Religious Belief And Doctrine">
Nothing Special   »   [go: up one dir, main page]

Ministerio Sanador de Jesús

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 15

1

TALLER DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN.


MINISTERIO SANADOR DE JESUS.

“Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades;
sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos
sanados.” Isaías 53,5

INTRODUCCIÓN.

Hermanos sin Jesús no hay esperanza, nosotros podemos pedir, pedir,


pero sin Jesús en nuestras vidas, como Señor y Salvador no hay esperanza.
Hay muchos que intentan vivir sin Dios, viven en el dinero, en la carne, en
las fiestas, en las supersticiones, pero inmediatamente ellos perciben que hay
un vacío en el alma, pues el único que puede llenar este vacío es Jesús, sin Él
no vivimos.
Nuestra mayor acción de gracias, de todos los días, la primera cosa que
debemos hacer todas las mañanas es levantar las manos hacia Dios y
agradecerle por habernos salvados.

“La fe es el fundamento de la esperanza, es una certeza acerca de lo que no


se ve.”(Hebreos 11, 1 )

Un hombre, enfermo, hacía treinta y ocho años que estaba junto a la


piscina Bezatá, esperando entrar en la piscina cuando las aguas se moviesen y
ser curado. "Jesús, lo vio echado y, sabiendo que llevaba mucho tiempo, le dijo:
¿Quieres curarte? El enfermo le respondió: Señor, no tengo a nadie que, al
agitarse el agua, me meta en la piscina". (Jn. 5, 6-7).
¡Cuántos enfermos, hoy día, podrían repetir a Jesús la misma queja! El
enfermo, más que nadie, necesita que le ayuden a encontrar a Jesús, que es
quien sana.

CONTEXTO HISTORICO DE JESÚS.

“Después de haber cumplido con todo lo prescrito en la ley del Señor, volvieron
a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40 Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de
sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él.”(LC.2,39-40)

Jesús irrumpe en la historia de los judíos, en peno Imperio Romana, en


medio de la ocupación romana en Palestina. Su ministerio se desarrolla
básicamente entre Galilea y Judea, pero fue conocido en muchas de las
regiones aledañas, por sus signos y milagros.
2

La importancia de Galilea y Judea, es que ambas eran ciudades


fronterizas oficiales por lo tanto corredor del ejército imperial., era también,
lugar de recaudación de impuestos. En esta realidad Jesús, conoció el estado
de opresión, injusticia y precariedad en que vivía su pueblo.

Jesús se crio en el seno de una familia modesta, descendiente de la rama


de David. Galilea era una ciudad multicultural con mucha presencia de griegos,
era más, bien un poblado rural, aquí encontramos a Nazaret.

Como todos sabemos Jesús, era hijo de José cuyo oficio era de
carpintero, oficio que también fue parte de la enseñanza que recibió Jesús. Su
madre María, de una profunda vida espiritual, escogida de Dios como la
palabra nos indica, fue relevante en los caminos de iniciación de su hijo y la
madre idónea para lo que él tenía que vivir. (Jesús de Nazaret: vida,
enseñanzas y significado. Samuel Pagan pag.67-87)

MINISTERIO SANADOR DE JESÚS.

Concepto de Ministerios.

Si miramos el Nuevo Testamento vemos que la acción sanadora de Jesús


es uno de sus ministerios más importantes. No cabe duda que el Señor ejerció
con plena conciencia un ministerio de curación que es el origen de los
sacramentos, porque:
«Dios ungió con el Espíritu Santo y llenó de poder a Jesús de Nazaret, el cual
pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el demonio, porque Dios
estaba con él»(He 10,38).

Jesús, con su vida y con sus acciones salvadora:

1. A través de su cuerpo provoca el encuentro de la acción amorosa del Padre


con el hombre.
2. A través de su cuerpo, Jesús es el instrumento de la acción redentora y
sanadora del Padre. Dios es el que actúa, perdona, cura.
3. A través reconstruye todas las dimensiones del hombre en y por la acción
curativa de Jesús.

Gracias a la corporalidad de Jesús podemos entender


sacramentalmente a Dios como el que cura y salva a los enfermos,
marginados y pecadores.

