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Formador de Formadores

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Actividad 4: Formador de Formadores

Campeche, México a 31 de enero del 2022

Introducción:

“El hombre llega a ser sujeto mediante una reflexión sobre su situación, sobre
su ambiente concreto, mientras más reflexiona sobre esto más emerge y están
dispuestos a intervenir respecto a su realidad, para cambiarla”.
El subsistema de formación tiene como propósito la educación inicial y continua
de los docentes de la educación básica, pero no considera el tiempo que
constituiría apoyar formativamente a los formadores de profesores. Las
instituciones educativas son espacios donde se lleva a cabo las practicas
docente son los escenarios dispuestos donde los docentes se vuelven
formadores.

García–Cabrero, Loredo, Carranza, Figueroa, Arbesú, Monroy y Reyes (2008),


plantean la necesidad de distinguir entre la práctica docente desarrollada en
las aulas y una práctica más amplia, llevada a cabo por los profesores en el
contexto institucional, denominada práctica educativa. Esta última se define
como el conjunto de situaciones enmarcadas en el contexto institucional y que
influyen indirectamente en los procesos de enseñanza y aprendizaje
propiamente dichos; se refiere a cuestiones más allá de las interacciones entre
profesores y alumnos en el salón de clases, determinadas en gran medida, por
las lógicas de gestión y organización institucional del centro educativo. Todo lo
ocurrido dentro del aula, la complejidad de los procesos y de las relaciones que
en ella se generan, forma parte de la práctica docente, en tanto que los
factores contextuales, antes tratados como variables ajenas al proceso de
enseñanza y de aprendizaje, aquí se consideran parte de la práctica educativa.

Por lo que en el presente ensayo se intenta dar respuesta a cuestiones con


respecto al desarrollo de los docentes dentro del aula, la importancia de los
conocimientos que el docente está proporcionando a los alumnos, la
capacitación constante, debido a los cambios que surgen en la educación.

¿Cómo debe influir la pedagogía en la práctica educativa?


La pedagogía a lo largo de la historia ha sufrido grandes cambios, pero a pesar
de eso siempre se ha visto como la reflexión sobre la educación. El pedagogo
estudia la historia y algunos aspectos de la sociedad para comprender cómo ha
evolucionado la educación, así como los métodos y condiciones de la enseñanza.

Definición de pedagogía como un conjunto de saberes que busca tener impacto


en el proceso educativo, cualquier dimensión que este tenga, así como la
compresión y organización de la cultura y construcción del sujeto.

La práctica educativa de los docentes es una actividad dinámica, reflexiva, que


comprende los acontecimientos ocurridos en la interacción entre maestro y
alumnos. No se limita al concepto de docencia, es decir, a los procesos
educativos que tienen lugar dentro del salón de clases, incluye la intervención
pedagógica ocurrida antes y después de los procesos interactivos en el aula.

La práctica educativa de los docentes:

1) el pensamiento didáctico del profesor y la planificación de la enseñanza;

2) la interacción educativa dentro del aula;

3) la reflexión sobre los resultados alcanzados. La relación entre estas tres


dimensiones es interdependiente, es decir, cada una de ellas afecta y es
afectada por las otras, por lo cual resulta indispensable abordarlas de manera
integrada.

Para dar respuesta a la pregunta planteada con respecto a la influencia de la


pedagogía sobre la práctica docente Freire, sobre el papel que debe
desempeñar el educador en una pedagogía liberadora es establecer dialogo con
el dicente y así poder obtener lo que se llama la pregunta generadora y de
interés para llevar a cabo lo planeado. Freire nos hace pensar que el maestro
debe saber y que hacer, con el proceso de enseñanza y aprendizaje, sobre todo
para educar y lograr la igualdad, la transformación y la inclusión de todos los
individuos en la sociedad.

¿Cómo debe vincular el formador los conocimientos teóricos a su labor de


enseñanza?

Cuando se trata del tema de educación siempre resulta complicado ponerse de


acuerdo con respeto a lo que se debe enseñar y el cómo se debe enseñar,
Freire menciona me preocupa la creciente distancia entre la practica educativa
y el ejercicio de la curiosidad epistemológica.

