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Act. 1.1 Anderson Guillen

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La 

eficacia se refiere a aquella capacidad de alcanzar los objetivos o metas


establecidos por una empresa, negocio, organización o proyecto, entre otros.

Eficiencia se define como la relación entre los recursos utilizados en un proyecto y los
logros conseguidos con el mismo. Se da cuando se utilizan menos recursos para lograr
un mismo objetivo o cuando se logran más objetivos con los mismos o menos recursos.

La principal diferencia entre eficacia y eficiencia es que la última se interesa en


el control de los recursos (generalmente en sentido económico), su correcto uso y que
estos no se desperdicien, para lograr un objetivo, es decir que la eficiencia hace
referencia a la mejor utilización de los recursos, en tanto, la eficacia hace referencia en
la capacidad para alcanzar un objetivo sin importar si se le ha dado el mejor uso a los
recursos.

Los 14 principios de la administración de Henry


Fayol
Si entendemos la administración como los procesos necesarios para sistematizar
idealmente una organización humana, Henry Fayol desarrolló toda una teoría,
plenamente vigente en la actualidad, para aplicar estos procesos a toda clase de
empresas, instituciones y entidades sociales.

Siguiendo estos principios básicos de la administración, la eficiencia de cualquier


organización social puede aumentar de forma muy significativa, contribuyendo de
forma mucho más precisa a lograr sus objetivos:

o 1. División del trabajo. La especialización del trabajo, separando tareas y


responsabilidades para las diferentes personas que forman la organización de la
empresa, es una forma de ganar tiempo y eficacia.
o 2. Autoridad. Nos guste o no, el jefe es fundamental en una organización: Fayol nos
enseñó que de la cadena de mando surge la responsabilidad y el compromiso en las
organizaciones.
o 3. Disciplina. Y, para que la autoridad sea efectiva, es necesario que se imponga
mediante la disciplina. El respeto a la cadena de mando es imprescindible en una
administración que funcione correctamente.
o 4. Unidad de mando. Este principio general de la administración hace referencia a
que cada sujeto de la organización debe recibir órdenes de un único superior, para
evitar contradicciones en las instrucciones y órdenes.
o 5. Unidad de dirección. Un concepto que está íntimamente ligado al principio
anterior. Un único plan de acción marcado por la dirección es necesario para avanzar
unidos en la organización en pro del mismo objetivo.
o 6. Supeditación de los intereses individuales a los grupales. Lo que importa por
encima de los individuos es el bien común. Todos los integrantes de la organización
deben anteponer el beneficio del conjunto al interés personal.
o 7. Remuneración. La remuneración justa al trabajador por el esfuerzo realizado es un
derecho y una necesidad en toda organización empresarial que busque beneficios.
Esta remuneración puede ser en forma de salarios, incentivos para empleados y
derechos adquiridos.
o 8. Centralización. Fayol definió el grado óptimo de centralización de una
organización como aquel que permita operar de forma eficaz sin caer en procesos
burocráticos innecesarios o “cuellos de botella” en la toma de decisiones.
o 9. Jerarquía. Toda administración ha de tener una cadena de mando jerarquizada y
con responsabilidades bien definidas. Esta jerarquía debe definirse a través de
los organigramas empresariales que muestran la estructura de las organizaciones.
o 10. Ordenamiento. Este principio alude a que los recursos indispensables para la
administración deben estar en el momento y lugar en el que sean necesarios.
o 11. Equidad. Los líderes han de actuar de forma equitativa y justa, sin conductas
despóticas e injustificadas. La equidad se necesita para garantizar el compromiso de
los empleados.
o 12. Estabilidad. La estabilidad es un principio importante para alcanzar los objetivos
en una organización pues, si hay muchos cambios en el personal, se perderá un
tiempo precioso en enseñar a los nuevos empleados a hacer su trabajo,
obstaculizando el crecimiento de toda la estructura.
o 13. Iniciativa. La innovación en una empresa es una clave de éxito. Lo era en la época
de Henry Fayol y lo sigue siendo hoy en día, más que nunca. Toda organización que
aspire a tener éxito debe incentivar las nuevas ideas, las iniciativas de sus empleados
e, incluso, la improvisación.
o 14. Conciencia de equipo. El último principio no olvida la importancia de la unidad y
de la conciencia de grupo para crecer en la consecución de las metas propuestas. La
conciencia de equipo fomenta la colaboración y el buen ambiente de trabajo.

Según este autor, siguiendo estos principios de la administración estaremos más


cerca de conseguir un funcionamiento satisfactorio de la organización. Por eso, los
gestores de las empresas deben trabajar por acercarse a la organización ideal a través
de estos puntos claves. Para ello, Henry Fayol también habla del proceso
administrativo y las etapas que lo componen con el objetivo de aprovechar los
recursos de la empresa máximo y conseguir unos buenos resultados.