En Cristo, se hace presente en la historia la gracia salvífica de Dios, en la


que los gestos humanos de Jesús son signo y causa de la gracia santificante.
3

Esto significa que en el ministerio sanador que Jesús ejerció


reiteradamente, nos encontramos con Dios sacramentalmente y vamos
experimentando curación parcial de nuestro yo profunda, hasta tener la
curación plena cuando vivamos la comunión con el Padre y el Espíritu Santo.

El objetivo del ministerio sanador de Jesús es sentir la acción amorosa


de Dios en nosotros: ser amado por Jesús es ser amado por Dios, ser
perdonado por Jesús es renacer como hijos a la filiación divina. En este sentido
la curación que Jesús ofrece genera una acción sanadora, “la recuperación de
la vida perdida, un crecimiento positivo de las personas, la liberación del
pecado personal y sus consecuencias sociales, el perdón y la paz con los
hermanos y una esperanza clara de la victoria sobre las fuerzas del mal que
atenazan al hombre y al mundo”

«los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen,
los muertos resucitan y se anuncia el evangelio a los pobres». Mt 11,5

Jesús es el gran sacramento de Dios para el hombre, y del hombre para


Dios; Jesús nos revela a Dios como el amigo de la vida y sanador del ser
humano:

Y dijo: «Si de veras escuchas la voz de Yahveh, tu Dios, y haces lo que es recto a
sus ojos, dando oídos a sus mandatos y guardando todos sus preceptos, no
traeré sobre ti ninguna de las plagas que envié sobre los egipcios; porque yo
soy Yahveh, el que te sana.» Ex 15,26

Nadie como él puede hacer posible esta acción novedosa en el


proceso vital del hombre ya que «tomó nuestras flaquezas y cargó con nuestras
enfermedades» (Mt 8,17), al tiempo que «pasó haciendo el bien y curando...
porque Dios estaba con él» (Hc 10,38).

Jesús sana apelando a la fe del hombre, ante cuya respuesta positiva


no hay mal que se resista, ya que Él, en su condición de enviado del Padre,
tiene poder sobre la vida y la muerte.

JESUS EN SU RELACIÓN CON EL ESPIRITU SANTO.

Juan Pablo II en la Encíclica:” Dominum Et Vivificantem.”. N°16 dice de Jesús.”


Es el ungido en el sentido de que posee la plenitud del Espíritu de Dios. El mismo será
también el mediador al conceder este Espíritu a todo su pueblo…” El ungido es
también enviado “con el Espíritu del Señor.”
4

COMO ACTUA EL ESPIRITU SANTO EN LOS HOMBRES.

1. Jesús afirma que el Espíritu Santo dará testimonio de él. Jn.15,26-27 parte de la
misión del Espíritu Santo es mostrar al Cristo, y que esta verdad se fortalezca en
nuestro corazón. Parakletos quiere decir: consolador, intercesor, abogado, es el
segundo, pues el primero es él.

2. El Espíritu Santo nos enseñará y recordará. Jn. 14,26 el Espíritu es quien seguirá
inspirando la predicación del Evangelio del mensaje de Cristo.

3. El Espíritu Santo guiará la verdad completa. Jn. 16,13 el Espíritu nos ayudará a
descubrir la verdad.

4. El Espíritu Santo dará gloria y anunciará a Jesús. Jn. 16,14-15

5. Jesús afirma que el Espíritu morará en nosotros Jn.14,16-17

6. Jesús afirma que el Espíritu hace adorar en espíritu y en verdad. Jn. 4,23-24 la
verdad es reconocer a Cristo en nuestra vida como el hijo de Dios y Jesús advierte
que esto se hará realidad en los discípulos.

7. Jesús afirma que el Espíritu da vida. Jn.6,63 es Espíritu es dador de vida, porque
el hombre está muerto espiritualmente y necesita volver a la vida.

8. Jesús afirma que el Espíritu convencerá de pecado. Jn.16,8-9 El pecado significa


la incredulidad que Jesús encontró entre los suyos, el rechazo de su misión y la
muerte en cruz. El Espíritu demostrará la culpa del mundo solo para juzgarlo y
condenarlo.

9. Jesús dará su Espíritu sin medida. Jn.3,34

10. Por obra del Espíritu Santo los pecados son perdonados. Jn.20,22-23

COMO ACTUA EL ESPIRITU SANTO EN JESUS.

