidos,
otros quinientos talentos; y si no, iré y os haremos la guerra."
infantería, para hacer incursiones por Judea, como se lo había ordenado el rey.
Atenobio no estaba familiarizado con los suntuosos palacios de
los reyes y con los muebles y vajillas que en ellos se usan. No
esperaba Antíoco la respuesta arrogante y autoritativa de
Simón. Su deseo hubiera sido ir él en persona a Jerusalén al
frente de un ejército y dar el golpe definitivo, pero estaba
empeñado en perseguir a Trifon, que por mar había huido de
Dora y se había refugiado en Ortosiada, al norte de Trípolis.
Alcanzado por el rey Antíoco, se le invitó a que se suicidara 5.
Cendebeo fue nombrado generalísimo (epistrategós) de las
tropas de la costa, con lo cual pasaba a depender de él el
propio Simón, que en otro tiempo fue jefe del mismo sector
(11:59).
dijo: "Yo y mis hermanos y la casa de mi padre hemos combatido por Israel desde
nuestra juventud hasta el presente, y nuestros esfuerzos han sido tan felices, que
logramos la libertad de Israel. 3 Al presente yo estoy ya viejo; pero vosotros, por la
misericordia de Dios, estáis en buena edad; tomad mi puesto y el de mi hermano y
salid a luchar por nuestra nación, y que la ayuda del cielo sea con vosotros."
de por medio. 6 Se detuvo enfrente de ellos Juan con sus hombres; y viendo que
los suyos temían atravesar el torrente, lo hizo él el primero; y sus hombres,
hermano de Juan; pero éste persiguió a los enemigos hasta llegar a Cedrón, que
Cendebeo había edificado, 10 y huyeron hasta las torres que hay en el territorio de
Azoto, que Juan dio al fuego, cayendo de los enemigos hasta tres mil hombres, y
se volvió victorioso a Judá.
intentaban. 23 Los demás sucesos de Juan, sus guerras y las hazañas que realizó,
los muros que levantó y sus obras todas, 24 escritas están en los anales de su
pontificado, desde el día en que fue hecho sumo sacerdote después de su padre.
1 Justino, 36:1.
3 Diodoro, 31:19.
5 Estrabón, 14:668.
1 Ant. lud. 13:8:1.
II Macabeos.
Autor.
Lengua.
Fecha de composición.
Plan de la obra.
b) Persecución de Antíoco Epifanes (4:7-7:42):
Doctrina religiosa.
Angeles.
Vida futura.
Compilador y autor.
Numero de cartas.
No convienen los autores en determinar el número de cartas de
la sección (1:1-2:18). Según una hipótesis de Penna, a la cual
nos adherimos, dos cartas se distinguen en el texto: 1. a, 1:1-
9:18, escrita el año 188 (124 a.C.); 2. a, 1:10-17, del año 148
(164 a.C.). Cualquiera que lea las dos cartas en este orden
advertirá que se procede con lógica. Solamente en esta
hipótesis se logran dos escritos orgánicos y bien definidos en
sus fines.
1 Cornely, Introductio II-I, 456.
10 Véase Lefévre, Macchabées
(livresde): DBS 605-606,
14 Strom. 5:14:97.
15 Com. in Dan. ι,ζΡ,ί-,
Introducción (1:1-2:19).
corazón dispuesto para venerarle y cumplir con todo ánimo y buena voluntad sus
preceptos. 4 Que os abra el corazón para entender su Ley y sus preceptos, os
nos sobrevino desde que Jasón y los suyos se marcharon de la tierra santa y del
reino. 8 Pues incendiaron el pórtico del templo y derramaron mucha sangre
Jerusalén.
maestro del rey Tolomeo, del linaje de los sacerdotes ungidos, y a los otros judíos
de Egipto, salud y prosperidad. 11 Librados por Dios de grandes peligros, le
vez que Antíoco había entrado, y, abriendo luego una abertura disimulada en el
techo, a pedradas aplastaron al caudillo, y a los acompañantes los descuartizaron,
les cortaron sus cabezas y las tiraron fuera. 17 Por esto bendito sea Dios, que así
ha castigado a los impíos.
Vuelve la carta a recomendar a los judíos de Egipto la
celebración de la dedicación del templo. La situación político-
religiosa reflejada en la conclusión de esta carta parece
bastante optimista. La carta termina de manera abrupta. Es
posible que la fecha que aparece en 1:9 se hallara
originariamente al fin de la misma.