 Qué piensas sobre las principales responsabilidades éticas de los niveles gerenciales.
-A tu juicio, cuáles son las tres responsabilidades más importantes. Justifica tu respuesta

Para mi es de suma importancia ya que las acciones que los gerentes y los altos
mandos hacen en su trabajo diario se replican en sus supervisados, cada líder es
responsable de guiar de la forma correcta bajo los principios éticos y las normas
establecidas por ellos mismos.

Dentro de las tres responsabilidades más importantes concuerdo con uno de mis
compañeros, para mi estas son: Organizar ya que si no hay organización no hay
resultado palpable. Coordinar ya que cuando se coordina y/o se planifica la
empresa se traza un objetivo y Dirigir ya que cuando se dirige según la
coordinación planteada el logro de los objetivos esta prácticamente garantizado.

cuáles son las tres responsabilidades más importante.


Rentabilidad, Efectos sobre la distribución de la renta y efectos
macroeconómicos
Isabelatleta – Sarah_flor_ - deskiciosuicide13 – trianamarrashh -

RentabilidadEditar
A diferencia de la empresa privada, en la que el objetivo es la maximización
del beneficio, en la empresa pública en principio no tiene una especial
consideración. No obstante, el cambio que se viene experimentando en esta
materia es notable. A diferencia del criterio estricto del beneficio, en el caso de la
empresa pública resulta más apropiado hablar de excedente comercial bruto para
estimular la eficiencia tecnológica y directiva.
Este concepto abarca los conceptos de intereses, amortización y beneficios,
permitiendo al Estado conocer qué necesidades financieras presenta cada una de
las empresas públicas.
La búsqueda de la rentabilidad por parte de la empresa pública se contempla
también como un medio de estimular la eficiencia tecnológica y de gestión. De
esta forma sabemos que si una empresa busca maximizar su beneficio, ello le
exige que minimice sus costes para cualquier nivel de output. Sin embargo, el
objetivo de la maximización del beneficio se ha rechazado explícitamente para las
empresas públicas, puesto que, en general, gozan de poder monopolístico en al
menos algunos de los mercados en que se suministran sus productos.

Desde un punto de vista financiero y económico, los fondos que financian la


inversión de la empresa púbica provienen de dos fuentes: de sus propias reservas
y de las aportaciones que realiza la Hacienda Pública. Esta, por su parte, obtiene
los fondos principalmente de los excedentes brutos comerciales de las empresas
públicas, de los impuestos y de otras fuentes. Por ello, conocida la inversión que
tiene que realizar la empresa pública, cuanto menor sea su excedente, mayor
tiene que ser la tributación y la financiación externa; es decir, que no tiene tanta
trascendencia cómo se divide el excedente entre intereses, amortización y
beneficio, lo que importa es su cuantía total.

Efectos sobre la distribución de la rentaEditar


La empresa pública suele actuar sobre la renta de los consumidores garantizando
un determinado nivel de prestación del servicio más elevado o bien aplicando un
sistema de precios políticos que posibilita una efectiva distribución real de renta
(ver Eficiencia distributiva), a no ser que resulte perversa la distribución de la carga
impositiva que facilita la financiación del déficit en que se incurre.
Este modo de actuación es el que tradicionalmente viene a aplicarse al transporte
colectivo. La ordenación de preferencias en este terreno acostumbra a vencerse a
favor de la distribución y en contra de la rentabilidad, con argumentos que
incluyen también costes privados y sociales de la congestión. El riesgo más grave
en que se incurre en este caso radica en que si no se especifica muy claramente
la cuantía (implícita o explícita) de la subvención y quién y cómo va a satisfacerla,
la cuantía del déficit puede hacerse absolutamente inmanejable, lo que afecta de
forma definitiva también a la eficiencia tecnológica y de gestión.

Efectos macroeconómicosEditar
Al formular las políticas macroeconómicas, la atención se centra en cuatro
variables objetivo: nivel de desempleo, tasa de inflación, superávit/déficit de
la balanza de pagos y tasa de crecimiento del producto nacional. Algunos aspectos
de las actividades de las empresas públicas y, en particular sus políticas de
inversión, precios y salarios, parecen afectar los valores de las variables objetivo.
Los gastos en inversión pueden, a través de los efectos multiplicadores
habituales, influir en el nivel agregado de la actividad económica a corto plazo, y
a largo plazo ayuda a determinar la tasa de crecimiento del producto potencial.
Estos gastos en inversión, en conjunción con los excedentes comerciales brutos,
también afectan a las necesidades financieras del Gobierno y, por tanto, a sus
necesidades de endeudamiento y tributación.

 Organizar. ...
 Coordinar. ...
 Dirigir. 

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