1. El Espíritu Santo nos conduce hasta Jesús.Lc.4,1, el Espíritu condujo a


Jesús al desierto. Por esta razón siempre debemos pedir la conducción del
Espíritu en nuestras vidas.
5

2. El Espíritu dio fuerza a Jesús. Lc.4,14 solo con la fuerza del Espíritu
Jesús pudo resistir física y espiritualmente a las tentaciones de la carne.

3. El Espíritu Santo llenó de gozo a Jesús. Lc.10,21 los misterios son para
los pequeños y no, los fuertes.

4. Dio sabiduría a Jesús. Lc.2,40.

5. Dio autoridad para expulsar demonios. Lc.11,20

6. Dio Obediencia total a la voluntad del Padre. Mt.26,42 solo así pudo
cumplirse la voluntad del Padre.

Esta perspectiva nos muestra el compromiso de Jesús con el que


acude a él, con el necesitado es fuente de inspiración para el ministerio
sanador que Jesús da a sus discípulos:

“Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos
para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. …….. A estos
doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de
gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas
perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está
cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad
demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis.” (Mt 10,1-8)

JESUS CONDUCE A LA CONVERSIÓN.

La Conversión es una Gracia reconciliadora y restauradora o sanadora de Dios,


es el mismo Cristo Jesús quien nos invita a vivirla y Jn.8,30-38 así lo confirma, este
es un llamado a cambiar la vida y volcarse totalmente a Dios.

El hombre se reconoce pecador, como fruto del encuentro con Dios. Es el quien
me enfrenta conmigo mismo y me lleva a mirarme.

Características de la Conversión.

1. Es Jesús es quien te llama a la conversión.


a) La salvación y reconciliación de Dios es una Gracia y Misericordia.
6

b) Se conquista con esfuerzo y lucha personal. Se transforma


profundamente el corazón y la mente.
c) Es Dios quien te llama personalmente.

2. El hombre abandona sus idolatrías y pecados.


a) Renuncia a su actitud autosuficiente.
b) Se aconseja el ayuno como forma de purificación.

3. Transformación del hombre.


a) Es el arrepentimiento el que lleva a la conversión.
b) Hay una voluntad expresa de no volver a pecar.
c) Hay un llamado a la santidad.
d) Se recupera la alegría.

4. Opción fundamental por Dios.


a) Se funda en la Obediencia y la Fe, esto para construir la Nueva
Alianza.
b) La obediencia que se logra con la ayuda de la Gracia.
c) Reconocemos que Él es el único que nos salva, por medio de
Jesucristo.
d) Es un acto de plena libertad.

5. Necesidad de Oración permanente para no ser tentados.

6. Necesidad de vivir este proceso en la Comunidad, pues hay solidaridad en el


pecado y en la conversión.
7. El Bautismo en el Espíritu es un acto de Conversión total.

Benedicto XVI dice, que Saulo se convirtió:” porque gracias a la luz divina, creyó en el
Evangelio. En esto consiste nuestra conversión y la conversión de él; creer en Jesús
muerto y resucitado y abrirse a la iluminación de su Gracia. Pablo experimenta la
conversión parque ya maduro, él descubre que su salvación no depende de la Ley,
sino del hecho que Jesús también murió por él y había resucitado”. (Rom 10,9-10)

Proceso de Conversión

Reconocerme_____ Arrepentirme de Corazón_____Renunciamos a las


Pecador de mis Pecados cosas del mundo, la
Carne y el Demonio
7

Hacer la Voluntad de_______Perseverar en la Fe_______Lograr una mayor


DIOS Libertad

Nos Transformamos en Luz_______Camino de Salvación

Todo esto implica un Proceso de Conversión

Y va acompañado de un Proceso Profundo de Sanación Interior.

Nos libera de:

 De la Condenación, a la liberación de la culpa.. Rom 6,12-20.


 De la oscuridad a una vida de luz Col.1,13.
 De una vida de pecado a otra de gozo y santidad. Tito 3,3-5.
 De ser hijos del demonio a ser hijos del mismo Dios. 1Jn 3,1-3
Esto es Sanación

La sanación comienza cuando le decimos a Dios: “Haz lo que quieras conmigo” y


nos abandonamos completamente en sus manos.

Convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y
para curar enfermedades; Lc 9,1

“curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca
de vosotros." Lc 10,9

Esta acción sanadora es la que mejor caracteriza la misión de Jesús como


enviado del Padre, en la que se revela plenamente qué tipo de liberación ofrece
Dios al hombre:

“Pero si por el Espíritu de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a


vosotros el Reino de Dios.” Mt 12,28

CATEQUESIS DE JUAN PABLO II SOBRE LOS MILAGROS DE JESUS.

I. El milagro, manifestación del poder divino de Cristo (18.XI.87)


1. Si observamos atentamente los ‘milagros, prodigios y señales’ con que Dios
acreditó la misión de Jesucristo, según las palabras pronunciadas por el
Apóstol Pedro el día de Pentecostés en Jerusalén, constatamos:
8

a) Jesús, al obrar estos milagros) señales, actuó en nombre propio,


convencido de su poder divino, y, al mismo tiempo, de la más íntima
unión con el Padre.
b) Nos encontramos, pues, todavía y siempre, ante el misterio del ‘Hijo
del hombre) Hijo de Dios’, cuyo Yo transciende todos los límites de la
condición humana, aunque a ella pertenezca por libre elección, y
todas las posibilidades humanas de realización e incluso de simple.
c) El, en su humanidad, ‘enternecido’, pronuncia una palabra de orden
que, en un caso como aquél, corresponde a Dios, no a un simple
hombre.
d) Vemos brotar de las palabras de Jesús la expresión de una voluntad
el poder de dar a los hombres la salud, la curación e incluso la
resurrección y la vida Y también: en el caso de la hija de Jairo
leemos que ‘El (Jesús)…tomándola de la mano, le dijo: ‘Talitha
qumi’, que quiere decir: ‘Niña, a ti te lo digo, levántate’. Y al instante
se levantó la niña y echó a andar’ (Mc 5, 41-42). En el caso del joven
muerto de Naín: ‘Joven, a ti te hablo, levántate. Sentóse el muerto y
comenzó a hablar’ (Lc 7, 14-15).

“Y sucedió que a continuación se fue a una ciudad llamada Naím, e


iban con él sus discípulos y una gran muchedumbre. Cuando se
acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo
único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente
de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: «No
llores.» Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon,
y él dijo: «Joven, a ti te digo: Levántate.» El muerto se incorporó y se
puso a hablar, y él se lo dio a su madre. El temor se apoderó de todos,
y glorificaban a Dios, diciendo: «Un gran profeta se ha levantado entre
nosotros», y «Dios ha visitado a su pueblo». Y lo que se decía de él, se
propagó por toda Judea y por toda la región circunvecina.” (Lc 7,11-
17)

II. Significado salvífico de los milagros (25.XI.87)


1. Un texto de San Agustín nos ofrece la clave interpretativa de los milagros
de Cristo como señales de su poder salvífico. ‘El haberse hecho hombre por
nosotros ha contribuido más a nuestra salvación que los milagros que ha
realizado en medio de nosotros; el haber curado las enfermedades del alma
es más importante que el haber curado las enfermedades del cuerpo
destinado a morir’ (San Agustín, In Io. Ev. Tr., 17, 1). En orden a esta
salvación del alma y a la redención del mundo entero Jesús cumplió
9

también milagros de orden corporal. Por tanto, el tema de la presente


catequesis es el siguiente: mediante los ‘milagros, prodigios y señales’ que
ha realizado, Jesucristo ha manifestado su poder de salvar al hombre del mal
que amenaza al alma inmortal y su vocación a la unión con Dios.
a) Jesús realiza esta señal para manifestar que ha venido como
salvador del mundo, que tiene como misión principal librar al hombre
del mal espiritual, el mal que separa al hombre de Dios e impide la
salvación en Dios, como es precisamente el pecado. Jesús da a
conocer la misión de librar al hombre del mal y del pecado.
b) Es una misión que comporta y explica su lucha con el espíritu
maligno que es el primer autor del mal en la historia del hombre.
c) La cruz sellará la victoria total sobre Satanás y sobre el pecado.
d) Forma parte también de esta potencia y pertenece a la misión del
Salvador del mundo manifestada en los ‘milagros, prodigios y
señales’, la victoria sobre la muerte, dramática consecuencia del
pecado.
e) La victoria sobre el pecado y sobre la muerte marca el camino de la
misión mesiánica de Jesús desde Nazaret hasta el Calvario