5 Orqtio suasorio. 1:6.
Prefacio del autor.
judaismo, para que, aun siendo pocos, recobrasen toda la tierra y pusieran en fuga
muchedumbres de bárbaros, 23 y recuperasen el templo famoso en toda la tierra, y
leer y dar a los estudiosos facilidad para aprender las cosas de memoria; en una
palabra, alguna utilidad a todos aquellos que tomen este libro en sus manos.
simpleza mostrarse difusos antes de entrar en materia, para luego ser breves en
ésta.
dones. 3 Y así, Seleuco, rey de Asía, concedió de sus propias rentas todas las
expensas necesarias para el servicio de los sacrificios. 4 Pero un cierto Simón, de
la tribu de Benjamín, constituido inspector del templo, se enemistó con el sumo
sacerdote con motivo de la fiscalización del mercado de la ciudad. 5 No pudiendo
vencer la resistencia de Onías, se fue a Apolonio, de Tarso, que por aquel tiempo
era general de la Celesiria y la Fenicia, 6 y le hizo saber cómo el tesoro de
Jerusalén estaba lleno de riquezas indecibles, y que la cantidad de oro que allí
había era incalculable y no se destinaba al sostenimiento de los sacrificios,
cometer tal injusticia contra los que habían confiado en la santidad del lugar y en
la majestad del templo, honrado en toda la tierra. 13 Pero Heliodoro, en virtud de
las órdenes del rey, contestó que aquellos tesoros habían de ser necesariamente
entregados al tesoro real. 14 Señalado día, se preparó a entrar, dispuesto a
mujeres, ceñidos los pechos de saco, llenaban las calles; y las doncellas,
recogidas, concurrían unas a las puertas del templo, otras sobre los muros,
algunas miraban furtivamente por las ventanas, 20 y todos, tendidas las manos al
cielo, oraban. 21 Era para mover a compasión ver la confusa muchedumbre
postrada en tierra y la ansiedad del sumo sacerdote, lleno de angustia. 22 Todos
invocaban al Dios omnipotente, pidiendo que los depósitos fuesen, con plena
seguridad, conservados intactos a los depositantes.
litera. 28 Y el que hacía poco, con mucho acompañamiento y con segura escolta,
entraba en el gazofilacio, era ahora llevado, incapaz de auxiliarse a sí mismo,
con sus tropas al rey, 36 dando público testimonio de las obras del Dios altísimo,
que con sus ojos había visto, 37 Interrogado por el rey sobre quién sería más apto
la vida, porque sin duda que hay en aquel lugar una fuerza divina. 39 El mismo que
en los cielos habita tiene sus ojos puestos sobre aquel lugar para defenderlo y
más de otras rentas, 9 y sobre éstos, ciento cincuenta más, si se le autorizaba para
instalar un gimnasio y una mancebía y se concedía a los de Jerusalén la
ciudadanía antioquena. 10 Accedió el rey; y Jasón, obtenido el poder, luego se dio
a introducir las costumbres griegas entre sus conciudadanos, 11 Abolió los
privilegios otorgados a los judíos por el favor de los reyes, gracias a las gestiones
de Juan, padre de Eupolemo, el que desempeñó la embajada para obtener la
amistad y alianza de los romanos; contra los derechos ciudadanos introducía
costumbres impías. 12 y hasta bajo la misma acrópolis se atrevió a erigir el
costumbres extranjeras por la desalmada actitud del impío, más que sumo
sacerdote, Jasón. 14 Los sacerdotes ya no se preocupaban del servicio del altar;
de poco ni que se hace impunemente violar las leyes divinas, como lo mostrará el
tiempo venidero.
A Onías ganó la partida su hermano Jasón (forma helenizada
de Josúa, Jesús), que litigaba delante del nuevo monarca con
argumentos más contundentes y prácticos que los esgrimidos
por él. Los reyes seléucidas ambicionaban el dinero y se
vendían fácilmente al mejor postor. Pagaba Palestina al
monarca sirio trescientos talentos, cantidad que Jasón
prometió elevar a trescientos sesenta. Lo que pedía era muy
del agrado del rey: instalar un gimnasio en Jerusalén para el
perfeccionamiento de los atletas, una mancebía (1 Mac 1:14)
para jóvenes de diociocho a veinte años y la ciudadanía
antioquena para los de Jerusalén. Los ejercicios gimnásticos
se realizaban ordinariamente por jóvenes completamente
desnudos. La juventud judía helenizante sentía gran complejo
ante las señales externas de la circuncisión, que trataron de
disimular con una dolorosa operación (1 Mac 1:15). La
acrópolis, a que se refiere el texto, designa la fortaleza ya
existente en tiempos de Nehemías (Neh 2:8; 7:2) al norte del
recinto del templo, que llevaba el nombre de Baris o Birah. En
su lugar se levantó en tiempos de Herodes la fortaleza Antonia.