Una persona que desea impartir conocimientos debe tener vocación de


profesor, es decir, en pocas palabras que le guste enseñar el porqué de las
cosas con paciencia, interés y detenimiento.

Un profesor puede marcar a sus estudiantes con una buena o mala enseñanza, y
esto ocurre a lo largo de etapas de la educación. Enseñar no es solo mostrar lo
que hay en los libros o realizar exámenes, es ir más allá para generar un vínculo
con los estudiantes, por eso cualquiera no puede tener esta profesión.

¿Cuáles deberán ser las competencias que un formador debe tener para su
labor educativa?

El formador de formadores se ocupa de difundir las competencias necesarias a


otros formadores, preparando a los futuros educadores para que cuenten con
mejores capacidades comunicativas y formativas. Asimismo, el formador de
formadores debe tener distintas capacidades o competencias para desarrollar
su trabajo:

Planificación: debe ser capaz de estructurar de forma adecuada una


programación de formación para dar respuesta a las carencias en
conocimientos que ha descubierto.

Capacidad de transmitir conocimientos: debe ser capaz de traspasar a los


nuevos educadores los conocimientos necesarios para poder desarrollarse en su
futuro puesto de trabajo.

Personalidad: debe ser una persona empática, con alta sensibilidad


interpersonal y capaz de manejar grupos de trabajo y de mantenerlos
motivados.

Habilidad directiva: debe dominar el método y la didáctica para poder


implementar la metodología adecuada, pudiendo así transmitir los contenidos
adquiridos a los grupos.

Capacidad asesora: debe saber asesorar a cada integrante del grupo, los cuales
poseen necesidades formativas generales, específicas y peculiares.
¿Cómo se puede lograr una educación de calidad con una adecuada preparación
del docente?

El profesorado es pieza fundamental en todo el proceso de la enseñanza


y tiene la llave para mejorar el futuro del alumnado, y cuando comparte
el conocimiento y se le facilita formación, al transmitir aprendizajes y
valores universales fomenta la creación de ciudadanos y ciudadanas activos
que comprenden los principios democráticos, promueven la tolerancia
y participan en la sociedad en la que viven de forma responsable. El
poder transformador de la educación de calidad permite el desarrollo personal
y la equidad de género.

La formación docente nos orienta hacia la comprensión de la realidad


educativa, nos permite innovar e insertar en nuestras actividades educativas
nuevas técnicas de todo aquello que vamos aprendiendo.

Conclusión:

La función del formador de docentes, es una función actual diluida en la de


formación de profesores, sin distinción alguna, ignorada, no delimitada,
construida en la práctica y que integra como opción de formación, alternativas
no planeadas por el subsistema, generadas por voluntad personal. La formación
de formadores de maestros no ha sido prioritaria en el subsistema de
formación. La estrategia de formación, capacitarse en la práctica, es muy
económica pero la escasa inversión ha causado también el rezago y la
marginación educativa para muchos estudiantes.
Referencias:

Orbes, I. y Figueroa, A. (2001). La evaluación docente como un proceso de


diálogo, comprensión y mejora de la práctica. En M. Rueda, F. Díaz–Barriga y M.
Díaz Pontones (Eds.), Evaluar para comprender y mejorar la docencia en
educación superior (pp. 161–174). México: CESU–UAM.  

Ardiondo, J. (2001). La evaluación desgarrada: Entre un balance contable y el


pleno ejercicio de una función crítica plural (multirreferencial). En M. Rueda, F.
Díaz Barriga y M. Díaz (Eds.), Evaluar para comprender y mejorar la docencia
en la educación superior (pp. 19–35). México: UAM–UNAM–UABJO.

Arbesú, I. y Piña, J. (2004). Evaluación de la docencia desde la visión de los


estudiantes: una experiencia interpretativa. En: M. Rueda (Coord.), ¿Es posible
evaluar la docencia en la universidad? Experiencias en México, Canadá, Francia,
España y Brasil (pp. 225–240). México: UABJO–ANUIES.

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