III. Los milagros, signos de salvación (2.XII.87)


No hay duda sobre el hecho de que, en los Evangelios, los milagros de
Cristo son presentados como signos del reino de Dios, que ha irrumpido en
la historia del hombre y del mundo. ‘Mas si yo arrojo a los demonios con el
Espíritu de Dios, entonces es que ha llegado a vosotros el reino de Dios’ ,
dice Jesús (Mt 12, 28). Por muchas que sean las discusiones que se
puedan entablar o, de hecho, se hayan entablado acerca de los milagros (a
las que, por otra parte, han dado respuesta los apologistas cristianos), es
cierto que no se pueden separar los ‘milagros, prodigios y señales’,
atribuidos a Jesús e incluso a sus Apóstoles y discípulos que obraban ‘en
su nombre’, del contexto auténtico del Evangelio.
a) Los Apóstoles, los Evangelistas y toda la Iglesia primitiva veían en cada uno
de los milagros el supremo poder de Cristo sobre la naturaleza y sobre las
leyes.
b) Aquel que revela a Dios como Padre Creador y Señor de lo creado, se
revela a Sí mismo como Hijo consubstancial con el Padre e igual a El en su
señorío sobre la creación.
10

c) La primera ‘señal’ realizada en Caná de Galilea, el Evangelista Juan


hace notar que, a través de ella, Jesús ‘manifestó su gloria y creyeron
en El su discípulo’ (Jn 2, 11).

SIGNOS O SEÑALES
 La tempestad calmada en el lago de Genesaret puede
releerse como ‘señal’ de una presencia constante de Cristo
en la ‘barca’ de la Iglesia,
 Las pescas milagrosas son para los Apóstoles y para la
Iglesia las ‘señales’ de la fecundidad de su misión.
 Los milagros de Cristo, manifestación de la omnipotencia
divina respecto de la creación, que se revela en su poder
mesiánico sobre hombres y cosas,

IV. Los milagros, signos del amor (9.XII.87 )


1. ‘Signos’ de la omnipotencia divina y del poder salvífico del Hijo del
hombre, los milagros de Cristo, narrados en los Evangelios, son
también la revelación del amor de Dios hacia el hombre,
particularmente hacia el hombre que sufre, que tiene necesidad, que
implora la curación, el perdón, la piedad.
a) Son, pues, ‘signos’ del amor misericordioso proclamado en el
Antiguo y Nuevo Testamento (Cfr. Encíclica Dives in misericordia).
b) Jesús los realiza para superar toda clase de mal existente en el
mundo: el mal físico, el mal moral, es decir, el pecado, y,
finalmente, a aquél que es ‘padre del pecado’ en la historia del
hombre: a Satanás.
c) Ningún milagro ha sido realizado por Jesús para castigar a nadie, ni
siquiera los que eran culpables.
d) El que ha venido ‘para dar testimonio de la verdad’ (Jn 18, 37), es
más, el que es ‘la verdad’.
e) El mismo modo de realizar los milagros hace notar la gran
sencillez, y se podría decir humildad, talante, delicadeza de trato de
Jesús. Desde este punto de vista pensemos, por ejemplo, en las
palabras que acompañan a la resurrección de la hija de Jairo: ‘La
niña no ha muerto, duerme’ (Mc 5 39) como si quisiera ‘quitar
importancia’ al significado de lo que iba a realizar. Y, a
continuación, añade: ‘Les recomendó mucho que nadie supiera
11

aquello’ (Mc 5, 43). Así hizo también en otros casos, por ejemplo,
después de la curación de un sordomudo (Mc 7, 36), y tras la
confesión de fe de Pedro (Mc 8, 29-30)

El milagro, llamada a la fe (16.XII.87)


1. Los ‘milagros y los signos’ que Jesús realizaba para confirmar su misión
mesiánica y la venida del reino de Dios, están ordenados y estrechamente
ligados a la llamada a la fe.
2. Esta llamada con relación al milagro tiene dos formas:
a) La fe precede al milagro, más aún, es condición para que se realice;
b) La fe constituye un efecto del milagro, bien porque el milagro mismo
la provoca en el alma de quienes lo han recibido, bien porque han
sido testigos de él.
c) Es sabido que la fe es una respuesta del hombre a la palabra de
la revelación divina.
d) Jesús subraya más de una vez que los milagros que El realiza
están vinculados a la fe. ‘Tu fe te ha curado’, dice a la mujer que
padecía hemorragias.
e) Se pone continuamente de relieve el hecho de que Jesús,
cuando ‘ve la fe’, realiza el milagro.
f) Los mismos Apóstoles, desde el primer ‘signo’ realizado por
Jesús en Caná de Galilea; fue entonces cuando ‘creyeron en El’
(Jn 2, 11).