No debe confundirse con el Acra, de que tanto hablan los libros
de los Macabeos. Era el petaso un sombrero de anchas alas
utilizado en los ejercicios atléticos a campo libre para
resguardar la cabeza del sol o del agua. Era emblema de
Mercurio, "el efebo perfecto, estilizado por los ejercicios del
cuerpo, delgado y con musculatura fuerte, el dios agonfos, apto
para las luchas y concursos"l. Los jóvenes atletas podían
pavonearse por calles y plazas y alardear de progresistas
arropados con clámides de variados colores, el petaso sobre la
cabeza, calzado cerrado, a la manera como lucen sus
atuendos deportivos los atletas de nuestros días. Esta moda no
dejaba de impresionar vivamente a todo joven israelita.
chipriotas.
algunos hasta la ceniza que tenían a mano, y confusamente las arrojaban contra
los que rodeaban a Lisímaco. 42 Fueron heridos muchos de ellos, algunos
que defender su causa, habrían sido dados por inocentes. 48 Sin tardanza fueron
al injusto castigo los que habían tomado la defensa de la ciudad, del templo y de
presagio.
fuerza de las armas 12 y ordenó a los soldados herir sin piedad a los que les
salieran al encuentro y degollar a los que subiesen sobre las casas. 13 Así fueron
los dones que por otros reyes habían sido ofrecidos para realzar la gloria y la
dignidad del lugar, entregándolos a manos impuras.
del tesoro, hubiera éste sentido, en cuanto allí puso el pie, reprimida su audacia
por los azotes. 19 Pero no eligió el Señor por el lugar, sino el lugar por la
nación; 20 por lo cual, aquél ha tenido que participar de la desdicha del pueblo, así
como después participó en los beneficios del Señor, y, abandonado a la cólera del
nación, más cruel que el mismo que lo había puesto; y en Garizim, a Andrónico. A
los cuales hay que añadir Menelao, que a todos excedió en maldad contra sus
conciudadanos 23 y era el que peores sentimientos tenía hacia sus compatriotas.
veintidós mil hombres, con órdenes de degollar a todos los adultos y vender a las
mujeres y a los jóvenes. 25 Llegó éste a Jerusalén simulando paz, y hasta el día
santo del sábado se estuvo quieto. Entonces, mientras los judíos estaban en la
fiesta, dio órdenes a sus soldados de hacer ejercicios, 26 y mató a todos cuantos
salieron a contemplarlos, e invadiendo luego la ciudad, dio muerte a una gran
muchedumbre. 27 Pero Judas Macabeo, con otros nueve, se retiró al desierto, y
con los suyos vivía, a la manera de las fieras, en los montes, alimentándose de
hierbas por no contaminarse.
obligara a los judíos a dejar la religión de sus padres, prohibiéndoles vivir según
las leyes de Dios; 2 y con orden de que profanara el templo de Jerusalén y lo
dedicara a Júpiter Olímpico, y el de Garizim, según la condición de los moradores
del lugar, a Júpiter Hospitalario. 3 Grave e insoportable era para la muchedumbre
prefiriendo una muerte gloriosa a una afrentosa vida, iba de su propia voluntad al
suplicio, 20 y la escupía, como han de hacer los que tienen valor para rechazar de
aquellos mismos que poco antes se mostraban humanos para con él, pero que
ahora, enfurecidos a causa de las palabras proferidas, le azotaban, teniéndolo por
insensato. 30 Estando para morir de los azotes, exhaló un gemido y dijo: "El Señor
santísimo ve bien que, pudiendo librarme de la muerte, doy mi cuerpo a los crueles
azotes; pero mi alma los sufre gozosa por el temor de Dios." 31 Así acabó la vida,
dejando con su muerte, no sólo a los jóvenes, sino a todos los de su nación, un
2 E. Schürer, Zu II Mace. 6:7, monatliche
Geburtstagsfeier: "Zeistchnft für-neuttesta-
mentliche Wissenschaft," 2 (1901) 48-52.
presos, y a quienes el rey quería forzar a comer carnes de puerco prohibidas, y por
negarse a comerlas fueron azotados con zurriagos y nervios de toro.2 Uno de
ellos, tomando la palabra, habló así: "¿A qué preguntas? ¿Qué quieres saber de
nosotros? Estamos prontos a morir antes que traspasar las patrias
mandó el rey acercarlo al fuego y, vivo aún, freírle en la sartén. Mientras el vapor
de ésta llegaba bastante a lo lejos, los otros, con la madre, se exhortaban a morir
No es probable que en su martirio interviniese el rey
personalmente; su presencia es más bien moral. Para rebajar
la moral del joven y quebrantar su entereza se le azotó con
zurriagos y nervios de toro (Act 22:24). Se le somete al
tormento utilizado entre los escitas, consistente en arrancar el
cuero cabelludo a los condenados a muerte 3. En boca de los
hermanos y de la madre aparecen palabras del Deut 32:36,
dándoseles un sentido más profundo del que tienen en el
original.
