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Los movimientos artísticos en el

México del siglo xx

“ ”
MURALISMO: “El arte de las masas luchando contra la desigualdad”
(1910-1920)
El muralismo fue un movimiento artístico iniciado en México a principios del siglo XX, creado por un grupo de pintores intelectuales mexicanos después de la
Revolución Mexicana, reforzado por la Gran Depresión y la Primera Guerra Mundial. La Revolución Mexicana, comprendida entre las décadas de 1910 y 1920,
comenzó con las insurrecciones de campesinos en el interior del país en contra el presidente Porfirio Díaz. Su mandato se extendió durante 35 años y se caracterizó
por la exclusión.
Propuesta de educación:
Los Muralistas sirvieron como íconos de la identidad cultural mexicana posrevolucionaria.
El México posrevolucionario se centró en una narrativa de justicia para los pobres, empoderamiento de los indígenas, y emancipación del obrero y el trabajador
agrícola.
los Muralistas simultáneamente democratizaron la cultura y transformaron el arte en un mecanismo de educación popular para las masas que en gran medida eran
analfabetas.
Identidad nacional
Formación de instituciones:
Creación de un nuevo régimen.
Transformaciones políticas y sociales que el país atravesaba, sino que ellos mismos eran activistas y
trabajaban con sindicatos obreros, grupos socialistas y comunidades indígenas.
MURALISTAS QUE EMPRENDIERON: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, y José Clemente Orozco
(se volvieron instrumentales para ayudar a establecer una visión renovada de la identidad mexicana basada
en los principios de la Revolución. )
“Muralismo y la generación de ruptura”
(1920-1950)
La historia del arte se compone de un sinfín de movimientos artísticos que apoyan y refutan la premisa de que el arte se encuentra inherentemente ligado a una
ideología política o social y que los artistas son agentes del cambio en la batalla contra la desigualdad. La tensión entre estas dos perspectivas se ve reflejada en dos
movimientos artísticos que encontraron su expresión en México durante el siglo XX: el Muralismo (entre las décadas de 1920 y 1950) y la subsiguiente Generación de
la Ruptura (entre las décadas de 1950 y 1970).
Formación de instituciones:
obras de la colección de arte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Estas exploran las maneras en que el Muralismo y la Ruptura apoyan y cuestionan
respectivamente la idea que el arte debería reflejar las realidades del contexto sociopolítico de la época del artista, y que el arte puede volverse un espejo que revela
la identidad nacional.
Propuestas de educación:
surge una nueva generación de artistas, conocidos como la Generación de la Ruptura, oponiéndose al arte que había sido fuertemente politizado mediante el
mecenazgo
“Litografía”
(1796)

La litografía es un procedimiento de impresión que consiste en trazar un dibujo, un texto, o una fotografía, en una piedra calcárea o una plancha metálica. Hoy está
casi en desuso, salvo para la obtención y duplicación de obras artísticas. Su creador fue el cajista alemán Aloys Senefelder en 1796. La litografía “Sueño” recrea un
detalle del fresco de 1928 “La noche de los pobres.
Formación de instituciones:
Jardín del ministerio de educación en la ciudad de México .
Propuesta de educación :
Al observar la imagen “la noche de los pobres”, ofrece una sensación de paz de los campesinos descansando con sus hijos tras haber trabajado en los campos,
mientras paradójicamente hace referencia al ciclo de interminable explotación del que son víctima estos sujetos.
“La noche de los ricos,” resaltando la tormentosa inevitabilidad de la pobreza frente a la injusticia.
Autor:
Diego Rivera
La decisión del artista de aislar este momento donde se observa una madre durmiendo junto a sus hijos y otros trabajadores, subraya que los indígenas y la clase
obrera se encuentran en el centro del Muralismo, transformándolos en los héroes del movimiento.
“MOVIMIENTOS POSTERIORES AL
MURALISMO EN MEXICO”
Después del muralismo, con su carga nacionalista, resultaba difícil aceptar en México las nuevas corrientes creadas en el exterior. La resistencia a la
fuerza del exterior se dio en todos los terrenos; sin embargo tras múltiples dificultades, México se unió al panorama mundial de las artes, gracias a
artistas interesados en traer a México los nuevos estilos.
EL GRABADO

(SIGLO XIX)
El grabado tuvo durante el siglo XIX su mejor momento en México con la obra de Posada, pero a principios del siglo siguiente entró en
decadencia, en parte debido a la situación de crisis que vivía el país a causa de la Revolución y en parte debido al desarrollo de la fotografía
y del fotograbado, que empezaban a utilizarse para ilustrar libros, revistas y periódicos.
Propuesta educativa:
1929 primera presentación de grabados del el recién primer grupo formado 30-30.
Volver en tendencia la mirada a lo nacional y al pasado histórico de la nación.
Propuesta de institución:
1937 se organizó el taller de la Gráfica popular, al que ingresaron artistas de gran prestigio como:
Raúl Anguiano, Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins, Ángelo Bracho, Fanny Rabel y otros,
como Adolfo Quintero, quien expreso en una ocasión: «En 20 años de lucha, de trabajo y de evolución los integrantes del taller de la Gráfica
Popular han logrado que el grabado mexicano sea conocido en el mundo entero.
El arte para la educación a servido como un medio de comunicación, a través de su creación el artista expresa sus sentimientos, emociones,
y no solo eso, si no también transmite mensajes que nos hacen reflexionar acerca de nuestros problemas, sociales, identidad, y la vida en
general.
Muchos muralistas usaron el arte como un medio en expresión de la lucha política, el desarrollo de una identidad nacional visual y cultural.
Una ruptura en la exclusión, contribuye al desarrollo integral y pleno de los niños y jóvenes. Esta se caracteriza por enriquecer y realizar un
gran aporte cognitivo en el desarrollo de las habilidades y destrezas de los estudiantes, como el emprendimiento, la diversidad cultural, la
innovación, la creatividad o la curiosidad.

La actividad artística del educando despierta su fantasía y su poder imaginativo; conduce a la valoración del color y de las formas, así como la
formación de la personalidad, la confianza en sí mismo, el respeto y la tolerancia. En otras palabras, para el niño la actividad artística es un
medio para el desarrollo dinámico y unificador.

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