Los milagros demuestran la existencia del mundo sobrenatural (13.I.88)

Hablando de los milagros realizados por Jesús durante su misión en la


tierra, San Agustín, en un texto interesante, los interpreta como signos del poder y
del amor salvífico y como estímulos para elevarse al reino de las cosas celestes.

‘Los milagros que hizo Nuestro Señor Jesucristo (escribe) son obras divinas que
enseñan a la mente humana a elevarse por encima de las cosas visibles, para
comprender lo que Dios es’ (Agustín, In Io. Ev. Tr., 24, 1 ).
a) Efectivamente, tales milagros demostraban la existencia del orden
sobrenatural, que es objeto de la fe.
12

b) Estos milagros les hacían constatar, casi con la mano, que el orden de la
naturaleza no agota toda la realidad.
c) El milagro es ‘signo’ de que este orden es superior por el ‘Poder de lo alto’,
y, por consiguiente, le está también sometido.
d) Este ‘Poder de lo alto’ (Cfr. Lc 24,49), es decir, Dios mismo, está por
encima del orden entero de la naturaleza.
e) Los milagros de Cristo son ‘signos’ de este reino.
f) Los milagros descritos en el Evangelio indican la existencia de un Poder
que supera las fuerzas y las leyes de la naturaleza.
g) La potencialidad de las fuerzas de la naturaleza es activada por la
intervención divina, que la extiende más allá de la esfera de su posibilidad
normal de acción.
h) Son ‘signos’ salvíficos que llaman a la conversión y a la fe, y en esta línea,
a la renovación del mundo sometido a la ‘corrupción’ (Cfr. Rom 8, 19-21).
i) No se detienen, por tanto, en el orden ontológico de la creación (creatio), al
que también afectan y al que restauran, sino que entran en el orden
sotereológico de la creación nueva.
j) Se puede decir que la Encarnación es el ‘milagro de los milagros’, el
‘milagro’ radical y permanente del orden nuevo de la creación.
k) Si la Encarnación es el signo fundamental al que se refieren todos los
‘signos’ que dan testimonio a los discípulos y a la humanidad de que ‘ha
llegado… el reino de Dios’ (Cfr. Lc 11, 20).

Hay también un signo último y definitivo, al que alude Jesús, haciendo


referencia al Profeta Jonás: ‘Porque, como estuvo Jonás en el vientre del cetáceo
tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre tres días y tres noches en el
corazón de a tierra’ (Mt 12, 40): es el ‘signo’ de la resurrección.
Jesús prepara a los Apóstoles para este ‘signo’ definitivo, pero lo hace
gradualmente y con tacto, recomendándoles discreción ‘hasta cierto tiempo’. Una
alusión particularmente clara tiene lugar después de la transfiguración en el
monte: ‘Bajando del monte, les prohibió contar a nadie lo que habían visto hasta
que el Hijo del hombre resucitase de entre los muertos’ (Mc 9, 9). Podemos
preguntarnos al porqué de esta gradualidad. Se puede responder que Jesús sabía
bien cómo se habrían de complicar las cosas si los Apóstoles y los demás
discípulos hubiesen comenzado a discutir sobre la resurrección, para cuya
comprensión no estaban suficientemente preparados
13

"Subiendo a la barca, pasó a la otra orilla y vino a su ciudad. En esto le trajeron un


paralítico postrado en una camilla. Viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico:
«¡Animo!, hijo, tus pecados te son perdonados.» Pero he aquí que algunos escribas
dijeron para sí: «Este está blasfemando.» Jesús, conociendo sus pensamientos,
dijo: «¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: "Tus
pecados te son perdonados", o decir: "Levántate y anda"? Pues para que sepáis
que el Hijo del hombre tiene en la tierra poder de perdonar pecados - dice entonces
al paralítico -: "Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".» El se levantó y se fue a
su casa. Y al ver esto, la gente temió y glorificó a Dios, que había dado tal poder a
loshombres." (Mt.9,1-8)