la vida presente; pero el Rey del universo nos resucitará a los que morimos por
sus leyes a una vida eterna." 10 Después el tercero fue expuesto a los insultos, y
mandándole sacar la lengua, luego al punto la sacó, 11 y animosamente extendió
las manos, diciendo: "Del cielo tenemos estos miembros, que por amor de sus
leyes yo desdeño, esperando recibirlos otra vez de El." 12 Tanto el rey como los
que con él estaban se maravillaron del animoso joven, que en nada temía los
tormentos. 13 Muerto éste, sometieron al cuarto a las mismas torturas; 14 y
estando para morir, dijo así: "Más vale morir a manos de los hombres, poniendo en
Dios la esperanza de ser de nuevo resucitado por El. Pero tú no resucitarás para la
vida." 15 En seguida trajeron al quinto, que mientras le atormentaban, puestos los
ojos en el rey, 16 le dijo: "Tú, aunque mortal, por tener poder sobre los hombres,
haces lo que quieres; pero no pienses que nuestro linaje haya sido abandonado de
madre, que, viendo morir en un solo día a sus siete hijos, lo soportaba animosa,
por la esperanza que tenía en Dios; 2I y en su patria lengua los exhortaba, llena de
La madre adoctrina a su pequeño (7:24-29).
24 Antíoco, a pesar de creer que se burlaba de él y de sospechar que con sus
burlándose del cruel tirano, en lengua patria le dijo así: "Hijo, ten compasión de mí,
que por nueve meses te llevé en mi seno, que por tres años te amamanté, que te
crié, te eduqué, te alimenté hasta ahora. 28 Ruégote, hijo, que mires al cielo y a la
tierra, y veas cuanto hay en ellos, y entiendas que de la nada lo hizo todo Dios, y
todo el humano linaje ha venido de igual modo. 29 No temas a este verdugo, antes
muéstrate digno de tus hermanos y recibe la muerte, para que en el día de la
Señor, que es el Dios vivo, se irrita por un momento para nuestra corrección, de
nuevo se reconciliará con sus siervos; 34 pero tú, impío, el más criminal de los
del Omnipotente, que con encendida justicia vino a caer sobre toda nuestra
raza." 39 Furioso el rey, se ensañó contra éste con más crueldad que contra los
otros, llevando muy a mal la burla que de él hacía. 40 Así murió limpio de toda
contaminación, enteramente confiado en el Señor. 41 La última en morir fue la
madre. 42 Y esto baste a propósito de los sacrificios y de los martirios
extraordinarios.
Judas en acción (8:1-7).
1 Entre tanto, Judas Macabeo y los suyos, entrando secretamente en las aldeas,
para que mirase por su pueblo, de todos conculcado; tuviese piedad del templo,
profanado por impíos; 3 se compadeciese de la ciudad, devastada y casi
hijo de Patroclo, uno de sus más fieles, y le mandó a Judea, poniendo bajo su
mando no menos de veinte mil hombres de todas las naciones, con el encargo de
destruir todo el linaje de los judíos. También se le agregó Gorgias, general muy
experimentado en las cosas de la guerra. 10 Se proponía Nicanor proporcionar al
rey, de la venta de los judíos cautivos, dos mil talentos, que debían a los romanos
como tributo, n y así envió a las ciudades de la costa invitaciones para que
cuanto les quedaba, rogando al Señor les librara del impío Nicanor, que los había
vendido antes de caer en sus manos, 15 si no por ellos, siquiera por la alianza con
un ejército de ciento veinte mil, gracias al auxilio del cielo, logrando de aquella
victoria grandes ventajas. 21 Con estos discursos los alentó, y estaban prontos a
sus hermanos Simón, José y Jonatán, asignando a cada uno mil quinientos
hombres. 23 A Eleazar le mandó leer el libro sagrado; dióles por santo y seña:
El texto cita a José entre los hermanos de Judas, lo que parece
contradecir al texto de 1 Mac 2:3-5. El mencionado José puede
identificarse con el personaje de que se habla en 1 Mac
5:18.56; o más bien, considerar su presencia en el texto como
un error de los copistas, que escribieron José en vez de Juan.
