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Historia Del Leproso
Historia Del Leproso
Historia Del Leproso
Ni siquiera mi
esposa, mis hijos, mis amigos. Nadie me tocaba. Me veían, Me hablaban,
sentía el cariño en sus voces, Veía preocupación es sus ojos; Pero nunca
sentí su toque. No lo había. Ni una sola vez. Nadie me toco.
Un año durante el trabajo note que no podía sostener mis herramientas con
la misma firmeza. Tenia todos los dedos adormecidos, primero fue un dedo
y después el otro.
Al paso del tiempo, no sentía nada en las manos, había desaparecido la
sensación. No dije nada a mi esposa pero ella sospechaba, Yo llevaba la
mano contra mi cuerpo como ave herida.
Ese fue el principio del fin, mis manos sangraban sin que yo me diera
cuenta.
Me agache a ver a mi hija de 3 años a los ojos y acaricie su mejilla con la
mano sana. Me enderece y mire a mi esposa, con mi mano buena toque la
de ella y ella la mía . Seria nuestro toque final.
Cinco años de lepra me han dejado las manos retorcidas, me faltan varias
falanges, pedazos de mi oreja y de mi nariz. Las madres se cubren la cara
al mirarme, los niños me señalan con el dedo y se quedan mirándome.
Estoy harto del dolor, de mi propio hedor, de dormir en una cueva de mi
campanilla en el cuello para avisar mi presencia.
Solo quise ver mi campo una vez mas, solo quería ver de lejos a mi familia
una ultima vez mas, Salí de detrás del árbol donde estaba mirando y
entonces me vieron. Gritaron, salieron corriendo menos ella, era mi hija,
mucho mas crecida, se quedó mirándome sin entender, no podría
asegurarlo pero creo que ella estaba buscando a su padre.
¡Esa mirada me Decidió!, fue temerario, fue un riesgo, pero después de
todo, si todos lo llamaban el Hijo de Dios ¿Que podría perder?.