Jesús ofrece la sanación integral de la persona, como respuesta a nuestra


precariedad. Desde aquí entendemos que la conversión al Dios vivo suscita una
realidad personal, nueva que nos permite crecer en una vida sana y armónica a
todos los niveles. Convertirse al evangelio y vivir desde los valores que encarnó
Jesucristo es ponerse en camino hacia la auténtica curación que conduce a la
maduración sana de la persona; Él abre a horizontes insospechados en la vida
interior y el compromiso con los demás:

“Al oír esto Jesús, les dice: «No necesitan médico los que están fuertes, sino los
que están mal; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.» Mc 2,17

“Mas él, al oírlo, dijo: «No necesitan médico los que están fuertes sino los que
están mal. Id, pues, a aprender qué significa aquello de: Misericordia quiero, que
no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.» Mt 9,12-
13

Al igual que el Maestro, la Iglesia verá en estos signos la fuerza de la


fe en el poder de Dios y el poder del amor misericordioso de Dios que
sana radicalmente al hombre de todos sus males. Los sacramentos que
brotan del ministerio sanador de Jesús y a los que la Iglesia ha dado forma con
diversos matices en cada momento de la historia, hacen visible el nacer de
nuevo

“Jesús le respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no


puede ver el Reino deDios.» Jn 3,3

Esto significa irnos liberando de la esclavitud del pecado, de las falsas


culpabilidades psicológicas o morales, y abrirnos a la asunción de todo nuestro
ser, para poder ser como un manantial del que brota la vida verdadera de la
que nos habla san Juan:
14

“ pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino que el agua
que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que brota para vida eterna.» Jn
4,14

“Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino
por mí.” Jn 14,6

“Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a
todos.” Lc 6,19

No cabe duda que la gran fuerza sanadora de Jesús era el amor, que
viene expresado, de muchas maneras, en la forma de actuar de Jesús, en sus
enseñanzas, o en las parábolas. El amor sano, y la forma que tuvo Jesús de
existir y relacionarse con la gente fue desde el amor, que realmente cura lo
más profundo del ser humano.

La acción evangelizadora y sacramental de la Iglesia, a semejanza


de la de Jesús, va acompañada de signos sacramentales entre los que figura la
curación:

“Por mano de los apóstoles se realizaban muchas señales y prodigios en el


pueblo... Y solían estar todos con un mismo espíritu en el pórtico de Salomón,
pero nadie de los otros se atrevía a juntarse a ellos, aunque el pueblo hablaba de
ellos con elogio.”
“Los creyentes cada vez en mayor número se adherían al Señor, una multitud de
hombres y mujeres, hasta tal punto que incluso sacaban los enfermos a las
plazas y los colocaban en lechos y camillas, para que, al pasar Pedro, siquiera
su sombra cubriese a alguno de ellos.” (Hch5,12.15)

…y entre los carismas que el Señor concede a los fieles en orden a la edificación de
la comunidad, aparece el de hacer curaciones, tanto en sentido físico como en
el de la curación en el Espíritu:

Uno de los contenidos esenciales del anuncio de la llegada del


reino, que los discípulos han de hacer, es la acción sanadora del evangelio:

“En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; curad los
enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está cerca de
vosotros." Lc 10,8-9

Estar en medio del mundo, curar lo que hay enfermo, y desde ahí
anunciar que ese es el signo de que el Reino se está llevando a cabo.
15

La Iglesia, al estructurar la presencia sacramental de Cristo en la


comunidad, no ha olvidado, ni puede olvidar, que la verdad de su presencia en
el mundo pasa por las señales de curación que va realizando en la vida y
celebrando en los signos de los sacramentos de curación. De esta forma, la
Iglesia estará siendo testigo veraz de Aquel que es fuente de vida y salvación,
enviándonos a anunciar el reino de Dios y a sanar al hombre de todo mal y
dolencia.

“ y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar.” Lc 9,2

“curad los enfermos que haya en ella, y decidles: "El Reino de Dios está
cerca de vosotros." Lc 10,9

También podría gustarte