Una vez enumerados los hermanos de Judas,
independientemente de ellos, se cita a Eleazar. Este nombre
aparece en todos los manuscritos griegos, en tanto que los
latinos llevan unánimemente el de Esdras. Es muy probable
que este Eleazar no sea el hermano de Judas, sino un
sacerdote encargado de leer algunos versículos del texto
sagrado. En este libro, abierto al azar, debía encontrarse el
santo y seña del ejército de Judas, que por disposición divina
fueron las palabras "Auxilio de Dios," de las dos raíces de las
cuales se compone el nombre de Eleazar. La costumbre de
adoptar el ejército una palabra como consigna se conserva
todavía hoy. De su uso en la antigüedad dan fe Jenofonte
(Anab. 1:8:17: Zeus soter kai nike) y Vegecio (3:5: Nobiscum
Deus). La operación vióse coronada por el éxito; el ejército de
Nicanor sufrió cuantiosas pérdidas, mayores de las que señala
1 Mac 4:15. El dinero, pronto para comprar a los judíos como
esclavos, cayó en poder de Judas.
muchos despojos, compartiéndolos con los perseguidos, los huérfanos, las viudas
y los ancianos. 31 Las armas, recogidas cuidadosamente, las depositaron en sitios
para la venta de los judíos, 35 con la ayuda de Dios quedó humillado por los que
despreció, y, despojado de sus ricas vestiduras, a través de los campos, como
esclavo fugitivo, llegó solo a Antioquía, hondamente acongojado por la pérdida de
su ejército. 36 y el que había tomado a su cargo reunir de la venta de los judíos en
Jerusalén el tributo para los romanos, se hacía pregonero de que los judíos tenían
un Dios que luchaba por ellos y los hacía invulnerables, porque seguían las leyes
2 Ad Fortunatum n.
3 Heródoto, 4:64.
2 Syriaca 66,
dio orden de acelerar la marcha. Mas sucedió que, en medio del ímpetu con que el
coche se movía, cayó de él Antíoco, y con tan desgraciada caída, que todos los
miembros de su cuerpo quedaron magullados. 8 El que con sobrehumana
arrogancia se imaginaba dominar sobre las olas del mar y pensaba poner en
balanza la altura de los montes, ahora, caído en tierra, era llevado en una litera,
poniendo de manifiesto ante todos el poder de Dios, 9 hasta el punto de manar
gusanos el cuerpo del impío, y, vivo aún, entre atroces dolores, caérsele las carnes
a pedazos, apestando con su hedor al ejército. 10 Y al que poco antes parecía
coger el cielo con sus manos, nadie ahora le quería llevar, por la intolerable
fetidez.
los más preciosos dones y devolvería multiplicados todos los vasos sagrados; que
los gastos tocantes a los sacrificios, de sus propias rentas los
suministraría; 17 finalmente, que él mismo se haría judío y recorrería toda la tierra
habitada para pregonar el poder de Dios.
Dios había descargado sobre él, desesperanzado de su salud, escribió a los judíos
una carta en forma de súplica, al tenor siguiente: 19 "A los honrados ciudadanos
campaña para las altas provincias, designó sucesor, 24 a fin de que, si algo
inesperado le ocurría o les llegaban noticias desagradables, no se inquietasen sus
subditos, sabiendo a quién pertenecía el gobierno, 25 Pensando, además, que los
príncipes limítrofes y vecinos del reino acechan la ocasión en espera de sucesos,
he designado por rey a mi hijo Antíoco, a quien muchas veces ya, recorriendo las
satrapías superiores, recomendé a muchos de vosotros, y a él mismo le he escrito
la carta que va a continuación.
volvieran a caer en semejantes males, sino que, si volvían a pecar alguna vez, El
mismo los corrigiese con blandura y no los entregase a los blasfemos y bárbaros
gentiles. 5 El mismo día en que el templo había sido por los extranjeros profanado,
ese mismo fue purificado, el día veinticinco del mes de Casleu. 6 Con gran regocijo
1 Polibio, 20:10,
2 Macabeüs 10
9 Tal fue el fin de Antíoco, apellidado Epifanes. 10 Ahora contaremos los sucesos
de Antíoco Eupator, hijo del impío, compendiando las calamitosas guerras. 11 Así
que se hizo cargo del reino, puso al frente del gobierno a un cierto Lisias, general
en jefe de la Celesiria y la Fenicia. 12 Tolomeo, llamado Macrón, que se había
distinguido por su amor a la justicia en el trato con los judíos, reparando las
iniquidades que con ellos se habían cometido, procuraba tratarlos
amigablemente. 13 Mas por esto fue denunciado por los cortesanos ante Eupator,
y a cada instante tenía que oír que le tachaban de traidor; pues habiendo dejado
Chipre, que Filometor le había confiado, se había pasado al bando de Antíoco
Epifanes. Desesperado, viendo que no podía desempeñar honrosamente su cargo,
se envenenó.
dos fortalezas.
propicio a ellos y hostil a sus enemigos, oponiéndose a los adversarios según las
promesas de la Ley. 27 Terminada la oración, empuñaron las armas, salieron de la
ciudad e hicieron alto cuando estuvieron cerca del enemigo. 28 Antes que del todo
amaneciera vinieron a las manos; los unos tenían como prenda de feliz éxito y de
victoria, a más de su valor, el recurso a su Dios; los otros iban al combate llevados
de su pasión. 29 En lo más duro de la pelea se les aparecieron en el cielo a los
victoria.
poder de Dios, y muy pagado de los millares de sus infantes y caballos y de sus
ochenta elefantes. 5 Entrando en Judea, se acercó a Betsur, plaza fuerte situada en
a los demás para ir en socorro de sus hermanos; 8 y mientras con igual valor
todos marchaban llenos de ardimiento, cerca todavía de Jerusalén, se les apareció
en cabeza un jinete vestido de blanco, armado de armadura de oro y vibrando la
lanza. 9 Todos a una bendijeron a Dios misericordioso y se enardecieron,
auxiliar celestial, señal de la misericordia del Señor hacia ellos, 11 y como leones
se lanzaron sobre los enemigos, dejando fuera de combate once mil infantes y mil
seiscientos jinetes. 12 Y haciendo huir a los demás. La mayor parte de los que se
salvaron quedaron desnudos y heridos, y el mismo Lisias se puso en salvo,
huyendo vergonzosamente.
derrota y entendiendo que los hebreos eran invencibles, por tener de su parte al
Dios todopoderoso, les envió un mensajero, 14 proponiéndoles la reconciliación
a los judíos era del tenor siguiente: "Lisias, al pueblo judío, salud. 17Juan y
Abesalón, vuestros mensajeros, me han entregado una comunicación suplicando
Año ciento cuarenta y ocho, a veinticuatro del mes de Dioscorintio." 22 La carta del
rey decía así: "El rey Antíoco, a su hermano Lisias, salud. 23 Trasladado a los
dioses nuestro padre y queriendo que los subditos de nuestro reino vivan sin
perturbaciones, atentos a sus propios intereses, 24 hemos sabido que los judíos
vivir según sus leyes. 25 Queriendo, pues, que esta nación viva tranquila, hemos
resuelto que su templo les sea restituido y vivan según las costumbres de sus
mayores. 26 Harás, pues, bien en comunicarles esto y concertar con ellos la paz,
para que, sabiendo nuestra voluntad, vivan contentos y alegremente atiendan a
sus propios negocios." 27 La carta del rey a los judíos es como sigue: "El rey
Antíoco, al senado de los judíos y a los demás judíos, salud. 28 Si gozáis de salud,
día quince del mes de Xántico." 34 También los romanos le enviaron una carta, que
decía así: "Quinto Mem-mio y Tito Manlio, legados de los romanos, al pueblo de los
judíos, salud.35 Lo que Lisias, pariente del rey, os ha otorgado, nosotros lo
aprobamos. 36 Cuanto a lo que él ha creído deber someter al rey, enviad luego
y enviad algunos que nos informen de vuestros deseos. 3§ Pasadlo bien. El quince
del mes de Xántico del año ciento cuarenta y ocho."
nación, dio orden a su gente; e invocando a Dios, justo juez, 6 vino contra los
asesinos de sus hermanos, y de noche puso fuego al puerto, quemó las naves y
mató a cuantos allí se habían refugiado. 7 Habiéndole cerrado la plaza, se retiró,
pero con el propósito de volver de nuevo a exterminar de raíz a toda la población
de Jope. 8 Informado de que los de Jamnia se proponían hacer otro tanto con los
judíos allí domiciliados, 9 cayó de noche sobre ellos e incendió el puerto y quemó
las naves, de modo que la claridad del fuego se veía desde Jerusalén, a distancia
de doscientos cuarenta estadios.
hizo paces con ellos; concluidas éstas, se retiraron los árabes a sus
tiendas.13 Atacó también una ciudad fuerte, rodeada de foso y murallas altas,
arietes ni máquinas de guerra, había derribado los muros de Jericó, atacaron con
fiereza las murallas. 16 Tomada por la voluntad de Dios la ciudad, hicieron en ella
atroz carnicería, hasta parecer como lleno de la sangre que a él había afluido un
vecino estanque de dos estadios de ancho. 17 Después de una marcha de
emprender nada, se había ido de aquella región, dejando en cierto lugar una muy
fuerte guarnición. 19 Pero Dositeo y Sosípatro, generales del Macabeo, marcharon
contra ella, y mataron a más de diez mil de los que Timoteo había dejado en
veinte mil infantes y mil quinientos jinetes. 21 Así que supo éste la llegada de
Judas, envió las mujeres y los niños y toda la impedimenta a un lugar llamado
Camión, que era muy fuerte y de difícil acceso a causa de lo montuoso y quebrado
del terreno. 22 Al aparecer la primera cohorte de Judas, se apoderó de los
enemigos el pánico. Una aparición del que todo lo ve les infundió tal miedo, que se
dieron todos a la fuga, cada uno por su lado, de suerte que unos a otros se
molestaban y con las puntas de las espadas se herían. 23 Judas persiguió con
encarnizamiento a aquellos criminales, matando hasta treinta mil hombres. 24 El
trabada la batalla, fueron pocos los judíos que cayeron. 35 Un cierto Dositeo
bacenorense, bravo jinete, agarró a Gorgias por la clámide, y tiraba de él
vigorosamente, queriendo cogerlo vivo; pero vino sobre él un jinete tracio que le
derribó el hombro, y así pudo Gorgias huir a Maresa. 36 Los soldados de Esdras
hallábanse fatigados de la larga lucha; pero Judas invocó al Señor para que se
mostrase su auxiliar y caudillo en la batalla. 37 Entonó en lengua patria un canto
como era necesario, vinieron los de Judas para recoger los cadáveres de los
caídos y con sus parientes depositarlos en los sepulcros de familia. 40 Entonces,
bajo las túnicas de los caídos, encontraron objetos consagrados a los ídolos de
Jamnia, de los prohibidos por la Ley a los judíos; siendo a todos manifiesto que
por aquello habían caído. 41 Todos bendijeron al Señor, justo juez, que descubre
las cosas ocultas. 42 Volvieron a la oración, rogando que el pecado cometido les
ellos se había juntado Menelao, que con grande astucia exhortaba a Antíoco, no
llevado de la solicitud por la patria, sino esperando ser restituido en el
la sepultura. 8 Muy justo era que quien tantos pecados cometiera contra el altar,
cuyo fuego y cenizas son santos, en cenizas recibiera la muerte.
Batalla de Modín (13:9-17).
plazas. 19 Llevó su ejército contra Betsur, plaza fuerte de los judíos, pero se veía
rechazado y derrotado y cada vez menos fuerte. 20Judas proveía de vituallas a los
de dentro. 21Un cierto Rodoco, del ejército judío, descubrió al enemigo los
secretos de la defensa. Fue buscado, cogido y encarcelado. 22Por segunda vez el
rey entró en tratos con los de Betsur, y, hechas las paces, se retiró.
Luego pidió la paz a los judíos, jurándoles atender sus justas peticiones; y,
reconciliado con ellos, ofreció sacrificios, honró el templo y ofreció dones. 24 Al
Judas Macabeo, fomenta las guerras y las sediciones y no consiente que el reino
goce de paz; 7 por lo cual, yo, despojado de la dignidad paterna, quiero decir, del
sumo sacerdocio, he venido ahora aquí, 8 mirando con toda lealtad por los
intereses del rey y buscando también los de mis conciudadanos, pues, por la
Demetrio escapó de Roma y, a bordo de una nave cartaginesa,
desembarcó en las costas de Siria, en Trípoli, el año 161 antes
de Cristo, 151 de la era seléucida (1 Mac 7:1).
santísimo templo. 14 En seguida, los gentiles, que por temor de Judas habían
huido de la Judea, se agregaron como rebaño a Nicanor, pensando que el
Nicanor moró en Jerusalén, sin cometer injusticia, y hasta disolvió las tropas que a
manera de rebaños se le habían juntado. 24 A Judas le tenía siempre a su lado,
pues sentía hacia él cordial afecto. 25 Le exhortaba a que se casara y criara hijos.
Y, en efecto, se casó, y, viviendo tranquilamente, disfrutaba de la vida.
Nicanor quedó confuso y sintió gravemente tener que anular lo concertado, sin
haber recibido daño alguno de tal varón. 29 Mas, no siendo posible oponerse al
fríamente y que sus relaciones no eran tan amigables como de costumbre, pensó
que tal conducta era mal indicio; y así reunió a muchos de los suyos y comenzó a
dijeron: 35 "Tú, Señor de todas las cosas, que de nada necesitas, has tenido a bien
establecer este templo de tu morada en medio de nosotros. 36 Preserva, pues,
santísimo Señor, por siempre limpia esta casa, que hace poco ha sido purificada."
sobre una roca escarpada. 46 Allí, totalmente exangüe, se arrancó las entrañas con
ambas manos y las arrojó contra la tropa, invocando al Señor de la vida y del
Dios vivo, soberano del cielo, que ha ordenado celebrar el día séptimo." 5 "Pues yo
— contestó él — digo que hay un soberano en la tierra que manda tomar las armas
y cumplir lo que conviene al rey." Con todo, no pudo llevar a cabo su malvado
propósito.
elegante lenguaje, que desde su niñez se había ejercitado en toda virtud, tendía
sus manos, orando por toda la comunidad de los judíos. 13 Apareciósele también
otro varón, que se destacaba por la blancura de sus cabellos y por su gloriosa
dignidad, nimbado de admirable y magnífica majestad. 14 Onías dijo: "Este es el
amador de sus hermanos, que ora mucho por el pueblo y por la ciudad santa:
Jeremías, profeta de Dios." 15 Y tenía Jeremías su diestra y entregaba a Judas una
espada de oro, diciéndole: 16 "Toma esta espada santa, don de Dios, con la cual
triunfarás de los enemigos."
templo; 18 pues la solicitud que por las mujeres, los hijos, los hermanos y
parientes tañían era menor que la que sentían por el templo santo, la más grande y
primera de todas las cosas. 19 No era pequeña la ansiedad de los que en la ciudad
habían quedado, inquietos como se hallaban por la lucha de fuera. 20 Cuando
levantando las manos al cielo, invocó al Señor, hacedor de prodigios. Sabía que no
por la fuerza de las armas se alcanza la victoria, sino que Dios la otorga a los que
juzga dignos de ella. 22 La invocación fue como sigue: "Tú, Señor, que enviaste un
ángel bajo Ezequías, rey de Judá, que mató del ejército de Senaquerib a ciento
ochenta y cinco mil hombres, 23 envía ahora, Señor de los cielos, delante de
nosotros un ángel bueno que infunda a éstos temor y temblor. 24 Con la fuerza de
tu brazo sean quebrantados los que llegan blasfemando contra tu pueblo santo." Y
con esto terminó.
Mardoqueo.
Epílogo (15:38-40).
38 Tal fue la historia de Nicanor. Y como desde aquellos días la ciudad ha estado
en posesión de los hebreos, daré aquí fin a mi narración. 39 Si está bien y como
no es grato, mientras que el vino mezclado con el agua es agradable y gustoso, así
también la disposición del relato siempre uniforme no agrada a los oídos del
lector. Y con esto damos fin a la obra.
3 Polibio, 5:65:10.
4 IV Sení. d.45 q.2 3.3 ad i.
1 Polibio, 31,10,12.
4 Contra Gaudentium 231:36-40: PL 43:728.
Janucá, que en este 2018 inicia con la caída del sol del domingo 2 de
diciembre, es una de las fiestas religiosas judías más ampliamente
celebradas en EE.UU. Pero eso no significa que no haya nada nuevo
por aprender acerca del festival de 8 días. Desde los misteriosos
orígenes del gelt, pasando por una apócrifa decapitación, hasta
Marilyn Monroe, hemos compilado un punto por cada vela (¡No olviden
el shammash!) de la menorá de Janucá.
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El segundo Libro de los Macabeos cita una carta de los Asmoneos
enviada a los líderes de la comunidad judía egipcia, alrededor del año
125 AEC, describiendo la fiesta como “el festival de Sucot celebrado
en el mes de Kislev en lugar de en Tishrei”. Debido a que los judíos
aún se encontraban en cuevas luchando como guerrillas en Tishrei, en
el año 164 AEC, no les había sido posible honrar la fiesta de ocho días
de Sucot, que requería visitar el Templo de Jerusalén; por lo tanto, fue
pospuesta hasta la recaptura de Jerusalén y la rededicación del
Templo. Muchos académicos creen que es esta conexión con Sucot, y
no el relato talmúdico de la vasija de aceite que duró por ocho días, lo
que explica por qué Janucá dura ocho días.
Hay diferentes teorías que explican por qué los rabinos del primer siglo
que canonizaron las escrituras omitieron Macabeos, que van desde la
relativa novedad del texto en el momento hasta los miedos de
enemistarse con el liderazgo romano que controlaba Jerusalén en esa
época.
Nuestro juego europeo oriental del dreidel (incluyendo las letras nun,
guimel, hei y shin) está directamente basado en el equivalente alemán
del juego de perinola británico: N = Nichts = nada; G = Ganz = todo; H
= Halb = la mitad; y S = Stell ein = pon. En alemán, la parte superior
giratoria era llamada “torrel” o “trundl”.
El Shulján Aruj estipula que una menorá no debe ser más alta de 31
pies. A propósito, el Guinness enlista al menos otros tres récords
relacionados a Janucá: el mayor número de dreidels girando
simultáneamente por al menos diez segundos (820), el dreidel más
caro (14 mil dólares), la mayor cantidad de gente encendiendo
simultáneamente menorás (834) y la mayor exhibición de menorás
encendidas (1,000). Quisiéramos saber el mayor número de latkes
comidos en una sola sentada.